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:: portada :: Opinión :: 09-07-2013 La recolonización de los territorios en la globalización neoliberal Gilberto López y Rivas enelvolcan.com Ponencia para el Coloquio Huellas y nuevos derroteros del patrimonio cultural, a efectuarse los días 11, 12 y 1 Pablo González Casanova ha insistido en que vivimos un proceso renovado de dominación y reapropiación del mundo; una recolonización a través de la ocupación integral de nuestros países, estructurada en el ámbito nacional mediante reformas constitucionales y legales, y a través de disposiciones de hecho, realizadas todas ellas sin consultar a la sociedad y a los ciudadanos en particular. En el caso de México, se destacan, como ejemplos dentro de las primeras, la reforma al artículo 27 de la Constitución y sus leyes secundarias, que pusieron en venta las tierras ejidales y comunales, abrieron los territorios a corporaciones extranjeras y constituyen, en los hechos, la ruptura de la alianza social y el pacto político producto de una revolución armada que da lugar a la Carta Magna de 1917 y que costó al país un millón de muertos. De las segundas, tenemos al Tratado de Libre Comercio (TLC), la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN), y la Iniciativa Mérida, que dañan gravemente la soberanía económica y política de la nación, sin que estos tratados y mecanismos injerencistas hayan sido sancionados por el Congreso de la Unión, ya ni que mencionar nuevamente a la ciudadanía afectada por los mismos. Estas políticas, acciones y transformaciones legalizadas o fuera de la ley, impuestas por los gobernantes, al profundizar y extender la ocupación, han refuncionalizado nuestras naciones, sus territorios, sus recursos naturales y estratégicos, así como al patrimonio cultural de nuestros pueblos, al proyecto transnacionalizador y hegemónico del "imperialismo colectivo" encabezado por Estados Unidos [1]  , sus fuerzas dominantes y los sectores que dentro de nuestros países establecen gobiernos de traición nacional [2], que Marx identificaba como aquellos que ante una invasión extranjera, sacrifican el deber nacional por el interés de clase. Por su parte, Camilo Valqui, en su libro Marx vive: Derrumbe del capitalismo, complejidad de una totalidad violenta, propone el concepto imperialización para describir esta reconfiguración mundial que conlleva la transnacionalización neoliberal. Esta imperialización es definida como el predominio económico, político, ideológico y militar del capital monopólico transnacional, que se extiende y profundiza: 1) en los recursos naturales y estratégicos del globo, 2) en la mega producción y los mega mercados, 3) en los flujos financieros, 4) en la investigación científica y tecnológica, 5) en las armas de destrucción masiva, 6) en los medios de comunicación masiva y 7) en las organizaciones internacionales, como el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), por ejemplo. Pero, paralela y dialécticamente a este predominio, también debemos tomar en cuenta su contraparte, esto es, el carácter pluridimensional de la crisis capitalista actual: económica, social, militar, política, geopolítica, moral, epistémica, cultural, intelectual, de alimentos, de materias primas, de energía y del ambiente. Esta imperialización mantiene una dimensión militar, que en un trabajo reciente de mi autoría, Estudiando la contrainsurgencia de Estados Unidos: manuales, mentalidades y uso de la antropología, denominó como terrorismo global de Estado [3] para caracterizar la política de violencia perpetrada por aparatos estatales imperialistas en el ámbito mundial contra pueblos y page 1 / 8

Recolonizacion de Los Territorios en La Globalizacion Neoliberal

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    09-07-2013

    La recolonizacin de los territorios en la globalizacin neoliberalGilberto Lpez y Rivasenelvolcan.comPonencia para el Coloquio Huellas y nuevos derroteros del patrimonio cultural, a efectuarse los das 11, 12 y 14 de junio, Delegacin INAH-Morelos, Cuernavaca.

    Pablo Gonzlez Casanova ha insistido en que vivimos un proceso renovado de dominacin yreapropiacin del mundo; una recolonizacin a travs de la ocupacin integral de nuestros pases,estructurada en el mbito nacional mediante reformas constitucionales y legales, y a travs dedisposiciones de hecho, realizadas todas ellas sin consultar a la sociedad y a los ciudadanos enparticular. En el caso de Mxico, se destacan, como ejemplos dentro de las primeras, la reformaal artculo 27 de la Constitucin y sus leyes secundarias, que pusieron en venta las tierrasejidales y comunales, abrieron los territorios a corporaciones extranjeras y constituyen, en loshechos, la ruptura de la alianza social y el pacto poltico producto de una revolucin armada queda lugar a la Carta Magna de 1917 y que cost al pas un milln de muertos. De las segundas,tenemos al Tratado de Libre Comercio (TLC), la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad deAmrica del Norte (ASPAN), y la Iniciativa Mrida, que daan gravemente la soberana econmicay poltica de la nacin, sin que estos tratados y mecanismos injerencistas hayan sidosancionados por el Congreso de la Unin, ya ni que mencionar nuevamente a la ciudadanaafectada por los mismos.

    Estas polticas, acciones y transformaciones legalizadas o fuera de la ley, impuestas por losgobernantes, al profundizar y extender la ocupacin, han refuncionalizado nuestras naciones, susterritorios, sus recursos naturales y estratgicos, as como al patrimonio cultural de nuestrospueblos, al proyecto transnacionalizador y hegemnico del "imperialismo colectivo" encabezadopor Estados Unidos [1], sus fuerzas dominantes y los sectores que dentro de nuestrospases establecen gobiernos de traicin nacional [2], que Marx identificaba como aquellos que anteuna invasin extranjera, sacrifican el deber nacional por el inters de clase.

    Por su parte, Camilo Valqui, en su libro Marx vive: Derrumbe del capitalismo, complejidad de unatotalidad violenta, propone el concepto imperializacin para describir estareconfiguracin mundial que conlleva la transnacionalizacin neoliberal. Esta imperializacin es definida como elpredominio econmico, poltico, ideolgico y militar del capital monoplico transnacional, que seextiende y profundiza: 1) en los recursos naturales y estratgicos del globo, 2) en la mega produccin y los mega mercados, 3) en los flujos financieros, 4) en la investigacin cientfica ytecnolgica, 5) en las armas de destruccin masiva, 6) en los medios de comunicacin masiva y 7)en las organizaciones internacionales, como el Consejo de Seguridad de la Organizacin deNaciones Unidas (ONU), por ejemplo. Pero, paralela y dialcticamente a este predominio, tambindebemos tomar en cuenta su contraparte, esto es, el carcter pluridimensional de la crisis capitalista actual: econmica, social, militar, poltica, geopoltica, moral, epistmica, cultural,intelectual, de alimentos, de materias primas, de energa y del ambiente.

    Esta imperializacin mantiene una dimensin militar, que en un trabajo reciente de mi autora, Estudiando la contrainsurgencia de Estados Unidos: manuales, mentalidades y uso de laantropologa, denomin comoterrorismo global de Estado [3] para caracterizar la poltica deviolencia perpetrada por aparatos estatales imperialistas en el mbito mundial contra pueblos y

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  • gobiernos con el propsito de infundir terror y en violacin de las normas del derecho nacional einternacional. Sostengo que en el estudio y anlisis del terrorismo se ha enfatizado el terrorismoindividual y el de grupos clandestinos de todo el espectro poltico, obviando y dejando a un lado el papel del imperialismo estadounidense y los estados capitalistas en la organizacin delterrorismo interno y en el mbito internacional. El terrorismo global de Estado violenta los marcoslegtimos, ideolgicos y polticos de la represin 'legal' (la justificada por el marco jurdico internacional) y apela a 'mtodos no convencionales', a la vez extensivos e intensivos, paraaniquilar a la oposicin poltica y la protesta social a nivel planetario.

    Valqui considera que la devastacin mundial de seres humanos y naturaleza es propia delcapitalismo desde su surgimiento, pero que en pleno siglo XXI, con la transnacionalizacin actual,se ha exacerbado exponencialmente la violencia sistmica y el anti humanismo que lecaracteriza; sostiene que los procesos de reproduccin del capital y su bsqueda insaciable por laganancia son incompatibles con la vida tanto humana, como de la propia naturaleza, que estesistema destruye de manera integral. As, el capitalismo transnacional es descrito comoexpoliador, desptico, depredador, genocida y terrorista, y se vive como una verdadera tragediasocial, como lo podemos constatar en nuestro pas. Esto es, el capitalismo en esencia fue, es yser violencia sistmica [4]. En esa direccin, las descripciones que hace Valqui del extractivismo minero, con su destruccin del medio ambiente, ros, lagunas, flora, fauna, vida humana,biodiversidad, para el caso del Per, Mxico, Chile, etctera, constituyen un material riqusimopara fundamentar las luchas contra la minera abierta que, como en Morelos, amenaza los territorios, especialmente los indgenas, acorde a las investigaciones realizadas por nuestro colegaEckart Boege [5].

    La imperializacin, por otra parte, constituye una forma nueva de reparto del mundo entreEstados Unidos, Japn, Alemania, Rusia y China que puede llevar a guerras inter-imperialistas. Noobstante, Estados Unidos, como poder hegemnico, ha instaurado en todo el planeta la barbariecomo proceso devastador del gnero humano y la naturaleza. El terrorismo global de Estado o terrorismo trasnacional, cuenta con la complicidad de la ONU y los gobiernos supuestamentedemocrticos, que establecen, paradjicamente, una democracia despojada de todo contenidoparticipativo, con violaciones permanentes a los derechos humanos, lo que viene a demostrar quehistricamente capitalismo y democracia son incompatibles. La democracia tutelada por elcapitalismo establece, asimismo, como principal soporte ideolgico, una dictadura meditica, queimpone un pensamiento nico y un imaginario social que estimulan la reproduccin deconsumidores compulsivos, gente dcil y opacada, obediente, competitiva, conformista,individualista, narcisista.

    En el anlisis de esta reconfiguracin mundial existen coincidencias con Valqui en otros rubros:por ejemplo, considerar al crimen organizado, a la economa mafiosa, ilcita, criminal, como otrasformas de acumulacin del capital trasnacional parasitario, a la que se le atribuye el 5 % del PIBglobal. El dinero denominadosucio va a parar a los grandes megabancos y empresas financieras.En el trabajo mencionado, he destacado que el narcotrfico es un arma contundente de recolonizacin y de imposicin del terrorismo del imperialismo mundial, por otras vas distintas alas guerras neocoloniales. Por ello, estamos de acuerdo en asumir lo que Valqui denomina dialctica de la totalidad capitalista, para descifrar como se entroncan las lgicas de acumulacinde los capitales trasnacionales del narcotrfico con los grandes intereses geopolticos de lasoligarquas imperialistas en estas guerras de recolonizacin, como en los casos de Afganistn eIrak [6]. Tambin, hemos venido insistiendo en la participacin de la CIA, la DEA, y otros

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  • organismos de inteligencia, en el trfico de drogas.

    La reconfiguracin mundial otorga un papel preponderante al Estado. En el mbito de lametrpolis capitalistas, como instrumento de la oligarqua para mantener el complejomilitar-industrial imperialista, los ejrcitos, arsenales atmicos, bacteriolgicos, qumicos,ssmicos, genticos, electrnicos, informticos, complejos de seguridad, inteligencia, espionaje,fuerzas policiales, grupos paramilitares y comandos de despliegue rpido para enfrentar guerrasde intensidad diferenciada, entre las que no se pueden excluir, reitero, conflictos militares entresper potencias occidentales, y con China y Rusia, en competencia. En el nivel local del procesode imperializacin, si bien los Estados nacionales son reducidos en el ejercicio de su soberana, no desaparecen, como afirman los idelogos sistmicos. Estos simplemente ajustan su actuacinpara prestar un servicio ms eficiente a las corporaciones transnacionales. El imperialismo actualproduce en escala planetaria democracias subalternas puestas en manos de oligarquas locales.

    Pilar Calveiro hace tambin importantes aportaciones a la comprensin de este proceso derecolonizacin, especialmente en su libroViolencias de Estado, la guerra antiterrorista y la guerracontra el crimen como medios de control global, (Siglo XXI editores, 2012). Aqu sostiene quevivimos en la actualidad unareorganizacin hegemnica planetaria basada en una violenciaestatal que se despliega principalmente a travs de dos grandes combates, definidos comoguerras contra el terrorismo y contra el crimen; ambas habilitan el escenario blico que requieren las dominaciones autoritarias, facilitando las formas ms radicales de la violenciarepresiva. La guerra anti-terrorista permite mantener y expandir el nuevo orden global, mientrasla llamada guerra contra el crimen "recurre a una reorganizacin jurdica y penitenciaria queconduce al encierro creciente de personas, en especial jvenes y pobres, en aras de la supuestaseguridad interior de los estados. Ambas guerras se entrelazan, se construyen y se dictan desdelos poderes centrales -ya sean estados-nacin u organismos estatales supranacionales, y soninstrumentos tiles para la reorganizacin global."

    Los rasgos ms sobresalientes de esta reorganizacin hegemnica son, segn Calveiro: el pasajede un modelo bipolar a otro global, ambos con un fuerte componente autoritario; en lo econmico,acumulacin y concentracin neoliberal dentro de un mercado globalizado; en lo poltico,debilitamiento de la autonoma del Estado-nacin y el desarrollo de redes de poderestatal-privadas de carcter transnacional, as como la instauracin de democraciasprocedimentales; en lo social, la incorporacin de tecnologa -en especial de comunicacin- que modifica tiempo y espacio; en lo subjetivo, una individualidad blanda, aislada, en retraccin hacialo privado, como esfera de consumo de bienes y de cuerpos, todo ello con un uso importante ydiferenciado de la violencia, que se articula con las nuevas formas de lo poltico, social ysubjetivo.

    Esta autora mantiene que lasguerras sucias del siglo XX, prefiguran ciertos modos represivos delmundo global actual, con Estados Unidos a la cabeza, y con la imposicin de un estado deexcepcin que articula una red represiva legal con otra ilegal, y en la que se va conformando unEstado criminal.

    "Ganar la guerra sucia -afirma Calveiro-- fue una precondicin para tener alguna posibilidad en la

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  • nueva fase de acumulacin. As fue como se invirtieron todos los recursos necesarios paraasegurar la derrota de cualquier proyecto alternativo en Amrica, una derrota que fue no slo militar sino tambin poltica. Se sell entonces el triunfo de una nueva forma de organizacinnacional, acorde con la reorganizacin hegemnica global, que supuso: el vaciamiento de laseconomas mediante la imposicin del modelo neoliberal, el vaciamiento de la poltica con la implantacin primero de dictaduras deshock, pero enseguida de democracias formales e inclusoautoritarias, producto de la eliminacin de todas las formas de organizacin y liderazgoalternativos, y por ltimo, el vaciamiento del sentido mismo de la nacin y de la identidad Latinoamericana con la incrustacin de nuevas coordenadas de sentido individualistas,mercantiles y apolticas." [7].

    Es en este contexto global que hemos expuesto, que el patrimonio cultural, en su significadoamplio: natural, tangible e intangible (lenguas, conocimientos o saberes, tcnicas y diversasprcticas culturales de pueblos indgenas y heterogneas culturas locales y regionales, las ms de las veces subalternas), los monumentos y vestigios arqueolgicos prehispnicos, los histricoscoloniales y postcoloniales, los artsticos muebles e inmuebles, considerados bienes de dominiopblico y uso comn; todo este legado que constituye la memoria de las naciones, de suspueblos y componentes nacionales, regionales y locales, soporte tambin de sus identidades, estsiendo agredido y amenazado por las privatizaciones, concesiones, aprovechamientos ydisposiciones de particulares, empresas, corporaciones, desarrolladores urbanos, tursticos,delincuencia organizada, grupos de poder regional, nacional o trasnacional, que buscan su control,dominio y apropiacin. En particular, se busca destruir el patrimonio comunitario que da cohesin a mecanismos colectivos que pretenden el inters general y el bien comn, y queconstituyen la ltima lnea de defensa y resistencia de los pueblos frente a la acometida delcapital.

    La transnacionalizacin corporativa neoliberal, reiteramos, trata de imponer su mensajeunidireccional a travs del dominio de los medios masivos de comunicacin, la informtica y lasllamadas industrias culturales que intentan homogeneizar y uniformar a la humanidad a partir desu modelo de vida y la mediatizacin de la fecunda creacin nacida del imaginario popular y delrico patrimonio tnico-lingstico-cultural de nuestros pases.

    Los medios de comunicacin masiva conforman, metafricamente, las "tropas ideolgicas" queintentan someter a la opinin pblica con la desinformacin, la contra informacin y lapropaganda abiertamente sistmica; se transforman en tribunales de facto en los que comunicadores, locutores, editorialistas, expertos y analistas polticos condenan sumariamentetoda oposicin al orden establecido. A esto se ha denominado "dictadura o terrorismo mediticos",y a los mercenarios de los medios, "sicarios mediticos".

    Ese modelo de la globalizacin excluyente requiere de una humanidad indiferenciada, sujeta a lasleyes del mercado, al individualismo competitivo que proclama la ley del ms fuerte (darwinismosocial), alienada por el consumismo y el egosmo posesivo. El capitalismo neoliberal necesitatambin de la propagacin generalizada de un cosmopolitismo que erosione y destruya, si esposible, la identidad nacional [8], la defensa de la soberana, el derecho a laautodeterminacin, la salvaguarda de los recursos estratgicos y naturales, las autonomas indgenas, las democracias participativas; todo ello en aras de alcanzar el "paraso terrenal" que

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  • significa la sociedad del mercado proyectada como el ideal a realizar por una sociedad deconsumidores desclasados, aptridas y apolticos. Se pretende que el mundo que ofrece la mundializacin neoliberal en sus variantes estadounidense y europea sea el nico posible, sinalternativa viable, y que la nica opcin realista debe ser el conformismo social y la resignacinpoltica.

    En el V Congreso Internacional de Cultura y Desarrollo, efectuado en La Habana, se destac:

    "Nueva expresin de la violencia, la corriente homogenizante amenaza con ahogar la diversidadcultural y con borrar el rostro de las naciones y de los mltiples sectores que conviven enellas...En el da de hoy, defender la diversidad cultural equivale a contribuir a preservar el futurode la humanidad" (V Congreso Internacional de Cultura y Desarrollo. En defensa de la diversidadcultural. La Habana, Cuba. 11 A 14 de junio de 2007 http://www.lacult.org/docc/Informe_Cult_y_Des_esp.pdf p, 1.)

    Pese a esta maquinaria militar, policial, econmica, cultural, ideolgica y poltica desplegada porlas fuerzas del mercado y sus asociados en el Estado y los poderes fcticos, tiene lugar en elmbito planetario y tambin en nuestro pas la resistencia de los explotados: pueblosoriginarios, afro descendientes, mujeres, homosexuales, jvenes, obreros y aun sectoresintermedios que conforman el pueblo nacin,se manifiestan contra los efectos depredatorios delneoliberalismo.

    En cada uno de nuestros pases latinoamericanos, se han ido constituyendo los pueblos-nacin atravs de la participacin de los distintos agrupamientos tnico-clasistas, objetivamenteexplotados y oprimidos, en las respectivas contiendas independentistas, contra las intervenciones extranjeras, luchas liberadoras, anti dictatoriales y de transformacin social que fueronconformando a su vez una cultura nacional popular, por ende, representativa del cmulo derebeldas e insumisiones. Esta cultura nacional popular es el sedimento de las resistencias y delafn por un futuro donde la diversidad cultural sea patrimonio de la humanidad [9].

    Sin duda, el complejo de paradojas capitalistas que sustenta, fragua y perpeta la violencia de latotalidad capitalista es una verdadera bomba de tiempo de proletarios y pueblos que estallarybarrera los que dominan el mundo actual. Seguramente, se articularn todas las formas delucha, revueltas, protestas, descontentos, agravios, paros, huelgas, movilizaciones, redes sociales,fuerzas anti sistmicas, insurgencias y movimientos revolucionarios; se promovern transformaciones sociales y reformas importantes para acumular fuerzas estratgicas entroncadascon la revolucin.

    En esta direccin, compartimos la crtica afilada de Valqui cuando se refiere a los supuestosmarxistas que esperan el fin natural del capitalismo y el triunfo tambin natural de la revolucin ydel socialismo, haciendo abstraccin de los sujetos histricos y de la crtica de las armas, con unmarxismo de ctedra, con los circos electorales como esperanza sexenal, el cretinismoparlamentario, en suma, la conciliacin de clases de una repblica amorosa. Valqui, y coincido

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  • con l, no da lugar a ilusionismos reformistas a partir de su crtica a las izquierdas sistmicas queuna vez en el gobierno sirven a las transnacionales, optando por capitalismos subalternosnacionalistas, por capitalismos moderados, o capitalismos de "rostro humano", que en realidadconstituyen mascaras tiles para encubrir la verdadera catadura de la claudicacin a las ideas detrasformacin social, como fue el caso de Lula, en el Brasil, y el Partido de la RevolucinDemocrtica, que con su firma del Pacto por Mxico, no slo legitim un gobierno impuesto porel mercado electoral y los poderes facticos, sino que est avalando otras contrarreformasneoliberales, como la laboral y la mal llamada "reforma educativa".

    En los mbitos de la academia, me sumo a la crtica de quienes han renunciado a la teoramarxista del imperialismo, los llamadospor Valqui espadachines ilustrados de la burguesatransnacional, y a quienes han abandonado los rigores de los anlisis de clase, pero siguiendocabalmente las advertencias de Gonzlez Casanova en cuanto formular las redefiniciones de losconceptos fundamentales. Por ello, l destaca que no podemos quedarnos en el conceptotradicional delucha de clases que conserva un sentido fabril y economicista del que no logradesprenderse. El concepto deexplotacin tampoco es suficientemente comprensivo. Ambosconceptos, el de clases y el de explotacin, requieren ser complementados o superados por el dedominacin y apropiacin del excedente y de la riqueza a costa de los trabajadores y de los pueblos, en procesos de apropiacin del plusvalor y del capital acumulado, y en procesos de distribuciny apropiacin inequitativa del excedente y de la riqueza. Ambos conceptos vinculan el poderpoltico, represivo, informtico, cultural y social con las relaciones de produccin. Asimismo, nopodemos quedarnos en el concepto deimperialismo sin sealar que en la etapa de laglobalizacin las demarcaciones de las "fronteras", de lo "externo" y lo "interno" (que a losnacionalistas les sirvieron para ocultar las contradicciones internas atribuyendo todos los males alas externas) se ha confirmado cada vez ms a lo largo del mundo. En el interior de las nacionesest lo exterior. En cada Estado nacin se dan los vnculos y redes con otros Estados-nacin, conel capital multinacional y transnacional, con el Estado global incipiente y con sus asociadoslocales. Las luchas tienen que darse en lo local, lo nacional y lo global, privilegiando unas y otrasen forma prctica. Y sin descuidar ninguna [10].

    Conclusin

    La defensa del patrimonio cultural pasa, entonces, por tomar conciencia del significado totalizadorde esta recolonizacin que afecta las bases de reproduccin de los pueblos y la sobrevivenciamisma de la especie humana. Las dimensiones de la ocupacin afectan todas las esferas de lavida humana y ponen en peligro los fundamentos materiales y territoriales de las formascolectivas de convivencia, exacerbando al mximo la polarizacin social y profundizando lascondiciones de pobreza de millones de seres humanos.

    Considero importante conocer a fondo el sistema de explotacin-dominacin que enfrentamos,pero es tambin fundamental confiar en la capacidad y voluntad de los pueblos para desarrollar estrategias de lucha que combinen creatividad con eficiencia, centralidad con autonoma,principios ticos con construccin de alternativas.

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  • La izquierda actual, despus de las experiencias traumticas de la burocratizacin del socialismoreal y la institucionalizacin de la izquierdas dentro de los esquemas de la democracia tutelada, sedefine en funcin de que tanto es capaz de mantener una posicin de congruencia tica ycoadyuvar a construir poder popular en formas de democracia participativa que impidan lautilizacin de aparatos polticos para el encumbramiento y ascenso social de unos pocos.

    Nuestros enemigos son poderosos pero no invencibles. Si est en juego la sobrevivencia misma dela especie humana, confiemos en que las fuerzas de la vida y el valor de la dignidad prevalecernpor sobre la maquinaria capitalista de muerte y destruccin.

    Notas:

    [1] Ver: Pablo Gonzlez Casanova: "Los indios de Mxico hacia el nuevo milenio". La Jornada,Mxico, 9 de septiembre de 1998. Tambin: Grupo Paz con Democracia. Llamamiento a la NacinMexicana. La Jornada, 16 de noviembre de 2007.

    [2] Marx usa este trmino en el Manifiesto del Consejo General de la Asociacin Internacional de losTrabajadores sobre la guerra civil en Francia en 1871, para referirse al gobierno de Thiers, queante la insurreccin de la Comuna de Pars, no duda en inclinarse por el inters de clase por sobre el deber nacional frente al invasor prusiano. Marx-Engels-Lenin. La Comuna de Paris. Madrid:Ediciones Akal, 2010, p. 6.

    [3] Gilberto Lpez y Rivas. Estudiando la contrainsurgencia de Estados Unidos: manuales,mentalidades y uso de la antropologa. Mxico: Ocean Sur, 2013.

    [4] "Marx vive: Derrumbe del capitalismo, complejidad de una totalidad violenta. TomoII", de Camilo Valqui Cachi, Mxico: UAG, UACM, 2012.

    [5] Ver: Eckart Boege. "La minera industrial en territorios bioculturales de los pueblos indgenas.El despojo de los indgenas de sus territorios en el siglo XXI." Rebelin, 4 de junio del 2013

    [6] Notable en el caso de Irak, adems del genocidio, el desplazamiento forzado de poblacin y lavirtual destruccin de toda la infraestructura estatal, es la devastacin y el saqueo de supatrimonio cultural por las tropas de ocupacin, mercenarios y coleccionistas, durante estos diezaos de guerra.

    [7] Pilar Calveiro. Violencias de Estado, la guerra antiterrorista y la guerra contra el crimen comomedios de control global, Buenos Aires: Siglo XXI editores, 2012

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  • [8] En el debate que se suscit en torno a los libros de texto gratuito Mi libro de historia de Mxico, para Cuarto, Quinto y Sexto grados de educacin primaria en el ao 2003, varios autoresanalizamos los intentos de omisin, distorsin o tergiversacin de la historia de nuestro pas parasocializar a las nuevas generaciones en la amnesia y la asepsia de nuestra "identidad nacional",la cual en estos libros es obra de las lites, criollos, intelectuales, poetas y literatos, coninterpretaciones hispanistas, eufemismos y el intento obvio de minimizar al mximo toda mencinde Estados Unidos que pudiera ser considerada ofensiva. Para ello, se omiten y falsean datos delas relaciones entre los dos pases, marcadas por la guerra de conquista (1846-48) y sus despojosterritoriales, las agresiones armadas filibusteras, como las de William Walker a Baja California ySonora, y las efectuadas por las fuerzas armadas estadounidenses, como la ocupacin deVeracruz en 1914 y la incursin a Chihuahua persiguiendo a Francisco Villa en 1916. Ver: GilbertoLpez y Rivas, "La amnesia conveniente; los libros de historia frente a los Estados Unidos" en Secuestro de la memoria. Un debate sobre los libros de texto gratuito de historia de Mxico,Mxico: Delegacin D-II-1A-1, Seccin 10, SNTE-Colegio Mexicano de Antroplogos, A. C., 1993. Pp.95-100.

    [9] Estas ideas y conceptos -pueblo-nacin, cultura nacional popular, tnico-nacional, etctera--constituyen un aspecto importante de la llamada Cuestin Nacional que he desarrollado en otrostextos: Gilberto Lpez y Rivas. Nacin y Pueblos Indios en el Neoliberalismo. Mxico: Plaza yValds, 1995, 1996; Alicia Castellanos Guerrero y Gilberto Lpez y Rivas. El Debate de la Nacin,Cuestin Nacional, Racismo y Autonoma. Mxico:Claves Latinoamericanas, 1992; Gilberto Lpez yRivas. Antropologa, Minoras tnicas y Cuestin Nacional. Mxico: ENAH-Aguirre y Beltrn,1998.

    [10] Pablo Gonzlez Casanova. De la sociologa del poder a la sociologa de la explotacin.Pensar Amrica Latina en el siglo XXI. Antologa e introduccin por Marcos Roitmann. CLACSOCoediciones-Siglo del Hombre Editores. Bogot, 2009.

    Gilberto Lpez y Rivas es Doctor en Antropologa, profesor investigador de la delegacin del INAHen Morelos.

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