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el paso de la tradición oral a los textos escrotos de los evangelios sinópticos
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FINDACIÓN SOCIEDAD BÍBLICA CATÓLICA INTERNACIONAL (SOBICAIN)
ESPECIALIZACIÓN EN
“CIENCIAS BÍBLICAS Y SOCIALES”
SEPTIEMBRE 2015- DICIEMBRE 2015
MODALIDAD: PRESENCIAL Y VIRTUAL
Paso de la Tradición Oral a la Tradición Escrita
Materia: Evangelios Sinópticos
Profesora: Dra. Rebeca Cabrera
Alumno: Óscar Lara
Caracas, Septiembre de de 2015
Entre nuestros textos bíblicos se encuentran de un modo especial los Evangelios.
Ellos relatan de un modo particular la vida y el mensaje de Jesús. Pero para llegar a
nuestros textos escritos, éstos han tenido que pasar por distintas situaciones, las cuales los
han moldeado y formado. Hagamos un breve paseo por algunas de estas situaciones, a
manera de estadios de la génesis del texto bíblico
Jesús, el Evangelio viviente: Jesús se rodeó de un grupo de discípulos con los cuales
compartió un mensaje, que ellos recibieron, el cual no les fue indiferente, tanto que muchos
dejaron todo y lo siguieron. Jesús era un maestro de Israel, rodeado de discípulos, al parecer
independiente de la institucionalidad (metiéndonos más en el texto podríamos hasta mejor
decir: de la burocracia) religiosa del tiempo, mas no separado necesariamente de la Ley. En
este momento nos interesa un aspecto de la vida y enseñanza de Jesús. El puso a andar una
corriente de tradición que luego fue consignada en nuestros actuales textos bíblicos. Varios
textos evangélicos dan a entender el hecho, y la intención de Jesús de poner a corriente
dicha tradición. Hay que tomar en cuenta el contexto vital de Jesús. Él y sus discípulos
están en un ambiente y una cultura, la judía, que dan gran importancia a la memorización.
Todo se aprendía haciendo uso de la memorización, y para ello sería absurdo no pensar que
para que dicha memorización se facilitara se acudiera a métodos mnemotécnicos. Jesús usó
estos recursos presentes en la literatura bíblica y rabínica. Sus imágenes, parábolas y
comparaciones poéticas hablan de un claro deseo de que sus discípulos aprendieran de me
memoria dichas enseñanzas.
Pero Jesús, aunque era un maestro, lo era de un modo especial: él se presenta como el
único maestro, portador de una verdad definitiva, recibida y respetada de tal manera que
incluso se conserva algunos dichos que pueden parecer polémicos y hoy están en el texto
bíblico.
Además, se conservan misiones antes de la Pascua, en las que Jesús envía a sus
discípulos a predicar el reino de Dios, que no son posteriores a la resurrección, porque
Jesús envía a sus discípulos a repetir en cierta forma la predicación que él hacía, del reino
de Dios, dirigida a Israel y no más allá, distinta de la de los discípulos luego de la pascua.
También se conservan en el texto situaciones que tienen que ver con la vida interna de
grupo prepascual.
La experiencia de la Pascua. Los discípulos se sentían realmente vinculados con
Jesús el que había sido crucificado, sin embargo, la novedad de la resurrección abría
grandes horizontes a lo vivido antes. Y así, la tradición de Jesús prepascual se conserva y se
transmite, pero ahora se actualiza a cada acontecimiento. Se explica y se reinterpreta, como
se hace con la Tanak. Los discípulos ven en Jesús el mismo valor que los judíos dan a la
Palabra de Dios en la Sagrada Escritura, y en ese sentido, la tradición que viene de él recibe
las mismas técnicas de actualización de los textos sagrados, pero que, además, al ir a
ambientes paganos, se hace una actualización lingüística, social y cultural. Entonces la
cadena de tradición transmitiría nuevos dichos y hechos que son actualización de los
anteriores para las nuevas situaciones cada vez más cambiantes y distintas. Pero aunque es
así de “flexible”, esta tradición es fiel, y esa fidelidad es garantizada por la presencia de
testigos que la conservan.
Lo otro es el hecho de que de continuo han tomado los discípulos los textos bíblicos
del antiguo testamento para leerlos desde el acontecimiento de Jesús, viendo en él el
cumplimiento de todas las profecías. Así, la predicación es cada vez “para que se cumpla la
escritura”.
Después del acontecimiento pascual las tradiciones prepascuales de Jesús sn
conservadas y transmitidas con un mayor cuidado, de forma regular y fija, procurando que
nada se pierda. Entre estas tradiciones particulares se conservó con especial ahínco el relato
de la Pasión, amplio y con una trama propia.
La comunidad pospascual ha recibido la tradición de Jesús. Ella la conserva,
reelabora y transmite en el seno de sus múltiples actividades. Es decir, en su vida. En todas
sus situaciones se hacían presentes las palabras y los hechos de Jesús para iluminarlas.
La Tradición, con sus muchas reelaboraciones, se fue poniendo por escrito, como una
necesidad de conservar las colecciones de tradición cada vez más numerosas y al ver la
necesidad cada vez mayor de que no se pierda nada. No es entonces necesario que haya
pasado muchísimo tiempo desde el apogeo de la tradición oral y el primer esfuerzo de
escribir la tradición de Jesús. Sí fue posterior, pero no muy posterior. De hecho, por mucho
tiempo, tradición oral y tradición escrita coexistieron y se influyeron mutuamente, lo
mismo tradiciones de uno y otro tipo pertenecientes a distintas comunidades se
influenciaban recíprocamente.
Redacción de los Evangelios: El tercer momento es la redacción de los textos tal
como ahora los hemos recibido. Ha sido trabajo de unos personajes conocidos como
Evangelistas, los cuales han puesto por escrito en un sólo volumen, en una obra unitaria, la
tradición pospascual de Jesús tal como las comunidades la transmitían, pero a su vez fueron
verdaderos autores que colocaron necesariamente su propia huella en la elaboración de sus
escritos. Ellos trabajaron de seguro de la siguiente manera:
1. Hicieron una selección de los datos recibidos de la tradición oral o escrita.
Una selección implica tomar unos elementos y rechazar otros, de acuerdo a las propias
intenciones.
2. Realizaron síntesis. Esto puede incluir también el hecho de reunir datos,
dichos y hechos en un solo apartado de acuerdo a un tema específico según su intención.
3. Adaptar la tradición recibida a la situación de las diversas Iglesias.
4. Conservar el estilo de proclamación. No se trata de una biografía sino de un
impactante testimonio de la persona de Jesús que busca suscitar la fe.