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¿Que se vayan todos? Las razones de por qué casi nadie cree ni confía en los políticos más allá de Penta y SQM Las encuestas reflejan que los chilenos no solo no creen en los políticos, sino que tampoco en los empresarios, en la iglesia ni en otros ciudadanos. Para los expertos, las causas trascienden a la coyuntura de Penta, SQM o Caval, y tienen un origen más antiguo: un modelo económico individualista en el que “sobrevive el más pillo”, un déficit en la educación y la cultura cívica, políticos ajenos a la realidad de sus representados y una sociedad con redes sociales que exige nuevos estándares de transparencia, serían algunas de las causas. 628 178 NACIONAL 6 de abril, 2015 Autor: Hernán Melgarejo Tema de El Dínamo

Que Se Vayan Todos

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Que se vayan todos? Las razones de por qu casi nadie cree ni confa en los polticos ms all de Penta y SQMLas encuestas reflejan que los chilenos no solo no creen en los polticos, sino que tampoco en los empresarios, en la iglesia ni en otros ciudadanos. Para los expertos, las causas trascienden a la coyuntura de Penta, SQM o Caval, y tienen un origen ms antiguo: un modelo econmico individualista en el que sobrevive el ms pillo, un dficit en la educacin y la cultura cvica, polticos ajenos a la realidad de sus representados y una sociedad con redes sociales que exige nuevos estndares de transparencia, seran algunas de las causas. 628 178NACIONAL6 de abril, 2015Autor:Hernn MelgarejoTema de El Dnamo

Cada encuesta nueva que aparecemidiendo la credibilidad y confianza que tienen los chilenos en las instituciones, se convierte en una suerte de golpe para la elite. Un fenmeno que se viene evidenciando hacems de una dcada en las encuestas, pero que luego de los casos Penta, SQM y Caval se ha transformado en un duro golpe al mentn. Uno que amenaza con dejar K.O a la legitimidad de todo el sistema poltico como seal en una entrevista Andrs Zaldvar: Por este camino vamos a una crisis terminal dijo el senador.Perosi haba alguien que saba de esquivar golpes hacia su credibilidad, era Michelle Bachelet. Ni el Transantiago, ni los pinginos, ni el tsunami ni el caso Penta, la haban logrado tocar con fuerza.Hasta que lleg el caso Caval y el golpe fue tan fuerte e inesperado, que hasta sus adversarios polticos quedaron preocupados por la prdida deconfianza en la Presidenta.Con ella caa uno de losltimos bastiones de la credibilidad poltica: luego de su me enter por la prensa, la Presidenta se uni ala crisis que, junto al mundo poltico, afectaadems a otros centros de poder como la iglesia y el empresariado.

Pero la desconfianza de los chilenos no es slo hacia lasinstituciones. Un estudio de la OCDE muestraque apenas un 13% de los chilenos confa en otros connacionales: la cifra ms baja de toda la organizacin, 46 puntos abajo del promedio.El problema de confianza en Chile es un problema estructural, cultural y no se explica solamente por alguna de estas coyunturas,dice el acadmico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibez, Jorge Fbrega, en referencia a los casos Penta, Caval y SQM. Sus bases, segn expertos, son multifactoriales: desde un modelo econmico competitivo donde parte de la salud, la educacin y las pensiones dependen de los ingresos individuales, hasta una sociedad que con las herramientas de las redes sociales exige mayor transparencia.

1.-El todos contra todosA juicio de algunos de los consultados, las privatizaciones masivas de servicios como la salud, la educacin y el sistema previsional, tienen ungrado de responsabilidaden el desprestigio de las instituciones pblicas y la desconfianza entre unos y otros. Por qu?Para el socilogoJorge Larran, la libertad econmica trajo un enorme progreso al pas. Creo que la gente lo nota, si uno compara la vida que tenan nuestros padres, o la vida que tenamos nosotros,evidentemente Chile est mejor, dice el prorrector de la Universidad Alberto Hurtado. Sin embargo, y tal como lo expresa en su textoIdentidad chilena y el bicentenario, esta mejora vino aparejada de costos muy grandes.El sistema instaurado en la dictadura es completamente competitivo, dice. Depende de cada uno salir adelante, debe salvarse quin pueda () Y en esa competencia por subsistir, hay elementos que promueven una desconfianza contra los competidores.

El doctor en polticas pblicas de la Universidad de Chicago, Jorge Fbrega, complementa esta idea: Para sobrevivir se crean estrategias de cmo ser el ms vivo, el ms pillo, cmo saltarse la regla. Las reglas son bsicamente para el extrao, para el queno tiene pitutos.Si alguien te pide algo, t no cooperas porque no sabes qu es lo que esa persona pretende. En el lenguaje popular chileno, cuando alguien cae en una trampa, se dice este tipo cooper.Esto se traduce en que todos buscan su propio beneficio sin importar el resto y por consiguiente, que nadie confe en nadie. Menos an en las instituciones pblicas, ya que quienes las integran, como los polticos, se piensa, tampoco buscan el bien comn, si no que las utilizan para aprovecharse y obtener un beneficio personal, como enriquecerse.Estructuralmente, el modelo poltico y econmico est hecho para cumplir con intereses particulares, dice el socilogo de la Universidad de Chile, Manuel Antonio Garretn.

Los

2.- La sospecha:Los polticos hacen trampaEstemecanismo de supervivencia que ocupan muchos chilenos y que es aludida por los expertos, es una de las principales razones de la desconfianza. El socilogo Jorge Larran apunta a que como la gente no cumple las reglas para obtener algn beneficio,la generalizacin de ese rasgo y creer que todos pueden hacer lo mismo, hace que uno sospeche de los dems.Leonardo Moreno, director ejecutivo de la Fundacin Superacin de la Pobreza, dice que elsistema est construido con bases desiguales,y que por eso, surge la trampa como forma de obtener beneficios.Hemos instalado una prctica que por no existir los instrumentos que respeten la dignidad de las personas, la gente se acostumbr a mentir para obtener algo,dice. Por ejemplo, falsificar la ficha de proteccin social para obtener ayuda del Estado. Pero tambin, aunque en una escala y nivel de responsabilidad diametralmente distinto, usar artimaas paraevadir impuestos o sacar ventajas del acceso a informacin privilegiada.Con Penta, Caval o SQM, la ciudadana pareciera decir oye, pero hasta cuando, porque se hacen ms visibles estas estrategias para tener ms beneficios. Pero uno las repite en el da a da() No es que esto nazca de la poltica. Es una cosa cultural. Pero si alguien debiese tener una responsabilidad y una capacidad de responder, es la poltica. Las lites, dice Fbrega.

3.- Sensacin de abuso: Hacen leyes para ellos mismosCuando se investiga a los propios creadores de las leyes -los parlamentarios- pordelitos o irregularidades que adems se habran cometido de manera transversal y constante, como se seala en los actuales casos, el derrumbe de la credibilidad institucional es casi inmediato. Ms an cuando algunos parlamentarios justifican la situacin apuntando a errores en la ley, como declar en medio del caso Penta el ex timonel de la UDI Ernesto Silva, quien advirti que en la situacin de las boletas ideolgicamente falsaspueden haber prcticas generalizadas que responden a un vaco de la ley.Existe la sensacin de que a diferencia del ciudadano comn que es mandatado por otras instituciones,los polticos utilizan estas instituciones para beneficio propio y adicionalmente, cuando llega la hora de aplicar la ley, siempre est la excusa de que cometieron faltasporque no estaba escrito (en la ley), sealael director delObservatorio Poltico Electoral de la UDP, Mauricio Morales. Ah est el concepto y la sensacin de abuso. El abuso no es solamente del privado a la persona de a pie. Si no que tambin hay una sensacin de abuso de los representantes a los representados,seala. La misma razn de por qu cuando se habla de acuerdo poltico para superar la situacin, la ciudadana lo traduce como arregln.

4.-Para qu sirven los polticos?Una de las frases ms recurrentes en los chilenos al momento de justificar su poco inters en la poltica, es que al final da lo mismo quien salga, total maana hay que trabajar igual. Y es que para los expertos, en una sociedad en la que la idea de bien comn se erosiona y la gente lucha por su propio inters, las instituciones polticas pierden su relevancia. La poltica ya no cambia vidas.En los 50 y 60 en cada eleccin Chile se jugaba el destino () En un mundo globalizado los polticos tienen un poder cada vez ms limitado,explicaDaniel Mansuy,director del Instituto de Estudios de la Sociedad y profesor de Instituto de Filosofa de la Universidad de Los Andes.Por eso, el fenmeno de desprestigio de las instituciones polticas y la baja en la participacin en las elecciones es mundial. Pero para los expertos, en Chile el proceso se ha acelerado porque se instaur un modelo ultra presidencial que quita importancia al parlamento y que privilegi durante ms de una dcada la transaccin y el acuerdo por sobre la deliberacin poltica.Al final tenemos la sensacin de que en el parlamento no se decide naday que no sirve para nada importante.Y como existe esa sensacin, naturalmente que los parlamentarios para llamar la atencin se convierten en payasitos. Y quin confa en payasitos,dice Mansuy.Por su parte Jorge Larran dice que existe una desilusin de la poltica como lugar donde se discuten los problemas. La gente duda que sea algo conducente. Pero tambin, asegura, que influye un factor importante: pocos saben qu es lo que realmente hacen los polticos.

5.- Cerca de las lites y lejos del ciudadano comnLas imgenes de uno que otro parlamentario quedndose dormido en el Congreso o no asistiendo a sesiones, mientras que su sueldo equivale a cuarenta veces el salario mnimo, son una bofetada para la gente dice Leonardo Moreno, director ejecutivo de la Fundacin Superacin de la Pobreza. Y agrega:Muchos ciudadanos no tienen idea lo que hacen los polticos. Y si se le agrega un lenguaje tcnico, la gente no entiende nada. No entiende la lgica del poder que hay en el interior.A su juicio, hay una total asintona entre la gente y los polticos. Esto debido a sus grandes sueldos y su lejana con el diario vivir de quienes representan. Otra queja recurrente que analiza Daniel Mansuy, es aquella que dice quelos polticos nunca estn en los distritos y no solucionan los problemas.

Muy poca gente vota por algn diputado porque haya legislado bien o porque asiste a las sesiones. Casi siempre es porque reparte lentes o porque fue a saludar a las seoras a la feria. Entonces los legisladores tienen una pega que es sper complicada: una es la de legislar bien y expresar ideas en el Congreso, que es para lo que les pagamos. Pero la otra es mantener a la gente contenta en sus distritos. ()Y como en Chile falta educacin cvica, la gente tiende a creer que el diputado tiene las funciones del alcalde. Quieren que el diputado pavimente la calle, y eso no es as. Entonces la gente se enoja, dice Mansuy.Mauricio Morales apunta a que por esta razn la ciudadana valora mucho ms a las autoridades locales. Pero apunta a que ha sido un error de los polticosnacionales alejarse de sus representados. Uno de los errores que ha cometido la clase poltica es que han abandonado sus distritos habituales y tradicionales que representan para irse avivir al distrito de Vitacura, Las Condes y Lo Barnechea.El 90% de todos los senadores vive ah, algo que no pasaba en los 90.El vivir en el barrio alto produce una desconexin con los problemas de la gente.

6.- Nuevas demandas:todos queremos ser parte de la cocinaEl progreso material que hubo en los 90, con una reduccin de la pobreza de un 40% a un 14% en 25 aos, cre nuevas necesidades en las personas. Algunos de los consultados, creen que la desconfianza es propia de sociedades ms complejas que demandan nuevos estndares.Ignacio Irarrzabal, director del Centro de Polticas Pblicas UC,aplica esto a la poltica y la transparencia.Antes bastaba con cumplir ciertos estndares mnimos y bien concretos. Entonces no importaba que todo se resolviera entre cuatro caballeros a la hora de la cocina, siempre que solucionaran el problema.Pero ahora ya no solo es necesario que resuelvan las cosas,la gente exige integridad moral y un estndar de transparencia.Y como no se puede saber todo, la gente desconfa, explica.

En esta nueva demanda por transparencia, las redes sociales han jugado un rol vital.Hay una inteligencia colectiva activa que est fiscalizando,asegura el acadmico de Comunicaciones UC y experto en redes sociales, Eduardo Arriagada. Y agrega:La autoridad va a tener que aprender a manejarse siendo mirada. Tiene que saber que de ahora en adelante cuando haga algo, habr alguien en el hombro sapeando. Porque durante el tiempo en que se poda hacer cosas sin que se supiera, se hicieron cosas mal hechas. Arriagada piensa que en este momento la demanda por transparencia est en ebullicin y que la crisis que se vive, con las redes sociales como vehculo, es como el signo de los tiempos. Ahora es un fenmeno incmodo, en el que puede haber mucha desconfianza ()Pero hay un momento en que esto se va a racionalizar. Y el resultado ser una sociedad ms transparente. 73% conoce o ha odo hablar del Caso Soquimich y un 77% cree que la empresa financiaba de forma irregular a candidatos de la Alianza y de la Nueva Mayora por igual. Sobre la entrevista a la Presidenta Bachelet en TVN, slo un 28% de los chilenos vio o se inform de la entrevista y un 69% sigue sin creerle que no saba de los negocios de Dvalos y de Caval. En este contexto, un 29% aprueba y un 61% desaprueba la gestin de Michelle Bachelet.

No es primera que vez, que escribo para demostrar que la clase poltica chilena est cada da ms desprestigiada, sin credibilidad y con actitudes vergonzosas. Parece no importarle a la autoridad, la imagen pattica que dejan ante la opinin pblica. Y as, tienen la patudez de criticar a quienes protagonizan incidentes y situaciones alejadas de las buenas conductas.Con qu moral lo hacen? Si la gente ve que ellos tienen comportamientos alejados de la verdad y actos propios de rias callejeras, por favor, no vengan a dar clase de como uno debe respetarse con el otro.Un ejemplo de lo que expongo, fue la gresca protagonizada en el Congreso el martes recin pasado, una vez ms, por los honorables diputados Ren Manuel Garca (RN) y Marcelo Daz (PS). Ellos son fieles representantes de variadas personalidades del mundo de la poltica, que da a da, se agreden no slo fsicamente, sino tambin con intercambios de mensajes verbales inadecuados.Lo anterior, no hace ms que poner en duda la falta de seriedad de instituciones representativas del estado, tales como el poder ejecutivo y legislativo. Este tipo de situaciones no son justamente un modelo a imitar, ms aun cuando son autoridades elegidas por la ciudadana.En todo caso, no me llama la atencin lo acontecido entre los diputados Garca y Daz. Son hechos reiterados. No es primera vez, que el primero trata de cola al segundo. Una actitud homofbica, ordinaria, mala clase e impresentable por parte del parlamentario de Renovacin Nacional, como tambin el vocabulario de grueso calibre utilizado por su adversario socialista.A ello, sumemos el penoso comentario de una ministra de estado. Me refiero a la titular del Trabajo, Evelyn Matthei, quien califica de huevones a un grupo de ex colegas. Tenga o no razn, es impresentable su proceder, denostando el rango de su cargo. Pero tampoco me extraa su actitud, ya que no es la primera ocasin en que se desubica en sus comentarios, los cuales causan un rechazo de la ciudadana.Estas situaciones me hacen recordar el 18 de septiembre de cada ao, cuando nuestros polticos de todos los sectores, acuden al Te Deum en la catedral de Santiago. Ao a ao, el arzobispo de turno de la arquidicesis de la capital, hace un llamado a la unidad nacional, al respeto entre los adversarios polticos, a trabajar por Chile.Lo ms cmico, no es precisamente el discurso de la autoridad de la iglesia, sino que el actuar y las declaraciones de estos representantes del Estado. Coincidir conmigo, que uno los ve en la misa, dndose la paz ante numerosas cmaras de televisin y equipos fotogrficos. Y a la salida, la cosa es ms cnica an. Son mltiples sus declaraciones a la prensa, donde reafirman que trabajarn en conjunto por la unidad nacional y el bienestar de todos los chilenos.Y no alcanzan a pasar 24 horas del acto ecumnico, y ya se ven las primeras confrontaciones entre la alianza de gobierno y el bloque opositor. Declaraciones poco decorosas van y vienen.Lo que quiero demostrar con lo citado anteriormente, es la falsedad de muchos protagonistas de nuestra clase poltica. Son discursos que demuestran su actuar inconsecuente, donde slo afloran intereses personales, o ms bien, que no les importa lo que piense y opine la ciudadana. Y el resultado de sus actos, es la falta de credibilidad de los chilenos frente a ellos.El gobierno de Sebastin Piera, el Congreso y los partidos polticos en general, tienen un bajo nivel de aceptacin, a causa de sus propias irresponsabilidades. Les cito, slo 5 ejemplos (hay cientos) reales que crean anticuerpo y rechazo por parte de la ciudadana:- El show del ministro de salud, Jaime Maalich, cuando anuncia el fin de las listas de espera Auge.- La bochornosa licitacin del litio. El propio subsecretario de minera, Pablo Wagner (hoy renunciado) neg que existieran errores en el proceso de licitacin.- La encuesta Casen. La falta de claridad de resultados de sta, caus descontento en los chilenos.- El boxeo en el Congreso.- El fracaso de la Concertacin como bloque opositor. Lo reflejan el escaso apoyo de las encuestas, y ms an, sus evidentes diferencias internas.Que ms decir. Lo expuesto en este artculo, es un fiel reflejo del psimo trabajo de nuestras instituciones representativas. Si stas quieren mejorar su imagen, deben escuchar a una ciudadana descontenta y dejar de lado sus intereses y dividendos polticos. La gente quiere resultados y hechos verdicos en que se sientan beneficiados, y no estadsticas discutibles, para subir en las encuestas.

Fuente: BioBioChile http://www.biobiochile.cl/2012/10/05/por-que-los-chilenos-no-creen-ni-confian-en-la-clase-politica.shtml

Preocupacin por escandalosa ignorancia de jvenes chilenos sobre sistema polticoDaniela Ruiz|Lunes 6 de agosto 201220:49 hrs.

Alarmantes datos entreg el estudio Juventud y Poltica" del Injuv, que revel que un 56% de los jvenes no sabe qu tipo de sistema electoral rige en el pas, un 70% no sabe qu es el binominal y un 73% no es capaz de nombrar a cinco diputados.50inShareImprimirEl Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) entreg los resultados del estudio Jvenes y Poltica, primer sondeo sobre disposicin y actitudes hacia el sistema de representacin poltica, realizado a jvenes de 18 a 29 aos, pertenecientes a todos los estratos socioeconmicos, dentro de las 15 regiones del pas.El estudio entreg cifras preocupantes sobre el desconocimiento del sistema poltico que tienen los jvenes chilenos. Por ejemplo, mientras un 70 por ciento no sabe qu es el sistema binominal, un 54 por ciento ignora qu tipo de sistema electoral rige en Chile y un 73 no es capaz de nombrar a cinco de los 120 diputados que tiene el pas.Felipe San Martn, director del Injuv, indic que no solo se ratifica el bajo inters, generalizado y transversal, de los jvenes por el sistema poltico vigente, sino que tambin se justifica dicha apata en una falta total de conocimientos de aspectos mnimos que debiesen saber.Si bien, hoy hay un inters genuino de toda la clase poltica y de todo el pas porque los jvenes se integren, sobre todo a la institucionalidad, eso va a ser imposible de lograr en la medida que manejen este nivel de ignorancia con respecto al sistema que los rodea. Es imposible que los jvenes se interesen por un tema que desconocen en absoluto, advirti San Martn en relacin a los nmeros que entreg el organismo.Adems, el estudio arroja que solo un 45 por ciento de los encuestados participar en las elecciones municipales de octubre, pues a un 50 por ciento no le interesa quin sea elegido como alcalde de su comuna, cuestin que resulta preocupante dentro del sistema de inscripcin automtica y voto voluntario que debutar este ao y que aumenta el padrn electoral, sobre todo, en este segmento.Pese a ello, el director del Injuv valor que el sondeo tambin indica que un 33 por ciento de los jvenes expres en la misma pregunta que acudir a votar, pues si uno lo compara con el 18 por ciento de jvenes que estaba inscrito antes del cambio de ley, afectivamente, es casi un 60 por ciento de jvenes ms que va a vota. Sin embargo, aadi que lo preocupantes es que casi la mistad de los jvenes no espere campaa poltica, no espere nada y tres meses antes de las elecciones diga que simplemente no quiere participar y no le interesa nada.A juicio del subdirector del Instituto de Asuntos Pblicos (Inap) de la Universidad de Chile, Robert Funk, estos indicadores no resultan contradictorios en relacin a la alta participacin que han tenido los jvenes en las movilizaciones estudiantiles: Estamos saliendo de un periodo de cuarenta aos en que la poltica no funcion bien y en que haba un discurso que la poltica era algo malo, sucio y para evitar. Tenamos que apoyarnos ms en la tecnocracia, en las cifras, en ranking, en la economa y menos en la poltica. Y a pesar que los estudiantes que hoy marchan nacieron en democracia, son herederos de ese ambiente. El hecho que salgan a marchar es sintomtico de buscar una forma de hacer poltica, cuando la poltica no logra su objetivo, explic.Al respecto, tambin se pronunci el ministro de Desarrollo Social, Joaqun Lavn, quien asegur que ac hay que hacer algo permanente, que tiene que ver con las horas de educacin cvica en Educacin Media, porque hay mucho desconocimiento. Lo segundo, es una campaa 30 das antes de la eleccin que realizar el Injuv para llamar los jvenes a votar. Normalmente la eleccin municipal motiva ms, porque son problemas locales, y va a ser una prueba de fuego para la eleccin parlamentaria y presidencial, sostuvo.

El mayor problema que enfrenta Chile, afirma el autor, es el grave desgaste de su sistema poltico. Uno a Uno, Arriagada desnuda los factores de esta crisis: una democracia de electores viejos, sin competencia real, con partidos en decadencia, con candidatos nicos que se eternizan en los cargos y financistas de campaas que constituyen una verdadera plutocracia. Un mal sistema poltico puede arruinar ms a un pas que un mal manejo econmico; en tanto que uno bueno contribuye ms al progreso de una nacin que abundantes recursos naturales, afirma.Chile vive hoy un peligroso desgaste de su sistema poltico y ese es, tal vez, el mayor problema que enfrenta nuestra sociedad.Algunos dicen -especialmente en la derecha- que este es un falso problema pues la reforma de la poltica no figura en las encuestas como una demanda ciudadana. Es efectivo, pero esa es una manera muy mediocre de fijar la agenda de una sociedad, pues hay asuntos esenciales que no sern nunca objeto de prioridad en las encuestas. Nadie demanda equilibrios macroeconmicos ni tampoco mayor electricidad, petrleo o gas. Pero no hay progreso material sin una economa en orden; ni salud ni educacin ni empleo sin disponibilidad de energa.El sistema electoral o una ley de partidos no ser nunca una demanda que registren las encuestas (como no lo ser la regla fiscal), pero s tal vez lo sean los frutos que debe proveer un buen sistema poltico: estabilidad, justicia, paz, orden, igualdad de oportunidades. En este sentido, la importancia del sistema poltico es una de las mayores. Un mal sistema poltico puede arruinar ms a un pas que un mal manejo econmico; en tanto que uno bueno contribuye ms al progreso de una nacin que la disposicin de abundantes recursos naturales.Las evidencias del deterioro de nuestro sistema poltico son enormes. Analicmoslas.UN PADRN NO REPRESENTATIVOEn Chile votan cada vez menos personas. La comparacin entre los que tienen derecho a votar, los que estn inscritos en los registros electorales y los que sufragan, muestra una peligrosa tendencia. En 1989, sobre un total de 8,5 millones de personas con derecho a voto, estaban inscritos 7,5 millones, el 88 por ciento; y sufragaron 7 millones, esto es el 82 por ciento. Veinte aos despus, la situacin es la siguiente: sobre un total de 12,4 millones de chilenos con derecho a voto, slo est inscrito el 67 por ciento y sufragan apenas 7 millones, esto es el 56 por ciento.Esos casi 4 millones de no inscritos son jvenes entre 18 y 38 aos de edad, lo que significa que el padrn electoral chileno entrega una abrumadora sobre representacin a adultos en que los ms jvenes abandonaron los colegios y liceos hace 20 y ms aos.FALTA DE COMPETENCIALa inscripcin electoral es la piedra fundamental sobre la que descansa la integracin al sistema poltico, pero aunque ella fuera casi perfecta, sera un derecho ilusorio si la posibilidad de ser candidato a los cargos de representacin fuera muy difcil o gravemente restringida. Y esto ltimo es lo que ocurre en nuestra poltica.De partida, el sistema binominal slo permite dos candidatos por distrito o circunscripcin pues slo dos son los cargos a elegir en cada lugar. Si a ello se agrega que en ms del 80 por ciento de los lugares (50 de 60 distritos en los diputados, y 17 de 19 circunscripciones senatoriales) se sabe que la Concertacin elegir uno y la Alianza el otro, entonces es posible determinar con una alta probabilidad qu partido dentro de cada coalicin tiene la ventaja y por esa va se da en muchos casos -bastante ms que la mayora- la regla de candidato propuesto, candidato elegido. En estos casos la clave para llegar al Congreso no est en el voto popular sino en ser incorporado a la lista.Por esta razn, a los parlamentarios en ejercicio -los incumbentes- los une un mismo reclamo: que se les asigne el nico lugar que a su partido le corresponde en la lista. Ellos encubren esta demanda en un trmino latino, el uti possidetis, que significa que como tu lo posees (el distrito), lo continuars poseyendo. El resultado es lo que Oscar Godoy, actual embajador en Italia, denunci como la destruccin de todo vestigio de libertad para elegir, escapando el proceso electoral del control ciudadano y quedando radicado en las minoras dirigentes que atribuyen las candidaturas o, para decirlo ms directamente, en las oligarquas parlamentarias que controlan los partidos a nivel nacional o regional.CANDIDATOS UNICOSLos defensores de las dictaduras comunistas solan decir que en las democracias populares el pueblo tena derecho a elegir libremente a sus representantes pero que desgraciadamente no haba ms que candidatos nicos. Candidaturas nicas -cierto que al interior del propio pacto- es lo que est creando cada vez ms la derecha y con una tendencia de la Concertacin a imitarla.Como hay dos candidatos por zona electoral, basta una pequea manipulacin para asignar senaduras y diputaciones seguras: o se decide llevar un solo candidato y no dos en la lista o, si se quiere ofender menos al pudor, entonces se lleva a un candidato fuerte pero acompaado por otro que no va a hacer campaa. Es lo que sucedi en la eleccin senatorial de 2001, donde se renovaban 9 circunscripciones. La derecha admiti competencia en slo dos de ellas: en la Primera Regin, entre Julio Lagos (RN) y Jaime Orpis (UDI) y en la Novena Sur, entre Jos Garca (RN) y Eduardo Daz (UDI). En otras cuatro llev candidatos nicos: en la Tercera, Baldo Procurika (RN); en la Quinta Costa a Jorge Patricio Arancibia (UDI); en la Novena Norte a Alberto Espina (RN); y en la Dcimo Primera a Antonio Horvath. En tres de estos cuatro casos, la candidatura nica se logr defenestrando con rudeza a candidatos alternativos: Herman Chadwick (UDI), en la Tercera; Sebastin Piera (RN) en la Quinta; y Francisco Prat (RN) en la Novena Norte, donde era senador. Finalmente, en las otras tres los candidatos nombrados por los partidos Sergio Romero (RN) en la Quinta Interior, Juan Antonio Coloma (UDI) en la Sptima Norte y Hernn Larran (UDI) en la Sptima Sur- fueron acompaados por candidatos que no eran una amenaza para nadie como lo prueba el que obtuvieron el 2,9, el 1,6 y el 2,6 por ciento de los votos, respectivamente.Hay senadores que llevan 16 aos ocupando un silln parlamentario supuestamente elegido por el pueblo, sin que jams hayan tenido una competencia por el cargo. Su designacin la deben a los partidos que les asignan un cupo seguro, en tanto que al pueblo le corresponde el derecho a ratificar -s o s- la nica oferta parlamentaria que le han hecho.En las prximas elecciones de alcaldes el sistema expondr, una vez ms y de modo casi obsceno, estas carencias: 350 alcaldes, de gobierno y oposicin, reclamarn el uti possidetis y sern la nica opcin por la que puedan votar sus coaliciones. El derecho del pueblo a elegir habr sido reducido a la mera ratificacin de lo que decidan los partidos. En concejales, en cambio, aunque con imperfecciones, el sistema ser ms abierto pues habr representacin proporcional.NOMBRAMIENTO DE PARLAMENTARIOSA la anterior distorsin se agrega otra en que se ha reparado algo ms en meses recientes y que ha causado enorme dao al prestigio y a la legitimidad del Parlamento, particularmente al Senado. Se trata de la prctica iniciada por la Concertacin de nombrar parlamentarios (Carolina Toh) en cargos ministeriales y que los partidos procedan a designar sus reemplazantes. Bajo el actual gobierno esto ha significado que cuatro senadores electos y tal vez los de mayor influencia de la derecha (Evelyn Mathei, Pablo Longueira, Andrs Chadwick y Andrs Allamand) hayan sido reemplazados por nominados de los partidos, la mayora de los cuales no tenan vinculacin con las zonas que hoy representan.PODEROSO ELECTOR ES DON DINEROOtra falla fundamental del actual orden electoral es el financiamiento de las campaas pues pocas cosas hay que deslegitimen ms a un sistema poltico que el rol desmedido, no regulado y no transparente del dinero en la poltica. Su efecto es como una metstasis que daa por igual a polticos y empresarios; a los primeros proyectndolos como sirvientes del poder econmico y a los segundos como corruptores.En las pequeas ciudades y comunidades esta relacin es denunciada en los peores trminos: es el rico del pueblo, o un puado de ellos, con su parlamentario o su alcalde y por esa va las trenzas de influencia escalan hacia las autoridades administrativas. Esa es, a mi parecer, una imagen excesiva pues sigo sosteniendo que Chile no es un pas corrupto, pero de todos los campos donde la amenaza se da es esta relacin entre el dinero y la poltica la que ms daa.La democracia se destruye cuando permea la idea de que la voluntad popular no es nada frente al poder de la riqueza. Adems, el sistema se hace menos competitivo y plutocrtico, pues si una persona quiere entrar a renovar la poltica no slo le ser muy difcil lograr un lugar en una lista de candidatos sino que, a continuacin, se le agregar una nueva barrera de entrada que es la plata para financiar su campaa.PARTIDOS EN DECADENCIAEn una democracia el rol de los partidos es insustituible. Si funcionan bien, articulan en proyectos nacionales las demandas diversas y contradictorias de la sociedad; ordenan los miles de puntos de vista en unas pocas alternativas viables; capacitan al personal poltico; son los principales proveedores de candidatos para los cargos de eleccin popular y para las ms altas funciones de la administracin; dan sustento a los gobiernos y ayudan a disciplinar a las bancadas parlamentarias. Si ellos no funcionan todas estas tareas se desempean mal: no logran controlar las camarillas ni tampoco los personalismos; no generan proyectos nacionales sino que se comportan como ONGs; carentes de formacin se transforman en meras mquinas de poder y muy luego en cerradas oligarquas que intentan monopolizar candidaturas y cargos; y en vez de ofrecer orden contribuyen a hacer ms difciles los gobiernos.Los partidos polticos chilenos estn enfermos, sin excepcin. Sus padrones de militantes viven bajo la acusacin de ser manipulados. Mientras la poblacin se expande, el nmero de sus militantes no hace sino caer. Por ejemplo, la Democracia Cristiana, que en la dcada del 80 fue pionera en la captacin de adherentes, se estima que en 1990 tena 100 mil militantes activos y veinte aos despus no supera los 40 mil, realidad que es similar o peor en las dems colectividades.Mientras en las elecciones a nivel del Estado jams se escuchan acusaciones de fraudes, los comicios internos de los partidos son objeto frecuente de escndalos. El atropello a la institucionalidad interna es endmico, como lo acaba de mostrar el reciente golpe de los coroneles en la UDI. Decisiones como el nombramiento de candidatos se adoptan en habitaciones llenas de humo y ajenas a procedimientos democrticos. Es lamentable que una de las organizaciones que mayor influencia puede tener en la vida pblica del pas, est ajena a regulaciones, al cumplimiento de normas mnimas que hagan obligatorio su funcionamiento democrtico.URGENCIA DE UNA REFORMA POLTICAEs urgente la reforma de un sistema poltico desacreditado, incapaz de solucionar con legitimidad los mltiples problemas que tiene nuestra sociedad. La vida poltica se empieza a dividir en mundos que no se tocan. Que los viejos se queden con las inscripciones electorales, sus elecciones de parlamentarios sin competencia, sus partidos cada vez menos representativos; y los jvenes, con una mezcla de razones y soberbia, condenan a un orden poltico del cual en parte se automarginan -como cuando torpemente rechazan inscribirse- pero que de modo an ms claro los excluye de las candidaturas, de los medios para competir y les ofrece una participacin de segundo rango en una vida ciudadana que ya no calienta a nadie.En esta dinmica, los viejos se mantienen en las instituciones que, reconocen, son cada vez ms dbiles; y los jvenes van a la agitacin. Los viejos les ofrecen competir en un padrn electoral envejecido, en un sistema que facilita la manipulacin, que es poco transparente y donde es muy difcil integrar las listas de candidatos y prcticamente imposible superar el uti possidetis de los incumbentes. Entonces no es extrao que la poltica no se canalice a travs del Parlamento, no la representen las elites, no la interpreten los partidos y vaya a las calles, las demandas sean representadas en protestas y la fuerza de las demostraciones sea un argumento ms fuerte que la razn o el dilogo.Esta reforma de la poltica es urgente y debe ser muy profunda. Pero no ser fcil pues ella inevitablemente afectar a poderosos intereses creados, siendo uno de los ms activos el de los actuales parlamentarios -de gobierno y oposicin- que se sienten cmodos en un sistema que con todas sus fallas los favorece. A su vez, una parte mayoritaria de la derecha seguir aferrada a la idea de que la poltica no importa y que las reformas polticas son cosas de polticos. Es la derecha que no aprende nada. La misma que entre 1973 y 1990, por dejar entregada la poltica a un general sin escrpulos, recibi la peor mancha en su prestigio moral y republicano; aquella cuyo desprecio por la poltica en los dos ltimos aos casi arruin a su gobierno.El pas, a su vez, debe saber que siempre las reformas polticas -en Chile y en todos los pases- ha sido una dura lucha contra la derecha. La derecha es la que se opuso al sufragio universal, al trmino de las Cmaras fundadas no en la eleccin sino en el linaje, al sufragio femenino, a las leyes contra el cohecho, a la regulacin del dinero en la poltica. Es obvio que la reforma poltica no vendr de ah sino de una exigencia de los partidos que hoy conforman la Concertacin. Si ellos no la exigen con enorme decisin, la crisis poltica en que vivimos no har sino agravarse.Tengo laimpresinque el principal malestar que tiene buena parte de la poblacin con respecto a la poltica radica en la falta de credibilidad de "los polticos" en general.La gente no le cree a los polticos tradicionales porque piensan que todas sus acciones y declaraciones tienen asociadas estrategias ocultas que los benefician a ellos, en lugar de beneficiar al pas en su conjunto.Esto ha quedado de manifiesto en mltiples elecciones donde las votaciones han favorecido no al ms capaz sino al ms creible. Incluso me atrevera a decir que, en gran medida, ese fue el factor gravitante en la ltima eleccin presidencial.Durante esta maana, se dieron a conocer las cifras reveladas por la Encuesta de Plaza Pblica Cadem, analizando la situacin de Gobierno y de la presidenta Bachelet, particularmente, por el caso Caval, durante el mes de febrero.

Entre los principales resultados, destaca cmo afect a la credibilidad de la mandataria los negocios de su hijo Sebastin Dvalos y su nuera.Ante esta situacin, del 62% que dijo conocer las palabras de la Mandataria al regreso de sus vacaciones, el 70% las consider insuficientes y el 71% dijo que no crea que se haya enterado por la prensa. Slo 27% le crey.Adems, 40% dijo que la intervencin de Bachelet fue "mala o muy mala", 28% la encontr buena y 30% regular.

Esto provoc que en las ltimas semanas de febrero la imagen de Bachelet cerrara con tres puntos menos de aprobacin (36%) y 50% de rechazo, su punto ms alto en este estudio.

Sobre el gabinete presidencial, 57% desaprueba su trabajo y 27% lo aprueba. El manejo de las relaciones internacionales es lo mejor evaluado (53%)y el peor, la lucha contra la delincuencia.

La Reforma Tributaria, en tanto, obtuvo un 50% de rechazo y 31% de aprobacin. La Reforma Eduacional tuvo 54% de desacuerdo y 36% de personas de acuerdo con ella. La Reforma Laboral, en tanto, tuvo 38% de los encuestados de acuerdo y 34% en desacuerdo, demostrando que hay una gran cantidad de personas que no conoce el tema (21%).

En general 47% cree que el pas va por mal camino contra un 38% optimista. 52% piensa que la economa est estancada, 33% que est progresando y 13% cree que se retrocede.

En poltica, 42% se considera independiente, 27% de ozquierda, 22% de derecha y 9% de centro.

Decepcin generalizada pudiese ser la frase ideal, para resumir esta historia desde el nacer del arcoris en nuestro Chile.Si bien muchos creyeron que la alegra sera parte de nuestra nueva etapa, desde entregar el gobierno militar, al parecer, ya queda cada vez menos de este sueo, ms bien, con tendencia algo comunista.Hoy la comunidad que en su momento idolatr a los polticos que se atrevieron a alzar la voz en ese momento, fueron grandes lderes, hoy ya son parte de la historia, que en un principio se vea prometedora, pero que hoy cada da se enturbia ms y ms, desencadenando en un rechazo mayoritario en las encuestas populares.En este mbito tambin se refleja el derecho a voto, el que en la actualidad errneamente se ha convertido en voluntario, tras las ltimas elecciones ya se vio una tendencia en la falta de inters por participar, sobre todo de la juventud, la que hoy no se inscribe, ni menos participa de ningn partido poltico, ni los reconoce. Y si usted les pregunta por qu, seguramente escuchar la tpica frase porque son corruptos y menos los identifican. Pero entonces cmo podemos cambiar un pas y liberarlos de esta clase poltica que ya no tiene el apoyo popular, si menos los chilenos se interesan en manifestar su opinin mediante su voto. De esta forma al final solo seguirn sufragando los partidos polticos y seguirn eligiendo a los mismos personajes apernados de siempre y por ende, no se renovarn los escaos en el congreso y el gobierno.Para que nuestro pas experimente un verdadero cambio debemos participar e involucrarnos todos los chilenos y dejar de hablar y criticar de espaldas a los corruptos.Hoy es necesario dar la cara y manifestar nuestra forma de pensar, no mediante protestas y desordenes, sino de la forma civilizada que nos brinda la ley, es decir, mediante nuestro derecho a voto en las prximas elecciones.Dejmonos de hacer chiste de nuestros problemas, la economa y la cesanta y busquemos una solucin en beneficio de nuestras familias y nuestro pas.

Los chilenos creen que la Presidenta Bachelet conoca de los negocios de su hijo y de los abusos de su posicin de privilegio. Tambin hay conviccin de que muchos personeros de Gobierno y parlamentarios de todas las tiendas polticas entregaron boletas falsas a SQM (Penta amplificado y transversal) para financiar sus campaas. Muchos ya se formaron la opinin de que los empresarios buscan por todos los medios defraudar al fisco y colonizar la poltica. Y qu decir de la percepcin mayoritaria de que el obispo Barros fue cmplice y encubridor de los crmenes de Karadima.

Independientemente de sus aspectos legales, los chilenos ya tienen su opinin formada respecto a quines son los responsables y culpables de los escndalos polticos, empresariales y eclesiales. Los tecnicismos jurdicos y la ausencia de sancin penal ya no importan a ojos de la ciudadana. Y ocurre que, como sealaba Aristteles, en muchas materias los ciudadanos usando su sentido comn pueden llegar a la verdad, sin necesidad de ser unos sabios. La diferenciacin fina es ya irrelevante y el conjunto de las instituciones estn sumidas en el ms profundo desprestigio, ilegitimidad y desconfianza, que hayamos visto en dcadas.

Cmo detener este deterioro y reconducir el orden institucional hacia una salida que recomponga el respeto y credibilidad de los chilenos por sus organizaciones? Lo primero es decir la verdad, aun reconociendo, como sealaba Orwell, que "en una poca de engao universal, decir la verdad es un acto revolucionario". Ms temprano que tarde los hechos se conocern en detalle. Ya no se puede controlar o encapsular la situacin como en el MOP-Gate. Tanto los involucrados como las instituciones podrn recobrar su prestigio si los primeros hablan con la verdad. Y pronto. A esta altura, qu sentido les hacen a los chilenos, las declaraciones del ministro Peailillo asegurando que Chile no es un pas corrupto? No ser como el gobernante en el cuento de H.C. Andersen "El traje nuevo del Emperador" que, convencido de lucir un vistoso atuendo, no se percataba de que su pueblo lo observaba tal como estaba: completamente desnudo.

A la verdad debe seguir la restauracin, que no es otra cosa que reparar y renovar lo que ha sido estropeado. Chile ha tenido mejores pasajes republicanos que los que hoy nos avergenzan. No se restauran las instituciones si las ms altas autoridades afirman enterarse de materias de Estado por la prensa. Tampoco se recupera la fe pblica manipulando a organismos como el SII para que entorpezca una investigacin que compromete a figuras y parlamentarios de Gobierno. En vez de devolver los dineros mal habidos y sancionar a todo funcionario pblico y parlamentario vinculado a financiamiento irregular, se prefiere nombrar una comisin anticorrupcin compuesta por personas todas notables pero ilegtima en su origen. Constitucionalmente es el Poder Legislativo (por involucrado que se encuentre), y no los expertos, el encargado de recomponer el marco legal que desincentive el trfico de influencias, la corrupcin y la incestuosa relacin entre dinero y poltica.

Por su parte, en nada contribuye la oposicin manteniendo en sus cargos a los involucrados en los casos Penta y ahora Soquimich. Si la derecha quiere servir a este pas, debe congelar o expulsar a quienes hoy poseen cargos de representacin popular y estn moralmente cuestionados. Tampoco la Fiscala contribuye a la restitucin del orden republicano, al excederse en sus atribuciones e ignorando las rdenes del propio Tribunal Constitucional. De igual modo debemos agradecer la sinceridad de uno de los aspirantes a conducir la Sofofa reconociendo sus aportes irregulares a campaas polticas. Preocupa, sin embargo, que emita dichas declaraciones protegido por la prescripcin de dichos delitos. En nada ayuda la Iglesia ratificando al obispo Barros en la dicesis de Osorno, el que probablemente est asumiendo en el mismo instante en que usted lea esta columna. De dicha ceremonia se han restado todas las autoridades religiosas y civiles y, desde luego, los feligreses.

"El poltico se convierte en estadista cuando piensa en las siguientes generaciones y no en las prximas elecciones", deca Churchill. Es lo que el pas exige. Solo liderazgos con coraje podrn hacer que Chile vuelva a creer en sus instituciones.Qu es un lder poltico?Se puede pensar que actualmente la poltica est de capa cada y que antao era un deber muy respetado y elogiado. Pero lo cierto es que poltica y polmica siempre han ido cogidas de la mano. Se dice adems que la poltica es el arte de la mentira y el engao, pero Por qu funciona la poltica?Es decir, por qu la gente es tan tonta que le dicen: votadme a m que os bajar los impuestos y luego al salir elegidos los suben y recortan gastos sanitarios (por ejemplo). Por qu la gente sigue cayendo en las mismas trampas arteras y rastreras?Es fcil, porque la gente tiene miedo y cree lo que le dicen, aunque suena a chiste o a broma prefieren una mentira que no tener nada.Sin embargoun buen lder poltico jams basar su estrategia en la mentira y el engao, ms que nada porque es un suicidio poltico. Cualquier lder poltico que se precie debe evitar entrar en contradicciones y mentiras si no quiere terminar siendo un poltico de tercera, siendo recordado como un gran mentiroso.No creo que nadie en este planeta vea con buenos ojos las mentiras de Bush, Aznar y Tony Blair de invadir Irak a costa de mentir a sus ciudadanos. Desde luego estas tres personas mintieron para beneficio propio y eso les convierte en malos lderes polticos.No te equivoques, si quieres ser un lder poltico debes entender algo muy importante. Aunque la mentira funcione perfectamente para conseguir votos y tenga pocas consecuencias a poco plazo a medio y largo plazo es un absoluto suicidio poltico. Ellder polticode verdad, aqul que te har ser recordado como una gran persona y lder poltico es aqul que tiene tantas habilidades verbales y de manipulacin positiva que no necesita mentir.Un buen comunicador no necesita mentir, puede decir la verdad, aunque duela, hacerlo con estilo y consiguiendo un efecto ms positivo que, incluso, diciendo una mentira piadosa. Decir que se tendrn que subir los impuestos, aunque sea malo, si se hace con un buen despliegue orador causar un impacto ms positivo que el tpico politicucho de tres al cuarto que solo dice cosas sensacionalistas para ganar votos.La poltica raramente ha sido un medio para ganar a las masas y hacer el bien, la poltica siempre ha sido un nido de corruptos y de personas atradas por los privilegios que la poltica acarrea, pegndose con celo al puesto y permaneciendo inmunes a sus actos crueles hacia la humanidad.Actualmente estn habiendo muchas protestas en el mundo rabe contra sus lderes polticos impuestos, Y sabes que hacen sus lderes? No se marchan, aniquilan, bombardean y haran estallar por los aires su pas antes que irse. As es exactamente la poltica en todos los lados. Da igual lo que haga un lder poltico, no se ir, est en democracia o dictadura.Solo un buen lder poltico despertar la admiracin con su buen comportamiento, praxis y forma de tratar a los dems.Un buen lder poltico dimite si es necesario y hay que dimitir. Un mal lder poltico escurre el bulto e intenta alargar su muerte poltica hasta el final, reviente quien reviente.Uno de estos ejemplos de como ser un mal lder poltico lo vemos en el PP en Espaa. El PP ha adoptado medidas y actitudes que han podido hacer quebrar a Espaa, con el consecuente dao que esto hubiera podido causar. Pero la mayora de personas que estn en la poltica les gustara gobernar un pas, aunque sea a costa de aumentar la pobreza y gobernar un parque desolado.Esto no es el cuento de nunca jams, es el mundo real y los pocos escrpulos que se muestran en la poltica y que ni el mismo lder poltico se muestra en tapar, es, sencillamente repugnante.No te conviertas en un ser recordado como el corrupto, el que no se va de su sitio ni con aceite caliente ni el mentiroso, se recordado como unlder polticoque no fue el mejor del planeta, pero que por lo menos fue sincero e intento hacer las cosas de la mejor forma posible. Solo as pasars a la historia de la humanidad como ejemplo.Hay una cosa ms importante que todo el poder que pueda amasar una persona o toda la riqueza del mundo que se pueda obtener, y es el respeto, aprobacin, admiracin y el recuerdo. Cada vez que un lder poltico utiliza malas prcticas mancha su recuerdo, respeto y aprobacin de la gente. Estar en la mente de miles de personas que te votaron de una forma negativa no es nada sano.Nadie puede enorgullecerse de ser odiado o ser visto como un corrupto y mentiroso. Ser un buen o mallder polticoes parecido a hacer las cosas bien o montarse una secta. A m personalmente no me gusta nada el autoayuda porque gran parte de las personas que la ensean engaan a la gente o se aferran a mtodos esotricos que no ayudan a nadie ms que a sus bolsillos.Algunos aprovechan eso para enriquecerse, hacer tonteras enormes como cobrar por una sanacin a distancia 60. Montarse un negocio sectario en el autoayuda puede volverte muy rico. Pero merece la pena? Todo en la vida se reduce a poder y dinero? Si conseguimos poder y dinero ya lo hemos hecho todo en la vida y hemos llegado a la cspide?Asumir eso es simplemente de retrasado mental. Yo s que aunque la autoayuda est mal vista yo no sigo un mal camino, sino que busco realmente ayudar a la gente. En todo internet apenas hay informacin sobresociabilidad, y yo tengo un curso online personalizado queayudaa cientos de personas. Aunque ya de por s tenga mala reputacin el autoayuda y cuando comenc recibiera ataques por todos lados, poco a poco, se me ha ido reconociendo el esfuerzo y el trabajo cada vez ms.No soy millonario y apenas tengo dinero, pero nadie podr tocarme jams el respeto, admiracin o un buen recuerdo de m sin tener que mentir o mancharse las manos. Si esto fuera poltica habra sido un buen lder poltico porque siempre he ido con la verdad por delante y aunque no sea perfecto por lo menos lo he intentado hacerlo lo mejor posible. Y en un mundo dnde todos miran para si mismos, pensar en los dems marca la diferencia.No hay nada ms grande en esta vida para un lder poltico queser recordado como un buen lder poltico, y eso adems te har ganar muchos votos. Si aprendes unas buenas habilidades comunicadoras superars a cualquier lder poltico mentiroso de tres al cuarto.Aprende las mejores tcnicas para ser un excelente lder poltico,COMPRA AHORAnuestro libro-ebook descargable:Como manipular a cualquier persona(Recuerda que puedes comprar el producto desde cualquier parte del mundo dado que es descargable y se ve online, aceptamos paypal (tarjeta), transferencia bancaria, Western Union y Contrareembolso (Solo Espaa este ltimo)

los partidos polticos atraviesan por un generalizado descredito que partiendo de ellos, se extiende hasta alcanzar toso el sistema poltico