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Ningún Proyecto Educativo Nacional es viable si es que éste no es parte medular de un Proyecto Nacional de Desarrollo. El primero es sectorial; el segundo es general. El Proyecto Nacional tiene la ventaja de dar una visión macro de la realidad del país y también una visión programática de su transformación y desarrollo. Abordar desde el SUTEP el Proyecto Nacional de Educación es un avance importante. Se rompe esquemas estrictamente gremialistas y se avanza a la formulación de propuestas, no sólo de los maestros, sino los de sectores sociales democráticos, nacionales y patrióticos. Nuestro Proyecto Nacional de Educación se sustenta sobre bases científicas y doctrinarias, como la pedagogía, la antropología, la sociología, la economía, la cultura, la política y la ideología. Un manejo adecuado del Proyecto Educativo Nacional requiere de una visión de carácter estratégico general fusionado y relacionado con aspectos de carácter táctico específico. Es decir, todo Proyecto Educativo Nacional requiere, en el plano concreto, de una propuesta de Reforma Educativa, que en nuestro caso llamamos el Nuevo Curso. El Proyecto Educativo Nacional que enarbolamos tiene en cuenta la realidad nacional, latinoamericana y mundial. Se procesa la tercera revolución científico técnica; sus rasgos más visibles son el desarrollo acelerado de las telecomunicaciones: la televisión, el cable, la telefonía celular, la tecnología multimedia, el internet, etc., se vive la revolución de la información, que al ser aplicada a todas las esferas de la vida: producción, comercio, servicios, finanzas, política, ciencia, se crea una nueva base material de la sociedad, que es precisamente el conocimiento, entendiendo a éste como producto del desarrollo material e intelectual de la humanidad. Como fruto de la tercera revolución industrial ha surgido una nueva realidad, desarrollándose como nunca antes las fuerzas productivas, en el marco de la cual, las transnacionales y las potencias capitalistas han concentrado inmensas riquezas y por otro lado, como nunca antes se han empobrecido y pauperizado los pueblos y naciones, al extremo que 1,500 millones de seres humanos viven con menos de un dólar al día. Todo esto ha ocurrido gracias al usufructo de la revolución científico técnica, que ha permitido a los dirigentes de las potencias capitalistas momentáneamente asegurar su hegemonía para preservar el sistema, aplicando su política neoliberal, profundizando a niveles irracionales el hambre, la miseria, la explotación de millones de hombres, agudizándose el atraso y expoliación de los pueblos oprimidos del mundo. A nivel espiritual han surgido tendencias diversas, desde el ultraliberalismo que rinde culto al pragmatismo, al individualismo exacerbado, violento y anarquista; por otro, tendencias conservadoras, de naturaleza religiosa, ideológica y racial. Del mismo modo, a nivel político se viene desarrollando una corriente ultrareaccionaria, que atenta contra la libertad, la paz, la democracia y el progreso de los pueblos y naciones del mundo. Esta tendencia la encarna, cada vez con mayor nitidez, el gobierno norteamericano de la administración Bush. Desde este centro del poder, los monopolios imponen a los pueblos del mundo el modelo neoliberal, que no sólo es una estrategia económica del imperialismo, sino también una estrategia de dominación que tiene que ver con aspectos ideológicos, políticos y culturales. La política monstruosa de expropiación contra los trabajadores ha conculcado sus derechos y aplastado la organización sindical, todo ello en nombre del libre mercado, la competencia y la competitividad. Al amparo de este modelo neoliberal se ha producido una regresión económica, que ha conducido al país a la reprimarización de la economía y al colapso de su aparato productivo; y en términos sociales se ha incrementado la pobreza y extrema pobreza.

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Page 1: Proyecto Educacional

Ningún Proyecto Educativo Nacional es viable si es que éste no es parte medular de un Proyecto Nacional de Desarrollo. El primero es sectorial; el segundo es general. El Proyecto Nacional tiene la ventaja de dar una visión macro de la realidad del país y también una visión programática de su transformación y desarrollo.

Abordar desde el SUTEP el Proyecto Nacional de Educación es un avance importante. Se rompe esquemas estrictamente gremialistas y se avanza a la formulación de propuestas, no sólo de los maestros, sino los de sectores sociales democráticos, nacionales y patrióticos.

Nuestro Proyecto Nacional de Educación se sustenta sobre bases científicas y doctrinarias, como la pedagogía, la antropología, la sociología, la economía, la cultura, la política y la ideología.

Un manejo adecuado del Proyecto Educativo Nacional requiere de una visión de carácter estratégico general fusionado y relacionado con aspectos de carácter táctico específico. Es decir, todo Proyecto Educativo Nacional requiere, en el plano concreto, de una propuesta de Reforma Educativa, que en nuestro caso llamamos el Nuevo Curso.

El Proyecto Educativo Nacional que enarbolamos tiene en cuenta la realidad nacional, latinoamericana y mundial. Se procesa la tercera revolución científico técnica; sus rasgos más visibles son el desarrollo acelerado de las telecomunicaciones: la televisión, el cable, la telefonía celular, la tecnología multimedia, el internet, etc., se vive la revolución de la información, que al ser aplicada a todas las esferas de la vida: producción, comercio, servicios, finanzas, política, ciencia, se crea una nueva base material de la sociedad, que es precisamente el conocimiento, entendiendo a éste como producto del desarrollo material e intelectual de la humanidad.

Como fruto de la tercera revolución industrial ha surgido una nueva realidad, desarrollándose como nunca antes las fuerzas productivas, en el marco de la cual, las transnacionales y las potencias capitalistas han concentrado inmensas riquezas y por otro lado, como nunca antes se han empobrecido y pauperizado los pueblos y naciones, al extremo que 1,500 millones de seres humanos viven con menos de un dólar al día. Todo esto ha ocurrido gracias al usufructo de la revolución científico técnica, que ha permitido a los dirigentes de las potencias capitalistas momentáneamente asegurar su hegemonía para preservar el sistema, aplicando su política neoliberal, profundizando a niveles irracionales el hambre, la miseria, la explotación de millones de hombres, agudizándose el atraso y expoliación de los pueblos oprimidos del mundo.A nivel espiritual han surgido tendencias diversas, desde el ultraliberalismo que rinde culto al pragmatismo, al individualismo exacerbado, violento y anarquista; por otro, tendencias conservadoras, de naturaleza religiosa, ideológica y racial. Del mismo modo, a nivel político se viene desarrollando una corriente ultrareaccionaria, que atenta contra la libertad, la paz, la democracia y el progreso de los pueblos y naciones del mundo. Esta tendencia la encarna, cada vez con mayor nitidez, el gobierno norteamericano de la administración Bush.

Desde este centro del poder, los monopolios imponen a los pueblos del mundo el modelo neoliberal, que no sólo es una estrategia económica del imperialismo, sino también una estrategia de dominación que tiene que ver con aspectos ideológicos, políticos y culturales. La política monstruosa de expropiación contra los trabajadores ha conculcado sus derechos y aplastado la organización sindical, todo ello en nombre del libre mercado, la competencia y la competitividad.

Al amparo de este modelo neoliberal se ha producido una regresión económica, que ha conducido al país a la reprimarización de la economía y al colapso de su aparato productivo; y en términos sociales se ha incrementado la pobreza y extrema pobreza.

En la pasada década el pueblo peruano luchó no sólo contra una dictadura perversa, sino también contra el modelo neoliberal. En todo momento, nuestro gremio persistió en la lucha por derrotar a la dictadura y el modelo neoliberal. Las banderas de defensa de la democracia se ligaron y fusionaron con la defensa de la escuela pública gratuita y de calidad.

Esa es una demanda crucial de los sectores populares. Se trata de garantizar la cobertura del servicio educativo y de garantizar una educación que sea útil. No obstante, es que la educación procesa una crisis profunda, cuyo origen más inmediato se halla en las necesidades y exigencias del nuevo mundo desarrollado industrial, que la revolución científico técnica, llamada también educación informal y cultura audiovisual, no ha hecho más que desnudar acerca de la obsolescencia y lo anquilosado del viejo sistema educativo formal, incapaz de formar nuevos hombres para los retos del presente y futuro.

Dentro de la crisis general la crisis educativa del país es cada vez más grave, como consecuencia de las profundas desigualdades sociales y debido a su carácter histórico estructural, condición ésta que se ha acentuado por la reprimarización y desindustralización de la economía, asfixiando a la escuela pública. Este cuadro continuará a menos que los protagonistas principales, los docentes, padres de familia y los alumnos que buscan su modernización, integren sus luchas a las demandas del pueblo por un cambio social y por un Proyecto Nacional.