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UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR FACULTAD DE HUMANIDADES DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA RELACIÓN ENTRE NIVEL DE ANSIEDAD Y CONSUMO DE SUSTANCIAS EN EL PERSONAL DE UNA EMPRESA DE CALL-CENTER TESIS JUAN SEBASTIÁN SIERRA LARRAÑAGA Carné: 11930-07 Guatemala, febrero de 2012 Campus Central

RELACIÓN ENTRE NIVEL DE ANSIEDAD Y …biblio3.url.edu.gt/Tesis/2012/05/42/Sierra-Juan.pdf · consecuencias del alcoholismo en la vida familiar de tres personas rehabilitadas en el

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UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR FACULTAD DE HUMANIDADES

DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA

RELACIÓN ENTRE NIVEL DE ANSIEDAD Y CONSUMO DE SUSTANCIAS EN EL PERSONAL DE UNA

EMPRESA DE CALL-CENTER

TESIS

JUAN SEBASTIÁN SIERRA LARRAÑAGA Carné: 11930-07

Guatemala, febrero de 2012 Campus Central

UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR FACULTAD DE HUMANIDADES

DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA

RELACIÓN ENTRE NIVEL DE ANSIEDAD Y CONSUMO DE SUSTANCIAS EN EL PERSONAL DE UNA

EMPRESA DE CALL-CENTER

TESIS

Presentada al consejo de la Facultad de Humanidades

Por:

JUAN SEBASTIÁN SIERRA LARRAÑAGA Carné: 11930-07

Previo a optar al título de:

PSICÓLOGO CLÍNICO

En el grado académico de:

LICENCIADO

Guatemala, febrero de 2012 Campus Central

AUTORIDADES UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR

Rector P. Rolando E. Alvarado López, S.J.

Vicerrectora Académica Dra. Lucrecia Méndez de Penedo

Vicerrector de Investigación y Proyección P. Carlos Cabarrús Pellecer, S.J.

Vicerrector de Integración Universitaria P. Eduardo Valdés Barria, S.J.

Vicerrector Administrativo Lic. Ariel Rivera Irías

Secretaria General Licda. Fabiola de la Luz Padilla

AUTORIDADES FACULTAD DE HUMANIDADES

Decana M.A. Hilda Caballeros de Mazariegos

Vicedecano M.A. Hosy Benjamer Orozco

Secretaria M.A. Lucrecia Elizabeth Arriaga Girón

Directora del Departamento de Psicología M.A. Georgina Mariscal de Jurado

Directora del Departamento de Educación M.A. Hilda Díaz de Godoy

Directora del Departamento de

Ciencias de la Comunicación M.A. Nancy Avendaño

Director del Departamento de

Letras y Filosofía M.A. Ernesto Loukota

Representante de Catedráticos M.A. Ignacio Laclériga Giménez

Representante ante Consejo de Facultad M.A. Melisa Lemus

ASESOR DE TESIS

Licda. Silvia Moino

REVISOR DE TESIS

M.A. Tania Guillioli

AGRADECIMIENTOS

A Dios.

DEDICATORA

A mi familia.

ÍNDICE

RESUMEN 7

I. INTRODUCCIÓN 8

1.1 Ansiedad 17

1.2 Consumo de Sustancias 31

II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 36

2.1 Objetivos 37

2.1.1 Objetivo general 37

2.1.2 Objetivo específicos 37

2.2 Hipótesis 37

2.3 Variables de estudio 38

2.4 Definición de variables 38

2.4.1 Definición Conceptual 38

2.4.2 Definición Operacional 38

2.5 Alcances y Límites 39

2.6 Aporte 39

III. MÉTODO 40

3.1 Sujetos 40

3.2 Instrumentos 41

3.3 Procedimiento 42

3.4 Diseño 43

3.5 Metodología Estadística 44

IV. RESULTADOS 45

V. DISCUSIÓN DE RESULTADOS 49

VI. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 51

6.1 Conclusiones 51

6.2 Recomendaciones 52

VII. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 53

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RESUMEN

El presente trabajo de investigación tiene como objetivo establecer si existe una

correlación estadísticamente significativa entre niveles de ansiedad y consumo de

sustancias en el personal de una empresa de Call-Center, comprendidos entre 18 y 41

años.

El trabajo se realizó con una metodología de tipo cuantitativo, no experimental, con un

diseño transeccional correlacional-causal. La muestra consta de 56 sujetos, hombres y

mujeres, con estudios a nivel de diversificado y sin importar la situación

socioeconómica, ni el tiempo que lleva trabajando en la empresa. Para lograr tener un

dato medible sobre ansiedad, se utilizó la escala de ansiedad de Hamilton y la escala

de consumo de sustancias de Musito.

Luego de aplicar ambas escalas, se llegó a la conclusión de que no existe una relación

estadísticamente significativa entre el nivel de ansiedad y el consumo de sustancias en

el personal de una empresa Call-Center. Resultando de la escala de ansiedad de

Hamilton un punteo de 12.05, que es igual a un nivel de ansiedad medio y en la escala

de consumo de sustancias de Musitu se obtuvo un punteo de 3.55, que es igual a una

ausencia de consumo por el personal.

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I. INTRODUCCIÓN

Guatemala es un país en vías de desarrollo. Además, una nación sobreviviente de una

guerra civil que finalizó en 1996 con la firma de la paz. Estos factores inciden de

manera preponderante en el rumbo que el país ha tomado. Producto de la guerra y de

la pobreza en que el pueblo se vio sumido en los años 80, hubo una migración hacia el

norte del continente. Aquellos cuyas familias habían quedado sin el sustento que la

misma situación les limitaba, fueron en busca de mejores horizontes.

Esas personas tuvieron mejores oportunidades en los países del norte, en especial

Estados Unidos y, al mismo tiempo, aprendieron otro idioma, mismo que les serviría en

un futuro para llegar a formar parte de la fuerza laboral que más auge tiene en estos

momentos en Guatemala: las empresas de “call-center”.

Dichas fuentes de trabajo proporcionan un ingreso bastante apetecible para aquellos

individuos de clase media que dominan un segundo idioma y que carecen de un nivel

educativo superior adecuado. Sin embargo, el ambiente laboral que el personal

experimenta en estos centros es muy exigente y, por lo tanto, tiende a generar un alto

nivel de ansiedad, que muchas veces desemboca en adquirir hábitos poco saludables a

nivel físico y mental, como lo es el consumo de sustancias dañinas al organismo

humano.

El presente trabajo pretende demostrar esa probable relación que existe entre el nivel

de ansiedad y el consumo de sustancias. Para alcanzar tal objetivo, se localizó una

empresa de call-center y, entre sus trabajadores, se escogió al azar un número

determinado de ellos para la realización del estudio con los cuales se utilizaron

diferentes escalas de medición de la ansiedad y el consumo de sustancias.

A continuación se mencionan estudios realizados a nivel nacional relacionados al

presente tema de investigación:

Chivalán (2008) realizó un estudio cuyo objetivo fue describir cuáles son las

consecuencias del alcoholismo en la vida familiar de tres personas rehabilitadas en el

grupo de Alcohólicos Anónimos “Los Elegidos” de la colonia concepción Las Lomas,

sector centro, zona 16 de Guatemala. La muestra estuvo conformada por tres

9

miembros de un grupo de Alcohólicos Anónimos, que fueron escogidos de manera

intencional, de acuerdo a las siguientes características: sexo masculino, entre las

edades de 33 a 53 años, con un nivel socioeconómico medio y fueron los que tuvieron

mayor accesibilidad al estudio. Además, se entrevistó a un familiar de cada uno de los

tres sujetos mencionados, lo cual sirvió para enriquecer el trabajo desde el punto de

vista de un familiar. Se concluyó que las consecuencias del alcoholismo en la vida

familiar de tres personas rehabilitadas en el grupo de Alcohólicos Anónimos son:

alteraciones en las relaciones familiares, alteraciones en la salud física, psicológica y

emocional en los integrantes de la familia, alteraciones en la educación y valores, y

alteraciones en la economía familiar. Dentro de las recomendaciones que se hicieron

está; la concientización que se cree conciencia a los estudiantes y a la sociedad en

general sobre el efecto del alcoholismo en la vida familiar.

En otro estudio, Santizo (2008) tuvo como objetivo implementar un programa

terapéutico que permitiera manejar la conducta ansiosa hacia la recuperación del

equilibrio emocional del niño huérfano víctima de desastres naturales. Para este

estudio se tomó una muestra de treinta niños y niñas huérfanos que corresponden al

100%; treinta niños y niñas que sufrieron el mismo suceso pero que no son huérfanos,

siendo esto también el 100%. Todos entre las edades de siete y doce años. Por lo

general de familias de escasos recursos económicos e indígenas. Se concluyó que los

niños huérfanos víctimas de desastres naturales manifiestan ansiedad ante fenómenos

naturales, lo cual repercute en las distintas actividades que realizan. La ansiedad en los

niños huérfanos víctimas de desastres naturales se manifiesta a través del miedo, el

deseo de huir de las situaciones que para ellos resultan amenazantes. La conducta

ansiosa que manifiestan los niños huérfanos víctimas de desastres naturales se

caracteriza por una gran variedad de síntomas tales como el temblor hipertonía

muscular, inquietud, sudoración de manos, palpitaciones aceleradas, distraibilidad,

pérdida de concentración, todos los síntomas van acompañados de una sensación de

tensión interna y dificultades para relajarse. Dentro de las recomendaciones que se

hicieron está brindar orientación psicológica a los niños y niñas que manifiestan

ansiedad en las dos escalas como un medio para ayudarlos a recuperar el equilibrio

emocional. También el analizar la conducta ansiosa del niño huérfano para descubrir

las ideas irracionales que manejan, de esta forma se les puede brindar la ayuda

necesaria para que puedan liberarse de los sentimientos negativos.

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En otro estudio realizado por Pérez (2009) se propuso demostrar el nivel de asertividad

en los alcohólicos en sobriedad que asisten regularmente a los grupos de alcohólicos

anónimos de la ciudad de Quetzaltenango. La población estuvo conformada por 240

personas, se realizó con una muestra de 148 que cumplían con las características de

estar en rehabilitación por un tiempo no menor de un año, y asistir regularmente a las

reuniones en los grupos de Alcohólicos Anónimos de la ciudad de Quetzaltenango,

donde asisten personas de diferente condición social, etnia, género, religión y las

edades están comprendidas entre 20 y 80 años. Se concluyó que la persona asertiva

expresa de manera directa y sincera sus sentimientos y opiniones según sus

preferencias o necesidades, sin ofender o dañar la integridad de la otra persona, es

proactiva y se expresa con libertad, goza de una buena autoestima y no concibe abusar

de los demás para lograr sus objetivos. Según los resultados estadísticos, la actitud

agresiva que manifestaron algunos sujetos indica que atacan la problemática con el

objeto de superarla; es decir, existe un intento inadecuado por escapar de la adicción.

Dentro de las recomendaciones que se hicieron se encuentra que los que asisten a los

grupos de Alcohólicos Anónimos, se organicen y promuevan regularmente pláticas a

través de personal especializado, para ser cada vez más asertivos y logren la

sobriedad de una manera más directa.

En el año 2009, González realizó un estudio con el objetivo de comprobar el nivel de

ansiedad que produce la infertilidad. La muestra estuvo conformada por quince parejas,

con problemas de infertilidad, comprendidos entre las edades de 18 a 35 años. Los

entrevistados que se evaluaron son personas de diferente estrato económico y social.

Se concluyó que de acuerdo a los resultados obtenidos en la aplicación de la prueba

STAI 82, las parejas infértiles presentan altos niveles de ansiedad, provocada por la

ausencia de un bebé en el hogar, lo cual los lleva a la búsqueda de soluciones

científicas. También que las personas manifiestan una serie de sentimientos y

emociones negativos debido a que se sienten causantes del problema de la infertilidad.

Dentro de las recomendaciones que se hicieron se encuentra que para disminuir los

niveles de ansiedad las terapias psicológicas individuales, ofrecen una alternativa de

solución para promover un sentido integral para disminuir la ansiedad con las mejores

opciones de tratamiento. Las terapias en parejas proporcionan una perspectiva

diferente para evitar que el cónyuge considere que es el culpable del problema y

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proponerles la adopción como alternativa de ayuda mutua para el bebé y para ellos, de

esa manera, se satisfará la expectativa de ser padres.

Por otro lado, Toc (2009) realizó un estudio cuyo objetivo era controlar la ansiedad en

el momento del aprendizaje en la conducción de vehículos. Para este estudio se tuvo

una muestra de 300 estudiantes inscritos en la escuela de automovilismo Marsa, en las

modalidades de: principiante, intermedio, avanzado y refuerzo, en que participan

hombres, mujeres y jóvenes menores de edad. En este estudio sólo se tomaron en

cuenta estudiantes de la modalidad principiante, haciendo un estimado de una

población correspondiente a 100 sujetos, por lo que se determinó que la muestra debía

abarcar dicha cantidad lo cual corresponde al 99% de nivel de confianza. La

metodología que se utilizó fue la prueba STAI 82, un inventario que mide ansiedad

psíquica, inquietud, desasosiego, sobresalto, angustia. Se concluyó que los

conductores principiantes sufren ansiedad, debido a que no pueden controlar sus

emociones ante un acontecimiento nuevo. Se demostró a través del estudio que las

personas que sufren síntomas de ansiedad tienen un proceso más lento en el

aprendizaje de la conducción del automóvil, pues deben romper primero con los miedos

que no facilitan un aprendizaje efectivo. Dentro de las recomendaciones que se

hicieron se mencionó tener una persona especializada dentro de la empresa para

abordar de una mejor manera los problemas psicológicos y tratar los problemas de

ansiedad. Además, darle importancia al aspecto emocional llevado a la par de sus

clases de manejo y charlas motivacionales durante el tiempo de aprendizaje.

Por su parte, Guzmán (2010) realizó un estudio cuyo objetivo fue establecer el nivel de

ansiedad que presentan los niños institucionalizados en el municipio de Salcajá. Se

tomaron en cuenta a 190 niños de la aldea infantil Rudolf Walther, que constituye el

universo de la población de ambos sexos de diversas edades y se tomó una muestra

de 80 niños comprendidos de 7 a 13 años que se encontraban distribuidos en 17 casas

y cada vivienda con una cantidad de 11 niños, de diversos credos y etnias. Para este

estudio se utilizó el cuestionario de autoevaluación Ansiedad-Rasgo. Se concluyó que

la institucionalización no es la mejor solución para que los niños puedan estar

totalmente alejados de manifestar diferentes niveles de ansiedad, ya que ellos por lo

regular se encuentran vulnerables a ésta, en algunos casos puede ser por inadaptación

al medio en que se encuentran o por la falta de la figura paterna o materna o por

abusos, que en algún momento antes de ser institucionalizados pudieron haber sido

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víctimas. El ambiente que rodea a los niños es determinante para que en algún

momento manifiesten determinados niveles de ansiedad; sin embargo, se puede

observar que no es imposible apoyarlos para que ellos asimilen la frustración, miedos y

adaptación. Dentro de las recomendaciones se mencionó desarrollar un programa

terapéutico dirigido a los niños que manifiestan nivel de ansiedad rasgo y nivel de

ansiedad estado, porque es importante la aplicación de este programa a todos; si bien

es cierto, algunos niños, manejan más ansiedad que otros pero ninguno está aislado de

que eso pueda cambiar.

En el año 2010, Rodríguez realizó un estudio cuyo objetivo era implementar un

programa de terapia cognitiva conductual que permitiera disminuir la ansiedad en la

adolescencia con ayuda terapéutica. La muestra estuvo conformada por 264 sujetos

estudiantes de centros educativos privados de la zona 1 de la ciudad de

Quetzaltenango, Guatemala. La muestra estaba comprendida entre las edades de 15 y

17 años, de sexo masculino y femenino. La metodología que se utilizó fue aplicar el test

STAI 82 y una boleta de opinión para alumnos de tercero básico de los centros

educativos de la ciudad de Quetzaltenango, el intervalo auto evaluativo era para medir

la ansiedad de los alumnos. Se concluyó que todos los seres humanos manejan cierto

grado de ansiedad y cuando esa ansiedad aumenta su intensidad es necesario

consultar con un profesional para ayuda psicoterapéutica y farmacológica. La ansiedad

está relacionada con el aprendizaje, ya que los altos niveles de ansiedad como los

bajos niveles de ansiedad influyen en el rendimiento académico y en la interacción

social. En la adolescencia la ansiedad en una intensidad mayor hace que esta etapa

sea un poco más difícil de pasar, promueve una baja autoestima, irritabilidad, tristeza,

pesimismo, entre otros. Existe un nivel de ansiedad alto en la adolescencia. Dentro de

las recomendaciones que se hicieron se menciona que cada centro educativo

proporcione servicio psicológico para apoyar a los adolescentes, ya que en esta etapa

ellos necesitan más comprensión y mejor manejo de alternativas que les permitan

afrontar sus problemas y el control de la ansiedad que manejan.

Así mismo, en otros países también se han realizado investigaciones en torno al tema

del presente estudio, las cuales se mencionan a continuación:

En el año 2000, Caraveo-Anduaga realizó un estudio cuyo objetivo era reportar la

estimación en la ciudad de México de la prevalencia de los trastornos de ansiedad de la

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población adulta, durante el transcurso de su vida y en los últimos 12 meses, así como

las características sociodemográficas, la proporción de sujetos que busca ayuda y los

impedimentos de la población afectada. El estudio se llevó a cabo por medio de una

encuesta de hogares en una muestra representativa de la población adulta de 18 a 65

años. En conclusión: los trastornos por ansiedad fóbica influyen de manera

determinante en el desarrollo de la psicopatología, por lo cual se les debe tomar en

cuenta para detectarlos y tratarlos oportunamente en virtud de sus graves

consecuencias en la calidad de vida de las personas afectadas. La fobia social y las

fobias específicas son de especial interés porque en promedio, empiezan a más

temprana edad.

Así mismo, López (2000) realizó un estudio con el objetivo de conocer los hábitos de

consumo, sustancias más consumidas y frecuentes de consumo, en una muestra

formada por 90 estudiantes de psicopedagogía y, determinar las dimensiones de

personalidad asociadas a la conducta de consumo. Los resultados indicaron una

elevada incidencia en el consumo de alcohol y cannabis, mientras que el consumo del

resto de drogas, cocaína, éxtasis, alucinógenos, tranquilizantes e hipnóticos, es

prácticamente inapreciable. Asimismo, con respecto a las variables de personalidad

asociadas a las conductas de consumo, tanto los consumidores de cannabis como los

de alcohol se caracterizan por poseer una actitud muy favorable hacia todo lo

novedoso, destacándose además por un mayor nivel de extraversión que los no

consumidores.

En otro estudio, Ramos (2001) tuvo como objetivo determinar la localización de la

hiperhidrosis, la clínica acompañante y la ansiedad que refieren los pacientes tanto

subjetivamente como mediante instrumentos psicométricos estandarizados. La muestra

estuvo conformada por 158 pacientes que llenaban los requisitos para la investigación.

Se concluyó que la hiperhidrosis primaria es un trastorno que cursa principalmente con

híper sudación palmar, aunque no de forma exclusiva. Se acompaña de clínica típica

de hiperactividad del sistema vegetativo y un grado de ansiedad que incapacita para

llevar una vida normal y que, sin embargo, no se detecta mediante el cuestionario

STAI.

Así mismo, Rodríguez (2004) realizó un estudio cuyo objetivo fue analizar las

relaciones existentes entre el grado de satisfacción en la relación de pareja, los niveles

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de ansiedad de las parejas en espera del nacimiento de su hijo y el grado de

vinculación afectiva prenatal. Participaron 9 parejas, en el rango de 26 a 42 años,

hombres y mujeres, que cumplimentaron el Inventario de Situaciones y Respuestas de

Ansiedad, el Cuestionario de Áreas de Vinculación Afectiva Prenatal. Se efectuaron

análisis de regresión simple, y los resultados indican que el grado de satisfacción de la

pareja no alcanza relación significativa con los niveles de vinculación prenatal, y que

los niveles de ansiedad de las mujeres presentan una relación significativa con esta

vinculación.

Según un estudio realizado por la MacKenney (2004), la incidencia del alcoholismo en

Guatemala es: “La edad de inicio promedio para el consumo y abuso de alcohol es

antes de los 13 años, según los estudios de los diferentes países entre ellos

Guatemala”. Este dato comparado con el informe del grupo de A.A. en Guatemala: “La

edad de las personas que acuden por primera vez a Alcohólicos Anónimos ha

disminuido. Antes los visitantes superaban los 30 años, ahora son cada día más los

menores de 20 años”. “Refieren también que el 25% de los miembros de A.A. tienen

menos de 25 años. Esto se basa en los datos de sus 950 centros que existen en

Guatemala, con un promedio de 15 miembros, 5 de ellos no superan los 25 años de

edad”. Según los estudios realizados por el patronato de Antialcohólicos y la Secretaria

Ejecutiva de la Vicepresidencia de la República de Guatemala (2004), señalan que: “en

promedio los guatemaltecos se inician en el consumo de licor, a la edad de los 15 años.

También mencionan que de cada 100 guatemaltecos, 66 consumen licor. En promedio,

un individuo ingiere 64.75 litros de bebidas alcohólicas al año”.

En el año 2005, Camacho realizó un estudio con el objetivo de evaluar la relación

funcional entre los factores sociodemográficos, la ansiedad social y las expectativas

positivas hacia el alcohol, así como el consumo de bebidas embriagantes en

estudiantes universitarios de ingeniería de dos instituciones privadas de Bogotá. Se

utilizó un diseño no analítico observacional descriptivo correlacional. La muestra estuvo

conformada por 618 estudiantes, seleccionados aleatoriamente con un muestreo

estratificado por tipo de ingeniería, quienes respondieron el cuestionario de

Expectativas hacia el Alcohol, la escala de Ansiedad social del Inventario SPAI y un

formato de datos sociodemográficos y de consumo de alcohol. Con un promedio de

edad de 20.5 años y una frecuencia de consumo entre moderada 37.1% y alta 36.4%

con más de la tercera parte reportando consumo abusivo, presentaron en promedio un

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nivel bajo, de ansiedad social y un nivel medio de expectativas positivas hacia el

consumo de alcohol. Mientras que las expectativas del consumo más arraigadas fueron

la facilitación de la interacción, la expresividad verbal, la desinhibición y los cambios

psicofisiológicos, las de menor fueron la expectativa de que el OH incremente la

sexualidad, la agresividad y los sentimientos de poder. No se encontró asociación entre

consumo con este grupo etéreo, la institución, el tipo de ingeniería ni el semestre. Se

concluyó que en los estudiantes de ingeniería, la frecuencia e intensidad de consumo

de alcohol cambia significativamente en función directa del sexo, mayor en los

hombres, las expectativas positivas y la ansiedad social, ésta aplica para la intensidad

y no para la frecuencia.

Oliva (2005) realizó un estudio cuyo objetivo era encontrar diferentes trayectorias en el

consumo de sustancias a lo largo de la adolescencia y analizar las consecuencias que

este consumo en la adolescencia temprana y media tiene para el ajuste emocional y

comportamental al final de la adolescencia. La muestra estuvo conformada por 101

adolescentes, 63 varones y 38 mujeres, que fueron estudiados en 3 ocasiones: a los

13, 15 y 18 años de edad. Los resultados mostraron tres grupos de adolescentes en

función de las trayectorias seguidas por su consumo de sustancias: consumo bajo,

consumo ascendente y experimentación precoz. La comparación entre estos tres

grupos indicó un mejor ajuste psicológico en la adolescencia tardía entre los varones y

mujeres del grupo de experimentadores, mientras que los problemas de conducta

fueron más frecuentes entre los incluidos en el grupo de consumo ascendente. Por otra

parte, los análisis de regresión señalaron que el consumo moderado de sustancias en

la adolescencia temprana estaba relacionado con una autoestima más alta y con

menos problemas emocionales al final de la adolescencia, pero con más problemas

extremos.

Por su parte, Rosario (2008) analizó las relaciones entre la ansiedad ante los

exámenes, la procrastinación académica, variables personales y familiares y las notas

en matemáticas. Se analizó también el impacto de variables socio personales tales

como el nivel de estudios de la madre y padre, el número de hermanos y el número de

cursos suspensos utilizando ANOVAS en dos muestras independientes de 533 y 796

sujetos de los 3 primeros cursos de la Educación Secundaria Obligatoria. Los datos,

similares en los dos estudios, revelan que la ansiedad ante los exámenes es superior

en las chicas y disminuye con el aumento del nivel de estudios de la madre y del padre,

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del número de cursos suspensos y de las notas en matemáticas. La ansiedad ante los

exámenes y la conducta de procrastinación correlacionan positiva y significativamente.

En resumen la ansiedad en el día a día es algo común en las sociedades modernas.

No solo en el ámbito laboral pero también en los estudios y en la vida cotidiana. La

ansiedad no distingue edad ni sexo. Es importante aprender a lidiar con la ansiedad del

diario vivir para que no afecte en la vida personal.

Muchos autores coinciden en que los niveles de ansiedad no se confrontan

adecuadamente. Uno de los métodos, utilizados por la sociedad en general para

confrontar la ansiedad, es el consumo de sustancias. Estas sustancias tienden a ser

dañinas para la salud. Es por eso que es importante enseñar diversos métodos para

confrontar la ansiedad.

Después de la recopilación de estos estudios es necesario detallar la información

teórica en que se fundamenta el presente trabajo de investigación.

17

1.1 Ansiedad:

Mardomingo, (1994) menciona que la ansiedad como síntoma forma parte de un buen

número de cuadros clínicos en la infancia y en la vida adulta. La palabra ansiedad

viene del latín anxietas de Andere que significa estrechar, y se refiere a un malestar

físico muy intenso, que se manifiesta principalmente por respiración anhelante. La

ansiedad se presenta ante estímulos que el sujeto percibe como potencialmente

peligrosos e incluye síntomas neurovegetativos, conductuales, cognitivos y vivenciales.

Las respuestas de ansiedad y miedo han jugado un papel primordial en la evolución de

la especie, como mecanismos de defensa y alerta frente a los peligros ambientales. La

ansiedad, como otros instintos básicos, se pone en marcha ante los peligros inmediatos

y tiene el carácter de respuesta adaptativa imprescindible para salvaguardar la

integridad del individuo y para asegurar la sobrevivencia de la especie. La respuesta de

ansiedad o angustia produce mediante la estimulación del sistema nervioso simpático y

mediante la liberación de catecolaminas.

La ansiedad patológica se caracteriza por ser desproporcionada frente a la realidad

ambiental, o por presentarse sin que exista ningún factor ambiental que la justifique.

Mientras la angustia normal surge en el plano de los sentimientos dirigidos o

motivados, la angustia patológica pertenece a los sentimientos vitales, informa sobre el

bienestar o malestar corporal y no guarda relación con el medio ambiente. La primera

es la angustia anímica o reactiva y la segunda la angustia vital o endógena, constitutiva

de la timopatía ansiosa (Mardomingo, 1994).

La ansiedad patológica implica una intensa sensación de malestar, sin causa objetiva

que lo justifique, con sentimientos de temor y aprensión respecto a acontecimientos

desgraciados que pudieran suceder. El sujeto teme volverse loco, morirse o realizar un

acto incontrolable. En la vertiente motriz se manifiesta en inquietud, desasosiego,

temblor, imposibilidad para permanecer sentado, actos repetidos de frotarse las manos,

tocarse el rostro o los cabellos, o gestos similares. Más raramente puede traducirse en

inhibición motriz con dificultad del paciente para hablar o para moverse. Las

manifestaciones corporales pueden afectar prácticamente a todos los órganos y

sistemas, desde el sistema cardiovascular al respiratorio, digestivo, piel, endocrino y

neurovegetativo. La frecuencia cardiaca se acelera, disminuye el flujo sanguíneo

periférico y se producen modificaciones en el EEG (Mardomingo, 1994).

18

La ansiedad puede ser una experiencia humana normal, puede formar parte del cuadro

clínico de otras enfermedades pediátricas y de otros trastornos psiquiátricos, y puede

constituir un auténtico trastorno cuando la angustia es el síntoma predominante y tiene

claras repercusiones en el bienestar personal. El diagnóstico de un trastorno de

ansiedad tendrá por tanto en cuenta la adecuación o no adecuación de los síntomas en

función de la edad y la severidad de los mismos.

Así mismo, Jarne, Talarn, Armayones, Horta y Requena (2006), indican que la

ansiedad es un concepto muy popular, pero no siempre bien entendido. La ansiedad es

un estado subjetivo de incomodidad, malestar, tensión, displacer y alarma que hace

que el sujeto se sienta molesto. Se trata, por lo tanto, de una emoción que aparece

cuando el sujeto se siente amenazado por un peligro, que puede ser externo o interno.

La respuesta ante esta situación es evitar la ansiedad mediante diversos

procedimientos. La ansiedad está presente en la mayoría de pacientes que consultan

en clínicas. Se distinguen tres áreas en las que repercute la ansiedad sobre las

personas:

Área cognitiva: se podría definir como un temor, espera de un peligro,

sentimientos pesimistas, preocupación por el futuro, malestar difuso, mal

funcionamiento de la atención, memoria, concentración, etc.

Área conductual o relacional: como irritabilidad, inquietud, temblores,

discusiones, tensión familiar y ambiental, etc.

Área somática: como hiperactivación vegetativa.

Estas tres áreas de respuesta no se activan de la misma manera en todos los sujetos.

Se pueden encontrar en sujetos que presentan más repercusión de la ansiedad en un

área que en otra. Los trastornos de ansiedad pueden ser muy variados. Aunque todos

comparten el núcleo central de la ansiedad como síntoma fundamental, por su

poliformismo obliga a presentarlos por separado.

López, (2006) menciona que la ansiedad es una emoción que forma parte de la vida

diaria. Sentimientos de ansiedad y miedo son emociones por peligros reales o

potenciales que alertan al individuo como parte de los mecanismos propios de

adaptación. Todo ello se considera normal hasta que interfiere en el ritmo diario de la

19

vida. Existen personas que padecen ansiedad y miedo de manera anormal e irracional

y estos sentimientos dificultan su funcionamiento diario.

Los trastornos de ansiedad constituyen un grupo heterogéneo de enfermedades,

ansiedad generalizada, ataques de pánico, agorafobia, fobia social, trastorno obsesivo-

compulsivo, que suelen desarrollarse antes de los 30 años y son más frecuentes en

mujeres pertenecientes a familias con historiales de ansiedad y depresión. Los

trastornos afectan del 5 al 10% de la población general y tienden a incrementarse

debido a los factores estresantes ambientales y a los problemas socioeconómicos

(López, 2006).

Los síntomas de ansiedad que aparecen con más frecuencia en la clínica son

palpitaciones, taquicardia, dolor en el pecho, dificultad para respirar e hiperventilación.

Estos síntomas asustan al paciente, ya que sospecha de alguna enfermedad de

gravedad, lo que agudiza la ansiedad. Diversas alteraciones médicas como infarto de

miocardio, hipertiroidismo, colon irritable y migraña, entre otras, y algunas

enfermedades psiquiátricas (esquizofrenia, depresión, manía, etc.) están asociadas con

episodios de ansiedad. Además, existen sustancias farmacológicas que pueden causar

este trastorno, como son los estimulantes del sistema nervioso central (la nicotina, la

cafeína, la cocaína y las anfetaminas) e incluso los depresores del sistema nervioso

central (el alcohol, barbitúricos, benzodiazepinas, etc.), Esto sobre todo en niños y

ancianos. No obstante, en estos últimos es más habitual que la ansiedad aparezca

cuando se retira el tratamiento de forma radical (López, 2006).

Los trastornos de ansiedad son el resultado de múltiples interacciones entre diversos

neurotransmisores, de los que se han identificado noradrenalina (NA), acido y-

aminobutírico (GABA) y 5-hidroxitriptamina o serotonina (López, 2006).

Los trastornos de ansiedad pueden ser diferentes dependiendo del neurotransmisor

que más se libere en el individuo. A continuación se explican las diferentes teorías:

Teoría Noradrenérgica:

El sistema nervioso autónomo de los pacientes con ansiedad es hipersensible y

reacciona a diversos estímulos de manera hiperactiva. El receptor pre-sináptico tiene

un papel importante en el control de la liberación de NA desde la sinapsis. Se ha

demostrado una regulación negativa de este receptor en pacientes con ansiedad

20

generalizada. También se ha visto incrementada la actividad del locus coeruleus,

núcleo que contiene neuronas que abastecen al SNC de NA, en respuesta a sustancias

ansiogénicas como cafeína, yohimbina e isoproterenol. Este núcleo está inhibido por la

acción de benzodiazepinas, antidepresivos y clonidina.

Modelo serotoninérgico:

Existe una clara evidencia de que el sistema serotoninérgico está alterado en pacientes

con trastornos de ansiedad. La serotonina es el neurotransmisor utilizado por las

neuronas que tienen su origen en el núcleo de rafe y se distribuyen ampliamente por

todo el cerebro. Diversas manifestaciones de la ansiedad se relacionan con un exceso

de transmisión serotoninérgica y se ha demostrado que fármacos agonistas parciales

del receptor 5-HT reducen esta actividad.

Modelo del receptor GABA:

GABA es el mayor neurotransmisor inhibidor del SNC y tiene un claro inhibitorio sobre

los sistemas noradrenérgicos y serotoninérgicos. Cuando GABA se une a su receptor,

abre un canal de cloro que permite la entrada de iones cloruro a la célula produciendo

una hiperpolarización de la membrana y una disminución de la excitabilidad celular.

De acuerdo con Baeza, Balaguer, Belichi, Coronas y Guillamón (2008), en la ansiedad

se hallan implicados mecanismos biológicos y genéticos que pueden actuar como

predisponentes; factores ambientales, como las circunstancias que rodean a la

persona; y otros factores personales y que hacen referencia a la personalidad y a los

recursos que dispone el individuo para hacer frente a diferentes situaciones. Si bien es

difícil prevenir la ansiedad actuando sobre los factores biológicos y genéticos

implicados, sí es posible la probabilidad de aparición de un problema de este tipo

incidiendo sobre los factores ambientales y personales que participan en ella.

La ansiedad es una emoción caracterizada por el sentimiento de miedo, temor,

aprensión, inseguridad, como consecuencia de que el individuo siente amenazado sus

21

intereses, cuenta con medios insuficientes, tiene dificultades para emitir las conductas

adecuadas, se muestra insatisfecho del éxito alcanzado, o tiene problemas para

mantener dichos logros (Baeza et al., 2008).

Cuando existe proporcionalidad entre los medios del individuo y las exigencias del

medio a las que ha de hacer frente, la persona tiene la percepción de control sobre los

problemas y dificultades, y por extensión sobre su conducta y sus planes. Cuando no

es así, la persona se siente desbordada, a merced de las circunstancias. La percepción

de falta de control, ya sea sobre el medio interno o externo, activa una disposición del

organismo hacia un tipo específico de acciones y actitudes relacionadas con la

defensa, la búsqueda de seguridad, la prevención, o el ataque, a través de conductas

específicas de afrontamiento de la situación. Si las conductas de afrontamiento son

efectivas se restablece de nuevo el control, el antiguo o uno nuevo, y se vuelve a la

normalidad, si no, es probable que se multipliquen las dificultades y se incremente

progresivamente la ansiedad.

Los propósitos que dan sentido y direccionalidad a las acciones, así como los procesos

de evaluación que, en el caso de la ansiedad, caracterizan una situación como

amenazante respecto de dichos propósitos o metas, no siempre son conscientes, o no

en su totalidad. Algunos procesos son automáticos, o se han automatizado: se conduce

sin tener constantemente presente el destino o los procedimientos a seguir en las

operaciones y maniobras que se realiza.

Al recordar una vez más la definición de ansiedad, alerta del organismo ante

situaciones consideradas amenazantes, se plantea la cuestión de cómo el organismo

considera una situación como amenazante; es decir, como procesa la información a

partir de la cual se ha de generar o no el estado de alerta y las respuestas que

correspondan al caso.

En el procesamiento de información vinculado a la percepción de riesgos participan,

coordinadamente, algunas áreas cerebrales responsables de las respuestas

emocionales básicas, el tálamo y la amígdala y la corteza cerebral. Dicho

procesamiento se produce en tres etapas (Baeza et al., 2008):

1ra etapa: evaluación inicial de la amenaza. Se da un reconocimiento automático

e instantáneo de los estímulos y se les califica como amenazantes o no. Este

22

proceso consume pocos recursos atencionales y permite el procesamiento

paralelo de otros planes o informaciones.

2da etapa: activación primitiva frente a la amenaza. Tras la evidencia inicial de

peligro se ponen en marcha las respuestas cognitivas, emocionales, fisiológicas

y conductuales características de la ansiedad. Esta segunda etapa, que incluye

las respuestas de huida o ponerse a salvo, es también automática, rígida, no

racional y total o parcialmente inconsciente. La persona sólo es consciente de

los resultados de esa evaluación primitiva de amenaza; es decir, de los efectos

fisiológicos, emocionales y conductuales derivados de ella, y de los

pensamientos automáticos que la acompañan. El procesamiento de la

información característico de esta etapa consume muchos recursos

atencionales. Se produce, además, intolerancia a la incertidumbre, y una

sobrevaloración del daño y de la probabilidad que se produzca.

3ra etapa: pensamiento reflexivo. La persona puede pensar acerca de sus

pensamientos y propósitos, evaluar la exactitud de su valoración inicial de

amenaza, y la disponibilidad y la eficacia de sus recursos para afrontarla. Se

trata de un procesamiento de la información más complejo, lento, racional y

consciente.

Las señales o estímulos fóbicos se procesan inicialmente en el tálamo, desde donde se

transmite una información primaria a la amígdala, y de ésta al sistema nervioso

autónomo y otros centros nerviosos. Esta transmisión, rapidísima, permite un cambio

en la focalización de la atención y una apresurada respuesta de escape o de búsqueda

de seguridad. Simultáneamente, la corteza cerebral recibe del tálamo la información

más completa, que le permite hacerse una representación más precisa y consciente del

problema. Esta información se transfiere también a la amígdala, desde donde se envía

nuevamente al sistema nervioso autónomo y otros centros. El hecho de que la

información viaje por una vía más rápida, corta y directa del tálamo a la amígdala,

antes de que ésta reciba la información reprocesada por la corteza cerebral, podría

permitir que las respuestas emocionales se inicien en la amígdala antes de que la

persona sea consciente del estímulo, interno o externo, que lo hace reaccionar. De esta

corteza cerebral partirían también informaciones al sistema neuroendocrino, que, a

través de hormonas, participa, a medio plazo sobre todo, en las respuestas del

organismo frente a la ansiedad y el estrés.

23

La información, no obstante, no sólo viaja de arriba abajo, sino también de abajo hacia

arriba. Esto implica que la activación emocional que se refleja en las vísceras, corazón,

pulmón, estómago y los músculos, puede influir y condicionar la actividad de los

procesos cognitivo superiores. Del mismo modo que pensamientos amenazantes

pueden activar respuestas autónomas que preparan al organismo para la defensa, la

sobreestimulación/sobreactivación periféricas pueden activar el pensamiento tratando

de buscar o suponer posibles peligros. Es decir, pensamientos amenazantes llevan al

organismo a activarse para defenderse, pero la activación defensiva propia de las

etapas uno y dos citadas anteriormente, puede llevar al cerebro consciente a indagar

por dónde viene el peligro que está presintiendo. Esto explicaría, también, cómo los

síntomas de ansiedad pueden convertirse en fuentes de ansiedad y preocupación.

Para Vallejo (2006) la ansiedad y la angustia son emociones experimentadas por todas

las personas y que acompaña al ser humano a lo largo de su existencia. Hoy día se

utilizan de forma prácticamente indistinta, aunque la primera está más relacionada con

el componente psíquico y la segunda con el componente físico o somático. La ansiedad

puede ser considerada como “estado” o como “rasgo”. La ansiedad como estado

consiste en la presencia de síntomas ansiosos en un momento concreto y definido,

mientras que la ansiedad como rasgo es una tendencia durante un largo periodo de

tiempo a enfrentarse o interactuar con el entorno con un excesivo grado de ansiedad,

se puede corresponder con la personalidad ansiosa. Estos pacientes presentan una

ansiedad flotante que se puede definir como una emoción ansiosa persistente y

mantenida sin causa aparente, pero que se pone de manifiesto ante diversos

acontecimientos o sucesos. La ansiedad situacional sólo se presenta en relación con

situaciones u objetos concretos, como en la aracnofobia se produce una ansiedad

importante ante el contacto con una araña.

Polaino-Lorente (2003) realizó un estudio en donde describe que el concepto de

ansiedad es muy difícil de delimitar y, por tanto, de definir. Se han hecho numerosos

intentos de alcanzar una definición suficientemente precisa pero que, a la vez, sea

suficientemente amplia. En la actualidad, no hay pleno acuerdo sobre el contenido del

término de ansiedad y esto hace que no sea sencillo unificar criterios para su estudio.

La ansiedad es una respuesta compleja a algún tipo de temor. Por tanto, la ansiedad

supone una reacción a algo y lleva consigo el carácter de complejidad y temor. De este

modo, en la ansiedad se identifica una nueva vivencia de amenaza a la integridad de la

24

persona que se traduce en un conjunto de manifestaciones específicas. Durante un

tiempo, se aceptó como válida la definición que entendía la ansiedad como un estado

afectivo de tipo aversivo relacionado con la anticipación de peligro. Sin embargo,

aunque esta definición recoge aspectos nucleares de la ansiedad, como lo aversivo y lo

anticipatorio, olvida el componente cognitivo que juega un indudable papel en su

desarrollo. La ansiedad como una emoción basada en la valoración de temor, vincula

elementos simbólicos, anticipatorios y de incertidumbre, y donde la estimación de temor

está supeditada a variables situacionales y disposicionales.

Desde un planteamiento diferente al de las posturas cognitivistas, se subraya el papel

de las emociones como elementos nucleares de la ansiedad. De este modo, la

ansiedad viene a ser una reacción emocional compleja. Se identifican nueve

emociones fundamentales que interactúan entre sí constituyendo diferentes tipos de

subsistemas. Cada subsistema posee tres componentes básicos definidos como

neurofisiológico, conductual-motorico y experiencial-existencial. Al mismo tiempo, el

sistema emocional interacciona con otros sistemas del individuo tales como el

cognitivo, el vegetativo o el neuroendocrino. En la ansiedad se da un patrón mixto de

emociones fundamentales.

El estrés y la ansiedad son dos conceptos situados en un mismo continuo dimensional

que hacen referencia a la adaptación del sujeto a los requerimientos del entorno. En un

polo se encuentran las respuestas, completamente fisiológicas, destinadas a mantener

el equilibrio psicobiológico del sujeto y que corresponden al estrés. En el otro polo de la

dimensión están los mecanismos puestos en juego para establecer el equilibrio roto, en

cuyo extremo se encuentran los estados de fracaso total y pérdida completa de la

homeostasis, que representan la ansiedad en sus diferentes grados.

Según El Sahili (2010), la ansiedad se puede definir como una sobreactivación del

sistema nervioso, que puede provenir de problemas endógenos o exógenos

momentáneos. Como resultado de esto se da una activación del sistema simpático y

endocrino al secretarse hormonas provenientes de las glándulas suprarrenales (la

combinación de la activación del sistema simpático con la segregación de adrenalina

genera los signos de ansiedad). Los teóricos de la personalidad distinguen entre la

ansiedad como estado y la ansiedad como rasgo. Son muchas las situaciones, como

25

los exámenes, el hablar en público, las entrevistas e ir al dentista, que provocan con

facilidad un estado de ansiedad a la mayoría de las personas. La postura sostiene la

existencia del rasgo propone que unas personas son más proclives que otras a la

ansiedad, porque reaccionan con ansiedad ante un mayor número de situaciones o lo

hacen con una emoción más intensa.

Eysenck, mencionado por El Sahili (2010), propuso que los orígenes del rasgo estarían

en las diferencias heredadas de reactividad del sistema nervioso simpático, que se

traducirían en una tendencia mayor o menor a establecer asociaciones condicionadas

entre los estímulos y las respuestas emocionales. La ansiedad es una respuesta

aprendida a un estímulo que advierte a la persona que va a producirse un

acontecimiento desagradable. Esta teoría atribuye propiedades motivadoras de la

ansiedad que opera, según la misma teoría, como un impulso condicionado que motiva

al individuo para evitar el acontecimiento. Se la considera como un impulso

condicionado o aprendido en el sentido de que el estímulo evoca el estado de

ansiedad; éste motiva al individuo para emprender alguna acción con el fin de evitar el

estado; la ansiedad se reduce, y esta reducción refuerza la acción emprendida,

haciendo más probable la repetición de la acción cuando la ansiedad vuelva a ser

elevada.

Según la teoría, la ansiedad actúa como un impulso y las personas muy ansiosas

tienen un nivel de impulso elevado. Los impulsos actúan de manera aditiva y estos

orígenes diversos se combinan para producir un nivel elevado de estado de impulso.

Se prevé que el individuo ansioso desarrolle peor la tarea en un examen que en casa si

la fuerza del hábito con ella relacionada es baja; es decir, si la tarea es poco conocida o

la destreza precisa no está del todo adquirida. Las tareas bien aprendidas, con una

fuerza del hábito elevada, se ven menos afectadas por la ansiedad.

La ansiedad puede contribuir a una mejor actuación u obstaculizarla, dependiendo de

ciertos factores, como el nivel de ansiedad, la naturaleza de la tarea y el aprendizaje

anterior del individuo.

En un estudio sobre el estrés y el consumo de sustancias Pedrero y Olivar (2010)

mencionaron que el estrés es una condición fuertemente vinculada al abuso de

sustancias. La experimentación de acontecimientos estresantes en la infancia como

factor de vulnerabilidad y los acontecimientos negativos en la edad adulta como

26

desencadenantes del consumo, son factores claramente identificados en la

investigación. Las estrategias que las personas utilizan para afrontar estos eventos

estresantes pueden operar como protectores o como precursores del consumo, como

factores de mantenimiento del comportamiento adictivo o como precipitantes de la

recaída. Los mecanismos neurobiológicos que vinculan estrés, adicción y

psicopatología coexistente han sido constantemente establecidos en las últimas

décadas. El estrés es un producto de la valoración que el individuo hace de la

situación. Mientras otras aproximaciones resaltaban las respuestas fisiológicas frente a

las amenazas o bien las circunstancias ambientales amenazantes, el enfoque

interaccional de Lazarus considera que el estrés es un conjunto de relaciones

particulares entre la persona y el ambiente, que es valorado por la persona como algo

que carga o excede de sus recursos y pone en peligro su bienestar.

Según el DSM IV-TR (American Psychiatric Association, 2002), los trastornos de

ansiedad se dividen en:

Crisis de angustia: se caracteriza por la aparición súbita de síntomas de

aprensión, miedo pavoroso o terror, acompañados habitualmente de sensación

de muerte inminente. Durante estas crisis también aparecen síntomas como falta

de aliento, palpitaciones, opresión o malestar torácico, sensación de

atragantamiento o asfixia y miedo a “volverse loco” o perder el control.

Agorafobia: se caracteriza por la aparición de ansiedad o comportamiento de

evitación en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil, o

embarazoso, o bien donde sea imposible encontrar ayuda en el caso de que

aparezca en ese momento una crisis de angustia o síntomas similares a la

angustia.

Trastorno de angustia sin agorafobia: se caracteriza por crisis de angustia

recidivantes e inesperadas que causan un estado de permanente preocupación

al paciente.

Trastorno de angustia con agorafobia: se caracteriza por la presencia de

agorafobia y síntomas similares a la angustia en un individuo sin antecedentes

de crisis de angustia inesperada.

27

Agorafobia sin historia de trastorno de angustia: se caracteriza por la presencia

de agorafobia y síntomas similares a la angustia en un individuo antecedentes

de crisis de angustia inesperadas.

Fobia específica: se caracteriza por la presencia de ansiedad clínicamente

significativa como respuesta a la exposición a situaciones u objetos específicos,

temidos, lo que suele dar lugar a comportamientos de evitación.

Fobia social: se caracteriza por la presencia de ansiedad clínicamente

significativa como respuesta a ciertas situaciones sociales o actuaciones en

público del propio individuo, lo que suele dar lugar a comportamientos de

evitación.

Trastorno obsesivo-compulsivo: se caracteriza por obsesiones, que causan

ansiedad y malestar significativo y/o compulsiones, cuyo propósito es neutralizar

dicha ansiedad.

Trastorno por estrés postraumático: se caracteriza por la reexperimentación de

acontecimientos altamente traumáticos, síntomas debidos al aumento de la

activación y de evitación de los estímulos relacionados con el trauma.

Trastorno por estrés agudo: se caracteriza por síntomas parecidos al trastorno

por estrés postraumático que aparecen inmediatamente después de un

acontecimiento altamente traumático.

Trastorno de ansiedad generalizada: se caracteriza por la presencia de ansiedad

y preocupaciones de carácter excesivo y persistente durante al menos 6 meses.

Trastorno de ansiedad debido a enfermedad médica: se caracteriza por

síntomas prominentes de ansiedad que se consideran secundarios a los efectos

fisiológicos directos de una enfermedad subyacente.

Trastorno de ansiedad inducido por sustancias: se caracteriza por síntomas

prominentes de ansiedad que se consideran secundarios a los efectos

fisiológicos directos de una droga, fármaco o tóxico.

Trastorno de ansiedad no especificado: se ha incluido en esta sección con el

objetivo de poder acoger aquellos trastornos que se caracterizan por ansiedad o

evitación fóbica prominentes, que no reúnen los criterios diagnósticos de los

trastornos de ansiedad específicos ya mencionados.

28

Para este estudio se incluirán específicamente el trastorno de ansiedad generalizada y

trastorno de ansiedad inducido por sustancias, los criterios diagnósticos son los

siguientes:

Trastorno de ansiedad generalizada:

Ansiedad y preocupación excesivas, expectación aprensiva, sobre una amplia

gama de acontecimientos o actividades, como rendimiento laboral o escolar, que

se prolongan más de 6 meses.

Al individuo le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación.

La ansiedad y preocupación se asocia a tres, o más, de los seis síntomas

siguientes, algunos de los cuales han persistido más de 6 meses. NOTA: en los

niños sólo se requiere uno de estos síntomas:

o Inquietud o impaciencia,

o Fatigabilidad fácil,

o Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco,

o Irritabilidad,

o Tensión muscular,

o Alteraciones del sueño, dificultad para conciliar o mantener el sueño, o

sensación al despertarse de sueño reparador.

El centro de la ansiedad y de la preocupación no se limita a los síntomas de un

trastorno del Eje I: por ejemplo, la ansiedad o preocupación no hacen referencia

a la posibilidad de presentar una crisis de angustia (como en el trastorno de

angustia), pasarlo mal en público (como en la fobia social), contraer una

enfermedad (como en el trastorno obsesivo-compulsivo), estar lejos de casa o

de los seres queridos (como en el trastorno de ansiedad por separación),

engordar (como en la anorexia nerviosa), tener quejas múltiples síntomas físicos

(como en el trastorno de somatización), o padecer una enfermedad grave (como

en la hipocondría), y la ansiedad y la preocupación no aparecen exclusivamente

en el transcurso de un trastorno por estrés postraumático.

La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos provocan malestar

clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes

de la actividad del individuo.

29

Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una

sustancia, como drogas o fármacos, o a una enfermedad médica, como

hipertiroidismo, y no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno

del estado de ánimo, un trastorno psicótico o un trastorno generalizado del

desarrollo.

Prevalencia:

En muestras de la población general la prevalencia anual del trastorno de ansiedad

generalizada se sitúa en el 3% aproximadamente, mientras que la prevalencia global

llega hasta el 5%. En los centros médicos para trastornos de la ansiedad hasta un 25%

de los individuos presentan trastorno de ansiedad generalizada como diagnóstico

exclusivo o comórbido.

Trastorno de ansiedad inducido por sustancias:

La ansiedad de carácter prominente, las crisis de angustia o las obsesiones o

compulsiones predominan en el cuadro clínico.

A partir de la historia clínica de la exploración física o de las pruebas de

laboratorio se demuestra que:

o Los síntomas de criterio 1 aparecen durante la intoxicación o abstinencia

o en el primer mes siguiente.

o El consumo del medicamento está relacionado etiológicamente con la

alteración.

La alteración no se explica mejor por la presencia de un trastorno de ansiedad

no inducido por sustancias. Entre las pruebas que demuestran que los síntomas

pueden atribuirse más correctamente a un trastorno de ansiedad no inducido por

sustancias se incluyen en las siguientes: la aparición de los síntomas precede al

consumo de la sustancia (o medicamento); los síntomas persisten durante un

tiempo considerable, alrededor de un mes, después del final del período agudo

de intoxicación o de abstinencia, o son claramente excesivos en comparación

con los que cabría esperar teniendo en cuenta el tipo o la calidad de sustancia

consumida o la duración de este consumo; o existen otras pruebas que sugieren

30

la existencia de un trastorno de ansiedad independiente no inducido por

sustancias, como una historia de episodios de carácter recidivante no

relacionados con sustancias.

La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de un delirium.

La alteración no provoca un malestar clínicamente significativo o deterioro social,

laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Según el DSM IV-TR (American Psychiatric Association, 2002) la prevalencia:

En muestras de la población general la prevalencia anual del trastorno de ansiedad

inducido por sustancias se sitúa en el 3% aproximadamente, mientras que la

prevalencia global llega hasta el 5%. En los centros médicos para trastornos de la

ansiedad hasta un 25% de los individuos presentan trastorno de ansiedad inducido por

sustancias como diagnóstico exclusivo o comórbido.

En Guatemala, en un estudio realizado de mayo a julio de 2009, se intentó describir la

epidemiología de los trastornos de salud mental en mujeres y hombres de 18 a 65

años:

Uno de cada cuatro guatemaltecos padece de algún trastorno de salud mental.

El sexo femenino es el más afectado con trastornos de salud mental, siendo los

trastornos de ansiedad los más frecuentes.

El trastorno de estrés post-traumático es el más prevalente dentro de la

población guatemalteca.

Solamente un 2.3% de la población guatemalteca ha consultado alguna vez por

un trastorno de salud mental a un profesional de salud.

31

1.2 Consumo de sustancias:

Ettorre (1998) menciona que de alguna forma, todas las sociedades dependen

económica, política y culturalmente de un proceso de amortiguación que se refiere al

modo como las personas se enfrentan al insoportable estrés de la sociedad y está

relacionado con la venta legal e ilegal de sustancias adictivas y no adictivas. Estas

sustancias actúan a modo de calmantes, consoladores y tranquilizantes,

amortiguadores del dolor o de lo que uno experimenta como emociones difíciles.

El hecho de que este proceso amortiguador exista a tan gran escala demuestra que

tomar sustancias en respuesta a experiencias de ansiedad, estrés y tensión se ha

convertido en algo muy corriente. Sin embargo, existe una paradoja en este complejo

proceso social. Las sustancias, tanto las adictivas como las de otro tipo, proporcionan

sólo un alivio momentáneo frente al estrés. Ninguna sustancia puede resolver los

problemas de la vida diaria.

La mayoría de las sustancias tratadas en el campo de la adicción producen

alteraciones en la mente. Así, los expertos emplean frecuentemente las palabras

“adicción” y “alcoholismo” para hacer énfasis en la capacidad de estas sustancias para

“enganchar” al que las toma. Estas palabras no dan una imagen suficientemente clara

de los problemas particulares a los que se enfrentan las personas que consumen tales

sustancias.

Es por esto que es necesario definir cada sustancia por separado, en cuanto al alcohol

se refiere:

Bolet y Socarrás, (2003) se dieron la tarea de definir qué es alcohol: el alcohol es una

sustancia soluble en agua y circula libremente por todo el organismo afectando a

células y tejidos, comienza un proceso de cambios metabólicos, que en su primera

etapa da lugar al acetaldehído que es más tóxico que el alcohol. La oxidación del

alcohol en los tejidos (principalmente en el hígado) determina una importante utilización

de sustancias que existen en forma limitada e indispensable para el metabolismo

adecuado de las grasas. Cuando el consumo del alcohol es excesivo, el malgasto de

estas sustancias provoca graves alteraciones en el metabolismo de las grasas, lo que

da como resultado hígado graso o esteatosis hepática, que de no ser controlada con la

32

supresión del consumo de alcohol llevaría posteriormente a la cirrosis hepática, una de

las complicaciones más serias y frecuentes de los alcohólicos.

El alcohol tiene la condición de antielemento, disminuye notablemente el apetito,

produce calorías vacías (que no generan energía), afecta la mucosa del sistema

digestivo e impide la absorción adecuada de los alimentos que se ingieren, y aumenta

notablemente las necesidades de vitaminas del organismo. Aunque cada gramo de

alcohol aporte 7 cal, éstas no son capaces de producir engría ni de almacenarse para

uso posterior, se utiliza por las células para su metabolismo basal.

Aunque el alcohol no es determinante de cáncer por acción directa sobre los tejidos, sí

es un disolvente muy efectivo para las sustancias cancerígenas y permite la libre

circulación de éstas por todo el organismo, lo que aumenta el riesgo de cáncer de la

lengua, boca, faringe, laringe, esófago e hígado, así como de cáncer de colon, recto,

mama y pulmones.

Estudios científicos demuestran el efecto tóxico directo sobre el hígado y el cerebro,

que dan lugar a diferencias en el funcionamiento hepático y la disminución de la

memoria y de las capacidades intelectuales del enfermo alcohólico respectivamente.

A lo que la nicotina se refiere, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía

Torácica (2002), con los conocimientos que actualmente se poseen, se puede

considerar la nicotina como una droga adictiva. Aparece como tal desde 1980 en el

Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-III) de la Sociedad

Americana de Psiquiatría, en el que se hace referencia a “dependencia al tabaco”. A

medida que avanzan las investigaciones en tabaquismo y se han ido determinando las

sustancias que están presentes en la nicotina se ha pasado a “dependencia a la

nicotina” desde 1995, término recogido ya en el DSM-IV.

La nicotina cumple todos los criterios que una sustancia debe presentar para ser

considerada psicoactiva:

1. Consumo más prolongado en el tiempo o en mayor cantidad que lo inicialmente

previsto.

2. Existencia de deseo o de repetidos intentos de abandonar el consumo; ya que

más del 90% de los fumadores quieren dejar de serlo.

33

3. Empleo diario de mucho tiempo en procesos relacionados con el consumo de la

sustancia.

4. Limitación de actividades o de relaciones con el fin de poder mantener el

consumo.

5. Mantenimiento del consumo de la sustancia a pesar de existir alteraciones

debidas a la misma.

6. Progresiva aparición de tolerancia, con la necesidad asociada de aumentar la

dosis para el mantenimiento de los efectos; desaparición de ciertos efectos con

el consumo mantenido, de manera que los primeros consumos producen

náuseas.

Por otro lado, durante la fase de abstinencia nicotínica se ha observado un déficit de

dopamina a nivel del núcleo accumbens. Los síntomas de abstinencia mejoran

claramente cuando se aporta dopamina o cuando se inhibe su recaptación celular. Este

hecho refuerza la idea de la participación del sistema dopaminérgico en la generación

de dependencia.

Así mismo el sistema noradrenérgico. El neurotransmisor efector es la noradrenalina.

Los somas de las neuronas de este sistema se localizan en el núcleo central, desde

donde parten axones hacia diferentes zonas del SNC formando parte de distintas vías.

Se ha observado que la vía amigdalina es la que participa en el proceso de adicción

nicotínica. La activación de los receptores nicotínicos estimula la función de la enzima

tirosina-hidroxilasa, que es la limitante en el proceso de síntesis de la noradrenalina;

con lo cual, la nicotina estimula la síntesis de este neurotransmisor.

Sistema glutaminérgico. Las últimas investigaciones están poniendo de manifiesto el

importante papel que desempeñan los aminoácidos excitadores en el proceso de la

adicción a sustancias, entre ellas, la nicotina. Su mecanismo de acción es dependiente

de la vía dopaminérgica. Existen somas neuronales del área tegmental ventral

pertenecientes a dicha vía que poseen receptores específicos para los aminoácidos (el

glutamato entre otros); la activación de los mismos pone en marcha la vía

dopaminérgica.

34

El consumo de tabaco presenta una alta prevalencia entre personas con ánimo

deprimido. No está aclarado si este estado anímico predispone al consumo o si, dentro

del consumo, la abstinencia nicotínica conduce a un ánimo deprimido. En la adicción

nicotínica, como ocurre con otras drogas de abuso, desempeña un papel fundamental

los circuitos de recompensa cerebral.

Refiriéndose a la cafeína, Campos-Arias y Herazo (2008) indican que la cafeína es un

alcaloide naturalmente presente en algunas plantas y bebidas socialmente aceptadas,

particularmente en el café. Es un estimulante del sistema nervioso central de acción

antagonista. Mientras dosis bajas de cafeína producen sensación de bienestar con

incremento de la atención, del nivel de energía y de la sociabilidad, dosis superiores

pueden asociarse con aumentos importantes de la ansiedad y con molestias

gastrointestinales. La cafeína tiene un efecto reforzador marcado, con administración

crónica, se relaciona con indicadores objetivos y subjetivos de tolerancia, mientras que

la reducción o suspensión abrupta de su consumo, lo hace con la aparición de

síntomas cognoscitivos y comportamentales, que desaparecen rápidamente con la

ingesta de bebidas con cafeína.

Al referirse a la marihuana Peláez (1996) menciona que los efectos embriagantes de la

marihuana se conocen desde hace mucho tiempo. En China ya se la usaba desde hace

cuatro mil años en ciertos ritos religiosos. Hoy en día se sabe que la Cannabis, en

todas sus formas, tiene efectos físicos y mentales negativos. Durante los últimos años

se ha comprobado que el consumo tiene consecuencias lamentables para los

individuos y para los medios familiar y social. La marihuana ha llegado a ser un

problema que afecta a todos.

La cocaína, según Rozo y Alvarado (2004), es un estimulante que se extrae de las

hojas del Erythroxylon coca, o mediante síntesis a partir de la ecgonina o sus

derivados. La coca contiene alcaloides entre 0.5% y 2%, los cuales pertenecen a dos

grupos diferentes derivados de la N-metil-pirrolidina. El resto de composición de la

cocaína propiamente dicha representa el 75% del total de los alcaloides obtenidos de la

hoja de coca. Químicamente es la benxoilmentilecgonina; un éter de ácido benzoico y

una base que contiene nitrógeno. Es incolora o blanca y era utilizada en medicina como

anestésico tópico, logrando una excelente absorción por las mucosas. Se encuentra

35

bajo diferentes nombres: perica, coke, charlie, Bianca, naftalina, una rayita, polvo,

respiradora, show, Speedy ball.

Puede absorberse por vía oral e inhalada a través de la mucosa nasal, que es la forma

más comúnmente encontrada en la práctica; incluso bebiendo a su uso crónico es

común que llegue a verse ruptura del tabique nasal secundaria a la vasoconstricción

producida por el alcaloide. La dosis mortal para el adulto por vía endovenosa es 1

gramo, ocasionando toxicidad directa frente al miocardio. La dosis de abuso por vía

inhalatoria o vía oral es de 8.7 y 14 mg hasta 200 mg.

Todo consumo de sustancias, por mínima que sea en el día a día de la persona, tiene

un efecto en el cuerpo. Es por eso que se necesitan diferentes métodos para aliviar la

ansiedad en las personas.

36

II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La ansiedad se define como una reacción de tensión o aprensión ante un peligro o

situación angustiosa y tiende a representarse de manera fisiológica, con dolores de

cabeza, problemas estomacales, presión arterial alta, entre otros síntomas

(Mardomingo, 1994). La ansiedad no es considerada anormal ni como una patología

fuera de lo común, sino más bien una de las formas más representativas de

autoconservación del organismo, para salva guardar su vida. Pero esta ansiedad tiende

a volverse anormal cuando no obedece a causas reales; tal es el caso de la ansiedad

laboral.

La ansiedad laboral surge a partir de un disgusto constante ante lo que se hace, ante

un trabajo monótono y repetitivo. La persona que padece de ansiedad laboral, tiende a

identificarla como estrés, no encuentra una causa específica que la produzca,

simplemente, los hechos de la vida cotidiana la ponen ansiosa y preocupada

continuamente.

Guatemala, siendo un país en vías de desarrollo, ha creado múltiples trabajos con el fin

de promover más empleo a nivel nacional y así brindar oportunidades a más personas,

con menos educación y ofreciendo un salario competitivo. Tal es el caso de las

empresas de call-center, las cuales están enfocadas a personas jóvenes y cuyo

principal requisito es hablar inglés en forma fluida.

El trabajo en un call-center es considerado monótono y repetitivo, por lo que puede

causar que el nivel de ansiedad en el personal que allí labora sea alto. Cuando no se

tienen herramientas para enfrentar dicho nivel de ansiedad se recurre a diferentes

métodos, como es el consumo de sustancias, por mencionar uno en específico. De allí

que algunos trastornos de ansiedad pueden causar un mayor consumo de ciertas

sustancias, como es el alcohol, el cigarrillo, la cafeína, la marihuana o cocaína.

Por lo expuesto anteriormente, surge la interrogante: ¿Cuál es la relación que existe

entre el nivel de ansiedad y el consumo de sustancias en el personal de una empresa

de call-center?

37

2.1 Objetivos:

2.1.1 Objetivo general:

Establecer si existe relación entre el nivel de ansiedad y el consumo de

sustancias en el personal de una empresa de call-center.

2.1.2 Objetivos específicos:

Determinar el nivel de ansiedad en el personal que labora en una empresa de

call-center.

Conocer los hábitos hacia el consumo de sustancias en el personal de una

empresa de call-center.

Determinar si el nivel de ansiedad aumenta o disminuye con el consumo de

algún tipo de sustancia (alcohol, nicotina, cafeína, marihuana, cocaína).

2.2 Hipótesis:

Hi:

Existe una correlación estadísticamente significativa entre el nivel de

ansiedad y el consumo de sustancias en el personal de un Call-Center.

Ho:

No existe una correlación estadísticamente significativa entre el nivel de

ansiedad y el consumo de sustancias en el personal de un Call-Center.

38

2.3 Variables de estudio:

Ansiedad.

Consumo de sustancias (alcohol, nicotina, cafeína, marihuana, cocaína).

2.4 Definición de variables:

2.4.1 Definición Conceptual:

Ansiedad:

Según Mardomingo (1994), la palabra ansiedad proviene del latín anxietas

derivado del Andere que significa estrechar, y se refiere a un malestar físico muy

intenso, que se manifiesta principalmente por respiración anhelante. La ansiedad

se presenta ante estímulos que el sujeto percibe como potencialmente

peligrosos e incluye síntomas neurovegetativos, conductuales, cognitivos y

vivenciales.

Consumo de sustancias:

Según Storch y García (2008) son todas aquellas sustancias ilícitas que se

consumen por gusto o por dependencias y que son dañinas, de forma activa o

pasiva, para la salud.

2.4.2 Definición Operacional:

Ansiedad:

Resultado obtenido en el Test de ansiedad de Hamilton.

Consumo de sustancias:

Resultado obtenido en la escala de G. Musitu, sobre hábitos de consumo de

sustancias (alcohol, nicotina, cafeína, marihuana, cocaína).

39

2.5 Alcances y límites:

El presente trabajo de investigación abarcó a un grupo de personas con edades

comprendidas entre 19 y 40 años, que laboran en una empresa de Call-Center,

trabajando 8 horas diarias. Con esta investigación se pretende establecer si existe

relación entre el nivel de ansiedad y el consumo de sustancias en los sujetos de

estudio.

2.6 Aporte:

Los resultados de esta investigación servirán para comprobar que los niveles de

ansiedad, si no son tratados adecuadamente, tienden a ser regulados mediante

procesos no adecuados, como sería el consumo de sustancias. Se pretende demostrar

también que el nivel de ansiedad en el personal que labora en una empresa de call-

center puede ser extremadamente elevado y por lo tanto susceptible de ser mejorado,

por medio de programas específicos de tratamiento para reducir la ansiedad. Al bajar

los niveles de ansiedad, el comportamiento de las personas que trabajan en un call-

center permitirá subir la productividad y los y las empleadas verán el trabajo con otro

enfoque, será un ámbito de trabajo más ameno.

40

III. MÉTODO

3.1 Sujetos:

La población de la empresa Call-Center es de 534 trabajadores, hombres y mujeres

que manejan en un 80% el idioma inglés. De la población previamente descrita se eligió

una muestra, por conveniencia, de 56 hombres y mujeres, comprendidos entre las

edades de 18 a 40 años, con un nivel académico medio, graduados del colegio y que

llevan laborando de 6 meses a 3 años en la empresa.

En esta investigación, la muestra se eligió a través de un muestreo por conveniencia.

En este tipo de muestreo los sujetos se escogen porque “están a la mano” y ello

supone un ahorro en costos, trabajo, tiempo, etc. (Morales, 2008).

Tabla No.1

Características de la muestra:

Edad 18-20 10

21-25 26

26-30 11

31—35 5

36-40 1

41 3

Género Masculino 34

Femenino 22

Formación Académica Secundaria 9

Universitaria 47

Tiempo Laborando en empresa Call-Center 0 a 6 meses 9

7 meses a 1 año 9

1-2 años 16

2-3 años 22

41

3.2 Instrumentos:

Para este trabajo de investigación se utilizó el Test de Ansiedad de Hamilton.

La escala fue diseñada en 1959. Inicialmente constaba de 15 ítems, pero cuatro de

ellos se refundieron en dos, quedando reducida a 13. Posteriormente, en 1969 se

dividió el ítem “síntomas somáticos generales” en dos (“somáticos musculares” y

“somáticos sensoriales”) quedando en 14. Dicha versión es la más ampliamente

utilizada en la actualidad. Su objetivo era valorar el grado de ansiedad en pacientes

previamente diagnosticados y, según el autor, no debe emplearse para cuantificar la

ansiedad cuando coexisten otros trastornos mentales.

Se trata de una escala heteroaplicada de 14 ítems, 13 referentes a signos y síntomas

ansiosos y el último que valora el comportamiento del paciente durante la entrevista.

Cada ítem se valora en una escala de 0 a 4 puntos:

o = Ausente.

1 = Intensidad leve.

2 = Intensidad Moderada.

3 = Intensidad Grave.

4 = Totalmente Incapacitado.

El entrevistador puntúa de 0 a 4 puntos cada ítem, valorando tanto la intensidad como

la frecuencia del mismo. La puntuación total es la suma de las de cada uno de los

ítems. El rango va de 0 a 56 puntos.

La fiabilidad de la escala muestra una buena consistencia interna (0.79 a 0.86). Con un

adecuado entrenamiento en su utilización la concordancia entre distintos evaluadores

es adecuada (r=0.74 – 0.96). Posee excelentes valores test-retest tras un día y tras una

semana (r = 0.96) y aceptable estabilidad después de un año (r = 0.64).

La puntuación total presenta una elevada validez concurrente con otras escalas que

valoran ansiedad. Distingue adecuadamente entre pacientes con ansiedad y controles

sanos. (Hamilton, 1959).

42

Junto con el Test de Hamilton, se aplicó la escala de consumo de sustancias de Musitu

(2006), específica para identificar un patrón de consumo de sustancias en los sujetos.

Dicha escala tiene una fiabilidad test-retest con dos meses de intervalo de .76. La

validez del test se relaciona con los altos niveles de ansiedad que se mantiene en la

vida cotidiana. Las sustancias a destacar son: Marihuana, Cocaína, Cafeína, Nicotina y

Alcohol.

La escala está hecha para que los sujetos describan la frecuencia del consumo y la

cantidad consumida. El cuestionario evalúa los siguientes índices de consumo:

1. Consumo diario de tabaco: ítem 1.

2. Consumo diario de café: ítem 2.

3. Consumo semanal de cerveza: ítem 3.

4. Consumo semanal de cerveza, con amigos: ítem 4.

5. Consumo de otros alcoholes semanal: ítem 5.

6. Consumo de otros alcoholes semanal, con amigos: ítem 6.

7. Consumo de marihuana semanal, con amigos: ítem 7.

8. Consumo de cocaína semanal, con amigos: ítem 8.

3.3 Procedimiento:

Se seleccionó el tema de investigación y plantearon los objetivos y variables de

estudio.

Se recopiló la información teórica que fundamenta el estudio.

Se solicitó la autorización del Anteproyecto de Tesis a la Facultad de

Humanidades de la Universidad Rafael Landívar.

Se seleccionó la muestra, así como el instrumento a utilizar.

Se contactó y pidió autorización a la Empresa en la que se realizó la

investigación.

43

Se entregaron los instrumentos a Recursos Humanos de la empresa para que

ellos procedieran a aplicarlos.

Se analizaron los resultados obtenidos.

Se realizó la presentación de resultados, con colaboración directa de Licda. Karla

Rojas.

Se elaboraron las conclusiones y recomendaciones respectivas.

Se presentó el informe final.

3.4 Diseño:

La presente investigación es de tipo cuantitativo, no experimental, con un diseño

transeccional correlacional-casual:

La investigación cuantitativa ofrece la posibilidad de generar los resultados más

ampliamente, de replicarlos y compararlos entre estudios similares. La investigación no

experimental se refiere a estudios que se realizan sin manipulación deliberada de

variables y en los que sólo observan los fenómenos en su ambiente natural para

después analizarlos.

Los diseños transeccionales correlacionales-causales describen relaciones entre dos o

más categorías conceptos o variables en un momento determinado, ya sea en términos

correlacionales, o en función de la relación causa-efecto (Hernández, Fernández y

Baptista, 2006).

44

3.5 Metodología Estadística:

Sarabia, (2007) define a la media aritmética de una variable estadística de tipo

cuantitativo como la los valores entre el número total de observaciones.

De la Horra, (2003) define la desviación típica como la raíz cuadrada positiva de la

varianza muestral. Con la desviación típica intentamos medir la dispersión en las

unidades originales, ya que la varianza nos da la media de los cuadrados de las

desviaciones a la media muestral.

Para la presente investigación se utilizó el coeficiente de correlación bivariada r de

Pearson, la media y la desviación típica. A continuación se da la definición de las

metodologías:

En un diagrama de dispersión, cuanto más estrechamente se acumulen los datos de

las coordenadas en torno a la recta de regresión, mayor será la correlación entre X y

Y, y con mayor precisión se aproximará Y dado cualquier valor de X. La r de Pearson

es un coeficiente de correlación muy comúnmente utilizado que mide la estrechez del

ajuste de las coordenadas X, Y en torno a la recta de regresión (Ritchey, 2008).

45

IV. RESULTADOS

Tala No. 1 Resultados escala Hamilton.

Media Desviación Típica N

Ansiedad 12.0536 9.28424 56

Tabla No.2 Resultados escala Musito.

Media Desviación

Típica N

Sustancias 3.5536 4.37314 56

Tabaco .5714 1.05928 56

Café .6786 .69038 56

Cerveza .7143 1.21677 56

Cerveza-Sangría .7500 1.08293 56

Ron- Wiskey .4286 .73502 56

Tequila .3393 .87960 56

Marihuana .0536 .29663 56

Cocaína .0000 .0000 56

Para la población previamente descrita se aplicó el test de ansiedad de Hamilton así

como el test de consumo de sustancias de Musito. La escala de ansiedad que se aplicó

a los sujetos tuvo un punteo general de 12.05, que es representativa a un nivel medio

de ansiedad. El resultado de la escala de sustancias obtuvo un punteo de 3.55, que es

equivalente a un consumo nulo.

Los datos indican que el mayor promedio de consumo de sustancias se presenta en

cerveza-sangría, seguido de cerveza, luego café y después tabaco. El menor consumo

se da en relación a marihuana y nadie consume cocaína.

46

Tabla No. 3

Correlación Ansiedad y Consumo de

Sustancias.

Ansiedad Sustancias

Ansiedad Correlación de Pearson 1 .232

Sig. (bilateral) .085

N 56 56

Sustancias Correlación de Pearson .232 1

Sig. (bilateral) .085

N 56 56

En la tabla No. 3 se aprecia la correlación entre las variables de ansiedad, se puede

observar que el valor obtenido (r= 0.232) no es estadísticamente significativo (p=0.085).

El valor crítico de r de Pearson es 0.2632 (p=0.05) por lo que se establece que no

existe y se acepta la hipótesis nula.

47

Tabla No. 4.

N = 56

An

sie

da

d

Su

sta

ncia

s

Ta

baco

Ca

Ce

rve

za

Ce

rve

za

-sa

ng

ría

Ro

n-w

his

key

Te

qu

ila

Ma

rihu

ana

Co

ca

ína

Ansiedad 1

Sustancias

0.232

p=0.085 1

Tabaco

0.187

p=0.167

0.751**

p=0.000 1

Café

-0.023

p=0.868

0.307*

p=0.021

0.156

p=0.250 1

Cerveza

0.314*

p=0.019

0.874**

p=0.000

0.580**

p=0.000

0.148

p=0.275 1

Cerveza-sangría

0.258

p=0.055

0.886**

p=0.000

0.491**

p=0.000

0.109

p=0.422

0.911**

p=0.000 1

Ron-whiskey

0.082

p=0.549

.762**

p=0.000

0.450**

p=0.000

0.133

p=0.328

0.566**

p=0.000

0.640**

p=0.000 1

Tequila

0.047

p=0.732

.763**

p=0.000

0.569**

p=0.000

0.153

p=0.261

0.449**

p=0.001

0.587**

p=0.000

0.643**

p=0.000 1

Marihuana

.250

p=0.063

0.215

p=0.112

0.132

p=0.331

-0.092

p=0.500

0.094

p=0.493

0.156

p=0.252

0.060

p=0.663

0.277*

p=0.038 1

Cocaína - - - - - - - - - -

En la tabla No. 4 se aprecia la correlación entre las variables ansiedad y consumo de

sustancias y se puede observar que el valor obtenido (r=0.232) no es estadísticamente

significativo (p=0.085). El valor crítico de r de Pearson es 0.2632 (p=0.05) para que no

exista correlación estadísticamente significativa, por lo que se acepta la hipótesis nula.

Así mismo, la correlación entre ansiedad y el consumo de cerveza es positiva y

estadísticamente significativa; es decir, que quienes manifiestan mayor ansiedad,

también tienden a consumir mayor cantidad de cerveza.

48

La correlación entre ansiedad y el consumo de cerveza-sangría, así como entre

ansiedad y el consumo de marihuana no son estadísticamente significativas, pero son

las que más se aproximan al valor crítico de r de Pearson, por lo cual pueden

considerarse como variables que tienden a ir en la misma dirección en cuanto a que a

mayor ansiedad, se presenta mayor consumo de las mismas.

La correlación entre el consumo de sustancias y cada una de ellas es estadísticamente

significativa, excepto en cuanto al consumo de marihuana, ya que con ésta no se

presenta ninguna relación. El consumo de café no se correlaciona significativamente

con ninguna de las otras sustancias. La marihuana no se correlaciona con ninguna del

resto de sustancias, excepto con el tequila, con el que sí se da una relación

estadísticamente significativa.

49

V. DISCUSIÓN DE RESULTADOS

El objetivo de la presente investigación fue determinar la relación que existe entre el

nivel de ansiedad y el consumo de sustancias en el personal de una empresa de Call-

Center. El consumo de sustancias, según Storch y García (2008), es el consumo de

todas aquellas sustancias ilícitas que se consumen por gusto o por dependencias que

son dañinas, de forma activa o pasiva, para la salud. La ansiedad, según Mardomingo

(1994) se refiere a un malestar físico muy intenso, que se manifiesta principalmente

por respiración anhelante, se presenta ante estímulos que el sujeto percibe como

potencialmente peligroso e incluye síntomas neurovegetativos, conductuales,

cognitivos y vivenciales.

Se encontró que los resultados obtenidos en la presente investigación tiene similitud

con el estudio de Toc (2009). El autor realizó una investigación con el objetivo de

controlar la ansiedad en el momento del aprendizaje en la conducción de vehículos.

Concluyó que los conductores principiantes sufren de altos niveles de ansiedad debido

a que no pueden controlar sus emociones ante un nuevo acontecimiento que puede ser

visto como peligroso ante los sujetos. Contrario a este estudio, la presente

investigación evidencia que la muestra manifestó un nivel medio de ansiedad. Se

puede inferir que ciertas actividades, como aprender a conducir vehículos, produce

más ansiedad que el trabajo en un Call-Center.

Con respecto al consumo de sustancias, el estudio es coherente con el realizado por

López (2000), quién investigó los hábitos de consumo de sustancias más consumidas,

las más frecuentes de consumo y determinó las dimensiones de personalidad

asociadas a la conducta de consumo, en 90 alumnos de Psicopedagogía. Los

resultados indicaron una elevada incidencia en el consumo de alcohol y cannabis.

Mientras que el consumo del resto de drogas, cocaína, éxtasis, alucinógenos,

tranquilizantes e hipnóticos, fue prácticamente inaceptable. Lo que se puede relacionar

con la presente investigación, ya que los resultados indicaron que el mayor consumo

de sustancias en la muestra establecida se presenta en la cerveza, ya que es la

sustancia más aceptada por la población estudiada y la cocaína como la marihuana no

se reflejan en los resultados, ya que no son aceptadas por la población.

En el año 2005, Camacho realizó un estudio con el objetivo de evaluar la relación

funcional entre los factores sociodemográficos, la ansiedad social y las expectativas

50

positivas hacia el alcohol, así como el consumo de bebidas embriagantes en

estudiantes universitarios de ingeniería de dos instituciones privadas de Bogotá. Dicho

estudio reportó más de la tercera parte con consumo abusivo y un nivel medio de

expectativas hacia el consumo de alcohol. Este estudio tiene relación con la presente

investigación, ya que se puede observar en los resultados obtenidos, que las personas

que trabajan en un Call-Center consumen bebidas alcohólicas con más frecuencia,

mientras mayor es el nivel de ansiedad, mayor es el consumo de alcohol.

Las conclusiones de los estudios revisados permiten llegar a establecer algunas

similitudes, tales como diferentes ambientes que resultan amenazantes a los sujetos

pueden hacer que desarrollen diferentes síntomas de la ansiedad, el consumo de

sustancias es utilizado con frecuencia por las sociedades y que el alcohol es visto de

manera positiva ante la sociedad.

Los resultados indican que no hay una correlación estadísticamente significativa entre

el consumo de sustancias y los niveles de ansiedad en el Call-Center, en general, pero

se logró identificar que a más ansiedad más consumo de cerveza, es decir que quienes

manifiestan mayor ansiedad, también tienden a consumir mayor cantidad de cerveza.

51

VI. CONCLUSIONES

No existe una relación estadísticamente significativa entre los niveles de

ansiedad y el consumo de sustancias en el personal de una empresa de

Call-Center. Por tanto, se acepta la hipótesis nula.

El personal de una empresa de Call-Center presentó un nivel de ansiedad

medio (12.05).

Los resultados muestran que en una empresa de Call-Center existe

ausencia de consumo de sustancias (3.55).

La correlación entre ansiedad y el consumo de cerveza es positiva y

estadísticamente significativa; es decir que quienes manifiestan mayor

ansiedad, también tienden a consumir mayor cantidad de cerveza.

La correlación entre ansiedad y el consumo de cerveza-sangría, así como

entre ansiedad y el consumo de marihuana no son estadísticamente

significativas, pero son las que más se aproximan al valor crítico de r de

Pearson, por lo cual pueden considerarse como variables que tienden a ir

en la misma dirección en cuanto a que a mayor ansiedad, se presenta

mayor consumo de las mismas.

La correlación entre el consumo de sustancias y cada una de ellas es

estadísticamente significativa, excepto en cuanto al consumo de

marihuana, ya que con ésta no se presenta ninguna relación.

El consumo de café no se correlaciona significativamente con ninguna de

las otras sustancias.

La marihuana no se correlaciona con ninguna del resto de sustancias,

excepto con el tequila, con el que sí se da una relación estadísticamente

significativa.

52

VII. RECOMENDACIONES

A las Empresas tipo Call-Center

Brindar a sus trabajadores información sobre el manejo de ansiedad.

Brindar información a los colaboradores de Call-Center sobre el consumo

de sustancias, qué beneficios y qué consecuencias les puede traer.

Contar con un departamento de recursos humanos que esté al tanto de

las necesidades de su personal.

A futuros investigadores:

Brindar a los Call-Center y a sus trabajadores información sobre el manejo

de ansiedad.

Brindar información a los colaboradores de Call-Center sobre consumo de

sustancias, que beneficios y qué consecuencias puede traer.

53

VIII. REFERENCIAS

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