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Pensar, actuar, sentir, amar, abrirse, agradecer. Seis cualidades, seis pasos de ejercitación para realizarlas plenamente. Michael Lipson describe las nuevas y asombrosas perspectivas que se abren ante nosotros. Sólo conociéndonos y siendo creativos, podremos sacar provecho de todo nuestro potencial humano. Lipson nos devela la trampa de nuestros comportamientos habituales, de lo que nos resulta más cómodo y de la creencia en la inmovilidad de los límites autoimpuestos, lugares comunes donde yacen las causas de nuestros padecimientos más o menos conscientes.
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Redescúbrete
Michael Lipson
RedescúbreteSeis pasos hacia una vida creativa
TíTuLo oRIgINAL EN INgLéS: Stairway of surprise.
© 2002 Michael Lipsonpublished by Steiner Books (Anthroposophic Press),610 Main Street, great Barrington, MA 01230, uSA
© Reservados todos los derechos a favor de Editorial Dorothea
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
Editorial [email protected]
Lipson MichaelRedescúbrete: seis pasos hacia una vida creativa - 1a ed. - Buenos
Aires: Editorial Dorothea, 2010.160 p.; 17 x 11 cm.
Traducción: Claudia FermeCorrección: Alejandra Laurencich
ISBN 978-987-25620-0-7
1. Autoayuda. I. Kreizer, Dora, ed. lit. II. Ferme, Claudia, trad. III. Título.
CDD 158.1
Indice
Introducción 7
1. Pensar 29
La práctica del pensar 46
2. Actuar 53
La práctica de la acción 66
3. Sentir 73
La práctica del sentir 85
4. Amar 97
La práctica del amor 108
5. Abrirse 113
La práctica del abrirse 124
6. Agradecer 135
La práctica de agradecer 150
Notas 155
Cada paso
en el camino hacia una vida creativa,
es un nuevo comienzo.
Introducción
En el alma humana hay un excedente. En nosotros
hay más que suficiente, y tal vez demasiado. Mientras
la piedra, la planta y la gaviota de alguna manera se
dan por satisfechos con los caminos habituales de su
existencia, los seres humanos tienen la capacidad de
ser infinitamente creativos (o distorsionantes). De
todos los miembros de la creación, somos los menos
previsibles. Nuestro verdadero ser es sorprendente.
Los idiomas y las culturas humanas contienen
mucho de lo que podría llegar a ser considerado como
“innecesario”. Artes, religiones, ficciones, descubri-
mientos, juego: todo esto es más de lo que necesita-
mos para nuestra vida biológica. Somos más libres de
la obligación de la práctica que todos nuestros ami-
gos en este planeta. Ese excedente rebalsa asimismo
en nuestra vida interior; junto a lo nuevo también en-
contramos trastos viejos: reconciliación, rencor, en-
trega, nostalgia, espíritu inventivo. Recuerdo que
teniendo seis años de edad miraba por la ventana tra-
sera de nuestra camioneta Ford y me preguntaba:
“¿En qué he de pensar?” Yo por entonces –al igual que
muchos niños que lentamente van saliendo de su es-
tado de gracia– había notado que este excedente in-
audito del alma humana, este sobrante que existe en
el alma, necesita una tarea.
Con este libro no pretendo darle una tarea al lector,
y tampoco pretendo ayudarle a encauzar la búsqueda 7
de tal cosa. La meta aquí antes bien es proponer ca-
minos que, si los transitamos, puedan llevarnos hasta
las profundidades de nuestras almas que es donde ra-
dican las fuerzas, de modo que las mismas estén a dis-
posición para aquellas tareas que elijamos realizar.
Siendo adultos, por lo general nos resulta difícil im-
buirnos plenamente en una tarea. La total entrega de
los niños pequeños en el juego y en el aprendizaje del
idioma materno, se va extinguiendo una vez superada
cierta época de la infancia y, en la edad adulta, en ese
lugar se van infiltrando dispersión, asociaciones y pre-
ocupaciones. Sin embargo, nuestra fuerza de entrega
nunca desaparece por completo. Siempre podemos
prestar un poco más de atención. Esta habilidad hu-
mana tan fundamental –la habilidad de prestar aten-
ción– es el excedente. Ella puede ser fortalecida de
forma tal que podamos dedicarnos más creativamente
al trabajo o al juego que elijamos, recuperando algo de
la completa entrega del niño pequeño.
Muchas veces se ha hecho mención de la necesidad
que impera en la cultura occidental, en cuanto a for-
talecer la habilidad de prestar atención. En el Phai-
don, Platón hace alusión a esto, cuando pone en boca
de Sócrates palabras sobre el “acopio” de las fuerzas
del alma mediante la filosofía. (1)
En el presente libro describo seis aspectos de la
atención, y presento ejercicios para su fortalecimiento
y “acopio”. Hasta el presente los mismos se conocían
como: la concentración, la iniciativa en la acción, la
serenidad, el positivismo, la ausencia de prejuicios y el8
equilibrio interno. (2) Yo a estos seis ejercicios los he
denominado: pensar, actuar, sentir, amar, abrirse,
agradecer – y los he reelaborado para nuestra época.
Se trata de muchos verbos. Los utilizo en lugar de
sustantivos, como ser “la concentración”, para real-
zar esa característica fluida que posee la atención. Al
igual que en la música, estas seis categorías no son
posesiones o cosas. Sólo existen en el hacer, en el mo-
mento de su realización. En un libro recientemente
editado, el rabino David Cooper explica que “Dios es
un verbo”. (3) Ahora bien, las cualidades humanas
enumeradas también se parecen a los verbos y po-
seen vida.
Al igual que para adquirir habilidad para tocar un
instrumento musical, estas fuerzas anímicas también
tienen que ser ejercitadas, en caso de querer realzar-
las. Este libro contiene propuestas sobre cómo pueden
ser ejercitadas. Al leer esto, en lugar de tomarlo como
un montón de información, imaginemos que se trata
de un conjunto de notas musicales. Los ejercicios des-
criptos recién tendrán un significado, cuando real-
mente los practiquemos, del mismo modo en el que
una partitura recién se revela cuando la ejecutamos.
La música es más armoniosa, cuanto mayor es la pe-
ricia artística del intérprete. De nosotros depende que
no sólo tomemos lo que aquí se presenta, sino que des-
cubramos cada vez ejercicios nuevos.
Mediante la ejercitación de estas seis fuerzas, en
cierto modo sólo las estamos fortaleciendo, realzando
sus funciones, y todos sabemos que deberíamos seguir 9