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Relación de las profecías de Daniel 7, 8 y 9 con el ministerio Sacerdotal
de Cristo y su importancia para nosotros
10/05/2011
Eser Eliel López, Misael Figueroa, Daniel Matus
Contenido
Daniel 7 ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 3
Daniel 8 ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 7
Daniel 9 -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 18
Relación entre las Profecías de Daniel 2, 7, 8 y 9 ---------------------------------------------------------------- 31
Relaciones entre los personajes de Daniel 7, 8 y 9 -------------------------------------------------------------- 35
Bibliografía ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 37
Daniel 7
Eser Eliel López Cruz
Estructura literaria
Hay tres aspectos adicionales del capítulo 7 que deberían ser considerados como base de
comparación con otros pasajes proféticos del libro. El primero tiene que ver con la
estructura literaria de la descripción que el profeta hace de la visión en los versículos del
2- 14. Lo que sigue a la descripción del dialogo que Daniel mantiene con su ángel
interprete y la explicación que este da a Daniel de la visión. Esa explicación es
especialmente importante para su delineación de las características del cuerno pequeño y
la garantía de su enjuiciamiento. Gracias a la labor de un tribunal celestial, el cuerno
pequeño será juzgado y los santos del altísimo, recibirán su herencia en el eterno reino de
Dios.
Sin embargo, antes de considerar esos aspectos de la explicación, debería examinarse la
estructura literaria de la propia visión. Una cuestión básica en cuanto a esta estructura
literaria es que los elementos de la visón descritos en los versículos 2-14 a parecen un
orden quiástico.es decir, primero aparecen en un orden consecutivo, y luego vuelven a
aparecer en orden inverso. El quiasmo puede esquematizarse como sigue:
El quiasmo de la visión de Daniel 7: 2-14
A. Tres bestias, vers. 4-6
B. Cuarta bestia vers. 7
C. Cuerno pequeño + habla, vers. 8
D. Escena de juicio, vers. 9-10
C´. cuerno pequeño hablando, vers. 11ª
B´. Cuarta bestia, vers. 11b
A´. Tres bestias, vers. 12
Hay dos acotaciones fundamentales que pueden hacerse en cuanto la significación de
esta estructura literaria quiástica- una de crítica literaria y la otra interpretativa y
teológica. Los eruditos que intentan identificar los elementos de la visión y atribuirlos
a distintas fuentes literarias escritas en momentos diferentes tienen que habérselas
con la estructura literaria aquí presente. No es posible extrae ningún elemento de
esta estructura. Tal eliminación llevaría a un desequilibrio literario. Las relaciones
armoniosas del quiasmo de muestran la unidad del contenido de esta visión.
En segundo lugar, esta estructura literaria trasmite una idea teológica central. Esa
idea teológica central gira en torno la cuestión de quien tiene el [dominio]. Se trata de
una palabra que aparece frecuentemente en el capítulo 7, por lo que constituye un
término teológico clave para la compresión de la visión. En el capítulo 7, los reinos
terrenales surgen y se suceden uno tras otro, recibiendo el dominio durante un
tiempo y pasándoselo a un sucesor. Estos dominios sucesivos se describen en la
primera mitad del quiasmo.
En el núcleo del quiasmo destaca la escena del juicio en el tribunal celestial. Como
consecuencia de la decisión de este tribunal celestial, se produce la destrucción de
todas las potencias terrenales, según se describe en la segunda mitad del quiasmo. Por
ello, el patrón es un patrón de dominio otorgado y traspasado, de juicio y de dominio
retirado en la última instancia. La visión concluye entonces con el otorgamiento de un
dominio definitivo, eterno y abarcante al hijo del hombre (vers. 13-14)
Por tanto la estructura quiástica hace hincapié en la escena que se encuentra en su
núcleo. Su núcleo se alcanza en la visión que tiene el profeta en cuanto al tribunal
celestial y al juicio que en él se celebra. Esta es la articulación o fulcro literario,
teológico e histórico de la visión. Manifiesta el punto de inflexión en la historia de este
mundo al pasar de sus actuales reinos transitorios al eterno reino de Dios. Los
resultados tanto negativos como positivos que se encuentran en la segunda mitad
del quiasmo son consecuencia de la celebración del juicio descrito en su núcleo.
La dimensión vertical de la apocalíptica
Veamos una segunda observación que puede hacerse en cuanto al capítulo 7 en lo que
respecta a su naturaleza apocalíptica. Por lo general los expertos coinciden en varias
de la característica encontradas en profecías apocalípticas como el capitulo 7,
características que diferencian a la profecía apocalíptica de las profecías clásicas de
profetas como Isaías y Jeremías.
Identificación histórica
Dado que el cuerno pequeño ocupa un lugar tan destacado en la profecía del capítulo 7,
resulta apropiado proponer una identificación basada en las características en el
consignada. Tales características incluyen:
1. Surge de entre los diez cuernos de la cuarta bestia, lo que indica que su llegada
se da tras la división de la cuarta potencia.
2. Habían de ser arrancados tres cuernos delante de él.
3. Tiene ojos como de hombre.
4. Tiene una boca que habla cosas insolentes contra el altísimo.
5. Persigue a los santos del altísimo.
6. Tiene dominio específicamente durante un periodo 3 ½ tiempos.
7. Intenta cambiar los tiempos y la ley.
8. Será destruido al final por medio de una decisión del tribunal divino.
Las características más importantes para identificar históricamente a esta entidad son su
naturaleza global y el lugar y el momento de su aparición. Varias de sus actividades
señalan a su naturaleza manifiestamente religiosa. Dado que la cuarta bestia ha sido
identificada más arriba como la roma imperial, es evidente que esta potencia del cuerno
pequeño había de surgir de ella, pero no antes de que aparecieran sus cuernos o
divisiones.
La potencia religiosa específica que surgió de roma imperial después de que el imperio
se hubiese quebrado fue la fase religiosa de Roma que se concreto en el papado. Los
tres cuernos que fueron arrancados ante él – históricamente, mediante el poder Y las
autoridades civiles – han sido identificados comúnmente por los intérpretes adventistas
del séptimo día con los heruculos, los vándalos, y los ostrogodos. La motivación de la
eliminación de esos poderes no era meramente política; era también teológica, porque
era de convicción arriana.
El cuerno debía de llevar a cabo ciertas actividades dúrate un periodo especial de tres
tiempos proféticos y medio. Basándonos en Daniel 4:16,25, 29, 32,34; 12, 7, 11,12 y
apocalipsis 12:6, 14 estos tres tiempos y medio pueden identificarse como simbólicos de
años. Luego, los días de estos años habrían de interpretarlos según el principio día-año.
Esto da un periodo de 1.260 años históricos.
Comenzando en 538, el periodo se extiende hasta 1798. Precisamente en el año 1798, el
ejército Francés dio lo que parecía constituir una herida mortal al papado al deponer el
papa y quebrantar el poder temporal de la iglesia en Europa.1
1 Frank B. Holbrook, Simposio sobre Daniel, (Colombia: APIA, 2010), 175-190
Daniel 8 MISAEL FIGUEROA AGUIRRE
Verso (3).- este carnero se identifica como símbolo representando a los reyes de
Media y persa, aunque surgió más tarde que Media, persa llegó a ser el poder
dominante cuando Ciro derroto a Astiages de Media en 553.
Verso 4.- Medos-Persas conquistaron muchos terrenos, desde India hasta
Etiopia.
Verso 5.- este macho cabrío es una representación de Grecia (imperio de
Alejandro).grecia quedaba al occidente del imperio persa (del poniente). Sin
tocar tierra representa la gran rapidez en que Alejandro conquistaba los
territorios. Y el cuerno notable representa al primer rey griego, Alejandro
magno.
Verso 6 y 7.- el imperio Persa fue quebrantado por Alejandro Magno.
Verso 8.- Alejandro de magnifico en gran manera. La profecía decía que
Alejandro
caería cuando este estuviera en su apogeo. Y los 4 cuernos que salieron
representan a los 4 reinos macedónicos (o helenísticos) en que se dividió el
imperio de Alejandro.
Verso 9- .- de uno de los cuatro puntos cardinales surgirá otro poder. Roma vino
del oeste. Este cuerno pequeño representa a roma en sus dos fases: pagana y
papal. Daniel vio a la roma imperial pagana cuando combatía contra los judíos y
cristianos primitivos, después vio a la fase papal, que continua en la actualidad y se
proyecta hacia el futuro, luchando contra la verdadera iglesia. Creció en gran
manera, (al sur) Egipto fue un protectorado virtual de roma; (oriente) imperio
seléucida perdió sus territorios ante Roma en 190 a.C. y se convirtió en provincia
romana de Siria. (la tierra gloriosa) se hace referencia a Jerusalén o a la tierra de
palestina.
El cuerno pequeño
El cuerno pequeño de Daniel 8 es ROMA, el cumplimiento de la profecía del cuerno
pequeño de Daniel 8 solo puede ser el imperio Romano y su sucesora, la iglesia Romana,
considerados a propósito, como en Daniel 7, desde el punto de vista de sus aspectos más
tenebrosos.
Aspectos que aprueban que el cuerno pequeño de Daniel 8 es Roma:
1. La base del principio de que las sucesivas visiones de Daniel son paralelas con
respecto a las anteriores y que las amplían. El cuerno pequeño en Daniel 8 es
paralelo al cuerno pequeño en Daniel 7 y aumenta la información acerca de él, y
en cuanto a la bestia de la cual surgió. En Daniel 2 y 7 Roma sigue a Grecia; de
modo que Roma debe seguir a Grecia en Daniel 8 también
2. Roma surgió en occidente, de uno de los cuatro vientos.
3. El imperio Romano, a diferencia de Antíoco Epifanes, logró dominar con éxito el
Medio Oriente, es decir hacia el fin del dominio de los reinos helénicos.
4. La Roma pagana enfática y trágicamente “llego” (Se levantó) contra el “jefe del
ejercito” (vrs.11). Poncio Pilato y los soldados que crucificaron a Jesús eran todos
Romanos.
5. Tanto la Roma pagana como la Cristiana destruyeron “a poderosos y al pueblo de
los santos” (vers.24). ambas persiguieron y torturaron a muchos cristianos.
6. Tanto la Roma pagana como cristiana abolieron el “sacrificio perpetuo” y “el
cimiento de su santuario”.
La naturaleza del cuerno pequeño y su actividad adicional
Es natural que los traductores denominen al cuerno que surge en Daniel 8 como “cuerno
pequeño”. La NVI es una excepción resiente, pues habla de un “cuerno pequeño al
principio”. La NVI inglesa es aún más incisiva cuando dice “horn, which started small” es
decir: “cuerno, que empezó pequeño”. Las versiones griegas antiguas ( LXX, Teodoción)
hablan de un “cuerno fuerte (poderoso)” mientras que la siriaca y la vulgata tienen
“cuerno pequeño”.
Una traducción literal de la oración es: “un cuerno vino de la pequeñez”. La sintaxis
sugiere que este nuevo cuerno partió de comienzos humildes y que se desarrollo en
direcciones diversas, llegando a obtener un inmenso poderío.
La idea de la expansión horizontal del “cuerno pequeño” por ámbitos geográficos es
afirmada con claridad en el versículo 9b. Una traducción literal es: “y se hizo
tremendamente grande hacia el sur y hacia el este y hacia la gloria”.
El verbo usado en la primera parte del versículo 9, como hemos señalado anteriormente,
es yasa ( ir, desplazarse, avanzar). Se trata de un verbo muy común, que aparece 785
veces en qal, 278 en hifil, hifil, y 5 veces en hofal, lo que arroja un total de 1.068 veces. El
énfasis de este término está en el movimiento- ir, desplazarse, avanzar-, pero la idea no es
el crecimiento.
También resulta instructivo fijarse en como emplea el libro de Daniel las diversas formas
de este verbo. Un estudio de los seis usos de yasa, sin contar del versículo 9, revela que en
cada caso la idea es la del movimiento de un punto cardinal a otro, o de una posición
geográfica fija a otra. Esta es también la idea con respecto al cuerno en el versículo 9. No
crece de uno de los cuernos, sino que se despliega (podrimos decir que militarmente)
desde un punto cardinal y avanza en otras direcciones, como explica la parte restante del
versículo 9.
El versículo 10se contempla la puesta en escena de una grandeza adicional con la oración
“se hizo grande (hasta) el ejercito del cielo”. El verbo “hacerse grande” es idéntico al
empleado en último lugar en el versículo 9 (gadal- engrandecerse, aumentar en poderío).
Una investigación de la expresión “el ejercito del cielo” revela que en 13 casos de 17
aparece en contextos de culto ritual astral idolatra. Los cuatro restantes indican que la
expresión puede referirse también a seres celestiales: “el ejercito del cielo”. La
precipitación al suelo y el pisoteo de “algunos del ejercito y algunas estrellas” son
interpretados literalmente en el versículo 24 como la destrucción de “los fuertes y (el)
pueblo de los santos” en 7:27 el “pueblo de los santos del Altísimo” está constituido por
los fieles seguidores del Señor; lo mismo parece ocurrir en 8:10,24. El ataque contra “los
fuertes y (el) pueblo de los santos” apunta a la persecución del pueblo de Dios. En
resumidas cuentas, la actividad del poder representado por el “cuerno pequeño” es: 1-
una actividad caracterizada por la expansión horizontal (posiblemente caracterizada
también por un intento de fortalecerse mediante el culto idolatra), y 2- la persecución de
los santos de Dios en la tierra.
En 8:9-10 nada se dice explícitamente en cuanto a la relación entre el “cuerno pequeño” y
el santuario. No obstante, la relación entre el cuerno y el pueblo de Dios afecta de
inmediato al santuario de una u otra manera, si no en último término. Por ello, no es
sorprendente que el santuario entre a formar parte de la visión en los versículos 11-12.
El uso de la palabra hebrea tamid
La biblia de Jerusalén lo traduce “el sacrificio perpetuo”. La reina Valera lo traduce “el
continuo sacrificio”.
“llegó (el cuerno pequeño) incluso hasta el jefe del ejército, abolió el sacrificio perpetuo
(es decir, el tamid) y sacudió el cimiento de su santuario” versículo 11.
Breve ponderación de la palabra tamid revela que: 1- el vocablo tamid es usado
predominantemente como adverbio, con el significado de “continuamente” o
“perpetuamente”. 2- la palabra tamid es usada dos veces como adjetivo calificativo del
sustantivo “holocausto” en la expresión “holocausto cotidiano”. 3- el termino tamid nunca
parece solo como sustantivo. 4- la palabra tamid nunca aparece como término técnico o
como expresión elíptica abreviada en la literatura de Qumrán. 5- el uso como adverbio o
adjetivo en la literatura de Qumrám que está a nuestra disposición advierte contra
interpretar hattamid en Daniel como termino técnico abreviado.
El uso bíblico del término tamid, palabra que se da 103 veces en el AT. En cinco casis en el
libro de Daniel (8:11-13;11:31;12:11), y en ningún otro sitio, esta palabra es usada como
adjetivo sustantivado, al aparecer solo con el artículo definido (“el”), y sin calificar a
ningún a otra palabra. Una investigación minuciosa del uso del término tamid en el AT
resulta reveladora, y cabe esperar que arroje luz sobre su uso en el libro de Daniel. El uso
típico del termino tamid en el AT es el adverbio. Aparece como tal en no menos de 62
ocasiones de los 103 casos, y significa “continuamente”, en el sentido de “proseguir sin
interrupción”. En 21 casos tamid actúa como adjetivo, con un uso sustantivo en genitivo
en la expresión olat hattamaid (el holocausto continuo). Esta construcción genitiva se
traduce literalmente “el holocausto de la continuidad”, que significa que el holocausto
prosigue sin interrupción cada mañana y cada tarde.
La palabra tamid se usa frecuentemente con relación al ritual del santuario para describir
varios aspectos de sus servicios regulares, tales como el “pan continuo” que debía estar
sobre la mesa de los panes de la proposición (núm. 4:7), la lámpara que debía arder
continuamente (éxodo 27:20) etc.
Resumen de la palabara tamid:
1- Que el “continuo” se refiere exclusivamente a los sacrificios ofrecidos en el templo
de Jerusalén.
2- Que el “continuo” significa paganismo, en contraste con “la abominación
desoladora” (cap. 11:31), o sea el papado.
3- Que el “continuo” se refiere al continuo ministerio sacerdotal de Cristo en el
santuario celestial (Heb. 7:25; 1 Jn 2:1) y a la verdadera adoracion de Cristo en la
era evangélica; que suprimir el continuo representa la sustitución hecha por el
papado de la unión voluntaria de todos los creyentes en Cristo por la unión
obligatoria con una iglesia visible; la sustitución de Cristo como cabeza invisible de
la iglesia por la autoridad de una cabeza visible, el papa.
¿Por qué es importante comprender la palabra tamid?
El carácter tamid (continuo) del ministerio sacerdotal de Cristo. Que Jesús es nuestro
sumo sacerdote es el mensaje del libro de hebreos en el NT. En Hebreos 3:1 se nos invita a
considerar al apóstol y sumo sacerdote de nuestra fe, a Jesús”.
Que Jesús ejerce su ministerio en el santuario celestial resulta claramente establecido
en Hebreos 8:1,2, donde se nos dice que “tenemos un sumo sacerdote tal, que se
sentó a la diestra del trono de la majestad en los cielos, al servicio del santuario y de la
tienda verdadera, erigida por el Señor, no por un hombre”. Y que el ministerio de Jesús
en nuestro favor es CONTINUO queda aclarado en Hebreos 7:21-25, donde se
contrasta su ministerio con el servicio discontinuo de los sacerdotes “levitas” del AT.
Es lamentable que alguien suponga que la liturgia del AT. Era el tamid acerca del cual
Dios estaba hablando en la gran profecía de Daniel 8. No hay duda de que el tamid del
AT. Era más importante para Dios. El lo instituyo y le preocupó que Antíoco Epífanes lo
interrumpiera por un tiempo y que el imperio Romano contribuyera a su extinción.
Pero así como los metales, las bestias y los cuernos de las profecías de Daniel 8 son
símbolos de imperios y reinos, el tamid de Daniel 8:13,14 es un símbolo también. Es un
símbolo del continuo ministerio de Jesucristo en el Santuario celestial, para perdón de
nuestros pecados y a fin de darnos poder que nos capacite para vivir vidas
transformadas en pleno acuerdo con las promesas de la nueva alianza.
Ataque contra el tamid terrenal:
Desde el momento en que el pecado entró en el mundo, Dios proveyó el tamid como
remedio. Y desde ese mismo momento, Satanás lo atacó. La Biblia cuenta que Abel, hijo
de Adán, trajo un cordero y lo ofreció a Dios en señal de su aceptación de la provisión
hecha por Dios para su salvación. Caín, su hermano, no quiso traer un cordero, sino que
trajo los frutos de su labranza, indicando con ello que él quería obsequiar algo a Dios. De
esta manera estaba invirtiendo el significado de la ofrenda. Al intento del ser humano de
ganar el favor de Dios mediante acciones correctas, se denomina “justificación por las
obras”. Esta misma perversión ocurrió en los siglos posteriores… intentar ganar el favor
de Dios. Los descendientes de Caín siguieron ofreciendo sacrificios, pero siempre bajo el
concepto de regalar ellos algo a sus dioses.
Aunque parezca increíble, esta misma perversión, en algún momento, llegó a infiltrarse en
el pueblo Hebreo, y en la concepción de muchos, es significado del tamid se perdió de
vista totalmente. Cuando la corrupción del pueblo Hebreo traspasó los límites de su
misericordia, Dios retiró su protección, entonces vinieron fuerzas paganas que
destruyeron el santuario. De esta manera se suprimió el tamid. Esto sucedió en el tiempo
de Daniel, cuando Nabucodonosor derribó el templo de Jerusalén.
La roma cristiana y el tamid de Daniel 8
La Roma pagana “llegó… hasta el jefe del ejército”, destruyó al “pueblo de Dios”, y en
forma limitada derribó al “santuario” y suspendió el tamid. Esto se cumplió cuando
crucificó a Jesús, persiguió a los cristianos, derribó el templo de Herodes y puso fin al AT.
La iglesia medieval asumió muchas de las prerrogativas del jefe del ejercito y oscureció su
ministerio sumo sacerdotal en el cielo. Lo hizo de esta manera:
1- Al insistir en el gobierno absoluto del papa como cabeza visible de la iglesia, y al
perseguir a la gente que afirmaba que la única cabeza de la iglesia es Jesucristo
2- Al presentar la cena del Señor de una manera tal que fomenta la superstición, y al
perseguir gente que no afirmaba que la hostia consagrada se convertía realmente
en el cuerpo de Jesús. De igual manera con el vino.
3- Al no predicar la palabra de Dios, y quemar en la hoguera a gente que trabajaba
para que las escrituras estuvieran al alcance de la gente común.
4- Al autorizar la compra y venta de perdones.
5- Al exigir que las confesiones fueran hechas ante un sacerdote y que se hicieran
penitencias.
6- Al exigir la observancia del primer día de la semana en lugar del séptimo día.
Estos errores son un reflejo de las modalidades de las diferentes épocas. Ahora vivimos
tiempos nuevos. Gracias a Dios, la promesa de Daniel 8 es que en nuestros días el
ministerio sacerdotal de Cristo, su tamid, una vez más estaría a disposición de todos los
seres humanos.
El ministerio de Cristo triunfante. 2.300 tardes y mañanas
Puesto que los 2.300 años se proyectan hasta bien avanzada la era cristiana, el santuario
no puede referirse al templo de Jerusalen que fue destruido en el año 70d.C. el santuario
del nuevo pacto es inequívocamente el santuario celestial, “que levantó el Señor, y no el
hombre”. (Heb. 8:2). Cristo es el sumo sacerdote de este santuario. “tardes y mañanas”,
una expresión comparable con los días de la creación, “la tarde y la mañana un día” gen.
1:5.
Esta es la parte cumbre de todo el capitulo 8, en respuesta a la angustiosa pregunta acerca
de por cuánto tiempo sería pisoteado el ministerio sacerdotal (el tamid), el ángel Gabriel
replico: “hasta dos mil trescientas tardes y mañanas: después será reivindicado
(purificado) el santuario”.
Tenemos que recordar que este versículo esta ubicado en la parte simbólica de Daniel 8. El
“santuario” y las “tardes y mañanas” no son mas literales que las bestias y cuernos.
Las “tardes y mañanas” son días. Además, podemos deducir de Daniel 8:14 que las 2.300
tardes y mañanas son en realidad 2.300 días. (Son simbólicos, por supuesto. Así como las
bestias representan imperios y el tamid simboliza el ministerio sacerdotal de Cristo, los
2.300 días de Daniel 8:14 representan 2.300 años).
“hasta”. Como ocurre con el versículo anterior, el énfasis no está en lo que sucede
durante el periodo de las 2.300 tardes y mañanas, sino en lo que va a suceder al final de
dicho periodo. Algunas versiones de la biblia traducen esto como “dos mil trescientos
días”. Y como un “día” profético equivale a un año literal, se refiere a 2.300 años.
¿Restaurado, victorioso o purificado? Los eruditos saben que nitsdaq aparece en sus
diversas formas más de 250 veces en las Escrituras, y normalmente se la traduce por la
palabra en
castellano
“justicia”, otras
traducciones
son “ser justo” y
“justificar” en el
sentido de
“corregir algo”
o “hacerlo
aparecer como
justo”.
Una traducción
literal de Daniel 8:14 posiblemente podría ser así: “entonces el santuario será justificado”.
Es interesante descubrir que la palabra traducida “purificado” no corresponde al término
generalmente usado para referirse a ese acto. Y no es el término que se emplea en el libro
de levítico cuando se habla de la purificación del santuario en el día de expiación. La
palabra aquí es tsadaq. Si bien el significado de tsadaq comprende la idea de “purificar”,
no es ese su dignificado esencial. La idea más importante es vindicar, restaurar, restituir,
devolver las cosas a su condición correcta. Cuando el texto dice que “será purificado”
debemos entender que será mediante un juicio. Esta idea queda corroborada cuando
recordamos que en el antiguo santuario hebreo había un ritual que equivalía al juicio. Era
la serie de actos llevados a cabo en el yom kippur” o “día de la expiación”. No extraña,
pues, descubrir que estos actos eran llamados precisamente “los ritos de purificación del
santuario” (2cron. 30:19). El texto nos indica que esta ceremonia se realizaba en expiación
por el pecado del pueblo. Mediante estos aspectos de la ceremonia de expiación de los
pecados del pueblo se vindicaba el tamid. Por la sangre derramada se vindicaba el
derecho de Dios de perdonar a su pueblo. El santuario es purificado a través de un juicio, y
este proceso significa la vindicación de la obra realizada por Dios al concedernos la
salvación en el rito diario o tamid.
Puesto que el día de la expiación era un dia de juicio, inmediatamente descubrimos que la
purificación del santuario de Daniel 8:14 es extraordinariamente paralela a la escena del
juicio de Daniel 7 y a la caída de la piedra sobrenatural de Daniel 2. Estamos sobre terreno
firme.
Para ayudar a determinar a cual acontecimiento relacionado con el santuario celestial se
hace referencia aquí, será útil examinar las ceremonias sacerdotales del santuario
terrenal, porque los sacerdotes de ese santuario servían a lo que es figura y sombra de las
cosas celestiales (Heb. 8:5) las ceremonias del santuario del desierto y del templo estaban
divididas en dos grupos principales: el culto diario y el anual. El ministerio diario de Cristo
como nuestro sumo sacerdote estaba simbolizado por las ceremonias diarias. El día anual
de la expiación era símbolo de una obrea que CRISTO DEBIA EMPRENDER AL FINAL DE LA
HISTORIA. Un aspecto importante del juicio final es la vindicación del carácter de Dios ante
todas las inteligencias del universo. Debe demostrarse que no tiene ninguna base las
acusaciones falsas que Satanás ha presentado contra el gobierno de Dios. Se debe mostrar
que Dios ha sido completamente justo al elegir a ciertos individuos para que formen parte
de su reino futuro y al impedir la entrada de otros allí. De esta manera en Heb. Tsdaq
puede transmitir el pensamiento adicional de que el carácter de Dios será completamente
vindicado como el clímax de “la hora de su juicio”, el cual comenzó en 1844.
Por siglos el tamid de Cristo, su ministerio sacerdotal en el cielo fue “pisotead” y
“abolido”, en cierto sentido a lo menos. Y la profecía se cumplió. Por muchos siglos la
verdad acerca de Jesús ha sido desfigurada. Su libertad para ayudar a la gente ha sido
limitada por las falsas teorías del paganismo y el secularismo, e incluso por el énfasis
equivocado que se ha puesto en ciertas doctrinas cristianas; pero vendrá un día del juicio.
El santuario es el tribunal de Dios. El día de juicio es un “día de la expiación”, cuando
vindica y purifica a todos los que sinceramente desean reconciliarse con El y cuando
elimina a todos los que quieren separarse de Él.
Cuando el señor haya terminado esta obra, un clamor de victoria resonara de galaxia en
galaxia a través del cielo poblado de estrellas. La paciencia de Dios con los impíos ha sido
una prueba para los santos.
El mensaje personal de Daniel 8:14 es que Dios tiene necesidad de ti. Se preocupa lo
suficiente como para tratar de atraernos a cualquier costo.
Daniel 9
Daniel Matus Sánchez
El capítulo 9 es uno de los más cristocéntrico del Antiguo Testamento. El exacto
cumplimiento de sus predicciones acerca de la primera venida de Jesús ha fascinado a los
cristianos desde los primeros días de la historia de la iglesia. Este capítulo es comparado
con Daniel 7:19-14 y 8:13,14, fija la fecha del juicio que se produce antes de la segunda
venida de Cristo.
El capítulo 9 de Daniel se escribió 13 años después de que se escribiera el capítulo 8, y al
leer, podemos notar que Daniel 9 se dividen en tres partes: La referencia al “diario” de
Daniel y su estudio de los escritos de Jeremías, su sentida oración y las predicciones mas
abarcantes de Gabriel para explicar Daniel 8:14, ya que Daniel seguía perplejo por la
visión, que no podía comprender (Daniel 8:27).2
Daniel estaba preocupado por saber la predicción simbólica de Daniel 8:14. Él tenía
buenas razones para saber que se refería a la restauración o purificación relacionada con
el yom kipur. Pero no sabía el significado de las dos mil trescientas tardes y mañanas.
Jerusalén estaba en ruinas y no podía comprender como podría ser purificado el
santuario. ¿Sería que para la restauración del Santuario y de Jerusalén debían pasar 2,300
años?
Seguramente Daniel siguió leyendo al Profeta Jeremías y se topó con lo que está escrito en el capítulo 29:10-14 “Jer 29:10 Así dice el Señor: "Cuando a Babilonia se le hayan cumplido los setenta años,
yo los visitaré; y haré honor a mi promesa en favor de ustedes, y los haré volver a este lugar.
Jer 29:11 Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
Jer 29:12 Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé. Jer 29:13 Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón. Jer 29:14 Me dejaré encontrar afirma el Señor, y los haré volver del cautiverio. Yo los
reuniré de todas las naciones y de todos los lugares de donde los haya dispersado, y los haré volver al lugar del cual los deporté", afirma el Señor.”
Tal vez al leer esto, en especial el versículo 13, Daniel oró, y lo hizo de una forma tan
hermosa. La profecía de Daniel 9 comienza con una de las oraciones más largas escritas en
la Biblia. Esta oración, es maravillosa porque Daniel no estaba orando por bendiciones
para él mismo; sino por su gente. El estaba intercediendo con Dios por su pueblo que aún
2 Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, (EUA: Pacific Press, 1989), 195
estaba viviendo en exilio. Durante su oración, el tenía en mente una porción especial de
Jeremías. El había leído que el exilio de Judá en Babilonia duraría setenta años. Y él
conocía también que esos setenta años ya habían terminado. Daniel fue llevado cautivo
por Nabucodonosor a Babilonia en la primera de las tres conquistas a Jerusalén (605, 597,
589). Daniel mismo, había vivido en Babilonia unos 70 años.3
Al ver esta oración, Dios le dio una señal a Gabriel; y Gabriel llegó para explicarle la visión.
“Llegó a la hora de la oblación, sacrifico de la tarde (9:1). Ningún cordero había sido
ofrecido en Jerusalén por casi cincuenta años, pero Dios usó la hora del día cuando un
cordero habría sido ofrecido en el santuario si hubiera existido. El ángel llegó en el
momento más apropiado para explicar una profecía concerniente al santuario”4
Gabriel había llegado a Daniel con un propósito muy especial, dar a conocer a Daniel el
significado de la visión (mar´Ë) de las 2300 tardes y mañanas. Existen dos palabras
hebreas que se utilizan en este texto para visión, Häzôn, que tiene como significado la visión
en su totalidad y mar´Ë ,que tiene como significado una parte específica de la visión
general, en este caso, Gabriel se estaba refiriendo específicamente a la visión de las 2300
tardes y mañanas que Daniel no había entendido.
Gabriel comenzó su explicación con una declaración relativa al tiempo, las setenta
semanas (Daniel 9:24). Por supuesto que son semanas de años. Daniel había estado
estudiando la profecía de Jeremías que se refería a setenta años. Ahora Gabriel se refiere
a un periodo siete veces más largo. Los comentaristas generalmente están de acuerdo en
que Gabriel se refería a 490 años. Y estos 490 años habían sido fijados, cortados o
amputados de los 2300 días.5
3 William H. Shea, The Abundant Life Bible Amplifier, Daniel 7-12, (EUA: Pacific press, 1996), 47
4 Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, (EUA: Pacific Press, 1989), 197
5 Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, (EUA: Pacific Press, 1989), 206,207
Clifford Goldstein, en su libro “Ataque contra el lugar Santísimo” hace una analogía para
explicar el término cortadas.
“Supongamos que usted y su esposa tienen 1,000 dólares en su cuenta bancaria.
Su esposa habla con usted y se refiere a los 1,000 dólares, y a continuación
menciona que ha visto una hermosa lámpara que cuesta 250 dólares. ¿Cuál es la
implicación inmediata? Que desea retirar 250 dólares de los 1,000 para adquirir la
lámpara. ¿Verdad?” 6
Ahora, al retomar el tema de Daniel 9, nos damos cuenta que el ángel hace una referencia
directa a las 2300 tardes y mañanas, e inmediatamente, le presenta a Daniel una profecía
temporal más corta: las 70 semanas. Dando a entender que, las 70 semanas, forman parte
de los 2300 días.
La preocupación ahora de Daniel era conocer cuando comenzarían estos 2300 años, para
saber cuándo terminarían. Y Gabriel se la dio a conocer.
Primeramente tenemos que tomar nota de que en los versículos 25 al 27 Gabriel divide
las setenta semanas en tres segmentos desiguales de siete semanas (49 años), 62
semanas (434 años) y una semana (7 años). Subdivide además la última semana en
mitades (de tres años y medio cada una). 7
El comienzo de las setenta semanas se nos da en el versículo 25 sabe, pues, y entiende,
que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías
Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el
muro en tiempos angustiosos.
Existen tres decretos u órdenes para restaurar y edificar a Jerusalén. Y es necesario
examinarlos.
1. el primero fue promulgado en el año 538 AC por Ciro el grande, autorizaba la
reubicación de los cautivos judíos en su tierra, y los facultaba para construir “una
casa en Jerusalén” en honor de su Dios (Esdras 1:2-4). En relación con este decreto,
Ciro devolvió los utensilios sagrados que Nabucodonosor había llevado a Babilonia
y que Baltasar había usado en forma blasfema para beber en ellos la noche cuando
Ciro lo derrotó, apenas un año o dos antes de este decreto. Unos cincuenta mil
judíos regresaron a Palestina en el curso de un año. Tuvieron que enfrentar la
firme oposición de los habitantes no judíos e la región. La información que nos
6 Clifford Goldstein, Ataque contra el lugar Santísimo, (Colombia: Gema Editores, 2005), 97
7 Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, (EUA: Pacific Press, 1989), 207
proporcionan los libros de Esdras y Nehemías parecen noticias actuales del Medio
Oriente. Frente a esta oposición, la reconstrucción del templo se prolongó.
2. El segundo de estos tres decretos fue promulgado en torno del año 519 AC por
Darío I Histapes. Poco después que Darío comenzara a reinar, recibió una carta en
la que se le solicitaba que confirmara el decreto original promulgado por Ciro.
Darío ordenó que se hiciera una prolija búsqueda en los archivos persas de
Babilonia y Ecbatana, y cuando le llegó un memorándum oficial mediante el cual se
le comunicaba que el decreto por fin había sido encontrado (Esdras 6:1-5), con
profunda satisfacción emitió la confirmación deseada (Esdras 6:6-12).
3. El tercer decreto fue promulgado por Artajerjes I Longimano. Desde el punto de
vista de la importancia, este tercer decreto (Esdras 7:11-26) era superior a los
primeros dos, porque encargaba a Esdras el nombramiento de magistrados y
jueces con plena autoridad política y religiosa para tratar casos bajo las leyes
judaicas y persas, y para imponer la pena capital. Este decreto fue autorizado en el
séptimo año de Artajerjes.
Este último fue el que dio renacimiento legal a Jerusalén, porque autorizaba el
nombramiento de magistrados y jueces y, en particular, restablecía la ley judía como
base del gobierno local, el que hizo posible la restauración de Jerusalén como capital.8
La fecha entonces, de este decreto es sin duda, fácil de establecer. Esdras puso en
ejecución este decreto algún tiempo después de su llegada en el quinto mes del
séptimo año del reinado de Artajerjes. Puesto que los años judíos se computaban de
primavera a primavera, el quinto mes de la antigua Jerusalén caía en algún momento
entre mediados de Julio y mediados de Septiembre de nuestro calendario. El quinto
mes del séptimo año de Artajerjes cayó a fines del verano o a comienzos del otoño del
año 457 AC, y el decreto se puso en vigencia poco después.9
Se han sugerido diversas fechas para el comienzo del decreto, incluyendo 538 AC, 520
AC, 457 AC, 458 AC y 444 AC. Supongamos que alguien acepte el año 538 AC como el
punto de partida para las setenta semanas. Desde la promulgación de la orden para
restaurar y reconstruir a Jerusalén hasta el cumplimiento de todos los eventos
existentes en la profecía (primera venida de Jesús, su muerte, la confirmación del
pacto, etc.) debían transcurrir 490 años. Si usamos el año 538 AC como punto de
partida, los 490 años llegan hasta el año 48 AC. Ahora bien, dado lo que conocemos
históricamente acerca de Jesús y los eventos históricos que rodearon su vida y
8 Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, (EUA: Pacific Press, 1989), 208-209
9 Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, (EUA: Pacific Press, 1989), 209
ministerio, no podemos suponer que el año 48 AC satisface los parámetros del marco
de referencia temporal del ministerio terrenal de Cristo.
Sucede lo mismo con el año 520 AC. Si usamos esta fecha, las setenta semanas
concluyen en el año 30 AC, lo cual de ninguna manera coincide con el tiempo cuando
Jesús vivió y murió.
Sin embargo si aceptamos el año 457 AC, el séptimo año del reinado de Artajerjes, el
resultado llega justamente hasta el tiempo de Cristo, los años 27 a 34 DC. Y aunque no
podemos ser demasiado dogmáticos en lo que concierne a proveer esas fechas exactas
tomadas de fuentes históricas, si podemos ser dogmáticos acerca del año 457 AC, en
contraste con las demás fechas examinadas hasta ahora.10
Teniendo ya firme esta ancla, es sencillo calcular cada una de las otras fechas en
nuestro diagrama. Siete semanas (49 años) de 457 AC, nos llevan al 408 AC. Setenta
semanas (490 años) desde el otoño del año 457 AC nos llevan al año 34 DC. Si
contamos una semana (7 años) desde el 34 hacia atrás, llegamos al año 27 DC. Si
contamos, a partir de allí y hacia adelante tres años y medio, llegamos al año 31 DC.11
Antes de continuar con el estudio de las setenta semanas y sus fechas, es necesario
entender más el propósito que estas tenían.
En vista de que su oración había sido profundamente espiritual, Daniel tenía razones
para esperar una respuesta profundamente espiritual también. El profeta recibió eso,
y más.
10
Clifford Goldstein, Ataque contra el lugar Santísimo, (Colombia: Gema Editores, 2005), 124-125 11
Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, (EUA: Pacific Press, 1989), 209
Daniel 9: 24 es una introducción a los versículos 25 al 27. En este versículo, se presenta lo
que Dios se disponía a hacer durante las setenta semanas: Setenta semanas están
determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y
poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la
visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.
Es importante notar que Daniel 9:24-27 tiene como fin explicar la profecía de Daniel 8:14,
donde encontramos que el santuario sería reivindicado o purificado. Pero debemos notar
otra parte del capítulo 9. Las frases “poner fin a la rebelión”, “expiar la iniquidad” y
“ungir el santo de los santos” son todas expresiones relacionadas con el santuario. Es
evidente que Gabriel nos está ayudando a comprender la profecía de Daniel 8:14, que se
refiere al santuario.
En la obra Simposio sobre Daniel, se nos presenta una forma más simple de entender esta
profecía.
La profecía parece hacer ocho afirmaciones distintas en cuanto al Mesías. Algunas son
más directas que otras, pero, tomadas en conjunto, pueden presentarse en forma de lista
como sigue:
v. 24 1. Había de hacer expiación por la iniquidad.
2. había de introducir justicia perdurable.
3. Debía ungirse un santo de los santos para él.
v. 25 4. Había de llegar en cierto momento de la historia.
v.26 5. Había de ser muerto.
6. Había de ser rechazado cuando se le diera muerte.
v. 27 7. Había de hacer un pacto firme con muchos.
8. Había de tener un impacto en el sistema de sacrificios.
El orden textual es alterado para tener más claridad y comenzamos con el versículo 25.
Había de llegar en cierto momento de la historia (vers. 25) la profecía empieza asignando
siete semanas (49 años) a la reedificación de Jerusalén. Más allá de ese punto, hay 62
semanas adicionales que se extienden hasta la venida del Mesías. Esto a un total de 483
años desde el decreto para restaurar y reedificar Jerusalén hasta la aparición del Mesías.
Dar inicio a esos 483 años en 457 AC significa que este lapso llegó a su conclusión en el
año 27 DC. Este fue el año en que Jesús de Nazaret comenzó su ministerio público. Según
Lucas, era el año decimoquinto de Tiberio Cesar (Lucas 3:1,21). Aquí no se especifica el
momento de su nacimiento. El centro de atención está más bien en el momento en que
comenzó su ministerio público tras su bautismo y su unción.
Había de ser muerto (vers. 26) Precisamente esto significa el verbo hebreo “cortado” en
este pasaje. No había de morir e muerte natural; moriría a manos de otras personas. Esto
se cumplió en la experiencia de Jesucristo, cuando fue crucificado por los soldados
romanos por instigación de los dirigentes religiosos judíos.
Había de ser rechazado cuando se le diera muerte (vers. 26) la mejor forma de traducir
literalmente la siguiente oración es “no habrá para él”. Hay que entender que el verbo
tiene un sujeto adicional. Ese sujeto elíptico puede ser “cosas, posesiones” o “gente”. Si lo
primero es lo acertado, se trataría de una referencia a la pobreza del Mesías en el
momento de su muerte. Se cumplió en Jesús, pero Dios está más interesado en las
personas que en las posesiones.
Dado que la palabra “pueblo” aparece en la siguiente oración, tenemos en ella un sujeto
más idóneo en la oración que nos ocupa. En ese caso, la oración puede traducirse “nadie
será para él”. Dado que esta afirmación se da en relación con su muerte, significará que
había de ser rechazado de forma especial cuando muriera. Sin duda, esa fue la experiencia
de Jesús en la cruz.
Había de hacer un pacto firme con muchos durante una semana (vers. 27) Jesús es
conocido en el NT como el fundador del nuevo pacto (Mar. 14:24). Fue también el
cumplimiento de la especificación profética de que el Mesías había de venir con el antiguo
pacto (Deut. 18:18) ¿Se refiere esta afirmación profética a la última semana del antiguo
pacto o a la primera semana del nuevo pacto? La cronología aquí contemplada sugiere lo
primero. La semana septuagésima y la última de la profecía deberían datarse entre 27 DC
y 34 DC. Jesús inició su ministerio al comienzo de esa semana, yo murió hasta la mitad de
la semana. Fundó el nuevo pacto con su sangre cuando murió. El uso del verbo reforzar,
implica que ese pacto ya existía. La septuaginta semana se produce inmediatamente
después de las otras 69 que la preceden. Así, varios factores sugieren que la semana
aludida en el pasaje fue la última semana del antiguo pacto, no la primera semana del
nuevo pacto. Se trató del final del periodo de prueba concedido a Israel como nación (cf.
Romanos 15:8).
Había de tener un impacto en el sistema de sacrificios (vers. 27). A la mitad de la semana
70, es decir, en el instante histórico en que Jesús murió, el mesías había de hacer “cesar el
sacrificio y las ofrendas”. Esto no ocurrió físicamente hasta cuarenta años después de la
muerte de Jesús. Sin embargo, con su muerte vació de significación teológica en lo
sucesivo al sistema sacrifical en su conjunto. Aquello a lo que señalaba todo el sistema se
había topado con su antitipo: Jesucristo. Dios lo demostró de forma enfática y
sobrenatural cuando hizo que el velo del templo se rasgara de arriba abajo en el momento
mismo en que Cristo moría en la Cruz (Mateo 27:51).
Ahora regresamos a los objetivos de las setenta semanas que se dan a conocer en el
versículo 24.
Había de hacer expiación por la iniquidad (vers. 24). El texto no señala de forma explícita
cómo había de realizarse la expiación, ni quién había de hacerla. Sin embargo, esto puede
deducirse mediante un proceso de eliminación y correlación. Es decir, podemos eliminar
los sacrificios del templo de un papel en el cumplimiento de esto, dado que se dice que
terminan (9:27). Por otro lado, podemos encontrar una correlación con la muerte del
Mesías como acontecimiento central en el resto de la profecía con el testimonio del NT.
En el templo de Salomón había un incesante tráfago de sacrificios mediante los que se
efectuaba la expiación día a día y año a año. Pasó lo mismo en los rituales del segundo
templo. Pero la profecía no parece estar refiriéndose a este tipo continuo de expiación. Se
contempla más bien, una expiación definitiva que ha de lograrse de forma terminante
para el momento en que terminarán las setenta semanas. La muerte de Jesucristo en la
cruz a la mitad de la septuagésima semana proporciona precisamente ese tipo de
expiación.
Había de introducir la justicia perdurable (vers. 24). Precisamente mediante la muerte
del Mesías y por medio de la expiación que efectuó su muerte, la justicia perdurable se
puso a disposición de la raza humana. El tráfago transitorio del sistema sacrificial no podía
proporcionar esta cualidad perdurable de justicia, ni en esta cantidad.
Debía ungirse un santo de los santos para él (vers. 24). Surgen cuatro preguntas
fundamentales en relación con la unción de un santo de los santos: (1) ¿Qué es? (2)
¿Dónde está? (3) ¿Qué significa su unción? (4) ¿Cuándo fue ungido?
Un examen exhaustivo del uso de esta expresión en el AT indica que se usaba para
referirse al santuario. No se usaba para referirse a una persona como el Mesías. La única
excepción posible a esta regla general en todo el AT es el caso de 1 Crónicas 23:13. Incluso
ahí es más probable que se refiera al tabernáculo y sus instrumentos confiados a la
responsabilidad de Aarón que al propio Aarón. La expresión podía aplicarse a cualquier
parte del santuario, no solo a una parte específica. Podía usarse para el lugar santo, el
lugar santísimo, el santuario en su conjunto o hasta para los objetos que había en el
santuario. Así, puede entenderse que la expresión se refiere al santuario, y al santuario en
su conjunto, más que a una parte individual.
La pregunta histórica que sigue es: ¿Qué santuario es este? El tabernáculo del desierto era
cosa de pasado lejano, y el templo de Salomón también había sido destruido ya en los
primeros años de Daniel. Aunque ese templo había de ser reconstruido, la profecía
precedía (vers. 26) que también el templo reconstruido acabaría en ruinas.
Mediante un proceso de eliminación, podemos descartar, por lo tanto, que ninguno de los
santuarios importantes del pueblo de Dios en la tierra se corresponda con el santuario al
que se alude en 9:24. Eso nos deja con un único templo divino de releve como candidato
para el santuario que se contempla aquí: el del cielo. Ese templo celestial sirvió de modelo
para la construcción de aquellos templos terrenales. Por lo tanto, tiene que ser el templo
al que se refiere esta profecía.
¿Qué significa esta unción del santuario celestial? En el AT, los templos fueron ungidos
para inaugurar los ritos que se realizaban en su interior. (Éxodo 40:9-15). Por analogía, la
unción del santuario celestial debería referirse a un momento y a un rito en que se puso
en marcha de forma especial de esta manera. ¿Cuándo podría haber ocurrido tal cosa?
Daniel 9:24 enumera este acto como uno de los acontecimientos fundamentales que
había de ser logrado para el fin de las setenta semanas. Esas setenta semanas terminaron
en 34 DC así, el santuario celestial tenía que ser ungido de forma especial para entrar en
servicio antes de ese momento. En él se acometió una labor nueva y especial cuando Jesús
se convirtió en nuestro gran Sumo Sacerdote en el santuario celestial tras su regreso de la
tierra. Habiéndose ofrecido como el gran y definitivo sacrificio expiatorio, ascendió al cielo
a ministrar sus beneficios a favor nuestro. El descenso pentecostal del Espíritu Santo
señaló el comienzo de su ministerio (Hech. 2:16,33; 5:31-32). Dado que este fue la única
unción de santuario celestial que se conoce que haya ocurrido, y puesto que cumple los
requisitos especificados, puede entenderse que la inauguración del ministerio sacerdotal
de Cristo es el acontecimiento que cumplió los versículos 24-25.12
Para nosotros como adventistas y files creyentes de la Biblia, es asombroso mirar como
Gabriel le dio a Daniel todas las fechas de los eventos que esta profecía, y como cada uno
de ellos se cumplió con exactitud. Miremos algunos de ellos, según Mervyn Maxwell.
Fecha del Bautismo
De acuerdo a los diagramas, el Mesías debía aparecer en el año 27 DC y suspender el
sacrificio y la ofrenda tres años y medio más tarde, en el año 31 DC. Es importante notar
de paso que, Gabriel no mención ningún acontecimiento definido para indicar el fin de las
setenta semanas en el año 34 DC. Cuando examinamos las fechas 27 y 31 DC, nos
sentimos impresionados por algo muy notable que ocurre entre los estudiosos de las
Escrituras. Descubrimos que existe entre ellos una discusión muy aguda acerca de las
fechas de que se trata, pero un sólido y reconfortante consenso con respecto a ese
periodo tan breve en el que todas las fechas sugeridas deben producirse. Un investigador
que surgió hace poco, del Seminario Teológico de Dallas, Texas, Estados Unidos, produjo
una lista de más de veinte autores que representan opiniones muy diversas. A pesar de
sus diferencias, con una sola excepción, sus fechas para la crucifixión están dentro de un
periodo de nueve años que va del 27 al 36 DC. A los eruditos no les queda más remedio
que fijar la crucifixión dentro de un periodo muy breve, puesto que Jesús fue crucificado
bajo Poncio Pilato. Incluso Tácito, el historiador pagano del siglo II, dice en sus anales del
imperio romanos, que Jesús fue “ejecutado durante el reino de Tiberio por el gobernador
de Judea, Poncio Pilato”. Así mismo lo dice la Biblia (Lucas 3:1; 23:24).
Pilato se desempeñó como administrador de Judea entre los años 26 y 36, ésta es la razón
evidente por la cual los eruditos están de acuerdo en establecer ese periodo como fecha
de la muerte de Cristo. Ahora bien, el año 31 cae justo en el medio del periodo de Pilato
como procurador. Si no supiéramos nada más acerca de la fecha de la crucifixión que se
produjo simplemente cerca de la mitad del periodo de gobierno de Pilato, podríamos
decir que la predicción de Gabriel, hecha más de 500 años antes, estuvo muy, pero muy
cerca
Pero disponemos de más información. Antes de terminar con la fecha de la crucifixión,
examinemos la fecha del bautismo, ungimiento de Cristo.
12
Frank B. Holbrook, Simposio sobre Daniel, (Colombia: APIA, 2010), 233-237
Jesús fue bautizado por Juan el Bautista, y éste, de acuerdo con Lucas 3:1,2, comenzó su
brillante pero efímero ministerio “en el año decimoquinto del imperio de Tiberio César”.
Este emperador sucedió al famoso Augusto, que murió el 19 de Agosto del año 14.
Aunque no se disponga de una licenciatura en cronología histórica, cualquiera puede
calcular que el año quince de tiberio, cuando Juan inició su obra, tiene que haber
comenzado a más tardar en el año 28 DC. Y dicho año está muy cerca del 27 DC, el año
que propusimos para el bautismo de Jesús.
La gente que está especializada en cronología histórica, nos dice que hay buenas razones
para creer que el año 15 de Tiberio comenzó en el año 27 DC. El sistema de cómputo de
los reyes de antigüedad era diferente, algunos comenzaban en diferentes estaciones
(primavera u otoño). En cuanto a los judíos, aunque comenzaban su año religioso el 1° de
Nisán en la primavera, en la época a la que nos estamos refiriendo comenzaban los
reinados de los reyes no judíos en el día del año nuevo civil judío (1° Tisri). También habían
adoptado la costumbre de considerar que el primer año de un rey era el intervalo que se
extendía entre el día del comienzo del reinado y la llegada del siguiente año nuevo otoñal.
Los escribas judíos, como los de otros países del Mediterráneo oriental, comenzaban a
fechar los documentos en el “primer año” del nuevo emperador, tan pronto como
recibían la noticia de que éste había comenzado a reinar.
Tiberio comenzó a reinar a la muerte de Augusto, que ocurrió el 19 de Agosto del Año 14
DC. El siguiente día de año nuevo Judío cayó en algún momento entre mediados de
septiembre y mediados de octubre. Había suficiente tiempo para que las noticias de su
ascensión al trono llegaran a Palestina, y para que el “primer año” de su reinado
comenzara antes del Año Nuevo Judío. De modo que, de acuerdo con una costumbre
registrada en la mishnah judía, el “segundo año” de Tiberio tiene que haber comenzado
en Palestina el día de Año nuevo, en septiembre u octubre del año 14 DC, aunque en
realidad Tiberio para esa fecha sólo había estado en el poder por un par de meses.
Sobre esta base, el “año quince” de Tiberio no comenzó en agosto del año 28 DC como lo
podríamos suponer de acuerdo con nuestro moderno sistema de cómputo occidental. Si
se lo calcula “en armonía con la modalidad hebrea”, como lo describe el Diccionario
Bíblico del Interprete al referirse al sistema que hemos seguido aquí, el año quince de
Tiberio comenzó en septiembre u octubre del año 27 DC.
Puesto que Jesús fue bautizado poco después de que Juan comenzó a predicar, y puesto
que entre su bautismo y su primera Pascua pasó seis semanas en el desierto de la
tentación, reunió discípulos en diversos lugares, y asistió a las bodas de Caná, es
perfectamente acertado concluir que fue bautizado en el año 27. La predicción de Gabriel
acerca de que transcurrirían 69 semanas hasta el ungimiento del Mesías en ocasión de su
bautismo el año 27, se cumplió con sorprendente exactitud.13
Fecha de la Crucifixión
¿Existe alguna evidencia de que su muerte ocurrió en el año calculado, el 31 DC?
La respuesta directa es que, de acuerdo con las informaciones de que disponemos
actualmente, no hay pruebas contemporáneas absolutas de que esto sea así.las escrituras
nos dan una fecha definida para su bautismo, el “año quince… de Tiberio”, pero no
establecen definidamente la fecha de su muerte. Esta es una de las razones por las que los
estudiosos no están de acuerdo al respecto.
Pero ya hemos notado que sus diferencias se limitan a escasamente un año o dos en un
sentido o en el otro. Todos los comentaristas toman en cuenta el hecho de que la
crucifixión ocurrió, en general, mientras Poncio Pilato era procurador (26 al 36 DC) y, en
particular en una Pascua que tiene que haber ocurrido no más de tres o cuatro años
después de su bautismo. De manera que estamos cerca del año 31 DC. Un margen de
error de un solo año en una profecía que abarca medio milenio ya de por sí sería bastante
impresionante. Pero no necesitamos aceptar si quiera esa leve discrepancia. Los eruditos
que prefieren el año 30 al 31 lo hacen en parte basándose en la astronomía. Suponen que
la Pascua siempre caía en la primera luna llena después del equinoccio de primavera, y
saben que los astrónomos pueden calcular sin mucha dificultad la fecha de cualquier luna
llena de la historia. Pero los mismos astrónomos insisten en que ellos no pueden
proporcionar la información necesaria para zanjar la cuestión del año calendario cuando
ocurrió la crucifixión. El año 30 o el 31 podrían ser, dicen, si se toman en cuenta diversos
factores. Si no podemos depender totalmente de la astronomía, las Escrituras mismas nos
proporcionan valiosa evidencia que ciertamente no queremos pasar por alto, y el año 31
DC concuerda con esa evidencia. Por ejemplo, Daniel 9 nos indica que el intervalo que se
extendería entre el ungimiento del Mesías y el momento de su muerte sería de media
semana, o tres años y medio. El evangelio de Juan, al registrar las pascuas anuales a las
cuales Jesús asistió, nos proporciona evidencia de que efectivamente pasaron tres años y
medio entre el bautismo de Cristo y su muerte.
En Juan 2 y 3 se nos habla de una Pascua durante la cual Jesús habló de noche con
Nicodemo y le dijo que tenía que nacer de nuevo. En Juan 5:1-9 se nos cuenta de una
fiesta, muy probablemente una Pascua, en relación con la cual Jesús sanó a un hombre
que por 38 años había sufrido de parálisis. Juan 6:4 se refiere a una Pascua durante la cual
Jesús alimentó a una vasta multitud con la merienda de un chico. Juan 12:1 se refiere a
13
Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, (EUA: Pacific Press, 1989), 222-225
una Pascua en cuyo transcurso Jesús murió. Hemos visto que el bautismo de Cristo se
produjo hacia fines del año 27 DC. Por lo tanto, su primera pascua (Nicodemo) fue en la
primavera del año 28 DC. La segunda (Paralítico) cayó en la primavera del año 29 DC, y la
tercera (la multitud alimentada) ocurrió en la primavera del año 30; y al final (la de la
crucifixión) tuvo lugar tres años y medio después de su bautismo, es decir en la primavera
del año 31 DC, tal como Gabriel lo había anunciado.
La exactitud de Gabriel nos recuerda que, de acuerdo con Daniel 9:24, uno de los
propósitos de las setenta semanas era “sellar visión y profecía”, es decir, la visión de los
2300 días. Puesto que la profecía más corta se cumplió con tan asombrosa exactitud,
tenemos razón para confiar en que la más larga también se va a cumplir.14
El fin de las setenta semanas
Para la conclusión de las setenta semanas, Gabriel, en Daniel 9:24-27, no menciona ningún
acontecimiento definido. No dice que acto particular, o que transacción, señala el fin del
periodo profético que, por cierto. Por espacio de 490 años, le había recaído como
privilegio a la nación judía. Sabemos, sin embargo, que pocos años después de la
crucifixión (varios comentaristas han ubicado el momento en el año 34 DC) los dirigentes
judíos confirmaron su rebelión contra Dios produciendo el primer mártir. El sanedrín, el
tribunal más elevado de la comunidad judía, oficialmente ordenó la lapidación de Esteban.
Al dar muerte a Cristo los dirigentes judíos habían convencido a los romanos que
cometieran ese asesinato en su lugar. Al dar muerte a Esteban lanzaron piedras con sus
propias manos, al emplear el procedimiento tradicional judío para proceder a una
ejecución. El simbolismo de ese acto es aplastante. La parábola que Jesús contó de la viña
que fue entregada a otros labradores, y que está registrada en Mateo 21:33-43, tomo su
cumplimiento. Ahora la viña le sería quitada a Israel para ser ofrecida a una “nación”
diferente.15
14
Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, (EUA: Pacific Press, 1989), 225,226 15
Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, (EUA: Pacific Press, 1989), 234,235
Así, por medio de el apedreamiento de Esteban, las setenta semanas llegaban a su fin, y la
viña era entregada al Israel espiritual, por medio de la predicación a los gentiles, y que se
aceleró por la persecución de los Cristianos, todo esto pudo tener lugar. Pronto, había
congregaciones cristianas de origen gentil en diferentes lugares, y al ver esto, Pablo
verificó el cumplimiento de la profecía de Oseas 2:23. “Llamaré Pueblo mío al que no es
mi pueblo” (Romanos 9:25). La viña, ahora estaba a cargo de nuevos labradores.
Relación entre las Profecías de Daniel 2, 7, 8 y 9
Daniel 2 Daniel 7 Daniel 8
Babilonia Oro León -----------------
Medopersia Plata Oso Carnero
Grecia Bronce Leopardo Macho Cabrío
Roma Hierro Indescriptible Cuerno
El siguiente elemento de relieve que aparece en la escena en el capítulo 8 es el cuerno
pequeño. El capitulo 7 al cuerno pequeño se lo veía salir del cuarto reino representado
por un animal. La pregunta que surge es si el cuerno pequeño (visto en dos visiones)
debería ser identificado por la misma entidad o por entidades históricas diferentes.
El termino de la aplicación histórica, hemos visto que el cuerno pequeño que surge de la
cuarta bestia en el capítulo 7 representa al papado que surge de la roma imperial.
¿debería interpretarse el cuerno pequeño del capítulo 8 de la misma manera, o debería
aceptarse que represente a Antíoco Epífanes surgiendo de la división seléucida del
imperio Griego? Si esta pregunta es respondida decantándonos por el papado, el cuerno
pequeño del capítulo 8 amplifica algunas de sus características ya planteadas en parte en
el capítulo 7. Si el cuerno pequeño en el capítulo 8 se identifica con Antíoco Epífanes, la
identificación representaría una brecha fundamental en la continuidad de la
interpretación de la profecía de Daniel.
Para responder esta cuestión es preciso comparar las características de los cuernos en
estas dos divisiones. Lo que sigue es una enumeración de algunas de sus similitudes.
Si el profeta hubiese deseado representar poderes diferentes en esta posición final, le
habría resultado fácil emplear símbolos distintos para hacerlo. En vez de ello, empleó el
mismo símbolo de un cuerno pequeño al fin de la visión del capítulo 8, igual que había
hecho al final de la visión del capítulo 7. Este rasgo común en cuanto a la representación
sugiere que e ha usado el mismo símbolo para referirse al mismo poder en ambos casos.
Se trata del símbolo más prominente que estas dos visiones tienen en común.
La identificación del e pequeño en el capítulo 8 debería ser tomado en cuenta la imagen
del conjunto presentada por todas sus características proféticas preliminar a un examen
de sus características en el capítulo 8 es la cuestión de cuan directamente pueden
identificarse con el cuerno pequeño del capítulo 7. Teniendo en cuenta las similitudes
representadas con anterioridad que existen entre estos cuernos, debería administrarse
que se refiere a un único poder.
En el capítulo 7, ese poder ha sido identificado como Roma, no con Antíoco Epífanes. Por
lo tanto, en el capítulo 8 también debería de ser Roma, no Antíoco Epífanes. Los pocos
contrastes fundamentales que hay de las características de estos cuernos no tienen
suficiente peso para defender con éxito que no representan el mismo poder. Por lo tanto,
hemos obtenido identificaciones históricas para los símbolos principales del capítulo 8. El
carnero representa a los Medo persas. El macho cabrío representa a Grecia, representado
por Alejandro magno como su cuerno eminente. Los 4 cuernos que surgieron tras el
quebrantamiento de este cuerno eminente representan a los cuernos helenísticos, las
divisiones principales del reino de Alejandro. El cuerno pequeño que los siguió representa
a Roma.
COMPARACION ENTRE DANIEL 7 Y 8
DANIEL 7 DANIEL 8
El león: babilonia No figura
El oso: Medo Persia El carnero: Medo Persa
El leopardo: Grecia Macho cabrío: Grecia
Las 4 cabezas del leopardo: reinos helenísticos
Los 4 cuernos del macho cabrío: reinos Helenísticos
Bestia indestructible: Roma imperial Obra horizontal del cuerno pequeño: Roma imperial
Cuerno pequeño de la cuarta bestia: Roma religiosa
Obra vertical del cuerno pequeño: Roma religiosa
Escena del santuario celestial: el anciano de días juzga
Descripción del santuario celestial: restauración-purificación
Quema del cuerno pequeño Quebrantamiento del cuerno pequeño
El hijo del hombre recibe el reino No figura
Los santos entrar en el reino del anterior No figura
A partir de este esquema es evidente que la restauración, la purificación, la justificación o
la vindicación del santuario en 8:14 representan una acción un tanto similar a la de la
escena del tribunal celestial en 7:9-10. Estos dos elementos están en posiciones paralelas
en estas dos profecías paralelas. En un caso al profeta se le muestra un acontecimiento- el
juicio previo al advenimiento (cap. 7)-; en el otro, se le dice algo al respecto – la
purificación/ restauración del santuario (Cap. 8)-.
Las visiones de los capítulos 8 y 9 están estrechamente vinculadas, siendo a todos los
efectos una sola visión. El mismo ángel, Gabriel, es el intérprete, que vuelve en la visión
del capítulo 9 para complementar su explicación de la visión del capítulo 8. El autor señala
algunas conexiones.
1. Los elementos cronológicos de las visiones de Daniel se formulan normalmente
cerca de su conclusión. Sin embargo, la visión del capítulo 9 es presentada de tal
forma que su elemento cronológico (70 semanas) va colocado primero. Esto está
yuxtapuesto al elemento cronológico (2300 días) del capítulo 8.
2. Tanto las 70 semanas como los 2300 días comienzan en el periodo persa.
Al comparar las visiones de los capítulos 7 – 9 podemos observar que sus duraciones son
distintas: tienen duraciones breve (9), intermedia (8) y plenaria (7).
También debería observarse que su secuencia (en lo relativo a los acontecimientos) esta
invertida (patrón de pensamiento común entre los hebreos, que razona de efecto a
causa). El capitulo 9 pone su atención en la muerte del mesías, el capítulo 8 revela su
ministerio sacerdotal en el Santuario Celestial y el ataque del cuerno pequeño en su
empeño por trastocarlo; el capítulo 7 va más allá de ese punto, a la recepción de su reino
eterno por parte del Mesías. Así en el capítulo 9 es presentado como Sacrificio con el
título de “Mesías príncipe”. En el capítulo 8 es presentado como Sacerdote con el título
de “príncipe de los ejércitos”. Y en el capítulo 7 es presentado como rey con el título de
“hijo de hombre”
Relaciones entre los personajes de Daniel 7, 8 y 9
Se ha sugerido que hay una relación directa entre el príncipe que gobierna a sus santos
desde el santuario celestial de forma preliminar (cap. 8) y el hijo del hombre al que se
concede el gobierno final sobre ellos en su dominio eterno (cap. 7). No solo están
relacionados por medio de estas fases de gobierno preliminar y final, sino que también se
puede identificar que desempeñan labores relacionadas en pro de ese pueblo. La labor
sacerdotal que lleva a cabo el príncipe en el capítulo 8 explica cómo los santos llegan a ser
recibidos en el reino gobernado por el hijo de hombre en el capítulo 7. Así, hay base
textual definida para identificar que estas dos figuras representan al mismo individuo.
La descripción de la obra del Mesías en el capítulo 9 puede ahora ser añadida a esta
ecuación. Para que el príncipe (cap. 8) oficie como sacerdote en su santuario celestial, este
tenía que ser ungido para iniciar tal función. Esta es la unción del santo de los santos a la
que se alude en 9:24. Así, la función que el capítulo 8 describe que se estaba llevando a
cabo retrotrae su comienzo al capítulo 9.
Sin embargo, para que el príncipe del capítulo 8 pudiera oficiar como sacerdote, tenía que
ofrecer un sacrificio (cf. Heb. 7:27; 8:3). Este sacrificio era un prerrequisito para su
ministerio, descrito en el capítulo 8. Ese sacrificio es el predicho en el capítulo 9, la
expiación final y definitiva de la iniquidad, expiación que dio paso a la justicia perdurable.
Según Daniel 8, esta justicia perdurable ha sido ministrada al pueblo por el príncipe
sacerdotal en el santuario celestial. Sin embargo, la provisión para ello se hizo mediante la
muerte del Mesías, cosa profetizada en el capítulo 9. Así, hay un vínculo temático entre el
hijo del hombre del capítulo 7 y el príncipe del capítulo 8 y el Mesías del capítulo 9. Esos
títulos se refieren a la misma persona: Jesucristo.
Hay también una explicación paso por paso en estas profecías en cuanto a la naturaleza de
la labor de Cristo en cada una de las profecías precedentes. En el capítulo 7 el hijo del
hombre aparece en la escena final de juicio. En esa coyuntura recibe el derecho al
gobierno sobre el eterno reino de Dios. Pero en el capítulo 7 no se da razón alguna de por
qué es digno de recibir el reino. La explicación de ello se da en el capítulo 8. Ha oficiado
como gran Sumo Sacerdote en el santuario celestial y ha salvado a los santos que
componen ese reino. Pero en el capítulo 8 no hay ninguna explicación de cómo el príncipe
llegó a ocupar ese puesto sacerdotal. Esa explicación es dada en el capítulo 9, donde se ve
que el Mesías se ofrece a sí mismo como la gran expiación definitiva de la iniquidad. Esa
expiación lograda introdujo la justicia perdurable que el príncipe ministra en lo sucesivo
en pro del pueblo desde el santuario celestial.
Así, estas tres profecías de Daniel forman una cadena entrelazada de explicaciones en
cuanto la obra de este personaje único que es común en todas ellas. En el capítulo 9 es el
sacrificio. En el capítulo 8 es el sacerdote. En el capítulo 7 es el rey. Dado que estas
distintas fases de su labor se van enlazando entre sí en un hilo común, la figura implicada
en todas ellas debería identificarse con un solo personaje. Las primeras dos fases de esta
obra se han cumplido en Jesucristo, y aguardamos la conclusión de la tercera, cuando se
dé entrada a los santos al eterno reino de Dios.16
16
Frank B. Holbrook, Simposio sobre Daniel, (Colombia: APIA, 2010), 241,242
Bibliografía Comentario Bíblico Adventista, tomo 4.
Goldstein, Clifford. Ataque contra el lugar Santísimo. Colombia: APIA, 2005.
Holbrook, Frank B. Simposio sobre Daniel. Colombia: APIA, 2010.
Maxwell, Mervyn. Dios Revela el Futuro. EUA: Pacific Press, 1989.
Shea, William H. The Abundant Life Bible Amplifier, Daniel 7-12. EUA: Pacific Press, 1996.
Wade, Loron. El futuro del mundo revelado en el libro de Daniel.