40

R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

Embed Size (px)

DESCRIPTION

 

Citation preview

Page 1: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)
Page 2: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)
Page 3: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

Amb la col·laboració de:

Page 4: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)
Page 5: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

SAL, PESCA Y SALAZONES FENICIOS

EN OCCIDENTE

XXVI JORNADAS DE ARQUEOLOGÍAFENICIO-PÚNICA (EIVISSA, 2011)

Editadas por

bENJAmÍ COStA y JORDI h. FERNáNDEzEIVISSA, 2012

Page 6: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

«TREBALLS DEL MUSEU ARQUEOLÒGIC D’EIVISSA I FORMEN-TERA» s’intercanvia amb tota classe de publicacions afins d’Arqueologia i d’Història, a fi d’incrementar els fons de la Biblioteca del Museu Arqueo-lògic d’Eivissa i Formentera.

«TREBALLS DEL MUSEU ARQUEOLÒGIC D’EIVISSA I FORMEN-TERA» se intercambia con toda clase de publicaciones afines de Arqueo-logía e História, con el fin de incrementar los fondos de la Biblioteca del Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera.

DIRECTOR: Jordi H. Fernández

COORDINADOR: Benjamí Costa

Intercanvis i subcripcions/ Intercambios y subscripciones:Museu Arqueològic d’Eivissa i FormenteraVia Romana, 31 - 07800 Eivissa (Balears)

Foto portada: Ánfora cilíndrica y representación ictiomorfa (siglo II a.C.)

ISBN: 978-84-87143-48-9

Dipósit legal : I-152-2012

Maquetació i impressió: GRUP FENT 96 203 39 39

Page 7: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

ÍNDICE

LA PRODUCCIÓN FENICIO-PÚNICA DE SAL EN EL CONTEXTO DEL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL DESDE UNA PRESPECTIVA DIACRÓNICA

Julio Martínez Mangato ....................................................................................... 9

ARTES Y APAREJOS DE PESCA FENICIO-PÚNICOS EN EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL: EL EJEMPLO DEL CÍRCULO DEL ESTRECHO

Ángel Muñoz Vicente .......................................................................................... 33

MÁS ALLÁ DEL BANQUETE: EL CONSUMO DE LAS SALAZONES IBÉRICAS EN GRECIA (SIGLOS V Y IV A. C.)Enrique García Vargas, Eduardo Ferrer Albelda .............................................. 85

ESPECIES PESCADAS, ESPECIES INGERIDAS: EL CONSUMO DE PESCADO Y MOLUSCOS MARINOS EN LAS SOCIEDADES FENICIO-PÚNICASArturo Morales Muñiz, Eufrasia Roselló Izquierdo ......................................... 123

BALLENAS, ORCAS, DELFINES... UNA PESCA OLVIDADA ENTREÉPOCA FENICIO-PÚNICA Y LA ANTIGÜEDAD TARDÍA

Darío Bernal Casasola, Antonio Monclova Bohórquez .................................. 157

Page 8: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)
Page 9: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–9–

LA EXPLOTACIÓN DE LA SAL MARINA EN LA ANTIGÜEDADCONSIDERACIONES GENERALES

Sería demasiado prolijo pretender abarcar en este trabajo una perspectiva de-masiado generalista sobre la producción de sal en la Protohistoria y la Edad An-tigua, algo que la ocasión no requiere; por otra parte, tales aspectos ya han sido profusamente tratados en algunos de los trabajos que de forma individual o co-lectiva, hemos tenido ocasión de realizar anteriormente, tanto en lo referente a las características de la propia explotación salina (Martínez Maganto, 2005), como a su posterior imbricación en la industria salazonera (Martínez Maganto y García Vargas, 2009), especialmente en el ámbito cronológico romano (García Vargas y Martínez Maganto, 2006; de forma más reciente: Mangas y Hernando, 2011).

Conviene, en todo caso, sentar las bases del sujeto esencial de este estudio –la producción salina en época fenicio-púnica– realizando, para ello, algunas breves pero necesarias alusiones a los sistemas de producción de sal en épocas anterio-res, con especial mención a los datos relativos a la P. Ibérica, para acentuar la relevancia que este producto revistió en las antiguas sociedades, ya desde época prehistórica.

En este sentido, cobra singular importancia la reflexión sobre los aspectos socioeconómicos derivados de la explotación salina. El control de los mecanis-mos de su producción permite conformar una suerte de jerarquías sociales, al convertir en carismáticos líderes a sus responsables, favoreciendo una promoción social que les permitió dominar las primitivas sociedades fundamentadas en las jefaturas de prestigio (Delibes, 1993). Este hecho, documentado por los moder-

LA PRODUCCIÓN FENICIO-PÚNICA DE SAL EN EL CONTEXTO DEL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL DESDE UNA PRESPECTIVA

DIACRÓNICA

Julio Martínez Mangato([email protected])

Investigador adscrito al Dpto. de Prehistoria y Arqueología de la UAMProfesor Dpto. Gª e Hª del I.E.S. Alpajés (Aranjuez, Madrid)

Page 10: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–10–

nos estudios antropológicos en sociedades primitivas actuales (Pétrequin et alii, 2000), bien pudiera extrapolarse, aunque con los convenientes reparos, a épocas prehistóricas, en las que parece documentarse un proceso en muchos aspectos análogo (Delibes et alii, 1998), al descrito para sociedades coetáneas.

Pero, no cabe la menor duda, que el interés de los grupos humanos por el re-curso salino y su implicación en el desarrollo de jefaturas consolidadas en grupos tribales, más o menos amplios, se debe a la enorme importancia de sus virtudes naturales y la versatilidad de su uso en las diversas esferas de la vida. La sal es un excelente conservante, ya que inhibe la acción bacteriana responsable de la putrefacción de la materia orgánica, propiedad ésta que le confiere un especial valor si consideramos la dificultad de preservar los alimentos perecederos en es-tas sociedades pretéritas.

Aunque se documentan sistemas alternativos para la conservación de los ali-mentos, tales como el aceite, el ahumado o la inmersión en miel, todos ellos suponen un coste añadido a la producción por el propio valor intrínseco de las sustancias empleadas si las comparamos con la banalidad de la sal. Incluso el ahumado, una técnica de fácil reproducción mediante el simple fuego, se reviste de cierta complejidad si observamos la erección de pequeños edículos destinados a la práctica del ahumado, bien atestiguados en el mundo galo-romano y que per-fectamente podría inferirse para momentos cronológicos previos (Lame et alii, 1989).

Además de esta faceta preservadora, la sal, debido a su particular naturaleza mineralógica, atesora otra serie de propiedades beneficiosas para el metabolismo tanto humano como animal, siendo empleada en un elevado número de facetas de naturaleza médica o veterinaria. Es un nutriente esencial para el organismo, presenta un elevado valor terapéutico en la curación de enfermedades endógenas y exógenas (Zamora, 2000: 321), entre las que destacan especialmente los trata-miento de enfermedades dérmicas, oftalmológicas o en la asepsia de enferme-dades bucofaríngeas, por citar sólo algunas de las recomendaciones referidas en las Fuentes Clásicas para el caso humano (Vegecio, D.M., IV, 22, 1; Dioscórides, D.M.M.,V, 125; Plinio, N.H., XXXI, 102)1; pero también para la práctica vete-rinaria (Vegecio, A.V., IV, 27, 1; Columela, D.R.R., VI, 7). Así pues, en general se concibe como un motor esencial para la buena salud como reconocen ciertos dichos populares del mundo clásico (Plinio, XXXI, 102). En las sociedades re-

_____________1. El título completo de estas obras clásicas queda recogido en un pequeño apéndice al inicio de la bibliografía.

Page 11: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–11–

finadas, este hecho tiene su máxima expresión en la utilización de balnearios recomendados por las características mineralógicas y salobres de sus aguas y su efecto beneficioso para el organismo (Fernández Uriel, 1997).

Por otra parte, en el ámbito de la religiosidad, no es en modo alguno des-deñable el protagonismo de la sal (Latham, 1982), que oscila, atendiendo a los diferentes modelos de sociedad y prácticas usuales, entre la simple cortesía y su inclusión en prácticas de mayor ritualidad (Cicerón, D. A., XIX, 67; Tito Livio, A.U.C., XXVI, 36, 6; Plinio, N.H., XXXI, 89), algo reflejado, asimismo, en la tradición bíblica (Lev. XI, 13; Ez., XVI, 4; Núm. XVIII, 19…).

Finalmente, al margen de estas consideraciones higiénicas, salutíferas, y apo-tropaicas, la sal también ha sido históricamente considerada como un elemento complementario esencial en la esfera de la producción. El uso del mineral de sal en numerosos procedimientos “industriales” vinculados a la metalúrgica, es un aspecto sobre el que merece la pena abundar un poco más adelante, especialmen-te en relación al contexto productivo fenicio. Son conocidas algunas de estas apli-caciones en la Antigüedad, aunque el efecto multiplicador de las mismas sobre la “industria” se ha visto potenciado en épocas recientes (Moinier, 1985: 98).

Así pues, aunque la sal, globalmente considerada, atesoraba todo este conjun-to de virtudes y aplicaciones, resultó evidente para las sociedades de la Antigüe-dad que era la sal marina la que presentaba unas características genéricas que la conferían especial relevancia.

Es bien cierto, que se conocen numerosos datos sobre la explotación de salinas de interior, bien en forma de sal líquida (pozos salados, la salis flumen clásica), bien en su forma cristalizada mineral conocida como sal gema o, a decir de los clásicos, sal fossilis o fossicius (Varrón, R.R. i, 78), cuya dureza permitía su uti-lización en labores de construcción (Plinio, N.H., XXXI, 78; Herodoto, H., IV, 185). Sin embargo, no sólo por su inmediatez, sino por su sabor y propiedades, la sal marina era de consumo preferente, lo que implicó, ya desde épocas remotas, un entramado de circuitos productivos y comerciales que, desde las áreas maríti-mas, permitiera el abastecimiento de áreas del interior (Carrilero, 2005). Incluso, las zonas alejadas al mar, conocieron un activo comercio de intercambio a partir de la explotación de la sal mineral (Saile, 2002).

Así pues, desde época prehistórica, las diversas técnicas que pueden inferirse para la extracción y uso de la sal, variaban en función de las características con las que se presentaban los yacimientos salinos. A partir de los mismos, se desa-rrollaba un proceso eficiente que permitiera obtener el preciado oro blanco redu-ciendo en la medida de lo posible los costes de producción, es decir, la ratio entre la mano de obra o el tiempo empleado en relación al volumen obtenido. Aunque

Page 12: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–12–

la mayor fuente de suministro de sal siempre fueron las salinas marinas, no deben despreciarse técnicas complementarias para su obtención, bien mediante calor artificial y evaporación, dando lugar a la sal facticius2, bien mediante la propia explotación minera de estratos de sal gema, o variantes, de similar naturaleza, que se presentaba formando bloques, quizá la sal nativus referida por algunas fuentes.

Un elenco de todos estos orígenes y técnicas se concreta en el libro XXXI de Plinio, compilado a partir de numerosas fuentes anteriores, que nos ofrece una panoplia de impagables datos sobre las diferentes sales y los avatares de su explo-tación (Moinier, 1985), lo que revela, una vez más, la relativa “modernidad” de las referencias textuales y el desolador panorama sobre la preservación de fuentes fidedignas de época prerromana.

LA SAL EN ÉPOCA FENICIO-PÚNICA. CARACTERÍSTICAS EXTRACTIVAS Y RELACIONES DE PRODUCCIÓN.

Tras esta necesaria visita a algunos datos puntuales referidos a la versatilidad de la sal y a las formas alternativas de producción salina, conviene reflexionar acerca de la mayor complejidad de las técnicas extractivas y el incremento del volumen de producción de sal marina que se experimentó en época protohis-tórica en el Mediterráneo occidental. Nadie duda que este impulso, fraguado en tiempos anteriores e inferido a través del análisis de actividades complementarias (pesca, salazones, alfarería), fue resultado del impacto colonizador de las civili-zaciones llegadas desde el oriente mediterráneo, lugar en el que la complejidad de la organización de la producción minera (y por tanto, de sal) y de la explo-tación de los recursos marinos, había desarrollado un entramado de relaciones de producción paralelo al elevado grado de complejidad socioeconómica que se fue gestando en el seno de estas civilizaciones (Mesopotamia, Siria y Egipto, en un primer momento, con su posterior reflejo en el ámbito fenicio y griego). Precisamente, estos dos últimos pueblos están en el origen del desarrollo de la producción salinera en occidente (Moinier, 1985: 85), aunque la dificultad de su estudio estriba en aprehender de forma eficiente la creciente complejidad en la

_____________

2. Sobre estas cuestiones relativas a la fabricación de sal en época pre y protohistórica convienen remitir a otros artículos en los que se haya tratado de forma más genérica esta cuestión. Especialmente, interesantes resultan los datos relativos a la producción en aquellas áreas cuya naturaleza geográfica y grado de insolación no resultan idóneas para la producción de sal por evaporación natural (Martínez Maganto, 2005: 116 y ss; Martínez Maganto y García Vargas, 2009: 149 y ss.).

Page 13: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–13–

organización de la producción y las etapas cronológicas de este dilatado y muta-ble proceso.

Lo cierto, es que los testimonios literarios parecen aludir al papel de los feni-cios asentados en el área gaditana como responsables de una vieja tradición de producción y “exportación” de la sal como producto de intercambio, utilizado para la adquisición de otros bienes. El conocido texto de Estrabón (G. III, 5, 11), narra que… “Las Cassitérides son diez; están próximas entre sí, al norte de los Artabroi, en alta mar (…). Tienen [sus pobladores] minas de estaño y plomo cambian estas materias, así como sus pieles, por cerámica, sal y utensilios de bronce. Antes eran los fenicios los únicos que explotaban este comercio desde Gadira, ocultando a todos su ruta (…)”. De hecho, los intercambios entre el área mediterránea oriental y atlántica adquieren relevancia desde finales del II milenio a.C. y serán un importante acicate para el florecimiento, como privilegiado inter-mediario, del área de Andalucía oriental (Aubet, 2000), lo que permitiría explicar el preponderante papel de los fenicios asentados en Gadir. Su preciso emplaza-miento confiere una serie de ventajas geoestratégicas a este enclave al ubicarse entre ambos mares (Mederos y Escribano, 2005), permitiéndole erigirse en la ca-becera de un comercio atlántico meridional y septentrional, que incluiría el cuasi “invisible” intercambio de la sal. Dichos dinamismo comercial conformaría, con el tiempo, una koiné cultural y económica en el área, que ha venido siendo de-nominada tradicionalmente como “círculo del Estrecho” (Niveau, 1998 y 2001).

Una vez asentada la premisa del impacto colonizador en el desarrollo de las fuerzas productivas en el occidente mediterráneo y, en concreto en el área ga-ditana, conviene dejar al margen la cuestión relativa a si en dicho origen, espe-cialmente en cuanto a la génesis de la “industria salinera” a gran escala, el papel preponderante debe ser atribuido al elemento griego o al elemento fenicio, aun-que los datos arqueológicos complementarios apuntan a esta segundo opción. Al fin y al cabo, este planteamiento llevaría a resucitar el debate en torno al origen de la producción de salazones (Sáez Romero, 2011: 271), atribuida a los fenicios (como defiende la vieja teoría de Hübner), o al impacto colonizador griego (como quiere Étienne).

En cualquier caso, sí parece claro que este incremento de la complejidad pro-ductiva y las múltiples posibilidades derivadas de la explotación de la sal (parale-la a la experimentada en actividades complementarias, como la pesca o la produc-ción de salazones de pescado), se desarrollaría en torno al S. VI a.C., momento en que se operará un despegue definitivo, intensificándose hasta alcanzar su máxima expresión en occidente con el imperialismo cartaginés y, posteriormente, con el romano, cuya descomposición política, lejos de periclitar la producción de sal y salazones, permitió una suerte de precedente histórico que favoreció su continui-

Page 14: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–14–

dad (no necesariamente lineal) en el desarrollo de civilizaciones posteriores, caso del Islam en Al-Andalus o del mundo cristiano altomedieval (Bolens-Halami, 1991; Malpica, 2005).

Mucho se ha debatido en torno al detonante de este cambio operado en la orientación económica del mundo fenicio-púnico en el área occidental. La mayor parte de investigadores están de acuerdo en que el paulatino colapso de la pro-ducción metalífera, quizá no de forma exclusiva (Arévalo, 2011: 229), obligó a buscar alternativas productivas en otras fuentes accesorias de ingresos (García Vargas y Ferrer, 2001: 22), siendo la pesca, la sal (por tanto, las salazones), la elección lógica en un área geográfica cuyas condiciones bioclimáticas y topo-gráficas resultan ideales en este sentido. La presencia cuantitativamente más im-portante de ánforas destinadas a servir de contenedor a productos derivados de la salazón de pescado evidencia el efecto multiplicador que este comercio debió operar sobre la producción salina, así como la proliferación (probable) de técni-cas asociadas a la explotación de la misma (Arévalo, 2011).

Precisamente, conviene reflexionar brevemente sobre esta reestructuración económica asociada a la explotación metalífera. La sal no es sólo la base de una pujante industria del procesamiento del pescado, sino que pudo revestir una importancia no baladí en los procesos de producción vinculados a la explotación metalífera, aspecto éste nunca convenientemente tratado, a pesar de la insistencia de algunas líneas de investigación en concretar en la actividad minero-metalúrgi-ca el principal estímulo para la colonización fenicia en sus primeras fases. Es bien conocida la utilización de la sal, entre otros muchas posibilidades dinamizadoras (Martínez Maganto, 2005: 114), en los diversos procesos de transformación mi-nero-metalúrgicos (Morère, 2001: 526), singularmente relacionados con la pirita, el hierro o, por ejemplo, con la plata (Tito Livio, AUC, XLV, 29, 12).

Ahora bien, una vez asumida la paulatina importancia del fenómeno y su ca-rácter multiforme, resulta mucho más delicado definir el modelo de explotación de sal que la colonización fenicia pudo gestar en el occidente mediterráneo. Ob-viamente, los mecanismos de propiedad y sistemas de explotación en las áreas nucleares del cercano oriente debieron servir de modelo para la puesta en explo-tación de las nuevas áreas geográficas del extremo occidente mediterráneo, lugar en el que los fenicios estaban consolidando su red de factorías y colonias en las postrimerías del cambio de milenio.

Precisamente, las referencias particulares a la producción de la sal en el Próxi-mo Oriente no son en modo alguno profusas y aún menos aclaratorias sobre el origen de la misma. Los datos más reveladores provienen de época helenística, momento que se antoja excesivamente tardío y demasiado afectado por su aco-

Page 15: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–15–

modación a las emergentes estructuras políticas, como para documentar el origen y características productivas de la explotación salina.

Si efectuamos una breve revisión cronológica de los datos disponibles, en el área satélite del mundo Hitita tenemos referencias sobre la intervención del rey Murŝili II (PRU, 4 230 = RS 18.01) en la delimitación del conflicto fronterizo por la pose-sión de una salina entre los territorios de Ugarit y Siyannu, en torno al 1300 a.C. (Vidal Palomino, 2003: 51). Este dato no sólo permite documentar la explotación de las salinas, sino corroborar el control de las mismas que detentan ciertas ciuda-des o territorios, que debían exigir tributos a cambio de dicho aprovechamiento.

Son precisamente los textos ugaríticos los que parecen recoger menciones algo más concretas a la sal y su explotación (Manfredi, 1992). Entre las referencias más conocidas, usualmente citadas, tenemos la hermética mención “??”, traduci-da probablemente como “campo salado” (Heltzer, 1968), así como las referencias más discutidas al término “ŝd mlt?” (PRU II, 79, 14), que viene a traducirse como “campos de sal”. Quizá, este término, desde un punto de vista exclusivamente topográfico, pueda referirse a la zona costera que queda sometida al flujo y reflujo de la marea, y cuyas características físicas (terreno llano fácilmente inundable) permiten establecer evaporadores de sal natural. Probablemente, este “paisaje” es el que algunas fuentes posteriores refieren como limnē (λιμνη), a decir de Estra-bón en el caso galo (G., IV, 1, 7 y 8) o hispano (G., III, 2, 4), o las zonas también llamadas limnothálassai o stomalimnai, que suelen quedar cubiertas en el proce-so de pleamar y a las que Plinio se refiere como stagnis (N.H., XXXI, 73).

Desconocemos los aspectos técnicos relativos al funcionamiento concreto de las salinas costeras de las ciudades fenicias, ya que la primera descripción de una salina de evaporación solar se debe a una fuente distante en el tiempo y el espa-cio, Rutilius Namatianus, a principios del S. V d.C. (Martínez Maganto, 2005: 117-118), pero, en cualquier caso, la forma de operar sobre estos “campos de sal” no debía de ser sustancialmente distinta al modelo tradicional empleado a lo lar-go del mediterráneo. Muy probablemente estas salinas, que debían sufrir lógicas obras de acondicionamiento, podían dotarse de estructuras de canalización para reconducir el agua de forma conveniente (por qué no también el agua salobre o salmuera en caso necesario), técnicas que, aunque aplicadas a otros contextos no productivos, han podido ponerse de manifiesto arqueológicamente en Ugarit (Lagarce, 2000).

En cualquier caso, si aceptamos estas aproximaciones topográficas, parece ponerse de manifiesto que esencialmente hablamos de salinas de evaporación por insolación o exposición solar (las “salinas clásicas”), aunque rastrear su utiliza-ción en el occidente mediterráneo en épocas antiguas resulta mucho más comple-

Page 16: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–16–

jo. Sólo esporádicos hallazgos arqueológicos podrían ponernos sobre la pista de datos concretos respecto a la existencia de técnicas de evaporación solar para la explotación de salinas, información que convienen corroborar mediante la aplicación de ciertos procedimientos arqueométricos (Alonso Villalobos et alii, 2007). Este es el caso del análisis realizado a partir de restos de contenido de pescado procedentes de un ánfora de tipo Ramón T-11.2.1.3, localizada en Camposoto (San Fernando) y fechada en torno al S. V a.C.; los resultados pa-recen indicar que la sal utilizada en su procesamiento fue fabricada mediante un procedimiento de evaporación solar natural (Arévalo, 2011: 230), ya que no existen trazas químicas de utilización de métodos de calentamiento artificial. Una vez más, en casos de este estilo, la única prevención para avalar la idonei-dad de los resultados arqueométricos estriba en preservar la muestra de forma estéril, al objeto de evitar hipotéticas contaminaciones posteriores que desvir-túen los datos muestreados3.

Precisamente, estos procedimientos arqueométricos son los que posibilitan documentar la hipotética utilización de sistemas artificiales de obtención de sal (la posteriormente llamada sal facticius), mediante la aplicación de calor, es decir, salinas de ignición, en el área gaditana (Alonso Villalobos y Ménanteau, 2006). Dicha posibilidad se basa, no sólo en la tradición local que se remon-ta a tiempos neolíticos, como es bien conocido (Escacena et alii, 1996), sino a esporádicos hallazgos en contextos del S. VIII a.C. de cerámicas cuya forma recuerda los famosos godets utilizados para la elaboración de “panes” o conos de sal, localizados en contextos protohistóricos en Francia (Martínez Maganto, 2005: 119). Si bien debe dejarse abierta esta posibilidad, por el momento no es factible documentar en este contexto espacio-temporal restos de briquetages, ni de los característicos dépôt de cendres que tan usuales son en el procedimiento artificial de cristalización salina, acelerada mediante el fuego. Sin embargo, la posibilidad resulta tangible o, al menos, discutible, ya que incluso resucitaría el problema de la función de las salas preparadas para el calor (Hesnard, 1998: 184), habitualmente documentadas en las instalaciones salazoneras (de época romana), susceptibles precisamente de las más variadas interpretaciones.

Esta discusión, derivada del complejo panorama que la origina, nos lleva a un argumento transversal a todo este texto, la dificultad de evidenciar, mediante vestigios materiales concretos, la explotación de la sal en época protohistórica. Este asunto, al que tradicionalmente se alude como la “visibilidad arqueológica”

_____________

3. Agradezco algunas precisiones verbales al respecto a D. Carlos Alonso Villalobos, del C.A.S. de Cádiz.

Page 17: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–17–

de las estructuras salineras (Alonso Villalobos, 2003) resulta medular para pro-gresar en el diseño de un censo de las salinas en la Antigüedad. Normalmente, los esteros marinos anteriormente referidos y citados en fuentes clásicas (Morère, 1994: 245), siempre que su morfología externa no haya cambiado, suelen pasar desapercibidos como salinas. La utilización de materiales perecederos, siempre que no hablemos del muro principal, para la delimitación de estos recintos y canales (usualmente madera, ladrillo, adobe y similares) dificulta un adecuado grado de conservación, lo que impide la fosilización de estructuras edilicias lo suficientemente estables como para evidenciar su uso como plataformas saline-ras. La transgresión marina, en ocasiones, inunda estos lugares, dando lugar a la formación de suaves fondos marinos de escaso calado que, habitualmente son identificados como fondeaderos.

Resulta una obviedad decir que los cambios en la línea de costa, anteriormente referidos, pueden haber modificado sustancialmente el paisaje costero actual, ya que intervienen procesos geológicos de colmatación o bruscos cambios deriva-dos de movimientos sísmicos (Mederos y Escribano, 2005: 232) sobre los que, con posterioridad, operan numerosas actividades humanas (Alonso Villalobos, 2001). Sólo escasos y discutidos datos arqueológicos podrían arrojar luz sobre el hallazgo de estructuras salineras de época antigua, como es el caso del hallazgo de alineaciones de ánforas machihembradas formando estructuras alineadas, en Camposoto (San Fernando, Cádiz) cuya situación en paralelo al caño de alimen-tación marino y sus peculiares condiciones topográficas pudieran poner de ma-nifiesto su uso como soporte y acondicionamiento de un muro de contención de una estructura salinera, mejor que de un embarcadero (Alonso Villalobos et alii, 2003: 327) probablemente de época púnica. Sin embargo, este hallazgo sigue siendo una evidencia llamativa no sólo por las dificultades anexas a su interpreta-ción, sino por convertirse prácticamente en un unicum.

Desgraciadamente, como puede observarse, las fuentes de que disponemos resultan poco uniformes y presentan un abanico cronológico heterogéneo, confi-gurando un panorama en el que las evidencias arqueológicas no resultan determi-nantes. Como la propia L. Manfredi afirma “Per quanto riguarda in particolare la Fenicia (…) le poche indicazioni sull’area si possono inderettamente ricavare dai testi ugaritici e da alcuni riferimenti della Bibbia” (Manfredi, 1992: 4). Así pues, el panorama arqueológico en los últimos decenios no ha permitido modifi-car sustancialmente este orden de cosas.

Al margen de estas consideraciones topográficas, arqueométricas y técnicas, podemos tratar de aportar ciertos datos sobre la estructura administrativa de la explotación de estas áreas salinas, ya que, la lectura de los textos ugaríticos parece mencionar un monopolio real, ejercido a través de un control por parte de

Page 18: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–18–

funcionarios especializados, que dan al rey una parte de lo extraído. La explota-ción podría cederse a terceras personas, recayendo sobre los mismos una figura impositiva que enriqueciera las arcas reales. De hecho, conocemos la expresión en arameo “ksp ml?´ ” que viene a traducirse como “impuesto sobre la sal” (Jean y Hoftijzer, 1965: 124), algo que también consta en fuentes egipcias, aunque de época lágida.

Con una cronología también reciente, poseemos ciertos datos de carácter epi-gráfico, que permiten abundar más en la discusión sobre la estructura adminis-trativa de la producción salina. De hecho, una estela de la necrópolis Aghios Giorghios de Kition, del S. IV a.C., con el texto “l’?mn´dn bn b´l´ms bn ml?tyt” de controvertida lectura (al igual que otros casos previamente citados) ha venido a ser interpretado de muy diversas formas, aunque una de las opciones barajadas por los filólogos podría ser la de… “A Esmun-Adon hijo de Ba´l-a´mas hijo del hombre de la salina” (Texeidor, 1986). Lo vidrioso del asunto no sólo estriba en la traducción del texto en sí, sino del significado exacto de los términos que parece encerrar (Manfredi, 1992: 5). El “hombre de la salina” bien pudiera rela-cionarse con un personaje asociado de alguna forma con la explotación de la sal, pero… ¿bajo qué condición?, ya que las posibilidades oscilan entre un encargado de la explotación y el correcto funcionamiento de la misma, (quizá con rango funcionarial o similar), pasando por un personaje de condición servil, sin que las características de la inscripción en sí resulten nítidamente reveladoras.

Precisamente, los hallazgos de Kition, pueden ponerse en relación con una claramente constatada explotación salina del entorno (Batsalos) y, lo que resulta más llamativo, con la presencia de un templo dedicado al dios Melqart en las inmediaciones del lago salado, algo que se convierte en una constante (Bonnet, 1988: 324). No cabe la menor duda sobre la asociación que se establece entre la divinidad y la explotación de la sal, incluso bajo su advocación romana, como veremos después.

Siguiendo con las cuestiones relativas a la administración de las salinas, no parece mucho más esclarecedor el epígrafe trilingüe (C.I.S. I, 143) localizado en S. Nicolò Gerrei (Cerdeña) y fechado en torno al S. II a.C., en el que Kleon dedica en un templo cercano un exvoto a Eshmun/Asklepios/Esculapio, con el epíteto “M’r?”, quizá referido a un topónimo púnico que viene siendo interpre-tado como “lugar” o “estación” (Lipiński, 1995: 165-166). El oferente dedica un altar de bronce al dios, expresando sus deseos en latín, griego y púnico. En dicho texto, en la parte latina, se define como “salari(us) soc(iorum) s(ervos)???”. Sin embargo, esta restitución no está exenta de polémica, ya que la filiación de la inscripción griega parece no referirse a un individuo de condición servil, por lo que ha sufrido nuevas relecturas, siendo la más llamativa la de G. Garbini, quien

Page 19: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–19–

prefiere leer “š?sgm ‘š bmml?t“, por tanto, “supervisor del recinto de las salinas” (Garbini, 1991: 79). Así pues, en general, este personaje, ha venido siendo inter-pretado como una suerte de “superintendente” o encargado de la salina (Traina, 1992: 372). Aceptando, por tanto, tal premisa asistiríamos al esbozo de agrupa-ciones de productores y, obviamente, comerciantes que explotan la salina en un contexto de convivencia de diferentes tradiciones culturales, entre las que resulta difícil extraer conclusiones unidireccionales respecto al origen de las estructuras administrativas de explotación.

Como dato final, conviene advertir una vez más de la tradicional falta de referencias a las salinas en asentamientos de época netamente fenicia. Cuando se establecen la vinculación entre un establecimiento fenicio a un determinado territorio, se alude frecuentemente a su envidiable emplazamiento estratégico o a la prodigalidad de los recursos minero-metalúrgicos susceptibles de explota-ción en el área, por no hablar del importante papel del yacimiento como enclave comercial, bien formando parte de una ruta marítima de cabotaje, bien asociado a una vía de fácil acceso a itinerarios terrestres. Solamente la toponimia de mu-chos de estos establecimientos (son numerosos los ejemplos que se podría traer a colación a este respecto), parece establecer algún tipo de vinculación con la explotación salina, algo que suele atribuirse a periodos cronológicos muy poste-riores. Sin embargo, la Historia nos provee de numerosos ejemplos, en los más diversos órdenes de la vida, de la “fosilización” de una función (sobre todo en los aspectos cultuales) asociada a un enclave concreto. Este es el caso en que un determinado lugar se convierte en sacro, ya que se encuentra asociado a la presencia de una divinidad y de su templo, cuya denominación va cambiando con el paso del tiempo, aunque no pierda nunca el carácter cultual desde la más remota Antigüedad.

Así pues, en este sentido, que tengamos documentada la explotación de la sal en un periodo histórico concreto de forma más eficiente (restos materiales, evi-dencias documentales o tradiciones etnográficas) no implica que dicha explota-ción haya arrancado en ese preciso momento histórico. Muy probablemente, aun-que sea virtualmente imposible la demostración material de dicha explotación, la sal marina vendría utilizándose en fases anteriores. Aunque es difícil determinar el origen concreto en el área peninsular, especialmente en los primeros tiempos coloniales en torno a finales del II milenio, nada parece indicar que la explotación de recursos marinos heredada de fases anteriores pudiera verse sustancialmente alterada (Sáez Romero, 2011: 270), sino más bien incrementada.

Por tanto, ante la parquedad del registro arqueológico la actividad salinera sólo puede inferirse a través de una serie de datos indirectos, como el elevado nivel de complejidad y volumen de procesamiento de los saladeros en el área

Page 20: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–20–

mediterránea4, o las técnicas de pesca (Bernal, 2009 y 2011). Las cada vez mejor conocidas instalaciones de procesamiento del pescado, no son sino una referencia indirecta para comprender la ingente necesidad de sal que precisaba la actividad salazonera fenicio-púnica (García Vargas y Ferrer Albelda, 2001) y, por ende, romana. Son numerosos los casos que se pueden citar sobre la explotación de recursos marinos desde época colonial fenicia (especialmente en la zona del Es-trecho) y, por consiguiente en época púnica.

En ese momento histórico, surgen enclaves de importancia capital, al margen de Gadir y su área inmediata de influencia. Destaca el papel preponderante de las Islas, en concreto las Baleares, sobre las que la sal y su explotación, parece ser uno de los grandes incentivos para explicar el floruit comercial del archipiélago en época púnica (con un hipotético precedente fenicio, quizá basado en su im-portancia estratégica), como han demostrado en numerosas ocasiones los inves-tigadores más avezados en arqueología balear y como deja entrever la toponimia local (“sal”, “salines”) que alude a la importancia de la explotación salina en de-terminados enclaves baleáricos y, más específicamente, ibicencos. Sin embargo, el debate en cuanto a la multifuncionalidad de los enclaves púnicos, con prece-dente fenicio, en esta área queda lejos de estar definitivamente cerrado (Costa y Fernández, 2000).

EL MODELO DE LA EXPLOTACIÓN SALINA. LA HERENCIA ROMANA A TRAVÉS DE LA PRODUCCIÓN FENICIO-PÚNICA

Como se ha mencionado, las cada vez mejor conocidas estructuras producti-vas romanas dedicadas a la explotación de recursos marinos en Hispania son en buena medida un reflejo de técnicas y sistemas consolidados en época púnica, ya que el modelo estatal cartaginés de explotación económica se vio suplantado por el romano, al asegurar éstos últimos el dominio de la Península y del resto del Mediterráneo occidental.

Este “sincretismo económico”, es decir, el modo en que una civilización apro-vechar un conjunto de estructuras productivas anteriores como punto de partida

_____________

4. Es difícil extractar las numerosas investigaciones que han sido desarrolladas de forma reciente a este respecto. Baste citar la abundante revisión relacionada sobre las cetariae (Lagóstena et alii, 2007), así como los numerosos trabajos y publicaciones relacionados con el proyecto Sagena (Darío Bernal; http://www.sagena.es/ ).

Page 21: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–21–

para mejorarlas o adaptarlas a la lógica socioeconómica y a las necesidades de una nueva organización política, es un fenómeno recurrente en la Historia.

Ya en párrafos anteriores se ha aludido a la importancia que adquiere la apari-ción de ciertas divinidades y sus áreas templarias asociadas de un modo u otro a las salinas, quizá con una advocación apotropaica o sanadora, pero, asimismo, con un evidente protagonismo en la esfera de lo económico. Asimismo, se ha citado el caso de divinidades como Eshmun/Asklepios/Esculapio, simplemente presente en textos asociados a las salinas.

Sin embargo, la divinidad realmente asociada a la explotación de recursos marinos y singularmente las salinas es, por definición, Melqart/Herakles/Hércu-les. Esta deidad, recurrente en la primitiva presencia fenicia en el Mediterráneo (Manfredi, 1987), queda normalmente asociada a la explotación y control de re-cursos marinos, ejercidos de un modo u otro, a través del propio templo (Marín Ceballos, 1993), presente en enclaves comerciales de primer orden, algo sobra-damente conocido para el caso de Gadir, especialmente en época púnica (Cruz Andreotti, 1994: 74), pero al que tampoco parecen ajenos los enclaves sacros griegos o “santuarios empóricos” (Romero Recio, 2006).

Se ha llegado a ver el templo de Melqart como un agente económico de primer orden (Niveau, 1998), no sólo porque podría cumplir funciones de propietario o, al menos, de inversor en el negocio de las salinas (Vázquez, 1995: 340), sino por la relación que se establece entre el propio templo y las acuñaciones anepigráficas fenicias de Gadir (Arévalo, 2011: 232), algo que resulta, cuando menos, bastante sugerente, ya que remite a la explotación de recursos marinos, pesca sal y salazo-nes (Manfredi, 1987) y a las primeras fases de monetización. No obstante, resulta extraordinariamente difícil asignar un papel específico al omnipresente templo en la consolidación de los asentamientos comerciales fenicios, discusión ésta que supera claramente el marco de estas páginas y que ha sido tratada de forma explí-cita en otros trabajos (García Vargas, 2001: 36; Sáez Romero, 2009).

Por tanto, queda por delimitar de forma exacta el papel concreto ejercido por el (los) templo(s) de Melqart (no sólo el de Gadir) en la explotación de los recursos marinos y su comercialización, quizá como garantes de cambios y transacciones económicas amparándose en el carácter sacro de la institución y la importancia de la divinidad en el imaginario del mundo fenicio en el Mediterráneo (Chaves y García Vargas, 1991: 157; Sáez Romero, 2009). Desde luego, parece evidenciarse que la proyección del templo invadía la esfera de lo económico de una forma más íntima, superando las meras funciones de lugar centralizador de simples prácticas religiosas y, en consecuencia, que la explotación de ciertos bienes, por ejemplo la sal, quedara bajo la gestión del propio templo en sí, dando una mayor complejidad

Page 22: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–22–

a las consideraciones sobre los mecanismos administrativos de producción salina en época púnica.

Si establecemos paralelos con el caso de Roma, vemos la importancia del dios (ya en su advocación romana) y de sus residencias sacras como asylia, tal y como se documenta en el Ara Maxima Herculis (Torelli, 1993), lugar en el que el dios se convierte en una antítesis del proceso de putrefacción de la carne, representado por el demonio en forma de mosca Eurynomos, que pintara Polygnoto (Paus-anias, H.P, X, 28,7). Este Hércules va a recibir el epíteto de salarii, es decir, el dispensador de la sal, aspecto este notablemente llamativo sobre el que merecerá la pena reflexionar en otro momento.

La discusión científica derivada de la interpretación de estos modelos de ex-plotación de la sal en época púnico-romana y el control estatal ejercido sobre los mismos, sigue siendo un terreno aún escabroso, dadas las escasas evidencias materiales que permiten apuntalar las diferentes teorías.

Para el caso hispano, lo que incluiría archipiélagos de su influencia, probable-mente la suplantación de los intereses de los fenicios en occidente por parte de sus hermanos norteafricanos pudo ser el efecto lógico del fin del dominio ejercido desde el otro extremo del Mediterráneo por las ciudades Fenicias de la costa sirio-palestina y, en concreto de Tiro. Su gestión lejana, sus delegaciones comerciales y su influencia en Occidente fueron paulatinamente desintegrándose tras el irre-versible colapso político y económico de Tiro a manos asirias y babilonias. Poco a poco los púnicos, centralizados en el mediterráneo occidental tomaron el relevo y Cartago sustituyó la órbita de intereses comerciales que se ejercía desde la costa sirio-palestina (Arteaga, 1994). Los enclaves insulares cercanos a Cartago, conocerán un impulso que antes detentaba la propia Gadir. Resulta llamativo el papel que revestirá la producción salina en el área ebusitana, vinculada al yaci-mientos de Na Guardis, cuya particular topografía presenta condiciones ideales para la explotación salina, que debemos suponer, sería claramente monopolizada por los púnicos quizá bajo una forma de control funcionarial (Guerrero Ayuso, 1997; 2001).

Numerosos investigadores parecen confirmar que el mundo helenístico, glo-balmente hablando, heredará un sistema de explotación de la sal que, lejos de quedar en manos de ciudades o templos, como podría darse anteriormente, pa-saba a ser de propiedad exclusiva del soberano, beneficiándose a título personal de la explotación de este bien y centralizando la propiedad de las salinas para el Estado, gracias a la identificación del mismo con la figura real.

Esta helenización de las sociedades confirma una superestructura de corte más personalista en la explotación de los recursos, algo que dista mucho del aparente

Page 23: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–23–

control que desde las antiguas ciudades se ejercía sobre la sal y su distribución. Un conocido fragmento de “las asambleístas” de Aristófanes, alude indirecta-mente a las deliberaciones que se han de tomar para la distribución y precio de la sal (Aristófanes, E., 809). Aunque no abunda en las cuestiones relativas a la explotación de la misma y sus mecanismos permite, al menos, formarse una idea sobre la existencia de un control más amplio sobre la distribución de este produc-to esencial.

Sin embargo, no parece que el mundo púnico compartiera al menos en un gra-do extremo, el concepto patrimonial del Estado, quizá más propio de monarquías helenísticas orientales. De hecho, el carácter centralista de la explotación de la sal en el mundo romano no será más que una pervivencia del modelo de propiedad ejercido por el mundo bárquida. El control de éstos sobre la explotación de los re-cursos mineros corre parejo al ejercido sobre las salinas, a las que probablemente conciben como una fuente innegable de beneficios a la que difícilmente pueden sustraerse (Étienne, 1970: 305). Así pues, los sistemas de explotación y apro-vechamiento financiero de los bárquidas, también en Hispania (Ferrer Maestro, 2006), parecen asimilar las características del control económico ejercido por el Estado entre Lágidas y Seleúcidas, aunque no implican una asimilación persona-lista de los mimos, al menos en los primeros momentos.

Precisamente, el caso de Egipto, frecuentemente mencionado, resulta para-digmático, ya que permite dibujar un panorama en el que el control sobre la explotación de la sal queda en manos de revendedores especializados, que deben pagar un fuerte canon al Estado por ejercer dicho control. Asimismo, se conocen las famosas cargas impositivas o Άλικ? que eran impuestos personales sobre el consumo de la sal, a distinguir de los impuestos territoriales sobre las salinas, percibidos cuando éstas recaían sobre propiedad privada de algún particular o colectivo. De este modo, parece claro que los soberanos helenísticos, a decir de R. Étienne, suprimieron los derechos de las ciudades y templos sobre las salinas, lo que era común siglos atrás, al objeto de incrementar sus propios beneficios.

Existen interesantes datos de época Ptolemaica en los que se confirma que el negocio de la explotación de la sal quedaba en manos de salinatores, que se agrupaban en asociaciones para reglamentar las condiciones de la venta de la sal e incluso para gestionar la recaudación de impuestos estatales sobre la misma, tal y como se deduce del famoso texto del papiro de Tebtunis (P. Mich. 5 245), en el Fayum (Boak, 1937). En este documento puede colegirse que los mercaderes de sal de dicha villa, eligen a un “buen hombre”, ?πύνχεος, supervisor de las tasas públicas; además se establece quién está capacitado para la venta, haciéndose car-go del coste de la tasa pública a la que se somete la explotación de la venta de sal.

Page 24: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–24–

Con el triunfo romano y la imposición de éstos en los contextos de herencia fenicio-púnica del área mediterránea occidental se produce un paulatino proce-so, no gravemente traumático pero sí sustancialmente desestructurador desde un punto de vista económico, de la integración de las viejas ciudades fenicias a las peculiaridades socioeconómicas y productivas que impone el triunfante modelo romano (López Castro, 2000). Este fenómeno, no necesariamente unívoco en el contexto del mediterráneo occidental, puede colegirse de diversa forma en los diferentes enclaves fenicio-púnicos del área; la pervivencia de la lengua fenicia expresada en los epígrafes de época romana conviviendo con la paulatina mone-tización del intercambio, es una muestra del proceso.

Esto afectará obviamente a la producción salina y al control que se ejerce sobre la misma. El antiguo mundo de ciudades–estado que explotan los recursos marinos en su área inmediata de influencia quedará trastocado por la imposición romana, continuadora del sistema de explotación púnico en el que en una suerte de epikrateia, el Estado ejerce el control sobre todos los recursos susceptibles de enriquecimiento y explotación (Ferrer Maestro, 2006). Precisamente, la sal será uno de estos ámbitos controlados por el Estado romano, algo atestiguado por las fuentes ya en época altorrepublicana (Tito Livio, A.U.C., II, 9) y que no dejará de reflejarse en los documentos posteriores relativos al derecho (Digesto, XXVII, 9, 5; l, 15, 4; l, 16, 17…).

De hecho, los datos contenidos en las compilaciones del derecho romano, establecen que la explotación de las salinas estaba en manos de particulares, quie-nes podían explotarlas directamente o arrendarlas a terceras personas; asimismo, como cualquier otro bien raíz, podía plantearse la transmisión de la misma a otros privados mediante el establecimiento de una venta. Como garante del nuevo sta-tus de la propiedad de la salina se exigía al dueño que inscribiera dicha posesión en un censo oficial (Dig., l, 15. 4).

Por otra parte, desde el punto de vista social, se iniciará una transformación hacia el modelo de clientelismo romano en que las clases propietarias rentabili-zan el trabajo de producción salina o salazonera mediante la implantación gene-ralizada del sistema esclavista de producción y de complejas estructuras econó-micas de societates encargadas de la explotación de la sal, para la obtención de los derechos a cambio de pingües beneficios, algo bien conocido en el caso de la Baetica (García Vargas y Martínez Maganto, 2006). En este contexto, que debe ser común al mediterráneo occidental en sentido general, se observa la aparición de un polifacético cosmos mestizo en el que se yuxtaponen numerosos aspec-tos productivos y culturales, al que se pueden adscribir hallazgos puntuales ya citados, como la inscripción trilingüe de S. Nicolò Gerrei (Cerdeña). En dicho

Page 25: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–25–

panorama, el modelo de explotación basado en los socii salinatores suele estar claramente presente.

Esta complejidad social no alcanzaba únicamente la esfera de la producción, sino la de la comercialización, en la que podemos observar cómo los mecanismos de promoción social, ya en época romana, constituían el objetivo deseable para los pequeños gestores de comunidades de segundo orden, algo que incluso les posibilitaba interesantes “contactos” dentro del ámbito clientelar con la urbs y su aristocracia administrativa, allende del Mediterráneo. Este fenómeno de carácter más social que económico, que hemos tenido ocasión de analizar en profundidad recientemente (García Vargas y Martínez Maganto, 2009), bien podría ser el alda-bonazo que permite contemplar en toda su amplitud, el cambio operado respecto a la estructura productiva y comercial anterior fundamentada en la propiedad de las salinas por parte de las ciudades-estado, encargadas de su explotación y de la rentabilización del comercio de los excedentes salineros.

A modo de colofón y como breve reflexión final conviene advertir una vez más, que los datos que hasta ahora poseemos se deben mayoritariamente a la exé-gesis de fuentes de diversa cronología y procedencia, a las que se debe añadir un escaso numero de hallazgos, normalmente de naturaleza epigráfica, que permiten matizar o corroborar supuestos transmitidos por los textos de heterogénea crono-logía. Obviamente, sólo paulatinos “indicadores arqueológicos” de la presencia de salinas (Alonso Villalobos, 2003: 327), asociados a una adecuada revisión de los trabajos anteriores contemplados desde una nueva perspectiva en la que se pueda rastrear presencia de “arquitectura salinera” (acondicionamiento de acce-sos costeros, fondeaderos y estructuras similares), permitirían arrojar algo de luz sobre este complejo panorama.

Asimismo, se precisa una visión polinuclear de la producción salina fenicio-púnica al objeto de superar la “gadirodependencia” en la mayor parte de las ase-veraciones que suelen manejarse al respecto. Este hecho, es resultado de una lógica investigadora, en la que sólo aquellas áreas que han sido intensamente excavadas y analizadas proporcionan datos de suficiente entidad para permitir dibujar un panorama evolutivo y diacrónico respecto a la explotación de la sal (en muchas ocasiones deducida a través de los restos de actividades anexas). Aun así, subsisten ciertos problemas de continuidad y ruptura en las tradiciones pro-ductivas que, a buen seguro, futuras investigaciones permitirán contemplar con todo lujo de perspectivas.

Así pues, esta visión diacrónica sobre la explotación de las salinas y recursos marinos (más que de salinas en sentido estricto), que arranca desde los albores de la presencia fenicia en el extremo occidente, deberá ir configurándose tanto a

Page 26: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–26–

través de nuevos trabajos, como de novedosos enfoques sobre antiguas publica-ciones, que afectan al resto de áreas de influencia fenicio-púnica, entre las que, sin lugar a dudas, destaca el archipiélago balear, específicamente el caso de Ibiza (Costa y Fernández, 2000; Ramón, 2007a), dado el enorme relieve que como emporio adquirirá paulatinamente desde el S. VI a.C. (Sáez Romero, 2011: 286). Los restos de procedencia submarina, así como los datos sobre el papel prepon-derante de Ibiza y la explotación de las salinas de la Colonia de Sant Jordi y Na Guardis hacia el S. V-IV a.C., parecen avalar dicho fenómeno (Guerrero Ayuso y Calvo, 2001),

Por su parte, otros enclaves deben aportar aún datos reveladores sobre su pre-eminencia económica, caso de la costa mediterránea malacitana y almeriense (López Castro et alii, 2007; Ramón, 2007b); la olvidada, pero sin lugar a dudas clave área del atlántico portugués, claramente “gaditanizada” (Sousa y Arruda, 2011); además del área norte de África (Kbiri Alaoui, 2007).

Sirvan, por tanto, estas páginas, como reflexión conjunta y necesariamente generalista, sobre el fenómeno de la producción salina en el área del mediterráneo occidental, en la consciencia de que sólo la investigación pormenorizada de yaci-mientos concretos proporcionará testimonios precisos en torno a la evolución de áreas geoespecíficas. Esta información permitirá obtener fragmentos de informa-ción fidedignos cuya posterior imbricación, diseñará de forma más eficiente este gigantesco y aún poco conocido rompecabezas relativo a la producción salina en contextos fenicio-púnicos en esta área geográfica.

FUENTES CLÁSICAS5

Apicio: De re coquinaria; Aristófanes: Ekklēsíazousai; Aristóteles: Oíko-nomía; Aulo Gelio: Noctes Attica.; Caton: De Agricultura. Cicerón: Imp.Cn. Pomp. y De Amicitia; Columela: De re rustica; Dioscórides: De materia medica (Perí hylēs íatrikés) ; Estrabón: Geographia (Geōgraphica); Heródoto: Histo-ria (Historíai); Isidoro de Sevilla: Etymologiarum; Paladio: Opus agriculturae; Pausanias: Graecia Desciptio (Helládos Periégēsis) Plinio: Naturalis Historia, espec. libro XXXI dedicado a la Sal; Plutarco: Sympósion.; Rutilius Nama-

_____________5. En general se ha tratado de respetar el título de la obra original, utilizando, en el caso de originales griegos, las indicaciones sobre transliteración

indicadas en el clásico de Fernández Galiano, M. (1969): La transcripción castellana de los nombres propios griegos. Madrid.

Page 27: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–27–

tianus: De redito suo; Salustio: Bellum Iugurthinum; Símaco: Epistolae; Táci-to: Annales; Tito Livio: Ab urbe condita; Varrón: Rerum rusticarum; Vegecio: De Mulomed. y Ars Veterinaria. Vitruvio: De architectura.

BIBLIOGRAFÍA

ALONSO, VILLALOBOS C. (2001): “Antropización histórica de un espacio natural. Las salinas de la bahía de Cádiz”. Boletín Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, 35; <El parque natural de la bahía de Cádiz>. Sevilla.

ALONSO, VILLALOBOS C. et alii (2003): “Las salinas de la Bahía de Cádiz durante la Antigüedad: Visión geoarqueológica de un problema histórico”. SPAL, 12. pp. 317-332. Sevilla.

ALONSO VILLALOBOS, C y MÉNANTEAU, L. (2006): “Paléoenvironnements et techniques de production du sel marin (par ignition ou insolation) durant l’antiquité: le cas des baies de Bourgneuf (France) et de Cadix (Espagne)” En Hocquet, J.-C. et alii (Eds.): Le sel de la baie. Histoire, archéologie, ethnologie des sels atlantiques. Rennes.

ALONSO VILLALOBOS, C., JIMÉNEZ, M., CABRERA, F., ARIZA, J. (2007): “Geoarqueología y arqueometría de la sal”. En Lagóstena et alii (2007) ; pp. 317-325. Oxford.

ARÉVALO, A. (2011): “Dinero y moneda en Gadir. ¿De la sal a las primeras acuñaciones?” En <Barter, money and coinage in the ancient Mediterranean (10th-1st centuries B.C.)>. Anejos Arch. Esp. Arqueología, LVIII; pp. 227-242. Madrid.

ARTEAGA, O. (1994): “La liga púnica gaditana. Aproximación a una visión histórica occidental, para su contrastación con el desarrollo de la hegemonía cartaginesa, en el mundo mediterráneo”. En <Cartago, Gadir, Ebussus y la influencia púnica en los territorios hispanos> (Ibiza, 1993), VIII Jornadas de Arqueología Fenicio-Púnica, pp. 23-51. Ibiza.

AUBET, Mª.E. (2000): “Cádiz y el comercio atlántico”. Actas IV Cong. Int. Estudios fenicios y púnicos (Vol. I). pp. 31-42. Cádiz.

BERNAL, D. (Ed.), (2009): Arqueología de la pesca en el Estrecho de Gibraltar de la Prehistoria al fin del Mundo Antiguo (Monografías Proyecto Sagena, 2). Cádiz.

BERNAL, D. (Ed.), (2011): Pescar con arte <Fenicios y romanos en el origen de los aparejos andaluces> (Monografías Proyecto Sagena, 3). Cádiz.

Page 28: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–28–

BOAK, M. (1937): “An ordinance of the salt merchants at Tebtunis”, American Journal of Philology, 58; pp. 210-219. Baltimore.

BOLENS-HALAMI, L. (1991): «Le garum en al-Andalus, un feu trouvé au fond des mers». Gerion, Anejos III. Alimenta (Homenaje a M. Ponsich). pp. 355-370. Madrid.

BONNET, C. (1988): Melqart. Cultes et mythes de l’Héracles tyrien en Méditerranée. (Studia Phoenicia, VIII). Leuven.

CARRILERO, M. (2005): “Sal y comercio costa interior en la prehistoria reciente y protohistoria de la Alta Andalucía” . III Congreso Internacional de Estudios Históricos <El Mediterráneo el mar de la sal> (Santa Pola, Noviembre de 2004); pp. 37-57. Santa Pola.

CHAIDRON, C. (2002): “Essai de reconstitution d’un fourneau à sel protohistorique au parc de Samara (Somme, France)”. En Weller (2002); pp. 217-221.

CHAVES, F. y GARCIA VARGAS, E. (1991): “Reflexiones en torno al Área Comercial de Gades: Estudio Numismático y Económico” En Alimenta. Homenaje a Miguel Ponsich (Anejos de Gerion.); pp. 139-168. Madrid.

CHEVALLIER, R. (1991): “Réflexions sur le sel dans l’histoire romaine: un produit de première nécessité insaisissable”. Gerion, Anejos III. Alimenta (Homenaje a M. Ponsich); pp. 53-60. Madrid.

COSTA, B. y FERNÁNDEZ GÓMEZ, J. (2000): “El establecimiento de los fenicios en Ibiza: algunas cuestiones actualmente en debate”. Actas IV Cong. Int. Estudios fenicios y púnicos (Vol. I). pp. 91-102. Cádiz.

CRUZ ANDREOTTI, G. (1994): “La visión geográfica de Gades en Estrabón: la elaboración de un paradigma geográfico”, Dialogues d’Histoire Ancienne, 20.1; pp. 57-85. Besançon.

DELIBES, G. (1993): “Sal y jefaturas: una reflexión sobre el yacimiento del Bronce Antiguo de Santioste, en Villafáfila (Zamora)” Brigecio, 3; pp. 33-46. Salamanca.

DELIBES, G. et alii (1998): “Santioste, una factoría salinera de los inicios de la Edad del Bronce en Otero de Sariegos (Zamora)”. En DELIBES, G. (Ed).: Minerales y metales en la Prehistoria reciente <Studia Archaeologica, 88>. pp. 155-198. Valladolid.

DUFOULON, J. (1973): Le commerce et les routes du sel sur le littoral de Narbonnaise et d’Espagne Méditerranéenne, sous l’empire romain. Montepellier.

ESCACENA, J. L. et alii (1996): Guadalquivir salobre. Elaboración prehistórica de sal marina en las antiguas bocas del río. Sevilla.

Page 29: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–29–

ÉTIENNE, R. (1970): “A propos du <Garum Sociorum>”. Latomus, 29; pp. 297-313. Bruxelles.

FERNÁNDEZ URIEL, P. (1997): “La sal en el termalismo antiguo” Actas I Congreso Peninsular de termalismo antiguo; pp. 247-253. Madrid.

FERNÁNDEZ URIEL, P. (2000): “La industria de la sal”. Actas del IV Congreso Internacional de Estudios Fenicios y Púnicos (Vol. I); pp. 345-351. Cádiz.

FERRER MAESTRO, J. J. (2006): “El aprovechamiento financiero de los bárquidas en Hispania”. En <Economía y finanzas en el mundo fenicio-púnico de occidente>, XX Jornadas de Arqueología Fenicio-púnica (Eivissa, 2005); pp. 107-126. Ibiza

GARBINI, G. (1991): “Nota sulla trilingue di S. Nicolò Gerrei (CIS I, 143)”, Studi di Egittologia e di Antichità Puniche, 9. Bologna.

GARCÍA VARGAS, E. (2001): “Pesca, sal y salazones en las ciudades fenicio-púnicas del sur de Iberia” En <De la Mar y de la tierra>, XV Jornadas de Arqueología Fenicio-púnica (Eivissa, 2000). Ibiza.

GARCÍA VARGAS, E, y FERRER ALBELDA, E. (2001): “Las salazones de pescado de la Gadir púnica. Estructuras de producción”, Laverna, 12, pp. 21-41. St.Katharinen.

GARCÍA VARGAS, E y MARTÍNEZ MAGANTO, J. (2006): “La Sal de la Bética romana. Algunas cuestiones sobre su explotación y comercio”, Habis, 37; pp. 253-274; 2006. Sevilla.

GARCÍA VARGAS, E y MARTÍNEZ MAGANTO, J. (2009): “Fuentes de riqueza y promoción social de los negotiantes salsarii béticos durante el Alto Imperio Romano. Una aproximación diacrónica”. Archivo Español de Arqueología pp.133-152; Madrid.

GUERRERO AYUSO, V.M. (1997): La colonización púnica de Mallorca. La documentación arqueológica y el contexto histórico. Palma de Mallorca.

GUERRERO AYUSO, V. M. y CALVO TRIAS, M. (2001): “Indígenas y colonos. Intercambios aristocráticos y comercio empórico en la protohistoria balear”. II Congreso Español de Estudios del Próximo Oriente (Cádiz 24 al 27 de enero de 2001). Cádiz.

HELTZER, M.L. (1968): “The Words ss in Ugaritic”. Annali Istituto Orientali di Napoli, 28; pp. 355-361. Nápoles.

HESNARD, A. (1998): “Le sel des plages” Mélanges Éco .Française.Rome. Antiquité, 110-1 ; pp. 167-192. Paris.

JEAN, Ch. y HOFTIJZER, J. (1965): Dictionnaire des inscriptions sémitiques de l’Ouest. Leiden.

. .

Page 30: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–30–

KBIRI ALAOUI, M. (2007): Revisando Kuass (Asilah, Marruecos). Talleres cerámicos en un enclave fenicio, púnico y mauritano, (Sagvntvm Extra, 7). Valencia.

LAGARCE, J. y E. (2000): “Aménagements hydrauliques, d’ hygiéne et de confort á Ras Ibn Hani et dans l’ architecture ugaritique du bronze récent” Actas IV Cong. Int. Estudios fenicios y púnicos (Vol. III). pp. 1083-1091. Cádiz.

LAGÓSTENA, L.; BERNAL, D. y ARÉVALO, A. (2007): Actas del Congreso Cetariae 2005 <Salsas y salazones de pescado en occidente durante la Antigüedad> (Cádiz, Noviembre, 2005). B. A. R. Int. Series, 1686. Oxford.

LAME, M; LLOPIS, E y MAZIMANN, J-P. (1989): “Fumoirs gallo-romains a Mathay (Doubs)”. Actes sur “Du Lard ou du cochon”. Approches Archéologiques et ethnologiques de l’histoire de l’alimentation . pp. 78-80. Besançon.

LATHAM, J. E. (1982): The religious symbolism of salt. Paris.LIPIÑSKI, E (1995): Dieux et déesses de l’univers phénicien et punique (Studia

Phoenicia XIV; OLA 64). Louvain.LÓPEZ CASTRO, J.L. (2000): “Roma y los fenicios occidentales. Un modelo

de integración política y económica”. Actas IV Cong. Int. Estudios fenicios y púnicos (Vol. I). pp. 395-400. Cádiz.

LÓPEZ CASTRO, J.L.; ALCARAZ HERNANDÉZ, F. M. y MARTÍNEZ, V. (2007): “Una factoría fenicio-púnica de salazones de pescado en Baria (Villaricos, Almería, España)”. Byrsa, Rivista di arte, cultura e archeologia del mediterraneo punico, 6; pp. 9-31. Bologna.

MALPICA, A. (2005): “Producción y comercio de la sal marítima en la España mediterránea en época altomedieval”. III Congreso Internacional de Estudios Históricos <El Mediterráneo el mar de la sal> (Santa Pola, Noviembre de 2004); pp. 129-149. Santa Pola.

MANFREDI, L. I (1987): “Melqart e il tonno” Studi di egittologia e di antichità puniche,1; pp. 67-83. Bologna.

MANFREDI, L. I (1992): “Le saline e il sale nel mondo punico” Revista Studi Fenici, 20-1. pp. 3-14. Roma

MANGAS, J. y HERNANDO, Mª R. (2011): La sal en la Hispania Romana. Madrid.

MARÍN CEBALLOS, Mª C. (1993): “Reflexiones en torno al papel económico-político del templo fenicio”. Homenaje al Prof. Jose Mª Blázquez (II); pp. 348-362. Madrid.

MARTÍNEZ MAGANTO, J. (2005): “La sal en la Antigüedad: Aproximación a las técnicas de explotación y comercialización. Los Salsamenta” III Congreso

Page 31: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–31–

Internacional de Estudios Históricos <El Mediterráneo el mar de la sal> (Santa Pola, Noviembre de 2004); pp. 113-129;. Santa Pola.

MARTÍNEZ MAGANTO, J. y GARCÍA VARGAS, E. (2009): “Sal, producción salina e industrias de salazón en la Antigüedad. Una relación hermética”. Congreso de la Soc. Esp. Hª de la Arqueología. Explotación histórica de la Sal: Investigación y Puesta en Valor. (Ciempozuelos, Diciembre 2006); pp. 145-166. Ciempozuelos.

MEDEROS, A. y ESCRIBANO, G. (2005): “El comercio de sal, salazones y garum en el litoral atlántico norteafricano durante la antigüedad”. Empúries, 54; pp. 231-246. Barcelona.

MOINIER, B. (1985): “Lecture moderne de Pline l’Ancien. Commnunication sur la production et la consommation de sel de mer dans le bassin méditerranéen”. <L’explotation de la mer>. Veme Rencontres Int. D’Archéologie et d’Histoire. Antibes (1984). pp. 73-105. Antibes.

MORÈRE, N. (1994): “La sal en la P.Ibérica. Los testimonios literarios antiguos”. Historia Antiqua, 18; pp. 235-250. Valladolid.

MORÈRE, N. (2001): “La sal según la Geografía de Strabon. Un mapa de la sal y algunas aportaciones”. En HERNÁNDEZ, L. et alii, Actas I Congr. Intern. de Hª Antigua <La P. Ibérica hace 2000 años>; pp. 519-527. Valladolid.

NIVEAU, A. Mª. (1998): “El Sur de la Península y el Norte de África durante los SS. IV y III aC”. En Cunchillos , J-L. et alii (Eds.) Actas del I Congreso español de Antiguo Oriente próximo <El Mediterráneo en la Antigüedad: Oriente y Occidente>. (Sapanu. Publicaciones en Internet II).

NIVEAU, A. Mª. (2001): “El espacio geopolítico gaditano en época púnica. Revisión y puesta al día del concepto de «Círculo del Estrecho»” Gerión, 19; pp. 313-354. Madrid.

PÉTREQUIN, P. et alii (2000): Cuire la pierre et cuire le sel en Nouvelle-Guinée : des techniques actuelles de régulation sociale”. <Arts de feu et productions artisanales> XX Rencontres Int. d’Archéol. et d’Hist. d’Antibes; pp. 545-564. Antibes.

RAMÓN, J. (2007a): “Excavaciones arqueológicas en el asentamiento fenicio de Sa Caleta (Ibiza)”. Cuadernos de Arqueología mediterránea, 16 (Publicaciones del Laboratorio de Arqueología, Universidad Pompeu Fabra). Barcelona.

RAMÓN, J. (2007b) :“La proyección comercial mediterránea y atlántica de los centros fenicios malagueños en época arcaica”, Mainake, 28 ; pp.189-212. Málaga.

ROMERO RECIO, M. (2006): “Economía de la colonización fenicia : empresa estatal vs. Empresa privada. En <Economía y finanzas en el mundo fenicio-

Page 32: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–32–

púnico de occidente>, XX Jornadas de Arqueología Fenicio-púnica (Eivissa, 2005); pp. 9-26. Ibiza.

ROUZEAU, N. et alii (2002): “Sauneries et briquetages. Essai sur la productivité des établissements gaulois du Centre-Ouest atlantique d’après l’étude du gisement de Nalliers (Vendée)”. En Weller, 2002; pp. 99-124.

SÁEZ ROMERO, A. M., (2009): “El templo de Melqart de Gadir: hito religioso-económico y marítimo. Consideraciones sobre su relación con la industria conservera”. En Mateos, P; Celestino, S; Pizzo, A. y Tortosa, T. (Eds.): Santuarios, oppida y ciudades: Arquitectura sacra en el origen y desarrollo urbano del Mediterráneo Occidental (Mérida, noviembre de 2005), Anejos de Archivo Esp. Arq, 45; pp. 115-130. Madrid.

SÁEZ ROMERO, A. (2011): “Balance y novedades sobre la pesca y la industria conservera en las ciudades fenicias del <área del Estrecho>” En Bernal, D. (Ed.): Pescar con arte <Fenicios y romanos en el origen de los aparejos andaluces>; pp. 255-298. Cádiz

SAILE, T. (2002): “Le commerce du sel dans l’Europe centrale préhistorique”. En O. Weller (2002); pp. 223-231.

SOUSA, E. y ARRUDA, A.M. (2011): “A gaditanizaçao do Algarve”. Mainake 32 (2) ; pp. 951-974. Málaga.

TEXEIDOR, J. (1986): “Bulletin d’ épigraphie sémitique (1964-1980)”. Syria, 45. Paris.

TORELLI, M. (1993): “Gli aromi e il sale. Afrodite ed Eracle nell’ emporia arcaica dell’ Italia”. En Mastrocinque, A. (Ed): Ercole in Occidente; pp. 91-118. Trento.

TRAINA, G. (1992): “Sale e saline nel mediterraneo antico” Parola del passato, 266; pp 363-378. Napoli.

VÁZQUEZ, A.Mª. (1995): “El comercio entre Hispania y Mauritania y el templo de Hércules Melkart en Gades en época de Iuba II y Ptolomeo”. En Ripoll, E. y Ladero, M. (eds.): II Congreso Int. Estrecho de Gibraltar (Ceuta, 1990); pp 329-342. Madrid.

VIDAL PALOMINO, J. (2003): Las aldeas de Ugarit según los archivos del Bronce Final (s. XIV-XII a.n.e). UAB. Barcelona. 2003

WELLER, O (Ed), (2002): Archéologie du sel. Techniques et sociétés dans la Pré- et Protohistoire européen. Westfallen.

ZAMORA, J.A. (2000): La vid y el vino en Ugarit (CSIC). Madrid.

Page 33: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–210–

TREBALLS DEL MUSEU ARQUEOLÒGIC D’EIVISSA I FORMENTERA

Nº 1 LUCERNAS ROmANAS DEL mUSEO ARQUEOLÓGICO DE IbIzA. POR JORGE h. FERNáNDEz y ESPERANzA mANERA. IbIzA, 1979. 22 pp. y IX láms. (Agotado)

Nº 2 CERámICAS DE ImItACIÓN átICAS DEL mUSEO AR-QUEOLÓGICO DE IbIzA. POR JORGE h. FERNáNDEz y JOSé O. GRANADOS. IbIzA, 1979. 49 pp. y I lám. (Agotado)

Nº 3 bIbLIOGRAFÍA ARQUEOLÓGICA DE LAS ISLAS PItIUSAS. POR JORGE h. FERNáNDEz. IbIzA, 1980. 72 pp.

Nº 4 EL hIPOGEO DE CAN PERE CAtALÀ DES PORt (SANt VI-CENt DE SA CALA). POR JORGE h. FERNáNDEz. IbIzA, 1980. 34 pp. y VIII láms.

Nº 5 IbIzA y LA CIRCULACIÓN DE áNFORAS FENICIAS y PÚ-NICAS EN EL mEDItERRáNEO OCCIDENtAL. POR JUAN RA-mÓN. IbIzA, 1981. 49 pp., 6 figs. y III láms. (Agotado)

Nº 6 UN hIPOGEO INtACtO EN LA NECRÓPOLIS DEL PUIG DES mOLINS. EIVISSA. POR JORGE h. FERNáNDEz. IbIzA, 1981. 34 pp., X láms. y un plano de la necrópolis. (Agotado)

Nº 7 ESCARAbEOS DEL mUSEO ARQUEOLÓGICO DE IbIzA. POR JORGE h. FERNáNDEz y JOSEP PADRÓ. mADRID, 1982. 249 pp. con figs. y láms.

Nº 8 EL SANtUARIO DE ES CUIERAm. POR mª. EUGENIA AUbEt SE-mmLER. IbIzA, 1982. 55 pp. y XXX láms. (Agotado)

Nº 9 URNA DE OREJEtAS CON INCINERACIÓN INFANtIL DEL PUIG DES mOLINS. POR CARLOS GÓmEz bELLARD. IbIzA, 1983. 26 pp. y I lám.

Nº 10 GUÍA DEL PUIG DES mOLINS. POR JORGE h. FERNáNDEz. mA-DRID, 1983. 242 pp. (Agotado)

Nº 11 LA COLONIzACIÓN PÚNICO-EbUSItANA DE mALLORCA. EStADO DE LA CUEStIÓN. POR VÍCtOR m. GUERRERO AyUSO. IbIzA, 1984. 39 pp., 24 figs. y VIII láms.

Nº 12 SObRE ARQUEOLOGÍA EbUSItANA. POR JOSE mª. mAñá DE ANGULO. IbIzA, 1984. 174 pp. (Agotado)

Nº 13 ESCULtURA ROmANA DE IbIzA. POR ALbERtO bALIL. IbIzA, 1985. 19 pp. y VIII láms.

Page 34: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–211–

Nº 14 NOtAS PARA UN EStUDIO DE LA IbIzA mUSULmANA.POR GUILLERmO ROSSELLÓ bORDOy. IbIzA, 1985. 69 pp. (Agotado)

Nº 15 bIbLIOGRAFÍA ARQUEOLÓGICA DE LAS ISLAS PItIUSAS (II). POR JORGE h. FERNáNDEz. IbIzA, 1986. 42 pp. (Agotado)

Nº 16 AmULEtOS DE tIPO EGIPCIO DEL mUSEO ARQUEOLÓ-GICO DE IbIzA. POR JORDI h. FERNáNDEz y JOSEP PADRÓ. IbIzA, 1986. 109 pp., 7 figs. y XVII láms. (Agotado)

Nº 17 LAS PINtURAS RUPEStRES DE SA COVA DES VI SES FON-tANELLES. SANt ANtONI DE PORtmAy. (IbIzA). POR AN-tONIO bELtRáN, bENJAmÍN COStA y JORDI h. FERNáNDEz. IbIzA, 1987. 26 pp., 12 figs. y IX láms. (Agotado)

Nº 18 EL SANtUARIO DE LA ILLA PLANA (IbIzA): UNA PRO-PUEStA DE ANáLISIS. POR ESthER hAChUEL y VICENtE mARÍ. IbIzA, 1988. 92 pp., 12 figs. y XXII láms.

Nº 19 EL SEPULCRO mEGALÍtICO DE CA NA COStA (FORmEN-tERA). PARtE I. POR JORDI h. FERNáNDEz, LUIS PLANtALAmOR y CELIA tOPP. PARtE II. POR FRANCISCO GÓmEz y JOSé m. REVERtE. IbIzA, 1988. 76 pp., 18 figs. y X láms. (Agotado)

Nº 20 EPIGRAFÍA ROmANA DE EbUSUS. POR JAImE JUAN CAStELLÓ. IbIzA, 1988. 118 pp., 2 figs. y XVII láms.

Nº 21 EL VIDRIO ROmANO EN EL mUSEO DEL PUIG DES mO-LINS. POR CRIStINA mIGUéLEz RAmOS. IbIzA, 1989. 78 pp., 41 figs. y VIII láms.

Nº 22 EL VERtEDERO DE LA AVDA. ESPAñA Nº 3 y EL SIGLO III D.C. EN EbUSUS. POR RICARDO GONzáLEz VILLAESCUSA. IbIzA, 1990. 112 pp., 38 figs. y III láms. (Agotado)

Nº 23 LAS áNFORAS PÚNICAS DE IbIzA. POR J. RAmON. IbIzA, 1991. 199 pp., 56 figs. y XXXI láms. (Agotado)

Nº 24 I-IV JORNADAS DE ARQUEOLOGÍA FENICIO-PÚNICA. (IbIzA, 1986-89). POR AA.VV. IbIzA, 1991. 259 pp. con figs. y láms.

Nº 25 LA CAÍDA DE tIRO y EL AUGE DE CARtAGO. V JORNA-DAS DE ARQUEOLOGÍA FENICIO-PÚNICA. (IbIzA, 1990).POR AA.VV. IbIzA, 1991. 86 pp. con figs. y láms.

Nº 26 mARCAS DE tERRA SIGILLAtA DEL mUSEO ARQUEOLÓ-GICO DE IbIzA. POR JORDI h. FERNáNDEz, JOSé O. GRANADOS y

Page 35: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–212–

RICARDO GONzáLEz VILLAESCUSA. IbIzA, 1992. 95 pp., XXII láms. y figs. (Agotado)

Nº 27 PRODUCCIONES ARtESANALES FENICIO-PÚNICAS. VI JORNADAS DE ARQUEOLOGÍA FENICIO-PÚNICA. (IbIzA, 1991). POR AA.VV. IbIzA, 1992. 87 pp. con figs. y láms. (Agotado)

Nº 28- 29 EXCAVACIONES EN LA NECRÓPOLIS DEL PUIG DES mOLINS (EIVISSA). LAS CAmPAñAS DE D. CARLOS RO-máN FERRER: 1921-1929. Por JORDI h. FERNáNDEz. IbIzA, 1992. 3 Tomos

Nº 30 bIbLIOGRAFÍA ARQUEOLÓGICA DE LAS ISLAS PItIUSAS (III). POR bENJAmÍ COStA y JORDI h. FERNáNDEz. IbIzA, 1993. 114 pp. (Agotado)

Nº 31 NUmISmátICA hISPANO-PÚNICA. EStADO DE LA INVES-tIGACIÓN. VII JORNADAS DE ARQUEOLOGÍA FENICIO-PÚNICA (IbIzA, 1992). POR AA.VV. IbIzA, 1993. 168 pp. con figs. y láms.

Nº 32 EL POzO PÚNICO DEL «hORt D’EN XIm» (EIVISSA). POR J. RAmON. IbIzA, 1994. 83 pp. con figs. láms.

Nº 33 CARtAGO, GADIR, EbUSUS y LA INFLUENCIA PÚNICA EN LOS tERRItORIOS hISPANOS. VIII JORNADAS DE AR-QUEOLOGÍA FENICIO-PÚNICA (IbIzA, 1993). POR AA.VV. IbIzA, 1994. 163 pp. con figs. y láms. (Agotado)

Nº 34 mONEDA I mONEDES ÀRAbS A L’ILLA D’EIVISSA. POR FèLIX REtAmERO. IbIzA, 1995. 70 pp. con figs. y láms. (Agotado)

Nº 35 LA PRObLEmátICA DEL INFANtICIDIO EN LAS SOCIE-DADES FENICIO-PÚNICAS. IX JORNADAS DE ARQUEO-LOGÍA FENICIO-PÚNICA. (EIVISSA, 1994). POR AA.VV. Ibi-za, 1995. 90 pp. con figs. y láms. (Agotado)

Nº 36 LAS CUENtAS DE VIDRIO PRERROmANAS DEL mUSEO ARQUEOLOGICO DE IbIzA y FORmENtERA. POR ENCARNA-CIÓN RUANO RUIz. IbIzA, 1996. 101 pp. con figs. y láms. a color.

Nº 37 VIDRIOS DEL PUIG DES mOLINS (EIVISSA). LA COLEC-CIÓN DE D. JOSé COStA “PICAROL” POR AA.VV. IbIzA, 1997. 130 pp. con figs. y láms. a color.

Nº 38 PROSPECCIONES GEO-ARQUEOLÓGICAS EN LAS COS-tAS DE IbIzA. POR hORSt D. SChULz y GERtA mAASS-LINDEmANN. IbIzA, 1997. 62 pp., con figs. y láms.

Page 36: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–213–

Nº 39 FE-13. UN tALLER ALFARERO DE éPOCA PÚNICA EN SES FIGUEREtES (EIVISSA). POR JOAN RAmON tORRES. IbIzA, 1997. 206 pp. con figs. y láms.

Nº 40 EIVISSA FENICIO-PÚNICA. X JORNADAS DEARQUEOLO-GÍA FENICIO-PÚNICA (EIVISSA, 1995). POR AA.VV. (En pren-sa)

Nº 41 RUtAS, NAVÍOS y PUERtOS FENICIO- PÚNICOS. XI JORNA-DAS DE ARQUEOLOGÍA FENICIO-PÚNICA (EIVISSA, 1996) POR AA.VV. IbIzA, 138 pp. con figs. y láms.1998. (Agotado)

Nº 42 mISCELáNEAS DE ARQUEOLOGÍA EbUSItANA. POR bEN-JAmÍ COStA y JORDI h. FERNáNDEz. IbIzA, 1998. 216 pp. con figs. y láms.

Nº 43 DE ORIENtE A OCCIDENtE: LOS DIOSES FENICIOS EN LAS COLONIAS OCCIDENtALES. XII JORNADAS DE AR-QUEOLOGÍA FENICIO-PÚNICA (EIVISSA, 1997). POR AA.VV. IbIzA, 1999. 135 pp. con figs. y láms.

Nº 44 LA SEGUNDA GUERRA PÚNICA EN IbERIA. XIII JORNA-DAS DE ARQUEOLOGIA FENICIO-PÚNICA (EIVISSA, 1998) POR AA.VV. IbIzA, 2000. 127 pp. con figs. y láms.

Nº 45 NECRÓPOLIS RURALES PÚNICAS EN IbIzA. POR mIQUEL tARRADELL (†) y mAtILDE FONt (†), CON LA COLAbORACIÓN DE mER-CEDES ROCA, JORGE h. FERNáNDEz, NÚRIA tARRADELL-FONt y CAtA-LINA ENSEñAt. IbIzA, 2000. 258 pp. con figs y láms.

Nº 46 SANtUARIOS FENICIO-PÚNICOS EN IbERIA y SU IN-FLUENCIA EN LOS CULtOS INDÍGENAS. XIV JORNADAS DE ARQUEOLOGÍA FENICIO-PÚNICA (EIVISSA,1999). POR AA.VV. IbIzA, 2000. 200 pp. con figs y láms.

Nº 47 DE LA mAR y DE LA tIERRA. PRODUCCIONES y PRO-DUCtOS FENICIO-PÚNICOS. XV JORNADAS DE ARQUEO-LOGÍA FENICIO-PÚNICA (EIVISSA 2000). POR AA.VV. IbIzA 2001. 160 pp. con figs. y láms.

Nº 48 LA FORmA Eb. 64/65 DE LA CERámICA PÚNICO EbUSI-tANA. POR ANA mEzQUIDA ORtI. IbIzA 2001. 250 pp. con figs. y láms.

Nº 49 LA CERÀmICA DE yAbISA. CAtÀLEG I EStUDI DEL FONS DEL mUSEU ARQUEOLÒGIC D’EIVISSA I FORmENtERA.POR hELENA KIRChNER. IbIzA, 2002. 484 pp. con figs. y láms.

Page 37: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–214–

Nº 50 LA COLONIzACIÓN FENICIA EN OCCIDENtE. EStADO DE LA INVEStIGACIÓN EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI.XVI JORNADAS DE ARQUEOLOGÍA FENICIO-PÚNICA (EIVIS-SA, 2001). POR AA.VV. IbIzA 2002. 148 pp. con figs. y láms.

Nº 51 CONtACtOS EN EL EXtREmO DE LA OIKOUméNE. LOS GRIEGOS EN OCCIDENtE y SUS RELACIONES CON LOS FENICIOS. XVII JORNADAS DE ARQUEOLOGÍA FENICIO-PÚNICA (EIVISSA, 2002). POR AA.VV. IbIzA 2003. 148 pp. con figs. y láms.

Nº 52 mISCELáNEAS DE ARQUEOLOGÍA EbUSItANA (II). EL PUIG DES mOLINS (EIVISSA): UN SIGLO DE INVEStIGA-CIONES. POR bENJAmÍ COStA y JORDI h. FERNáNDEz. IbIzA, 2003. 332 pp. con figs. y láms.

Nº 53 CAN CORDA. UN ASENtAmIENtO RURAL PÚNICO-ROmA NO EN EL SUROEStE DE IbIzA. POR ROSA mª PUIG mORAGÓN, ENRIQUE DÍES CUSÍ y CARLOS GÓmEz bELLARD, IbIzA, 2004. 175 pp. con dibujos y fotografías en blanco y negro y una lámina en color.

Nº 54 COLONIALISmO E INtERACCIÓN CULtURAL: EL ImPAC-tO FENICIO PÚNICO EN LAS SOCIEDADES AUtÓCtONAS DE OCCIDENtE. XVIII JORNADAS DE ARQUEOLOGÍA FE-NICIO-PÚNICA (EIVISSA, 2003) POR AA.VV. IbIzA 2004. 208 pp. con figs. y láms.

Nº 55 UNA APROXImACIÓN A LA CIRCULACIÓN mONEtARIA DE EbUSUS EN éPOCA ROmANA. POR SANtIAGO PADRINO FER-NáNDEz. IbIzA 2005. 188 pp. con láms.

Nº 56 GUERRA y EJéRCItO EN EL mUNDO FENICIO-PUNICO.XIX JORNADAS DE ARQUEOLOGÍA FENICIO-PÚNICA (EI-VISSA, 2004) POR AA.VV. IbIzA 2005. 194 pp. con figs. y láms.

Nº 57 LAS NAVAJAS DE AFEItAR PÚNICAS DE IbIzA. POR bEAtRIz mIGUEL AzCáRRAGA. IbIzA, 2006. 311 pp. con láms.

Nº 58 ECONOmÍA y FINANzAS EN EL mUNDO FENICIO-PÚNICO DE OCCIDENtE. XX JORNADAS DE ARQUEOLOGÍA FENI-CIO-PÚNICA (EIVISSA, 2005) POR AA.VV. IbIzA 2006. 130 pp. con figs. y láms.

Nº 59 mAGIA y SUPERStICIÓN EN EL mUNDO FENICIO-PÚNICO XXI JORNADAS DE ARQUEOLOGÍA FENICIO-PÚNICA (EI-VISSA, 2006). POR AA.VV. IbIzA 2007. 200 pp. con figs. y láms.

Page 38: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)

–215–

Nº 60 EL DIOS bES: DE EGIPtO A IbIzA POR FRANCISCA VELázQUEz bRIEVA. IbIzA, 2007. 258 pp. con figs y láms.

Nº 61 ARQUItECtURA DEFENSIVA FENICIO-PÚNICA XXII JOR-NADAS DE ARQUEOLOGÍA FENICIO-PÚNICA (EIVISSA, 2007) POR AA.VV. VALèNCIA, 2008. 190 pp. con figs. y láms.

Nº 62 AMULETOS PÚNICOS DE HUESO HALLADOS EN IBIZA. POR AA.VV. VALèNCIA, 2009. 296 pp. con figs. y láms.

Nº 63 EL DEPÓSITO RURAL PÚNICO DE CAN VICENT D’EN JAU-ME (SANTA EULÀLIA DES RIU, IBIZA) POR JOSé PéREz bALLES-tER y CARLOS GÓmEz bELLARD. VALèNCIA, 2009. 176 pp. con figs.

Nº 64 INSTITUCIONES DEMOS Y EJERCITO EN CARTAGO. XXIII JORNADAS DE ARQUEOLOGÍA FENICIO-PÚNICA (EIVIS-SA, 2008) POR AA.VV. VALèNCIA, 2009. 180 pp.

Nº 65 ASPECTOS SUNTUARIOS DEL MUNDO FENICIO-PÚNICO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA. XXIV JORNADAS DE AR-QUEOLOGÍA FENICIO-PÚNICA (EIVISSA, 2009). POR AA.VV. VALèNCIA, 2010. 136 pp.con figs.

Nº66 YÕSERIM: LA PRODUCCIÓN ALFARERA FENICIO-PÚNICA EN OCCIDENTE. XXV JORNADAS DE ARQUEOLOSÍA FENI-CIO-PÚNICA (EIVISSA, 2010). POR AA.VV. VALèNCIA,2011. 264 pp. con figs. y láms.

Nº 67 SAL, PESCA Y SALAZONES FENICIOS EN OCCIDENTE. XXVI JORNADAS DE ARQUEOLOGÍA FENICIO-PÚNICA (EI-VISSA, 2011). POR AA.VV. VALèNCIA, 2012. 216 pp.con figs.

Page 39: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)
Page 40: R16_Sal Feniciopúnica (XXVI Jornadas F-P Ibiza, 2012)