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RECURSOS PARA Las comunidades educativas ADVIENTO NAVIDAD Año 2016

RECURSOS PARA Las comunidades educativas · Adviento es visto como un tiempo de espera, un tiempo para la esperanza. Es un tiempo de espera porque a pesar de todo lo que aparentemente

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RECURSOS PARA

Las comunidades educativas

ADVIENTO

NAVIDAD

Año 2016

PRESENTACIÓN

Estamos a pocos días de iniciar el Adviento, tiempo que nos conducirá a la Navidad. El Área Pastoral Escolar de la Vicaría para la Educación quiere invitar a vivir con tranquilidad este tiempo que se nos regala.

El Adviento y la Navidad nos sitúan ante la venida del Mesías, y ante el desafío del Reino de Dios. Es una ocasión muy propicia para considerar el significado profundo de Jesús como Salvador, y el modo de vida y compromiso que nos corresponde a sus seguidores.

En Adviento-Navidad todos los cristianos hacemos memoria agradecida de Jesús, Dios hecho hombre como nosotros, y de cómo participamos de aquella esperanza del pueblo de Israel, y de nuestro mundo de hoy que aguardaba la venida del Mesías1.

Iniciemos este camino nuevamente, con la mirada puesta en el Dios de la misericordia, para celebrar con profundidad y alegría la experiencia del amor. No dejemos de soñar, de alimentar la esperanza.

En esta nueva ocasión, presentamos estos recursos materiales para la preparación de las celebraciones y oraciones comunitarias que ayuden a cada comunidad educativa a conocer, profundizar y vivir en el significado de este tiempo litúrgico del Adviento.

Mirar hacia el interior no significa dejar de volver nuestros ojos hacia la tierra.

Dios, en muchos casos, se presenta en el rostro de aquellos prójimos

que padecen soledad, tristeza, angustia, pobreza.

1 Cf. http://caritashuesca.org/informacion/articulosyentrevistas/2015-2016.

SENTIDO DEL ADVIENTO Y DE LA NAVIDAD

La palabra Adviento tiene su origen en el término latino “adventus”, que significa “venida” o “advenimiento”. Desde el principio, el Adviento es considerado un tiempo de “espera”. En los escritos del Nuevo Testamento constatamos cómo los cristianos de los primeros siglos esperaban el regreso glorioso del Señor al final de la historia. El primer dato que tenemos sobre el Adviento es de san Hilario y se remonta al año 360 de la era cristiana. Habla de un período de tres semanas, que empezaba el 16 de diciembre y terminaría el 6 de enero, fiesta de la Epifanía del Señor. A finales del siglo V se empieza a perfilar el Adviento como un período de cuarenta días, que comenzaba el 15 de noviembre, fiesta de san Martín, y se prolongaba hasta el día de Navidad. San Gregorio Magno es quien establece la duración de cuatro semanas, tal como lo tenemos hoy. En los siglos siguientes se afianzó el Adviento como “tiempo de espera”: espera del Señor en su venida histórica en su nacimiento en el portal de Belén, espera presente del Señor que viene en cada momento a nuestra vida y quiere que reconozcamos su presencia. Nuevamente se nos regala el tiempo del Adviento. Tradicionalmente, el Adviento es visto como un tiempo de espera, un tiempo para la esperanza. Es un tiempo de espera porque a pesar de todo lo que aparentemente se nos muestra, ocurre de nuevo uno de los acontecimientos más importantes para la humanidad: la encarnación de Dios. Dios se ha compadecido de nosotros, de nuestros sufrimientos, de nuestra vida y se ha hecho hombre como nosotros. Todo eso está muy bien y una vez al año lo celebramos. Pero no podemos quedarnos ahí. El Adviento nos habla de un Dios volcado a la humanidad, apasionado por el ser humano y sus cosas. Y eso vuelve a traer la esperanza donde no la hay.

SÍMBOLOS PARA EL ADVIENTO

La corona del Adviento2 Es el primer anuncio de Navidad. Está hecha de follaje verde, generalmente de ramas de pino. Su forma circular simboliza la eternidad y su color verde la esperanza y la vida. El rojo con el que se suele adornar, simboliza el amor de Dios que nos envuelve y también nuestro amor que espera con ansiedad el nacimiento del Hijo de Dios. Además de estas raíces simbólicas universales, se añade el signo cristiano de la luz como salvación: los cirios expresan la espera vigilante de Cristo Jesús como Luz y Vida. Los tonos morados de los cirios corresponden al color propio del tiempo de Adviento, tiempo de preparación penitencial. La corona se coloca en el presbiterio, por lo menos en un lugar bien visible. Cada semana se enciende uno, acompañándose con una oración. Algo muy hermoso y simbólico consiste en invitar a cada familia a preparar su corona; éstas serán bendecidas en las Misas del primer Domingo de Adviento y luego las familias las llevarán a sus casas para encenderlas en la noche y hacer un momento de oración en torno a ella. Esto ayuda a las familias a vivir el Adviento, sin dejarse distraer tanto por las propuestas vacías de la sociedad de consumo. En medio de un ambiente pagano y descreído, que tiende a celebrar la Navidad solamente como fiesta comercial, la corona de Adviento puede ser un pequeño símbolo de los valores humanos y cristianos que deberían centrar nuestra atención en estos días. La corona tiene cuatro velas, pudiéndose colocar una más en el centro. Simbolizan ese camino que recorremos en el Adviento, y que se va iluminando con la Palabra propuesta para este tiempo, con la oración y con la penitencia. Las velas se encienden al comienzo de la eucaristía de cada domingo de forma que al final del Adviento quede la corona completamente encendida. Nuestro corazón encendido para el acontecimiento del nacimiento del Salvador. Que la Corona de Adviento nos ayude en el crecimiento de la esperanza, fomente nuestra oración en familia, nos permita recuperar el sentido del Adviento, sin adelantar la Navidad, y sea un signo que nos recuerde la necesidad de estar siempre vigilantes para el encuentro con Jesucristo vivo, el Dios que vino, que viene y que vendrá.

2 http://www.javierleoz.org/

ORACIÓN EN LA COMUNIDAD EDUCATIVA

Proponemos este esquema de oración en torno a la Palabra de Dios que acompaña cada semana de Adviento3. Sería muy significativo que en las cuatro semanas se encendiera una vela de la corona por un miembro diferente de la comunidad educativa. PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO

“Estén en vela, para estar preparados”

Señor, encendemos esta luz como aquel que enciende su lámpara para salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En esta primera semana del Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados para recibirte con alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes, porque Tú nos traes la luz más clara, la paz más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús! SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO

“Hagan penitencia porque se acerca el Reino de los cielos” Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Juan el Bautista anunció la cercanía de tu venida invitando al cambio de vida. Nosotros, Señor, como un símbolo de preparación, encendemos esta segunda vela del Adviento. Desde lo profundo del corazón y con la mayor sinceridad te decimos, Señor, que deseamos convertirnos. La forma de allanar el camino para que llegues, es la nueva orientación que, con tu ayuda, podamos dar a nuestra vida. Que cada uno de nosotros, Señor, pueda prepararte el camino para que experimentemos el gozo de tu presencia entre nosotros. ¡Ven, Señor Jesús!

3 http://www.mochilapastoral.com/tiempos-liturgicos/adviento-y-navidad

TERCERA SEMANA DE ADVIENTO

“En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz” Se anuncia la buena noticia: ¡el Señor va a llegar. Preparen sus caminos, porque ya se acerca! ¡Adornen su alma como una novia se engalana el día de su boda! Ya llega el mensajero, el Bautista, el testigo de la luz. En la mitad del camino del Adviento, te pedimos, Jesús, que no permitas que te desconozcamos. Tú estás ya en medio de nosotros construyendo los cielos nuevos y la tierra nueva de la justicia, el amor y la paz. Vuelve a recordarnos que estás a la puerta llamando. Señor, al encender esta tercera vela, te pedimos que nos des la humildad para reconocer nuestro pecado personal y en la vida concreta manifestar nuestra conversión. ¡Ven, Señor Jesús! Envuélvenos con tu luz, caliéntanos en tu amor, ¡Ven, Señor Jesús! CUARTA SEMANA DE ADVIENTO

¡Ven pronto, Señor! ¡Ven a salvarnos!

Señor Jesús: al encender esta cuarta vela, en el último domingo de Adviento, pensamos en ella, la Virgen, tu Madre y nuestra madre. Nadie te esperó con más amor, con más ternura, con más amor. Nadie te recibió con más alegría. En sus brazos encontraste la cuna más hermosa. En el silencio de la oración y en la apertura de su espíritu, la Virgen Madre se reconoció humilde criatura, esclava del Señor. También nosotros queremos prepararnos a recibirte como María: en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día. Que esta última semana de preparación a tu nacimiento sea un momento de gracia para reavivar la conciencia de tu venida y de tu obra redentora.

CELEBRACIÓN DE LA RECONCILIACIÓN

MOTIVACIÓN INICIAL Guía: Cuando ya está tan cerca la celebración del misterio navideño, lo primero que necesitamos hacer, es reconocer y agradecer todas las experiencias que hemos vivido durante este año, nos queda muy poco tiempo para culminar el año. Dejémonos abrazar por la ternura de Dios. Procuremos estar abiertos a la sorpresa del Señor, que Viene. CANTO: Ven, ven Señor, no tardes. ACTO PENITENCIAL COMUNITARIO Guía: La Navidad se ha encasillado en el consumismo. Es para muchos una cosa, un producto más. Algo revestido de la ilusión de los regalos y golosinas, de las nostalgias y felicitaciones, pero se ve como una cosa más, que se comprar en el comercio. MOMENTO DEL PERDÓN Lector 1: Líbranos, Señor, de las blancas y dulces navidades. Lector 2: Líbranos, Señor, de las ricas y costosas navidades. Lector 3: Líbranos, Señor, de las superficiales y rutinarias navidades, de esas que se vienen y se van, y no dejan huella ni señal. ORACIÓN Guía: o (el sacerdote) Señor, acoge nuestras oraciones y colma en cada uno de nosotros los deseos de llegar a conocer y vivir en plenitud el misterio de la Navidad, concédenos aún en medio de nuestras debilidades la abundancia de tu misericordia. MEDITACIÓN (el guía o el sacerdote) Nos presentamos ante el Señor con nuestros vestidos sucios y viejos. Ante el Señor que resplandece con vestidos de sol. Importa, reconocer nuestra debilidad y falta de fe.

Nos cuesta mucho trabajo, no ya cambiar, sino reconocer la necesidad del cambio. Yo me siento bien. Yo cumplo lo mejor que puedo. Yo no me molesto a nadie. Pidamos la luz que necesitamos. Tengamos una voluntad decidida de renovación y conversión. No bastan los buenos propósitos y buenos deseos. Tampoco podemos caer en el engaño de dejarlo para mañana. Necesitamos pedir la gracia de la conversión. No bastan las reflexiones y convencimientos. Reconozcámonos débiles e inconstantes. La conversión no es fruto de la meditación sino del encuentro con el Señor. Encuentro que puede ser una palabra, una mirada, un abrazo, una oración o un gesto de cariño. COMPROMISO Guía: ¿Qué vestidos vamos a pedir al Señor? Los vestidos navideños podrían ser: Silencio meditativo. Música de fondo

Pidamos la fe. Creemos, Señor, pero nuestra fe es poca. No siempre nos fiamos de ti, ni confiamos plenamente en Ti.

Pidamos La pobreza. Aunque nos esforcemos por ayudar y compartir

algo con los más necesitados, con los pobres, no somos pobres como lo plantea las Bienaventuranzas del Evangelio. Pidamos al niño Jesús del pesebre, que nos excedemos en gastos superficiales. Jesús, niño danos tu pobreza.

Silencio meditativo. Música de fondo

• Pidamos La humildad. Puede que el orgullo y la soberbia sean la raíz de nuestros males. Jesús, para salvar al mundo escogió un camino de humildad y sencillez. Nosotros en ocasiones tendemos a sobresalir, a deslumbrar, a rivalizar; sentimos envidia por el éxito de los demás, y nos alegramos con fracasos de los otros. Jesús, niño humilde, danos tu humildad. Silencio meditativo. Música de fondo • Pidamos la caridad. La caridad es el precioso valor que envuelve todos los pecados, de manera que si amas, estás salvado. Jesús, niño caritativo, danos tu caridad.

ORACIÓN FINAL: (el sacerdote si es posible): Guía Tú eres Señor un Dios misericordioso y compasivo. Tú conoces bien nuestras debilidades, pero nos miras con amor. Tú padeces y compadeces, porque tu Nombre es Comprensión, el Compasivo. ¡Ven, Señor! Si nos ves caídos, levántanos con tu mano, Si nos ves enfermos, con heridas, cúranos con el aceite de tu Espíritu. Si nos ves sucios y manchados, límpianos con el agua de tu Espíritu. Si nos ves tímidos, cobardes, fríos, fortalécenos con el fuego de tu Espíritu. Si nos ves equivocados, ciegos, enséñanos con las luces de tu Espíritu. Si nos ves tristes y llorosos, alégranos con la risa de tu Espíritu. Si nos ves mezquinos, egoístas, agrándanos con el amor de tu Espíritu. Si nos ves solos, excluidos, acompáñanos con la presencia de tu Espíritu. Y quédate, Señor, Dios con nosotros, Emmanuel, hecho niño. Amén.

CANTO: Vamos cantando al Señor

LITURGIA DE ADVIENTO

Motivación de entrada: Estamos en Adviento, comenzamos un nuevo año litúrgico, y en esta primera semana nos ponemos en marcha hacia Jesús que viene. Cuando en nuestro entorno las luces y la publicidad comercial nos advierten que llega la Navidad, nosotros reunidos en oración, preparamos nuestro corazón, para pedir con insistencia que haga de nosotros un pueblo vigilante, atento a los signos de nuestro tiempo, hombres y mujeres mensajeras, capaces de comunicar esperanza. LITURGIA DE LA PALABRA Guía: La palabra de Dios quiere ser luz en nuestra vida. La llamada de urgencia del profeta nos recuerda que: ¡El Señor está cerca! Prepararemos el camino al Señor. Lectura del santo evangelio según San Marcos 1,1-8 Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el profeta Isaías: «Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: "Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos”.» Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo les he bautizado con agua, pero Él les bautizará con Espíritu Santo.» Oración: Señor, te damos gracias por tu Palabra que nos saca de nuestras comodidades y nos pone en camino. Que nuestros corazones se dispongan a recibirlo. Oración Universal: Oremos con confianza al Señor que viene a salvarnos y digamos: ¡Ven, Señor, Jesús!

1.- Oremos en este nuevo año litúrgico, por nuestra Iglesia y comunidad educativa, para sepa anunciar a los demás el verdadero sentido cristiano de la Navidad. 2.- Oremos para que nuestra fe se despierte y actuemos a través de las buenas obras: de la solidaridad, del cariño, del trabajo en favor de la paz. 3.- Por todos los que viven en dificultades y desesperan en su vida, para que encuentren la luz y la esperanza. 4.- Oremos por todos los pueblos en guerra, por las víctimas de la violencia y por todos aquellos que desprecian la vida. Para que se conviertan y promuevan todos sus recursos al servicio de la vida. 5.- Oremos por todos aquellos que vigilan en la oración o en el cuidado y atención a los enfermos. PRESENTACIÒN DE SÍMBOLOS (se traen los símbolos) explicación por parte del guía) Guía: Teniendo en cuenta nuestras muchas debilidades, nos abrimos confiados al amor misericordioso de Dios, que se ha manifestado en Jesucristo, nuestro Señor. Hoy presentamos como ofrenda una: • Vela encendida: para adorar el misterio; en la llama, quememos también nuestros pecados. • Aceite perfumado: para derramar ante el Señor que nos perdona, como hicieron María y la mujer pecadora. • Cuna vacía: para llenar con nuestras expresiones de fe, de esperanza, de agradecimiento, de amor. ORACIÓN FINAL Queremos como comunidad educativa y a nivel personal, ser constructores de paz y de justicia. ¿Cómo encontrar a Jesús? Con el pensamiento, en la oración, amando y sirviendo a los otros. CANTO: Vamos a preparar.

PREPARANDO LA NAVIDAD

REFLEXION PARA PROFESORES

La Navidad está cercana

Falta muy poco tiempo para la Navidad, quizá ya estamos con los preparativos de los regalos, cena y demás. Pero es buen momento también para hacer un alto en nuestra vida, para agradecer todo lo recibido en este año escolar y familiar. Invitados a reconciliarnos, tanto con nosotros mismos, con las personas que tenemos a nuestro alrededor, con los acontecimientos y con Dios. Este tiempo es muy oportuno para agradecer todos los dones recibidos durante el año, por todo lo que hemos avanzado, por las nuevas amistades, por los proyectos cumplidos, por los sueños logrados, por el haber superado la dificultad. Igualmente para reconocer los errores o decisiones no bien tomadas, por los momentos de roces personales o momentos de desajustes en nuestro actuar. Es un espacio para pedir perdón, porque equivocarse es parte de la vida misma y del proceso de aprendizaje de cada uno. Todo esta reflexión es para iniciar un nuevo año con esperanzas y renovados en nuestros propósitos. Si tu corazón se anima, tu lámpara apagada puede recuperar su llama viva. Para ello es necesario hacer gestos de reconciliación, de perdón: una actitud, una palabra, una explicación sincera... En la Navidad celebramos la venida de Cristo, Luz al mundo. Es el tiempo para proclamar con alegría el nacimiento del Salvador de las Naciones. Es el tiempo para exclamar con Isaías: “Un niño nos ha nacido, un niño se nos ha dado y será llamado mensajero de Dios, el príncipe de la Paz. Se proponen tres momentos fundamentales: 1. Tómate unos momentos de calma y de silencio.

Trata de aislarte un poco para reflexionar mejor.

Saber escuchar: Escucha tu corazón ¿De qué está agradecido? ¿Qué cosas maravillosas te han sucedido? ¿Quiénes te han sostenido en tus momentos difíciles? ¿En qué situaciones concretas reconoces la mano de Dios? ¿Qué vientos han apagado llamas en ti o a tu alrededor? ¿Amistades rotas? ¿Impaciencias? ¿Peleas? ¿Juicios apresurados? ¿Descuidos? ¿De qué no te siento satisfecho?

Saber discernir: Busca en tu interior la voluntad de Dios sobre ti, sobre tu familia, en tus decisiones, especialmente sobre hechos o personas cercanas. Acoge lo que brota de tu interior, sin pensarlo mucho. ¿Qué quieres Señor de mí? ¿Qué proyectos tienes? ¿Cuáles son tus sueños para conmigo? ¿Cuál es el camino que me puede conducir a la vida plena?

Saber comprometerse:

Contigo mismo, con quienes más amas, con quienes necesitan de tu ayuda, se trata de dar pasos a la conversión de aquello que no estás muy satisfecho, un cambio, un interrogante, una llamada a cambiar, quizá te ayudaría recibir el sacramento de la reconciliación. El compromiso brota por sí solo hacia el cambio personal, hacia tu acción en tu familia, en la comunidad educativa, en la sociedad. Termina este momento de reflexión haciendo oración tu experiencia, lo que brota en tu corazón, convérsalo con el Señor, recibe con actitud de respeto la página en blanco que se te presenta en un nuevo año.

ESTOY ALEGRE, SEÑOR Porque Tú vienes, y yo salgo a tu encuentro Porque son muchos, los nubarrones en el cielo de mi vida Porque Tú iluminas las noches más oscuras de la humanidad Porque, con muy poco y sólo contigo, nos alegras Porque, tu presencia, es la mayor riqueza que uno puede poseer ESTOY ALEGRE, SEÑOR Porque, la Navidad, es oxígeno en medio del agobio Porque, la Navidad, es el amor que se desborda Porque, la Navidad, es regalo del cielo que se ofrece gratuitamente Porque, la Navidad, se descubre con los ojos de la fe ESTOY ALEGRE, SEÑOR Porque la estrella la veo al fondo del horizonte del adviento Porque mi corazón se hace pesebre para tu nacimiento Porque mis ojos me dicen a quién adorar, y ante quien no postrarme Porque mi razón mi dicta qué caminos elegir para llegar hasta Ti ESTOY ALEGRE, SEÑOR ¡CÓMO NO ESTARLO! Sí; Tú, Señor, eres la Navidad que trae una alegría especial Sí, Tú, Señor, eres Navidad que nos hace más cercanos Sí; Tú, Señor, eres adorno y estrella, dulce y mesa por Navidad Sí; Tú, Señor, eres la mejor lotería para la salud del corazón ESTOY ALEGRE, SEÑOR Tú, te lo digo ahora, eres la causa de mi felicidad Tú, te lo decimos ahora, eres la fuente de tanta dicha Tú, te lo decimos ahora, eres la razón de tanto regocijo Tú, te lo gritamos ahora, eres el germen de la emoción que yo siento Amén.

RELEXION PARA ESTUDIANTES

Carta de Jesús de Nazaret en vísperas de su cumpleaños

Querido amigo: Como sabrás, nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumpleaños. Todos los años, en cada casa, se hace una gran fiesta en mi honor y posiblemente este año sucederá lo mismo. Para esa noche, la gente hace muchas compras. La noche de mí cumpleaños se dice en los anuncios, en la radio, en la televisión y en todas partes... no se habla de otra cosa, y la gente se despide con el deseo de que para todos sea una noche buena. La verdad, que es agradable saber que, al menos un día del año, las personas piensan un poco en mí. ¿A que a ti también te pasa con tu cumple? Lo que está ocurriendo últimamente es que hay gente que parece que no saben ni lo que celebran. Se reúnen, se divierten mucho, pero no saben de qué se trata.

Recuerdo por ejemplo el año pasado, estábamos en una casa en esa noche de mi cumpleaños, había cosas muy deliciosas en la mesa, todo estaba decorado, y recuerdo también que había muchos regalos. Yo naturalmente estaba allí pero es que… ni me hacían caso. La fiesta era para mí y me dejaron al margen... y yo quería compartir la mesa con ellos. Preferí estar sin hacer ruido, y me quedé en el rincón. Estaban todos bebiendo, había algunos ebrios contando chistes, carcajeándose. Lo estaban pasando en grande, menos mal. Para colmo, llegó un gordo vestido de rojo, de barba blanca y gritando ¡jo-jo-jo-jo! Parecía que había bebido de más. Se dejó caer pesadamente en un sillón y todos los niños corrieron hacia él, diciendo: Viejo pascuero,... ¡Como si la fiesta fuese en su honor! ¿Qué sentirías si el día de tu cumpleaños se hicieran regalos unos a otros y a ti no te regalaran nada? Comprendí entonces que yo sobraba en esa fiesta, salí sin hacer ruido, cerré la puerta y me retiré. Te digo que no sé si cada año que pasa esto va a empeorar; la gente sólo se acuerda de la cena, de los regalos y de las ropas, y de mí nadie se acuerda. Por eso te escribo, porque quisiera que esta Navidad me permitieras entrar en tu vida. Como muchos no me hacen sitio en su fiesta, voy a organizar la mía propia. Todavía estoy haciendo los últimos arreglos, estoy enviando muchas

invitaciones y quiero contar también contigo, tú eres importante para mí; sólo quiero que me digas si piensas asistir, te reservaré un lugar, y escribiré tu nombre con letras de oro en mi gran libro de invitados. En esta fiesta no habrá más que invitados con tarjeta de invitación, y se tendrán que quedar afuera aquellos que no contesten a la invitación hecha.

Prepárate, quiero contar contigo. Hasta pronto... Tu amigo, Jesús de Nazareth

Para dialogar:

En esta carta se critica un modo de celebrar la Navidad. Cuéntalo con tus palabras. ¿Qué es lo más importante de lo que se critica?

“¿Qué sentirías si el día de tu cumpleaños se hicieran regalos unos a otros y a ti no te regalaran nada?”

¿A qué se refiere lo del final de la carta, que este año Jesús quiere contar contigo para organizar su verdadera fiesta de cumpleaños?

LITURGIA DE NAVIDAD

MOTIVACIÒN INICIAL:

Querida comunidad educativa en este tiempo en que esperamos el nacimiento del Hijo de Dios se nos invita a cultivar la paciencia. La paciencia no es una palabra de moda hoy en día. La paciencia supone esperar y respetar los tiempos. Supone desear la llegada de otro y no tener más que hacer que esperar. Desear y esperar. El Adviento puede ser una buena oportunidad para recordar esto. Ejercitarse en el arte de esperar con paciencia. Quizá así el corazón esté más preparado para cuando llegue el Momento, para cuando Dios sea Dios-con-nosotros. Quizá así este tiempo no pase inadvertido como una tarea más. Vivamos más profundamente esta Navidad”. CANTO DE ENTRADA: “El Tamborilero”

PERDÓN:

Somos cristianos. Debemos celebrar la Navidad de modo distinto a como la celebran quienes no conocen a Jesús o no creen en él. Por eso, al comenzar la Eucaristía, pedimos perdón. LECTOR 1 Dios nace por amor y hoy existen muchos rencores, odios,

enemistades, peleas, guerras… Porque tú nos amas siempre y a nosotros nos resulta difícil amarnos: ¡Señor, ten piedad!

LECTOR 2 Dios nace para que seamos hermanos, pero unos tenemos muchas

cosas y otro carecen de pan, de agua, de casa, de escuela, de calor y de amor… Tú que vienes de parte de nuestro Padre Dios y eres nuestro hermano mayor: ¡Cristo, ten piedad!

LECTOR 3 Dios nace en un cobertizo porque no le dejaron sitio en las casas

de Belén. También hoy, hay personas que no le abren su corazón. Tú que nos infundes esperanza: ¡Señor, ten piedad!

Guía: Padre Dios, nos hemos reunido aquí para celebrar algo muy importante, que nos prepara a la Navidad. Danos tu perdón porque nosotros estamos arrepentidos y, así, reafirma nuestra amistad contigo. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA

Guía: Con corazón atento, acojamos la Buena Noticia del Evangelio.

ALELUYA CANTADO.

EVANGELIO: Según San Lucas (Lc. 2,1-14) Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Angel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: «No teman pues les anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: Les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto les servirá de señal: encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.»

Palabra del Señor

REFLEXION:

Reunidos hoy en comunidad educativa queremos dar las gracias a Dios porque sigue enviándonos su Palabra. Solo es necesario hacer un poco de silencio y buscar en la sencillez de la vida, y en lo cotidiano, el rostro de su presencia. Han sido doce meses en los que hemos ido descubriendo la bendición y la compañía de aquel que nos ha amado hasta el extremo y que sueña con la vida y la felicidad de todos sus hijos. La sencillez de Dios nos ayuda a descubrirlo en los gestos de ternura y cercanía, en las actitudes de perdón y reconciliación, en las acciones solidarias, le hemos reconocido en momentos buenos de este curso, y también hemos sentido su ayuda en los tiempos duros. Lo hemos visto en personas que se desviven por los demás; también lo hemos reconocido en

aquellos que sufren y cómo no, lo hemos encontrado cuando nos hemos reunido en comunidad. Nos ponemos en manos del Señor y apoyando nuestras cruces en la de Jesús, que es nuestra fuerza y nuestro descanso y le pedimos que sigamos apoyándonos en Dios-Niño que está a punto de nacer de nuevo entre nosotros.

PETICIONES

1) Por la Iglesia para que haga llegar a todo el mundo la esperanza y la

alegría de Jesús que viene a salvar a todos los hombres. ROGUEMOS AL SEÑOR.

2) Por los gobernantes, para que, procurando el bien común, defiendan los derechos de todos, pero sobre todo de los más débiles. ROGUEMOS AL SEÑOR.

3) Por los que están angustiados, preocupados, solos… para que encuentren junto a ellos una mano amiga que los levante y así experimenten la liberación de Jesús en esta Navidad. ROGUEMOS AL SEÑOR.

4) Por todos los países que sufren las guerras, el hambre, cualquier clase de injusticias, para que llegue a ellos la Luz y la Fortaleza de Jesús, que les ilumine y conforte, y a nosotros nos haga generosos y entusiastas en la colaboración. ROGUEMOS AL SEÑOR.

5) Por todos nosotros, por el colegio, por todos los alumnos, por sus familias, por el personal de servicio, para que nuestras ilusiones y nuestros temores, nuestras alegrías y nuestras penas, todo lo nuestro, encuentre sentido y consuelo junto a Jesús en la esperanza de un mundo mejor. ROGUEMOS AL SEÑOR.

OFRENDAS

1. Con este DESPERTADOR, queremos simbolizar –Señor- nuestro deseo de estar con los cinco sentidos puestos en Ti. Haz que, en este tiempo de Adviento, nos estimulemos para preparar en profundidad tu llegada.

2. Con esta VELA, te ofrecemos Señor la luz que nos ilumina el camino de

salvación, te la ofrecemos pidiendo que ella sea nuestra guía en este tiempo de adviento.

3. Ofrecemos también el PAN y el VINO, signos de la Eucaristía. Igual que muchas uvas forman un solo vino y muchos granos de trigo hacen un solo pan, que así los que estamos aquí reunidos formemos una sola familia de hijos de Dios.

PADRENUESTRO ACCIÓN DE GRACIAS Demos gracias porque Alguien viene a sentarse a nuestro lado para estar con nosotros, los hombres. Alguien viene y tiene tantas cosas que cambiar dentro de nosotros... Viene porque es posible ser de otra manera y compartir el pan a manos llenas. Viene el Señor Jesús, desde la cercanía de Dios a encontrarse con el hombre y la mujer para que el hombre y la mujer conozcan a Dios. Alguien viene desde Dios y trae la presencia de Dios a la Tierra. Alguien viene y dirá: ¡Estoy CONTIGO! CANCIÓN DE DESPEDIDA: Villancico de Navidad. “Los peces en el río”