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Cruzando delta Ebro

C ruzar el Delta del Ebro en pleno mes de diciembre,

no es muy buena idea. De 80 a 150 en invierno, viento Noroeste de 17 a 40 km. el temido y maravilloso M istral que en invierno domina y que bate la zona con fuertes ráfagas que bajan acanaladas por el tramo del río Ebro.

Quiero aclarar, que no fue un reto personal, ni nada semejante, si no la necesidad imperiosa de poner al "Irisea" a trabajar como barco escuela y para Team Building, después de una larga permanencia en el Puerto Olímpico de Barcelona. Allí traté de acrucerar a este nervioso y regatero First Class Europa para hacerlo menos espartano y más habitable, el pañol de proa, lo convertí en un camarote doble, le instale un molinete eléctrico para el ancla, le puse un enrollador de Génova y las cuatro literas de popa las convertí en dos camarotes individuales, bajo el espejo de popa mantuve el pañol donde guardaba viandas, cabuyería, ropa de navegación en cajas estancas y dos pares de velas de aparejo sbop, una de ellas de competición de kevlir. También tenía un Díngui con un motor de 8 CV y

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una balsa de salvamento para 8 pax. La Copa América era mi objetivo y navegar con mi barco, con clientes para seguir desde la mar, las regatas de los Superboats aunque la ruta de trabajo era La Marina de Alicante, La Marina Internacional de Torrevieja y el Tomas Maestre en la Manga del Mar Menor.

El hecho de ser un barco de regatas de 12 m. con burdas, le convertía en un barco muy técnico, lo que me hacía no poder tripularlo solo en las condiciones climáticas y orográficas, que el propio delta presenta con los vientos de Gregal y Tramontana N/€ provenientes de las Pirineos.

Primera etapa

A I tener mi cuaderno de Bitácora en España y no

aquí y el haber sucedido tantas y tan diferentes cosas en estos años, no recuerdo ni fechas ni cronografía, pero si recuerdo, que la decisión de solicitar tripulación tuvo pronta respuesta.

Solo necesitaba un tripulante, aunque cuatro, fuese el número ideal para el gobierno del velero, dos son suficientes para alternarlos en las labores de timonel y skípper y repartir las guardias nocturnas, un consejo que doy, es que se ha de seleccionarse bien la tripulación con ta que abordar

una singladura. El primero en embarcar, fue un patrón de yate, un tipo estoico alto y

nervudo de unos cuarenta y pocos años, de pocas palabras, el perfecto tripulante para concentrarse en el objetivo, que era navegar durante tres días con sus noches, el tiempo estimado que nos dimos, para que el casco del lrisea descansara en aguas de Cabo de Palos, hasta formalizar los papeles del amarre del Tomas Maestre.

Tardamos unas dos horas, a 3 o 4 nudos con navegación a motor y con media Génova, en salir de la bocana del Puerto Olímpico, dejar atrás la ensenada con el Club de Regatas y a unas 12 millas dejando a estribor e l puerto

comercial de Barcelona. Capeando las olas, de alguna estela dejada por algún buque de gran tonelaje que abandonaba el puerto, tardamos más de dos horas en total, en dejar atrás la zona de tráfico marítimo del puerto comercial y poco a poco nos fuimos alejando de la navegación costera. La primera sorpresa, fue muy agradable, una manada de ballenas piloto se dejaron ver posiblemente en busca de aguas más cálidas, camino del estrecho, su avistamiento fue buenísimo, pero no evitaron la tentación de ponerse a popa, no sé si para sentir el cosquilleo de las burbujas producidas por la hélice ya que el Gregal era racheado y tímido.

Transcurrido un tiempo, que no logro recordar, sentado en mi bitáwra, me dispuse a trabajar con el cartucho y con la carta de mareas, mientras que el en cubierta controlaba el piloto automático y el mantenernos alejado de la derrota de los grandes buques.

Recuerdo que éramos el único barco de recreo, no comercial, que durante toda esa mañana navegó, salvo algunas pequeAas Rodman, que luciendo los pantoques se dedicaban a gastar combustible. Nunca entenderé el gusto por la navegación a motor, pero bueno, esa es otra historia. Recuerdo un frío intenso y húmedo, a p e s r de lucir el sol, que no conseguí quitarme en toda la jornada y que desgraciadamente para mí, fue uno de mis mayores enemigos en toda la travesía.

Transcurridos unos minutos, mientras hacia los primeros cálculos, mi compañero bajó la escalera de cubierta diciéndome, a sotoboche, sin anestesia ni nada que

había forma de no capitular a sus deseos. Si he de ser franco, nunca supe si aquello fue cierto o con los primeros síntomas de frio intenso, al ir cogiendo mar de altura se rajó, pero he de confesar, que en algún momento deseé tirarle por la borda y que se fuera

1 hasta Sitges a nado.

Cuando de vuelta divisé las torres de Mapfre y la línea de

-r playa de la Barceloneta, la ira me dominaba. Mi amarre estaba pagado hasta finales de

teníamos que volver, que su mujer había tenido un cólico nefrítico y que le era imposible continuar.

Yo no daba crédito, la verdad es que no sabía, si creer a aquel chacal marino de rostro impenetrable, le propuse al menos llegar a las costas del Garrad, para desde allí poder partir yo solo al día siguiente y hacer navegación Por enfilaciones, ya desde las costas de Ta rragon a aprovechando el tiempo bonancible. Sabía que una borrasca Atlántica, haría su aparicibn de forma brusca, tarde o temprano, de forma cíclica y que duraria varios días. Son una constante durante el invierno, por lo que quería aprovechar ese tiempo mientras fuese posible.

No hubo negociación posible, se negaba a volver en tren o en transporte público Y obviamente, yo no estaba dispuesto a pagarle un alquiler de coche o un taxi. En ese momento, ni siquiera se divisaba la costa con lo que no

diciembre, así que pude volver a atracar en mi sitio original, aquello resuito un poco desagradable, recogió su petate y nos dimos un frio adiós no supe más de el.

Me conecté a lnternet y busqué otro tripulante que quisiera acompañarme. La oportunidad de navegar gratis era muy tentadora, pero tenía que seleccionar muy bien el perfil. Decidí no esperar y partir solo, a la mañana siguiente. El parte meteorológico era bueno, aunque todos sabemos, que el Mediterráneo al ser un mar pequeño no es confiable y en eso lares las galernas imprevistas están a la orden del día, por lo que hay que estar atentos al cielo.

Decidí ir a motor al "trun tmn" y con la Génova bastante cazada, agradecí mi enrollador de Génova, recién instalado, sin el cual yo solo me las hubiese visto y deseado.

Realizada la zarpada, a las primeras horas del alba, realicé

Poco a poco, navegamos manteniendo el rumbo con viento de levante, tomado por la aleta de babor muy débil, por lo que hubo tramos en los que nos apoyamos con el motor, la idea era navegar sin cesar durante toda la noche. Con el fin de llegar al deltu del Ebro, a una distancia que nos permitirá pasarlo si problemas, con corrientes, obstáculos y vientos cruzados o el "Vent de Dalt" del Detta.

Hay una barra a 55m de profundídad, hacia Blones, Lloret de Mar y Platjo &Aro, sin embargo, hay algo más de rocas. Las aguas delante de E l Mosnou, Matoró y Arenys de Mor, son poco profundas y hay que navegar unas 25 millas para encontrar los 1OOO metros de profundidad.

sucede habitualmente cambiamos los planes y decidimos, de acuerda al parte meteorológico, posponer la salida hasta las 11 de la mañana, hora en que la bruma despejá lo suficiente para mantener la visibilidad con la línea de costa y aprovechamos para trazar el rumbo en la carta, decidiendo ir abriéndonos hacia levante.

el primer tramo sin problemas, un maravilloso día, donde el mediterráneo lucia con ese azul de azules incomparable y con mar plato y viento por la aleta de babor, casi de ernpopada y con un par de contactos hechos en mi bitácora, realizados a través de la página virtual, creo recordar 'fondear.com". Al final, me decanté, por un policía local, con experiencia como skipper en regatas y que tenía el título de Patrón de Yate.

En las cartas náuticas se puede observar, que frente a las costas de Blunes y Lloret de Mor, hay un auténtico cañón

Poco sabía este compañero que iba a realizar, la que fue, al menos hasta ese día, la travesía más accidentada de su vida.

Segunda etapa

R ecogí a mi tripulante en el Port Esportiu del St. Gaieta

en Arcos entre Puerto Romano y Coma-ruga, la idea era zarpar a primera hora pero como

que comienza a escasas dos millas de la costa, pasa rápidamente a los 500 m de profundidad y desemboca en 1720 metros.

Está claro que este abismo alberga mucha vida y atrae a los grandes depredadores como el atún rojo, serviola, pez espada y aguja imperial entre otros. Con el frío del invierno, la actividad de la pesca en el mar se reduce poco a poco, se pexa a partir de unas20 millas de la costa, donde el fondo del mar baja rápidamente hacia los 1000 metros.

Hay unas zonas de pesca espectacu [ares, como "'Les Momeiles" o "€1 Rínyb", donde el lecho del mar sube de los 1200 metros hasta tan solo 200 metros. Alrededor de estas montañas abunda la

sardina, el boquerón y la caballa, que a su vez son presas para el atún rojo y el pez espada.

La idea fue dejar muy a estribor, la piscifactoría que hay delante de LrArnet/lu, e l Faro Tortosa, yendo con levante ceñido, pasando la enfilación del Faro Punta de /u Baña, bordear esta punta, con garbí (viento del Suroeste) hasta Sunt Caries de la Rapita.

Puedes tener la mejor de las ideas y el mediterráneo en un temporal, decidir lo contrario. Al ser un mar pequeño, es imprevisible y más en zonas tan complejas de vientos como es el Delta y así fue como sucedió lo último que queríamos que sucediese, el peligroso Vent de Dait, apareció furibundo.

Os explico un poco, los frentes nubosos que recorren el norte peninsular, generan un viento que recorre la depresión del Ebro, y al tropezar con la Costero Cutaiana, se lanzan cuesta abajo incrementando su velocidad. Vent de Dait, afecta a una zona que comienza entre Cumbrils y Hospitalet del Infant y llega hasta Scint Curtes, cogiendo de lleno al Delta.

En nuestro caso, convirtió la travesía nocturna en una pesadilla, que nos obligó a realizar un slaium permanente, evitando restos de maderos, artes de pesca y miles de objetos flotantes, así que no se pudo evitar, que el eje del timón y la hélice terminaran enganchándose a una línea de pesca de las muchas que evitamos durante la navegación.

No se t e ocurra pasar el Delta hacia el norte con mistral. No es imposible, claro que nosotros lo hicimos, pero te puede quitar las ganas de vokerte a subir a un barco en unos meses. Hasta el Furo de Tortosa, si t e pegas a la costa lo que puedas, todo va bien, pero cuando asomas el balcón

I de proa por ahí, te encuentras con un fecht de 13 millas, y un

Hasta ese momento, para que con las 15 millas naúticas, mejor gobierna, seguíamos de recorrido, desde ia Nuciear solo con el spinaker muy de Vandeiios, es ya una cazado y con apoyo del motor, marejada considerable. pero eso, se acabó, así que hubo que poner a prueba al Esos 90O, de distinta Irisea. orientacián, entre el mar de

viento y el mar de fondo, Con frio, nervios, sueño producen un sarpullido de olas acumulado y un silencio, que picudas, por todas partes, solo se rompía para darnos verdaderamente endiablado, instrucciones, mi compañero y que junto que los 30 km de

Yo vimos amanecer. Vent de Dalt, hacen rezar al diablo justo al doblar el Delta.

Aquí dispones de una ruta de GPS que si la sigues, no tendrás ningún problema, sobre todo si no la navegas en pleno invierno. Con Cierzo o Vent de Alt, viento del Noroeste, aconsejo abrirse, como lo hicimos nosotros, cosa que nos salvó de un seguro naufragio o encallamiento en caso de fuerte temporal. Recuerdo rachas de 30 km y rachas sostenidas de 12 a 15. El tramo del Foro Tortosa es muy puñetero, las borrascas que conllevan estos frentes, producen temporales del norte en el Goifo de León y Costa Bravu, cuyo mar de fondo llega con fuerza del NE al Furo Tortosu y allí se junta con el mar de viento del Vent de Dait,

Justo al pasar el frente frío, se produce un cambio muy rápido de la dirección del viento, pasando de un SE o S suave, a un NW violento y racheado de 30 km, y que llega a 50 km con mucha facilidad, es increíble, pero esto sucede en apenas media hora.

E l Delta son unas 35 millas sin ningún refugio para veleros y te aseguro que se siente el miedo, navegar asido por la línea de vida, en mitad de la noche, con un franco bordo como el del First Cfass, es duro y más, cuando la escora te mete la regala en las aguas oscuras y tienes más de 1OOO m de fondo.

viento racheado que puede subir a 40'-60'.

Esas condiciones generan una ola muy corta de 1,5-2 metros (alguna vez he tenido la proa en una cresta, y la popa en otra), y pasas unas cuantas horas muy malas, hasta que consigues acercarte a tierra. En mi caso, con un 40 pies que ciñe y navega bastante bien y rápido, sé que paso unas 6 horas muy malas (mayor 2 rizos y motor) hasta que consigo acercarme a la costa valenciana a la altura de Vinaroz.

Al llegar a la altura de Víncrroz nuestra situación era lamentable, al Iriseu le entraba agua por el imbornal del eje del motor y la bomba de achique no paraba de trabajar, al llamar por radio a Capitanía por el canal 16, nos dijeron que no podíamos entrar a puerto que estaba cerrado y que ni lo intentáramos que lo conveniente era ceñir por la amura de babor y poner proa adentro.

Ambos, nos mirábamos sin saber qué hacer, el mar de fondo era de olas de casi dos

metros, pero no hacían cresta y nos pasaban por la quilla, evitando no entrar en sincronía con ellas, el motor estaba inservible y una noche más de navegación, achicando agua, agotaría las baterías y gobernar la nave así, sería demasiado duro. Así es, que la decisión estaba tomada, pensé que los días del lrisea se acabarían en esa maniobra y que tendría que dar muchas explicaciones en Capitanía sobre todo por que decidí intentar la maniobra de entrada a puerto. La decisión última, era mía como armador del barco, a toro pasado, ahora sé, que aun arriesgada, fue la adecuada.

Explicar aquí con palabras, lo que es entrar a vela, en temporal en la bocana de un puerto, sería demasiado pedir, pero algunas imágenes circulan por ahí de maniobras semejantes.

Descubrí las virtudes marineras de mi Beneteau de 42 pies y el acierto, en la elección de mi compañero, nos pre signamos, mientras veíamos como los mástiles de Im veleros, chocaban unos con otros, con ese ruido peculiar, que a esa distancia semejaban tintineo y al vernos acercar, tras avisar al Capitán del puerto de la maniobra, dispusieron en el malecón de entrada antes de

/os waikcats a la marinería, para largarles un cabo y frenarnm amarrando a un noray, haciendo correr las drizas, por la cornamusa de la aleta de popa, pasamos las rocas de la bocana por la Virgen del Carmen y con la piedad de Santa Bórboru, quedamos abarloados a un Bobaria Dceanis, mantenido a raya con el bichero, mientras nos lanzaban un cabo spríng por popa.

A la mañana siguiente del temporal, e l puerto deportivo de Vinaroz no existía. Aquella misma noche, mi compañero, cogió el petate, se largb aun con los ojos como platos y no volví a saber de él.

Durante la noche, durmiendo en mi camarote y con el imbornal tragando agua, sentí como la tormenta fuera hacia estragos, si algún lector es de Vinaroz, le ruego me recuerde en que año fue, pueda recordar que eran las fiestas y que la presentadora de estas era la famosa presentadora y

humorista Paz Padilla, pues su voz me llegaba desde la plaza del pueblo hasta mi cabina, hasta que el temporal hizo que las fiestas se suspendiesen.

Quiero terminar m i relato, con un especial agradecimiento a mis compañeros, David de Haro y Pepe Marín, en la travesía del Cabo de la Nao y a Guillermo Gómez Franco, en la travesía del Cabo de Palos, allá donde os encontréis.

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