Recuerda cada momento que desperdiciaste haciendo cosas que no querías

hacer, cada oportunidad que pudiste arriesgarte por algo que deseabas pero que

por miedo o indecisión no lo hiciste, los días en que llegaba a tu mente que tu no

podrías ser feliz, las tardes en que te sentabas pensativo a tomar decisiones y te

daba temor no elegir lo correcto, los amigos que perdiste por orgullo, las personas

que lastimaste cuando te regalaron su mejor sonrisa, el vacío que experimentaste

cuando se fue esa persona que amabas, la soledad que te invadía en la oscuridad

de tu habitación y tu rostro, marchito de tanto llorar por el dolor que yacía en tu

pecho. Ya no podrás volver el tiempo atrás, como la corriente que arrastra una

tierna hoja de árbol, ya se ha ido una parte de tu vida, que nunca regresara…

¿En qué momento dejaste de notar las hermosas bendiciones que te son ofrecidas

a diario? El aire rozando tu cara, el abrazo de un buen amigo, cada gota de

lluvia… ¿En qué instante dejaste de creer que podrías lograr tus sueños? ¿Por

qué dejaste que alguien más los destruyera? ¿Cuándo empezaste a sobrevivir, a

dar tan poco de ti, a los demás, a dejar que el tiempo pasara, y que el destino te

trajera sus propios males, en lugar de construirlo?

No permitas una vez más que alguien te diga que no hay remedio. Una mariposa

surge, un polluelo rompe el huevo, una madre da a luz a un nuevo ser, la vida

continua, sigue su curso sin detenerse, ¿Qué harás con tu vida? ¿Dejaras que el

tiempo pase frente a ti? ¿O te enfrentaras con gran valentía a lo que eres?

Ríe, llora, canta, grita, abraza, baila, siente el latido de tu corazón, ¡estas vivo!, tu

ser te reclama seguir, no accedas a morir en vida, eres un ser humano valioso, la

tierra cree en ti y en lo que tu creador ha depositado en ti. Tu pasado respalda a tu

presente, tu presente esta creando tu futuro, toma las riendas, es tiempo,

FLORECE.

LA VIDA río de incontenible caudal de emociones, desde el nacimiento nuestro

llanto se impone ante la frialdad de este mundo, y se hace resonar con más fuerza

el latido de nuestro corazón, a medida que el tiempo avanza, nuestro cuerpo

adquiere una fortaleza sin igual, nuestros huesos crecen, nuestra piel se trasforma

y nuestro espíritu se ensancha dentro de nosotros. En nuestra mente se extiende

un cumulo de cuestionamientos sobre nuestra existencia, ¿para qué es la vida? Y

el cuerpo se estremece tan solo al tratar de responderlo ¿Qué has hecho de tu

vida hasta este momento? ¿Has hecho lo que tenía que hacer? ¿Tu vida ha valido

la pena para que siga? ¿Para qué quieres vivir?