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Puntualidad.1. f. Cuidado y diligencia en llegar a un lugar o partir de él a la hora convenida. Ejem: -Su falta de puntualidad exaspera. -El tren salió con puntualidad.
2. f. Cuidado y diligencia en hacer las cosas a su debido tiempo. Ejem: -Tarea realizada con gran puntualidad.
3. f. Certidumbre y conveniencia precisa de las cosas, para el fin a que se destinan.
Arturo Orbegoso Galarza
en su último libro, La deshora peruana o la impuntualidad en el Perú, se lamenta de nuestra histórica cronofobia. Sus ejemplos se remontan a los tiempos de ñangué, entre la conquista y el virreinato.
Cuando las corridas
de toros en la Plaza
de Acho no se iniciaban hasta
la llegada del
Virrey.
O cuando los actos académicos en la Universidad de San Marcos (en tiempos en que estaba albergada en el Convento de Santo Domingo) estaban supeditados a
la presencia de sus autoridades.
Con días y ollas venceremos– explica el código horario de los limeños del siglo XIX:
los pregones de :-la lechera señalaban las 6 a.m. -los de la chichera, las 7; -los del bizcochero y la vinagrera, las 8; -la vendedora de zanguito y choncholí, las 9; -la tamalera, las 10; -la mulata del convento que vendía ranfañote, cocada, chancaquitas de cancha y maní, bocado de rey y frejol colado, las 11.
Se extiende aquella ley de 1851 que buscaba eliminar las tardanzas y demás infracciones públicas. La sanción alcanzaba –tarde– a suspender por tres meses al funcionario en
cuestión.
Durante la llamada República Aristocrática –con la firma del Contrato Grace como la
primera gran inversión privada de nuestra era republicana– nos ata a responsabilidades puntuales
(en todas sus acepciones) a nivel trasnacional.
1.- Cuando existen padres sobre protectores: Si desde niño no se le enseña la importancia
de ser puntual y se le disculpa todo o se permite que la criatura termine manipulando
las circunstancias.
2.- Por pose y engreimiento: Personas que buscan llamar la atención, que
desean hacerse las importantes ante los demás hacen uso de la impuntualidad para ser
populares.
3.- Por desorden de atención: Las personas que no se concentran, que
postergan todas sus actividades por incapacidad de concentrarse son
desordenadas, son inseguras y viven al filo de la presión.
5.- Por malos hábitos: Si las personas deciden amanecerse en cualquier actividad y
más aún en fiestas y duermen muy poco, es altamente posible que sus cerebros se sientan agotados y no logren
funcionar en su día a día.
4.- Por deseo de dominio
6.- Por agentes de distracción: Hoy miles de personas pierden el
valioso tiempo chateando por Facebook, por celular, pegados al video juego , etc en toda actividad, y
cuando reaccionan han perdido parte valiosa del día y no han avanzado nada en sus quehaceres.
1.- Desarrollar ansiedad, mal humor y mala apariencia física:
La gente impuntual vive a las carreras, todo se le pierde.
2.- Perder el respeto profesional de los colegas:
Cuando por ejemplo un trabajador llega tarde será mal visto de inmediato y con el tiempo se le dejará
de tomar en cuenta
3.- Desatar fastidio e incomodidad con las personas que le toca lidiar:
Cuando toca lidiar con alguien impuntual en casa, labores o sea cual fuese el rol, la comunicación se deteriora porque las
víctimas que deben esperar a los impuntuales desarrollan fastidio
El Hacedor. Es el que siente que tiene que exprimir cada minuto del día y constantemente compite con el reloj. Tiene un pensamiento con el que sobrestima el tiempo y
cree que va a poder hacer todo en un lapso específico.
El Racionalizador. Es aquél que, al llegar tarde, siempre tiene la excusa
perfecta: el tráfico, los niños, mi jefe, lo que sea; siempre culpa a otros o a las circunstancias; minimiza las cosas, no
reconoce que es su culpa o que en algo intervino, y se convence a sí mismo de que es la víctima.
El Adicto a la Adrenalina. Es el que espera hasta último minuto para actuar, porque siente que trabaja o estudia
mejor bajo presión, disfruta vivir en el límite porque... es más divertido.
El Relajado. Es aquél al que le cuesta trabajo ser disciplinado y posponer el
placer. Ya que está listo para salir, consciente o no, escoge hacer algo que provoca llegar tarde. Quizás, se baña con toda calma,
toma otra taza de café, se cambia una vez más de ropa, lee otro artículo del periódico o hace esa última llamada.
El Rebelde.
Es aquél al que le gusta sentir que controla una situación y se rehúsa a ser controlado. Se le dificulta aceptar la
autoridad y necesita ser y aparecer como alguien importante, especial, diferente.