Principios Éticos EJE 5

5/17/2018 Principios Éticos EJE 5 - slidepdf.com

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Isabel Ramírez Santos

Principios Éticos

EJE 5

El modelo de vida ideal que hoy en día presenciamos muestra la realización personal, ya sea en

el ámbito económico, laboral, social o espiritual, como una prioridad ante todo lo demás. La

incansable competencia y lucha por poseer bienes nos ha hecho creer que una persona

realizada es aquella que aparentemente tiene todo lo que quiere. Es ahí donde esta reflexión

nos muestra el otro lado de la moneda, la prioridad de trascender desde una preocupación por

el bienestar común y la mejoría social antes que la aparente realización individual.

Somos una sociedad que ha dirigido sus intereses a los bienes materiales y la obtención de

poder, sin darnos cuenta de lo dañina que resulta para todos dicha filosofía. Como menciona

Mardones (2000) debemos hacernos conscientes de que la vida está amenazada si prosiguen el

mismo tipo de actitudes imperialistas en la relación del hombre con la naturaleza. Es urgente

cambiar de relación si se quiere mantener la vida.

Hablando desde mi perspectiva personal, las palabras y los proyectos que proponen una nueva

filosofía de vida social no son los medios para realmente transformar la realidad. No creo que

beneficie a nadie llenarnos la mente de utopías de cambio y bienestar común sin al menos

intentar cambiar los aspectos negativos y dañinos que observamos en nuestra realidad

inmediata. La ilusión de una transformación prácticamente mágica de la sociedad, ya sea por

cambios políticos o conscientización comunitaria, nos deja estancados en ideales que no van

más allá de las palabras. No digo con esto que las reflexiones y los proyectos de conscientización

sean inútiles, sólo percibo que hemos tenido la tendencia a dejar que la reflexión se estanque

entre textos y quejas sin dar más de lo que necesitamos: propuestas y proyectos concretos,

reales y posibles. Necesitamos concretar lo comprendido en acciones locales con un ámbito

temporal cercano. La crisis que vivimos no va a cambiar sin que cambiemos nosotros y seamos

capaces de llevar nuestros ideales a la práctica.



Como mencionan Toro y Boff (2009) es momento de producir bienes útiles y de calidad que

fomenten el consumo responsable. Este paso requiere que cambiemos nuestra forma de

relacionarnos tanto con el medio ambiente como con los demás.

Reconocernos unos a otros como de la misma especie es uno de los desafíos del

proyecto de humanización, lo cual solo es posible a través del encuentro y el

reconocimiento del otro como distinto y diferente a mí pero tan legítimo y digno como

yo. (Boff, 2009)

Actualmente puedo decir que he tenido un cambio en mi perspectiva social significativo. La

realidad que vives se transforma totalmente al conocer otras realidades e integrarlas con la

tuya. Pero no vale una utopía abstracta, una especie de sueño vano o ilusión compensadora de

nuestras frustraciones, sino una utopía concreta (Mardones, 2000)

Desde mi profesión me encuentro en un momento clave de descubrimiento e interés, donde

puedo pasar de los libros a la práctica y aprendizaje por experiencia. Considero que este es mi

espacio de verdadera trascendencia, donde tengo la esperanza de que mis acciones puedan

otorgar un verdadero servicio a los demás. Más allá de la destrucción que hemos llevado a cabo

como raza humana, creo firmemente en la capacidad creadora que tenemos, y sé que puedo ser

parte de un cambio positivo al menos en la vida de unos cuantos. Soy una persona que cree en

la bondad humana, sin dejar de reconocer las debilidades, los defectos y la gran desviación que

como sociedad hemos propiciado cada vez más. La ambición humana está acabando más que

nunca con lo más hermoso que poseemos; la tierra que habitamos. Creo en nuestro potencial

humano y sé que mi mayor compromiso está en el fomento del desarrollo social más humano,

más solidario e incluyente.

En relación a mis creencias sé que mi fe es firme y que como explica José María Mardones

(2000) ha ido desdogmatizandose conforme he tenido la oportunidad de experimentar con las

diferentes religiones e instituciones que intentan controlarla. Mardones (2000) señala que

Durkheim advertía ya un cambio de la religión en la sociedad moderna: no desaparecía, sino

que se centraba crecientemente en el individuo. En lo personal no creo en las iglesias, porque

soy consciente de que sus dirigentes son seres humanos con debilidades y defectos como



cualquier otro. Mi fe está en Dios y no en quien lucra o manipula con su nombre. Sé que ante

cualquier crisis mi fortaleza está en todo el amor que he recibido y en la presencia que he

sentido de algo mucho más grande y profundo que esta existencia terrenal. Mis valores de

servicio y solidaridad son una parte fundamental de dicho soporte, ya que sin ellos no podría

ver más allá los crecientes deseos de posesión y consumo que nos caracterizan.

La realización de este servicio social me ha dado las herramientas para acercarme más a la

realidad de muchos y dejar de idealizar lo que significa la intervención en psicología social. Pude

ver las debilidades y fortalezas de las organizaciones y más que nada tuve la oportunidad de

generar ideas de intervención posibles.

Como señalan Toro y Boff (2009) el cuidado del intelecto y la inteligencia supone renunciar al

principio guerrero de la fuerza intelectiva y pasar al altruismo cognitivo. Ya no es momento para

querer demostrar ser los más exitosos a través de un gran sueldo y posesiones envidiables, es

tiempo de generar un bienestar común a partir de nuestro conocimiento, de integrarnos y

reconocernos como seres interdependientes. Somos capaces de prevenir los daños que hoy nos

acechan en las generaciones por venir, de dar a los demás lo que nos falto aprender y asumir

una responsabilidad colectiva con el otro. Tenemos las herramientas necesarias para hacer de

nuestro círculo social inmediato un medio más sano sin descartar la posibilidad de llegar a

expandir nuestras ideas y proyectos de cambio al mundo entero.

No soy conformista pero tengo claro que mis metas no son ideas pretenciosas de un cambio

social masivo. Sueño con una realidad inmediata donde encuentre resultados al trabajo que

realice, donde pueda ver una mejoría y transformación que me motive a ser cada vez más

productiva. Sueño con lograr un cambio personal día con día y a partir de esto construir un

hogar lleno de armonía y amor, un trabajo que beneficie a muchos y una mente congruente con

mis acciones.



Bibliografía

Mardones, José María (2000) Análisis de la sociedad y fe Cristiana, PPC Editorial, España.

Toro, Bernardo y Boff, Leonardo (2009) Saber cuidar: el nuevo paradigma ético de la nueva

civilización. Elementos conceptuales para una conversación, Documento en proceso de

publicación. Bogotá y Petrópolis. Noviembre.

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