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Parroquia de san Eugenio y santa Inés Valencia Tel. 963795306 / [email protected] www.parroquiasaneugenioysantaines.es 2 de desembre de 2018 Cantos para la celebración: Entrada: Vamos a preparar213 Corona de Adviento: Ven, ven Señor, no tardes… 222 Ofertorio: En este mundo que Cristo nos da… • Comunión: No podemos caminar… 134 • Despedida: Ven, ven Señor, no tardes… 222 Comenzamos nuevo año o ciclo litúrgico El ciclo litúrgico abarca un año entero, aunque ese año no coincide plenamente con el año del calendario: - Se inicia cuatro domingos antes de la Navidad. - Se divide en grupos de días litúrgicos que forman un "tiempo litúrgico": Adviento, Navidad, Ordinario, Cuaresma y Pascua y cada uno de esos tiempos se relaciona con una fecha del calendario: • El tiempo de Adviento y el de Navidad tienen esta fecha como centro, y miden su inicio y su final de acuerdo al día de la semana en que haya caído la Navidad. • Los tiempos de Cuaresma y Pascua se relacionan con la Pascua, que se define como «el domingo inmediatamente posterior a la primera luna llena tras el equinoccio de primavera», que puede caer entre el 22 de marzo y el 25 de abril. • El Tiempo Ordinario comprende todas las demás semanas que no corresponden a ninguno de esos tiempos «fuertes». Abarca la mayor parte del año, (33 - 34 semanas) según cada año y, a su vez, se divide en dos partes. En cuanto a las lecturas de la misa, el Concilio Vaticano II estableció que se reformara el calendario litúrgico de tal modo que en poco tiempo el fiel que asiste a la liturgia tuviera contacto con la mayor cantidad posible de los textos bíblicos. Así, la lectura del Evangelio varía según los ciclos: san Mateo (ciclo A), san Marcos (ciclo B) y san Lucas (ciclo C). El evangelio de san Juan está presente en los llamados “tiempos fuertes”. Oración colecta: Oremos (pausa). Dios, Padre nuestro, al comenzar con alegría el tiempo de Adviento, despiértanos y haznos vigías de la llegada de Cristo para que podamos descubrirlo allí donde Él se hace presente hoy y todos los días de nuestra vida. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Proclamació de la Paraula 1ª lectura. Comenzamos la proclamación de las profecías de la venida del Señor que continuaremos durante todo este tiempo de Adviento. En ellas se describe asimismo el reino de justicia, amor y paz que trae nuestro Señor. Libro de Jeremías (33,14-16) Salmo 24: A ti, Señor, levanto mi alma Segunda lectura. El apóstol nos dice que la práctica del amor mutuo es la mejor forma de prepararnos para salir al encuentro del Señor con santidad y limpios de pecado. Primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (3,124,2) Evangelio. El Adviento nos recuerda en primer lugar que el Señor vino, viene y vendrá al final de los tiempos, Diumenge 1r d’Advent (C)

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Parroquia de san Eugenio y santa Inés Valencia

Tel. 963795306 / [email protected]

www.parroquiasaneugenioysantaines.es

2 de desembre de 2018

Cantos para la celebración:

• Entrada: Vamos a preparar… 213

• Corona de Adviento: Ven, ven Señor, no

tardes… 222

• Ofertorio: En este mundo que Cristo nos da…

• Comunión: No podemos caminar… 134

• Despedida: Ven, ven Señor, no tardes… 222

Comenzamos nuevo año o ciclo litúrgico

El ciclo litúrgico abarca un año entero, aunque ese año no coincide plenamente con el año del calendario: - Se inicia cuatro domingos antes de la Navidad.

- Se divide en grupos de días litúrgicos que forman un "tiempo litúrgico": Adviento, Navidad, Ordinario,

Cuaresma y Pascua y cada uno de esos tiempos se relaciona con una fecha del calendario:

• El tiempo de Adviento y el de Navidad tienen esta fecha como centro, y miden su inicio y su final de acuerdo al día de la semana en que haya caído la Navidad.

• Los tiempos de Cuaresma y Pascua se relacionan con la Pascua, que se define como «el domingo inmediatamente posterior a la primera luna llena tras el equinoccio de primavera», que puede caer entre el 22 de marzo y el 25 de abril.

• El Tiempo Ordinario comprende todas las demás semanas que no corresponden a ninguno de esos tiempos «fuertes». Abarca la mayor parte del año, (33 - 34 semanas) según cada año y, a su vez, se divide en dos partes.

En cuanto a las lecturas de la misa, el Concilio Vaticano II estableció que se reformara el calendario litúrgico de tal modo que en poco tiempo el fiel que asiste a la liturgia tuviera contacto con la mayor cantidad posible de los textos bíblicos. Así, la lectura del Evangelio varía según los ciclos: san Mateo (ciclo A), san Marcos (ciclo B) y san Lucas (ciclo C). El evangelio de san Juan

está presente en los llamados “tiempos fuertes”.

Oración colecta: Oremos (pausa). Dios, Padre nuestro, al comenzar con alegría el tiempo de Adviento, despiértanos y haznos vigías de la llegada de Cristo para que podamos descubrirlo allí donde Él se hace presente hoy y todos los días de nuestra vida. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Proclamació de la

Paraula

1ª lectura. Comenzamos la proclamación de las profecías de la venida del Señor que continuaremos durante todo este tiempo de Adviento. En ellas se describe asimismo el reino de justicia, amor y paz que trae nuestro Señor.

Libro de Jeremías (33,14-16)

Salmo 24:

A ti, Señor, levanto mi alma

Segunda lectura. El apóstol nos dice que la práctica del amor mutuo es la mejor forma de prepararnos para salir al encuentro del Señor con santidad y limpios de pecado.

Primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (3,12–4,2)

Evangelio. El Adviento nos recuerda en primer lugar que el Señor vino, viene y vendrá al final de los tiempos,

Diumenge 1r

d’Advent (C)

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como salvador y juez. En este primer domingo se nos invita a la vigilancia y a estar preparados para recibir al Señor permaneciendo en su servicio.

Evangelio según san Lucas (21,25-28.34-36)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación. Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».

Oración poscomunión: Oremos (pausa). Te damos gracias, Padre, por este tiempo del Adviento, tiempo de renovación y de esperanza, en el que nos invitas a liberarnos de todo aquello que embota nuestro corazón. Ayúdanos a estar atentos y vigilantes para ir al encuentro de tu Hijo. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Reflexió sobre la Paraula

Indignación y esperanza / José Antonio Pagola

Una convicción indestructible sostiene desde sus inicios la fe de los seguidores de Jesús: alentada por Dios, la historia humana se encamina hacia su liberación definitiva. Las contradicciones insoportables del ser humano y los horrores que se cometen en todas las épocas no han de destruir nuestra esperanza.

Este mundo que nos sostiene no es definitivo. Un día la creación entera dará «signos» de que ha llegado a

su final para dar paso a una vida nueva y liberada que ninguno de nosotros puede imaginar ni comprender.

Los evangelios recogen el recuerdo de una reflexión de Jesús sobre este final de los tiempos. Paradójicamente, su atención no se concentra en los «acontecimientos cósmicos» que se puedan producir en aquel momento. Su principal objetivo es proponer a sus seguidores un estilo de vivir con lucidez ante ese horizonte.

El final de la historia no es el caos, la destrucción de la vida, la muerte total. Lentamente, en medio de luces y tinieblas, escuchando las llamadas de nuestro corazón o desoyendo lo mejor que hay en nosotros, vamos caminando hacia el misterio último de la realidad que los creyentes llamamos «Dios».

No hemos de vivir atrapados por el miedo o la ansiedad. El «último día» no es un día de ira y de venganza, sino de liberación. Lucas resume el pensamiento de Jesús con estas palabras admirables: «Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación». Solo entonces conoceremos de verdad cómo ama Dios al mundo.

Hemos de reavivar nuestra confianza, levantar el ánimo y despertar la esperanza. Un día los poderes financieros se hundirán. La insensatez de los poderosos se acabará. Las víctimas de tantas guerras, crímenes y genocidios conocerán la vida. Nuestros esfuerzos por un mundo más humano no se perderán para siempre.

Jesús se esfuerza por sacudir las conciencias de sus seguidores. «Tened cuidado: que no se os embote la mente». No viváis como imbéciles. No os dejéis arrastrar por la frivolidad y los excesos. Mantened viva la indignación. «Estad siempre despiertos». No os relajéis. Vivid con lucidez y responsabilidad. No os canséis. Mantened siempre la tensión.

¿Cómo estamos viviendo estos tiempos difíciles para casi todos, angustiosos para muchos, y crueles para quienes se hunden en la impotencia? ¿Estamos despiertos? ¿Vivimos dormidos? Desde las comunidades cristianas hemos de alentar la indignación y la esperanza. Y solo hay un camino: estar junto a los que se están quedando sin nada, hundidos en la desesperanza, la rabia y la humillación.

Intenciones de las eucaristías semanales

Martes día 4. En sufragio de Senén Carreño García.

Domingo día 9. 10 h: en sufragio de Maruja Bayo (3r

aniversario) y Mª Pilar León (1r aniversario).

El próximo sábado, festividad de

La Inmaculada Concepción:

misas a las 10 y 12 horas.

A las 19 horas: celebración

vespertina del 2º domingo de

Adviento.