PROPUESTAS de usos posibles compatibles con la conservación del frontón Beti-Jai de Madrid

Plataforma Salvemos el Frontón Beti-Jai de Madrid, miembro de:

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ARGUMENTOS Y POSICIÓN

DE LA PLATAFORMA

“SALVEMOS EL FRONTÓN

BETI-JAI DE MADRID”

CON RESPECTO A

SU RESTAURACIÓN




OBJETIVO

El objetivo del presente documento es explicar y definir la

posición de la plataforma con respecto a la restauración del Beti-Jai.

¿POR QUÉ ES VALIOSO EL BETI-JAI Y POR QUÉ PROTEGERLO?

El frontón Beti-Jai de Madrid es el único y el último de los

edificios de su tipología en todo el mundo. De todos los frontones

industriales que se construyeron a finales del siglo XIX y principio del

XX sólo él queda en pie. Sólo por esto ya queda justificada su

conservación y recuperación, como parte de nuestra historia.

El Beti-Jai representa un hito en la evolución profesional del

deporte. En su época la pelota, mucho antes que el entonces incipiente

fútbol, pasa de ser un deporte practicado por aficionados en los

frontones de las plazas de los pueblos a ser un deporte de profesionales.

Los jugadores cobran un sueldo por jugar y los empresarios ingresan

dinero tanto de las entradas como de las apuestas. En este contexto surge

la necesidad de construir estadios en los que ofrecer espectáculo de

pelota: los denominados “frontones industriales”.

No sólo ésta singularidad es causa de respeto. El Beti-Jai es

también uno de los pocos y más valiosos ejemplos de la arquitectura del

hierro en Madrid. Fue construido por Joaquín Rucoba y Octavio de Toledo,

experto en esta materia, que en él reunió toda la experiencia acumulada

en su etapa como arquitecto municipal de Bilbao y Málaga. Además en su

construcción empleó materiales de gran calidad y técnicas novedosas para

la época como la ejecución modular de las estructuras metálicas en

fundición para su posterior instalación y montaje en su ubicación

definitiva.

Otro aspecto relevante, también a nivel deportivo y arquitectónico,

es que estamos hablando de la instalación deportiva moderna más antigua

(valga la paradoja) de Madrid y probablemente de Europa. Existen




instalaciones más antiguas, pero sus edificios no son los originales ya

que han sido sustituidos y reformados a lo largo de los años. El Beti-Jai

se conserva íntegramente como en el tiempo en que se construyó.

No olvidemos además que el juego de pelota, a diferencia de otros,

es el más ancestral de nuestros deportes: el fútbol y el tenis son

ingleses, el baloncesto norteamericano, etc., pero la pelota es un juego

nacional, practicado desde tiempo inmemorial en todo el país…

¿QUÉ VALORES DEBERÍAN RESPETARSE EN SU RESTAURACIÓN?

El Beti-Jai es en esencia un estadio de espectáculos deportivos a

cielo abierto, por lo que consideramos debería mantener esta

configuración original para no restarle valor. En ningún caso sus futuros

usos deberían desnaturalizar su fisonomía con una nueva cubierta que

alterase su estética.

Pensemos en otros edificios a cielo abierto como por ejemplo los

estadios de futbol, la Plaza Mayor de Salamanca, el Teatro romano de

Mérida, el Sferisterio de Macerata, el Panteón de Roma … ¿a alguien se le

ha ocurrido en algún momento cubrirlos?, ¿es necesario cubrirlos para

poder usarlos o disfrutar de ellos? Hay que tener en cuenta que el clima

madrileño es muy benigno, con escasos días de lluvia, y que otras

instalaciones deportivas -como los estadios de fútbol antedichos- se

utilizan mayoritariamente en invierno, cuando peor tiempo hace, y cierran

precisamente en verano, sin que nadie se plantee la necesidad de

cubrirlos para rentabilizarlos; y aún más extremado es el caso de las

piscinas descubiertas –muchas de ellas municipales- cuyo vaso, jardines e

instalaciones se mantienen durante todo el invierno para sólo abrir

durante tres meses en verano, sin que se cuestione su rentabilidad ante

el servicio social que prestan.

Por otra parte, consideramos que tampoco se debería construir

ninguna edificación en la cancha ya que desvirtuaría por completo el




espacio. Como edificio de espectáculos deportivos tiene dos espacios bien

diferenciados. La cancha, que es donde se practica el deporte, y las

gradas, desde donde los espectadores contemplan y viven el espectáculo

deportivo. Sin ambas el Beti-Jai no tendría sentido, como no lo tendría

la plaza de las Ventas si se construyese en el ruedo.

Asimismo, y en consonancia con las anteriores explicaciones, las

gradas deberían volver a abrirse a la cancha. Deberían derribarse los

tabiques de ladrillo que las ciegan para que los espectadores puedan

observar de nuevo la cancha. Pero no olvidemos que el Beti-Jai es un

edificio abierto. Consideramos que sustituir dichos tabiques por

cristaleras, aparte de sobrecargar el peso de la estructura y precisar de

perfilerías de cierre, rompería de nuevo con el espíritu del edificio.

Finalmente, y como factor preceptivo para la declaración por UNESCO

de este monumento como Patrimonio de la Humanidad, hay que conservar

además el bien intangible del mismo, que es en este caso la recuperación

de su uso original.

¿QUÉ ACTUACIONES SON NECESARIAS Y COMPATIBLES CON SU RECONSTRUCCIÓN?

Entendemos que el Beti-Jai no puede abrirse al público sin las

modificaciones necesarias para cumplir la normativa actual en cuanto a

seguridad en recintos de espectáculos. Seguramente sea necesario acometer

obras que permitan reforzar su estructura, adecuar los accesos y salidas

de emergencia, permitir el acceso a discapacitados, así como renovar toda

su infraestructura de saneamiento y electricidad, pero no por ello

cualquier modificación es justificable. Recordemos que nos encontramos

ante un B.I.C. en calidad de monumento. Toda actuación debe estar

supervisada a conciencia para no realizar intervenciones desastrosas.

Además, para acoger nuevos usos u ocultar las instalaciones

técnicas necesarias podría construirse la planta ático hacia la calle del




Marqués de Riscal prevista en el proyecto original y que no llegó a

ejecutarse.

¿QUÉ USOS SON COMPATIBLES CON EL BETI-JAI?

Consideramos que el Beti-Jai debe recuperarse para su uso original,

el juego del pelota, sin perjuicio de que en él se lleven a cabo muchos

otros tipos de actividades deportivas y culturales compatibles con el

espacio. Como estadio de espectáculos deportivos en el Beti-Jai tienen

cabida:

• Todo tipo de espectáculos deportivos: baloncesto, balonmano,

balonvolea, futbito, tenis, paddel, halterofilia, esgrima,

hípica, gimnasia artística y rítmica, patinaje, etc.

• Proyección de películas

• Espectáculos teatrales, ballet, etc.

• Eventos musicales y conciertos

• Ferias y mercadillos

• Exposiciones temporales

• Desfiles de moda

• Presentaciones institucionales o comerciales

• Eventos privados y fiestas

• Celebración de bodas y banquetes

Además, podría incluirse en el edificio hacia la calle del Marqués

de Riscal –donde se ubicarían las oficinas de administración y las

taquillas- una sala de exposiciones permanente.

En cualquier caso, el Beti-Jai podría funcionar entre actos como

una plaza más (pero cerrada) del distrito de Chamberí, al modo de las

plazas mayores de los pueblos –como la de Chinchón-, cuyo diseño está

condicionado por los espectáculos que en ellas se representan, y que -

con sus andanadas de balcones- tanto se parecen en traza al frontón que

nos ocupa.




La recuperación del edificio debería servir para dotar al distrito

de Chamberí de un espacio dotacional con uso cultural y deportivo, cuya

gestión podría ser pública, semi-pública o privada, pero en condiciones

que permitan siempre un uso público y ciudadano abierto.

¿QUÉ NUEVOS USOS NO CULTURALES/DEPORTIVOS PODRÍAN AÑADIRSE AL BETI-JAI?

Tal y como tuvo en su origen, el Beti-Jai debería albergar un

restaurante y una cafetería, que podrían explotarse mediante un canón de

arrendamiento para obtener fondos para la conservación y mantenimiento

del edificio. Asimismo, la galería bajo la cancha inferior permitiría

albergar algunos pequeños comercios de índole cultural o deportiva

adecuados al uso del frontón.

A falta de estudiar el estado actual de la estructura del Beti-Jai,

se podría excavar bajo la cancha (nunca bajo las gradas) un aparcamiento

subterráneo, que debería realizarse evitando la presencia visible en la

misma de elementos como respiraderos, lucernarios, maquinaria,

ascensores, etc. Aunque, en ningún caso este aparcamiento debería

plantearse como una instalación imprescindible para su reapertura, pues

su aforo de sólo 4.000 personas –que apenas duplica el de los grandes

teatros- no plantearía nunca los problemas de movilidad de los campos de

fútbol, siendo inferior al que suman conjuntamente las salas de

espectáculos de algunas calles como la Gran Vía. Además, por su céntrica

ubicación el Beti-Jai goza de una amplia oferta de transporte público y

de aparcamientos en su entorno cercano, que permitirían reanudar su

explotación sin generar problemas de tráfico.




¿QUÉ NO ACEPTAREMOS NUNCA?

1.- La obligatoriedad de un proyecto bajo el prisma de la máxima

“rentabilidad económica” por encima de la conservación del patrimonio.

La Puerta de Alcalá o el Parque del Retiro probablemente no sean

rentables, sino todo lo contrario. Sin embargo nadie duda de que deban

conservarse. Son lugares únicos, símbolos de la ciudad de Madrid, cuya

rentabilidad es sobre todo social y no económica.

2.- El rechazo a emplear dinero público en la restauración del Beti-Jai.

No podemos olvidarnos de que el dinero público debe permitir

mantener la historia y la cultura de nuestro país. De la misma forma que

nadie dudaría en restaurar una iglesia o un convento (incluso los de

clausura que no pueden ser visitados), exigimos el mismo trato para el

Beti-Jai.

En Madrid, a 23 de abril de 2015

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