17
TANINO. “No me escribas desde un puerto de tu olvido Ni me llames con tu boca de tanino Porque sé que nuestro amor está Está mas allá de la esperanza” Luis Alberto Spinetta “Tanino”, 1978, canción inédita. INTRODUCCION. En el presente trabajo trataré de abordar críticamente la película “Quebracho”, que fue dirigida por Ricardo Wullicher y estrenada en 1974. En este intento me preocuparé por encontrar en qué forma los personajes que son presentados como portadores del mensaje que, en mi opinión, el director pretende ofrecer al espectador, reproducen ciertos discursos, formas de pensar y practicas, funcionales al régimen de verdad que llamaré “Argentinidad”. Siguiendo a Michel Foucault, entiendo por régimen de verdad a “un sistema ordenado de procedimientos para la producción, regulación, distribución, circulación y operación de juicios. La ´verdad´ está vinculada en una relación circular con sistemas de poder que la producen y la mantienen y a los efectos de poder que ella induce y que la extienden” 1 De este modo, se priorizan en el análisis las funciones productivas del poder y no tanto su faceta represiva, poniendo el foco de atención en la articulación de ciertos saberes y organizaciones del discurso que son condición de posibilidad de acciones que se inscriben en los cuerpos y que “producen” sujetos funcionales en fin, a la reproducción de una organización social determinada (en los últimos dos siglos, el capitalismo). En esta línea, entiendo el ejercicio del poder como la “conducción de conductas”, como la delimitacion de un campo de acción posible para los sujetos, que tendrían la creencia de ser libres (fundamental para hablar de poder en sentido foucaultiano) en sus elecciones pero que sea cual sea dicha decisión el resultado final 1 Acanda, Jorge Luis: “De Marx a Foucault: Poder y Revolución”, material de cátedra.

Quebracho - Alejandro Swieczewski

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Autor; Alejandro Swieczewski

Citation preview

Page 1: Quebracho - Alejandro Swieczewski

TANINO.

“No me escribas desde un puerto de tu olvidoNi me llames con tu boca de tanino

Porque sé que nuestro amor estáEstá mas allá de la esperanza”

Luis Alberto Spinetta “Tanino”, 1978, canción inédita.

INTRODUCCION.

En el presente trabajo trataré de abordar críticamente la película “Quebracho”, que fue dirigida por Ricardo Wullicher y estrenada en 1974. En este intento me preocuparé por encontrar en qué forma los personajes que son presentados como portadores del mensaje que, en mi opinión, el director pretende ofrecer al espectador, reproducen ciertos discursos, formas de pensar y practicas, funcionales al régimen de verdad que llamaré “Argentinidad”.Siguiendo a Michel Foucault, entiendo por régimen de verdad a “un sistema ordenado de procedimientos para la producción, regulación, distribución, circulación y operación de juicios. La ´verdad´ está vinculada en una relación circular con sistemas de poder que la producen y la mantienen y a los efectos de poder que ella induce y que la extienden”1 De este modo, se priorizan en el análisis las funciones productivas del poder y no tanto su faceta represiva, poniendo el foco de atención en la articulación de ciertos saberes y organizaciones del discurso que son condición de posibilidad de acciones que se inscriben en los cuerpos y que “producen” sujetos funcionales en fin, a la reproducción de una organización social determinada (en los últimos dos siglos, el capitalismo). En esta línea, entiendo el ejercicio del poder como la “conducción de conductas”, como la delimitacion de un campo de acción posible para los sujetos, que tendrían la creencia de ser libres (fundamental para hablar de poder en sentido foucaultiano) en sus elecciones pero que sea cual sea dicha decisión el resultado final seria siempre similar. Esto es, analizar al poder como productor de subjetividad, ya que aun pudiéndose producir mutaciones en el régimen de verdad, ciertas estructuras quedarían indemnes, por ejemplo la propiedad de los medios de producción. Productor de subjetividad, también, porque define la “correcta” forma de ser con los demás, con uno mismo, con la ley, con la ciencia, etc. Siguiendo a Acanda, se podría afirmar que en este marco teórico el poder induce y no obliga y que “La construcción de la subjetividad no es un proceso libre, espontáneo”, sino que “Mediante la intervención de estructuras de socialización creadas desde el poder, se logra que el despliegue conductual del individuo se convierta en prolongación de esquemas impositivos”2. En este punto me parece valioso retomar a Goran Therborn con su concepto de “sometimiento-cualificacion” y los modos de interpelación de las ideologías, pudiendo ser útil para describir en forma algo más exhaustiva como la

1 Acanda, Jorge Luis: “De Marx a Foucault: Poder y Revolución”, material de cátedra.2 Acanda, Jorge Luis: “De Marx a Foucault: Poder y Revolución”, material de cátedra.

Page 2: Quebracho - Alejandro Swieczewski

subjetividad es creada a través de prácticas y discursos a nivel cotidiano e intelectual científico.Por “Argentinidad” entonces, entenderé el régimen de verdad especifico de nuestro país que, en la búsqueda de definir un sujeto argentino modelo (un Sujeto central en los términos de Therborn), busca homogeneizar a la población en su intimidad, en su conciencia y en sus practicas y; que atraviesa ciertos dispositivos como la fábrica, la escuela, la familia, la cárcel, el cine, etcétera. Dispositivos en los cuales los sujetos son interpelados ideológicamente y que, en un proceso que se daría en forma simultanea los someten y cualifican “diciéndoles, haciéndoles reconocer y relacionándolos con: lo que existe, lo que es bueno y lo que es posible”3 así como con sus contrarios respectivos. De este modo, los sujetos son cualificados para poder asumir ciertos roles en la sociedad en la que viven así como son sometidos a estos mismos, los cuales delimitan sus posibilidades de acción. Procesos en los cuales no son solo “receptores” sino que también ellos “cualifican” a los dispositivos, pudiendo así modificarlos, defenderlos. Entiendo, así, a la Argentinidad como una búsqueda (no consciente tal vez, pero cuyos resultados desembocan en la reproducción de las relaciones de producción de tipo capitalista) de ciertos sectores de las clases dominantes por definir qué y quienes son argentinos y qué y quienes no lo son. La Argentinidad, entonces, sería el resultado (nunca definitivo) de la búsqueda de una clase explotadora que a lo largo de la historia del país necesitó de las migraciones internas y externas para hacerse de la mano de obra necesaria para llevar adelante sus empresas. Proceso que trajo a las zonas de trabajo una mezcla de culturas, tradiciones de organización, ideas políticas, etc, que en forma de resistencias se contraponen/ian y obligan/ban al poder a mutar constantemente para mantener su efectividad en la producción y reproducción de cuerpos políticamente dóciles y productivamente útiles o, como creo que también se podría decir, sometidos y calificados para desarrollarse en una sociedad capitalista como la argentina. Tanto Foucault (y su concepto de “Régimen de Verdad”) como Therborn (con la “Ideología”) se preocupan por dar cuenta de “cómo los hombres hacen sus historia en tanto actores concientes”4, no analizándolos como “idiotas culturales” u objetos, sino como sujetos que expresan un nudo de relaciones sociales; como “productos” del poder, si, pero también con capacidad de acción y resistencia. Una libertad encomillada pero relevante para el análisis, ya que permite dar cuenta de las diferencias entre los individuos y a la vez facilita un análisis más global que habilita el uso de conceptos como los de “Sujeto” y “sujetos”. Sin embargo, es importante subrayar que el “Régimen de Verdad” contiene a las ideologías y por esto es mas amplio, ya que atraviesa todos los dispositivos, las practicas, las formas de pensar, etc.“Quebracho” interpela ideológicamente a los espectadores en forma manifiesta. No obstante, antes de entrar en lo específico del film querría remarcar que la concepción de “Ideología” que emplea Therborn, incluye “tanto las nociones y las experiencias cotidianas como las elaboradas doctrinas intelectuales, tanto la ´conciencia´ de los actores sociales como los sistemas de pensamiento y los discursos institucionalizados de una sociedad dada”5. Si bien en los dos casos me interesa el modo en que la interpelación ideológica influye en la subjetividad humana, subrayo esta separación porque creo que en la película aparecen los dos tipos de forma marcada. Creo relevante hacer una distinción en el análisis que por un lado muestre el discurso de la película en tanto productor de

3 Therborn, Goran: “La ideología del Poder y El Poder de la Ideología”, paginas 15-16, Siglo Veintiuno editores, 1987.4 Therborn, Goran: “La ideología del Poder y El Poder de la Ideología”, paginas 3, Siglo Veintiuno editores, 19875 Therborn, Goran: “La ideología del Poder y El Poder de la Ideología”, pagina 2, Siglo Veintiuno editores, 1987

Page 3: Quebracho - Alejandro Swieczewski

subjetividad política, tratando de ver en qué modo la interpelación que distingo busca someter y cualificar a los sujetos en ese campo de acción específico: el de la organización y la definición de la situación política, coyuntural e histórica. Este apartado sería el dedicado a los discursos institucionalizados, funcionales a la “Argentinidad”. Por otro lado, aunque con obvio trasfondo político también, trataré de mostrar cómo, en la parte especifica en que Lamazón es el protagonista, las acciones que se desarrollan al interior del hogar familiar, son productoras de subjetividad aunque en el campo de las experiencias cotidianas con el mismo resultado de reproducir el “Régimen de Verdad”.Tomando en cuenta este marco teórico, intentaré mostrar cómo bajo la fachada de una crítica histórica y clasista a la sociedad establecida, y a la explotación que la sustenta se esconde una reproducción de los valores y las “verdades” que se pretenderían fiscalizar. Wullicher buscaría interpelar a los espectadores tratando de contraponer la historia pasada con el presente de luchas sociales que se sucedían en el momento del estreno, tratando de mostrar que nada cambia, que la lucha es la misma, que los enemigos son los de siempre, llamando así a la acción política. Por eso mismo centraré mi atención en los personajes que aparecen como defensores de los obreros y de la “justicia” (los dirigentes anarquistas, Rogelio Lamazón y el funcionario peronista) ya que ellos son los portadores de los “efectos de realidad” que en mi opinión la película busca crear, poniendo en su boca y en sus actos, ideas que aparecerían como las “correctas” o “justas” y que en un sentido fuerte reproducen los fundamentos del poder. Defino brevemente a los “efectos de realidad” como discursos con base científica (aunque puede ser otra la base discursiva que los respalde dependiendo el campo y el sector social en el cual se provoquen dichos “efectos de realidad”) utilizados para actuar en las relaciones de poder, siendo herramientas que surgen en el acoplamiento entre saber y poder. Por tanto, trataré de rastrear los discursos y prácticas así como los modos de interpelación ideológica que aparecen en el film y, los vincularé con distintos discursos históricos que a lo largo de la cursada han sido definidos como “argentinos”. Una vez hecho esto, procuraré dilucidar en que modo son ideológicos, reproductores del régimen de verdad que llamo “Argentinidad” y, por ende, funcionales al mantenimiento de las relaciones capitalistas.

LA PELICULA.

La película trata sobre la explotación por parte de capitales ingleses de los yacimientos de quebracho ubicados al norte de la provincia de Santa Fe, en Salta y Chaco y, de la vida de la gente de esos pueblos, generalmente migrantes internos que viven en una población que depende exclusivamente de la existencia de la empresa. En su época, “Quebracho” formó parte de lo que se conoció como el “Nuevo Cine Argentino” que con directores como Raimundo Gleyzer y Enrique Olivera entre otros, fue un movimiento que durante la década del setenta produjo películas con un fuerte contenido político e histórico, atípico para la tradición del cine nacional aunque, a tono con los tiempos, como “La Patagonia Rebelde”, “La Tregua”, etc. Varias de ellas estuvieron censuradas por varios años, incluso en democracia. El film centra su atención en los conflictos laborales que se han producido durante el lapso en que la empresa existió (1900-1963) separándolo por periodos históricos según cual fuera la fuerza política y en qué modo se llevara a cabo la lucha de los obreros. Así, la primera parte toma el periodo 1918-1920 y busca retratar la lucha encabezada por los obreros anarquistas que trabajaban en la explotación durante la presidencia de Irigoyen; la segunda parte tiene como protagonista político a un referente radical de la zona que se enfrenta a la empresa en defensa de los trabajadores. La acción

Page 4: Quebracho - Alejandro Swieczewski

se desarrolla en el periodo que abarca la década del 30 con el fraude eleccionario como trasfondo. La tercera y última parte toma, aproximadamente, un lapso que comienza con la presidencia de Perón (1946) y finaliza con el cierre de todas las plantas en el año 1963. De este modo, el director puede plasmar sus ideas sobre las principales fuerzas políticas que tuvieron el favor popular en diferentes momentos de la historia del país.Por ultimo, quisiera remarcar que esta película se sigue exhibiendo en instituciones como la Universidad Madres de Plaza de Mayo así como en retrospectivas sobre “Cine de Liberación” o de izquierda y otras instituciones, que se plantean como objetivo alguna forma de cambio social en sentido socialista.

ANALISIS.

I. Interpelación Ideológica en el Campo de las Doctrinas Intelectuales

En un primer nivel que Therborn define como “lo que existe”, las ideologías buscan definir cómo es el mundo que nos rodea iluminando ciertas cosas y sacando el foco de atención de otras. Así se busca que los sujetos acepten una idea más o menos amplia de qué es lo que hay en el mundo y qué no. Este nivel es muy importante ya que partiendo de una definición de cómo es el mundo, los sujetos deciden en qué contexto están actuando. En el caso de “Quebracho” el fuerte contenido político del film y, teniendo en cuenta el álgido momento en la lucha de clases que coincidía con la época en que se estrenó, damos por sentado que ninguna de las alusiones presentes en él son casuales. El director nos presenta una unidad económica (la empresa) que se puede conceptuar como “enclave”, en la acepción utilizada por Fernando Enrique Cardoso y Enzo Faletto (autores en boga en esos tiempos por sus consideraciones sobre la dependencia de las economías latinoamericanas) que generalmente es usada para caracterizar a otros países de la región, pero no para la Argentina cuyo desarrollo económico no tuvo como característica el enclave (un sector particular de la economía de un país cuya explotación esta en manos de capitales extranjeros y que por las tecnologías que poseen y las formas de producción que implementan se diferencian de las del resto del país, generalmente campesino y con economías de subsistencia, atrasados en cuanto a los medios de producción que utilizan) sino a la explotación de las ventajas comparativas de sus producción agropecuaria (en manos de terratenientes locales) y, mas adelante en el tiempo, con un crecimiento industrial importante con la llamada industrialización por sustitución de importaciones. De este modo, se toma como característico del país algo que no lo es, si bien existe. Así, se hace hincapié en la contradicción imperio-nación, relegando las cuestiones especificas de clase a un segundo plano, en un momento del país en que esos temas estaban en la primera plana de los diarios. En este contexto se muestra que existe la explotación, la traición política, la corrupción gubernamental y la represión policial así como la posibilidad de oponerse a ellas. Ahora bien, parece que no existiera la posibilidad de que las luchas populares pudieran cambiar la situación, ya que a pesar de los cambios políticos nacionales, las derrotas en cuanto a lo que sucede en Villa Guillermina son continuas y el dominio ingles “intocable”. Lo intocable en una película que pretende trastocar nuestro pensamiento político y artístico. Con cada avance cronológico la participación popular es cada vez mas acotada (empezando por la autoorganización anarquista, pasando por la acción judicial de un puntero político radical en busca de votos y terminando con la solitaria charla entre el gerente de la empresa y un “incorruptible” funcionario peronista que parece que “pone las

Page 5: Quebracho - Alejandro Swieczewski

cosas en su lugar”) e inversamente, la “eficacia” de la lucha va in crescendo, aunque la derrota no será evitada. Es decir, a menor participación obrera, mayor posibilidad de obtener éxitos concretos. A mayor burocracia, mas beneficios y, a mayor participación mas muertes. Las masas populares, entonces, aparecen en todos los momentos históricos como incultas, incapaces de darse un modo de acción propio (los anarquistas educan, los radicales los representan, los peronistas les “otorgan” sus “derechos”), y así todo el problema parece reducirse a un cambio en los detentadores del poder por otros que sepan “repartir” mejor. ¿Y los obreros? Que acompañen atrás, que aplaudan, que se “fajen” si quieren, pero de tomar decisiones ni hablar. El periodo que podríamos llamar “anarquista” se caracteriza porque uno de los cabecillas del movimiento trae libros, enseña álgebra, insiste en la importancia de la organización y cuando es interrogado por la policía responde: “Quiero desembrutecer a la gente, los quiero hacer libres”. Cuando un compañero suyo ve los libros que les envían de Buenos Aires dice: “Que mate (sic) que debieron tener estos tipos” y cuando interrogan a un viejo poblador de la zona sobre qué es lo que hacia con los anarquistas responde: “estaba estudiando”. A su vez, ni bien Lamazón sale de la cárcel se hace de una imprenta y, luego de asesorarlos, obliga a los obreros a que le compren su periódico “así pueden discutir con la empresa” como si ellos no supieran de qué quejarse, siendo ellos los que trabajan en la forestal y no el dirigente radical. Quizás me haya extendido demasiado con las citas pero me parece uno de los puntos mas importantes de la película ya que refleja, sin quererlo probablemente, discursos que han corrido durante toda la historia del país desde Sarmiento hasta nuestros días, que hacen hincapié en la “incultura”, la “estupidez congénita” y a cierta esencia de idiotez entre las clases populares. Con su corolario implícito, la necesidad de que alguien culto e inteligente los ayude a “liberarse” y de que la educación sin más es la que va a salvar a la gente, siendo la realidad que el prócer de la educación nacional creía que los no europeos (por ejemplo casi todos los pobladores de Villa Guillermina) eran bárbaros y esencialmente retrasados6.El segundo nivel interpela en cuanto a “lo que es bueno” y su contrario, modelando así las creencias de los sujetos, trazando unas escalas de valores que “estructuran y normalizan nuestros deseos”7 . Así en “Quebracho” “lo que existe” es casi todo malo (explotación, corrupción, etc.). El problema en mi opinión es lo que se muestra como “bueno”: en el caso de la dirigencia política, “machos” con personalidad fuerte que “arríen” a las masas hacia la “liberación”; en cuanto a la organización social, “lo bueno” sería que los lideres “repartan mejor” y que controlen a los explotadores extranjeros (en boca de Lamazón) o que hagan cumplir los derechos. De este modo, se trasluce una visión instrumental del estado y de la política, en donde solo importa qué ´individuo´ ocupa el puesto dirigente y no la organización social que habilita las prácticas corruptas. Lamazón dice en un momento “que la política es una pasión, pero no es beneficencia”, planteando una antinomia artificial que deja traslucir que la política es únicamente para los dirigentes “apasionados” y no algo que sirva como una búsqueda de fines algo mas trascendentes que la mera consecución de objetivos egoístas de “realización personal”. Poder obrero, revolución social, autoorganización, explotación por parte de la burguesía nacional, etcétera, en una película que se estrena en 1974 y que pretende hablar de política, no se escuchan muy seguido. Según Therborn, lo esencial en este nivel es lo espacial, “algo puede ser bueno y justo en todas partes, en alguna parte, aquí o en otra parte”8. En “Quebracho” lo bueno y lo malo tienen tintes universales. El fatalismo se mantiene hasta el final prescindiendo de los

6 Ver Solodkow, David: “Racismo y Nación: Conflictos y (des) Armonías Identitarias en el Proyecto Nacional Sarmientito” n Revista Decimonónica, Vol. 2, Numero 1, 2005.7 Therborn, Goran: “La Ideología Del Poder Y El Poder De La ideología”, pagina 16, Siglo Veintiuno.8 Therborn, Goran: “La Ideología Del Poder Y El Poder De La ideología”, pagina 16, Siglo Veintiuno.

Page 6: Quebracho - Alejandro Swieczewski

momentos históricos. Las derrotas no se interrumpen, las ganancias empresariales no merman, la corrupción atraviesa a todos los gobiernos (menos a los peronistas, algo nada casual). La atención se enfoca en la traición, la corrupción, es decir en cuestiones morales, que siempre retornan. No digo que la corrupción, la represión y la traición no tengan su lugar en la historia, simplemente subrayo que su papel es secundario. Si el problema principal es la moral de la dirigencia política el problema se reduce a cambiar a los dirigentes corruptos por otros honestos. El propio Lamazón lo expresa en un discurso durante la campaña, “no se puede creer que en un país tan rico los trabajadores solo reciban hambre y desnudez”, y luego critica al capital, al capital corrupto e irresponsable. Esto también se ve reflejado en un escena en que el dueño de la empresa explica que ellos ganan mucho dinero porque el gobierno argentino no le retiene un porcentaje tan alto de ganancias como el ingles, dando a entender que el problema de fondo pasa por las decisiones gubernamentales, en otras palabras, ubicando todo el poder en el estado, reforzando la instrumentalizacion del mismo señalada mas arriba. La historia puede ser más o menos verídica, yo no lo sé, pero como dije mas arriba es una cuestión de donde se pone luz y donde se deja a las sombras pasearse en la lejanía.El tercer nivel ataca al sujeto en cuanto a lo “posible y lo imposible”, y así se ajusta nuestra visión en cuanto al futuro, nuestras esperanzas, cómo enfrentar “lo que existe” y “es malo”, en fin, lo que vendrá. Una vez más lo único que parece posible, es el cambio en el elenco gobernante y dirigencial en general, reforzando la visión instrumentalista del estado ya señalada. Lo que se entreve como bueno se muestra imposible. Esta idea se refuerza porque, como dije arriba, al utilizar como ejemplo a un enclave, la contradicción que se presenta en primer plano es la de imperio-nación o la de corrupción-honestidad y no la de capital-trabajo que es la que funda el sistema social que permite que surjan esas otras tensiones. Para ser “imperialista” tanto como para ser “corrupto” a nivel político, se tienen que ocupar posiciones especificas en el entramado social las cuales son condicionadas previamente por otros factores como, por ejemplo, la distribución de la propiedad de los medios de producción y no por capacidades morales. Los anarquistas cayeron porque no pudieron disciplinar a sus bases, Lamazón fue traicionado por los dirigentes de su partido, en connivencia con los dirigentes de la empresa y el partido conservador, por “obrerista y; escena seguida al “bienintencionado” funcionario peronista aparece un señor vestido de militar que bien podría ser un miembro de la “Revolución” “Libertadora”. En fin la empresa se cierra porque el quebracho se acaba y se ve obligada a buscar la materia prima en África. Nunca se plantea la cuestión de la revolución social (tímidamente un anarquista habla de suprimir al patrón) siempre el conflicto se resuelve a favor de la empresa por su poder económico y político.

II. Lamazón, el “Argentino”. Interpelación Ideológica en el Campo de lo Cotidiano.

El tramo de la película que tiene al personaje Rogelio Lamazón como protagonista (interpretado por Lautaro Murúa), me parece particularmente interesante porque gran parte de la acción se desarrolla dentro de su casa, en la cual convive con su esposa Sara (Cipe Lincovsky) y sus tres hijos. La forma de manejarse con ellos me parece paradigmática, compatible con discursos que a lo largo de la cursada se definieron como “argentinos”, y que toman mayor relevancia al ser el protagonista la encarnación de un “reformador social”. Sin embargo, no es solo en cuanto a su relación con la familia sino también en el modo en que el personaje vierte opiniones y conceptos más generales, que podemos decir que su discurso es compatible con otros anteriores, funcionales a la reproducción del régimen de verdad:

Page 7: Quebracho - Alejandro Swieczewski

Por ejemplo al referirse a la Capital Federal durante una conversación con el gerente de la empresa (Héctor Alterio), Sara queda anodada ante la posibilidad de vivir allí pero Lamazón la define sin dudar como “una ciudad de putas y de locos” dejando traslucir un, como podría decir Sebreli al referirse a Martínez Estrada, idilismo ruralista clásico en los abordajes literarios y musicales de diversos representantes de la “cultura oficial” (el discurso criollista de principios del siglo veinte fue solo el puntapié inicial) que la película supuestamente vendría a subvertir. De este modo se asocia lo urbano a lo corrupto y lo rural a lo “ideal” o “puro”, en un momento en el que las luchas políticas y sociales que el film, creo, buscaba apoyar se estaban dando en los principales centros urbanos del país (Gran Buenos Aires, Rosario y Córdoba capital).En mi opinión, las actitudes de Lamazón son un llamado a “reforzar el rol tradicional de la familia. El varón-padre como garante de la satisfacción de las necesidades materiales; mientras la mujer-madre responsable natural de la procreación y del cuidado de los hijos”9, lo cual es compatible con ciertos discursos enmarcados especialmente en las políticas llevadas adelante por el ministro de salud durante la primera presidencia del General Perón, Dr. Ramón Carrillo, cuyas ideas llegan hasta nuestros días. Como ejemplo de su vigencia basta recordar que durante la breve presidencia de Adolfo Rodríguez Saa, se intentó lanzar un plan nacional de salud con el nombre del citado ex ministro.Entonces, siguiendo a Therborn, en este tramo del film, “lo que existe” es un hombre que en el ámbito de la familia, es el único miembro con posibilidades de desarrollar una vida mas allá de las obligaciones conyugales10 (su carrera política); y una esposa encargada de las tareas diarias de la casa, siempre a la espera de la complacencia del marido (le lleva el mate de la cocina al estudio, anuncia las visitas, corta los árboles de la casa) así como responsable de la educación de los niños. Ahora si, ante la posibilidad de que algo les pase, Lamazón no duda en dejar en claro que si algo malo les sucediese, él “no tendría mas remedio que volarse la tapa de los sesos”11. Así, en el mundo familiar queda estrictamente definido el liderazgo del hombre sobre el resto de los miembros, algo que se puede relacionar con esa referencia implícita a la importancia casi exclusiva que se le otorga a los dirigentes por sobre las bases en los conflictos políticos y, que critiqué mas arriba. El “machismo” que trato de subrayar es compatible con el hecho de que mas allá del personaje de Lincovsky, solo aparece un personaje femenino adulto mas en la película, cuya participación se reduce a abrirle la puerta a unos obreros que huían de la represión de la gendarmería. Es decir, en los conflictos políticos que la película busca reflejar, las mujeres “no existen” más que como “muletas” de los hombres, quedando bajo la oscuridad de un transpirado sobaco masculino. En el caso de la relación con los hijos, estos son reducidos al deber de ser emuladores mudos de su padre y a recibir ordenes sin chistar. Ante la inminencia de un enfrentamiento armado entre la policía y la familia uno de los niños rompe en llanto, ante lo cual Lamazón se limita responder: “¿desde cuando traigo maricones al mundo yo?”. En este sentido “lo que existe” es un padre autoritario que da ordenes e hijos cuya obligación es obedecer. Esto también es algo clásico en los discursos de la argentinidad, que se caracterizan por juzgar a las familias como un todo, ubicando así todas las responsabilidades en el jefe de familia el cual ejecutaría el “mandato social” de educar a los hijos “como debe ser”, y en donde el éxito o fracaso del legado que se deja dependerá

9 Ramaccioti, Karina: “Las Huellas Eugenicas En La Política Sanitaria Argentina (1945-1955) en: Marisa Miranda (comp.) “Darwinismo Social y Eugenesia En El Mundo Latino”, Pagina 339, Buenos Aires, Siglo Veintiuno, 2005.10 En palabras del Lamazón al llegar a la casa luego de salir de la cárcel: “La patrona tiene las noches, y los chicos están en casa todo el día”.11 Textual del protagonista al estar la casa sitiada por la policía.

Page 8: Quebracho - Alejandro Swieczewski

de que los miembros de la familia no traigan vergüenza a la misma (por ejemplo siendo “maricones” aunque podría señalar cualquier otra forma de “anormalidad”).En cuanto a “lo que es bueno”, eso que existe no es cuestionado en ningún momento de la película. Es decir que “es bueno” que la mujer no tenga otro ámbito que la cocina y otra actividad pública que el acompañamiento del esposo. Los hijos son esponjas que absorben lo que les inculca la familia. La revolución seria puertas afuera del hogar, la “superioridad paterna” sortearía indemne los cambios sociales por los que se aboga en la película. En este ámbito, “lo posible y lo imposible” no llega a plantearse. Las relaciones dentro de la familia no son discutidas en ningún momento. La sumisión es constante, ininterrumpida, intocable.

CONCLUSIONES.

A partir del análisis propuesto, se pueden extraer algunas conclusiones en cuanto a la relación entre la película y el régimen de verdad que, según lo dicho, se estaría reproduciendo en ella. Desde un punto de vista político, creo que el film aprovecha la coyuntura del momento del estreno para hacer un llamado a la acción. Enmarcada junto a otras películas del momento en un movimiento cinematográfico novedoso para la historia del país, busca establecer lazos entre los conflictos del pasado y los del presente tratando de encontrar continuidades en los sufrimientos de los trabajadores y los luchadores, así como en el carácter dependiente del país en lo político-económico y lo reaccionario y corrupto de la actuación de los sucesivos gobiernos. Estas tres situaciones son mostradas como invariables a través del tiempo dejando implícito que si se luchó en el pasado, hay que luchar en el presente ya que los intereses serían también invariables. El modo en que se reflejan estos intereses invariables es lo que, en mi opinión, hace que los discursos que recorren el film sean funcionales a la reproducción del régimen de verdad, ya que corren un velo sobre la contradicción fundamental que se esconde detrás los conflictos laborales y políticos que Wullicher pone en pantalla. Dentro del cine, son comunes las películas que toman personajes particulares para reflejar situaciones que involucran a la sociedad o a sectores importantes de ella y, de ese modo, producir algún efecto de realidad. En el caso de “Quebracho”, la base del conflicto social reflejado es la dependencia de la economía argentina con respecto al capital extranjero. De hecho todos los representantes de la empresa que aparecen en la película siendo protagonistas en el conflicto son ingleses, así se silencia la explotación entre “compatriotas”, que por razones obvias es la más recurrente en el país. Dicho discurso era muy difundido en la época ya que gran parte de las fuerzas políticas (nacionales e internacionales) en boga en el momento del estreno, marcaban la contradicción entre imperio y nación como el problema básico de las sociedades latinoamericanas. Desde Cardoso y Faletto en el ámbito de la teoría hasta Fidel Castro o Haya de la Torre en el campo de la acción política, la dependencia es el pecado original. El cable de transmisión entre los “explotadores” foráneos y los explotados nacionales pasaría exclusivamente por la corruptibilidad de los gobernantes vernáculos. En este caso, el centro del problema pasa a ser moral, y la solución sería reemplazar a los corruptos por dirigentes honestos que no defrauden al pueblo. Así se repite la omisión de la causa básica de dicha corrupción, la cual pasa una vez mas por una cierta forma de organizar la sociedad que poniendo los medios de producción y por ende las ganancias en pocas manos crea una situación estructural de relación de fuerzas, en la cual la corrupción es posible. No hay modo de que un grupo de obreros, por mas dinero que

Page 9: Quebracho - Alejandro Swieczewski

tengan, soborne al gobierno para que éste forme, por ejemplo, un grupo policial que responda a sus intereses particulares. Lo dicho hasta aquí es funcional a la “Argentinidad” en tanto que la solución que se trasluce para el problema, en la forma en que se lo plantea, es la unidad de los argentinos contra la explotación extranjera. Pero no de cualquier argentino, sino del argentino con una cierta conducta, con una moral determinada. En tanto definí a la “Argentinidad” como régimen de verdad que busca homogeneizar a una sociedad heterogénea, alrededor de discursos que prioricen las referencias a lo esencialmente argentino como factor aglutinante para construir a la población como obreros, soldados, etc.; el llamado que aparece en el film es atravesado por dicho régimen, ya que la “solución” que se plantea en ultima instancia es la unidad de los argentinos basada en consideraciones morales abstractas.Por otro lado, enfocar el problema desde el punto de vista de las cualidades morales de la dirigencia lleva implícita la idea de que lo fundamental en los conflictos pasa, valga la redundancia, por los dirigentes y no por las bases, que son los principales interesados por cambiar la situación ya que son ellos quienes la sufren principalmente. De este modo, en la película son repetidas las alusiones a la incapacidad de los obreros (generalmente gente del interior) para crear pensamiento, dirigir sus luchas, definir los modos de organizarse. En el tramo que refleja la lucha anarquista, por ejemplo, los dirigentes llegan desde Buenos Aires como portadores de la linterna de la Razón que alumbrará los oscuros cráneos primitivos de los obreros locales. Ya Paul Eluard definió a la Razón como una linterna con cabeza de hormiga. Más allá de esto, se puede ver en el film la pasividad de los obreros (mayormente provincianos) en tanto meros receptores de indicaciones y concejos con respecto a los “iluminados” obreros porteños o a los conocimientos legales de Lamazón. Una vez mas, la subestimación de los descendientes de culturas indígenas, de piel morena y cabello renegrido (así son representados en el film) es compatible con la “esencia bárbara” qué, de un modo u otro, le atribuyen Sarmiento o Alberdi en los comienzos del pensamiento político en la Argentina, pero que siguió a través del tiempo hasta nuestros días, desde el “aluvión zoológico” del 17 de octubre de 1945 hasta las editoriales de algunos diarios nacionales haciendo referencia a los piqueteros de hoy o a la “barbarie” de las barras bravas. Esta “estupidización” de cierta parte de la población no solo auto justifica la posición de poder de los descendientes europeos, sino que busca lograr el autoconvencimiento de los discriminados en cuanto a su “inferioridad congénita”. Así, el régimen de verdad es productor de subjetividad. Desde este punto de vista, se puede decir que una vez mas la película, a su pesar, es atravesada por el régimen de verdad y en un intento por “defender” a los explotados, reproduce los discursos “argentinos” que han justificado la discriminación y la explotación de los mismos a lo largo de nuestra historia. No obstante, no son solo los obreros de provincia los que son “maltratados” en el film. Las mujeres también reciben su “castigo”, pero de un modo diferente: el olvido. En las diferentes luchas que se muestran en la película y en los diferentes periodos, no aparece una sola mujer (salvo una que no sale de su casa y otra que abre una puerta). Al decir esto, no pretendo olvidar el desplazo que ellas sufrían/sufren, pero si hasta en conflictos de la edad media las mujeres cumplían su rol en las luchas ¿Cómo se puede omitir su presencia en una película que pone el ojo en conflictos del siglo XX? No conozco que rol cumplieron en el hecho particular del que se encarga la película, pero estoy seguro que de un modo u otro su participación ha de haber sido relevante y que su olvido es, cuando menos, llamativo. De este modo se soslaya por completo la participación política femenina, algo funcional de un modo muy claro al mantenimiento del régimen de verdad que entre los discursos que lo integran no olvida un espacio dedicado al machismo.

Page 10: Quebracho - Alejandro Swieczewski

En las críticas que hice más arriba noté una divergencia entre los objetivos que buscaba concretar el director y los resultados que efectivamente produjo. Sin embargo, hay una parte de la película en la cual lo que se muestra es muy parecido a lo que aparece en muchas otras películas nacionales cuyo objetivo es bien distinto al de Wullicher, por no plantearse como objetivo criticar la situación social y política del país. Estoy haciendo referencia a cómo se buscan reflejar las relaciones familiares. Las escenas que la ilustran se caracterizan por el sometimiento de todos los miembros de la familia al padre. Como marqué mas arriba el discurso peronista en cuanto a la organización familiar es similar al del film. Sin embargo, creo ese lugar que se reserva al “hombre de la casa” va más allá de la “argentinidad” y se lo puede ver prácticamente en todo el mundo. Dicho esto, no hay que olvidar que esto no disminuye la importancia que dicho sometimiento tiene para la reproducción de las relaciones capitalistas. La discusión del rol de la mujer en la sociedad y el devenir histórico de esta problemática son demasiado amplios como para abarcarlos en este parcial y, además, no creo tener los elementos suficientes para encararlos. Sin embargo, no puedo dejar de remarcar que el “patriarcalismo” recorre los discursos de la “argentinidad” así como su complemento inevitable: el amor por la “vieja”, entendida esta como la que nos hace la comida, nos lava la ropa, nos ayuda con los deberes, nos quiere siempre aunque las chicas no nos den bola y que con la frente marchita siempre nos ven volver. Es decir, el rol clásico de la mujer en los discursos argentinos, que hacen hincapié en sus labores como madre y ama de casa y, que al reforzarlos bajo la mascara del amor y el reconocimiento, los mantienen y refuerzan. Por otro lado, el padre como el que carga la responsabilidad de mantener económica y moralmente a la unidad familiar, pero también como el único habilitado para tomar decisiones sobre los demás miembros. Cuando le va bien se muestra una familia feliz y unida, cuando las situación es adversa vemos al hombre solo y borracho acodado sobre el estaño de un oscuro bar. Esto se puede advertir en manifestaciones tan disímiles como el tango de principios del siglo XX y las telenovelas actuales como “Son de Fierro”.Para finalizar entonces, y tomando en cuenta lo dicho hasta aquí, se puede decir que ”Quebracho” a pesar de sus intenciones revolucionarias o cuando menos reformistas, es funcional al mantenimiento y reproducción de los discursos y practicas que definí como parte de la Argentinidad y qué, de ese modo, refuerzan la continuidad de las relaciones de tipo capitalista en la sociedad argentina.

Page 11: Quebracho - Alejandro Swieczewski

Sociología de la Argentinidad .

Cátedra: Fanlo.Primer Cuatrimestre 2007.Segundo Parcial Domiciliario.Alumno: Alejandro Swieczewski.