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OTAN OTAN revista de la PRIMAVERA 2001 La relación transatlántica en la actualidad La relación transatlántica en la actualidad

PRIMAVERA 2001 La relación transatlántica en la actualidad · Gastos de Defensa Primavera 2001 Revista de la OTAN 3 editorial A juzgar por las cartas de nuestros lectores,el nuevo

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Page 1: PRIMAVERA 2001 La relación transatlántica en la actualidad · Gastos de Defensa Primavera 2001 Revista de la OTAN 3 editorial A juzgar por las cartas de nuestros lectores,el nuevo

OTANOTANrevista de laorganización del tratado del atlántico norte

alemaniabélgicacanadá

dinamarcaespaña

estados unidosfranciagrecia

hungríaislandia

italialuxemburgo

noruegapaíses bajos

poloniaportugal

reino unidorepública checa

turquía

PRIMAVERA 2001

La relación transatlánticaen la actualidad

La relación transatlánticaen la actualidad

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OTANEl objetivo de esta revista, publicada bajola autoridad del Secretario General, escontribuir a una discusión constructivade los problemas atlánticos. Los artícu-los que aquí se publican no representannecesariamente la opinión o la políticade los gobiernos miembros de la OTAN.

DIRECTOR: Christopher BennettASISTENTE DEL DIRECTOR: Vicki NielsenASISTENTE DE PRODUCCIÓN: Felicity BreezeMAQUETA: NATO Graphics Studio

Editor: Director de Información y PrensaNATO, 1110 Brussels, Belgium

Impreso en SERGRAPH, Madrid (España)© [email protected]@hq.nato.int

Los artículos pueden ser reproducidos tras haber obte-nido la autorización de la Redacción y mencionandosu origen. La reproducción de los artículos firmadosdebe realizarse incluyendo el nombre de su autor.La Revista de la OTAN se publica periódicamen-te en español, al igual que en Checo, Inglés(NATO Review), Danes (NATO Nyt.), Holandés(NAVO Kroniek), Francés (Revue de l’OTAN),Alemán (NATO Brief), Griego (Deltio NATO),Húngaro (NATO Tükor), Italiano (Rivista dellaNATO), Noruego (NATO Nytt), Polaco (PrzegladNATO), Portugués (Noticias da OTAN), y Turco(NATO Dergisi). Una vez al año se publica enIslandés (NATO Fréttir) y ocasionalmente enucraniano y ruso.

La Revista de la OTAN está también disponible en la página web de la OTAN en la direcciónwww.nato.int/docu/review.htm

Pueden obtenerse de forma gratuita númerosimpresos de la revista en los países citados a con-tinuación en las direcciones que se acompañan:CANADA:Foreign Policy Communications DivisionDepartment of Foreign Affairs and Int’l Trade125 Sussex DriveOttawa, Ontario K1A 0G2UNITED KINGDOM:Communication Planning UnitMinistry of DefenceRoom 0370 Main BuildingLondon SW1A 2HBUNITED STATES:NATO Review - US Mission to NATOPSC 81 Box 200 - APO AE 09724

Las peticiones desde otros países diferentes a loscitados o para otras publicaciones de la OTANdeben ser enviadas a:NATO Office of Information and Press1110 Brussels, BelgiumFax: (32-2) 707 1252E-MAIL: [email protected]

Cada mención hecha en esta publicación a la anti-gua República Yugoslava de Macedonia está mar-cada por un asterisco (*), con la siguiente nota apie de página:Turquía reconoce a la República de Macedonia porsu nombre constitucional.

Revista de la OTAN2 Primavera 2001

DEBATE

15¿Está cambiando la naturaleza de las relaciones de seguridadtransatlánticas?FRANÇOIS HEISBOURG

FRENTE A ROB DE WIJK

¿Hacia dónde se dirige la OTAN?¿Qué efecto están teniendo sobre laAlianza la ESDP, NMD y RMA?

REPORTAJES

20Caras nuevas en la OTAN

21Reconstrucción con la CIMIC

ENTREVISTA

22Andras Simonyi: el mensajero de Hungría

OTANrevista de la

PORTADAColin Powell y Lord Robertson sepresentan ante los medios de comunicación en la primera visita dePowell como Secretario de Estado a la sede de la OTAN el 27 de febrero.

© N

ATO

ACTUALIDAD OTAN

4Noticias breves de la Alianza.

EL VÍNCULO TRANSATLÁNTICO HOY

6Una relación duraderaSimon Serfaty sitúa las relacionestransatlánticas dentro de su contexto histórico.

9Rumbo seguroJames Dobbins predice la continuidaden las relaciones euroatlánticas.

12Volver a empezarChristoph Bertram evalúa las preocupaciones y expectativas de Europa ante el cambio de inquilino de la Casa Blanca.

sumarioRev. OTAN 1/2001 28/6/01 12:14 Página 2

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OPINIÓN

24Grandes expectativasAndrei Zagorski analiza el deshieloen las relaciones OTAN-Rusia.

RESEÑA DE PUBLICACIONES

28Para entender la OTANMichael Rühle analiza la literaturamás reciente sobre la Alianza.

ASUNTOS MILITARES

30Un despliegue más velozElinor Sloan analiza la movilidad ycapacidad de despliegue de las fuer-zas de la OTAN así como el efectode los programas dirigidos a mejo-rar estas capacidades.

ESTADÍSTICAS

34Gastos de Defensa

Primavera 2001 Revista de la OTAN 3

edito

rial A juzgar por las cartas de nuestros lectores, el nuevo forma-

to de la Revista de la OTAN parece que ha tenido éxito. Este número contiene varias novedades más, entre ellas una sec-ción de entrevistas y una página dedicada a estadísticas. Porotra parte, el tema principal está dedicado a las relacionestransatlánticas de seguridad, que constituyen la base de laAlianza Atlántica, ante el cambio de Administración en Es-tados Unidos. Simon Serfaty, Director del Centro de Estu-dios Estratégicos e Internacionales de Washington, DC, si-túa las relaciones transatlánticas dentro de su contexto histó-rico. El Embajador James Dobbins, Subsecretario de Estadopara Asuntos Europeos, relata en una entrevista cómo espe-ra que, a pesar de los cambios, haya continuidad en estas re-laciones clave. Y Christoph Bertram, director de la StiftungWissenschaft und Politik de Berlín, evalúa las inquietudes yexpectativas europeas. En el debate, François Heisbourg,Director del Centro de Política de Seguridad de Ginebra, yRob de Wijk, profesor de Relaciones Internacionales de laReal Academia Militar Holandesa de Breda, analizan la na-turaleza, en continua evolución, de las relaciones de seguri-dad transatlánticas. Los reportajes incluyen artículos sobre elPrograma de Becas de prácticas de la Asociación Para la Pazde la OTAN y sobre cooperación cívico-militar en Kosovo.En la entrevista, el Embajador Andras Simonyi, primer Re-presentante permanente de Hungría ante la OTAN, habladel efecto provocado en su país por la incorporación a laOTAN. En la reseña de publicaciones, Michael Rühle, res-ponsable de discursos y planificación política de la Divisiónde Asuntos Políticos de la OTAN, analiza algunos de los li-bros publicados recientemente sobre la OTAN. Por otra par-te, Andrei Zagorski, del Instituto Este-Oeste, examina losrecientes acontecimientos en las relaciones OTAN-Rusia. YEleanor Sloan, de la Dirección de Análisis Estratégicos delCuartel General de Defensa de Canadá, estudia la movilidady capacidad de despliegue de las fuerzas de la OTAN. Lasestadísticas sobre los gastos de defensa de la OTAN com-pletan este ejemplar.

Christopher Bennett

Volumen 49Primavera 2001

El CD-ROM 2000 ayuda a familiarizarsecon el papel y las tareas de la Alianza.Tras una presentación de la evolución de la Alianza, describe la adaptación que ha experimentado ante los retos de seguridad del siglo XXI.Los pedidos sin coste alguno pueden hacerse a:Oficina de Información y Prensa,OTAN, 1110-Brussels, Belgium.

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El Secretario General de la OTAN LordRobertson visitó Skopje, en la antiguaRepública Yugoslava de Macedonia*,el 26 de marzo y se reunió con el Pre-sidente Boris Trajkovski y con dirigen-tes de los partidos políticos del país.Lord Robertson reafirmó el apoyo algobierno en su lucha contra los rebel-des albaneses, pero reclamó, al mismotiempo, moderación e hizo un llama-miento a los insurgentes para que de-pongan las armas.

Lord Robertson estableció las priori-dades de la OTAN en Europa Surorien-tal, en el discurso de apertura de unaconferencia sobre los desafíos de se-guridad en Europa Suroriental y lasperspectivas regionales, celebrada enRoma el 26 de marzo.

Lord Robertson dio a conocer el 21 demarzo, un paquete de medidas destina-das a aumentar la estabilidad en el surde los Balcanes y mostrar el apoyo algobierno multiétnico de la antigua Re-pública Yugoslava de Macedonia.*

El presidente del Comité Internacio-nal de la Cruz Roja, Jacob Kellenber-ger, se reunió con Lord Robertson enla sede de la OTAN el 21 de marzo, yhabló ante el Consejo de AsociaciónEuroatlántico.

Sesión informativasobre Bosnia

El Alto Representante Wolfgang Pe-tritsch se reunió con Lord Robertson enla sede de la OTAN, el 19 de marzo, e in-formó sobre la situación en Bosnia-Her-zegovina (Bosnia) en una reunión de lospaíses que aportan tropas a la KFOR.

El 14 de marzo, tropas yugoslavaspenetraron en la Zona de Seguridad,una franja de cinco kilómetros en la

frontera con Kosovo en Serbia meri-dional por primera vez desde la reti-rada del Ejército Yugoslavo de Koso-vo en junio de 1999.

Lord Robertson visitó Atenas el 16 deMarzo, entrevistándose con el Presi-dente Constantinos Stephanopoulos yel Primer Ministro Costas Simitis asícomo con los Ministros griegos deAsuntos Exteriores y Defensa.

La situación en Kosovo y sus alrededo-res centró las conversaciones manteni-das entre el Consejo del Atlántico Nor-te y el Comité de Política y Seguridadde la UE en Bruselas el 14 de marzo.

Expertos en medicina y rescate sub-marino de 13 países de la OTAN par-ticiparon en Phoenix 2001, unosejercicios para ensayar procedimien-tos de actuación ante submarinos enpeligro, realizado en el Cuartel Gene-ral de la OTAN en Northwood, Ingla-terra, del 13 al 15 de marzo.

Los mediadores de la OTAN consi-guieron que se acordara un alto elfuego entre la República Federal deYugoslavia y albaneses, en Serbiameridional, el 12 de marzo.

Viaje a EE.UU.Lord Robertson visitó Estados Unidosentre el 6 y el 10 de marzo. Se reuniócon el Secretario General de las Nacio-nes Unidas Kofi Annan y asistió a unareunión informal del Consejo de Segu-ridad de las Naciones Unidas antes deentrevistarse con el Presidente de losEE.UU. George W. Bush y altos cargosde la nueva administración, ademásde hacerlo con senadores y congresis-tas. También habló en un simposio or-ganizado por el American EnterpriseInstitute en Capitol Hill.

El 8 de marzo, Lord Robertson anun-ció medidas para el restablecimientode la estabilidad en Serbia meridionaly en la antigua República Yugoslavade Macedonia*, y para evitar que losextremistas de etnia albanesa se apro-vecharan de la Zona de Seguridad.

Parlamentarios de la OTAN y de Ru-sia se reunieron en la sede de la OTANel 5 y 6 de marzo para tratar sobre co-operación política, militar, científica ymedioambiental, y sobre la necesidadde reforzar el diálogo.

El Presidente búlgaro Petar Stoyanovexpresó a los Embajadores en la OTANsu preocupación por el incremento de

la violencia en la vecina antigua Repú-blica Yugoslava de Macedonia*, el 5 demarzo, en la sede de la Alianza.

Las maniobras Cooperative Osprey2001, que tuvieron lugar en el CentroPearson para el Mantenimiento de laPaz de Canadá en Halifax, Nueva Es-cocia, contaron con la participaciónde 6 países de la OTAN y 13 paísesSocios del 1 al 9 de marzo.

El recién nombrado RepresentanteEspecial de las Naciones UnidasHans Haekkerup, anterior Ministrode Defensa danés, visitó la OTAN el28 de febrero a fin de informar a losEmbajadores en la Alianza sobre la si-tuación en Kosovo y sus alrededores.

Visita de Powell

El Secretario de Estado Colin Powellse reunió con Lord Robertson y losMinistros de Asuntos Exteriores dela Alianza durante una visita a la sedede la OTAN el 27 de febrero. El Se-cretario de Estado Powell resaltó elapoyo de la nueva administración aldesarrollo de una Identidad Europeade Seguridad y Defensa y su compro-miso de consultar con los Aliadossus planes sobre una Defensa Nacio-nal contra Misiles.

Funcionarios de la UE, la OSCE, laOTAN, Naciones Unidas y el Alto Co-misariado de las Naciones Unidaspara los Refugiados se reunieron porprimera vez en la sede de la OTAN el27 de febrero para discutir el modode hacer frente a los problemas pro-vocados por el incremento de la vio-lencia en los límites exteriores de Ko-sovo.

Lord Robertson se reunió con el Pre-sidente Václav Havel, el Primer Mi-nistro Milos̆ Zeman y los Ministrosde Asuntos Exteriores y Defensa che-cos el 21 y 22 de febrero en Praga.

Nuevas disposiciones de mandoConforme a las nuevas disposicionesde mando dadas a conocer el año pa-sado, el cuartel general regional conbase el Nápoles de las Fuerzas Aliadasen Europa Meridional (AFSOUTH) reemplazó al Cuartel General de las Po-tencias Aliadas en Europa (SHAPE) enel mando de la Fuerza de Estabiliza-ción (SFOR) el 20 de febrero. El man-do de la Fuerza en Kosovo (KFOR) fuetransferido al AFSOUTH el 18 de enero.

Oficina de Moscú

Lord Robertson inauguró el 20 de fe-brero la Oficina de Información de laOTAN en Moscú, una señal visible dela mejora de relaciones con Rusia.

Los parlamentarios de la OTAN tra-taron de la agenda actual de la OTANcon el Consejo del Atlántico Norte el19 de febrero.

Nuevo embajador húngaroEl Embajador János Herman sustituyóal Embajador Andras Simonyi comoRepresentante Permanente de Hun-gría en el Consejo del Atlántico Norteel 19 de febrero. El Embajador Her-man, un diplomático de carrera de 48años, fue anteriormente Vicesecretariode Estado para Asuntos Multilaterales.

Más de 1.500 personas pertenecien-tes a siete países de la OTAN partici-paron en unas maniobras de ayudaante desastres, Relieve Discomfort2001, en la isla caribeña de Curaçaodel 18 al 22 de febrero.

Doce países de la OTAN participaronen las maniobras antisubmarinasanuales más grandes del mundo,Dogfish 2001, que tuvieron lugar aleste de Sicilia, en el mar Jónico, en-tre el 15 el 28 de febrero.

Revista de la OTAN4 Primavera 2001

ACTUALIDAD OTAN

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El Vice-Primer Ministro Serbio Ne-bojsa Covic y el Ministro de AsuntosExteriores Yugoslavo Goran Svilano-vic se reunieron con Lord Robertsony los Representantes Permanentesen la sede de la OTAN el 15 de fe-brero a fin de discutir algunas pro-puestas para solucionar la tensiónexistente en Serbia meridional.

El ejercicio anual de gestión de crisisde la OTAN, CMX 2001, tuvo lugar deldía 15 al 19 de febrero en la sede dela OTAN, con la participación por vezprimera de países Socios.

La implementación del Tratado deFuerzas Armadas Convencionales enEuropa (FACE) fue discutida por los30 países signatarios en el seminarioanual del Comité de Coordinación deVerificación de la OTAN del 14 al 16 defebrero en la sede de la OTAN.

El recientemente nombrado Alto Co-misionado de las Naciones Unidaspara los Refugiados Ruud Lubbersse entrevistó con Lord Robertson enla sede de la OTAN el 6 de febrero.

La primera reunión del Comité dePolítica y Seguridad de la UE y delConsejo del Atlántico Norte segúnlos recientes acuerdos para la realiza-ción de consultas permanentes entrela UE y la OTAN se celebró el 5 de fe-brero en Bruselas.

Lord Robertson destacó los temasclave de la agenda de la OTAN en laConferencia anual sobre Política deSeguridad Internacional celebrada enMunich los días 2 y 3 de febrero,donde también se entrevistó con elnuevo Secretario de Defensa deEE.UU. Donald Rumsfeld.

Lord Robertson se entrevistó con elPrimer Ministro Jens Stoltenberg ylos Ministros de Asuntos Exteriores yDefensa noruegos el 1 y 2 de febreroen Oslo.

El 2 de febrero la más alta autoridadmilitar de la OTAN, el Comité Militar,visitó en Northwood, Inglaterra, loscuarteles generales del Mando Aliadoen el Atlántico Oriental (EASTLANT) yde las Fuerzas Navales Aliadas delNorte (NAVNORTH).

El Primer Ministro lituano RolandasPaksas se reunió con Lord Robertsonen la sede de la OTAN el 31 de eneropara tratar de las relaciones con Ru-sia, el mantenimiento de la paz en losBalcanes y los preparativos de Litua-nia para la adhesión a la OTAN.

Despedida de Kouchner

Tras 18 meses de mandato, el anteriorRepresentante Especial de las NacionesUnidas en Kosovo Bernard Kouchnerdirigió un discurso al Consejo de Aso-ciación Euroatlántico y a los represen-tantes de otros países con participaciónen la KFOR el 30 de enero en la Sede dela OTAN.

Lord Robertson se reunió con el Minis-tro de Defensa alemán Rudolf Schar-ping el 25 de enero en Berlín, dondepronunció la Conferencia Conmemora-tiva Manfred Wörner de este año.

El Primer Ministro rumano AdrianNastase se reunió con Lord Robertsonen la sede de la OTAN el 24 de eneropara tratar sobre los preparativos deRumanía para la adhesión a la OTAN ysu contribución a la KFOR y la SFOR.

El Primen Ministro de MongoliaNambaryn Enkhbayar se reunió conLord Robertson en la sede de laOTAN el 22 de enero.

Uranio empobrecidoEl Comité de Uranio Empobrecido,creado a causa de la preocupación dela opinión pública sobre un posibleriesgo medioambiental para la saludasociado al uso de uranio empobreci-do, e integrado por funcionarios y representantes de las naciones quecontribuyen o contribuyeron en el pa-sado a la SFOR y la KFOR, se reuniópor primera vez el 16 de enero paradiscutir sobre los datos médicos ycientíficos obtenidos. El Comité deJefes de Servicios Médicos Milita-res, máximo organismo médico con-sultivo de la OTAN, se había reunidoel día anterior para intercambiar in-formación sobre este tema.

Lord Robertson visitó Armenia, Azer-baiyán y Turkmenistán entre el 15 y el18 de enero, reuniéndose con los Jefesde Estado, y los Ministros de Defensay Asuntos Exteriores de estos países.

El 11 de enero Lord Robertson visitóSuecia, que ocupa en la actualidad lapresidencia de la UE, para mantenerconversaciones con la Ministra deAsuntos Exteriores Anna Lindh y el Mi-nistro de Defensa Björn von Sydow so-bre la creación de vínculos sólidos entrela UE y la OTAN para la gestión de crisis.

Primera visita yugoslava

El primer ministro yugoslavo que visitala OTAN desde la caída del anteriorPresidente yugoslavo Slobodan Milo-sevic, el Ministro de Asuntos ExterioresGoran Svilanovic, se reunió el 10 deenero con Lord Robertson y los Emba-jadores de los miembros de la OTAN.

Nuevo embajador del Reino UnidoEl embajador David Manning sustituyóal Embajador Sir John Goulden en elcargo de Representante Permanentedel Reino Unido en el Consejo delAtlántico Norte el día 8 de junio. El Em-bajador Manning, un diplomático decarrera de 51 años, fue entre 1998 y2000 Adjunto al Subsecretario de Esta-do en el Ministerio de Asuntos Exterio-res y de la Commonwealth. Anterior-mente había sido Embajador ante Israeldel Reino Unido (1995-1998).

Con ocasión del quinto aniversariodel despliegue de la OTAN en Bosnia,Lord Robertson visitó a las tropas dela SFOR y se reunió con líderes polí-ticos bosniacos, croatas y serbios el20 de diciembre en Sarajevo.

Los Ministros de Asuntos Exterioresde la Alianza se reunieron en Bruselaslos días 14 y 15 de diciembre y acorda-ron provisionalmente un planteamientoinicial para los acuerdos permanentes

entre la Alianza y la Unión Europea, pe-ro observaron que todavía tenían queser elaborados los acuerdos prácticos.Los Ministros mantuvieron tambiénreuniones con sus homólogos de Ru-sia y Ucrania, y de otros países Socios.

Visita de Trajkovski

Boris Trajkovski, Presidente de la an-tigua República Yugoslava de Mace-donia*, se reunió el 7 de diciembrecon Lord Robertson en la sede de laOTAN para tratar sobre la seguridaden Europa Suroriental, las relacionescon la KFOR y los preparativos parauna posible adhesión futura a la OTAN.

El 6 de diciembre se anunciaron nue-vas medidas de fomento de la con-fianza entre Grecia y Turquía, median-te las cuales cada país notificará al otrocon antelación sus maniobras militares.

Los Ministros de Defensa Aliados sereunieron en Bruselas los días 5 y 6 dediciembre y discutieron, especialmen-te, sobre la Iniciativa de Capacidadesde Defensa y las relaciones UE-OTAN.Los Ministros aprobaron un plan defuerzas a cinco años vista, revisaronlos planes nacionales de defensa delos Aliados para el periodo 2001-2005y aprobaron una nueva directriz minis-terial para los planes de defensa nacio-nales y de la OTAN hasta el 2008. Tam-bién se reunieron con sus homólogosde Rusia, Ucrania y otros países So-cios. El enviado especial de las Nacio-nes Unidas Carl Bildt informó a losMinistros en el Consejo de Asocia-ción Euroatlántico sobre los recientesacontecimientos en los Balcanes y elComandante Supremo Aliado en Euro-pa, General Joseph Ralston, les pusoal corriente sobre las operaciones dela KFOR y la SFOR.

Primavera 2001 Revista de la OTAN 5

Para más información,consultar NATO Update at www.nato.int/docu/update/index.htm.

ACTUALIDAD OTAN

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Revista de la OTAN6 Primavera 2001

Las instituciones formadas al amparo de la Segunda GuerraMundial, inspiradas —en parte— por la política de “primeroEuropa” de la administración del Presidente Harry Truman,contribuyeron a crear una comunidad de intereses y valoresEuro-Atlántica, sin la cual ni Estados Unidos ni Europa podrí-an vivir tan bien, tan libremente y con tanta seguridad como hoy.Además, incluso después de la guerra fría, la Organización delTratado del Atlántico Norte, (OTAN) y la Unión Europea conti-núan siendo los pilares institucionales de esa comunidad.

A pesar de los muchos logros promovidos por el vínculo tran-satlántico, los americanos y los europeos se mantienen profunda-mente escépticos los unos respecto a los otros. Por supuesto, lapresunta ambivalencia de los Estados Unidos frente la evolucióneuropea hacia una unión de Estados y las supuestas ambigüeda-des de Europa en lo referente al liderazgo de Estados Unidos den-tro de la OTAN, continúan provocando preocupación sobre laposibilidad de una brecha en las relaciones transatlánticas.Presumiblemente el temor entre las naciones-Estados de Europaestá muy relacionado con las consecuencias de su transforma-ción. En Estados Unidos, sin embargo, el temor está relacionadocon el miedo a la emergencia de una Europa como contrapesoque podría actuar independientemente, e incluso en contra, de

Simon Serfaty es profesor de Política Exterior de los EE.UU.en la Universidad Old Dominion de Norfolk, Virginia, yDirector de Estudios Europeos del Centro de EstudiosEstratégicos e Internacionales de Washington, DC. Es autor,entre otros, de “Tomando en serio a Europa” (Taking EuropeSeriously, Palgrave, 1992), “Aguantar hasta el final”(Stay the Course, Praeger, 1997), “Memorias del futuro deEuropa: adiós al pasado” (Memories of Europe’s Future:Farewell to Yerteryear, CSIS, 1998) y “Europa en el 2007:de estados-nación a estados miembros” (Europe 2007: FromNation-States to Member States, CSIS, 2000).

Cuando los futuros historiadores estudien el año 2001, lomás probable es que sientan temor ante lo que se consiguióen la segunda mitad del siglo anterior. Lo que era una

visión atrevida —e incluso, según muchos, una ilusión peligrosa—se convirtió gradualmente en una realidad irreversible. La historiacambió su curso y se movió geográficamente, de tal modo que lasnaciones europeas desarrollaron una personalidad integrada “a laamericana” mientras que Estados Unidos adoptó un tipo de seguri-dad “a la europea”.

Una relación duraderaSimon Serfaty sitúa la negociación transatlántica en su contexto histórico y analiza

los problemas que probablemente moldearán las relaciones en los próximos años.

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ATO

Palabras de un visionario: las ideas del Presidente Truman fueron la luz que rasgó las tinieblas de la postguerra y que todavía ilumina el camino del futuro.

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Estados Unidos. Aunque tal temor tal vez sea exagerado, nopuede por ello ignorarse. En cuatro ocasiones a lo largo del sigloXX —en 1917, 1941, 1949 y 1989— el poder y el liderazgo deEstados Unidos ayudó a salvar a los europeos, en beneficio detodos, incluidos los Estados Unidos. No obstante, muchos europeossiguen considerando el liderazgo de Estados Unidos como algoextraño, engañoso ineficaz e, incluso, peligroso.

Las preocupaciones europeas fueron evidentes durante lasúltimas elecciones presidenciales de Estados Unidos. En esaocasión el lenguaje utilizado por algunos medios de comunica-ción al hablar de los dos principales aspirantes, y especialmentedel candidato republicano, fue casi ofensivo. En muchas ocasio-nes parecían reflejar una visión simplista de que los cambios enla mayoría política o el liderazgo presidencial llevarían apareja-dos cambios en la política exterior y de seguridad del país. Sinembargo, la experiencia de los últimos 50 años demuestra quelos cambios políticos a lo largo del periodo de vigencia de unaadministración son, normalmente, mayores que los producidosentre una administración y la siguiente, ya que los aconteci-mientos exteriores han causado, frecuentemente, cambios en lasdirecciones presidenciales. Por ello, la política exterior deJimmy Carter dio un giro de 180 grados en enero de 1980, unaño antes de la toma de posesión de su sucesor, con motivo de lainvasión soviética de Afganistán y la revolución iraní. Por otrolado, Ronald Reagan cambió en relación con el “imperio delmal” que él había combatido de forma desenfrenada. Y el mar-cado interés de su sucesor por el liderazgo mundial fue abando-nado en otoño de 1991 cuando George Bush se dio cuenta deque su reelección requería una nueva imagen presidencial. Estaimagen, sin embargo, favoreció más a Bill Clinton hasta 1994cuando, con motivo de las elecciones de ese año al Congreso, sereinventó a sí mismo como un líder mundial y adoptó muchas delas decisiones políticas cuyas consecuencias han sido ahoraheredadas por su sucesor.

Pensar que en el 2001 un nuevo Presidente norteamericanopodría, por terquedad o inexperiencia, apartarse de Europa essuponer una capacidad de opción que deja de existir una vez quela campaña política ha terminado. La presencia de EstadosUnidos en Europa se ha hecho tan completa como para acabarcon cualquier perspectiva de separación. En poco tiempo lalínea divisoria cuidadosamente levantada a lo largo delAtlántico en el siglo XIX, ha sido borrada por las repetidas tor-mentas europeas del siglo XX. Aunque Estados Unidos no esuna potencia europea, por vocación o elección, es una potenciaen Europa, tanto por su posición como por sus intereses.

A principios del siglo XXI, tanto la OTAN como la UniónEuropea afrontan una agenda llena de problemas y muy comple-ja. Mientras que los objetivos y prioridades difieren de una insti-tución a la otra, el principio general es el mismo: ensancharsepara profundizar, profundizar para ensancharse, y reformarse afin de conseguir ambos objetivos. Sin embargo, ninguna institu-ción puede hacer frente a su programa independientemente de laotra. Cada programa institucional es separable del otro, pero nin-guno de los dos puede separarse del proyecto transatlántico alcual ambos pertenecen.

En la parte más importante de la agenda transatlántica están laDefensa Nacional contra Misiles (NMD) y la Política Europea deDefensa y Seguridad (ESDP), que en cada orilla del Atlántico

tienden a presentarse como una prueba de la cohesión de la post-guerra fría. La prueba, sin embargo, no es muy convincente por-que tanto la NMD como la ESDP continúan provocando nume-rosas interrogantes con pocas probabilidades de ofrecerrespuestas creíbles. ¿Pueden funcionar? Supongamos que fun-cionan, ¿es económico? Supongamos que sí lo es, ¿tienen unaapropiada relación coste-eficacia? Supongamos que sí, ¿sonnecesarios? Suponiendo que lo sean, ¿superará su impacto a losbeneficios obtenidos? Y así podríamos seguir tanto con la NMDcomo con la ESDP ejemplos de un debate paralelo sobre unasintenciones que son tan malinterpretadas en ambos lados delAtlántico que podrían acarrear consecuencias tales que ningunade las partes quiere ni puede permitirse. Es más, durante los pró-ximos años sería prematuro un debate de esta naturaleza, porqueprobablemente ni Europa confía en su virtual ESDP para comba-tir sin la ayuda de Estados Unidos, ni los Estados Unidos querrí-an alejarse de Europa amparados por su virtual NMD. En lugarde ello, tanto la ESDP como la NMD seguirán siendo, sobretodo, motivo de discusión interna para los europeos y los nortea-mericanos, más que entre ellos.

En cualquier caso, la ESDP es lo que la Administración deEstados Unidos ha estado esperando de Europa desde 1945 —esdecir, una capacidad militar reforzada que aliviaría la carga nor-teamericana al actuar con o sin los Estados Unidos, pero no ensu contra o a pesar de ellos. La NMD es lo que Europa esperabade los Estados Unidos— una protección reforzada que redujeralas consecuencias si un conflicto, iniciado accidentalmente ocon premeditación, se extendiera hasta los Estados Unidos, susaliados y amigos.

Más que amenazar con separar a Estados Unidos de Europa,iniciar otra guerra fría, acelerar una nueva carrera armamentísti-ca y desestabilizar la disuasión, como han indicado sus críticos,la NMD trata de garantizar el compromiso permanente deEstados Unidos para enterrar la guerra fría, evitar la competen-cia militar y estabilizar la disuasión. Estados Unidos comprendeque la unipolaridad mundial de hoy es transitoria y que al finalaparecerán potencias en ascenso y Estados problemáticos quedesafiarán el orden establecido tras la guerra fría, y por tanto losintereses de los Estados Unidos y de sus aliados. Por elección (lacohesión de la Alianza), necesidad (radares en Groenlandia eInglaterra) y previsión (el aumento de Estados hostiles y otrasamenazas no especificadas), las naciones europeas harían mal enreconsiderar sus objeciones a la NMD. Por su parte, los EE.UU.deberían ampliar el concepto de NMD hasta un sistema multilate-ral que cubriría a Europa y a los otros países, en lugar de desple-gar un sistema más limitado, a pesar de la opinión de los aliados.

Las ampliaciones de la OTAN y la UE han tenido como efec-to no previsto la mejora de las relaciones de cada una de ellascon EE.UU. Desde que se firmaron los Tratados de Washingtony Roma —en 1949 y 1957, respectivamente— se ha asumido deforma implícita tanto en los EE.UU. como en Europa que ambasinstituciones se ampliarían de forma tal que se incorporaría a losmiembros de la OTAN en lo que entonces era la ComunidadEuropa (CE), y los miembros de ésta última en la OTAN. Losprimeros seis países que formaron la CE eran todos ellos miem-bros fundadores de la OTAN, y cuatro de los seis países que seunieron a la Comunidad Europea entre 1973 y 1986 eran yamiembros de la OTAN (Dinamarca, Grecia, Portugal y el Reino

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Unido), mientras que un quinto país (España) de este grupoingresó unas semanas después. De hecho, en 1986 Irlanda era elúnico país de la CE que no era uno de los 16 miembros de laAlianza Atlántica de aquel entonces, mientras que Turquía,Noruega e Islandia eran los únicos miembros de la OTAN queno formaban parte de la Unión Europea (UE) de 12 países. Labrecha se ha ensanchado desde el final de la guerra fría, puestoque ninguno de los nuevos países que se unieron a la UE en1995 es miembro de la OTAN (Austria, Finlandia y Suecia), ylos tres nuevos países incorporados a la OTAN en 1999 no sonmiembros de la UE (República Checa, Hungría y Polonia).

El hecho de cerrar esta brecha entre las respectivas composi-ciones de las dos instituciones de Occidente ayudaría a la com-plementariedad institucional que buscan tanto Europa como losEstados Unidos. También podría ser una guía de actuación, aun-que no explícita, para las futuras ampliaciones, creando lo que elfallecido Primer Ministro italiano Aldo Moro hubiera denomi-nado paralelismo convergente, donde el punto de convergenciase alcanzaría cuando todos los países de la UE fueran miembrosde la OTAN, y todos los miembros europeos de la OTAN lo fue-sen también de la UE. En la primaverade 2002, algunos de los países aspiran-tes deberían haber hecho suf icientesprogresos como para que la OTAN y laUE puedan, en una cumbre conjunta oen cumbres separadas, poner en prácticasus respectivos compromisos de amplia-ción.

La complementariedad de la UE y laOTAN no es solamente una cuestiónrelativa a los países que las integran,sino también respecto a las diferenciaspolíticas. Puesto que ninguna de las dosinstituciones hace frente conjuntamentea ciertos problemas, ambas pueden rea-lizar funciones diferentes, pero no inde-pendientes. De este modo, la OTANpuede proteger a sus miembros de lasagresiones externas, mientras que laUnión Europea puede dedicarse a los asuntos de seguridad debajo nivel que podrían, en otro caso, perturbar la paz. En algu-nas de las principales zonas de inestabilidad e incluso de con-flicto —entre ellas Europa Suroriental y el Egeo— sería desea-ble una mejor coordinación entre estas dos instituciones y susrespectivos miembros. Es posible que parte del horror que asolóla antigua Yugoslavia a principios de los 90 pudiera haberse evi-tado si se hubieran implicado antes no solamente la OTAN sinotambién la Unión Europea. Las esperanzas de evitar horroresmayores dependen de forma decisiva de Europa, cosa que, aveces, los Estados Unidos no han sido capaces de reconocer.

Pero quedan más asuntos en la agenda transatlántica; sinduda alguna. Rusia es un claro ejemplo: demasiado cercana paraignorarla, demasiado grande para integrarla, y con demasiadopoder nuclear como para ofenderla. Aún se puede esperar deRusia que trate de aprovechar cualquier oportunidad para meteruna cuña entre Europa y los Estados Unidos— utilizando laDefensa Nacional contra Misiles (NMD), la ampliación de laOTAN, la Política Europea de Seguridad y Defensa (ESDP) o la

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ampliación de la UE. Es por tanto esencial convencer aMoscú de que la expansión de la comunidad euroatlánticatambién ayuda a ampliar la zona de seguridad de la OTAN yla de prosperidad de la UE hasta los países no pertenecientesa ninguna de las dos instituciones, incluida, sobre todo,Rusia. Aparte de Rusia están los países europeos que no per-tenecen a la UE ni a la OTAN, auténticos huérfanos deEuropa desde el punto de vista de las instituciones, que aun-que pueden haber aprendido a arreglárselas por su cuentadurante mucho tiempo no deben ser abandonados a su suerte.Resulta imprescindible una mayor cooperación, no solamentecon la OTAN a través de los miembros de una APP reforzada,sino también a través de un estatuto de asociación a la UE quesea audaz y generoso.

El Medio Oriente, que se extiende desde el Norte de Áfricahasta el Golfo Pérsico, pasando por el Oriente Próximo, es otrazona que se beneficiaría de un proyecto transatlántico coordi-nado. En esta zona, a pesar de que los intereses no siempre soncomunes, tanto dentro Europa como entre Europa y losEstados Unidos los objetivos son normalmente los mismos, y

las políticas incluso cuando no soncomunes pueden ser al menos compati-bles. Más aún, aunque las capacidadesde los Estados Unidos y los estados deEuropa sean muy dispares, resultan losuficientemente complementarias comopara que unas políticas compatiblesalcancen objetivos comunes con mayoreficacia cuando actúan conjuntamentey no cuando lo hacen por separado.

También Asia es una zona en la quelos norteamericanos y los europeosdeben aprender a pensar juntos, tanto sivan actuar conjuntamente o de formacomplementaria. Esto es especialmentelo que ocurre con China, un país quedebe tener un papel destacado en cual-quier discusión sobre la NMD y el futu-ro de la disuasión nuclear. Pero trabajar

al unísono fuera de la zona euroatlántica requiere mejores meca-nismos de coordinación y consultas mutuas sobre la políticatransatlántica.

Todos estos asuntos sobre cooperación transatlántica y el diá-logo no constituyen una forma nueva de plantear el futuro. Enrealidad se trata de la misma forma de pensar que inspiró a loshombres de Estado de Europa y los Estados Unidos que crearonla OTAN y la Unión Europea, y cuyas ideas sirvieron de faroque iluminó las tinieblas de la postguerra. En ambas orillas delAtlántico, los líderes de la postguerra compartieron una visiónsimilar sobre un pasado fallido y persiguieron, en consecuencia,la similar ambición de escapar de sus historias respectivas yempezar de nuevo. Inmersos en otra situación, la luz que usaronel Presidente Truman y otros líderes todavía ilumina el caminoque se extiende ante nosotros, para que el Presidente Bush y elresto de los líderes políticos completen el sueño de sus predece-sores de una Europa libre y completa moviéndose como un con-trapeso de Estado Unidos dentro de una comunidad euroatlánti-ca fuerte y cohesionada. ■

A pesar de los muchoslogros impulsados por el vínculo transatlántico,los americanos y loseuropeos se mantienenprofundamenteescépticos los unosrespecto a los otros.

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Rumbo seguroJames Dobbins, Subsecretario de Asuntos Europeos de Estados Unidos, manifiesta

a nuestro editor Christopher Bennett su previsión sobre la continuidad en las relaciones de seguridad transatlánticas.

CHRISTOPHER BENNETT: Cadavez que se produce un cambio en laAdministración de EE.UU., los analistasde ambas orillas del Atlántico debaten laimportancia del mismo para la relacióntransatlántica. ¿Qué proporción de con-tinuidad y de cambio pueden esperar losaliados de EE.UU. en los próximosaños?

JD: Cada vez que se cambia la Adminis-tración en Washington, hay un debatesobre la exacta proporción que habrá decontinuidad y cambio. En lo que respec-ta a la Alianza Atlántica, la nueva admi-nistración va a apoyarla de forma ine-quívoca y firme. Esto se evidencia entodo lo que el presidente George W.Bush, el Secretario de Estado ColinPowell, el Secretario de Defensa DonaldRumsf ield y otros cargos han dichosobre esta cuestión. En lo referente a losBalcanes, se realizará un esfuerzo conti-nuado para la revisión del nivel de fuer-zas necesario para llevar a cabo las tare-as asignadas a la OTAN. Sin embargo, elanálisis tendrá lugar en el entorno de laOTAN. Es importante revisar de formaperiódica nuestros compromisos, y ase-gurarnos que sean acordes con las cir-cunstancias. Es evidente el compromisopara trabajar conjuntamente en losBalcanes. El Secretario de Estado Powelllo dejó claro durante su visita a la OTANen febrero, y el Presidente Bush lo hahecho de manera similar en las reunionesque ha mantenido en Washington con elSecretario General de la OTAN, LordRobertson, y otros dirigentes de laOTAN.

CB: Como consecuencia de algunoscomentarios realizados durante la cam-paña electoral estadounidense, losmedios de comunicación han especula-do sobre si la nueva Administración de

EE.UU. está muy interesada en estudiarla posibilidad de una “nueva división deltrabajo” con sus Aliados. En este esce-nario, los europeos se concentraríanprobablemente en la estabilización deEuropa y su periferia, permitiendo a losEstados Unidos dirigir sus energíashacia amenazas más globales. ¿Cómoestá de extendida esta forma de pensaren la nueva Administración estadouni-dense, y qué tipo de consideraciones vana regir con más probabilidad las relacio-nes con sus Aliados?

JD: La Administración reconoce que laresponsabilidad que hemos asumido deforma conjunta en los Balcanes es unatarea en la que tanto Europa comoEstados Unidos están comprometidos, ydeben seguir estándolo. No puedo des-cartar discusiones sobre la planificaciónde la política a largo plazo como las queusted ha indicado, aunque no he vistotodavía ninguna propuesta en ese sentido.

CB: Los procesos de paz en Bosnia-Herzegovina (Bosnia) y Kosovo hanexperimentado varios avances funda-mentales, y las condiciones sobre elterreno mejoraron. Cada vez resulta másclaro, sin embargo, que la comunidadinternacional tendrá que invertir muchosaños, enormes recursos y un considera-ble capital político si se quieren recons-truir sociedades factibles en losBalcanes. Dada su experiencia en laregión, ¿qué oportunidades prevé decrear una paz autosostenible? Y ¿cómotratará de reactivar el proceso la nuevaAdministración?

JD: Los principales acontecimientos delaño pasado, y los más esperanzadores,son los cambios producidos en Zagreb yBelgrado. En los noventa mucha de latensión existente en la región, especial-

mente en Bosnia, provenía de la fuerzacentrífuga que estas dos capitales impri-mían a la sociedad bosnia, consiguiendodesgarrarla. Ahora tenemos una oportu-nidad de ver desempeñar tanto aYugoslavia como a Croacia un papelconstructivo para sostener y edificar unEstado bosnio viable sobre una basemultiétnica, según los Acuerdos deDayton. El tipo de cooperación a la cualse ha comprometido explícitamenteZagreb y que podemos esperar y exigirde Belgrado constituye una gran espe-ranza para la estabilidad en Bosnia ypara el conjunto de la región. Está claroque Serbia meridional sigue siendo ines-table, pero la OTAN está trabajando conef icacia colaborando con la antiguaRepública Yugoslava de Macedonia*,con Serbia y con los líderes albanesesmoderados de Kosovo para desactivar lasituación. Por otro lado, los elementosbásicos para el fomento de la estabilidaden la región están ya presentes. Estos son:el Pacto de Estabilidad, la Resolución1244 del Consejo de Seguridad de lasNaciones Unidas sobre Kosovo, quemarca un camino hacia una autonomíasustancial, pero pospone la decisiónsobre el status final de la provincia, y losAcuerdos de Dayton, su implementa-ción gradual y el fomento de estructurasmultiétnicas en Bosnia, que no depen-dan de los partidos nacionalistas queestuvieron en el poder durante la guerra.Más que de nuevas iniciativas, es unacuestión de compromiso permanente entodas esas áreas. La Administración haindicado que piensa seguir trabajandoen el Pacto de Estabilidad, en los esfuer-zos liderados por la OTAN para el man-tenimiento de la paz en Bosnia yKosovo, y en la ampliación de la OTAN,que a largo plazo ofrece un remedio parala estabilidad e integración de losBalcanes, así como de Europa nororien-tal. Es aquí donde Europa tiene unatarea aún más gigantesca, cuando avan-

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za hacia la integración de estas socieda-des en la Unión Europea. Reconocemosque la contribución europea es enmuchos aspectos la más importante, yvaloramos los esfuerzos que la UniónEuropea y sus miembros están haciendoa este respecto.

CB: Muchos Aliados y Socios han mos-trado claramente sus reservas frente alos planes de la nueva Administraciónde construir una Defensa Nacional con-tra Misiles (NMD). ¿Cómo piensa lanueva Administración llevar adelanteeste proyecto? Y ¿cómo asegurará a losAliados y a los Socios que la NMD lesconviene y ayudará a que el mundo seamás seguro?

JD: La Administración ha empezado yael proceso de consultas con sus aliadosen lo referente a la defensa contra misi-les y a cómo la misma encaja dentro dela política de disuasión, que tambiénintegra otros aspectos de la defensa asícomo el control de armamentos y la no-proliferación. El Secretario de EstadoPowell obtuvo una respuesta muy positi-va sobre estos temas por parte de losAliados cuando visitó la OTAN enfebrero, y se comprometió a que losEE.UU. mantendrían consultas sobreestos asuntos desde el comienzo y confrecuencia; de hecho se comprometió acelebrar consultas antes de que se tomenlas decisiones fundamentales sobre unsistema de defensa antimisiles. Tambiénhemos dejado claro que queremos man-tener estrechas consultas con las otraspartes, entre ellas los rusos y chinos. Dehecho, el Secretario de Estado Powell hadiscutido ya este asunto, entre otros,con el Ministro de Asuntos Exterioresruso.

CB: Por diversos motivos, los EstadosUnidos no han suscrito varios acuerdosinternacionales en los últimos años.Entre ellos están el Tratado deProhibición de Minas Terrestres, elTratado para la creación del TribunalPenal Internacional y el Tratado deProhibición Total de Pruebas Nucleares.Además, planea construir la DefensaNacional contra Misiles, arriesgándosea minar el Tratado ABM (Misiles

Antibalísticos). ¿Qué enfoque adoptarála nueva administración en lo referente aestos tratados?

JD: Los Estados Unidos tienen respon-sabilidades a nivel mundial, que sonúnicas en algunos aspectos, como con-secuencia de nuestros compromisos enCorea, el Golfo, Europa y otros luga-res. Al afrontar algunos de estos temas,los Estados Unidos han tenido preocu-paciones que algunos de nuestrosAliados no han sentido, o al menos nohan sentido con tanta intensidad.Seguiremos manteniendo consultas connuestros Aliados, y trabajando conellos en lo relativo al Tratado ABM,que también será, evidentemente, unasunto primordial en las negociacionescon Rusia. En lo que respecta alTribunal Penal Internacional, es impor-tante reconocer que la f irma delTratado por el Presidente Clinton fueesencialmente una actuación de carác-ter técnico, más que un indicio para su ratif icación. La AdministraciónClinton señaló que veía partes proble-máticas en el Tratado y que no creíaque pudiese entrar en vigor. La firmade Clinton no pretendía revocar la posi-ción de su Administración sobre esepunto. Se consideró más como un pasotécnico para la toma en consideraciónpermanente de algunos aspectos de laadministración del Tratado. Antes,incluso, de tomar posesión, la nuevaAdministración manifestó sus preocu-paciones sobre este acuerdo que eransimilares o quizás aún mayores que lasde la administración Clinton. Por tanto,espero que seguirá manifestandodichas reservas y preocupaciones en elfuturo.

CB: Rusia es un importante socio de laAlianza, pero en los últimos años haestado, en ocasiones, insatisfecha.¿Cómo piensa atraer a Rusia la nuevaAdministración? ¿Qué potencial ve enel Consejo Conjunto Permanente? Y¿cómo podría perfeccionarse esta insti-tución?

JD: La nueva Administración tiene laintención de mantener una buena rela-ción de trabajo con Rusia. El Secretariode Estado Powell ya ha mantenido una

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reunión preliminar con el Ministro deAsuntos Exteriores ruso, y el PresidenteBush ha tenido ya una conversación conel Presidente Vladimir Putin, y esta rela-ción se complementará en los próximosmeses por medio del sistema habitual dereuniones bilaterales y multilaterales.Hay varios asuntos que resolver en larelación, pero en varios puntos se puedeprever razonablemente que habrá coope-ración. Desde luego, apoyamos el com-promiso de la OTAN con Rusia comocomplemento a estas consultas bilatera-les, incluyendo el Consejo ConjuntoPermanente y esperamos con interésdesarrollarlo aún más en los próximosmeses.

CB: Las diversas Administraciones deEE.UU. han instado a sus Aliadoseuropeos a que aumentasen su gasto dedefensa. Mientras la Unión Europeaaumenta su capacidad de gestión decrisis, parece que los europeos estánasumiendo, por fin, un mayor porcen-taje en la carga que supone su propiaseguridad. A pesar de ello, muchosamericanos sospechan de la PolíticaEuropea de Seguridad y Defensa(ESDP), y temen incluso que podríasocavar a la OTAN. ¿Qué recelos tienela nueva Administración sobre esteproyecto, y qué deben hacer los euro-peos para superarlos?

JD: La Administración ha dejado claroque apoya el desarrollo de una PolíticaEuropea de Seguridad y Defensa querefuerce a la Alianza, contribuya a suscapacidades globales y evite duplicarestructuras de planif icación ya exis-tentes. Es así como se está desarrollan-do la ESDP, y la forma en la que dese-amos y esperamos que continuarádesarrollándose. Sin embargo, todavíaexisten problemas no resueltos que tie-nen que tratarse en los próximos mesesen las conversaciones entre la UniónEuropea y la OTAN. La relación entrelos procedimientos de planificación delas dos organizaciones está por tantoestudiándose, al igual que los objetivospara la planificación de operaciones yla cuestión de si la OTAN puede garan-tizar a la Unión Europea el acceso a la planificación en cualquier circuns-

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tancia. Se necesitarán también nego-ciaciones posteriores para identif icarlos procedimientos para que la UniónEuropea pueda aprovechar las capaci-dades de la OTAN. Y, finalmente, toda-vía está pendiente de resolverse lacuestión de la participación de Aliadosno europeos en actividades y operacio-nes de la UE.

CB: Los nueve países que participan enel Plan para la Adhesión de la OTANesperan que se les invite a unirse a la

Alianza en la cumbre de finales del añopróximo. Aunque Washington no deci-de unilateralmente sobre la ampliaciónde la OTAN, la nueva Administraciónde EE.UU. tendrá mucho que decirsobre a quién se invita y a quién no, osobre si se va a invitar a otro país a unir-se a la Alianza. ¿Qué factores se van atener en cuenta para tomar la decisión, ycómo pueden los países aspirantesaumentar al máximo sus posibilidadesde admisión?

JD: La clave para la futura adhesión ala Alianza es el Plan para la Adhesión.

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Todos los aspirantes han establecidosus Planes de Acción, están trabajan-do en su implementación y serán exa-minados según dichos planes, cuandollegue el momento. El grado de pre-paración de los países, y el esfuerzoque han hecho en prepararse para laadhesión a la OTAN son los principa-les criterios a tener en cuenta sobrefuturas adhesiones. Por otro lado,también son consideraciones impor-tantes el grado de implantación y lairreversibilidad de las institucionesdemocráticas y las perspectivas deestabilidad política. ■

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James Dobbins tomó posesión delcargo de Subsecretario para AsuntosEuropeos de EE.UU. en enero de esteaño, un puesto que ocupaba interina-mente desde mayo de 2000. Es un diplo-mático de 58 años, que ha pasado másde dos décadas ocupándose de asuntoseuropeos en el curso de una carrera detreinta años en el Departamento deEstado.

Antes de convertirse en Subsecretariopara Asuntos Europeos, el EmbajadorDobbins ocupó el cargo de consejeroespecial del Presidente y del Secretariode Estado sobre Kosovo y Bosnia-Herzegovina. En este puesto tuvo respon-sabilidades de dirección en la gestión dela crisis de los Balcanes durante toda lacampaña aérea de la OTAN en Kosovo.

Previamente, el Embajador Dobbinstrabajó en el Departamento de Estadocomo responsable de las operacionesde paz en Haití, coordinando las actua-ciones civiles y militares de la inter-vención entre 1994 y 1996, y tambiénen Somalia, supervisando el replieguede las fuerzas de EE.UU. en 1993 y

1994. Entre 1996 y 1999, el Embajador Dobbins fue consejero especial del Presidente y director de pri-mer nivel del Departamento de Latinoamérica en el Consejo de Seguridad Nacional.

Además de sus cargos oficiales, el Embajador Dobbins ha ocupado el puesto de socio senior de laRand Corporation en 1993 y en el Consejo de Relaciones Exteriores en 1995 y 1996. Antes de incor-porarse al Departamento de Estado, el Embajador Dobbins sirvió como oficial de la Armada de losEE.UU. tres años, durante los cuales estuvo destinado en Vietnam en dos ocasiones.

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Revista de la OTAN12 Primavera 2001

Cristoph Bertram es director de la Stiftung Wissenschaft undPolitik, de Berlín. Junto con Gilles Andréani y Charles Grant,es autor de “La revolución militar de Europa” (Europe’sMilitary Revolution, Centre for European Reform, 2001).

Volver a empezarChristoph Bertram evalúa las preocupaciones y expectativas europeas

ante el cambio de inquilino en la Casa Blanca.

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Regreso al futuro: el Presidente ha reunido a un equipo de política exterior que es, en gran parte, el mismo que dejó el cargo junto con su padre hace ocho años.

Cada vez que llega un nuevo inquilino a la Casa Blanca, losgobiernos europeos contienen el aliento. El relevo masivode personal en puestos clave que acompaña a todos estos

cambios provocan que muchos de los recién nombrados pasen losprimeros meses intentando afianzarse. Más aún, aunque cadanuevo candidato presidencial promete superar al anterior ocupan-te de la Casa Blanca en lo relativo a “reforzar las relaciones connuestros aliados”, los europeos han aprendido a ser cautos. Nuncahan tenido razones para dudar de la buena voluntad de un nuevopresidente, pero en ocasiones se sienten preocupados sobre lacapacidad de algunos de los miembros del nuevo equipo, o rece-losos frente a su aparente e irrefrenable impulso de revisar laspolíticas de la Administración anterior y desarrollar nuevas ideas.

Sin embargo, esta vez las cosas son diferentes. El PresidenteGeorge W. Bush ha reunido a un equipo de política exterior quees, en gran parte, el mismo que dejó el cargo junto con su padrehace ocho años. Esa administración se ganó el respeto generali-zado por la forma hábil en que manejó la reunificación alema-na, la desintegración de la Unión Soviética y las consecuenciasde la invasión de Kuwait por Irak. Pero la familiaridad respectoa ese equipo no ha conseguido tranquilizar a la comunidad euro-pea. No es la competencia de la nueva Administración lo quepreocupa, sino la nueva agenda a la que se enfrenta. Muchoseuropeos temen enfrentarse a ciertas actitudes incómodas sobreasuntos euroatlánticos, como la defensa anti-misiles y laampliación de la OTAN, y otros temas más lejanos, como supolítica hacia Irak y China, sobre Rusia y el calentamiento global.

Estos temores están mucho menos justificados cuando setrata de temas tradicionales de la Alianza, que aparentementepueden provocar divisiones pero que deberían resultar perfecta-mente manejables. Los verdaderos problemas están fuera de la

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agenda de la OTAN. Sobre estos asuntos de seguridad no existecoordinación alguna entre los Estados Unidos y sus Aliadoseuropeos, y existe un riesgo cierto de que la brecha abierta enlos últimos años sobre la política transatlántica pueda llegar aensancharse.

Si consideramos la agenda tradicional de seguridad, los pla-nes de los EE.UU. para la Defensa Nacional contra Misiles(NMD), una de las prioridades del nuevo presidente es, demomento, el punto que ha generado más polémica. Sin embar-go, el problema va reduciéndose al advertir los gobiernoseuropeos de que poco pueden hacer frente a la decisión deWashington de seguir adelante. Muchos Aliados se habíanopuesto a la NMD por la reacción de Rusia. Sin embargo,cuando el Presidente ruso Vladimir Putin envía señales favo-rables a un posible acuerdo que combine drásticos recortes delas fuerzas estratégicas ofensivas de los EE.UU. y Rusia conun ajuste del Tratado ABM, los europeos están empezando areconocer que en realidad la NDM puede ofrecer nuevas opor-tunidades a la reducción de armas estratégicas. También loseuropeos han descubierto, como les está ocurriendo a los rusos,que la proliferación de misiles balísticos llegará a ser algúndía una amenaza real para su propia seguridad. Si se compagi-na la introducción de la NMD con un régimen oficial de con-trol y se le acompaña con recortes significativos de los arse-nales nucleares, desaparecen las razones para oponerse.Incluso la participación activa en un sistema que englobe a laAlianza se convierte en una perspectiva atractiva, aunque dis-tante.

Por supuesto, aún no estamos en esa situación. Todavía tienenque producirse las verdaderas negociaciones con Rusia sobre lamodificación del Tratado ABM, y las posibilidades de fuertesreducciones en el número de cabeza nucleares todavía son sola-mente provisionales. Pero, al menos, ahora hay un objetivo quelos europeos pueden compartir. El proyecto NMD, que todavíatiene que probar su viabilidad, no tiene necesariamente que divi-dir a la Alianza mientras se retrasa cualquier decisión sobre elabandono del Tratado ABM.

Muchos de los partidarios norteamericanos de la NMD sepreguntan por qué sus Aliados europeos le atribuyen tantaimportancia a un Tratado que ellos consideran un anacronismode una época en la que existía la Unión Soviética y en la que laslimitaciones sobre defensas contra misiles parecían un elemen-to clave para la transparencia de la disuasión nuclear entre lassuperpotencias. Los europeos conceden de buena gana que elmundo ha cambiado desde entonces, pero creen que las reglasde la carrera nuclear no son menos importantes en el nuevoescenario de seguridad. El Tratado ABM puede ser formalmen-te un acuerdo bilateral entre los EE.UU. y Rusia, pero determi-na el cómputo de las potencias nucleares existentes y futuras, yofrece una medida para predecir la competición nuclear interna-cional. Por tanto, los europeos no pondrían objeciones ni siquie-ra a profundas revisiones del Tratado, pero se sentirían tremen-damente preocupados con su liquidación. Los Estados Unidosdeberían tomarse muy en serio estas preocupaciones, y bienpueden permitirse hacerlo así. El largo plazo de realización decualquier sistema realista de NMD supone que no hay prisa nin-guna para salirse del Tratado. Puesto que el gobierno ruso pare-ce inclinarse a tomar en consideración algún tipo de revisión,

los deseos europeos podrían verse totalmente satisfechos sinalterar los planes de los EE.UU.

La segunda fase de ampliación de la OTAN es otra posiblecausa de tensión en las relaciones transatlánticas. En la próximaCumbre de la OTAN de Praga en el 2002 hay que tomar unadecisión sobre a qué candidatos se invita a unirse a la Alianza, sies que se invita a alguno, y pocos gobiernos europeos están inte-resados por este tema. Sin embargo, admiten que sólo posponerla decisión no es una solución, debido a los compromisos asu-midos en la Cumbre de Washington de 1999. La ampliación estáen la agenda de la Alianza porque la pusieron en ella todos susmiembros, no solamente los Estados Unidos.

Aunque todavía no hay una línea clara, sí que se van precisan-do los contornos del debate. Los dirigentes de los países Aliadosno pueden esperar hasta Praga para decidirse, puesto que lasRepúblicas bálticas estarán inevitablemente en la agenda, tanto sise les invita a integrarse en la Alianza en la próxima oleada comosi no, a causa de las alegaciones de Rusia de que su adhesiónsupondría una ofensa inaceptable contra su seguridad. Por eso ladecisión de incluirlas o no en la próxima ronda de adhesionesdebería comunicarse a Rusia y a las Repúblicas bálticas muchoantes de la Cumbre de Praga, y no anunciarla en el último minu-to. Si se admite a las Repúblicas bálticas, será necesario tranquili-zar a Rusia dándole seguridades de que no hay ninguna intenciónhostil. Si se deja a estas Repúblicas en la lista de espera, habrá quedarles garantías claras de que eso no debilitará sus actuales vín-culos de seguridad con Occidente, aunque sean más indirectos.Por consiguiente, no hay tanto tiempo como parecía para prepararel necesario consenso dentro de la Alianza, generar el apoyo inter-no necesario dentro de EE.UU., en especial en el Senado, y desa-rrollar una estrategia común para implementar la decisión.

Otro posible motivo de recelo mutuo es la intención de laUnión Europea de crear una fuerza de reacción rápida para elaño 2002. El apoyo de los EE.UU., que ya con la administraciónClinton era prudente, probablemente seguirá siendo poco entu-siasta durante la nueva presidencia. Los Estados Unidos siguenconsiderando a la OTAN como el instrumento central de su polí-tica europea, y no quieren verla debilitada por ningún proyectode defensa europea autónoma. No obstante, a las pocas semanasde llegar al poder, la nueva Administración estaba volviendo aempezar más o menos donde la anterior lo había dejado: nada decalurosa bienvenida pero tampoco obstrucción. La única adver-tencia es que cualesquiera nuevas estructuras europeas de coor-dinación que puedan crearse, éstas deben permanecer vincula-das a la OTAN.

Las razones de esta actitud relativamente relajada de laAdministración Bush son las mismas que guiaron a su predece-sora. Si los Aliados europeos aumentan sus esfuerzos militares,aunque sea bajo bandera europea, ello servirá a la Alianza en suconjunto. Más aún, dado que los europeos seguirán dependien-do de los EE.UU. para cualquier operación seria en el futuroprevisible, los Estados Unidos mantendrán el poder de veto. Lasventajas superan claramente a los riesgos. La postura declaradadel Presidente Bush es dar a los gobiernos europeos la oportuni-dad de cumplir su palabra.

Resulta irónico que el verdadero riesgo para las relacionestransatlánticas pueda ser el fracaso de los europeos en cumplircon los objetivos que ellos mismos se impusieron, más que su

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posible éxito en este empeño. El proyecto será juzgado no porlas instituciones que cree, sino por el empuje militar añadidoque consiga. Mientras que los nuevos organismos de la UEencargados de tratar los asuntos de seguridad se han creado deforma extraordinariamente rápida, el objetivo de una capacidadmilitar autónoma creíble sigue pareciendo fantasioso.

Nadie espera milagros para 2003. Pero, para ser creíble, elproyecto europeo necesita al menos un aumento apreciable de lacapacidad de sus fuerzas de intervención que venga acompañadode la necesaria financiación. En sus compromisos sobre la futu-ra fuerza de reacción rápida, los países de la UE se han servidoen gran medida de las fuerzas comunes existentes. Todavía tie-nen que aumentar el número de efectivos y dedicar dinero de ver-dad a mejorar la movilidad de sus ejércitos. A menos que lohagan así en los próximos dos años, su credibilidad se vería seve-ramente afectada. El fracaso en la consecución de tales objetivos,después de todas las promesas filtradas en las declaraciones de laOTAN y la UE, podría provocar mayores recelos transatlánticosy recriminaciones mutuas entre los países europeos. Los EstadosUnidos pueden permitirse adoptar una actitud de espera y verqué ocurre; los europeos, no.

Si los europeos generan algo tangiblepara 2003, su éxito aumentará las capa-cidades militares de todo Occidente.Los gobiernos europeos podrían enton-ces sentirse estimulados a ir más lejosen su puesta en común de recursos mili-tares y los temores norteamericanos deuna OTAN menos centrada en losEEUU podrían tener fundamento. Peroen cualquier caso, hay que hacer frenteal reto de adaptar la Alianza a las épocasy circunstancias cambiantes. De hechouna mayor contribución europea a lagestión de las crisis en el continentepodría solamente ayudar a afrontarlascon más eficacia. Pero estos son asuntosque no necesitan ser abordados en el pri-mer mandato del Presidente Bush.

Mientras que las estructuras actuales de la OTAN puedendemostrar su capacidad de afrontar y desactivar cualquiera delos temas euroatlánticos potencialmente conflictivos, no sepuede decir lo mismo de los temas de seguridad fuera del ámbitogeográfico de la OTAN. Dos ejemplos, Irak y China, puedenilustrar el problema.

Sobre Irak, la frustración es general. Ni las sanciones, ni laszonas de exclusión aérea han tenido éxito en su empeño de obligara Bagdad a abandonar sus planes de rearme o a readmitir a los ins-pectores de la ONU. Mientras tanto, aumenta el apoyo a SaddamHussein en el mundo árabe, a raíz de la ruptura del proceso de pazen Oriente Medio, debilitando la influencia de Occidente en estaregión productora de petróleo. Ni los Estados Unidos ni losAliados europeos tienen una solución al problema. Sin embargo,sus inclinaciones apuntan hacia direcciones muy diferentes. Loseuropeos prefieren una “solución política”, pero no son capaces deformularla, y la nueva administración de EE.UU. se inclina haciaacciones militares más duras. Es difícil establecer cómo se podríatender un puente entre ambas opiniones.

EL VÍNCULO TRANSATLÁNTICO HOY

Revista de la OTAN14 Primavera 2001

Aunque sean acogidos favorablemente, los esfuerzos paraidear “sanciones inteligentes” que se dirigirían contra el régi-men en vez de contra el pueblo iraquí, es poco probable queproduzcan resultados tangibles de forma rápida. Por tanto,habrá que buscar otros caminos. En este tema las prioridadesfundamentales de Europa y los Estados Unidos probablemen-te provoquen fricciones, con unos Estados Unidos que podrí-an culpar del fracaso de la acción militar a la falta de apoyoeuropeo, y unos europeos que responderían culpando a losEE.UU. de actuar unilateralmente, frustrando su planteamien-to político.

China es otro caso significativo. En él, las diferencias entrelas dos orillas del Atlántico están menos marcadas, sobre todoporque los europeos no tienen apenas una política china, salvo elinterés comercial y el deseo de no aislar a este gran país. Porotro lado, los Estados Unidos son uno de los pilares que susten-tan la estabilidad en Asia, y sus relaciones con China afectan atoda la región. El aparente endurecimiento en la actitud de losEstados Unidos hacia China bajo la Administración Bush podríatener amplias repercusiones. Europa lo podría considerar otroejemplo de “unilateralismo” de los EE.UU.

Las áreas de potencial discordiatrans-atlántica en asuntos tradicionalesde la Alianza, como la defensa contramisiles, la ampliación y la integracióndefensiva europea, parecen estar envías de solución. Junto a sus aliadoseuropeos, la Administración Bush nolos manejará con menos eficacia que laadministración anterior. Sin embargo,los casos de Irak y China subrayan elhecho de que la seguridad se ha conver-tido para Occidente en un asunto másamplio que los que abordaban lasestructuras existentes de la Alianza, Lodeseable es crear una política y unacoordinación de crisis entre los EstadosUnidos y los países Aliados europeos,

más allá del ámbito geográfico de la OTAN. En este aspecto,los Estados Unidos tienen poca costumbre, y quizá tambiénpocas ganas, de discutir con Europa sus políticas. Pero unaUnión Europea con creciente seguridad de sí misma, que a tra-vés de su propio proceso de ampliación cada vez se ve máspróxima a las regiones crisis más lejanas, se irá haciendo gra-dualmente más consciente de su propia responsabilidad conrespecto al orden internacional. Y alcanzar este orden depen-derá de que las dos mayores potencias de Occidente trabajenjuntas.

La Administración Clinton parecía, por sus propias inclina-ciones, deseosa de desarrollar unas relaciones con Europasiguiendo esas líneas de actuación, incluso aunque no estánada claro cómo se podría organizar dicha cooperación. Laadministración Bush y sus partidarios en el Congreso no hanmanifestado una disposición similar y parecen poco prepara-dos y poco deseosos de desarrollarla. Es, en estos asuntos glo-bales más que en los temas familiares de la Alianza, donde lasrelaciones entre Europa y los Estados Unidos afrontarán sumayor reto. ■

La seguridad se haconvertido paraOccidente en un asuntomás amplio que los que abordaban lasestructuras existentes en la Alianza

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Debate

¿Está cambiando la naturalezaesencial de las relaciones deseguridad euroatlánticas?

Yes:François Heisbourg

es director delCentro de Política

de Seguridad deGinebra.

No:Rob de Wijk es profesor deRelaciones Internacionales de la Universidad de Leiden,de la Real Academia Military del Instituto Clingendael.

Querido Rob:

En vista del éxito de la OTAN al de-mostrar su capacidad para enfrentarse alos retos de la post-guerra fría en Europa,resulta tentador deducir que la AlianzaAtlántica solamente necesita pequeñasadaptaciones en temas menores en lospróximos años. Después de todo ha pa-sado con buena nota la prueba de la gue-rra y la paz en los Balcanes. Ojalá fue-ra tan simple. La OTAN, si va a seguirgarantizado la asociación estratégica en-tre sus miembros norteamericanos y eu-ropeos, tendrá que sufrir una enormetransformación. La primera y más im-portante razón que justifica esta opiniónes la repentina e importante aparición dela Política Europea de Seguridad y De-fensa (ESDP) dentro del marco de laUnión Europea. Desde el punto de vistade la OTAN éste es un cambio revolu-cionario. Es cierto que la ESDP apare-ció, entre otros motivos, porque el Rei-no Unido decidió, en 1998, que podíaser una buena idea, y que Londres no se

dedica a socavar a la OTAN. Sin embar-go, la ESDP es un motor de cambio ra-dical si se alcanzan los objetivos institu-cionales y materiales de la UE, porqueimplica que la OTAN se convertirá enuna organización con dos pilares, conuna identidad militar y política colecti-va, compuesta por los países de la UE.Semejante visión no debería, por sí sola,resultar un problema metafísico para laOTAN en general y los EE.UU. en par-ticular. A fin de cuentas, sería una im-plementación tardía de la visión formu-lada en 1962 por el Presidente John F.Kennedy de una OTAN también con dospilares. Pero sigue pendiente el hechode que será un cambio traumático, pues-to que la OTAN nunca ha funcionado deesa forma.

La otra posible fuente de potencialestrastornos surge de algunas de las op-ciones escogidas por los EE.UU. La pri-mera que me viene a la mente es la De-fensa Nacional contra Misiles (NMD).Pero desde mi punto de vista este no esel origen principal del desafío de los

EE.UU. a la “vieja” OTAN, aunque seael más visible y el que lleva más cargapolítica. La OTAN deberá enfrentarsede forma más general a cambios impor-tantes e inevitables en la doctrina y laestructura de fuerzas, debido a conside-raciones presupuestarias y estratégicas.Los gobiernos europeos, a los que susamigos norteamericanos, o los analistaseuropeos como tú y yo, les recuerdanconstantemente sus carencias en losgastos de defensa, tendrán que adaptar-se a las consecuencias de las restriccio-nes del presupuesto de EE.UU. No sola-mente ha descendido el gasto de defen-sa norteamericano por debajo del 3 porciento del PNB durante el presente añofiscal, por primera vez desde la funda-ción de la OTAN sino que, además, loque es más importante aún, las fuerzasarmadas de EE.UU. deberán enfrentarsedurante el próximo decenio a la obso-lescencia generalizada de sus más im-portantes sistemas de armamento, ad-quiridos durante la era Reagan. Reem-plazar dichos sistemas sobre la base de

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las actuales doctrina y estructura defuerzas de EE.UU. implicaría un au-mento anual del gasto de defensa deunos 50.000 millones de dólares. Es im-probable que este aumento se produzca,en un contexto de reducciones masivasde impuestos. La estructura de fuerzas yla doctrina tendrán que cambiar. El he-cho de que se haya confiado la revisiónde esta política a Andy Marshall, cuyonombre se asocia siempre a la revolu-ción en temas militares, presagia cam-bios profundos.

A nivel estratégico, las fuerzas queimpulsan el cambio no son menos radi-cales. Los riesgos más serios de unaconfrontación militar a gran escala queafecte a los intereses de EE.UU. y sussocios se hallan principalmente en Asia,desde Oriente y el Golfo Pérsico hastaTaiwán y Corea. Ahora que el ex Presi-dente yugoslavo Slobodan Milosevic noestá ya en el poder, a los Estados Unidosle puede parecer razonable acabar con laigualdad que existe actualmente entrelas fuerzas que tiene estacionadas enEuropa y las comprometidas en Asia.

Las presiones presupuestarias y lasrealidades estratégicas reducirán los ni-veles absolutos y relativos de presenciamilitar de los EE.UU. en Europa. Másaún, esta presencia puede incluso cam-biar de forma, si los Estados Unidos de-ciden que las piezas clave tradicionalesde su estructura de fuerzas (las divisio-nes del ejército, las fuerzas operativasde portaaviones y las fuerzas aéreas) de-ben ser reemplazadas por otras diferen-tes. Dentro de este contexto, la defensacontra misiles actuará como un acelera-dor, potenciando el cambio de las piezasbásicas en la estructura de fuerzas nor-teamericana. El coste evaluado de la

NMD en la Administración Clinton secalculó en unos 60.000 millones de dó-lares durante cinco años, un gasto bas-tante mayor que el incremento generalen gastos de defensa.

La ESDP, por un lado, y los cambiosprevistos por EE.UU., pueden ser com-patibles. Pero, en cualquier caso, consti-tuyen fuerzas profundamente novedosascon respecto a lo que han sido los pri-meros cincuenta años de la historia de laOTAN. En cierto modo, es ahora cuan-do el legado organizativo y doctrinal dela guerra fría está por fin empezando aagotarse.

Atentamente,François

Querido François:

Has sostenido siempre que la OTANtendrá que sufrir una gran transforma-ción a causa de los rápidos progresos realizados en la ESDP y las opcionespolíticas asumidas por los EE.UU. Estoyde acuerdo con la mayor parte de tu aná-lisis, pero no comparto tus conclusio-nes. La “vieja” OTAN a la que te refie-res no existe ya por los motivos que acontinuación se exponen.

En primer lugar, la OTAN ya ha sufri-do una transformación impresionante.Desde la guerra fría la OTAN se ha trans-formado a sí misma partiendo de unaalianza para la defensa colectiva, hastallegar a ser una organización que ponemás énfasis en la colaboración defensivay en la seguridad cooperativa. La OTANha emprendido nuevas iniciativas, comoel Consejo de Cooperación del AtlánticoNorte, precedente del actual Consejo deAsociación Euroatlántico, el ConsejoConjunto Permanente OTAN-Rusia, elDiálogo OTAN-Ucrania y la AsociaciónPara la Paz. Y ha integrado a nuevosmiembros. En muchos comunicados, losdirigentes de la OTAN han sostenido quela seguridad cooperativa precisa de unaestrecha cooperación con los países So-cios, como un prerrequisito para una Eu-ropa estable, sin divisiones y pacífica.

En segundo lugar, la OTAN ha asu-mido nuevas misiones. La caída del co-

munismo en 1989, la Guerra del Golfo ylas guerras en la ex Yugoslavia allanaronel camino para la puesta en marcha demisiones de sostenimiento de la paz yrespuesta ante las crisis, fuera del áreade la OTAN. Es más, estas misiones to-maron una nueva dimensión cuando seinvitó a los Socios a participar en las co-aliciones multinacionales lideradas porla OTAN, como la SFOR y la KFOR. ElProceso de Planificación y Análisis pre-tende armonizar los planes de defensade los países Miembros y los de los pa-íses Socios con el objetivo de mejorar lainter-operatividad en las operacionescombinadas.

En tercer lugar, la OTAN ya se adhirióa la idea de un pilar europeo. En el Concepto Estratégico de la Alianza —laestrategia política de la OTAN— de1991, se acordó que se desarrollaría den-tro de la OTAN una “identidad europeade seguridad”. La Cumbre de la OTANde 1994 aprobó los conceptos de “fuer-zas separables pero no separadas” y losde Fuerzas Operativas Combinadas yConjuntas disponibles para operacionesdirigidas por los países europeos no par-ticipantes en la defensa colectiva. En1996, en Berlín, los Ministros de AsuntosExteriores de la OTAN decidieron crearuna Identidad Europea de Seguridad yDefensa (ESDI). Durante la reunión de1998 en St Malo, el Presidente francésJacques Chirac y el Primer Ministro delReino Unido, Tony Blair, tomaron la ini-ciativa de promover una acción autóno-ma europea, que llevase al Objetivo Glo-bal de la Unión Europea nacido en Hel-sinki y que consiste en crear una fuerza deintervención rápida con 60.000 efectivospara el año 2003. Durante la Cumbre deWashington de 1999, los dirigentes de laAlianza adoptaron las disposiciones ne-cesarias para permitir a la UE el acceso alos activos de la OTAN para operacionesde respuesta ante las crisis, en aquelloscasos en los que no estuviera implicadamilitarmente la Alianza en su conjunto.En otras palabras, la OTAN alcanzó unconsenso en lo referente a la ESDI y supapel en el desarrollo de una Política Ex-terior y de Seguridad Común (PESC) dela Unión Europea, dentro de la cual estála ESDP.

Revista de la OTAN16 Primavera 2001

FRANÇOIS HEISBOURG

La ESDP es un motor decambio radical, porque

implica que la OTAN seconvertirá en una

organización con dos pilares

FRANÇOIS HEISBOURG frente aROB DE WIJK

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hechos en lugar de las ideas, las cosasestán muy lejos de ser sencillas.

La variable principal que determinala capacidad de la OTAN para evolucio-nar desde una estructura de un solo pilara una nueva con dos, es la política nor-teamericana. Por supuesto, si, como su-gieres, los Estados Unidos están pasan-do a ser fuertemente unilaterales, enton-ces las perspectivas de una OTAN dedos pilares serían realmente escasas.Después de todo, a Washington no legustaron demasiado las limitaciones im-puestas por la naturaleza multilateral dela OTAN durante la campaña aérea deKosovo. La “guerra dentro de la guerra”entre la cadena de mando de la OTAN yla de los EE.UU. fue ilustrativa a esterespecto. Si una OTAN con un solo pilarno les gusta a ciertas personas en losEE.UU., parece que habría muy pocasposibilidades de que una Alianza condos pilares, con una especie de apéndiceeuropeo, gozara de mucho apoyo enWashington.

Sin embargo, los cambios militaresradicales producidos en los EE.UU.ofrecen la oportunidad a una nueva for-ma de actuar en la OTAN entre los Es-tados Unidos y Europa. Washingtonquerrá centrarse más en Asia —dondese encuentran los riesgos militares másserios y los paises de mayor importan-cia estratégica— y reducirá su estructu-ra de fuerzas en bases avanzadas, pormotivos presupuestarios y relativos a laRMA. La defensa contra misiles tam-bién actuará como un acelerador de es-tos cambios profundos en la doctrina yestructura de fuerzas de los EE.UU.,puesto que los incrementos en el presu-puesto de defensa seguramente se des-viarán a esta área. Dadas estas limita-ciones presupuestarias y estos cambios

Primavera 2001 Revista de la OTAN 17

ROB DE WIJK

Los norteamericanosdeben sentirse a gusto con

la velocidad del procesoque conduce a la ESDP

Estoy de acuerdo con tus comenta-rios sobre la potencial perturbación quepodrían provocar las decisiones políti-cas de los EE.UU. La defensa contramisiles podría originar divisiones en laOTAN. Además, los Estados Unidospondrán, con toda seguridad, mayor én-fasis en la defensa de sus intereses enAsia Central, especialmente en el marCaspio, y sus riquezas petrolíferas. Dehecho, los Estados Unidos tendrán querealizar para ello inversiones en fuerzasarmadas móviles. Pero evolucionar des-de unas unidades mecanizadas y me-dios de transporte (aviones y barcos) dealto coste, que tuvieron gran importan-cia durante el periodo de la guerra fría,hasta unas unidades más pequeñas yflexibles, con importante potencia defuego y mayor movilidad para desplazarsus fuerzas en el extranjero podría, in-cluso suponer un ahorro de dinero. Es-pero que Andy Marshall presente nue-vas ideas en este campo. En cualquiercaso, soy optimista sobre la capacidaddel Presidente Bush para convencer alCongreso de que incremente el presu-puesto si Marshall propone una nuevavisión estratégica.

El origen de los problemas es otrocompletamente diferente. Hasta 1998el carácter multilateral fue una caracte-rística dominante de la política exteriorde los EE.UU. Los Estados Unidos lle-varon a cabo iniciativas para reforzar laseguridad común en Europa y para crear un sistema de instituciones que secomplementaran y reforzaran mutua-mente. Por razones diversas, la políticaexterior de los EE.UU. puso un menorénfasis en el fortalecimiento de la se-guridad común en 1998. En su lugar,puso más empeño en promover el inte-rés nacional. Esto condujo a una impli-cación más selectiva en el resto delmundo. Las intervenciones en Sudán,Afganistán e Irak durante 1998, laNMD y la negativa del Senado a la ra-tificación del Tratado de ProhibiciónTotal de Pruebas Nucleares demuestranun cambio en su política exterior. Másaún, la operación aérea de la OTAN enKosovo dejó claro el grado de depen-dencia europea respecto a los EstadosUnidos en operaciones a gran escala.

De esta forma, el cambio en la políticaexterior de los EE.UU. y el desequili-brio tecnológico han despertado entrelos europeos el temor a la desvincula-ción de la seguridad de los EE.UU. y deEuropa y ayudaron a impulsar la PESCy la ESDP.

En resumidas cuentas, la “vieja”OTAN ya no existe, hay consenso sobreel camino a tomar, incluyendo el desa-rrollo de una identidad de defensa euro-pea, y el potencial origen de las actualesinquietudes es la percepción de que losEstados Unidos puedan haber empren-dido una política de compromiso selec-tivo que conduciría a la desvinculaciónde la seguridad de Europa y la de los Es-tados Unidos. La verdadera cuestión,por tanto, es cómo mantener a los Esta-dos Unidos completamente involucra-dos en garantizar que la OTAN mantie-ne su importancia en el futuro.

Atentamente,Rob

Querido Rob:

Estoy de acuerdo contigo en la im-portancia que das a la capacidad de laOTAN para adaptarse a las nuevas cir-cunstancias. Sin embargo, hay algo enesos cambios que me recuerda la frasede “El gatopardo”, la obra de GiuseppeTomasi di Lampedusa: “Algo tiene quecambiar para que todo siga igual”. Losretos a los que me estoy refiriendo for-zarán a la Alianza no solamente a adap-tarse, sino a transformarse en una orga-nización con dos pilares. La ESDI noserá posible mientras todos los paíseseuropeos no la apoyen, y la inexistenciade esa política no fue culpa de la OTAN.Ahora que la ESDP se está convirtiendoen una realidad, los Aliados afrontan elreto de cumplir los compromisos adop-tados en la Cumbre de Washington de1999 para promover en la Unión Euro-pea los activos comunes de la OTAN.Como bien sabes, al menos un paísmiembro eminente, Turquía, no se hamostrado nada entusiasmado a este res-pecto. La OTAN puede haberse adheri-do a la idea del pilar europeo, perocuando llega el momento de aceptar los

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de estrategia, Washington tendrá moti-vos para presionar a favor de una ESDPmás activa, y no al contrario.

Quizá sea demasiado optimista. Esposible que la Administración Bush mar-que una ruptura unilateral con los com-promisos estratégicos y militares en el escenario internacional, y eso seríanmuy malas noticias para la OTAN. Perolos nuevos equipos encargados de segu-ridad y defensa en la nueva Administra-ción no parecen apuntar en esa direc-ción.

Atentamente,François

Querido François:

Tienes razón al sostener que cuandollega el momento de aceptar los hechosen lugar de las ideas, las cosas distanmucho de ser sencillas. También estoyde acuerdo en que, probablemente, losEstados Unidos van a poner un mayorénfasis en sus intereses de seguridadfuera de Europa. Este cambio, de hecho,requeriría que Washington presionarapara que hubiera más ESDP, no menos.

He argumentado ya que la aceleracióntanto de la PESC como de la ESDP es-tuvo motivada, entre otras razones, porlos temores europeos a que los cambiosen la política exterior de EE.UU. y el de-sequilibrio tecnológico llevarían a unadesvinculación de las políticas de seguri-dad europea y norteamericana. El desa-rrollo posterior de la ESDP, sin embargo,no depende ya de las opciones estratégi-cas de los EE.UU. El motivo lo constitu-ye el proceso comenzado en St Malo en1998. La declaración de St Malo ha

complementado el debate sobre asuntosinstitucionales con decisiones importan-tes sobre las diversas capacidades. Des-de St Malo se han tomado medidas esen-ciales para adaptar las estructuras de laAlianza a la nueva ESDI. Durante elConsejo Europeo de Colonia en 1999, sedecidió crear en la UE un Comité de Po-lítica y Seguridad permanente, un Comi-té Militar y un Estado Mayor de la UE.La importancia de estas decisiones difí-cilmente puede exagerarse.

La creación de nuevas estructuraspermanentes político-militares en Bru-selas conducirá al establecimiento deuna nueva burocracia. De hecho, el Es-tado Mayor de la Unión Europea ya tie-ne más de 130 personas. Esta burocraciainevitablemente tendrá que desarrollarpolíticas, que, a su vez, originarán supropio impulso. Dicho de otro modo, elestablecimiento de nuevas estructuraspermanentes de la UE, junto con el ca-tálogo de fuerzas para operaciones diri-gidas por la Unión aprobadas el año pa-sado en Bruselas, ha promovido un pro-yecto independiente de las políticas delos EE.UU., con consecuencias para lasrelaciones transatlánticas a largo plazo.

Debido a ello el Reino Unido se haconvertido en un país clave. Mientrasque Francia siempre se muestra favora-ble a aumentar la velocidad del procesohacia la ESDP, el Primer Ministro Blairse mostró dubitativo por las potencialesconsecuencias que pudiera tener paralas relaciones transatlánticas. Esto su-braya mi comentario anterior de que elverdadero reto es cómo mantener total-mente involucrados a los EE.UU., paraasegurar que la OTAN siga siendo im-portante. Como primera medida, lospaíses pertenecientes a la UE deberíanaprobar un nuevo concepto estratégico,detallando los intereses comunes de losEstados miembros, dónde pueden verseen peligro y cómo se pueden proteger.Esto debería servir de base para la de-fensa y la planificación operativa.

Todo ello me lleva a la cuestión delliderazgo. Probablemente el mayor obs-táculo para desarrollar y desplegar unacapacidad autónoma europea es la au-

sencia de un líder claro. El liderazgo esun prerrequisito tanto para la defensaeficaz como para cualquier planifica-ción operativa. Hasta ahora, los princi-pales implicados —Alemania, Francia yel Reino Unido— están jugando el mis-mo juego pero con reglas diferentes.Desde el punto de vista teórico, JavierSolana, el Alto Representante de la Po-lítica Exterior de la Unión Europea, de-bería dirigir la ESDP. Pero mientras laUnión Europea siga políticas de defensay de seguridad intergubernamentales, espoco probable que ello ocurra. Si los eu-ropeos gestionan mal este proceso, po-dría aparecer una OTAN de dos pilares,consistente en un foro político para lasconsultas transatlánticas, con la tan ala-bada estructura militar integrada repar-tida entre los norteamericanos y laUnión Europea. Esta no es la OTAN quedeseo. Estoy a favor de mantener la es-tructura militar integrada, de forma quesean posibles unas CJTFs lideradas porla UE, con “fuerzas separables pero noseparadas” y que utilicen los activos dela OTAN. Para ello los norteamericanos,y por supuesto los turcos, deben sentir-se a gusto con la velocidad del procesoque conduce a la ESDP.

Atentamente,Rob

Querido Rob:

Aunque la ESDP es por naturalezaintergubernamental, sigue fielmente el“método Jean Monet” de integracióneuropea: primero se establece una soli-daridad de hecho —las nuevas institu-ciones de defensa y seguridad y la fuer-za que las encabeza— y después, perosólo después, se plantea la cuestión depara qué es, o sea, su finalidad estraté-gica. Ha llegado el momento de que laUnión Europea —quizá bajo la próximapresidencia belga— inicie un nuevoanálisis estratégico. Ello es esencial, nosolamente para la ESDP por sí misma,sino también para las relaciones transa-tlánticas. Tanto la Unión Europea comolos Estados Unidos tendrán que tomaruna decisión conjunta en lo referente asi quieren poner el acento en el reparto

Revista de la OTAN18 Primavera 2001

FRANÇOIS HEISBOURG

Ha llegado el momento deque la Unión Europeainicie un nuevo análisis

estratégico

FRANÇOIS HEISBOURG frente aROB DE WIJK

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del trabajo —“los europeos hacen Euro-pa, los Estados Unidos el mundo”— oen compartir los riesgos tanto dentro co-mo fuera del área de actuación de laOTAN. Yo prefiero claramente esto últi-mo, pero todavía no hay un consensofirme en este punto ni en Estados Uni-dos ni en la Unión Europea.

Queda entonces el problema del lide-razgo en la Unión Europea. La OTANha operado sobre la base de un único pi-lar, siendo los Estados Unidos algo másque un “primum inter pares”. Este mo-delo, evidentemente, no es apropiadopara Unión Europea, en la que ningúnmiembro individual puede soportar ensolitario constantemente el peso del li-derazgo. Las nuevas instituciones de laESDP, que se parecen a las de la OTAN,no pueden trabajar como estas últimas.En consecuencia, la capacidad de laESDP de funcionar eficazmente comoun segundo pilar en la OTAN dependeráde la revisión institucional, y posible-mente constitucional, establecida parael año 2004, en un momento en el que niAlemania, ni Francia, ni el Reino Unidoafrontan la presión de unas eleccionesgenerales cercanas.

Mientras tanto, resulta alentador verque la OTAN y la Unión Europea estánrealmente aprendiendo a trabajar juntosde forma sinérgica frente a la situaciónextremadamente compleja de la antiguaRepública Yugoslava de Macedonia.*Estos acontecimientos permiten la espe-ranza de que un modelo de OTAN condos pilares puede llegar a conseguirsecon el tiempo.

Atentamente,François

Querido François:

Me alegró leer que estabas a favor deun nuevo concepto estratégico para laUnión Europea. También yo creo quenecesitamos un reparto del trabajo entrelos europeos y los norteamericanos aun-que sin exageraciones. Lo que necesita-mos es un nuevo concepto estratégicoque tenga los intereses colectivos como

punto de partida. La prosperidad de losEstados miembros de la UE depende deun escenario global estable y seguro,que puede verse amenazado por aconte-cimientos que se produzcan en Asia oÁfrica. A consecuencia de esto, laUnión Europea no tiene más alternativaque desempeñar un papel activo en losasuntos mundiales para defender sus in-tereses y fortalecer el imperio de la leyinternacional. Por lo tanto, un conceptoestratégico debería definir la posiciónde la Unión Europea en la distribuciónde poder mundial. Si la Unión Europease las arregla sin haber definido quérumbo escoge, su influencia probable-mente disminuirá y podría crearse unvacío de poder.

No estoy a favor de un reparto del tra-bajo, en el que “Los europeos hacen Europa y los Estados Unidos el resto delmundo”. Nosotros los europeos necesi-tamos trasladar a cualquier punto fuer-zas militares para defender nuestros in-tereses. Esta capacidad debería utilizar-se también para impulsar la estabilidad,y para llevar a cabo operaciones de apo-yo a la paz. Como primer paso, los paí-ses europeos miembros de la OTAN de-ben implementar la Iniciativa de Capa-cidades de Defensa de la OTAN,preferentemente mediante empresasconjuntas europeas. Solamente median-te una estrecha colaboración seremoscapaces de obtener un mayor rendimien-to para nuestro dinero.

Un nuevo concepto estratégico nosayudaría a definir las denominadas “ta-reas de Petersberg”, que están incorpo-radas a los Tratados de la Unión Euro-pea: tareas humanitarias, de rescate, demantenimiento de la paz, fuerzas decombate para la gestión de crisis e in-cluso de pacificación. Dentro de laUnión Europea hay todavía puntos devista divergentes. Por un lado, losmiembros de la UE con fuerte inclina-ción euroatlántica, como mi propio país,Holanda, son tradicionalmente favora-bles a una interpretación limitada de lastareas de Petersberg. Para garantizar laparticipación de los EE.UU. en crisismás decisivas, desean asumir solamenteoperaciones a pequeña escala en el nivel

inferior de la gama de conflictos. Por elotro lado, los países miembros de la UEcon una fuerte orientación europea co-mo tu país, Francia, son favorables aldesarrollo de nuevas capacidades mili-tares para asumir estas tareas en toda lagama de posibles conflictos.

Sin embargo, las cosas están cam-biando. El gobierno holandés se estávolviendo más comprensivo hacia laidea de fortalecer la defensa europea.Desde mi punto de vista, las personascomo tú y yo deberíamos tratar de con-vencer a los políticos de que una UniónEuropea con intereses globales requiereuna interpretación maximalista de lastareas de Petersberg. Deberíamos dejarclaro que eso no socavará a la OTAN, si-no que la reforzará. Por tanto, debemosresaltar que se deben evitar las duplici-dades innecesarias. Una OTAN con dospilares, con dos burocracias ocupándosede tareas similares y por último dos es-tructuras militares integradas, sería la-mentable.

Comparto tu punto de visto de queresulta alentador ver que la OTAN y laUnión Europea están aprendiendo aoperar de modo sinérgico en la antiguaRepública Yugoslava de Macedonia.*Esta es una prueba crítica. Si la OTAN yla Unión Europea fracasan en gestionar-la de modo adecuado, la posibilidad deque extienda la crisis es grande. Si ma-nejan la situación adecuadamente, de-mostrarán de nuevo que la OTAN y laUnión Europea son indispensables parala paz y estabilidad de Europa y quepueden trabajar juntos con eficacia.

Atentamente,Rob

Primavera 2001 Revista de la OTAN 19

ROB DE WIJK

La Unión Europea no tiene más alternativa quedesempeñar un papel activo

en los asuntos mundiales

FRANÇOIS HEISBOURG frente aROB DE WIJK

Rev. OTAN 1/2001 28/6/01 12:14 Página 19

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REPORTAJES

Revista de la OTAN20 Primavera 2001

En la sede de la OTAN, en Bruse-las, han aparecido en los últimosaños caras nuevas, al disfrutar va-

rios ciudadanos de los países Socios sertestigos de las operaciones y la toma dedecisiones de la Alianza. Desde 1999,más de 20 jóvenes funcionarios civilesde países Socios se han beneficiado delprograma de becas de trabajo en prácti-cas de la Asociación Para la Paz (APP),que les permite trabajar en el mismo co-razón de la Alianza.

El programa, que se dio a conocer enla reunión del Consejo de AsociaciónEuroatlántico de noviembre de 1998, haresultado ser cada vez más popular des-de que los primeros becarios de los paí-ses Socios llegaron a la sede de laOTAN justo después de la Cumbre deWashington de 1999. Se han creadoocho puestos en el Secretariado Interna-cional de la OTAN para este programa,en las divisiones implicadas en activida-des de la APP (dos en cada una deellas): Planes de Defensa y Operacio-nes, Apoyo a la Defensa, Planes deEmergencia Civil y Asuntos Políticos.

El coste del programa de trabajo enprácticas es responsabilidad de los paí-ses Socios. Sin embargo, a fin de garan-tizar que los ciudadanos de todos los paí-ses Socios tienen las mismas oportuni-dades, algunos miembros de la OTANhan subvencionado a becarios escogi-dos. Por ejemplo, un becario ucraniano,que está a punto de unirse al programa,será subvencionado por el Reino Unido.

Todos los puestos designados por laAPP están abiertos a lo ciudadanos decualquier país Socio, pero los candida-tos deben tener un buen conocimientode al menos uno de los dos idiomas detrabajo de la OTAN. Más aún, la corres-pondiente División tiene la última pala-bra en los nombramientos, que se basanen la cualificación de los candidatos yuna distribución geográfica equilibradade los puestos. Para proporcionar a losbecarios en prácticas una experiencia

más valiosa y garantizar la adecuada ro-tación de los puestos, las becas de traba-jo en prácticas se presentan por periodosque van desde varios meses hasta unaño.

Las condiciones de trabajo en laOTAN de los ciudadanos de países So-cios se rigen por una política especial,que intenta conjugar las necesidades deinformación de los becarios con la nor-mativa de seguridad de la OTAN. Losciudadanos de países Socios no tienenacceso a información clasificada, ni aciertas zonas de la sede de la OTAN. En

consecuencia, se entregaron pases de“visitante sin acompañamiento” a estosbecarios de los países Socios, para per-mitirles desplazarse desde sus lugaresde trabajo, que están fuera de las zonasde acceso restringido de la sede de laOTAN, y las divisiones de las que de-penden. Además, se han tomado dispo-siciones especiales para dar un accesosuficiente a la información restringida alos becarios de los países Socios, a finde que puedan realizar el trabajo asig-nado.

Eric de Labarthe, coordinador delprograma de becas de trabajo en prácti-cas de la APP, ha explicado: “Se entre-

garon autorizaciones especiales parapermitir a los becarios la asistencia areuniones importantes para su trabajodiario. Más aún, como consecuencia delos trabajos en curso para la armoniza-ción de los sistemas de clasificaciónde documentos de la OTAN y la APP,los becarios tienen acceso en la actua-lidad a un amplio espectro de informa-ción recientemente desclasificada”.

Además del aprendizaje práctico, alos becarios se les da la oportunidad deintervenir personalmente en las opera-ciones de la Alianza. De común acuerdocon la División correspondiente, losfuncionarios civiles de los países Sociospueden hacerse cargo de proyectos indi-viduales, desde la elaboración de publi-caciones de la OTAN hasta la prepara-ción de análisis específicos y planes decontingencia sobre asuntos relacionadoscon la APP. Según Marie Holmberg, unabecaria sueca que estudió la implicaciónde los países Socios en las actividadesde la OTAN relativas a armamentos te-rrestres y seguridad para la División deApoyo a la Defensa, “los proyectos indi-viduales demuestran las posibilidadesexcepcionales que ofrece el Programade becas de trabajo en prácticas de laAPP”.

Pasar por la experiencia de una coo-peración intercultural y adquirir unacomprensión profunda de la forma en laque actúa la OTAN ayuda a disipar mu-chos mitos sobre la Alianza. Según dijola Sra. Holmberg, ve ahora a la Alianzacomo “las diecinueve naciones que es-tán detrás de ella” y valora “la impor-tancia del consenso en la toma de deci-siones”.

Con un máximo de ocho becarios si-multáneamente, el programa de trabajoen prácticas de la APP resulta modestoen comparación con ciertos programasmilitares. Sin embargo, la iniciativa hatenido una buena acogida tanto entre elpersonal de la sede OTAN como entrelos participantes de los países Socios, yen consecuencia puede ser ampliada.“La idea ha tenido una cálida acogida,aunque hace falta un mayor análisis an-tes de poder implementar esa propues-ta”, declaró el Sr. De Labarthe. ■

CARAS NUEVAS EN LA OTAN

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María Holmberg: “posibilidades excepcionales”

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REPORTAJES

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Duge es un pueblecito remoto si-tuado en los montes Crnoljeva, enKosovo, cerca del cruce de carre-

teras existente entre las ciudades de Uro-sevac y Prizren. Tiene unos 200 habitan-tes, se queda aislado del resto de la pro-vincia durante gran parte del invierno y,como otros muchos lugares de Kosovo,fue en gran parte destruido durante loscombates de 1998 y 1999. Hoy en día, lavida empieza a volver a la normalidad, engran parte gracias a los esfuerzos de unode los equipos de Cooperación Civico-Militar (CIMIC) de la KFOR.

Los daños causados durante la guerraen la carretera principal a Duge provo-caron que los habitantes se enfrentaran agrandes dificultades para entrar y salirde la población, carecieran de acceso in-mediato a la asistencia sanitaria y no pu-dieran llevar a sus hijos a la escuela. Lareparación del tramo de carretera de treskilómetros que conecta Duge con elmundo exterior era esencial para devol-ver la vida a este pueblo, y formaba par-te de uno de los mil proyectos de re-construcción señalados por un equipode la CIMIC el año pasado.

La Cooperación Civil-Militar (CIMIC)es el proceso de cooperación y coordina-ción entre un comandante de la OTAN ylas poblaciones y organizaciones civilesdentro de su zona de operaciones. El pro-ceso implica la creación de unos mecanis-mos de enlace y la coordinación de nece-sidades entre las organizaciones milita-res y civiles. También puede conducir deforma excepcional a una participación mi-litar en tareas que normalmente quedaríanbajo el mandato de las autoridades civiles.

La participación de la CIMIC en latarea de reconstrucción resultó clave enla labor del segundo comandante de laKFOR, el general español Juan Ortuño,que pretendía “dotar a la provincia deunas perspectivas de desarrollo econó-mico a largo plazo” y proveerla de “unmecanismo para facilitar el flujo de fi-nanciación de donantes internacionalesa nivel regional y municipal”. Más aún,este planteamiento no solamente ha sidoacogido favorablemente por las organi-zaciones civiles, las agencias interna-cionales y las autoridades locales, sino

que además ayudó a fomentar la com-prensión entre los militares y ellos.

A partir de una evaluación sobre el te-rreno realizada en marzo de 2000, dondese detectó que la comunidad internacio-nal carecía en el conjunto de la provinciade capacidad suficiente para evaluar lasnecesidades de reconstrucción, los plani-ficadores del Cuartel General Supremode las Potencias Aliadas en Europa (SHA-PE) crearon el Grupo para el Desarrollode Kosovo, que fue transferido y puestobajo la autoridad del departamento de re-construcción de Kosovo de la Unión Eu-ropea. Ocho países —Bélgica, Dinamar-ca, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia,Italia y España— ofrecieron un personalde 18 expertos, que han trabajado enequipos de tres personas en los cinco sec-tores de la provincia y en la capital, Prís-tina. Los costes se han repartido entre lasdiferentes partes implicadas: los salarioscorrían a cargo de las naciones partici-pantes, la KFOR proporcionaba aloja-miento y lugar de trabajo y la Unión Eu-ropea aseguraba el transporte, además delos gastos fijos y suplementarios.

A partir de julio de 2000, los equiposdel Grupo para el Desarrollo de Kosovoviajaron por toda la provincia, identifi-cando los proyectos de reconstrucción co-mo el de Duge, y asignándoles su gradode prioridad, todo ello en colaboracióncon las autoridades locales y las aproxi-

madamente 120 organizaciones no guber-namentales que operan en Kosovo. Estosproyectos, que cubren todos los diferentesaspectos de la reconstrucción, desde la re-paración de infraestructuras a la regenera-ción de la economía, tienen en la actuali-dad asignada financiación de la UE.

El personal inicial del Grupo para elDesarrollo de Kosovo dejó la provinciaa finales de enero. Sus sucesores super-visarán los proyectos hasta julio del pre-sente año, puesto que para entonces lasestructuras civiles de la UE deben estarpreparadas para hacerse cargo de la ta-rea.

Desde que las fuerzas de manteni-miento de la paz dirigidas por la OTANllegaron a los Balcanes en diciembre de1995, la gama de actividades en las quese han visto implicados los militares seha ido ampliando constantemente. Aun-que se han incrementado las ocupacionesde los soldados, y las capacidades que és-tas requieren, la CIMIC ha demostradoser una experiencia extremadamente po-sitiva que ayuda a mejorar las relacionestanto con la población local como conotras agencias internacionales que traba-jan sobre el terreno.

A partir de la experiencia obtenida tan-to en Bosnia-Herzegovina como en Koso-vo, el SHAPE ha preparado un documen-to oficial de normas de actuación en elque se trazan las directrices para la CI-MIC y sus principios operativos, trazandolas directrices para la CIMIC. Y lo que esmás importante, establece los mecanis-mos de control para garantizar que la im-plicación en tareas civiles solamente seproduce cuando no hay ninguna otra al-ternativa. Este documento ya ha sidoaceptado por los Estados miembros de laOTAN y debe ser aprobado en breve pla-zo por el Consejo del Atlántico Norte.

En su esfuerzo por mejorar la coordi-nación sobre el terreno, el SHAPE hadesarrollado también relaciones de tra-bajo con las principales organizacionesinternacionales y ONG cuyas tareas es-tén orientadas hacia la CIMIC, comopor ejemplo la Unión Europea, el Comi-té Internacional de la Cruz Roja y lasagencias de las Naciones Unidas. Y aúnmás, se ha redactado el borrador de otrodocumento donde se establece la doctri-na de una CIMIC más global, señalandode forma detallada cómo debe funcionaren el teatro de operaciones. Este docu-mento está actualmente siendo distribui-do entre los Estados miembros para queden su conformidad. ■

RECONSTRUCCIONCON LA CIMIC

General Ortuño: una perspectiva a largo plazo

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cisiones. En este punto, es importanterendir tributo a la opinión públicahúngara, puesto que Hungría fue elúnico Estado miembro cuya pobla-ción podía contemplar el impacto dela campaña aérea directamente. Dehecho, los que vivían cerca de la fron-tera entre Yugoslavia y Hungría po-dían ver y escuchar los bombardeos, ya menudo tenían parientes al otro ladode la frontera. A pesar de ello, el nivelde apoyo a la campaña nunca descen-dió por debajo del 50 por 100. La opi-nión pública húngara entendió perfec-tamente lo que la OTAN representa ypor qué emprendimos la campaña.

RO: En la época en la que Hungría seunió a la Alianza, los analistas que seoponían a la ampliación de la Alianzaexpresaron diversos temores, entreellos el efecto que podría tener sobrelas relaciones con Rusia, la duda de si

el Consejo del Atlántico Norte podría seguir actuando con efi-cacia, y si Hungría y los otros nuevos miembros estaban prepa-rados militarmente para unirse a la Alianza. ¿En qué han que-dado estos temores en la práctica?

AS: Algunos de estos temores eran completamente infundados,y otros fueron el resultado de la preocupación de si una Alianzade 19 países podría ser tan fuerte y eficaz como lo era con 16.La campaña de Kosovo demostró que es perfectamente posibletomar decisiones tremendamente difíciles entre 19 países por-que, a pesar de la adhesión de los checos, húngaros y polacos, lasolidaridad, la eficiencia y la cohesión de la Alianza no han dis-minuido, sino aumentado. Mi mensaje es que la capacidad de tomar decisiones no depende del número de países que se sien-ten alrededor de la mesa del Consejo, sino de su actitud y de sicomprenden que, al final, tienen que trabajar todos en la mismadirección. En consecuencia, no estoy preocupado sobre la futu-ra ampliación de la Alianza y me gustaría ver tantos nuevosmiembros como sea posible, siempre que éstos comprendan laimportancia de mantener la eficacia, cohesión y solidaridad de

Revista de la OTAN: ¿Qué efecto tu-vo en Hungría la adhesión a la OTANy cómo ha respondido la opinión pú-blica húngara?

AS: La idea de la integración euroa-tlántica ha tenido un enorme impactoen mi país. Hungría había heredado dela época comunista sus estructuras yuna economía enferma que necesitabaser reformada. La mejor vía para la re-forma era la integración en las dosprincipales instituciones que repre-sentan la modernización, es decir, laOTAN y la Unión Europea. La prepa-ración para la adhesión a la OTAN nosha sido por tanto de gran utilidad,puesto que ha mantenido la máximapresión sobre las instituciones, la so-ciedad y los políticos húngaros paragarantizar que todos ellos generen lasnecesarias reformas, y que de ese mo-do Hungría pueda alcanzar a las na-ciones más modernas y democráticas del mundo, muchas de lascuales son miembros de la OTAN, y unirse a ellas. La adhesiónha tenido su precio. Ha requerido muchos sacrificios, en aspec-tos sociales y económicos. Pero al final Hungría ha obtenido es-tabilidad e influencia en la elaboración de las políticas euro-atlánticas. Hungría tiene en la actualidad su puesto en el Conse-jo del Atlántico Norte, donde se toman las principales decisionessobre la seguridad europea.

RO: ¿Cómo reaccionaron Hungría y su opinión pública a lacampaña aérea en Kosovo?

AS: Justo una semana después de las celebraciones festejandola adhesión de Hungría a la Alianza, el 12 de marzo de 1999,la campaña aérea de la OTAN supuso una tremenda conmo-ción. Pero lo importante es que Hungría pasó la prueba. Dehecho, la forma en la que Hungría, y en realidad también losotros nuevos miembros, se comportaron durante la campaña aérea demostró la justeza de la ampliación de la OTAN puesnuestra presencia no hizo más difícil el proceso de toma de de-

Andras Simonyi: el mensajero de HungríaEn su calidad de Embajador de Hungría ante la OTAN desde 1995 y

primer Representante Permanente de su país ante la Alianza desde 1999,Andras Simonyi desempeñó un papel clave, primeramente al dirigir la

adhesión de Hungría a la OTAN y después en la supervisión de la transición.El Embajador Simonyi, de 49 años de edad, dejó Bruselas en enero, despuésde nueve años, para empezar una nueva carrera como consultante, y trabajaren la promoción de inversiones internacionales en Europa central y oriental.

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la Alianza. En lo referente a Rusia, la posición húngara ha sidosiempre que la ampliación de la OTAN no debe preocupar a Ru-sia. Más aún, la OTAN está ampliándose porque queremos au-mentar la zona de estabilidad y seguridad hacia el Este. De he-cho, pensamos que a Rusia le conviene países más estables en sufrontera occidental. Durante los últimos dos años se ha demos-trado que la zona de estabilidad ha aumentado y que la Repúbli-ca Checa, Hungría y Polonia son mucho más estables, sus eco-nomías han crecido a mayor velocidad e incluso los países quetodavía no son miembros de la Alianza, pero que tienen fronteracomún con los nuevos miembros, se han beneficiado de esa seguridad y estabilidad.

RO: ¿Han resultado ser algunos problemas más difíciles de re-solver que lo esperado?

AS: La OTAN, al tiempo que aumenta de tamaño debe seguirsiendo fuerte y tener la potencia adecuada. Yo no he estado nun-ca satisfecho con el ritmo de la reforma militar. Este es un pro-ceso continuo, que probablemente nunca se completará, pero esclave para hacer frente a los desafíos a la seguridad del mundomoderno. Lamento que no tuviéramos a nuestra disposición durante el proceso de preparación las herramientas ahora disponibles para los países aspirantes a ser miembros de laAlianza, y la profunda relación que los Socios de la APP tienencon la OTAN en la actualidad. También me hubiese gustado quehubiésemos podido beneficiarnos de la abundante informacióncomún, que actualmente está disponible para los países candi-datos, porque esto podría haber facilitado el proceso de prepa-ración. Pero lo fundamental es que tendremos que seguir con lareforma porque necesitamos unas fuerzas armadas más reduci-das, más efectivas, más móviles y con mejores comunicaciones,que podrán servir mejor a los intereses tanto de Hungría comode la OTAN.

RO: ¿Hay alguna lección que extraer del modo y los plazos conlos que se unió Hungría a la Alianza?

AS: La lección más importante es que la reforma militar debeser rápida y eficaz. Hacerla con lentitud no la hará menos do-lorosa, sino que la empeorará y la prolongará. Es importanteconcentrar los esfuerzos en los temas prioritarios, que tienenque ser identificados en una fase inicial y deben limitarse a só-lo un pequeño grupo, para después llevarse a cabo. La partemás importante de la reforma militar es la reducción del tama-ño, y después la reestructuración, y en este punto resulta críti-co concentrarse en el elemento humano. La gestión de los re-cursos humanos es la clave para una reforma militar con éxito.Puede dedicarse todo el dinero del mundo a un sistema anti-cuado, y los efectos serán totalmente inapreciables. La formade hacer la reforma militar es reestructurar, reorganizar y pre-parar al personal para ser receptivo hacia el proceso, antes deponer el dinero. Hemos tenido que aprender de la forma másdura que la reforma militar no ha de llevarse a cabo porque laOTAN lo exige, sino porque es parte integrante del proceso dereformas democráticas, en el cual la opinión pública examinacon detalle los gastos del gobierno y que hace al país más efi-caz.

RO: ¿Cómo va a garantizar Hungría que sus fuerzas armadasestén equipadas para afrontar los desafíos del siglo XXI?

AS: Estamos reduciendo su tamaño. Estamos reorganizándolas.Estamos reestructurando la pirámide de arriba abajo, lo quequiere decir que queremos un ejército de combatientes, que noesté sobrecargado por una cantidad excesiva de mandos. Nues-tros militares necesitarán también un equipamiento mejor, quetendremos que comprar tanto si nos gusta como si no. Pero lareforma no es solamente cuestión de dinero. Implica voluntadpolítica, devoción y un claro liderazgo por parte del gobiernopara conseguir un cambio militar satisfactorio. Se pueden gas-tar grandes sumas de minero en la reforma militar pero, si nohay un concepto adecuado, voluntad política y liderazgo, el pro-ceso acabará fracasando.

RO: A partir de la experiencia de Hungría, ¿qué lecciones parauna futura ampliación pueden extraerse tanto para la Alianza co-mo para otros países aspirantes? ¿Qué condiciones previas debeestablecer la OTAN y que medidas deben tomar los aspirantes?

AS: Los criterios para los tres primeros miembros estaban muyclaros. Fueron, en primer lugar, democracia política y estabili-dad; en segundo lugar, reforma económica y la creación de unaeconomía de mercado madura; en tercer lugar, el respeto total alos derechos humanos y unas buenas relaciones de vecindad; yen cuarto lugar, la reforma militar y el control civil de las fuer-zas armadas. Estos son los cuatro criterios fundamentales a losque tenemos que ser fieles, sea cual sea el país, porque es im-portante que al aumentar la OTAN, la Alianza se transforme enuna comunidad de naciones con ideas afines. Cuando se trata dedefinir prioridades entre estos criterios, el criterio más impor-tante debe ser siempre aquel en el que el país es más débil. Porlo tanto, mi mensaje a las naciones que quieren convertirse enmiembros de la Alianza es que tienen que entender que los cri-terios de admisión pueden ser muy duros, pero que no están so-los cuando se trata de cumplirlos. La Asociación Para la Paz(APP), el Plan de Acción para la Adhesión y el Consejo de Aso-ciación Euroatlántico ofrecen mucho más de lo que nosotros tu-vimos durante nuestro proceso preparatorio hace cinco años.Además, Hungría está disponible para compartir sus experien-cias, tanto positivas como negativas, con cualquier otra naciónpara ayudarle a cumplir los criterios.

RO: Después de casi una década en la sede de la OTAN, ¿cuá-les son las impresiones más duraderas que se llevará consigo?

AS: La OTAN interviene en muchas cosas, pero, sobre todo, seocupa de mantener la relación transatlántica. La Alianza es elinstrumento clave para mantener juntas ambas orillas del Atlán-tico, pero promover este vínculo no es una tarea sólo de los gobiernos, sino también de los particulares. Como ciudadanoprivado tengo la intención de usar al máximo posible la expe-riencia que he obtenido en la OTAN, promover la idea de la co-operación noratlántica e instruir a la opinión pública sobre laimportancia de las relaciones transatlánticas. Cuando dejé laAlianza hace un par de meses dije en mi discurso de despedidaal Consejo del Atlántico Norte que ésta es una gran Alianza, quedebe mantenerse fuerte. ■

REPORTAJES

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pueden verse influidas por acontecimientos externos. En con-secuencia, puede darse solamente por un corto período detiempo la oportunidad de conciliar los intereses de Moscú yBruselas, y fomentar un pujante diálogo sobre asuntos de se-guridad.

Tras aprobar un programa global de trabajo durante la reu-nión ministerial del Consejo Conjunto Permanente en Flo-rencia en mayo del 2000, las relaciones entre Rusia y laOTAN experimentaron un prolongado proceso de rehabilita-ción, completado en gran medida a principios de 2001. Seamplió la agenda de trabajo para abarcar un amplio espectrode asuntos de interés mutuo, entre ellos la actual cooperaciónen los Balcanes y las consultas sobre el mantenimiento de lapaz en los mismos, los debates sobre estrategia y doctrina, y la cooperación en el control de armamentos, la prolifera-ción, las infraestructuras militares, los temas nucleares y ladefensa contra misiles, así como el reciclaje laboral depersonal militar desmovilizado, y la búsqueda y rescate en elmar.

Andrei Zagorski es el director en Praga del Proyecto de Sistemasde Redes de Alerta Avanzada en el Instituto Este-Oeste,y un conocido escritor sobre asuntos sobre la seguridad de Rusia.

Desde la reanudación del diálogo en mayo del año pasa-do, las relaciones entre la OTAN y Rusia han mejoradocontinuamente. Los sólidos progresos y el creciente

programa de actividades de cooperación se pusieron de mani-fiesto durante las sesiones del Consejo Conjunto Permanentemantenidas en la sede de la OTAN en diciembre de 2000, quereunieron a los Ministros de Defensa y Asuntos Exteriores dela Alianza con sus homólogos rusos, Mariscal Igor Sergeeyeve Igor Ivanov. Pero los recientes avances en las relacionesOTAN-Rusia ocultan las diferencias de fondo entre los Aliadosy Rusia en su percepción de la arquitectura de seguridad euro-pea y la naturaleza de la asociación OTAN-Rusia. Más aún, da-do que las relaciones de Rusia con Occidente se procesan enmuchos foros, las perspectivas para el diálogo OTAN-Rusia

Grandes expectativasAndrei Zagorski analiza el deshielo en las relaciones OTAN-Rusia

y las razones tanto para el optimismo como para la cautela.

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Socios en el mantenimiento de la paz: la cooperación de la OTAN y Rusia en los Balcanes ha sido una experiencia especialmente positiva.

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La cooperación práctica de los soldados de Rusia y la OTANque trabajan juntos en las operaciones de mantenimiento de pazdirigidas por la OTAN en Bosnia-Herzegovina (Bosnia) y Ko-sovo, ha resultado especialmente positiva. Más aún, los oficia-les rusos han desempeñado un papel cada vez más útil en la pla-nificación de operaciones conjuntas en el Cuartel General Su-premo de las Potencias Aliadas en Europa (SHAPE). Laapertura de la Oficina de Información de la OTAN en Moscú enfebrero de 2001 tras un año de duras negociaciones es otro sig-no visible de la mejora en las relaciones.

Aunque Moscú normalmente trata de evitar en sus declara-ciones públicas un tono moderado, el espíritu de las mismas havariado de forma notable en los últimos meses. El Ministro deAsuntos Exteriores Ivanov, conocido por su reticencia, ha reco-nocido públicamente que los logros a nivel de expertos se estántrasladando a otras áreas, y están mejorando en su conjunto, lasrelaciones OTAN-Rusia. Incluso el Mariscal Sergeyev se mos-tró más optimista en los últimos tiempos, alabando en especialla estrecha cooperación en la planificación de operaciones con-juntas. También advirtió que las relaciones no se han estrecha-do completamente y que todavía ha de pasarse la página del tris-te capítulo de las relaciones entre Moscú y Bruselas en la cam-paña aérea de la OTAN en Kosovo.

Hay motivos tanto para el optimismo como para la cautela.El programa de trabajo del Consejo Conjunto Permanente para2001 es casi tan amplio como el existente a finales de 1998, du-rante lo que parecía ser la luna de miel en las relaciones OTAN-Rusia. Esto, sin embargo, no confirma las expectativas de unaverdadera asociación, aunque parece suficiente para fijar lospuntos de la agenda en un próximo proceso negociador. Quedapor delante un duro camino. Incluso resolver asuntos simpleslleva meses y años. Las prolongadas negociaciones que a la pos-tre condujeron a la apertura de la Oficina de Información de laOTAN y las que todavía están en curso para la creación de unaMisión de Enlace Militar de la OTAN en Moscú, reflejan las di-ferencias, todavía no resueltas por ambas partes, en cómo debeser organizada la seguridad europea. Estas diferencias no se hanreducido con el acercamiento producido desde la crisis de Ko-sovo. En realidad, precedieron a la crisis. Esto plantea la dudade si la OTAN y Rusia han alcanzado realmente un nivel sufi-ciente en fomento de confianza, que ha sido la pieza central enlos meses pasados, a fin de poner los cimientos de una verda-dera asociación.

Cuando se firmó en 1997 el Acta Fundacional OTAN-Rusiay se creó el Consejo Conjunto Permanente, la élite rusa lo viocomo una forma de limitar los daños de la primera ampliaciónde la Alianza hacia el Este. En primer lugar, Moscú intentó im-pedir el despliegue futuro de armas nucleares, la extensión de lainfraestructura militar de la Alianza y el estacionamiento de tro-pas de la OTAN en los nuevos Estados miembros de Centroeu-ropa. Por su parte, los países miembros de la OTAN tendían aconsiderar el Acta Fundacional como parte de un Tratado parahacer más aceptable a Rusia la ampliación de la OTAN.

Con todo, la propia Acta Fundacional era más ambiciosa. Sesuponía que el Consejo Conjunto Permanente iba a “propor-cionar un mecanismo de consultas, coordinación de decisionesconjuntas y trabajo coordinado en asuntos de seguridad de in-terés común”. El “objetivo compartido por la OTAN y Rusia”

OPINION

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fue “identificar y aplicar tantas oportunidades de acción con-junta como sea posible”. Desgraciadamente, el proceso previs-to de toma de decisiones conjuntas no se ha materializado. Eldiálogo se mantuvo en el nivel de consultas regulares y perdiógran parte de su propósito inicial, tras el comienzo de la cam-paña aérea de Kosovo. Al no estar dispuesto a compartir la res-ponsabilidad de una acción que no podía suscribir y tampocoera capaz de evitar, Moscú decidió que lo mejor era simple-mente retirarse.

Las cosas han cambiado desde entonces, claramente a mejor.La participación cada vez mayor de oficiales rusos en la plani-ficación de operaciones conjuntas ha mejorado de forma signi-ficativa en los últimos meses, y se realizan más consultas antesde que la OTAN tome las decisiones. Moscú no tiene poder deveto, pero se le da una oportunidad de manifestar su posición ysus preocupaciones. Sin embargo, aunque esta forma de coope-ración funciona por el momento, no está claro si seguirá fun-cionando cuando estén en juego cuestiones más controvertidas,como ocurrió en Marzo de 1999.

El primer viaje a Moscú como Secretario General de laOTAN de Lord Robertson, que tuvo lugar en febrero de 2000,tenía como objetivo la reactivación de las relaciones OTAN-Ru-sia. Lord Robertson y el Presidente ruso Vladimir Putin acorda-ron que la OTAN y Rusia deben proseguir “un potente diálogosobre una amplia gama de asuntos de seguridad... para abordarlos desafíos a los que se enfrentan y para convertir su coopera-ción mutua en la piedra angular de la seguridad europea”. Sinembargo, ambas partes siguen teniendo unos conceptos de se-guridad notablemente diferentes, y han ido divergiendo desde lacrisis de Kosovo. De forma similar, mientras que la declaraciónconjunta emitida en la reunión a nivel ministerial del ConsejoConjunto Permanente de diciembre de 2000 acoge con satisfac-ción los progresos alcanzados y reafirma “el compromiso deconstruir, en el marco del Consejo Conjunto Permanente, unaasociación fuerte, estable e igualitaria”, Bruselas y Moscú tie-nen todavía ideas diferentes en lo referente a los objetivos de di-cha asociación.

Los países miembros de la OTAN ven a la Alianza como unapieza clave en cualquier sistema de seguridad europeo. Siguendispuestos a aumentar la cooperación con Rusia y otros paísesSocios de modo que se refuerce el papel único de la OTAN enla seguridad común. Dentro de este contexto, se considera alConsejo Conjunto Permanente como “uno de los principalesacuerdos institucionales surgidos después de la guerra fría”, enpalabras de Lord Robertson.

Por otra parte, a Moscú le gustaría desarrollar una arquitec-tura de seguridad paneuropea, dentro de cual cada uno de lospaíses pueda sentirse igual de seguro, y ha tratado continua-mente de impulsar el papel de la Organización para la Seguri-dad y Cooperación en Europa (OSCE). El nuevo Concepto dePolítica Exterior ruso, firmado por el Presidente Putin el 20 dejunio de 2000, pone el énfasis en la necesidad de aumentar yprofundizar la cooperación con la Alianza y reconoce el papelfundamental que desempeña la OTAN en la seguridad europea.Pero resulta inusualmente explícito sobre los problemas que tie-ne Moscú con la OTAN: “Las actuales posiciones políticas ymilitares de la OTAN no coinciden con los intereses de seguri-dad de la Federación Rusa, e incluso a veces son contrarios a

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ellos”. Esto se refiere fundamentalmente al Concepto Estratégi-co de la OTAN de 1999, que no excluye operaciones coercitivas“fuera de zona”, sin mandato explícito del Consejo de Seguri-dad de las Naciones Unidas, y a la posibilidad de un segunda fa-se de ampliación de la OTAN, especialmente con países quepertenecieron a la antigua Unión Soviética.

Por tanto, Rusia no desea ver a la Alianza como el foro deldiálogo sobre la seguridad europea, sino como uno de los par-ticipantes en dicho diálogo. El Consejo Conjunto Permanen-te proporciona una oportunidad donde puede reflejarse lapostura rusa sobre temas de seguridad, pero no le concede aMoscú el poder de influir directamente sobre los aconteci-mientos. Por este motivo, el Ministro de Asuntos ExterioresIvanov, incluso al alabar los recientes progresos en la coope-ración, ha descrito el rol del Consejo Conjunto Permanentecomo algo que se limita a “un importante conducto para el in-tercambio de información y para la exploración de ciertasáreas de interés”.

Estas perspectivas diferentes hacen que Rusia y la Alianzamantengan agendas también diferentes para el diálogo OTAN-Rusia. Durante el año pasado, Moscú ha presionado para quese intercambiasen puntos de vista sobrelas doctrinas militares, el desarrollo delas infraestructuras militares y la defensacontra misiles, así como sobre la coope-ración en ciencia y tecnología. Por suparte, la Alianza ha puesto el énfasis enla importancia de la cooperación de ex-pertos en áreas como la reforma militar,y ha tratado de animar a Rusia a desem-peñar un papel más activo en las activi-dades de la Asociación Para la Paz(APP). Las dos agendas son diferentes,pero no irreconciliables. El programa detrabajo del Consejo Conjunto Permanen-te para 2001 cubre todas estas áreas y al-gunas otras. Sin embargo, a menos quese consiga conciliar las diferencias de fondo será más difícil eimprobable lograr progresos substanciales en los asuntos máscontrovertidos.

Mientras tanto, se puede avanzar en áreas menos proble-máticas. Además de la satisfactoria cooperación desarrolladasobre el terreno entre las tropas de la KFOR y SFOR en Ko-sovo y Bosnia (a pesar de que el fundamento de las mismas seve cuestionado por Rusia cada vez que las cosas parecen irmal en los Balcanes), se pueden señalar otros logros en áreascomo la búsqueda y rescate en el mar y el reciclaje laboral delpersona militar desmovilizado. No se debe subestimar, sin em-bargo, la importancia de la colaboración de expertos, aunquea niveles modestos, la de la apertura de una Oficina de Infor-mación de la OTAN o la de crear una Misión Militar de Enla-ce de la OTAN en Moscú. Una asociación verdadera, si algu-na vez llega a ser factible, solamente puede surgir de estosproyectos.

Sin embargo, tal y como desvela la historia más reciente, losaltibajos en las relaciones entre la OTAN y Rusia pueden sermás frecuentes y verse fácilmente afectados por un empeora-miento de las relaciones mutuas debido a ciertos acontecimien-

OPINION

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tos en áreas que están fuera del Consejo Conjunto Permanente.La cooperación de expertos a través de actividades conjuntaspuede que no tenga tiempo suficiente para poder madurar y pro-ducir efectos colaterales beneficiosos. Un breve repaso de lasprincipales preocupaciones rusas nos ayudará a comprender lodifícil que puede ser conciliar los intereses de Moscú y Bruse-las.

La preocupación fundamental, que pasó a ser el centro deatención a consecuencia de la crisis de Kosovo, es la estructuradel futuro orden mundial y el papel de Rusia en el mismo. Conuna OTAN que aparentemente desafía la autoridad del Consejode Seguridad de las Naciones Unidas, en el cual Rusia disfrutadel status de miembro permanente con derecho de veto, y conlo difícil que está resultando hacer evolucionar la Organizaciónpara la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) hacia unaorganización regional eficaz para la seguridad colectiva, Moscúse enfrenta a una difícil elección. O consentir una cooperaciónmás estrecha con la OTAN, o arriesgarse a una mayor erosióndel status de Rusia como gran potencia, aunque dicho statussea la herencia de un mundo dividido en dos bloques y no estéya respaldado por un verdadero potencial, excepto su arsenalnuclear. Las próximas decisiones sobre la ampliación de la

OTAN y la Defensa Nacional contra Mi-siles (NMD), van a producir, con todaprobabilidad, perturbaciones en las rela-ciones de Rusia con la OTAN y con Esta-dos Unidos, puesto que se contemplaráncomo nuevos desafíos al status de Rusiadentro del orden mundial.

En lo que se refiere a la ampliación,los representantes rusos confirman una yotra vez la oposición de Moscú, en espe-cial a una posible adhesión a la OTAN delos países bálticos. Probablemente lasconsideraciones militares tienen menospeso que el hecho de que la OTAN del fu-turo, en la que participen casi todos los

países europeos y con conexiones que se extienden hasta elCáucaso y Asia Central mediante la Asociación Para la Paz, re-duciría las oportunidades de desarrollar por parte de cualquierotra institución un papel mayor en la seguridad paneuropea. AMoscú apenas le quedaría más opción que una cooperación másestrecha con la OTAN.

En lo relativo a la defensa contra misiles, a Rusia le preocu-pa que su papel como potencia nuclear mundial pueda verseamenazado si los Estados Unidos no pudieran o no quisieranllegar a un compromiso sobre el modo de desarrollar su pro-yecto de Defensa Nacional contra Misiles (NMD) y sobre el fu-turo del Tratado ABM. Estas preocupaciones se ven aumentadaspor el temor de Moscú de que la política exterior de los EE.UU.con la Administración Bush va tendiendo a ser cada vez másunilateral. Moscú teme que esto socave el papel de las NacionesUnidas, y afecte también a la cooperación de EE.UU. con Ru-sia, lo que podría después limitar la capacidad de Rusia para ne-gociar dentro del marco del diálogo OTAN-Rusia.

Hasta el momento, Moscú parece estar adoptando una pers-pectiva más unilateral que refleja su determinación de mantenersu libertad de elección y de acción. Al mismo tiempo, Rusia es-

Diferentes perspectivashacen que Rusia y la Alianza mantenganagendas tambiéndiferentes para eldiálogo OTAN-Rusia

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tá mostrando su disposición a proseguir la cooperación ad hoctanto con la OTAN como con los EE.UU., en áreas en las queno haya conflicto de intereses pero reiterando al mismo tiempola supremacía de las Naciones Unidas y de la ley internacional.Si Rusia resultase no ser capaz para oponerse activamente a losacontecimientos que según su punto de vista minarían su statusde superpotencia, probablemente retrocedería a una posición deno participación en la política internacional.

Las decisiones clave sobre la ampliación y sobre la DefensaNacional contra Misiles, que son las que podrían tener un ma-

yor impacto en las relaciones OTAN-Rusia, probablemente vana adoptarse más pronto que tarde. Eso deja poco tiempo paradesarrollar el “potente diálogo” aprobado por el Presidente Pu-tin y Lord Robertson. Las dos partes tienen una vieja tradiciónde duro regateo mutuo. Si no se obtienen resultados en un futu-ro cercano, y no se consiguen progresos en la conciliación delas diferencias fundamentales, el diálogo entre Moscú y Bruse-las puede quedar estancado, y la dirección futura de las relacio-nes entre la OTAN y Rusia podría convertirse en rehén de losacontecimientos exteriores. ■

OPINION

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Oficina de Información de la OTAN

Ceremonia de inauguración: Lord Robertson descubre una placa conmemorativa de la inauguración de la Oficina de Información de laOTAN en Moscú.

El Secretario General de la OTAN, Lord Robertson,inauguró el 20 de febrero la Oficina de Informaciónde la OTAN en Moscú.

Esta oficina facilitará a los rusos información sobrela Alianza y sus misiones y reforzará la cooperaciónentre la OTAN y Rusia. Está dirigida por dos altosfuncionarios de la OTAN que contarán con el apo-yo de personal local.

Su apertura es una consecuencia de la mejora de lasrelaciones entre la OTAN y Rusia tras la campaña aé-rea de Kosovo en 1999.

El acuerdo para abrir esta oficina se alcanzó en la reu-nión ministerial del Consejo Conjunto Permanente, endiciembre de 2000, después de un año de duras nego-ciaciones, y fue seguido de un intercambio de notas en-tre Lord Robertson y el Ministro ruso de Asuntos Ex-teriores, Igor Ivanov.

“Más de diez años después del final de la guerrafría, a principios del siglo XXI, las relaciones entrela OTAN y Rusia deben evolucionar hacia una auténtica asociación estratégica”, dijo Lord Robert-son en la ceremonia de inauguración.

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ATO

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Para entender la OTAN

Esta serie de despropósitos se extiende a toda la gama deactividades de la OTAN. Quizás se le pueda perdonar al autorel que no conozca qué es exactamente el Concepto de FuerzaOperativa Combinada y Conjunta (CJTF). Pero para confundirla CJTF con el Programa de Ayuda Militar de los EE.UU. (a ni-vel mundial) hace falta un empeño especial en hacer mal las co-sas. Lo mismo puede decirse del hecho de convertir al ConsejoConjunto Permanente OTAN-Rusia en el “Foro OTAN Rusia”,o a su afirmación de que los soviéticos estaban escondiendo mi-siles nucleares de alcance intermedio SS-20 en AlemaniaOriental. En su análisis sobre el compromiso de la OTAN en losBalcanes tampoco tiene mucho más éxito: Ibrahim Rugova, unsímbolo como ningún otro de la vía pacífica hacia la indepen-dencia de Kosovo, seguramente se sorprendería al enterarse deque estaba a favor de la autonomía de Kosovo dentro de Yugos-lavia.

Duignan demuestra al menos algo de coherencia al equivo-carse en todos los hechos. Sin embargo, en sus juicios políticosni siquiera mantiene ese mínimo. Al mismo tiempo que regañaa los críticos de la ampliación de la OTAN y argumenta que es-ta ampliación era lo que debía hacerse, Duignan cambia de opi-nión posteriormente en el mismo libro, advirtiendo al lector que“diluir” la OTAN con más miembros podría comprometer suproceso de toma de decisiones (página 115). En un tono simi-lar, sostiene que la famosa descripción de la OTAN de Lord Is-may como un instrumento parra “mantener dominados a los ale-manes” es todavía válida, pero según avanza el libro vuelve acambiar de opinión, sosteniendo que “el liderazgo de laOTAN... debería pasar de los americanos a los europeos a prin-cipios del siglo XXI” y que “Alemania es una opción lógica parasustituir a los Estados Unidos” (página 119).

Esta montaña rusa intelectual se ve empeorada por la falta deuna estructura adecuada (por ejemplo, el Comité sobre los de-safíos de la sociedad moderna se trata bajo el encabezamientode la ampliación de la OTAN). La narración va pegando banda-zos entre el presente y el pasado, entre hechos tomados sin másdel Manual de la OTAN y meditaciones personales, todo ellosegún el criterio de alguien que en realidad no sabe qué es loque quiere decir. De hecho, en este caso “decir” es el términoapropiado, puesto que buena parte del libro parece dictado auna grabadora.

Los malos libros son muchísimos, y sin embargo nos deja és-te una cierta sensación de tristeza. Después de todo, Duignan esun atlantista favorable a la OTAN. Por lo que parece, pretendíaescribir una defensa de la implicación de los EE.UU. en Euro-pa. Resulta entristecedor que falle de forma tan espectacular ensu lucha por una causa tan justa.

El libro de David Yost “La OTAN transformada” (NATOTransformed, United States Institute of Peace Press, 1998) de-

Las monografías sobre la Alianza Atlántica tras la guerrafría constituyen un auténtico reto. Es como intentar acer-tar a un blanco en movimiento. Sin embargo, si las com-

paramos con los libros que normalmente se editan, que a me-nudo se componen de documentos de congresos, recogidos precipitadamente y de muy desigual longitud y calidad, las mo-nografías deben ofrecer por lo menos coherencia y claridad derazonamiento. Al estar a cargo de un solo autor, no debe produ-cirse el problema del exceso de participantes que estropeen elresultado final.

Pero, ¿qué pasa si el autor (o cocinero) no tiene receta? Estees el caso de la monografía de Peter Duignan, un investigadoren la Hoover Institution de Stanford, California. Su libro “LaOTAN: su pasado, presente y futuro” (NATO: Its Past, Presentand Future, Hoover Institution Press, 2000) nos hace recordarlas inmortales palabras de Ambrose Bierce: “Las tapas de estelibro están demasiado separadas”. De hecho, de sus 150 pági-nas, al libro de Duignan le sobran unas ciento cincuenta. Nadamás empezar, en la página 9 nos enteramos de que los conoci-dos objetivos de fuerza de Lisboa de 1952, por lo visto se apro-baron en Boston. También nos enteramos de que: “Las poten-cias de la OTAN aprobaron la ampliación en 1998” (página 61),aparentemente un año después de la Cumbre de Madrid de1997. La “claudicación de Yalta” en 1945 se ha desplazado alaño 1946 (página 71). Un plano en la página 78 data la funda-ción de la OTAN en 1946, tres años antes de su verdadera fe-cha, y también nos enteramos de que Eslovenia, Rumanía yAustria van a ser probablemente los próximos miembros en unsupuesto “grupo de 2003” (páginas 115/118).

Al tratar la adaptación de la OTAN al final de la guerra fría,Duignan demuestra una pobreza de información realmenteatroz. Por ejemplo, basándose en fuentes de 1990 (!), opina quela UEO tendrá un papel más importante que desempeñar en laseguridad europea, desconociendo por completo que la UEO hasido prácticamente desmantelada. También parece creer que laESDI (Identidad Europea de Seguridad y Defensa) es una insti-tución, en vez de una política. Y ofrece entonces un aplastanteconsejo político: “A la UEO, por tanto, se le debe animar a asu-mir un mayor número de responsabilidades de la OTAN y tra-bajar con la ESDI para un sistema de defensa a nivel europeorespaldado por la OTAN. Permitamos a la UEO, a la “Euro-fuerza” anglo-francesa, a la OSCE y a la ESDI encargarse de lamayoría de las funciones de la OTAN en el mantenimiento de lapaz y la resolución de conflictos en Europa. Las actividadesfuera de Europa deben también compartirse si la Unión Euro-pea desea participar en ellas” (página 119).

Michael Rühle es el responsable de planificación política y redacciónde discursos en la División de Asuntos Políticos de la OTAN.

Michael Rühle analiza algunas muestras de la mejor y la peor literatura reciente sobre la Alianza.

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RESEÑA DE PUBLICACIONES

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muestra que la importancia de la OTAN puede resaltarse de unaforma convincente. Aunque publicado hace casi tres años, portanto antes de la campaña aérea de Kosovo, todavía figura co-mo una de las mejores monografías sobre este tema. Partiendode una concienzuda investigación, el libro de Yost conduce allector a través de la historia de la OTAN durante la guerra fríaantes de analizar la adaptación de la OTAN al fin de la misma,una adaptación caracterizada por un desplazamiento desde ladefensa colectiva única a una combinación de defensa colectivay seguridad colectiva.

Yost no deja lugar a dudas sobre los problemas ve-nideros. Lo que le preocupa es que la OTAN se aven-ture en la seguridad colectiva, arriesgándose con elloa socavar tanto su potencial como la cohesión nece-saria para su función principal, quees la defensa colecti-va. De ahí su análisis,bastante elaborado, dela idea de seguridad co-lectiva y sus peligros.De hecho, a la vista de ladificultad de sostener laimplicación militar actualde la OTAN en los Balca-nes, las advertencias deYost deben de tomarse enserio. Las dificultades de lacampaña de la OTAN en Ko-sovo, perfectamente conoci-das, pueden añadir, incluso,más credibilidad a las advertencias de Yost de que la OTAN seestá metiendo en un terreno muy resbaladizo que puede con-ducirle a una excesiva ampliación. Sin embargo, ¿es realmen-te tan importante conseguir un concepto claro sobre lo que“es” la OTAN? ¿No deberíamos estar más interesados en loque la OTAN “hace”, y en lo que hace bien? De hecho, el mis-mo Yost reconoce que los Aliados no tienen muchas más op-ciones que una estrategia dual de conseguir sus aspiracionesde seguridad colectiva hasta donde sea prudente y factible,manteniendo al mismo tiempo su orientación hacia la defensacolectiva. Por eso, uno no puede dejar de sospechar que suprolongado análisis de la seguridad colectiva puede tener algode fuego fatuo. Sin embargo, Yost lo utiliza de un modo taneficaz e instructivo que realmente vale la pena. Los que no se desalienten ante las 430 páginas de este libro aprenderán sobre la OTAN actual más que en cualquier otro libro sobre lamateria.

Una de las víctimas de la campaña de la OTAN en Kosovofue el 50 aniversario de la Alianza. La tragedia balcánica que sedesató en la primavera de 1999 no dejó mucho tiempo para lareflexión sobre los primeros cincuenta años de la OTAN. Fren-te al hecho de que la Alianza se impusiera finalmente en Koso-vo mereció la pena, con toda seguridad, la cancelación de cual-quier acto conmemorativo. Sin embargo, para los interesados enla historia de la OTAN, “El largo enredo: los primeros cincuen-ta años de la OTAN” de Lawrence S. Kaplan (The Long Enta-glement: NATO’s First Fifty Years, Praeger, 1999) será un auténtico tesoro. No es una monografía, sino una colección de12 ensayos escritos a lo largo de casi dos décadas. Sin embargo,

sigue siendo muy coherente, y sólo tiene unas pocas repeticio-nes y superposiciones inevitables, que no son demasiado im-portantes.

Kaplan es un historiador. El lector no debe, por tanto, espe-rar encontrar demasiado sobre el presente o futuro de laOTAN. De hecho, siempre que Kaplan trata asuntos actualesse vuelve evasivo y vago. Más aún, como el mismo título in-dica, el interés de Kaplan se orienta sobre todo hacia la políti-ca exterior de EE.UU. Pero nada de ello reduce el valor de es-ta colección de artículos. En realidad, su orientación hacia el

pasado es un saludable antídoto para esos “expertos” quecreen que el mundo empezó con el final de laguerra fría en 1989. Kaplan también demuestraque están equivocados aquellos que creen que

la historia debe ser siempre aburrida.Por ejemplo, su ensa-yo “OTAN: una his-toria imaginaria” nosofrece una conjetura,que mueve a la refle-xión, acerca del cursoque podría haber segui-do Europa si la OTANno se hubiera creado. In-cluso si el lector no estásiempre de acuerdo conlas extrapolaciones de Ka-plan sobre “lo que hubieraocurrido si...”, este capítulovale por todo el libro.

Yost y Kaplan ofrecen textos sólidos y de calidad sobre laOTAN y las relaciones transatlánticas. Pero son libros para unexperto en la OTAN, no para el lector medio. Todavía no se haescrito el “libro de iniciación” a la OTAN. El que desee estudiarlas relaciones internacionales y esté buscando una monografíade fácil lectura y no demasiado larga, tendrá que seguir espe-rando. ■

Dos aciertos y un fracaso

La OTAN ofrece anualmente un número limitado de becas de investigación para

ciudadanos e instituciones de países miembrosde la OTAN y socios de cooperación.

Toda la información relativa a estas becas puedenconsultarse en la página web de la OTAN:

http://www.nato.int/acad/home.htm

B e c a s

AcadémicoOTANForum

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Bosnia-Herzegovina (Bosnia) en 1995. En los dos casos, sola-mente se pudo reunir el contingente francés seleccionando sol-dados profesionales de las más diversas unidades. El proceso deprofesionalización está muy avanzado y se completará en el2002, cuando más del 90 por 100 de los miembros de las fuer-zas armadas francesas serán militares profesionales, en compa-ración con 1996, cuando lo eran menos del 60 por 100.

Por el contrario, durante el primer decenio que siguió al finalde la Guerra Fría los sucesivos gobiernos alemanes evitaroncualquier tipo de debate sobre la reducción o eliminación del re-clutamiento forzoso, sosteniendo que el servicio militar obliga-torio constituye una parte importante de la cultura alemana dela defensa, al crear un vínculo entre la sociedad civil y el ejér-cito. Sólo en los últimos tiempos se ha debilitado esta forma depensar. En mayo del 2000, después de ponerse de manifiestodurante la operación Allied Force, la campaña de la OTAN enKosovo, que una fuerza de reemplazo no estaba a la altura de lasnecesidades del actual escenario internacional de seguridad, elgobierno creó la Comisión para la Seguridad Común y el Futu-ro del Bundeswehr (en adelante, la Comisión), que recomendócambios significativos en el sistema de reclutamiento forzoso.A consecuencia de ello, el número de reclutas alemanes se va areducir a 80.000 anuales, mucho menos de los 135.000 actualespero todavía bastantes más de los 30.000 que recomendó la Co-misión.

Durante la pasada década, otros miembros de la OTAN han va-riado la composición de sus ejércitos, aumentando el porcentajede tropa profesional. Tanto Bélgica como Holanda han eliminadoel reclutamiento forzoso, y por su parte Italia, Portugal y Españaplanean completarlo en los próximos años. La República Checa yHungría pretenden eliminar, o al menos reducir, el reclutamientoforzoso en cuanto tengan una situación financiera que les permitahacerlo, y Polonia anunció recientemente su intención de reduciry profesionalizar su ejército al 50 por 100 de aquí al 2003.

Para mejorar la capacidad de despliegue y la movilidad esfundamental el cambio en las pesadas estructuras militares de laera de la guerra fría, lo que implica, entre otras cosas, la reduc-ción del tamaño de los grandes ejércitos de aquella época. Lasfuerzas armadas francesas se están viendo reducidas de los500.000 hombres de 1996 a solamente los 357.000 previstos en2002, mientras que las alemanas pasarán de los 320.000 efecti-vos actuales a unos 275.000 en los próximos tres o cuatro años.Otros países miembros de la OTAN, como Canadá, Reino Uni-do y EE.UU., llevaron a cabo reducciones de personal de entreel 25 y el 30 por 100 de sus efectivos durante la primera mitadde los noventa.

Aún más importante resulta la reestructuración de las fuerzasya reducidas, convirtiéndose en unidades capaces de desplegar-se con mayor rapidez, sin dejar por ello de ser tremendamente

Elinor Sloan es analista de defensa en el Directorio deAnálisis estratégicos del Cuartel General de la DefensaNacional de Canadá, escribió el libro “Bosnia y la nuevaseguridad colectiva” (Bosnia and the New Collective Security,Praeger, 1998) y próximamente se publicará su obra “Larevolución en los temas militares: sus implicaciones paraCanadá y la OTAN (The Revolution in Military Affairs:Implications for Canada and NATO, McGill-Queens Press).

Durante buena parte de la pasada década, el debate sobre ladenominada “Revolución en Temas Militares” saturaba loslibros que trataban de cuestiones militares y de seguridad.

Esta idea de “revolución” nos trae inmediatamente a la mente elmaterial de alta tecnología equipado con sensores avanzados, lasmodernas comunicaciones, los ordenadores, la tecnología invisi-ble a los radares y el armamento inteligente. Sin embargo, duran-te el debate se olvida con frecuencia el hecho de que no habrá nin-guna revolución hasta que la magia tecnológica no se combine concambios radicales doctrinales y organizativos. Un punto clave dela capacidad de la OTAN para afrontar con eficacia los retos delnuevo escenario internacional de seguridad es el aumento de lamovilidad y la capacidad de despliegue de sus fuerzas. Por eso re-sulta lógico que el Concepto Estratégico de la OTAN considere lacapacidad de despliegue y de movimiento como “operativas esen-ciales” de las fuerzas de la Alianza, y que la Iniciativa sobre Ca-pacidades de Defensa, iniciativa de la OTAN incluya el desplieguey la movilidad como áreas esenciales en las que se debe centrar elproceso de cambio.

La capacidad de despliegue y movilidad de un ejército puedeconsiderarse consecuencia de su nivel de preparación, su adies-tramiento, su estructura organizativa y su equipamiento. A cau-sa de las limitaciones legales al despliegue de soldados de re-emplazo fuera del territorio nacional, y de los exigentes requi-sitos de cualificación del personal y por lo tanto de tropas conperiodos de servicio más largos, la capacidad de despliegue defuerzas resulta más fácil para los ejércitos profesionales. Mu-chos países de la OTAN, como por ejemplo Canadá, el ReinoUnido y los EE.UU., tuvieron siempre fuerzas armadas profe-sionales, o al menos las han tenido en las pasadas décadas. Pero otros países han mantenido tradicionalmente ejércitos dereemplazo, y es en estos países donde se han producido loscambios más significativos en los últimos años.

Probablemente el caso más sobresaliente se produjo en 1996,cuando el Presidente francés Jacques Chirac tomó la trascen-dental decisión de eliminar, después de más de doscientos años,el reclutamiento forzoso, y de este modo profesionalizar lasfuerzas armadas francesas. Lo que impulsó a Francia fue laGuerra del Golfo y la fuerza de reacción rápida que se envió a

Un despliegue más velozElinor Sloan analiza la movilidad y capacidad de despliegue de las fuerzas de

la OTAN, así como el efecto de los programas dirigidos a mejorar estas aptitudes.

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eficaces. También en estepunto se ha producido unaimportante evolución du-rante los últimos años. ElAnálisis de la Defensa Es-tratégica del Reino Unidode 1998 puso en marchaun cambio desde una es-trategia puramente conti-nental, a escala europea,hasta otra basada en fuer-zas expedicionarias parapoder trasladar sus fuer-zas a cualquier lugar encaso de crisis. El ejércitobritánico se ha reorganiza-do en dos divisiones de in-tervención inmediata, ca-da una de ellas compuestapor tres brigada móviles yflexibles. El Reino Unidoestá creando también unaFuerza Conjunta de Reac-ción Rápida, un grupo deunidades “potentes y ver-sátiles”, procedentes delas tres armas y que hanlogrado su plena operati-vidad este año.

De acuerdo con su Leydel Programa Militar para1996, Francia está rees-tructurando su ejército en51 regimientos de manio-bra, apoyados por 15 regi-mientos logísticos y 19regimientos de apoyo es-pecializado, todos ellosagrupados en 11 brigadasde combate. Los regi-mientos constituyen lasunidades básicas que pue-den agruparse en diferen-tes combinaciones segúncual sea el tipo de crisis ala que deban hacer frente.Francia también aspira atener disponible para2002 una Fuerza de Reac-ción Rápida de entre50.000 y 60.000 efectivosque pueda desplegarse rá-pidamente en cualquierlugar del mundo. Mien-tras tanto, Alemania hacreado su propia Fuerzade Reacción ante Crisis, compuesta por seis brigadas completa-mente equipadas, 18 escuadrones y aproximadamente el 40 por100 de los barcos de la armada. Formada enteramente por tro-pas profesionales, según las recomendaciones de la Comisión,

esta fuerza de 50.000 hom-bres va a transformarse enuna potente Fuerza de Dis-ponibilidad de 150.000efectivos, en la que se inte-grarán los soldados de tie-rra, mar y aire en tres tur-nos rotativos de 50.000hombres.

Entretanto, el ejércitode los EE.UU., afectadopor su falta de capacidadpara desplegar con rapi-dez sus helicópteros Apa-che en Albania durante laoperación Allied Force,ha emprendido una drás-tica revisión de la estruc-tura de sus fuerzas arma-das. Para complementarsus componentes ligerosy pesados, el ejército estáformando una fuerza deasalto de tamaño medioque estará compuesta, co-mo mínimo, hacia el finalde este decenio, por cincobrigadas de reacción rápi-da. Además, la fuerza aé-rea de EE.UU. ha reorgani-zado totalmente sus fuer-zas de combate formandodiez Fuerzas Aéreas Expe-dicionarias, que han sidodiseñadas para ser capacesde desplegarse con rapi-dez en cualquier parte delmundo. Otras nacionespertenecientes a la OTAN,entre ellas España, Holan-da, Italia y Turquía, han re-estructurado también susejércitos durante la pasadadécada a fin de aumentarsu capacidad de desplie-gue y su movilidad.

La OTAN, en su con-junto, ha emprendido ini-ciativas para adaptar suestructura de fuerzas alescenario de seguridadsurgido al fin de la Gue-rra Fría. A principios delos 90, la OTAN creó elCuerpo de Reacción Rá-pida (ARRC) del Mando

Aliado en Europa (ACE), un cuartel general móvil con efectivosmultinacionales de unos 1.000 hombres. Además, desde 1994 laAlianza se ha ocupado de la implementación del concepto deFuerzas Operativas Combinadas y Conjuntas (CJTF). Dicho con-

ASUNTOS MILITARES

Primavera 2001 Revista de la OTAN 31

Un gran pájaro: los países de la OTAN dependen de los EEUU para el transporte aéreode larga distancia.

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cepto supone la creación de cuarteles generales móviles de man-do y control que puedan funcionar separados de la estructura demando fija y permanente de la Alianza, y que permitirán que uni-dades de diferentes armas y países puedan agruparse y adaptarsea las contingencias particulares en cada caso. La misma estructu-ra fija de mando de la OTAN ha sido modificada en gran medi-da, estando ya muy avanzada la transición hacia una nueva es-tructura de mando.

Aunque se está procediendo a la implementación del concepto deCJTF, todavía tiene que completarse. Es más, se está imponiendo elreconocimiento de que el ARRC —que se desplegó en Bosnia en1995 y en Kosovo en 1999— tiene que aumentarse, como mínimo,con un segundo cuartel general móvil para cuerpo de ejército. El al-mirante Guido Venturoni, presidente del Comité Militar de laOTAN, sostiene que la cantidad más bien debería tender a tres cuar-teles generales para cuerpos de ejército terrestres con sus fuerzas deintervención inmediata, y seis cuarteles generales, con menor gradode disponibilidad, para operaciones de mantenimiento. Harán faltafuerzas y cuarteles generales similares para la marina y la aviación.Varios países miembros han ofrecido una docena de cuarteles gene-rales que tendrían que hacerse multina-cionales (o más multinacionales que enla actualidad) para operar a nivel de laAlianza, entre ellos los del Eurocuerpode cinco naciones y el del cuerpo deejército germano-holandés. Las deci-siones que se tomen sobre estos asuntosfigurarán sin duda alguna entre las con-clusiones y recomendaciones de la pre-sente revisión de estructuras de fuerzade la OTAN. De esta forma varias me-didas a nivel nacional y global de laAlianza están en proceso para hacerfrente a las exigencias organizativas yde reestructuración y para alcanzar unacapacidad de reacción rápida.

En lo referente al material, dos sonlos principales elementos para aumen-tar la movilidad y la capacidad de despliegue de las fuerzas milita-res. El primero lo constituye la necesidad de medios militares másmóviles que, sin embargo, mantengan su capacidad de ataque y noreduzcan la protección de las tropas propias. Muchos países de laOTAN han dotado o piensan dotar a sus fuerzas de reacción con ve-hículos blindados ligeros, como el LAV III (Canadá y Estados Uni-dos), el futuro vehículo de combate de infantería acorazado (Fran-cia) y el Vehículo de Transporte con Protección Total (Alemania).Estos vehículos sobre ruedas son mucho más ligeros que un carrode combate pesado con cadenas, pueden desplegarse en mayorescantidades utilizando aviones y son más versátiles sobre el terreno.Sin embargo, todavía no proporcionan los mismos niveles de pro-tección del personal ni la misma potencia de fuego que los carrosde combate pesados. Por eso los países de la OTAN siguen moder-nizando y utilizando nuevos carros de combate, como por ejemploel Lecrerc, el Leopard 2, el Challenger 2 y el M1 Abrams.

Actualmente hay proyectos para desarrollar vehículos ligerosde combate que se ajusten a los requisitos necesarios para undespliegue rápido. Entre ellos están el Vehículo de CombateAcorazado canadiense, el Nuevo Vehículo Blindado alemán y elFuturo Sistema de Combate norteamericano. Pero estos proyec-

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Revista de la OTAN32 Primavera 2001

tos no estarán operativos al menos en un decenio. Estados Uni-dos, a consecuencia de su posición geoestratégica y sus intere-ses de seguridad globales, es la nación que se muestra más in-clinada a evolucionar de una fuerza terrestre pesada a otra másligera, móvil y fácil de desplegar. Por ello ha reducido de formasignificativa los fondos para la modernización del Abrams y losprogramas del obús autopropulsado Crusader, canalizando estasinversiones hacia el Futuro Sistema de Combate. Por el contra-rio, los programas de inversiones europeos siguen manteniendovehículos acorazados pesados, como carros de combate, obusesautopropulsados y piezas de artillería.

Aún más importante para el aumento de la movilidad y la ca-pacidad de despliegue resultan ser los medios estratégicos detransporte por mar y aire. En este aspecto, Canadá y los Aliadoseuropeos van muy por detrás de los Estados Unidos. Aunque algunos países tienen flotas de aeronaves de transporte C-130 y C-160, a éstos se les considera más como material táctico que es-tratégico. Además, muchas de las aeronaves de mayor tamaño,como los C-160 franceses y alemanes, son viejos y necesitan serreemplazados. Al no tener nada equivalente a las aeronaves de

transporte pesado C-17 o C-15 de losEE.UU., los restantes países de laOTAN dependen casi completamentede los Estados Unidos para el trans-porte aéreo de largo alcance para sustropas y equipos.

Se están tomando medidas paraafrontar este problema. Varios paísesmiembros europeos —entre ellos Ale-mania, España, Francia, Italia, el Rei-no Unido y Turquía— han firmado uncontrato para adquirir transportes aéreos para cargas pesadas A400M deAirbus Industries, también conocidoscomo Futura Aeronave de Gran Tama-ño. Pero esta aeronave no se esperaque entre en servicio antes de 2007, ylas especificaciones de diseño actua-

les indican que no será construida para transportar equipo de grantamaño. Para llenar ese hueco en su flota aérea estratégica, el Rei-no Unido ha procedido a alquilar cuatro aeronaves C-17, estandopendiente la entrega a la RAF de la primera de ellas en este mis-mo año. Para hacer frente a sus necesidades a corto y medio pla-zo, Francia y Alemania puede ser que alquilen también algunasaeronaves C-17, o quizás el transporte aéreo ruso-ucraniano AN-70, aunque la decisión todavía no está tomada. Canadá estáanalizando diferentes opciones para aumentar la capacidad de suflota aérea de transporte. En 1999, Francia respaldó una iniciativaalemana para formar un Mando Europeo de Transporte Aéreo Mi-litar para compartir, entre diferentes países, los recursos de trans-porte aéreo, como los transportes estratégicos y los aviones cister-na para repostar en vuelo. Esta iniciativa está siendo estudiada enel Grupo Aéreo Europeo que, como primer paso, ha creado unaCélula de Coordinación de Transporte Aéreo.

Para aumentar su potencial de transporte aéreo, el ReinoUnido planea construir, para 2015, dos nuevos portaaviones demayor tamaño, y está aumentando de dos a seis el número desus buques con capacidad de carga y descarga autónoma decontenedores. Francia ha reducido el número de sus portaavio-

Hasta ahora, Canadá y lospaíses europeos de la OTANhan mejorado poco en elequipamiento de sus ejércitoscon los medios necesariospara transportar rápidamentea sus fuerzas hasta su destinopor mar y aire.

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nes hasta quedarse solamente con uno, el Charles de Gaulle, pe-ro planea adquirir más barcos con autonomía de carga y des-carga y ha llegado a un acuerdo con Holanda para compartir suscapacidades navales a fin de transportar el equipo pesado, pormar, a los puntos de conflicto. Canadá está avanzando en suproyecto de Capacidades de Transporte Marítimo y LogísticaNaval, y está diseñando un barco multifunción adaptado entreotras a las funciones de transporte estratégico para el ejército.Alemania no está centrándose tanto en el transporte estratégicocomo en crear una fuerza naval flexible, con nuevas fragatas,buques U-2 y barcos de transporte.

Para los países que pertenecen a la Unión Europea y la OTAN,un incentivo adicional para aumentar la movilidad y la capacidadde despliegue de su fuerzas militares es el Objetivo Global de laUnión Europea de crear una potente fuerza de intervención rápi-da de 60.000 hombres en 2003. Dicha fuerza debe ser móvil, ca-paz de actuar por sí misma y con posibilidad de desplegar encualquier escenario en menos de 60 días. Así como las responsa-bilidades de la OTAN se extienden a toda la gama de posiblesconflictos, la fuerza de la UE probablemente estará enfocada aoperaciones de mantenimiento de la paz y misiones de gestión decrisis. Esta diferencia en las tareas asignadas podría provocar quela iniciativa de la UE desviara a algunos países pertenecientes ala UE y la OTAN de su objetivo de mejorar sus capacidades mi-litares en aquellos aspectos que resultan más importantes paragrandes operaciones de seguridad colectiva, como por ejemplo elcombate de precisión y la supresión del fuego enemigo. Sin em-bargo, tanto si tienen que hacer frente a una guerra o a conflictosde menor intensidad, los miembros de la UE que pertenecen a laAlianza querrán ser capaces de llevar a sus soldados a la zona decrisis rápidamente, y que tengan movilidad una vez que estén so-bre el terreno. De hecho, el incentivo principal de Francia y Ale-mania para arrendar medios de transporte pesado en los próximosaños ha sido su compromiso con la UE, pues sin ellos no po-drían cumplir con la fecha límite de 2003.

El impacto que vaya a tener la iniciativa de la UE sobre el de-sarrollo de una fuerza terrestre más ligera, pero que mantenga unaalta capacidad de fuego, es más difícil de calibrar. Al centrarse laUE en tareas de menor gravedad, se podría acelerar la adquisiciónde vehículos acorazados sobre ruedas que, gracias a su mayor mo-vilidad en el campo de batalla, están más adaptados a operaciones

de pacificación. Pero, por la misma razón, pueden ralentizar el de-sarrollo de sistemas similares al Futuro Sistema de Combate.

Gran parte de lo que ocurra dependerá de los presupuestos dedefensa, y en especial del porcentaje de los mismos asignado a laadquisición de material. Los presupuestos de defensa de todos lospaíses de la OTAN disminuyeron de forma espectacular durante losaños noventa, una tendencia que no ha cambiado hasta hace muypoco. Canadá, el Reino Unido y, en especial, los Estados Unidos hanregistrado incrementos reales en sus presupuestos de defensa en losdos últimos años. Por el contrario, el de Alemania ha seguido dis-minuyendo, mientras que el francés ha permanecido prácticamen-te igual. Otros once miembros europeos de la OTAN han indicadoque proyectan aumentos de sus gastos de defensa en 2001, pero losincrementos serán pequeños y pasará algún tiempo antes de quepuedan traducirse en hechos concretos. Cuando los ejércitos seprofesionalicen, es de suponer que quedará más dinero libre paraadquisiciones en defensa, pero eso será a largo plazo. Francia, porejemplo, se ha encontrado con que la profesionalización de su ejér-cito está costando mucho más de lo que esperaba inicialmente.

Un análisis pragmático de la movilidad y capacidad de des-pliegue de las fuerzas de la OTAN nos descubre un panoramamuy variado. En algunos países se han realizado importantes pro-gresos en la profesionalización y reestructuración de sus ejércitosnacionales, mientras que en otros, el proceso de transformaciónestá mucho menos avanzado. Lo mismo se puede decir de la es-tructura de fuerzas de la OTAN. Los ejércitos se están haciendomás ligeros y móviles, pero se sigue poniendo demasiado énfasisen la preparación para una guerra de blindados pesados. En tér-minos generales, puede esperarse que la iniciativa de la UE im-pulse la capacidad de despliegue y la movilidad de las fuerzas dela OTAN. Es más, hay varios proyectos importantes en cartera.Pero queda el hecho de que, hasta ahora, Canadá y los países eu-ropeos de la OTAN han conseguido escasos progresos en lo refe-rente a equipar a sus ejércitos con los medios para mover rápida-mente a sus fuerzas hasta su destino por mar y aire. Pasará algúntiempo hasta que los proyectados incrementos en los gastos dedefensa puedan traducirse en mejoras concretas. Incluso los Es-tados Unidos pueden verse limitados en sus esfuerzos de trans-formación, a causa de los costes de las operaciones en curso y elnivel de disponibilidad actual. Aunque la “revolución” está enmarcha, le faltan todavía muchos años para dar sus frutos. ■

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Primavera 2001 Revista de la OTAN 33

PROGRAMA CIENTIFICO DE LA OTAN“Uniendo a los científicos para el progreso y la paz”

El Programa Científico de la OTAN apoya proyectos de colaboración entre científicosde países Aliados y los países Socios. El programa —que no está relacionado

con la defensa— aspira a estimular la cooperación entre científicos de diferentesorígenes, para crear lazos duraderos entre investigadores y ayudar a las comunidades

científicas en los países de la Asociación.

Los detalles completos pueden consultarse en la página web de la OTAN:

http://www.nato.int/science

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Gastos de defensa en % del Producto Interior BrutoPaís Media Media Media Media

1980 - 1984 1985 - 1989 1990 - 1994 1995 - 1999 1996 1997 1998 1999 2000e(0) (1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) (9)

Precios corrientes

Alemania 3.,3 3,0 2,1 1,6 1,6 1,6 1,5 1,5 1,5Bégica 3,2 2,8 2,0 1,5 1,6 1,5 1,5 1,4 1,4Rep. Checa // // // // // // // 2,2 2,3Dinamarca 2,4 2,0 1,9 1,7 1,7 1,7 1,6 1,6 1,5España 2,3 2,1 1,6 1,4 1,4 1,4 1,3 1,3 1,3Francia 4,0 3,8 3,4 2,9 3,0 2,9 2,8 2,7 2,7Grecia 5,3 5,1 4,4 4,6 4,5 4,6 4,8 4,8 4,9Holanda 3,0 2,8 2,3 1,8 1,9 1,8 1,7 1,8 1,6Hungría // // // // // // // 1,6 1,7Italia 2,1 2,3 2,1 1,9 1,9 2,0 2,0 2,0 1,9Luxemburgo 1,0 1,0 0,9 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8 0,7Noruega 2,7 2,9 2,8 2,2 2,2 2,1 2,3 2,2 1,9Polonia // // // // // // // 2,0 2,0Portugal 2,9 2,7 2,6 2,3 2,4 2,4 2,2 2,2 2,2Reino Unido 5,2 4,5 3,8 2,8 3,0 2,7 2,7 2,5 2,4Turquía 4,0 3,3 3,8 4,4 4,1 4,1 4,4 5,4 6,0OTAN - Europa 3,5 3,2 2,6 2,2 2,2 2,2 2,1 | 2,1 2,1

Canadá 2,0 2,1 1,9 1,4 1,4 1,2 1,3 1,3 1,2Estados Unidos 5,6 6,0 4,7 3,3 3,5 3,3 3,1 3,0 3,0América del Norte 5,3 5,6 4,4 3,2 3,3 3,2 3,0 2,9 2,9

OTAN - Total 4,5 4,5 3,5 2,7 2,8 2,7 2,6 | 2,6 2,5

Gastos de defensa de los países de la OTANPaís Moneda

(millones) 1980 1985 1990 1995 1996 1997 1998 1999 2000e(0) (-) (1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) (9)

Precios y tipos de cambio corriente

Alemania MA 48518 58650 68376 58986 58671 57602 58327 59854 59617Bélgica FB 115754 144183 155205 131156 131334 131796 133007 136252 140256Rep. Checa CCH // // // // // // // 41167 44022Dinamarca CD 9117 13344 16399 17468 17896 18521 19079 19428 19349España PE 350423 674883 922808 1078751 1091432 1123046 1124054 1180075 1266429Francia FF 110514 186715 231911 238432 237375 241103 236226 239488 243936Grecia DG 96975 321981 612344 1171377 1343276 1510684 1724621 1853189 1981984Holanda FH 10476 12901 13513 12864 13199 13345 13561 14534 14192Hungría FH // // // // // // // 187672 218023Italia 1000LI 7643 17767 28007 31561 36170 38701 40763 43062 43002Luxemburgo FL 1534 2265 3233 4194 4380 4797 5197 5330 5468Noruega CN 8242 15446 21251 22224 22813 23010 25087 25809 25675Polonia ZP // // // // // // // 12599 14065Portugal EP 43440 111375 267299 403478 401165 418772 420654 452843 475178Reino Unido LE 11593 18301 22287 21439 22330 21612 22477 22548 22823Turquía 1000LT 203 1235 13866 302864 611521 1183327 2289430 4167636 6998960OTAN - Europa DUSA 111981 92218 186189 184352 186821 172732 175184 | 179671 164559

Canadá DC 5788 10332 13473 12457 11511 10831 11716 12360 11948Estados Unidos DUSA 138191 258165 306170 278856 271417 276324 274278 280969 296373América Norte DUSA 143141 265731 317717 287933 279860 284146 282176 289288 304441

OTAN - Total DUSA 255122 357949 503906 472284 466681 456879 457360 | 468960 468999

Revista de la OTAN34 Primavera 2001

Gastos de defensaESTADISTICAS

0 200 400 600 800 1000

Alemania

Bélgica

Rep. Checa

Dinamarca

España

Francia

Grecia

Holanda

Hungría

Italia

Luxembourgo

Noruega

Polonia

Portugal

Reino Unido

Turquía

OTAN - Europa

Canadá

Estados Unidos

América Norte

OTAN - Total

La OTAN da a conocer las cifras delos gastos de defensa una vez al año.Todas estas cifras, que hasta ahora seincluían en la Revista de la OTAN, en laactualidad se publican en la página webde la Alianza. Debido a las diferenciasentre la definición de gastos defensaformulada por la Alianza y los criterios

nacionales, las cantidades pueden variarrespecto a las utilizadas por las autorida-des nacionales o a las reflejadas en suspresupuestos. Los datos relativos aFrancia son solamente indicativos, pues-to que este país no pertenece a la estruc-tura militar integrada y no participa enla planificación de la defensa. Islandia

no tiene fuerzas armadas. Las cifras dela República Checa, Hungría y Poloniase incluyen desde 1999, cuando estostres países se integraron en la Alianza.

// no aplicable| ruptura en la seriee estimado

Todos los datos financieros y económicos de la OTAN relativos a la defensa pueden ser con-sultados en www.nato.int/docu/pr/2000/p00-107e.htm

Gastos de defensaper capita

(precios y tipos de cambio de 1995)

1995

2000e

Dólares USA

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“KOSOVO - One year on -Achievement and Challenge”Informe del Secretario General de la OTAN, Lord Robertson.

“Manual de la OTAN -edición conmemorativa del 50 aniversario”

Documento de referencia que contiene los objetivos yactividades de la OTAN, sus políticas y estructuras actuales,

una cronología de los últimos 50 años de historia de laAlianza y una compilación de documentos sobre políticas

clave y textos jurídicos.

“La extensión de la seguridad en el áreaeuroatlántico: El papel de la OTAN y sus socios”Folleto ilustrado que ofrece una visión globaldel funcionamiento de la OTAN y abarca el desarrollode las políticas en áreas clave de la Alianza.

“Economics Colloquium 1999”Actas del coloquio celebrado en noviembre de 1999 sobreavances y reformas económicas en los países socios decooperación.

NATO Topics Presentación visual de la Alianza que subraya los momentosdecisivos del desarrollo de la OTAN y los asuntosmás importantes de su agenda actual.(Sólo disponible en edición electrónica:www.nato.int/docu/topics/2000/home.htm)

“Guía Completa de la Cumbre de Washington”Compendio de todos los textos y declaraciones oficiales de la

Cumbre de la OTAN celebrada en Washington en abril de1999. Incluye información básica sobre programas y

actividades de la Alianza.

“NATO at 50”Folleto introductorio sobre la historia de la Alianza en

el que se ofrece una visión global de la agenda actualde la organización.

“NATO Update”Hoja informativa semanal que resume las actividades y eventos de la OTAN y

ofrece un repaso general de todas las iniciativas de la Alianza. (Sólo disponible en edición electrónica: www.nato.int/docu/update/index.htm)

TODAS LAS PUBLICACIONES ESTAN DISPONIBLES EN INGLES Y FRANCES Y MUCHAS EN OTROS IDIOMAS

Cualquier pregunta o petición de documento impreso debedirigirse al:Servicio de Información y Prensa - Distribution UnitBld Leopold III - 1110 BRUSSELSTel: 00-32-2 707 5009Fax : 00-32-2 707 12 52E-mail : [email protected]

Todas estas publicaciones pueden consultarse en la páginaweb de la OTAN (http://www.nato.int)

La página web de la OTAN publica además declaracionesoficiales, comunicados de prensa, discursos y másinformación sobre las estructuras, políticas y actividades dela Alianza, al tiempo que ofrece diversos servicios on-line.

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OTANOTANrevista de laorganización del tratado del atlántico norte

alemaniabélgicacanadá

dinamarcaespaña

estados unidosfranciagrecia

hungríaislandia

italialuxemburgo

noruegapaíses bajos

poloniaportugal

reino unidorepública checa

turquía

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La relación transatlánticaen la actualidad

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