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TEMA II – Las Sociedades del Bronce Final en la Pen. Ibérica Protohistoria de la Península Ibérica
TEMA 2 : LAS SOCIEDADES DEL BRONCE FINAL EN LA PEN. IBÉRICA
LA I BERIA ATLÁNTICO-MEDITERRÁNEA
0. - Introducción
1. - Bronce Final en el Mediodía penínsular:
Valle del Guadalquivir→
Revalorización del foco metalúrgico onubense→
2. - Bronce Tardío y Final del Sureste:
Andalucía Oriental y Levante→
3. - Bronce Final Nordeste: Relación con la cultura de Campos de Urnas→
0. - Introducción:
Estado actual de la investigación:
• Período de cambio-transformaciones, sin rupturas e identificación cultural.
• Elementos incentivadores de transformaciones:
o Cambios ideológicos y sociales (estructuras, control clientelar)
o Avances en los cambios tecnológicos (bronce, plana, torno, barrios)
o Aumento poblacional generalizado, al que hay que sumarle el movimiento colonial.
• Incidencias de nuevos cambios climáticos:
o Fin sub-boreal e inicio sub atlántico, que tiene como resultado unas respuestas económicas
matizables.
• Significado socioeconómico e ideológico del nuevo periodo entre las comunidades peninsulares de
finales del II milenio e inicios del I milenio.
Indicios de cambios en la Europa occidental:
Estos indicios se encuentran asociados a una serie de puntos clave:
• Consolidación de formas políticas clientelares con poder territorial.
• Configuración de nuevos territorios políticos con un descenso en las estructuras indígenas.
• Emergencia en la asociación de eternidad y territorialidad, existe la duda de si es este el momento de
origen.
• Consolidación de formas sociales clientelares mediante la diversificación del mercado receptor.
• Aumento de la desigualdad social, en este periodo la conflictividad adquiere nuevas formas de
expresión.
• Metalurgia:
o Multiplicación de los talleres metalúrgicos de base cobre, es decir nuevas metalurgias.
o Existe una disminución del bronce arsenical, a la que sucede una incentivación de los bronces
plomados y estanníferos.
o Asistimos a una ampliación del mercado del oro y la plata.
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TEMA II – Las Sociedades del Bronce Final en la Pen. Ibérica Protohistoria de la Península Ibérica
Periodización genérica:
En primer lugar diferenciar la existencia de tiempos desiguales según el marco espacial donde se ubique, la
periodización genérica resulta útil, pero difícil y engañosa.
1. Bronce Final Inicial o I: ss. XIII-XI a.C., siendo más tardío en el sureste (ss. XV / XIV-XIII a.C.) (1500-1200 a.C.)
2. Br. Final Medio o II: fines del siglo XI – mediados del s. IX a.C. (1250-1050 a.C.)
3. Br. Final Reciente o III: ¿mediados? Del s. IX a.C.- mitad del s. VIII a. C. (1050-900 a.C.)
1) En este período los cambios más claros se dan en el Sureste, en particular en el Valle del Guadalquivir,
zona onubense y sur de Portugal, pero también en la Meseta (meridional e interior).
A nivel de poblamiento se ve una clara recesión del mismo , debido posiblemente a una restructuración. Se
transforman los patrones socioeconómicos y funerarios, con una gran diversidad en los patrones de
enterramiento. En la Meseta aparecen más enterramientos en fosas y en silos. En cuanto a la cultura
material tenemos una gran diversidad, con una serie de tipos que cumplen unas funciones determinadas
que no se amparan en una producción abundante. Esta composición de tipos se encuentra fundamentada
en una serie de relaciones. Un ejemplo de ello serían los grupos de Cogotas, los cuales se encuentran en
pleno crecimiento con una agricultura expansiva, pero con el cambio climático se ven obligados a la
práctica ganadera, y con ella a los movimientos trashumantes. Con estos movimientos se da lugar a los
intercambios, produciéndose un cambio en las formas y también las funciones de una manera importante.
A nivel de las relaciones extrapeninsulares, el comercio atlántico y el comercio mediterráneo esta poco
desarrollado, pero sí comienzan a aparecer nuevos parámetros que no se conocían en la P. Ibérica.
2) Se trata de la etapa mejor conocida, con una serie de cambios generales que penetran en la P. Ibérica.
Es el momento de auge del comercio atlántico y mediterráneo.
– La repercusión más evidente de ello se da en la zona atlántica y en el sureste peninsular.
– El foco de dinamización más importante se sitúa en el suroeste, este punto tiene la capacidad
de cambio sobre Iberia.
– La proliferación de tipos metálicos se debe a la intensificación del comercio.
– En el poblamiento se da una definición de una forma más clara y evidente.
– En el ámbito funerario predominan zonas mixtas de incineración e inhumación, y también
zonas independientes.
– En la desembocadura del Tajo se intensifican las relaciones entre el sur peninsular y la Meseta.
– Se produce un incremento de los poblados en las zonas onubense, valle del Guadalquivir y
desembocadura del Tajo.
– Intensificación de la producción sobre bronces ternarios y sobre tipos de talleres propios. Un
buen ejemplo sería Peñanegra (Crevillente).
– En el foco del noroeste asistimos a una dinamización de la minería del oro y el cobre, se
detecta en la dinamización de los centros.
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3) Es la etapa de más movimiento y crecimiento poblacional, sobretodo en el valle del Guadalquivir y
en la zona onubense. El hierro comienza con una relativa aparición en poblados como Casas de Mayo,
Tesoro de Villena… El problema se da en el concepto Tartessos, ante las diferentes teorías, siendo
orientalizante u orientalizante indígena.
Bases de la periodización e indicadores.
1) Evolución cronológica propia del Br. Final Atlántico:
a. Horizonte de Rosnoën/ Penaral (ss. XII-X a. C.) Evidencias: Espadas tipo Ballintoper.
b. H. de Wilburton/ Sainte Brieuc-des-Itts. (s X-1ª mitad IX a.C.) Evidencias: Espadas tipo “pistiliforme”.
c. H. de Ewant Park/ Venat (2ª mitad del siglo IX- VIII a.C.)Evidencias: Espadas tipo lengua de carpa.
2) Cronología del bronce final en el mediterráneo occidental.
a. Fase inicial: ss XII – XI a.C. (subapenínico)
b. Fase reciente: ss. X – VIII a.C. (protovillanoviano)
3) C. período pospacial en el Egeo: ss. XII – X a.C.
En cuanto a los indicadores de las bases de periodización encontramos la abundancia de depósitos metálicos y
bienes de prestigio y la aparición de tipos atlánticos más evolucionados técnicamente.
1. - Bronce Final en el Mediodía Penínsular:
En primer lugar se tratará el espacio y tiempo dentro del Bronce en el mediodía peninsular. Por un lado
distinguir el área tartésica, situada en un amplio territorio que abarca Andalucía (entre Sevilla, Cádiz y Huelva),
hasta las estribaciones meridionales de Sierra Morena, parte de la depresión Bética y de la cuenca del
Guadalquivir, con un tramo de costa entre Algeciras y Huelva; y por otro lado el área del Suroeste, en tierras de
Extremadura, Alto y Bajo Alemtejo y el Algarve portugués, y parte de Andalucía occidental, entre las cuencas
bajas del Guadalquivir y Guadiana, siendo una zona de transición entre los focos del Bronce Atlántico y el
Estrecho.
En el mediodía peninsular se produce una dinamización de las comunidades del valle del Guadalquivir y la
Bahía de Cádiz, en torno al río y sus afluentes. Además se produce una revalorización del foco metalúrgico
onubense, del Algarve, Alentejo, Beiras y Extremadura.
Propuestas interpretativas del Br. Final en Andalucía: adecuación historiográfica al concepto de Tartessos.
• Almagro Gorbea: Br. Final es un período proto orientalizante.
• Bendala Galán: Br. Final es igual a Tartessos, siendo esta una cultura autóctona.
• Mata Carrizo: Revaloró el periodo como indigenista.
• Blázquez: Se trata de un periodo orientalizante, vinculado a Tartessos.
• Maluquer de Motes: Revalorará las tesis indigenistas.
• Ruiz Mata, y Celestino: Hay un Bronce final autóctono con unas influencias orientalizantes que se ven
reflejadas en Tartessos.
• En definitiva hay muchas preguntas sobre el periodo y pocas respuestas.
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Espacios de transición desde la tradición cultural del B. Medio en la Andalucía Occidental y el valle del
Guadalquivir:
• Valle del Guadalquivir (Setefilla I)
En cuanto a las características podríamos determinar un patrón de asentamiento como factor económico
dominante y con mayor control territorial, con un espacio urbano amplio, viviendas exentas, poblados
fortificados, con unas necrópolis dentro del mismo o fuera de los muros, y con un territorio productivo que
controlará las rutas de comercio. Los factores socioeconómicos: agropecuarios, ganaderos o mineros están
influenciados con el comercio.
• Andalucía Occidental, el horizonte de las cistas onubenses y de Atalaia.
Las características son idénticas a las del valle del Guadalquivir. En este contexto encontramos poblados como
Mesa de Setefilla con un control visual del territorio, con un poblado fortificado, con un territorio
agroganadero y comercio. El asentamiento de Peñalosa nos evidencia unas características similares con una
relación con Cogotas I, que observamos la cultura material.
• Zona de los Alcores.
Esta zona promete el control visual de las zonas bajas del valle, hay que tener en cuenta que en asentamientos
mineros se encuentran vinculados a centros de producción (San Bartolomé de Almonte) y centros
redistribuidores (Tejada la Vieja)
• Depósito de la Ría de Huelva.
Especial atención merece el depósito en el cual se encontraron unas 337 piezas de bronce y fragmentos de
hierro. Hay una serie de teorías de origen: Barco destinado a fundir en Huelva, acumulación de objetos rituales
y productos de rituales funerarios.
Transformación del medio:
Evolución geomorfológica en la paleocosta asociada a los estuarios del Guadalquivir, Guadalete y Tinto/Odiel,
actuando las vías fluviales como eje del territorio. Es evidente que la historio se encuentra vinculada a la
evolución del territorio, entendiendo este como espacio productivo y simbólico.
La esfera ideológica-funeraria:
Se trata de otro espacio de transición, contacto e intermediación. El rito previo es la inhumación que convive
con la incinaración como rito novedoso. Así encontramos convivencia que no implica sustitución en todos los
casos.
Así aparece el caso de las estelas grabadas en de Andalucía y Extremadura, con una problemática sobre su
función y uso. Así aparecen una serie de teorías:
o Almagro, Bendala y Barceló: Representación del jefe guerrero con sus avalorios. Sitúan su origen en
valle del Zúcar (Cáceres), con una expansión por el Guadiana y Guadalquivir, como forma de
expresión social. Desaparecerán con la llegada de los fenicios, asociados al Br. Final.
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o Galán: Hitos territoriales, señales conmemorativas de las élites locales.
o Celestino: Diversidad de funcionalidades según cronología y áreas.
• Características: ortostatos (1.80 m) grabados con objeto y/o figuras humanas; grabados relacionados
con la guerra u/o representaciones del poder desde objetos de valor social foráneos.
• Cronología: Asociadas al Br. Final, desaparecerán en el período orientalizante (s. VII)
• Tipos:
o Básicas (Alentejo, Beira y V. Tajo), sólo aparecen armas (escudos, lanzas, espadas)
o Del suroeste (Guadiana y Guadalquivir) se incorporan elementos antropomorfos y objetos
originarios del mediterráneo (espejos, peines, fíbulas…)
Es evidente la aparición de elementos orientalizantes en los poblados más cercanos a los puntos de interacción
fenicios, como sería el caso de Las Cumbres (Castillo de Doña Blanca) y el Túmulo A de Setefilla, caso curioso
en el que aparece la incineración e incineración, en donde aparece un personaje enterrado bajo túmulo que es
rodeado.
En el área onubense encontramos la necrópolis orientalizante de La Lope, con un rito incinerador de con urnas
dentro de fosas en las que vemos desigualdad y jerarquización social, con grandes ajuares principescos y
ajuares más humildes. Se trta de la necrópolis de un rico emporio comercial y productor.
Extracción mineral y metalúrgica del cobre y la plata:
• En la minería y metalurgia del cobre hay una continuidad de la edad del cobre y del Bronce, un claro
ejemplo es el yacimiento de Valencia de la Concepción.
• En la minería de la plata: encontramos poblados vinculados a la extracción y a la producción. Aparece
sobre fajas piréticas de Huelva y en Gussar.
La esfera ideológico-cultural: Santuarios fenicios orientalizantes:
En primer lugar se tratará el caso del Carambolo (Camas, Sevilla), se trata de unos hallazgos antiguos, sobre
1958, vinculados a unos hallazgos recientes de un santuario extraurbano.
El tesoro se encuentra compuesto por 21 piezas de oro: collar, dos pectorales, dos brazaletes y 16 placas, todas
ellas estaban dentro de una vasija. Se trató de una hallazgo casual y se impulsó las excavaciones del entorno
por Maluquer de Motes que hacia 1960 interpretaba dos partes: El Carambolo Alto y el Bajo.
• Carambolo Alto, lugar de hallazgo del tesoro, asociado a cabaña indígena del Br. Final Tartésica y
cerámicas pintadas tipo Carambolo y bruñidas.
• Carambolo Bajo, poblado Br. Final Tartésico y Turdetano, con varios nieveles de estructuras
cuadrangulares e indígenas (ss. VII-V a.C.)
Posteriormente los investigadores darían otras teorías, como Blanco Frejeiro que lo vinculo a un lugar de culto
similar al Heraclion de Samos. La interpretación actual se centra en un Santuario fenicio vinculado a Astarté y
Baal. Este tendría una evolución en la planta, la estructura y la técnica a una mayor complejidad en cuatro
fases.
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En cuanto a las funciones se determina las religiosas (oráculos), comerciales (operaciones), financieras y
simbólicas. Se trataría de un Santuario vinculado al culto y al comercio de una población fenicia y tartésica del
Bajo valle del Guadalquivir entre los siglos VIII-V a.C. que perduraría en periodo turdetano. Sería un centro de
consulta, decisiones y sacralización para los territorios de la desembocadura del Guadalquivir, pues parece que
existe una relación jerárquica con santuarios menores como Caura, Montenolin y La Algaida.
Parece que nos encontramos ante una instalación temprana fenicia (ss. IX.VIII) con indígenas empleados como
fuerza de trabajo que pronto se convertiría en importante emporio comercial. Que tendría una evolución hacia
los siglos VII-VI a.C. El tesoro es interpretado como el ajuar sacerdotal en sacrificios de bóvidos.
Toda esta interpretación tiene sus apoyos en:
• Materiales a torno desde niveles más antiguos, sin niveles precoloniales.
• Fuerte vinculación entre indígenas y fenicios traducida en la cultura material.
En cuanto al inicio y desarrollo del Santuario tenemos que presentaba inicialmente un Altar y un banco corrido.
Con adobes autóctonos y colores blancos y pigmentos rojizos. También aparece una terraza.
En la Fase Carambolo IV/ Santuario D (s. VIII a.C.) se produce una ampliación de la terraza y las estructuras
sobre un esquema repetitivo, con pavimentos y enlucidos rojos. Hay indicadores de una dualidad de cultos.
En la Fase Carambolo III/ Santuario C (s. VIII a. C.) encontramos un mayor carácter suntuario y monumental,
repavimentación de la terraza con cantos y arcilla roja, tenemos un muro de cierre. Los espacios de culto
previos se abren a plaza previa, con un pronaos, naos y adyton. Aparece una concentración en fosas de
residuos y ofrendas.
En cuanto al tesoro, sólo collar y brazaletes serían empleados por los sacerdotes. Mientras que las demás
piezas serían para el sacrificio de los bóvidos.
Existen otros casos de Santuarios:
• Santuario de Cerro del Río (ss. VIII-VI a.C.)
• Santuario de Montemolin (ss. VIII-VII A.C.)
Aquí nos parecen técnicas decorativas como cerámicas pintadas e incisas.
2. - Bronce Tardío y Final del Sureste :
– Bronce Tardío Sureste: 1700/1600 – 1300
– Bronce Final Sureste: 1300 – 750/700
Se trata de un Bronce Postargárico con una continuidad territorial argárica (aunque pueda tener
nuevos asentamientos) pero con una reestructuración poblacional y económica. Se queda reducido al ámbito
argárico y de la periferia asociada a este mundo.
Todos los asentamientos de Bronce Final han tenido asociado un Bronce Tardío precedente y a su vez
en muchos casos precedentes argáricos lo que es muestra de continuidad.
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Ej. Yacimientos con continuidad: Fuente Álamo Almería, El Argar, El Oficio, Cerro de la Encina, Gatas, La Bastida,
Monteagudo, Santa Catalina, Cala del Pino,Cabezo Redondo, La Illeta de Campello, Lorca, La Encarnación.
Excavaciones y estudios paleoambientales: Fuente Álamo (Almería), Gatas, Cabezo Redondo, Punta Gavilanes,
Illeta de Campello, Murviedro (excavación de urgencia).
Conclusiones estudio yacimientos: Información escasa y fragmentaria, descontextualización. →
Parámetros asociados a la continuidad ocupacional del Bronce Tardío en el Sureste:
– Continuidad en vertebración del territorio según políticos, sociales y económicos precedentes.→
– Continuidad en diversificación en la explotación de los recursos del territorio ocupado.→
– Continuidad/Cambio en pautas constructivas precedentes.→
Ello implicará que:
• Las manifestaciones del Bronce Tardío y Final no supusieron ruptura cultural
• Los cambios obedecen a reestructuraciones económicas de alcance social e ideológico
• Teoría del “colapso argárico” - Es errónea, no colapsa Transformación en base a cambios climáticos,→
antropogenia, económicos, etc...
El caso de Lorca:
– Identificación de restos en solares e inmediaciones
– Probable muralla Tardía paralela a la islámica.
– Asentamiento Tardío y Final en la zona alta del Cerro del Castillo
– Posibilidad de unidades rurales suburbanas que nos dieran cuenta de una ordenación y jerarquización
territorial. No existe ruptura poblacional. Continuidad.
– Asentamiento Tardío en Sector sureste de Murviedro
Continuidad y cambio en los tipos constructivos Tardíos:
– Ordenación urbanística natural
– Muralla en el Cerro del Castillo: Reflejo de la reestructuración del núcleo poblacional de Lorca
– Diversidad en el patrón arquitectónico: Coexistencia de varias plantas (absidiales,
rectangulares)
– Lorca – Los Cipreses, Fuente Álamo (Almería), Gatas.
– En la Illeta se da reutilización de cisternas y canalizaciones.
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De nueva planta en el Bronce Tardío es el Cabezo Redondo de Villena:
– 1400 – 1000/900 a.C. / Se abandona repentinamente
– Inicio y Final con Bronce Tardío
– En la cuenca baja del Valle del Vinalopó. Controla el Valle del Vianolopó y su desembocadura,, el
Corredor de Almansa, el Corredor Fuente la Higuera – Yecla, y la Marina Alta.
– Grandes dimensiones: más o menos 10 Hectáreas
– Núcleo receptor de población del entorno (el único de Bronce Tardío en la zona)
– Organización interna compleja, adaptada a la pendiente natural, no amurallado, en todo el cerro
– Una parte de la ladera se emplea como cantera Escasez de datos al respecto→
– Paisaje de ambiente lagunar proclive a la ganadería Zona estratégica para trashumancia.→
– Viviendas de tamaño diferenciado. Estructuras de funcionalidades específicas
– Actividades agrícolas, ganaderas, textil, metalúrgicas, talleres diversos...
– Importante actividad comercial: Oro Tesoro y tesorillo Ejemplo de acumulación de riqueza→ →
en una sociedad estratificada y presencia de mercaderes redistribuidores de objetos de prestigio.
– Tesoro:
– Hallazgo descontextualizado, fuera del poblado
– Dudas entre si es Bronce tardío o Final
– 59 objetos de tipo suntuariode oro + plata + hierro + ámbar
– Manufactura local con algunas técnicas foráneas en algunas piezas
– Presencia de Hierro y ámbar evidencia de comercio (Atlántico)
– Tesorillo:
– Bronce Tardío sin duda (aparece dentro del poblado)
– 35 objetos en oro Función personal (piezas en contextos funerarios y domésticos)→
– Manufactura local
Inicios de cambio en las esferas económica y socio-cultural:
Evidencias de modificaciones en la economía primaria:
– La ganadería aumenta como valor económico y social Los datos faunísticos de Cerro de la→
Encina, Cuesta del Negro y Cabezo Redondo.
– Mayor porcentaje de ovicápridos
– Aumento del porcentaje de bóvidos y sobretodo equino
– Porcentaje similar de suidos
– Las áreas con lagunas salobres cobran un valor estratégico ampliación de cabaña ganadera, de→
la trashumancia y transterminancia y comportamientos ligaos a ambas: Caso del Cerro Redondo de
Villena.
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Indicadores de reestructuración en los sistemas agrarios:
– Ocupación de suelos de conformación basal De esta manera en poblados de nueva planta A→ →
causa del cultivo de leguminosas como sucede en toda Europa.
– Abandono de asentamientos rurales satélites de núcleos de primer orden
– Concentración poblacional en núcleos mayores: Ej. Cerro Redondo Villena y La Laguna de Villena
Cambios en la vajilla de mesa y almacenamiento:
– Cambio radical en algunas formas comunes
– Modificación del perfil en la zona alta
– En las fuentes y cuencos casi todos rectos y hacia el interior
– Casi todos los tipos con carenaciones altas y fondos planos
– Se incorporarán nuevas formas. Cuenco más individual, la fuente más grande.
– Importaciones y probables imitaciones Nuevas formas cerámicas y estéticas Orígenes en→ →
distintos lugares de la Península Tener en cuenta relaciones con Precogotas y Cogotas I → →
Cerámicas decoradas Tardías influencia de Precogotas y Cogotas I
– Rutas de intercambio asociadas a rutas de trashumancia Meseta-Sureste
La esfera ideológica: ¿Cambios en los patrones funerarios?
– Muy poco casos
– Parquedad de los datos arqueológicos
– A grandes rasgos continuidad del rito inhumador
El Bronce Final supondrá una acentuación en los cambios sociales y en la intensificación de intercambios
comerciales:
– Nuevas tecnologías
– Nuevos rituales sociales
– Incremento de la riqueza entre las élites
– Aumento demográfico
– Cambio climático
Reestructuración del poblamiento a finales del II milenio a.C. en el sector Sureste y Levante Meridional:
El caso lorquino:
– Continuidad en la reducción poblacional: menor densidad poblacional en Bronce Final I,
concentración en núcleos mayores. (Lorca, Tordecilla)
– Aparición de nuevos asentamientos en Bronce Final II
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Continuidad y cambios en los recursos explotados durante el Bronce Final en el Sureste:
Aumento de la diversificación productiva:→
– Intensificación agrícola Aumento poblacional, ampliación del intercambio, etc.←→
– Mayor diversificación productiva e incentivación de la ganadería
– Continuo el aumento de la explotación ganadera y sus productos derivados
– intensificación de la explotación de recursos mineros y su transformación
– Incentivación del comercio intraterritorial e interterritorial
– Otras explotaciones derivadas de:
– Ampliaciónde mercado. Productores y receptores
– Aumento de masa social receptora de mercancías
– Ampliación y diversificación de la producción de mercancías de valor
restringido y primario
Metalurgia y Actividades de minería extractiva y transformativa:
– Zona Litoral Cartagena-Mazarrón
– Crecimiento de la metalurgia:
– Taller de fundición de Peña Negra, Alicante Espacio de una vivienda-taller (?) del Bronce→
Finalizado
– Toda una serie de Residuos no solo escorias, mineral, o esquirlas de bronce sino también
toda una serie de moldes.
– Cronología: Segunda mitad siglo IX a. C.
– Zócalo de piedra + Alzado de tapial (paredes gruesas enlucidas en rojo)
– Interior: Circular 0'6 metros con una arquedad central de 20 cm. de profundidad para
combustible + crisol
– Exterior: Escombrera Cenizas, carbón vegetal, arcillas, maza de trituración, escorias y más
de 300 fragmentos de moldes.
3. - Bronce Final en el Nordeste:
El Bronce Final en el Noreste: incentivación y consolidación de las relaciones con la Europa transpirenáica de
los Campos de Urnas
En el Noreste peninsular (Cataluña, valle medio y bajo del Ebro, hasta la Región Valenciana, con algunas
penetraciones a tierras más interiores de la Meseta norte) se desarrollarán distintos grupos de incineradores de
Campos de Urnas que, procedentes del otro lado de los Pirineos, penetrarán por diversos pasos de la cordillera
avanzando en dirección sur, a la búsqueda de tierras aptas para la producción agrícola y las cabañas ganaderas.
Los Campos de Urnas del Noreste peninsular forman una facies cultural que se iniciará en el Bronce final
culminará bien entrada la Edad del Hierro, entre 1100 y 500 a.C.
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M. Almagro Gorbea, adoptando los esquemas utilizados en el estudio de los Campos de Urnas de
Centroeuropa, ha dividido su evolución en las siguientes fases:
– Campos de Urnas antiguos: 1100-900 a.C.
– Campos de Urnas recientes: 900-700 a.C.
– Campos de Urnas de la Edad del Hierro: 700-500 a.C.
De manera que las dos primeras fases de Campos de Urnas peninsular se desarrollan en el Bronce Final; la
primera fase es una fase de penetración de elementos desde el sur de Francia, con un posterior avance hacia
las tierras del valle del Ebro; la segunda es una fase de consolidación sobre el terreno.
A estos grupos los define la costumbre de incinerar a sus difuntos, introduciendo sus cenizas en urnas que
depositaban en cementerios, como otros rasgos culturales de origen arcaico, o adoptados en su largo
recorrido por tierras de toda Europa.
Pese a que en principio se pensó que estos <<invasores>> de Campos de Urnas habían entrado en la
Península en varias “oleadas”, parece más adecuado pensar en una larga y continuada infiltración de personas,
a través de distintos pasos pirenaicos.
Se pensó que estos emigrantes fueron los primeros celtas llegados al ámbito peninsular, y pudieron estar
compuestos por grupos de raigambre indoeuropea, aunque se ignora su entidad numérica.
Más importante parece el factor ideológico que, hizo cambiar las costumbres locales, imponiendo el ritual
funerario de incineración en unas poblaciones que tenían la costumbre de inhumar a sus difuntos en tumbas
colectivas o individuales.
El origen de los inmigrantes hay que buscarlo en los grupos de Campos de Urnas del Languedoc y Rosellón
franceses, último extremo al que llegaron en su desplazamiento hacia el occidente de Europa.
La llegada de aportaciones foráneas no era nueva en la Península, desde el Bronce medio habían penetrado
una serie de elementos de procedencia extrapirenaica, como las cerámicas con asas de apéndice de botón, de
procedencia noritaliana, que se reparten por toda Cataluña y parte del valle del Ebro.
Los vasos polípodos, las hachas de reborde y algunos puñales triangulares con nervadura central y sujeción de
remaches, que parecen pasar a territorios catalanes desde el sur de Francia, siguiendo el paso natural del río
Segre y otros del Pirineo oriental.
La llegada de estas primeras influencias europeas, homogeneizó en cierto modo el substrato cultural sobre el
que éstos se asentarán en Cataluña; puede explicar la facilidad con la que los incineradores penetran en la
Península.
Los primeros inmigrantes de Campos de Urna antiguos penetraron por los mimos pasos establecidos por los
contactos con el Bronce medio, desde tierras de Languedoc y Rosellón, a través del camino del río Segre, o
cruzando por el paso de Perthus o por otros del Pirineo oriental, desde el siglo XII a 1000 a.C.
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TEMA II – Las Sociedades del Bronce Final en la Pen. Ibérica Protohistoria de la Península Ibérica
La ocupación de los llanos de Urgell y Segrià es inmediata, hasta llegar al valle del Ebro, por los pasos
orientales llegan hasta las llanuras litorales catalanas, al Empordà y al Camp de Tarragona, hasta la
desembocadura del Ebro.
Quedan algunas evidencias de lugares de habitación de esta primera etapa en tierras del Bajo Segre, como
Genó, Carretelà y Masada de Ratón, como las primeras necrópolis de Campos de Urnas con incineración, en
Torre Filella o El Puntal de Fraga, y la utilización de cuevas como lugares de habitación o de enterramiento.
Por la zona oriental llegaron al Empordà y utilizaron cuevas en la comarca de La Garrotxa y en áreas de
Tarragona, estableciéndose en pequeños asentamientos como los de La Fonollera y Puig Mascaró.
Aparecerán las primeras necrópolis de incineración en Cataluña central: Can Missert, Bòvila Roca, Argentona y
Agullana.
Los primeros materiales de estos campos de urnas encierran notables paralelismos con los campos de urnas
del sur de Francia, Agullana II con los grupos de Sessenay, Gaougnas-La Chapade-Hasard, sería posible
establecer los orígenes inmediatos en suelo francés en el grupo de Sessenay, con sus necrópolis de Les Fados,
Le Moulin y Millàs, como en otros grupos del Gard y Hérault, que tienen relaciones con los campos de urnas de
Arbolí y los enterramientos en urnas de las cuevas de la comarca de Tarragona.
La cerámica de estos Campos de Urnas antiguo es, bastante simple, predominando las formas carenadas con
bordes convexos y una sencilla decoración de acanaladuras en la parte superior de la panza, lo que las acerca
bastante a los tipos de urnas del Languedoc, este tipo de urnas es el que se aprecia en Can Missert.
Desde el sur de Cataluña alcanzan la costa levantina, penetrando hasta Castellón y Valencia, donde hay
constancia de tumbas de incineración en poblados del Bronce valenciano como el Castellet de Borriol, el Pic
dels Corbs y la Mola d’Agres, con formas de urnas que denotan una cronología alta.
Penetraron en torno al 1000 a.C. en tierras del bajo Aragón, en las provincias de Zaragoza y Teruel, con
asentamientos en la zona de Caspe, como del Cabezo de Monleón, Zaforas, Coll del Moro y Loma de los
Brunos.
En esta zona la tipología de las urnas denota influencias de los grupos catalanes y de los del Segre, como se ve
en las urnas de Coll del Moro y Los Castellets de Mequinenza; predominan las urnas bicónicas con carena
acusada y las de cuello cilíndrico con tapaderos troncocónicas.
El hábitat más frecuente era un grupo de cabañas distribuidas en un pequeño espacio, sin defensas y sin orden
urbanístico.
En el Bajo Segre hay algún asentamiento con obras de mampostería como Masada de Ratón o Genó.
La metalurgia no está muy documentada, se conocen algunos cuchillos y espadas de tipología europea,
pequeños objetos de adorno de bronce y un lote de moldes de fundición procedentes de Regal de la Pidola
que se utilizaron para la fundición de espadas de tipo Hemigkofen, agujas, martillos y otros utensilios.
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TEMA II – Las Sociedades del Bronce Final en la Pen. Ibérica Protohistoria de la Península Ibérica
Los metales elaborados, debieron circular por el territorio a lo largo de todo el período, como parecen indicar
los depósitos de bronces, algunos de tipología atlántica, hallados en Ripoll, La Llacuna y Nules.
Estos primeros inmigrantes de Campos de Urnas basaron sus actividades económicas sobre todo en la
agricultura y en la ganadería.
Los hallazgos de elementos arqueológicos relacionados con las actividades agrícolas son abundantes, como la
situación de los hábitats en zonas bien seleccionadas para la agricultura cerealista; la ganadería de cabras y
ovejas, cerdas y vacas fue la habitual, con el complemento de la caza, ciervo, jabalí y conejo.
Tras esta primera etapa de introducción en los ambientes del Bronce final del Noreste peninsular, los Campos
de Urnas recientes suponen, desde 900 a.C., la culminación del proceso de introducción de los grupos y la
fijación sobre el terreno en áreas seleccionadas por sus condiciones para la agricultura y la ganadería,
desarrollándose una evolución local que tiene muchos puntos comunes.
Desde los núcleos territoriales ocupados en la fase anterior, Empordà, costa catalana, cuenca del Segre y
sectores nororientales del valle del Ebro, los incineradores de Campos de Urnas se extienden por el Bajo
Aragón, valle medio del Ebro y Comunidad Valenciana, ocupando las mejores tierras y construyendo poblados
que serán estables y tendrán largas ocupaciones.
Los Campos de Urnas del Empordà, muy influidos por el grupo francés de Mailhac, extienden su influencia por
áreas periféricas del interior de Cataluña y la costa de Tarragona, sus centros más importantes son Agullana, la
necrópolis de Punta del Pi y Els Villars.
En la costa catalana, donde se aprecia el continuismo de la fase anterior, destacan Can Missert III y IV, Can
Roqueta, Les Obagues, La Toseta y El Molà que se inicia en esta etapa.
Más al interior de Cataluña se aprecian las influencias de los grupos que penetran por el Segre, donde los
Campos de Urnas están más matizados por la fuerza del substrato local, siendo frecuentes las inhumaciones.
Con el tiempo, los Campos de Urnas terminan reflejándose, como indican las necrópolis de Besodia, Pedrós y
Roques Sant Formatge, donde las urnas de incineración se entierran bajo estructuras tumultiformes, siguiendo
ancestrales costumbres funerarias.
El tipo de poblado utilizado es el de calle central con casa a ambos lados y un espacio para enterrar el ganado,
el asentamiento de La Pedrera ha servido para documentar esta fase.
En el Bajo Aragón confluyen las influencias de los grupos del Segre y de los catalanes, por ser buenas tierras
llanas para el cultivo, con buenas posibilidades de pastos, proliferan los poblados, de entre los que sobresalen
los de Cabezo de Monleón, El Roquizal, Cabezo Torrente y Siriguach.
Se aprecia el modelo de calle central, con casas a ambos lados y un espacio central para el ganado, los campos
de cultivo cerealista; las casas son de planta rectangular alargada, con la entrada hacia la calle central y una
cubierta lígnea a una vertiente orientada hacia el interior del poblado; las paredes posteriores de las casas,
unidas entre sí, hacen las veces de muralla o muro de delimitación del espacio habitado.
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Las necrópolis, situadas en pequeñas elevaciones próximas a los poblados, están formadas por túmulos que
contienen urnas de incineración, con ajuares, el más conocido es el de Cabezo de Monleón, donde se han
recogido los elementos clásicos de los campos de urnas, como cerámicas excisas, pintadas y kernoi de posible
origen foráneo.
La Loma de los Brunos ha aportado interesantes datos paleoambientales; situada junto a una pequeña laguna
en la que se practicaba la pesca, la Hoya de Navales, el poblado pudo subsistir 400 años, hasta que la
desecación del medio y la desaparición del lago obligó a sus habitantes a emigrar.
La necrópolis tumultiformes de la Loma de los Brunos también contenía urnas de incineración, con ajuares
modestos.
Ebro arriba, los incineradores ocuparon las tierras del Ebro medio y la Rioja, procedentes del Bajo Aragón;
algunos importantes poblados cercanos al Ebro, como El Redal y Cortes de Navarra, donde se han
documentado importantes lotes de cerámicas excisas y, en Cortes, un buen modelo de asentamiento que
responde al esquema en el Bajo Aragón, se aprecian aquí otras influencias llegadas desde el Alto Ebro y desde
el sureste de Francia.
Los desplazamientos hacia la Comunidad Valenciana continuaron en esta segunda fase, incrementándose la
influencia, sobre todo en las llanuras costeras, las necrópolis de Cabanes, El Castelet y Boverot, parecen
responder a nuevos influjos desde el norte.
Estas influencias se dejan sentir más al sur, en Vinarragell, Peña negra de Crevillente y la Mola d’Agres.
Hay que tener en cuenta la existencia de un tipo de hábitat rural, compuesto por una, dos o tres cabañas, que
responde a pequeños grupos de agricultores y ganaderos que se sitúan en terrenos adecuados a sus
necesidades, como la cabaña de Los Regallos.
Esta diversificación de los grupos hace que las cerámicas tengan ahora un aspecto más localista, con
predominio de formas más esféricas, con decoraciones incisas en el noreste de Cataluña y con predominio de
las acanaladuras en las otras zonas. Estas cerámicas acanaladas son las predominantes, como continuación de
las tradiciones de los Campos de Urnas Antiguos.
En metal hay más novedades, ya que en esta segunda fase es más abundante, una buena parte de los
depósitos de bronces pertenecen a esta fase, como los de la zona del Segre, el de Fontmajor y el de Nules.
Son frecuentes los hallazgos de hachas de talón y tope, de aletas y de cubo, así como armas, como la espada
de tipo Menigkofen y de Terni, halladas en Zaragoza y Bétera, elementos de adorno, como pulseras, brazaletes,
agujas de cabeza enrollada, las primeras fíbulas de doble resorte.
A partir de 700 a.C., se entra en la última fase de la evolución de los Campos de Urnas peninsulares, ya en la
Edad de Hierro.
Será ésta la fase coincidente con las aportaciones coloniales en la costa mediterránea, la introducción del
hierro y la tendencia a la fortificación de los poblados, en medio de un gran desarrollo demográfico.
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