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Reflejos

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Reflejos, Gabriel Ramirez

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Gabriel Ramirez

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ContenidoNoviembre 15 de 2012

DIRECCION Y CORDINACION

Ediotrial AlfaguaraCalle 96 N° 13 - 31

PBX: 3000000Barranquilla Colombia

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DIRECTOR EDITORIALxxxx xxxxx xxxxx

EDITORxxxxx xxxx xxxxx xxxxx

CORDINADOR GENERALxxxxx xxxxx xxxxxxx

ECRITORGabriel Ramírez

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Prólogo

De Cristobal, amigo de Damian, el protagonista de la novela. Según Cristobal, se suicidó realmente y el final de la novela no es queda libre al lector. Respecto a la existencia inmortal del alma y de la otra vida en el más allá, ambos, no creen en ella, no hay nada más allá. Por ello, la vida es un continúo conflicto entre razón-pasión, la racionalidad de la vida y el deseo perdurable de vida después de la muerte.

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Tenía la mirada clavada en el techo, en donde me pude dar cuenta que a su alrededor tenia grabado unos diez mil espejos, eran plateados con figuras asimétricas y se esparcían a lo largo y ancho del local creando un arte abstracto futurista, el juego luces que se proyectaba en el techo y cambiaba de color lo que causaba un efecto mágico e hip-notizante en donde me perdí totalmente, las habían verdes, azules, rojas, moradas, en fin en una variedad infinita de tonalidades, era el país de las maravillas, el humo que salía hacía que por fracciones de segundos per-diera la vista, eso sin contar que aquella pastilla roja estaba causándome entre un buen momento y una verdadera molestia con un efecto irritante, pero también en algunas ocasiones era sedante, mas sin embargo aun conseguía mantenerme en pie, las manos me sudaban y el corazón me latía a mil como el motor de una licuadora, pensé que tal vez era por la música pues ésta causaba un conjunto de raras emociones en mi, estaba en mi mundo.

Fue ahí cuando comencé a caminar en medio de la multitud que bail-aba libremente, era algo así como si la música penetrara en la piel, simi-

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lar a una droga, un éxtasis que hacia que por momentos los problemas no existieran y solo nos encontrábamos en el viaje de aquellos sonidos elec-trónicos que nos hacían mover de un lado para otro sin ningún control.

En mi lucha por poder caminar entre tanta gente sentía como si me sumergiera en un mar de personas, donde las olas me llevaban cada vez mas y mas atrás. Hacia calor, el aire acondicionado casi ni se sentía y la falta de oxigeno estaba asfixiándome, en ese momento pensé que era el fin, que ya no podía mas, fue ahí en ese preciso instante cuando vi a lo lejos un sillón color verde chillón que sobresalía en medio de todo y seguí luchando contra la corriente de personas para poder llegar hasta él, era mi único objetivo y lo único que tenia en la mente. Cuando por fin pude llegar me senté, estaba solo pues la gente no perdía el tiempo sino, mas bien disfrutaban cada momento de baile y goce que había en el ambiente, trate de retomar el aire respirando profundamente pero me fue imposible, no solo por la nube de humo de cigarrillo que se posaba sobre mi, sino también porque sentía como mis pulmones se comprimían como si tuvieran una soga muy apretada a su alrededor sin dejar el paso al aire, al ver que no podía mas saque del bolsillo de mis jeans la única herrami-enta que tenia, aquella que por muchos años me había aliviado y sacado de situaciones similares la tome con todas mis fuerzas y me aferre a ella como si fuera Dios, Ese Dios que podía salvarme.

Lo presione e hice dos puf, inhale con lo que me quedaba de fuer-zas, con la única esperanza de aliviarme pronto, la mayoría de veces el efecto era inmediato y muy positivo, aunque estas vez el efecto fue muy inmediato sus resultados no fueron al cien porciento ya que aunque sentí como el aire volvía hacer su recorrido a través de mis pulmones no pude respirar perfectamente. Luego de un tiempo con los ojos entreabi-ertos alcancé a ver mis manos, estaban pálidas y frías creo que hasta se podía ver a través de ellas, me acerque detenidamente y me di cuenta de que estaba temblando, me era imposible poder controlarlo por mas que luchaba menos podía, entonces los ojos se me cerraron y me fui hacia atrás recostándome con la parte superior del sillón, mi mente se lleno de imágenes y recuerdos, vi a mi madre a y a mi padre en un lugar donde todo era blanco, se veían tristes y cansados y de un momento a otros comenzaron a gritar, quedé estupefacto y aunque escuchaba sus voces

no pude entender claramente que decían, entonces la imagen se convirtió negra, trate de abrir los ojos pero los sentía tan pesados, que simple-mente me deje llevar y ahí quede postrado a ese sillón, como si fuera el ultimo momento que tendría en vida.

En un intento de abrir los ojos pude ver al demonio, al mismísimo diablo tratando de acercarse a mí lentamente pero se le veía a lo lejos una seguridad e imponencia, tenia claro su objetivo, se acercaba y me miraba con esos ojos cínicos que de inmediato se conectaron con los míos, era como si supiera perfectamente lo que estaba pasando por mi cabeza, y entonces volvía a ese maldito y sádico juego de tratar de seducirme y sonsacarme, el Dj coloco el boom de la noche y el publico no tardo en reaccionar era una mezcla de mis canciones favoritas, las mejores del la época, con los mejores sonidos electrónicos, de esas que hacen vibrar y que la sangre se caliente con solo el sonar del bajo, una sonrisa logro escaparse de mi rostro, era la sensación mas rara que había sentido, pero estaba feliz era sumamente adictivo, me encontraba en el paraíso y en el infierno, gire mi cabeza hacia el lado derecho y ahí estaba, me encon-traba mucho mejor, se acerco aun mas, nuevamente y me dijo algo al oído, algo de lo cual nunca quisiera recordar, me levante puse mi mejor cara y con unas cuantas palabras hice que se desapareciera, vi como esos ojos se consumieron en llamas llenos de ira y de rabia pues esas palabras le crearon un grandísimo impacto y asombro, sabia perfectamente como acabar con esa situación, éramos casi idénticos y teníamos el mismo nivel de malicia. Tome impulso, y aun con aquel malestar que me con-sumía me disolví entre la muchedumbre.

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Despierta! Son las 12 del medio día, levántate ya Damián.

- ¡Despiértame! Mamá no puedo salir de esta oscuridad, pareciera que hubiese estado dormido 100 mil años, no puedo mas.

- ¿Qué es todo esto? Mira este desorden no entiendo como puedes vivir en este mierdero, ¿Qué es ese olor?

- Creo que es ropa sucia. Dije sin mediar palabra mas y recostando nuevamente su cabeza sobre la almohada.

- Esto es el colmo, como puedes ser tan desconsiderado, mira todo esto, ¿En que estas pensando?

- Ya, ya ya, ¡YA! No jodas mas, me duele la cabeza y ni estoy para pelear.

- Que bonito ahora no se te puede decir nada. - No es eso si no que tu eres muy inoportuna, ¿no vez como me

siento?, ¿no vez como estoy? ¿o es que acaso estas ciega? Mas bien la desconsiderada eres tú.

- Crees que con esa actitud y con todo lo que haces vas a llegar muy

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lejos verdad, pues lamento decirte que no… en ese preciso instante Dante interrumpió y dijo:

- Creo que no eres la indicada para darme lecciones de moral. Le-vanto la cabeza y la miro fijamente a los ojos.

- Sabes que, no te diré mas nada, has lo que quieras, al fin de cuenta es lo que siempre haces. Tomo unas cosas que se reposaban sobre la mesita de noche y cerro la puerta de un tirón.

Cuando mi madre se marcho de la habitación me quede pensando en las palabras que me dijo por unos cuantos segundos, pero luego me di cuenta que eran solo palabras y no le preste mas atención a ese tema, entonces volví a recostarme en la cama por unos minutos mas, pues la pereza me poseía, en esos momentos recordé que tenia muchas cosas que hacer el problema era que no sabia por donde diablos empezar, estaba totalmente bloqueado, algo así como si la nicotina hubiese atrofiado mi cabeza, quemado mis neuronas y solo quedaran rastros de humo.

La tarde se había tornado de color grisoso, pues no paro de llover un solo segundo, llevaba días lloviendo me parecía que era totalmente estre-sante ya que soy de las personas que odia profundamente la lluvia, solo quería que el sol se la comiera y desapareciera inmediatamente. El ambi-ente estaba bastante tétrico, triste y mojado lo cual no ayudaba para nada a olvidarme de todos los problemas y salir de esta inmensa depresión que me estaba consumiendo en vida, lenta y sádicamente.

Recuerdo que eran aproximadamente las 4 de la tarde cuando decidí salir con todo y lluvia a tomar aire algo así como dar un paseo por las mojadas calles de la ciudad, no tenia mas nada interesante que hacer y prefería estar acompañado aunque sea de un resfriado que estar en mi casa en medio la algarabía de mis hermanos y mi madre, parecía mentira pero de un tiempo para acá desde que mi papa se marcho fuera del país mis relaciones familiares pasaron de ser excelentes a ser algo solo necesario y muy puntual, sin contar que habían muchos días en que no me provocaba ni hablar, solo encerrarme a escuchar música, chatear y textear, un mundo donde solamente era yo y nada mas yo, todo paso todo ser muy perfecto tenia la mejor familia y todo lo que quería siem-pre lo obtuve en mis manos, aunque suene ridículo y estúpido era como

si viviera en una caja de cristal totalmente inmune a los problemas, sin embargo todo eso cambio a, mi situación era totalmente distinta a lo que estaba acostumbrado a vivir en donde casi todo me daba igual, por mas que intentaba no dejarme agobiar por las situaciones muchas veces era totalmente vulnerable y quebradizo, en fin.

Tratando de despejar un poco mas la mente continúe con la caminata sin un rumbo fijo y sin saber hacia donde iba a llegar seguí dando pasos cortos y largos, no se por cuanto tiempo lo hice pero logre llegar bastante lejos, hasta que algo en mi se encendió, no se si fue una señal divina, cosas del destino o algo que tenia guardado en mi inconsciente pero me acorde que tenia que buscar un libro en la biblioteca para el parcial que tenia el lunes. Vi la hora y eran las 5:15 lo cual me indicaba que tenia una hora y quince minutos caminando vagamente, pero aun disponía del tiempo necesario para realizar mis deberes académicos.

Como era de esperarse no tenia idea de que era exactamente lo que tenia que hacer había estado en esa clase pero solo tenia recuerdos vagos de las indicaciones que dio el profesor, la clase para mi era una porquería creo evidentemente no me gusta, pero lamentablemente y para mi des-gracia era muy importante en la carrera así que por obligación tenia que tomarme la tarea de hacer mis deberes.

- Hola Chantal ¿Cómo te va?- ¿Damián? Mira niño tu donde te habías metido llevo días dejándote

mensajes, correos y sin contar las mil ochocientas llamadas que te he hecho y tu no te habías dignado a contestar.

- Tranquila mi amor, en verdad todo esta bien, solo que todo se ha complicado y he tenido días bastantes estresantes, pero nada que yo no pueda solucionar.

- ¿En verdad? ¿te encuentras bien? Porque llevas tiempo desapare-cido y viniendo de ti, realmente es como para preocuparse.

- Si, estoy bien, no perfectamente pero algo es algo.- Eso, eso espero, pero cuéntame, ¿A que se debe tan agradable lla-

mada?- Si, si a eso iba es que como llevamos días sin comunicarnos, mas

de una semana ya me estaba sintiendo un poco mal, y entonces pues mira decidí llamarte.

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- Veo, veo no quería dañar el momento pero no te tengo opción es mi deber hacerlo ¿Cómo vas con el pequeño trabajo que nos dejaron la semana pasada?

- La verdad, ese era uno de los puntos que quería dialogar contigo, no recuerdo exactamente lo que hay que hacer.

- Lo supuse, pero tranquilo por el momento procura buscar el libro en la biblioteca ¿recuerdas el nombre?

- Si, es lo único que recuerdo- Bueno, lee los capítulos uno, dos, cinco, ocho….- Si, eso también lo recuerdo. Interrumpí.- Listo, por lo pronto solo lee y analiza, saca los aportes más impor-

tantes, te dejo para que te pongas en eso inmediatamente antes de que se te haga mas tarde y cierren la biblioteca.

- Vale, Chantal gracias te debo miles besos muack.- Dale ya sabes cualquier cosa me estas avisando.

Hacía mucho tiempo no tenia una conversación que se saliera del contexto familiar, y hablar con mi buena amiga Chantal me hizo sentir mucho mejor, me ayudo a despejar la mente. Camino a la biblioteca me di cuenta de que mi situación emocional se estaba con-virtiendo en un verdadero problema, en un callejón en donde no podía hallar la salida, un mal del cual quería librarme de inmediato o por lo menos tratar de camuflar esas situaciones con cosas mas productivas y fue allí donde tome la sabia decisión de ocuparme en cosas que en verdad valieran la pena o que al menos me mantuvieran un poco mas ocupado y alejado de pensamientos dañinos. No era muy tarde pero tenia el paso acelerado estaba un poco nervioso e inquietante y sin saber porque, no sabia exactamente cual era el meollo del asunto, pero seguí caminando ya me faltaban pocas cuadras y el corazón me latía a mil, era como si algo estuviese a punto de sucederme, era una sensación rara, si pudiera describirlo con algún sabor diría que era acido cítrico.

Las calles estaban mojadas, ya quedaban pequeños arroyos que via-jaban trayendo consigo los desperdicios mas grandes de la ciudad, me

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parecía increíble la falta de cultura de algunas personas pero al fin y al cabo hay gente que no tienen el mas minino sentido de pertenencia por la ciudad gente que muy seguramente no se valora a si misma. Ya se estaba oscureciendo un poco y pensé que el tiempo había volado a mil, y no había podido darme cuenta como paso. Para poder percatarme de la in-tuición que tenia, mire a la torre de la iglesia que tenia en la cúpula prin-cipal un enorme reloj color bronce con plateado, me encantaba mucho porque estaba diseñado como si fuera una fusión de arte abstracta con un modelo antiguo, una mezcla perfecta toda una obra de arte. Para mi buena suerte los inmensos números romanos marcaban 6:35 de la tarde y por ende era demasiado tarde para llegar a la biblioteca, sentí como si algo me impidiera de alguna forma hacer algo realmente productivo para mi, pero no me rendí puse mi mejor cara y me arranque el desanimo que quería apoderarse de mi.

No tenia otra opción que devolverme a la cueva en donde vivía, trate de ponerme un poco mas positivo con la situación, y en el camino lleva-ba un monologo mental, me sentía como un psicólogo analizando cada uno de los comportamientos que había tenido últimamente, me pareció algo sano era como una auto terapia que me ayudaba a relajarme y de-sahogarme aunque nadie estuviese echándome, pero lo sentí magnifico, de maravilla. De vuelta a casa me detuve en una tienda de dulces, pues me considero fiel amantes a los chocolates y no había nada mejor que me subiera el animo que un buen chocolate suizo, algo parecido a una droga para pasar el mal rato. Compre los suficientes y como a pesar de todos los problemas y por todas las cosas que estaba pasando, nunca perdí esa esencia que me caracterizaba por ser una persona que siempre se preocupaba por los demás, y que inclusive dejaba sus problemas por ayudar a los demás, muchas veces mas allá de lo que muchas personas pudieran soportar, siempre un buen amigo ante todo, lleve chocolates para regalar pues con detalles así, podía endulzarle la vida a muchos que quizás como yo, no estaban pasando el mejor de los momentos.

Cuando llegue a casa el panorama era tal cual como me lo había imaginado, la misma rutina que por un buen tiempo se había apoderado de la casa, mis hermanos se encontraban viendo unos estúpidos progra-

mas de televisión y mi madre estaba encerrada en su cuarto, no tenia que suponer que estaba haciendo, para mi era muy claro y evidente que estaba en sus cuentos de la religión, con esos textos que solo lavan las mentes, eso era uno de los motivos por los cuales ya estaba demasiado hastiado, pues una de las causas que habían influido en la distancia y en las relaciones familiares eran por precisamente motivos religiosos, lam-entablemente ya era demasiado tarde para mi, habían pasado muchas co-sas últimamente en mi vida que habían roto ese lazo celestial y esa fe que tenia por un dios, pensaba que era totalmente inútil entregarse cuerpo y alma por algo o alguien que jamás me escucho y que muchas veces pudo librarme de muchos errores. No tenia ánimos para discutir sobre mis creencias pues ese era el pan de cada día, mi desayuno, almuerzo y cena, así que decidí mejor no entrar a interrumpir.

Fui a la cocina a ver que había de comer y me prepare algo que fuera rápido y que calmara el hambre que tenia, suelo ser una persona muy practica en la cocina por lo tanto me se defender perfectamente, así que prepare algo rápidamente antes llegara alguien a molestarme. Me en-cerré en mi habitación con todo y cena, encendí el PC y me distraje un poco hablando con amigos con quienes hacia días no me comunicaba. Después de un rato me aburrí y me puse en la tarea de leer una novela que me parecía muy interesante en donde mezclaban el drama, la sangre, y una gama de características que le daban un concepto, vampírico y salvaje, esa era la lectura que me gustaba, esa que era sádica y alimen-taba aun mas el morbo que tenia en la mente. Después de un tiempo de haberme introducido totalmente en la lectura fui interrumpido por la llamada diaria de mi mejor amigo, pues siempre a esta hora acostumbrá-bamos hablar sobre toda clase de tema, no dude un segundo para mi era muy importante sentirme acompañado y charlar así que le conteste de inmediato.

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Hola Dante ¿Como te va?- Cansado, agotado necesito un año sabático, todo el estrés se me ha

acumulado y creo que en cualquier momento puedo colapsar.- ¿Y eso? ya vas tu con tus melodramas, ni estoy para estresarme

mas. Le dije en tono de burla.- Si, la U me tiene mal, me la he pasado estudiando pero sincera-

mente ya me canse, siempre me va mal, por mas que lo intente siempre es la misma porquería.

- Relájate Dante que no siempre te va tan mal, solo que en verdad a veces nos dejamos llevar por muchas cosas y no nos podemos concen-trar.

- Mira Damián en verdad, no se que hacer pero bueno me relajare un poco, creo que con unos tragos encima todo se puede solucionar.

- Vale, embriágate a ver si por fin te puedes relajar, jajaja no hablando un poco mas a lo serio creo que cual es el motivo de todo esto, y eso que apenas tenemos 19 años y con todas las cosas que nos toca lidiar, que tal cuando tengamos 50, acabados...

- Total, en verdad, pero si relajado total que pase lo que tenga que pasar a la final todos moriremos, jajaja, seguiremos adelante así sea co-jos, ciegos y acabados pero de todo esto saldremos, ya veras.

Continúe con conversación hasta altas horas de la madrugada, eso sin tener en cuenta que tenia que levantarme temprano para ir a lo de la biblioteca, esa era otra situación que no podía sacarme de a cabeza, pero por muy estresante que fuera podía despejarme la mente.

No me di cuenta en que momento me había quedado dormido, era como si todo hubiese pasado así no mas, como un efecto mágico, me le-vante aun medio dormido pero con la firmeza de hacer todo lo que tenia que hacer. Me bañe y cuando me disponía a desayunar me encontré con mi mama en la cocina, suelo ser de las personas que se levantan siempre con el pies izquierdo y de mal humor, pero ese día estaba de lo mas feliz, sentía como si levitara, me quede un buen rato hablando con mi mama, una charla matutina como hacia mucho tiempo no sucedía pero por cues-tiones de tiempo me toco interrumpirla para poder llegar a tiempo a la biblioteca y hacer todo lo que tenia que hacer, suena deprimente que un sábado en la mañana me disponga a estudiar pero así era, tal cual. Me despedí y me marche radiante con ánimos y fuerzas de hacer mi mejor trabajo.

La felicidad no duro muy poco, pues sucedió algo que me supo am-argar, la maldita lluvia otra vez, y es que con solo verla caer me llenaba de ira, ¿Por que me tenia que mojar?, menos mal que a diferencia del día anterior no se me dio por caminar, había tomado un bus que afor-tunadamente me dejaba a una cuadra del lugar, y además tenia la fuerte esperanza y me agarraba a ella de que cuando estuviera a punto de llegar ya no existiera lluvia, obviamente no quería llegar como pollo remojado y con carita de madre superiora decir buenas me puede atender, sabia que no iba a ser capaz. Al bajarme del bus la lluvia ya había cesado un poco, pero mas sin embargo alcance a mojarme algo, aparte había un arroyo que no colaboraba para nada. Llegue sano y salvo pero el drama aun estaba por empezar.

-No pensé que para prestar un libro había tanto problema, señorita

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discúlpeme pero me parece totalmente absurdo.- Lo siento joven, son políticas de la biblioteca y si sigue con esa

actitud me va hacer imposible poderle ayudar.- De igual manera, si usted quisiera me podría ayudar.- Incisito, que pena pero no lo tome personal.- Como sea, entonces lo leeré aquí, o ¿hay que reservar el sitio con

anterioridad?, quizás Paris Hilton me venga acompañar. - Siga adelante, tercer pasillo a la izquierda.Esa pequeño disguste que tuve con la bibliotecaria me prendió por

un momento, era algo inevitable no podía haberme encontrado con el genio mas revuelto y aunque se que ella no tiene la culpa, sencillamente no me callo muy bien, lo siento solía ser así, una porquería, en todo caso es entendible, es difícil lograrme impresionar, además que la falta de ineficiencia e inutilidad es algo que no se soportar, mucho y aguante.

Camino al pasillo me tropecé con todo tipo de gente, desde el más gordo hasta el más negro, y estaba totalmente hastiado, no era nada per-sonal ni por criticar pero es que todos me miraban como si tuviera un letrero en la frente que dijera mírenme, ni raro que fuera, pensé que cada vez había más personas con muy bajos niveles de coeficiencia. Seguí caminando me pareció eterno y no veía la hora de poderme sentar, para poder leer al fin con tranquilidad. Cuando al fin llegue al el lugar quede anonadado, para mi sorpresa el lugar se hallaba totalmente lleno de gente, y como no, si con las reglas de ese maldito lugar era mas fácil conseguir una pistola, que prestar trozos de papel, pero no me deje agobiar mas y seguí con mi humor negro riéndome de las incoherencias que pasaban a mi alrededor, seguí adelante a ver si por casualidad encontraba un lugar en donde poderme concentrar, espere ahí de pie alrededor de unos 15 minutos hasta que un tipo enano, calvo y totalmente desagradable deso-cupo una mesa que se encontraba en toda la ventana, era la perfecta pues había mucha claridad y así podía concentrarme aun mas.

Dure leyendo alrededor de unas 3 horas, totalmente concentrado en el texto y en cada una de las palabras, aunque muchas veces me distraía fácilmente, era solo por pequeños lapsos de segundos, sin embargo aun sentía que me faltaba mas, no me sentía totalmente preparado para la

clase, eso sumándole a que el profesor me tenia en muy mal concepto, y no quería darle motivos para que hablara negativamente de mi, muy al contrario quería sorprenderle, callarle la grandísima boca que tenia y que se tragara todas esas palabras hasta que le diera una indigestión. Seguí concentrado cada vez mas en la lectura como si fuera comida para mi cerebro, me alimentaba de cada palabra, de cada oración y de cada párrafo, era lo mas similar a un ratón de biblioteca. De un momento a otro empecé a sentir calor, y mi frente comenzaba a sudarme un poco, algo bastante incomodo para mi porque aunque muchos piensan que soy superficial, no es así, solo que para mi, la apariencia habla mucho de si mismo y de cómo eres, uno nunca sabe que esta por venir y la prim-era impresión siempre es muy importante, por lo tanto la situación era demasiado incomoda, no quería verme arruinado, ni mucho menos en malas fachas, era necesario verme en perfectas condiciones, para lo que estaba a punto de suceder...