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  PRÓLOGO De una estancia muy prolongada por la sal ud mental, cada vez con mayor claridad la psicología transita y es reconocida como disciplina de la salud así, sin apelli- dos con un estatus e importancia crecientes y gradualmente comparables con el de las disciplinas biomédicas, tradicionalmente dominantes en dicho campo. El arribo de las ciencias sociales a este escenario ha propiciado y a la vez ha resultado de un cambio paradigmático en la comprensión del fenómeno de la salud- enfermedad. Para decirlo en pocas palabras. El esquema mecánico clásico que reconocía a la sa- lud como un estado de equilibrio biológico y a la e nfermedad como una ruptura de esta homeostasis causada por un agente extraño al organismo (patógeno), resulta sumamente limitado para comprender fenómenos como el de la transición epide- miológica, las enfermedades emergentes, la reaparición de condiciones presunta- mente erradicadas y las diferencias regionales en la morbi-mortalidad. Las disci- plinas sociales permiten describir y comprender mejor los condi cionantes, determ i- nantes, concomitantes y consecuentes de la salud, en un complejo interjuego de afectaciones recíprocas, más allá de la esfera biológ ica, sin excl uir o nega r ésta. En la actualidad resulta familiar escuchar o leer acerca del modelo bio-psico-social en salud, de salu d integral, de modelos multicausales o multifa ctoriales o de enfoques holistas. El común denominador de estas expresiones es el recono cimient o explícito de la salud como fenómeno o proceso complejo, irreductible a su expresión biol ógi- ca. Una de las exigencias de estos esquemas complejos es contar con rec ursos humanos formados con este enfoque integrador, mejor conocido como interdisciplinario. En la última porción del siglo XX la psicología se ha incorporado activa y efectiva- mente a estudiar y comprender los factores psicológicos que participan en el p roce- so salud-enfermedad. Estas contribuciones se ubican claramente en los campos de la psicología de la salud y la medicina conductual; los cuales son, sin duda, escena- rios auténticamente interdisciplinarios. S in embargo, la propia dis ciplina psicológi- ca reconoce que un elemento fundamental para acrecentar y consolidar estas con- tribuciones es la sólida formación disciplinaria. Las contribuciones de la psicología a l a arena de la salud provienen de sus distintas especialidades: la psicología experimental, la psicofisiología y la psicología social. Sin embargo, por sus antecedentes en el área de la salud mental, así como por su

prologo PERSCPECTIVAS TEÓRICAS

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Prologo del libro perspectivas teóricas en psicología editado por la UNAM FES-Zaragoza y compilado por Vargas, Rojas, García y del VIllar.

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  • PRLOGO

    De una estancia muy prolongada por la salud mental, cada vez con mayor claridad la psicologa transita y es reconocida como disciplina de la salud as, sin apelli-dos con un estatus e importancia crecientes y gradualmente comparables con el de las disciplinas biomdicas, tradicionalmente dominantes en dicho campo. El arribo de las ciencias sociales a este escenario ha propiciado y a la vez ha resultado de un cambio paradigmtico en la comprensin del fenmeno de la salud-enfermedad.

    Para decirlo en pocas palabras. El esquema mecnico clsico que reconoca a la sa-lud como un estado de equilibrio biolgico y a la enfermedad como una ruptura de esta homeostasis causada por un agente extrao al organismo (patgeno), resulta sumamente limitado para comprender fenmenos como el de la transicin epide-miolgica, las enfermedades emergentes, la reaparicin de condiciones presunta-mente erradicadas y las diferencias regionales en la morbi-mortalidad. Las disci-plinas sociales permiten describir y comprender mejor los condicionantes, determi-nantes, concomitantes y consecuentes de la salud, en un complejo interjuego de afectaciones recprocas, ms all de la esfera biolgica, sin excluir o negar sta. En la actualidad resulta familiar escuchar o leer acerca del modelo bio-psico-social en salud, de salud integral, de modelos multicausales o multifactoriales o de enfoques holistas. El comn denominador de estas expresiones es el reconocimiento explcito de la salud como fenmeno o proceso complejo, irreductible a su expresin biolgi-ca.

    Una de las exigencias de estos esquemas complejos es contar con recursos humanos formados con este enfoque integrador, mejor conocido como interdisciplinario.

    En la ltima porcin del siglo XX la psicologa se ha incorporado activa y efectiva-mente a estudiar y comprender los factores psicolgicos que participan en el proce-so salud-enfermedad. Estas contribuciones se ubican claramente en los campos de la psicologa de la salud y la medicina conductual; los cuales son, sin duda, escena-rios autnticamente interdisciplinarios. Sin embargo, la propia disciplina psicolgi-ca reconoce que un elemento fundamental para acrecentar y consolidar estas con-tribuciones es la slida formacin disciplinaria.

    Las contribuciones de la psicologa a la arena de la salud provienen de sus distintas especialidades: la psicologa experimental, la psicofisiologa y la psicologa social. Sin embargo, por sus antecedentes en el rea de la salud mental, as como por su

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    importancia en los escenarios de salud, la psicologa clnica juega un papel central en el armamentarium terico-metodolgico de cualquier psiclogo interesado en la salud. Como el lector advertir al revisar el presente volumen, las perspectivas de la psicologa clnica son variadas y a veces, contradictorias. Pero ms que una desven-taja, constituyen un reto para el psiclogo en formacin: poder identificar y distin-guir en lo esencial las perspectivas epistemolgicas de los modelos disponibles en psicologa clnica para comprender y aproximarse al comportamiento humano y disponer de argumentos para desarrollarse ya sea en la psicologa clnica o en la nueva especialidad de la psicologa clnica de la salud. ste es pues, uno de los principales propsitos de este compendio: ofrecer en un mismo volumen lecturas bsicas que no tradicionales acerca de los modelos contemporneos en psico-loga clnica. Queda al lector la tarea de analizar y decidir, de acuerdo a sus propios intereses y necesidades, as como a la oferta de cada modelo, aquel que mejor se acerque a la comprensin del comportamiento humano.

    Mario Rojas R. Marzo del 2001