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1 Privatizando la represión 1 Francisco Durand El conflicto social en el proyecto Tía María anda de mal en peor, principalmente por la terca medida del gobierno de enviar más contingentes policiales contra los manifestantes, todo ello a pesar que hace poco abalearon sin autorización a un campesino que murió, caso que intentaron encubrir y porque al mismo tiempo también intentaron “sembrar” falsa evidencia en otro. Detrás de esta escalada represiva, no lo olvidemos, está el nuevo premier Cateriano, quien antes de asumir el cargo habló con la CONFIEP y las mineras, en particular la Southern, que denunció la supuesta existencia de terroristas antimineros. En lo que va de esta semana, por la equivocada escalada represiva, y la respuesta violenta de los manifestantes, el número de heridos se ha incrementado en varias decenas más; el martes ocurrió otra muerte en Mollendo. El problema de fondo es viejo y se está agravando. De un tiempo a esta parte, la policía parece más la guardia de las grandes empresas privadas que una institución nacional neutral que actúa en defensa del interés público. El problema, en realidad, no es la policía sino quienes mueven los hilos del poder al haber creado una dependencia creciente de los uniformados a los bancos, diversas empresas privadas y las grandes minas. Es parte de un proceso de privatización de la represión que genera distorsiones de diverso tipo. LOS BANCOS PRIMERO Son varias las medidas que, gradualmente, desde hace varias décadas, van convirtiendo a la policía en una institución al servicio de las grandes empresas. Destacan particularmente tres: las Águilas Negras, a cargo de la seguridad de los bancos, el sistema 24x24 y los convenios de cooperación minas- policía. El Departamento de Seguridad de Bancos Águilas Negras es una subunidad de la Policía Nacional dedicada, según su propia declaración al: “patrullaje preventivo por las inmediaciones de las sedes bancarias realizando intervenciones de seguridad ciudadana a vehículos y personas sospechosas a fin de contrarrestar el accionar delictivo en sus diversas modalidades contra el sistema bancario naci onal”. Fue creado en los 80s, luego de que una ola de robos afectara la seguridad de los bancos. Los empresarios que lideraron la creación de esta subunidad y mantuvieron hasta el día de hoy una relación especial con las Águilas Negras fueron Dionisio Romero Seminario y su amigo Arturo Woodman, del Banco de Crédito del Perú y, por su intermedio, la Asociación de Bancos (ASBANC). El 2012, por ejemplo, Oscar Rivera Rivera, Presidente del Directorio de ASBANC, hizo entrega de una donación de 35 vehículos y 102 motocicletas además de equipamiento valorizados en $ 1’526,178. Esta donación es parte de un 1 Artículo publicado en el semanario “Hildebrandt en sus Trece” el viernes 8 de mayo del 2015. Reproducido con autorización del autor.

Privatizando la represión

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El conflicto social en el proyecto Tía María anda de mal en peor, principalmente por la terca medida del gobierno de enviar más contingentes policiales contra los manifestantes, todo ello a pesar que hace poco abalearon sin autorización a un campesino que murió, caso que intentaron encubrir y porque al mismo tiempo también intentaron “sembrar” falsa evidencia en otro. Detrás de esta escalada represiva, no lo olvidemos, está el nuevo premier Cateriano, quien antes de asumir el cargo habló con la CONFIEP y las mineras, en particular la Southern, que denunció la supuesta existencia de “terroristas antimineros”. En lo que va de esta semana, por la equivocada escalada represiva, y la respuesta violenta de los manifestantes, el número de heridos se ha incrementado en varias decenas más; el martes ocurrió otra muerte en Mollendo.El problema de fondo es viejo y se está agravando. De un tiempo a esta parte, la policía parece más la guardia de las grandes empresas privadas que una institución nacional neutral que actúa en defensa del interés público. El problema, en realidad, no es la policía sino quienes mueven los hilos del poder al haber creado una dependencia creciente de los uniformados a los bancos, diversas empresas privadas y las grandes minas. Es parte de un proceso de privatización de la represión que genera distorsiones de diverso tipo.Artículo publicado en el semanario “Hildebrandt en sus Trece” el viernes 8 de mayo del 2015. Reproducido con autorización del autor.

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    Privatizando la represin1

    Francisco Durand

    El conflicto social en el proyecto Ta Mara anda de mal en peor, principalmente por la terca

    medida del gobierno de enviar ms contingentes policiales contra los manifestantes, todo ello a pesar

    que hace poco abalearon sin autorizacin a un campesino que muri, caso que intentaron encubrir y

    porque al mismo tiempo tambin intentaron sembrar falsa evidencia en otro. Detrs de esta escalada

    represiva, no lo olvidemos, est el nuevo premier Cateriano, quien antes de asumir el cargo habl con la

    CONFIEP y las mineras, en particular la Southern, que denunci la supuesta existencia de terroristas

    antimineros. En lo que va de esta semana, por la equivocada escalada represiva, y la respuesta violenta

    de los manifestantes, el nmero de heridos se ha incrementado en varias decenas ms; el martes

    ocurri otra muerte en Mollendo.

    El problema de fondo es viejo y se est agravando. De un tiempo a esta parte, la polica parece

    ms la guardia de las grandes empresas privadas que una institucin nacional neutral que acta en

    defensa del inters pblico. El problema, en realidad, no es la polica sino quienes mueven los hilos del

    poder al haber creado una dependencia creciente de los uniformados a los bancos, diversas empresas

    privadas y las grandes minas. Es parte de un proceso de privatizacin de la represin que genera

    distorsiones de diverso tipo.

    LOS BANCOS PRIMERO Son varias las medidas que, gradualmente, desde hace varias dcadas, van convirtiendo a la

    polica en una institucin al servicio de las grandes empresas. Destacan particularmente tres: las guilas

    Negras, a cargo de la seguridad de los bancos, el sistema 24x24 y los convenios de cooperacin minas-

    polica.

    El Departamento de Seguridad de Bancos guilas Negras es una subunidad de la Polica Nacional

    dedicada, segn su propia declaracin al: patrullaje preventivo por las inmediaciones de las sedes

    bancarias realizando intervenciones de seguridad ciudadana a vehculos y personas sospechosas a fin de

    contrarrestar el accionar delictivo en sus diversas modalidades contra el sistema bancario nacional. Fue

    creado en los 80s, luego de que una ola de robos afectara la seguridad de los bancos. Los empresarios

    que lideraron la creacin de esta subunidad y mantuvieron hasta el da de hoy una relacin especial con

    las guilas Negras fueron Dionisio Romero Seminario y su amigo Arturo Woodman, del Banco de Crdito

    del Per y, por su intermedio, la Asociacin de Bancos (ASBANC). El 2012, por ejemplo, Oscar Rivera

    Rivera, Presidente del Directorio de ASBANC, hizo entrega de una donacin de 35 vehculos y 102

    motocicletas adems de equipamiento valorizados en $ 1526,178. Esta donacin es parte de un

    1 Artculo publicado en el semanario Hildebrandt en sus Trece el viernes 8 de mayo del 2015. Reproducido con autorizacin del autor.

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    Convenio de Cooperacin Interinstitucional firmado en junio de 2012 entre el Ministerio del Interior y la

    ASBANC que refuerza esta relacin iniciada hace tantos aos. De acuerdo a fuentes oficiales El objetivo

    de dicho acuerdo es garantizar la proteccin del personal, clientes, usuarios, empresas o entidades

    integrantes de ASBANC y colaborar en la modernizacin de la Polica Nacional. Pues bien, el problema

    es que crea una situacin de privilegio entre este cuerpo policial, que lo diferencia del resto, y que

    genera (empezando por el Ministerio de Interior, siguiendo abajo en la jerarqua hasta los oficiales), una

    relacin especial que deja de lado otras formas de seguridad ciudadana. Para muestra, vase esta nota

    reciente de El Comercio: Solo 192 agencias son vigiladas por policas y en otras 90 el servicio es

    compartido entre vigilantes privados y policas. En el primer grupo, estn las nicas cuatro agencias

    principales del Banco de Crdito, de un total de 208, que son cuidadas por policas uniformados (mayo

    5, 2015). El problema es que la seguridad de los bancos, que tienen recursos como para organizar su

    propia seguridad, compromete demasiados efectivos en actividades que no son de prioridad ciudadana.

    Al caso particular de las guilas Negras se aade el sistema 24x24 que autoriza a policas

    uniformados y armados servir en sus das de franco a entidades privadas (constructoras,

    supermercados). Aunque es una forma de ayuda para compensar sus bajos ingresos, el problema es

    que no resuelve el sistema de pagos bajos al cuerpo policial y, otra vez, los pone al lado de las grandes

    empresas a las cuales sirven.

    MINERAS El caso ms cuestionable y grave, sin embargo, concierne a las grandes mineras formales. Todo

    empez con la firma en el ao 2009 de la llamada eufemsticamente Ley de Servicios Extraordinarios

    Complementarios a la Funcin Policial. La norma se emiti, valga la pena remarcarlo, bajo el gobierno

    pro minero de Alan Garca. De acuerdo a esta ley las mineras pueden firmar convenio con Ministerio de

    Interior, los que les permiten contar con una dotacin policial que recibe ingresos extra, alimentacin,

    transporte, plizas de seguro y, en caso de necesidad, atencin mdica. Su misin es proteger todo el

    territorio minero. Pero estos pagos no terminan ah porque, aparte de lo mencionado, la mina le

    entrega discrecionalmente una cantidad no especificada para ayuda institucional a la PNP.

    Un total de 13 minas se acogieron a ese dispositivo, entre las que destacan, aparte de Antamina,

    dos donde han ocurrido graves enfrentamientos entre la polica y los manifestantes que han provocado

    los casos ms dramticos de violencia por los muertos y heridos: Yanacocha y Tintaya. Esta extraa

    medida, muy propia de un Per Minero, refuerza la prdida de neutralidad del cuerpo policial en los

    casos donde ms lo necesita: los conflictos socio ambientales. El carcter de los convenios queda

    revelado en la Clusula Tercera, que justifica la presencia de este cuerpo policial pagado por la mina en

    casos de (lase con cuidado): delincuentes terroristas, comunes o grupos organizados dentro del AREA

    DE INFLUENCIA. Una empresa, Minera Afrodita, ha firmado un convenio semejante con el Ejrcito.

    Cualquiera hubiera podido esperar que el gobierno que sigui a Garca, el de Ollanta Humala,

    debiera haber puesto fin a estos convenios, pero en realidad no ha sido as sino que se ha profundizado

    la relacin polica-grandes empresas, sea con los bancos (como hemos visto) o con las mineras (como

    argumentamos a continuacin). Con Humala se han renovado y extendido este tipo de convenios en el

    mayor secreto y ya ha trado consecuencias graves. Me refiero a los conflictos socioambientales de

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    Tintaya del 2012, en los que murieron dos pobladores y 50 quedaron heridos, y donde una de las causas

    de la hostilidad social hacia la polica la provoc el hecho que el destacamento estaba dentro del

    campamento de la minera Xtrata.

    Al momento de escribir este artculo, mis intentos de bsqueda de la lista de convenios y los

    textos no han producido ningn resultado. Lo nico que se ha podido conocer es que ahora el

    destacamento no est dentro del campamento minero sino fuera. En realidad, es un pequeo cambio,

    que no modifica en lo esencial esta relacin privilegiada y especial que hace que la polica pierde una

    necesaria neutralidad en los casos de conflicto.

    Hoy, dadas las urgencias de mejorar la seguridad ciudadana para detener una ola de crmenes

    callejeros y de sicariato, necesitamos evaluar todos estos casos: las guilas Negras, el 24x24 y los

    convenios con las mineras. La razn de fondo es que no solo se pierde la neutralidad que debera tener

    en principio todo aparato del Estado sino que distraemos recursos de por s escasos en un momento

    crtico de espiral de violencia criminal.

    Francisco DurandLOS BANCOS PRIMEROMINERAS