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QUIEN MAL ANDA EN MAL ACABA Juan Ruiz de Alarcón El texto presentado aquí, en general atribuido a Juan Ruiz de Alarcón, está basado en la edición príncipe que se encuentra en una edición suelta sin fecha, publicada en Sevilla por Francisco Leefael. Esta suelta fue editada por Juan Eugenio Hartzenbusch para el tomo 20 de la BAE. Este texto fue preparado por Vern Williamsen y luego pasado a su forma electrónica en 1999. Personas que hablan en ella: Don JUAN ROMÁN Ramírez Don FÉLIX Don PEDRO TRISTÁN El DEMONIO Otro DEMONIO Doña ALDONZA LEONOR, criada Dos FAMILIARES CRIADOS MÚSICOS GENTE ACTO PRIMERO Sale ROMÁN, vestido humildemente ROMÁN: Ni beldad ni gentileza [redondillas] igual en mi vida vi. Sin duda a sí misma aquí excedió naturaleza. Los miembros forma perfetos 5 soberana proporción, y como la causa, son milagro en mí sus efetos, pues que su vista primera

Quien mal anda en mal acaba

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QUIEN MAL ANDA EN MAL ACABA

Juan Ruiz de Alarcón

El texto presentado aquí, en general atribuido a Juan Ruiz de Alarcón, está basado

en la edición príncipe que se encuentra en una edición suelta sin fecha, publicada en

Sevilla por Francisco Leefael. Esta suelta fue editada por Juan Eugenio

Hartzenbusch para el tomo 20 de la BAE. Este texto fue preparado por Vern

Williamsen y luego pasado a su forma electrónica en 1999.

Personas que hablan en ella:

Don JUAN

ROMÁN Ramírez

Don FÉLIX

Don PEDRO

TRISTÁN

El DEMONIO

Otro DEMONIO

Doña ALDONZA

LEONOR, criada

Dos FAMILIARES

CRIADOS

MÚSICOS

GENTE

ACTO PRIMERO

Sale ROMÁN, vestido humildemente

ROMÁN: Ni beldad ni gentileza

[redondillas]

igual en mi vida vi.

Sin duda a sí misma aquí

excedió naturaleza.

Los miembros forma perfetos 5

soberana proporción,

y como la causa, son

milagro en mí sus efetos,

pues que su vista primera

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tanto en mi pecho ha podido; 10

mas no fuera dios Cupido

si igual poder no tuviera.

Rindióme, hirióme, matóme

de una vez. ¿Quién puede haber

que tan divino poder 15

con humanas fuerzas dome?

¿Mas quién hay que sin ventura

se atreva a tanta beldad?

¿Cómo tendrá mi humildad

alas para tanta altura? 20

Sale TRISTÁN, de camino, dirigiéndose

a un mozo que está dentro

TRISTÁN: Sacad las mulas, mancebo.

VOZ: ¡Cuerpo de Dios con la priesa! Dentro

Aun no me he puesto a la mesa.

TRISTÁN: Caminando como y bebo

yo, como grulla, en un pie. 25

Ensillad.

ROMÁN: Mientras es hora

de partir, esa señora,

me decid, ¿quién es?

TRISTÁN: No sé.

ROMÁN: Si el oficio entre su gente

de mayordomo ejercéis, 30

¿por qué causa respondéis

un "no sé" tan secamente?

TRISTÁN: No os espante que del eco

guarde las leyes así;

que si seco respondí, 35

también preguntastes seco.

¿No dijérades siquiera,

"Hidalgo, saber quería,

si cabe en la cortesía,

quién es esta pasajera"? 40

Y no, sin haber jamás

visto a un hombre, "Esa señora,

me decid, mientras es hora

de partir, ¿quién es?" Demás

que estoy con vos en pecado, 45

porque os he visto comer,

y ni vino os vi beber

ni tocino habéis probado;

y de hablar con vos me corro;

que quien no come tocino 50

ni vino bebe, es indino

de hablar ni escupir en corro.

ROMÁN: El padecer corrimientos,

de flema y calor causados,

hace para mí vedados 55

esos dos mantenimientos;

y si con menos razones

que debiera os pregunté,

soy hombre llano, y no sé

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cortesanas invenciones. 60

Yo hablé con sinceridad,

y con la misma os ofrezco

mi amistad.

TRISTÁN: Yo lo agradezco;

mas porque hasta en la amistad

fuese también desdichado, 65

tengo el amigo primero

que he encontrado, por agüero,

que es lo mismo ser aguado.

ROMÁN: Desde hoy no lo pienso ser

si con eso os obligáis. 70

TRISTÁN: Pues a lo que preguntáis

es justo ya responder.

Don Francisco de Meneses, [romance]

cuanto desdichado, noble,

padre de esta hermosa dama, 75

que Aldonza tiene por nombre,

con ella y su casa toda

de Deza partió a la corte,

al pleito de un mayorazgo,

que hoy es ya de Aldonza el dote. 80

Venciólo al fin; mas no quiso

su fortuna que lo goce,

pues salió con la sentencia

la de su muerte conforme.

Aldonza, huérfana y sola 85

con esto, determinóse

a volver entre sus deudos

a Deza, su patria, donde

la espera ya, para ser

su esposo, don Juan de Torres, 90

mi señor, noble, galán,

rico y venturoso joven.

Y así, don Pedro, su primo,

que es el que veis, a la corte

se partió, para volverla 95

acompañando en su nombre;

que por no serle decente

antes que su mano goce,

no se atrevió a ser él mismo

precursor de sus dos soles. 100

Más que me habéis preguntado,

he dicho en breves razones;

y adiós, que ya en la litera

la bella Aldonza se pone.

Vase

ROMÁN: ¡Ah cielos! ¿Quién vió salir 105

de purpúreos pabellones

pródiga el alba de rayos,

lloviendo perlas y flores;

quién tras la fiera borrasca

que formó tremenda noche 110

vio el hermoso Autor del día

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bordar claros horizontes,

quién por capital sentencia

esperó suplicio enorme,

y en dichosa libertad 115

trocó las duras prisiones;

que no juzgue, bella Aldonza,

si a tu beldad las opone,

alba, libertad y día,

sombra, esclavitud y noche? 120

Sale doña ALDONZA, de camino,y don PEDRO,

escudereándola, y TRISTÁN, atraviesan el teatro

TRISTÁN: Llegad, mancebos.

Vanse doña ALDONZA, don PEDRO y TRISTÁN

ROMÁN: ¡Oh Amor!

¡Dichoso don Juan de Torres,

que ha de gozar la belleza

mayor que el mundo conoce!

¡Ay de mí! Ya para entrar 125

en la litera recoge

las faldas. Amor, ¿qué he visto?

¿Qué nuevo inhumano golpe,

con breves puntos de un pie,

siglos eternos dispone, 130

tanto a los ojos de glorias

cuanto al corazón de ardores?

¡Perdido estoy! ¡Estoy loco!

¡Muerto estoy! Ya el sol se esconde,

que deslumbra cuando alumbra, 135

y ciega cuando se pone.

Ya camina. ¿Qué he de hacer?

Por valles, prados y montes

seré alfombra de sus plantas,

sombra de sus resplandores. 140

No puedo más... No soy mío.

Miente la opinión que pone

siempre elección de los actos

en la voluntad del hombre;

miente, que no hay albedrío; 145

ley es todo, todo es orden

dispuesto por los influjos

de los celestes orbes.

Pues te sigo, bella Aldonza,

forzado de mis pasiones, 150

como el acero al imán

y como la aguja al norte;

dictándome la razón,

que el imposible conoce,

por ser nuestros dos estados 155

en todo tan desconformes.

¿Quién, pues, me dará esperanza

de que algún tiempo la goce,

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si diabólicos engaños

no ayudan mis pretensiones? 160

Que, según estoy, no hay cosa

que no intente, no hay desorden

que no emprenda, no hay delito

que mi atrevimiento estorbe.

¿Hay un demonio que escuche 165

estas quejas, estas voces,

y por oponerse al cielo

dé remedio a mis pasiones?

Sale el DEMONIO, en forma de galán

DEMONIO: Román Ramírez.

ROMÁN: ¿Quién es?

[redondillas]

DEMONIO: Yo soy el mismo que llamas, 170

que de las eternas llamas

vengo en la forma que ves,

a tus voces obediente,

y dispuesto a tu favor.

ROMÁN: ¿Qué dices?

DEMONIO: Pierde el temor, 175

pues Amor es tan valiente.

Yo soy tu amigo, que soy

quien a tu abuelo ha servido

de familiar. Condolido,

Román, de tu pena estoy. 180

Pero, pues de mí te vales,

pierde la desconfïanza;

que o lograrás tu esperanza,

o a los reyes infernales

faltará el poder, la ciencia, 185

la industria, el arte y engaño.

ROMÁN: Si al inevitable daño

de esta amorosa dolencia

das fin... (Detestable medio Aparte

es al que me determino; 190

mas si del cielo me vino

la desdicha, y no el remedio,

¿en qué dudo?) Una amistad

eterna hallarás en mí,

y en el mundo solo a ti 195

adoraré por deidad.

DEMONIO: Pues con recíproco pacto

nos obligamos los dos:

tú a adorarme a mí por dios,

y yo, igualando al contracto, 200

a cumplirle, ese deseo,

y hacer que de Aldonza goces,

y que obedezca a tus voces

todo el reino del Leteo.

Riqueza, honor y opinión 205

de noble y sabio he de darte

y tras de todo, librarte

del poder y la opresión

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de las justicias, de suerte

que te valga mi amistad 210

eterna felicidad

en la vida y en la muerte,

pues si mi amigo leal

hubieres sido en el mundo,

.................... [ -undo] 215

te trataré como tal.

ROMÁN: Pues con esas condiciones

me pongo ya en tu poder.

DEMONIO: Atiende a lo que has de hacer

para que tus pretensiones 220

consigas. Tú has de mudarte,

para no ser conocido,

el nombre; que concedido

me es a mí desfigurarte,

ofreciendo en lo visible 225

a los ojos otro objeto,

ya que el natural sujeto

alterar no me es posible.

Con esto entrarás en Deza,

e indicios darás de que eres 230

hombre ilustre; di que quieres

disimular tu nobleza.

Y para hacerte opulento

en riquezas y opinión,

y disponer la ocasión 235

a tu enamorado intento,

médico te has de fingir;

que de él necesita Deza.

ROMÁN: ¿Cómo podrá mi rudeza,

si ni leer ni escribir 240

jamás supe, acreditar

esa invención?

DEMONIO: Yo al oído

lo que el físico ha sabido

más docto, te he de dictar;

y pues no son a mi ciencia 245

angélica reservadas,

yerbas te daré adecuadas

a sanar cualquier dolencia.

Con esto y con los engaños

que según las ocasiones 250

tracen nuestras invenciones,

verás el fin de tus daños.

ROMÁN: Impide, pues, a don Juan

con Aldonza el casamiento

antes que logre su intento. 255

DEMONIO: Yo te lo ofrezco, Román;

que de tal suerte los ojos

de Aldonza inficionaré

al mirarle, que le dé

una vista mil enojos. 260

ROMÁN: Pues ya en todo te obedezco.

DEMONIO: ¿Qué nombre te has de poner?

Y advierte que no ha de ser

de cristiano, que aborrezco

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sus ecos.

ROMÁN: Pónmele tú. 265

DEMONIO: Demodolo desde aquí

te nombra.

ROMÁN: El tuyo me di.

DEMONIO: Yo me llamo Belcebú.

Y con esto ven, amigo,

para que el pacto confirmes, 270

donde con tu sangre firmes

lo que has tratado conmigo.

ROMÁN: Vamos.

DEMONIO: Tu lascivo ardor

verás presto satisfecho.

ROMÁN: Tanto han podido en mi pecho 275

codicia, ambición y amor.

Vanse. Salen don JUAN, TRISTÁN, y don PEDRO,

de ciudad

PEDRO: Ya, primo, estaréis contento,

pues Aldonza, no obligada

solo, pero enamorada,

corresponde a vuestro intento. 280

TRISTÁN: No pienso yo que agradó

Narciso a la ninfa más.

JUAN: ¡Estoy loco! ¿Quién jamás

tal belleza mereció?

PEDRO: En ella las gracias todas 285

el cielo quiso copiar;

y adiós; que voy a sacar

galas para vuestras bodas.

Vase

TRISTÁN: ¿Qué vestido piensas darme

para estas fiestas, señor? 290

Que yo también con Leonor

tengo de matrimoniarme.

JUAN: A tu voluntad está

la tienda del mercader.

TRISTÁN: ¿Cuándo, Fortuna, he de ser 295

venturoso? ¿Cuánto va

que, si lo voy a sacar,

según nací desdichado,

o el mercader ha quebrado

o tú no te has de casar? 300

JUAN: Calla. ¿Cómo puede ser,

si Aldonza ya lo desea,

ni que mi esposa no sea,

ni que quiebre el mercader,

siendo tan ríco?

TRISTÁN: Porque es 305

mi Fortuna tan avara,

que si en zapatos tratara,

nacieran todos sin pies.

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Un amo que tuve yo,

dijo, estando ya espirando, 310

"A Tristanillo le mando..."

y al momento mejoró.

Pero mi suerte colijo

que se engañó; que en teniendo

más aliento, prosiguiendo, 315

"Mando a Tristanillo," dijo,

"que al punto que muera yo,

le pague todo el dinero

que me debe, a mi heredero."

Y en diciéndolo espiró. 320

JUAN: Pues con tales desengaños,

no te he de hacer bien jamás.

TRISTÁN: Quiéreme mal y verás

como vives dos mil años.

JUAN: Ya sale Aldonza, Tristán. 325

TRISTÁN: Di, señor, la que te adora.

Salen doña ALDONZA y LEONOR

LEONOR: Aquí está don Juan, señora.

Hablan las dos aparte, junto a la puerta

ALDONZA: ¡Qué dices! ¿Éste es don Juan?

LEONOR: ¿En qué lo has desconocido?

ALDONZA: O tú te engañas, o a mí 330

me engañó cuando lo vi,

o tengo el seso perdido.

LEONOR: Lo postrero es lo que creo.

¿Qué has visto en él que te asombre?

ALDONZA: ¿Don Juan puede ser un hombre 335

tan mal tallado y tan feo?

El que yo he visto, el que quiero,

el que espera ser mi esposo,

es gallardo y es airoso;

éste es desairado y fiero. 340

LEONOR: ¡Qué dices! ¿Estás sin seso?

¿Hay algún galán en Deza

que a su talle y gentileza

pueda igualar?

ALDONZA: Y aun por eso

me afirmo en que no es don Juan. 345

LEONOR: ¿Hay locura más extraña?

Dime, el que le acompaña

¿no es su crïado Tristán?

ALDONZA: Sí.

TRISTÁN: ¿Qué temes? ¿Qué contrario

embistes?

JUAN: Verla tan bella 350

me acobarda.

TRISTÁN: Aguarda que ella

te saque por el vicario.

LEONOR: Ya llega; agora verás

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cuál de las dos se ha engañado.

(O está loca, o se ha mudado.) Aparte 355

ALDONZA: O estoy ciega o tú lo estás.

JUAN: ¿Cuando, bella Aldonza, harán

nuestras bodas venturoso

al que solo en ser tu esposo

funda su gloria?

Al oído a doña ALDONZA

ALDONZA: ¿Es don Juan? 360

JUAN: ¿Cuándo el alma que te adora

con tan deseada unión

en dichosa posesión

se verá?

Aparte a su ama

LEONOR: ¿Es don Juan, señora?

JUAN: Advierte, mi bien, que están 365

juzgando las ansias mias

eternidades los dias.

Aparte a su ama

LEONOR: Di ahora que no es don Juan.

ALDONZA: (¡Don Juan es, al fin! ¿Qué es esto? Aparte

¿Qué puede ser? O venía, 370

cuando otras veces le veía,

tan aliñado y compuesto,

que las faltas ha podido

encubrir que agora veo,

o me engañaba el deseo, 375

o después acá ha tenido

algún furioso accidente

con que se ha desfigurado,

o por dueño me ha cansado;

que se juzga diferente 380

el que se teme marido

que el que se estimó galán.)

JUAN: ¿No me respondéis?

Aparte al criado

(Tristán,

¿Qué es aquesto?}

TRISTÁN: (Mi vestido.)

JUAN: ¡Señora! ¿Qué novedad 385

es ésta, Leonor?

LEONOR: No sé.

(Si puedo lo enmendaré.) Aparte

Pienso que una enfermedad,

que en el corazón padece

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y ha muy poco que le ha dado, 390

este disgusto ha causado

que vuestro amor no merece;

que siempre que lo ha tenido,

aunque libre del dolor,

del melancólico humor 395

vuelve a cobrar el sentido.

Es tan turbado y confuso,

que por gran rato no entiende,

y la pasión le suspende

de las potencias el uso. 400

Yo apostaré que hasta agora,

don Juan, ni os ha conocido,

ni palabra os ha entendido.

Mira que es don Juan, señora,

quien te habla.

ALDONZA: (Estoy perdida.) Aparte 405

JUAN: ¡Qué enfermedad tan crüel!

ALDONZA: (No me casara con él Aparte

si me importara la vida.)

JUAN: Bella Aldonza, gloria mía,

si cuantas piedras cordiales 410

en las regiones australes

el ligero ciervo cría;

si cuanta persiana yerba

y odorífero semnión,

aplicado al corazón, 415

de pasiones lo reserva;

si cuanta perla luciente,

cuanto purpúreo coral,

antídotos de ese mal,

engendra el mar y el oriente, 420

alegrarte pueden, tantas

me permite que te ofrezca,

que al mundo todo empobrezca

para enriquecer tus plantas.

ALDONZA: Señor don Juan...

LEONOR: Ya ha cobrado, 425

pues habla, su entendimiento.

ALDONZA: Ni sin salud hay contento,

ni alegría con cuidado.

Yo me siento de tal suerte

sujeta a melancolía, 430

que no hay para mí alegría,

sino acercarme a la muerte;

y así, es bien que el casamiento

dilate hasta mejorar;

que poco puede durar 435

accidente tan violento;

y entre tanto sólo os pido

que el visitarme, don Juan,

excuséis; que sois galán

hasta ahora, y no marido. 440

Vase doña ALDONZA

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TRISTÁN: Leonor, ¿qué ocasión ha hecho

en Aldonza tal mudanza?

LEONOR: ¿Qué pensamiento lo alcanza?

Algún demonio sospecho,

por lo que mis ojos ven, 445

que anda, Tristán, por aquí.

TRISTÁN: ¿Y hay demonio para ti?

¿Haste mudado también?

LEONOR: Forzoso ha de ser mudarme

si no se casan los dos. 450

Vase LEONOR

TRISTÁN: Nunca, Leonor, me dé Dios

otro mal que no casarme.

¡Ah señor! ¿Qué suspensión

es ésta? ¿Estás persuadido

que ha causado mi vestido 455

este mal de corazón?

"Tristan, ¿cómo puede ser,

si Aldonza ya lo desea,

ni que mi esposa no sea,

ni que quiebre el mercader, 460

siendo tan rico?" Ya es clara

del mercader la ventura;

que a ser firme esta hermosura,

era fuerza que él quebrara.

JUAN: No puede, no puede ser 465

que Aldonza se haya mudado.

Del corazón la ha obligado

la dolencia a proceder

con tan extraña esquiveza;

que si de mí se agradó, 470

si contenta el sí me dio,

si yo adoro su belleza,

si soy el mismo que fui,

si ella es la mesma que ha sido,

si ni de ofensa ni olvido 475

se puede quejar de mí,

cosas son que contradicen

el crédito a su mudanza.

TRISTÁN: Eso ha dicho la esperanza;

entran los celos y dicen: 480

“Si, aunque con mentira fea,

le han dicho algún mal de ti;

si después que te dio el sí

en nueva afición se emplea...”

JUAN: Calla, atrevido.

TRISTÁN: ¿Es error 485

discurrir sin decidir?

JUAN: Sí; que ofende el discurrir

en agravio del honor.

TRISTÁN: ¿Puede ser?

JUAN: No puede ser.

TRISTÁN: ¿Qué mujer no se mudó? 490

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JUAN: No es mujer Aldonza, no.

TRISTÁN: ¡Vive Cristo, que es mujer,

y se ha mudado, y perdido

cuanta afición te tenía!

JUAN: Pues ¿por qué ocasión podía 495

mudarse?

TRISTÁN: Por mi vestido;

y apostara a que esto es cierto

de ojo, a no recelar

que ella te volviera a amar

porque yo quedase tuerto. 500

JUAN: Necio estás.

TRISTÁN: Y tú estás ciego,

pues en el aspecto triste

de doña Aldonza no viste

que de su amoroso fuego

no hay ya ni aun cenizas frías. 505

JUAN: Tú quieres matarme.

TRISTÁN: Quiero,

señor, no ser lisonjero.

JUAN: ¡Vive Dios, pues que porfías,

y gustas de mi pesar,

si no es cierta su mudanza 510

y se cumple mi esperanza,

que a palos te he de matar.

TRISTÁN: Con eso, sí, los regalos

de Aldonza has de conseguir.

Sale LEONOR, con manto

LEONOR: Albricias vengo a pedir. 515

TRISTÁN: ¡Mira lo que obran los palos!

JUAN: ¿De qué, Leonor?

LEONOR: Al instante

que desconsolado y triste

de la presencia partiste,

don Juan, de tu hermosa amante, 520

de todo punto cobró

su acuerdo y, enternecida,

amorosa y condolida

de tu pena, te escribió

los favores y regalos 525

que en este papel verás.

JUAN: ¿Ves, Tristán, cuán necio estás?

TRISTÁN: ¿Ves cuánto pueden mis palos?

JUAN: Por nueva tan venturosa

te da en albricias mi amor 530

esta cadena.

TRISTÁN: Leonor,

ya no puedes ser mi esposa.

LEONOR: ¿Por qué?

TRISTÁN: Porque yo no fuera

desdichado, a merecer

hermosa y rica mujer. 535

JUAN: Calla; que ya, aunque no quiera

tu fortuna, pienso hacerte

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venturoso, y el vestido

mejorar que he prometido.

TRISTÁN: Tente, señor; que es perderte. 540

Lee

JUAN: "Si os di nombre de marido,

ya es fuerza, por no matarme,

revocarlo, no casarme."

¿Qué es aquesto?

TRISTÁN: Mi vestido.

LEONOR: ¿Cómo dice?

JUAN: ¿Dónde hay pena 545

que iguale con mi pasión?

TRISTÁN: ¿Éstos los favores son?

Vuelve, Leonor, la cadena.

LEONOR: Vuelve, don Juan, a leer;

que el papel me leyó a mí 550

Aldonza, y no dice así.

JUAN: Sí dice.

LEONOR: No puede ser.

Lee

JUAN: "Si os di nombre de marido,

ya es fuerza, por no matarme,

revocarlo, no casarme." 555

LEONOR: O el seso todo he perdido,

o algún demonio a porfía

trueca las letras así;

que yo misma se le oí,

y tal razón no decía. 560

JUAN: Con industria lo habrá hecho

para engañarte, Leonor;

que, viéndote en mi favor

aquel rigoroso pecho,

trocó el sentido al papel; 565

porque si tú lo entendieras,

es cierto que le impidieras

resolución tan crüel.

Ello es cierto; yo he perdido

el bien que no merecí. 570

LEONOR: Prosíguela.

JUAN: Dice así,

Lee

"De mi mal ha procedido

la esquiveza y novedad

que disculpar es tan justo;

pues no parte con el gusto 575

su imperio la enfermedad.

Doña Aldonza de Meneses."

Leonor, tan clara razón

Page 14: Quien mal anda en mal acaba

no admite interpretación

y, aunque tú misma le oyeses 580

lo contrario, esto que leo

viene de Aldonza firmado,

y es cierto que se ha mudado.

LEONOR: Yo lo miro y no lo creo...

Dame el papel, que estoy loca 585

y corrida de que a mí,

ya que te la rompa a ti,

me trate con fe tan poca.

Vase LEONOR

TRISTÁN: ¿Y la cadena? Voló.

Tú has hecho un gentil empleo. 590

Sale don FÉLIX que se queda retirado,

escuchando a don JUAN

JUAN: Bien lo debo a su deseo,

cuando a sus efectos no.

¡Pluguiera a Dios redimiera

lo menos del mal que lloro,

con cuanto rubio tesoro 595

produce la indiana esfera!

FÉLIX: (¿Qué escucho? Cuando es mi intento Aparte

pedir a don Juan, hermano

de mi Teodora, su mano

en albricias del contento 600

de su cumplida esperanza,

se lamenta. ¡Plega a Dios

que no nos dañe a los dos

igualmente una mudanza!)

¿Qué es esto, don Juan?

JUAN: Amigo, 605

sucesos de un desdichado.

Doña Aldonza se ha mudado.

FÉLIX: ¿Qué decís?

JUAN: ¿De lo que digo

dudáis, cuando es en mi daño?

FÉLIX: ¿Y qué ha sido la ocasión? 610

JUAN: Cierto mal de corazón,

según dice, tan extraño,

que de gusto y aun de seso

la priva.

FÉLIX: (¿Hay desdicha igual?) Aparte

Quiera Dios que vuestro mal 615

estribe, don Juan, en eso;

porque un médico extranjero

ha venido, a cuya ciencia

no hay reservada dolencia.

Llevádsela; que yo espero 620

no solo que librará

de ese mal su corazón,

pero que de su pasión

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la causa conocerá.

TRISTÁN: ¡Oh médico celestial! 625

FÉLIX: (Callaré mi pretensión Aparte

hasta mejor ocasión;

que un triste no es liberal.)

JUAN: ¿Que es tan sabio?

FÉLIX: Eslo de suerte,

que por los pulsos y aspetos 630

penetra hasta los secretos

de la vida y de la muerte.

TRISTÁN: ¿Que adivina el extranjero

por los aspetos, señor?

Mátenme si este doctor 635

no fuere un gran embustero.

FÉLIX: Con obras se acreditó;

que no con palabras sólo.

TRISTÁN: ¿Y llámase?

FÉLIX: Demodolo.

TRISTÁN: Miren si el nombre buscó 640

famoso por lo exquisito,

por lo extraño provocante,

porque dé al vulgo ignorante

la novedad apetito.

JUAN: Félix, toda mi esperanza 645

pongo yo en ese doctor.

A mí me cure de amor,

si a Aldonza no de mudanza.

Busquémosle.

FÉLIX: De él espero

el fin que tu amor desea. 650

TRISTÁN: Yo, que su gualdrapa sea

la tumba de tu dinero.

Vanse todos. Sale doña ALDONZA

ALDONZA: Cielos, ¿qué vario accidente

causa los males que lloro?

Ausente a don Juan adoro, 655

y lo aborrezco presente.

La postrer vez que lo vi,

disforme me pareció;

y luego que se ausentó,

reina ya su amor en mí, 660

poniéndonme, porque muera

a los ojos la memoria,

la nunca igualada gloria

que hallé en su vista primera.

¿Quién vio tan nuevo furor, 665

y quién tan loco accidente,

que muera estando presente

y viva, ausente, el amor?

Sale LEONOR, con manto

ALDONZA: Leonor...

Page 16: Quien mal anda en mal acaba

LEONOR: Vengo tan corrida

de que me hayas engañado 670

con el papel que me has dado,

que no olvidaré en mi vida

este agravio.

ALDONZA: No te entiendo.

LEONOR: ¡Bueno es leerme el papel,

fingiendo que llevo en él 675

a don Juan la vida, siendo

la sentencia de su muerte!

¡No supiera yo leer!

¡Mal haya el hombre o mujer

que da de su humilde suerte 680

indicios con no saberlo!

ALDONZA: ¿Qué dices? Muestra y verás,

Leonor, que engañada estás.

LEONOR: ¿Qué importa si has de leerlo

conforme a tu voluntad? 685

ALDONZA: Si con mi vida aseguro

tu recelo, yo la juro

de leerte la verdad.

Lee

"Si os di nombre de marido,

ya es fuerza, por no matarme, 690

revocarlo no, casarme.

De mi mal ha procedido

la esquiveza y novedad

que disculpar es tan justo,

pues no parte con el gusto 695

su imperio la enfermedad."

¿Ésta la sentencia ha sido

de muerte?

LEONOR: ¿Hay tal confusión?

Las mesmas palabras son,

y no es el mismo sentido. 700

¿En qué estará? ¿Hay tal tormento

como ser de ingenio rudo?

¿A qué nació quien no pudo

merecer entendimiento?

Pues muy contrario sentido 705

don Juan al papel ha dado,

con que se ha desesperado

tanto como yo corrido.

ALDONZA: Misterio hay, Leonor en esto,

y a lo que puedo entender, 710

algún divino poder,

a nuestras bodas opuesto.

Mas dime, por vida mía,

¿qué te pareció don Juan?

LEONOR: Tan de buen gusto y galán, 715

que envidiarle el sol podía.

ALDONZA: ¿Cómo es posible que el verle

sola a mí me cause enojos?

Pues si estuviera en mis ojos

Page 17: Quien mal anda en mal acaba

el defecto, ¿había de hacerle 720

solo a don Juan mi accidente

un agravio tan crüel,

pues a nadie sino a él

miro de sí diferente?

No lo entiendo.

Sale TRISTÁN

TRISTÁN: Mi señor, 725

tan enfermo de tu mal,

que está más que tú mortal,

te trae, señora, un doctor

de cuya infalible ciencia

huye medrosa la muerte, 730

y los dos ya para verte

sólo aguardan tu licencia.

ALDONZA: Entren. Por dicha mi amor

hallará de tanto daño

en don Juan el desengaño, 735

o el remedio en el doctor.

Salen JUAN, ROMÁN, de doctor galán, y

el DEMONIO, de platicante

JUAN: Aldonza, con el cuidado

de vuestra indisposición,

mi abrasado corazón

el remedio ha procurado. 740

El señor doctor que os viene

a visitar, no de humano,

de médico soberano

la fama y las obras tiene.

Decid vuestro mal; que creo 745

que tendrá fin la dolencia,

si alcanza poder la ciencia

y ventura mi deseo.

Aparte a LEONOR

ALDONZA: ¡Ay triste de mí! Leonor,

mi mal crece de hora en hora. 750

LEONOR: ¿Qué sientes?

ALDONZA: Don Juan agora

me ha parecido peor.

¡Qué narices!

Hablando aparte el DEMONIO con ROMÁN

DEMONIO: El objeto

falso que ofrezco a sus ojos

en don Juan le causa enojos, 755

y se queja de su efeto

Page 18: Quien mal anda en mal acaba

Aldonza.

ROMÁN: Dime, ¿no fuera

mi pretensión más segura

si el hechizo en la hermosura

de Aldonza lo mismo hiciera 760

que en don Juan, porque él viniese

a aborrecerla también?

DEMONIO: No, Román. No te está bien,

porque si él la aborreciese,

ni cuidara de su mal 765

ni te hubiera menester;

y el amarla le ha de hacer

contigo tan liberal,

que goces de su riqueza

gran parte, y no es de tu intento 770

el más leve fundamento

para alcanzar la belleza

de doña Aldonza.

ROMÁN: Bien dices.

DEMONIO: (Lo más cierto es que pretendo Aparte

que don Juan pierda, sintiendo 775

los sucesos infelices

de su amor, el sufrimiento,

con que a delitos e injurías

le precipitan las furias

de su celoso tormento.) 780

¿Qué aguardas?

ROMÁN: ¿Has ya mudado

lo visible en mí?

DEMONIO: No fuera,

si alguno te conociera,

poderoso mi cuidado.

No temas.

JUAN: (Yo la he perdido. Aparte 785

Con gran disgusto me mira.)

TRISTÁN: (Ella se queja, él suspira, Aparte

y yo lloro mi vestido.)

ROMÁN: Si de las manos confiero

las líneas con las señales 790

del rostro, de vuestros males,

señora, entender espero

la verdadera ocasión.

TRISTÁN: Señor doctor, no quisiera

que esta cura adoleciera 795

de la santa Inquisición.

JUAN: Calla, necio.

TRISTÁN: No me vayas

a la mano, porque he oído

decir que está prohibido

adivinar por las rayas; 800

y yo soy, aunque me ves

en lo demás tan humano,

un católico cristiano,

testarudo aragonés;

y no tiene el mundo aceros 805

iguales a mi coraje

para impedir el ultraje

Page 19: Quien mal anda en mal acaba

de mi Dios y de mis fueros,

pues tan sin dicha nací,

que siendo el más inocente, 810

se escapará el delincuente

y me prenderán a mí.

ROMÁN: Por docto, tengo permiso

para valerme de tales

conjeturas y señales; 815

que la Inquisición no quiso

prohibir tan milagrosos

misterios sino a ignorantes,

que con artes semejantes

dan luego en supersticiosos; 820

pero yo, que con la ciencia

física llego a alcanzar

lo que ellas pueden mostrar,

de usarlas tengo licencia.

Mandadle, señor don Juan, 825

dejarnos; que es peligroso

un testigo escrupuloso,

siendo ignorante.

JUAN: Tristán,

véte al punto.

TRISTÁN: Bien hacéis

en recelaros de mí, 830

que la leva os entendí.

Vase

ROMÁN: (Presto me lo pagaréis.) Aparte

Dadme el pulso.

(¡Oh, nieve pura, Aparte

cómo sois fuego de amor!)

JUAN: (¡Ah! ¡No fuera yo el doctor!) Aparte 835

ROMÁN: Libre estáis de calentura.

(Así lo estuviera yo.) Aparte

Alzad el rostro...

(¡Ay de mí! Aparte

Cuello hermoso, el cielo en ti

todo su poder mostró.) 840

Dadme la mano...(En que adora Aparte

cinco saetas mi amor.)

Rehusa ella

ALDONZA: ¿La mano?

JUAN: El señor doctor

se entiende. Dadla, señora.

ROMÁN tómale la mano izquierda

ROMÁN: Su virtud le comunica 845

a la izquierda el corazón;

y así por su indicación

Page 20: Quien mal anda en mal acaba

sus sentimientos publica.

Con ella apretad la mía;

que la fuerza quiero ver 850

que tiene.

LEONOR: (No he visto hacer Aparte

jamás tal anatomía.)

ROMÁN: Apretadla.

JUAN: (Ya me dan Aparte

celos estas experiencias.)

ROMÁN: Los misterios de las ciencias 855

son muy ocultos, don Juan.

Aparte a don JUAN

Escuchadme y os diré,

por no advertirla, en secreto

de esta experiencia el efeto.

(Con esto dilataré Aparte 860

la gloria que estoy mirando.)

Habla a don JUAN, recatándose de que le oiga

doña ALDONZA, y nunca deja su mano

En la relación que hiciere,

es forzoso que se altere

su corazón, en tocando

la causa de su pasión; 865

y yo lo he de conocer,

porque en la fuerza ha de haber

aumento o diminución

y haciendo luego jüicio,

según la quiromancía, 870

física y fisonomía,

tendré verdadero indicio

de la secreta ocasión

de su mal, y aplicaré

el remedio, con que os dé 875

su mudanza admiración.

JUAN: ¡Qué sutil filosofía!

Aparte a LEONOR

ALDONZA: ¿Has advertido, Leonor,

qué buen talle de doctor?

LEONOR: Extraña es su bizarría! 880

ROMÁN: Haced lo que os he advertido,

hermosa Aldonza.

ALDONZA: Yo siento

lesión en mi entendimiento,

turbación en mi sentido.

Siento inconstante deseo, 885

frágil memoria, de modo

que juzgo diverso todo

de lo que vi lo que veo.

Page 21: Quien mal anda en mal acaba

ROMÁN: Basta; que agora tocastes

al punto. La alteración 890

dio a la mano el corazón;

que en la fuerza desmayastes.

Aparte a LEONOR

ALDONZA: Dice verdad. Peregrino

es el médico.

LEONOR: ¡Hay tal cosa!

Ciencia tiene milagrosa. 895

JUAN: (Entendiólo. Él es divino;

que aborrecer fácilmente

sin causa a quien ha querido,

muestra que le ha parecido

despues acá diferente. 900

ROMÁN: Señora, ya yo sospecho

vuestro mal. Hechizos son

los que en vuestro corazón

tan gran novedad han hecho.

LEONOR: ¿No lo dije yo?

ALDONZA: ¡Ay de mí! 905

ROMÁN: Alguno que ciego adora

vuestra hermosura, señora,

quiere asegurarla así.

El DEMONIO habla aparte a doña ALDONZA,

colocado a espaldas de ella

DEMONIO: ¿Quién sino don Juan sería?

ROMÁN: Indicio ofrecen notorio 910

del maléfico amatorio

vuestra gran melancolía,

la turbación del sentido

y variedad del deseo.

¿Cuánto va, Aldonza, que feo 915

alguno os ha parecido,

a quien juzgastes primero

bizarro, hermoso y galán?

LEONOR: Es verdad.

ALDONZA: Esto en don Juan

me ha sucedido, y ya infiero, 920

Leonor, que lo has publicado.

LEONOR: Fálteme Dios si tal hice.

(¡Loca estoy! Secretos dice Aparte

que entre los dos han pasado.)

JUAN: (Él lo ha entendido. Yo soy Aparte 925

quien ya le parezco mal.)

ALDONZA: (No vi jamás hombre igual.) Aparte

ROMÁN: Si con esto, Aldonza, os doy

ocasión para admiraros,

estos son cortos efetos; 930

que secretos más secretos

pienso presto declararos.

Agora os he de mostrar

Page 22: Quien mal anda en mal acaba

más clara la ciencia mía

que por la quiromancía 935

del todo he de penetrar

vuestro mal. Mostrad la palma

de la mano, que es papel

del cielo, que escribe en él

las afecciones del alma. 940

¡Qué obscuras líneas! En ellas

se advierte la confusión

que padece el corazón.

Bésale la palma

JUAN: Pues, ¿qué hacéis?

ROMÁN: Humedecellas;

que muestra en ellas la mano 945

más viveza y más color

con la humedad y calor

que les da el aliento humano.

JUAN: Aldonza pudiera hacello.

(No me puedo refrenar.) Aparte 950

ROMÁN: Señor don Juan, a pensar

que os diera disgusto en ello,

ni lo hiciera, ni mis pies

estos umbrales tocaran

si en recompensa esperaran 955

innumerable interés.

Yo ejecuto con llaneza

los medios cuyos efetos

tocáis ya, pues los secretos

de la bella Aldonza empieza 960

a entender y declarar;

y cuando con la experiencia

que veis, pretende mi ciencia

lo que importan alcanzar,

me obligan vuestros recelos 965

a desistir, porque yo

vengo a dar salud, y no

desconfïanzas y celos.

El tiempo os vendrá a mostrar

que es tan secreto y profundo 970

su mal, que nadie en el mundo,

sino yo, lo ha de curar;

mas pues las llanezas mías

culpáis, buscad quien dilate

su enfermedad, y la mate 975

con purgas y con sangrías.

Vuelve las espaldas

ALDONZA: Aguardad.

ROMÁN: (Con esto quiero Aparte

mi estimación aumentar.

Él mismo me ha de llamar,

y costarle su dinero.) 980

Page 23: Quien mal anda en mal acaba

Vanse ROMÁN y el DEMONIO

ALDONZA: Volved. Fuése. ¡Todo así

se conjura en afligirme!

LEONOR: ¡Que se fuese sin decirme

la buenaventura a mí!

ALDONZA: ¿Esto, don Juan, es fineza? 985

¿Esto debo a vuestro amor?

¿Celos formáis de un doctor?

Éraos ya a la sutileza

de su ingenio tan pesada,

temiendo, si prosiguiera, 990

que del todo descubriera

que estoy de vos hechizada?

JUAN: ¿De mí, Aldonza?

ALDONZA: Caso es llano.

¿Quién sino vos desconfía

de mi amor? ¿Quién pretendía 995

asegurarse mi mano

sino vos? ¿En quién miráis

lo que ha obrado en mí el hechizo,

sino en vos, si bien no hizo

la operación que intentáis, 1000

pues que trocando la acción,

por dicha me perderéis

con lo que intentado habéis

asegurar mi afición?

Y tras de hacerme, con medio 1005

tan injusto, tanto daño,

¡por encubrir vuestro engaño

me quitáis a mí el remedio!

JUAN: Aldonza, juraros quiero...

ALDONZA: No por eso me aseguro; 1010

que también dará en perjuro

quien ha dado en hechicero.

JUAN: ¿Hay tal rabia? He de perder

la vida con la paciencia.

ALDONZA: No me mintáis inocencia. 1015

Lo que importa es deshacer

el daño, y hacer que vuelva

a remediarlo el doctor;

y mientras no, vuestro amor

no espere que me resuelva 1020

a las bodas que desea;

que obra contra vos de suerte

el hechizo, que la muerte

no me parece tan fea.

LEONOR: (Declaróse.) Aparte

JUAN: Aldonza mía, 1025

sólo por satisfaceros

el médico he de traeros,

si cuanta riqueza envía

la oriental región me cuesta.

ALDONZA: Hacedlo, y no me veáis 1030

Page 24: Quien mal anda en mal acaba

primero que de él sepáis

que estoy menos indispuesta.

JUAN: ¡Eso más!

ALDONZA: Don Juan, no os pese;

que a vos os importa.

JUAN: ¿Quién

se vio a las puertas del bien, 1035

que como yo le perdiese?

Vase

LEONOR: Rabioso va.

ALDONZA: Y yo, Leonor,

quedo confusa, pensando

que de don Juan voy sanando,

y enfermando del doctor. 1040

FIN DEL ACTO PRIMERO

ACTO SEGUNDO

Salen ROMÁN, don JUAN y el

DEMONIO

ROMÁN: Haber conmigo mostrado [redondillas]

tanta liberalidad,

conociendo la verdad

de mi intento y mi cuidado,

me ha obligado a visitar 1045

otra vez a Aldonza, y creo

que he de lograr mi deseo

porque la pienso gozar;

que presto la habéis de ver

libre de aquella pasión 1050

que en su amante corazón

tal mudanza pudo hacer.

JUAN: ¿Son, al fin, señor doctor,

hechizos la causa de ella?

ROMÁN: O no hay en el cielo estrella 1055

ni en el sol hay resplandor.

Mas ni os aflija ni espante;

que, como me habéis pedido,

para saber quién ha sido

vuestro ofensor y su amante, 1060

he levantado figura.

Pero advertid que éstas son

cosas en que la opinión

y la quietud se aventura;

y si lo que de ella infiero 1065

Page 25: Quien mal anda en mal acaba

os tengo de declarar,

palabra me habéis de dar

como noble caballero,

pues que os sirvo, del secreto;

que por nadie--¡vive Dios!-- 1070

lo hiciera sino por vos.

JUAN: Como quien soy os prometo,

fuera de que os dejaré

hoy, por lo que os he cansado,

liberalmenle pagado, 1075

que el secreto guardaré,

contra que pierda el honor

y la vida.

ROMÁN: Pues, don Juan,

Saca un papel de una figara levantada, y habla

mirando a él

....................[ -án]

en amistad y en amor 1080

Fortuna adversa; y me obligo

a asegurar que os ha hecho

todo el daño el falso pecho

de vuestro mayor amigo.

JUAN: Don Félix es el mayor. 1085

ROMÁN: Las señas os puedo dar

de él, pero no señalar

la persona. Es de color

trigueño, y es de mediana

estatura y voz süave, 1090

ni bien sutil ni bien grave.

Goza la estación lozana

de su juventud, y tiene

negra la barba y cabello.

JUAN: Basta para conocello; 1095

que cuanto dices conviene

con las señas claramente

de Félix.

ROMÁN: El declararos

celoso antes de informaros

será acción poco prudente. 1100

Velad; y pues confïado

de que vos lo estáis está,

en su descuido hallará

la verdad vuestro cuidado.

Y voyme, don Juan; que es hora 1105

de ver mis enfermos.

JUAN: Sólo

quiero saber, Demodolo,

si la que mi pecho adora,

según vuestra astrología,

corresponde a quien me ofende. 1110

ROMÁN: Tanto en su afición se enciende

cuanto en la vuestra se enfría.

Hablan ROMÁN y el DEMONIO

Page 26: Quien mal anda en mal acaba

DEMONIO: Loco queda.

ROMÁN: Su furor

con Félix le precipite,

y su discordia me quite 1115

tan fuerte competidor;

que más seguro pretendo

con su ausencia o con su olvido;

y queda tan bien perdido

matando como muriendo. 1120

Vanse ROMÁN y el DEMONIO

JUAN: ¿Es posible que haya sido

Félix amigo traidor?

Pero las fuerzas de amor,

¿qué obligación no han rompido?

¿Puede engañarse la ciencia 1125

y mentir la astrología?

Sí; mas la desdicha mía

me niega esta contingencia.

Sombra seré, por los cielos,

de su vida y sus acciones. 1130

Argos serán mis pasiones,

y linces serán mis celos;

y si me ofende, ha de ver

en su muerte mi venganza;

que a quien pierde la esperanza, 1135

¿qué le queda que perder?

Sale don FÉLIX

FÉLIX: Si es cierto que la amistad

hace de dos almas una,

cierto es que en vuestra fortuna

tengo [mi felicidad.] 1140

Dadle pues a mi cuidado

una nueva venturosa.

¿Qué hay de vuestra prenda hermosa?

Demodolo, ¿hase afirmado

en que nace su cuidado 1145

de su pernicioso encanto?

JUAN: (¡Ah cielos! No ayuda tanto Aparte

la amistad, sino el amor.

Quiero engañarle y fingir

que soy ya dichoso amante; 1150

que con esto en el semblante

el pecho ha de descubrir.)

Don Félix, el accidente

que la mudanza causó

de doña Aldonza pasó 1155

como exhalación ardiente;

que por ser de lo violento

tan breve la duración,

Page 27: Quien mal anda en mal acaba

volvió a su antigua afición

fácilmente el pensamiento. 1160

Muy presto la norabuena

me daréis de mi alegría.

FÉLIX: Decid, don Juan, de la mía

pues no era menor mi pena.

(Si declararte codicias, Aparte 1165

ésta es, Félix, la ocasión;

de tu abrasada pasión

pide el remedio en albricias.

Atrévete; que el contento

jamás avariento ha sido.) 1170

JUAN: (Por Dios, que se ha suspendido; Aparte

mal se encubre el sentimiento.)

FÉLIX: Si nuestra firme amistad

me puede dar confïanza

a una atrevida esperanza, 1175

don Juan, licencia me dad

para poder declararos

mi intento.

JUAN: Tanto agraviáis

mi amistad cuanto dudáis,

que nada puedo negaros. 1180

FÉLIX: La hermosa doña Teodora,

vuestra hermana, en quien Amor

cifra su gloria mayor,

si por bella me enamora,

por sangre vuestra me obliga 1185

a que, en albricias del bien

de haber vencido el desdén

de vuestra amada enemiga,

os pida su blanca mano,

pues nadie puede fundar 1190

su esperanza ni valor

a cielo tan soberano

con más alas que yo vuelo.

Merezca pues que en un día

vuestra ventura y la mía 1195

celebre y envidie el suelo.

JUAN: (¡Ved si ha obrado mi ficción! Aparte

No es amor, sino venganza

de su perdida esperanza,

la causa de esta intención; 1200

que no haberla declarado

hasta ahora, que he fingido

que soy de Aldonza querido,

indicio evidente ha dado

de que este medio escogió 1205

con que su desdén castigue,

porque con celos la obligue

lo que con hechizos no.)

FÉLIX: Don Juan, ¿de qué os suspendéis?

¿No admitís mi pensamiento? 1210

JUAN: Antes, Félix, el contento

de la merced que me hacéis

con razón me ha suspendido.

Luego propondré a mi hermana

Page 28: Quien mal anda en mal acaba

vuestro intento, y lo que gana 1215

con tan principal marido.

Y si admite, como espero,

nueva de tanta alegría,

sin que aguardéis a la mía,

hacer vuestra boda quiero. 1220

(Así pretendo probar Aparte

la verdad de su intencion.)

FÉLIX: No, don Juan; que no es razón

que Félix llegue a alcanzar

tanta dicha sin que vos 1225

la vuestra alcancéis tambien;

que el bien para mí no es bien

si no es común a los dos.

Fuera de que no sería

bien pensado duplicar 1230

los gastos por no aguardar

a hacerlos un mismo día.

JUAN: (¿Ya quién duda que es venganza Aparte

de Aldonza el fin de este intento,

pues resiste al casamiento 1235

hasta perder su esperanza

con verme en la posesión

de su mano? ¡Ah cielo santo!

¿Cómo se refrena tanto

mi ofendido corazón?) 1240

FÉLIX: Don Juan, ¿qué determináis?

JUAN: (Asegurarlo conviene.) Aparte

Quien más voluntad no tiene

que la vuestra, ¿qué dudáis

que hará vuestro gusto? 1245

FÉLIX: Hablad luego a la bella Teodora.

JUAN: Ni vuestras partes ignora,

ni dudo su voluntad.

FÉLIX: Si la merezco, daréis

la vida al mayor amigo. 1250

JUAN: (Y a mi mayor enemigo Aparte

la muerte, si me ofendéis.)

Vanse los dos por diferentes partes. Salen

ROMÁN y el DEMONIO

ROMÁN: ¿Por qué dilatas mi gloria?

Tu amistad y tu poder,

¿qué sirven, si no he de ver 1255

tan deseada victoria?

DEMONIO: Román, la amistad enfrena

al poder, porque si usara

de él, tus artes publicara,

y te expusiera a la pena. 1260

Por esto con tal templanza

has de remediar tu mal,

que parezca natural

el triunfo de tu esperanza.

Usa de la industria en tanto 1265

que provechosa te fuere;

Page 29: Quien mal anda en mal acaba

y en lo que ella no valiere,

ocurrirás al encanto.

Por todas partes camina

felizmente tu deseo, 1270

pues por los efectos veo

que cuanto Aldonza imagina

es solo en la gallardía

que en tus partes le he mostrado;

y ciega de este cuidado, 1275

ahora a llamar te envía.

ROMÁN: Solo acreditar me falta

de principal caballero;

que éste es el medio postrero

de alcanzar gloria tan alta. 1280

DEMONIO: Ya la invención conveniente

para ese fin he trazado.

De la corte se ha ausentado

un don Diego, descendiente

de Guzmanes, por no hacer 1285

un casamiento a disgusto

porque a su padre era justo,

que le trocó, obedecer.

Yo trazaré cómo crea

Aldonza que este don Diego 1290

eres tú.

ROMÁN: De tanto fuego

librarse el alma desea.

DEMONIO: De su persona las señas

finjo yo, para este efeto,

en el engañoso objeto 1295

que tú en lo aparente enseñas.

Mas oye lo que he de hacer;

que ya Leonor ha llegado.

Sale LEONOR, con manto, quedándose a escuchar

al paño

LEONOR: Solo está con su crïado.

Desde aquí quiero atender 1300

a lo que los dos platican,

por ver si averiguo así

estas sospechas que en mí

por puntos se multiplican.

Hablan aparte ROMÁN y el DEMONIO

DEMONIO: Con esto has de acreditar 1305

tu nobleza mentirosa;

que Leonor quiere curiosa

lo que hablamos escuchar.

ROMÁN: Comienza.

Alza el DEMONIO la voz

DEMONIO: ¿Cómo, señor,

Page 30: Quien mal anda en mal acaba

un hombre de tu nobleza 1310

quiere ejercitar en Deza

el oficio de doctor,

pudiendo en la corte estar,

por quien eres estimado?

¿Cómo no te da cuidado 1315

el sentimiento y pesar

de tu padre don Fernando

de Guzmán, el noble viejo,

de quien eres claro espejo?

LEONOR: (¿Qué es lo que estoy escuchando?) Aparte 1320

ROMÁN: Todo lo advierto; mas es

el casarme a mi disgusto

un tormento tan injusto,

que me obliga a lo que ves.

Por no hacerlo me ausenté, 1325

y de lugar en lugar,

en Deza vine a parar,

donde este oficio tomé

por vivir más disfrazado,

y porque usar lo podía 1330

como quien filosofía

y otras ciencias ha estudiado;

que si bien fue el aprendellas

entonces curiosidad,

hoy es ya necesidad 1335

a este fin valerme de ellas.

Mudé en Demodolo el nombre

de don Diego de Guzmán,

con que mis intentos van

tan seguros, que no hay hombre 1340

que pueda saber quién soy.

LEONOR: (¿Quién tal pensara?) Aparte

ROMÁN: Y tú ves

que es tan pródigo interés

el que gano, que si voy

a este paso, no habrá cuenta 1345

que lo sume; con que puedo

lucirme mientras no heredo

los cinco mil que de renta

goza mi padre.

LEONOR: (¡No es nada! Aparte

Luego vi que este doctor 1350

era noble.)

Aparte ROMÁN y el DEMONIO

ROMÁN: ¿Oye Leonor?

DEMONIO: Atenta está y admirada.

ROMÁN: Prosigue.

Alza la voz

DEMONIO: Todo es verdad;

mas según tendrá deseo

Page 31: Quien mal anda en mal acaba

de hallarte tu padre, creo 1355

que hiciera a tu voluntad

de tu esposa la elección.

ROMÁN: Que no la tengo imagino.

Preso está, si libre vino

a Deza mi corazón. 1360

Si puedo, ha de ser mi esposa

la que adoro.

LEONOR: (¿Quién será?) Aparte

DEMONIO: ¿No ves lo mal que te está?

Que aunque es principal y hermosa

debes aspirar, señor, 1365

por tu calidad y hacienda,

a más soberana prenda.

ROMÁN: ¡Qué poco sabes de amor!

No hay grandeza que prefiera

a la que mi pecho adora. 1370

LEONOR: (Mas, ¿si fuese mi señora?

¡Qué dicha tan grande fuera!)

DEMONIO: Pues ¿para qué te atormentas?

Dile quién eres; que es cierto

que alcanzarás por concierto 1375

lo que por amor intentas.

ROMÁN: ¿Cómo quieres que acredite

con ella esta novedad,

sin que hacer de la verdad

más probanza solicite? 1380

Pues haciéndola, es forzoso

que se publique mi intento,

y mi padre el casamiento

me ha de estorbar cuidadoso.

Fuera de que tanta gloria 1385

quiero por mí merecer;

que cuando la da el poder,

no estima Amor la victoria.

LEONOR: (No hay más que esperar.) Aparte

Llégase a los dos

ROMÁN: ¡Leonor!

LEONOR: Doña Aldonza, mi señora, 1390

a quien ha apretado agora

el melancólico humor,

os suplica que al momento

la visitéis.

A ROMÁN, al oído

DEMONIO: (Éstos son

efectos de su aficíon, 1395

aunque disfraza el intento.)

ROMÁN: Como debe, se apercibe

a servirla mi cuidado.

Sale TRISTÁN, con un bolsón de dinero

Page 32: Quien mal anda en mal acaba

TRISTÁN: De mi señor, que obligado

se te confiesa, recibe, 1400

señor, estos cien doblones.

ROMÁN: Veinte escudos te darán

el porte de ellos, Tristán.

TRISTÁN: Desde el sur a los trïones

te canten mil alabanzas 1405

por cada maravedí;

que de mi fortuna así

la primer victoria alcanzas,

pues no podrá despintarme

estos escudos que están 1410

en mi mano.

LEONOR: Ya, Tristán,

tienes con qué regalarme.

TRISTÁN: ¿Aun no te has ido? ¡Qué presto,

porque mi desdicha arguya,

hallé quien me disminuya 1415

la ventura! Mas, ¿qué es esto?

Vacía el bolsón, y son cuartos

En cuartos se han convertido

los doblones. Pues yo fui

quien los conté, yo los vi;

mas mi desdicha ha podido 1420

hacer tal transformación.

ROMÁN: Yo no creyera este engaño

de vos, Tristán.

LEONOR: ¡Caso extraño!

¿Agora das en ladrón?

TRISTÁN: ¡Bueno está! Voto no a Dios, 1425

que por mis ojos los vi

que eran doblones.

ROMÁN: Así

atestiguáis contra vos,

porque si traéis vellón,

y doblones recibistes, 1430

vos solamente pudistes

hacer la transformación.

Volved pues por los doscientos

escudos antes, Tristán,

que sepa el señor don Juan 1435

vuestros bajos pensamientos.

(Así quiero que empecéis, Aparte

necio, a sentir el castigo

de ser tan libre conmigo.)

Vase ROMÁN

DEMONIO: ¡Ah, Tristán! ¿Ésas tenéis? 1440

Vase el DEMONIO

Page 33: Quien mal anda en mal acaba

LEONOR: Pensé, Tristán, que tuvieras,

solos para regalarme,

veinte escudos; y obligarme

agora mejor pudieras

que los doscientos empuñas; 1445

mas ya no espero tocarlos;

que tienes para guardarlos

poco amor y muchas uñas.

Vase LEONOR

TRISTÁN: ¿Aun eso más? ¿Quién se ha visto

en un lance tan confuso? 1450

Mi propria mano los puso

en el bolso, y voto a Cristo,

que eran éstos cien doblones

de oro fino. Algún demonio

con tan falso testimonio 1455

me solicita ocasiones

de desesperar. Yo soy

quien los conté, yo los vi

ni estaba borracho allí,

ni aquí tampoco lo estoy. 1460

Vuelve a vaciar el bolsón, y caen

escudos

Pero, ¡qué miro! ¿No son

doblones éstos que toco?

¡Válgame Dios! ¿Si estoy loco?

Sí; ¿qué mas información

que haberlos allá tenido 1465

por cobre, y por oro aquí?

Pero lo mismo que a mí

a todos ha parecido.

Que me engaño agora creo;

mas éstos, doblones son. 1470

No es sueño, no es ilusión;

que por mis ojos los veo.

Pues ahora, ¿qué he de hacer?

Que si al doctor se los doy,

el delito de que estoy 1475

indiciado han de creer;

si no se los doy, también.

¿Quién vio mayor confusión?

Ya ha quedado por ladrón

sin culpa un hombre de bien. 1480

Sale don FÉLIX

FÉLIX: Tristán, ¿qué es eso? Parece

que estás disgustado. Ahora

Page 34: Quien mal anda en mal acaba

que ha de gozar la que adora

tu dueño, ¿qué te entristece?

TRISTÁN: ¿Gozar o qué? De su amor 1485

muy mal sabéis el estado;

nunca tan desconfïado

se vio don Juan mi señor.

FÉLIX: ¿Cómo?

TRISTÁN: Para que lo crea,

¿no es probanza suficiente 1490

el mandarle expresamente

Aldonza que no la vea?

Mirad cuánto desconfía,

pues han podido obligalle

los celos a que en la calle 1495

me mande estar en espía

para averiguar de quién

ha nacido su mudanza.

FÉLIX: Nunca más firme esperanza

tuvo don Juan de su bien, 1500

si no me quiso engañar.

TRISTÁN: Industria debió de ser;

que es treta del mercader

que está cerca de quebrar

ostentar más bizarría, 1505

porque con eso desmienta

las sospechas; que así aumenta

el crédito en quien le fía.

¿No veis los competídores

que contra sí disperara 1510

don Juan, si no publicara

confïanzas y favores?

FÉLIX: Eso no corre conmigo,

que amigo soy verdadero.

TRISTÁN: Para este fin el primero 1515

se ha de engañar el amigo;

que engañado, como entiende

no serlo, con más fervor

el crédito y el honor

del que le engañó defiende, 1520

jurando una falsedad

sin perjurarse; y lo hiciera

con tibieza si supiera

que no jura la verdad.

Demás que los deseosos 1525

como los sarnosos son.

FÉLIX: ¡Notable comparación!

TRISTÁN: Siempre dicen los sarnosos,

aunque esté en mayor pujanza

la sarna, que ya se quita. 1530

Así en los que solicita

el amor es la esperanza;

que consuelan con engaños

ellos mismos su pasión

cuando hay mayor comezón 1535

de celos y desengaños.

FÉLIX: Yo, Tristán, he sospechado

que don Juan por excusarme

Page 35: Quien mal anda en mal acaba

la pena que ha de causarme

con la suya, me ha engañado. 1540

TRISTÁN: Pienso que has dado en lo cierto.

FÉLIX: Pues vive Dios, que ha de ser

doña Aldonza su mujer,

o verse a mis manos muerto

quien dio la justa ocasión 1545

a la mudanza.

TRISTÁN: Escuchad.

pues os negó la verdad

mi señor, será razón,

ya que yo os la declaré,

que no lo sepa don Juan. 1550

FÉLIX: Pues no le digas, Tristán,

que me has visto.

TRISTÁN: Así lo haré.

FÉLIX: (A Aldonza tengo de ver Aparte

e inquirir este secreto,

pues hasta que tenga efeto 1555

el de don Juan, no he de hacer

con su hermana el casamiento.

Quizá podrá mi cuidado

descubrir quién la ha obligado

a que mude pensamiento. 1560

Vase don FÉLIX

TRISTÁN: A nuestra tema volvamos.

¿Qué harémos, Tristán, en esto

de los dobiones, supuesto

que la opinión arriesgamos?

Mas don Juan es el que viene. 1565

¿Qué puedo hacer? A callar

me resuelvo hasta pensar

mejor lo que me conviene.

Sale don JUAN

JUAN:

¿Diste al doctor el dinero,

Tristan?

TRISTÁN: (¿Qué diré?) Aparte

Señor, 1570

oye. En casa del doctor

hallé a Leonor.

JUAN: Lo primero

de todo, Tristán, me di

si el dinero recibió.

TRISTÁN: (Mucho aprieta.) Aparte

Nunca yo 1575

afirmo lo que no vi.

Iba a llamarle Leonor

de parte de su señora...

JUAN: Eso está bien. Dime agora,

¿diste el dinero al doctor? 1580

Page 36: Quien mal anda en mal acaba

TRISTÁN: (Dalle.) Aparte

JUAN: Responde.

TRISTÁN: (Ya sé Aparte

con lo que me he de excusar.)

Yéndole, señor, a dar

los cien doblones, troqué

el bolso en que los llevaba 1585

con uno de cuartos mío,

y fue tal mi desvarío,

porque de él no me acordaba,

temiendo que Demodolo

sospechase mal de mí, 1590

que avergonzado salí,

y después, estando solo,

el bolso de los doblones

hallé; mas no me he atrevido

a llevarlos, de corrido, 1595

hasta que con él me abones.

JUAN: Llévalos luego; y agora

dime quién ha paseado

esta calle o visitado

a la que mi pecho adora. 1600

TRISTÁN: Ninguno de quien tu bien

no se pueda confïar,

porque solo he visto entrar

a Félix agora.

JUAN: ¿A quién?

TRISTÁN: A Félix.

JUAN: (¡Ah santos cielos!) Aparte 1605

¿Hablóte o viote?

TRISTÁN: Señor,

ni me habló ni vio.

JUAN: (¡Ah traidor!

Ved si son vanos mis celos.

Mataréle, aunque ha de hacerme

su muerte quedar perdido. 1610

Si a Aldonza pierdo ofendido,

vengado quiero perderme.

Vase don JUAN

TRISTÁN: ¡Con qué pulgas preguntó

si me habló! Por si de mí

hubiera sabido aquí 1615

la verdad que él le negó!

¡Mal año! ¡Miren si ha sido

prevención provechosa!

No hay alhaja más preciosa

que ser un hombre entendido. 1620

Vase. Salen doña ALDONZA, FÉLIX y

LEONOR

ALDONZA: Mal celebra el descontento,

Félix, las fiestas de Amor,

Page 37: Quien mal anda en mal acaba

y yo, que de este dolor

tan afligida me siento,

no es mucho que a la esperanza 1625

de don Juan la ejecución

dilate; que es dilación

la que veis, y no mudanza.

Y si está en darle la mía

en daros su hermana a vos 1630

la mano, pedidle a Dios,

don Félix, mi mejoría.

Sale don JUAN y escucha desde el paño

FÉLIX: No atribuyáis al dolor

esquiveza semejante;

que el más indispuesto amante 1635

sana gozando su amor.

Aldonza--¡viven los cielos!--

que hace la mudanza en vos

estos efetos.

JUAN: (¡Por Dios, Aparte

que le está pidiendo celos, 1640

persuadido de mi engaño

a que me ha vuelto a querer!)

FÉLIX: Mirad que, aunque en la mujer

no es, señora, caso extraño

el mudarse, en las que son, 1645

como lo sois, principales,

infaman defectos tales

su nobleza y opinión;

y habiendo ya vuestros labios

pronunciado el sí, no es justo 1650

hacer, por leyes del gusto,

a las del honor agravios.

ALDONZA: Ya, Félix, os he afirmado

que se ha engañado y mentido

quíen ha dicho o entendido 1655

que mi pecho se ha mudado.

JUAN: (¿Satisfacciones le das?) Aparte

ALDONZA: Con esto podéis dejarme,

porque no pienso cansarme

en satisfaceros más. 1660

FÉLIX: Porque ofende quien porfía,

os suplico solamente

que abreviéis, que está pendiente

de estas bodas mi alegría.

Apártase de doña ALDONZA, y ésta

se vuelve de espaldas y habla con LEONOR

JUAN: (Primero venganzas mías Aparte 1665

os darán muerte, traidor.)

Al retirarse don FÉLIX encuentra a don JUAN

Page 38: Quien mal anda en mal acaba

FÉLIX: ¡Don Juan amigo!

Hablan los dos a un lado, y doña ALDONZA con

LEONOR al otro

ALDONZA: Leonor,

prosigue lo que decías.

FÉLIX: ¿Llegáis agora?

JUAN: Llegué

en este punto. (El cuidado Aparte 1670

que le da si le he escuchado,

en la pregunta se ve.

Disimular lo que he oído

importa; que así aseguro

la venganza que procuro.) 1675

¿Quién duda que habréis venido

a pedir a la que adora

mi abrasado pensamiento

que abrevie mi casamiento,

por llegar al de Teodora 1680

vos más presto?

FÉLIX: Y juntamente

con eso, le vine a dar

de que os volviese a estimar

las gracias.

JUAN: (¡Qué diferente Aparte

es acusar su mudanza 1685

de agradecer mi ventura!)

FÉLIX: (Pues ocultarme procura Aparte

el mal fin de su esperanza,

no es bien que por entendido

me dé con él de su engaño.) 1690

ALDONZA: ¿Hay suceso más extraño?

¡Qué gran dicha hubiera sido

que fuese yo la querida

de don Diego de Guzmán,

cuando sus ojos me dan 1695

con el veneno la vida!

Decir en la corte oí

que se ausentó. ¿Quién creyera

que a darme en Deza viniera

tan nuevo cuidado a mí? 1700

Mas a Madrid es razón

escribir para informarme;

que no es cordura arrojarme

con livíana información.

Y en tanto importa, Leonor, 1705

este secreto encubrir;

que el verme le han de impedir

si saben que no es doctor.

LEONOR: Cuando por ti no callara,

lo hiciera porque imagino 1710

que don Diego es adivino

y que de mí se vengara.

FÉLIX: Adiós; que os quiero dejar

Page 39: Quien mal anda en mal acaba

a solas; que los testigos

son del amor enemigos. 1715

(No le quiero avergonzar Aparte

con ver de Aldonza el rigor,

pues él lo encubre de mi.)

Vase

JUAN: (Sus celos pretende así Aparte

disimular el traidor. 1720

¿Iréme o veréla? ¡Cielos!

Aconsejadme en tal pena;

que su desprecio me enfrena

cuanto me animan los celos.

Salen ROMÁN y el DEMONIO. Doña ALDONZA

sigue hablando con LEONOR sin reparar en JUAN ni en los demás

ROMÁN: Don Juan, ¿qué hacéis?

JUAN: No os espante 1725

el verme aquí; que al temor

de Aldonza y de su rigor

es esta puerta un gigante

que el paso me impide.

ROMÁN: Entrad;

que quiero ver si en su pecho 1730

cierto remedio que he hecho

causa alguna novedad.

Aparte al DEMONIO

La fealdad has de aumentar

agora a don Juan.

DEMONIO: Sí, haré.

ROMÁN: Quiero que Aldonza le dé 1735

causa de desesperar.

JUAN: No espero que en mi favor

Aldonza se haya mudado;

que tengo ya averiguado

que es don Félix el traidor 1740

que me ofende.

ROMÁN: Ya veréis

en mi verdad mi deseo.

Adelántanse

ALDONZA: Don Diego es éste que veo.

LEONOR: Y don Juan.

ALDONZA: ¿Qué me queréis,

don Juan? Dejadme, por Dios. 1745

Cae desmayada en los brazos de LEONOR

Page 40: Quien mal anda en mal acaba

ROMÁN: Perdió el sentido.

JUAN: ¡Ay de mí!

ROMÁN: Bien se echa de ver aquí

que al hechizo contra vos

la fuerza le han aumentado.

JUAN: Es cierto; que el alevoso 1750

don Félix partió celoso;

y de mi engaño, obligado,

porque le dije que ya

ha vuelto Aldonza a quererme,

para ganarla y perderme, 1755

nuevos conjuros hará.

ROMÁN: Idos pues, don Juan, de aquí;

que mientras presente estéis,

ni favor alcanzaréis,

ni Aldonza volverá en sí. 1760

JUAN: ¿Hay tal desdicha?

ROMÁN: Idos presto.

JUAN: De vuestra ciencia confío

que su remedio y el mío

tengo de alcanzar.

ROMÁN: Supuesto

que de su mudanza loca 1765

sabéis la ocasión, haced

vos lo que os toca, y creed

que haré yo lo que me toca.

JUAN: A mí me toca el castigo

de don Félix. El traidor 1770

muera, pues es el mayor

enemigo un falso amigo.

Vase. Hablan aparte ROMÁN y el DEMONIO

DEMONIO: Ya va resuelto a matar

a don Félix.

ROMÁN: La ventura

que pretendo me asegura, 1775

si lo llega a ejecutar.

LEONOR: Señora, ¿hay pena mayor?

Señor doctor, ¿qué aguardáis,

que el remedio no aplicáis

a este tan mortal dolor? 1780

ROMÁN: La fuerza te mostraré

de la medicina agora.

Déme su mano. ¡Ah, señora!

ALDONZA: ¿Fuése don Juan?

ROMÁN: Ya se fue.

LEONOR: ¿Cómo te sientes?

ALDONZA: Mejor [décimas] 1785

despues que se fue, y después

que he mirado, como ves,

que está aquí el señor doctor.

ROMÁN: Siendo tan en mi favor

el remedio, no dudéis 1790

que salud alcanzaréis;

Page 41: Quien mal anda en mal acaba

aunque yo voy sospechando

que tengo de ir enfermando

al paso que vos sanéis.

ALDONZA: ¿Hay contagio en el humor 1795

que causa mi mal?

ROMÁN: Y tal,

que sin pegar vuestro mal,

no sanaréis del dolor.

ALDONZA: ¿Y sentís, señor doctor,

que os toca la pena mía? 1800

ROMÁN: Tanto, que apostar podría

que nunca con tal exceso

os tocó a vos.

ALDONZA: Y aun por eso

siento yo tal mejoría.

ROMÁN: ¿Pensáis pagarme la cura? 1805

ALDONZA: El alma es premio pequeño.

ROMÁN: No podréis; que tiene dueño.

ALDONZA: Así tuviera ventura.

ROMÁN: ¿Fáltale a tanta hermosura?

ALDONZA: ¿Qué desventura mayor 1810

que acrecentarme el dolor

quien cura la enfermedad?

ROMÁN: Si le calláis la verdad,

no echéis la culpa al doctor.

ALDONZA: Dijéralo si pensara 1815

que estaba en esto mi bien.

ROMÁN: ¿Pues de quién lo espera quien

al doctor no se declara?

ALDONZA: A mi pesar me repara

la obligación del recato. 1820

ROMÁN: Decid solo cómo os mato

y os sano, Aldonza.

ALDONZA: Mi mal

curáis como original,

y causáis como retrato.

ROMÁN: Enigma es vuestro dolor, 1825

que mi ciencia desanima.

ALDONZA: No os espante si es enima,

pues lo es también el doctor.

ROMÁN: Mi confusión es mayor.

ALDONZA: Entended, pues sois tan sabio, 1830

lo que os encubre mi labio.

ROMÁN: El atreverme a entender

el pensamiento es hacer

al poder del cielo agravio.

ALDONZA: Pues yo no he de declararme. 1835

ROMÁN: Pues yo no os he de curar.

ALDONZA: Aguardad.

ROMÁN: ¿Qué he de aguardar,

si no quereis confïarme

vuestros males?

ALDONZA: Si a sanarme

os obligáis, no os serán 1840

ocultos.

ROMÁN: O no tendrán

los astros cierto valor.

Page 42: Quien mal anda en mal acaba

ALDONZA: ¿Conocéis, señor doctor,

a don Diego de Guzmán?

LEONOR: (¡Mal año! ¿Qué ojos le echó Aparte 1845

al inocente crïado!

Sin duda que ha sospechado

que el secreto descubrió.)

ALDONZA: ¿Qué dudáis?

ROMÁN: Aldonza, yo

soy...

ALDONZA: ¿Vos sois?

ROMÁN: Soy extranjero, 1850

digo, y a ese caballero

no conozco.

ALDONZA: Toda estoy

turbada con el "yo soy"

que pronunciasteis primero;

que es don Diego de Guzmán 1855

el que por fama me mata,

y esa persona retrata

las señas que de él me dan.

ROMÁN: ¿Tan gallardo y tan galán

soy, que a parecerme llego 1860

al que os causa amor tan ciego?

ALDONZA: Pues para que otra mas alta

que yo os estime, ¿qué os falta

mas a vos que ser don Diego?

ROMÁN: ¡Quién fuera don Diego!

ALDONZA: ¡Bien! 1865

¡Qué falso estáis!

ROMÁN: Si yo fuera

tan venturoso, ¿estuviera

con vos falso? Aldonza, ¿quién

no gozara tanto bien

si fuera don Diego?

ALDONZA: ¿Luego 1870

sólo eso os falta?

ROMÁN: Estoy ciego.

ALDONZA: Pues si no lo vi jamás,

y le parecéis, ¿hay más

que fingir que sois don Diego?

ROMÁN: Tras tan claro desengaño, 1875

fingirlo ¿qué me importara?

ALDONZA: Tal estoy, que eso bastara

para remediar mi daño.

ROMÁN: Pues si es bastante el engaño,

que soy don Diego haced cuenta. 1880

ALDONZA: Yo estoy con eso contenta.

ROMÁN: Y yo muriendo por vos.

ALDONZA: Y yo por vos.

LEONOR: ¡Gloria a Dios,

que llegamos a la venta!

ROMÁN: ¿Seré tu esposo?

ALDONZA: No doy 1885

favor a quien no ha de serlo.

ROMÁN: ¿Cuándo podré merecerlo?

ALDONZA: A obligarme empiezas hoy.

ROMÁN: Sí; mas si en la cumbre estoy

Page 43: Quien mal anda en mal acaba

de tu favor, ¿ya qué resta? 1890

ALDONZA: Aunque el alma esté dispuesta,

aun no lo está la ocasión,

si atiendo a la obligación

de cuerda, noble y honesta.

ROMÁN: La dificultad mayor 1895

en declararse consiste.

ALDONZA: Haz cuenta, pues, que venciste

si ya te he dicho mi amor.

Hacen que se van

ROMÁN: En la esperanza hay temor;

la posesión asegura. 1900

ALDONZA: Si has de estimar mi hermosura,

deseos te ha de costar;

que alcanzar sin desear

da desprecio a la ventura.

ROMÁN: Antes da la brevedad 1905

al bien calidad mayor.

ALDONZA: La estimación es menor

si es mayor la calidad,

demás que a decir verdad,

es templo la dilación 1910

de tu vida o mi opinión.

ROMÁN: ¿Qué temes?

ALDONZA: Lo que dirán,

y los celos de don Juan,

de quien sabes la pasión.

ROMÁN: Presto don Juan no será 1915

importante impedimento.

ALDONZA: ¿Cómo?

ROMÁN: Porque el sentimiento

en estado le pondrá,

si algo sé, que no podrá

ser digno de tanto bien, 1920

aunque ablandes tu desdén.

ALDONZA: Pues con eso seré luego

tu esposa, si eres don Diego.

ROMÁN: ¿Y si no lo soy?

ALDONZA: También.

FIN DEL ACTO SEGUNDO

ACTO TERCERO

Salen don JUAN y TRISTÁN, de noche

Page 44: Quien mal anda en mal acaba

TRISTÁN: Agora te contaré, [redondillas] 1925

pues ya las trasformaciones

te he dicho de los doblones,

el remedio de que usé

contra el encanto que así

infamarme solicita. 1930

JUAN: Dilo pues.

TRISTÁN: De agua bendita

un vaso, señor, henchí,

y dentro de ella el dinero

entregué al doctor, seguro

de tramoyas, que el conjuro 1935

contra su virtud es huero.

JUAN: ¿Qué diabólica legión,

atenta solo a mis males,

de los reinos infernales

conduce al mundo Plutón? 1940

TRISTÁN: Todo es encanto, y es tanto,

que estoy ya flaco de miedo.

JUAN: Con esta espada, si puedo,

he de vencer el encanto.

TRISTÁN: Un hombre viene, señor. 1945

JUAN: Véte a recoger.

TRISTÁN: Sin duda,

pues que tripulas mi ayuda,

has creído mi temor;

mas ¿cuándo Tristán ignora

tu pecho?

JUAN: En teniendo efeto, 1950

te descubriré el secreto

que es fuerza callar agora.

Véte.

TRISTÁN: Si has de pelear,

el obedecerte es justo;

que en cosas más de mi gusto 1955

no suelo yo porfïar.

Vase TRISTÁN. Salen ROMÁN y el DEMONIO, de noche y hablan

los dos aparte

DEMONIO: Éste es don Juan, que en la calle

de Aldonza está en centinela;

pues don Félix se desvela

con sospechas, engañalle 1960

tu pretensión dispondrá;

que la persona fingiendo

yo de Félix, y saliendo

de cas de Aldonza, creerá

su agravio.

ROMÁN: Con eso fío 1965

que por lo menos de intento

mudará en su casamiento,

y dará lugar al mío.

DEMONIO: No puede hacer la verdad

más efecto.

ROMÁN: Hablarle quiero 1970

Page 45: Quien mal anda en mal acaba

para acreditar primero

su traición y mi amistad.

JUAN: (Si es Félix, aquí verán Aparte

sus traiciones el castigo

que merece un falso amigo.) 1975

¡Ah, caballero!

ROMÁN: ¿Es don Juan?

JUAN: ¿Quién lo pregunta?

ROMÁN: Quien sólo

os busca para mostraros

cuánto os estima, con daros

un aviso.

JUAN: ¿Es Demodolo? 1980

ROMÁN: El mismo, y porque veáis

ya mi amistad, ya mi ciencia,

quise que a mi diligencia

el desengaño debáis;

que vuestros ojos verán 1985

que don Félix está agora

gozando de la que adora

vuestro ciego amor, don Juan.

JUAN: Qué decís!

ROMÁN: No me ha mentido

quien me lo ha dicho jamás. 1990

No puedo deciros más;

y si no me habéis creído,

aquí pienso acompañaros

hasta que lo averigüéis,

y a lo que determinéis, 1995

si algo os importo, ayudaros.

JUAN: Yo estimo el ofrecimiento;

pero mal os lo pagara

si conmigo os arriesgara

en la venganza que intento. 2000

Solamente me ayudad

en esto con el secreto.

ROMÁN: Como amigo os lo prometo.

JUAN: Recogeos pues, y dejad

lo demás a cargo mío. 2005

ROMÁN: Pues solo queréis tomar

venganza, por no agraviar

vuestro valor, no porfío.

Habla aparte al DEMONIO

Agora es tiempo.

DEMONIO: A cumplir

parto al punto lo que ordenas. 2010

Vase

ROMÁN: (Con esto el fin de mis penas Aparte

pienso, Aldonza, conseguir.)

Vase ROMÁN

Page 46: Quien mal anda en mal acaba

JUAN: ¿Es posible que es liviana

Aldonza, y Félix traidor?

¿Tanto en él pudo el amor, 2015

tanto en ella la inhumana

potestad que la ha hechizado?

Mas no hay hechizos; bastó

ser ella mujer, y yo

un hombre tan desdichado. 2020

Mas yo, ¿para qué me pierdo

por una mujer, error

que juzga por el mayor

y por sin disculpa el cuerdo?

Mas, aunque de esto me acuerde, 2025

déme el más cuerdo a entender

por qué se puede perder

quien por mujer no se pierde.

Pero mi enemiga ha abierto

la puerta, y un hombre ya 2030

sale; esto es hecho.

Sale el DEMONIO, que ha tomado la forma de don FÉLIX

¿Quién va?

DEMONIO: ¿Quién lo pregunta?

JUAN: (Ello es cierto; Aparte

que su voz no me ha engañado.)

Traidor, éste es el castigo

que merece un falso amigo. 2035

Saca la espada, y dale

DEMONIO: ¡Yo soy muerto!

Cae dentro

JUAN: Y yo vengado.

Vase. Salen LEONOR y doña ALDONZA, acabando de

leer una carta

LEONOR: ¿Qué te escribe?

ALDONZA: La probanza

de mi ya segura gloria.

Dice que es cierta la historia

en que fundo mi esperanza. 2040

Todas las señas, Leonor,

con que retrata a don Diego,

son las que mi pecho ciego

idolatra en el doctor.

LEONOR: No tienes ya, según eso, 2045

qué dudar ni qué temer.

ALDONZA: Solo temo ya perder

Page 47: Quien mal anda en mal acaba

con tanta ventura el seso.

LEONOR: Él viene.

ALDONZA: A solas le harán

mis porfías declararse. 2050

Véte.

LEONOR: (Al fin vendrá a quedarse Aparte

en el aire el buen don Juan.)

Vase. Sale ROMÁN

ROMÁN: Ya, Aldonza, no impedirá

don Juan nuestro pensamiento,

pues el celoso tormento 2055

le privó de seso ya.

ALDONZA: ¿Loco está?

ROMÁN: No os lastiméis.

ALDONZA: Yo le aborrezco de suerte

que, aun diciéndome su muerte,

lastimarme no podéis. 2060

ROMÁN: Él, pues, ha dado en decir

que es Félix, su amigo estrecho,

el que mudar os ha hecho;

y que viéndole salir

de vuestra casa a deshora, 2065

le dio muerte; y lo ha creído

de modo que retraído

está por el caso agora.

ALDONZA: ¿Luego vive Félix?

ROMÁN: Vive

bueno y sano.

ALDONZA: ¿Qué decís? 2070

ROMÁN: Probar podéis lo que oís,

si alguna duda recibe.

ALDONZA: ¿Tanto lo ha sentido? ¿Tanto

pudieron con él los celos?

ROMÁN: Piedades son de los cielos, 2075

condolidos de mi llanto.

ALDONZA: ¿Y cómo os va de don Diego?

ROMÁN: Si con el alma que os doy

os consuelo cuanto soy,

¿por qué lo que soy os niego? 2080

Don Diego soy. Verdad es

cuanto os han dicho de mí

y desde la corte aquí

la estampa de vuestros pies

vine borrando, señora, 2085

con mis labios; que ésta fue

la ocasión por que tomé

el nombre que finjo agora.

Quiso mi padre obligarme

a ser de otra dama esposo, 2090

y por él me fue forzoso,

como por vos, ausentarme.

El temor de la opresión

de mi padre, si me hallara,

hizo que el nombre mudara; 2095

Page 48: Quien mal anda en mal acaba

y por tener ocasión

de poderos dar indicio,

bella Aldonza, de mi amor,

tomé oficio de doctor,

que es licencioso este oficio. 2100

Si antes os negué quién soy,

fue porque son enemigos

del secreto los testigos;

mas ya que con vos estoy

a solas, y satisfecho, 2105

por lo que importa a los dos,

de que está segura en vos,

la llave os doy de mi pecho.

Y puesto que la locura

de don Juan lo facilita, 2110

vuestro amor, señora, admita

lo que ofrece la ventura.

ALDONZA: En mi firme voluntad

no pongáis duda, señor,

cuando vos sabéis mi amor, 2115

y yo vuestra calidad.

Mas mi mudanza es forzoso

primero justificar,

publicando en el lugar

que don Juan está furioso; 2120

pues sus deudos y los míos

se ofendieran de otra suerte,

y temo que en vuestra muerte

castiguen mis desvaríos.

ROMÁN: No temáis; que al mismo instante 2125

que os merezca, me podré

declarar; con que seré

a refrenarlos bastante.

Mas porque el temor evite

que su indignación os da, 2130

para hacerlo, ¿bastará

que don Juan lo solicite?

ALDONZA: Claro está; mas ¿de qué modo

le obligaréis?

ROMÁN: Quered vos;

que el Amor, señora, es dios; 2135

su industria lo alcanza todo.

ALDONZA: Y yo de vuestra prudencia

mayores empresas fío.

Disponed de mi albedrío.

ROMÁN: Parto pues. Dadme licencia; 2140

que cada instante es eterno

antes de la posesión.

Vase

ALDONZA: Los puntos de dilación

trueco yo a siglos de infierno.

Si es verdad, dichosa he sido. 2145

¡Leonor!

Page 49: Quien mal anda en mal acaba

Sale LEONOR

LEONOR: ¿Qué me mandas?

ALDONZA: Parte

al punto a certificarte

si está don Juan retraído.

LEONOR: ¿Retraído? Pues, ¿qué exceso

tan grave pudo emprender 2150

que le obligue a retraer?

ALDONZA: Dicen que ha perdido el seso

de celos; y da en decir

que ha muerto a Félix, su amigo,

porque de verse conmigo 2155

anoche le vio salir.

LEONOR: ¿Matóle?

ALDONZA: Falsa es la muerte

como la causa lo fue.

Haz lo que te digo.

LEONOR: Iré

con alas a obedecerte. 2160

Vanse. Sale[n] [TRISTÁN y] un DEMONIO, en figura y traje de sacristán,

con

unos panecillos y una bota de vino

TRISTÁN: Saber quisiera, sacristán divino, [silva]

pues de esta iglesia sois el inquilino,

si hay en ella fantasmas y visiones

que a golpes, bofetadas, pescozones

los retraídos huéspedes regalen? 2165

DEMONIO: Pues, ¿qué os ha sucedido?

TRISTÁN: Toda la santa noche me han molido,

DEMONIO: (Castigos son que da a tu atrevimiento Aparte

Román, de quien yo soy el instrumento

en la visible forma que he tomado 2170

de sus mágicas artes obligado.)

Yo no sentí jamás tales asombros.

El miedo os fingirá espíritus malos.

Mete en un arca el pan y vino, y échale la llave

TRISTÁN: El miedo asombros da, pero no palos.

Mas, ¿qué es lo que guardáis?

DEMONIO: Es pan y vino 2175

de una ofrenda.

TRISTÁN: A extremado tiempo vino,

si queréis convidarme.

DEMONIO: Esto es del cura.

TRISTÁN: Nunca de vuestra mala catadura

esperé yo más virtüoso oficio.

DEMONIO: Ser de lo ajeno liberal, es vicio. 2180

Vase y hace caediza la llave

Page 50: Quien mal anda en mal acaba

TRISTÁN: ¿Engáñome o cayósele la llave?

Alza la llave

Sí. De su cortedad he de vengarme.

Mas ¿si vuelve? ¿Qué importa? ¿Ha de matarme?

Pues de la bota soy amante ciego,

un chupón le he de hacer, y suplir luego 2185

con agua el hurto, y no seré el primero

que achaca su delito al tabernero.

Abrid quedo, Tristán, porque el rüido

no descubra el delito; que andaremos

al morro el sacristán y el retraído. 2190

Abre el arca, y aparece un difunto; deja TRISTÁN caer la tapa

y ciérrase el arca

¿Qué es esto? ¡Verbum caro! ¡Anima Christi!

El arca en ataúd se ha convertido,

y con el vino el muerto ha revivido.

Sale el DEMONIO, de sacristán

DEMONIO: ¿Qué es aquesto, Tristán? ¡Oh qué mal hueles!

TRISTÁN: Informan de mi miedo esos papeles. 2195

DEMONIO: Pues, ¿de qué le has tenido?

TRISTÁN: En este punto

esa arca abrió un difunto,

y en ella se ha escondido.

La hora es ésta que el vino se ha bebido.

DEMONIO: Mal la disculpa de tu error trazaste. 2200

Cayóseme la llave, y tú la hallaste,

y al muerto tu delito has imputado.

TRISTÁN: Por estos ojos el difunto he visto

dentro del arca, voto a Jesucristo.

DEMONIO: No jures; que me ofendes con nombrarle. 2205

TRISTÁN: Perdona. (El sacristán es un bendito.) Aparte

DEMONIO: Quiérote convencer de tu delito.

Abre el arca, y no hay en ella más que el pan y el vino

¿Qué es del cadáver? ¿Ves tus invenciones?

TRISTÁN: ¿Qué me queréis, fantasmas y visiones?

DEMONIO: Basta, Tristán. Yo quiero convidarte, 2210

porque sin duda estás necesitado,

pues hurtar intentabas en sagrado.

Saca el pan y el vino

TRISTÁN: El cielo te lo pague; que el desvelo

Page 51: Quien mal anda en mal acaba

desde que media noche era por filo,

me tiene, como dicen, en un hilo. 2215

DEMONIO: Desayúnate pues.

El pan se vuelve en ceniza, y el vino en tinta

TRISTÁN: ¡Jesus mil veces!

DEMONIO: Calla ese nombre.

TRISTÁN: ¡Ah, perro! ¿Lo aborreces?

Pues mil veces Jesús.

Huye el DEMONIO. Sale LEONOR, con manto

LEONOR: Tristán, ¿qué es esto?

TRISTÁN: ¡Que no me valga a mí, por desdichado,

contra los diablos el lugar sagrado! 2220

LEONOR: ¿Qué tienes?

TRISTÁN: ¡Ay Leonor! Dos mil demonios

esta noche, que he estado retraído

por la muerte de Félix, me han curtido,

y agora un sacristán, o yo estoy ciego,

o se ha desparecido echando fuego. 2225

LEONOR: Ya conozco, Tristán, tus invenciones

desde aquel cuento de los cien doblones.

TRISTÁN: ¿Hay más desdicha? ¡Que en sucesos tales

aún no merezcan crédito mis males!

LEONOR: Dejemos eso, y dime. Al fin ¿es cierto 2230

que don Juan se retrajo porque ha muerto

a Félix?

TRISTÁN: De eso puedo yo informarte,

como quien tuve en ello tanta parte.

LEONOR: Di cómo.

TRISTÁN: Mi señor, para matarle,

no quiso que yo fuese a acompañarle, 2235

mas como soy fiel, le fui siguiendo,

y quedéme a cien pasos tras la esquina

de la calle en que tuvo la mohina.

Salió don Félix de tu casa, cierra

don Juan con él, abrázanse y en tierra 2240

dieron los dos, mas mi señor debajo.

Yo, que puesto le miro en tal trabajo

desde la esquina donde estaba tiro

la daga a Félix... Yo propio me admiro;

pues estando abrazados, sin que un pelo 2245

a mi señor cortase mi destreza,

le di a Félix con ella en la cabeza,

y como peje rey quedó ensartado

por las sienes, del uno al otro lado.

LEONOR: ¡Temerario mentir!

TRISTÁN: Si por ventura 2250

sospechas que te engaño,

ves allí a mi señor.

LEONOR: (¿Hay tal locura? Aparte

Sin duda son hechizos que le han dado,

como a Aldonza, a don Juan y a su criado.)

Page 52: Quien mal anda en mal acaba

Quédate a Dios, Tristán; que no venía 2255

a saber otra cosa.

Vase LEONOR

TRISTÁN: Leonor mía,

aguarda. ¿Así te vas?

Al irse LEONOR, le tira TRISTÁN del manto, y ella al entrar

descubre en las espaldas un figurón, cayéndosele el

manto

¡Otra tenemos!

¡San Jorge! ¡Qué visión!

Salen don JUAN y don PEDRO

JUAN: Tristán, ¿qué tienes?

TRISTÁN: Temblando estoy. ¿No dicen que en la iglesia

no puede entrar el diablo?

PEDRO: Son consejas 2260

de ignorantes, de niños y de viejas.

TRISTÁN: Pues como ahora con vosotros hablo

he hablado cara a cara con el diablo.

JUAN: Siempre el temor te forma esas visiones.

TRISTÁN: Vive Dios, que es verdad.

JUAN: Deja invenciones; 2265

que no es tiempo de gracias.

TRISTÁN: En efeto,

quiero callar; que no será discreto

el que contare cosas que no espere

que las ha de creer quien las oyere.

PEDRO: Proseguid vuestro suceso. [redondillas] 2270

JUAN: Sabiendo al fin, como os digo,

la traición de tal amigo,

perdi de cólera el seso;

y siendo esta noche espía

vigilante con los celos, 2275

cuando estrellas a los cielos

y sueño al mundo esparcía,

de casa de Aldonza vi

que mi enemigo salió.

Habléle, y me respondió, 2280

y en la voz reconocí

ser Félix; y despechado

con la ofensa, le maté;

y aunque perdido quedé,

quedé, en efecto, vengado. 2285

TRISTÁN: Venimos a retraernos

luego a este iglesia, y barrunto

que en venganza del difunto

se han soltado los infiernos.

Y como nunca ha sabido 2290

el demonio hacer justicia,

Page 53: Quien mal anda en mal acaba

castiga en mí su malicia

lo que yo no he delinquido.

PEDRO: ¡Estáis cierto en que murió

Félix allí? Que hasta ahora 2295

ni lo ha sabido Teodora,

ni la fama divulgó

en el lugar nuevas tales.

JUAN: Por no dudarlo, le di,

después que muerto le vi, 2300

mil estocadas mortales.

Sale don FÉLIX, hablando con un CRIADO

PEDRO: ¿No es don Félix el que llega

a la iglesia?

JUAN: ¿Desvarío

o sueño?

TRISTÁN: Él es. Amo mío,

¿a mí también me la pega? 2305

PEDRO: Qué es esto, don Juan?

JUAN: No sé.

TRISTÁN: O hay otro Sinón en Troya,

o éste es Félix de tramoya,

o el que mataste lo fue...

JUAN: ¿Quién se ha visto tan confuso 2310

como yo?

TRISTÁN: O él, de gallina,

te dio con la mortecina,

o tú eres valiente al uso

de estos que con invenciones

se suelen acreditar. 2315

JUAN: La vida me han de acabar

tan terribles confusiones.

Mas si es tan grande hechicero

que el seso a Aldonza quitó,

¿quién duda que se libró 2320

por encanto de mi acero?

Al CRIADO

FÉLIX: Esto has de hacer con cuidado.

CRIADO: Siempre con él te serví.

Vase

TRISTÁN: ¿Qué habemos de hacer aquí;

que llega el resucitado? 2325

FÉLIX: Don Juan, por haber sabido

de vuestra hermana Teodora,

yendo a buscaros agora

que estábades retraído,

vengo celoso, por Dios, 2330

de no haber participado

del caso, y haberme hallado,

Page 54: Quien mal anda en mal acaba

si sois mi amigo, con vos

en el suceso que pudo

causar esta novedad. 2335

JUAN: (¡Que así me finja amistad!) Aparte

FÉLIX: ¿Cómo, don Juan, estáis mudo

y recatado conmigo?

JUAN: (¿Qué es esto cielos? ¿Qué haré? Aparte

Si anoche me declaré 2340

por su mortal enemigo,

si me di por ofendido

cuando salió de agraviarme,

y él lo vio, ¿cómo he de darme

aquí por desentendido?) 2345

FÉLIX: Coligiendo voy cuán poco

de mi amistad confiáis,

pues la respuesta dudáis.

PEDRO: (Don Juan sin duda está loco, Aparte

o es Félix Ulises griego 2350

en engañar y fingir.)

Aparte a don JUAN

TRISTÁN: Señor, ¿cómo has de salir

de laberinto tan ciego?

JUAN: (Ya el ingenio me ha ofrecido Aparte

una importante invención. 2355

Yo he de acusar su traición

sin darme por entendido.)

De verme tan recatado,

don Félix, no os espantéis;

que en el suceso veréis 2360

si con causa lo he callado.

Yo supe que cierto amigo

fingido, traidor, infiel,

profesando yo con él

la amistad que vos conmigo, 2365

me ofende en la pretensión

de Aldonza. Vile salir

anoche de conseguir

por dicha la posesión.

Yo, que de agraviado estoy 2370

loco, desnudé la espada,

y a la primer estocada

cae diciendo, "¡Muerto soy!"

Pero yo, aun no satisfecho,

aunque muerto le juzgué, 2375

abrirle al alma intenté

muchas puertas en el pecbo.

Vine a retraerme al punto

a este templo, y he sabido

agora que ni aun herido 2380

está cuanto más difunto;

que se libró de mi acero

por hechizos; que el traidor

tiene más de encantador

que de honor de caballero, 2385

Page 55: Quien mal anda en mal acaba

y muerto se me fingió

de temeroso y cobarde,

................. [-arde;]

y aunque entonces me engañó,

no presuma el hechicero 2390

no ser vencido jamás;

que alguna vez podrá más

que sus conjuros mi acero.

(Bien se lo he dado a entender.) Aparte

FÉLIX: El ha sido caso extraño; 2395

mas el autor de ese engaño

quisiera, don Juan, saber,

si fiáis de mi amistad;

que sabré morir por vos.

JUAN: (¿Hay tal fingir? ¡Vive Dios, Aparte 2400

que es la misma falsedad!)

Don Félix, solo os podré

decir, pues me preguntáis

quién es, que si lo ignoráis

vos, tampoco lo sé; 2405

y adiós, que los dos tenemos

un negocio que tratar.

FÉLIX: Adiós. (¿En qué han de parar Aparte

estos confusos extremos?)

Vase don FÉLIX

JUAN: Sin seso voy de corrido. 2410

PEDRO: Y yo lo voy de admirado.

TRISTÁN: O el demonio se ha soltado,

o mi amo ha enloquecido.

Vanse los tres. Salen ROMÁN y el DEMONIO

ROMÁN: En habiéndole propuesto

que de la injusta mudanza 2415

de Aldonza tome venganza

con la ficción que he dispuesto,

ponle en la imaginación

que yo la persona sea

que lo finja, si desea 2420

ver de ello la ejecución.

DEMONIO: Poco sastisfecho estás

de que penetro tu intento.

Proponle tu pensamiento,

y déjame lo demás; 2425

que fuera de eso, de modo

sus sentidos turbaré,

qe entero crédito dé

y consentimiento a todo.

Él viene.

Sale don JUAN

Page 56: Quien mal anda en mal acaba

JUAN: Doctor amigo, 2430

loco estoy.

ROMÁN: Tenéis razón.

Ya sé, don Juan, la ocasión,

pues de su justo castigo

por encanto se ha librado

Félix.

JUAN: Vos me aconsejad, 2435

pues que de vuestra amistad

y saber me he confïado.

ROMÁN: Don Juan, vuestro mal con vos

no puede más que conmigo,

después que la ley de amigo 2440

hizo un alma de las dos;

y así, quiero en este intento

lo que importa aconsejaros,

y hasta morir ayudaros.

JUAN: Decid, pues.

ROMÁN Estadme atento. 2445

Para lograr vuestro amor, [romance]

busquemos un forastero

no conocido, que sea

pobre y de vil nacimiento,

y dando a entender a Aldonza 2450

y a sus deudos que es don Diego,

de que inducirá testigos

mi industria y vuestro dinero,

sin daros por entendido

del agravio que es ha hecho 2455

con don Félix, le decid

que ya que vuestros deseos

desprecia, vos por mostrarle

que es vuestro amor verdadero,

en cambio de sus ofensas 2460

solicitáis sus aumentos,

siendo un pródigo interés

de este delito el tercero,

con él habéis de tratar

que en el obscuro silencio 2465

de la noche de sus bodas,

en cambio de él, vos el lecho

de doña Aldonza ocupéis.

Después de gozarla, el trueco

desharéis, y él otro día 2470

se ausentará porque el riesgo

de ser descubierto evite.

Mataréis a Félix luego;

que yo me obligo a trazarlo.

Descubriráse el enredo, 2475

quedará burlada Aldonza,

cumplido vuestro deseo,

vuestro ofensor castigado,

y vos vengado y contento

o perderéisos por todo, 2480

ya que resolvéis perderos.

JUAN: Pues, Demodolo, vos sois

de cuya amistad e ingenio

Page 57: Quien mal anda en mal acaba

la ejecución de este caso

fïar solamente puedo. 2485

Forastero sois, y en Deza

no conocido, y no espero

que como vos pueda alguno

acreditar que es don Diego;

que con tan bizarras partes, 2490

ya del alma, ya del cuerpo,

para serlo solo os falta

el nombre de caballero.

ROMÁN: (Ya me ruega con su dama. Aparte

Agora he de hacer que él mesmo 2495

me lo pague.)

JUAN: Demodolo,

¿dudáis?

ROMÁN: No penséis que el riesgo

me acobarda, ni el perder

las riquezas de este pueblo;

que lo que a dudar me obliga 2500

es solo haber de perderos,

siendo forzoso ausentarme.

JUAN: No perderéis; que supuesto

que mis delitos también

me han de obligar a lo mesmo, 2505

adonde quiera que vais

acompañaros prometo.

ROMÁN: Con eso me determino,

y luego a trazar comienzo

invenciones con que entiendan 2510

en Deza que soy don Diego.

JUAN: Yo a juntar voy, para daros,

cuantas riquezas poseo,

y a tratar con mi enemiga

el fingido casamiento. 2515

Vase

ROMÁN: Aldonza me dé la mano

que con sus engaños mesmos

ha de engañarse don Juan.

Pues ha publicado el pueblo

que soy don Diego, han de darme 2520

su cautela y su dinero

y mis artes fuertes armas

contra él mismo; y porque el riesgo

huya mejor, con hechizos

le he de hacer que pierda el seso, 2525

y la vida si me importa.

Pues que me ayuda el infierno

gozaré de Aldonza bella;

y antes que descubra el tiempo

mi delito, ausentaréme, 2530

pues por la mágica puedo

penetrar en breves horas

los más apartados reinos;

con Aldonza si me agrada,

Page 58: Quien mal anda en mal acaba

sin ella si la aborrezco; 2535

que no siempre son iguales

las pasiones y el deseo.

Y a lo menos rico iré

a tan remoto hemisferio,

que no siendo conocido, 2540

viva alegre y sin recelo

de castigos ni venganzas.

Bien lo trazáis, pensamiento,

si piadosa la Fortuna

facilita los sucesos. 2545

Vase. Salen don JUAN, doña ALDONZA, TRISTÁN y

LEONOR

JUAN: Hermosa Aldonza, esto he hecho [redondillas]

por mostrar, cuando a venganzas

me obligan vuestras mudanzas,

que atiendo a vuestro provecho.

Y porque ninguno en Deza, 2550

cuando no os merezco yo,

blasone que os mereció,

goce de vuestra belleza

don Diego, que es forastero,

y os merece, y no me ofende, 2555

pues vengo en lo que él pretende

a ser yo mismo el tercero.

Á la corte iréis, y así

aplacaré mis enojos

con no tener a los ojos 2560

la ventura que perdí.

Aparte a don JUAN

TRISTÁN: No te empeñes; que estás ciego,

y es de veras el doctor

don Diego.

JUAN: ¡Qué loco error!

TRISTÁN: Me quemen si no es don Diego. 2565

JUAN: Lo que obra el enredo es todo

traza del doctor y mía.

TRISTÁN: Tú pagarás tu porfía

cuando estés puesto de lodo.

ALDONZA: ¿Qué es lo que os dice Tristán? 2570

JUAN: Viene, señora, admirado

de que el doctor disfrazado

es don Diego de Guzmán.

Dilo; que ya no es secreto,

y en eso me fundo yo. 2575

TRISTÁN: (Estoy por decir que no, Aparte

para impedirle el efeto.)

ALDONZA: (Ya lo entiendo. Concertado Aparte

viene a la invencián Tristán.

Piensa engañarme don Juan, 2580

y es él solo el engañado.)

Page 59: Quien mal anda en mal acaba

Ya que la suerte, a los dos

contraria, don Juan, en esto

de manera lo ha dispuesto

que no os dé la mano a vos, 2585

daros gusto en eso es justo,

por mostrar que, si no hubiera

inconveniente, os la diera

quien la da por vuestro gusto,

asegurándome vos 2590

que es don Diego.

JUAN: Por mi cuenta

correrá, Aldonza, la afrenta

y venganza de los dos.

Cuanto más que si yo soy

don Juan, él don Diego.

TRISTÁN: ¡Y cómo! 2595

JUAN: Y ya digo que lo tomo

yo por mi cuenta.

ALDONZA: Y yo estoy

contenta con eso, y quiero

casarme, aunque no lo fuera.

JUAN: (Como una simple cordera Aparte 2600

da la garganta al acero.)

LEONOR: (¡Qué alegre está y engañado!) Aparte

Aparte a TRISTÁN

JUAN: Parte a llamar al doctor.

TRISTÁN: Que te despeñas, señor.

JUAN: ¿Quieres no ser porfïado? 2605

TRISTÁN: Que es don Diego.

JUAN: Pues don Diego,

quiero que la mano dé

a Aldonza.

TRISTÁN: Con eso iré.

Vase TRISTÁN

JUAN: Advierte que venga luego;

que importa la brevedad, 2610

Aldonza; que publicado

que es don Diego, en lo tratado

temo alguna novedad

por la mucha diligencia

de su padre.

ALDONZA: El sí fue mío, 2615

y ponga vuestro albedrío

lo demás.

JUAN: (¡Con qué inocencia Aparte

va admitiendo mi venganza!)

Aparte a doña ALDONZA

LEONOR: ¿Viste enredo más extraño?

Page 60: Quien mal anda en mal acaba

Él se engaña con su engaño, 2620

y tú cumples tu esperanza.

Hablan las dos aparte. Sale don FÉLIX

FÉLIX: Don Juan, amigo...

JUAN: (¡Ay de mí! Aparte

¿Si viene a estorbar mi intento?)

FÉLIX: Si es fin de vuestro tormento,

tendré el hallaros aquí 2625

a gran dicha.

JUAN: (Su intención Aparte

entiendo.)

FÉLIX: Mas escuchad,

don Juan, una novedad

que os causará admiración.

JUAN: ¿Y es?

FÉLIX: Que el doctor es don Diego 2630

de Guzmán.

JUAN: Más ha de un día,

Félix, que yo lo sab}a.

FÉLIX: Dicen más, que el amor ciego

de Aldonza le trajo a Deza,

de la corte.

JUAN: También sé 2635

esa verdad.

FÉLIX: Pues él fue,

sin duda, quien su belleza

mudable con vos ha hecho;

y es bien que sienta el castigo,

si vos queréis.

JUAN: (¡Ah enemigo! Aparte 2640

Celos te abrasen el pecho.)

Ya la venganza prevengo.

FÉLIX: Él viene.

Salen don PEDRO, ROMÁN, el DEMONIO y

TRISTÁN

ROMÁN: Haberme llamado

don Juan con tanto cuidado,

por buen pronóstico tengo 2645

de la ventura que espero.

JUAN: Aldonza, informada ya

de los méritos que os da

el ser tan gran caballero,

premia vuestras penas hoy. 2650

Solo aguarda vuestra mano.

ROMÁN: ¿Quién no envidia el bien que gano?

La mano y el alma os doy

si puedo a tal posesión

llegar sin perder el seso. 2655

Cuando va a dar la mano, entran dos FAMILIARES del Santo Oficio,

con la insignia en el pecho, y estórbanlo y

Page 61: Quien mal anda en mal acaba

préndenlo

FAMILIAR 1: Roman Ramírez, sed preso

por la Santa Inquisición.

TRISTÁN: ¿No lo dije yo?

ALDONZA: Román

es éste?

FAMILIAR 1: El mismo que veis.

ROMÁN: ¡Ay de mi!

ALDONZA: Ved lo que hacéis; 2660

que es don Diego de Guzmán.

FAMILIAR 2: ¿Qué don Diego?

Aparte a ROMÁN

DEMONIO: Mi furor,

Román, no os puede valer.

Aquí dio fin mi poder

porque el del cielo es mayor. 2665

Vase

ROMÁN: (¡Ah infiernos! ¿Cómo el concierto Aparte

vuestro no me favorece?)

ALDONZA: ¡Válgame el cielo! Parece

que de un gran sueño despierto.

Otro que me pareció, 2670

me parece.

JUAN: ¡Yo estoy loco!

FAMILIAR 2: Éste es Román, el que ha poco

que en Toledo castigó,

porque la ley sarracena

guardaba, la Inquisición; 2675

que es morisco de nación.

ROMÁN: (¡Ah falso infierno! La pena Aparte

pago de mi desatino.)

TRISTÁN: Agora caigo en la cuenta.

Éste es el que vi en la venta 2680

mirar de mal al tocino.

FAMILIAR 1: Andad, qué aguardáis, Román?

ROMÁN: No por ser de ley extraña,

menos que a vos me acompaña

la ley natural, don Juan. 2685

Obligado estoy por ella

a pagar tanta amistad.

Ya que la pierdo, gozad

sin temor de Aldonza bella;

que ni es Félix falso amigo, 2690

ni jamás os ofendió.

Engaños son que trazó

la fuerza de amor conmigo.

Con hechizos procuraba

el soberano sujeto 2695

de Aldonza; mas en efeto,

Page 62: Quien mal anda en mal acaba

quien mal anda en mal acaba.

Vanse con él los FAMILIARES

TRISTÁN: Allá vayas, hechicero,

donde me dejes vengado.

LEONOR: Todo se ha desfigurado 2700

del que pareció primero.

ALDONZA: Dadme la mano, don Juan,

pues soy la misma que fui,

y vos sois ya para mí

tan gallardo y tan galán 2705

como lo fuisteis primero

que nos mudase el encanto,

pudiendo en nosotros tanto

los artes de este hechicero.

JUAN: Pues quedo tan satisfecho, 2710

bella Aldonza, vuestro soy,

y a Félix los brazos doy.

[como, al fin, amigo estrecho.]

...................[Leonor]

....................[casados] 2715

TRISTÁN: Aunque van salpimentados

con casamiento, mi amor

lo estima, y tu mano espera.

LEONOR: Bien lo debo a tu afición.

JUAN: Y aquí, pidiendo perdón, 2720

da fin esta verdadera

historia, que sucedió

año de mil y seiscientos.

En sus rebeldes intentos,

preso en Toledo murió 2725

Ramírez, y relajado

en su estatua, por su ciego

delito pagó en el fuego

el cadáver su pecado;

llevando, pues se fïaba 2730

de injustos medios Román,

el castigo del refrán

quien mal anda en mal acaba.

FIN DE LA COMEDIA

Actualización más reciente: September 13, 2005