Procesos de Formacion Schiffer Trad Zaburlin Avalos

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    PROCESOS DE FORMACIN EN ELREGISTRO ARQUEOLGICO

    Michael B. Schiffer 1987. Procesos deFormacin en el Registro Arqueolgico.

    Captulo 1 y 2.Traduccin: Mara Zaburln y Julio valos

    Captulo 1LA NATURALEZA DE LA

    EVIDENCIA ARQUEOLGICA

    INTRODUCCINLa mquina del tiempo, la cual tiene

    encantadas a generaciones de lectores ycineastas, es un artefacto ficticio paratransportar personas a travs del tiempo.

    Aunque los arquelogos veran con gusto unamquina del tiempo, estamos satisfechos conel hecho remarcable de que los objetoshechos, usados y depositados en el pasadosobreviven en el presente. No necesitamos iral pasado, porque este viene a nosotros.

    Los objetos que sobreviven para serexaminados por los arquelogos existen endos formas: el registro histrico y el registroarqueolgico. El registro histrico consiste enartefactos que, debido a un cambio en laforma, funcin o uso, son retenidos dentro delas sociedades vivas (ms que siendo

    descartados) y proveen evidencia deconductas pasadas. En antiguas tiendas ymuseos, por ejemplo, uno puede literalmentetocar el pasado (Meltzer 1981). Talesartefactos (y los documentos y fotografas quetambin forman el registro histrico) proveenevidencia acerca de diversas conductas,partiendo desde como los hermanos Wrightconstruyeron su primer planeador ymotocicleta artesanal, hasta la rutina diaria enuna antigua estacin de servicio. El registroarqueolgico, por otro lado, contiene objetosculturalmente depositados que ya no forman

    parte de una sociedad viva. Despus de larecuperacin desde el medioambiente natural,esos tems de piedra, cermica e incontablesy diversos materiales, proveen al arquelogocon evidencia de los modos de vida pasados.Debido a que los artefactos en el registroarqueolgico pudieron antiguamente formarparte del registro histrico, los arquelogosdeben compenetrase en la conformacin deambos registros.

    Es til en este punto distinguir entre elcontexto sistmico y el contexto arqueolgico(Schiffer 1972). El Contexto Sistmico se

    refiere a los artefactos que estn participandoen un sistema conductual. Esta pgina y el

    libro que la contiene estn en el contextosistmico, como lo estn el resto de artefactosen la vivienda u oficina del lector. Encontraste, los artefactos que interactansolamente con el medio ambiente natural,

    tales como aquellos que estn en la basura,se dice que estn en el ContextoArqueolgico. Es necesario decir que unartefacto puede moverse y durante muchotiempo entre los contextos sistmico yarqueolgico.

    Como los practicantes de la disciplinaque estudian y buscan explicar la conductahumana y la cultura material en todos lostiempos y lugares (Berenguer 1985; Gould ySchiffer 1981; Reid y Rathje 1975; Schiffer1976; Rathje 1979) los arquelogos tratan conartefactos tanto del contexto sistmico como

    del arqueolgico. Los estudios sobre la culturamaterial moderna, etnoarqueolgicos yexperimentales, tratan con tems que anestn interactuando con la gente. De especialinters para muchos arquelogos, como sea,es el contexto sistmico de las cosasrecuperadas del registro arqueolgico: elcarcter de la sociedad o sociedades quehicieron, usaron y depositaron aquellosartefactos. Tales contextos sistmicos sonconocibles solamente a travs de procesos deinferencia. Una inferencia es una afirmacinacerca del pasado sostenida por principios

    relevantes y evidencia relevante (ver Schiffer1976; Sullivan 1978).

    La arqueologa nueva o "procesualde la dcada del sesenta y setenta promulgauna visin simple y errnea de la inferenciaarqueolgica. De acuerdo con la arqueologaprocesual, el acceso a las conductas delpasado es fcilmente provisto por un grupo deprincipios conocidos como correlatos, loscuales relacionan el fenmeno conductual conlos fenmenos materiales y espaciales(Schiffer 1975,1976; Whittlesey 1978). Hill(1970), por ejemplo, brinda una lista de

    correlatos vinculando patrones de residenciamarital con distribuciones intrasitio de atributosestilsticos en los tems cermicos. Loscorrelatos fueron aplicados directamente a lospatrones hallados en los materialesarqueolgicos, creyendo que brindabaninferencias confiables. Estos procedimientosinferenciales estn fundados sobre lasuposicin de que las conductas pasadas deinters -ej. Organizacin social, conductas desubsistencia, sistemas de asentamiento-estn nicamente determinadas por laspropiedades actuales del registro

    arqueolgico.Este libro demuestra en algunosdetalles que este supuesto es falso, y tambin

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    que el procedimiento inferencial sobre el cualdescansa es defectuoso e inapropiado. Loscorrelatos son claramente necesarios para lainferencia arqueolgica, pero esos principiosno son suficientes. Los procedimientos

    legtimos de inferencia obliga a hacerlosexplcitos reconociendo y tomando en cuentael rango entero de procesos relevantes queforman los registros histricos yarqueolgicos.

    Aunque lo desearamos, el pasado -manifiesto en los artefactos- no viene anosotros intacto. La carga que los arquelogosasumen para acceder al pasado esconsiderable, esta es desenredar los muchoseventos que contribuyen a la variabilidadobservada en las propiedadescontemporneas del registro arqueolgico

    (Reid 1985). Como ilustran los siguientesejemplos inventados, ni el registro histrico niel arqueolgico codifican las conductas delpasado en una manera simple, susceptiblepara la aplicacin directa de correlatos.

    Considerando un penique negro deun filatelista; emitido en 1840 por GranBretaa, esta fue la primera estampilla en elmundo. Como parte del registro histrico, talesestampillas todava residen en colecciones.Aunque los atributos de las estampillasmismos pueden brindar evidencia acerca detcnicas de imprenta as como tipos de tinta y

    papel utilizados en Bretaa a mediados delsiglo diecinueve, hay mucho ms acerca de sumodo de uso que puede ser inferido de lasestampillas solamente. Por ejemplo,usualmente no conocemos desde donde ocuando fue enviada. No conocemos sudestino, o si fue utilizada para una cartapersonal o de negocios. Estas cosas nuncalas podremos conocer debido a que lasestampillas han sido separadas del sobre ysus contenidos.

    Muchos peniques negros, porsupuesto, sobrevivieron con sus sobres -y

    ocasionalmente sus contenidos- intactos. Sitriunfamos en localizar esas envolturas lascuales an son posedas en su mayora porcoleccionistas y vendedores de estampillas,podramos tener evidencia relacionada con elmodo de uso de las estampillas. Tal evidenciano es inequvoca. Son las envolturasexistentes una muestra representativa detodas las que existieron? Los sobres quecontenan cartas personales tienen msposibilidades de sobrevivir debido a quefueron retenidos como recuerdos de familia?O los sobre comerciales, archivados a lo largo

    de dcadas, tienen probabilidades ms altasde caer en las manos de coleccionistas? Los

    sobres persisten mejor si han sido usadospara mandar cartas de la ciudad a la aldea, odesde la aldea a la ciudad, o desde Bretaa alextranjero? No hay razones para suponer queestos ejemplos contemporneos de

    estampillas consistan en una muestrarepresentativa de todas las que fueron usadasen el correo.

    Las vas potenciales en el registrohistrico no impiden la respuesta a preguntasde investigacin pertenecientes al modo deuso u otros fenmenos sistmicos. Nunca, laexistencia de tales vas indicaron alinvestigador que debe -cuando usa laevidencia para inferir conductas pasadas-buscar entender cmo el registro histrico fueformado, as como cules son las vasespecficas que pueden ser tomadas en

    cuenta para las correcciones apropiadas.Otro ejemplo puede, por as decirlo,iluminar el otro lado de la moneda: el registroarqueolgico. Suponiendo que a principios delsiglo veintiuno los arquelogos estuvieroninteresados en la moneda de U.S de ladcada de 1980, particularmente en el modode uso y la prevalencia de variasdenominaciones de monedas y billetes. Labase de datos de esta investigacin deberaconsistir de muestras de desecho desecciones bien preservadas de un basurero demitad del siglo veinte. Las tabulaciones podrn

    incluir peniques, nickel (5 ctvs.), dimes (10ctvs.), (25 ctvs.) quarters, y tambin algunosbilletes. Conociendo que la moneda corrientetiene valores de intercambio registrados en sucondicin, los arquelogos deberan concluirque estos hallazgos probablemente no hansido descartados intencionalmente. Si lasmonedas han sido incorporadas en la basuracomo tems perdidos, podran estosartefactos brindar informacin directa acercadel modo de uso y frecuencia relativa de lasdiferentes denominaciones?

    La respuesta a dicha pregunta es

    inequvocamente no. La muestra de monedasy billetes perdidos no son un espejo fiel de lasfrecuencias de estos tems en circulacin. Lasprobabilidades de prdida estncondicionadas por distintos factores, entre loscuales predominan algunos. El costo dereemplazo -se lee en este caso que estdeterminado por el valor de la cara- tantocomo el tamao y las condiciones de usotambin afectan el grado en el cual tiposparticulares de tems son perdidos e ingresanen el contexto arqueolgico. Las correccionesapropiadas pueden ser hechas con las

    monedas que estn presentes, pero cmohacemos para tratar con monedas y billetes

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    con muy bajos rangos de perdidas, que estndesaparecidas completamente de la muestraarqueolgica? Uno podra sostenerse sobreotras lneas de evidencia, especialmente conel registro histrico de la moneda corriente.

    Como es un meticuloso un trabajadorde campo, nuestro arquelogo del siglo XXI hatomado cuidados para registrar los temsasociados con las monedas en orden de inferirel modo de uso. Una comparacin de desechode unidades domsticas con desecho denegocios descubre un patrn fuerte: enrelacin con el peso total del desecho, lasmonedas son 1000 veces ms abundantes enlos depsitos de unidades domstica. En lasbases de estas figuras, podra el arquelogojustificar en la conclusin que la monedacorriente fue utilizada primariamente en

    espacios domsticos y no en negocios? Estaconclusin parece ridcula, pero solo debido aque estamos ntimamente familiarizados conla sociedad que ha creado el desecho. En lamayora de las situaciones arqueolgicas lasvas potenciales de evidencia no son as deevidentes.

    Lamentablemente, ni el registrohistrico ni el arqueolgico revelan sussecretos sobre el pasado fcilmente. Cadauno debe ser manejado con gran cuidado porel investigador buscando inferir conductaspasadas, la evidencia que sobrevive ha sido

    cambiada en varias formas por una variedadde procesos. Para hacer inferenciasjustificables el investigador debe considerar ytomar en cuenta los factores que hanintroducido variabilidad en los registroshistricos y arqueolgicos.

    Los factores que crean los registroshistricos y arqueolgicos son conocidoscomo procesos de formacin. Los procesos deformacin son de dos clases bsicas:culturales, cuando el agente de transformacines la conducta humana; y no culturales en loscuales los agentes provienen de los procesos

    del medioambiente natural. Los procesos deformacin culturales pueden ser definidosms concretamente como los procesos deconducta humana que afectan o transformanartefactos despus de su perodo inicial deuso en una actividad dada. Los procesos deformacin culturales son responsables porretener tems en el contexto sistmico(mediante la reutilizacin) conformando elregistro histrico, tambin son los procesosque depositan los artefactos creando as elregistro arqueolgico, y por cualquiermodificacin cultural consecuente del material

    en cualquiera de los registros. Los procesosde formacin cultural, claramente, tambin

    incluyen las actividades de los arquelogosen la recuperacin y estados de anlisis de lainvestigacin cuando los materiales delregistro arqueolgico son reintegrados en elcontexto sistmico. Los procesos de

    formacin no culturales son simplementecualquiera y todos los eventos y procesos delmedioambiente natural que afectan sobre losartefactos y los depsitos arqueolgicos. Losprocesos de formacin no culturales actansobre la cultura material todo el tiempo, tantoen los contextos sistmicos como en losarqueolgicos, y son responsables de lo quese degrada y lo que se preserva, por elcolapso de las estructuras y la acumulacin desedimentos, por un rango de perturbacionesque van de los terremotos a las lombrices, ypor la depositacin de evidencia ecofactos-

    relevantes para inferir las condicionesmedioambientales del pasado (Los ecofactos,los cuales pueden acumularse en sitios y otraslocaciones independientemente de la culturalhumana comprende el registromedioambiental, estos no son tratados en estetrabajo).

    Prdida, descarte, reutilizacin,degradacin y recuperacin arqueolgica soncontadas entre los diversos procesos deformacin que, en un sentido, median entrelas conductas pasadas de inters y sus trazassobrevivientes. Debido a que los procesos de

    formacin operan en formas variadas, losregistros histricos y arqueolgicos no puedenser tomados por el valor del sello, como losejemplos de las estampillas y monedas lodemuestran. En lugar de leer esos registros enuna forma directa y superficial, el arquelogoest obligado a investigar los procesos deformacin, evaluando y corrigiendo susvariados efectos.

    Concepciones generales de los procesosde formacin.

    El estudio de algunos procesos de

    formacin especficos y sus efectos sobre laevidencia del pasado pueden ser hallados a lolargo de la historia de la arqueologa. Dehecho, varias de las controversias mscelebradas de la disciplina, incluyendo elestablecimiento de la contemporaneidad entrefauna extinta y humanos en el Nuevo y ViejoMundo (Grayson 1983; Meltzer 1983), estnvinculadas en gran parte con los procesos deformacin. No fue hasta la dcada del 70, quelos investigadores comienzan a reconocer quevirtualmente toda inferencia involucra algunareferencia implcita o explcita a los procesos

    de formacin. Al mismo tiempo que esto fuereconocido en orden de construir una

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    fundacin legtima para la inferenciaarqueolgica, nuevos principios de procesosde formacin han sido establecidos yaplicados de manera generalizada ysistemtica.

    En la actualidad es general el acuerdosobre la necesidad de tener en cuenta lainferencia sobre los procesos de formacin. Esms, varias estrategias de investigacin,incluyendo la arqueologa experimental,etnoarqueologa, arqueologa histrica,geoarqueologa, y tafonoma de vertebradoshan comenzado a suministrar nuevosprincipios. No obstante ninguna concepcinterica nica de los procesos de formacin hasido ampliamente adoptada. Este libropresenta los principios ms importantes deprocesos de formacin dentro de un marco

    tericola perspectiva de transformacin de laarqueologa conductual- que ha tomado formadurante la mitad de la dcada pasada. Antesde presentar otros elementos de teora de latransformacin (ver tambin Reid, 1985;Schiffer n.d.a.), volver primero sobre variasconcepciones a cerca de la naturaleza de losprocesos de formacin, en base a los cualesse construye la teora de la transformacin.

    Una concepcin general de losprocesos de formacin, la cual es utilizadaimplcitamente por muchos investigadores, esla visin entrpica. Los fundamentos de esta

    posicin fueron elegantemente articulados porAscher (1968) en uno de los primerostratamientos generales sobre los procesos deformacin. Sugiri que la flecha del tiempoprogresivamente reduca la cantidad y lacalidad de la evidencia sobreviviente en elregistro arqueolgico. La visin entrpicaimplica que nuestro potencial conocimiento delpasado est directamente relacionado con elestado de preservacin. Esto es que los sitiosms viejos contienen menos informacin quelos recientes, debido a que se registran menosartefactos ya que ellos han sufrido mayores

    alteraciones. Aunque esta posicin esincuestionable como una generalizacinestadstica, tiene tres importantes excepcionesgenerales: 1) Debido a que la degradacin escausada por procesos especficos no por eltranscurso del tiempo per se- los depsitosdesechados al mismo tiempo, pero sujetos adiferentes procesos de formacin, varan ensu grado de preservacin. Por lo tanto, losdepsitos deben ser evaluados por suinformacin potencial (o limitaciones) segncada caso particular. 2) An en los depsitosseriamente alterados, algunas inferencias a

    menudo muy significantes- pueden ser hechasconfiadamente. Aunque Ascher mismo no

    descarta absolutamente la posibilidad deelaboracin de tales inferencias, losadherentes actuales de la visin entrpica,especialmente en los estudios de control derecursos culturales, ocasionalmente

    desecharon sitios altamente disturbados. 3)Los materiales importantes, principalmenteecofactos, son incluidos en el registroarqueolgico mediante los procesos naturales,tales tems sirven como evidencia para lareconstruccin paleoambiental, as como parainferir los procesos de formacin no culturalesque actuaron en un depsito (Gifford 1981), ypara la comparacin de las relativascontribuciones de la deposicin cultural y nocultural (Brieur 1977). Por consiguiente,alguna informacin de inters arqueolgico esacumulada a travs del tiempo (Sullivan 1978,

    Gladfeltes 1981:349). A pesar de su intersintuitivo, la visin entrpica nos acompaaslo parte del camino hacia el entendimientogeneral de los procesos de formacin. Sinembargo, Ascher desempe un importanteservicio para llamar la atencin a los procesosde formacin y la necesidad de tomarlos enconsideracin en la inferencia.

    En 1970 Cowgill construy unaconcepcin de los procesos de formacinbasada en la idea del muestreo estadstico.Seala que uno tiene que reconocer lasdiscontinuidades entre tres poblaciones

    bsicas de inters para los arquelogos: 1)eventos en un sistema conductual pasado, 2)los artefactos creados y depositados por esossistemas (las consecuencias fsicas de lapoblacin) y 3) los artefactos que quedan yson hallados por los arquelogos (loshallazgos fsicos de la poblacin).Observando las relaciones entres las dosltimas poblaciones, Cowgill (1970:163)menciona

    ...Una consecuencia fsica de lapoblacin est completamente determinadapor las actividades de algunos habitantes

    antiguos. Los hallazgos fsicos de la poblacindependen de las actividades humanasantiguas, pero tambin de los eventossubsecuentes, humanos y no humanos, y delas tcnicas, conceptos y equipamiento de losinvestigadores.

    Para subrayar las discontinuidades enlas poblaciones, Cowgill establece un conjuntode estados para observar los procesos deformacin como agentes de sesgos dentro deun marco de muestreo.

    El ms explcito y detallado informe dela visin de sesgos del muestreo, fue

    ofrecido por Collins (1975). l reconoci mspoblaciones que Cowgill, y subraya no slo la

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    reduccin en nmero de artefactos desde unapoblacin a la prxima, si no la posibilidad deque los procesos de formacin actuaronselectivamente. Cada poblacin, entonces, fueuna muestra potencialmente sesgada, trazada

    desde la previa poblacin que fue en s mismauna muestra potencialmente sesgada.... podemos observar estas

    discontinuidades como muestra sesgada en elsentido de que lo que recuperamos yobservamos, no representa proporcionalmentecada aspecto de la conducta antecedente(Collins 1975:29).

    Un creciente nmero de estudiosetnoarqueolgicos, dramticamentemantenida sobre el reclamo de procesos deformacin, especialmente de abandono desitios y deterioro de materiales orgnicos,

    crearon una tendencia de registro deartefactos en las sociedades pasadas(Bonnichsen 1973; David 1971; Lange yRidberg 1972; Robbins 1973; Stanislawski1969).

    En tafonoma de vertebrados, tantocomo en varios estudios actualsticos serefuerza la visin del muestreo sesgado (ej.Beherensmeyer y Hill 1980; Brain 1981;Gifford 1981; Shipman 1981); de hecho, losprocesos tafonmicos son referidos comotendencias (ej. Brain 1981:7; Gilbrrt y Singer1982); la concepcin del muestreo sesgado,

    aunque sufriendo algunas de las mismaslimitaciones que la visin entrpica, fue unpaso adelante debido a que tcitamentereconoci que los procesos de formacinoperan en forma de patrones.

    Otra concepcin de los procesos deformacin desarrollada en la dcada de 1970puede ser llamada posicin de latransformacin. Siguiendo la lnea trazadasobre el conocimiento proporcionado porAscher, varios investigadores argumentaronque, como un resultado de los procesos deformacin, el registro arqueolgico es una

    visin transformada o distorsionada de losartefactos que alguna vez participaron en unsistema conductual (Reid, Schiffer y Neff1975; Schiffer 1972, 1976a, 1977; Schiffer yRathje 1973). Esta concepcin comprendeexplcitamente la dimensin espacial de laconducta cultural y los restos arqueolgicos,enfatizando los diversos procesos quetransforman o distorsionan los materiales, ylas diversas formas en que lo hacen: formal,espacial, cuantitativa y relacionalmente(Rathje y Schiffer 1982; Schiffer 1976a, 1978b;Schiffer y Rathje 1973). La implicacin

    prctica bsica de la visin de latransformacin, es muy simple: a pesar de

    cmo mucha evidencia es presentada, losarquelogos no pueden entender la conductay la organizacin directamente de los patronesdescubiertos en el registro arqueolgico. Sinembargo ya que los procesos de formacin

    exhiben patrones (los sesgos de Collins1975), las distorsiones pueden ser rectificadasusando herramientas analticas e inferencialesapropiadas, elaboradas sobre nuestroconocimiento a cerca de las leyes quegobiernan estos procesos (por ej. Schiffer1976a:12).

    La visin de la transformacin y otrasconcepciones modernas de los procesos deformacin reconocen una base para lacreencia tradicional en las limitaciones de lainferencia arqueolgica. Estas limitaciones noson generales, ms bien son especficas para

    cada depsito, sitio o regin, y estndeterminadas por los procesos de formacinque crearon los depsitos (Reid, Schiffer yNeff 1975). Es necesario plantear que, laslimitaciones pueden solamente serespecificadas con referencia a problemas deinvestigacin dados (ej. Binford 1981:200).

    Debe notarse que la visin de latransformacin est enemistada con laconcepcin entrpica en un aspectoimportante: sostiene que los procesos deformacin no slo degradan los artefactos ydepsitos, sino que tambin pueden introducir

    sus propios patrones (Binford 1978a; Schiffer1976a; Sullivan 19768; Wilk y Schiffer 1979;Wood and Johnson 1978). En adicin, elmuestreo sesgado y las visiones de latransformacin son compatibles. El notar queun proceso de formacin tiene un efectosesgado, es tambin reconocer que tieneconsecuencias predecibles - las cualespueden ser descriptas por leyes. Los cuerposde teoras identificados por Clarke (1973)expresa una creencia similar en la naturalezanomottica de los procesos de formacin.

    Trabajos recientes en tafonoma,

    geoarqueologa, arqueologa histrica,etnoarqueologa y en arqueologaexperimental, sostienen el principio msimportante de la visin de la transformacin.Esto ha sido expuesto que los procesos deformacin 1) transforman tems formal,espacial, cuantitativa y relacionalmente, 2)pueden crear patrones de artefactosinconexos para las conductas pasadas deinters, y 3) exhibir regularidades que puedenser expresadas como leyes (usualmenteestadsticas) . Hallazgos especficos de estosestudios forman las bases de las siguientes

    partes de este libro.

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    Captulo 2LAS DIMENSIONES DE LA

    VARIABILIDAD DE ARTEFACTOS

    La evidencia del pasado cultural vienehacia nosotros, no como sociedadescongeladas en el tiempo, sino como artefactosy ecofactos que han sido transformados.Infortunadamente, las transformaciones queocurren en un asentamiento o sitio pueden serdiferentes de aquellas que tienen lugar en lascercanas. Aun en una localidad, los procesosde formacin pueden variar a travs deltiempo, a menudo dramticamente. Aunquelos arquelogos estn acostumbrados aapreciar la cercana variabilidad infinita en losartefactos, la variabilidad en los procesos deformacin y sus efectos combinados no hansido estudiados intensivamente. Se necesitaprimero un marco general para describirvariabilidad - las diferencias y similitudes entrelos materiales hallados en el contextoarqueolgico- y para evaluar los efectostransformacionales de los procesos deformacin sobre los artefactos y depsitos.Tambin es necesario para una apreciacinde las causas y consecuencias de lavariabilidad en los procesos de formacin.

    Trazas y la historia de vida de losartefactos.La distincin entre contextos

    arqueolgico y sistmico llama la atencinhacia los dos estados bsicos que ocupan losobjetos en momentos diferentes de su historiade vida. El concepto de historia de vida de unartefacto es un principio de organizacinpotencial para discutir como las trazas de losprocesos de formacin se mapean en losartefactos (ver Sullivan 19978). Aunque todoslos artefactos tienen una historia de vida quees nica en algunos aspectos, ciertas

    actividades y procesos recurrentes cruzantodas las historias de vida y hacen posiblegeneralizar acerca de los estados en elcontexto sistmico (Schiffer 1972). Lasiguiente discusin est basada en un modelode flujo simple que representa los estadosbsicos en la historia de vida de elementosdurables (ver Schiffer 1976a: 46-48 y Rathje ySchiffer 1982:84-89 para la discusin sobremodelos de flujo de artefactos).

    Todos los artefactos se inician comomateriales procedentes del ambiente natural.Los materiales naturales son modificados

    usualmente por procesos aditivos (ej. mezclade arcilla y antiplstico para cermica) oprocesos de reduccin (talla de pedernal para

    producir herramientas) o una combinacin deambos durante los estados de manufactura.Durante el uso, los artefactos participan enactividades que pueden tener funcionesutilitarias y simblicas (Rathje y Schiffer

    1982:67). Es conveniente reconocer tres tiposde funciones principales de los artefactos: 1)tecnofunciones, las cuales incluyenextraccin, procesamiento y almacenamientode recursos, mantencin de tecnologa ycumplir las necesidades biolgicas de lagente, 2) socio funciones, que influyensimblicamente en la interaccin social y 3)ideofunciones, que simbolizan la ideologa ylleva otra informacin (Rathje y Schiffer1982:65). Muchos artefactos, se debeenfatizar, forman parte de ms de una funcin.Despus de su uso, los artefactos pueden ser

    reutilizados o depositados. En el ltimo casolos artefactos entran en el contextoarqueolgico, donde interactan con elmedioambiente natural y despus de untiempo pueden reintegrarse en el contextosistmico.Las actividades que ocurren durante cadaestado usualmente dejan trazas -modificaciones especficas- en los artefactos.Sullivan (1978) ha presentado un modelo deinferencia arqueolgica que subraya larelacin entre estados, tales comomanufactura o uso, y las trazas que son

    mapeadas en los artefactos por aquellasactividades. Cuando la historia de vida de unartefacto es interceptada por un arquelogo enel campo y laboratorio, las trazas acumuladaspueden representar un conjunto de procesos yactividades. Desde el punto de la inferenciaarqueolgica, el problema consiste endistinguir las trazas de acuerdo con lasactividades especficas y los procesosresponsables por ellas (Sullivan, 1978:208-210). La distincin de las trazas es posible porun conjunto de principios arqueolgicos,incluyendo aquellos pertenecientes a los

    procesos de formacin del registroarqueolgico.

    En la prctica los arquelogos hantendido a acortar el circuito del proceso deinferencia, optando por simplementeseleccionar trazas pensadas para representarlas conductas de inters (usando solamentecorrelatos), mientras fallan en reglamentarotras posibles causas de estas trazas. Unbiface de piedra tallada sirve como un ejemploconveniente para el problema bsico dedistincin de las trazas. El trabajoexperimental y la experiencia arqueolgica

    han mostrados que las microastilladuraspueden ser mapeadas en el borde de un

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    biface durante muchas actividades y procesosen su historia de vida. Durante la manufacturade un cuchillo puede agrietarse el filo con unpercutor con el objetivo de crear plataformaspara separar lascas y retocarlas, lo cual

    producira microlascas. El proceso de usopuede contribuir al microdesgaste, cuando elborde de las herramientas entra en contactocon materiales resistentes tales como piel ohuesos. Los artefactos luego de su usopueden ser pisoteados por personas oanimales, lo cual remueve pequeasmicrolascas del borde de las herramientas.Algunos procesos de movimiento de suelos ytransporte fluvial resultan en microdesgastes.El microdesgaste puede tambin serproducido por la recuperacin arqueolgica yfalta de cuidado en el laboratorio o museo.

    Dado que muchos procesos diferentes creanmicrodesgaste, no sera justificado que unarquelogo afirmara que todas las astilladurasindican uso. En cambio el investigador debeintentar distinguir las trazas mediante lautilizacin de otras lneas de evidencia tipode microdesgaste, por ejemplo, tanto como sufrecuencia y patrones de ocurrencia en laherramienta (Kelley 1980). Aun despus de uncuidadoso examen de estas trazas adicionalespueden registrarse incertidumbres,previniendo al arquelogo de afirmarinequvocamente que los microdesgastes

    observados fueron causados por el uso. NoobstanteEl arquelogo ha progresado mediante lapregunta de cmo se formaron las trazasespecficas. Las respuestas pueden no serdefinitivas, pero una vez planteada la preguntase reduce la probabilidad de llegar a unainferencia groseramente incorrecta.

    En el uso ordinario, la traza seentiende, generalmente como unamodificacin fsica en un artefacto. Sullivan(1978:194) define la traza ms ampliamentecomo una alteracin en las propiedades

    fsicas de un objeto (o las relaciones entreobjetos) o superficie (o relaciones entresuperficies). Las trazas en este sentido serefieren a cualquier consecuencia perceptiblede una actividad o proceso. Avanzando enesta concepcin expansiva uno puedereconocer una amplia cantidad de trazas,correspondiendo a lo que Rathje y Schiffer(1982: 64-65) denominan como las cuatrodimensiones de la variabilidad en losartefactos. Estas dimensiones son formales,espaciales, cuantitativas y relacionales.

    Las dimensiones de variabilidad, las

    cuales son desarrolladas en detalle msadelante, proveen un vehculo conveniente

    para ilustrar las diversas trazas que losprocesos de formacin mapean en losmateriales culturales. En adicin, este marcollama la atencin sobre las ambigedadespersistente que han resultado de las fallas de

    los arquelogos para abarcar la distincinconceptual y operacional de los diferentescontextos de restos culturales en los cualeslas trazas son producidas (ver Reid 1973,1985).Dimensin Formal.

    La dimensin formal pertenece a laspropiedades fsico qumicas de un artefacto,tales como forma, tamao, peso, color durezay composicin qumica. Cada propiedadpuede ser medida o descrita en trminosatributos o variables especficas. En primerainstancia, el color puede ser descrito de

    manera precisa por tres variables distintas:espectro, tono e intensidad, cada uno de loscuales tiene escalas y tcnicas de medidasapropiadas.

    La variabilidad en la dimensin formales la base de toda tipologa de artefactos.Lamentablemente muchos trminos que losarquelogos aplican para las propiedadesformales de manera indiscriminada mezclanlos contextos sistmico y arqueolgico de losartefactos, contribuyendo a una confusinterminolgica, de procedimiento y aun terica.Por ejemplo, en un reporte descriptivo los

    artefactos estn a menudo casualmentedesignados con denominacionestecnofuncionales, tales como punta deproyectil o raspador, a pesar de la falta deanlisis (tal como desgaste por uso) necesariopara establecer la forma de uso de unartefacto. Es ms muchos artefactos,incluyendo las puntas de proyectil tienenmltiples funciones y son reutilizadas; unadenominacin funcional simple desva laatencin lejos del inters sobre la variabilidadconductual y debe ser evitada (Schiffer1976a). Mediante el empleo de trminos que

    mezclan observaciones e inferencias losarquelogos perpetan un pensamientooscuro, peor an, continan ignorando lavariabilidad formal causada por los procesosde formacin. En sntesis, los arquelogosdeben usar trminos que distinganampliamente entre los fenmenos de loscontextos arqueolgico y sistmico (Reid1973, 1985; Reid y Shimada 1982; Schiffer1973).

    Las dimensiones formales de losartefactos pueden ser transformadas por unconjunto de procesos de formacin. Por

    ejemplo, el reciclado altera los atributosmtricos de las herramientas lticas (ver

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    Grimes y Grimes 1985; Hoffman 1985). Enadicin, los fragmentos de cermica y vidrio, alser pisoteados se reducen en tamao y sedesgastan. En nuestra sociedad, loscompactadores de basura depositan y

    comprimen objetos. En la superficie de latierra, los artefactos seos expuestos a la luzdel sol pueden erosionarse, romperse yastillarse. La corrosin (oxidacin) del hierropuede, en materia de dcadas, transformaruna bella herramienta en una mancha rojizaen la tierra.

    Otros cambios en la dimensin formalse realizan cuando las substancias sonadheridas a los artefactos. Por ejemplo lafluorina presente en el ambiente deposicionales incorporada en la estructura mineral de loshuesos. En medios alcalinos, compuestos

    como carbonato de calcio se acumulan en lasuperficie de los artefactos.A veces los cambios formales se

    desarrollan en largos perodos de tiempo ypueden ser observados solamente con laayuda de instrumentos. Por ejemplo la fracturafresca en la superficie de un artefacto deobsidiana absorbe agua de su alrededor,formando una fina capa hidratada que puedeser observada cuando se observa una seccinbajo el microscopio.

    Los efectos de los procesos deformacin en la dimensin formal de los

    artefactos son variados y penetrantes. Laposibilidad de que cualquier tem o depsitosobreviva hasta el presente sin sufrir algncambio formal es de hecho muy baja. Muchossufrieron muchas alteraciones, simultneas ysecuenciales. Si no discernimos talescambios, es probablemente debido a que nohemos sido suficientemente estrictos o nohemos usado los instrumentos apropiados.Dimensin espacial.

    La dimensin espacial se refiere a laubicacin de los artefactos. En el campo, laubicacin de los artefactos es registrada con

    referencia al sistema de cuadrculas, pero laubicacin tambin puede ser descrita entrminos de divisiones del espacioculturalmente significativas, tales como reasde actividad y los dominios de varias unidadessociales (ej. unidades domsticas, grupos detareas, y aun sistemas regionales).

    Los arquelogos han inventado unconjunto de conceptos que describen laubicacin espacial en el contextoarqueolgico. Uno de los ms tiles de estoses la proveniencia, el punto del hallazgoarqueolgico de un artefacto. La proveniencia

    permite documentacin del lugar donde unartefacto estaba depositado inmediatamente a

    su descubrimiento y (quizs) remocin porlos arquelogoses el ltimo lugar de reposoantes de su reintegracin al contextosistmico.

    Aunque la proveniencia es un

    concepto preciso que se aplica a un momentoespecfico en la historia de vida de unartefacto, otros conceptos espaciales son msambiguos y, como resultado, menos tiles. Elms problemtico de tales conceptos, que esmencionado ampliamente en los escritos dearquelogos, es in situ. Segn la definicin dediccionario, el trmino denota un artefacto ensu posicin natural u original. Para unartefacto recuperado arqueolgicamente,como sea, la posicin original se refiere a su1) lugar de manufactura? 2) lugar de uso? 3)primer espacio de depositacin cultural? 4)

    ltimo espacio de depositacin cultural? 5)ubicacin despus de la primera perturbacindel medio ambiente? Infortunadamente, in situes utilizado indiscriminadamente y se refiereen diferentes monografas a todas esasposiciones originales (y otras). Debido a quelos procesos culturales y medioambientalesmueven los artefactos durante su historia devida tanto en el contexto sistmico como enel arqueolgico- ninguna ubicacin es msoriginal que cualquier otra. El trmino, por lotanto, no tiene un referente preciso y no sedebe continuar usndolo. Una solucin menos

    drstica es usar in situexclusivamente para elpunto del hallazgo de un artefacto suposicin original de descubrimiento, que esms consistente con el concepto utilizado engeologa y paleontologa.

    Se est volviendo claro que debe serdesarrollado un vocabulario especializadopara describir la ubicacin de los artefactoscon respecto a varios segmentos de suhistoria de vida. En algunas instancias,claramente, podemos enredarnos entretrminos posibles como lugar de uso. Paramuchas otras ubicaciones, sin embargo,

    ningn concepto exacto ni terminologa serasuficiente, una nueva jerga debe ser inventadasi nos vamos a comunicar eficientemente. Porejemplo, con respecto a ciertos procesos deformacin cultural esto ha sido til para definirdistintos tipos de desecho de acuerdo con lahistoria de vida de los artefactos y el espacio(ver Cp.4). Por ejemplo, los artefactosdescartados en sus lugares de uso formandesecho primario, si son descartados en otraparte forman desecho secundario. Debido aque este proceso de transporte y depositacinpueden ser repetidos muchas veces, es obvio

    que la gran mayora de posibilidades no estn

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    cubiertas solamente por estos tipos dedesecho (Sullivan 1976, 1978).

    Literalmente, no hay fin para lavariedad de procesos culturales ymedioambientales que alteran la dimensin

    espacial de los artefactos. Algunos, como eldesecho secundario, tienen efectos marcados,no solo son artefactos movidos, sino quepueden estar concentrados en un nmero delocaciones determinadas, a veces pequeas.Aunque algunos procesos medioambientalestienen efectos catastrficos, por ejemplo, el rocambia de curso y remueve parte de un sitio,muchos trabajan ms lentamente,desplazando levemente los artefactos en elpaso del tiempo. Animales que excavan comolas lombrices o las ardillas, son criaturasmolestas que gradualmente crean tumulto en

    la dimensin espacial (Wood y Johnson 1978).La degradacin de la materia orgnica en losbasureros contribuye a la depositacin yderrumbe. Muchos procesos de formacincultural, como el pisoteo de los nios jugandoen la basura, son tambin actos leves, nodramticos a corto plazo, pero son capaces deinfligir efectos substanciales en un procesoacumulativo.

    Cuando los efectos espaciales de losprocesos de formacin son discutidos, losarquelogos son aptos para referirse siempreexclusivamente a los patrones de

    perturbacin. Pero los procesos de formacintambin pueden crear nuevos patrones. Elbarrido y depositacin de desechos, porejemplo, establece reas diferenciales dedepositacin de artefactos. El pisoteo y otrosprocesos de perturbaciones pueden formaruna franja adyacente a las paredes,conteniendo distribuciones de artefactosrelacionadas (Wilk y Schiffer 1979), otrastrampas de artefactos se forman en pozos dealmacenaje, o en depresiones, dejandoacumulaciones y patrones con gradientes endensidad de artefactos. Los arquelogos no

    deberan perder de vista el potencialconsiderable de los procesos de formacinpara crear tanto como para alterar lospatrones espaciales.Dimensin frecuencial.

    La dimensin frecuencial se refiere alnmero de ocurrencia de un tipo particular deartefacto. Uno puede esperar cierta frecuenciao cantidad para definir una variable, una quesea realmente medible en el contextoarqueolgico. En gran parte esto es cierto;pero hay excepciones importantes porejemplo la cermica. En el contexto

    arqueolgico, uno encuentra muchos tiestos,solo en raras ocasiones vasijas enteras. Hay

    algo de insatisfaccin inherente a cerca decontar fragmentos, porque no tienen unaequivalencia directa con cualquier fenmenoen el contexto sistmico. Notando estadiferencia, un nmero de arquelogos han

    invertido mucho esfuerzo en el desarrollo denuevas tcnicas para cuantificar la cermica,casi siempre con resultados pocosatisfactorios. Medidas como peso, mximo ymnimo nmero de vasijas (MNV),equivalencias con vasijas enteras y otrasmedidas han sido propuestas (ej. Orton1980,1982; Chase 1985). Usualmente esasdiscusiones proceden como si los arquelogosfueran investigadores de una va la mejorva- para contar cermica. Esto se ha vueltoevidente, sin embargo cada mtodo brindaevidencia relevante para diferentes tipos de

    problemas de investigacin. As, como todaslas descripciones del registro arqueolgico,ellos tienen un propsito. En el captulo 10 sonpresentados los mtodos de cuantificarcermica ms apropiados para identificarprocesos de formacin.

    Muchos procesos de formacinafectan la dimensin frecuencial de losartefactos, por ejemplo, podemos imaginaruna comunidad que hace uso de un tipoparticular de artefacto. Estos tems se rompeny son descartados en una frecuencia media de100 por ao. Esta frecuencia est influenciada

    por muchos factores que varanindependientemente, tales como el nmero enuso en la comunidad y la vida til del objeto(ver captulo 4); esta ltima est determinadapor las propiedades formales del objeto y porlas condiciones de uso. Cualquier cambio enlas condiciones de uso podra afectar lafrecuencia de descarte. Los procesos de reusode varias clases tambin afectan la frecuenciade descarte. Por ejemplo, las vasijas sonfrecuentemente molidas y usadas comotemperantes en cermicas nuevas por eso sereducen las cantidades de fragmentos que

    entran en el contexto arqueolgico. Losefectos espaciales de los procesos deformacin cultural tambin contribuyen convariabilidad en la frecuencia. Por ejemplo, losfragmentos de una vasija singular puedenencontrarse en distintas reas de desechosecundario, cada uno sujeto a variaciones ensu cantidad segn el manejo y la posibilidadde mayores roturas.

    La degradacin y los procesos deerosin, claramente, degradan muchosmateriales, reduciendo sus nmeros en latierra, a veces a cero. En las reas extramuros

    de los Pueblos, por ejemplo, los huesosdepositados en la superficie pueden

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    erosionarse hasta no ser detectables, -amenos que sean cubiertos por basura osedimentos. En contraste los huesos dejadosen las piezas del Pueblo, cubiertos de la luzdel sol y otros elementos son a menudo bien

    preservados.La mayor influencia de los procesosde formacin en la dimensin de frecuenciahace imperativo que las medidas decantidades de artefactos deben ser dirigidas avariables especficas. En muchos casos, eltrabajo fuerte necesariamente es determinarcomo conceptualizar mejor la variabilidadcuantitativa y como medir solamente lasvariables de inters. Esto a veces es difcildebido a los diferentes procesos que puedentener efectos similares en la dimensinfrecuencial. Es por eso que se requiere

    indicadores mltiples, sensible a los efectosligeramente diferentes de los procesos de laformacin.Dimensin Relacional

    La dimensin relacional se refiere apatrones de coocurrencia de artefactos.Tradicionalmente, tales patrones eranllamados asociaciones, el hallazgo de dos oms tems juntos. Con el advenimiento delanlisis estadstico, sin embargo, es posibledividir la dimensin relacional en propiedadesms precisas. Siguiendo a Binford (1972), estil para distinguir entre asociacin y

    correlacin.Las asociaciones, a su vez, puedenser divididas en tipos mayores, singulares yrecurrentes. Una asociacin singularse refiereal descubrimiento de dos o ms tems en unaproximidad delimitada. As, una mano, unmetate y pigmentos minerales pueden serencontrados juntos en la esquina de un recintoPueblo. Las asociaciones singulares,claramente, son las bases de los rasgosaunque solamente una fraccin de talesasociaciones son juzgadas actualmente comobastante importantes para ser designadas

    rasgos. Las asociaciones recurrentesdescriben la situacin que uno encuentracuando una asociacin singular deja de serlo,debido a que los mismos tems recurren una yotra vez, a menudo en diferentes unidades derecuperacin. As cuando las manos y metatesson hallados juntos muchas veces, podemoshablar de su asociacin recurrente.

    A veces los artefactos exhiben unagran afinidad entre unos y otros. No slo estnasociados recurrentemente, sino que susfrecuencias estn correlacionadas. En lospatrones de correlacin simples, conforme a

    un modelo lineal, la proporcin de un temcontra otro registrado relativamente constante

    entre diferentes unidades de recuperacin.Por ejemplo, manos y metates que ocurrenuna y otra vez en un sitio en una proporcinde 3 a 1 son llamados correlacionados. Otrospatrones pueden ser muy complejos, pero sin

    embargo la correlacin es definida, todos lostem correlacionados despliegan una conductamutua ente unidades analticas o derecuperacin.

    Es costumbre para los arquelogosasumir que las asociaciones y correlacionesestn determinadas por patrones de actividad.Los tems hallados juntos (en asociacinsingular o recurrente) deben haber sidousados juntos. Similarmente, los temscorrelacionados son a menudo asumidoscomo parte de un conjunto de herramientas.Infortunadamente, los procesos de formacin

    de muchas clases tambin afectan ladimensin relacional, creando ambasasociaciones y correlaciones (Carr 1984). Nosolamente son los tems usados en lasmismas actividades separadas, sino que lasasociaciones son creadas de tems que nuncaestuvieron juntos durante su uso. Estosfenmenos son las bases del principio dedisociacin (Rathje y Schiffer 1982:107).

    En nuestra sociedad no hay un par detems ms hermticamente asociados en elcontexto sistmico que el cepillo de dientes yla pasta dental. En cualquier bao uno

    encuentra estos tems en clara proximidad.Debido a que ambos artefactos tienen bajasproporciones de descarte, no obstante laprobabilidad de que el cepillo y la pasta fuerandescartados al mismo tiempo y depositadosen la misma bolsa de basura no es muy alta.Ms aun, los cepillos tienden a ser rehusadoscomo limpiadores de implementos o aun comocepillos de hmster, llevndonos haciamayores disociaciones. Por otra parte, casisiempre la bolsa de basura (el desecho de unasemana de un hogar) podra contener toallas ypauelos de papel. No slo podran ser estos

    artculos, los cuales raramente se usaron en lamisma actividad, estn asociadosrecurrentemente en los basurales, asprobablemente estn correlacionados.

    Aunque los procesos de formacindegradan las correlaciones entre los artefactosque fueron usados juntos en actividades,algunos patrones significantes son a menudoreservados como asociaciones singulares orecurrentes. Las herramientas de alfarerahalladas en una nica casa o en un entierrosingular podran probablemente brindar unainformacin conductual ms confiable que mil

    anlisis de factores de los artefactos del pisode la casa. La falla en apreciar que muchos

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    (ej. el degradamiento y erosin), geologa(erosin y movimiento de partculas por elagua), y la etologa (ej. conductas de animalesque afectan los sitios). El notar que las n-transforms estn ligadas con las teoras de

    otros campos no implica que todas las cosasacerca de los procesos de formacinmedioambientales son mejor conocidos desdeesos campos. Si no que se sugiere que muchode este conocimiento est al alcance de lamano y que no debe ser ignorado.

    Los arquelogos tienen ampliamentereconocido que otras regularidades, tambincon un contenido substancial, son usadasextensivamente en la inferencia arqueolgicay en el trabajo de campo pero no pueden serexpresadas como leyes generales. Estasregularidades se aplican al nivel de los sitios,

    comunidades, sociedades y regiones (Reid1985). Sus condiciones limitantes sonaltamente restrictivas y pertenecen a tiemposy lugares especficos. Por ejemplo, durante elperodo pre clsico (500-1200 AD) losHohodam del sur de Arizona practicaban lacremacin en la muerte, restos humanosquemados a menudo se encuentran asociadoscon cermica en las reas extramuros aveces en basureros -. Tal generalizacin serefiere a patrones de conducta de sociedadesespecficas y no pueden ser subsumidas porprincipios ms generales. Estas son las

    generalizaciones empricas que en parteconstituyes lo que todos los arquelogosreconocen como experiencia local. Aunqueel nfasis en el resto de este libro estnecesariamente sobre principios generales, laimportancia de las generalizaciones empricaspara el proceso arqueolgico es ampliamentereconocida.

    CONCLUSINEste captulo ha mostrado que la

    evidencia del pasado cultural es creada poruna variedad de procesos culturales y no

    culturales que tienen variedades y efectosubicuos, introducen variabilidad en losregistros histricos y arqueolgicos, y debenser tomados en cuenta en las inferencias. Estoes til para ver los materiales arqueolgicoscomo exhibiendo variabilidad dentro de cuatrodimensiones: formal, espacial, frecuencia yrelacional. Las trazas especficas dentro de lasdimensiones de variabilidad pueden servircomo evidencia para la inferencia. Debido aque trazas similares pueden ser producidaspor ms de un proceso, sin embargo losarquelogos deben demostrar que las trazas

    usadas como evidencia no fueron causadaspor otros procesos, especialmente procesos

    de formacin. Afortunadamente, estosltimos son altamente regulares en suscausas y efectos. Como resultado, losarquelogos pueden hacer uso de un conjuntode principios -c-transforms, n-transforms y

    generalizaciones empricas- para facilitar elproceso de divisin de las trazas y,especialmente, para ordenar los procesos deformacin como el curso de trazas especficaspara ser usadas como evidencia para lainferencia conductual (ver captulos 10-12).Ahora nos dirigimos hacia el principio msfundamental de los procesos de formacin,empezamos con los c- transform.