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7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II
1/17
ANTONIO CLEMENTE CARRION
Catedrtico de Universidad
Director
del
Departamento
de
Psicologa
Evolutiva
y de la
Educacin.
FacultaddePsicologa
UniversitatdeValencia
PSICOLOGA
DEL
DESARROLLO ADULTO
NARCEA, S. A. DEEDICIONES
MADRID
7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II
2/17
Quedan
rigurosamente prohibidas
sin la
autorizacin escrita
de los
titulares
del Copyright bajo las sanciones
establecidas en las leyes la reproduccin
total
o
parcial
de esta
obra
por
cualquier medio
o
procedimiento
comprendidos la
reprografla
y el
tratamiento informtico
y la
distribucin
de ejemplares de
ella mediante
alquiler
o
prstamo pblicos.
NARCEA,
S. A. DE
EDICIONES,1996
Dr .
Federico Rubio
y
Gali
9.
28039Madrid
I.S.B.N.:84 277 1147 6
Depsito
legal:
M.38.381 1995
Impresin:Printing 10.Mstoles Madrid)
7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II
3/17
EL CAMBIO
PSICOLGICO EVOLUTIVO
I.-ELCAMB IO PSICOLGICO DESDE
LA
PERSPECTIVA EVOLUTIVA.
Sea porque los cambios biolgicos opsicolgicosson ms eviden-
tes y constatables durante la infancia, la mayor parte de estudios sobre el
desarrollo humano se han centrado por completo en las primera etapas de
la vida, porello,durante dcadas porPsicologa Evolutivano se ha en-
tendido otra cosa
que el
estudio
del
desarrollo psicolgico hasta
la
Adolescencia,
dejando
entre parntesis todo el ciclo vital posterior, como
si una vez
alcanzada
la
madurez
ya no seprodujeranen la
persona humana
cambios
dignos
de serestudiados,ni
pudieran
deducirse
determinadas
pautas,
como patrones evolutivos
de
toda persona hum ana.
De
poco valdra,
sin
embargo,
el
estudio
y
descubrimiento
de
estos
patrones de desarrollo si tales procesos siguieran una evolucin depen-
diente nicamentedelpasodeltiempo, procediendo rgidamente unosde
otros, o con una aparicin aleatoria que poco o nada tuviera que ver con
lasdiversas experienciasa las quecada persona estsujetay que dealguna
manera pudieranjustificarla aceleracin de las diversas etapas que se van
procediendo,o laalteracindelordencon que
tales
etapas pudieranirapa-
reciendo.
En el
fondo
del
problema
se
encuentra pues
la
posibilidad
de
cam-
bio que
tantas veces
se ha
obviado
en la
edad adulta, como
si
alcanzar
la
madurez
significara llegar
a un
equilibrio completamente estable
en
donde
no
cabe d istinguir cambio alguno significativo,
ni
desde
un
punto
de
vista
intelectual, ni desde el desarrollo social o de la propia personalidad, y
comosi lavida adultafuera inmuneatodaslascircunstanciasque lorodea-
seno susefectosen elmismono alcanzasen significado suficientecomo
para ver alterados los proceso de maduracin positiva o deterioro que en
susvivenciasymaneradeabordarlarealidad puedan darse.
Por
ello vamos
a
centrar nuestro anlisis
en la
importancia
de una
perspectiva evolu tiva que estudie todo el proceso de desarrollo a lo largo
del
ciclo vital, analizando,
si tal
proceso
se da
simplemente
con el
paso
del
tiempo, o podemos mejorarlo mediante adecuadas tcnicas psicolgicas,
sin
perder
de
vista
que el
objetivo
de la
Psicologa,
y de la
Psicologa
del
Desarrollo
decualquier edad serel de laintervencinen labsquedade la
felicidad
de la
persona humana.
narcea,
s. a. de
ediciones.
11
7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II
4/17
A
CLEMENTE
1.- Trascendencia de la intervencin psicolgica.
Laintervencin como objetivode laPsicologa y enconcretode la
Psicologa
del
Desarrollo
nos
enfrenta
a graves
problemas
que
desbordan
elmerotrabajopersonal delinvestigador aisladoen sulaboratorio, comosi
no
existieseotra responsabilidad
que el
mero quehacer
del
cientfico
frente
a sutrabajo. Desdeelmomentoen que lapretensin consisteenintervenir,
se da un salto cualitativo en la responsabilidad y trascendencia de nuestro
trabajode forma que no es imposible eludir la reflexin sobre el mismo,
como pasoprevio de nuestra dedicacin cientfica. Nadie queda inmune
respecto
los
efectos
de
este quehacer cientfico,
de ah que la
intervencin
psicolgica adquiera
una
dimensin
que
haga
que
deba
ser
considerada
con toda responsabilidad, sin eludirlasconsiguientes reflexiones ticas
respecto
alcambioque sepretendecontoda intervencin.
El
productodedeterminadas ciencias est a la vistade todos, de
maneraqueresulta perfectamente claralarelacin entre determinadas reas
del saber y posibles cambios no necesariamente positivos para determina-
das personas concretas,
o
para toda
la
humanidad incluso. Como indica
Newcomb
(1989)
ningn nio est inmunede laamenazade destruccin
nuclear que en el siglo XX puede alcanzar toda la human idad, situacin
que difcilmente puede dejar
fuera
de toda responsabilidad al quehacer
cientfico,
que es el que ha
aportado
la
base para
que tal
posibilidad
de
cambio
destructivo
pueda
darse.
La situacin de fro ypenuriaen la que seencuentranen el duro
invierno tantos nios sometidos a los horrores de cualquier guerra no es
ajena a ladestruccinysituacin blicaque en elpasseest produciendo,
destruccin que slo es posible u tilizando para el mal tantos medios como
laingeniera
armamentstica
hacreado.De lamisma manera,laposibilidad
deutilizacin de vulos de abortos humanos, como en la actualidad se est
consiguiendo
en
Reino Unido,
con el fin de
ofrecer posibilidades
de fe-
cundidad atantas aspirantes amadre, incapacitadas para laconcepcin y
gestacin, slo puede proceder de los inmensos avances que est efec-
tuando
la ingeniera gentica, la cual difcilmente podr desmarcarse de los
resultados
que de la
misma
se
deriven para toda
la
humanidad
o
para per-
sonas particulares.
Pudiera parecer pretencioso querer comparar
las
posibilidades
de la
intervencin psicolgicacon lo quepuedenser losresultados ltimosde la
fsica
nuclearo de labioqumica msmoderna, sinembargo, resulta fcil
decomprender que, una vez dadas las posibilidades de destruccin con los
inmensos medios de que cada participante disponga, el llegar o no a unacuerdo
de cooperacin o de
mutua
destruccin
entre
las
partes belige-
12 narcea, s. a. de ediciones.
7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II
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EL
CAMBIO
PSICOLGICO
EVOLUTIVO
rantes es algo a lo que no puede considerarse
ajena
laPsicologa,con la
capacidad dedilogo adquiridaomejoradade losnegociadores,con la si-
tuacin emocional con que abordan la negociacin, o con su actitud posi-
tiva como para tomar determinaciones con ob jetividad. Y , en
este
caso, la
intervencin psicolgica puede
ser tan
determinante como
lo es el
haber
sidocapaces
de
proveer
a la
humanidad
de
tales medios para
la
destruccin
o para la esperanza, para la felicidad o para el desasosiego y la desgracia.
La potencialidad de cambio que se puede conseguir mediante la in-
tervencin psicolgica, tanto si somos capaces de efectuarlo en ambientes
de
autodesarrollocomo
en
am bientes colectivos, estn igualmente relacio-
nados con las tremendas consecuencias de aniquilar la tierra o de conseguir
la paz
mundial (Mahoney, 1991),
de
fomentar
el
desprendimiento
y el sa-
ber
compartir,
de
forma
que se
pueda conseguir mayor empleo
y una
dis-tribucin justa de la riqueza del universo, o de encerrarnos en nuestro
propio enriquecimiento y egosmo personal, como cualquier desaprensivo
poltico o director de banco, y sin tener en cuenta las condiciones que lle-
van a determinadas personas a morir ahogados en pateras suicidas, o en
revoluciones mexicanas
de
autoinmolacin
al
estilo Zapata.
De la misma manera que hemos iniciado nuestro discurso haciendo
ver latrascendenciade laposible intervencin psicolgica,y lasrepercu-
sionesdecarcter universalque lamisma puede tener,astambin quere-
mos acentuar cmo la responsabilidad a que nos estamos refiriendo en latrascendencia del cambio psicolgico no tiene que ver tan slo con la res-
ponsabilidad individual
del
cientfico, sino
con
toda
la
sociedad
en
general,
y
enespecial, con las instanciasque m spoder poltico y administrativo
ostentan.
Sin
embargo, tambin es verdad que la accin de la intervencin
psicolgica trasciende igualmente el mbito de los problemas particulares
personales,
a
cuya solucin
no
renunciam os, para tomar como objetivo
de
laintervencin psicolgicaelcambio necesario paralamejoradeactitudes,
rotura
de estereotipos sociales, preju icios colectivos atvicos,
etc...,
todo
lo cual aumenta la responsabilidad de los mismos psiclogos, tanto la de
quienes
se dedican a la investigacin psicolgica, como la de quienes en-
seano ap lican el progreso que se va dando mediante dicha investigacin.
Los
cambios psicolgicos estn,
sin
duda,
en el
origen
de la
mejora
de las
relaciones humanas,en lareduccindemuchossufrimientosy en lacon-
secucin de la paz o de la seguridad personal. Pero dichos objetivos toman
una
proyeccin colectiva, y por lo tanto de una trascendencia mayor,
cuando ms all de la intervencin clnica se pretenden mediante la mejora
de la educacin o la optimizacin del desarrollo humano, en donde se ma-
nifiestan
patenteslasresponsabilidades colectivas.
narcea, s. a. de edicio nes. 13
7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II
6/17
A
CLEMENTE
En elmagnfico anlisisdelcambio psicolgico y de susobjetivos
queefectaM ahoney
(1991),
explica
el
autor cmo
la
proyeccin personal
de autocuidado que cabe atribuir a la intervencin evolutiva no tiene por
qu
estar reida o ser insensible a las demandas sociales, y por lo tanto
negativa para
la
sociedad.
En
este sentido,
el
autocuidado
y la
responsabi-
lidad social
no son
mbitos aislados
e
inconexos, sino mutuam ente
de-
pendientes, e imbuidos ambos por las mismas complejidades sociales.
Cuando nos
centramos
en
nosotros mismos,
no
estamos erosionando
los
valores
sociales
o los proyectos transpersonales, sino que los derechos
humanos, el bienestar personal o la coexistencia pacfica estn en los con-
textos sociales
y
personales,
y por lo
tanto
se
trata
de
com pensar nuestros
intereses personales con las responsabilidades sociales. Por ello, los pro-
yectos individuales
o de
desarrollo individual mantienen
un
granvalor per-
sonal tanto para nosotros como para nuestro sucesores, en cuantoque
siempre
son
proyectos
que van ms
all
de
nuestras propias vidas concre-
tas.
14 narce a, s. a. de ediciones.
7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II
7/17
A CLEMENTE
3.- La Psicologa del Desarrollo a lo largo del
Ciclo
vital.
Ya
hemos podido
ir
comprobando
cmo en el
campo
de la
Psicologa
del
Desarrollo
se ha
producido
en los
ltimos aos
una
gran
ampliacin de su campo de estudio, pues por mucho tiempo, tanto su teo-
racomosuinvestigacinhanestado centradasen eldesarrollode lospri-
meros aos, como
si
tras
la
adolescencia
se
entrara
en una
etapa
de
com-
pleto estancamiento, y como si de los veinte aos al
final
de la vida nada
sucediese
en la
evolucin ontogentica
de la
persona humana
que fuese
dignode sertenidoencuentaypudieraserobjetodeestudio.
ErikErikson, autordecita obligadaal que nosreferiremosalabor-dar las principales teoras de desarrollo psicolgico, es uno de los tericos
que ms
insiste
en que al
desarrollo adulto debe drsele
en
Psicologa
un
mayorprotagonismodel que hatenido hasta ahora.Sebasaespecialmente
en el
enriquecimiento
que
supone para
la
persona mayor
la
acumulacin
de
conocimiento cultural,y laexperiencia conseguida atravsde lavida.Por
ello divide el desarrollo vital despus de la adolescencia en tres estadios,
cada uno precedido de su correspondiente crisis evolutiva de crecimiento
(Erikson, 1980; Erikson, Erikson y
Kivnik,
1986):
1.-
Madurez primera:
correspondiente
a los
aos
20-35
que es el
periodo cuando el adulto empieza una relacin de amor, o se desarrollan
sussentidosdesoledady
aislamiento.
2.-
Madurez Intermedia: de los 35 a los 65 aos, correspondientes
al tiempo en el que los adultos se implican en trabajo productivo, inclu-
yendo
el crecimiento de la siguiente generacin, o permanecen estancados
y
centradosen smismos.
3.-Tercera edad: de los 65 aos en adelante, que es cuando la per-
sona intentadarsentidoa lavidaeincorporarlaseleccionesque hahecho
en el
pasado
de un
modelo significativo
y
satisfactorio.
El
fallo
en
esta
edad lleva al desespero, mientras que el xito tiene como resultado un co-
nocimiento
de
calidad
y
sabidura.
Vygostky y sus
seguidores tambin
han
distinguido
dos
periodos
de
desarrollo despus de la adolescencia:
1.-
De los 18a los 30
aos,
que es el
tiempo
en el que los
procesos
psicolgicos estn organizados como para conseguir la competencia en un
trabajo
productivo.
22
narcea,
s. a. de
ediciones.
7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II
8/17
EL CAMBIO
PSICOLGICO EVOLUTIVO
2.-
De los 30 a los 69
aos, consistente
en el
periodo
de la
creativi-
dadreal,cuando el ind ividuo enriquece y reordena la na turaleza de la vida
socialen lacomunidad (Markova,
1979).
Los psiclogos del curso de la vida, como los tericos del contexto
cultural,pretendendar unaexplicacinde lamaneraen la queinteractan
los cambios biolgicos,
conductuales
y sociales con las circunstancias
histricas y culturales para formar la experiencia humana (Baltes,
Featherman
yLerner, 1990; BinstockyGeorge,
1990).
A
pesar de que las aproximaciones tericas sobre el curso de la
vida
son
similares
en
muchos aspectos, difieren
sin
embargo
por el
nfasis
con que lo abordan. En la perspectiva delciclovital, por ejemplo, los fe-
nmenos psicolgicos como relaciones afectivas(elsentidodel
self)
y la
memoria setrazan desdelainfanciahastalavejez , para determinar cmose
transforman como un resultado de los cambios biolgicos, cognitivos y
sociales
(W aterman y
Archer,1990).
Laperspectiva delcursode lavidatienems que ver con el
tiempo
en
que se dan los principales sucesos vitales, tales como entrada en la es-
cuela,
el
tiempo
en el que uno
deja
el
hogar,
el
momento
de
empezar
a
educara losnios,elretirodeltrabajo, lainfluenciayvidadelindividuoo
su
bienestar psicolgico... Los psiclogos del curso de la vida se pregun-
tanpor lo tanto sobre la diferencia que puede existir sobre el desarrollo de
laautoestima
de una
persona,
si el
nacimiento
de su
primerhijo
ha
coinci-
dido, por ejemplo, con un periodo de depresin econmica personal, o de
florecimiento
yplena adaptacin profesional para
la
familia (Eider, Liker
y
Cros, 1984; Hareven y Adams, 1982).
Baltes,que ha
sido,
sin
duda,
uno de los
principales tericos
de la
PsicologadelCiclo V ital, creequedurantelavida adulta mucha gentede-
sarrollaunaform a cualitativamente distintadepensamientoa la quellama
sabidura. Ladefine como
exceptional
insight andju dgm ent involving
complex
and uncertain
matters
of the
humancondition (Baltes,Smith
y
Staudinger, 1991: p. 136). Baltes une la sabidura a ser experto, desta-
candoque losexpertossongentequetienenunaprofunda experiencia en
el dominio o dominios en el que lo son. En cambio, el dominio de la sabi-
dura
sera
el de la vida diaria en sociedad.
Labouvie-Vief,otra gran terica
de la
life-span,cree
que
para con-
seguir la sabidura las personas deben integrar dos aspectos diferen tes de
lapersonalidad:
el
pensamiento
y la
emocin (L abouvie- Vief
et
al., 1989,
Labouvie- Vief, 1990). Insiste en que los niosseparen apensar, que
controlen susemocionesy quesean capaces decontrolarsea smismos.
narcea,
s. a. de ediciones. 23
7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II
9/17
A
CLEMENTE
Este
autocontrol requiere que mantengan a raya sus impulsos inmediatos
para subordinar la emocin y el
deseo
momentneo al pensamiento. La
autora hace notar que los adolescentes son capaces de ejercitar un conside-
rable con trol cogn itivo sobre sussentimientosy suaccin, pero este con-
trol tieneuncoste, pueslosaspectos emocionales de laexperiencia de la
vida no estn bien conectados con los aspectos cognitivos. La nueva tarea
del adulto,escribe (Labouvie-Vief, 1989), es encontrar la manera de vol-
ver a unir los aspectos em ocionales y cognitivos de la experiencia con el
fin de conseguir un mayor
significado
y un sentido ms organizado del
propio
yo.
El hecho de que esta perspectiva vital no se encuentre en los auto-
res ms
influyentes
en Psicologa del Desarrollo, no puede ser motivo para
quedisminuyalaimportancia atribuibleadichos autoresmsrelevantes.En concreto,
sera
injusto
atribuir ning n tipo de responsabilidad a
Piaget,
en
el
bloqueo
de
dicho desarrollo
de la
Psicologa Evo lutiva sobre
el
estu-
dio del
ciclo
vital, pues su
falta
estuvo tan slo en concentrarse en un de-
terminado periodo, que era donde mejorpodaestudiar el cambio evolu-
tivo. Tan responsables como l seran todos los dems autores que como
ltampocosupieron entrever hasta
m s
tarde
la
nueva perspectiva
y
nuevo
objeto
de estudio. Escierto, sin embargo, que la
figura
de Piaget, por
ejemplo,
llen de tal manera la investigacin del campo evolutivo en su
poca,
que
difcilmente
se
pudo entrever otro desarrollo
que el que l
mismo y su escuela impulsaba.
Lo grave est ms bien en el hecho de que determinadas obras de
actualidad referidas
a la
Psicologa
del
Desarrollo sigan
sin
pasar
de la
adolescencia,
considerando
que
tras
lamismay la
estabilidad
en eldesa-
rrollo que en ella pueda alcanzarse no se dan nuevas crisis ni nuevos pro-
gresos, considerando la edad adulta como un periodo de completa estabili-
zacin en donde nada significativo sucede. Para tales autores parece que
carezca deimportancia psicolgica terminaro noterminarlosestudios, in-
dependizarse
de la
familia,
incorporarse
al
trabajo, casarse, tener hijos,
perder el
trabajo,
progresar en l, retirarse,
sufrir
la muerte de los familia-
res ms cercanos y del propio compaero de vida, la vuelta a la soledad y
aislamiento,
y
hasta
ser
conscientes
de la
inminencia
de la
propia muerte
y
lanecesariaaceptacin o rechazo de la misma. Y, sin embargo, en todo el
proceso habr
que
buscar un as pautas evolutivas
que
pueden contribuir
a
dar sentido a todo el proceso, intentando estudiar y explicar la conexin de
unos momentos o hechos con otros,yno prescindiendo de su estudio, o
interpretndolos como meros hechos incoherentes
que
pueden suceder
o
no,o que no
influyen
decisivamente en el procesopsicolgicode cada in-
dividuo.
Es
evidente
que no se
posee
la
misma visin
del
mundo
a los 30
24 narcea, s. a. de ediciones.
7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II
10/17
C MBIO
PSICOLGICO EVOLUTIVO
que
a los 70
aos. Pero
al
reclamar
el
estudio
de
dicho cambio pedimos
algo ms que la mera constatacin de que se ha dado. Se trata de saber en
qu ha
consistido,
qu
tipos
de
patrones
de
conducta
han
llevado
a un
modo de evolucin u otro, cmo prevenir aquellos hechos que pueden te-
ner unamayor incidenciaendirigirlaevolucinen undeterminado sen-
tido, cmo prepararse para el impacto de eventos inescapables que pueden
distorsionar el desarrollo adecuado subsiguiente o que pueden desestabili-
zarla
misma estructura personal
del
sujeto.
Si
nos
quedamos anclados
en la
mera proyeccin explicativa
del
concepto deestadioen suacepcinmsrigurosa, posiblementenisiquiera
seaaplicable a ladescripcinyexplicacindeldesarrollo cognitivo piage-
tiano, pero nada impideelestudioycategorizacinde laevidente diferen-
ciacin emocional, intelectualy devisindelmundoque se da sindudaalo largo de la vida adulta, puesto que dicha evolucin tiene sin duda una
proyeccin sobre el desarrollo psicolgico humano que en modo alguno
puede caer
fuera
del estudio de la Psicologa Evolutiva, como base para la
adecuada intervencin preventiva o demejoradel desarrollo.
En
cuestin
de
desarrollo cognitivo,
por
ejemplo,
son
muchos
los
autores evolutivos para quien la edad adulta o la madurez parece carecer de
importancia
en su
evolucin,
sin
embargo
ya
hemos dicho cmo
una de las
teoras
de mayor influencia en la actualidad es la basada en el procesa-
mientode lainformacin,ydesdeelpuntodevistadedicha teora la ca-
pacidad
de
incorporacin
y
recuperacin
de
nuevos conocimientos
de-
pende en gran parte de los conocimientos adquiridos previamen te con los
que se
pueda relacionar
lahueva
informacin,
por lo que la
mayor eficacia
en sualmacenamientoyrecuperacinenmodo algunoseraindependiente
de la mayor o menor experiencia que sehaya adquirido a lo largo de la
vida, siendo
de
esperar que,
en
circuns tancias idnticas
la
mayor expe-
riencia se asociara con la mayor edad, a menos que exista simultnea-
mente
un
deterioro
fisiolgico de la
mente
que
habra
que
analizar, descri-
bir yexplicar.
De la mismaforma, la emocionabilidad, la ilusin y los proyectos
de
cada persona no son los mismo en edades diferentes. Qu patrones de
conducta llegan a explicar tal evolucin de comportamientos, y especial-
mente qu factoresinfluyen en ellos para intervenir correctivamente o pre-
ventivamente?
Se ha
venido insistiendo
en
cmo
una de las
causas
de la
crisis
adolescente estaba asociada con el cambio de imagen fsica que el sujeto
experimentaba,
y sin
embargo
se le ha
dado
muy
poca importancia
al
desa-
rrollode lapropia personalidad adultaen
funcin
delenvejecimiento
fsico
yel consiguiente cambio de imagen, a pesar de que dichos cambios son
narcea, s. a. de
ediciones.
25
7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II
11/17
A CLEMENTE
ms decisivos y normalmente tendentes hacia el deterioro ms que a la ad-
quisicinde una
personalidad
fsica
a
estrenar.
Y
lo mismo cabra decir de los acontecimientos vitales, que sin
dudatienen
ms
trascendencia para
la
persona adulta
que
para
la
infancia
Serra,DatoyLeal, 1988; Serra,Gonzlezy Oller,1989; Serra,1990),a
pesar de que la edad adulta se haya pretendido encuadrarla en una especie
depocadelatencia inmunea lainfluenciadecualquier cambiooaltera-
cin,porvitalquesta
fuese.
26
narcea,
s. a. de
ediciones.
7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II
12/17
TEOR SPSICOLGIC S
II.-
SIGNIFICADO
DE LAS
PRINCIPALES TEORAS
EVOLUTIVAS
1. Teoras Evolutivas y
Psicologa.
En el devenir
conjunto
que la Psicologa y la Psicologa del
Desarrollo
han
tenido,
una
gran parte
de sus
resultados
e
interaccin
han
consistidoen laformalizacin,ms o menos explcita, de determinadas te-
\orias
que han
ejercido
un
gran impacto
en la
evolucin
y
progreso
de la
Psicologa
en s y que por
supuesto
han
afectado
directamente a las
disci-
plinas fundamentales
de la
misma.
Sin
embargo,
las
teoras
no
siempre
son
formales, sino simplemente implcitas.
Habra querecurrir a los aos30 y 40, y algranesfuerzo hecho
por
Clark
Hull (1943)
para poder encontrar
un
verdadero intento
de
for-
malizacin real de una teora psicolgica basadafundam entalmente en
principios
de la
psicologa
del
aprendizaje.
Sin
embargo
sus
resultados
se
manifestaron
incompletos, inconsistentes y, en algunos casos, emprica-
mente incorrectos. Por ello, aunque las principales teoras de que dispon-
gamos
en la
actualidad
no se
encuentren suficientemente formalizadas,
como puede suceder
en
otras Ciencias Naturales,
s que
podemos deducir
de las mismas las estructuras de referenciasuficientes como para poder
examinar, segn preconizan, cmo se dan los procesos de cambio evolu-
tivo,
que es lo que
pretendemos.
Lo que un
terico busca,
en
principio depende
de
mltiples presu-
puestos tericos y mtodos de estudio asumidos previamente por el
mismo,
por lo que
cabe analizar determinadas dimensiones
que
caracteriza-
rn
a las teoras que seleccionemos como las ms importantes para explicar
el cambio psicolgico evolutivo.
En
primer lugar, cabe hablar
del
nivel molar
o
molecular
de la teora,
puesto que no es lo mismo el anlisis del cambio evolutivo que pretenda
explicar
las
posibilidades
de
transicin
de una
etapa
a
otra -suponiendo
que
dichos mecanismos de transicin son siempre los mismos-, que unateora
tan
restringida como
las que
ltimamente
han
surgido
en
Psicologa Social
que tan slo pretenden explicar algunos hechos reducidos aplicables a
ciertosprocesos cognitivos, como podra
ser la
Teora
de la
Reactancia
Cognitiva
de J. Brehm (Brehm, 1966). Lgicamente pretenderemos que
las
teoras comentadas
en el
presente apartado tengan
la
mayor proyeccin
narcea, s. a. de
ediciones.
47
7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II
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A
CLEMENTE
posible
en
cuanto
a su
capacidad explicativa
del
cambio evolutivo
y en
cuanto
que
puedan servirnos
de
base
de la
intervencin
a
programar.
Un
segundo aspecto que deberemos considerar en el anlisis de
cada
teora
psicolgica, es si la misma se centra en aspectos de cambio re-
feridos
a laestructuraencuantoa laorganizacinde laconducta,delpen-
samiento,
o de
personalidad,
o en
aspectos
del
mismo proceso
de
cambio,
con
el
anlisis
del
dinamismo
del
mismo,
y los
aspectos funcionales
de
todo el sistema. Este aspecto es especialmente importante en tanto en
cuanto
pretendemos
fundamentar
la
intervencin evolutiva,
que se
basa
en
la
adquisicin
de
posibles estadios
y el
progreso
de
cada
uno de
ellos
al si-
guiente, en especial cuando la complejidad de variables intervinientes exige
un
anlisis minucioso, tanto
de la
estructura como
del
proceso.
Un
tercer aspectoaconsiderares el delcontenidoqueaborda cada
teora,
en
parte relacionado
con el
primero
de los
aspectos, respecto
a lo
molar o molecular de lateora.De hecho, puede haber teoras que serefie-
ran
exclusivam ente a aspectos de inteligencia, o a aspectos de personali-
dad, o incluso a aspectos meramente conductuales, desde la conceptuali-
zacin que se haga de la misma teora. Evidentemente, desde un punto de
vista
de intervencin evolutiva, pretendemos el anlisis de teoras del ms
amplio rango,
de forma que no
excluyamos
de la
misma
ningn
aspecto
referidoal desarrollo psicolgico, si bien, como es lgico, algunas de las
teoras
analizadas, cen trndose en la perspectiva evolutiva, no abordarn
todos
los
aspectos psicolgicos posibles.
Otro aspecto que cabe analizar desde el punto de vista de cualquier
teora
psicolgica es hasta qu punto se pone el acento sobre la conducta
explcita o sobre el pensamiento o la personalidadreflejados mediante pa-
rmetros no necesariamente externos. Dicha consideracin es especial-
mente importante sobre todo cuando,
en
base
a un
riguroso purismo m eto-
dolgico, se ha sido excesivamente rgido en la aceptacin de lo que po-
dran ser variables psicolgicas, reduciendo en gran manera las posibilida-
des decrecimientode la
Psicologa
en unmom entoen el que elabandono
de dicho ap riorismo metodolgico hubiera sido vital para el desarrollo de
la misma.
Y,
finalmente, habr que tener en cuenta el tipo demetodologa
preconizado porcada teora paraelanlisisde suobjetodeestudio.Hay
que
tener en cuenta que determinadas teoraspsicolgicashan tenido una
amplia repercusin en la divulgacinde la misma, y que, sin embargo,
desde el pun to de vista epistemolgico, no renen los requisitos bsicos
comoparaserconsideradas comoteorascientficas, precisamentepor la
falta
de un mtodo de estudio adecuado para corroborar las hiptesis de-
ducidasde su propia
teora.
De ah que el mismo hecho de ser considera-
48
narcea,
s. a. de
ediciones.
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TEORAS PSICOLGICAS
das aqu mismo, responde ms al hecho de su repercusin cientfica o so-
cial,
que a que se
acepte
a
ciegas todo tipo conclusiones deducidas
de las
mismas.
Sin
pretender hacer un resumen exhaustivo, por lo tanto, de las
principales teoraspsicolgicas, nos centraremos en ladescripcinde
aquellas teoras
que ms
impacto
han
podido tener
en laPsicologa del
Desarrollo y de las cuales se han podido deducir aspectos de intervencin
fundamentalespara la mejora de los procesos evolutivos. Nuestro incom-
pleto resumen slo pretende poder constatar la trascendencia que dichas
teoras pueden tener
en las
posibles intervenciones
que
programemos,
dado que en el comnmente aceptado estadio preparadigmtico de la
Psicologa
(por utilizar la terminologa kuhniana) una opcin exclusiva y
excluyente representara una postura dogmtica. Ello sin perjuicio de que
cada
investigador
posea
y
lleve
a
cabo
sus
propiasopciones, como
nico
mtodo de hacer progresar nuestro conocimiento cientfico actual y poder
llegar, a partir de los resultados, a la aceptacin comn del que llegue a
manifestarse,por ser el mseficaz,
como paradigma dominante.
Una
primera reduccin
que
efectuamos
se
refiere
al
tipo
deteoras
que
vamos
a
revisar
y que
intencionadamente
se
restringir
a
aqullas
con
el suficiente grado de generalidad como para que de la misma se pueda de-
ducirel marco terico general de nuestra intervencin evolutiva. En este
sentido,podemos decirque laPsicologadel
Desarrollo,
en cuando dis-
ciplina
fundamental
en la ciencia psicolgica, ha aportado desde su pers-
pectiva determinadas teoras de las que han salido determinadas conclusio-
nes, bien para
la
Psicologa Clnica, bien para
la
Psicologa
de la
Educacin, ms pendientes ambas de la intervencin que de la conceptuali-
zacin terica, urgidas
por los
problemas
que
ordinariamente
se
plantean
en
la
clnica
o en el
aula.
Por
ello podramos decir
que
determinadas teoras podran conside-
rarse como evolutivas, siempre
que
cum plan determinadas condiciones
que a
continuacin resumimos. Desde
un
punto
de
vista especfico,
una
teora evolutivasedistinguirde unateora psicolgica sinms,por el he-
cho de que su
estudio
del
hecho psicolgico
seefecta
teniendo
en
cuenta
elcambio
a lo
largo
del
tiempo.
En
estesentido
las
tres tareas fundamenta-
les de la teora evolutiva sern, 1-la de describir los cambios en una o va-
rias reas de conducta, 2- la de describir los cambios que se den en las re-
laciones entre varias reas de conducta, y 3- la de explicar el curso del de-
sarrollo
que se ha ido
analizando
y
describiendo.
En
este sentido, la teora evolutiva no
deja
de lado el objetivo de
toda intervencin que hemos discutido con detenimiento en nuestros pri-
meros
prrafos, sino que
profundiza
en el mismo, contribuy endo as al in-
narcea,
s. a. de
ediciones.
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A
CLEMENTE
crementodelconocimiento
psicolgico.
Lasteoras sobreeldesarrollo psi-
colgico, alcentrarseen loscambios humanosa lolargodeltiempo con-
tribuyen
a darrespuestaysistematizarsussoluciones respectoalconoci-
miento psicolgico
con el fin de
poder guiar
de
manera coherente
la
inves-
tigacinsubsiguiente.En labasedetoda teora sobreeldesarrollo estnlas
cuestiones fundamentales
que seplantealamisma Psicologa, ascomo
cualquier
intervencin psicolgica consciente
que
persiga
el
cambio como
mejoradeldesarrollodel serhumano.
Dado
que
decir desarrollo
es
decir cambio,
y en
nuestro caso inter-
vencin,con elobjetivodemejorarelproceso de dicho cambio, resumi-
remoscon lamxima brevedad posible aquellas teora generales quemayor
trascendencia histrica
han
tenido,
y en
especial
las que ms
tienen
que
aportar
a unaPsicologa de laIntervencin Evolutiva.
50 narcea, s. a. de ediciones.
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TEORAS
PSICOLGIC S
10.-Observaciones finales.
Elbreve repaso efectuado
a las
principales teoras psicolgicas
no
es ms que una simple constatacin de hasta qu punto
teora
e investiga-
cin
enPsicologa
estn directamente
relacionadascon el
centro fundamen-
tal
de nuestro actualobjetode estudio de nuestro proyecto docente e inves-
tigador, como es la intervencin evolutiva y educativa. Desde dichas teo-
ras podemos asumir distintas perspectivas que den sentido a los progra-
mas de
intervencin
que
realicemos, tanto
si
queremos aplicar directamente
sustcnicas a la mejora de los problemas educativos, como si pretendemos
utilizarlas desde una perspectiva evolutiva, con el fin de no perder de vista
las
posibilidades
decambiode lasmuestras sobrelas que intervengamos,
alcomparar directam ente sus posibilidades de evolucin de acuerdo con el
nivel de desarrollo de poblaciones normalizadas, bien porque nuestros
propios
programas
secentran en la intervencin evolutiva directamente,
partiendo de muestras normales sobre las que queremos prevenir cualquier
incidencia en su desarrollo, o porque pretendemos mejorar el proceso en
s. En este sentido, los marcos de referencia ofrecidos nos aportan la base
suficiente
como para encuadrar nuestra intervencin dentro de unos mr-
genes tericos generales explicativos
del
cambio pretendido
en
toda inter-
vencin pero, al mismo tiempo, en tanto en cuanto preconizan dichos mo-
delosde intervencin, nosofrecenigualmente parte de la dinmica funda-
mental alestructurar nuestra intervencin.
Paraterminar el presenteapartado,queremos hacer dosobserva-
ciones
que
consideramos importantes.
La
primera
se
refiere
al
hecho
de-
masiado generalizado de que cuando la mayora de los autores se siguen
refiriendo
al desarrollo, siguen atribuyndole al mismo las connotaciones
de Piaget de la primera poca y, desde este punto de vista, sigue conci-
bindose
el
desarrollo como algo
que se da en la
evolucin personal
por el
simple paso del tiempo, y no como algo sobre lo que hay que intervenir
para prevenir, mejorar o acelerar. No se tiene en cuenta, con la importancia
quemerece, laespecfica
influencia
delam biente, exceptoendeterminadas
teoras evolutivas como la del aprendizaje social, o la del contexto cultural,
o delapego,que,sinembargo, lorestringenen suobjetodeestudio.
La
segunda observacin quiere poner
el
acento
en el
hecho excesi-
vamente com n de que cuando se est hablando de teoras psicolgicas, en
especial de teoras evolutivas, sesigue manteniendoel desarrollo como
propio de los primeros aos de vida, y raramente se hace referencia ex-
plcita a la evolucin ontogentica del periodo de la madurez o de la vejez,
comosi sobre stos mismos pesarauna tremenda estabilidad que anulase
cualquier posibilidad
de
cambio.
A
modo
de
ejemplo, baste recordar
el
caso de Patricia Miller (1989)que en un texto especfico de reciente reedi-
narcea, s. a. de ediciones. 75
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A CLEMENTE
cin,
dedicado
a las
Teoras
de la
Psicologa
del
Desarrollo,
en
ningn
caso se refiere al desarrollo adulto y ni siquiera recoge n inguna teora, por
parcial que
fuera,
que se pueda aplicar a tales periodos de desarrollo.
Semejante
reduccionismo limita gratuitamente la proyeccin no slo de la
intervencin evolutiva, sino de toda la Psicologa.
76 narcea, s. a. de ediciones.