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PROPUESTA METODOLÓGICA PARA EL ANÁLISIS
PAISAJÍSTICO DE SENDEROS. 1
Autores/Ponente
Matías Mérida Rodríguez Jesús Mª Vías Martínez
Juan Antonio Arrebola Castaño
Departamento de Geografía Universidad de Málaga.
1 Esta propuesta metodológica se enmarca en un proyecto de investigación más amplio, denominado Desarrollo metodológico sobre la evaluación de la capacidad para usos recreativos de espacios protegidos, financiado por la DGCYT (I+D+I SEJ2007-67690 Ministerio de Ciencia e Innovación) y la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía (Proyectos de Excelencia. Referencia P07-HUM-03049).
RESUMEN La comunicación recoge una propuesta metodológica de análisis y evaluación de
los senderos como equipamientos de uso público. Los senderos surgen como
vías de comunicación de carácter elemental, pero en determinados espacios se
transforman en equipamientos de ocio y deportivos, susceptibles de utilización
como herramienta de desarrollo rural. En esta nueva funcionalidad, son
necesarios métodos de análisis tendentes a evaluar su dimensión paisajística,
que adquiere ahora una gran relevancia. Esta propuesta metodológica se
enmarca en un proyecto de investigación más amplio, denominado Desarrollo
metodológico sobre la evaluación de la capacidad para usos recreativos de
espacios protegidos, financiado por la DGCYT y la Junta de Andalucía (proyectos
de excelencia). El área de estudio seleccionada es el Parque Natural Sierra de
las Nieves, localizado en la parte central de la provincia de Málaga.
La propuesta presentada persigue completar tres niveles metodológicos: el
nivel de análisis, el de evaluación y el de propuestas o líneas de actuación.
Parte de la existencia de tres relaciones entre el sendero y el paisaje,
extrapoladas de las genéricamente existentes entre vías de comunicación y
paisaje: el paisaje visible desde el sendero, la incidencia del sendero en el
paisaje y el paisaje del propio sendero. La aplicación de este esquema de
análisis al caso de los senderos no supone una simple traslación de un esquema
más amplio, como una operación de cambio de escala, sino que implica también
cambios metodológicos derivados de la naturaleza particular del objeto de
estudio.
El nivel de análisis consta de tres apartados, correspondientes a las relaciones
entre sendero y paisaje. En el primero de ellos se analizan las vistas existentes
desde el propio sendero, a través de la medición de determinados parámetros
visuales, ponderados por las condiciones en las que se produce la observación.
Igualmente se analizan los contenidos de las vistas, incluyendo tanto los tipos
de paisaje presentes en la cuenca visual como la presencia de elementos
singulares.
En el segundo apartado se estudia la incidencia en el paisaje del sendero,
analizando para ello la incidencia visual del trazado, de las alteraciones
topográficas producidas y de las estructuras viarias creadas. Por último, en el
tercer apartado se exploran las características paisajísticas del propio sendero,
a través de diversas variables que tienen que ver con su trazado (sinuosidad,
pendiente, etc.), con los componentes de la calzada (firme, bordes, etc.) y con
los elementos auxiliares (señalización, etc.) y elementos singulares.
El nivel de evaluación, también aplicado a las tres relaciones o dimensiones
antes expuestas, combina la utilización de criterios relacionados con la
visibilidad, especialmente para la medición de parámetros visuales o para la
estimación de la incidencia visual del sendero, con la evaluación estética, tanto
del sendero en sí como de las vistas desde él generadas.
Por último, una vez completados los niveles de análisis y evaluación, el plano
de propuestas pretende seleccionar, por lo que a las vistas se refiere, los
puntos más adecuados para la instalación de miradores así como los obstáculos
visuales susceptibles de ser eliminados. Respecto a la incidencia en el paisaje
del sendero, se persigue el establecimiento de medidas de integración
paisajística. Finalmente, por lo que se refiere a las características paisajísticas
del propio sendero, el plano propositivo se orienta a la determinación de
medidas de mejora del paisaje en cada uno de sus elementos compositivos.
Introducción. Los senderos y su dimensión paisajística.
Los senderos surgen como vías de comunicación de carácter primario, siendo
especialmente abundantes en entornos montañosos carentes de alternativas
viarias de mayor entidad. Sin embargo, en determinados espacios, como los
espacios naturales protegidos, y en el marco de la progresiva implantación de
nuevas funciones terciarias en los espacios rurales, los senderos pierden su
función de componentes del sistema de comunicaciones viarias y se
transforman en equipamientos de ocio y deportivos susceptibles de utilización
como instrumentos de desarrollo rural. Este cambio funcional ha supuesto en
buena medida la conservación y mejora de estos componentes lineales del
paisaje, e incluso, en algunos casos, su creación y diseño.
En el marco de esta nueva funcionalidad, surge la necesidad de formular
métodos de análisis tendentes a su puesta en valor como un nuevo recurso
territorial, objetivo último del proyecto en el que se enmarca este trabajo. Dada
la especial importancia que adquiere su dimensión paisajística, verdadero
soporte de su nueva potencialidad, el desarrollo de metodologías de análisis y
evaluación del paisaje se encuentra plenamente justificado.
Entre otras singularidades, los senderos se diferencian de otras vías de
comunicación, por lo que respecta a su función, en que son recorridos más
lentamente, mayoritariamente de forma peatonal, que permite y alienta la
parada, y que en ellos la contemplación del paisaje, externo o interno al
sendero, juega un papel esencial, suponiendo su función primordial2.
Sus características formales se distancian notablemente de las existentes en las
infraestructuras viarias convencionales. Por ejemplo, su anchura es
2 Su función paisajística se evidencia con claridad con el uso recreativo y de ocio; en el uso deportivo, la dimensión paisajística queda supeditada a la puramente deportiva.
comparativamente muy reducida3, y las estructuras, abundantes en otras
infraestructuras viarias, son escasas, reflejando el carácter elemental de estos
elementos. Por esta misma razón, el trazado suele ser sinuoso, adaptándose al
relieve, y su longitud elevada. Todas estos rasgos fisonómicos producen un
mayor grado de adaptación al paisaje del sendero respecto a otros ejes viarios,
y una integración paisajística más lograda. No obstante, otras características
provocan una mayor alteración visual. Por ejemplo, los firmes no suelen estar
muy elaborados, siendo habituales los suelos descarnados, y el tratamiento de
los márgenes es bastante infrecuente. Por otra parte, la localización de estos
viales, dominantes en zonas agrestes carentes de otro tipo de alternativas
viarias, multiplica su efecto en el paisaje por la densidad que alcanzan. Por
todas estas características fisonómicas y espaciales, el objeto de estudio posee
una marcada identidad paisajística, que trasciende a la simple alteración de la
escala.
Área de estudio.
El área de estudio seleccionada para la investigación es el Parque Natural Sierra
de las Nieves. Localizado en la parte central de la provincia de Málaga (ver
mapa nº 1), ocupa el flanco oriental del conjunto fisiográfico de la Serranía de
Ronda, estableciendo el contacto de con otra gran unidad natural de la
provincia de Málaga, el valle del río Guadalhorce. El espacio natural cuenta con
una extensión moderada, ligeramente por encima de las 20.000 hectáreas. Su
relieve es muy accidentado, con pronunciadas pendientes y elevadas altitudes,
entre las que se encuentra la cima más alta de la provincia, el pico Torrecilla,
que prácticamente roza los 2.000 metros de altitud. Además de sus atractivos
naturales y paisajísticos, su localización, cercana a zonas fuertemente
urbanizadas y con un gran potencial turístico, como la aglomeración urbana de
Málaga, la ciudad de Ronda y la Costa del Sol occidental, aumenta la demanda
3 En ocasiones, se convierten en tramos de senderos carriles cerrados al tráfico rodado. En estos casos, el sendero funcional se distancia de sus características fisonómicas.
de visitas, puntualmente muy intensas en invierno cuando las precipitaciones
son en forma de nieve.
Mapa nº 1. Situación del Parque Natural Sierra de las Nieves
Esquema metodológico.
El planteamiento inicial de la investigación persigue completar tres niveles
metodológicos: el nivel de análisis, el de evaluación y el de propuestas. Cada
uno de ellos se aplica a la triple relación existente entre el sendero y el paisaje,
extensibles a las existentes entre vías de comunicación y paisaje: el paisaje
visible desde el sendero, la incidencia del sendero en el paisaje y el paisaje del
propio sendero. La aplicación de este esquema de análisis al caso de los
senderos implica adaptar la metodología a las características, anteriormente
expuestas, del objeto de estudio.
Nivel de análisis
El nivel de análisis consta de tres apartados, correspondientes a las relaciones
antes expuestas entre sendero y paisaje. En el primero de ellos se analizan las
vistas existentes desde el propio sendero, a través de la medición de
determinados parámetros visuales, como la superficie de la cuenca visual y su
profundidad, amplitud y fraccionamiento. Como puede observarse en uno de los
resultados preliminares de la investigación (ver mapa nº 2), la cuenca visual
obtenida desde el pico Torrecilla, la principal elevación de la zona de estudio y
también de la provincia, abarca, sólo en la provincia de Málaga, más de
137.000 has., aproximadamente una quinta parte del total provincial. Su
profundidad máxima también es notable, alcanzando el confín oriental de la
provincia, situado a unos 110 kilómetros de distancia. En cualquier caso, las
dimensiones totales de la cuenca visual superan estas cifras, ya que incluyen
una parte significativa del territorio de las provincias limítrofes. La amplitud,
por último, es igualmente máxima, abarcando los 360 grados. El
fraccionamiento de la cuenca es importante, ya que se resuelve en algo más de
90.000 polígonos. Si se pone en relación este número con la superficie visible,
en hectáreas, el grado de fraccionamiento obtenido supera el 65%. El tamaño
de los polígonos muestra una gran disparidad: su valor medio está en torno a
las 1.5 has., pero con una elevada desviación, superior a las 75 has. Para la
obtención de estos resultados se ha utilizado el software ArcGis, versión 9.2,
utilizando un Modelo Digital del Terreno, elaborado por la Junta de Andalucía,
con una resolución planimétrica de 10 x 10 metros.
Mapa nº 2: Zonas visibles de la provincia de Málaga desde el pico Torrecilla
Los resultados obtenidos se deben ponderar con las condiciones en las que se
produce la contemplación, como el ángulo de observación, la dirección del
sendero o la velocidad del observador. Finalmente, también forman parte del
análisis los contenidos de las vistas (ver mapa nº 3), que incluyen los tipos de
paisaje presentes en la cuenca visual (ver foto nº1), la aparición de elementos
singulares, como por ejemplo los núcleos de población, las edificaciones
aisladas u otras construcciones humanas, como los neveros, muy frecuentes en
la zona de estudio (ver foto nº 2). Los tipos de paisaje utilizados en el análisis
se discriminarán atendiendo a la distancia a la que se encuentren y a su
consiguiente visibilidad, especialmente en lo que ser refiere al reconocimiento
de sus componentes esenciales. Por ejemplo, una vista sobre el mar (ver foto
nº 3), aunque sea lejana, es fácilmente reconocible por el observador; en
cambio, una vista alejada sobre un espacio rural difumina sus rasgos
morfológicos y cromáticos.
Mapa nº 3. Puntos de observación seleccionados y dirección dominante de las vistas
Fotografía 1 (F2). Vistas hacia la Cañada del Cuerno, al fondo, la ciudad de Ronda
Fotografía 2 (F3). Punto de observación nº 4, Nevero de Tolox.
Fotografía 3 (F5). Punto de observación nº 6, Pico Torrecilla. Vistas al sur.
En el segundo apartado del esquema metodológico se propone el análisis de la
repercusión en el paisaje del sendero, analizando para ello la incidencia visual
del sendero en el paisaje o paisajes por donde discurra. Se tendrá en cuenta el
protagonismo visual del conjunto de elementos que conforman el sendero,
atendiendo en primer lugar a su nivel de pendiente. Igualmente, se analizarán,
cuando sea perceptible desde el exterior, otras características del sendero,
como su anchura, el material del firme y la naturaleza de sus márgenes. No
obstante, las principales afecciones al paisaje de este tipo de vías se derivan de
las alteraciones topográficas producidas, tanto taludes como terraplenes, y de
las rudimentarias estructuras que puedan aparecer. En todos estos elementos
(firme, taludes, terraplenes), el análisis se centrará tanto en los cambios
morfológicos como, especialmente, en los cromáticos. Por ello, la existencia, de
origen natural o artificial, de actuaciones correctoras de integración paisajística,
como la presencia de pantallas vegetales o el tratamiento pétreo de taludes,
reducen el impacto visual y favorecen su integración. En cualquier caso, dada la
longitud que puede llegar a alcanzar un equipamiento de este tipo, y a la
diversidad de unidades de paisaje recorridas, el análisis deberá efectuarse por
tramos.
Fotografía nº 4: incidencia visual del sendero sobre el paisaje
Fotografía nº 5: incidencia visual del sendero sobre el paisaje
En el tercer apartado metodológico se profundiza en las características
paisajísticas del propio sendero, a través del análisis de diversas variables. Un
grupo de ellas tienen que ver con su trazado, como la pendiente y la
sinuosidad, medidas por tramos homogéneos. Otro grupo se relacionan con los
elementos de la calzada, como el firme empleado: terrizo (foto 6), herbáceo,
pedregoso (foto 7), pavimentado, etc. También se analiza el tratamiento
paisajístico de los bordes (hileras de árboles, muretes, biondas, etc.) e incluso,
en su caso, su envolvimiento, vegetal (ver foto 8) o pétreo. Finalmente, se
aborda el análisis de las estructuras viarias presentes en el sendero así como
los elementos funcionales y/o decorativos intercalados, como bancos, fuentes,
miradores, etc. Especial atención merecerán las señales y los paneles
explicativos, tanto en lo relativo a su localización como a los materiales
empleados, así como los elementos singulares enclavados en el propio sendero,
bien de origen humano o bien naturales, como por ejemplo lo pueda ser un
árbol de gran porte en un entorno desarbolado (foto 9).
Fotografía nº 9. Elemento singular arbóreo en sendero
Nivel de evaluación
El nivel de evaluación, también aplicado a las tres relaciones o dimensiones
previamente expuestas, combina la utilización de criterios relacionados con la
visibilidad, especialmente para la evaluación de las vistas o para la estimación
de la incidencia visual del sendero, con la evaluación estética, tanto del sendero
en sí como de las vistas desde él generadas.
Los criterios relacionados con la visibilidad se aplicarán a la evaluación de las
vistas, atendiendo a los resultados obtenidos por la medición de los parámetros
visuales: superficie de la cuenca visual, profundidad de las vistas, amplitud y
grado de continuidad. En cada uno de estos parámetros, la medición final
consistirá en la suma de las vistas existentes en cada tramo homogéneo del
trazado del sendero. Igualmente, serán criterios de orden visual los que
determinen el grado de integración paisajística del sendero. La integración
paisajística se alcanza combinado una adecuada adaptación al paisaje de cada
uno de los elementos analizados (trazado, calzada, bordes, etc.) con la
inexistencia de impactos puntuales que alteren dicha integración. La evaluación
se detendrá particularmente en el grado de contraste geométrico, morfológico,
textural y cromático del sendero. Los puntos de evaluación se establecerán en
los espacios más transitados y frecuentados de su cuenca visual (otros
senderos, carriles, carreteras, núcleos de población, áreas de acampada, etc.),
aunque reducidos espacialmente al espacio desde el cual la fisonomía del
sendero es reconocible.
En el caso de las vistas, el criterio visual se combina con el criterio estético, al
valorar los contenidos existentes en las vistas y la existencia de elementos
singulares. Por su parte, en la evaluación de las características paisajísticas del
propio sendero, los criterios básicos para la evaluación serán de naturaleza
estética. Para la evaluación estética, la metodología prevista se fundamenta en
una encuesta de preferencias paisajísticas, realizadas tanto a usuarios del
sendero como a potenciales usuarios, encuestando para ello a clientes de
establecimientos dedicados al turismo rural de la comarca o de empresas de
turismo activo. La encuesta introduce preguntas relativas a los contenidos de
las vistas, a las fórmulas de integración paisajística y, especialmente, a las
características paisajísticas del propio sendero.
Nivel de propuestas
Por último, una vez completados los niveles de análisis y evaluación, el plano
de propuestas persigue seleccionar, por lo que a las vistas se refiere, los puntos
más adecuados para la instalación de miradores así como recopilar los
obstáculos visuales susceptibles de ser eliminados o modificados. Respecto a la
incidencia en el paisaje del sendero, se pretende el establecimiento de medidas
de integración paisajística aplicables bien al conjunto del sendero o bien a
alguno de sus tramos. Finalmente, respecto a las características paisajísticas
del propio sendero, el nivel de propuestas se orienta a la determinación de
propuestas de modificación de puntos del trazado o de reducción de la
pendiente, así como a medidas de mejora del paisaje en cada uno de sus
elementos compositivos, evitando el deterioro del recurso paisajístico (foto 10):
calzada (tipo de firme o combinación de ellos), bordes (vegetal, pétreo,
madera, etc.), elementos funcionales (señalización, puntos descanso,
estructuras, etc.) y elementos singulares.
CONCLUSIONES
El diseño metodológico propuesto permite abordar el análisis paisajístico de
unos equipamientos de uso público escasamente estudiados en su dimensión
paisajística. Ensayado de forma preliminar, los resultados obtenidos pueden ser
calificados de satisfactorios. Afronta el estudio de los senderos desde una triple
perspectiva, abarcando las interrelaciones existentes entre el sendero y el
paisaje, y se compone de diversos niveles metodológicos. Permite su aplicación
a otros elementos territoriales lineales (caminos rurales), y potencialmente
puede ofrece una utilidad al diseño de recorridos, tanto en espacios rurales
abiertos como en espacios más cerrados en los que la dimensión paisajística
asome, como itinerarios urbanos, e incluso en recorridos internos, como en
parques urbanos o jardines históricos.
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Natural Sierra de las Nieves, Junta de Andalucía.
Consejería de Medio Ambiente (2003): Plan de Ordenación de Recursos
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Nieves, Junta de Andalucía.
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Centro de Estudios Paisaje y Territorio, Sevilla, pp. 455-474.
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Nardiz Ortiz, C. (2007): “Infraestructuras y creación de paisajes”, en 1ª
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Zoido Naranjo, F. (2007): “Paisaje e Infraestructuras. Interacción, sinergias y
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