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PUBLICACIONES MÉDICAS BIOHORM—SECCIÓN: MEDICINA E HISTORIA Director: Dr. Manuel Carreras (Editorial Rocas) N.° R.: B. 1023-63. D. L.: 27541-63 Consejo de redacción: Dr. Agustín Albarracín — Dr. Juan Bosch Millares —Dr. Leopolc o Cortejoso Prof. P. Lain Entralgo Prof. Luis S. Granjel —Prof. J. López Ibor—Prof. José M." López Pinero —Dr. Esteban Padrós — Dr. Silvcrio Palalox Prof. Pedro Piulachs— Prof. Diego Ferrer de la Riva— Prof. J. Rof Carballo—Prof. Ramón Sarro Burbano Prof. Manuel Usandizaga. — Dirección gráfica: Pla-Narhoiu n." 36 Junio 1974-Barcelona-(Segunda Época)

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PUBLICACIONES MÉDICAS BIOHORM—SECCIÓN: MEDICINA E HISTORIA

Director: Dr. Manuel Carreras (Editorial Rocas) N.° R.: B. 1023-63. D. L.: 27541-63

Consejo de redacción: Dr. Agustín Albarracín — Dr. Juan Bosch Millares —Dr. Leopolc o Cortejoso — Prof. P. Lain EntralgoProf. Luis S. Granjel — Prof. J. López Ibor—Prof. José M." López Pinero —Dr. Esteban Padrós — Dr. Silvcrio Palalox

Prof. Pedro Piulachs— Prof. Diego Ferrer de la Riva— Prof. J. Rof Carballo—Prof. Ramón Sarro BurbanoProf. Manuel Usandizaga. — Dirección gráfica: Pla-Narhoiu

n." 36 Junio 1974-Barcelona-(Segunda Época)

En la l^Br

dispepsia hiposténica ^rde la edad madura ¿ •

HEPA eT ^ T ^ ^ ^ T I / ^ * | ' normaliza el peristaltistno digestivo

}|f • H ^ Y regulaI s I ^^^^y I j t , , / 1 el funcionamiento biliar

^ ^ ^ ^ ^ ^ Biohorm COMPOSICIÓN POR GRAGEA: 2-MPG (2-msrcap-^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ topropionilglicina) 1OO mg; Metoclopramida 1O mg;

^F ^^fc Ciclobutirol 1OO mg; Procaína 1OO mg.• V POSOLOGIA: 1 gragea 3 veces al día, 1/2 hora antes^ ^ ^ ^ J de las comidas. En caso necesario, 2 grageas 3 veces^t*m0^^ al día.

PRESENTACIÓN: Frascos de 40 grageas.Pta». 297,80

J. URIACH & Cia, S. A. - Barcelona

MEpiQNAREVISTA DE ESTUDIOS HISTORICO-INFORMATIVOS DE LA MEDICINA

Centro de Documentación de Historia de la Medicina de J. URIACH & Cía. S. A.

Barcelona, junio de 1974

EDITORIAL SUMARIO PEQUEÑA HISTORIA '

SOBRE LA MEDICINA RURAL_ .. . . , „ „ . , EN EL SIGLO XVIII

¿Tradición o modernismo? Con igual Pág. 3radicalismo, hoy trata de imponerse N o c r e o s e ^ e s t u d i a d o l a h i s t o r i a

un neohipocratismo al que se oponen Editorial. d d e j e r c i c i o d e l a Medicina en el me-las blindadas corazas doctrinales. Inu- Pequeña historia. dio rural español. Pese a ser conocidostil dilema cuando actualmente la Me- l o s i n c o n v e n i entes con que han trope-dicina está abriendo una vía real, una zado i n f i n i d a d d e médicos en épocas noMedicina fisiológica (con la total acep- pág. 4 m u y Ajanas, su importancia queda sinción que el termino implica, sin nece- d u d a e m p e q U e ñ e C i d a s¡ analizamos ysidad de alzar el estandarte psicoso- Consultorio. recogemos pequeñas notas que espo-mático), una vía donde convergen todos Obras ingresadas en radicamente aparecen en documentoslos adelantos de la Física, de la Quími- nuestra biblioteca. antiguos. Valga como muestra la co-ca, de la E ectrómca de la Termodj- Laboratorio municación que dirige el rey Fernan-námica. de la Cibernética sin olvidar ^aooratorio. ^ ^ ^ ^ s ^ ^ ^ ^que los descubnmientos de esas cien- e n ) 7 5 7 c o m o consecuencia de la pe-cias exactas no siempre se verifican t i c i o n f o r m u l a d a p o r e l a y u n t a m i en toexactamente en la materia viva que es s ' d ( , B a t e a e n e l c o r r e g im iento de Tor-el hombre. Soledad dolor v esperanza tosa, interesado en obtener unas cier-Análisis o síntesis, tradición o moder- pabellón del cáncer. tas garantías en el momento de elegirmsmo, serán siempre parcelas aisladas £ S o I z h e n i t a s u s raédicos, al igual que ya habíandel conocimiento médico en tanto no obtenido algunos municipios cercanos,se apliquen a una concepción renovada P° r

P l r a l a o f i c i a l n o i < ; r d a e s e

de la materia viviente, el ser humano, Agustín Albarracin Teutón. s . l b o r a n t a f l ó n q u e | e e s £ i 0 a

con su duplicidad de funciones ma- transcribirla tal como se conserva enferiales y espirituales, a este complejo e ] Libro de Acordadas d e 1 7 5 7 j d e i Ar-indisociable de polvo y espíritu que Pág. 29 c h i v o d e , a C o r o n a d e A r a g o n :s o m o s - „ . . , . . ...Sabed que por la villa de Fonz enNo podemos, en efecto, continuar di- Resúmenes de trabajos e , N u e s t r o R d e A r a g o n s e a c u d i ósociando los estados del cuerpo de los presentados al IV Premio «Biohonn. a NueslT0 C o n s e j o e n v e ¡ n t ¡ s e i s d e m a .estados del alma sin arriesgamos a de Historia de la Medicina. d e l m c o n u n a t i c i ó n e x p o n i e n d oaumentar la perturbación latente o q u e h e r a d e p o b i a c i ó n d e más de dos-manifiesta de la entropía del orgams- cientos vecinos, y para las eleccionesmo. El equilibrio de la anentropia es q u e regularmente se ofrecían de susindispensable para acceder a la salud sirvientes y el Común como hera mé-puesto que las fuerzas del espíritu son d i c o z i r u j a n o , boticario y otros, enlas que nos hacen transcender, aun por los Consejos abiertos que para ello secaminos irracionales, hacia la condi- ^ ^ ^ ^ acostumbraban celebrar, sucedían al-ción esencial de la vida que es la salud. 4 • # • boratos y desazones porque los preten-Enfermedad, envejecimiento, perturba- W W M dientes con gran facilidad y a pococión, son condiciones desfavorables « ^ B ^ ^ k coste ganaban los votos de los del Pue-para la transcendencia espiritual, aun- ^ • • • blo por la ignorancia del daño y per-qué el ascetismo opinase lo contrario, • B \ M juizio que contra sí y los demás veci-pues la ascesis del espíritu, fuente de ^ ^ ^ ^ ^ n o s h a c í a n ; y a la salud pública, puesla salud, se obtiene mediante el desen- d e o rdinario quedava elegido por ma-

volvimiento armonioso de todas las fun- . « f • • y o r n u m e r o de votos los más imperi-ciones de la materia viva. J V 16"1 1 t c s ? 1 u e n o convenían, y siendo justo

— ^ ^ ^ ^ ^ ^ " — probeer de remedio a tan graves in-

M. CARRERAS ROCA (Segunda Época) (sigue)

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convenientes e inquietudes, y para de la Ciudad y de los Libros de enfer- de los Santos Cosme y Damián.» Su-obiarlos, por tanto Nos suplicó nos sir- mos del Hospital de la Santa Cruz y plemento de Circular Farmacéutica, Na-viessemos de dar licencia y facultad San Pablo. Como bibliografía puedo vidad, 1973. Barcelona, Colegio Oficialpara que la Justicia, Regidores y Procu- indicarle los siguientes trabajos: Rico de Farmacéuticos.rador Síndico, llamado quince o veinte AVELLO, Carlos: «La epidemia de gri- JUANICH, Francisco: Elogio históricovezinos de los de más forma y juicio pe, 1918-1919.» Gac. Méd. Esp., XXXVIII, del Dr. D. Antonio de San-Germán. Bar-y que hubiesen sido capitulares de di- 448: 14, 1964. CHABÁS, José: «Algunos celona, Imp. de J. Oliveres y Gavarró,cha villa, y con assistencia del Cura o recuerdos y enseñanzas de la pandemia 1836.Vicario de su Parroquial Iglesia y dos gripal de 1918-1919.» Gac. Méd. Esp., KNIPS MACOPPE, Alejandro: Aforismoscapitulares que nombrase el Cavildo XXXII, 3, 1958: 111-12. CARDONA IVARS, médico-políticos. Texto del siglo xvmeclesiástico de ella, pudieren tener Con- José: La epidemia de gripe de 1918 en publicado por el librero anticuario An-cejo para la elección de Médico, Boti- Benisa y su comarca. Benisa, Publica- tonio Palau Dulcet. Barcelona, Impren-cario, Zirujano y demás sirvientes suios ciones del Ayuntamiento, 1973. ta Ráfols, 1928.y de aquel público siempre que se ofre- NAJERA ÁNGULO, Luis, José CODINA SUOUScieren semejantes elecciones...». DANÓN y José ABELLÓ PASCUAL: Estudios sobre

la tuberculosis en Barcelona. MadridD. Escuela Nacional de Sanidad-Cátedra

ORRAS TNf.RFSADAS d e enfermedades infecciosas, 1932.E N T U E S ^ BIBLIOTECA O'MALLEV C D : .Miguel Serve,.» Syn,

posium Ciba, 1962, t. 10, n." 1, p. 29-33.CONSULTORIO PANSIER, Pedro: Breve conspecto de la

Oftalmología árabe. Masnou, Labóralo-CALAP CALATAYUD, J.; «Marchionini y su rios del Norte de España, 1956.obra. (1899-1965).» Trabajo publicado PESET, Mariano y José Luis PESET; Muer-

71. — Dr. E. J. R. R.: Iconografía sobre en Actas Dermo-Sifiliográficas, Nov.- te en España. (Política y sociedad entre«Vírgenes lactando», más conocidas co- Dic. 1966, números 11-12. Donativo del la peste y el cólera}. Madrid, Semina-mo «Vírgenes de la leche» puede en- autor. rios y Ediciones, 1972.contraria en el Archivo Fotográfico CANIVELL, Francisco: Tratado de venda- ROURE, Gerónimo: Biografía del Dr. D.Mas, de Barcelona, donde hay cátalo- jes y apositos. Cádiz, Imprenta de la Francisco Díaz, médico del Rey Feli-gadas más de cuatrocientas entre es- Casa de Misericordia, s.a. pe II. Madrid, Imprenta Médica deculturas, tablas, miniaturas, pinturas, CASWELL, J. Edgar: «A brief history of D. Manuel Alvarez, 1866. Donativo deletcétera. En una reciente monografía coronary units.» Public Health Reports. señor Argones.de M. USANDIZAGA: «Cuidados a la ma- Vol. 82, n.° 12, 1967, p. 1105-7. RUBIO BORRAS, Manuel: Historia de ladre y al recién nacido según el arte CONGRÉS INTERNACIONAL D'HISTORIA DE Real y Pontificia Universidad de Cer-medieval catalán», Acta Obstétrica y LA MEDICINA CATALANA, / Llibre d'actes. vera. T. I-II. Barcelona, Librería Ver-Ginecológica Hispanolusitana, supl. 4, Vol. III. Barcelona, Ed. Scientia, 1971. daguer, 1915-6.1970, figuran tres reproducciones en CHICOY Y GOSALVES, José: Discurso SÁNCHEZ CAPELOT, Francisco: La obralas figs. 14, 15 y 16. inaugural leído en la apertura del pre- quirúrgica de Francisco Díaz. Salaman-72. —Dr. M. P. H.: Andrés Codinac y senté año en el Real Estudio de Medí- ca, Seminario de Historia de la Medi-Torra, natural de Sanahuja (Lérida) ciña Clínica de ta Universidad Literaria ciña, 1959. Donativo.que en 1800 actuaba en La Coruña como de esta ciudad, por... Valencia, Oficina SÁNCHEZ CAPELOT, Francisco: La obracirujano militar, el 16 de junio de 1796 de Benito Monfort, 1825. Donativo del quirúrgica de Juan Fragoso. Salamanca,se recibió de cirujano de dos exáme- señor Argones. Seminario de Historia de la Medicina,nes en el Real Colegio de Cirugía de CHINCHILLA, Anastasio: Vademécum 1957.Barcelona, según figura en el «Libro histórico y bibliográfico de la Anatomía, SÁNCHEZ MARTÍN, Agustín: El saberde grados y reválidas, 1764-1807» de Fisiología, Higiene, Terapéutica... Va- toco-ginecológico en la Medicina espa-aquel Centro, si bien con el apellido lencia, Imprenta de José Mateu Cer- ñola de la primera mitad del sigloCodina (f. 7, inscripción n.° 27). Asimis- vera, 1844. Donativo del señor Argones. XVIII. Salamanca, Seminario de His-mo constan otros dos hermanos de DÍAZ, Francisco: Tratado de todas las toria de la Medicina, 1958. Serie A, Es-aquél: José Codina y Torra, cursante enfermedades de los ríñones, vejiga y tudios, II, 2.entre 1784 y 1789 («Libro 2.° de matrí- carnosidades de la verga. T. I-II. Ma- SORIANO DE LA ROSA, Concepción: Laculas para Romancistas en 1776», Ms. drid, Julio Cosano, 1922-23. obra quirúrgica de Dionisio Daza Cha-n.° 152 del A.U.C., f. 432) y Juan Codina FERRATER MORA, Josep: Les formes de con. Salamanca, Seminario de Historiay Torra cirujano romancista en 1788 la vida catalana. Seguit de: Reflexions de la Medicina, 1958. Serie A, Estudios,(«Libro de grados y reválidas», Ms. n.° sobre Catalunya, Catalanització de Ca- II, 1.157, inscripción 744). talunya, El Llibre del sentit, Homenat- TORROELLA, Juan Bta.: El Estudi Gene-Contemporáneo a éstos, hay un Fran- ges. Barcelona, Ed. Selecta, 1960. Do- ral o Universitat Literaria de Girona.cisco Codinac y Granger, natural de nativo. Gerona, Asociación Literaria. CertamenBarcelona, graduado de cirujano de GRANJEA Luis S.: La Frenología en Es- de 1900. Año xxix de su instalación. Im-dos exámenes en 1765, pasando al Ejér- paña. (Vida y obra de Mariano Cubí). prenta de P. Torres, 1902.cito («Libro de Matrículas del Real Co- Salamanca, Instituto de Historia de la TURRO, Ramón: Orígens del coneixe-legio de Cirugía de Barcelona en 1762», Medicina Española, 1973. Donativo. ment. La Fam. Barcelona, Societat Ca-Ms. n.° 159, f. 37). En 1799 se le des- GRANJEL, Luis S.: «La obra médica de talana d'Edicions, Vols. I y II, 1912.pacho el título de licenciado en Ciru- José Juan Antonio Baguer.» Medica- VEGA Y FERNÁNDEZ CRESPO, Rafael de:gía por la Facultad Reunida (Ms. n.u 157, menta, abril, 1960, n.° 354, p. 222-224." Perfil moral del Cirujano. Bosquejof. 7, inscripción 27); y en 1806 recibió GRANJEL, Luis S.: La publicidad tera- para una ética quirúrgica. Valladolid,el grado de doctor en Cirugía. («Doc- péutica en la España de «entreguerras». Sever-Cuesta, 1973. Donativo del autor.toramientos», Ms. n.D 30 del A.U.C., f. 19, Salamanca, Instituto de Historia de la 1inscripción 103.) Medicina Española, 1974. Donativo.73. — Dr. P. O.: Son escasos los traba- GUERRA, Francisco: «El exilio de mé- lAnnoATnDTnjos de carácter histórico que se refie- dicos españoles durante el siglo xix.» VISITAS AL LABORATORIOren a la epidemia de gripe de 1918-19 Revista de Occidente, XXXIII, 97, 1971,en España. Su estudio, de extraordina- p. 1-23.rio interés, creo debería iniciarse des- HERNÁNDEZ BENITO, Emiliano: El saberde un punto de vistajyentífico, a- tra- oftalmológico en la Medicina Renacen- En su viaje de fin de carrera y du-vés de las revistas médicas ¿e la época; lista española. Salamanca, Seminario de rante su estancia en Barcelona, visita-social, repasando la prensa diaria y Historia de la Medicina, 1957. Serie A. ron nuestro Laboratorio los estudiantesestadístico que, en Barcelona, puede Estudios, I, 3. del último curso de Medicina de lasseguirse a través del Archivo Histórico JORDI GONZÁLEZ, Ramón: «Iconografía universidades de Salamanca y Cádiz.

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Larga vida B circulatoria con...

DaviStariEl tratamiento completo y eficaz de la

ARTERIOSCLEROSIS

• Patogénico y sintomático • Regenera la pared vascular

• Normaliza la tasa de lípidos • Tolerancia perfecta- colesterol-triglicéridos-lipopróteínas- _ . , . „ ,

• Cajas de 60 capsulas• Normaliza los Factores

de la coagulación- hipercoaguabilidad, adhesividad y ^^»,r ,^c,^,^^, i-agregabilidad plaquetarias COMPOSICIÓN por capsula

Clomag 300 mg.

Piridinolcarbamato 150 mg.

^^ÜV.

BIOHORM POSOLOGIA\¡J/^ De ataque: 1 cápsula 3 veces al día

De mantenimiento o profilaxis: 1 cápsula,J. URIACH Í. C- S.A. - Bruch, 49 - Barcelona-9 1 ó 2 veces al día.

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MEDICINA^HlSrORlA

REVISTA DE ESTUDIOS HISTÓRICO INFORMATIVOS DE LA MEDICINA

Secretaría de Redacción

Centro de Documentación de Historia de la Medicina de J. URIACH & Cía. S. A.

Barcelona, junio de 1974

AGUSTÍN ALBARRACÍN TEULON

SOLEDAD, DOLOR Y ESPERANZAEN « EL PABELLÓN DEL CÁNCER»

DE SOLZHENITSYN

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SOLEDAD, DOLOR Y ESPERANZAEN «EL PARELLÓN DEL CÁNCER»

DE SOLZHENITSYN

AGUSTÍN ALBARRACIN TEULÓN

Desde mi primer contacto con la literatura quiera habré de confesar desde ahora mi firmecomo fuente de conocimientos médicos, he te- convencimiento de que ambas, y muy especial-nido siempre presentes las palabras de don mente su vida de hombre deportado en camposGregorio Marañón acerca del uso de los ejem- de concentración, han marcado indeleblemen-plos literarios; las recordaré de nuevo: «Lo te su producción literaria. Más aún : aconsejohacemos así, por creerlo tan instructivo como a quien todavía no haya leído El Pabellón dellas descripciones de los médicos. El artista Cáncer y mis comentarios le muevan a hacer-recoge así impresiones directamente de la rea- lo, que previamente conozca Vn día en la vidalidad, sin los prejuicios científicos que restan de Ivan Denisovich, escrita en 1962, clavevalor humano a las observaciones médicas...». inexcusable para la mejor comprensión de laPues bien: una vez más he querido recurrir psicología del protagonista de la novela quea este método, tratando de escudriñar, con ahora me ocupa. Alejandro Solzhenitsyn enmirada y mente de médico, lo que acerca de la realidad de nuestro tiempo, Oleg Kostoglo-la enfermedad y del enfermo, de la vida y tov en la ficción literaria, de consuno enca-de la muerte, piensa y escribe Solzhenitsyn en sillados en esa categoría de hombres que salvasu conocida novela El Pabellón del Cáncer, Puchskin en su pesimista clasificación de lapublicada en 1968 y vertida un par de años humanidad actual:después al castellano, coincidiendo con la con-cesión al autor del Premio Nobel de Literatu- Llevamos dentro un siglo vil.ra 1970. ...¡En cualquier medio, el hombre esUna indicación previa. El fruto de mis refle- un tirano, un traidor o un cautivo!xiones sólo parcialmente es expuesto aquí, porrazones de espacio: lo que del enfermo y la * * *enfermedad diré, podría ampliarlo al médico,a la asistencia y a la relación médico-enfermo. En una pequeña república soviética del medio-Por otra parte, este trabajo no constituye un día oriental se alza una clínica para enfermosestudio sociológico, para el que doctores tiene cancerosos: trátase de un centro hospitalariola Medicina y al que más de un curso y de un especializado, perteneciente a la división sa-libro ha consagrado entre nosotros Laín En- nitaria administrativa que los soviéticos de-traigo. Las páginas que le dedico únicamente nominan oblaste, y que centraliza los enfermospretenden ser una ventana abierta a aquellas de un núcleo de población oscilante entre elimpresiones directamente tomadas de la rea- millón y los cinco millones de habitantes. A sulidad, sin prejuicios científicos, por un hombre frente, un médico inepto y petulante bajo cuyasensible de nuestro tiempo. Ha querido el azar dirección existen dos servicios : el de Cirugíaque recientemente, con motivo de la apari- y el de Terapéutica físico-medicamentosa. Ención de su última novela, El archipiélago Gu- el primero, Lev Leonidovich, cirujano jefe delakg: 1918-1956, la figura de ese hombre sen- altas virtudes profesionales, trabaja incansa-sible, Alejandro Solzhenitsyn, cobre nueva blemente, secundado por cuatro médicos ayu-actualidad en la información cotidiana. No dantes, tres de ellos femeninos —no en vanovoy a ocuparme de su peripecia biográfica ni las estadísticas muestran, aprendo de Pedroaludiré tampoco a su ideología política, si- Cano, que en la Unión Soviética las mujeres

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I /

Dibujo de David Levine. Copyright.New-York. Review and opera Mundi.

constituyen hasta ahora el 70 % de los médi- tamiento y recibir la visita de los familiares,eos. En el servicio terapéutico, Ludmila Afana- Por la tarde, participación en una animada ysievna Dontsova, médico-jefe femenino, junto general discusión acerca de si deben abrirsea otras dos mujeres médicos, queman mate- o cerrarse las ventanas, a quién le aguarda elrialmente su vida bajo los aparatos radiólo- porvenir más halagüeño y a quién el peor...gicos. Un practicante, cinco enfermeras y dos Ajedrez y libros para los ociosos. Paquetes deauxiliares sanitarias completan el parvo cua- comida suplementarios, que en ocasiones esdro de la organización. Frente a él, un reducido preciso esconder para evitar su requisa. Elgrupo de enfermos: Kostoglotov, Rusanov, Ye- baño, gran acontecimiento y permanente in-frem, Ajmadzhan, Mursalimov, Azorkin, Fe- cógnita: ¿estará caldeado?, ¿habrá agua su-derau, Proshka, Diamka, Asya, Eguenberdiev, ficiente?, ¿qué ropa interior te darán? NadaSibgatov, Zatsyro y Shulubin. Entre unos y tan divertido como la llegada de un novatootros, la enfermedad, los más variados tipos con sus absurdas preguntas y su total deseo-de neoplasia, proyectando sobre unos y sobre nocimiento de cuanto le espera. ¿Cárcel deotros su cortejo de soledad, de dolor, mas tránsito? ¿Prisión preventiva? Sencillamentetambién —¡ cuándo dejará uno de mantenerse el pabellón del cáncer de una lejana repúblicasutilmente asido a ella!— de esperanza. Dos de la Unión Soviética, donde a nadie se le dicemundos interconexionados, en relación hostil cuándo se le dará el alta, donde nada se pro-a veces, comprensiva otras, y que una drama- mete, donde, según las reglas de la Medicinatica circunstancia va a asumir en la persona —acusa un enfermo—, deben exprimir al pa-de la fisioterapeuta Dontsova, cuando la apa- ciente todo lo exprimible, para dejarle ir úni-rición en su estómago de un carcinoma, nos camente cuando su sangre ya no puede asimi-dice Solzhenitsyn, la excluya del ilustre gre- lar nada. Tal sería la descripción meramentemió de los médicos, transfiriéndola al mísero anecdótica y externa de la vida de unos en-y supeditado de los pacientes; cuando la ex- fermos ingresados en el pabellón del cáncer,traiga de la categoría de los pacientes-infrac- Mas por debajo de ella, desvelando lo anec-tores, introduciéndola en la de los sanos-de- dótico para penetrar en lo esencial, lo quesesperanzados. vamos a encontrar responde a un eterno re-

tornelo : soledad, dolor, esperanza. Veámoslo* * * x>n cierto detenimiento.

Un pobre e insuficiente hospital oncológico, * * *donde los enfermos deben aguardar turno paraingresar y son dados de alta en cuanto el tra- En primer término la soledad, vivencia ele-tamiento no responde; un hospital, en cuyas mental del sentimiento genérico de enferme-habitaciones existen «camas con equipo com- dad, en cuanto ésta aisla —sigo la lección depleto de ropa, y en cada cama un hombrecillo Laín Entralgo— no sólo porque impide al pa-aterrorizado», en reconcentrado silencio du- ciente de un modo más o menos absoluto elrante las primeras horas del día, aquéllas en trato normal con otros hombres, sino porqueque, uno a uno, van saliendo de la sala para clava su atención sobre sentimientos penososconversar con los superiores, someterse a tra- que sólo él puede padecer: en definitiva, por-10

flutenalFlupamesona Biohorm H W&

corticoide dérmico de acción "depot" \

^ • 1 B ^ flutenal es el primer preparado dermatológico a•fl B ^ base de Flupamesona*. corticoide antiinflama-

B , torio bifluorado de gran selectividad.

K * V flutenal se muestra particularmente eficaz enI '. los eczemas agudos y crónicos, en las derma-

^ B B '4. •'• titis por contacto y en el psoriasis.

^B • *; ''*' flutenal se acumula selectivamente en el•li:*,, stratum corneum dérmico, donde ejerce

t j^^H Up:;"Jf* su característica acción antnnflamato-^g^gM, I h t ' • "' an t 'exudativa, antipruriginosa v

Jm SSf''/" antiproliferativa

• feí . Gracias a esta selectividad, flutenal^t BÉii." a c t u a exclusivamente a nivel dérmico, lo9 ^n "v Que 'e confiere una tolerancia general y

•#;". local perfecta, a la vez que está des-1 ' provisto de los inconvenientes de la

í*5 B ' : corticoideoterapia convencional.

^ J K ' COMPOSICIÓNfl B - Y PRESENTACIÓNafl ^ E Í S R ' " flutenal crema. Flupamesoimj H • i ^ íS*" (U R-105) ' 3 m9 ' : Excipiente hidrosolubleH • % * " V evanescente, c.s.p. 1 gr.• B ^Eí» ' Tubos con 30 gramos (pvp: 447 Ptas.).

• H PP' . B j • ,;.' flutenal pomada: Flupamesona^B^^>. I B ^ ^r'-" ' lUR-IOB), 3 mc|.; Excipiente graso, c.s.p 1 gr.

9 B n f e . ^ Tubos con 30 gramos (pvp: 452,60 Ptas).

H L ^ ^ ^ Í V flupamesona (UR-105Í: molécula original, sin-^Bk^.'t^'" '*1*^ tetizada investigada y patentada pui J Unach 8-

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^ ^ * l pk ' J. URIACH & Cía., S. A. Lo^]^^^^^^^^^^^^^ Bruch, 49 - Barcelona-9 [ o

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LIPQMIÑAntioréxicoCONTROLA EL APETITO Y PROPORCIONASENSACIÓN DE BIENESTAR AL OBESOFrenador del apetito, carece de toda acción excitante sobre el sistema nervioso central, no pro-duciendo insomnio.Puede prescribirse en todas las edades, siendo el antioréxico de elección en la obesidad delos diabéticos, hipertensos y cardiacos,Es Inofensivo. No tiene contraindicaciones, ni produce hábito. Efectos más rápidos, prolongadosy duraderos.El descenso de peso con LIPOMIN, suele ser: 1-2 Kg. la primera semana, ' / ¡ -1 Kg. las semanassiguientes.

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OOSIS: Un comprimido o una cápsula, media hora antes de las comidas.

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V

ijM^tttÜ 17 i-^íBi 7 ^e Mauldin, en el •Chicago Sun Times».

que le hace vivir enojosamente «sorbido» por Soledad radical, soledad social, soledad, ensu cuerpo. Vivencia esta última, la «succión último plano, convivencial entre los enfermospor el cuerpo», en cuya virtud éste se hace del pabellón, pese a estar todos ellos signadoslocalizada y cualitativamente patente desde por el idéntico estigma de la enfermedad:él mismo y, como consecuencia de un proceso hablo de la soledad por imposibilidad de co-que para el enfermo se halla dotado de for- municación. A la entrada de la sala, un cartelzosidad, incomprensible. Al enfermo se le ena- invita ya a su cultivo: «¡ Pacientes, no comen-jena el cuerpo, se subleva contra él y le fuerza ten unos con otros sus enfermedades!». Noa vivir pendiente de su propia sensación. Hasta haría falta haberlo escrito. Cada enfermo sabeaquí el pensamiento de Laín. ¿Cómo describirá muy bien, en lo más profundo de su ser, queel novelista soviético esta sensación de solé- ese tumor, repetido en cada uno de los ocu-dad? A mi entender, a través de una fórmula pantes de la sala e imposible de compartir ymuy afortunada, que señala la presencia de compadecer, sigue siendo tabique entre camala enfermedad, en este caso la neoplasia, como y cama: «Por parte de sus compañeros nofrontera entre el propio cuerpo y el inmediato podía oír nada que fuera una ayuda para él, nicontorno. «La unida familia de los Rusanov tampoco en las otras salas, ni en los pasillos,—uno de los enfermos del pabellón—, su exis- ni en el piso superior, ni el inferior. Todotencia ordenada, su piso impecable, todo ello estaba dicho, aunque no lo que importaba»,se había alejado de él en el curso de unos Luego veremos que sí puede existir un mo-cuantos días, se había quedado al otro lado mentó en la vida del hospital, en el que parecedel tumor.» Y poco después repite: «Sentía romperse esta soledad total. Entre tanto, porpunzadas bajo el cuello; y el tumor, sordo e doquier, dentro y fuera de cada uno, allendeindiferente, removíase tabicándole el mundo y aquende cada tumor, como letanía fatídica eentero... El presupuesto, la industria pesada, inexorable: soledad, soledad, soledad... «Ella ganadería, la organización, todo se quedó tenso bulto de aquel tumor inesperado, absur-al otro lado del tumor. A éste, Pavel Nikolaie- do y absolutamente innecesario, habíale arras-vich. Solo». trado allí, arrojándole a aquel lecho angostoMas no es esto únicamente. La enfermedad y miserable. No había tenido más que mudar-tampoco permite ser compartida, y quizá sea se de ropa bajo el vano de la escalera, despe-esta soledad más dramática aún, por cuan- dirse de su familia y subir a esta sala, parato necesariamente tiene que ser convivida. que se eclipsase bruscamente su vida anterior.«¡ Eres un miembro de la colectividad! Y es Allí abríase paso otra existencia, tan abomi-cierto. Por otra parte, el tumor asienta sólo nable, que le infundía más horror aún que elen él, no en el conjunto de la colectividad.» mismo tumor. Ya no estaba en su poder elegir«Allí, entre el maxilar y la clavícula —escribe nada placentero y esperanzador en que posarSolzhenitsyn— estaba su destino, el instru- la vista, sino que tendría que contemplar amentó de la justicia. Y ante esa justicia no aquellos ocho seres abatidos, aquellos ochocontaba con amigos influyentes, ni con anti- pacientes con pijamas a rayas blancas y ro-guos méritos, ni con defensa alguna.» Como sadas, ninguno a la medida...; veíase obligadoha escrito Laín, la enfermedad prepara al en- a prestar oído a... conversaciones que a él niferino para dar por sí solo cuenta de su vida. le concernían ni le interesaban.» Como escri-

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bió Osvaldo Loudet, el dolor somático es «el Dontsova, al traspasar las fronteras de la higi-dolor de cada uno». Y para mayor dramatis- dez, pronuncia en cinco palabras que valen pormo, teniendo necesidad de ayuda, «allí no ha- todo un tratado acerca de la comprensión delcían más que empujarse al abismo». Soledad, sufrimiento humano: «¡Jamás imaginé queen silencio contenido y expectante, que espera sufrieran así!».desesperadamente la comunicación, y del que Pero más que en la descripción de este males-Jaspers nos dice que siempre será imposible tar inmediato, a la postre al alcance de cual-hablar. Callar impenetrable, en el cual el hom- quier literato, me interesa subrayar la finurabre existe enteramente para sí, y nadie sabe psicológica de Solzhenitsyn en sus rápidos es-de él, ni en él le reconoce, ni de él le alivia corzos de lo que antes mencioné como moles-cuando quisiera expresarse... tias consecutivas. El dolor somático se expre-

sa a través de una serie de reacciones afectivas* * * e interpretativas, proyección del sentimiento

de invalidez que la enfermedad conlleva. Has-El dolor somático, recordaba antes, es el dolor ta ocho distinguiría yo en El Pabellón delde cada uno. Una reflexión atenta del libro Cáncer: la autodefensa, el contraproyecto, elque me ocupa permite discernir, ello era de reto al sistema de las propias posibilidades,esperar, entre ese dolor somático, la molestia la limitación, la distinción, la injusticia, lainmediata que denomina Laín, directa y ori- prueba y la incertidumbre.ginariamente emergente del hecho de estar Llamo autodefensa a aquella reacción frenteenfermo, y la molestia consecutiva a la vi- al dolor que intenta paliarlo avivándolo envencia de la invalidez. los otros. «Mal de muchos, consuelo de ton-Dolor somático, el más espectacular y ¿sten- tos», suele decir nuestro pueblo. Desde lassible, en cuanto expresión primaria de la en- primeras páginas de la novela se nos hacefermedad neoplásica. Y ello hasta tal punto, repulsiva la figura de uno de los enfermos,que cuando en el pabellón del cáncer ingresa Yefrem Podduyev, quien continuamente seun día cierto personaje, mezcla de picardía ensaña atemorizando con voces destempladasy humanidad, surge en los demás pacientes al resto de sus compañeros. He aquí un solouna duda: «Aquel hombre tal vez no padecía ejemplo. Al ingreso en la sala de Rusanov,dolencia alguna. No ofrecía ningún signo ex- acobardado por su padecimiento, exclamaterno de enfermedad, ni se revelaban en su inmisericorde: «—¡ Vaya! ¡ Otro canceritosemblante los dolores internos». Porque la más!» «—Pues nada —se defiende aquél—,norma aquí, es bien distinta: «A veces le tem- que no tengo cáncer en absoluto.» «—¡ Vayabiaban los labios a causa de los dolores y se un necio! ¿Crees que te habrían destinadole contraía la frente de zozobra y consterna- aquí si no tuvieras cáncer?». ¿Se trata de unción». «Cada día que transcurría sentía mayo- mal nacido, de un alma innoble que se com-res dolores al andar.» «Le transpiraban las place con el mal ajeno? No. Es algo muchosienes y la frente, y su amarillento y crispado más simple, más humano, pero también másrostro reflejaba los dolores internos que su- difícil de comprender. Solzhenitsyn lo inter-fría.» Pero acaso la más real y angustiada preta: «...Yefrem Podduyev no podía seguirexpresión del dolor físico sea la que la médico engañándose, y no se engañó. Admitió que

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VII

SOLEDAD, DOLOR Y ESPERANZAEN «EL PABELLÓN DEL CÁNCER»

DE SOLZHENITSYN

padecía cáncer. Ahora, pretendiendo la igual- to al del individuo que la padece. ¿Qué hacerdad, quería convencer a sus compañeros de entonces? «Sí, Diomka —declara el estudian-sala de que también ellos sufrían de cáncer, te—. Significa que yo ya lo he aceptado. Node que allí no se escapaba nadie, de que todos siempre vive más el que más largo tiempovolvían de nuevo. No es que disfrutara amila- vive. En cuanto a mí, el problema se reducenando a las personas y oyendo sus gruñidos, a lo siguiente: /qué puedo hacer en el tiempopero que no mintieran, que se enfrentasen con que me queda?» Fijaos que no se trata de rom-la verdad...». per el proyecto de la enfermedad sino de, re-La enfermedad como contraproyecto, es la tándole, emprender una veloz carrera que per-expresión solzhenitsyana de la invalidez. En mita al sistema de las propias posibilidadessu libro La relación médico-enfermo ha am- alcanzar antes que las de la neoplasia esa metapuado Pedro Laín el concepto husserliano de sabida de antemano que denominamos muer-la esfera fenomenológica de las vivencias per- te. «¡ La amenaza que entrañaba esa manchatenecientes a la realidad propia del sujeto pigmentaria —es Solzhenitsyn quien habla—«lopara-mí-propio»—integrándola en otras ahora— prendió sobre él desde los primerosdos, fenomenológica y psicológicamente muy años de su vida... ya había entablado una por-bien deslindables entre sí: la esfera de lo-en- fiada competición con el futuro tumor paramí y la esfera de lo mío. Pues bien, mi cuerpo, demostrar quien llegaba antes a su meta. Peroen cuanto mío, es el momento de mi realidad era una pugna a ciegas por su parte... ; se en-que me exige y me permite ser en el mundo. tero de que el rnelanoblastoma es mortal, queA la enfermedad pertenece, entre otras, la raramente viven un año quienes lo padecen...vivencia de un «yo no puedo» parcial, la inva- Pues bien: como les ocurre a los cuerpos quelidez. Por eso cuando Yefrem, el personaje alcanzan velocidades cercanas a la de la luz,anteriormente mencionado y que posee una su tiempo y su masa ya no eran como las devoluntad férrea, súbitamente comprende la los otros cuerpos, como las del resto de laposibilidad de un amor a los hombres que le gente; su tiempo había aumentado en capaci-obliga a reemprender una vida distinta, sien- dad y su masa en penetración. Para él, loste que ya es imposible. ¿Por qué? Porque la años habíanse reducido a semanas y los díasenfermedad, escribe Solzhenitsyn, «no toma- a minutos.»ba eso en consideración. Porque la enferme- También limitación. No se trata tanto de undad tenía su propio proyecto». no-poder-ser cuanto de un no-poder-esperarOtra de las reacciones afectivas en que se ex- normalmente, es decir, de lo que con tantapresa la enfermedad es la que antes denominé fortuna llamó hace ya años Laín Entralgo lael reto al sistema de las propias posibilidades. diselpidia. El enfermo, además de no poderHe aquí su planteamiento. Vadim, joven y hacer, tampoco puede esperar, pierde interésprometedor estudiante de ciencias geológi- por la vida, en una palabra, se limita. Hubocas, padece un melanoblastoma de rápida pro- un filósofo —dice Solzhenitsyn— que afirmópagación, que pone en riesgo la posibilidad de que si el hombre no padeciese enfermedades,que el científico lleve a cabo sus ambiciosos no conocería sus propias limitaciones. Es ver-proyectos profesionales. Acabamos de ver que dad. Mas no sólo, repito, en lo pertinente alla enfermedad tiene su propio proyecto, opues- cortejo de limitaciones propio de la invalidez,

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VIII

sino también y sobre todo, en la limitación «Es una infamia reírse de la enfermedad y lade lo que de la vida se espera. «En un solo desgracia. Pero éstas deben sobrellevarse dedía Dontsova debía renunciar a cuanto repre- modo tal, que no susciten la hilaridad». No-sentaba su vida y, en adelante, convertida en bleza, dignidad, expresiones de la distincióndemudada y cetrina sombra, se atormentaría que la enfermedad imprime en quien la pa-sin saber, durante un plazo prolongado, si dece.todo ello culminaría con su muerte o con el Llegamos ahora a una curiosa reacción afee-retorno a la vida.» Y caso límite de diselpidia tiva frente a la enfermedad: su considera-limitante, Vadim, ese mismo Vadim a quien ción como injusticia. Al igual que para loshace unos instantes contemplábamos retando hipocráticos veinticinco siglos antes, tambiénal cáncer en veloz carrera hacia la meta, cuan- para Solzhenitsyn la enfermedad es adikía.do comienza a ver el progreso de su melano- Si para aquéllos la injusticia estribaba en queblastoma cambiará su interpretación de la la enfermedad altera morbosamente la «jus-existencia. «Opinó siempre que la más óptima teza» o «buen ajuste» del kósmos, para el no-característica de una vida es la de la cons- velista soviético estribará en la presencia deltante actividad, cuando se está tan ocupado, mal en el cuerpo del médico en él especializa-que las horas del día resultan insuficientes. do. «¿Por qué tamaña injusticia? —se pre-Pero, de pronto, las horas del día venían a ser gunta Dontsova, la fisioterapeuta, al descubrirsuficientes para él y aún le sobraban. Lo que su cáncer—. ¿Por qué precisamente a mí, ale faltaba era vida. Flaqueó su consistente ca- un oncólogo, ha tenido que atraparme una en-pacidad para el trabajo. Ya no se despertaba fermedad oncológica, conociendo como las co-cón tanta frecuencia por la mañana temprano nozco todas, cuando sé los efectos que laspara estudiar aprovechando el silencio. A ve- acompañan, sus consecuencias y complicacio-ces permanecía tumbado, tapado hasta la ca- nes?» Bajo la sombra del viejo Anaximandrobeza, en la que vagaba la idea de que quizá podríamos decir que si la adikía estriba en unafuese más fácil rendirse y acabar de una vez alteración de la Physis —con mayúscula— enque seguir luchando.» cuanto kósmos, la injusticia ahora se deduceEn varias publicaciones se ha ocupado Laín de la alteración de una physis —con minúscu-Entralgo del sentimiento de enfermedad co- la—en la que hasta ahora ha imperado el buenmo distinción, propio de una de las formas orden del saber acerca de la propia enferme-de la actitud romántica y que en su fondo dad.posee una secreta raíz cristiana, en cuanto Tampoco la consideración interpretativa deque, cristianamente conce'bido, el sufrimien- la enfermedad como prueba alude a esa ac-to ennoblece. No me atreveré a atribuir la titud cristiana —tan patente, por ejemplo,existencia de tal raíz en Solzhenitsyn; me en Pascal— de ocasión para alcanzar méritolimitaré por tanto, notarialmente, a copiar o caer en demérito. Trátase aquí de la res-dos breves fragmentos: «... aquellas disputas puesta del viejo médico maestro de Dontsovay controversias..., aquellos ojos sañudos y ma- al interrogante de ésta: ¿Por qué tamaña in-lignos antojáronsele de pronto el chapoteo en justicia? «No hay tal injusticia —replica—una ciénaga, que no admitía en absoluto pa- ... Todo lo contrario. Es justo en sumo grado,rangón con sus enfermedades...». O bien: La mejor prueba a que puede ser sometido un

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IX

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médico es el padecimiento de las enfermeda- ¡cuánto horror contenía, esa corta tregua!»,des en que está especializado.» Recogeré muy y que ahora, cuando es ella la posible conde-pronto esta afirmación. Pero quiero subrayar nada, alcanza su ápice: «Pero aparte de queahora lo sugestivo del tema, que Solzhenitsyn fuera o no correcto reclamar de él una res-por supuesto no explaya y que yo dejo mera- puesta un tanto prematura, le aterrorizaba co-mente apuntado. ¡Qué interés tendría una nocer de improviso cualquier probabilidad,reflexión acerca de lo que acaece cuando la Necesitaba indispensablemente una morato-comunicación entre médico y enfermo no es ria, unos días de espera para serenarse». Pocola de una «persona enferma» y una «persona después le llegará el momento decisivo decapaz de prestar ayuda técnica», sino la de franquear aquella barrera a que al principiodos «personas enfermas y menesterosas», am- de mi trabajo aludía, y que la va a llevar desdebas precisadas de ayuda técnica y una de ellas, el ilustre gremio de los médicos al míseroal mismo tiempo, obligada a prestarla. y supeditado de los pacientes. La cita es lar-Resta finalmente ocuparnos de la incertidwn- ga, mas precisa para lo que luego glosaré; porbre como expresión de esa amenaza que siem- otra parte siempre saldrá el lector ganandopre conlleva la enfermedad. Una vez más, co- con la prosa de Solzhenitsyn lo que mi pobremo el lector menos perspicaz habrá podido estilo no puede ofrecer. «Para ella existían laobservar a lo largo de estas páginas, acudo a oncología y la patogenia, los síntomas, el diag-la lección de mi maestro Pedro Laín en su li- nóstico, el curse de la enfermedad, los trata-bro La relación médico-enf ermo. «La enferme- mientos, la profilaxis y el pronóstico ; pero ladad —escribe allí— es uno de los más comu- resistencia, las dudas y los temores de los en-nes y poderosos agentes para la cristalización fermos —aunque comprensibles como debili-psicológica y vivencia] de ese radical senti- dades humanas y capaces de inspirar la corri-miento de nuestra existencia, en cuya virtud pasión del médico—, puestos en balanza consentir la propia vida es también, de un modo los métodos no eran sino ceros a la izquierda

« u otro, sentir la posibilidad de la propia muer- para los que no había cabida en la cuadraturaf te.» Pues bien; este sentimiento de la posibi- lógica. Hasta entonces los cuerpos humanos

lidad de la propia muerte es expresado en El tuvieron idéntica estructuración : un mismoPabellón del Cáncer bajo forma de incerlidum- esquema servía para representarlos a todos.bre. ¿Sólo la posibilidad de morir? No. Tam- Estos cuerpos tenían en sus procesos vitalesbien la incertidumbre, más angustiosa si cabe, la misma fisiología, y sus sensaciones igualde saber la naturaleza del proceso que se pa- génesis. Todo lo que era normal, así comodece, de querer y no querer a un tiempo que cuanto divergía de la norma, lo explicabanla terrible verdad sea desvelada. Una incerti- razonablemente las competentísimas autori-dumbre que tantas veces ha vislumbrado la dades en la materia. Mas de repente, en sólodoctora Dontsova en sus pacientes, «infinidad unos días, su propio cuerpo habíase despren-de veces, después de esa exigua tregua, los dido de este armonioso y magno sistema,enfermos esperaron su decisión, una decisión golpeándose contra el duro suelo, quedandobasada siempre en el raciocinio, en cifras, y convertido en un inmenso saco de órganos,que constituiría una deducción lógicamente cada uno de los cuales propenso a enfermarconcebida y comprobada. Pero, en verdad, en cualquier instante y a lavantar la voz.

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XI

En unos cuantos días todo se volvió del revés brinda su espera vital. La espera, a su vez,para Dontsova; lo precedente, configurado con debe ser entendida como un hábito de la pri-elementos conocidos, transformóse en algo ig- mera naturaleza del hombre, consistente ennoto y horrible.» ¿No estará aquí la oculta la necesidad vital de desear proyectar y con-razón de aquella enigmática respuesta del vie- quistar el futuro. Pero la espera puede ser nojo maestro de la fisioterapeuta: «La mejor sólo confiante—prevalencia de la vivencia deprueba a que puede ser sometido un médico seguridad y confianza que se torna esperan-es el padecimiento de las enfermedades en za—; cuando en ella predomine la vivencia deque está especializado»? ¿Por qué?, se había inseguridad, esto es, cuando sea difiante, con-preguntado Dontsova. Ahora lo vemos claro: ducirá a la desesperación y a la desesperanza,puesto que el dolor somático del otro no pue- ¿Qué esperan los enfermos del pabellón delde ser compartido, puesto que su incertidum- cáncer? Por supuesto, y muy en primer tér-bre puede ser comprendida pero no compade- mino, la curación de su enfermedad : «¡ Oyecida, puesto que una visión científiconatural hermano! ¿Curan aquí a todos?». Esperanzade la enfermedad se limita a la interpreta- en la curación, mantenida por la presencia deción de las desviaciones de la norma y no pasa los médicos —^dejemos a un lado el problemade ellas, el dolor y la incertidumbre del pro- de que tales médicos no han sido librementepió médico, ¿no le harán considerar al enfer- elegidos por los pacientes— y por la tecnifi-mo como persona y no como mero objeto, y la cación de la Medicina: radioterapia, hormo-vinculación afectiva entre ambos podrá ser, noterapia, quimioterapia. Pero el enfermo viveen plenitud, camaradería, transferencia y con- la realidad de cada jornada, y cada jornada latratransferencia, amistad médica en sentido experiencia le hace descender un peldañi-estricto? Sólo cuando el médico, la persona to de esa escalera que desde la vivencia dedel médico, vive en su propia carne el myste- seguridad o confianza en la curación le varium doloris, sólo entonces será capaz de lo- hundiendo en la inseguridad. Entonces, si lagrar la comunión con la persona del paciente, curación no es posible, al menos la esperanzafundiendo la relación transferencial y la reía- de seguir viviendo: «Por mucho que vivas, yción amistosa en la realidad óntica de la vin- aunque tu existencia sea la de un perro, noculación interhumana. deseas, de todos modos, acabar». «Pavel Niko-Soledad y dolor. Ya los hemos analizado. Jun- laievich... pensaba en lo grato que era... sa-to a ellos, en el pabellón del cáncer, también ber... que seguiría viviendo y que conoceríaanida la esperanza. ¿Qué podré decir sobre también la próxima primavera.» «... la piernael tema al que Laín consagró tan magistrales perdió para él todo su valor, convirtiéndosepáginas en 1957? Glosaré, apoyado una vez en un maldito lastre del que debía desemba-más en ese magisterio, el pensamiento de razarse y cuanto antes lo hiciera mejor. LaSolzhenitsyn en torno a la esperanza. Por lo operación, que un mes atrás antojábasele elpronto, unas precisiones terminológicas. La fin de la vida, la aceptaba ahora como la únicaesperanza es un hábito de la segunda natura- salvación posible.»leza del hombre, por obra del cual éste confía Aún será preciso descender otro tramo en lade modo más o menos firme en la realiza- escala de la esperanza. Habrá que conformar-ción de las posibilidades de ser que pide y se con prolongar un poco la vida condenada.

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XIISolzheniísyn en el entierrode Tarkovski (21 diciembre 1971).

«¡ No pido una larga vida! —musita Kostoglo- do agoniza un mísero profesor universitariotov—. ¿Qué me puede ofrecer el futuro?... envilecido por el temor a la represión. AlgúnAspiro a una corta existencia... me conformo minúsculo fragmento...» Días antes de sucon regresar a nuestro rincón perdido... Se intervención, hablando a la sombra de un vie-aproxima el verano y durante él quiero dormir jo árbol, había dicho: «A veces siento neta-en mi petate bajo las estrellas, para saber, al mente que en mí no sólo reside mi yo. Quedespertarme de noche, la hora que es guian- existe también algo más, algo indestructible,dome por la posición de Cisne y de Pegaso. sublime. Cierto minúsculo fragmento del es-Vivir así un sólo verano, poder contemplar las píritu universal. ¿No tiene usted esa mismaestrellas no deslumbradas por los aletarga- sensación?». Francesco Patrizzi, Nicolás dedos faroles; y después, nada me importaría Cusa, Kepler, John Toland y Spinoza, Goethe,no despertarme más.» Vendría a ser como es- Herder, Lessing y tantos otros, se hallanperar un suplemento de vida, «análogo al del detrás de este trasnochado panteísmo en eltrozo de pan que se añade para completar el que la relación del hombre con la divinidadpeso que se clava al pedazo mayor con una se identifica con la relación del hombre conramita de pino; forma parte de esa ración, la naturaleza. Ese algo indestructible a quepero no deja de ser un trozo suelto». Una vida alude el profesor, ¿no coincidirá con la creen-extra, por supuesto, vivida en esperanza que cia de Solzhenitsyn en que «la suprema razónya desespera de la técnica: «Si tengo en pers- de la existencia no estriba en la actividad fun-pectiva seis meses de vida, debo vivirlos... Un damental que ocupa nuestras vidas por en-tratamiento inútil representa sufrimientos tero, a la que dedicamos toda nuestra aten-inútiles. Me comenzarían las náuseas por los ción y por la que nos damos a conocer al restorayos X, los vómitos, y todo eso, ¿para qué? En de la gente?». «La razón suprema, sigue, seuna palabra, no hay que pagar en el presente centra en la aptitud de cada cual para conser-un precio demasiado elevado por la esperanza var límpida, inmutable e inalterable la ima-de vivir algún tiempo en el porvenir». gen de la eternidad que reverbera en la menteEsperanza en la curación, en seguir viviendo, de cada individuo. Como la plateada luna enen prolongar la vida algún tiempo... Pero al un tranquilo estanque.»llegar la muerte, ¿faltará la esperanza genui- Cuando en la espera predomine la vivenciana, aquélla que para Gabriel Marcel es siem- de inseguridad, aparece la desesperanza,pre trascendente e incalculable? «La esperan- Todos, por supuesto, pasan por ella en el pa-za genuina, escribía Laín en 1957, es el hábito bellón del cáncer. Desesperanza de curarse,psicológico en que de modo afirmativo se ex- desesperanza de que sea posible prolongar lapresa tempóreamente la religación del hom- vida, desesperanza, desesperación más bien,bre.» Mi angustia ante la muerte consiste en ante la situación vital creada por la exéresismi «no saber que va a ser de mí». Es la «in- quirúrgica. No puedo entrar en detalles, masquietud de la perduración» que san Alberto encarecidamente aconsejo a los cirujanos queMagno expresaba en sus últimos años, con un me lean, que acudan a las páginas en que lahondo sentido metafísico, preguntándose: joven Asya, apenas una niña de diecisieteNumquid durabo? ¿Duraré? «Quedará de mí años, describe lo que para su vida supone laalgún fragmento, ¿no cree? —pregunta cuan- extirpación del pecho a que se ve condenada.

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¿Qué ocurrirá, por fin, cuando la desespera- todavía desconocida relación entre la prolife-ción no encuentre apoyo en un principio tras- ración del cáncer y el sistema nervioso, quecendente ni sepa ser utilizada como prueba permite, aunque raramente, curaciones espon-promisoria? Paradójicamente, la desespera- táneas de aquél... «en la sala se inició un mo-ción va a convertirse entonces en nueva espe- vimiento. Como si del libro abierto fuera aranza. Pero ahora en una esperanza en la que salir volando la tangible e irisada mariposano prevalece la vivencia de seguridad, sino que, de la cura espontánea y cada uno de ellos ofre-por el contrario, nutre sus raíces en la propia ciera su frente o sus mejillas para que el Ie-inseguridad de lo que se espera. Nos hallamos pidóptero las rozara salutíferamente en su re-ya en el ámbito de lo misterioso, de lo creen- voloteo... Todos, guardaban silencio, con lascial, en ese ámbito en que el enfermo se con- bocas medio abiertas como ante un cuentoforma con «creer» en la posibilidad curativa de hadas. ¿Que su tumor—pensaba cada unode algo o de alguien de los que, por supuesto, de ellos—, ese tumor destructor que había al-no sabe cómo ni por qué curan. Y esta «nuda terado su vida, podía desintegrarse súbita ycreencia», surgida de la desconfianza, de la espontáneamente... desaparecer?». Y esta nue-desesperación ante la falibilidad de la técnica, va esperanza logra el milagro que ni el dolorhace concebir al enfermo una nueva esperan- físico, la incertidumbre o el común destinoza. «Todos anhelaban conocer al médico-pro- lograrán producir. «En la sala difundióse algodigio, la medicina desconocida por los médicos cálido y cordial. En ocasiones solían respon-de la clínica. Podrían admitir o no que creían derse con hostilidad... Tenían un enemigoen ello, pero todos sin excepción estaban con- común: la muerte ¿y qué diferencias puedenvencidos de que en algún lugar tenía que exis- guardarse los seres humanos cuando esatir el médico, el herbolario o la vieja curan- muerte se encara a ellos?» Esperar contradera que podía salvarlos... ¡No! ¡No era po- toda esperanza: he aquí la clave de dondesible que sus vidas estuvieran condenadas! brota, también cual revoloteante mariposaPor mucho que nos burlemos de los milagros posándose de uno en uno de aquellos desespe-cuando estamos fuertes y sanos y disfruta- rados que aún quieren esperar, el cálido sen-mos de prosperidad, en cuanto la vida se res- timiento de la cordialidad,quebraja y se desmorona de tal modo que Debo concluir. Dolor, soledad, esperanza... yúnicamente un milagro puede salvarla, ¡ depo- luego, definitivamente, la muerte. Muerte quesitamos nuestra fe en ese mero y exclusivo mi- unos no quieren imaginar —«¿cómo me mo-lagro!» Así el zhantak, la planta espinosa de riré?, ¿qué sucederá después?, ¿cómo se lasla que los kazajos extraen un centenar de me- arreglarán sin mí?»— y otros llevan ya dentrodicamentos ; así la raíz del issik-kul, el acóni- de sí en vida —«durante este otoño he sabidoto, por cuya posesión un hombre se juega la a costa de mí mismo, que el hombre puedeposibilidad de veinte años de trabajos forza- franquear el umbral de la muerte aunque sudos; así la chaga, el cáncer del abedul, cuya cuerpo no haya muerto aún... psicológicamen-consecución, prácticamente imposible, hace te he recorrido íntegro el camino hacia lasoñar a todos con la droga infalible que curará muerte...»—, y tan arraigada, que llegan a ha-su cáncer. Cuando Kostoglotov les habla un cer de ella algo «en mí», mas no algo «mío»,día de que ha leído en un libro científico la objetivándola y sintiéndola llegar, ahora otra

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XVI

SOLEDAD, DOLOR Y ESPERANZAEN « EL PABELLÓN DEL CÁNCER»

DE SOLZHENITSYN

vez, en soledad, «abandonado por el mundo manos, nos ofrezcamos unos a otros en nues-entero», allende «el colectivismo». El hombre tros contactos humanos, en nuestras conver-actual, ha escrito Oreschenkov, está incapaci- saciones, en nuestra solidaridad.» De repen-tado para enfrentarse a la muerte, no está te, sumergido el río en unas arenas de dondeabroquelado con nada para recibirla. Una vez no volverá a rebrotar, ¿todo habrá acabado?más, la falta del sentido de trascendencia im- La soledad, el dolor, la esperanza, la desespe-pide morir a los moribundos del pabellón del ración, ¿habrán sido infructuosos? Los quecáncer con esa esperanza genuína e incalcu- día a día intentamos a trancas y barrancaslable que sólo alguno de sus protagonistas seguir siendo cristianos —creo que fue Kier-vislumbra como prolongación del espíritu uni- kegaard quien dijo que lo difícil no es serversal o como imagen de la eternidad rever- cristiano sino seguir siéndolo— guardamosberando en la mente de cada hombre. nuestra respuesta. Acaso para los personajes

de Solzhenitsyn el trozo de arena seca quet t * jamás volverá a humedecerse sea el símbolo

de la apremiante exigencia de aquellas peque-ñas cosas que como cautivos nunca pudieron

Llevamos dentro un siglo vil. gozar: «el derecho a caminar por la tierra sin... ¡En cualquier medio, el hombre es tener que esperar la orden de mando, el de-un tirano, un traidor o un cautivo! recho a la soledad, el derecho a contemplar

las estrellas, el derecho a apagar la luz porEn el medio hospitalario del pabellón del can- la noche y a dormir en la oscuridad, el dere-cer, ¿qué son los enfermos de Solzhenitsyn? cho a depositar una carta en el buzón de co-Indudablemente, y haya sido cual fuere su rreos, el derecho a descansar los domingos,vida anterior, a través de la soledad, del do- el derecho a bañarse en un río...». Pero delor, de la esperanza desesperanzada y de la repente, pienso que escribo para un públicomuerte, todos son unos cautivos. La vida para en su mayor parte médico y se me ocurre pre-ellos, es un río que vierte sus aguas en las guntarme y preguntaros: todo lo que esosarenas, sin desembocar en parte alguna, y enfermos-cautivos de Solzhenitsyn esperan yque de paso y fortuitamente va ofrendando reclaman, ¿no será ese difícil derecho a la li-el don de sus mejores aguas y sus mejores bertad, a la inteligencia, a la intimidad y aenergías. ¿No es ésta, se pregunta Solzhenit- la responsabilidad que como a personas lessyn, la imagen fiel de nuestra vida de cauti- corresponde y que tan dolorosamente los mé-vos? «Nada nos es permitido realizar, estamos dicos hemos de intentar, a través de una ver-destinados a extinguirnos en la ignominia; dadera Medicina antropológica, concederles?lo mejor que poseemos es el espacio entre Yo así lo creo. Dejadme esperar, y ahora condos meandros de un río en el que aún no he- plena esperanza, que también vosotros com-mos languidecido del todo, y el mejor recuer- partís esta creencia. El derecho del enfermodo que quedará de nosotros será aquello que, a ser considerado persona. Nada más y nadacomo el agua que cabe en el cuenco de las menos.2h

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En cualquier infección del tracto urinario la

Furantoínaes el quimioterápico de elección

Porque posee la máxima acción y el espectro más amplio frente a los gérmenes habitual-mente presentes en las infecciones urinarias.

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RESÚMENES DE TRABAJOS 17. Jarabes de Rábano yodado; de Ma- medades psíquicas y del sistema nervio-PRESENTADOS AL dariaga; Pectoral de Vauquelin, etc. so dado que ocupan el segundo lugar,IV PREMIO «BIOHORMM» 18. Licores: de Brea, del Polo, de Ori- después de las del aparato respiratc-DE HISTORIA DE LA MEDICINA ve, del Dr. Quesada, etc. rio en el que se incluye la tisis pulmo-

19. Peptonas Catillon, Defresne, etc. nar y las bronquitis.Adolfo de los SANTOS SANC HEZ-BARBUDO, 20. Pildoras: Morrison, de Hogg, etc.«CINCUENTA AÑOS EN LA PUBLICI- 21. Pomadas: antihemorroidal, de Mr. Tíais, Afecciones de los BronquiosDAD MÉDICA ESPAÑOLA (1850-1899)» Cowet, de Pergem, de Grasa de CÁPSULAS BLANDAS(Sevilla). oso, etc. M

22. Pastillas: digestivas de Vichy; sa- nncm:t:*ri>Siempre han existido unas bases socio- lidiadas, etc. COK CBEüSllTA YKIIÜUIHÍÜeconómicas en la publicidad. Respecto £ ^umBS: c o m o l a Q u i n a ' g l n e - J lt£¡tt di Biilil lie BiCdtl Pili)a la propaganda médico-farmacéutica, « • T ' d e ¿hassaing de Defresne "SEMK±!i££tf SiS"el hombre compra medicamentos por- a- vinos, ae cnas sa ingae ueiresne j»niotAM. «ir, i>~v. <u i» Lo.p¡i;,n.que quiere curarse, siendo entonces la « - P ^ ° ™ . * Baudon. etc. £S££tS2.'¿¡%**»motivación la causa que mueve al in- U a , y cípleadiH c n hospU.lo dedividuo a comprar medicamentos para Enfermedades anunciadas P«rii,d»n riauludos tales en lai es-curarse. A este respecto hay muchas [ermedadis fie pecho, bronquíes, ote,formas de investigar las motivaciones P a r a conocer el arsenal terapéutico de 3 « " ' l í S Ü Í f i ^ ^ H , ' , ! ' . 1 ? ' , ^ 'pn MpHiHna' rahp rifar la pní-np*;tti la i - i J I i • O* lOI hOípitttleí J notauíllCiaue* DIO-en Mediana, cabe citar la encuesta, la ia época, y sus indicaciones, conviene dican lr»ncesM y extranj-rasentrevista personal, la entrevista pro- enumerar, en parte, las más importan- con -nturitulMt ,lu>r «¡rud*.funda, los métodos proyectivos, etc. La tes enfermedades anunciadas a través Ut, túttr c-.ucaradj, contienen: h ipublicidad, sin duda, influye poderosa- de e s t a incipiente propaganda terapéu- teq. (q"« «l»aoi ipr.e. « l i o índica-mente en las motivaciones y es el pri- t i c a : acedías, agotamiento, almorranas, <*»") ?-°* •'«"•«• terdaitr* ío alqui-mer paso que encamina hacia la adqui- alucinaciones, amenorrea, anemia, as-' ? " ' . " ' '%*•* . ' / * *,M - w ' ? ' B°¿"sición de un fármaco por parte del ma, atolondramiento, blenorragia, bron- ^ ^ c - t c ™ r g l c o n l ñ o t i o « l tenfermo, por lo que la publicidad es q u i t i S r c a i a m b r e s de estómago, calentu- D«¡?"á"II pe* l ' i i l !go r " . .*! ' •pieza vital en las relaciones de los ras biliosas, caries, catarros, cistitis de n to jnoc l ie , ó anuido comer, loganlaboratorios con los médicos. En ella cuello clorosis cólera asiático cólicos ilg» el médico; » t r i n e n cajn.el slogan publicitario es fundamental, consunciones, contusiones, coqueluche, 1 n » T ittlTt MOSvTIZAMS. i Irm.x» W..'de frases cortas, fácil asimilación y re- c o s t ras de la leche, debilidad, dentición, Ma.lrid: Moren» Míqucl.cuerdo, sugestivas e intencionadas; en- dermatosis artrítica, diabetes, diarreas,contraremos múltiples ejemplos en la d i f t e r i a , d i s e n t e r i a , d o l o r e s , e m p o b r e . p , . . anunciado

mayoría de los anuncios que invaden c ¡ m i e n t o de la sangre, enfermedades en la prensa de Sevillaconstantemente la visita profesional. d e l p e c h o enflaquecimiento, epilepsia,A través de estos cincuenta anos es- erupciones de la piel, escasez en la ori- Conviene asimismo resaltar el hechotudiados y una vez tomada una some- n a escrófulas, espasmos, extinción de que numerosos profesionales y, princi-ra nota de la terapéutica anunciada en | a v o z fiebreSr f i s t u l a s flatoS/ n e g m a s pálmente el personal auxiliar, recurríanlos periódicos de la época, podemos n o r e s b i a n c a s , flujos, hemorragias, hi- a los periódicos y revistas no profesio-crear un pequeño vademécum donde dropesía, hinchazones, hipo, hipocon- nales para anunciar sus servicios. Dese agrupan 179 especialidades farma- d r í a h ¡ s t e r i a , ¡nfartación de las glándu- ellos cabe destacar los siguientes-ceuticas, dirigidas a combatir las mas l a s d e l c u e l | o i a m p a r o n e s , languideces, matronas, 2; oftalmólogos 2; ortopé-conocidas enfermedades de aquel en- i i n f a t i s m o , n a g a S r m a i e s del corazón, dicos, 3; ópticos, 1; dentistas, 7; ca-torces que por el mismo sistema lie- neUralgia de la faz, ñiflas en vías de Distas, 1; cirujanos, 12 y médicos gene-g a n a l w - desarrollo, palidez y blancura de car- rales, 2.

nes, piedra, pituita, regüeldos, romadi- Por último se reseñan los estableci-zos, ronquera, secreciones endebles, sí- mientos públicos de Sevilla donde, du-

Número estadístico de anuncios filis, sobrehuesos, sofocaciones, sudores rante el período indicado, podían ad-terapéuticos entre 1850 y 1899 nocturnos, tics dolorosos, tos, trancazo, quirirse los distintos medicamentos, y

tumores blandos, vahídos y vómitos. siempre de acuerdo con la propaganda:1. Aguas minerales, como las de Ar-

deche, Vichy, Valler, Gaviris, etc. o r iono I2. Aceite de Hígado de Bacalao, como SÍ^™I nTrvimo '

el del Dr. Font y Martí. A .™ldU,¡™3. Alcohol de Menta de Riquel. D™.<ok«i.4. Antisifilítico Cowper . ^ng^ t

5. Bálsamos: mejicano, indiano, etc. 1Z'£LtJ^°r

6. Baños y ba lnear ios : Bigorre , Alha- p*di.truma. Segales, Tona, e tc . OJlL

7. Cápsulas : b landas , eupépt icas , vi- ÍXÍT" I^^^~vificantes del Dr. Regis, etc. «PCT^™™

8. Cremas: de Windsor, de Pekins, et- mumaioiopacétera. si""°" ™a"H™

9. Crupinas, como la llamada Crupi- E^TtotaX'™5™'"na de Dios. ofuimotogü

10. Chocolates medicinales: de Reva- o.™ aí«c™«lenta, en Polvo de Dubarry. i l

11. Elixires: de Defresne con Peptona, j¡ J¡ Z ^~ w w 7o so » moEupéptico Tisy, etc. Terapéutica de los diversos cuadros librerías, 2; farmacias, 16; boticas, 3:

12. Esparadrapo quirúrgico de muer- clínicos por aparatos y sistemas barberías, 1; otros locales, 7.dago. Las publicaciones que se han utilizado

13. Ferruginosos. Unas gráficas nos mostrarán más cía- son las siguientes:14. Fluidos vitales. ramente la incidencia de las distintas De Madrid: El Siglo Médico; El Jura-15. Grageas: de Gelis y Conté, de hie- enfermedades en la terapia anunciada. do Médico-Farmacéutico; La Academia;

rro del Dr. Rabuteau. En ellas veremos la importancia que16. Hipofosfitos de Fellows. ya en el siglo xix se daba a las enfer- (sigue)

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Editada por J. URIACH & Cía. S. A. (Centro de Documentación deHistoria de la Medicina — Decano Bahf, 59-67. Barcelona), y distribuida

a todo el cuerpo médico español

Secretario de Redacción: Dr. José Danón Bretos

BIOHORM

La revista no es responsable de los conceptos vertidos en los artículos que se publiquen,siéndolo exclusivamente de sus autores.

Anales de la Medicina Homeopática; su incidencia estacional junto a otras Unos datos sobre Terapéutica y Medici-Boletín de Beneficencia y Sanidad Mu- sin relación climática entre las que cabe na popular cierran el trabajo, donde nonicipál; La Medicina Rural; Revista de destacar el paludismo y las oftalmías. se cita bibliografía.Terapéutica y Farmacología; La Unión • < i ' ^ ^ - ^ ^ — n • — ^ ^ ^ ^ ^ ^ — ^ ^ ^ ^ ^ ^ - ^ —

De Sevilla: La Andalucía; Calendario C Kñ C O (^ P M P l A Qpara el Arzobispado de Sevilla; Alma- L (VI L. l \ \*J L. IM \s I / " \ Wnaque del Boletín de Anuncios; Almana-que de El Porvenir; Almanaque de El • • • » •Anunciador. ^™ I wDe San Fernando: Boletín de Higiene.De Málaga: El Eco Farmacéutico.

De Cáceres: Cirugía y Farmacia, TOPnfilMFPni f f I ADe Valencia: Eco Escolar Médico; Ga- I \J W W V-I I IM L- \s \J L \J \ 3 I /Aceta de los Hospitales.De Santiago: La Crónica.

Bibliografía citada: ARTURO ACHARD M. CARRERAS-ROCABJÜRKLUND, T. A.: Handbook i fórsálj- •ning och redimí. Estocolmo, 1960. MOR-

SÍNA C H T Í ln'rodZCÍÓn \l" P,úcol°iia- COLABORADORESMadrid, Aguilar. MESA, A.: La Propa-ganda y sus secretos. B u e n o s Aires , ADEODATO FILHO, J. LIVIO MARTINI, JUAN1960. VIDAL, M.: Introáuction au con- ALVAREZ BRAVO, ALFONSO LOMBARDI, RAÚLtrole de la Publicite. P a r i s , 1960. P O L - BARBATO. WALTER LLOPART, TERESALAK, K.: Los discípulos de Hipócrates. BEDOYA HEVIA, MARIANO MAUTONE, JOSÉ A.Barcelona, Plaza y Janes , 1969. BORRAS, PABLO E. MERCHANTE, FERMÍN RAÚL

CAMPALANS, LUIS A. MORALES, JULIO M.CASTELAZO AYALA, LUIS NEME, BUSSAMARA

íU^T,í°Se R E ™ É S : ' A P U N T E S CORIO, ERNESTO PERDOMO, ROBERTOPKHira.np^rar^S D I A Z I N F A N T E I B A R R A- AUGUSTO PEREIRA, JULIO C.. v L o o „ MALLORCA t N LOS FERNANDES, MARTINIANO PETRUCCELLI, DANTEAÑOS 1860-1880» (Barcelona). FO ,X/ A N T O N I O PLANELLA RIERA, VICENTE L.

GIAMPIETRO, ALFONSO POCH, ANDRÉSUnas notas inéditas del doctor Gas- GONOROWSKY, RUBÉN RODRIGUES LIMA, OCTAVIOpar Reynes Ripoll, de Alaro, sirven de GONZÁLEZ GARCÍA, CELESTINO E. SAMPAIO CANDAL, FONSECA A.base a estas breves consideraciones so- GONZÁLEZ DEL DIEGO CHAVEZ, M. SANTOS ASTETE, ALBERTObre la demografía de Mallorca. Se co- GOSENDE, JULIO CESAR SARALEGUI BUELA, JOSÉ P.menta el censo de 1870, en relación con KARCHMER K., SAMUEL SUAREZ, RAÚL A.el de un siglo atrás, deteniéndose en la KREYMER FRESNO, EDUARDO TOBLER, GUILLERMO A.mortalidad habida en el periodo 1863- LAGRUTTA, JOSÉ VILLAGI LEIVA, JUAN CARLOS1867 donde cabe destacar un fuerte in- L E 0 N | J U A N WOOD, JUANcremento en 1864-65, a causa de unaepidemia de disentería, con la confir-mación de una menor letalidad en las t » ™ . _ j i iu OTIA I / I O IA •.•'poblaciones del litoral frente a otras Formato del libro 27 V2 X 19 V4 - Numero de páginas 650del interior próximas a zonas pantano- Doscientos grabados. Precio 2.200 ptas.

i ^ to r ln tonS 1 Gelatrt ( ^ EDITORIAL ROCAS - Amigo, 47 - BARCELONA-6quien clasificaba las enfermedades por I

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• Enuresis nocturna.Adultos: 2 a 6 cápsulas al día. • . D j s t o n ¡ a s neurovegetativas.

Dolores abdominales.• Anorexia psicógena.

H F 1 • Vómitos del lactantes (habi-^ ^ ^ ^ ^ B tuales, infecciosos orgánicos,

^fl por intolerancia medicamen-^N. fl tosa).

B IO HORM B^^^^^^^- ^HJL B J ^B 1