Psicología Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II

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  • 7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II

    1/17

    ANTONIO CLEMENTE CARRION

    Catedrtico de Universidad

    Director

    del

    Departamento

    de

    Psicologa

    Evolutiva

    y de la

    Educacin.

    FacultaddePsicologa

    UniversitatdeValencia

    PSICOLOGA

    DEL

    DESARROLLO ADULTO

    NARCEA, S. A. DEEDICIONES

    MADRID

  • 7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II

    2/17

    Quedan

    rigurosamente prohibidas

    sin la

    autorizacin escrita

    de los

    titulares

    del Copyright bajo las sanciones

    establecidas en las leyes la reproduccin

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    o

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    de esta

    obra

    por

    cualquier medio

    o

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    comprendidos la

    reprografla

    y el

    tratamiento informtico

    y la

    distribucin

    de ejemplares de

    ella mediante

    alquiler

    o

    prstamo pblicos.

    NARCEA,

    S. A. DE

    EDICIONES,1996

    Dr .

    Federico Rubio

    y

    Gali

    9.

    28039Madrid

    I.S.B.N.:84 277 1147 6

    Depsito

    legal:

    M.38.381 1995

    Impresin:Printing 10.Mstoles Madrid)

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    EL CAMBIO

    PSICOLGICO EVOLUTIVO

    I.-ELCAMB IO PSICOLGICO DESDE

    LA

    PERSPECTIVA EVOLUTIVA.

    Sea porque los cambios biolgicos opsicolgicosson ms eviden-

    tes y constatables durante la infancia, la mayor parte de estudios sobre el

    desarrollo humano se han centrado por completo en las primera etapas de

    la vida, porello,durante dcadas porPsicologa Evolutivano se ha en-

    tendido otra cosa

    que el

    estudio

    del

    desarrollo psicolgico hasta

    la

    Adolescencia,

    dejando

    entre parntesis todo el ciclo vital posterior, como

    si una vez

    alcanzada

    la

    madurez

    ya no seprodujeranen la

    persona humana

    cambios

    dignos

    de serestudiados,ni

    pudieran

    deducirse

    determinadas

    pautas,

    como patrones evolutivos

    de

    toda persona hum ana.

    De

    poco valdra,

    sin

    embargo,

    el

    estudio

    y

    descubrimiento

    de

    estos

    patrones de desarrollo si tales procesos siguieran una evolucin depen-

    diente nicamentedelpasodeltiempo, procediendo rgidamente unosde

    otros, o con una aparicin aleatoria que poco o nada tuviera que ver con

    lasdiversas experienciasa las quecada persona estsujetay que dealguna

    manera pudieranjustificarla aceleracin de las diversas etapas que se van

    procediendo,o laalteracindelordencon que

    tales

    etapas pudieranirapa-

    reciendo.

    En el

    fondo

    del

    problema

    se

    encuentra pues

    la

    posibilidad

    de

    cam-

    bio que

    tantas veces

    se ha

    obviado

    en la

    edad adulta, como

    si

    alcanzar

    la

    madurez

    significara llegar

    a un

    equilibrio completamente estable

    en

    donde

    no

    cabe d istinguir cambio alguno significativo,

    ni

    desde

    un

    punto

    de

    vista

    intelectual, ni desde el desarrollo social o de la propia personalidad, y

    comosi lavida adultafuera inmuneatodaslascircunstanciasque lorodea-

    seno susefectosen elmismono alcanzasen significado suficientecomo

    para ver alterados los proceso de maduracin positiva o deterioro que en

    susvivenciasymaneradeabordarlarealidad puedan darse.

    Por

    ello vamos

    a

    centrar nuestro anlisis

    en la

    importancia

    de una

    perspectiva evolu tiva que estudie todo el proceso de desarrollo a lo largo

    del

    ciclo vital, analizando,

    si tal

    proceso

    se da

    simplemente

    con el

    paso

    del

    tiempo, o podemos mejorarlo mediante adecuadas tcnicas psicolgicas,

    sin

    perder

    de

    vista

    que el

    objetivo

    de la

    Psicologa,

    y de la

    Psicologa

    del

    Desarrollo

    decualquier edad serel de laintervencinen labsquedade la

    felicidad

    de la

    persona humana.

    narcea,

    s. a. de

    ediciones.

    11

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    A

    CLEMENTE

    1.- Trascendencia de la intervencin psicolgica.

    Laintervencin como objetivode laPsicologa y enconcretode la

    Psicologa

    del

    Desarrollo

    nos

    enfrenta

    a graves

    problemas

    que

    desbordan

    elmerotrabajopersonal delinvestigador aisladoen sulaboratorio, comosi

    no

    existieseotra responsabilidad

    que el

    mero quehacer

    del

    cientfico

    frente

    a sutrabajo. Desdeelmomentoen que lapretensin consisteenintervenir,

    se da un salto cualitativo en la responsabilidad y trascendencia de nuestro

    trabajode forma que no es imposible eludir la reflexin sobre el mismo,

    como pasoprevio de nuestra dedicacin cientfica. Nadie queda inmune

    respecto

    los

    efectos

    de

    este quehacer cientfico,

    de ah que la

    intervencin

    psicolgica adquiera

    una

    dimensin

    que

    haga

    que

    deba

    ser

    considerada

    con toda responsabilidad, sin eludirlasconsiguientes reflexiones ticas

    respecto

    alcambioque sepretendecontoda intervencin.

    El

    productodedeterminadas ciencias est a la vistade todos, de

    maneraqueresulta perfectamente claralarelacin entre determinadas reas

    del saber y posibles cambios no necesariamente positivos para determina-

    das personas concretas,

    o

    para toda

    la

    humanidad incluso. Como indica

    Newcomb

    (1989)

    ningn nio est inmunede laamenazade destruccin

    nuclear que en el siglo XX puede alcanzar toda la human idad, situacin

    que difcilmente puede dejar

    fuera

    de toda responsabilidad al quehacer

    cientfico,

    que es el que ha

    aportado

    la

    base para

    que tal

    posibilidad

    de

    cambio

    destructivo

    pueda

    darse.

    La situacin de fro ypenuriaen la que seencuentranen el duro

    invierno tantos nios sometidos a los horrores de cualquier guerra no es

    ajena a ladestruccinysituacin blicaque en elpasseest produciendo,

    destruccin que slo es posible u tilizando para el mal tantos medios como

    laingeniera

    armamentstica

    hacreado.De lamisma manera,laposibilidad

    deutilizacin de vulos de abortos humanos, como en la actualidad se est

    consiguiendo

    en

    Reino Unido,

    con el fin de

    ofrecer posibilidades

    de fe-

    cundidad atantas aspirantes amadre, incapacitadas para laconcepcin y

    gestacin, slo puede proceder de los inmensos avances que est efec-

    tuando

    la ingeniera gentica, la cual difcilmente podr desmarcarse de los

    resultados

    que de la

    misma

    se

    deriven para toda

    la

    humanidad

    o

    para per-

    sonas particulares.

    Pudiera parecer pretencioso querer comparar

    las

    posibilidades

    de la

    intervencin psicolgicacon lo quepuedenser losresultados ltimosde la

    fsica

    nuclearo de labioqumica msmoderna, sinembargo, resulta fcil

    decomprender que, una vez dadas las posibilidades de destruccin con los

    inmensos medios de que cada participante disponga, el llegar o no a unacuerdo

    de cooperacin o de

    mutua

    destruccin

    entre

    las

    partes belige-

    12 narcea, s. a. de ediciones.

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    EL

    CAMBIO

    PSICOLGICO

    EVOLUTIVO

    rantes es algo a lo que no puede considerarse

    ajena

    laPsicologa,con la

    capacidad dedilogo adquiridaomejoradade losnegociadores,con la si-

    tuacin emocional con que abordan la negociacin, o con su actitud posi-

    tiva como para tomar determinaciones con ob jetividad. Y , en

    este

    caso, la

    intervencin psicolgica puede

    ser tan

    determinante como

    lo es el

    haber

    sidocapaces

    de

    proveer

    a la

    humanidad

    de

    tales medios para

    la

    destruccin

    o para la esperanza, para la felicidad o para el desasosiego y la desgracia.

    La potencialidad de cambio que se puede conseguir mediante la in-

    tervencin psicolgica, tanto si somos capaces de efectuarlo en ambientes

    de

    autodesarrollocomo

    en

    am bientes colectivos, estn igualmente relacio-

    nados con las tremendas consecuencias de aniquilar la tierra o de conseguir

    la paz

    mundial (Mahoney, 1991),

    de

    fomentar

    el

    desprendimiento

    y el sa-

    ber

    compartir,

    de

    forma

    que se

    pueda conseguir mayor empleo

    y una

    dis-tribucin justa de la riqueza del universo, o de encerrarnos en nuestro

    propio enriquecimiento y egosmo personal, como cualquier desaprensivo

    poltico o director de banco, y sin tener en cuenta las condiciones que lle-

    van a determinadas personas a morir ahogados en pateras suicidas, o en

    revoluciones mexicanas

    de

    autoinmolacin

    al

    estilo Zapata.

    De la misma manera que hemos iniciado nuestro discurso haciendo

    ver latrascendenciade laposible intervencin psicolgica,y lasrepercu-

    sionesdecarcter universalque lamisma puede tener,astambin quere-

    mos acentuar cmo la responsabilidad a que nos estamos refiriendo en latrascendencia del cambio psicolgico no tiene que ver tan slo con la res-

    ponsabilidad individual

    del

    cientfico, sino

    con

    toda

    la

    sociedad

    en

    general,

    y

    enespecial, con las instanciasque m spoder poltico y administrativo

    ostentan.

    Sin

    embargo, tambin es verdad que la accin de la intervencin

    psicolgica trasciende igualmente el mbito de los problemas particulares

    personales,

    a

    cuya solucin

    no

    renunciam os, para tomar como objetivo

    de

    laintervencin psicolgicaelcambio necesario paralamejoradeactitudes,

    rotura

    de estereotipos sociales, preju icios colectivos atvicos,

    etc...,

    todo

    lo cual aumenta la responsabilidad de los mismos psiclogos, tanto la de

    quienes

    se dedican a la investigacin psicolgica, como la de quienes en-

    seano ap lican el progreso que se va dando mediante dicha investigacin.

    Los

    cambios psicolgicos estn,

    sin

    duda,

    en el

    origen

    de la

    mejora

    de las

    relaciones humanas,en lareduccindemuchossufrimientosy en lacon-

    secucin de la paz o de la seguridad personal. Pero dichos objetivos toman

    una

    proyeccin colectiva, y por lo tanto de una trascendencia mayor,

    cuando ms all de la intervencin clnica se pretenden mediante la mejora

    de la educacin o la optimizacin del desarrollo humano, en donde se ma-

    nifiestan

    patenteslasresponsabilidades colectivas.

    narcea, s. a. de edicio nes. 13

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    A

    CLEMENTE

    En elmagnfico anlisisdelcambio psicolgico y de susobjetivos

    queefectaM ahoney

    (1991),

    explica

    el

    autor cmo

    la

    proyeccin personal

    de autocuidado que cabe atribuir a la intervencin evolutiva no tiene por

    qu

    estar reida o ser insensible a las demandas sociales, y por lo tanto

    negativa para

    la

    sociedad.

    En

    este sentido,

    el

    autocuidado

    y la

    responsabi-

    lidad social

    no son

    mbitos aislados

    e

    inconexos, sino mutuam ente

    de-

    pendientes, e imbuidos ambos por las mismas complejidades sociales.

    Cuando nos

    centramos

    en

    nosotros mismos,

    no

    estamos erosionando

    los

    valores

    sociales

    o los proyectos transpersonales, sino que los derechos

    humanos, el bienestar personal o la coexistencia pacfica estn en los con-

    textos sociales

    y

    personales,

    y por lo

    tanto

    se

    trata

    de

    com pensar nuestros

    intereses personales con las responsabilidades sociales. Por ello, los pro-

    yectos individuales

    o de

    desarrollo individual mantienen

    un

    granvalor per-

    sonal tanto para nosotros como para nuestro sucesores, en cuantoque

    siempre

    son

    proyectos

    que van ms

    all

    de

    nuestras propias vidas concre-

    tas.

    14 narce a, s. a. de ediciones.

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    A CLEMENTE

    3.- La Psicologa del Desarrollo a lo largo del

    Ciclo

    vital.

    Ya

    hemos podido

    ir

    comprobando

    cmo en el

    campo

    de la

    Psicologa

    del

    Desarrollo

    se ha

    producido

    en los

    ltimos aos

    una

    gran

    ampliacin de su campo de estudio, pues por mucho tiempo, tanto su teo-

    racomosuinvestigacinhanestado centradasen eldesarrollode lospri-

    meros aos, como

    si

    tras

    la

    adolescencia

    se

    entrara

    en una

    etapa

    de

    com-

    pleto estancamiento, y como si de los veinte aos al

    final

    de la vida nada

    sucediese

    en la

    evolucin ontogentica

    de la

    persona humana

    que fuese

    dignode sertenidoencuentaypudieraserobjetodeestudio.

    ErikErikson, autordecita obligadaal que nosreferiremosalabor-dar las principales teoras de desarrollo psicolgico, es uno de los tericos

    que ms

    insiste

    en que al

    desarrollo adulto debe drsele

    en

    Psicologa

    un

    mayorprotagonismodel que hatenido hasta ahora.Sebasaespecialmente

    en el

    enriquecimiento

    que

    supone para

    la

    persona mayor

    la

    acumulacin

    de

    conocimiento cultural,y laexperiencia conseguida atravsde lavida.Por

    ello divide el desarrollo vital despus de la adolescencia en tres estadios,

    cada uno precedido de su correspondiente crisis evolutiva de crecimiento

    (Erikson, 1980; Erikson, Erikson y

    Kivnik,

    1986):

    1.-

    Madurez primera:

    correspondiente

    a los

    aos

    20-35

    que es el

    periodo cuando el adulto empieza una relacin de amor, o se desarrollan

    sussentidosdesoledady

    aislamiento.

    2.-

    Madurez Intermedia: de los 35 a los 65 aos, correspondientes

    al tiempo en el que los adultos se implican en trabajo productivo, inclu-

    yendo

    el crecimiento de la siguiente generacin, o permanecen estancados

    y

    centradosen smismos.

    3.-Tercera edad: de los 65 aos en adelante, que es cuando la per-

    sona intentadarsentidoa lavidaeincorporarlaseleccionesque hahecho

    en el

    pasado

    de un

    modelo significativo

    y

    satisfactorio.

    El

    fallo

    en

    esta

    edad lleva al desespero, mientras que el xito tiene como resultado un co-

    nocimiento

    de

    calidad

    y

    sabidura.

    Vygostky y sus

    seguidores tambin

    han

    distinguido

    dos

    periodos

    de

    desarrollo despus de la adolescencia:

    1.-

    De los 18a los 30

    aos,

    que es el

    tiempo

    en el que los

    procesos

    psicolgicos estn organizados como para conseguir la competencia en un

    trabajo

    productivo.

    22

    narcea,

    s. a. de

    ediciones.

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    EL CAMBIO

    PSICOLGICO EVOLUTIVO

    2.-

    De los 30 a los 69

    aos, consistente

    en el

    periodo

    de la

    creativi-

    dadreal,cuando el ind ividuo enriquece y reordena la na turaleza de la vida

    socialen lacomunidad (Markova,

    1979).

    Los psiclogos del curso de la vida, como los tericos del contexto

    cultural,pretendendar unaexplicacinde lamaneraen la queinteractan

    los cambios biolgicos,

    conductuales

    y sociales con las circunstancias

    histricas y culturales para formar la experiencia humana (Baltes,

    Featherman

    yLerner, 1990; BinstockyGeorge,

    1990).

    A

    pesar de que las aproximaciones tericas sobre el curso de la

    vida

    son

    similares

    en

    muchos aspectos, difieren

    sin

    embargo

    por el

    nfasis

    con que lo abordan. En la perspectiva delciclovital, por ejemplo, los fe-

    nmenos psicolgicos como relaciones afectivas(elsentidodel

    self)

    y la

    memoria setrazan desdelainfanciahastalavejez , para determinar cmose

    transforman como un resultado de los cambios biolgicos, cognitivos y

    sociales

    (W aterman y

    Archer,1990).

    Laperspectiva delcursode lavidatienems que ver con el

    tiempo

    en

    que se dan los principales sucesos vitales, tales como entrada en la es-

    cuela,

    el

    tiempo

    en el que uno

    deja

    el

    hogar,

    el

    momento

    de

    empezar

    a

    educara losnios,elretirodeltrabajo, lainfluenciayvidadelindividuoo

    su

    bienestar psicolgico... Los psiclogos del curso de la vida se pregun-

    tanpor lo tanto sobre la diferencia que puede existir sobre el desarrollo de

    laautoestima

    de una

    persona,

    si el

    nacimiento

    de su

    primerhijo

    ha

    coinci-

    dido, por ejemplo, con un periodo de depresin econmica personal, o de

    florecimiento

    yplena adaptacin profesional para

    la

    familia (Eider, Liker

    y

    Cros, 1984; Hareven y Adams, 1982).

    Baltes,que ha

    sido,

    sin

    duda,

    uno de los

    principales tericos

    de la

    PsicologadelCiclo V ital, creequedurantelavida adulta mucha gentede-

    sarrollaunaform a cualitativamente distintadepensamientoa la quellama

    sabidura. Ladefine como

    exceptional

    insight andju dgm ent involving

    complex

    and uncertain

    matters

    of the

    humancondition (Baltes,Smith

    y

    Staudinger, 1991: p. 136). Baltes une la sabidura a ser experto, desta-

    candoque losexpertossongentequetienenunaprofunda experiencia en

    el dominio o dominios en el que lo son. En cambio, el dominio de la sabi-

    dura

    sera

    el de la vida diaria en sociedad.

    Labouvie-Vief,otra gran terica

    de la

    life-span,cree

    que

    para con-

    seguir la sabidura las personas deben integrar dos aspectos diferen tes de

    lapersonalidad:

    el

    pensamiento

    y la

    emocin (L abouvie- Vief

    et

    al., 1989,

    Labouvie- Vief, 1990). Insiste en que los niosseparen apensar, que

    controlen susemocionesy quesean capaces decontrolarsea smismos.

    narcea,

    s. a. de ediciones. 23

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    9/17

    A

    CLEMENTE

    Este

    autocontrol requiere que mantengan a raya sus impulsos inmediatos

    para subordinar la emocin y el

    deseo

    momentneo al pensamiento. La

    autora hace notar que los adolescentes son capaces de ejercitar un conside-

    rable con trol cogn itivo sobre sussentimientosy suaccin, pero este con-

    trol tieneuncoste, pueslosaspectos emocionales de laexperiencia de la

    vida no estn bien conectados con los aspectos cognitivos. La nueva tarea

    del adulto,escribe (Labouvie-Vief, 1989), es encontrar la manera de vol-

    ver a unir los aspectos em ocionales y cognitivos de la experiencia con el

    fin de conseguir un mayor

    significado

    y un sentido ms organizado del

    propio

    yo.

    El hecho de que esta perspectiva vital no se encuentre en los auto-

    res ms

    influyentes

    en Psicologa del Desarrollo, no puede ser motivo para

    quedisminuyalaimportancia atribuibleadichos autoresmsrelevantes.En concreto,

    sera

    injusto

    atribuir ning n tipo de responsabilidad a

    Piaget,

    en

    el

    bloqueo

    de

    dicho desarrollo

    de la

    Psicologa Evo lutiva sobre

    el

    estu-

    dio del

    ciclo

    vital, pues su

    falta

    estuvo tan slo en concentrarse en un de-

    terminado periodo, que era donde mejorpodaestudiar el cambio evolu-

    tivo. Tan responsables como l seran todos los dems autores que como

    ltampocosupieron entrever hasta

    m s

    tarde

    la

    nueva perspectiva

    y

    nuevo

    objeto

    de estudio. Escierto, sin embargo, que la

    figura

    de Piaget, por

    ejemplo,

    llen de tal manera la investigacin del campo evolutivo en su

    poca,

    que

    difcilmente

    se

    pudo entrever otro desarrollo

    que el que l

    mismo y su escuela impulsaba.

    Lo grave est ms bien en el hecho de que determinadas obras de

    actualidad referidas

    a la

    Psicologa

    del

    Desarrollo sigan

    sin

    pasar

    de la

    adolescencia,

    considerando

    que

    tras

    lamismay la

    estabilidad

    en eldesa-

    rrollo que en ella pueda alcanzarse no se dan nuevas crisis ni nuevos pro-

    gresos, considerando la edad adulta como un periodo de completa estabili-

    zacin en donde nada significativo sucede. Para tales autores parece que

    carezca deimportancia psicolgica terminaro noterminarlosestudios, in-

    dependizarse

    de la

    familia,

    incorporarse

    al

    trabajo, casarse, tener hijos,

    perder el

    trabajo,

    progresar en l, retirarse,

    sufrir

    la muerte de los familia-

    res ms cercanos y del propio compaero de vida, la vuelta a la soledad y

    aislamiento,

    y

    hasta

    ser

    conscientes

    de la

    inminencia

    de la

    propia muerte

    y

    lanecesariaaceptacin o rechazo de la misma. Y, sin embargo, en todo el

    proceso habr

    que

    buscar un as pautas evolutivas

    que

    pueden contribuir

    a

    dar sentido a todo el proceso, intentando estudiar y explicar la conexin de

    unos momentos o hechos con otros,yno prescindiendo de su estudio, o

    interpretndolos como meros hechos incoherentes

    que

    pueden suceder

    o

    no,o que no

    influyen

    decisivamente en el procesopsicolgicode cada in-

    dividuo.

    Es

    evidente

    que no se

    posee

    la

    misma visin

    del

    mundo

    a los 30

    24 narcea, s. a. de ediciones.

  • 7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II

    10/17

    C MBIO

    PSICOLGICO EVOLUTIVO

    que

    a los 70

    aos. Pero

    al

    reclamar

    el

    estudio

    de

    dicho cambio pedimos

    algo ms que la mera constatacin de que se ha dado. Se trata de saber en

    qu ha

    consistido,

    qu

    tipos

    de

    patrones

    de

    conducta

    han

    llevado

    a un

    modo de evolucin u otro, cmo prevenir aquellos hechos que pueden te-

    ner unamayor incidenciaendirigirlaevolucinen undeterminado sen-

    tido, cmo prepararse para el impacto de eventos inescapables que pueden

    distorsionar el desarrollo adecuado subsiguiente o que pueden desestabili-

    zarla

    misma estructura personal

    del

    sujeto.

    Si

    nos

    quedamos anclados

    en la

    mera proyeccin explicativa

    del

    concepto deestadioen suacepcinmsrigurosa, posiblementenisiquiera

    seaaplicable a ladescripcinyexplicacindeldesarrollo cognitivo piage-

    tiano, pero nada impideelestudioycategorizacinde laevidente diferen-

    ciacin emocional, intelectualy devisindelmundoque se da sindudaalo largo de la vida adulta, puesto que dicha evolucin tiene sin duda una

    proyeccin sobre el desarrollo psicolgico humano que en modo alguno

    puede caer

    fuera

    del estudio de la Psicologa Evolutiva, como base para la

    adecuada intervencin preventiva o demejoradel desarrollo.

    En

    cuestin

    de

    desarrollo cognitivo,

    por

    ejemplo,

    son

    muchos

    los

    autores evolutivos para quien la edad adulta o la madurez parece carecer de

    importancia

    en su

    evolucin,

    sin

    embargo

    ya

    hemos dicho cmo

    una de las

    teoras

    de mayor influencia en la actualidad es la basada en el procesa-

    mientode lainformacin,ydesdeelpuntodevistadedicha teora la ca-

    pacidad

    de

    incorporacin

    y

    recuperacin

    de

    nuevos conocimientos

    de-

    pende en gran parte de los conocimientos adquiridos previamen te con los

    que se

    pueda relacionar

    lahueva

    informacin,

    por lo que la

    mayor eficacia

    en sualmacenamientoyrecuperacinenmodo algunoseraindependiente

    de la mayor o menor experiencia que sehaya adquirido a lo largo de la

    vida, siendo

    de

    esperar que,

    en

    circuns tancias idnticas

    la

    mayor expe-

    riencia se asociara con la mayor edad, a menos que exista simultnea-

    mente

    un

    deterioro

    fisiolgico de la

    mente

    que

    habra

    que

    analizar, descri-

    bir yexplicar.

    De la mismaforma, la emocionabilidad, la ilusin y los proyectos

    de

    cada persona no son los mismo en edades diferentes. Qu patrones de

    conducta llegan a explicar tal evolucin de comportamientos, y especial-

    mente qu factoresinfluyen en ellos para intervenir correctivamente o pre-

    ventivamente?

    Se ha

    venido insistiendo

    en

    cmo

    una de las

    causas

    de la

    crisis

    adolescente estaba asociada con el cambio de imagen fsica que el sujeto

    experimentaba,

    y sin

    embargo

    se le ha

    dado

    muy

    poca importancia

    al

    desa-

    rrollode lapropia personalidad adultaen

    funcin

    delenvejecimiento

    fsico

    yel consiguiente cambio de imagen, a pesar de que dichos cambios son

    narcea, s. a. de

    ediciones.

    25

  • 7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II

    11/17

    A CLEMENTE

    ms decisivos y normalmente tendentes hacia el deterioro ms que a la ad-

    quisicinde una

    personalidad

    fsica

    a

    estrenar.

    Y

    lo mismo cabra decir de los acontecimientos vitales, que sin

    dudatienen

    ms

    trascendencia para

    la

    persona adulta

    que

    para

    la

    infancia

    Serra,DatoyLeal, 1988; Serra,Gonzlezy Oller,1989; Serra,1990),a

    pesar de que la edad adulta se haya pretendido encuadrarla en una especie

    depocadelatencia inmunea lainfluenciadecualquier cambiooaltera-

    cin,porvitalquesta

    fuese.

    26

    narcea,

    s. a. de

    ediciones.

  • 7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II

    12/17

    TEOR SPSICOLGIC S

    II.-

    SIGNIFICADO

    DE LAS

    PRINCIPALES TEORAS

    EVOLUTIVAS

    1. Teoras Evolutivas y

    Psicologa.

    En el devenir

    conjunto

    que la Psicologa y la Psicologa del

    Desarrollo

    han

    tenido,

    una

    gran parte

    de sus

    resultados

    e

    interaccin

    han

    consistidoen laformalizacin,ms o menos explcita, de determinadas te-

    \orias

    que han

    ejercido

    un

    gran impacto

    en la

    evolucin

    y

    progreso

    de la

    Psicologa

    en s y que por

    supuesto

    han

    afectado

    directamente a las

    disci-

    plinas fundamentales

    de la

    misma.

    Sin

    embargo,

    las

    teoras

    no

    siempre

    son

    formales, sino simplemente implcitas.

    Habra querecurrir a los aos30 y 40, y algranesfuerzo hecho

    por

    Clark

    Hull (1943)

    para poder encontrar

    un

    verdadero intento

    de

    for-

    malizacin real de una teora psicolgica basadafundam entalmente en

    principios

    de la

    psicologa

    del

    aprendizaje.

    Sin

    embargo

    sus

    resultados

    se

    manifestaron

    incompletos, inconsistentes y, en algunos casos, emprica-

    mente incorrectos. Por ello, aunque las principales teoras de que dispon-

    gamos

    en la

    actualidad

    no se

    encuentren suficientemente formalizadas,

    como puede suceder

    en

    otras Ciencias Naturales,

    s que

    podemos deducir

    de las mismas las estructuras de referenciasuficientes como para poder

    examinar, segn preconizan, cmo se dan los procesos de cambio evolu-

    tivo,

    que es lo que

    pretendemos.

    Lo que un

    terico busca,

    en

    principio depende

    de

    mltiples presu-

    puestos tericos y mtodos de estudio asumidos previamente por el

    mismo,

    por lo que

    cabe analizar determinadas dimensiones

    que

    caracteriza-

    rn

    a las teoras que seleccionemos como las ms importantes para explicar

    el cambio psicolgico evolutivo.

    En

    primer lugar, cabe hablar

    del

    nivel molar

    o

    molecular

    de la teora,

    puesto que no es lo mismo el anlisis del cambio evolutivo que pretenda

    explicar

    las

    posibilidades

    de

    transicin

    de una

    etapa

    a

    otra -suponiendo

    que

    dichos mecanismos de transicin son siempre los mismos-, que unateora

    tan

    restringida como

    las que

    ltimamente

    han

    surgido

    en

    Psicologa Social

    que tan slo pretenden explicar algunos hechos reducidos aplicables a

    ciertosprocesos cognitivos, como podra

    ser la

    Teora

    de la

    Reactancia

    Cognitiva

    de J. Brehm (Brehm, 1966). Lgicamente pretenderemos que

    las

    teoras comentadas

    en el

    presente apartado tengan

    la

    mayor proyeccin

    narcea, s. a. de

    ediciones.

    47

  • 7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II

    13/17

    A

    CLEMENTE

    posible

    en

    cuanto

    a su

    capacidad explicativa

    del

    cambio evolutivo

    y en

    cuanto

    que

    puedan servirnos

    de

    base

    de la

    intervencin

    a

    programar.

    Un

    segundo aspecto que deberemos considerar en el anlisis de

    cada

    teora

    psicolgica, es si la misma se centra en aspectos de cambio re-

    feridos

    a laestructuraencuantoa laorganizacinde laconducta,delpen-

    samiento,

    o de

    personalidad,

    o en

    aspectos

    del

    mismo proceso

    de

    cambio,

    con

    el

    anlisis

    del

    dinamismo

    del

    mismo,

    y los

    aspectos funcionales

    de

    todo el sistema. Este aspecto es especialmente importante en tanto en

    cuanto

    pretendemos

    fundamentar

    la

    intervencin evolutiva,

    que se

    basa

    en

    la

    adquisicin

    de

    posibles estadios

    y el

    progreso

    de

    cada

    uno de

    ellos

    al si-

    guiente, en especial cuando la complejidad de variables intervinientes exige

    un

    anlisis minucioso, tanto

    de la

    estructura como

    del

    proceso.

    Un

    tercer aspectoaconsiderares el delcontenidoqueaborda cada

    teora,

    en

    parte relacionado

    con el

    primero

    de los

    aspectos, respecto

    a lo

    molar o molecular de lateora.De hecho, puede haber teoras que serefie-

    ran

    exclusivam ente a aspectos de inteligencia, o a aspectos de personali-

    dad, o incluso a aspectos meramente conductuales, desde la conceptuali-

    zacin que se haga de la misma teora. Evidentemente, desde un punto de

    vista

    de intervencin evolutiva, pretendemos el anlisis de teoras del ms

    amplio rango,

    de forma que no

    excluyamos

    de la

    misma

    ningn

    aspecto

    referidoal desarrollo psicolgico, si bien, como es lgico, algunas de las

    teoras

    analizadas, cen trndose en la perspectiva evolutiva, no abordarn

    todos

    los

    aspectos psicolgicos posibles.

    Otro aspecto que cabe analizar desde el punto de vista de cualquier

    teora

    psicolgica es hasta qu punto se pone el acento sobre la conducta

    explcita o sobre el pensamiento o la personalidadreflejados mediante pa-

    rmetros no necesariamente externos. Dicha consideracin es especial-

    mente importante sobre todo cuando,

    en

    base

    a un

    riguroso purismo m eto-

    dolgico, se ha sido excesivamente rgido en la aceptacin de lo que po-

    dran ser variables psicolgicas, reduciendo en gran manera las posibilida-

    des decrecimientode la

    Psicologa

    en unmom entoen el que elabandono

    de dicho ap riorismo metodolgico hubiera sido vital para el desarrollo de

    la misma.

    Y,

    finalmente, habr que tener en cuenta el tipo demetodologa

    preconizado porcada teora paraelanlisisde suobjetodeestudio.Hay

    que

    tener en cuenta que determinadas teoraspsicolgicashan tenido una

    amplia repercusin en la divulgacinde la misma, y que, sin embargo,

    desde el pun to de vista epistemolgico, no renen los requisitos bsicos

    comoparaserconsideradas comoteorascientficas, precisamentepor la

    falta

    de un mtodo de estudio adecuado para corroborar las hiptesis de-

    ducidasde su propia

    teora.

    De ah que el mismo hecho de ser considera-

    48

    narcea,

    s. a. de

    ediciones.

  • 7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II

    14/17

    TEORAS PSICOLGICAS

    das aqu mismo, responde ms al hecho de su repercusin cientfica o so-

    cial,

    que a que se

    acepte

    a

    ciegas todo tipo conclusiones deducidas

    de las

    mismas.

    Sin

    pretender hacer un resumen exhaustivo, por lo tanto, de las

    principales teoraspsicolgicas, nos centraremos en ladescripcinde

    aquellas teoras

    que ms

    impacto

    han

    podido tener

    en laPsicologa del

    Desarrollo y de las cuales se han podido deducir aspectos de intervencin

    fundamentalespara la mejora de los procesos evolutivos. Nuestro incom-

    pleto resumen slo pretende poder constatar la trascendencia que dichas

    teoras pueden tener

    en las

    posibles intervenciones

    que

    programemos,

    dado que en el comnmente aceptado estadio preparadigmtico de la

    Psicologa

    (por utilizar la terminologa kuhniana) una opcin exclusiva y

    excluyente representara una postura dogmtica. Ello sin perjuicio de que

    cada

    investigador

    posea

    y

    lleve

    a

    cabo

    sus

    propiasopciones, como

    nico

    mtodo de hacer progresar nuestro conocimiento cientfico actual y poder

    llegar, a partir de los resultados, a la aceptacin comn del que llegue a

    manifestarse,por ser el mseficaz,

    como paradigma dominante.

    Una

    primera reduccin

    que

    efectuamos

    se

    refiere

    al

    tipo

    deteoras

    que

    vamos

    a

    revisar

    y que

    intencionadamente

    se

    restringir

    a

    aqullas

    con

    el suficiente grado de generalidad como para que de la misma se pueda de-

    ducirel marco terico general de nuestra intervencin evolutiva. En este

    sentido,podemos decirque laPsicologadel

    Desarrollo,

    en cuando dis-

    ciplina

    fundamental

    en la ciencia psicolgica, ha aportado desde su pers-

    pectiva determinadas teoras de las que han salido determinadas conclusio-

    nes, bien para

    la

    Psicologa Clnica, bien para

    la

    Psicologa

    de la

    Educacin, ms pendientes ambas de la intervencin que de la conceptuali-

    zacin terica, urgidas

    por los

    problemas

    que

    ordinariamente

    se

    plantean

    en

    la

    clnica

    o en el

    aula.

    Por

    ello podramos decir

    que

    determinadas teoras podran conside-

    rarse como evolutivas, siempre

    que

    cum plan determinadas condiciones

    que a

    continuacin resumimos. Desde

    un

    punto

    de

    vista especfico,

    una

    teora evolutivasedistinguirde unateora psicolgica sinms,por el he-

    cho de que su

    estudio

    del

    hecho psicolgico

    seefecta

    teniendo

    en

    cuenta

    elcambio

    a lo

    largo

    del

    tiempo.

    En

    estesentido

    las

    tres tareas fundamenta-

    les de la teora evolutiva sern, 1-la de describir los cambios en una o va-

    rias reas de conducta, 2- la de describir los cambios que se den en las re-

    laciones entre varias reas de conducta, y 3- la de explicar el curso del de-

    sarrollo

    que se ha ido

    analizando

    y

    describiendo.

    En

    este sentido, la teora evolutiva no

    deja

    de lado el objetivo de

    toda intervencin que hemos discutido con detenimiento en nuestros pri-

    meros

    prrafos, sino que

    profundiza

    en el mismo, contribuy endo as al in-

    narcea,

    s. a. de

    ediciones.

    49

  • 7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II

    15/17

    A

    CLEMENTE

    crementodelconocimiento

    psicolgico.

    Lasteoras sobreeldesarrollo psi-

    colgico, alcentrarseen loscambios humanosa lolargodeltiempo con-

    tribuyen

    a darrespuestaysistematizarsussoluciones respectoalconoci-

    miento psicolgico

    con el fin de

    poder guiar

    de

    manera coherente

    la

    inves-

    tigacinsubsiguiente.En labasedetoda teora sobreeldesarrollo estnlas

    cuestiones fundamentales

    que seplantealamisma Psicologa, ascomo

    cualquier

    intervencin psicolgica consciente

    que

    persiga

    el

    cambio como

    mejoradeldesarrollodel serhumano.

    Dado

    que

    decir desarrollo

    es

    decir cambio,

    y en

    nuestro caso inter-

    vencin,con elobjetivodemejorarelproceso de dicho cambio, resumi-

    remoscon lamxima brevedad posible aquellas teora generales quemayor

    trascendencia histrica

    han

    tenido,

    y en

    especial

    las que ms

    tienen

    que

    aportar

    a unaPsicologa de laIntervencin Evolutiva.

    50 narcea, s. a. de ediciones.

  • 7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II

    16/17

    TEORAS

    PSICOLGIC S

    10.-Observaciones finales.

    Elbreve repaso efectuado

    a las

    principales teoras psicolgicas

    no

    es ms que una simple constatacin de hasta qu punto

    teora

    e investiga-

    cin

    enPsicologa

    estn directamente

    relacionadascon el

    centro fundamen-

    tal

    de nuestro actualobjetode estudio de nuestro proyecto docente e inves-

    tigador, como es la intervencin evolutiva y educativa. Desde dichas teo-

    ras podemos asumir distintas perspectivas que den sentido a los progra-

    mas de

    intervencin

    que

    realicemos, tanto

    si

    queremos aplicar directamente

    sustcnicas a la mejora de los problemas educativos, como si pretendemos

    utilizarlas desde una perspectiva evolutiva, con el fin de no perder de vista

    las

    posibilidades

    decambiode lasmuestras sobrelas que intervengamos,

    alcomparar directam ente sus posibilidades de evolucin de acuerdo con el

    nivel de desarrollo de poblaciones normalizadas, bien porque nuestros

    propios

    programas

    secentran en la intervencin evolutiva directamente,

    partiendo de muestras normales sobre las que queremos prevenir cualquier

    incidencia en su desarrollo, o porque pretendemos mejorar el proceso en

    s. En este sentido, los marcos de referencia ofrecidos nos aportan la base

    suficiente

    como para encuadrar nuestra intervencin dentro de unos mr-

    genes tericos generales explicativos

    del

    cambio pretendido

    en

    toda inter-

    vencin pero, al mismo tiempo, en tanto en cuanto preconizan dichos mo-

    delosde intervencin, nosofrecenigualmente parte de la dinmica funda-

    mental alestructurar nuestra intervencin.

    Paraterminar el presenteapartado,queremos hacer dosobserva-

    ciones

    que

    consideramos importantes.

    La

    primera

    se

    refiere

    al

    hecho

    de-

    masiado generalizado de que cuando la mayora de los autores se siguen

    refiriendo

    al desarrollo, siguen atribuyndole al mismo las connotaciones

    de Piaget de la primera poca y, desde este punto de vista, sigue conci-

    bindose

    el

    desarrollo como algo

    que se da en la

    evolucin personal

    por el

    simple paso del tiempo, y no como algo sobre lo que hay que intervenir

    para prevenir, mejorar o acelerar. No se tiene en cuenta, con la importancia

    quemerece, laespecfica

    influencia

    delam biente, exceptoendeterminadas

    teoras evolutivas como la del aprendizaje social, o la del contexto cultural,

    o delapego,que,sinembargo, lorestringenen suobjetodeestudio.

    La

    segunda observacin quiere poner

    el

    acento

    en el

    hecho excesi-

    vamente com n de que cuando se est hablando de teoras psicolgicas, en

    especial de teoras evolutivas, sesigue manteniendoel desarrollo como

    propio de los primeros aos de vida, y raramente se hace referencia ex-

    plcita a la evolucin ontogentica del periodo de la madurez o de la vejez,

    comosi sobre stos mismos pesarauna tremenda estabilidad que anulase

    cualquier posibilidad

    de

    cambio.

    A

    modo

    de

    ejemplo, baste recordar

    el

    caso de Patricia Miller (1989)que en un texto especfico de reciente reedi-

    narcea, s. a. de ediciones. 75

  • 7/25/2019 Psicologa Del Desarrollo Adulto (Clemente, A.) Caps. I y II

    17/17

    A CLEMENTE

    cin,

    dedicado

    a las

    Teoras

    de la

    Psicologa

    del

    Desarrollo,

    en

    ningn

    caso se refiere al desarrollo adulto y ni siquiera recoge n inguna teora, por

    parcial que

    fuera,

    que se pueda aplicar a tales periodos de desarrollo.

    Semejante

    reduccionismo limita gratuitamente la proyeccin no slo de la

    intervencin evolutiva, sino de toda la Psicologa.

    76 narcea, s. a. de ediciones.