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DESDE LA PRÁCTICA Una metodología de formación para el trabajo con jóvenes de sectores vulnerables

Publicacion Desde La Practica Metod Form Para Trabajo

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  • DESDE LA PRCTICAUna metodologa de formacin

    para el trabajo con jvenesde sectores vulnerables

  • DESDE LA PRCTICAUna metodologa de formacin

    para el trabajo con jvenesde sectores vulnerables

    CeCilia Borzese

    Editorial dunkEnBuenos Aires

    2008

  • Hecho el depsito que prev la ley 11.723Impreso en la Argentina 2008 Cecilia Borzese - Fundacin SESE-mail: [email protected] en trmite

    Impreso por Editorial DunkenAyacucho 357 (C1025AAG) - Capital FederalTel/fax: 4954-7700 / 4954-7300E-mail: [email protected] web: www.dunken.com.ar

  • Cada tema que nos iban dandolo bamos comparando a lo que es la vida real.

    (Gabriel, Bariloche)

  • nDICE DE ConTEnIDoS

    Acerca de Fundacin SES .....................................11

    Prlogo ...................................................................13

    Presentacin ...........................................................17

    I. Marco contextual y conceptual para pensar la formacin para el trabajo ................21Contextualizando las trayectorias profesionales de jvenes .....................................21Educacin, trabajo y una transicin compleja ....27El trabajo como organizador del espacio local ...37La gestin asociada, la intersectorialidad y la interdisciplinariedad ....................................42

    II. Una metodologa de formacin para el trabajo .47Los Grupos de Formacin e Insercin Laboral....48Quines son los jvenes participantes? .............51Los componentes de los Grupos de Formacin ...55

    Capacitacin tcnica profesional ...................57Formacin socio-laboral ................................61Tutoras ..........................................................64Prcticas calificantes......................................66Acompaamiento post-capacitacin ..............70

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    III. Las trayectorias juveniles a travs de una formacin para el trabajo ................................75Evolucin de las situaciones laborales ................77

    Las habilidades para la vida ..........................79Trayectorias y gnero.....................................81Las expectativas ............................................84Las redes sociales ..........................................91

    Aprendizajes y recomendaciones .........................95

    Bibliografa .......................................................... 101

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    ACERCA DE FUnDACIn SES

    Fundacin SES es una organizacin social con sede en Buenos Aires que se dedica a la promocin y al desarrollo de diferentes estrategias que promueven la inclusin educativa, laboral y ciudadana de los jve-nes en situacin de vulnerabilidad desde la perspectiva de los Derechos de los jvenes.

    Al mismo tiempo, a nivel nacional y regional, articula acciones con organizaciones y organismos pblicos para aportar aprendizajes y experiencias a las polticas pblicas orientadas a la juventud, cons-truyendo nuevos conocimientos con Perspectiva de escala para desarrollar acciones con jvenes.

    El mbito de Trabajo de Fundacin SES se propo-ne propiciar trayectorias laborales significativas para los jvenes en situacin de vulnerabilidad, orientan-do a la construccin de verdaderos puentes entre la educacin y el trabajo. Para ello, el mbito acompaa la formacin laboral de los jvenes a partir de meto-dologas que combinan la formacin tcnica con la socio-laboral y con un acompaamiento personalizado que compromete al joven y a su entorno comunitario en el trayecto hacia la insercin laboral en un trabajo de calidad.

    Adems, se plantea lograr la terminalidad de la educacin de los jvenes a partir de la articulacin con

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    la formacin profesional, y tambin generar experien-cias de trabajo articulado y asociativo entre diferentes actores (Estado, sociedad civil, empresas), en un ejer-cicio compartido de responsabilidades.

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    PRLogo

    Desde la prctica es algo ms que el relato de un proyecto de trabajo realizado. Es, simblicamente, la entrada al corazn y a las vivencias de muchos jve-nes de nuestro pas que buscan, a partir de reconocer-se como personas, proyectar su vida y como parte de ella, su inclusin en el mundo del trabajo.

    Recuperar las prcticas y sistematizarlas significa, entre otras cosas, generar conocimiento y aprendizaje partiendo de reconocer el valor de los saberes que cada uno de los actores aporta en este proceso de construccin. Se trata entonces de poner en dilogo al contexto y al sujeto con la intencionalidad y el sentido poltico de ser parte integrante de prcticas que pro-muevan organizacin social y favorezcan la creacin de oportunidades para el ejercicio de derechos, en este caso, al trabajo, de muchos de los jvenes de nuestro pas que quedan fuera.

    El presente libro es ni ms ni menos que la re-cuperacin de la experiencia que un grupo de 450 jvenes de nuestro pas transitaron como parte de sus historias de vida.

    En este marco y acompaados por un conjunto de personas e instituciones pblicas y privadas que cre-yeron en ellos y estuvieron dispuestos a acompaarlos,

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    fueron desarrollando una trayectoria de bsqueda ha-cia su proyecto laboral que podr o no cambiar en su futuro, pero que seguro ha dejado algunas marcas en su presente. En l, la formacin integral, las prcticas de aprendizaje y el acompaamiento a la insercin en el mundo del trabajo han sido parte del desarrollo.

    Quiz la riqueza mayor de estas pginas tenga que ver con recuperar sus voces, sus saberes, sus sen-timientos, sus frustraciones, sus deseos y sus sueos. Esto hace que lo escrito, en un punto, trascienda la letra y sea una manera de conectarnos con alguna partecita al menos, de la vida de Juan, Mnica, Silvia y tantos otros

    As mismo, encontrarn en ellas algunas herra-mientas tcnicas y metodolgicas que han guiado las prcticas territoriales y de coordinacin, del conjunto de instituciones que formamos parte de la experiencia y que esperamos puedan ser un aporte para aquellos que quieran desarrollar procesos similares.

    Vaya mi reconocimiento profundo a cada uno de los actores involucrados en el proceso por su compro-miso y esfuerzo puestos en la tarea.

    En primer lugar, a los mismos jvenes, a las organizaciones Socias y compaeras de lucha, con sus equipos de trabajo Fundacin Gente Nueva, Granja Siquem, Asociacin Civil Manos Solidarias, Fundacin otras Voces y Fundacin Crear desde la Educacin Popular y a los otros actores locales que

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    participaron (empresas, municipios, escuelas) generan-do oportunidades.

    Finalmente, mi ms profundo agradecimiento, respeto y valoracin a Sonia Vidal y Alejandro Be-llini, equipo de trabajo que desde Fundacin SES ha coordinado el programa, por su dedicacin y por el profesionalismo con el que han desarrollado la tarea, y a Cecilia Borzese por haber sostenido en la escritura, la mstica que el programa tuvo en su prctica.

    Simplemente porque creemos y lo hacemos con todos los jvenes.

    Prof. AlejAndrA SollADirectora Adjunta

    Fundacin SES

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    PRESEnTACIn

    A raz de la experiencia que hicimos despus de la ejecucin de un programa de formacin laboral con jvenes, desde Fundacin SES nos proponemos realizar esta publicacin para compartir y seguir re-flexionando sobre nuestros aprendizajes y hallazgos, y de este modo facilitar procesos de transferencia de una metodologa de formacin para el trabajo.

    El programa Navegar.sur se desarroll en Argen-tina entre los aos 2003 y 2006 y form parte de una iniciativa regional, denominada entra211, para mejorar las oportunidades de acceso al trabajo de jvenes en situacin de desventaja en Amrica Latina y el Caribe, a fin de ayudar a insertarlos en trabajos de calidad. En el caso del Navegar, llegamos a 450 jvenes. Creemos que fue una experiencia significativa dado que no solo logr alcanzar los objetivos que se haba propuesto desde el inicio, que fue insertar laboralmente al 40% de los jvenes participantes en trabajos en relacin de dependencia o independientes, sino que tambin nos permiti trabajar articuladamente entre organizaciones sociales y otros actores locales, instalando un modelo

    1 entra21 es una iniciativa de la Fundacin Internacional de la Juventud (IYF) apoyada por el Fondo Multilateral de Inversiones (FoMIN) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

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    horizontal de co-gestin de un programa implentado en diferentes localidades del pas.

    Durante los tres aos que desarrollamos las capacitaciones laborales, junto a una red de cinco organizaciones sociales argentinas Granja Siquem de ro Cuarto, Fundacin Gente Nueva de Bariloche, Asociacin Civil Manos Solidarias de Cruz del Eje, Fundacin otras Voces de Neuqun y Fundacin Crear desde la Educacin Popular de La Plata se ela-bor una amplia diversidad de materiales de anlisis y evaluaciones del proceso. Entre estos materiales contamos con entrevistas en profundidad realizadas a un grupo de jvenes egresados, encuestas estruc-turadas que fueron efectuadas al inicio, al final y al ao de egreso de la formacin, una serie de anlisis de gestin de las organizaciones ejecutoras, relatoras de las reuniones de trabajo, evaluaciones externas y un artculo que fue elaborado junto con el financiador del programa.2

    Mientras que los documentos realizados en el marco de este proyecto analizan particularmente el impacto cuantitativo de la formacin sobre la situa-cin de insercin de los jvenes en el mercado de tra-bajo, esta publicacin se propone relevar informacin de tipo cualitativa y cruzar aspectos contextuales y

    2 Dicha publicacin es: Vidal, S.; Solla A.; Gracia, C; Bottinelli, L.; Trayectorias Laborales de los jvenes del proyecto Navegar.sur, Estudios y Reflexiones N6 de entra21, IYF, 2007.

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    metodolgicos de un programa de formacin para el trabajo con aspectos subjetivos de dicho programa las percepciones de los jvenes que participaron.

    Creemos importante aclarar, desde el inicio, que no pretendemos hacer un anlisis de evaluacin del programa Navegar.sur, sino de compartir la expe-riencia y pensar el diseo y las herramientas de una metodologa de formacin para el trabajo para realizar con jvenes de sectores vulnerables desde una prc-tica concreta que consideramos positiva porque fue marcando aprendizajes en trminos de replicabilidad y produciendo formacin en la accin.

    Nuestra finalidad es poder contribuir a travs de una metodologa de formacin para el trabajo al de-sarrollo de experiencias laborales significativas entre los jvenes, teniendo en cuenta el contexto de partida, los jvenes como actores sociales, las estrategias de-sarrolladas y los principales desafos que atravesamos en el recorrido.

    La publicacin se divide en tres captulos y un apartado final de aprendizajes y recomendaciones. En un primer momento, nos interesa contextualizar las trayectorias de jvenes y conceptualizarlas en la historia. En esta primera parte traemos la voz de los jvenes para ilustrar algunas de nuestras afirmaciones tericas, pudiendo dar cuenta de la concepcin y valo-racin que hacen los jvenes respecto de las principa-les estructuras que los rodean (la familia, el trabajo, la

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    educacin). En un segundo momento, presentamos la propuesta metodolgica integral para una formacin para el trabajo con jvenes, teniendo en consideracin algunos obstculos que pueden presentarse en la im-plementacin. Finalmente, en el tercer y ltimo captu-lo, analizamos las percepciones y discursos juveniles sobre la evolucin de su situacin laboral despus de haber participado en una formacin.

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    I. MARCo ConTExTUAL y ConCEPTUAL PARA PEnSAR LA FoRMACIn

    PARA EL TRABAjo

    Contextualizando las trayectorias profesionales de jvenes

    Cmo unificar categoras que, si bien comparten momentnea o duraderamente posiciones cercanas en la estructura del es-pacio social y urbano en un corte sincrnico, siguen trayectorias distintas o muestran dis-posiciones y orientaciones divergentes hacia el futuro?.

    loc WAcquAnt(Los condenados de la ciudad.

    Gueto, periferia y Estado)

    Cuando hablamos de trayectorias profesionales pensamos en procesos complejos de integracin e inclusin al mundo del trabajo, sabiendo que los tra-yectos no son lineales ni continuos, sino que en gran medida se dan en cada sujeto en funcin de cmo se combinen diferentes factores y el peso que cada uno de ellos adquiera en ese proceso.

    En este sentido, para que podamos pensar las trayectorias educativas y laborales de jvenes es ne-

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    cesario que previamente demos cuenta del contexto econmico, poltico y social en que estas trayectorias se desarrollan. No podemos concebirlas de forma ais-lada ni desconociendo los mltiples factores que las determinan, puesto que las trayectorias individuales se constituyen y reconstituyen en determinados contex-tos y en momentos precisos (situacin de desempleo, demanda local de mano de obra, situacin educativa, polticas de juventud, contexto local del mercado de trabajo). La importancia del estudio de las variables estructurales proviene justamente de la idea de que ciertos procesos masivos tocan generaciones enteras y en consecuencia los comportamientos pueden estar caracterizados por trazos similares (Longo, 2007). Esas caractersticas comunes, que subyacen a los mltiples recorridos profesionales de jvenes, nos con-ducen a detenernos, en primer lugar, en el estudio de las transformaciones econmico-sociales producidas durante los ltimos aos.

    A raz del cambio tecnolgico, producto de la apertura comercial y la globalizacin, la demanda laboral de los mercados de trabajo cambia en favor de una mano de obra ms calificada, polivalente y con flexibilidad para adaptarse a las nuevas mutaciones econmico-productivas. En este sentido, las nuevas tecnologas de produccin y gestin, recursos cada vez ms necesarios para insertarse en el mercado de trabajo, desempean un papel fundamental.

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    Los jvenes aparecen en este contexto como la generacin ms factible de adaptarse a estos cambios, dado que crecen en contacto directo con las tecno-logas de la informacin y en un mercado laboral flexible, que implica readaptaciones continuas de roles y competencias (Weller, 2006). Asimismo, la masificacin de la educacin primaria y secundaria, producida desde los aos 80, y las tendencias de-mogrficas, hicieron creer que la participacin de los jvenes en el mercado de trabajo mejorara a lo largo de los 90 (Jacinto, 2006). Sin embargo, qu logros y mejoras obtienen los jvenes como consecuencia de la prolongacin de su escolaridad y de las innovaciones tecnolgicas?

    observamos que frente a las profundas trans-formaciones productivas, sociales y culturales, se agudiza la desigual redistribucin de los ingresos y las inequidades sociales. En Amrica Latina esto se traduce en un aumento de la desocupacin, del subem-pleo y del empleo informal (CEPAL, 2005), siendo las tradicionales categoras de empleo inadecuadas para dar cuenta de las nuevas manifestaciones del trabajo en el mercado laboral actual.

    Como consecuencia de ello, todos los grupos sociales experimentan redefiniciones y reposiciona-mientos. Sin embargo, el impacto de la ampliacin de los procesos de segmentacin afecta particularmente a los jvenes, y entre ellos, especialmente a aquellos

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    que provienen de los sectores populares y las mujeres. Estos jvenes son los ms urgidos por ingresar al mer-cado de trabajo, y a su vez, dado su bajo nivel educa-tivo y social, son los ltimos en la fila para acceder a un trabajo de calidad. De hecho, en todos los pases, la tasa de desocupacin de los adolescentes y jvenes es mayor que la de adultos, principalmente porque entre ellos se encuentran quienes buscan trabajo por prime-ra vez, sin experiencias laborales previas. Mientras que entre los aos 2003 y 2007, la tasa de desempleo general baj del 20,4% al 8,1%, es decir, un 60,3%, el ndice de desempleo entre los jvenes que tienen entre 18 y 24 aos disminuy bastante menos, del 39,8% al 20%, es decir, un 49,7%.3

    En esta lnea, podramos decir que la juventud en general es fuertemente afectada por los cambios estructurales producidos en la regin y acentuados profundamente en la dcada del 90. Si por un lado, ciertos segmentos juveniles con alto nivel educativo, econmico y socio-cultural logran adaptarse a las nuevas condiciones del mercado y acceden a circuitos de calidad, por el otro, los jvenes de sectores desfa-vorecidos son, la mayor parte de las veces, vctimas de estas transformaciones y sufren sus consecuencias, accediendo, cuando pueden, a circuitos laborales marginales y de baja calidad; intensificando as el fenmeno de la segmentacin.

    3 Datos disponibles de la EPH 2003-2007, Argentina.

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    En trminos generales, la caracterstica ms mar-cada en la relacin actual de los jvenes con el mer-cado de trabajo es la precariedad de sus inserciones laborales. Sus trayectorias suelen combinar etapas de desempleo, subempleo, inactividad, contratos tem-porarios, y/o autoempleo, muchas veces en un nivel de supervivencia (C. Jacinto; A. Solla; 2004). Esta precariedad se evidencia en los tipos de trabajo a los que acceden, generalmente sin proteccin social y sin estabilidad. En el caso de los ms desfavorecidos, es preciso agregar a esta precariedad y rotacin por di-ferentes trabajos, la fuerte discriminacin social a la que se ven sometidos, muchas veces asociada no slo al origen social y tnico, sino tambin vinculada al hecho de vivir en barrios marginales.

    Podramos decir que la manera de transitar de la adolescencia a la adultez cambia completamente de fisonoma. En los aos 60, los jvenes transitaban su juventud en trayectorias relativamente tradicionales y homogneas: trabajaban o estudiaban, esperando luego construir su propia familia y hogar. Si anteriormente el acceso a un trabajo aseguraba la inclusin de los jvenes en el mundo laboral, frente a la dilucin de las fronteras entre el trabajo y el no trabajo, el marco dentro del cual se piensa y se planifica esta transicin es puesto en cuestin. Actualmente, las transiciones de los adolescentes y jvenes desde la educacin al trabajo no pueden reducirse a una forma especfica.

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    Con esta caracterizacin se hace referencia a los nue-vos modos de trabajo que se naturalizan, tales como el trabajo informal, la terciarizacin de la economa y el subempleo. Ante la aparicin de estas nuevas for-mas de trabajo que modifican la vieja concepcin de empleo, los principios de cohesin social ya no son los mismos. Cmo establecer un lmite entre estar ocupa-do y estar desocupado cuando actualmente los jvenes fluctan constantemente entre un estado y otro?

    La contextualizacin histrica de las trayectorias educativo-laborales de jvenes pone de relieve que todo tipo de intervencin estratgica tiene que estar pensada teniendo en consideracin la realidad. Si nuestro objetivo es generar mejores condiciones de empleabilidad y de trabajo en adolescentes y jvenes, para as facilitar sus posibilidades de insercin futura, es necesario promover trayectorias educativo-laborales acumulativas, tratando de evitar una exclusin en el largo plazo.

    Despus de haber indagado en las transformacio-nes ms globales producidas en Amrica Latina en los ltimos aos, nos preguntamos: Cmo dar cuenta de las trayectorias juveniles sin tener en consideracin las continuas entradas y salidas entre la educacin (formal e informal) y el mercado laboral (formal e informal)? Cul es hoy la vinculacin entre la educacin y el tra-bajo? Cules son los desafos que enfrentamos desde nuestra intervencin?

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    Educacin, trabajo y una transicin compleja

    Seor,La jaula se ha vuelto pjaro y se ha volado.

    AlejAndrA PizArnik(Las aventuras perdidas)

    Los lazos y puentes entre la educacin y el trabajo siguen siendo difciles de construir. Si bien el aumento de los aos de escolaridad obligatoria a diez aos pro-medio en los pases de la regin latinoamericana, trajo una leve mejora en la terminalidad educativa, slo alcanza a algunos sectores de la poblacin juvenil y no garantiza per se el acceso al mundo del trabajo. Como dice Mara de Ibarrola, es indispensable derribar la nocin de que las interacciones entre la escuela y el trabajo puedan ser de causa directa a efecto inmedia-to (Ibarrola, 2004: 337). De hecho, la transicin deja de ser un camino corto y previsible y el proceso de insercin deviene ms complejo y amenazado por la precariedad.

    En este sentido, las expectativas y motivaciones de los jvenes de hoy respecto a la educacin y el mundo laboral, difieren fuertemente de antao. Si antes la formacin era considerada un medio para acceder directamente a un trabajo, actualmente este vnculo se encuentra deteriorado. La relacin educa-

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    cin-trabajo no es universalizable. Nada nos asegura que despus de capacitarnos podremos tener un tra-bajo, y menos an, un trabajo de calidad (es decir, estable, bien remunerado, protegido socialmente y en buenas condiciones de trabajo).

    De esta manera, podemos afirmar que las transi-ciones de los jvenes se diversifican, se fragmentan, se individualizan y pasan a constituir un momento en s mismo, una fase de transicin4, siendo insatis-factorio ahondar la problemtica del pasaje desde el mundo educativo al mundo laboral desde una mirada esttica que no tome en cuenta el recorrido transitado por inserciones y deserciones mltiples y diversas. Desercin escolar, reinsercin en la escuela media, reinsercin en educacin para adultos, cursos de for-macin profesional, ingreso en la universidad Todas ellas son situaciones que se combinan, se entrecruzan, se enlazan y dan como resultado diferentes itinerarios educativos juveniles.

    Cre que el magisterio me gustaba pero me di cuenta que no por eso ahora me anot de enfer-mera Ya me gustaba desde antes pero no poda entrar porque no tena secundaria y en realidad me gusta, porque trabajaba en la clnica del sol y ayudaba a la gente, a las enfermeras (Mariana, Bariloche)

    4 Concepto utilizado por Gauti, Jerme (2003).

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    Las transiciones se constituyen como fases com-plejas y cada vez ms extendidas en el tiempo, en la que se suceden y articulan momentos educativos y momentos laborales.

    De este modo, y ante la imposibilidad de esta-blecer un continuum entre educacin y trabajo, se fortalece una sensacin de incertidumbre y de riesgo en torno al mbito del trabajo. Nada nos garantiza que una vez en el mercado de trabajo, vamos a permanecer en l (Kremenchutzky, 2005). Sin embargo, a travs del discurso de los jvenes vemos que para aquellos que logran incluir la idea de futuro y de proyecto de vida, la educacin y el trabajo, y su interrelacin, si-guen ocupando un lugar central.

    Porque si no tens ttulo no entrs en ningn lado, con eso pods entrar en cualquier lado, laburar en una fbrica como la gente, no en una cueva. (Ro-drigo, prov. de Buenos Aires)Yo quiero estudiar algo, porque ahora estoy bien pero uno no sabe que puede llegar a pasar en un fu-turo. Uno, digamos, capaz que estudia algo, ya tiene el ttulo y despus se la puede bancar con eso, como que recibs ms respeto. (Gabriel, Bariloche)

    Coincidimos con Weller cuando dice que el mis-mo grado educativo hoy en da no otorga las mismas habilidades que antes () pero el mejoramiento de la cantidad y la calidad de la educacin es y seguir sin

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    duda una condicin clave para la insercin laboral in-dividual y colectiva (Weller, 2005). En efecto, la falta de credenciales educativas que son requeridas por el mercado laboral condiciona el trnsito de los jvenes a trabajos con mejores formas de contratacin, inscri-biendo sus trayectorias en trabajos de baja calidad y sin formalidad.

    No obstante, mismo aquellos jvenes que egresan de la escuela secundaria se encuentran muchas veces con grandes dificultades a la hora de encontrar traba-jo, puesto que el sistema educativo y de capacitacin tcnica guarda poca vinculacin con la demanda de mano de obra del aparato productivo, que exige per-files adaptables a un modelo capitalista caracterizado por la movilidad y la especializacin flexible. Esto quiere decir que la falta de formacin especfica tam-bin complejiza la bsqueda de trabajo en jvenes que se sienten desorientados a la hora de definir su perfil profesional.

    Uno sale del secundario y y est con esa incerti-dumbre: Qu hago? (Nstor, Cruz del Eje)

    Por un lado, la baja calidad de los aprendizajes, la repitencia recurrente, el ingreso tardo al secundario, la estigmatizacin creciente en la vida cotidiana y la desercin escolar, son problemas que se repiten parti-cularmente entre las poblaciones ms desfavorecidas, en las que resulta complejo comprender las situa-

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    ciones reales de partida, y por ende, an ms difcil disear estrategias adecuadas para cubrir y/o prevenir desigualdades profundas. En una sociedad con una estructura de oportunidades sociales segmentada, las trayectorias juveniles estn condicionadas segn a cul crculo educativo se acceda. Asimismo, la mater-nidad temprana de jvenes mujeres, y/o la necesidad econmica de los hogares que obliga a un joven a salir tempranamente a buscar trabajo para compensar el ingreso familiar, son algunas de las situaciones de desventaja que afectan a la terminalidad educativa de sectores populares.

    Yo dej la escuela por trabajo, y ahora el trabajo ese no lo tengo. Y es como que trabajo en negro, o sea, tengo que hacer lo que alguien me dice, por ah no me gusta tanto trabajar, lo hago porque sino no puedo cubrir mis necesidades. (Marcos, prov. de Buenos Aires)

    Por otro lado, los trayectos laborales, en la mayor parte de los casos, ms que agregar valor formativo y educativo en los jvenes, contribuyen a reforzar los circuitos de frustracin y exclusin ya vividos con anterioridad en la escuela. Ellos mismos acceden a trabajos inestables y precarios, o son beneficiarios de planes sociales que exigen contraprestaciones, que ge-neralmente funcionan como si fueran trabajo, pero ellos mismos identifican como subsidios. En qu me-dida son formativos estos modos de incorporacin al

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    mundo del trabajo? Se produce all una socializacin laboral que permita cierta acumulacin de experien-cia? Puede considerarse un paso hacia la estabilidad laboral, hacia la configuracin de una ocupacin, y finalmente, hacia la conformacin de una identidad ocupacional? (Jacinto, 2005).

    cuando trabajaba como moza, me hacan traba-jar hasta 10 horas por da, no siempre me pagaban y me hacan limpiar todo, ni siquiera nos daban el desayuno, si quedaba algn pedazo de pizza de los clientes nos permitan calentarlo y comerlo, pero no siempre (Eva, Cruz del Eje)

    No solo creemos que estos modos de incorpo-racin al mercado de trabajo no son formativos, sino que tambin son muchas veces la causa de la gran inestabilidad ocupacional entre los jvenes. En efecto, las experiencias laborales juveniles aparecen fuertemente caracterizadas por una alta rotacin y movilidad laboral, dando cuenta de trayectorias muy fragmentadas. Podemos hablar de la validacin del modelo de sucesivos cambios en la experiencia laboral como una nueva normalidad del mercado de trabajo actual (Seplveda, 2005).

    Cules son los motivos que explicaran esta ele-vada rotacin? En primer lugar, es preciso mencionar que siendo los jvenes quienes tienen ocupaciones menos estables (contratos temporarios, no declarados),

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    se convierten generalmente en la variable de ajuste de muchas empresas (Schkolnik, 2005). Por otro lado, segn estudios realizados (Vidal y otros, 2007; Jacin-to, 2007), un primer aspecto sealado por los jvenes refiere a los ingresos muy bajos, a trabajos rutinarios o fsicamente agotadores y a los malos vnculos labora-les. Un segundo aspecto que influye notablemente en la inestabilidad laboral es la expectativa de los jvenes de conseguir un trabajo mejor, a decir de ellos, un empleo que se adapte a los estudios o cursos que reali-zaron. Finalmente, un tercer aspecto que condiciona la permanencia es el deseo de continuar los estudios de nivel secundario, terciario o universitario. En este sen-tido, comprobamos que la calidad subjetiva del trabajo adquiere gran relevancia respecto a la permanencia o a la discontinuidad en el puesto. De hecho, observamos que en el imaginario de los jvenes a veces es difcil separar la valoracin del trabajo per se el placer e inters en la tarea realizada de las relaciones sociales que se tejen en el interior del mismo clima de trabajo entre compaeros, relacin con el jefe, etc.

    mi pap trabajaba para una empresa de m-quinas agrcolas. Era un buen trabajo: adems del salario tena buena relacin con el jefe y con los compaeros. (Carola, Ro Cuarto)

    Sin embargo, despus de realizar cierto recorrido por diferentes tipos de trabajos, muchas veces preca-

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    rios, los jvenes tienden a valorar la estabilidad, y en la medida que encuentren un trabajo ms acorde a sus intereses, quieren y procuran conservarlo. Es preciso remarcar que la estabilidad es generalmente conside-rada un atributo por aquellos que se sienten satisfechos con la tarea que realizan.

    Los trabajos yo los tomaba porque los necesitaba en ese momento, pero no era lo que yo busco, por eso ando siempre cambiando de trabajo, porque no hay lo que a mi me gusta ya sea: no pagan lo que corresponde, te exigen mucho o no es lo que yo quiero hacer Yo busco un trabajo que me guste y si me gusta, me voy a quedar en este trabajo. O sea me pagan lo que tiene que ser, y bueno me voy a quedar ah hasta que me jubile. (Jorgelina, Bariloche)

    Aqu nos preguntamos: qu modelo tiene, cmo sabe y concibe qu es el trabajo, un joven que nunca vio a nadie que tuviera un trabajo digno en su fami-lia? Muchos jvenes slo han visto a sus padres tener pequeos trabajos eventuales y/o vivir de subsidios a la pobreza, lo que significa que hay una cultura del trabajo que, como mnimo y en una visin opti-mista, difiere claramente de la que hemos concebido en dcadas pasadas, vinculada al ascenso social, a la independencia econmica y al ingreso a la vida adulta. En estos casos, ms tiene que ver con un imaginario

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    de trabajos inestables, y muchas veces ausente, diso-ciando la identidad social de la ocupacional.

    Sin embargo, existira entre ellos un gran prag-matismo y, en este sentido, muchas expectativas de que se les de una oportunidad de integrarse, puesto que la realidad no es que valoran el no trabajo, sino que no tienen oportunidad de ingresar y/o permanecer en l. (Jacinto y otros, 1998: 24).

    A mi se me dio por pensar si no trabajo no pue-do estar viviendo, o sea no podra estar bien en mi casa porque estara todo el da sin hacer nada, ya me pas eso, y no me gust. (Marcos, prov. de Buenos Aires)Y a veces me contratan, es un trabajo tranqui-lo, bueno se cansan los pies, todo lo que sea, pero cuando se trata de trabajo, yo no tengo ningn inconveniente. (Nstor, Cruz del Eje)

    Creemos que sigue existiendo una cultura del trabajo entre los jvenes, construida ms desde los relatos de sus familiares que de lo que realmente ellos conocieron. Porque vemos que muchos jvenes son concientes de todas las garantas que podran tener sus trabajos. De hecho, aunque parezca contradictorio y quiz relacionado con elementos de carcter cultural, desde lo que ellos mismos explicitan, un porcentaje significativo, buscan ser trabajadores, y ms espe-cficamente, empleados (condicin asociada a la

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    estabilidad y seguridad econmica, ambas demandas vinculadas al trabajo protegido que sus padres pueden haber vivenciado en el pasado).

    En efecto, en sus descripciones, la mayor aspi-racin a nivel laboral es tener un trabajo registrado y con un salario digno. Los criterios ms destacados son el sueldo, en tanto vnculo estable; los beneficios (relacionados principalmente con la obra social); y la jornada laboral en la que se respeten los horarios de trabajo establecidos, con fines de semana libres.

    Primero estar en blanco, segundo que paguen un sueldo medianamente bien y tercero que no sea tan esclavo para que te deje disponibilidad horaria. (Manuel, Ro Cuarto)

    En el marco de un escenario de gran incertidum-bre y frente a trayectorias educativo-laborales que se caracterizan tambin por ser inciertas, el trabajo deja de ser el nico factor de integracin social. En este sentido, creemos que la articulacin entre educacin y trabajo se convierte en una prioridad para acceder a la misma, haciendo necesario pensar estrategias de formacin ms integrales y mejor articuladas con el fluctuante mercado de trabajo. Pensar una corres-pondencia entre la educacin formal y no formal y el mercado laboral implicara tomar en consideracin el desajuste existente intentando superarlo. Si seguimos pensando bajo un modelo que concibe las trayectorias

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    juveniles de forma lineal y previsible, seguiremos concibiendo la educacin y el trabajo como dos esferas escindidas. Es necesario readaptar esta articulacin al contexto presente.

    El trabajo como organizador del espacio local

    La heterogeneidad de perfiles de la poblacin juvenil, en cuanto a educacin, cultura, trabajo, lugar de residencia y trayectoria de vida, es fundamental en la caracterizacin y en el diseo de estrategias de formacin que se conciben para los jvenes, apuntan-do a diferentes nichos ocupacionales y a diferentes realidades locales. En esa diversidad local, vemos que el trabajo ocupa un lugar central en tanto organizador de la actividad econmica del territorio.

    Es por ello que creemos que partir del estudio de la realidad a nivel local es fundamental para la con-cepcin de estrategias de formacin para el trabajo, por ser el mbito geogrfico de referencia inmediata en el cual las relaciones sociales se desarrollan en un contexto de proximidad (Mazorra y otros, 2004). De esta manera, lo local nos conduce a tener en cuenta y a priorizar el anlisis de las dimensiones del tiempo y del espacio, poniendo de esta forma en discusin las estrategias tradicionales de capacitacin laboral.

    Por un lado, un proceso de formacin para el tra-bajo que se concibe desde un espacio local, implica

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    que todos los actores presentes en el rea empresas, gobierno provincial y/o municipal y organizaciones sociales, puedan poner en prctica mecanismos para identificar las necesidades de un territorio y de su co-munidad. En la medida en que el diseo y ejecucin de los programas de formacin e insercin laboral de jvenes responden o se ajustan a los diferentes perfiles productivos locales, presentan mayores probabilidades de xito.

    Esta lgica rompe con el paradigma de los programas regidos por el Estado federal de manera centralizada y estandarizada, y nos vincula con una forma de pensar e implementar los programas donde se revaloriza el rol y las incumbencias de los actores locales. Lo local no necesariamente coincide con los lmites polticos de los municipios, departamen-tos o provincias, sino que queda delimitado por las relaciones sociales que se constituyen y desarrollan a lo largo del tiempo, es decir, por los vnculos que se generan entre los distintos actores sociales. (Mazo-rra y otros, 2004). Sin embargo, la descentralizacin no es un proceso de cambio que se realiza de forma automtica aunque la mayor parte de las veces se realiza sin el apoyo tcnico y financiero adecuado, sino que necesita de la articulacin y coordinacin de una red de actores, recursos, infraestructura y capacidades instaladas para la puesta en marcha de esta reforma.

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    Por otro lado, una capacitacin laboral debe con-templar la dimensin temporal de los proyectos, ajus-tndose, en lo posible, a la propia realidad, tiempos y necesidades de los jvenes. Esto implica llevar adelan-te estrategias de formacin para el trabajo acompaa-das por una serie de metas vinculadas con el ejercicio protagnico de la ciudadana y con el desarrollo per-sonal y profesional en tanto proyecto de vida. En este sentido, es asimismo importante que este desarrollo incluya al entorno familiar y al grupo de pertenencia en el que el joven se autoafirme y desarrolle como sujeto a partir del vnculo con los otros, en el espacio grupal. En efecto, el mbito familiar tiene gran inci-dencia en la estructuracin de diferentes trayectorias de vida juveniles. Esto lo comprobamos cuando obser-vamos los recorridos realizados por algunos jvenes, que aprenden determinados oficios (electricista, pintor, albail, costurera, etc.) trabajando con sus familiares. Mientras que en muchos casos esta herencia de la ocupacin no es cuestionada, algunos jvenes tienen una mirada ms crtica y pretenden alejarse de los re-corridos que les vienen de alguna manera impuestos por sus familiares ms cercanos.

    Pero yo no quiero que mi hermano termine como mi pap, toda su vida haciendo changas. (Gabrie-la, Neuqun)

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    En algunos casos por herencia y en otros, por rechazo o vergenza, los jvenes toman decisiones y construyen su historia de vida en funcin de algunos sucesos familiares. Del mismo modo, pensar al joven en relacin significa acompaarlo a ampliar su pers-pectiva de conocimientos y relaciones, que en los ms de los casos, se encuentra limitada al espacio barrial.

    Mis trabajos fueron as, de porque vos conocs a aquella persona and, pregunt, si te interesa, acercte, y yo iba (Sandra, Neuqun)

    En contraposicin a los programas tradicionales de formacin laboral, una formacin para el trabajo no termina en el dictado de cursos de formacin tc-nica demandado por el mercado local en un tiempo limitado. En general, las lgicas de los programas de formacin tradicional se caracterizan por tiempos acotados y predefinidos; es decir, empieza un curso de formacin tcnica, que aunque incluya otros compo-nentes de formacin en competencias socio-laborales o para la vida, empiezan y terminan; los llamados enlatados que poco responden a lo que necesitan los jvenes y que lejos estn de considerar la inser-cin como un proceso. Es importante, en este sentido, reflexionar cunto de esta situacin est relacionado con el financiamiento y la lgica de las agencias de cooperacin internacionales, y en qu medida influyen

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    sobre las decisiones de los gobiernos y las organiza-ciones sociales que los ejecutan.

    Tampoco parece suficiente la incorporacin a lo largo del proceso formativo, de las llamadas formacio-nes socio-laborales y/o en emprendedorismo, y/o las llamadas prcticas calificantes. Todas estas herramien-tas son sin dudas muy valiosas e importantes, pero no por ello suficientes para lograr la inclusin laboral. Es necesario, en este plano, acompaar a los jvenes con propuestas en las que se sientan parte y que se desarrollen a modo de proceso. Desde esta perspectiva sistmica, el da despus de la capacitacin, no debera ser ms que la culminacin de una parte del proceso formativo y el inicio de otra etapa, que incluya tam-bin la lgica de trayectoria de insercin. Esta otra etapa requerir tambin acompaamiento, tiempo y estrategias formativas que acompaen el desarrollo personal y laboral de cada uno de los jvenes o de los grupos, a fin de trasformar sus ilusiones y expectati-vas en proyectos precisos. Esta situacin se visualiza quizs con ms claridad en los programas de genera-cin de autoempleo o micro-emprendimientos, que requieren de una ingeniera y un fuerte proceso de seguimiento, que incluye tanto la perspectiva personal y la grupal como las propias del proyecto o negocio, para que stos sean sustentables y duraderos en el tiempo. Una trama y un proceso similar son requeri-

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    dos para apoyar a los jvenes a sostener empleos en relacin de dependencia.

    De este modo, una formacin para el trabajo debe estar pensada desde una concepcin del sujeto que aprende y desde una metodologa participativa que posibilite la comunicacin y la creatividad de los participantes, trascendiendo los aspectos tcnicos de la enseanza. Asimismo, los diseos programticos modulados y flexibles permiten la entrada y salida de los jvenes, ms desde el tramo o trayecto necesario a realizar, que desde la secuencia didctica comn para todos. Es a travs de este ejercicio y prctica continua, junto con el conocimiento de los espacios posibles a alterar que lograremos ir generando currculas edu-cativas que puedan ser validadas y certificadas por el sistema educativo formal.

    La gestin asociada, la intersectorialidad y la interdisciplinariedad

    Existen en los pases de la regin, una serie de experiencias, programas, polticas y estrategias pro-venientes de los diferentes actores sociales pblicos y privados, que aunque aisladas todava, intentan dar respuesta a las situaciones complejas que se presen-tan a nivel del territorio desde la gestin asociada, la intersectorialidad y la interdisciplinariedad. Estos desarrollos son pocos y an muy incipientes, cuando

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    de tiempos histricos se trata, pero van aportando otra forma de construccin de entramados locales, a los que, se suman tambin las escuelas y las univer-sidades como actores claves para la inclusin laboral juvenil en el marco del desarrollo local. La constitu-cin de mesas multiactorales parecera ser una de las estrategias a seguir explorando para la creacin de un ambiente favorable a la innovacin y a la generacin de aprendizajes colectivos.

    Analizar e interrogar cada uno de estos procesos en sus mltiples dimensiones y relaciones, segura-mente contribuye a comprender con ms precisin los procesos de construccin de una nueva instituciona-lidad5, puestas al servicio de procesos de generacin de oportunidades para la inclusin laboral de los j-venes ms vulnerables. En este mismo sentido, el cre-cimiento como sector y los cambios de posicin que venimos realizando las organizaciones de la Sociedad Civil en los ltimos aos, en tanto nuevos actores de la construccin del espacio pblico, viene de la mano de una serie de mutaciones que, al mismo tiempo, se estn dando en cada uno de los sectores y actores en nuestras sociedades.

    Por un lado, el Estado intenta promover de distin-tas maneras, la incorporacin de las organizaciones

    5 Concepto utilizado por: Girardo, Cristina; De Ibarrola, Maria. (2004)

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    de la sociedad civil en el diseo, gestin y desarrollo de las polticas pblicas (a modo de ejemplo podemos mencionar el programa Nacional Todos a Estudiar6 del Ministerio de Educacin, Manos a la obra7 del Ministerio de Desarrollo Social y Ms y Mejor Tra-bajo8 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social).

    Por su parte, las empresas, estn empezando a visualizar, a travs de la llamada responsabilidad Social Empresaria, que no alcanza con la filantropa o el marketing social para desarrollar cambios sus-tentables en el tiempo; es preciso plantearse nuevos espacios de accin conjunta con otros sectores, y asumir desde all nuevas responsabilidades en el pro-ceso formativo de los jvenes programas sociales y de voluntariado corporativo. Existen en este sentido algunas experiencias en las que los empresarios cola-boran en la identificacin de las demandas de empleo; en la definicin, ajustes y validacin de las currculas de formacin; en el padrinazgo y tutora de algunos de los jvenes; en espacios de formacin vinculados

    6 El Programa Nacional de Inclusin Educativa Todos a Estu-diar se propone dar respuesta al problema de la exclusin educativa y social de chicos y adolescentes entre 11 y 18 aos de edad que se encuentran fuera del sistema escolar.

    7 El Plan Manos a la obra fue lanzado en agosto del ao 2003 con el objetivo de apoyar iniciativas de desarrollo productivo y/o comu-nitario, enmarcadas en procesos locales de inclusin social.

    8 El Plan Ms y Mejor Trabajo es una herramienta creada para promover la insercin laboral de trabajadores desocupados en empleos de calidad.

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    al emprendedorismo; en la definicin de planes de negocio; como as tambin en la recepcin de jvenes en prcticas de formacin, la contratacin de los mis-mos y hasta en la presentacin de estos jvenes a otros empresarios, contribuyendo a incrementar el capital de relaciones sociales de los jvenes.

    Asimismo, las organizaciones sociales como sec-tor, lejos de la intencin de ocupar el lugar del Estado, tenemos el compromiso de desarrollar nuevos enfo-ques y estrategias innovadoras para las actuales pol-ticas de formacin para el trabajo y para la incidencia en polticas pblicas.

    En este panorama de mutaciones y cambios, las tensiones y limitaciones que se presentan en la accin, estn muchas veces relacionadas con las lgicas de un funcionamiento viejo que convive con la bsqueda de nuevas lgicas en las que vamos haciendo camino al andar. Ms all de las palabras muchas veces coinci-dentes que usamos, tales como participacin , ejerci-cio ciudadano , desarrollo local , actora social , hay diferencias a la hora de ponerlas a jugar en una prc-tica para la que no hay recetas ni modelos absolutos. Los cambios en las dinmicas de las relaciones entre los actores sociales, se dan en paralelo a las nuevas definiciones que cada uno de los sectores va haciendo sobre s mismo.

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    II. UnA METoDoLogA DE FoRMACIn PARA EL TRABAjo

    Una importante diversidad de prcticas en nuestro pas y en Latinoamrica nos muestra que para alcanzar mejores resultados, es preciso disear sistemas forma-tivos, pensados como trayectorias de aprendizaje que agreguen valor, que contemplen diferentes estrategias y etapas, articuladas con proyectos de desarrollo local o sectorial, que se retroalimenten entre s y al mismo tiempo con ciertos niveles de interdependencia y flexi-bilidad interna.

    Habiendo introducido los principales sucesos e inte-rrogantes que guiaron nuestra reflexin, en este apartado presentamos las herramientas para instrumentar una metodologa de formacin para el trabajo, porque cree-mos que es a travs de las prcticas significativas que se pueden entender con mayor profundidad los desafos, implicancias y limitaciones de nuestras intervenciones. Creemos en una intervencin integral y en un modelo de alianzas que tenga en cuenta la multiplicidad de factores que inciden en la construccin de trayectorias juveniles ascendentes de insercin.

    realizamos un abordaje metodolgico de la problemtica de la insercin laboral de jvenes con menos oportunidades, presentando los diferentes

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    componentes de dicha metodologa y poniendo espe-cial relevancia a la perspectiva de las organizaciones sociales: Cmo se incorporan estos dispositivos en las prcticas de las organizaciones sociales? Cules son las dificultades y los logros que identifican las organizaciones para instrumentarlos?

    Los grupos de Formacin e Insercin Laboral

    Desde la metodologa llamada Grupos de Forma-cin e Inclusin Laboral (GFeIL), intentamos incluir algunos de los aspectos antes mencionados y que en-tendemos claves para el abordaje integral y procesual de la problemtica de la inclusin laboral de jvenes en situacin de vulnerabilidad.

    Hablamos de metodologa, ya que como tal, es una herramienta de trabajo factible de reeditarse y replicarse en diferentes escenarios locales, dado que puede funcionar como gua a seguir en trminos de pasos, pero que presenta, al mismo tiempo, la suficien-te flexibilidad interna para adaptarla a los escenarios y contextos en la que se desarrolle.

    La misma consta de dos momentos: el Diagnsti-co Participativo Econmico Local (DPEL) y la consti-tucin y desarrollo de los GFeIL propiamente dichos. En primer lugar, el diagnstico implica el desarrollo de una serie de acciones y actividades que apuntan a detectar las demandas o nichos productivos y econ-

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    micos locales, y al mismo tiempo las motivaciones, saberes, necesidades e intereses de los jvenes de la localidad en relacin al mundo del trabajo. En segun-do lugar, los grupos de formacin e insercin laboral incluyen tanto el proceso de formacin laboral como el acompaamiento a la insercin y/o al desarrollo productivo.

    La aplicacin de los dos momentos de la metodolo-ga requiere de doce meses como mnimo de desarrollo. Sin embargo, creemos pertinente que, en funcin del diagnstico, se ajusten los tiempos del sistema de for-macin a las necesidades reales que surjan. La variable temporal en este tipo de desafo no es un tema menor, dado que es necesario en todos los casos encontrar un equilibrio entre las prcticas reales de aprendizaje y la situacin de estar trabajando.

    El diagnstico de la realidad local y de los j-venes forma parte de una propuesta metodolgica, que se enmarca dentro de un proceso ms amplio de desarrollo local, procurando generar espacios pblico-privados, donde se profundice sobre las realidades que se quiere trabajar (educativas, sociales o econmicas del territorio) a fin de alcanzar consensos en el modo de comprenderlas y de proponer acciones de transfor-macin de las mismas.

    Si bien, en general, existe algn tipo de releva-miento cuantitativo de la localidad (nivel de desocu-

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    pacin juvenil, ndices de decersin escolar, etc.), esta metodologa prioriza la informacin cualitativa. A travs de la realizacin de entrevistas a informantes clave funcionarios pblicos, referentes de organiza-ciones locales y del sistema educativo, empresarios y jvenes de la localidad, podemos detectar con mayor sensibilidad la dinmica econmica, la realidad del sistema educativo, las caractersticas del mercado de trabajo. Asimismo, a partir de la realidad de estos jvenes, se pueden definir las lneas centrales para estructurar las propuestas de formacin e insercin laboral que ms se adapten al contexto de la juventud de la localidad.

    Una vez realizado el diagnstico, en alianza cre-ciente intersectorial con los actores comprometidos con la insercin laboral de los jvenes, se disean y desarrollan los contenidos de los cinco componentes de los Grupos de Formacin e Inclusin Laboral, los cuales son:Capacitacin tcnica profesional,Formacin socio-laboral,Tutoras,Prcticas calificantes,Acompaamiento post-capacitacin.En el marco de esta alianza local se identifican y

    definen los nichos de mercado especficos, se adaptan los contenidos de la currcula de la capacitacin a la realidad

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    local y se fomenta el trabajo personalizado y grupal, con el objetivo de que los jvenes puedan realizar, al finalizar la formacin, una prctica laboral en empresa, organiza-cin social u organismo pblico, o bien puedan concretar iniciativas de auto-empleo y/o empresariales.

    La cantidad de jvenes que forman parte de los grupos oscilan entre 10 y 20 participantes, y el perfil de los mismos depende en gran medida de los requisitos mnimos necesarios establecidos por la formacin a desarrollar. A travs de este desarrollo metodolgico pretendemos llegar a los jvenes ms vulnerables, entre ellos, especficamente a quienes no estudian ni trabajan.

    Quines son los jvenes participantes?

    Una caracterizacin de los jvenes participantes permite disear una formacin para el trabajo que intervenga desde mltiples frentes, en forma integral, priorizando el sostenimiento de jvenes a lo largo del proceso formativo.

    Los jvenes que intervienen en una formacin para el trabajo que aplica la metodologa propuesta, viven en un entorno social difcil, con bajos niveles educativos y escasas posibilidades de acceder a traba-jos de calidad. En un gran nmero cuentan con esco-laridad formal incompleta, situacin que est muchas veces en relacin con la imposibilidad de canalizar adecuadamente problemas personales (conflictos

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    socio-familiares, repitencia recurrente, ingreso tardo al secundario, falta de competencias bsicas, bajas calificaciones), que se manifiestan en una sensacin de frustracin e impotencia para responder a exigencias tanto internas como externas.

    Muchos de ellos estn urgidos por trabajar para aportar a los ingresos del hogar o para sostener a sus propias familias, teniendo para ello que recurrir tempranamente al trabajo, con horarios rotativos o de jornada completa, que imposibilitan u obstaculizan la continuidad de los estudios. Muchas veces estos jvenes cuentan con una serie de conocimientos y saberes que les permiten desarrollar estrategias de supervivencia.______________________________________

    Breve descripcin poltico-institucional del proyecto Navegar.sur

    Uno de los logros fuertes del programa, fue la historia: haberlo diseado y presupuesta-do entre todos; haber pensado en instancias que solucionaran los problemas fue un factor facilitador.

    (AlejAndrA SollA, directorA AdjuntA fundAcin SeS)

    El proyecto Navegar.sur fue ejecutado entre Fun-dacin SES y una red de cinco organizaciones sociales

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    locales (Crear desde la Educacin Popular, Manos Solidarias, otras Voces, Granja Siquem y Gente Nue-va), entre junio del ao 2003 y agosto del 2006, con la finalidad de mejorar las posibilidades de insercin laboral de jvenes en situacin de desventaja entre 17 y 25 aos de ocho localidades del pas.9. El proyecto inclua una capacitacin tcnica en Tecnologas de la Informacin y la Comunicacin (TICS) orientada de acuerdo a los nichos de mercado de las economas regionales.

    Los 450 jvenes que participaron en el proyecto fueron distribuidos en grupos de 10 integrantes. Cada grupo contaba, durante 10 meses, con el asesora-miento de un tutor, y reciba dos formaciones: una capacitacin en tecnologas de la informacin y una capacitacin socio-laboral. Por un lado, la capacitacin en TICS comprenda: un mdulo bsico, un mdulo de especializacin (diseo de pgina Web, diseo asistido por computadora), y la realizacin de una prctica ca-lificante. Esta ltima se instrumentaba hacia el final de la enseanza en el aula. Por el otro lado, la formacin socio-laboral inclua las herramientas para progresar en la vida (hbitos de trabajo, destrezas sociales), las aptitudes y herramientas para conseguir empleo (armado de CV, entrevistas de trabajo), y elementos

    9 Las localidades en las cuales se implement el proyecto fueron: Cruz del Eje, ro Cuarto, Neuqun, Bariloche, La Plata, Quilmes, Berisso y Avellaneda.

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    de anlisis crtico de la realidad poltica, econmica y social.

    Asimismo, los jvenes colaboraban en grupos de actividades comunitarias con el fin de fortalecer la participacin juvenil solidaria y su compromiso con la comunidad, aplicando las competencias tcnicas y socio-laborales en desarrollo. Finalizada la capacita-cin, los jvenes reciban durante los siguientes seis meses, servicios de acompaamiento para la insercin laboral en trabajos dependientes o asesoramiento para la creacin y/o la puesta en marcha de iniciativas em-prendedoras. Los objetivos del proyecto eran capacitar a este conjunto de jvenes, buscando alcanzar entre los egresados un 40% de insercin laboral en trabajos en relacin de dependencia o independientes, que estuvie-sen vinculados a actividades en nuevas tecnologas.

    Para alcanzar esos objetivos, las organizaciones sociales ejecutoras realizaron, en primer lugar, diag-nsticos locales a fin de reconocer los nichos ocupa-cionales del mercado. En segundo lugar, identificaron las caractersticas e intereses de los jvenes con el objetivo de definir la oferta de capacitacin tcnica especializada; en tercer lugar, definieron las insti-tuciones locales para la realizacin de las prcticas calificantes y potencial insercin laboral de los jve-nes; y finalmente, generaron vnculos con los actores institucionales pblicos y privados susceptibles de conformar alianzas con el proyecto. Todo este primer

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    proceso es lo que denominamos el Diagnstico Parti-cipativo Econmico Local.

    Para la implementacin y puesta en marcha de la iniciativa, las organizaciones locales convocaron y seleccionaron a los jvenes a travs de sus redes de or-ganizaciones sociales, escuelas, e instituciones locales y a travs de difusin pblica (radio y televisin). Al mismo tiempo, se firmaron los convenios instituciona-les para la ejecucin de las actividades a travs de un equipo tcnico creado ad hoc, y se conformaron, en algunas ocasiones, espacios de actores empresariales y sociales que colaboraron en el proyecto y promovie-ron la visibilidad y compromiso con la problemtica de los jvenes.______________________________________

    A continuacin intentaremos reparar en cada uno de estos cinco componentes en tanto ejes constitutivos de la metodologa.

    Los componentes de los grupos de Formacin

    Creemos pertinente mencionar en primer lugar los ejes transversales a la metodologa: la intersecto-rialidad y la integralidad de la accin, dos cuestiones que atraviesan a los cinco componentes de los grupos de formacin.

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    Entendemos la intersectorialidad como la impli-cacin conjunta de diversos actores sociales a nivel territorial: las organizaciones sociales, el sistema educativo, las empresas u organismos pblicos y los jvenes de la localidad. El ejercicio de compartir res-ponsabilidades, con roles diferenciados, es un apren-dizaje realmente difcil e innovador, en el que se van construyendo nuevos tejidos institucionales activos. El grado de desarrollo de un programa de formacin para el trabajo depende en gran medida de esta trama institucional local, es decir, de la riqueza de estas interacciones y de las normas y acuerdos que se hagan para facilitar y dar sentido al conjunto de vnculos.

    La experiencia muestra que no basta con ser me-ros ejecutores de las polticas o ceder a la terciariza-cin de los programas de empleo y formacin laboral que los diferentes gobiernos se proponen desarrollar, en funcin de los acuerdos y financiamientos pro-venientes de los organismos internacionales, o ser cooptados por los intereses de los organismos inter-nacionales en el sentido de control de la gestin es-tatal, o en el reemplazo de sus funciones. Sin duda, la bsqueda de otras formas de relacin, ms en la lnea de la gestin asociada, del trabajo conjunto, intersec-torial, se va dando muy lentamente. Aun as, esta re-lacin se da en marcos muchas veces contradictorios, con tensiones, avances y retrocesos, y con interro-gantes vinculados a las diversas formas del ejercicio

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    de poder, a las responsabilidades diferenciadas, a los lugares de cada uno de los actores en nuestra sociedad y a la representatividad de cada uno, entre otros.

    Por otro lado, la integralidad de la formacin para el trabajo se centra en el abanico de dispositivos que se ponen en funcionamiento para dar una respuesta de calidad a la situacin de jvenes en condiciones de vulnerabilidad social y educativa. Esta condicin de integralidad se hace presente en el abordaje de cada uno de los componentes del proyecto.

    Describimos a continuacin los cinco compo-nentes de los grupos de formacin, a fin de sealar los desafos de la implementacin. Siguiendo una secuencia temporal, entendemos que la capacitacin tcnica profesional y la formacin socio-laboral se realizan durante el mismo perodo complementndose, mientras que el componente de tutoras se desarrolla en paralelo a estas dos formaciones, tratando de for-talecerlas. Las prcticas calificantes se incorporan al finalizar las dos capacitaciones; y por ltimo, se reali-za el acompaamiento a la insercin laboral.

    Capacitacin tcnica profesional

    La capacitacin tcnica profesional pretende transmitir a los jvenes participantes una formacin especializada, pudiendo ser sta en diferentes tipos de actividades, tales como en tecnologas de la in-

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    formacin, gastronoma, reciclado de computadoras, construccin, etc.

    En los nuevos contextos productivos, las empresas apuntan a la capacidad de sus empleados de ajustarse a las nuevas tecnologas de gestin y produccin, y en otros mbitos de la vida, como las comunicaciones y el manejo y bsqueda de informacin. Sin embargo, como aconsejan algunos autores, coincidimos en que parece conveniente orientar la formacin tcnica ha-cia un enfoque abarcativo, que aborde el conjunto del proceso de trabajo y le permita al joven entenderlo en su globalidad. (Jacinto y otros, 1998: 14)

    Cuando desarrollamos el componente tcnico de la formacin, es necesario tener en cuenta, en primer lugar, que nos dirigimos a grupos de jvenes heterog-neos en lo que respecta a su nivel educativo. No todos estn escolarizados, muchos vienen de experiencias de fracaso escolar y otros tal vez hayan terminado los estudios secundarios. Esto nos enfrenta, como organi-zaciones sociales que estamos llevando adelante esta experiencia, a la necesidad de lidiar con el desfasaje educativo entre los jvenes, y nos conduce a efectuar algn tipo de nivelacin en el comienzo de la forma-cin, para as ofrecer al grupo las mismas posibilida-des en cuanto a los contenidos impartidos.

    En segundo lugar, el perfil del capacitador es un aspecto clave de la formacin. Dadas las particulari-dades de la poblacin juvenil, apostamos a docentes

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    que tengan un compromiso con la problemtica, un mayor acercamiento a los chicos, y que puedan proponer desde sus prcticas una modalidad no es-colarizada de aprendizaje. Esto implica ventajas y desventajas durante la implementacin. Por un lado, el docente, adems de explicar y ensear a utilizar las herramientas tcnicas propias a dicha formacin, po-see sensibilidad y habilidad para relacionarse con los jvenes, ocupando muchas veces el rol de facilitador y de acompaante. Por otro lado, cabe sealar que muchas veces es difcil cubrir los puestos de docentes que cumplan estos requisitos, y all donde no logran ajustarse a este perfil terminan renunciando por in-compatibilidad o frente a otras ofertas ms atractivas, generndose una alta rotacin e inestabilidad en el cargo docente, que dadas las caractersticas aludidas, afecta fuertemente a las expectativas y compromiso de los jvenes que participan.

    La capacitacin tcnica suele ser un gran atractivo para lograr el compromiso de los jvenes a lo largo de todo el proceso de formacin, porque es en la ejecu-cin misma de la accin donde comienzan a visualizar resultados concretos del aprendizaje. Aquellos que no se encuentran motivados con este componente del proceso, muy difcilmente puedan sostener su conti-nuidad en las otras formaciones. Esto refuerza la idea que sealamos previamente sobre la importancia del diagnstico para conocer cules son los intereses y las expectativas de los jvenes con los que trabajamos.

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    A modo de ejemplo podemos compartir una expe-riencia de formacin en nuevas tecnologas. Esta mis-ma se divida en dos mdulos, un primer mdulo de capacitacin bsica y un mdulo de especializacin.10 El desafo es pensar el mdulo de especializacin en funcin de: los nichos del mercado laboral a nivel de la localidad, de la oferta de prcticas calificantes de las empresas locales y de las motivaciones de los jvenes. Sin embargo, los problemas que se presentan comn-mente refieren a la diversidad de intereses y a una oferta del mercado de trabajo muy heterognea. Por otro lado, adecuar la formacin tcnica a la demanda de practicantes de las empresas, significara proveer una formacin personalizada, que adems de no ser posible, implicara estar respondiendo muchas veces a esas demandas, en algunos casos a expensas de las propias motivaciones de los jvenes. En este sentido, es interesante observar por dnde est pasando la insercin laboral de los jvenes. En efecto, en nuestra experiencia vemos que no hay una relacin unvoca entre la formacin tcnica recibida y los trabajos a los que los jvenes acceden. Se trata, la mayor parte de las veces, de una primera experiencia de trabajo califica-do o de perder el miedo a ciertos puestos laborales.

    10 Algunas de las especializaciones implementadas son: reparador de PC, operador avanzado de PC orientado a la administracin/secreta-ra, operador avanzado de PC orientado a la administracin de Pymes, administrador de sitios web, diseo.

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    En esta lnea es oportuno cuestionarnos sobre lo que definimos como prioritario en una formacin tcnica para jvenes con menos oportunidades.

    Nuestra experiencia nos lleva a creer que si no identificamos cules son los intereses de los jvenes de la localidad, muy difcilmente logremos llevar ade-lante una formacin que no fue pensada ni diseada para ellos.

    Formacin socio-laboral

    El espacio de formacin socio-laboral est desti-nado a trabajar con los jvenes aspectos que hacen a la cultura del trabajo, las habilidades sociales, la com-prensin de la dinmica de trabajo, la participacin ciudadana, la organizacin social, las competencias comunicacionales, la resolucin de conflictos, la le-gislacin laboral y la gestin de proyectos producti-vos o de servicios. El objetivo de este componente es abordar las especificidades del mercado de trabajo y los requerimientos en cuanto a credenciales educati-vas y competencias profesionales. Esta formacin se realiza en paralelo a la capacitacin tcnica, buscando reforzar aquellos elementos que hacen a la cultura del trabajo de los jvenes.

    La complementariedad con la formacin tcnica es un aspecto fundamental a sealar, dado que es jus-tamente en su conjunto que estas dos capacitaciones

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    adquieren significado para los jvenes participantes. En nuestras prcticas observamos que cuando, por al-gn inconveniente, se producen desfasajes temporales entre ambas capacitaciones (una arranca sin que la otra haya an comenzado) es ms frgil el compromi-so de los participantes y por ende, su continuidad est puesta en riesgo.

    Al igual que sucede con la currcula de la forma-cin tcnica, la socio-laboral se orienta a los diferentes tipos de salida que identificamos: el autoempleo o creacin de microempresas (trabajo independiente) y el trabajo en relacin de dependencia. En funcin de estas posibilidades pueden abordarse temas relacionados con la elaboracin de un plan de negocio, administracin del presupuesto, imagen, marketing, dinmica de traba-jo en equipo, gestin de responsabilidades, etc. Queda a criterio del capacitador el saber orientar al grupo en funcin de los intereses detectados en el mismo.

    Asimismo, el abordaje de temas legales y de de-rechos laborales apunta a familiarizar a los jvenes con la realidad del mercado de trabajo (acercamiento al cdigo de trabajo, armado de currculo vitae, pre-paracin para una entrevista laboral); siendo todos estos temas valorizados fuertemente en las voces de los jvenes. El hecho de introducir en la currcula de los chicos, habilidades y competencias que tienen que ver con incentivar una actitud emprendedora, con formar ciudadanos ms autnomos y con capacidad

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    de anlisis crtico y de decisin, sirve ms all de la posibilidad de generar futuros empresarios, para el desarrollo de sus propios recorridos de vida.

    El saber hacer con jvenes en situacin de vul-nerabilidad social, y la visibilidad local de las orga-nizaciones sociales que ponen en marcha este tipo de formacin para el trabajo, es fundamental para el de-sarrollo de este componente de formacin socio-labo-ral. Hay todo un bagaje de experiencia y de reflexin que forma parte del capital de las instituciones, que permite la implementacin de este tipo de espacios colectivos. Porque ms all de los contenidos que se desarrollan en el mismo, la formacin socio-laboral pretende afianzar la integracin del grupo, el trabajo en equipo, la comunicacin, la resolucin de situacio-nes problemticas y el acompaamiento individual a la construccin de los diferentes perfiles ocupacionales que se van trazando a lo largo del taller. Todas estas cuestiones trascienden la realidad del mercado de tra-bajo, dando cuenta tambin de situaciones propias de la vida cotidiana de los jvenes.

    Sealadas todas las particularidades del socio-laboral, creemos que lo ms pertinente es que sea dic-tada por alguno de los integrantes de la organizacin social, de forma tal de hacer sinergia con los objetivos institucionales de la misma.

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    Tutoras

    Muchos estudios indican que, en un contexto de vulnerabilidad social, la capacitacin para el trabajo por s sola no genera inclusin. En este marco, la tuto-ra funciona como una instancia de acompaamiento, desde una perspectiva social y no acadmica a cada uno de los integrantes de los grupos de formacin. En este sentido, el rol del tutor es crear espacios de comu-nicacin y reunin a partir de los cuales se conozcan, reconozcan y fortalezcan las identidades de los jvenes en todos sus aspectos. En cada una de las reuniones de los jvenes con su respectivo tutor, se analizan los logros y las dificultades referidas al proceso de capaci-tacin desde un abordaje grupal e individual.

    El objetivo principal de las tutoras es brindar una contencin en el orden de lo personal y afectivo que facilite en los jvenes la continuidad en el proyecto de formacin para el trabajo y el desarrollo de las habili-dades personales para la construccin de experiencias laborales significativas. De hecho, este espacio es desde donde se propicia y se genera el conocimiento intergrupal y la socializacin de los jvenes entre s. A travs de una propuesta participativa de trabajo, los objetivos son lograr una mayor apertura, confianza y sentimiento de pertenencia en y entre los jvenes.

    Asimismo, el espacio de tutoras aade a la forma-cin tcnica profesional y a la socio-laboral un fuerte estmulo al compromiso comunitario, expresado a

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    travs de actividades de cooperacin que realizan los jvenes a favor de sus comunidades, fomentando valo-res solidarios, sinergia y la visibilidad de los mismos, a partir de encuentros en los que se comparte, debate y reflexiona sobre los desafos, las oportunidades y los problemas propios de la temtica laboral.

    Se conforman, de esta manera, proyectos defini-dos a partir de algunas instituciones barriales tales como bibliotecas, comedores comunitarios, iglesias, centros culturales desde las cuales, en el marco de las tutoras, los jvenes participantes desarrollan juegos recreativos para nios, hacen manualidades, ayudan en la preparacin de comidas o en la limpieza de espacios comunitarios, entre otras actividades. Los aprendizajes surgidos de las experiencias de participa-cin comunitaria tambin son un insumo fundamental en la formacin subjetiva de los jvenes.

    En el orden de la implementacin, es necesario remarcar las dificultades en la gestin, organizacin y planificacin de las actividades comunitarias por parte de las organizaciones sociales, y ms especficamente por parte del tutor a cargo. Muchas veces se acumulan tareas que estn planificadas en la agenda del tutor pero para las que no se prev el tiempo suficiente de imple-mentacin, sabiendo que es la misma persona que tiene que estar al mismo tiempo trabajando individualmente con los participantes y organizando los respectivos proyectos comunitarios. En estos casos, las alianzas y

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    redes, a las que muchas organizaciones pertenecen, son un insumo fundamental en el momento de pensar este tipo de acciones.

    otra cuestin a prestar especial atencin es en los tiempos de los jvenes, quienes tienen que conciliar no slo los horarios de la capacitacin tcnica, la so-cio-laboral y la prctica calificante, sino tambin las actividades comunitarias. Todo esto, sumado al hecho que cada uno de los jvenes puede tener un hogar a cargo, responsabilidades familiares, un trabajo o estar asistiendo a la escuela.

    Prcticas calificantes

    Las prcticas calificantes se realizan una vez termi-nada la formacin tcnica y la socio-laboral, con el fin de que los egresados pongan en prctica, en esta estrate-gia de intervencin, los conocimientos adquiridos en la cursada. El reconocimiento del aprendizaje efectivo por el ejercicio mismo del trabajo o por la observacin y estada en los centros laborales permite comprender la importancia de los espacios educativos ms all de las instalaciones escolares (De Ibarrola, 2004: 346). Asimismo, este componente funciona como un nexo concreto y real entre la capacitacin y el mercado de trabajo, a fines de hacer posible la insercin o mejora de la situacin en el mundo del trabajo.

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    Es preciso sealar que, para que los jvenes participantes de la formacin para el trabajo puedan realizar estas prcticas, es necesario anteriormente es-tablecer, desde las organizaciones sociales, contactos y convenios marco con las empresas y/o instituciones a nivel local. Para ello, es fundamental contar con la figura de un gestor avocado a establecer este tipo de contacto y vnculo con los empresarios. Esta persona es, de esta forma, la encargada de realizar, durante todo el proceso de formacin, las relaciones y articu-laciones con los potenciales empleadores, de manera de ofrecer diferentes tipos de prcticas y de favore-cer el incremento del capital social que los jvenes participantes tienen al inicio de la formacin para el trabajo.

    Sin embargo, desde nuestras intervenciones siem-pre fue muy complejo este primer contacto con las empresas, porque no existe un marco jurdico entre empresas y organizaciones sociales que paute este tipo de prcticas. En el caso de aquellos jvenes que cursan al mismo tiempo carreras universitarias o terciarias, se puede agilizar este proceso por los convenios de pasanta que existen entre universidad y empresa. otra forma de resolucin es incluir prcticas en organiza-ciones de la sociedad civil o en instituciones pblicas. observamos que en la segunda cohorte del proyecto, el hecho de contar con esta red de contactos locales y con algunos convenios ya firmados con el sector pro-

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    ductivo, facilit la puesta en marcha y efectivizacin de las prcticas calificantes.

    Comprobamos que existe una gran dificultad para efectivizar las prcticas entre las grandes empresas, mientras que las pequeas y medianas son ms flexi-bles en sus requisitos y procedimientos. En efecto, las grandes empresas, segn estudios realizados, son menos proclives a insertar en sus instituciones a jve-nes en situacin de vulnerabilidad social y educativa (Jacinto, 2001; Lasida y rodrguez, 2006).

    Por otro lado, en aquellos casos que se puede esta-blecer una normativa, nos damos cuenta que la demanda de las empresas se inclina, la mayor parte de las veces, a puestos especializados que apuntan a incluir, en gran medida, a jvenes con secundaria completa, que en algunas ocasiones son muy difciles de cubrir desde nuestro perfil de participantes.

    Si por un lado el objetivo central de las prcticas es dar la posibilidad a jvenes sin experiencia, de te-ner una primera prctica laboral, por el otro, la falta de legislacin apropiada para el primer empleo nos coloca frente a un debate recurrente: se trata de prcticas de aprendizaje, de insercin genuina en el mercado labo-ral o de subsidio a la contratacin privada?

    Diferentes experiencias desarrolladas a lo largo de la dcada del 90 muestran que las pasantas labo-rales o prcticas de formacin han arrojado resultados diversos en trminos de empleabilidad. Por un lado,

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    han posibilitado que los jvenes adquieran, en algunas ocasiones, competencias respecto a la organizacin personal de tiempos, espacios y desarrollo de habili-dades propias del mundo del trabajo. Al haber tenido los empresarios la posibilidad de conocer a los jvenes durante la prctica calificante, sta funciona en algu-nas oportunidades como perodo de prueba para su posterior contratacin, que en muchos casos se asimila al primer empleo. Generalmente, la mayor parte de los jvenes se lleva la motivacin y el aprendizaje de una primera experiencia laboral que, mismo aunque sea de baja calificacin, implica para ellos un crecimiento en relacin a su historia laboral.

    Por otro lado, las prcticas calificantes han signi-ficado una acentuacin del proceso de precarizacin del empleo en el mercado de trabajo (explotacin de la mano de obra, substitucin de contratos, desplaza-miento de empleados), puesto que los pasantes tienen salarios ms bajos, no gozan del sistema de seguridad social ni de los beneficios de un empleo formal, y de esta forma, reducen los costos laborales de las empre-sas. En este sentido, podramos decir que las pasantas corren el riesgo de devenir la gestin del no-empleo a partir de la puesta en marcha de actividades que se inscriben en esta ausencia, tratando de hacerla olvi-dar (Castel, 1995: 693).

    Estas cuestiones sealadas nos obligan a remarcar que es necesario orientarlas y hacer un acompaa-

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    miento continuo a los jvenes en el desarrollo de las prcticas calificantes (por parte del tutor desde la organizacin social, como por parte de un referente o padrino en la empresa o lugar de trabajo). Gene-ralmente esa tarea de orientacin y acompaamiento desde las organizaciones est a cargo de quien en la etapa anterior de la formacin era el tutor.

    Acompaamiento post-capacitacin

    Una vez concluida la prctica calificante, el acom-paamiento post-capacitacin pretende fortalecer y ofrecer un seguimiento en la insercin de jvenes en un trabajo en relacin de dependencia, en el desarrollo de micro-emprendimientos o en el autoempleo. Para la modalidad de insercin en relacin de dependencia, el acompaamiento est basado en darle continuidad a las prcticas laborales ya iniciadas, hasta formalizar-las en un primer empleo de tiempo parcial o completo en dichos lugares de trabajo, o en contratos de apren-dizaje, de servicio o de locacin de obra. En todos los casos, se trata ptimamente de que los jvenes se inserten en actividades vinculadas directamente a la formacin tcnica para la cual fueron capacitados previamente.

    Se plantean seis meses de acompaamiento por un adulto referente que pueda visualizar las poten-cialidades y habilidades personales de cada joven y

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    que promueva la relacin del mismo con los mbitos laborales pertinentes.

    Asimismo, el acompaamiento prev un contacto peridico con los egresados de la formacin para el trabajo, evaluando sus respectivas situaciones labo-rales, visitando a quienes estn trabajando en sus respectivos lugares de trabajo, revelando apreciaciones del empleador y del joven; y vinculando a los que se encuentran desocupados con contactos y redes locales para la presentacin de curriculums vitae.

    El seguimiento a los egresados que se ofrece desde este componente de la formacin, es un soporte muy importante para los jvenes puesto que ayuda a superar la ansiedad e inseguridad que surge entre ellos a la hora de poner en juego los saberes adquiridos en las formaciones e iniciar los proyectos personales y grupales, teniendo en consideracin que este grupo etario muy posiblemente se vio expuesto a experien-cias de fracaso o de precariedad laboral.

    Para la implementacin de este proceso, como explicamos anteriormente, las organizaciones socia-les recorremos distintos lugares de trabajo realizando entrevistas con los responsables de recursos humanos, negociando convenios de un primer empleo y vislum-brando potenciales puestos de trabajo acorde a los perfiles de jvenes participantes.

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    A partir de nuestra experiencia en el acompaa-miento a jvenes egresados de una formacin para el trabajo, comprobamos que es muy difcil generar un camino hacia el trabajo autnomo en jvenes con trayectorias profesionales errticas y que provienen de hogares con bajo capital social y cultural. Por estas razones es conveniente no generar falsas expectativas y trabajar desde las formaciones ms desde el lado de la sensibilizacin y aproximacin a lo que es un micro-emprendimiento, que promovindolos como la solucin ideal al desempleo juvenil.

    El acompaamiento post-capacitacin se articula muchas veces con otros programas promotores de micro-emprendimientos que llevamos adelante las organizaciones, con el fin de hacer sinergia y sumar esfuerzos en una misma direccin. Sin embargo, ello requiere en muchos casos de una fuerte ingeniera y de un proceso de acompaamiento que incluya tanto la perspectiva personal como la grupal, para que estos proyectos sean sustentables y duraderos en el tiempo. En el punto en que estas cuestiones no estn contem-pladas, estaramos sumando dificultades a las propias de la ejecucin de estos programas.

    En este sentido, es preciso tambin sealar que los jvenes prefieren y eligen, la mayor parte de las veces, un empleo en relacin de dependencia. De este modo, es oportuno vincularnos con consultoras locales a fin de afianzar el acompaamiento y ofrecer a aquellos

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    que estn desocupados, una oportunidad temporal de trabajo. Un problema que puede presentarse en estos casos, es que las consultoras de empresas y las orga-nizaciones sociales apuntamos muchas veces a nichos ocupacionales distintos, y manejamos diferentes lgi-cas de trabajo. En efecto, los clientes de dichas consul-toras buscan un perfil de joven que generalmente no se corresponde con aquellos que participan de nuestras propuestas formativas. Este es un gran desafo que enfrentamos desde nuestra prctica.

    En otro orden, cabe aclarar que desde el principio de la formacin es necesario incluir el acompaamien-to como una etapa misma dentro del proceso integral que realiza el joven, porque cuando no est pautado dentro del presupuesto global, es muy difcil luego de implementar, teniendo en consideracin que el pero-do de acompaamiento puede superponerse con las siguientes cohortes de formacin.

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    Las claves de la metodologa

    A partir de lo desarrollado, podemos afirmar que las claves fundamentales de la metodologa de una formacin para el trabajo son:i) El diagnstico productivo local en relacin y ade-

    cuacin con las motivaciones juveniles, que per-

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    mite en un primer momento metodolgico avanzar focalizando en la situacin, intereses y prioridades de la juventud;

    ii) La alianza intersectorial entre organizaciones de la comunidad, municipios, escuelas, empresas e instituciones comprometidas con la empleabilidad y la insercin productiva y social de los jvenes;

    iii) La integralidad del abordaje metodolgico para alcanzar los objetivos de crecimiento integral e in-sercin laboral de los jvenes en sus comunidades (formacin socio-laboral, formacin tcnica profe-sional, tutoras, prcticas calificantes y acompaa-miento a la insercin laboral);

    iv) El criterio de escala y la posibilidad de replicar esta metodologa en un nivel superior.

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    III. LAS TRAyECToRIAS jUvEnILES A TRAvS DE UnA FoRMACIn

    PARA EL TRABAjo

    (La formacin) me despert mucho porque en otros lugares, escuelas, en otros cursos que hice no me lo ensea-ron A relacionarme con las perso-nas, a cmo tomar iniciativa laboral, cmo presentarme, a poder hablar, dirigirme, porque yo era muy ce-rrada, no manifestaba lo que pensaba o lo que senta en ese momento, pero este curso como que me atrevi, me dio actitud. Sobre todo actitud de emprender cosas, de ponerme metas y lograrlas

    (SoledAd, neuqun)

    Habiendo compartido las principales caractersti-cas del contexto en el cual se desarrollan las mltiples y heterogneas trayectorias juveniles, y de haber pre-sentado las principales herramientas metodolgicas, en este tercer captulo pretendemos profundizar en las experiencias y representaciones de jvenes que participaron de una experiencia que aplic dicha me-todologa de formacin para el trabajo.

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    A partir de una serie de entrevistas en profundidad realizadas a un grupo de egresados del Navegar.sur11, intentamos analizar la evolucin de las situaciones laborales de los jvenes despus de atravesar una estra-tegia de formacin. En efecto, los sistemas y procesos formativos, en sus mltiples intervenciones, son de alguna manera las oportunidades de ir dejando huellas y marcas en cada uno de los jvenes, de manera que los mismos puedan vivenciar lo que significa el proceso de inclusin en el mundo del trabajo. En este punto nos hacemos las siguientes preguntas: Cmo incide la for-macin en el recorrido educativo-laboral que van cons-truyendo? Modifica sus historias ocupacionales? Abre nuevas posibilidades de participacin en redes sociales? Cmo afecta la configuracin de sus trayectorias de vida? Implica un quiebre en sus concepciones?

    No sabemos hoy con claridad cunto de la re-presentacin y de la cultura del trabajo vinculada a la expectativa de ascenso social est presente en los jvenes; tampoco sabemos con claridad, cmo van construyendo subjetivamente la idea de buen tra-bajo. Sin embargo, como sostiene Claudia Jacinto, creemos que la calidad subjetiva de los empleos tiene que ver con cuestiones objetivas del trabajo (los bene-ficios obtenidos, el salario, la forma de contratacin) as como tambin con condiciones que son subjetivas

    11 La entrevista en profundidad se defini a partir de la reconstruc-cin de la trayectoria laboral de los jvenes desde el inicio de su partici-pacin en el proyecto (2004) hasta octubre 2006. (Vidal y otros, 2007).

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    (las relaciones laborales, el gusto por el contenido, el inters por la tarea realizada) (Jacinto, 2007).

    Es por estas razones que nos centramos en las representaciones e imaginarios de los jvenes, acerca de los cambios cualitativos producidos en su condicin laboral,12 a travs de interiorizarnos en las competen-cias y calificaciones utilizadas a lo largo del ejercicio de su experiencia laboral, antes y despus de la forma-cin. No slo para dar cuenta desde all los hallazgos y limitaciones de una formacin para el trabajo, sino tambin para interpelar nuestra misma intervencin y extraer aprendizajes a tener en cuenta en la formula-cin de toda estrategia de formacin dirigida a jvenes en situacin de vulnerabilidad social.

    Evolucin de las situaciones laborales

    Definimos una serie de cuestiones, tales como las habilidades para la vida, el gnero, las expectativas y las redes sociales que nos pueden ayudar a vislumbrar la evolucin de las situaciones laborales en los jvenes que participaron del proceso de formacin. Es til cuestionarnos sobre la manera en la que influyen estas transformaciones en las concepciones que los jvenes tienen sobre el trabajo, la educacin, las redes sociales y la familia.

    12 Para un anlisis cuantitativo de las trayectorias laborales de los jvenes egresados del Navegar.sur, consultar: Vidal y otros, 2007.

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    Perfil de jvenes entrevistados del navegar.sur

    Antes de conocer las opiniones de los egresados del Navegar.sur, es preciso saber quines y cmo son los jvenes que participaron de este proceso formati-vo.

    Sus edades estaban comprendidas entre los 18 y 29 aos, la mayora era mujer, soltero/a y todos vivan en hogares de entre 3 y 6 personas en reas urbanas o suburbanas de la Argentina. Asimismo, los partici-pantes del proyecto eran, en su mayora, jvenes que haban terminado el nivel medio o que estaban cursan-do la finalizacin de los estudios secundarios.

    El estudio comprendi la aplicacin de una en-cuesta estructurada a 114 egresados (de un total de 132) y la realizacin de entrevistas en profundidad a 18 de ellos. Estos ltimos se seleccionaron a partir de su condicin de actividad, intentando cubrir a jvenes que modificaron y que no modificaron su condicin en el perodo analizado, con una proporcin equivalente de gnero.

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    Las habilidades para la vida

    La formacin para el trabajo apunta a producir un cambio cualitativo en cuestiones como la seguridad y la confianza en uno mismo, la comunicacin con otros, y la capacidad de planificar y tomar decisiones; todas ellas fundamentales para manejarse con mayor autonoma y certeza en el mercado de trabajo.