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PROLOGO
El estudio geográfico del rastrojo social en la depresión delLago de Valencia: los casos de Valencia y Maracay, obra queme complace presentar, es el resultado de una investigaciónrealizada en el Instituto de Geografía y Desarrollo Regionalde la Universidad Central de Venezuela durante el tiempo queme he desempeñado como Directora de dicho Instituto, desde 1979. Y su autor, el licenciado Faustino Morales Mena,es un destacado profesional de la Geografía. En su inteligencia, responsabilidad, honestidad y mística de trabajo, descansan sus horizontes claros, también un futuro promisor en elcampo de la ciencia. Es para mí, por tanto, un honor el queme haya escogido para escribir el prólogo de esta acuciosa ycompleja obra. Su presentación en forma sencilla la pone alalcance de todo público, en especial de las personas interesadas en la problemática espacial regional en sus aspectos económico y social.
A los fines de ubicar el sujeto de investigación, elautor arranca con la definición de rastrojo social. Es decir,de aquellos espacios ociosos situados en las afueras de las ciudades y que han sido desincorporados del área agrícola.O de aquellos que se encuentran en el interior del espacio urbano y aparecen bajo la forma de parcelas sin construir. Ambos tipos de espacios ociosos se." corresponden con el desarro-
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110 violento de las ciudades, y son conocidos con el nombrede Sozialbracbe, término traducido por el geógrafo AlfredZinck como rastrojo social y que Morales ha asumido en sutrabajo. Como ejemplos concretos de esta situación en Venezuela, Morales seleccionó las dos ciudades más dinámicas dela depresión del Lago de Valencia: una homónima del Lago,Valencia, y su vecina Maracay.
El rastrojo social, como tal, surge en las ciudades deEuropa Occidental después de iniciarse la revolución industrial, cuando los centros urbanos desarrollan actividades queresultan más redituables que la agricultura. Es expresión delinicio de las tensiones campo-ciudad, dado que las ciudadesno sólo centralizan las actividades políticas, sociales, económicas, tecnológicas, culturales, sino también recogen y concentran la población procedente del campo. Con el crecimiento poblacional urbano, los requerimientos de expansiónfísica del espacio y los diversos problemas que se generan, derivados de la circulación, de la contaminación ambiental, y detantas otras causas, se hace evidente la irrupción de la ciudaden el campo en procura de mayor espacio para poder cumplirsus funciones. Al mismo tiempo los agricultores periurbanos,atraídos por los más altos salarios urbanos, también comienzan a trabajar en las fábricas, mientras sus explotaciones agrícolas entran en etapa decadente, hasta quedar parcial o totalmente abandonadas en espera que esos espacios pasen a serurbanizados. Cuando la tierra periurbana entra en esta fasedecadente, se dice que se encuentra en condiciones de rastrojo social. Se trata, como se ve, de un fenómeno ligado estrechamente al desarrollo urbano de las grandes ciudades. Como tal, encierra graves y profundos problemas sociales yeconómicos.
En los países subdesarrollados esta problemática esde reciente aparición, dado que la urbanización e industrialización han ocurrido, desde luego con variaciones, en el pre-
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sente siglo. En Venezuela, para citar nuestro caso, su etapade crecimiento urbano comienza a hacerse evidente aproximadamente en los años cuarenta, mientras su proceso de industrialización basado en la sustitución de importaciones comienza a implementarse a mediados de los años cincuenta.Procesos estos inmersos en el profundo cambio que vive elpaís como consecuencia del desarrollo petrolero y que enesencia arranca de años anteriores.
La depresión del Lago de Valencia, espacio geográficoescogido por Morales para realizar su estudio, por ventajas delocalización, por su topografía más o menos plana y por tener ciudades con una base poblacional importante, entreotras razones, se convirtió en un espacio con grandes potencialidades industriales. En esta región natural las ciudadesmás importantes son Valencia y Maracay, por lo que se hanconcentrado en éllas y en sus alrededores los mayores desarrollos industriales. Esto ha significado un gran atractivo para la población agrícola y la no ocupada, que se desplaza enbusca de trabajo en las fábricas y en los empleos indirectosgenerados por éstas. De inmediato, las repercusiones espaciales comenzaron a surgir en términos dramáticos. Los problemas de vivienda, transporte, inseguridad personal, invasión deterrenos aledaños al perímetro urbano, comienzan a hacersesentir y a profundizarse con el tiempo. También comenzarona convertirse en rastrojo social importantes espacios ubicadosen los alrededores de ambas ciudades, además de mantenerseotros en idénticas condiciones en el interior de dichas ciudades. y debido a que en gran parte estas ciudades están rodeadas por tierra perteneciente el Instituto Agrario Nacional(IAN) Y por ejidos, el rastrojo social de los alrededores, además de sus propios problemas sociales y económicos, se complica aún más cuando se trata de implementar políticas urbanas, por el manejo ilegal que aparece cuando las explotaciones agrícolas cambian del uso rural al urbano. De tal formaque, además de existir espacios en rastrojo social en el inte-
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rior de estas ciudades, este fenómeno continúa surgiendo eincrementándose en las afueras del espacio urbano. Hay instituciones del Estado que mantienen tierra intraurbana sinconstruir por falta de implementación de políticas urbanasque respondan a las necesidades emergentes. Mas tambiénexisten particulares que mantienen parcelas en rastrojo socialdentro de las ciudades, para venderlas luego con un ampliomargen de ganancias. Al mismo tiempo hay institucionesdel Estado que reservan tierra ex traurbana para adelantar desarrollo urbanos. Pero aquí también se insertan los particulares quienes conocedores de los mecanismos requeridos para obtener parcelas agrícolas, mantienen el rastrojo social hasta el momento de revenderlo a urbanista o urbanizarlos ellosdirectamente.
La presencia de parcelas intraurbanas en condicionesde rastrojo social contribuye al encarecimiento de la tierraurbana y a elevar el costo de la vivienda, bien social del cualcarece gran parte de la población de estas ciudades. El acaparamiento de la tierra urbana para luego mantenerla en rastrojo social, también favorece la invasión de espacios periurbanos por parte de la población de menores recursos económicos carente de viviendas. Vulnerables a estas invasiones sonlos espacios en condiciones de rastrojo social extraurbano,que proliferan debido a vicios urbanos incompatibles con lasactividades agrícolas y por las ofertas tentadoras hechas porlos particulares relacionadas con la compra y venta de tierracon fines urbanos. De la plusval ía resultante nunca se benefician los agricultores, sino los particulares vinculados al negocio de compraventa de tierra para urbanizar. Y todo esto tiene lugar dentro de un marco de uso con flictivo del espacio,donde gran parte de la expansión de las ciudades, en especialen Maracay, está ocurriendo sobre tierra de buena calidadagrícola. Problema éste que se agrava, debido a que en losúltimos años la agricultura del entorno de ambas ciudades seha tecnificado. Así, la presencia del rastrojo social no sólo
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indica áreas de futura expansión de las ciudades, sino también problemas socio-económicos para los agricultores antela pérdida de sus parcelas. Y se complica afectando aún mása la economía, cuando los espacios en rastrojo social se presentan, como hemos dicho, sobre tierra de buena calidadagrícola, recurso natural muy escaso en nuestro país.
De ahí la significación de este trabajo del profesorMorales que, al sustentarse en una evaluación del rastrojo social en Valencia y Maracay en más de cuarenta años, 19391980, permite detectar la ocurrencia de este fenómeno en ladenominada franja urbano-rural. Lo cual, al servir de índicesobre las perspectivas de expansión de cada una de estas ciudades, sirve también para alertar a los planificadores urbanosacerca de las futuras áreas de expansión. Esto, como consecuencia, permitirá introducir correctivos, a fin de reorientarla expansión urbana de dichas ciudades en función de criterios destinados a disminuir las tensiones ciudad-campo, y ala vez garantizar el uso racional de la tierra de acuerdo a susreales potencialidades.
Considero, además, muy importante este tipo deestudio, por contribuir al entendimiento de los difíciles problemas de estas ciudades que cada día se intensifican, debidoa las particularidades del uso del espacio en la depresión delLago de Valencia en su conjunto y, en el caso especial de estas ciudades, para descongestionar y descentralizar el AreaMetropolitana de Caracas.
En este sentido, el trabajo se apoya en un inventarioy evaluación de los espacios en rastrojo social intra y extraurbanos en Valencia y Maracay, el cual permite conocer lascausas que los originan, su caracterización, funcionamientoy la potencial utilización de estos espacios para la expansióne intensificación del uso urbano. Ello requirió desarrollaraspectos te6rico-conceptuales sobre el uso de estos espacios
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a los fines de elaborar una tipología para describir y clasificarel rastrojo social, su proceso de génesis y evolución, así como la determinación de las relaciones sociales y económicasque influyen en la caracterización y funcionamiento de losespacios ocupados por el rastrojo social.
Para alcanzar los objetivos anteriores el autor analizó una variada gama de materiales cartográficos y aerofotográficos, con los cuales preparó una serie de mapas de granvalor para soporte de su tesis. Es importante destacar queademás del trabajo de fotointerpretación y cartográfico, eltratamiento de la in formación se caracteriza por una adecuada aplicación de técnicas de documentación, estadísticas yla realización de trabajo de campo. Dentro de estos materiales sobresalen los mapas de uso del espacio y delimitaciónpolítico-administrativa de Valencia y Maracay y sus alrededores. Las técnicas estad ísticas usadas en los diferentes mapastemáticos permitió cuantificar los resultados cualitativos obtenidos a través de la cartografía en los aspectos de tenenciade la tierra, de expansión urbana, estructura del espacio geográfico y clasificación fisionómica del rastrojo social, entreotros. Las entrevistas, por su parte, fueron de gran utilidadpara obtener información acerca de los terrenos en condiciones de rastrojo social. De igual manera, debido a la naturaleza dispersa del rastrojo social, a sus vinculaciones espacialescon usos urbanos y rurales y al enfoque evolutivo de este trabajo entre 1939-1980, la fotoinrerpretación fue de ayuda
fundamental para la realización del levantamiento cartográfico practicado en Valencia, Maracay y los alrededores deambas ciudades. Y, además con apoyo teórico donde resaltala concepción del paisaje como expresión de las actividadeshumanas y de los hechos naturales que conforman el espaciogeográfico, el licenciado Morales elaboró un conjunto de definiciones para explicar el problema.
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De igual manera, en el transcurso de la realización deltrabajo de campo, el autor hizo un reconorruento f1orísticode las especies ocupantes del rastrojo social, las cuales clasificó con apoyo de especialistas del Jardín Botánico de Caracas.También, por medio de ese trabajo, fue posible chequear unidades detectadas por fotointerpretación, lo que en muchoscasos requirió de ajustes cuando alguna unidad había cambiado de uso, o cuando había surgido una ligera confusión en elpatrón de fotointerpretación. Además, el trabajo de campocon esta confrontación directa de las unidades cartografiadasen su propio medio permitió advenir características que enriquecieron la configuración paisaj ística, a la vez necesariaspara afinar patrones de fotointerpretación para futuros trabajos geográficos.
Conviene señalar que el contacto directo con la gentede los lugares resultó de singular importancia para aprehenderel problema. Siendo importante destacar que el licenciadoMorales enfatiza a lo largo de su trabajo sobre el rastrojo social como fenómeno que encierra una profunda problemáticaeconómica y social, la cual no solamente revierte en formanegativa sobre los agricultores periurbanos, sino también sobre la población de menores recursos económicos residenteen las áreas urbanas de las ciudades en estudio.
Como consecuencia, según el autor, en el medio ruralel rastrojo social se incrementa por medio de un conjunto demecanismos citadinos incompatibles con el uso agrícola. Dentro de estos cabe mencionar la penetración psico-social porvicios urbanos del agricultor periurbano y su familia, ademásde aditivos económicos de procedencia legal dudosa, adelantados por algunas personas interesadas en apropiarse de tierraperiurbana con el fin de urbanizarla. Esto es aún más grave,por cuanto gran parte del fenómeno ocurre sobre tierra delEstado, en especial baldíos del IAN Y ejidos de los Concejos
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Municipales de Valencia y Girardot. Lejos está de resolverseeste problema, por cuanto cada año son mayores los espaciosocupados por el rastrojo social, lo cual indica que serán áreasa incorporarse en breve tiempo al espacio urbano de estasciudades, aún cuando sean tierras de buena calidad agrológica.
Por otra parte, en el interior del espacio urbano, elrastrojo social ocurre con frecuencia en lugares que han sidootorgados por el Estado a organismos que realizan actividadesurbanas, o bien se encargan de construir edi ficaciones con esefin pero que no logran desarrollar todo el espacio otorgado.Dentro de estos organismos se encuentran ministerios (MD,MSAS, MARNR), institutos (INAVI, INH), Universidad deCarabobo y Concejos Municipales, entre otros. Dada la participación privada en la urbanización, este fenómeno tambiénocurre en desarrollo urbanos privados en especial en aquellosdestinados a vender parcelas listas para ser construidas, tantoen zonas residenciales como en industriales. Esto evidenciala vinculación que tiene el rastrojo social intraurbano con larealización de obras planificadas, bien sea por fallas en la implementación de las mismas en el caso o ficial, o por el negocio de la compra-venta de parcelas en urbanizaciones privadas.
Por medio de este análisis concluye Morales que laclasificación del rastrojo social de acuerdo a la tenencia-privada, baldíos y ejidos- tiene explicación en el origen yevolución de estas ciudades: Valencia, una ciudad fundadacomo tal donde hubo repartición de tierra y asignación deejidos, en contraste con Maracay de origen espontáneo dondela tierra de su entorno ha sido más codiciada que en el casode Valencia por los diferentes gobernantes de nuestro país,hasta el punto que esta ciudad tiene ejidos porque los recientesgobiernos dernocráticos.se los han asignado. No obstante, hayespacios en rastrojo social en tierra privada en Maracay, hecho difícil de explicar porque luego de la restitución de los
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bienes del dictador Gómez a la Nación, casi toda la tierra deesta ciudad y su entorno debería pertenecer al Estado venezolano.
Como dramático resultado de tal situación la presencia de los espacios en rastrojo social que ocurren en terrenosprivados está afectada por un constante movimiento comercial. La diferencia de precio está dada por el confort bioclimático y socio-económico de las urbanizaciones situadas enlos valles intramontanos, en comparación con las parcelas emplazadas en la planicie donde las condiciones naturales y sociales desmejoran, éstas últimas por la presencia de barriosespontáneos. Cabe destacar, sin embargo, que la negociacióncon tierra intraurbana reportó importantes beneficios a loscomerciantes, posiblemente hasta entrada la presente década,expresión de incremento del carácter de sociedad de consumo.Pero la tendencia alcista no continuó al mismo ritmo despuésde 1983, posiblemente a causa de la crisis económica surgidaen el país a principios de ese año, a lo que hay que añadir losproblemas de especulación muy acentuados en estas ciudadesy sus entornos. Situación ésta que cambia a partir de mediados de 1986 cuando se reactiva la tendencia alcista en losprecIOs.
Morales concluye su trabajo expresando que en Valencia y Maracay y en los alrededores de ambas ciudades existen serios problemas espaciales, sociales, económicos y jurídicos cónsonos con las tendencias del propio desarrollo urbano desde los años cincuenta. Siendo una de sus manifestaciones más conspícuas el surgimiento de enormes espacios enrastrojo social situados tanto en el interior del espacio urbanocomo en las afueras de éste. Problemática ésta muy delicada,pues sin coartar la necesidad de expansión de estas ciudades,es necesario crear mecanismos que impidan la presencia degrandes extensiones ociosas tanto en el interior del espaciourbano como en las afueras de éste, cuando hay grandes ne-
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cesidades habitacionales y de liSO agrícola. Razones éstas queel autor aduce en la esperanza que organismos públicos y profesionales encargados de la planificación urbana se ocupen debuscar soluciones a tan graves problemas. De ahí que estudios como éste que presento tengan gran validez y actualidad,y sirven también de campanada de alerta sobre la necesidadde disminuir el costo social y económico que soporta la agricultura periurbana y el Estado venezolano, mientras unoscuantos particulares se aprovechan de los beneficios que lesreporta la expansión urbana incontrolada.
La problemática objeto de esta investigación es también producto del cambio producido en Venezuela como consecuencia del desarrollo de la actividad petrolera desde la segunda década del presente siglo, de la transformación de unpaís rural en un país urbano, de la respuesta del campo a laciudad. Al amparo de la demanda de brazos para el trabajosurgieron ciudades deformadas y caseríos miserables. La agricultura en los sitios de explotación directa del petróleo fuedestruida y abandonada la existente en regiones cercanas porausencia de brazos que, oprimidos por el miserable salariocampesino proveniente de la Venezuela semifeudal, corren para engancharse en los dominios de la vida menos miserable que, por los contrastes del comienzo, le ofrecía laindustria petrolera o las actividades que indirectamente sedesarrollaban.
La explotación del petróleo, como se sabe, produjoun cambio estructural en la vida económica del país. Pese alos reducidos ingresos del Estado venezolano por conceptode impuestos, la débil producción agropecuaria comienza adeclinar a medida que avanza la explotación petrolera. Elpaisaje rural sufre profundos cambios; regiones productorasenmarcadas en verde se convierten en eriales, se dispersa másel habitat rural, y el campesino se sumerge más en si mismo,en su profunda tristeza, en su íntima rebeldía. Antes que esa
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explotación cobrase intensidad, aún dentro de la propia década del 20 al 30, Venezuela era un país productor agropecuario, cuyos principales renglones de exportación fueron el café, el cacao, el añil, el tabaco, las pieles, etc. Con el productode la exportación de esos bienes, Venezuela compensaba subalanza de pagos y su balanza comercial. Y el presupuestonacional, reflejo claro de nuestro estado de atraso y de la debilidad de nuestra producción, oscilaba para esa década alrededor de los 100 millones de bolívares.
Apenas el dinero proveniente de los exiguos impuestos de la industria petrolera comienza a ingresar a las arcas del Estado, el fisco se encadena a la renta minera. Para elaño de 1936, cuando ya nuestras importaciones habían ascendido a cifras muy elevadas para la época, el 90 % de nuestra balanza de pagos se cubre con el producto de la renta petrolera. Y el país entero, todos los sabemos, comienza a vivirde modo definitivo bajo la órbita del petróleo. Crece el comcrcio de importación de artículos de consumo, las ciudadespasan a convertirse, por su crecimiento, en polos de poderosaatracción para la población campesina cuya vida estaba enmarcada por las miserables condiciones que le imponía laexistencia de un régimen semi feudal. El campo, lentamente,se ve abandonado mientras el éxodo campesino aumenta lapresión sobre las nacientes urbes, ahora en vigoroso desarrollo. Y cuando, a partir de la mitad del siglo presente el mundo trata de reconstruir su economía, Venezuela orienta la suya por la vía del urbanismo y la macrocefalia ciudadana, cuyos efectos negativos tanto desde el punto de vista económico como desde el humano no pudieron ser contrarrestadospor el desarrollo de una industria nacional que de habersedescentralizado quizás hubiese podido frenar la presión humana sobre las grandes ciudades.
Debido a estas razones no es arriesgado afirmar quc elseñalado cambio estructural que por la presencia de la explo-
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ración petrolera se produce en la economía nacional, es mucho más amplio, mucho más extenso, y abarca todos los aspectos de nuestra vida social y cultural; originando deformaciones siempre por el mismo hecho, por la forma como se realiza la explotación de nuestra principal riqueza minera. Explotación que, lo hemos visto, hiere directamente nuestroambiente, nuestra ecología humana, socio-espacial. Así comopor la forma como son. invertidos los recursos económicosprovenientes de esta actividad.
El rastrojo social es, también, uno de los resultados deesta situación que, si bien ocurre como consecuencia de la indusrrialización y el urbanismo en la mayoría de los países, enVenezuela hinca sus raíces en un urbanismo generado por elcambio estructural producido por el desarrollo de la actividadpetrolera.
Los resultados de esta acuciosa investigación Moraleslos presenta en ocho capítulos. En términos generales, losprimeros cuatro abordan la problemática teórico-conceptualy la ocupación del espacio en las áreas de estudio; en los cuatro capítulos siguientes la problemática en sí del rastrojo social.Los capítulos I y II contienen un análisis de la informaciónteórica. El capítulo I corresponde al marco teórico, donde seabordan temas relacionados con la discusión del concepto derastrojo social y como éste se inserta a otros conceptos deriva..dos de generalidades surgidas del estudio y análisis del espacio geográfico. Este capítulo también contiene información que progresivamente fue aplicada en el desarrollo deltrabajo. Sin embargo, es en el capítulo II donde ésto eS másevidente. En efecto, este capítulo consiste en un cuerpo definitorio por medio del cual se abordó el levantamiento cartográfico de Valencia y de Maracay y sus respectivos entornos.
En los capítulos III y IV se estudia el espacio de Valencia y Maracay y sus alrededores, con énfasis en la ocupa-
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ción evolutiva de estos espacios y sus vinculaciones con otrasáreas del país. Esto se hace de acuerdo a la importancia quedichas ciudades han tenido en la centralización de actividadespolítico-administrativas e industriales, concentración poblacional y expansión física-urbana.
En el contexto del análisis anterior, en el capítulo IVse realiza una evaluación del uso del espacio en Valencia yenMaracay y en el entorno de cada ciudad para los años 1939,1951, 1961, 1968, 1975 Y 1980. Este levantamiento permitió conocer la expansión y evolución del uso del espacio urbano así como dos aspectos relacionados con el medio rural, tales como la disminución de su extensión y la mayor tecnificación en su explotación, lo cual es de gran importancia para elestudio de la problemática del rastrojo social existente en elinterior de Valencia y de Maracay y en el entorno de dichasciudades.
Los Capítulos V, VI Y VII abordan diferentes problemas donde se alude en forma directa al rastrojo social. En esesentido, en el capítulo V se realiza una descripción evolutivade este fenómeno entre 1939-1980, de acuerdo a su ocurrencia tanto en el interior del espacio urbanizado como en lasafueras de éste. Luego, en el capítulo VI, se efectúa una clasificación del rastrojo social de acuerdo a la fisionomía de sucubierta vegetal. Para lo cual fueron tomados en cuenta factores naturales vinculados a la evolución de la vegetación, sindescuidar las intervenciones antrópicas tales como aquellasconsecuencia de las ordenanzas municipales, que tienen comofin mantener desmontadas las parcelas ocupadas por el rastrojo social intraurbano. Por considerar importante el pasadoagrícola inmediato de terrenos en rastrojo social extraurbano,en la composición florística se 'hizo referencia en lo posible alos restos evidentes de plantas cultivadas existentes en estosespacios, los cuales son testigos de una actividad agrícola designificación.
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En el capítulo VII se realiza un análisis de los factoressociales y económicos que motorizan el surgimiento y la contmua expansión del rastrojo social. En ese sentido se evidencian las relaciones existentes entre los espacios en rastrojo social y la tenencia de la tierra, los precios de las parcelas encondiciones de rastrojo social, se abordan aquellos casos donde se sospecha ha ocurrido especulación, y se señalan posiblesactos ilegales en relación con apropiación indebida de tierrasdel Instituto Agrario Nacional, así como también en tierrasmunicipales.
Para finalizar, el capítulo VIII contiene un cuerpo deconclusiones generales, donde se sintetizan aquellos aspectosmás importantes surgidos de esta investigación de caráctergeo-econórnico.
Por las consideraciones anteriores estimo que este estudio de Faustino Morales significa un aporte importante alos problemas regionales del país, al dedicarse a una temáticaque es la primera vez que se aborda y, además, en una de susregiones más relevantes. Por eso, su publicación tiene el pesode la utilidad, de la necesidad de cubrir vacíos de conocimiento. En síntesis, considero que es de alcance significativo parael conocimiento de la problemática regional económico-espacial del país, por lo cual será de consulta obligada.
Isbetta Sequern Segninl
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