Pueblos 68 - Enero 2016. El agua en disputa

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  • 7/25/2019 Pueblos 68 - Enero 2016. El agua en disputa

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    Revista de Informacin y DebatenPrimer trimestre de 2016nN 68www.revistapueblos.org

    EL AGUA EN DISPUTAPoder > Territorio > Vida > Alternativas > Bien comn > Cambio climtico

    > Luchas> Cooperacin > Miradas > Transparencia> Derecho humano >

    Movilizacin > Justicia > Sostenibilidad > Resistencias > Gestin pblica

    MONOGRFICO :

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    Portada del nmero 68

    Iaki Landa

    Pueblos es una apuesta por la solidaridad que ofrece una mirada crtica sobre las diferentes realidades sociales, polticas, econmicas y culturales del mundo.

    Busca consolidar un instrumento de comunicacin que sirva para fortalecer e impulsar nexos entre organizaciones del Norte y del Sur que trabajan en procesosde transformacin social. Fundada en 1995 (segunda poca, 2002) y editada por Paz con Dignidad, la edicin en papel de Pueblosse publica trimestralmente(enero, abril, julio y octubre). Todos o prcticamente todos los artculos publicados en las revistas son originales. Pueblos - Revista de Informacin y Debatenose hace responsable de las opiniones de los autores y autoras de los artculos.

    Los contenidos de Pueblos Revista de Informacin y Debate estn bajo una licencia de Creative Commons 3.0 Espaa License. Pueden ser utilizados deacuerdo a los trminos de la licencia Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 Espaa License de Creative Commons.

    PUEBLOS - REVISTADEINFORMACINYDEBATEN 68 (II poca). Primer trimestre de 2016FUNDADAEN1995. n Segunda poca: 2002. n EDITADAPORPaz con Dignidad (C/Gran Va, 40 - 5 Ofcina 2. 28013 - Madrid / Gardoki, 9, 5D, Bilbao, 48008).DEPSITOLEGAL: M.47.658-1999. ISSN: 1577-4376DIRECCIN: Luis Nieto Pereira. CONSEJOEDITORIAL: Eugenio Pascual Corua (Asociacin Paz con Dignidad) n Elena Nagore Cordn (Centro de Iniciativaspara la Cooperacin Bat, CIC Bat) n Carmen Sala (Entrepueblos) n Puri Prez Rojo (Mugarik Gabe Euskadi) n Amaia Naveda (Red de Economa Alternativay Solidaria, REAS Euskadi) n Patxi Zabalo (Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperacin Internacional Hegoa - Universidad del Pas Vasco UPV/EHU)n Fidel Nieto (Universidad Luterana de El Salvador) n Pedro Ramiro (Observatorio de Multinacionales en Amrica Latina, OMAL) n Silvia Prez (Plataforma 2015y ms) n Silvia Piris (Grupo Movimientos Sociales y Cooperacin Crtica, Hegoa)n Teresa Aranguren n Sonia Herrera nJule Goikoetxea n Roberto MontoyanMagdalena Len n Isaac Rosa nPascual Serrano n Carlos Taibo. ENTIDADESCOLABORADORAS: Xulio Ros (Instituto Galego de Anlise e DocumentacinInternacional, IGADI) n Mikel De La Fuente (Escuela Universitaria de Relaciones Laborales de la UPV/EHU) n Amparo Merino (Universidad de Castilla-La Mancha)n Edgardo Mira (Centro de Investigacin Sobre Inversin y Comercio - CEICOM, El Salvador) n Revista Envo (Universidad Centroamericana de Managua,Nicaragua). n Marco Gandarillas (Centro de Documentacin e Informacin, CEDIB Bolivia).

    COORDINACIN: Javier Gonzlez lvarez. CONSEJO DE REDACCIN ([email protected]): Jos Alberto Andrs Lacasta n Asier AndrsnRosaura Audi nMarina Blesa n Eneko Calle n Pilar Crespo nLaura Daudn n Oihana Etxebarrieta nAndrea Gago Menor n lex Guillamn nItziar HernndeznSuso Lpez nAlba Onrubia Garca nMikel Otxotorena n Beatriz Ortiz Martnez nAlejandro Pedregal nSusana Prez Snchez nSebastin Ruiz nM Cruz Tornay.AGRADECIMIENTOS: A Ruth Prez Lzaro, Urbano de la Cruz, Erika Gonzlez y a todas aquellas otras entidades y personas que han hecho posible la elaboracinde este nmero. DISEO:Andrea Gago y Silvia M. Prez. MAQUETACIN: Alba Onrubia Garca. ADMINISTRACIN([email protected]): ngela Martn.

    PUEBLOSSEREALIZACONELAPOYODELASSIGUIENTESINSTITUCIONES:Agencia Andaluza de Cooperacin Internacional para el Desarrollo (AACID) n Ajuntament dArt nAyuntamiento de Rivas-Vaciamadrid nAyuntamiento de Valladolid nBilboko Udala / Ayuntamiento deBilbao nBizkaiko Foru Aldundia / Diputacin de Bizkaia nGarapenerako Lankidetzaen Euskal Agentzia /Agencia Vasca de Cooperacin para el Desarrollo (Eusko Jaularitza / Gobierno Vasco) nGipuzkoakoForu Aldundia / Diputacin Foral de Gipuzkoa.

    www.revistapueblos.org

    Esta revista se publica en papel reciclado.

    Portugalete 1981

    Iaki es un ilustrador y diseador grfico licenciado en Bellas Artes. Despus de habermilitado en diferentes asociaciones durante aos, utiliza sus herramientas grficas a vecesa modo de denuncia y otras como parte de procesos de autoconocimiento.

    Desde hace tres aos dirige el fanzine KLOF, un proyecto colaborativo y temtico querecoge textos e ilustraciones de sus participantes.

    Trabaja como freelancecolaborando con diferentes proyectos pero sobre todo con revistas,publicaciones y otros fanzines.

    Este nmero ha contado con el apoyo especial de la Diputacin Foral de Gipuzkoa / Gipuzkoako Foru Aldundia. El contenido de esta publicacin no reflejanecesariamente la opinin de ninguna de las instituciones que la apoyan econmicamente.

    El dossiercentral ha sido editado tambin ntegramente en euskera.

    www.flickr.com/photos/kaktusak/Revista

    deInformacin

    yDebatenPrim

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    www.revistapueb

    los.org

    ELAGUAEND

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    ativas>Bienco

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    ias>Gestinpb

    lica

    MONOGRFICO:

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    Informacin y Debate nPUEBLOSbPrimer trimestre n2016 n3

    EDITORIALUna mirada global al agua(Pueblos - Revista de Informacin y Debate)................................ 4

    OPININEl derecho humano al agua: un punto de partida(Observatorio de Multinacionales en Amrica Latina - OMAL) ............................................ 5

    ENTREVISTAMaude Barlow: Defendemos que el agua no es de nadie, pertenece al planeta, a otrasespecies, a las generaciones futuras, y es un bien pblico. (Erika Gonzlez)......................... 6

    COOPERACIN Y MOVIMIENTOS SOCIALESLas empresas espaolas se beben los fondos de la cooperacin(Llus Basteiro i Bertol)........................................................................................................... 11Un ejrcito de mujeres para defender el agua (J. Marcos y M ngeles Fernndez)................. 14Elfracking y el agua: una extraa pareja (Mikel Otero Gabirondo e Itziar Amestoy Alonso)......... 17Desmontando el mito: Costa Rica el paraso de las energas re[no]vables(Clara Romaguera y Arpad Pou).............................................................................................. 19

    COMUNICACIN CLAVE DE LA MOVILIZACINLa lucha contra el pantano de Yesa y por la dignidad de la montaa(Adrin Solana Mayayo)........................................................................................................... 22La Guerra del Agua, la victoria de la democracia (M Cruz Tornay)........................................... 25

    DOSSIER: Remunicipalizacin del agua en Europa

    La gestin pblica de los servicios de agua, un debate global (Enrique Ortega).................... 28Recuperar la gestin pblica del agua a travs de la remunicipalizacin(Satoko Kishimoto, Olivier Petitjean y Emanuele Lobina).................................................... 30Berln: la remunicipalizacin del agua lucha ahora su democracia(J. Marcos y M. A. Fernndez) .................................................................................................. 34La gestin eco-integradora y adaptativa del ciclo urbano del agua(Leandro del Moral Ituarte y ngela Lara Garca)................................................................ 37Remunicipalizacin: la recuperacin pblica de la gestin del agua en el Estado espaol(Luis Babiano y Moiss Subirana Iborra) ................................................................................ 39La Nueva Cultura del Agua, una apuesta de futuro para Urdaibai (Ruth Prez Lzaro) .............. 41

    INFRAESTRUCTURAS Y APROPIACINConflictividad territorial por el agua en El Salvador(Antonio Sand Mera y Jos Samuel Ventura).......................................................................... 43No hay agua para Palestina (Jovita Sandaite).......................................................................... 46Aguas y neoliberalismo en Chile (Juan Pablo Orrego y Mitzi Urtubia) .................................. 49Recolonizar frica a travs del ro Congo (Sebastin Ruiz-Cabrera) ....................................... 52

    INDUSTRIA Y MINERAMinera a gran escala y agua en Argentina (Lucrecia Wagner).................................................. 55Contaminacin por lindano de agua para consumo humano: el caso del embalsede Oiola en Bizkaia (Jos Javier Vzquez)................................................................................. 58

    AGRICULTURA: Cambio climtico y aguaReduccin de la vulnerabilidad como estrategia ante el cambio climtico

    (Jorge Alberto Arce Granados y Joseba Villa Gonzlez) ....................................................... 61Los impactos del cambio climtico en el agua. El caso del Estado espaol(Santiago Martn Barajas)..................................................................................................... 64

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    CONTENIDOS

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    4 n2016 n Primer trimestrebPUEBLOSnInformacin y Debate

    EDITORIAL

    Pueblos Revista de Informacin y Debate*

    Una mirada global alagua

    1 Los datos utilizados se han obtenido del informe World Water Development Report

    2015. Water for a Sustainable World de Naciones Unidas.

    2 Los resultados se plasman en la Declaracin de la Conferencia Internacional deAlto N ivel pa ra la implementacin de la Dcada de Accin Inte rnacion al Agua parala Vida, 2005-2015(Dushanbe, Tajikistan, junio de 2015).

    El agua es un elemento esencial para la vida y, por lo tan-to, deberan garantizarse tres aspectos bsicos: el ac-ceso universal a una cantidad adecuada para una vidadigna, el saneamiento de aguas residuales y la proteccinde ros, acuferos, lagos y humedales que proveen el aguaque utilizamos. En la actualidad, ninguna de estas premi-sas se est cumpliendo y as lo retratan las cifras que apor-tan instituciones multilaterales como las Naciones Unidas.

    Ms de 750 millones de personas no tienen acceso auna fuente segura de agua y una tercera parte de la pobla-cin mundial vive en reas con escasez de este recurso. La

    perspectiva a futuro no es mejor, si los patrones de con-sumo se mantienen, en 2025 dos tercios de la poblacinvivirn en condiciones de estrs hdrico. Cuando se ha-

    bla de consumo hay que especicar que slo el 10% dela demanda de agua se destina al abastecimiento de agua

    potable, el resto va dirigido a usos agrcolas, industrialesy energticos. En estos datos no se diferencian, por cierto,los usos de las pequeas actividades econmicas de aque-llas que corresponden a grandes explotaciones, ya sean ex-tractivas, energticas, agroindustriales, etc. Y esta cuestines crucial para conocer quin est controlando las fuentes

    de agua y quin debe reducir su consumo. Por otro lado,se debe tener en cuenta, necesariamente, los efectos delcambio climtico, porque ya estn teniendo secuelas sobrela disponibilidad hdrica en muchos territorios.

    Adems de los datos relativos al acceso a agua pota-ble, hay que evaluar la situacin de los servicios de sa-neamiento de aguas residuales, ya que son fundamentales

    para asegurar unas condiciones adecuadas de higiene y sa-lud, por un lado, y minimizar la contaminacin de los rosy acuferos, por otro. En este mbito, la situacin es an

    peor; 2.500 millones de personas no disponen de infraes-tructuras para transportar y depurar el agua utilizada1. Antela gravedad de la situacin, la comunidad internacional haactuado a travs de conferencias, declaraciones y objeti-vos de desarrollo, con el calicativo del milenio antes ysostenibles ahora.

    Un ejemplo de las propuestas institucionales es el De-cenio Internacional para la Accin El agua, fuente devida (2005-2015), que se estableci en Naciones Unidas

    para aunar los esfuerzos en cubrir las necesidades relacio-nadas con el agua. El resultado, una vez nalizado el de-cenio, se reej en la Declaracin de Dushanbe y se puederesumir en: el reconocimiento de los mltiples proyectosde cooperacin, la sensibilizacin, el desarrollo de la co-munidad mundial del agua y la participacin del sector

    privado2. Una vez ms, contina la retrica y la falta deuna evaluacin crtica que se dirija a las causas del proble-ma. No hay voluntad poltica para ello, porque afrontar ladesigualdad y la destruccin de los ecosistemas acuticossignicara cuestionar el actual modelo capitalista, signi-cara cambiar radicalmente las prioridades y subordinarlos intereses econmicos a los de las mayoras sociales y a

    los lmites del planeta.Los gobiernos e instituciones multilaterales no estndispuestos a tomar este rumbo y siguen elaborando undiscurso que pretende compatibilizar la justicia social yambiental con el negocio. No se reconoce que es imposi-

    ble redistribuir el agua equitativamente entre la poblacin,universalizar el saneamiento y conservar los ros y acu-feros si se prioriza el lucro de una lite. Y las evidenciasson cada vez mayores, como reejan los artculos y lasentrevistas de este monogrco. La privatizacin del agua,el papel de las multinacionales, la construccin de grandesinfraestructuras, los impactos de actividades extractivase industriales y el cambio climtico son abordados por

    diferentes organizaciones que, frente a esta realidad, noscuentan las resistencias sociales y las alternativas que es-tn creando en defensa del agua y la vida.q

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    Informacin y Debate nPUEBLOSbPrimer trimestre n2016 n5

    OPININ

    L a interpretacin del agua por parte de una entidadempresarial y de las Naciones Unidas reejan conclaridad el conicto existente en su gestin: priorizarsu valor de mercado o su carcter esencial para la vida. Alo largo del siglo XX y, especialmente a partir de la aplica-cin de las polticas neoliberales, la visin predominante

    ha considerado el agua como un valioso recurso econmi-co. De esta manera, su distribucin se ha asignado en fun-cin de los benecios econmicos que se podan obtenery el resultado ha sido el acaparamiento de agua por partede, entre otros, grandes infraestructuras hidroelctricas, laagroindustria y las embotelladoras de agua.

    La situacin es especialmente grave en aquellos territo-rios donde hay escasez de agua y su acceso es muy limita-do, pues se pone en peligro la satisfaccin de necesidades

    bsicas para la vida de las mayoras sociales. Tambin pue-de ocurrir que, con el objeto de cubrir todas las demandas,se elimine la fuente de agua, ya sea un ro, un acufero oun lago. Hay que tener en cuenta, adems, que estas situa-

    ciones se van a repetir en cada vez ms territorios por losefectos del cambio climtico.

    La apropiacin no slo se realiza a partir del controlde las fuentes de agua y de las concesiones de elevadosvolmenes, tambin tiene lugar cuando se destruyen es-tas fuentes de agua por contaminacin de una explotacinminera, petrolera, gasstica, de la industria qumica... yaque impide disponer de agua segura de la fuente contami-

    nada para el abastecimiento, saneamiento, la agricultura yel ganado. Un ejemplo de esta forma de apropiacin es elreciente desastre ocasionado por un vertido minero en Bra-sil. La ruptura de dos balsas de una mina de hierro dio lu-gar al derrame de 62 millones de metros cbicos de lodo yresiduos txicos que ha destruido la cuenca del ro Doce en

    Minas Gerais, Brasil. Adems de la destruccin ambiental,el vertido caus doce vctimas mortales y once personasdesaparecidas3. La empresa responsable es un consorciode transnacionales mineras conformada por la brasileaVale y la australiana BHP Billiton.

    Frente a esta realidad, diversas organizaciones socialesy ambientales han reclamado durante muchos aos la nece-sidad de cambiar la mirada sobre el agua para considerarlocomo un bien que debe ser protegido y gestionado bajo pre-misas de universalidad, equidad, sostenibilidad y democra-cia. Y el reconocimiento del abastecimiento y saneamientodel agua como un derecho humano por las Naciones Uni-das fue un paso en este sentido. En pleno siglo XXI, en el

    ao 2010, se reconoca que el derecho al agua potable y elsaneamiento es un derecho humano esencial para el plenodisfrute de la vida y de todos los derechos humanos4.

    Una vez contemplado, el desafo es su implementaciny la realidad es que su incumplimiento es sistemtico por-que slo podr garantizarse si cambia el sistema socioe-conmico. Slo se respetar como derecho universal si seconsiguen subordinar los intereses econmicos a la satis-faccin de las necesidades de las mayoras sociales y laconservacin de los ecosistemas. As que el reconocimien-to del agua como derecho humano se est congurandocomo una herramienta para la presin poltica y la denun-cia social. Ante la destruccin de las fuentes de agua, el

    acaparamiento y la mercantilizacin crecen las resistenciassociales que exigen gestionar el agua como lo que es, un

    bien bsico para la vida y la dignidad humana.q

    Observatorio de Multinacionales en Amrica Latina - OMAL*

    El derecho humano al agua:un punto de partida

    1 El crecimiento del mercado del agua ser mayor al del resto de la economa mun-dial, El Economista, 1 de septiembre de 2015.

    2 Observacin General del Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales yCulturales, perodo de sesiones 29 del Comit DESC, 2002, Ginebra.

    3 El vertido de una mina causa la mayor catstrofe ambiental de Brasil, Pblico, 23 denoviembre de 2015.

    4 Resolucin del Derecho Humano al Agua y el Saneamiento aprobada por la AsambleaGeneral de las Naciones Unidas (A/RES/64/292), 28 de julio de 2010.

    "El crecimiento en el mercado global del aguapuede superar al resto de la economa mundia l en los p rximos aos"

    CHRISTOPHERGASSON, ANALISTADEGLOBALWATERINTELLIGENCE(GWI)1

    El agua es un recurso natural limitado

    y un bien pblico fundamental para la vida y la saludOBSERVACIN GENERALN 15 DELAONU2

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    6 n2016 nPrimer trimestrebPUEBLOSnInformacin y Debate

    ENTREVISTA

    Erika Gonzlez*

    Maude Barlow es una de las principales personas de referencia enla defensa del agua como derecho humano y como bien esencialpara la vida. Y para ello ha desarrollado una intensa actividad,que ha sido reconocida con el Premio Right Livelihood(Nobel Alternativo), a travs de diferentes espacios comola presidencia del Consejo de los Canadienses yel Proyecto Planeta Azul, entre otros. Hablamos con ellasobre el Oro azul.

    Maude Barlow:

    En su libro Oro azul(Blue gold)

    explica cmo el agua es un

    bien cada vez ms inaccesible.

    Tambin seala a las grandes ciuda-

    des, la deforestacin y las enormes

    supercies de terrenos de regado

    como las principales causantes del

    agotamiento de los recursos hdri-

    cos. Este libro se escribi en 2001,

    considera que este anlisis todava

    es vlido a da de hoy? Cree que se

    ha corregido esta tendencia?

    - Bueno, en primer lugar la respuestaes s, es un anlisis vlido en la actua-lidad. Desde Oro azul he escrito otros

    Defendemos que el agua no es de nadie,pertenece al planeta, a otras especies, a lasgeneraciones futuras, y es un bien pblico

    ARCADIOLIVERESFOTOGRAFIADOPORPABLODIEZ.MAUDEBARLOWDURANTELAENTREVISTAENMADRID.FOTOGRAFIADAPORERIKAGONZLEZ.

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    Informacin y Debate nPUEBLOSbPrimer trimestre n2016 n7

    Maude BarlowbENTREVISTA

    dos libros sobre el tema del agua. Elprimero se titulaEl convenio azul. Lacrisis global del agua y la batalla fu-tura por el derecho al agua, lo escriben 2007 y describe lo mucho que ha

    empeorado la situacin. Y el otro queacabo de escribirFuturo azul: protegerpara siempre el agua, para las perso-nas y el planeta. As que estoy muyinformada sobre lo que est pasando.De hecho, puede que en Oro azul mequedara corta, lo que ha pasado es msfuerte que lo que predije. A pesar de sertestigo de todo lo que estaba pasando,no pude prever lo rpido que se iba a

    producir el deterioro de los recursos h-dricos. Estudios recientes demuestranque estamos duplicando el volumen de

    agua subterrnea que extraemos, y loestamos haciendo a una velocidad mu-cho mayor de la que necesita la natu-raleza para reponerla. Adems cada 20aos duplicamos el volumen de aguasubterrnea que extraemos utilizandotecnologa de hace 60-70 aos, as queen un periodo de tiempo muy breveestamos destruyendo nuestros ros ysobre-explotando nuestros recursoshdricos subterrneos. En EEUU, utili-zan nuevas tecnologas satelitales conlas que pueden ver los acuferos; as

    han identicado 37 grandes acuferos,de los cuales 21 estn en una situacinde grave crisis y probablemente al me-nos 8 o 9 estn en lo que llaman so-

    portando una gran presin. La conse-cuencia es que en muchos lugares delmundo nos encontramos con crisis re-

    pentinas, como ocurre en China, dondela mitad de los ros han desaparecido;o en frica, donde 22 pases sufren unacrisis hdrica: o en Brasil, hasta hace

    poco el pas con ms recursos hdricosy que actualmente atraviesa una terri-

    ble sequa.

    - La menor disponibilidad de agua,

    qu consecuencias tiene?

    - Provoca que la lucha por el derechohumano al agua sea ms extrema y msimportante, porque si dispusisemosde agua para todo el mundo, no seratan necesario defender ese derecho;

    pero como se trata de un bien escaso,con una demanda que va en aumentomientras el suministro se reduce, se dauna gran competencia para ver quin

    consigue controlar el agua. Y, desdeque escrib el libro esa competencia seha hecho cada vez mayor, ms intensa.

    - Adems hay que sumar los efectos

    del cambio climtico.

    - Desde luego. Cuando la mayora dela gente habla sobre cambio climti-co y agua, especialmente ecologistas

    y activistas, slo hablan del impactoque tiene el cambio climtico. De loque no se habla es de que cuando ex-traemos agua de las cuencas hdricasestamos creando desiertos; lo mismoocurre cuando talamos rboles, que esla principal causa de la sequa en Bra-sil. Estamos haciendo que se reduz-can las precipitaciones, porque la sel-va genera enormes corrientes de airellamadas ros voladores que llevanconsigo un gran volumen de precipi-taciones, y ahora estn depositando

    las precipitaciones en otros lugarescomo el polo Sur. As que muchas delas principales fuentes de recursos h-dricos, como el antiguo mar de Aralen Asia o el lago Chad en frica, queeran el cuarto y sexto mayores lagosdel mundo, casi han desaparecido;

    pero no a causa del cambio climtico,sino de la sobre-extraccin provocada

    por las actividades mineras, el sectorde la energa, la produccin mundialde alimentos, etc. La forma en quetratamos los recursos hdricos, cmo

    abusamos de ellos y el hecho de queno los protejamos es uno de los facto-res ms importantes que contribuyena provocar el cambio climtico. Hace

    poco asist a una conferencia estupen-da en la Universidad de Tufts (Bos-ton), en la que se hablaba de que unade las principales soluciones para elcambio climtico es la regeneracinde suelos y recursos hdricos a travsde la recuperacin y la restauracin delos ecosistemas. Si se recupera todoeso, plantando rboles, recuperando

    los humedales y plantando de nuevolos pastos, es posible retener las aguas

    pluviales y devolverlas a los arroyosutilizando tcnicas antiguas como

    pequeas presas, no grandes presas;haciendo todo eso es posible recu-

    perar las cuencas hdricas y, cuandoeso ocurra, volver a llover. Me gus-tara que cuando se rena la COP21debatan sobre esto, porque todo elmundo lo analiza en trminos de emi-siones de gases de efecto invernaderoy cmo repercuten en el agua, que lo

    hacen, pero hay otra versin del asun-to que estoy deseando compartir contodo el mundo.

    - Usted ha vinculado los conictos

    polticos y sociales con el agua, con

    la lucha por el control de los recur-

    sos hdricos. Podra explicarnos el

    vnculo entre ambos?

    - La lucha entre los intereses privadosy el inters pblico se est producien-do de distintas maneras. Es importan-te reconocer que los intereses priva-dos, los think tanks y las empresas sedieron cuenta antes que la mayorade la gente de que se avecinaba unacrisis hdrica, y pasaron a la accin yempezaron a hacerse con el controlde los recursos hdricos. Uno de losmecanismos que utilizaron fueron losservicios de abastecimiento de agua,en manos de empresas como Vivendi

    y Thames Water en Inglaterra; cues-tin que debemos agradecer a Mar-garet Thatcher, que fue la primera en

    poner en marcha esta privatizacin.Estas empresas han llegado a muchas

    partes del mundo y se han hecho car-go de los servicios de abastecimien-to de agua y de tratamiento de aguasresiduales con nimo de lucrarse. Esos, en todos los lugares donde se ha

    privatizado la gestin del agua, staha sido polmica. Las ltimas esta-dsticas sealan que, en los ltimos

    15 aos, 235 municipios que vivieronla experiencia de la privatizacin deestos servicios han vuelto a optar porun sistema pblico, como es el casode Berln o Paris y de algunas ciuda-des estadounidenses como Atlanta oHamilton, vieron que la privatizacinera un error y la revirtieron, y una delas razones por las que los acuerdos

    La forma en que tratamoslos recursos hdricos, cmoabusamosde ellos y

    el hecho de que nolos protejamoses

    uno de los factoresms importantes que

    contribuyena provocar

    el cambio climtico

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    8 n2016 nPrimer trimestrebPUEBLOSnInformacin y Debate

    ENTREVISTAnMaude Barlow

    No se pueden garantizarlos derechos humanos ya la vez habilitar a grandesempresaspara que puedandemandar acualquierGobierno que quierarecuperar la gestin pblicadel agua

    de libre comercio son tan peligrososes que dicultaran mucho estos pro-cesos de remunicipalizacin, porquelas empresas pueden denunciar paraexigir una indemnizacin si optas por

    volver a un sistema de gestin pblicauna vez que ste se ha privatizado.Otro de los mecanismos es el sec-

    tor del agua embotellada. Se trata deuna industria enorme, que destruyelas fuentes de agua locales y generainmensas cantidades de basura plsti-ca, pero permite a empresas privadasser propietarias de los recursos hdri-cos, controlarlos. En el caso de Nestlsu Director General Peter Brabecktrabaja adems como consultor jefe

    para el Banco Mundial en temas rela-

    cionados con polticas hdricas; y, encalidad de consultor, aconseja al Ban-co Mundial que se privaticen los ser-vicios de abastecimiento de agua enel sur global para despus, como Di-rector General de Nestl, enriquecersecomercializando su marca Pure Life alas personas que no pueden permitirse

    pagar esos servicios privatizados.

    - Es decir que ha tenido un papel

    clave la comercializacin del recur-

    so, no?

    - Hay varios pases que participanen lo que se llama comercializacindel agua, que consiste en que, enlugar de una licencia a una empresa,concederle derechos sobre el agua y

    permitirle comerciar con ellos, con laidea de que puedan conservar el aguay sacar benecios, y de esta mane-ra ahorrar agua. Pero en los lugaresdonde se ha probado este sistema,como Australia y Chile, lo que ocu-rre es que el agua se convierte en una

    propiedad que pasa cada vez ms a

    manos de grandes empresas de laagroindustria o del sector de la mi-nera. En Chile se les permite que

    posean el agua, muchas empresasmineras van y compran el agua

    pblica, convirtindose en propieta-rias, mientras los pueblos indgenasy las comunidades locales pierden suderecho al agua. En Australia comer-cian con los derechos sobre el aguaentre sectores agrcolas y los preciossubieron tanto que nadie poda per-mitirse comprar agua, ni siquiera el

    Gobierno cuanto intent salvar algu-nos ros. La ltima que voy a men-cionar son los acaparamientos de tie-

    rra y de agua; los grandes inversoresde los agronegocios llegan a frica,

    por ejemplo, y compran grandes su-percies de tierra con arrendamien-tos a 50, 60 o 70 aos. Eso es lo que

    se denomina acaparamiento de tierra.Pero lo que yo digo es que tambin sedan los acaparamientos de agua.

    - Pero en 2010 las Naciones Unidas

    declar que el agua es un derechohumano universal. No habra que

    cambiar muchas cosas para que esa

    declaracin sea una realidad, para

    garantizar que pueda ejercitarse en

    la prctica?

    - Esta declaracin ha sido un avanceimportantsimo. Yo he estado muyimplicada en el proceso, estaba allel da de la votacin y pens que ba-mos a perder, pero 122 pases votarona favor y 41 se abstuvieron; ningunovot en contra, ni siquiera Canad que

    estaba en contra del derecho humanoal agua; ninguno tuvo valor para votaren contra. Para nosotras fue un avan-ce importantsimo llegar a ese punto.Todo el mundo me preguntaba, en-tonces, esperas que maana las cosashayan mejorado? y yo les contestaba,por supuesto que no!. Pero ahora lahumanidad ha dado un paso adelantey ha decidido que nadie debera vercomo su hijo o hija se muere por una

    porque no tiene acceso a agua potable.Nadie debera tener que pasar por eso,

    es esencialmente injusto.Desde entonces Naciones Unidas

    ha declarado el derecho humano al

    agua de distintas maneras, a travsdel Consejo de Derechos Humanos, atravs del proceso Ro +20, etc. Ade-ms, varios pases han modicado susConstituciones para incluir el derecho

    humano al agua y al saneamiento, obien han introducido nuevas leyes paragarantizar este derecho. Y, por ltimo,ha habido varios casos judiciales enlos que la gente, las comunidades, hanacudido a los tribunales amparndoseen este derecho. Uno de estos casos esel del pueblo bosquimano del desiertodel Kalahari en Botsuana, que fue ex-

    pulsado de sus tierras para extraer dia-mantes en ellas; as que destruyeronsus pozos, su nica fuente de agua,y dijeron que cualquiera que llevase

    agua a estas personas sera arresta-do. Estaban intentando matarles, dehecho mucha gente muri. Fueron alos tribunales y recuperaron su dere-cho a volver al desierto, pero no suderecho al agua. Esto sucedi slo un

    par de semanas antes de la resolucinde Naciones Unidas. Entonces, arma-dos con las dos resoluciones, la de laAsamblea General y la del Consejo deDerechos Humanos, volvieron a los

    juzgados, y el Tribunal Supremo deBotsuana les dijo: s, tenis razn; si

    Naciones Unidas dice que el agua esvuestro derecho humano, quines so-mos nosotros para ponerlo en duda.Fue un caso muy importante, y ahorala gente sabe que existe esta declara-cin de las Naciones Unidas, ya quecuando se adopt hace cinco aos norecibi la atencin meditica que me-reca. Ahora podemos ampararnos enesta resolucin, la gente lo sabe y loest utilizando.

    - Cules son las obligaciones de los

    Gobiernos para implementar estosderechos?

    - Deberamos empezar a reexionarsobre la capacidad para utilizar el de-recho humano al agua en contra delos abusos del sector de la minera,del sector energtico, del fracking,de la agroindustria, de cualquier acti-vidad industrial o extractiva que estdestruyendo los recursos hdricos lo-cales. Los Gobiernos tienen tres obli-gaciones en este sentido: la primeraes hacer efectivo el derecho humano

    al agua, de modo que cualquier per-sona debe tener garantizado el accesoa agua y saneamiento, sino inmedia-

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    Informacin y Debate nPUEBLOSbPrimer trimestre n2016 n9

    ENTREVISTA

    tamente, si que debe haber un planpara lograrlo. La segunda es que nopueden arrebatar ese derecho a nadieque ya lo ejerza, como ha pasado enDetroit, donde han cortado el agua

    a decenas de miles de personas, aligual que en Espaa, Italia y Grecia.Cuando fui a Detroit y vi lo que estaba

    pasando, conseguimos que fuese allCatarina de Alburquerque, la Relato-ra Especial sobre el derecho humanoal agua potable y al saneamiento, que

    junto con el Relator Especial sobre elderecho a una vivienda adecuada y elRelator Especial sobre el derecho ala alimentacin llevaron a cabo unainvestigacin de alto nivel y convo-caron una rueda de prensa en la que

    denunciaron que en Detroit se estabanvulnerando los derechos humanos alagua, a la alimentacin y a la vivien-da. Fue maravilloso, haba medios decomunicacin de todo el mundo. Y latercera obligacin es impedir que losrecursos hdricos sufran daos por

    parte de terceros. As pues, en virtuddel derecho humano al agua, no de-

    bera permitirse a ninguna empresa

    Ninguna empresa, pblicao privada, debe teneracceso a los recursos

    hdricos a menosque pueda garantizar

    la sostenibilidad de dichosrecursos en el futuro

    verter los deshechos contaminantesde una mina de oro en los ujos deagua y destruirlos. Tenemos que em-

    pezar tambin a hacer uso del derechohumano al agua de esta manera, y no

    tanto desde un punto de vista indivi-dualista y occidental de los derechoshumanos, sino en trminos colectivos,como un derecho de los pueblos a pro-teger sus recursos, al consentimiento

    previo, libre e informado y hacer valersus derechos culturales sobre el agua.ste es un elemento importante de lacuestin.

    - Pero, cmo podemos hacer efecti-

    vo el derecho humano al agua cuan-

    do los Gobiernos rman tratados

    de libre comercio como el CETA, elTTIP, TISA, etc., que van en contra

    de este derecho?

    - Tuve la oportunidad de debatir conla Canciller Merkel en mayo, antesde la reunin del G7 en Alemania,y le plante exactamente ese mismoargumento. Ella estaba diciendo queen el marco del G7 debatiran sobrelos objetivos de desarrollo sostenible

    Y respecto a los tratados de librecomercio existe un precedente ennuestro pas (Canad) en el que unaempresa estadounidense de papel ycelulosa que se fue por su propio piellevndose los puestos de trabajo.Pero despus se dieron la vuelta y di-

    jeron: reclamamos nuestros derechossobre el agua, somos propietarios deesos derechos; y entonces, cuando el

    jefe de Gobierno de Terranova les dijoese agua es nuestra, iniciaron un

    proceso de litigio utilizando un me-canismo de arbitraje inversor-Estado(ISDS) en virtud del Tratado de Libre

    de las Naciones Unidas en los queestaban trabajando en ese momen-to, sobre el derecho humano al agua,sobre el cambio climtico, sobre elempoderamiento de las mujeres.... y

    yo le dije, Canciller, con todo el res-peto, no pueden cumplir nada de esomientras sigan promoviendo polticasmacroeconmicas como el TTIP, elCETA o el TISA. Porque estos acuer-dos estn por encima de cualquiercosa que quiera hacer en el mbitode los derechos humanos, el cambioclimtico o el empoderamiento de lamujer. Est muy bien hablar sobreestas cuestiones, pero de qu sirve sitodas sus polticas, las que de verdadson efectivas, van en contra de todoeso? Ninguno de los acuerdos y decla-raciones sobre medio ambiente o de-rechos humanos que rman nuestrosGobiernos cuenta con un mecanismode aplicacin.

    MAUDEBARLOWDURANTELAENTREVISTA ENMADRID. FOTOGRAFIADAPORERIKAGONZLEZ.

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    10 n2016 nPrimer trimestrebPUEBLOSnInformacin y Debate

    ENTREVISTAnMaude Barlow

    Comercio de Amrica del Norte (TL-CAN NAFTA). Finalmente ganaronel proceso llevndose 130 millones dedlares. As que es importante que loentendamos bien: si los denominados

    derechos de los inversores en lugarescomo frica se aprovechasen de eseconcepto no slo tendran un acuer-do de arrendamiento, sino que seran

    propietarios del suelo y del agua. Enmi opinin, ese precedente que se hasentado en Canad es uno de los ms

    peligrosos del mundo.

    dicen todo el mundo se reeren ati y a m. Hablan de la ciudadana ylas familias. Eso es en lo que creen,e incluso si no lo creen de verdad, seenriquecen con ello. Peter Brabecklleg a decir que no crea que el aguafuese un derecho; despus cambi deopinin porque recibi muchsimas

    crticas y entonces dijo vale, reserva-remos el 1,5% de los recursos hdricosmundiales para las personas pobres yel resto lo pondremos en el mercado.

    Bien, nuestra narrativa es: ste es elmecanismo que utilizan las empresas

    para controlar los recursos hdricos,para poder distribuirlos como quie-ran y a quien quieran, y cobrar lo quequieran, pero as moriran millones ymillones de personas. Defendemosque el agua no es de nadie, perteneceal planeta, a otras especies, a las gene-

    raciones futuras, y es un bien pblico.Es decir, es un patrimonio comn quedebe ser custodiado enrgicamente, no

    un bien con el que cualquiera puedahacer lo que le d la gana. Y tenemosque establecer directrices y normativasque regulen el acceso al agua.

    Nadie, ninguna empresa, pbli-

    ca o privada, debe tener acceso a losrecursos hdricos a menos que puedagarantizar la sostenibilidad de dichosrecursos en el futuro. Y los Gobiernostienen la funcin de garantizar la equi-dad, la justicia y la sostenibilidad, yeso debe ser una prioridad en todo loque hagamos. En mi nuevo libro instoa adoptar una nueva tica del agua, ycon esto me reero a que en todas las

    polticas, normativas y prcticas, de-bemos plantearnos esta pregunta: quimpacto va a tener esto en los recursos

    hdricos? Y si el impacto no es posi-tivo, entonces no debe hacerse. En elcaso delfrackinges posible que el gasnatural sea mejor que el petrleo, peroes muy destructivo para los recursoshdricos. Los biocombustibles puedenmejorar la calidad del aire, pero sonmalos para los recursos hdricos, con-sumen mucha agua. La produccin dealimentos y su mercado mundial estndestruyendo sistemas hdricos en todoel mundo, y es el sector que ms aguaconsume; necesitamos que la produc-cin de alimentos sea local, sostenibley orgnica, eso es lo ms importante

    para ahorrar agua. Por eso todos estosacuerdos de libre comercio nos llevanen la direccin contraria. Son la antte-sis de lo que deberamos estar hacien-do. As que s, tenemos una narrativamuy clara: que el agua es un derechohumano, un bien pblico; y debemos

    pensar que el agua no existe slo paranosotros, ni siquiera en calidad de bien

    pblico o patrimonio comn. Los ros

    tienen derecho a uir, las especies tie-nen derecho a evolucionar, etc., estosson derechos fundamentales y de-

    bemos reescribir nuestras leyes parareconocerlos. Y tambin hablar dela necesidad de ver el agua como unelemento pacicador, en lugar de unafuente de divisin y violencia; debe-mos reexionar y pensar que quiz elagua es un regalo de la naturaleza paraensearnos cmo convivir.q

    *Erika Gonzlez es investigadoradel Observatorio de Multinacionales en

    Amrica Latina (OMAL) Paz con D ignida d.

    Traducido por Ruth Prez Lzaro.

    La ONU no cuenta con ningnmecanismo para hacer valer el de-recho humano al agua, son acuerdosde buena voluntad, ticos, sin embar-go un tratado de libre comercio o untratado de inversin s son efectivos,

    pueden doblegarte. Por eso debemosentender el profundo y total desequili-

    brio de estos acuerdos. Y no se puedetener todo: no se pueden garantizarlos derechos humanos y a la vez habi-litar a grandes empresas como Swissy Biolia para que puedan demandar acualquier Gobierno que quiera recu-

    perar la gestin pblica del agua.

    - Las empresas transnacionales, los

    Gobiernos y los organismos inter-

    nacionales han creado una narra-

    tiva sobre los aspectos positivos de

    la mercantilizacin del agua. Cree

    usted que es necesario construirotros lenguajes para hablar del

    agua como un bien comn de la hu-

    manidad y del planeta? Cules son

    las principales ideas de este concep-

    to del agua como bien comn?

    - El sector empresarial ha creado unanarrativa basada en decir que el agua

    es escasa y que la nica manera deahorrar agua es ponerle precio, sacar-la al mercado y que todo el mundo pa-gue, y es as como ahorraremos aguae incluso la preservaremos. Pero enrealidad no se reeren a todo el mun-do, no se reeren a las empresas ni alsector del agua embotellada; cuando

    MAUDEBARLOWDURANTELAENTREVISTAENMADRID. FOTOGRAFIADAPORERIKAGONZLEZ.

  • 7/25/2019 Pueblos 68 - Enero 2016. El agua en disputa

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    Cintillo si necesario nSECCIN

    Informacin y Debate nPUEBLOSbPrimer trimestre n2016 n11

    Diciembre de 2007, Cumbre Iberoamericana

    de Santiago de Chile, la del famoso por quno te callas de Juan Carlos I de Borbn aHugo Chvez. Sin embargo, la cumbre realmenteresulta mucho ms relevante por el sorpresivoanuncio de Rodrguez Zapatero: un fondode cooperacin de 1.500 millones de dlares,a ejecutarse en cuatro aos, para contribuira resolver el problema del acceso al agua yal saneamiento en Amrica Latina y el Caribe.Probablemente, el instrumento de cooperacinms potente manejado nunca porla cooperacin espaola.

    Las empresas espaolasse beben los fondos de la cooperacin

    Llus Basteiro i Bertol* M s all de unas ciertas dudas iniciales sobrecmo se va a gestionar el Fondo de Coopera-cin en Agua y Saneamiento (FCAS) desde laAgencia Espaola de Cooperacin internacional al De-sarrollo (AECID), las ONGD y las administraciones

    pblicas de la regin se empiezan a posicionar para par-ticipar en la concrecin y ejecucin del FCAS. Slose movilizan ellas? No, el sector empresarial perciberpidamente la oportunidad, y se empieza a mover deforma sigilosa. O quizs no tan sigilosa.

    LAPRIVATIZACIN DELACOOPERACINDe hecho, el contexto le benecia. Justo en los aos

    posteriores al anuncio, y en un momento de sbito re-corte de fondos de cooperacin ocial, desde la AECIDse empieza a abanicar el nuevo mantra de la coopera-cin: las alianzas pblico-privadas.

    Explicado brevemente el sector empresarial apor-tar recursos tcnicos, econmicos y de conocimiento,

    a la cooperacin internacional. Lo que en realidad seha traducido en que, tambin brevemente, el sector em-

    presarial se ha llevado fondos pblicos. Justo al revs

    M J OSCOMENDEIRO.

    COOPERACIN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

  • 7/25/2019 Pueblos 68 - Enero 2016. El agua en disputa

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    12 n2016 nPrimer trimestrebPUEBLOSnInformacin y Debate

    COOPERACIN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

    La contraccin dela economa espaola

    fuerzaa muchas empresasa tener que buscar nuevos

    mercados,y empujaa que la cooperacin

    espaola pase atener unnuevo eje de trabajo, la

    internacionalizacin de laempresa espaola

    de lo que deba ser. Sin duda, uno delos casos ms llamativos fue cuandola AECID otorg, en 2011, 150.000euros a Repsol-YPF para realizar

    proyectos en comunidades amazni-

    cas ecuatorianas ubicadas en su reade intervencin. Esto son las alianzaspblico-privadas.

    El contexto benecia as al sectorempresarial para que se lleve su por-cin de la tarta. La contraccin de laeconoma espaola fuerza a muchasempresas a tener que buscar nuevosmercados, y empuja a que la coope-racin espaola pase a tener un nuevoeje de trabajo, la internacionalizacinde la empresa espaola. Son los mo-mentos de la marca Espaa, y de la

    mutacin de los controvertidos Fon-dos de Ayuda al Desarrollo en el Fon-do de Promocin al Desarrollo (FON-PRODE) y en los explcitos Fondos deInternacionalizacin de la Empresa,en manos del Ministerio de Economay Competitividad, por si acaso.

    Un parntesis. Para entender anms la privatizacin de la cooperaciny su rol como agente de internacio-nalizacin de la empresa espaola. ElFONPRODE, herramienta ya de pors controvertida por el hecho de estargestionada nancieramente por el Ins-tituto de Crdito Ocial (ICO), por sucreciente carcter reembolsable, queda

    bajo la tuicin de COFIDES (cuyassiglas responden al eufemismo Com-

    paa Espaola de Financiacin delDesarrollo). Y COFIDES, sociedad decapital mixto adscrita al Ministerio deEconoma y Competitividad, est enun 39% en manos de la banca espao-la; concretamente del BBVA, Banc deSabadell y Banco de Santander. Evi-

    dentemente, para que el FONPRODEsea atractivo para dicha banca, resultanecesario que se introduzcan algunasreformas menores, como que deter-minados informes no sean pblicos,que se elimine el techo para la AyudaOcial al Desarrollo (AOD) reembol-sable, que se exibilicen las condicio-nes para dar crdito, y que el FON-PRODE pueda promover abiertamentela internacionalizacin de la empresaespaola. Y aun as, se le sigue llaman-do cooperacin al desarrollo.

    Regresemos al FCAS. Desde elMinisterio de Industria y Comerciose considera como inconcebible que,

    ante la crisis econmica que afrontanlas empresas espaolas, stas no va-yan a adjudicarse fondos del FCAS, yas se lo transmite a la AECID, quiendiligentemente incorpora dicho Minis-

    terio al Comit Ejecutivo del FCAS.Adems, cuatro empresas espaolas,como Aqualia y la asociacin de con-sultoras Tecniberia, se integran al re-ducido Grupo de Trabajo del FCAS,y diez empresas lo hacen al ConsejoAsesor; entre ellas, lgicamente, laomnipresente Aguas de Barcelona(AgBar). Volveremos ms adelantecon AgBar, ya que tendr la habilidadde conseguir que el FCAS le adjudi-que 18 millones de euros a su lial enCartagena de Indias (Colombia).

    A partir de ese momento, se mul-tiplican los eventos y actos donde laocina del FCAS rene y explica a lasempresas espaoles asistentes cmo

    participar de la ejecucin, acabandoen un ruego ms o menos velado paraque se presenten a las licitaciones,concursos y adjudicaciones directas.De hecho, el FCAS se dirige por car-ta a Tecniberia, en 2010, y le insisteen que las empresas de consultora eingeniera de Tecniberia han de ani-marse a presentar ofertas () y queel sistema de contratacin ser el ne-gociado sin publicidad1. En todo mo-mento se trata de fondos pblicos decooperacin, conviene no olvidarlo.

    Por ltimo, toda esta estructuraejecutiva del FCAS es Espaa, que-da bajo la gestin nanciera del ICO,quien circunscribe su gestin del mis-mo a su lnea de internacionalizacin.Y por qu el ICO gestiona el FCAS?La AECID aduce que le falta capaci-dad operativa para gestionar el FCAS,

    y que necesita apoyarse en algn or-ganismo con capacidad y experiencia.Pero el ICO no sabe de cooperacin.Sabe sobre dar crditos, bsicamente.

    Tambin el brazo operativo delFCAS en Amrica Latina, el BancoInteramericano de Desarrollo (BID),sabe dar crditos. Y sabe para qu losquiere dar. De hecho, en la dcadadorada de la privatizacin del agua, a

    partir de mediados de los 90, el BIDcondicion el 66% de sus crditos en elsector agua, a la incorporacin del sec-

    tor privado. Aunque no sirvi de mu-cho, ya que el 62% de los procesos de

    privatizacin en Amrica de Sur acaba-

    ron siendo fallidos, y de stos, el 57%retorn a la rbita pblica. Llegados aeste punto, conviene recordar que en-tre AgBar y Proactiva Medio Ambien-te, una lial de Fomento de Contratasy Construcciones, la casa matriz deAqualia, ambas presentes en rganosasesores y ejecutivos del FCAS, han

    participado de algo ms del 40% de lasprivatizaciones de operadores de aguaque se han realizado en Sudamrica.En denitiva, aunque al FCAS se le

    pide que apoye la gestin pblica delagua, se rodea de actores que estn porla gestin privada del agua.

    Un segundo parntesis. Desde al-gunos sectores, se observa con preo-cupacin cmo la gestin del FCASqueda en manos del ICO y del BID,

    bancos que dan crditos. No ser queel FCAS es ayuda reembolsable? No,

    no lo es. Pero s que convive alegre-mente con fondos reembolsables. Dehecho, el principal inters del BID

    para hacerse cargo del tramo multila-teral del FCAS, es que ste va a ser-vir para apalancar algunos crditos.Es decir, va a actuar de tramo no re-embolsable para crditos concedidos

    por el BID. As, a mediados de 2011,cerca del nal terico de la ejecucindel FCAS (aunque en realidad no seest ni a la mitad), por cada euro queaporta el FCAS al BID, ste viabiliza

    59 cntimos en crditos. No, el FCASno es reembolsable, pero es una gurafundamental para que el BID coloque

  • 7/25/2019 Pueblos 68 - Enero 2016. El agua en disputa

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    Informacin y Debate nPUEBLOSbPrimer trimestre n2016 n13

    COOPERACIN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

    *Llus Basteiro i Bertol es miembro deIngeniera sin Fronteras de Catalua.

    sus crditos en la regin, aumentando

    as la deuda externa.

    FONDOSPBLICOS DE COOPERACINPARAEMPRESASPRIVADASHasta aqu, se puede decir que todono son ms que indicios, ms o me-nos justicados, hacia donde puedederivar la ejecucin del FCAS. Enalgunos pases, como Bolivia o Nica-ragua, las administraciones pblicasmuestran un rol relevante, velando

    para que el FCAS se mantenga en la

    rbita de la gestin pblica. Pero ellono impide que las empresas espaolasse lleven importantes contratos. IME-SAPI, lial de la constructora ACS deFlorentino Prez, consigue 20 millo-nes de dlares para la construccin dealcantarillado en Bolivia. All mismo,TRAGSA, una empresa pblica es-

    paola, algo ms de 15 millones. De

    nuevo, conviene recordar que se tratade fondos pblicos de cooperacin.Las ONGD espaolas, muchas deellas con experiencia en el sector delagua, reciben del FCAS 0 euros. En

    Bolivia y en toda Amrica Latina.Colombia y Hait son casos aparte.All los fondos de cooperacin no slovan a las arcas de empresas espaolas,sino que adems sirven para fortalecerla privatizacin y la gestin privada delagua, contradiciendo uno de los princi-

    pios del FCAS, la gestin pblica.En Colombia, la lial de AgBar en

    Cartagena de Indias, Aguas de Carta-gena (ACUACAR), recibe del FCAS,este 2015, 7 millones de dlares defondos pblicos de cooperacin diri-

    gidos a mejorar la rentabilidad de laprivatizacin, nanciar el aumento deproduccin y personas usuarias, y portanto, mejorar su cuenta de resultados.La AECID se escuda en que los recur-sos se entregan al municipio de Car-tagena de Indias. Pero ACUACAR esuna empresa mixta entre el municipioy AgBar. De hecho, la ejecucin del

    proyecto va a cargo de ACUACAR,quien se asigna un 2% para gastos degestin. Con esos fondos, la empresadebe ampliar la capacidad de la planta

    de potabilizacin El Bosque, para au-mentar la continuidad del servicio y elabastecimiento en 23 barrios y corre-gimientos. Todas ellas son interven-ciones comprometidas anteriormenteen la zona de explotacin de ACUA-CAR (en el caso de la planta, en partedebido a problemas de mantenimien-to no resueltos por la propia empresa),

    pero que se materializan con nancia-cin pblica de cooperacin.

    Sin embargo, no es la primera vezque el FCAS aporta fondos a AgBar.

    El ao 2009, pese a las objeciones dediversas ONGD, se entregan a ACUA-CAR 11 millones de dlares (aunquenalmente se devuelven cerca de 7 porno haberlos ejecutado) para mejorar la

    planta de Albornoz y la distribucin deagua a los barrios Mandela y Herrera,cubriendo inversiones que ya estabancomprometidas por ACUACAR.

    Otro caso muy similar, siempre enColombia, son los 8 millones de dla-res entregados a Metroagua, el opera-dor privatizado de Sta. Marta. Metroa-gua es una lial del Canal de Isabel

    II, el operador pblico de agua deMadrid, constantemente envuelto ennoticias de privatizacin, y que fuerade su rea de concesin en Madrid, ac-ta como una autntica multinacional.Los fondos aportados por el FCAS aMetroagua son para el colector Bas-tidas de aguas pluviales, incluido enel programa de obras de Metroagua.Obras comprometidas por Metroagua,s, pero que acaban siendo nanciadas

    por fondos pblicos de cooperacin.Hait tambin es un pas con ele-

    mentos de anlisis interesantes. Entrelos objetivos del FCAS gura, de formaexplcita, reforzar el sistema institucio-nal para una adecuada gestin del sec-tor del agua que favorezca una gestin

    pblica, transparente y participativa delrecurso2. Sin embargo, los recursosdelegados por el FCAS al BID en Haittienen otro objetivo: realizar una refor-ma del sector del agua, introduciendo laparticipacin del sector privado en lagestin operativa del sector3. Aunquela contradiccin es notoria, se resuel-

    ve fcilmente hacia los intereses de lasmultinacionales. Lyonnaise des Eaux yAgBar, ambas controladas por el gigan-te del sector, la francesa Suez, obtienencerca de 13 millones de dlares parareformar el sector del agua.

    Pero en Hait, el FCAS repartetambin muchos ms recursos a em-

    presas espaolas: 14 millones de d-lares al consorcio formado por INCA-TEMA y Metroagua (exacto, la mismaque aparece dos prrafos antes, que yase ha llevado ocho millones de dlares

    en Colombia), 5 millones para el con-sorcio formado por SGS, Euroestudiosy SERS, 3 millones a la ingeniera EP-TISA. Es decir, ms all de la pertinen-cia y calidad de sus trabajos, lo que esindiscutible es que el FCAS se con-vierte en una estupenda herramientade internacionalizacin de la empresaespaola, de algo que no se puede con-siderar AOD, y de promocin del BID.Qu lejos quedan las expectativas quenacieron aquel diciembre de 2007.q1 Extrado de la pgina web de Tecniberia: http://www.tecniberia.es/documentos/PagesfromFCAYSlicitacionok.pdf

    2 Real Decreto 1460/2009, de 28/09, sobre organizacin y funcionamiento del FCAS. Artculo 4, Objetivos del Fondo

    y principios que lo inspiran: www.aecid.es/export/sites/default/web/galerias/programas/ofcas/descargas/RD_orga-nizacixn_fondo.pdf3 Ficha del Programa de Agua Potable y Saneamiento para Puerto Prncipe: http://idbdocs.iadb.org/wsdocs/getdocu-

    ment.aspx?docnum=35289996

    M J OSCOMENDEIRO.

  • 7/25/2019 Pueblos 68 - Enero 2016. El agua en disputa

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    14 n2016 nPrimer trimestrebPUEBLOSnInformacin y Debate

    COOPERACIN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

    una metrpolis con unos 20 millonesde personas, y a otros 27 municipiosde su cinturn urbano. Est formado

    por 140 kilmetros de canales, tnelesy sifones, plantas de bombeo con casi200 metros de desnivel y una enorme

    planta potabilizadora.

    A pesar de las obras grandilocuen-tes, de las grandes infraestructuras, deldinero invertido, muchos pueblos te-nan sed a escasos kilmetros de estemastodonte. La paradoja era que te-niendo la potabilizadora ms grande deAmrica Latina en su territorio, las co-munidades indgenas y campesinas ale-daas al sistema Cutzamala no han te-nido agua entubada en sus hogares pormuchos aos, explica Gmez Fuentes.

    La infraestructura se bas en obrasprevias, como el sistema hidroelctri-

    co Miguel Alemn, compuesto porocho presas y que ya haba ocasiona-do la fragmentacin de las comuni-

    J. Marcos y M ngeles Fernndez*Tomamos las armas simblicas

    y bajamos a la capital parapreguntar a la opinin pblica

    si as tenamos que defender elagua. Esto provoc un

    gran impacto. No habamoscalculado la magnitud meditica

    que iba a alcanzar.

    Habla la comandanta VictoriaMartnez. Mujer. Indgena.

    Mexicana. Luchadora por ladefensa del agua. Ella, junto a

    otras mujeres mazahuas1, tomel mando de la lucha de sus

    comunidades en defensa de suagua. Su voz, su fuerza y su

    imagen llegaron lejos y lograronque las instituciones pblicas

    mexicanas atendieran susreivindicaciones.

    No sabamos qu era ser unacomandanta ni qu era sentar-se a una mesa de negociacin.Conforme pas el tiempo nos fuimosdando cuenta y asumimos la respon-sabilidad, recoge el libro Agua ydesigualdad social. El caso de las

    indgenas mazahuas en Mxico, dela investigadora mexicana Anah Co-pitzy Gmez Fuentes.

    El Ejrcito Zapatista de Mujeresen Defensa del Agua naci para dar un

    paso al frente y llevar ms all la luchaque los hombres haban emprendido sinxito. Una potente respuesta que llegdespus de muchos aos de saqueos,

    prdida de derechos y de tierras. Enterritorio mazahua, en el cntrico vallede Toluca de Mxico, se construy enlos aos 70 el sistema Cutzamala, una

    de las mayores obras de ingeniera ci-vil del mundo que sirve para abastecerde agua a un sediento Distrito Federal,

    para defenderelagua

    Unejrcitode

    mujeres

    UNAMUJERMAZAHUALIDERANDOUNAPROTESTA. FOTOGRAFADEANAHC. G MEZ.

  • 7/25/2019 Pueblos 68 - Enero 2016. El agua en disputa

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    Informacin y Debate nPUEBLOSbPrimer trimestre n2016 n15

    COOPERACIN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

    dades y la expropiacin de terrenos.Pero el orgullo nacional por esta obrahidrulica ocult sus impactos sobrela vida del campesinado, como la con-taminacin de ros, la desecacin de

    manantiales, la desaparicin de oray fauna, enfermedades por aguas con-taminadas, adems de la mencionadaexpropiacin y la falta de reparacin ycompensacin.

    Prometieron cosas que nuncacumplieron. Los abuelos perdieronlas mejores tierras y quedaron despro-tegidos, ha apuntado una de las vcti-mas de este proyecto. Ya no hay aguacomo antes. Antes haba una lagunacon papas de agua, quelites, pescados,cosiles, la papa blanca y la mazatete.

    Ya no hay nada, slo unos cuantospescados contaminados por los dese-chos qumicos, seala otra vecina.

    Los intereses cruzados, en los queentran las distintas cuencas hidrogr-cas y su organizacin y gestin, han

    provocado muchos enfrentamientospor el agua en Mxico, apunta el in-vestigador de la Universidad NacionalAutnoma de Mxico Arsenio Gon-zlez. Sin duda se pusieron las nece-sidades de la poblacin capitalina porencima de las del pueblo mazahua.

    La falta de acceso a agua potable delas y los mazahuasno se deba a la au-sencia del recurso, sino a su distribu-cin injusta y excluyente. Y es que losconictos por el agua son provocadosa menudo por marcadas desigualda-des sociales, tanto de clase, gnero,raza y etnia, como de las relacionesentre el campo y la ciudad, sintetiza

    por su parte Natalia Uribe, del CentroUnesco del Pas Vasco. En este casoel agua se convirti en un recurso

    poltico-estratgico que sirvi para ha-cer visibles carencias estructurales.

    LAGOTAQUECOLMELVASOLa situacin de desigualdad estallen el ao 2003 cuando se inundaronalrededor de 300 hectreas cultivadasa la ribera del ro Malacatepec a causa

    de un error en el sistema Cutzamala.Esta catstrofe fue la gota que colmel vaso y provoc el arranque de unareivindicacin limitada y emprendida

    por el llamado Frente Mazahua: elpago de los cultivos perdidos. La fal-ta de respuestas y la ignorancia de losgobernantes provocaron la amplitudde la reclamacin y el surgimiento deun conicto que ya evidenci la faltade agua y de servicios bsicos.

    Y poco a poco la poblacin fuetomando voz. Y las mujeres gritaron

    ms alto. Nuestras tierras son ricas enagua y nosotras tenemos que acarrearla(). Slo se busca beneciar a la gen-te que vive en las grandes ciudades, sinimportar la pobreza que genera a lascomunidades. Habla la comandantaVictoria Martnez. La desigualdad y eldespojo sufrido se hicieron patentes.

    En febrero de 2004 comenzaronlas movilizaciones, las marchas y lasvigas delante de la planta depuradora,cerrndola simblicamente y exigiendorespuestas y soluciones. Que no llega-ron. As que las mujeres dieron un pasoal frente. Y lo hicieron de una maneranica: armadas con sus coloridas vesti-mentas tpicas, su peinado con raya almedio y sus dos largas trenzas atemo-rizaron a los gobernadores del Estadode Mxico y de la Comisin Nacionaldel Agua. Tambin lo hicieron sus ar-mas: ries y machetes de madera, jun-to con antorchas encendidas aadierondrama, seriedad y grandilocuencia alas protestas. Sin olvidar su fuerza demujeres, su imagen de madres y el im-

    pulso de la injusticia. Y entonces lo-

    graron que sus reivindicaciones fueranescuchadas. Ellas, las comandantas,tomaron el control de la movilizacin.Hablaron y lleg el xito.

    La lucha se concentr durante das

    en el Distrito Federal, donde hubohuelgas, plantones y manifestacionesconstantes que lograron un gran im-

    pacto meditico. Adems de la condi-cin de mujeres, madres (muchas ibancon sus hijas e hijos a la espalda) e in-dgenas, se autodenominaron EjrcitoZapatista de Mujeres por la Defensadel Agua, lo que aadi el matiz de lalucha zapatista, que haba provocadograndes dolores de cabezas al ocia-lismo mexicano. Y anunciaron que seabandonaran las acciones paccas

    para dar paso a las acciones violen-tas si sus demandas no eran resueltas.Casi nada. Aunque nalmente, su pro-testa ms extrema fue bloquear la en-trada de cloro en la potabilizadora y laamenaza, nunca ejecutada, de cerrarel bombeo hacia la capital.

    Cristina Cruz, Blanca Cruz, LolaCruz, Gisela Espinoza, Bertha Ama-dor, Esperanza Lpez, Martha Ramos,Olga Ramos, Victoria Martnez, Ali-cia Lpez, Hortensia Dionisio, NancyGarca. Las comandantas. Ellas revi-

    talizaron el movimiento y ampliaronla lucha. Aunaron los movimientos demujeres, indgenas y ambientalistas.Tambin criticaron la poltica hidru-lica nacional que, segn ellas, slo

    beneciaba a las grandes ciudades acosta del campo. Y animaron a la gen-te, a no desesperarse a no desistir,apunta Gmez Fuentes. Y ganaron.

    ACCESOALAGUA,UNACUESTINDEPODER

    No hay duda de que el acceso al aguaes una cuestin de poder. Nos enfren-

    IZQUIERDA: EJRCITOZ APATISTADEMUJERESEND EFENSADEL AGUA . DERECHA: MUJERESMAZAHUASDURANTEUNA ACCINDEPROTESTA LUCHANDO POR ELAGUA. FOTOGRAFADEANAHC . GMEZ.

  • 7/25/2019 Pueblos 68 - Enero 2016. El agua en disputa

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    16 n2016 nPrimer trimestrebPUEBLOSnInformacin y Debate

    COOPERACIN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

    Las mujeresdieron un pasoal frente y lograron que

    sus reivindicacionesfueranescuchadas. Ellas, las

    comandantas, tomaron elcontrolde la movilizacin

    tamos ante un escenario donde se agu-diza cada vez ms la brecha que separalas estrategias para la gestin del recur-so implementadas desde arriba y lasformas de lucha de abajo. Entre am-

    bas existe una quiebra que pareciera nopoder subsanarse exitosamente en tan-to subsistan las polticas econmicasy sociales actualmente existentes, hasealado por ejemplo Karina Kloster,investigadora de Flacso Mxico.

    La construccin del sistema Cutza-mala se encuadra en un modelo de pol-tica hidrulica iniciado en el sexenio deCarlos Salinas de Gortari (1988-1994)y desarrollado y ejecutado durante losgobiernos posteriores e impulsado pororganismos como el Banco Mundial,el Banco Interamericano de Desarrolloy el Fondo Monetario Internacional.Por un lado se promueve la adminis-tracin centralista del ejecutivo fede-ral y, al mismo tiempo, se impulsa la

    participacin del sector privado, re-sume Anah C. Gmez Fuentes. Desdeentonces los conictos por el agua enMxico se han multiplicado.

    Lo sabe bien Rodolfo Chvez, l-der del Movimiento de Afectado porlas Presas y en Defensa de los Ros.

    No se consigue nada si no es a travsde una sociedad civil organizada y confuerza. La gente tiene que involucrar-se, porque el Estado utiliza el derechoa su antojo. No hay lmites en cuantoa la accin. Y menos en un pas en elque no se respetan las leyes por partedel Gobierno. El uso de la fuerza no esla consigna pero estamos dispuestos adefender nuestro medio de vida, nues-tra tierra, declar a Otramrica.

    Lo sabe tambin bien Lidia que,mujer empobrecida, se enfrent al

    todopoderoso Estado mexicano alque denunci por incumplimiento delderecho humano al agua, que recogela Constitucin del pas americano.Las mujeres, en el sempiterno rol decuidadoras, son las encargadas de laalimentacin familiar y del manteni-miento de los hogares; y eso no sig-nica ms que agua. Agua para beber,

    para cocinar, para limpiar, para sanear,para cultivar. Agua para vivir. Cuandofalta agua son las mujeres las encarga-das de buscarla all donde est.

    El Programa de Naciones Unidaspara el Desarrollo (PNUD) explica,en uno de sus informes anuales, que

    en los pases en desarrollo atender alos hijos e hijas, cuidar a las personasenfermas y ancianas, preparar la co-mida y buscar el agua y la lea sontareas dominadas por las mujeres. La

    bsqueda de agua es parte de la des-igualdad de gnero, aade el PNUD.

    Fueron las mujeres las que toma-ron conciencia de su situacin frenteal agua, analiza ahora, ya desde ladistancia, Gmez Fuentes. Aunquelas comandantas no lucharon poruna transformacin social de gne-ro, matiza la persona que mejor hadocumentado este caso. Sus mritosfueron otros: Usaron el gnero paradesde su vulnerabilidad hacerse msfuertes. Para decir que, a pesar detodo, tenemos capacidad para exigir.Desde nuestra condicin podemos ha-cer esto. No se puede hablar tanto deemancipacin pero s de que las cosas

    pueden ser diferentes.Y es que tras aproximadamente un

    ao, las acciones de las mujeres ma-zahuaslograron el objetivo: introduc-cin de redes hidrulicas en distintascomunidades y un plan de desarrollosustentable en la zona. Para nosotrases una liberacin muy buena, no slo

    te ganas el respeto de la gente de fue-ra, sino de tu propia casa. Habla lacomandanta Nancy Garca. Porqueellas siempre estuvieron ah, en unalucha en muchos casos invisibilizadaque no es lo mismo que ausente.

    UNALUCHADIFERENTELa desigualdad de gnero sigue pre-senta en la sociedad mazahua: Creoque fue un asunto que no cuestionaron,sino que lo utilizaron. Usaron la divi-sin de roles para, desde su vulnera-

    bilidad, hacerse fuertes. A pesar de lascondiciones, vamos hacia adelante,apunta Gmez Fuentes. Ser madres ycuidadoras fue la imagen potenciada

    por las comandantas. Y en muchoscasos ese paso al frente supuso unamultiplicacin de las labores, traba-

    jos y obligaciones: su papel dentro desus hogares no desapareci y a ello sesum su papel pblico. Mujeres tejien-do durante las huelgas o amamantandoa bebs era algo extrao. Llevaron elespacio domstico al espacio de lucha.

    Aunque la desigualdad no hayadesaparecido, s que se lograron avan-ces, analiza con la distancia del tiem-

    po la investigadora mexicana, quiendestaca la apertura cultural y socialhacia las mujeres, que han logradoun mayor peso en el espacio pblico.No hubo empoderamiento o emanci-

    pacin, pero s conciencia de que lascosas pueden ser diferentes. Apren-dieron a innovar, a hacer las cosas deotro modo, aade, y recuerda quedesde entonces hasta sus artesanashan cambiado: se quedaron sin mate-rial durante los plantones en la capi-tal y siguieron trabajando con lo quetenan. Si la lucha no hubiera tenidoel componente femenino, no hubiera

    llegado dnde lleg, naliza.La situacin hoy no est completa-mente solucionada. La constante ame-naza de poner en marcha la cuarta fasedel Sistema Cutzamala, que supondrael encauzamiento de nuevos ros y laconstruccin de una nueva presa parallevar ms agua a la ciudad, hace que lalucha mazahuasiga latente. De hecho,el pasado mes de marzo hubo de nuevomarchas contra este proyecto y protes-tas porque no se han cumplido todoslos compromisos arrancados a los orga-

    nismos federales hace casi una dcada.Segn el diario mexicanoLa Jornada,varias comunidades de los municipiosde Villa de Allende, Villa Victoria yDonato Guerra siguen teniendo pro-

    blemas de abastecimiento de agua.Vamos a tener que actuar, recoge lacrnica. Las comandantas mazahuassaben cmo hacerlo.q

    1 Grupo indgena mexicano que vive en el estado deMxico y en la zona occidental del Distrito Federal.Su nombre significa gente del venado en nhuatl.

    *J. Marcos y M ngeles Fernndez son periodistasfreelance, especializados en temtica internacional.

    www.desplazados.org

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    Informacin y Debate nPUEBLOSbPrimer trimestre n2016 n17

    COOPERACIN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

    Mikel Otero Gabirondo e Itziar Amestoy Alonso*

    El fracking y el agua:una extraa pareja

    Han pasado ms de 10 aos desde que la UNESCO declarara el ao 2003 como el Ao Internacionaldel Agua Dulce. El tercer Foro Internacional del Agua, celebrado aquel ao en Kioto, arrojaba unasconclusiones estremecedoras que intentaban situar el tema en primera lnea de la agenda poltica. Eldirector general de la UNESCO, basndose en el Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos

    Hdricos, lanzaba esta dura advertencia: Ninguna regin del mundo podr evitar las repercusiones deesta crisis que afecta a todos los aspectos de la vida, desde la salud de los nios hasta la capacidad de lasnaciones para alimentar a sus ciudadanos1. El documento sealaba que los recursos hdricos disminuirncontinuamente a causa del crecimiento de la poblacin, de la contaminacin y del cambio climtico.

    EGUZKILORE SIMBLICOENLAF RACKANPADA DEJULIODE2015 PARAPROTEGERLATIERRAYELACUFEROQUEHAYBAJOLAMISMA.FOTOGRAFADEFRACKINGEZ.

    Lejos de haber solucionado esta

    trascendente cuestin, podemosarmar que la situacin, 12 aosdespus, es francamente peor. En2009, la Agencia Europea de MedioAmbiente (AEMA) conrmaba queen numerosos lugares de Europa eluso que se hace del agua es insosteni-

    ble, y brindaba recomendaciones paraun nuevo enfoque en la gestin de los

    recursos hdricos. Recientemente, la

    FAO ha conrmado que la escasez deagua pone en riesgo la produccin dealimentos2. Las temidas guerras delagua estn llamando a las puertas decasa. Elfracking se sita en todo estecontexto y debate con voz propia, inci-diendo negativamente en la problem-tica del agua en varios aspectos que tra-taremos de desarrollar en este artculo.

    INICIOYEXPANSINDEL FRACKINGEn ese mismo 2003, la industria deextraccin de hidrocarburos dudabasobre el xito de las nuevas tcnicasde extraccin que se estaban desarro-llando en EEUU. Algunos aos antes,la empresa Mitchells Energy habaconseguido la primera operacin ren-table a base de perforaciones horizon-tales y fracturacin hidrulica de rocacon gran volumen de uido, combina-cin de tcnicas que se empezara aconocer comofrackingy que permita

    extraer unos recursos que hasta esemomento se haban considerado su-becononmicos (no rentables).

    A pesar de los avances, la rentabi-lidad an era muy ajustada y el recinnacidofracking no terminaba de despe-gar. As, la Administracin Bush tuvoque aprobar, en 2005, una nueva leyde poltica energtica para allanar sucamino. Una ley que, entre otros aspec-tos, aborda cuestiones relativas al agua,estableciendo importantes exencionesen el cumplimiento de las dos princi-

    pales leyes de proteccin del agua, lasafe water drinking act (SDWA) o leydel agua potable limpia y la clean water

  • 7/25/2019 Pueblos 68 - Enero 2016. El agua en disputa

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    18 n2016 nPrimer trimestrebPUEBLOSnInformacin y Debate

    COOPERACIN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

    act o ley del agua limpia. La externali-zacin de los costes medioambientalesfacilitada por el empujn legal, sumadoal contexto de precios energticos cre-cientes catapult la produccin a tra-

    vs del fracking (en primera instanciaextrayendo gas, para aadir despus laextraccin de petrleo), desde su Texasnatal hasta expandirse por toda Norte-amrica antes de iniciar su asalto in-ternacional. Manteniendo en todos loslugares una relacin extremadamente

    problemtica con el agua.

    FRACKINGYCONSUMODEAGUAEsta tcnica extractiva demanda gran-des cantidades de agua, suponiendouna presin considerable en los su-

    ministros locales y regionales. Lautilizacin del agua, tanto supercialcomo subterrnea, puede comprome-ter las actuales y futuras reservas. Si

    bien cada zona a fracturar presenta susespecicidades, el fracking siempreutiliza elevados consumos por pozoy realiza multitud de perforacionesdebido a la dispersin geogrca delrecurso a extraer. Si los planes anun-ciados para el Pas Vasco (extraccinde 185 millardos de metros cbicosde gas) se hicieran realidad debira-

    mos contar con la realizacin de entre2.000 y 3.000 pozos.

    Segn las previsiones anunciadaspor la empresa perforadora, estaramoshablando de 35 millones de litros por

    pozo, a multiplicar por la cantidad totalde pozos, lo cual nos deja un volumenms que considerable a tener en cuenta.La recuperacin del uido inyectadoes tambin variable, quedando buena

    parte del agua utilizada en el subsuelo.La calidad del agua que retorna serotro gran problema de la industria.

    LACONTAMINACINDELAGUAAdems del sobreconsumo generado,el fracking tiene otros impactos en elmedio hdrico. El agua inyectada a pre-sin en los pozos va acompaada de nu-merosos productos qumicos. Entre los

    productos utilizados, muchos presentanalgn tipo de riesgo grave: productos

    prioritarios, segn la UE, por posiblesefectos sobre el ser humano y el medioambiente, productos investigados por

    bioacumulacin y toxicidad; riesgo dedaos agudos o crnicos para la salud

    humana o los organismos acuticos;qumicos cancergenos, mutagnicos,o con efectos sobre la reproduccin.Adems de la contaminacin por los

    productos inyectados la propia fractu-racin puede liberar metales pesados y

    productos radiactivos dependiendo delas caractersticas del subsuelo.

    El listado de casos de contamina-cin de agua por operaciones asocia-das al fracking es muy numerosa y aestas alturas est sucientemente es-tudiada y contrastada, con problemas

    que van desde escapes y ltracionesde uido de fracturacin en superciea problemas de fugas por falta de es-tanqueidad, pasando por ltracionesy/o evaporaciones desde balsas derecogida de residuos, accidentes en eltransporte de los mismos o contami-nacin por metano de agua potable.Problemas que terminan afectando alas aguas superciales y subterrneas.

    Es importante recordar que lasaguas subterrneas son utilizadas paralas actividades agrcolas, para el con-

    sumo domstico y estn interconecta-das con la supercie en diferentes pun-tos. Un agua contaminada intoxica lossuelos, limita la produccin agrcola,genera riesgos para los animales sil-vestres, ganado y personas, y por tanto

    pone en peligro nuestros alimentos yla viabilidad de nuestra agricultura.

    ELMOVIMIENTOCONTRAELFRACKINGYLASADVERTENCIASSOBREELAGUADesde su origen, la movilizacin contra

    elfrackingha interiorizado la problem-tica del agua como una de las cuestionesclave a la hora de sensibilizar a la pobla-cin frente a esta peligrosa tcnica quese est intentando abrir paso en nuestrascomunidades. Simblicamente, Frac-king EZ realiz su primera accin de

    protesta en la calle precisamente en elda mundial del agua, all por 2012, un

    fro 22 de marzo en el que alcaldes detoda Europa se reunan en Vitoria-Gas-teiz, irnica capital verde europea,

    con la amenaza del inminente inicio delfracking en sus lmites municipales. Lasms de 400 charlas y conferencias sobrefracturacin hidrulica dadas en todoel Pas Vasco y alrededores siempreincluyeron alguna anotacin sobre laamenazarespecto al agua, y llegamos a

    bajar hasta las entraas de la tierra paradenunciar la necesidad de mantener in-tacto el acufero de Subijana, que iba aser atravesado por los pozos de explora-cin de gas mediantefracking. Un actode protesta subterrneo, por cierto, con

    brindis de agua limpia incluido.La movilizacin popular, que llev

    ms de 100.000 rmas al Parlamentopara paralizar el fracking, consiguique en la ley aprobada en junio de2015 se insertara un artculo espec-co para proteger los acuferos, inclu-yendo la prohibicin expresa de utili-zar esta tcnica extractiva en zonas devulnerabilidad de los mismos. Y hastala Frackanpada (acampada interna-cional contra el fracking realizada en

    julio de 2015) tuvo un guio, recrean-

    do artsticamente un Eguzkilore3 deproteccin en los mismos lugares quequieren comenzar a fracturar, simbo-lizando la proteccin de la tierra y delacufero que est debajo de la misma.

    La situacin futura en torno alagua tiene un panorama muy negro.La implantacin delfracking en nues-tro entorno, ms y menos cercano, su-

    pondra elevar el nivel del riesgo delfuturo del agua y de todo amalurra4que se nutre de ella.q1 Informe de la ONU: Las guerras del futuro sern por el agua, publicado en Visiones Alternativas. Disponible en

    http://pl-va.prensa-latina.cu/militarizacion/articulos/agua/13.htm.

    2 La escasez de agua pone en riesgo la produccin de alimentos, segn la FAO en Agencia EFE: www.efe.com/efe/espana/portada/la-escasez-de-agua-pone-en-riesgo-produccion-alimentos-segun-fao/10010-2759343

    3 Planta relacionada con la proteccin de los hogares en la mitologa vasca.4 En euskera madre tierra.

    *Mikel Otero Gabirondo e Itziar Amestoy Alonso,integrantes del movimiento contra el fracking

    de Euskal Herria Fracking EZ.

    La movilizacin popularconsigui que en la ley

    aprobada en junio de 2015se insertaraun artculo

    especfico para protegerlosacuferos

  • 7/25/2019 Pueblos 68 - Enero 2016. El agua en disputa

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    Informacin y Debate nPUEBLOSbPrimer trimestre n2016 n19

    COOPERACIN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

    Clara Romaguera y Arpad Pou*

    Costa Rica el paraso delas energas re[no]vables

    La gestin sostenible y

    planificada del agua en Costa

    Rica, que permanece bloqueada

    por los intereses econmicos del

    sector hidroelctrico, turstico

    y agroindustrial, representa

    el mayor obstculo para el

    desarrollo de un modeloenergtico 100% renovable.

    Hace poco ms de seis meses

    regresamos de un viaje de unao por Amrica Latina donde

    conocimos mltiples experiencias quenacieron con una gran voluntad decambio social. A nuestra preocupacin

    por el desarrollo de otros modeloseconmicos que integrasen la variableambiental, nos dirigimos a Costa Ricacon la idea de conocer la referencia enmodelos energticos sostenibles.

    A menudo Costa Rica es consi-derada como el principal ejemplo de

    sostenibilidad ambiental del planeta.Adems de ser, desde 1948, uno de los

    pocos pases del mundo que carece de

    Desmon tando e l mi to :

    PAULACABILDO.

    ejrcito, a esta repblica centroameri-

    cana, escoltada al este por el mar Ca-ribe y al oeste por el ocano Pacco,se la reconoce por la tenaz apuesta queha realizado en favor de las energasrenovables y la preservacin de su

    biodiversidad, pues ella sola concen-tra el 6% de la biodiversidad mundial.Durante el 8 de mayo y el 9 de agostode 2015 la electricidad generada poreste pequeo pas procedi de fuentesrenovables gracias a las fuertes lluviasque cubrieron los embalses de sus re-

    presas. De hecho, segn el InstitutoCostarricense de Electricidad (ICE),un 77,6% de la energa total producida

    durante estos 94 das correspondi a la

    energa hidroelctrica.Sin embargo, como apunta la Fe-

    deracin Conservacionista de Cos-ta Rica (FECON), a da de hoy, lashidroelctricas han dejado de serun modelo de sostenibilidad por-que representan un enorme impactomedioambiental y humano. El aguase ha convertido en un recurso nitoy su acceso en el principal problemadebido a la explotacin de cuencas yros en reas vulnerables.

    A pesar de que Costa Rica es unode los pases con mayor oferta de aguadulce por habitante y uno de los pases

  • 7/25/2019 Pueblos 68 - Enero 2016. El agua en disputa

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    20 n2016 n Primer trimestrebPUEBLOSnInformacin y Debate

    COOPERACIN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

    PAULACABILDO.

    Lashidroelctricas handejado de serun modelode sostenibilidad porquerepresentan un enorme

    impacto medioambientaly humano

    de Amrica Latina donde ms se ha fa-vorecido la inversin pblica en agua

    potable, para los cinco millones decostarricenses, la gestin del recursohdrico es, sin duda, una amenaza cuyo

    origen se maniesta en una anacrnicaley de aguas de hace ms de 70 aos.Durante todo este tiempo, el Es-

    tado ha impulsado una serie de pol-ticas pblicas desreguladoras que han

    beneciado un modelo de desarrolloque ha privilegiado no solo al sectorhidroelctrico, sino tambin la pro-duccin y expansin de monocultivos,el uso extensivo de agroqumicos, la

    proliferacin de pozos ilegales y eldesarrollo de proyectos inmobiliariosy tursticos que han contribuido a una

    desaforada dependencia del agua y a unagotamiento de los mantos acuferos.En este sentido, el modelo de sos-

    tenibilidad ambiental de Costa Rica es-conde una serie de conictos que afec-tan a miles de personas. Desde hacediez aos, este pas caribeo est sumi-do en una crisis ambiental y social queha desencadenado 134 protestas comu-nitarias asociadas al acceso al agua po-table y a necesidades de saneamiento.Desde 2007, en la zona de Puerto Li-mn, 600 familias reciben, cada dos

    das, cinco litros de agua por familiaen un camin cisterna que les alcanzasolamente para beber y cocinar. Losmantos acuferos que les abastecan si-guen contaminados por los agrotxicos(metales pesados y plaguicidas) utiliza-dos en la produccin de pia o por losvertidos de las actividades industrialesy agropecuarias. Segn la Organiza-cin Mundial de la Salud (OMS), se

    precisan entre 50 y 100 litros de aguapor persona al da para cubrir la ma-yora de las necesidades bsicas.

    Para Heidy Murillo, representantede la Alianza Nacional para la Defen-sa del Agua (UNOVIDA), es necesa-ria una ley que responda a todos esosconictos, que nos proteja de la pri-

    vatizacin y permita una planicacindel recurso que asegure el disfrute delderecho humano al agua potable y alsaneamiento, y sobretodo que esta-

    blezca que el consumo humano seaprioritario.

    ARANDOELSUEODELAGUALa ley de aguas vigente en Costa Ricase remonta a 1942 -la versin anteriorera de 1884- cuando apenas existan

    proyectos hidroelctricos, no era prio-ritario construir campos de golf y ma-

    crohoteles, y las grandes extensionesde monocultivos eran pequeas par-celas para el consumo nacional. Du-rante 70 aos la gestin del recursohdrico ha favorecido un oligopolioque ha provocado dicultades paraestablecer responsabilidades entre lasms de veinte instituciones guberna-mentales que tienen competencias so-

    bre el agua.La alta vulnerabilidad que vive el

    pas a los efectos del cambio climticoy la aplicacin de polticas irrespon-

    sables sobre el uso del agua en detri-mento de los intereses de las comu-nidades locales, moviliz a distintasorganizaciones sociales y ecologistasa presentar una iniciativa popular queconsigui reunir, en 2010, ms de170.000 rmas para defender el pro-yecto de Ley para la Gestin Integra-da del Recurso Hdrico, N17742, co-nocida como la nueva ley de aguas.

    La propuesta de otorgar un cuerponormativo integral de todo el ci-

    clo hidrolgico permite orga-

    nizar la proteccin y los usosdel agua, reconociendo elacceso universal, solidario

    y equitativo, y un derecho hu-mano fundamental e indispen-

    sable. Este reconocimiento respeta laaprobacin de la ONU que obliga alEstado a que todas las personas dis-

    pongan de agua suciente, salubre yaccesible para el uso domstico.

    Uno de los principales avancescon los que cuenta la propuesta deley es la participacin y el control p-

    blico del recurso a travs de nuevosactores como los ayuntamientos, losAcueductos Comunales organizadas

    por las propias comunidades rurales(ASADAS), las ONGs ambientales yel Ministerio de Ambiente y Energa(MINAE). El objetivo prioritario esimpedir la privatizacin de los ser-

    vicios, jar tarifas y cnones por suaprovechamiento econmico y esta-blecer sanciones y responsabilidadespor dao ambiental. Con esta ley, elagua se la declara un bien de domi-nio pblico con valor econmico quetiene que tutelar el Estado para garan-tizar su seguridad, y que puede asig-nar derechos al particular, pero bajoreglas que no pongan en peligro elagua para el acceso humano y para losecosistemas, explica Esteban Mon-ge, abogado y miembro del Centro de

    Derecho Ambiental y de los RecursosNaturales.

    La lucha por la modernizacin dela ley para la gestin del agua empezen 2001 cuando Elizabeth Odio, Mi-nistra de Ambiente, cre una comi-sin integrada por el Departamento deAguas, la Universidad de Costa Rica,

    el Centro de Derecho Ambiental y losRecursos Naturales (CEDARENA)y la Red Centroamericana de Accindel Agua (FANCA) para resolver elvaco legal en materia de concesio-nes. En noviembre del mismo ao,organizaciones de la sociedad civil

    presentaron a la Asamblea Legislati-va un proyecto de ley que se agrupaba

    junto a tres proyectos ms. En 2005 laComisin de Ambiente de Costa Ricafue capaz de dictaminar un nuevo tex-to que aunaba las preocupaciones del

    sector privado, de las institucionespblicas y de las organizaciones am-bientalistas.

  • 7/25/2019 Pueblos 68 - Enero 2016. El agua en disputa

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    Informacin y Debate nPUEBLOSbPrimer trimestre n2016 n21

    COOPERACIN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

    Tras mltiples batallas dentro delParlamento, el esfuerzo tuvo nal-mente su primer xito en marzo de2014. Despus de varias negociacio-nes, la Asamblea Legislativa aprob

    la Ley en su primer debate parlamen-tario con consenso poltico a favor.Sin embargo, la aprobacin nal seatras con la clara oposicin del sec-tor agrcola y los partidos ms conser-vadores del pas (PLN, PUSC y ML).

    En la actualidad, una nueva Leypara la Gestin Integrada del RecursoHdrico est pendiente de aprobacin.Mientras, Costa Rica se mantienecomo el primer exportador mundialde pia, una distincin que el Estadoy el sector agrcola, que ha estado ac-

    tuando al margen de la ley con la dis- una gestin hdrica es fundamental queel control sea pblico o administrado

    por asociaciones comunales. En CostaRica, ms de 2.000 ASADAS adminis-tran el agua de forma comunitaria enzonas rurales.

    Desde la FECON se plantean al-ternativas y opciones viables para queCosta Rica apueste por un verdaderomodelo energtico sostenible encami-nadas a la diversicacin de las fuentesenergticas y a la disminucin del con-sumo. Algunas iniciativas planteadasson las tarifas progresivas donde el sal-to de segmento sea considerable parafomentar el desincentivo del consumo,y las tarifas diferenciadas por hora paradisminuir los picos de consumo y do-tar de mayor estabilidad la produccinenergtica, promoviendo que la indus-tria produzca de noche. Y, por ltimo,implementar, desde el Gobierno, un

    proyecto para la disminucin del con-sumo como la regulacin de la tecno-loga obsoleta o la construccin verde.

    Ante las dicultades y retos am-bientales y energticos a los que se en-frenta Costa Rica, el agua se ha conver-tido en el nuevo recurso en disputa, elcaramelo de los intereses econmicosy privados capaces de vulnerar los de-rechos humanos bsicos de centenaresde comunidades afectadas, que, gra-cias a su capacidad propositiva, estncolocando sobre la agenda poltica eldebate sobre la necesidad de una nuevagestin y revalorizacin del agua.q

    Los proyectoshidroelctricosse hanconvertido en una de lasmayorescausas de dao

    ambiental y desplazamientode comunidades indgenas

    durante los ltimos 20 aosen Amrica Latina

    * Clara Romagu era y Arpad Pou. Proyecto Termitasy Elefantes, www.termitasyelefantes.org.

    plicencia de las instituciones, no estndispuestos a desaprovechar a pesar deque la agricultura intensiva, segn laFAO, es una de las principales causasde contaminacin de aguas en la ma-yor parte de los pases occidentales.

    ELAGUAESENERGARENOVABLE?El prestigioso portal web Scidev.Netconsidera que las represas hidroelc-tricas son la expresin por excelenciadel control humano sobre la natura-leza. Con el pretexto de un recursolimpio capaz de transformar en elec-tricidad la energa del agua medianteun proceso libre de emisiones de car-

    bono, los proyectos hidroelctricos sehan convertido en una de las mayorescausas de dao ambiental y desplaza-

    miento de comunidades indgenas du-rante los ltimos 20 aos en AmricaLatina y el Caribe. Las hidroelctricas

    han dejado de ser una fuente calica-da de renovable porque ya no sirvena las necesidades locales, sino a in-tereses mercantiles. Bajo la mscaraambientalista, esta fuente energtica

    ha supuesto una nueva forma de ex-plotacin de los recursos.El caso de Costa Rica es un ejem-

    plo paradigmtico que ha conseguidodistorsionar una realidad que nadatiene que ver con la imagen de un

    pas entregado al ecologismo. SegnMauricio lvarez, integrante de laFECON, los logros que ha tenido el

    pas con respecto a polticas ambien-tales, que han sido conseguidas por lasgrandes movilizaciones sociales, haninvisibilizado grandes contradiccio-

    nes. En primer lugar, la matriz ener-gtica del pas se sustenta en un 80%de petrleo extranjero debido

    a que no est permitida laexploracin y explota-

    cin de hidrocarburosen el pas -el Estadoinvierte 3.000 mi-llones de d