Qué es un autor

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Qu es un autor?

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' 35Qu es un autor?[footnoteRef:1] [1: Conferencia en la Sociedad Francesa de Filosofa el 22 de febrero de 1969, publicada en el Bvllctin dlo S.F.P., julio-septiembre de 1969. Agradecemos a Michel Foucault que haya dado su acuerdo para la nueva publicacin de este texto, [De Litioraln0 9,Jufiio de 198$. Traduccin de Silvio Mattoni.]]

Michel FoucaultMichel Foucault, profesor en el Centro Universitario Experimental de Vincennes, se propona desarrollar ante los miembros de la Sociedad Francesa de Filosofa los siguientes argumentos:"Qu importa quin habla?" En esa indiferencia se afirma el principio tico, tal vez el ms fundamental, de la escritura contempornea. La borradura del autor se ha vuelto de aqu en ms para la crtica un tema cotidiano. Pero lo esencial no es constatar una vez ms su desaparicin; hay que localizar, como lugar vaco - a la vez indiferente y coercitivo-, los emplazamientos donde se ejerce su funcin.1. El nombre de autor: imposibilidad de tratarlo como una descripcin definida; pero imposibilidad tambin de tratarlo como un nombre propio ordinario.2. La relacin de apropiacin: el autor no es exactamente ni el propietario ni el responsable de sus textos; no es su productor ni su inventor. Cul es la naturaleza del "speech act" que permite decir que hay obra.3. La relacin de atribucin, El autor es sin duda aquel al que podemos atribuir lo que ha sido dicho o escrito. Pero la atribu-Michel Foucault\cin -incluso cuando se trata de un autor conocido- es el resultado de operaciones crticas complejas y raramente justificadas. Las incertidumbres del "opus".4. La posicin del autor. Posicin del autor en el libro (uso de shifters; funciones de los prefacios; simulacros del escriptor, del recitador,.del confidente, del memorialista). Posicin del autor en los diferentes tipos de discurso (en el discurso filosfico por ejemplo). Posicin del autor en un campo discursivo (Qu es el fundador de una disciplina? Qu puede significar el "retorno a..." como momento decisivo en la transformacin de un campo de discurso?)INFORME DE LA SESINLa sesin se abri a las 16 h. 45 e-n el Collge de Frunce,, Sala ns 6, bajo la presidencia de Jean WAHL.Jean Wahl. -Tenemos el agrado de tener hoy entre nosotros a Michel Foucault. Estbamos un poco impacientes por su llegada, un poco inquietos por su retraso, pero ah est. No se los presento, es el 'Verdadero*' Michel Foucault, el de Las palabras y las cosast el de la tesis sobre La locura. Le cedo la palabra de inmediato.

mchsl Foucault

Qu es un autor?Michel Foucault'. -Creo -sin estar muy seguro adems- que es tradicional traer a esta Sociedad de Filosofa el resultado de trabajos ya concluidos para proponerlos al examen y a la crtica de ustedes. Desgraciadamente, lo que hoy les traigo es algo demasiado nimio, me temo, para merecer su atencin: es un proyecto que quisiera someter a ustedes, un ensayo de anlisis cuyas grandes lneas todava apenas vislumbro; pero me pareci que al esforzarme en trazarlas ante ustedes, pidindoles, que lasjuzgaran y las rectificaran, "como buen neurtico", yo estaba en busca de un doble benefici; en primer lugar, sustraer los resultados de un trabajo .que todava no existe al rigor de sus objeciones, y hacer

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que se beneficiara, en el momento de su nacimiento, no solamente con su padrinazgo, sino con sus sugestiones.Y quisiera pedirles otra cosa; que no me avergenzen si cuando los escucho luego plantearme preguntas siento todava, y sobre todo aqu, la ausencia de una voz que hasta ahora me result indispensable; comprendern que dentro de poco ser todaVa a mi primer maestro a quien procurar invenciblemente or. Despus de todo, a l le haba hablado en primer lugar de mi proyecto inicial de trabajo; seguramente, yo habra necesitado mucho que el asistiera al esbozo de ste y que me ayudara una vez ms en mis incertidumbres. Pero despus de todo, puesto que la ausencia es el lugar primario del discurso, les ruego que acepten que sea a l en primer lugar que me dirija esta tarde.El tema que he propuesto: "Qu es un autor?", evidentemente, me hace falta justificarlo un poco frente a ustedes.Si eleg tratar esta cuestin tal vez un tanto extraa, fue en primer trmino porque quera efectuar una determinada crtica de lo que anteriormente escribiera, Y volver sobre un determinado nmero de imprudencias que cometiera. En las palabras y las cosas, haba intentado analizar masas verbales, especies de napas discursivas, que no estaban escandidas mediante las unidades habituales del libro, de la obra y del autor. Hablaba en general de la "historia natural" o del "anlisis de las riquezas" o de la "economa poltica", pero no de obras o de escritores. Sin embargo, a lo largo de todo ese texto, us ingenuamente, es decir, salvajemente, nombres de autores. Habl de Buffon, de Cuvier, d Ricardo, etc., y dej que esos nombres funcionaran dentro de una ambigedad muy embarazosa. Aun cuando dos clases de objeciones podan ser legtimamente formuladas, y en efecto lo fueron, Por un lado, se me dijo: usted no describe como se debe a Buffon, ni el conjunto de la obra de Buffon, y lo que dice sobre Marx es irrisoriamente insuficiente con relacin al pensamiento de Marx. Esas objeciones evidentemente eran fondadas, pero no pienso que fueran del todo pertinentes con relacin a lo que yo haca; porque para m el problema no era describir a Buffon o a Marx, ni restablecer lo que haban dicho o querido decir; simplemente trataba de hallar las reglas segn las cuales haban formado un determinado nmero de conceptos o de conjuntos tericos que se pueden encontrar en sus textos, Tambin se hizo otra objecin; usted forma, me dijeron, familias monstruosas, rene nombres tan manifiestamente opuestos como los de Buffon y de Linneo, pone a Cuver junto a Darwin, contra el juego ms visible de los parentescos y de las semejanzas naturales, Tambin entonces dira que la objecin no me parece adecuada, porque nunca trat de hacer un cuadro genealgico de las individualidades espirituales, no quise constituir un daguerrotipo intelectual del cientfico o del naturalista de los siglos XVII y XVIII; no quise formar ninguna familia, ni santa ni perversa, simplemente busqu -lo que era mucho ms modesto- las condiciones de funcionamiento de prcticas discursivas especficas.Entonces, me dirn, por qu utilizar en Las palabras y las cosas nombres de autores? Era preciso o bien no utilizar ninguno, o bien definir la manera en que uno se serva de ellos, Creo que esta objecin est perfectamente justificada; he intentado evaluar sus implicaciones y sus consecuencias en un texto que pronto aparecer; en l intento dar un estatuto a grandes unidades discursivas como las que llamamos Historia Natural o Economa Poltica; me he preguntado segn qu mtodos, qu instrumentos uno puede sealarlas, escandirlas, analizarlas y describirlas. sa es la primera parte de un trabajo emprendido hace algunos aos y que ha concluido ahora.Pero se plantea otra cuestin; la del autor -y de ella quisiera hablarles ahora, La nocin de autor constituye el momento fuerte de la individualizacin en la historia de las ideas, de ios conocimientos, de las literaturas, tambin en la historia de la filosofa y en la de las ciencias. Aun hoy, cuando se hace la historia de un concepto o de un gnero literario o de un tipo de filosofa, creo que no se dejan de considerar tales unidades como escansiones relativamente dbiles, secundarias, y superpuestas con relacin a la unidad primaria, sliday fundamental que es la del autor y la obra.Dejar de lado, al menos para la exposicin de esta tarde, el anlisis histrico-sociolgico del personaje del autor. Cmo el autor se ha individualizado en una cultura como la nuestra, qu estatuto se le ha dado, a partir de qu momento, por ejemplo, se empezaron a hacer investigaciones de autenticidad y de atribucin, dentro de qu sistema de valoracin se capt al autor, en qu momento se empez a contar la vida ya no de los hroes sino de los autores, cmo se instaur esa,categora fundamental de la crtica "el-hombre-y-la-obra" -todo eso seguramente merecera ser analizado. Por el momento quisiera considerar slo la relacin del texto con el autor, la manera en que el texto apunta hacia esa figura que le es exterior y anterior, al menos en apariencia.El tema del que quisiera partir, cuya formulacin tomo de , Beckett: "Qu importa quin habla, dijo alguien, qu importa quin habla." Creo que en esa indiferencia hay que reconocer uno de los principios ticos fundamentales de la escritura contempornea. Digo "tica" porque esa indiferencia no es tanto un rasgo que caracteriza la manera en que se habla o en que se escribe; es ms bien una suerte de regla inmanente, retomada sin cesar, nunca completamente aplicada, un principio que no seala la escritura como resultado sino que la domina como, prctica. Esa regla es demasiado conocida como para que sea necesario analizarla mucho tiempo; que baste con especificarla aqu mediante dos de sus grandes temas, Podemos decir en primer lugar"T que'la escritura de hoy se ha liberado del tema d la expresin: / no es referida ms que a s misma, y sin embargo no es tomada bajo, la forma de la interioridad; se identifica con su propia exterioridad desplegada. Lo que quiere decir que es un juego de signos ordenado menos hacia su contenido significado que hacia la naturaleza misma del significante; pero tambin que esa regularidad de la escritura es experimentada siempre por el lado de sus lmites; est siempre transgrediendo e invirtiendo esa regularidad que acepta y con la que juega; la escritura se despliega como un juego que infaliblemente va ms all de sus reglas y pasa asf al exterior. En la escritura no funciona la manifestacin o la exaltad cin del gesto de escribir; no se trata de la aprensin de un sujeto \* 39

i en un lenguaje; se trata de la apertura de un espacio donde el(sujeto que'escribe no deja de desaparecer.El segundo tema es an ms familiar; es el parentesco de la escritura con la muerte. Ese vnculo invierte un tema milenario; el relato o la epopeya de los griegos estaba destinado a perpetuar la inmortalidad del hroe, y si el hroe aceptaba morir joven era para que su vida, as consagrada y magnificada por la muerte, pasara a la inmortalidad; el relato redima esa muerte aceptada. De otra manera, el relato rabe -pienso en Las mil y una noches- tena tambin como motivo, como tema y pretexto, no morir: se hablaba, se contaba hasta el alba para apartar la muerte, para diferir el plazo que deba cerrar la boca del narrador. El relato de Sheherazade es el encarnizado reverso del asesinato, es el esfuerzo de todas las noches para llegar a mantener a la muerte fuera del crculo de la existencia. Nuestra cultura ha metamorfoseado ese tema del relato o de la escritura hechos para conjurar la muerte; la escritura est ahora ligada al sacrificio, al sacrificio incluso de la vida; borradura voluntaria que no tiene que ser representada en los libros, ya que se cumple en la existencia misma del escritor. La obra que tena el deber de traer la inmortalidad ha recibido ahora el derecho de matar, de ser asesina de su autor. Vean a Flaubert, a Proust, a Kafka. Pero hay algo ms: la relacin de la escritura con la muerte se manifiesta tambin en la borradura de los caracteres individuales del sujeto que escribe; mediante todos los ardides que. establece entre l y lo que escribe, el sujeto que escribe despista todos los signos de su individualidad particular; la marca del escritor ya no es ms que la singularidad de su ausencia; le es preciso ocupar el papel del muerto en el juego de la escritura, Todo esto es conocido; y hace un buen tiempo que la crtica y la filosofa han tomado nota de esa desaparicin o de esa muerte del autor.Sin embargo, no estoy seguro de que se hayan extrado rigurosamente todas las consecuencias exigidas por esa constatacin, ni de que se haya tomado con exactitud la medida del acontecimien- to. Ms precisamente, me parece que un determinado nmero

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de nociones que estn hoy destinadas a sustituir el privilegio de autor de hecho lo bloquean, y eluden lo que de hera ser despeja do. Tomar simplemente dos de esas nociones que hoy son, se gn creo, singularmente importantes,La nocin de obra, en primer lugar. Se dice, en efecto (y e adems una tesis muy familiar), que lo propio de la crtica no e despejar las relaciones de la ob.ra con el autor, ni querer reconstituir a travs de los textos un pensamiento o una experiencia; ms bien debe analizar la obra en su estructura, en su .arquitectura, en su forma intrnseca y en el juego de sus relaciones internas, Ahora bien, hay que plantear en seguida un problema; "Qu es una obra?", qu es entonces esa curiosa unidad que designamos con el nombre de obra?, con qu elementos est compuesta? No es acaso una obra lo que ha escrito quien es un autor? Vemos surgir las dificultades. Si un individuo no .era un autor, acaso podramos decir que lo que ha escrito, o dicho, lo que ha dejado en sus papeles, lo que se ha podido referir de sus declaraciones, podra ser llamado una "obra"? En tanto que Sade no fue un autor, qu eran entonces sus papeles? Rollos de papel sobre los cuales, hasta el infinito, durante sus jornadas de prisin, desenrollaba sus fantasmas.

;Ques un autor?

Michel Foucault

Qu es un autoPero supongamos que uno se enfrnte con un autor; acaso todo lo que ha escrito o dicho, todo lo que ha dejado detrs suyo forma parte de su obra? Problema a la vez terico y tcnico. Cuando se emprende el publicar, por ejemplo, las obras de Nietzsche, dnde hay que detenerse? Hay que publicar todo, por supuesto, pero qu quiere decir ese "todo"? Todo lo que el mismo Nietzsche public, est claro, Los borradores de sus obras? Evidentemente, Los proyectos de aforismos? S, Las tachaduras asimismo, las notas al pie de los cuadernos? S. Pero cuando en el interior de un cuaderno lleno de aforismos se encuentra una referencia, la indicacin de una cita o de una direccin, una nota de lavandera; obra o no obra? Y por qu no? Y as indefinidamente. Entre los millones de huellas dejadas por alguien tras su muerte, cmo se puede definir una obra? La teora de la obra no existe, y quie-

nes ingenuamente se proponen editar obras carecen de tal teora y su trabajo emprico muy pronto se halla paralizado. Y podramos continuar! acaso podemos decir que Las mil y una noches constituyen una obra? Vas SiromaiSsde Clemente de Alejandra o las Vidas de Digenes Laercio? De pronto vemos qu abundancia de preguntas se plantea a propsito d la nocin de obra. De modo que es insuficiente afirmar: prescindamos del escritor, pres- i cindamos del autor, y vamos a estudiar, en s misma, la obra. La palabra "obra" y la unidad que designa son .probablemente tan problemticas como la individualidad del autor.Otra nocin, segn creo, bloquea la constatacin de la desaparicin del autor y retiene de alguna manera al pensamiento al borde de esa borradura; con sutileza, preserva todava. la existencia del autor. Es la nocin de escritura. Con todo rigor, debera permitir no solamente prescindir de la referencia al autor, sino darle un estatuto a su nueva ausencia. En el estatuto que actualmente se le da ala nocin de escritura, no.se trata en efecto ni del gesto de escribir, ni de la marca (sntoma o signo) de lo que habra querido decir alguien; nos esforzamos con notable profundidad en pensar la condicin en general de todo texto, la condicin a la vez del espacio en que se dispersa y del tiempo en que se despliega.Me pregunto si esa nocin, a veces reducida a un uso corriente, no traspone en un anonimato trascendental los caracteres empricos del autor. Sucede que nos contentamos con borrar las marcas demasiado visibles de la empiricidad del autor disponiendo una paralelamente a la otra, una contra la otra, dos maneras de caracterizarlas la modalidad crtica y la modalidad religiosa. En efecto, concederle un estatuto originario a la escritura, no es una manera de retraducir en trminos trascendentales, por una parte, la afirmacin teolgica de su carcter sagrado y, por otra parte, la afirmacin critica de su carcter creador? Admitir que la escritura de'alguna manera, por la misma historia que ella hizo posible, est sometida a la prueba del olvido y de la represin, acaso no es representar en trminos trascndentales el principioreligioso del sentido oculto (con la necesidad de,interpretar) y el principio crtico de las significaciones implcitas de las determinaciones silenciosas, de los contenidos oscuros (con la necesidad de comentar)? Por ltimo, pensarla escritura como ausencia, acaso no es simplemente repetir en trminos trascendentales el principio religioso de la tradicin a la vez inalterable y nunca completa y el principio esttico de la supervivencia de la obra, de su conservacin ms all de la muerte y de su exceso enigmtico con relacin al autor?Pienso pues que tal uso de la nocin de escritura amenaza con mantener los privilegios del autor bajo la salvaguarda del apriori: hace subsistir dentro de la luz gris de la neutralizacin el juego de las representaciones que han formado una determinada ima-, gen del autor. La desaparicin del autor, que desde M&llarm es un acontecimiento que no cesa, se halla sometida al bloqueo trascendental. No hay actualmente una lnea divisoria entre quienes creen que todava pueden pensarlas rupturas de hoy dentro de la tradicin histrico-trascendental del siglo XIX y quienes se esfuerzan por liberarse d ella definitivamente?Pero evidentemente no basta con repetir como afirmacin vaca que el autor ha desaparecido. Del mismo modo, no basta con repetir indefinidamente que Dios y el hombre han muerto por una muerte conjunta. Lo que habra que hacer es localizar el espacio dejado as vaco por la desaparicin del autor, escrutar el reparto de las lagunas y de las fallas, y acechar los emplazamientos, las funciones libres que esa desaparicin hace aparecer.

%\ichel Foucauli

Michel Foucault

Qu es un autortQuisiera evocar primero en pocas palabras los problemas planteados por el uso del nombre de autor. Qu es un nombre de autor? Y cmo funciona? Muy lejos de darles una solucin, indicar solamente algunas de las dificultades que presenta.

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43El nombre de autor es un nombre propio; plantea los mismos problemas que ste. (Me refiero aqu, entre diferentes anlisis, a los de Searle.) No es posible convertir al nombre, propio, evidentemente, en una referencia pura y simple, El nombre propio (e igualmente el nombre de autor) tiene otras funciones antes que las indicativas. Es ms que una indicacin, un gesto, un dedo apuntado hacia alguien; en alguna medida, es el equivalente de una descripcin. Cuando decimos "Aristteles, empleamos una palabra que .es el equivalente de una o de una serie de descripciones definidas, del gnero de: "el autor de las Analticas" o "el fundador de la ontologfa, etc. Pero no podemos limitarnos a ello; un nombre propio no tiene pura y simplemente una significacin; cuando descubrimos que Rimbaud no escribi La caza espiritual no podednos pretender que ese nombre propio o ese nombre de autor haya cambiado de sentido. El nombre propio y el nombre de autor se hallan situados entre los dos polos de la descripcin y de la designacin; seguramente tienen un determinado vnculo con lo que nombran, pero no completamente segn el modo de la designacin, ni completamente segn el modo de la descripcin: vnculo especfico. No obstante -y es all donde aparecen las ^dificultades particulares del nombre de autor- el vnculo del nombre propio con el individuo nombrado y el vnculo del nombre de autor con lo que nombra no son isomorfos y no funcionan de la misma manera. He aqu algunas de esas diferencias.Si me doy cuenta, por ejemplo, de que Pierre Dupont no tiene los ojos azules o no naci en Pars o no es mdico, etc., eso no, quiere decir que ese nombre, Pierre Dupont, deje de seguir refirindose siempre a la misma persona; el vnculo de designacin no se habr modificado por eso. En cambio, los problemas planteados por el nombre de autor son mucho ms complejos: si descubro que Shakespeare no naci en la casa.que hoy visitamos, sa es una modificacin que evidentemente no va a alterar el funcionamiento del nombre de autor; pero si se demostrara que Shakespeare no escribi los Sonetos que se consideran suyos, se es un cambio de otro tipo; no deja indiferente el funcionamiento del nombre de autor. Y si s probara que Shakespeare escribi el1Organon de Bacon simplemente porque fue el mismo autor el que: escribi las obras de Bacon y las de Shakespeare, se un tercer* tipo de cambio que modifica ntegramente el funcionamiento del nombre de autor. El nombre de autor no es pues exactamente un nombre propio como los dems.Muchos otros hechos sealan la singularidad paradjica del nombre de autor. No es lo mismo decir que Pierre Dupont no existe y decir que Homero o Herms THsmegisto no han existido; en un caso, queremos decir que nadie lleva el hombre, de Pierre Dupont; en el otro, que varios han sido confundidos bajo un solo nombre o que el autor verdadero no tiene ninguno de los rasgos relacionados tradicionalmente con el personaje de Homero o de Kermes. Tampoco es lo mismo decir que Pierre Dupont no es el verdadero nombre de X, sino en verdad Jacques Durand, y decir que Stendhal se llamaba Henri Beyle. Uno tambin podra interrogarse sobre el sentido y el funcionamiento de una proposicin como Bourbaki es tal o cual, etc. y "Vctor Eremita, Climacus, Anticlimacus, Frater Taciturnus, Constantin Constantius son Kierkegaard.

Qu es un autor?

Pl^ichd Foucault

Pl^ichd FoucaultEstas diferencias tal vez se deban al hecho siguiente: un nom- ~ bre de autor no es simplemente un elemento en un discurso (que puede ser sujeto o complemento, que puede ser reemplazado por un pronombre, etc.); ejerce un determinado papel Con relacin al discurso: garantiza una funcin clasificatoria; un nombre semejante permite reagrupar un determinado nmero de textos, J delimitarlos, excluir algunos, oponerlos a otros, Adems efecta una puesta en relacin de los textos entre s; Kermes TvlsmegUto no exista, Hipcrates tarnpoco -en el sentido en que podramos decir que Balzac existe-fpero que varios textos hayan sido, colocados bajo un mismo nombre indica que se estableca entre ellos una relacin de homogeneidad o de filiacin, o de autentifcacin de unos por otros, o de explicacin recproca, o de utilizacin concomitante^Finalmente el nombre de. autor funciona para caracterizar un determinado modo de ser del discurso: para un discurso, el hecho de tener un nombre de autor, el hecho de que se

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pueda decir "esto ha sido escrito por tal" o "tal es su autor", indica que ese discurso no es una palabra cotidiana, indiferente, una palabra que se va, que flota y pasa, una palabra inmediatamente consumible, sino que se trata de una palabra que debe ser recibida de cierto modo y que en una cultura dada debe recibir un estatuto determinado.^^ UJl [jlkU/Qu es un autor?pectativas. Especialmente al evocar, a propsito de Freud, lo que significa el "retorno a", todo lo que usted dijo, al menos con respecto a aquello en lo que yo haya podido contribuir, me parece perfectamente pertinente.En segundo lugar, quisiera hacer notar que, estructuralismo o no, me parece que en ninguna parte, dentro del campo vagamente determinado por esa etiqueta, se trata de la negacin del sujeto. Se trata de la dependencia del sujeto, lo que es extremadamente diferente; y muy particularmente, en el nivel del retorno a Freud, de la dependencia del sujeto con relacin a algo verdaderamente elemental y que hemos intentado aislar bajo el trmino de "significante".En tercer lugar -limitar a esto mi intervencin-, no considero' de ninguna manera que sea legtimo haber escrito que las estructuras no bajan a la calle, porque si hay algo que demuestran los acontecimientos de mayo es precisamente la bajada a la calle de las estructuras. El hecho de que se lo escriba en el mismo sitio donde se efectu esa bajada a la calle no prueba nada ms que, simplemente, lo que muy frecuentemente e incluso con la mayor frecuencia es interno a lo que llamamos el acto, es que se desconoce a s mismo.Jean Wahl. -Nos queda agradecerle a Michel Foucault el haber venido, haber hablado, haber primero escrito .su conferencia, haber respondido a las preguntas que han sido planteadas y que por otra parte han sido todas interesante. Les agradezco tambin a quienes intervinieron y a los oyentes. "Quin escucha, quin habla?": podremos responder "en casa" a esta pregunta.