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Avá. Revista de Antropología ISSN: 1515-2413 [email protected] Universidad Nacional de Misiones Argentina Garriga Zucal, José "Acá es así": Hinchadas de fútbol, violencia y territorios Avá. Revista de Antropología, núm. 9, agosto, 2006, pp. 93-107 Universidad Nacional de Misiones Misiones, Argentina Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=169014140007 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Avá. Revista de Antropología

ISSN: 1515-2413

[email protected]

Universidad Nacional de Misiones

Argentina

Garriga Zucal, José

"Acá es así": Hinchadas de fútbol, violencia y territorios

Avá. Revista de Antropología, núm. 9, agosto, 2006, pp. 93-107

Universidad Nacional de Misiones

Misiones, Argentina

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=169014140007

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Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

93José Garriga Zucal/ “Acá es así”...

Este trabajo propone analizar uno de los mecanismos de legitimación que utilizan los integrantesde una hinchada de fútbol para hacer aceptables sus acciones violentas. La práctica violenta esparte de una forma de ser que define a los miembros de este grupo y que conforma un comple-jo sistema que otorga prestigio y honor a los practicantes de acciones violentas. La honra de losviolentos se sustenta en una base de aceptación de las prácticas distintivas; base que es construidaa través de distintas herramientas que confieren legitimidad a prácticas que son socialmente estig-matizadas. Analizaremos cómo ciertas particularidades del espacio, del barrio, son los aside-ros lógicos, que construyen los adherentes de la hinchada para reconocer la validez de sus accio-nes. Pretendemos desnudar la lógica subyacente de esta construcción: la retórica de instaurar lavalidez de las acciones en la morfología del espacio encubre que son los sentidos de las relacio-nes sociales las que validan prácticas y representaciones.

Palabras clave: Violencia- Honor- Espacio- legitimidad- Fútbol

AbstractThis work intends to analyze one of the legitimation mechanisms that use the hooligans of asoccer gang to make acceptable their violent actions. Violent practice is part of a way of beingthat defines the members of this group and forms a complex system that grants prestige and honorto those who perform it. The honor of violent people is founded on the acceptance of distincti-ve practices; a basis that is built through different tools that confer legitimacy to practices thatare socially stigmatized. We will analyze how certain particularities of space, neighborhood, arethe logical handholds that hooligans build to recognize their actions validity. We seek to reve-al the underlying logic of this construction: the rhetoric of establishing the action validity on thespace morphology hides that practices and representations are validated by the sense of the socialrelationships.

Keywords: Violence - Honor- Space- legitimacy - Soccer

Introducción: sobre

"Acá es así". Hinchadas de fútbol, violencia y

territorios.

José Garriga Zucal 1

1 Lic. Ciencias Antropológicas (UBA), Maestrando Antropología Social (IDES/IDAES-UNSAM). Becario deDoctorado Conicet. E- mail: [email protected].

Fecha de recepción: Agosto 2005Fecha de aprobación: Octubre 2005

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hinchadas, violencia(s) yterritorios.

Este trabajo describe y analiza lasnociones vinculadas al territorio queexpresan los miembros de un grupo desimpatizantes del fútbol y, a través deese análisis, desentraña los vínculosentre espacio y violencia. La constitu-ción de pertenencias territoriales, ladelimitación de espacios propios, seentrelaza con la validez que tienen lasacciones violentas para un grupo deespectadores del fútbol argentino. Lasprácticas violentas aparecen comomecanismos de defensa de un patri-monio, o de ataque a un espacio ajenoque debe ser violado como muestra desuperioridad.

Este trabajo es el resultado de unainvestigación etnográfica entre losintegrantes de "la hinchada" del ClubAtlético Huracán2. "La hinchada" esuno de los nombres nativos con que seidentifican uno de los grupos organi-zados de espectadores que acompañana un club de fútbol. Comúnmente sondenominados "barras bravas"; peroeste término no será utilizado, debidoa que contiene una carga negativa queno queremos reproducir. Para referir-nos a estos grupos organizados de hin-chas, utilizaremos los nombres nativos:como "hinchada", "los pibes" o "labanda". Asimismo, nombraremoscomo hinchas a los miembros de

dichos grupos diferenciándolos delresto de los espectadores.

Las "hinchadas" según sus con-cepciones son los únicos espectadoresque tienen tres cualidades distintivas,que los diferencian y los aglutinan. Laprimera es la fidelidad: estos simpati-zantes afirman ser aquellos que a pesarde las condiciones desfavorables asis-ten a los partidos, sin importar si laadversidad tiene facetas deportivas oclimáticas o de largas distancias. Enalgunas oportunidades, esta lealtad losarrastra a miles de kilómetros para verun juego de Huracán o los presenta enforma incondicional no obstante lascontinuas derrotas o el descenso decategoría.

La segunda cualidad que los definees el fervor: según ellos son los únicosespectadores que durante todo elencuentro deportivo saltan y cantan,alentando a su equipo sin importar siéste pierde, gana o empata. En unencuentro con Argentinos Júnior elequipo perdía tres a cero, y los inte-grantes de "la hinchada", afónicos yeufóricos, saltaban gritando la gran-deza de Huracán, y elogiando su pro-pia actitud de no desilusionarse ante laderrota.

La tercera cualidad será amplia-mente desarrollada en estas páginas ytiene que ver con las prácticas vio-lentas. Los miembros de "la hincha-

2 El club Huracán es una institución ubicada en el barrio de Parque Patricios en la ciudad de Buenos Aires, fun-dada en 1908. En esta se desarrollan un sinnúmero de actividades deportivas, pero la más importante es el fút-bol profesional. Huracán es uno de los clubes más reconocidos del fútbol Argentino, actualmente milita en elnacional "B", pero su historia lo ubica entre los grandes de la primera "A", habiendo obtenido un título en esacategoría. Los simpatizantes de Huracán y la institución reclaman el sexto lugar entre los grandes del fútbolargentino, los cinco grandes son: Independiente, Racing, San Lorenzo, Boca y River. El club Huracán es deno-minado el Globo, este es el símbolo que lo representa: un globo aerostático. Ya que cuando fue fundado el clublas hazañas de Jorge Newbery a bordo del globo aerostático el Huracán eran motivo de admiración. Esto dionombre al club y a la elección de un signo que lo representará hasta la actualidad. Por otro lado, también selo denomina Quemero, porque cerca del estadio estaban los terrenos destinados a quemar la basura de la ciu-dad de Buenos Aires.

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da", según ellos mismos, ponen a dis-posición del honor del club sus posi-bilidades violentas para no ser ofendi-dos por las parcialidades adversarias.Es decir, que "los pibes" consideranque subyacente al encuentro futbolís-tico se dirimen cuestiones de honor yprestigio del club y de sus simpatizan-tes que sólo pueden debatirse en elplano de la violencia. Un informanteen una charla me decía al respecto: "nosabés las veces que yo me jugué la vida porHuracán". En esta frase el integrante de"la hinchada" relaciona el honor delclub con la violencia y se muestracomo actor en la defensa de la virtudde la institución.

Proponemos analizar la construc-ción de legitimidad que hacen los acto-res sobre estas prácticas distintivas, yaque entendemos que son acciones que"crean espacios"; es decir, que los valo-res y significados que los actores asig-nan a sus prácticas definen un espaciodonde estas sean legítimas. Primera-mente describiremos algunas de estasprácticas y la representación de perte-nencia territorial para comprender el sis-tema de prestigio y honor que se orga-niza en torno a las acciones violentas.

Los pibes, "su" barrio y el

"aguante"

El Club Atlético Huracán y elbarrio Parque de los Patricios, funcio-nan en el imaginario de los simpati-zantes como pares indiscutibles. Cuan-do se habla de Huracán siempre semenciona al barrio, a Parque Patricios.M, conversando en la puerta de sucasa, me comentaba que le había dichoal cuñado, integrante de "la hinchada"de Racing, que yo estaba haciendo untrabajo sobre Huracán. Cuando elcuñado lo interpeló para saber por quéhabía elegido a Huracán y no a otrosclubes, M me cuenta que le contestó:"porque nosotros somos barrio. Ustedes sonunos de Avellaneda, otros de Villa Crespo yun montón de Villa Pueyrredon". Le con-testé que los simpatizantes de Huracánson de Barracas y de Pompeya apartede Parque Patricios. Me dijo que esoera un solo barrio y expresó que allítodos simpatizan por el mismo equipodeportivo.

Para los miembros de "la hincha-da"3, Parque de los Patricios es suespacio, su territorio. "Las hinchadas"definen un territorio propio y unoadversario (Alabarces 2004: 72). En elcaso de Huracán, Parque Patricios es elespacio propio y Boedo está vinculadocon San Lorenzo, el clásico rival. Sin

3 "La banda" de Huracán está conformada por cuatro grupos: la Pagola, la José C. Paz, Barracas o El Pueblitoy Pompeya. Cada uno de estos grupos tiene un líder: Estos líderes son concebidos como los "capos" de la hin-chada. Son los jefes, aquellos que definen y planifican los viajes, el traslado de los trapos, la obtención de lasentradas, el alquiler de micros, la compra de pirotecnia o globos, etc. Cada uno de estos líderes tiene un perfilque los define, pero todos tienen una dosis de carisma que les permite detentar la posición que ostentan. Estoslideres son los encargados de conseguir los recursos que dispone la hinchada y también de su distribución. Paraesto tienen una segunda línea de colaboradores, que se encarga de algunas facetas del reparto de recursos. Estegrupo es muy reducido, según los líderes son sus piernas, término que define la lealtad de los colaboradores.Los ajenos los definen como los soldados, refiriendo a la fidelidad respecto a los jefes. En la estructura jerár-quica de la hinchada, luego de los soldados, está la tropa. Aquí se encuentra el resto de los espectadores queconforman "la banda". Sobre los líderes cabe aclarar que es el saber violento el que los ubica en esa posición,ningún líder puede serlo si no ha demostrado ser un buen luchador. La tropa o los pibes no sólo provienende estos cuatro grupos, sino de muchas banditas que se reúnen en esquinas de Parque Patricios, Barracas, Sol-datti o Pompeya.

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embargo, no sólo este barrio está iden-tificado con Huracán. La mayoría de"los pibes" viven en Parque Patricios,Pompeya, Barracas o Soldatti. Pero allíno sólo tienen su domicilio sino tam-bién sus lugares de reunión con amigosy conocidos. Los cuatro grupos queconforman "la hinchada" tienen luga-res de reunión diferenciados que losidentifican.

El barrio les "pertenece"; segúnellos, porque lo conocen, lo usan, lohabitan. Cuando los hinchas hablansobre su barrio, rememoran los lugaresdonde habitaron y donde se juntan ojuntaban con sus amigos. Ser vecinono sólo es vivir en el barrio sino usar-lo y la forma en que lo usan es "paran-do"4 en él. M me comentó en los dis-tintos lugares en que vivió en la zonade Parque Patricios y Pompeya, recor-dando con principal cariño una casacercana al estadio de Huracán. N, porel contrario, vivió toda su vida en lamisma casa, a la vuelta de la Plaza JoséC. Paz; desde joven conoce a losmuchachos que se reúnen en ese lugary ha forjado fuertes vínculos de amis-tad con ellos.

De Certeau (1996: 43) analiza las"tácticas" de apropiación del espacioque utilizan las clases populares sobreterritorios que no les pertenecen.Describe cómo la acción de caminar,equiparada a la acción de enunciación,permite una construcción de lo próxi-mo y lo distinto que posibilita la dis-tinción entre un nosotros-ellos. Estaconstitución de un territorio propio yuno ajeno requiere ejercicios de deli-mitación de los espacios, que definanpertenencias.

Los mecanismos de delimitación delos espacios son muy variados. Desdelos cánticos que afirman la pertenenciaterritorial, por ejemplo una canción enuna estrofa dice: "Esta es la banda másloca de Parque Patricios". Hasta los dibu-jos de los globitos que aparecen pin-tados en muchas paredes de Parque delos Patricios, delimitando su radio depertenencia. Cuando estos globitossalen de ese radio e invaden los espa-cios vecinos y contrincantes de Boedo,éstos son tachados, les inscriben insul-tos o les dibujan una "B" en lugar de la"H"5, satirizando a los Quemeros porhaber descendido de categoría.

De la misma manera, gran parte delas banderas que llevan los hinchas alos estadios inscriben delimitacionesterritoriales. Algunos trapos de Hura-cán se caracterizan por tener demar-caciones discriminadas sobre el barriode Parque de los Patricios. Por ejemplo,tienen una bandera con la inscripciónPlaza Jose C Paz, lugar de reunión de "labanda", u otra que dice el parke, unaclara referencia al parque que da nom-bre al barrio. También, tienen una ban-dera que refiere a una calle donde "lospibes" se reúnen antes de los partidos,Pagola.

Las ideas de pertenencia llevanequiparada una construcción de la ima-gen espacial, creando una representaciónde los lugares atravesada por elementosde las competencias futbolísticas. Entre"las hinchadas" compiten por distintosítems; por ejemplo: el "aguante", la fies-ta, los abusos, la locura, etc. "Las hin-chadas" manifiestan, a través de can-ciones, discursos y prácticas, laposesión de cualidades que los ubican

4 Parando o parar: es la forma en que los nativos refieren a la acción de juntarse o reunirse con amigos.5 El símbolo de Huracán tiene una H y los rivales le escriben una "B" que remite al descenso del club a la segun-da categoría del fútbol argentino el nacional "B".

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en la cúspide de la competencia congrupos rivales. De esta manera, cons-truyen imágenes de su espacio socialque les permiten jerarquizarse en estacompetencia. Entonces el espaciosocial, cada territorio, cada barrio, tienesus características distintivas e identi-tarias que intentan ubicar a "los pibes"en lo más alto de esta competencia.

Los integrantes de "la banda" deHuracán entienden que su territorioposee "aguante" y que el territorioadversario no. El "aguante" es el prin-cipal de los bienes simbólicos y remi-te al plano de la violencia en su dimen-sión de enfrentamiento. Ya que sólo enuna lucha, en una acción donde se ejer-ce violencia de hecho y no simbólica sepuede probar la posesión del "aguan-te". Este bien engloba saberes de luchacorporal, de resistencia al dolor y decarencia de temor al riesgo. Estos sabe-res y formas de actuar sólo pueden serprobados en una contienda corporal, elcuerpo disputa el "aguante". Entonces,en estas luchas ya sea contra parciali-dades rivales, contra la policía, entre lasfacciones que conforman "la hincha-da" y entre los mismos integrantes deuna facción se dirime la posesión del"aguante". Éste es una forma típica dehonor, ya que valora comportamientosy propiedades determinadas comohonorables o deshonrosas. En cadasociedad, en cada momento dado, elhonor toma aspectos distintos enrelación con las formas de vida y el sis-tema intelectual de cada cultura, quepermite expresar la aprobación y des-aprobación de conductas y formas depensar (Pitt-Rivers 1980: 32).

Los hinchas cantan: "vas a ver/ nosomos vigilantes/ porque vamos a todas par-tes/ vas a ver/ nos somos de Boedo/ no nosvamos en patrullero". La canción presen-

ta como característica del barrio rivalsus relaciones con la policía, hecho queexhibe la carencia de "aguante", ya queninguna "hinchada" que posee estaforma de honor traba lazos con la poli-cía. Los integrantes de "la hinchada" através de diversas construccionesespaciales, del propio y del ajeno, exhi-ben la posesión o ausencia de "aguan-te".

Encontramos un sinnúmero deejemplos que testifican la construcciónsocial de una imagen espacial ligada aotros aspectos que no están relaciona-dos con "el aguante". Los más intere-santes tienen que ver con la concep-ción del territorio como un espacio"loco", donde los abusos del alcohol ylas drogas se deben a la pertenenciabarrial. La locura, estar "de la cabeza"o "re loco", por el uso de aquellosconsumos es un símbolo de prestigio.Por esta razón, los discursos constitu-yen al espacio social que consideranpropio con las características que losnutren de honor. Cantan: Ésta es labanda más loca de Parque Patricios/ la quelo sigue al Globo con todos los vicios. Aquí lalocura está ligada al barrio y a los abu-sos, a los vicios; en búsqueda del pres-tigio y el honor el espacio reviste decualidades a sus habitantes. La relaciónespacio-abuso muestra los sentidos deesta construcción, cimentar las cuali-dades personales o grupales en atri-butos territoriales permite un dobleejercicio: generalizar a todos los veci-nos de este espacio estas cualidades yfundar estas particularidades en elterritorio. Estos puntos serán aborda-dos más adelante.

En el terreno de las prácticas, "lashinchadas" deben validar aquello queexpresan en sus discursos. Por ejemplo,deben manifestar la superioridad de su

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barrio, esto es, indicar que éste es temi-do por los rivales, que es respetado porsu inaccesibilidad. Cuando "los pibes"recuerdan enfrentamientos con "hin-chadas" rivales acontecidos en elbarrio, nombran las calles dando unsentido material a la apropiación, rela-tan los enfrentamientos construyendolos espacios y dando una significacióna estos lugares. En una oportunidad, Nrecordando una pelea contra hinchasde Racing, describía el trayecto quehabían recorrido los Quemeros enbusca del rival: "íbamos caminandopor Luna hasta Caseros y doblamospara Colonia, en la otra esquina esta-ban los de Racing que eran muchos. ElGallego, que iba al frente tiró las mule-tas y fue al choque". El relato encierrauna apropiación del espacio, lo cons-truye mientras se recuerda. Al nombrarlas calles, al trazar el recorrido señalauna propiedad sobre un espacio que semoldea en el fragor del mismo recuer-do. De Certeau dice que los relatos, lasmemorias, son trabajos artesanales quepermiten hacer lugares, crear espacios,hacer localizable lo ilocalizable (1996:120). Los relatos de "los pibes" cons-truyen espacios pero además los revis-ten de los valores que ellos consideranpositivos, por ejemplo, la inaccesibili-dad.

La superioridad del barrio sedemuestra a través de distintas accio-nes, emboscar a los rivales, robar aquien ose caminar por el barrio concamisetas de San Lorenzo, ir en grancantidad a los estadios contrincantes eingresar al barrio rival "caminando".Así buscan presentar como inviolabley respetable el territorio propio y vul-nerable el ajeno. Por esta razón, deci-den deshonrar la propiedad ajena al"caminar" por el barrio adversario

rumbo al estadio. "La banda" que"camina" por las calles del barrio con-trincante, que pinta sus paredes, queinvade la plaza, siente que su accionarha confirmado "el aguante" de losmiembros del grupo, que ha demos-trado la vulnerabilidad rival y la bravurapropia. Por esto planifican la forma dellegar a los estadios contrarios de lamanera que más le duele al adversario,profanando el territorio ajeno, "cami-nándole el barrio". Esta acción es espe-cialmente llevada a cabo cuando seenfrentan a los clásicos rivales, Hura-cán-San Lorenzo.

Numerosas investigaciones hananalizado las relaciones entre los sim-patizantes de un club y los espaciosque consideran propios como Brom-berger (1993), Dal Lago y Moscati(1992) y Dal Lago y De Biasi (1994) yGastón Gil (2002: 77) quien analizó lasrepresentaciones territoriales de lossimpatizantes de Aldosivi sobre elpuerto de la ciudad de Mar del Plata.Estos trabajos, salvando las diferenciasde enfoque y de perspectivas, han ana-lizado los sentidos de pertenencia quelos simpatizantes de los clubes cons-truyen sobre espacios determinadosque consideran propios: el estadio, lasede deportiva, la ciudad o ciertas por-ciones de ésta, ya sean barrios o espa-cios determinados.

Parque de los Patricios y Huracán,es un par indisoluble en la concepcióndel hincha. Las características que defi-nen esta identidad, que delimitan for-mas de ser y de pensar son mecanis-mos imbricados en las formas en quese concibe el barrio para "los pibes".Así se genera una genealogía que defi-ne formas válidas de actuar y de pen-sar. La legitimidad de una formaarquetípica como la violencia, se sus-

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tenta en un linaje constituido entre lasraíces del barrio y los modelos que aquítienen un valor positivo.

Entre guapos, compadritosy malevos

Una tarde, estaba conversandocon un dirigente y él me dijo: "este es unbarrio de guapos". Esta frase era un datoclave para entender cómo el barrio yalgunos de sus habitantes se represen-tan. El guapo es una forma arquetípi-ca de ser vinculada a la violencia; losguapos son los que dirimían sus con-flictos a puñaladas entre facones y filo-sos cuchillos. Son muchos los vecinosque entienden al barrio vinculado conla guapeza y la violencia; para ellos, es"la historia" del barrio vinculada a lamarginalidad, al tango, al matadero laque establece la relación entre violen-cia y espacio. Estas historias, muchasde las cuales tendrán lugar en estaspáginas, exhiben la "esencia" violentadel espacio.

Según sus historias Parque de losPatricios lleva este nombre desde1903, antes era llamado Corrales Vie-jos o Mataderos del sur. Aquí funcio-naron desde 1872 los mataderos de laciudad hasta que fueron mudados albarrio de Nueva Chicago en 1900 (Lla-nes 1973; 18). Hasta aquí era arreado elganado para su faena. En este espaciosemirural y semiurbano, abundaban lospeones emparentados con el manejode animales y de intimidad con elcuchillo. Nacen así los compadritoscuyas cualidades y virtudes son elmanejo de la daga para mantener lim-pio el honor y lejos la vergüenza. Laintrepidez, la bravura y la pronta res-puesta a los desafíos serán las virtudessobresalientes de estos personajes en

busca del respeto. En el arrabal, en losmárgenes entre la ciudad y el campo,eran legítimos los códigos del corajeque se disputaban en encarnizadasluchas.

Gayol analiza cómo el duelo, seña-lado como lucha violenta y masculinaderivada de motivos de honor a finesdel siglo XIX y principios del XX,sufrió transformaciones que escindie-ron la práctica en dos formas distintas:"el duelo popular" y "el duelo de caba-lleros" (2002; 43). Estas transforma-ciones vinculaban al primero con lapasión y los instintos animales practi-cado por la "peonada" en las noches dearrabal, en cambio "el duelo de caba-lleros", rasgo de la aristocracia porte-ña, amoldaba la cólera y la violenciaidentificando una forma de masculini-dad racional y autocontrolada. Desdeel momento que se escinde, uno esrevestido de ilegitimidad y considera-do como delito, señalado como dis-tintivo de arcaicos impulsos primitivosque debían ser controlados y reprimi-dos. Por el contrario, la violencia en el"duelo de caballeros" es una prácticamasculina inscripta en los cánones dela modernidad, que a pesar de ser com-prendida como un acto ilegal no eraperseguido por la justicia ya que las eli-tes le daban significados positivos ylegítimos.

Entonces, los "duelos populares"entre compadritos fueron descalifica-dos y penalizados, asediando no sólouna práctica sino un modelo de mas-culinidad. No por sus conductas delic-tivas sino por encontrarse a contra-mano de la modernidad. Dicen que elcompadrito era pendenciero perohonesto, reaccionaba ante la afronta asu honra masculina. Por el contrario, elmalevo era ladrón, aprovechador y

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rufián. Se ubicaban en el "Barrio de lasRanas", una zona de ranchos y casu-chas endebles. Este era un antro dedelincuentes, cirujas y prostitutasdonde emergían los malevos, cuyascaracterísticas distintivas los asemejanal compadrito y al guapo, pero lo dis-tinguen por sus vínculos con el delito.

El barrio de Parque Patricios vionacer en sus pulperías y almacenes altango. Este género musical, hijo de lamilonga y del arrabal dio luz al guapo,forma tanguera de denominar al com-padrito. Aquí los duelos de guaposgozaban de cierta legitimidad, al igualque el baile y la música del tango.

La guapeza tuvo en Parque Patri-cios muchos exponentes. Uno de losmás recordados es Herminio Masan-tonio, jugador que brilló en la delante-ra de Huracán entre 1931 y 1943,recordado no sólo por sus 243 golessino también por ser un "guapo" en elárea chica. Su guapeza está ligada alcoraje, a una recordada trompada a unjugador de Newell´s, a la reacción antela adversidad, a sus fuertes y precisoszapatazos. (Vicente 1994: 46)

Otro guapo que está vinculadoindiscutiblemente a la historia deHuracán y Parque de los Patricios es elboxeador Oscar "Ringo" Bonavena.Había nacido en Parque Patricios y erasimpatizante fanático de Huracán;campeón peso pesado argentino fueasesinado en Estados Unidos en unconfuso episodio a la salida de uncabaret. Muchas son las historias querememoran el romance de Bonavena y

Huracán. Por ejemplo, en 1965 parafestejar el título argentino de los pesa-dos, Ringo fue al estadio de Huracán aexhibir su cinturón de campeón.Según sus biógrafos, Ringo se ufanabade ser "el más guapo de la tribuna de Hura-cán" (Vicente 1994: 74), cuestión que loenorgullecía aún más que sus títulospugilísticos. El boxeo como deporte esel universo de la guapeza, de aquellosque entre las cuerdas pondrán en juegosu cuerpo y su integridad para demos-trar su coraje. Ringo era un gran boxe-ador hecho a medida de fuerza y bra-vura más que técnica y entrenamiento.

Ringo y Masantonio son dos figu-ras arquetípicas del guapo en ParquePatricios. Ambos son reconocidos eidolatrados. Los dos tienen calles consus nombres, los dos tienen sus monu-mentos en el parque enfrente de lasede de Huracán6. En el monolito querecuerda a Masantonio hay muchasplaquetas que rememoran a otrosvecinos y Quemeros difuntos, todas lasinscripciones hacen gala de la guapezadel homenajeado equiparándola a ladel goleador.

El recuerdo de Ringo está aún másvivo en la mente de los simpatizantesde Huracán que el de Masantonio. Latribuna popular local lleva su nombre,una de las murgas del barrio tiene unmuñeco que lo representa y cuandovan de visita a los corsos de los barriosvecinos, Ringo vincula directamente ala murga con el barrio de Parque de losPatricios.

Antaño los simpatizantes de Hura-

6 El de Masantonio es un monolito de cemento con su rostro tallado en bronce, un poema recuerda a Her-minio y su guapeza. Varias plaquetas colocadas en el monolito recuerdan a fallecidos simpatizantes de Hura-cán, algunas de éstas asimilan la guapeza del recordado con la de Masantonio. El monumento a Ringo es unaescultura del boxeador de cuerpo entero. Ringo está vestido con las ropas del boxeador, sólo un pantalón corto,guantes y unas botas. Una sonrisa le dibuja el rostro, los brazos flexionados a la altura del pecho en posiciónde defensa y las piernas abiertas dibujan al púgil en sus buenos tiempos.

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cán gritaban: "somos del barrio, del barriode la quema, del barrio de Ringo Bonavena".Los hinchas en este canto se presenta-ban como una continuidad del boxea-dor, y la posibilidad de constituir unaimagen metonímica se sustenta encompartir el mismo barrio. Ser delmismo barrio es tener las mismas cua-lidades distintivas, la guapeza de Ringoes la misma que tienen los vecinos deParque Patricios. Así, para ellos, com-partir el espacio de socialización escompartir las experiencias que los defi-nen. A este punto nos referíamoscuando mencionábamos que el afian-zamiento de una imagen espacial tienecomo objeto generalizar cualidadesparticulares a todos los vecinos.

El barrio, el espacio, es a través deuna construcción del pasado vincula-do a prácticas violentas; acciones queson expuestas como inmanentes alterritorio. El "pasado" del barrio, paramuchos vecinos, hace aceptables prác-ticas presentes. Para otros vecinos,incluidos muchos participantes de "lahinchada", es la exclusión, la margina-lidad, del barrio en referencia a otrosbarrios céntricos u otros espacios másbeneficiados de la ciudad, la que con-fiere a Parque Patricios las caracterís-ticas violentas.

Del guapo de la esquina a lospibes de la plaza

En una conversación con M, mien-tras hablábamos del barrio, los amigosy las peleas, le pregunté por la guape-za del barrio. Quería saber si él, al igual

que el dirigente de Huracán, conside-raba al barrio como un espacio de gua-pos. M, un poco extrañado por la pre-gunta y desconcertado, cómo si eltérmino estuviese desfasado de larealidad, empezó a comentarme sobre"los pibes" y sus vínculos con las acti-vidades delictivas. Él me dijo:

"guapos son los que están en la mar-ginalidad, los que están en la pesa-da, porque no cualquiera vende fasoo merca7, ser guapo es estar en lapesada. Los pibes andan en esto oen aquello y eso los hace pesados, loshace picantes8".

Luego, con una cerveza en lamano dibujó un mapa imaginario ydesarrolló las diferencias entre losmiembros de "la banda" de Huracán ylos de San Lorenzo, me dijo:

"los pibes de acá son más jodidos,son de barrio. Allá tienen más plata(gesticulaba imitando al que cuentabilletes), son todos departamentos.Fijate de donde viene la gente deHuracán, de acá (estabamos en unbar en Pompeya), de Soldatti, deBarracas, son lugares marginales,donde está la pesada. Allá se jun-tan diez en un departamento y vie-nen a comprar fasos acá."

Le pregunté si existía mucha dife-rencia económica entre los dos barriosy me contestó que sí, que eran doslugares totalmente distintos. En otracharla, N expresaba el mismo punto devista, para él hay diferencias económi-cas entre los simpatizantes que inte-

7 Faso es una de las tantas formas en que se denomina al cigarrillo de marihuana y merca es la forma en quese llama a la cocaína.8 Picantes, pesados se llama a los que tienen aguante pero también a los ladrones profesionales en contrapo-sición con los "pibes chorros"

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gran "la hinchada" de San Lorenzo ylos de Huracán, el decía: "ellos vienen deFlores y Caballito que son lugares más che-tos9".

La posición revelaba el caminoentre el guapo y "los pibes", caminoque mencionaba a la marginalidadcomo situación de producción de losdos modelos. Los guapos de antañoeran el producto cultural de la mezclade lo urbano y lo rural, de lo inmi-grante y del tango. Asimismo, "lospibes" son producto de la pobrezaexpresada en términos de marginalidadde los barrios carenciados, de las expe-riencias delictivas, de la cotidianeidad"a las piñas".

La ubicación fronteriza respecto aun modelo ideal trazaba el recorrido delas ramas del árbol genealógico que vadel guapo a "los pibes". La valentía y elcoraje de los guapos eran sustituidospor lo picante o pesado de los inte-grantes de "la banda". La comparaciónque M hace con los simpatizantes deSan Lorenzo intenta dar solidez alandamiaje de esta construcción. Los"otros", los simpatizantes de SanLorenzo, no tienen las experienciasdelictivas que hacen de "los pibes" deHuracán "picantes" o "jodidos". Estasexperiencias están, para M, ligadas a lamarginalidad del espacio que elloshabitan en contraposición al espaciorival que es a sus ojos más próspero. Laurbanización ejemplifica esta dicoto-mía, prospero -no prospero, los edifi-cios como marca distintiva de Boedo,en comparación con las casas que dis-tinguen a su barrio son una pista delpoderío económico del espacio rival.

Uno de los apodos utilizados por

los simpatizantes de Huracán, el deQuemeros, descubre los hilos de estaconstrucción. A metros de la canchade Huracán estaban ubicados los pre-dios donde se quemaba la basura reco-lectada en la ciudad de Buenos Aireshasta 1820. Estos terrenos eran fre-cuentados por cirujas y otras personasque vivían de la basura. La pobreza, laindigencia y la miseria dibujaban lafisonomía del barrio. La zona lindera aestos predios tomó el nombre de LaQuema y son muchos los que se iden-tifican como habitantes de La Quemasin ser este un barrio delimitado sinoun territorio que comprende variasbarriadas, como parte de Parque Patri-cios, Pompeya y Barracas.

Muchas canciones de "la banda"hacen referencia a La Quema como elterritorio de donde provienen lossimpatizantes de Huracán, muchasmás de las que hablan de Parque Patri-cios. Una de estas canciones en unaestrofa dice: "soy de La Quema/ soy deHuracán". El espacio que marca la iden-tidad, la pertenencia, no es un barriosino una forma de definir el ambiente.Otra canción decía:

Nacimos en La Quema/ y acávamos a morir/ vayas a dondevayas/ te vamos a seguir/con laforma de un Globo es nuestro cora-zón/ ninguno es vigilante/ ningunoes del Ciclón".

En esta canción quedan claros losvínculos entre el espacio, la identidadfutbolística y las cualidades positivas.Nacer en La Quema es sinónimo deser simpatizante de Huracán y no deSan Lorenzo, y eso los conforma

9 Chetos: es una manera despectiva de dominar a los que tienen dinero, pero también remite a la falta de aguan-te y de las experiencias que hacen a los pibes marginales duros y con aguante.

103José Garriga Zucal/ “Acá es así”...

como no vigilantes, es decir no poli-cías. Otra canción ligaba los mismoelementos e incluía al "aguante", estadecía:

"Vamos, vamos quemeros /Vamos, vamos quemeros/ yo no soyde Boedo/ yo no soy vigilante/ yosoy hincha del globo/ porque tene-mos aguante/ porque tenemosaguante".

Aquí podemos apreciar como seconstruye una imagen espacial quetoma la cualidad positiva del "aguante"como atributo de los Quemeros e hin-chas del Globo, y carencia en Boedo,donde son vigilantes.

Ser quemeros, provenir de LaQuema, remite a un espacio ligado a lomarginal, donde las cualidades que losidentifican y los distinguen, aquellasque tienen un valor positivo emergencomo propiedad distintiva del ambien-te social. La guapeza como cualidad noha perdido su valor, pero si han cam-biado los términos que designan estosatributos y capacidades. La valentía, elcoraje, el arrojo y la osadía son valorespositivos que se disputan en losenfrentamientos, antes predominaba elcuchillo y ahora los puños o lasarmas, pero el modelo sigue siendo elmismo. El prestigio y el honor seponen en juego en contiendas que tie-nen sus reglas en las calles, en comba-tes donde uno afrontará con la ver-güenza de la derrota y otro alcanzará lagloria y el honor fruto de la victoria.Los guapos han cedido su lugar a "lospibes". Estos no mencionan el linajedel que provienen pero podemosapreciar que los atributos positivos sonlos mismos, y cómo estas cualidades

distintivas se vinculan con las imágenesespaciales.

La Quema es así

Las prácticas violentas son comu-nes en los contextos de socializaciónde los integrantes de "la hinchada". Asíel enfrentamiento es revelado con lanaturalidad que cualquiera de nosotrosrelataría un encuentro casual con unamigo y el hecho de compartir un cafécomo consecuencia del encuentro. Elcombate10 es entendido como la únicaalternativa ante el encontronazo (adre-de o no) con el adversario, sólo asípodrán probar la posesión del "aguan-te", probaran ser hombres honradossegún los códigos grupales.

Una tarde en que la murga bailabaen Parque Patricios dos murgueroscomentaban un incidente sucedido eldía anterior: C un joven que baila en lamurga y "para" con "los pibes" delfondo, una bandita que va a ver aHuracán y tiene buena relación con loshinchas del Pueblito, había peleadocon un compañero a las trompadas. Elcompañero, quien había sido derrota-do a golpes de puño, fue al otro díajunto con su padre a hablar con eldirector de la murga. Por el tono de lacharla el episodio parecía que termi-naría en una nueva gresca, pero eldirector puso paños fríos y terminócon la rencilla. Dos jóvenes murguerosque comentaban lo acontecido, bro-meaban que el agredido debería habertomado revancha y que ir con el padrea pelear les parecía un acto de cobardía.Uno de ellos dijo: "Acá se arregla todo así,a las piñas", mientras decía esto arroja-ba unos puñetazos en tono de broma

10 Combate: nombre que toman las peleas entre hinchadas

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a su interlocutor. La frase de estemuchacho sintetiza la representaciónde la violencia que recorre estos espa-cios sociales. En el barrio esas son lasformas legítimas para solucionar losproblemas. Por esta razón, los jóvenesdeben pelear a golpes de puño para serrespetados, aquellos que no sabendefenderse son burlados por sus ami-gos y terminan siendo excluidos. Lapráctica cotidiana de los actores queforman "la hinchada" dirime sus con-flictos de esta forma, "a las piñas".

La violencia es una herramientaválida para dirimir conflictos, elemen-to no separado de la vida cotidiana. Lapráctica "violenta" excede al ámbito delfútbol, conformándose como unapráctica más en el campo de lo políti-co, lo doméstico, lo laboral, etc. Porejemplo, participé de varias instanciasen la que los actores resolvieron susproblemas a golpes de puños. Las difi-cultades que podían estar relacionadascon temas laborales o sentimentaleseran solucionadas a "las piñas". Unatarde conversando con M le preguntéqué opinaba acerca de aquellos que losllamaban violentos. Él me dijo: "Obvio,que somos violentos. Acá es así". Que nue-vamente aparezca el acá en una fraseligada a la violencia, remitiendo al espa-cio, exhibía los vínculos que existenpara los actores entre prácticas yrepresentaciones del espacio.

Otro hincha en una conversaciónme comentó que así se arreglaban losproblemas en "el barrio", que no eracomo en la "facultad" donde las cosasse podían conversar, las disputas sezanjaban de esta manera "o te pasanpor arriba". Este simpatizante compa-raba los ámbitos distintos, la facultad y

el barrio, y las formas diferentes dedirimir las disputas; esta comparaciónremitía a experiencias distintas.

"Acá es así", esta frase, pronuncia-da por dos personas distintas en situa-ciones diversas, relacionaban el espacioy la violencia. Relación que parecetener eje en la aceptabilidad que tieneen un espacio determinado un tipoparticular de prácticas. Luego de reco-rrer durante estas páginas, la relaciónentre espacio y violencia podemos afir-mar que la violencia no es legítima enese espacio por propiedades "natura-les" del espacio sino por las particula-ridades de las relaciones sociales queestablecen estos actores. Son los acto-res los que definen el espacio dondevalores morales tienen una validez y nootra. Son "los pibes" de Huracán quie-nes en sus discursos, cánticos y prácti-cas hacen de la violencia un valor posi-tivo y buscan un espacio donde ésta sealegítima.

La Quema es una construcciónhecha y producida a partir de los valo-res positivos que el grupo le asigna asus prácticas. Por esta razón, los lími-tes de los barrios, las formas de definirel espacio, no eran tan importantes enla presentación; lo importante son losvalores morales que distinguen formasde hacer y de pensar.

Para "los pibes" la violencia se ins-cribe en una legitimidad que vincula alespacio con la marginalidad y con suhistoria arrabalera, dando así validez asus prácticas representativas. Legitimi-dad que tiene un doble cimiento. Poruna lado, una concepción del espacio"marginal" o pobre vinculado a la vio-lencia, que define como particularidadde la pobreza a la violencia11. Por el

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otro lado, una recuperación del "pasa-do" (recorte parcial y tendencioso) quetiene como objeto demostrar quedesde hace muchos años la violencia esla característica que define la forma derelacionarse en estos lugares, recupe-ración que encuentra fuertes vínculoscon el primer cimiento. Sin embargo,queda al descubierto en la constituciónde la Quema como un espacio moral yno territorial que es la violencia (el esasí) lo que define los límites del terri-torio (el acá).

La traza de la aceptabilidad desde elguapo a "los pibes" es construida, poralgunos integrantes de "la hinchada", alcompartir formas de hacer y de pensary no por compartir el espacio. Com-partir el espacio permite reforzar loshilos de este andamiaje, ya que es deli-berado y proyectado el camino de estarelación. El barrio no sólo vio nacer aguapos, compadritos y malevos, tam-bién de estas zonas han salido grandespoetas y escritores, pero éstos no pue-den legitimar a la violencia, por eso noaparecen marcando el camino. Comotampoco pueden hacerlos otros gran-des ídolos que estuvieron relacionadoscon el barrio pero no fueron guapos,como Masantonio y Ringo Bonavena,el caso de jugadores habilidosos nocaracterizados por su coraje sino porsu gambeta como Babington o Hou-seman.

Es interesante mencionar que unaobra de teatro que se realiza todos losdomingos en Parque de los Patricios,recorre el parque presentado una his-

toria del barrio. La obra no hace refe-rencia al monumento de Ringo y almonolito de Masantonio, no nombrani a Huracán ni a la Quema; por el con-trario menciona a grandes hombres delas ciencias y las letras que han tenidoun lugar importante en la vida delbarrio, como el doctor Penna y el pro-fesor Bernasconi. La representaciónteatral muestra un camino posible derealizar una genealogía que incluya alos participantes en un "nosotros" quemuestre valores y representacionesasignadas por el grupo, camino muydistinto al realizado por los integrantesde "la hinchada".

Los discursos de "los pibes" tienencomo objeto validar los valores queconsideran positivos los integrantes de"la banda", estos están edificadossobre relaciones sociales y no sobre"esencias" del espacio. No todos losmiembros de "la hinchada" provienende barriadas carenciadas o pobres pero,sin duda, señalan este origen comomarca distintiva para identificarse. Lasdiferencias económicas con los espa-cios rivales que pertenecen a los hin-chas de San Lorenzo no son tan clarascomo ellos afirman12, pero sirven paramarcar una posición y manifestar: losQuemeros provenimos de barrios margina-les y eso nos hace picantes.Resulta inte-resante que los rivales de San Lorenzohagan el mismo planteo, y que en unacanción digan: "en el barrio aprendimosa ser picantes".

Sobre la legitimidad de

José Garriga Zucal/ “Acá es así”...

11 Es interesante observar como estos sectores revierten los valores estigmatizados que vinculan pobreza aviolencia y peligrosidad, haciendo de este estigma un valor positivo para el grupo.12 El lugar de reunión de los simpatizantes de San Lorenzo es a sólo cuatro cuadras de donde se reúnen losintegrantes de la Hinchada de Huracán.

lo ilegítimo

Para de Certeau entre el espacio y ellugar hay distinciones que permitendar cuenta de la práctica como activi-dad creadora de espacios; el lugar es elorden según el cual los elementos sedistribuyen en relaciones de coexis-tencia y el espacio es el lugar practica-do (1996: 129). Así el barrio definidopor los límites catastrales se conformaen La Quema por la valoración de lasprácticas ahí desarrolladas.

Los integrantes de "la hinchada" ensus relatos "crean un campo", un espa-cio donde las acciones futuras o pasa-das tienen un aura de legitimidad, deCerteau dice: "Ése es precisamente elpapel básico del relato. Abre un teatrode legitimidad para acciones efectivas"(1996:137). Los miembros de "labanda" construyen sus relatos recu-rriendo a una selección del pasado y auna concepción de la marginalidadcomo violenta; estos dos megarelatosvinculan el espacio con sus valores ycrean un espacio donde sean legítimassus marcas distintivas. Gayol (2002: 43)en su estudio antes mencionado seña-la la legitimidad para la elite y hastapara la justicia que tenían algunas prác-ticas violentas como el "duelo de caba-lleros" en contraposición al "duelopopular", dejando claro los mecanis-mos de validación y de deslegitimaciónde las prácticas según los actores. Sinembargo, remarca que estas prácticasque habían sido deslegitimadas y per-seguidas desde los discursos oficiales,la justicia y la mirada de la elite porte-ña, aún tenían validez para sus actores.

Mencionar la legitimidad de la vio-lencia es una apuesta osada y provo-cativa en términos teóricos. La legiti-midad de estas prácticas es sólo parasus actores, no siendo compartida por

otros agentes sociales. Ésta cuestiónimposibilitaría el uso del término en suacepción más pura; sin embargo, queotras herramientas teóricas tenemos amano para referenciar la constituciónde validez de prácticas y representa-ciones que no son hegemónicas pero sison admitidas para un grupo. La defi-nición de qué es violento y qué no, dequé es aceptado y que no son camposde debates atravesados por discursosde poder y conflicto (Isla y Miguez2003: 29). Riches (1986: 11) mencio-naba que la legitimidad de la violenciaera una discusión que atañe a los pro-tagonistas de la acción; en el caso de laviolencia actuada por "los pibes", enmuchos casos, ambas partes implicadasaceptan las reglas del "aguante" y, poresta razón, podemos hablar de la legi-timidad de la violencia. Es aquí dondela legitimidad y la legalidad tomancaminos diferentes y diferenciados. Lasprácticas de los integrantes de "la hin-chada" son perseguidas y reprimidaspor las fuerzas de seguridad y el dis-curso estatal. "Los pibes" entran enconflicto con estos sectores al darlevalor positivo a las prácticas violentas,a pesar de ser deslegitimadas susprácticas por las políticas del podersiguen siendo válidas para el grupo.Ésta aparente contradicción no debeimpedir analizar la construcción delegitimidad para "los pibes"de lo ilegí-timo para el resto del cuerpo social, yde la capacidad de esta construcción de"crear un espacio". El trabajo de cons-trucción de legitimidad del accionar vio-lento está, en este caso, sustentado enpremisas espaciales; subyacentes a éstasobservamos los valores y las relacionesque validan estas acciones.

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ResumenEn este articulo desarrollamos un análisis del