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“Quiero ser tu Joey Ramone” De Tristana Landeros Diciembre es el mes del perdón y las reconciliaciones pero Navidad no es la mejor fecha para entregarle a tu marido los documentos a firmar para que se rompa el vínculo legal que hace cinco años firmamos con devoción, lealtad y algo que le llamamos amor. Con esa consigna llegué a Reynosa, en ese entonces era una zona de relativa paz, aunque lúgubre prostituta como cualquier ciudad fronteriza que sirve de escupidero a los white trash que bajan del gabacho. Hernando estaba ahí, huyendo de la relación, de la realidad y de mí. En la madrugada, desde la central de autobuses apestosa y desolada marqué varias veces desde un teléfono de moneditas a su casa, colgando para evitar la voz de su madre o su padre. No sirvió de nada, me senté en unas bancas anaranjadas que invitaban a no consumir los alimentos antihigiénicamente preparados en ese local y pedí unos burritos, en el noreste los burritos son de huevo con jamón, frijoles y arroz, chicano style. Ya había amanecido y decidí llamar una última vez y enfrentar a la familia. Contestó Hilda, la madre, que en un tiempo me había querido como, así dicen todas las suegras solitarias y engañadas, “la hija que nunca tuvo”.

Quiero Ser Tu Joey Ramone

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Punkuento navideño sobre un amor fronterizo en el norte de un burrito insalubre.

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Quiero ser tu Joey RamoneDe Tristana Landeros

Diciembre es el mes del perdn y las reconciliaciones pero Navidad no es la mejor fecha para entregarle a tu marido los documentos a firmar para que se rompa el vnculo legal que hace cinco aos firmamos con devocin, lealtad y algo que le llamamos amor.Con esa consigna llegu a Reynosa, en ese entonces era una zona de relativa paz, aunque lgubre prostituta como cualquier ciudad fronteriza que sirve de escupidero a los white trash que bajan del gabacho. Hernando estaba ah, huyendo de la relacin, de la realidad y de m. En la madrugada, desde la central de autobuses apestosa y desolada marqu varias veces desde un telfono de moneditas a su casa, colgando para evitar la voz de su madre o su padre. No sirvi de nada, me sent en unas bancas anaranjadas que invitaban a no consumir los alimentos antihiginicamente preparados en ese local y ped unos burritos, en el noreste los burritos son de huevo con jamn, frijoles y arroz, chicano style.

Ya haba amanecido y decid llamar una ltima vez y enfrentar a la familia. Contest Hilda, la madre, que en un tiempo me haba querido como, as dicen todas las suegras solitarias y engaadas, la hija que nunca tuvo. Hola, soy Wendy, acabo de llegar a Reynosa, me pasas a Hernando? No te preocupes, Hilda, no volver a llevarme a tu nio. Esto ya se termin pero tenemos que hacerlo bien.Ni siquiera me respondi mi an suegra, a los pocos segundos contest Hernando todo amodorrado. Nenita. Hola, estoy en la central de autobuses, puedes venir por m? Mmm, me bao y voy. No, ven ya. No te voy a quitar mucho tiempo. Slo estoy de entrada por salida. Okey. Esper. Lleg. Nos abrazamos y l llor. Eres una culera. Peo te perdono, quiero que volvamos. A eso vine. Yo tambin me equivoqu.Nos besamos. No poda evitarlo, era el hombre con el que pas los primeros cinco aos de vida reproductiva. Carg mi maleta, me tom de la mano y volv a ser la morra de dieciocho aos con la que se cas, la que necesitaba proteccin. No te puedo llevar a la casa, mis paps te odian. Les dijiste la verdad? Qu queras? Despus de cinco aos te fuiste, no te encontr por ningn lado y hubiera empezado por buscarte en la cama de tu mejor amigo. l no tiene nada qu ver. Vamos a entrar a este motel. No.Y me jal hacia adentro. Como siempre mi no era un s para l. As fue como tuvimos sexo por primera vez, yo dije no y a l no le import. A los dos meses vivamos juntos porque me extraaba mucho, pero yo no. Y a los cinco meses ya estbamos casados porque tena que irse de la ciudad, pero yo no. La dependencia hacia un hombre se paga alto, lo aprend y por eso quera el divorcio.Un hotel de paso. Yo era su esposa y me llevaba a un hotel de paso, ni siquiera intent justificarlo con una frase cachonda como: para acordarnos de cuando ramos novios. Se quit los lentes de fondo de botella, me desvisti y yo lo dej hacer, pensando en el momento oportuno para Lo olvid, me segua gustando, no lo poda evitar pero.. Ah viene otra vez Ser que podamos volver?Termin y me bes con ternura, como quien se despide de una mascota. Tengo que ir a trabajar. Pero es veinticuatro de diciembre, en unas horas ser Nochebuena. Si te vas no vuelves a verme.Se meti a baar y yo saqu un sobre manila. No quera vestirme, no podairme an. Al salir le extend el sobre, pens que era una cursi carta de amor como las que le escrib para que se diera cuenta que me gustaba, como las cartas diarias que le mand mientras estuvo fuera y lejos. Desnudo y con agua an goteando de su cabello se puso los lentes verdosos para leer mejor. Se sonroj pero de ira, como nunca lo haba visto. Por qu? Ya son cinco aos de ir y venir, de pelearnos, gritarnos y luego reconciliarnos. Te quiero, pero te drogas un da y otro tambin. Y t no quieres tener hijos mos. Y t intentas intentaste embarazarme aunque yo no lo quera. No cuento para ti. Es porque tus papis quieren un nieto de su hijo favorito y yo no quiero que mi hijo salga mal. Adems leste mi diario Confiaba en ti y en tu amigo. Es como mi hermano. T no estabas, tenas que trabajar No puedo perder mi plaza en la refinera, a mis paps les cost mucho conseguirla. Pues qudate con ellos. Que aguanten tus bajones y tus plidas. Que te lleven cargado de regreso a casa. Te escrib canciones. Tambin golpeaste paredes. Me romp la mano hacindolo y ahora no puedo tocar la batera. Ya lo habas dejado, creste que tenas voz para ser el vocalista de tu banda. No me eches esa culpa tambin de eso. Me cacheteaste cuando te reclam lo del otro, se me salieron mis lentes de contacto. Por eso volviste a usar esos horribles vidrios? Aj Engord por ti.No era cierto, engord porque se desbord en excesos de todo tipo. Me tom la cara entre sus manos y me volvi a besar. Ahora era yo la que lloraba mientras l se vesta. Me vas a dejar aqu? Salgo a las seis, vengo por ti y vamos a comer algo. No puedo llevarte a la cena de Navidad de mi familia, no quieren volver a verte. Duerme, lee aqu te dejo esto para que te entretengas.Otro beso en la frente, el inicitico, la bienvenida a la hermandad del club fif. Fue al bao y descolg el espejo, lo dej sobre el tocador, al lado un encendedor y su tarjeta de dbito. S que no te vas a gastar mi aguinaldo. Usa el encendedor, hay mucha humedad en este cuarto. Te quiero.Se fue llevndose la llave del cuarto y dejndome con una bolsita de coca, la primera vez que la comparta conmigo, como cuando un gato te deja una lagartija en la almohada, quiz por cario o como un gesto de arrepentimiento. Quera irme pero no deba olvidar que estaba ah por el divorcio. Inhal y me sent mejor, poderosa, me sent bella al verme desnuda en el espejo y, lo que es peor, an amada. Le un libro de vampiros de Poppy Z. Brite, tanta sexualidad en sus personajes potenci mi euforia, me masturb una y otra vez. Sent hambre. Nochebuena y yo en un motel asqueroso, desnuda, sin comer, como una prostituta que vale lo mismo que un molotito de cocana.Me vest e intent salir a la calle para buscar algo de comida, me entr la paranoia: y si me topaba con Hilda, o con mi suegro, o con Hernando con otra mujer? Cmo iba a explicar que iba saliendo de ese lugar? Y la llave?Esper. Calcul que ya eran las seis, quiz en media hora ms llegara Hernando. Aspir hasta terminarme toda la merca, le, me excit pero quera esperarlo a l.En el bao, bajo la regadera, brinqu varias veces para alcanzar ver la calle a travs de una ventanita, quera ver a la gente, vislumbrar que Hernando ya regresaba por m. No lo logr. Me vest, de gala claro, es Nochebuena y soy talla cero gracias a la constante evasin a la maternidad.Los ruidos exteriores apagaron su euforia poco a poco hasta que no tuve la duda de que ya se acercaban las doce de la noche. Las campanadas en una iglesia cercana confirmaron la hora. Otra noche ms estaba sola. Y tan drogada como el hombre que me hizo llegar ah. Llor como la nia de las cerillas al sentirse tan abandonada y darse cuenta de su muerte por el fro, mis lgrimas caan en mi boca abierta, tambin mis mocos, anestesindome los labios y la lengua. A pesar de tanta humillacin, me qued dormida.

Me despert con un beso, ola a sidra barata y pierna agridulce. No saba la hora, lo abrac y me desnud, estaba arrepentido y yo lo necesitaba. Mientras me platicaba con detalles la celebracin en casa de sus padres, al llegar al men, mis intestinos me recordaron que casi cumpla veinticuatro horas sin alimento. Salimos a las calles fras y polvosas del centro de Reynosa. Slo encontramos un puesto de tacos abierto, un taquero sonriente, un mesero ebrio como nico cliente y un perro que merodeaba. Ah sobre cubetas de pintura vacas que usamos como asientos, me volvi a besar la frente y ya no pude reclamar el divorcio cuando dijo: Te quiero, nenita.