Problemas… Recuerde que… 1 Intente hacer algo como… · traerle malos recuerdos. A la hora de dormir los niños(as) pue-den sentir temor, a esta hora ya no hay ... En estos momentos,

*Este material es una adaptación de las recomendaciones para padres de la Guía de Operaciones Prácticas: Primeros Auxi-lios Psicológicos, de la Red Nacional para el Estrés Traumático Infantil y el Centro Nacional de TEPT de Estados Unidos.

Problemas… Recuerde que… Intente hacer algo como…

Si el niño(a) no quiere irse a la cama, no quiere dormir solo o se despierta gritando en la noche.

Cuando los niños(as) están asustados, quieren estar con las personas que les hagan sentir seguros(as) y se preocupan si no están con ellos. Si hubo una separa-ción entre el niño(a) y su padre o madre durante el desastre, el dormir sólo puede traerle malos recuerdos.

A la hora de dormir los niños(as) pue-den sentir temor, a esta hora ya no hay actividades y suelen venir los recuerdos del día o de los días anteriores.

Otra causa de temor son las pesadillas, justo a la hora de dormir los niños(as) piensan que soñaran de nuevo lo mismo que les causa temor.

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1. Cuide que el ambiente antes de dormir sea más agradable:• Si usted quiere, deje a su niño(a)

dormir con usted diciéndole que es sólo por un tiempo. Dígale por ejemplo: “Puedes dormir con noso-tros esta noche, pero mañana dor-mirás en tu propia cama”.

• Tenga una rutina para ir a dormir: recen juntos, lean juntos, póngale una luz muy suave para dormir, há-gase un tiempo para regalonearle o abrazarle. Háblele de esta rutina to-dos los días para que el o ella sepa qué esperar.

• Cuéntele una de sus historias favo-ritas cuyo tema sea algo que le haga sentir bien.

2. Déle más seguridad emocional y consuelo:• Abrácele y dígale que está seguro(a),

que usted está allí y que no se mar-chará.

• Entienda que el niño(a) no se está portando mal, cuando él o ella logre sentirse más seguro va a poder dor-mirse mejor.

• Tenga seguridad de que estos pro-blemas del sueño se van a pasar en la medida de que usted le transmita más seguridad y afecto a su hijo(a).

3. En caso de tener pesadillas:• Antes de que se duerma dígale: “Las

pesadillas vienen de los pensamien-tos que tenemos dentro de nosotros cuando estamos asustados y no de cosas que realmente están pasan-do”.

• Si se despierta gritando, abrácele, tóquele, despiértele si está soñando pesadillas, con voz calmada dígale que usted está ahí para ayudarle y que ahora están seguros(as).

• Explíquele la diferencia entre los sueños y la vida real, y que es cier-to que a veces algunos sueños muy intensos parecen que sucedieron de verdad, pero fueron sueños.

*Este material es una adaptación de las recomendaciones para padres de la Guía de Operaciones Prácticas: Primeros Auxi-lios Psicológicos, de la Red Nacional para el Estrés Traumático Infantil y el Centro Nacional de TEPT de Estados Unidos.


Si su niño(a) cree que aún existe peligro de terre-moto.

Los niños(as) preescolares pueden estar confundidos y creer que aún están en peligro de terremoto por-que:

• Escuchan cosas que hablan los adul-tos y los niños(as) mayores que ellos(as).

• Ven noticias en la televisión.

• Imaginan que todo está sucediendo nuevamente al sentir una réplica.

• Ellos(as) pueden pensar que el pe-ligro está cerca de su casa, aunque el terremoto haya ocurrido hace ya más de un mes.

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1. Déle información sobre terremotos en Chile:

• Cuéntele que el planeta tierra está formado en su capa externa no por una sola capa única de tierra, sino que por una capa compuesta por va-rios pedazos, la zona en donde estos pedazos se juntan se llaman “fallas”. Chile está justamente ubicado sobre la falla de las placas Sudamericana y la placa de Nazca. Cuando estas placas se acomodan suavemente se siente los temblores, y cuando lo ha-cen fuertemente se sienten los terre-motos.

• Aunque nadie pueda asegurar que no se producirá otro terremoto hay que darle a entender al niño(a) que es poco probable que venga un te-rremoto tan fuerte como el anterior, y que lo que se sienten ahora son réplicas.

2. Intente transmitirle más seguridad

• Lo importante es que ahora están mejor preparados para enfrentar una eventual réplica fuerte, con lin-ternas, con agua de reserva, saben dónde protegerse en la vivienda o a donde salir.

• Se puede dibujar en un papel un mapa, cuán lejos están del área del desastre y explíqueles que el lugar donde se encuentran ahora es segu-ro.

• Déle explicaciones sencillas cuan-do sea necesario, incluso todos los días. Asegúrese de que entienden las palabras que usted está utilizando. Averigüe qué otras palabras o expli-caciones han escuchado y clarifique lo que no sea correcto.

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Si el niño(a) no puede tolerar estar lejos de usted, llora cuando usted se va o incluso si usted se va al baño.

Los niños que aún no saben hablar o expresar con palabras lo que sienten muestran sus miedos llorando o apegán-dose físicamente a usted.

Cuando usted tiene que despedirse de su hijo(a) puede recordarle a él o ella cualquier separación relacionada con el terremoto.

El cuerpo de los niños(as) tiende a re-accionar automáticamente ante las sepa-raciones (su corazón late más rápido, les duele el estómago, lloran).

Algunas veces, lo que él o ella piensa o siente se expresa a través de su cuerpo, pensando “¡Oh no, no puedo perderla!” En estos momentos, su niño(a) no está tratando de controlarle o manipularle, lo que sucede es que está muy asustado(a).

También puede asustarse con las despe-didas, cuando otras personas y no solo usted se van.

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Trate de quedarse con su niño(a) y evite las separacio�nes si es posible por lo menos por varias semanas después del desastre. En caso de separaciones breves (ir a comprar o ir al baño), ayude a su niño(a) a nombrar sus sentimientos y a conectarlos con todo lo que ha experi-mentado.

Por ejemplo,

“¿Te pones triste si mamá se va al baño?, ¿Parece que te acuerdas del terremoto si mamá se va de compras?

Mamá te quiere mucho y esta despe-dida es diferente porque te quedarás con … y yo regresaré muy pronto”

“Tú estás muy asustado y no quieres que me vaya porque la última vez que me marché tú no sabías dónde yo estaba. Hoy día esto es diferente, voy a ir a comprar pan y regresaré muy pronto”.

Para separaciones más largas, déje-lo con personas que le son familiares, dígale a dónde va y por qué y cuán-do regresará. Dígale que usted estará pensando en él. Déjele una fotografía de usted o algún objeto suyo. Lláme-le si es posible. Cuando usted regrese dígale que le extrañó, que pensó en él o ella y que ya regresó. Usted tendrá que repetir este proceso una y otra vez.



Si su hijo(a) come demasiado o se niega a comer.

El estrés afecta a su hijo(a) de distin-tas maneras, una de estas es que los niños(as) tengan mucho o muy poco apetito.

Comer saludablemente es importante, pero prestar demasiada atención a la comida en estos momentos puede pro-vocar más tensión en su relación con él o ella.

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Relájese con el tema de la comida, cuando los niveles de estrés del niño(a) bajen, sus hábitos alimentarios volverán a la normalidad. No obligue a su niño(a) a comer a la fuerza. Coman juntos y haga de la hora de comer un momento relajante y diver-tido.

Mantenga colaciones saludables a la mano de su hijo(a), como zanahoria, manzana peladas y picadas porque a los niños(as) les agrada comer constante-mente.

Si usted se encuentra preocupado(a) pues su niño(a) ha perdido peso, llévele a un control de salud.



Si su niño(a) hacecosas peligrosas.

Puede parecer extraño, pero, cuando algunos niños(as) se sienten inseguros, frecuentemente hacen cosas peligrosas.

Es una forma de decir:

“Mamá, papá, te necesito, demuéstra-me que soy importante protegiéndo-me”.

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Dígale: “Lo que haces ahora es peli-groso para ti y te puedes hacer daño. Tú eres muy importante para mí y no quiero que llegues a herirte”.

Calmadamente búsquele, abrácele y cál-mele si es necesario.

Déle mucha atención cuando no haga cosas peligrosas, acercándose a él o ella o compartiendo un juego.



Si su hijo(a) ya no puede hacer las cosas que hacía antes, como ir al baño, hablar bien, tomar de la taza, etc.

Cuando los bebés o niños(as) prees-colares están bajo estrés o asustados pierden por un tiempo las habilida-des que han aprendido recientemente.

Esta es la forma en que ellos(as) nos co-munican que no están bien y necesitan nuestra ayuda.

Perder una habilidad después de ha-berla aprendido (como hacerse pipí en la cama nuevamente) puede hacerlos sentir avergonzados. Las personas a su cargo deben ser comprensivas y tener mucha paciencia, porque su niño(a) no hace estas cosas a propósito o para mo-lestarle.

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Aquí sólo sirve ser muy pa�ciente y estratégicos, no vale la pena enfrentarse al proble�ma sino que lo que sirve es ha�cerle sentir comprendido(a), aceptado(a), amado(a) y apoyado(a).Evite criticarle, retarle, obligarle o gri-tarle, esto no es una lucha de poder.

En vez de enfocarse en que ahora quie-re tomar chupete, habla como un bebé, toma leche sólo de la mamadera, gatea en vez de caminar, se hace pipí en vez de ir al baño; ayude a su niño(a) a que se sienta más seguro con un abrazo, una caricia, una alabanza y tenga paciencia porque así pronto recuperará la habili-dad perdida.



Si su niño(a) se asusta de cosas que no le asustaban anteriormente.

Los bebés y los niños(as) preescolares pequeños creen que sus padres son to-dopoderosos y que pueden protegerlos de cualquier cosa. Esta creencia les ayu-da a sentirse más seguros.

El terremoto rompe esta fantasía de los niños(as) y el mundo se vuelve un poco más peligroso.

Muchas cosas pueden recordarle a su hijo(a) el terremoto y asustarle (las répli-cas, la lluvia, el ruido de la ambulancia, la gente gritando, una mirada temerosa de los adultos, etc.).

Recuerde que esto no es su culpa, ha sido ocasionado por el terremoto.

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Cuando su niño(a) esté asusta�do, háblele de las razones por las cuales ahora está seguro:

“Mira hijo, ahora estamos en un pri-mer piso, si ocurriera de nuevo una réplica ya sabemos dónde ponernos o hacia dónde irnos”, “Ahora tenemos linternas y botellas con agua listas, es-tas cosas nos ayudan a estar prepara-dos para las réplicas que pueda venir”

Si su niño(a) está preocupado, pues al-gunas cosas le recuerdan el terremoto y piensa que éste está ocurriendo nueva-mente, ayúdele a entender qué es lo que pasa en el momento:

“Hija, esto que tú escuchas es el ruido del viento, o de la lluvia y son dife-rentes al ruido del terremoto que ya pasó”.

Si habla sobre monstruos, no discu-ta con su hijo(a) que los monstruos no existen, es mejor que usted le ayúdele a espantarlos, por ejemplo diga:

“Mira monstruo, ándate de aquí, no molestes a mi bebé”, “Voy a decirle al monstruo ¡buh!, ¡buh! y él se irá, por-que se va a asustar”.

Su niño(a) es muy pequeño para enten-der y reconocer la forma en que usted lo protege; recuérdese a sí mismo(a) las co-sas buenas que usted ha hecho.



Si su niño(a) juega en forma violenta o si continúa hablando del terremoto y de las cosas malas que presenció.

Los niños(as) preescolares se expre-san a través del juego. Ser violentos mientras juegan puede ser su forma de decirnos cómo se sienten por den-tro y lo fuerte que fue el terremoto para ellos.

Cuando su niño(a) habla de lo que pasó, pueden aflorar sentimientos muy fuertes para usted y él o ella, como el miedo, tristeza y la rabia. Esto es normal y hasta es bueno que ocurra en forma espontánea. No re-prima la expresión de estas emocio-nes de su hijo(a)

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Si usted puede tolerarlo, escuche a su niño(a) cuando habla de lo que sucedió.

Mientras su hijo(a) juega, observe los sentimientos que expresa, ayúdele a nombrarlos y esté presente para brin-darle su apoyo con un abrazo o una ca-ricia. Diga:

“Parece que lo que sucedió te sigue dando mucha rabia, mi niño, es normal que te sientas así y a veces a mi me pasa lo mismo, pero aho-ra debemos mirar hacia delante y seguir juntos”

Si el niño(a) está demasiado afectado y siempre repite la misma escena de rabia en su juego, ayúdele a calmarse, a sentir-se mas seguro y considere buscar ayuda profesional.



Si su niño(a) no puede estar quieto y no puede prestarle atención a nada.

Los adultos algunas veces caminan de un lado a otro cuando están preocu-pados, en cambio los niños(as) corren, brincan y pueden estar inquietos.

Algunos niños(as) son activos por na-turaleza y otros pueden sentirse más in-quietos después del terremoto, porque el miedo puede crear una energía nerviosa que se expresa en el cuerpo.

Cuando nuestra mente se concentra en cosas negativas, es difícil prestar aten-ción a otros asuntos.

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Ayude a su niño(a) a recono�yude a su niño(a) a recono�cer sus sentimientos (miedo, preocupación) y asegúrele que se encuentra seguro(a).Ayude a su niño(a) a liberar su energía nerviosa (dejándole correr, con ejerci-cios de estiramiento, caminando larga-mente, saltando, practicando deportes, respirando profunda y lentamente).

Siéntese con su niño(a) y realicen activi-dades que ambos disfruten como tirar-se la pelota, leer juntos, jugar a lo que el niño(a) desee, dibujen juntos). Esto ayudará al niño(a), aunque no deje de correr de un lado al otro.

Si su niño(a) es activo por naturaleza enfóquese en lo positivo. Piense en la gran energía que tiene para hacer las co-sas y busque actividades que satisfagan esas necesidades.



Si su niño(a) ahora está muy exigente, controlador y quiere que las cosas se hagan a su manera.

En muchas ocasiones los niños(as) en-tre los 18 meses y 3 años pueden pare-cer como controladores. Esto puede ser muy agotador para los padres y madres pero es parte del proceso normal de crecimiento y les ayuda a aprender que ellos(as) son importantes y que pueden lograr y hacer distintas cosas.

Cuando un niño(a) siente que está en pe-ligro, puede llegar a ser más controlador de lo habitual porque esta es una manera de vivir con sus miedos. Ellos(as) quie-ren expresar que:

“La situación actual es tan confusa que necesito tener control de algo, aunque esto sea molestoso para mi mamá o papá”.

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Recuerde que su niño(a) no es malo(a) o controlador(a). Este comportamiento es normal en si-tuaciones de crisis porque el niño no se siente seguro.

Permita que su niño(a) crea que tiene el control de cosas pequeñas. Déjelo de-cidir respecto de la ropa que se quiera poner, a lo que hay que jugar o sobre los cuentos que quiere que usted le lea.

Si él o ella tiene control sobre estas co-sas pequeñas, el niño(a) puede sentirse mejor pero no se sentirá mejor si sabe que él/ella manda en las cosas suyas. Us-ted debería seguir controlando las cosas importantes como qué se come, a qué hora, cuándo se acuesta, estableciendo una estructura con horarios y rutinas en el día; y dejarle elegir a él o ella sólo las cosas chicas.

Alábele o celebre cuando el niño(a) haga cosas nuevas. El niño(a) puede sentir que tiene más control de la situa-ción cuando pueda ponerse los zapatos, armar un rompecabezas o servirse jugo solo(a).



Si su niño(a) tiene pataletas, está malhumorado y grita más de lo habitual.

Incluso antes del terremoto su niño(a) puede haber tenido pataletas y estas son más frecuentes entre los dos años y me-dio y los tres años y medio.

Las pataletas se producen cuando los niños(as) no pueden hacer las cosas o cuando no tienen las palabras para ex-plicar lo que quieren o necesitan. Al-gunos niños(as) están acostumbrados a que su padre o madre les de así en el gusto.

En estos momentos difíciles después del terremoto, su niño(a) tiene muchas ra-zones para estar molesto(a), al igual que usted, y puede sentir una gran necesi-dad de gritar y llorar.

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Dígale que usted sabe cuán difícil la situación es para él/ella:

“Las cosas están muy difíciles en este momento. Hemos tenido mucho mie-do. No tenemos tus juguetes ni la te-levisión, y tú estás con mucha rabia”.

Tolere sus pataletas con más paciencia de lo que normalmente usted lo haría y responda con amor y no con castigos ni separándole.

Si el niño llora o grita quédese con él/ella y hágale saber que usted está allí para apoyarle. Si las pataletas se tornan frecuentes o más fuertes, usted debe ser aún más consistente y tener los límites muy claros, por último, pida ayuda en su centro de salud.



Si su niño(a) le pega.

Cuando los niños(as) golpean, es una forma de expresar su rabia. No se les debe permitir a los niños(as) pegar a nadie. Porque aparte que la violencia no es tolerable, agredir a la persona que se supone está a cargo de protegerlos les provoca aún más miedo.

Cuando los niños(as) golpean puede ser también el resultado de ver a otras per-sonas golpeándose.

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Cada vez que su niño(a) golpee, hágale saber que esto no es co�rrecto. Tome firmemente sus manos para que no pueda gol�pearle y pídale que se siente.Dígale algo así:

“No está bien que golpees a papá, no es seguro. Cuando golpees, vas a tener que permanecer sentado”.

Si el niño(a) es lo suficientemente gran-de, dígale cuáles palabras puede usar o dígale lo que debe hacer. Diga:

“Usa tus palabras para conseguir lo que quieres, puedes decir quiero ese juguete”.

Ayúdele a expresar la rabia de otras ma-neras (jugando, hablando, dibujando).

Si usted tiene un conflicto con otros

adultos, trate de solucionarlo también conversando, si es necesario, hable con un amigo o con un profesional sobre sus sentimientos.



Si su niño(a) no quiere jugar ni hacer nada o si su niño(a) parece plano, y aparenta no tener ningún sentimiento de felicidad ni de tristeza.

Su niño(a) le necesita, él o ella puede sentirse triste y muy confundido des-pués de todo lo sucedido.

Cuando los niños(as) están estresados, en algunas ocasiones gritan y en otras, todo lo contrario, pueden estar muy re-traídos.

En ambos casos ellos necesitan mucho a sus seres queridos.

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Siéntese cerca de su niño(a) y manténgase cerca de él/ella. Hágale saber que usted le quiere y si usted puede, defina con palabras los senti�mientos de su hijo(a). Dígale que es aceptable sentirse triste, enojado(a) o preocupado(a), diga:

“Me parece que no quieres hacer nada. Me pregunto si te sientes triste. Algunas veces es normal sentirse tris-te. Me quedaré aquí contigo”.

Realice actividades con su niño(a), cual-quier cosa que a él/ella le agrade (leer un libro, cantar, jugar juntos).



Si su niño(a) llora mucho.

Su familia puede haber experimentado cambios difíciles como resultado del te-rremoto y es natural que su niño(a) se sienta triste.

Cuando usted permite que su niño(a) se sienta triste y le ofrece su apoyo, usted le está ayudando, aunque él/ella conti-núe sintiendo pena. Osea cuando usted le escucha, le ayuda a nombrar qué es lo que siente, cuando usted le deja llorar sin criticarle.

Si usted tiene sentimientos de mucha pena es recomendable que busque apo-yo porque el bienestar de su niño(a) está conectado con su propio bienestar.

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Permita que su niño(a) expre�se sus sentimientos de pena. Ayude a su niño(a) a decir qué es lo que siente y a entender por qué está sintiéndose de esa manera.

“Yo creo que estás triste porque han pasado muchas cosas difíciles”.

Apoye a su niño(a) sentándose junto a él/ella y brindándole más atención. De-díquele un tiempo especial. Ayude a su niño(a) a sentirse esperanzado respecto del futuro.

Juntos hablen y piensen sobre cómo se-rán sus vidas e el futuro, cuando las co-sas se arreglen y sobre las cosas buenas que harán, como ir a caminar al parque, al zoológico o jugar con amigos.

Cuídese a sí mismo(a) también.



Si su niño(a) echa mucho de menos a personas que no ha podido ver después del desastre

Aun cuando los niños(a) pequeños no siempre pueden decir cómo se sienten, tenga presente que les resulta muy difícil perder el contacto con personas que son importantes para ellos(as).

Si alguien cercano a su niño(a) muere, él o ella puede tener reacciones más fuer-tes a causa del terremoto. Los niños(as) preescolares aún no pueden entender el concepto de la muerte y pueden pensar que la persona va a regresar.

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Cuando las personas se han cambiado lejos de casa a raíz del terremoto, ayude a su niño(a) a mantenerse en con�tacto con ellos(a) de alguna manera (enviándoles fotos, tarjetas o llamándoles por te�léfono).

• Ayude a su niño(a) a hablar de estas personas importantes. Aún cuando nos separamos de algunas personas, podemos tener sentimientos positi-vos hacia ellos(as) al recordarlas y hablar de ellos(as).

• Reconozca lo difícil y triste que es no poder ver a las personas que-ridas. Cuando alguien ha muerto conteste las preguntas de su niño(a) de forma sencilla y honesta.

• Cuando surgen fuertes reacciones de duelo en la conducta de su hijo(a) que persisten por más de dos sema-nas, busque la ayuda de un profesio-nal.



Si su niño(a) echa de menos sus cosas.

Cuando un terremoto implica tantas pérdidas a una familia, es fácil olvidar lo importante que es para el niño(a) la pérdida de un juguete, un peluche, fra-zada u otro objeto personal especial.

Es importante entender que el senti-miento de pérdida que expresa por su juguete es la forma en que el niño(a) llora por la pérdida de todo aquello que tenía antes del terremoto.

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Permita que su niño(a) expre�se sentimientos de tristeza. Es triste para su niño haber perdido su juguete, su pelu�che o su frazada. Si es posible, trate de encontrar algo que satisfaga al niño(a) y que él o ella considere aceptable para remplazar el juguete.

Distraiga al niño(a) con otras actividades.



Si su niño(a) se siente muy triste y desamparado.

El niño(a) preescolar sabe que no pue-de protegerse a sí mismos(as). En un terremoto él/ella siente que necesitan aún más protección que normalmente. El niño(a) quiere saber que su papá y mamá los protegerán.

Después de un terremoto tan fuerte y peligroso, es esperable que el niño(a) esté triste o estresado, esto se puede no-tar porque está muy callado(a), no juega mucho o bien está muy activo.

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1.Primero entender o adivinar cómo se siente su hijo(a) y tra�tar de darle mucho más afecto que antes.

• Intente hablar de cómo se siente con él o ella aunque en su familia no se acostumbre a hablar de sentimien-tos. Abrácele frecuentemente, tóme-le su mano, tómele en brazos, acari-cie su cabeza. Asegúrese de que haya un lugar especial y seguro donde su niño pueda jugar bajo la supervisión apropiada.

2. Déle la sensación de que ahora su familia y el niño(a) están seguros(a) dentro de lo que usted pueda.

• Por ejemplo, dígale al niño(a) que usted y otros adultos le protegerán.

• Déle seguridad a través de tener ho-rarios para levantarse, para las co-midas y para acostarse.

• Realizar diariamente estos horarios y rutinas le dan mucha seguridad a su hijo(a) porque él/ella pueden adi-vinar y adelantar en su mente lo que se va a hacer próximamente. Aun-que ahora su vivienda sea de menor calidad, trate de mantener los mis-mos hábitos que antes, en el aseo, en las costumbres para comer, en el lavado de dientes, en el jugar.

3.Promueva que su hijo(a) di�buje mucho jugando, déle pa�pel y lápices de colores y deje que dibuje libremente, si di�buja cosas relacionadas con el terremoto, permita que lo haga porque es una forma de entender mejor lo que sucedió.

• Si los juegos y los dibujos repiten es-cenas del terremoto después de tres semanas, vaya tratando de a poco de guiar estos juegos hacia otros temas diferentes, que les hagan sentir más seguros.



Si su niño(a) sien-te miedo ante casi cualquier cosa.

Después del terremoto es normal que los niños(as) preescolares sientan más miedo de estar solos(as), de ir al baño, de irse a la cama o de estar separado de sus papá y mamá.

A los niños(as) les gusta creer y sentir que papá y mamá son todopoderosos y que pueden protegerlos en toda situación y que otros adultos, como profesores o carabineros están allí para ayudarles.

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Para enfrentar el miedo de su hijo(a) es recomendable:

1. Muéstrese lo mas calmado(a) y tranquilo(a) posible ante el niño(a) y trate de darle más seguridad. Trate de que no le escuche a usted conversando de sus miedos porque él/ella necesita sentir que usted está tranquilo para tranquilizar�se a sí mismo(a). Diga cosas como:

“Ahora estamos a salvo del terremoto y hay gente trabajando para asegu-rarse de que estamos bien”.

“Si empiezas a sentirte más asustado ven y tómame de la mano para saber que necesitas decirme algo”.

2. Tenga paciencia y acompa�ñe a su hijo(a) por ahora, lue�go de un par de semanas él/ella ya se sentirá más seguro y volverá a ser como antes.

3. Si tiene que salir y dejarle: Dígale claramente a qué va, a dónde va, a qué hora volverá y trate de regresar a tiempo. Ayude a su niño(a) a recupe�rar la certeza de que usted no le dejará y que usted puede protegerle.



Si su hijo(a) no habla porque le cuesta expresar lo que le molesta o preocupa.

Algunos niños(as) reaccionan ante el es-trés quedándose en silencio. Esta es una reacción esperable y es como una defen-sa ante el peligro.

Para otros niños(as) el hablar y ser escu-chados por su padre o madre les produ-ce mucho alivio y se sienten mejor.

Utilice palabras que denoten sentimien-tos comunes, como coraje, tristeza y preocupación por la seguridad de los padres, amigos y hermanos.

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1. No obligue a su hijo(a) a hablar, pero hágales saber que pueden hablar con usted cuando él/ella lo desee.

2. Intente darle más compañía física, estar más tiempo con él/ella, trate de no separarse de su hijo(a) innecesariamente, tenga más contacto físico, con abrazos, caricias, una sonrisa.

3. Intente hablar sobre senti�mientos:

• Dibuje en platos redondos de cartón o e un papel en blanco, caritas con emociones de alegría, tristeza, pre-ocupación, susto y enojo.

• Haga una historia breve sobre cada una de ellas, por ejemplo: en la ca-rita de preocupación se podría de-cir al niño(a): ¿“Recuerdas cuando el agua entró en la casa y tú tenías una cara de preocupación como esta?”.

• O ante la carita de tristeza, diga algo así: “Los niños pueden sentirse muy tristes cuando su casa se daña”.

• También se puede pedir al niño(a) que dibuje libremente y después que termine pedirle que le descri-ba lo que dibujó y hablar de lo que sienten las personas. Después utilice palabras que nombran sentimientos para comprobar cómo se sintió su hijo(a), diga algo así. “Este es un di-bujo que da miedo, ¿estabas asustado cuando viste el agua?”



Si su niño(a) no entiende el concepto de la muerte

Los niños(as) preescolares no entienden que la muerte es irreversible. Ellos(as) hacen uso del “pensamiento mágico” y algunos pueden pensar que sus propios pensamientos causaron la muerte de al-guien.

También la pérdida de una mascota pue-de ser muy difícil para un niño(a), no subestime sus sentimientos relacionados con la pérdida de una mascota o de un juguete especial.

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1.Para hablar sobre la muerte:Observe las señales sobre lo que su niño(a) pareciera querer saber y déle una respuesta adecuada a esto:

• Dé una explicación consistente y apropiada para su edad.

• No dé falsas esperanzas sobre la rea-lidad de la muerte.

• Conteste de forma sencilla y pre-gúntele si tiene otras duda

2.Permita que su niño(a) par�ticipe en rituales de duelo cul�turales y religiosos que perte�necen a su familia.

3. Ayúdele a encontrar su pro�pia manera de decir adiós a través del dibujo de un re�cuerdo feliz, al encender una vela o al decir una oración por los que han muerto.

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Problemas… Recuerde que… 1 Intente hacer algo como… · traerle malos recuerdos. A la hora de dormir los niños(as) pue-den sentir temor, a esta hora ya no hay ... En estos momentos,