SOCIEDAD MUNDIAL DEL FUTURO

PREMIO NACIONAL UNIVERSITARIO

SEMBRAR EL FUTURO

DÉCIMA EDICIÓN

AÑO 2011

VENEZUELA

¿QUÉ VIENE DESPUÉS DEL PETRÓLEO?

Pseudónimo: Evilchip

Mérida, Abril de 2011.

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Resumen

Las viejas generaciones se resisten a adoptar las nuevas tecnologías. Esto se ha

repetido en la historia de la humanidad incontables veces. Ahora ofrecen resistencia a

adoptar tecnologías que aprovechen fuentes de energía alterna al petróleo. Sin embargo, las

tendencias indican que esta sustitución es inminente. Lo mejor que puede hacer la

humanidad es preparase para el cambio. Los países que dependen de la exportación de

petróleo deben diversificar sus economías, buscar usos alternativos para el petróleo y

fomentar una mayor participación ciudadana en la planificación de un mundo que no

dependerá del petróleo.

Abstract

The older generations are reluctant to adopt new technologies. This has been repeated

in human history countless times. Now they offer resistance to adopt technologies that take

advantage of alternative energy sources to oil. However, trends indicate that this

replacement is imminent. The best thing that humanity can do is prepare for change.

Countries that depend on oil exports must diversify their economies, find alternative uses of

oil and also encourage a greater participation of their citizens in the planning of a world that

will not depend on oil.

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CONTENIDO

La historia se repite ................................................................................................ 4

La búsqueda de la paridad ...................................................................................... 8

Las futuras protagonistas ...................................................................................... 11

O corren o se encaraman ...................................................................................... 15

La pasión no debe sustituir a la razón .................................................................. 19

El aprendiz de brujo… ¿o futurólogo? ................................................................. 21

Referencias bibliográficas .................................................................................... 23

Referencias electrónicas ....................................................................................... 23

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Cuando un anciano y distinguido científico afirma que algo es posible, posiblemente esté en lo correcto. Cuando afirma que algo es imposible, posiblemente está equivocado.

Arthur C. Clarke

La historia se repite

Si existe alguna verdad inequívoca en la historia de la humanidad, es ésta: la historia

siempre se ha repetido, se repite y se repetirá, in saecula saeculorum. Al igual que se repite el

conflicto generacional en el cuál el romanticismo y la tradición le asegurarán a la innovación,

que las nuevas tecnologías nunca sustituirán a las viejas o que estas nuevas tecnologías son

imposibles.

Parafraseando a Scott Adams, autor de la tira cómica Dilbert, ninguno de nosotros

estaba allí en el momento que se inventó la lanza, pero seguro algún cavernícola de la vieja

escuela afirmó que la lanza jamás sustituiría a las uñas como herramienta de lucha. Y

siguiendo el argumento de Scott, probablemente sucumbió ante las lanzas, no sin antes lanzar

unos buenos arañazos.

Por eso y sin intención de arañar a nadie, promueva la siguiente experiencia en la

próxima reunión familiar. Pídale a los menores de 25 años que levanten la mano izquierda y

cuente las muñecas que lleven reloj. Pida eso mismo a los mayores de 25 años y vuelva a

contar. ¿Hay alguna diferencia de porcentaje?, probablemente sí. Las nuevas generaciones no

llevan la hora en la muñeca, la hora la llevan en el bolsillo o en la cartera.

La hora está en el teléfono móvil, donde también se encuentra el calendario, la agenda,

el correo, la calculadora, la cámara fotográfica, el reloj despertador, el reproductor de música,

el radio, la libreta de anotaciones y hasta una linterna. Todas estas tecnologías se encuentran

condensadas en un solo aparato, con el que además puedes llamar por teléfono y conectarte a

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internet. Así que las nuevas generaciones, no le ven sentido a llevar un aparato unifuncional en

la muñeca.

Pero, ¿Alguien pudo haber predicho que esto iba a pasar? Recordemos a un tal Gordon

E. Moore, uno de los fundadores de la industria de los circuitos integrados. En 1965, notó que

la cantidad de componentes básicos que podían ser integrados en un chip se había duplicado

cada año durante los seis años anteriores y que si esa tendencia se mantenía, en 1975 la

cantidad de componentes integrados en un chip alcanzaría la respetable suma de 65.000.

Esta historia es muy conocida o al menos cada “geek” del planeta debería conocerla.

Lo que no muchos conocen es la reacción ante esa predicción. La cifra pareció tan grande, que

muchos se burlaron de ella. Fue criticada porque si era cierta, se tendría que aceptar la ridícula

idea de que algún día los consumidores podrían comprar sus propias computadoras de mano

en una tienda por departamentos.

Electronics Magazine. Vol 38. N° 8. (Abril, 1965). Caricatura agregada al Artículo de

Moore, G. “Cramming more components onto integrated circuits”.

Actualmente, usted puede corroborar esta información conectándose a internet desde

su computadora de bolsillo: un teléfono inteligente, que tiene más memoria RAM, más

memoria ROM y más velocidad de procesamiento, que la computadora que llevó a los

primeros seres humanos a la luna.

Y la historia se repite, porque se había predicho que el teléfono nunca sustituiría al

telégrafo, que los automóviles nunca sustituirían a los caballos, que los telares Jaqcuard no

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sustituirían a los telares manuales, que nunca existirían barcos de metal, que la televisión, la

radio, los aviones, los cohetes, los satélites artificiales y los medios de transporte súper rápidos

eran imposibles. Incluso se afirmó que todo lo que podía ser inventado, ya había sido

inventado. Todas estas predicciones resultaron erróneas.

Hay una predicción muy sutil, recreada en la novela Moby Dick; de Herman Melville y

es la afirmación que el querosén jamás sustituiría al aceite de ballena como medio de

iluminación, por su fuerte y desagradable olor al quemarse, además de no tener un origen tan

gallardo y noble como el aceite de ballena.

Y sin embargo, la historia se repitió. Con la síntesis de querosén a partir del carbón y

con el descubrimiento del petróleo, disminuyeron los costos de producción de combustibles y

el romántico uso del aceite de ballena para iluminar declinó.

Lapulgasnob.blogspot.com. Pergamino Vs. Libro.

En contraste, Dickens tenía algo de razón. A veces los fantasmas de las navidades

futuras nos visitan y señalan cuál podría ser nuestro destino y ahora estos fantasmas son de

carne y hueso. Son la inmensa cantidad de tecnólogos, ingenieros y científicos que dirigen las

investigaciones y diseñan nuevos productos que todavía no han salido al mercado; o son

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aquellos que notan errores y peligros que antes no se conocían; o son los que toman decisiones

transcendentes apoyados por la sociedad del conocimiento. A veces muestran un futuro

sombrío, como cuando hablan del calentamiento global, o un futuro prometedor, cuando

hablan de nuevas fuentes de energías limpias.

Si uno de los fantasmas de 1965 fue Gordon E. Moore. ¿Quiénes son los fantasmas de

este año? El 25 de enero de 2011, durante su discurso ante el congreso, el presidente Barack

Obama planteó dos objetivos para el país, que dan una idea de lo que depara el futuro:

primero, espera que para 2015, Estados Unidos sea la primera nación en tener un millón de

carros eléctricos en circulación y segundo, espera que para 2035, el 80% de la energía que

consume Estados Unidos sea producto de fuentes renovables. En otras palabras, Estados

Unidos quiere dejar de depender del petróleo como fuente de energía y esto no es un futuro

lejano, faltan cuatro años para 2015 y veinticuatro para 2035.

Si tomamos en cuenta que Estados Unidos es el primer consumidor de petróleo a nivel

mundial, seguido por la unión europea y china, no sería exagerado decir, que los niños que

nazcan hoy en los países desarrollados, consumirán energía producida por tecnologías libres

de petróleo para cuando estén en la universidad y sus hijos y nietos podrían ver la gasolina, el

fueloil, el kerosene, el diesel y el petróleo, de la manera que nosotros vemos el aceite de

ballena para iluminar las casas.

El futurólogo Ray Kurzweil, predice que en pocos años, las celdas solares producirán

electricidad de manera más eficiente que el petróleo y que en 20 años, las celdas solares

pueden suplir por completo al petróleo para producir la energía que consume un país. Esto

significa, que en veinte años producir electricidad con celdas solares será más económico que

con petróleo, cosa que es bastante consistente con las metas propuestas por Obama.

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Así que entre los fantasmas del 2011, se encuentran Ray Kurzweil y Barack Obama

con su agenda legislativa. Pero claro, ahora se escuchan y se seguirán escuchando las voces

que se alzan diciendo: “No, eso no es posible, las celdas solares jamás podrán sustituir al

petróleo para la producción de energía”. Y solo queda decir en estos tiempos modernos, que la

historia se repite, o deberíamos decir, se “retuitea”.

La búsqueda de la paridad

De la energía que consume Estados Unidos, 37% proviene del petróleo, 25% del gas

natural y el 21% del carbón. El porcentaje restante viene de la energía nuclear y fuentes

renovables. No todo el petróleo es utilizado para generar electricidad y de hecho la producción

de energía eléctrica a partir de petróleo solo representa el 1% del total anual.

Sin embargo, Estados Unidos convierte el 45% de cada barril de petróleo en gasolina

para motor y el 26% en diesel. El porcentaje restante es convertido en gasolina de avión,

lubricantes, ceras y asfalto. La gasolina es usada por los vehículos de combustión interna y el

diesel es utilizado además en plantas termoeléctricas, quedando con ambos productos, al

menos el 70% de la producción de petróleo en el blanco de los objetivos planteados por

Obama.

Imaginen los próximos cuatro años. La población de Estados Unidos, crecerá y

también la cantidad de automóviles. Durante esos cuatro años se intentará poner en circulación

cada vez más automóviles eléctricos hasta llegar a un millón en 2015, de allí este número

seguirá en aumento. ¿Pueden escuchar como rugen esos motores? Yo no porque al no tener un

motor de combustión interna estos autos son silenciosos.

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Así que a partir de este año el uso de automóviles de combustión interna puede

empezar a declinar. A medida que más y más autos eléctricos estén en circulación, la

necesidad de gasolina irá disminuyendo, hasta que sea posible sustituir por completo los autos

de combustión interna por vehículos eléctricos.

Un millón de carros eléctricos para 2015 en una población de 300 millones de personas

no parece significativo. Pero todos los inicios son lentos y si la propuesta resulta exitosa, el

uso de vehículos eléctricos puede crecer de manera exponencial.

El diesel va por el mismo camino, solo que él tiene una fecha de defunción precisa. Si

en 2035 Estados Unidos está en capacidad de producir el 80% de su energía utilizando fuentes

renovables, se deduce que el consumo de diesel o fueloil en calefacción, camiones de cargas

pesadas y termoeléctricas se reducirá en un porcentaje igual.

Puede objetarse que esto es un capricho de Estados Unidos y que en caso de

desarrollarse nuevas tecnologías, estas serán caras y no podrán ser aprovechadas por los países

pobres, que seguirán dependiendo del petróleo, o puede argumentarse que Estados Unidos

como importador de petróleo puede sustituirse por China, por la Unión Europea, por Japón,

por India o por los países del Caribe.

Esa es una afirmación pasional e incluso inmoral, en países como Venezuela, cuya

economía depende casi exclusivamente de la exportación de petróleo a aquellos países que

actualmente están desarrollando tecnologías para disminuir su consumo o los que también

pueden ser afectados por las políticas energéticas de las naciones industrializadas. Además es

una afirmación peligrosa e irresponsable que impide que se tomen las previsiones necesarias

para diversificar sus productos de exportación y se haga una planificación estratégica del

futuro económico.

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Por otra parte las tecnologías que aprovechan fuentes alternas de energía se hacen cada

día más baratas y no son un capricho de Estados Unidos. La unión europea, el segundo

consumidor de petróleo, también promueve proyectos de investigación en fuentes alternas.

China, el tercer consumidor, anunció su apoyo a las investigaciones en celdas solares,

subsidiando a compañías que construyen dichos paneles. Japón, el cuarto consumidor, realiza

investigaciones sobre energía solar desde hace décadas. Brasil, el sexto consumidor, promueve

la investigación en biocombustibles e India, Rusia y Canadá que están entre los primeros diez

consumidores, apuestan junto con los antes mencionados a la generación de electricidad por

medio de plantas nucleares.

Así que más que un capricho de Estados Unidos, es un esfuerzo mundial por alcanzar

la paridad, esto es, la producción de electricidad aprovechando fuentes renovables, al mismo

costo de producir electricidad por los métodos tradicionales de quemar carbón, diesel o gas

natural.

Solo es cuestión de precios. Perforar un yacimiento, dejar que el petróleo ascienda

naturalmente debido a la presión, inyectar agua o gas para forzar su salida, llevarlo por una red

de oleoductos que lo distribuyen a los depósitos, a los buques tanqueros o a la planta

petroquímica. Luego transportar los productos a destino con la posibilidad de derrames que

afectan la ecología, una vez en destino refinarlo, enviar los subproductos a la planta

termoeléctrica y a la estación de servicio, es un proceso más barato que utilizar tecnologías

que aprovechen fuentes alternativas.

Sin embargo las tendencias muestran que muchas de dichas tecnologías alcanzarán

pronto la paridad. Tomemos como ejemplo las celdas solares. En Estados Unidos, la

electricidad se cobra a $ 0,10 por kilowatio-hora (kW-h). Esa cantidad de energía con paneles

solares costaba $ 4,2 en 2008, bajó a $ 2,0 en 2009 y disminuyó a $ 0,96 en 2010.

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Actualmente puede costar entre $ 0,40 y $ 0,60 y se espera que esta tendencia a disminuir se

mantenga en los próximos años y ojalá que nos comportemos como los críticos de Gordon

Moore.

Igual sucede con otras tecnologías, como las turbinas de viento, la biomasa, las

centrales geotérmicas, las celdas de combustible, los biocombustibles y la mareomotriz. La

pregunta no es si algún día dichas tecnologías alcanzarán la paridad, la pregunta es cuando la

alcanzarán.

Otra pregunta que se plantea es cuál de estas tecnologías ganará la carrera y será la

nueva fuente de energía preferencial en el mundo. No es fácil de prever porque cada una tiene

sus ventajas y desventajas; pero aún así, el futuro luce brillante para ellas.

Las futuras protagonistas

Una ciudad de unos 100.000 habitantes consume unos 100 MW-h de energía, el

consumo total del mundo se estima en 2 TW-h y una bombilla estándar consume 100 W-h.

Dado que la población mundial está creciendo, la demanda de energía también. Así, las

tecnologías que aprovechen las fuentes de energía que sustituyan al petróleo deben ser

eficientes, baratas y su velocidad de instalación debe ir acorde al aumento de la población.

Mientras se alcanza la paridad, estas tecnologías tienen ventajas y desventajas técnicas

que deben ser consideradas al momento de adoptarlas. Por ejemplo: condiciones de luz,

condiciones de viento, potencial hidroeléctrico, existencia de yacimientos geotérmicos,

espacio disponible, facilidad de instalación o costos de mantenimiento. Además no todas las

tecnologías son prácticas para todas las aplicaciones. Por ejemplo: no sería práctico diseñar un

carro que utilice fisión nuclear o uno que funcione con energía eólica. Dependiendo del caso,

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algunas tecnologías serán más prácticas que otras y cada una tiene su papel en el futuro de la

humanidad. Sin embargo, serán las protagonistas, mientras el petróleo irá disminuyendo su

influencia.

Celdas o paneles solares: Un kilómetro cuadrado recibe 1,0 GW-h de energía debido

a la radiación solar. Si esa energía se convierte en electricidad, serviría para distribuirla en una

ciudad de 1 millón de habitantes. Un panel solar aprovecha ésta energía limpia, virtualmente

inagotable y que llega en grandes cantidades a la tierra, convirtiéndola en electricidad.

Aunque todavía no son baratas, su costo de producción e instalación ha ido

disminuyendo con los años y su eficiencia ha aumentado, convirtiendo un 40% de la luz solar

en electricidad. Se espera que alcancen la paridad en 2016, lo cual las hace una de las

candidatas más prometedoras para sustituir el petróleo.

Entre sus desventajas están, bueno, no puedo engañarlos, funcionan solo de día y su

eficiencia puede disminuir cuando hay alta nubosidad, además ocupan una gran superficie.

Esto las hace imprácticas para un avión comercial, un automóvil compacto o un barco

mercante.

Celda de combustible o celda de hidrógeno: El hidrógeno tiene casi 2,6 veces más

energía química por gramo que la gasolina. Esto suena atractivo para los ingenieros y

diseñadores, que han desarrollado celdas de combustible en las que al combinar hidrógeno con

oxígeno se genera electricidad. Es como un aparato de electrólisis que funciona al revés y con

un producto no contaminante, el agua.

Una celda de combustible se parece bastante a una batería, con la ventaja que al

agotarse, se recarga con más hidrógeno, a diferencia de una batería convencional que hay que

recargar con electricidad producida en otro lugar o en su defecto desecharla. Es una tecnología

eficiente y limpia, además el hidrógeno es un elemento muy ligero.

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Pero tiene muchas desventajas técnicas. Primero la densidad del hidrógeno licuado es

muy baja, así que se necesita un tanque más grande de hidrógeno que uno de gasolina para

producir la misma cantidad de energía. Por otra parte, el hidrógeno líquido es peligroso de

almacenar, por su gran expansión térmica e inflamabilidad, los tanques que lo contienen deben

tener paredes muy gruesas para soportar las presiones de expansión y evitar fugas de gas.

Por último, la obtención del hidrógeno. No existe una minería de hidrógeno y no existe

virtualmente hidrógeno en la atmósfera. Existen algunas maneras de obtención a partir de

gases como el metano, pero eso implicaría contaminación o gasto energético. Aún así, con este

proceso es mucho más fácil controlar las emisiones y puede que sea una solución factible, para

camiones o autobuses, donde el tamaño de los tanques no sea una desventaja muy grande. No

debe obviarse que EEUU lleva más de treinta años manejando hidrógeno y oxigeno líquidos

como fuente de energía para poner en órbita sus transbordadores espaciales.

Turbinas de viento: Aprovechar la energía del viento es otra solución. Se trata de

molinetes gigantes que al girar convierten la energía mecánica en energía eléctrica. En la

actualidad, la más grande de estas turbinas produce hasta 7,58 MW-h y hay compañías que

planifican la construcción de turbinas eólicas con capacidad de al menos 10,0 MW-h. Son de

uso muy extendido en Dinamarca, España, Portugal, Alemania e Irlanda, aunque dependen de

las condiciones meteorológicas.

Sistema solar térmico: Es un sistema que utiliza paneles que convierten la energía

solar en energía calórica para calentar agua, cocinar alimentos, para la ventilación y

refrigeración, o para destilar agua en comunidades rurales. A nivel industrial es usado para

secar productos agropecuarios y a nivel doméstico como apoyo del sistema de calefacción de

edificios. Este sistema ayuda a reducir el consumo de energía eléctrica de las ciudades.

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Fisión nuclear: Las plantas de fisión nuclear utilizan la gran cantidad de energía que

se libera cuando los núcleos de uranio-235 se fisionan, es decir se rompen. Este proceso

produce mucho calor que es utilizado para evaporar grandes cantidades de agua que al

movilizarse hacen girar las turbinas que generarán la electricidad. Es un método muy eficiente.

Un gramo de uranio puede producir 30 millones de veces más energía que un gramo de

gasolina.

El problema de esta tecnología, data de los accidentes nucleares de Three Mille Island,

Chernóbil, y ahora Fukushima, que hacen que el público pierda confianza en ella, ya que teme

futuros accidentes. Se suma el miedo al cáncer inducido por radiación, y el recuerdo de las

bombas atómicas y la guerra fría todavía permanece latente.

Además los desechos de las plantas son radiactivos y tardarán miles de años en perder

su intensidad. Aún así, es un miedo no muy razonable. Los daños que están causando al

planeta las emisiones de CO2 son mucho más riesgosos que algunos accidentes nucleares. Las

radiaciones producidas por las plantas no afectan a la población tanto como las del radón

natural.

Fusión nuclear: Cuando se hacen chocar dos átomos de hidrógeno para que se

fusionen en un átomo de helio, liberan enormes cantidades de energía en el proceso. Esta

energía se convierte en electricidad de la misma manera que en un reactor de fisión.

Sin embargo aun enfrenta problemas técnicos. Entre ellos está el hecho que nadie ha

logrado que el proceso de fusión dure lo suficiente para que sea sustentable, esto significa que

la energía obtenida a partir de la fusión sea mayor que la energía necesaria para hacer fusionar

los átomos. Además las temperaturas que se pueden alcanzar en este proceso son tan altas, que

se produce un plasma que no puede ser contenido con ningún material conocido. Entonces se

tiene que diseñar un Tokamak, un recipiente magnético de alta tecnología que lo contenga.

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Ahora bien sean cuales fuesen los problemas técnicos, la fusión es un proyecto a largo

plazo que aunque no interfiere ahora con el petróleo, cuando lo haga será para hacerlo

prescindible desde el punto de vista energético.

Biodigestores: Son contenedores herméticos y cerrados en donde se deposita materia

orgánica para que se fermente de manera anaeróbica, produciendo gas metano y fertilizantes.

Aunque no es una manera muy efectiva de producir energía para grandes ciudades, es muy útil

para zonas rurales y granjas, a donde puede ser difícil llevar electricidad desde la red

comercial, con los beneficios del fertilizante extra y el reciclaje de desechos.

O corren o se encaraman

A los países exportadores de petróleo los podemos clasificar en dos tipos.

Están los países cuyas sociedades financian con impuestos al Estado, que tiene la

función de establecer y hacer cumplir reglas fijas, con el fin de crear riquezas. Sus ciudadanos

tienen una cultura de producción y generación de riquezas implantada desde la educación

primaria y saben que la riqueza la generan las personas, no la naturaleza. Estos estados ven al

petróleo como un beneficio agregado, que pueden utilizar para invertir en sus industrias,

sistemas de salud, sistemas de educación o para ahorrar riquezas para cuando vengan tiempos

difíciles. Entre estos países se encuentran: Noruega, Rusia, Canadá, Gran Bretaña, México,

Singapur o Estados Unidos y en menor grado Qatar.

En contraparte, están los países cuyo Estado moderno nació prácticamente con la

aparición del petróleo, donde en vez de aparecer los ciudadanos financiando al estado, aparece

el estado financiando a sus ciudadanos. Donde las instituciones son pobres, las reglas son

cambiadas constantemente y no son cumplidas a cabalidad. Donde desde la educación

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primaria se implanta la idea que la riqueza no la genera la gente sino que depende de la

bondad de la naturaleza. Donde no se necesitan líderes capaces sino que repartan y donde el

Estado es la solución a todos los problemas. Son países que tienen certeza que son sumamente

ricos, porque tienen gran cantidad de recursos naturales, cuando en realidad la riqueza la

generan los ciudadanos. Entre estos países se encuentran Irán, Nigeria, Irak, Angola, Argelia,

Libia, Omán y Venezuela.

Tomemos el caso de Venezuela. Venezuela hace ochenta años era un país rural y

analfabeta, cuyas riñas entre caudillos militares producían continuas guerrillas, golpes de

estado, montoneras y revoluciones. Si se lee la historia de los presidentes de Venezuela,

constantemente hay derrocamientos, repeticiones, juntas militares y traiciones. Como se dice

en Venezuela, un constante “quítate tú pá ponéme yo”.

En este ambiente político, apareció el petróleo y las exportaciones de este producto

empezaron a sobrepasar al resto de sus principales exportaciones que eran café y cacao. La

renta petrolera produjo tantos ingresos para el país que logramos urbanizarnos rápidamente,

mejoramos las infraestructuras, los índices de salud y la educación. El impulso inicial nos

permitió varios años de crecimiento y desarrollo continuo. Sin embargo empezamos a

depender tanto de la producción del petróleo, que el Estado tomó control total de esta industria

y se creó un modelo económico no sustentable a futuro.

En vez de de concentrarse en sus responsabilidades de seguir mejorando la educación,

las leyes, los sistemas de salud, la industrialización, la diversificación económica y establecer

las condiciones para que los ciudadanos generen riquezas, el Estado empezó a distribuir la

renta petrolera y establecer obstáculos a las industrias privadas para mantener su monopolio.

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Esto se convirtió en un círculo vicioso. Al no generar riqueza por otros medios, el

Estado necesita de la renta para financiarse y para asegurar su financiamiento, no permite que

se genere riquezas por otros medios.

Actualmente el 80% de las finanzas de Venezuela dependen de la exportación

petrolera. Lo que hace preguntarnos con temor ¿Está Venezuela preparada ante una eventual

sustitución del petróleo como fuente de energía?

Dada la situación actual, la dolorosa respuesta es no. No se están estableciendo las

políticas necesarias para diversificar la economía y hay que tomar en cuenta que las

principales políticas para salir de este entuerto, son la de mejorar a como dé lugar, la

educación y la salud.

La educación es una condición sine qua non, para el desarrollo de un país. Aumentar

los años de educación primaria y secundaria y asegurarse que la mayor cantidad de niños y

jóvenes terminen ambas fases de manera exitosa. Hacer que los padres se interesen más en la

educación de sus hijos, en las condiciones de la escuela y en la instrucción de los profesores.

Establecer sistemas de evaluación institucional y hacer una constante revisión y reforma de los

planes estudios es algo imprescindible.

La salud es otra condición importante. La salud no es solo dar tratamientos y mejorar

los hospitales. También son importantes los sistemas de prevención, la nutrición, la práctica de

deportes, los controles epidemiológicos, las políticas para disminuir el consumo de sustancias

nocivas como los alucinógenos, el alcohol o el tabaco.

Dotar a los urbanismos y áreas rurales de electricidad, agua potable y aguas negras, sin

olvidar que mejorar la infraestructura, la educación y disminuir los niveles de criminalidad,

contaminación y analfabetismo funcional, también mejoran la salud de los ciudadanos y son

un deber moral y legal del estado.

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A las anteriores se les debe añadir otras políticas que fomenten el desarrollo y el

bienestar de los ciudadanos: el respeto a la propiedad privada, fomentar la inversión nacional y

extranjera, mejorar la seguridad jurídica, el sistema de seguridad social y la seguridad del

individuo.

Y entre las decisiones más difíciles que debería tomar el Estado venezolano,

permitirnos a los ciudadanos comprar acciones de la industria petrolera, de manera que

participemos más activamente en el financiamiento de nuestra principal industria, y alejarse de

la administración de ésta para concentrarse en la diversificación de la economía. Incluso

debería, en lo que puede ser la idea más provocadora de este ensayo, gestionar su salida de la

OPEP, para obligar a la industria a competir de manera eficiente.

El futuro no tiene porque pintar negro como el petróleo. No lo quememos, sino,

procesémoslo y convirtámoslo en algún producto de mayor tecnología. Utilicémoslo para

potenciar la industria petroquímica y desarrollemos nuevos plásticos, ceras, lubricantes,

fertilizantes o alcoholes. Deberíamos explorar la producción de aminoácidos y proteínas a

partir de petróleo. ¿Se ha planteado usarlo en la elaboración de productos farmacéuticos?

No se puede asegurar que estas ideas sean rentables, pero tampoco podemos afirmar lo

contrario. Lo importante es que los venezolanos aprendamos que la riqueza la produce la gente

y el trabajo. Tenemos décadas cosechando algo que no hemos cultivado. Pero podemos

mejorar. Hace falta intención social e intención política. Es muy difícil pero se puede lograr.

El tiempo es corto y el peligro es muy grande. Venezuela y el resto de “petroestados” o

corren o se encaraman. Se corre riesgo que en veinticinco años, nuestros países se encuentren

flotando en grandes pozos y yacimientos de… barro.

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La pasión no debe sustituir a la razón

Existen muchas razones por las cuáles los Estados Unidos están interesados en

independizarse del petróleo y no solo Estados Unidos, sino todos los países consumidores de

petróleo. Ellos y sobre todo los países industrializados aún recuerdan la crisis energética de

1973, cuando la liga árabe utilizó el petróleo como arma política, debido al apoyo que Estados

Unidos y países de Europa le dieron a Israel en la guerra del Yom Kippur.

A ese embargo siguió la crisis del 1979, cuando las revueltas contra el Sha de Irán

redujeron en ese país, la producción de seis millones a un millón y medio de barriles diarios.

La posterior guerra entre Irak e Irán en 1980 empeoraron el panorama. Las presiones de

demanda debido a la industrialización creciente de muchos países, entre ellos, China, elevaron

el precio promedio del barril de petróleo en la última década, de $ 27,6 en el año 2000 a $ 98,0

en los primeros meses de 2011.

A lo anterior se suma que el 75% de las reservas petroleras del mundo se encuentran en

países políticamente inestables y miembros de la OPEP, una organización que cumple todas

las condiciones necesarias para ser definida como un cartel. Es algo tan real que mientras se

escriben estas palabras hay un conflicto en Libia que ha hecho que aumente el precio del

petróleo y pone en riesgo su exportación, cuando muchas de las regiones productoras de

petróleo en Libia, están en un juego de tira y encoge entre los rebeldes que se oponen al

régimen de Muammar Gadafi y los soldados leales a éste.

A los precios alcistas del petróleo, se suman las presiones ambientalistas por disminuir

su uso. El IPCC (Intergovermental Panel on Climate Change), tiene la certeza que las

emisiones de CO2, un subproducto de la quema de combustibles derivados del petróleo, son

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las causantes del aumento de la temperatura media global durante los últimos 50 años y se

teme un aumento significativo en los próximos años.

Esas son algunas de las razones por las cuáles muchos países están desarrollando

proyectos de tecnologías de producción de energía, que no dependan del petróleo, como por

ejemplo, el proyecto ITER, que en una colaboración entre la Unión Europea, China, India,

Rusia, Corea del Sur, Japón y Estados Unidos que busca producir energía sustentable usando

la fusión nuclear.

Eso significa que la producción de energía, el precio del petróleo o el aumento de

emisiones CO2, son temas que preocupan a políticos, científicos, ingenieros, futurólogos,

presidentes, inversionistas y hasta estrellas de cine.

Preocupa a activistas que de vez en cuando aparecen en la televisión en una marcha

contra del calentamiento global. Se los ve con sus carteles que dicen “paren el calentamiento

global ya”, “salvemos el planeta” o “apagón por la vida” y achacan cualquier terremoto,

tsunami, tornado, fenómeno del niño, día soleado, día lluvioso, huracán, inundación o sequía

al calentamiento global.

Preocupa al ciudadano común cuando paga la factura de electricidad o cuando hay

rumores de aumento de la gasolina y preocupa a los ciudadanos más pobres, cuando no tienen

acceso a luz eléctrica, lavadoras, neveras, medios de transporte baratos y seguros, sistemas de

calefacción o sistemas eficientes para cocinar alimentos. Sin embargo, se puede objetar, que

las tecnologías que aprovechan fuentes de energía alternativas al petróleo, son muy caras para

que los más pobres puedan utilizarlas o sacar provecho de ellas, lo cual es cierto… por ahora.

Es interesante observar, que con la preocupación que causa este tema, algunos

activistas, ciudadanos, políticos o estrellas de cine, no tienen idea de cuál es realmente el

problema. Muchos no tienen idea de que son tecnologías que aprovechan fuentes de energías

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alternativas y en general no saben que significa energía ni mucho menos como se produce o se

aprovecha, pero derrochan una gran pasión, al momento de dar declaraciones, algunas veces,

llenas de errores y preconceptos.

Esto puede retrasar la solución de problemas como la disminución de las emisiones de

CO2, porque ahora lo que lleve la etiqueta de nuclear, sintético, industrial, químico,

tecnológico, transgénico, radiación o atómico, es satanizado, sin una discusión o un

razonamiento y puede hacer que los países exportadores de petróleo no tomen las previsiones

necesarias para un futuro próximo.

Es aquí donde la pasión no debe sustituir a la razón. La pasión es necesaria para

promover una causa, pero la razón evita que se promueva la causa equivocada, como por

ejemplo la de pedir el veto al uso del monóxido de dihidrógeno. Esto fue una broma inventada

por unos estudiantes de la universidad de California, Santa Cruz, que llamó la atención del

público en general cuando Nathan Zoher de 14 años, utilizando un lenguaje técnico oscuro y

apelando a la quimiofobia, logró reunir varias firmas para regular y vetar el uso del agua.

El aprendiz de brujo… ¿o futurólogo?

El año es 2050, y el mundo ha cambiado su faz. Las modernas tecnologías que

aprovechan las fuentes alternativas de energía se ven por doquier.

Los paneles solares se volvieron eficientes y baratos, y las plantas de energía solar con

diseño ecológico pueden verse adaptadas al paisaje. También los bosques de turbinas de viento

dejaron de ser una curiosidad, al mostrar un campo cubierto con molinetes gigantes. Estas

tecnologías apoyan a las centrales de fusión nucleares, que al no usar material radiactivo

cuenta con la confianza de los consumidores.

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En las ciudades no se escuchan muchos vehículos. Los nuevos autos eléctricos son

silenciosos y los últimos vehículos de combustión interna están saliendo de las series de

montaje. Los camiones y los autobuses utilizan celdas de combustible dado que sus grandes

dimensiones pueden mantener los tanques de hidrógeno.

Las casas tienen sistemas térmicos solares que se utilizan en la calefacción y en la

cocción de alimentos, que junto con las celdas fotovoltaicas disminuyen la cuenta en la factura

de electricidad. Los celulares, el televisor, las computadoras y las consolas de videojuegos son

ahora un solo aparato que se puede recargar con luz solar.

Las áreas rurales también se benefician agregando a los paneles solares y pequeñas

turbinas de viento, los biodigestores que las hacen más independientes e integrales.

Y el petróleo. Su uso disminuyó mucho y ahora se utiliza para destilar el combustible

de buques mercantes y de aviones. Pero las mejoras y la disminución de los costos de

mantenimiento y operación de los reactores nucleares, harán que los buques mercantes se

adapten a ésta tecnología y las plantas de obtención de hidrógeno pueden proveer un

combustible más potente para los nuevos jets ecológicos.

Y las investigaciones de nuevos materiales buscan extraer del petróleo los plásticos,

lubricantes y asfaltos inteligentes con lo que finalmente y oponiendo alguna resistencia, el

petróleo dará su último arañazo.

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Referencias bibliográficas

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[3] http://history.nasa.gov/apsr/apsr.htm

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[11] http://www.renewableenergyworld.com/rea/news/article/2009/05/chinas-new-focus-on-

solar?cmpid=WNL-Wednesday-May27-2009

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[15] http://en.wikipedia.org/wiki/Dihydrogen_monoxide_hoax