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NÚM. 325 ABRIL DE 2004 65 Relaciones comerciales México-Unión Europea KARINA NAVARRETE PÉREZ* D urante el siglo XIX, los primeros países europeos con los cuales México estable- ció acuerdos comerciales, y que actualmente conforman parte del bloque europeo, fue- ron Reino Unido e Irlanda durante los años 1824-1826, cuyo objetivo era, en palabras de I. Avella, “[...] la incorporación de las na- cientes economías nacionales a un sistema de intercambio basado en una relativa libertad de comercio, la ruptura paulatina de las barre- ras arancelarias y el crecimiento de las relacio- nes multilaterales [...]” (2002, p. 103). A estos acuerdos se les dio el nombre de Acuerdos de Amistad, Comercio y Navegación. Para el siglo XX, a partir de la década de los setenta, ya con- formada la entonces Comunidad Económica Europea, estas relaciones se situaron en los Acuerdos Marco de Cooperación que llevaron, para la década de los noventa, con la ya deno- minada Unión Europea, a un Tratado de Libre Comercio, firmado y vigente desde los inicios del siglo XXI. Si bien estas relaciones vienen de tiempos antiguos, situémoslas en un período específico conforme al objetivo del presente trabajo: la evolución de las relaciones comerciales México- Unión Europea tras la política de apertura externa de la economía mexicana a partir de la década de los ochenta. De esta forma, dicha década es considerada como la clave en la evo- lución de los flujos comerciales de México con el exterior, caracterizada por algunos fenóme- nos adversos y otros propicios que modificaron el comportamiento de la economía mexicana. Por un lado, el agotamiento del modelo de sus- titución de importaciones 1 provocó una des- aceleración de la producción y de la economía que desembocó en una devaluación en 1976 y posteriormente en la crisis financiera y eco- nómica de 1982. Por otro lado, en el ámbito mundial surgieron nuevas reglas en materia co- mercial que centraban la atención en políticas de liberalización comercial e integración eco- nómica. Aunado a ello, el cambio estructural * Profesora de la Facultad de Economía, UNAM. 1 El objetivo del modelo de sustitución de importaciones consistía en proteger a las industrias nacientes mediante aranceles y cuotas de importación, con lo cual se esperaba que el sector productivo fuera más eficiente. Aunque dicho modelo sí logró promover las ma- nufacturas, dados los avances tecnológicos y los cambios en materia comercial en todo el mundo, el modelo comenzó a ser inoperante durante la década de los setenta.

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Relaciones comercialesMéxico-Unión Europea

KARINA NAVARRETE PÉREZ*

Durante el siglo XIX, los primeros países europeos con los cuales México estable-

ció acuerdos comerciales, y que actualmente conforman parte del bloque europeo, fue-ron Reino Unido e Irlanda durante los años 1824-1826, cuyo objetivo era, en palabras de I. Avella, “[...] la incorporación de las na-cientes economías nacionales a un sistema de intercambio basado en una relativa libertad de comercio, la ruptura paulatina de las barre-ras arancelarias y el crecimiento de las relacio-nes multilaterales [...]” (2002, p. 103). A estos acuerdos se les dio el nombre de Acuerdos de Amistad, Comercio y Navegación. Para el siglo XX, a partir de la década de los setenta, ya con-formada la entonces Comunidad Económica Europea, estas relaciones se situaron en los Acuerdos Marco de Cooperación que llevaron, para la década de los noventa, con la ya deno-minada Unión Europea, a un Tratado de Libre Comercio, firmado y vigente desde los inicios del siglo XXI.

Si bien estas relaciones vienen de tiempos antiguos, situémoslas en un período específico conforme al objetivo del presente trabajo: la evolución de las relaciones comerciales México-Unión Europea tras la política de apertura externa de la economía mexicana a partir de la década de los ochenta. De esta forma, dicha década es considerada como la clave en la evo-lución de los flujos comerciales de México con el exterior, caracterizada por algunos fenóme-nos adversos y otros propicios que modificaron el comportamiento de la economía mexicana. Por un lado, el agotamiento del modelo de sus-titución de importaciones1 provocó una des-aceleración de la producción y de la economía que desembocó en una devaluación en 1976 y posteriormente en la crisis financiera y eco-nómica de 1982. Por otro lado, en el ámbito mundial surgieron nuevas reglas en materia co-mercial que centraban la atención en políticas de liberalización comercial e integración eco-nómica. Aunado a ello, el cambio estructural

* Profesora de la Facultad de Economía, UNAM.1 El objetivo del modelo de sustitución de importaciones consistía en proteger a las industrias nacientes mediante aranceles y cuotas de importación, con lo cual se esperaba que el sector productivo fuera más eficiente. Aunque dicho modelo sí logró promover las ma-nufacturas, dados los avances tecnológicos y los cambios en materia comercial en todo el mundo, el modelo comenzó a ser inoperante durante la década de los setenta.

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que implicó el agotamiento del modelo hacia dentro suponía la modernización del aparato productivo, promoción de exportaciones y vinculación con el exterior, con los propósitos de alcanzar la estabilidad económica, elevar la eficiencia productiva, enfrentar los compromi-sos financieros por el endeudamiento externo y recuperar el crecimiento. Este cambio es-tructural condujo a la adhesión de México al Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) en 1986, lo cual formalizó su proceso de apertura externa. Estos cambios llevaron a que, en la década de los noventa, México consolidara dicha apertura en 1994 con la firma y entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Este Tratado dio la pauta para que México iniciara o intensificará pláticas con terceros países para negociar tratados comerciales cuya característi-ca es la reducción gradual de barreras arancela-rias y no arancelarias entre las partes.

Este trabajo aborda el caso específico de la Unión Europea2 (UE), con la cual nuestra economía consolida sus relaciones y flujos co-merciales con la firma y entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea (TLCUEM). A la firma de este Tratado se afirmó que se proporcionaría un marco de apertura para los productos mexica-nos en Europa y viceversa, así como un mayor flujo de inversiones provenientes de la Unión, lo cual favorecería a México por la oportuni-dad de diversificar sus mercados y disminuir

su dependencia con Estados Unidos. Sin em-bargo, el continuo y creciente déficit comercial que México mantiene con la UE, así como la ausencia de diversificación de nuestros produc-tos con los países miembros, revela que existen bases insuficientes para sostener lo arriba seña-lado. Además, persiste el hecho de que la ma-yor parte de nuestras transacciones comerciales se realizan con Norteamérica, en especial con Estados Unidos, que tiene una participación promedio de 79% dentro del comercio total mexicano hasta antes de la firma del tratado comercial con el bloque europeo, aunque la proporción se ha reducido a partir de 2000.

Las relaciones México-Unión Europea

Si bien los nexos entre México y la Unión Europea se establecieron en tiempos remotos, es en la década de los setenta que las relacio-nes comerciales e institucionales entre ambos se profundizan. El antecedente es el Acuerdo Marco de Cooperación de 1975, cuyo objetivo era promover el comercio recíproco e intensi-ficar los vínculos económicos. Lo anterior no fue fácil de lograr dadas las barreras proteccio-nistas, la escasa diversificación de las exporta-ciones mexicanas y el sesgo antiexportador del modelo mexicano de los setenta. Tras la crisis de 1982, la estrategia de desarrollo y la política exterior de México, así como la conformación de la Europa de los Doce,3 se restablecen las relaciones que permiten arribar a una etapa

2 Actualmente la Unión Europea se encuentra conformada por: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Reino Unido y Suecia. Es de considerar que para el 1 de mayo de 2004 entrará en vigor la ampliación de la UE con la incorporación de los países del Este de Europa: Polonia, Hungría, la República Checa, Eslovaquia, Letonia, Lituania, Estonia, Chipre y Malta, cuyo tratado de adhesión se firmó el 16 de abril de 2003 en Atenas, Grecia. “Con el ingreso de estos diez países, la UE suma en total 25 naciones y 450 millones de habitantes, uno de los mercados más grandes del mundo...”, El Universal, p. 2.3 En 1986, la Unión Europea se conformaba por Alemania, Reino Unido, Italia, Francia, Luxemburgo, Bélgica, Países Bajos, Grecia, Dinamarca, Irlanda, España y Portugal, países que conformaban entonces la Europa de los Doce.

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de mayor entendimiento no sólo a nivel co-mercial, sino en materia de cooperación para el desarrollo, particularmente en ciencia y tec-nología.

Así, el creciente interés recíproco y la voluntad de ambas partes de profundizar la colaboración y llegar a nuevas oportunidades de fortaleci-miento de sus relaciones, da inicio a un acele-rado proceso de consultas y negociaciones que condujeron a la suscripción del Acuerdo Marco de Cooperación de 1991.4 Este Tratado, aun-que no difiere mucho del anterior, constituyó un avance en materia institucional y asociación en cooperación para el desarrollo que se ajustó a los principios de política exterior de los noven-ta, lo que activó los flujos de intercambio, de in-versiones y de cooperación. A pesar de los avan-ces registrados en materia de cooperación, en la relación comercial las condiciones de acceso de las exportaciones mexicanas a la UE fueron muy limitadas; aunado a ello, la balanza comercial era deficitaria con el mercado europeo. Para la economía mexicana el acceso al mercado co-munitario era un objetivo más importante que en la década anterior, debido a su ambicioso programa de integración comercial externa.

En ese marco las partes acordaron empren-der consultas para negociar un nuevo acuerdo que incluyera nuevos planteamientos basados en una asociación equilibrada y solidaria en lo económico, político y comercial, que permitie-ra satisfacer los intereses de ambas partes. Así, en 1995, en la Declaración Solemne Conjunta de París, se decidió dar una perspectiva de largo plazo a la relación en todos los ámbitos, proponiendo un modelo basado en el diálogo

político y en acuerdos recíprocos de libre co-mercio. En 1997 se concreta el Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación, con el objetivo de impulsar un nuevo modelo de relaciones basado en la liberalización y la apertura de los mercados, y en un diálogo político fundamentado en la democracia y los derechos humanos. Con este Acuerdo se dejan atrás las divergencias econó-micas y políticas de las últimas décadas.

Dicho Acuerdo consta de tres documentos: el de Asociación, el Acuerdo Interino sobre Comercio, y la Declaración Conjunta en Materia de Servicios y Propiedad Intelectual. En los dos primeros, principalmente en el segundo, se considera el tema comercial con el objetivo de establecer una zona de libre comercio bilateral y preferencial, progresiva y recíproca de bienes y servicios, teniendo en cuenta la sensibilidad de determinados productos y sectores. Bajo este esquema y con-forme al Acuerdo Interino se inician las nego-ciaciones para un Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea, las cuales finalizan con la firma de la Declaración de Lisboa sobre la nueva asociación entre México y la Unión Europea, el 23 de marzo de 2000 y la entrada en vigor del Acuerdo en Materia de Bienes, el 1 de julio del mismo año. En lo que respecta a comercio de servicios, movimientos de capital, inversión, propiedad intelectual y compras del sector público entraron en vigor el 1 de marzo de 2001.

Aunque las relaciones comerciales entre ambas partes han evolucionado, y dado que ha transcurrido poco tiempo de la puesta en vigor

4 Este Acuerdo es de tercera generación por sus alcances y metas, así como por la nueva dinámica de su estructuración, destacando en el contexto de los convenios del mismo tipo suscritos en la misma época por la CEE y otros países en desarrollo, ya que incorpora instrumentos tales como un mecanismo de consultas para resolver controversias en materia comercial, y se extiende a la cooperación para el desarrollo.

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del TLCUEM y que, en principio, los beneficios se materializarán en el mediano y largo plazos, es prematuro intentar realizar una evaluación comprensiva de sus efectos sobre la economía. Este trabajo pretende centrarse en el examen de algunos elementos que indiquen su pertinen-cia, ¿cuál es el comportamiento de las relacio-nes comerciales durante la última década?, y ¿cuál el panorama que proyectan las estadísti-cas en el período 2000-2003?

Comercio entre México y la Unión Europea

La importancia de vender más productos a la Comunidad es cada vez más evidente, no sólo por las excelentes oportunidades que actual-mente representa el amplio mercado de con-sumidores europeos, sino, fundamentalmente, porque es una de las opciones más viables para equilibrar el comercio exterior de México. Desde 1980, las exportaciones mexicanas hacia la Unión Europea crecieron a un ritmo inferior al de las ventas externas totales del país, como consecuencia de la crisis de 1982, así como de las barreras proteccionistas comunitarias y la escasa diversificación de las exportaciones mexicanas. Esta situación provocó, al mismo tiempo, que el país redujera sus compras al bloque europeo durante 1981-1987 (se registró una caída de 47.4%), lo cual permitió que la balanza co-mercial mexicana con la UE registrara un su-perávit a lo largo del período, con una caída pronunciada de las exportaciones en 1986, al ubicarse los efectos más fuertes de la crisis: au-mento del endeudamiento externo, disminu-ción en el monto de la inversión extranjera y en las divisas, inflación, entre otros.

Sin embargo, tras este período de auge, en 1988 se retorna a la condición previa de déficit

comercial. Las exportaciones mexicanas hacia la UE pasaron de un crecimiento de 36.7% en 1987 a una caída de 9.4% para 1988, mientras que las importaciones registraron un aumento de 8.5% en 1987 a 40.5% en 1988. Para los noventa, los niveles más bajos se ubican en 1993 para las exportaciones, las cuales caen 15.5% respecto a 1992, y para las importacio-nes en 1995, al caer 25.7% respecto a 1994 (gráfica 1).

De 1990 a 1994 las asimetrías comerciales y el patrón desequilibrador de los intercam-bios se acentuó. Las exportaciones hacia la UE disminuyeron 20.1%, mientras que las impor-taciones provenientes de esa área aumentaron 89.8%; el comportamiento hasta 2000 fue de un aumento de 55.15 y 89.29% respectiva-mente para cada transacción respecto a 1995. Aunque la tendencia de las exportaciones fue hacia la alza, particularmente a partir de 1998, en 2001 se registra una caída. Así, durante el período 2000-2002 las exportaciones declina-ron 7.5%, mientras que las importaciones au-mentaron 11.28%. Para 2003, considerando los datos disponibles, se observa un compor-tamiento similar, un endeble dinamismo de las ventas mexicanas al bloque y una creciente importación proveniente de éste; así, la brecha que las separa muestra un déficit cada vez ma-yor, dado que las importaciones mantienen un aumento continuo mientras que las exporta-ciones han sido erráticas por más de dos déca-das y están a la baja. A tres años del TLCUEM no se ha logrado el dinamismo que se preveía para la economía mexicana.

Al comparar la participación de la UE res-pecto a Norteamérica, en especial con Estados Unidos, y el resto del mundo en el comercio total de México, no se observan cambios rele-vantes. Los cuadros 1 y 2 muestran la evolución

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de la participación de la UE en el mercado mexi-cano. En las exportacio-nes, durante la década de los noventa, América del Norte, principalmente Es-tados Unidos, registra un aumento continuo y se ubica en 2002 en 90.7%, del cual 89% corresponde a la economía estadouni-dense, respecto a 3.2% de la Unión Europea y 6% del resto del mundo. Con los datos disponibles para 2003, se observa que la par-ticipación de Norteamérica

la economía mexicana (dinamizar los sectores, reconstruir cadenas productivas o impulsar las pequeñas y medianas empresas).

CUADRO 1Participación por bloque en las exportaciones

totales de México, 1993-2003*Porcentajes

AñosUnión

Europea

Norteamérica

TotalRestodel

mundo EstadosUnidos

Canadá

1993 5.4 82.7 3.0 85.7 8.9

1994 4.6 84.9 2.4 87.4 8.0

1995 4.2 83.3 2.5 85.8 10.0

1996 3.7 83.9 2.3 86.2 10.1

1997 3.6 85.4 2.0 87.4 9.0

1998 3.3 87.6 1.3 88.9 7.8

1999 3.8 88.3 1.8 90.0 6.2

2000 3.4 88.7 2.0 90.7 5.9

2001 3.4 88.6 1.9 90.5 6.1

2002 3.2 89.0 1.7 90.7 6.0

2003 3.4 88.5 1.9 90.4 6.2Fuente: Elaboración propia con datos de la Secretaría de Econ-mía-Banco de México, <www.economia.gob.mx>.*Preliminar a junio de 2003.

GRÁFICA 1Comercio de México con la Unión Europea,1980-2003*

Millones de dólares

Fuente: Elaboración con datos de la Secretaría de Economía-Banco de México, <www.economia.gob.mx>.* Preliminar a junio de 2003.

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15000

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1986

1988

1990

1992

1994

1996

1998

2000

2002

Mill

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de

dólar

es

Comercio total de México con la Unión Europea

Importaciones mexicanas provenientes de la Unión EuropeaExportaciones mexicanas destinadas a la Unión Europea

en el mercado mexicano se mantiene sólo 0.3 puntos por debajo de su nivel de 2002, observan-do un ligero aumento el mercado canadiense y una baja de 1.5 puntos el mercado estadouni-dense. Por su parte, el mercado europeo y el res-to del mundo registran un aumento de 0.2 pun-tos en su participación respecto a 2002. Dado que el entorno económico no ha variado luego del primer semestre del año, lapso de los datos disponibles para 2003, se espera que la partici-pación de estos mercados en las exportaciones mexicanas se mantenga al cierre del año, sobre todo en lo referente al estadounidense, dado el desplazamiento de los productos mexicanos por los procedentes de China. Al respecto, es de señalar que dicho país asiático ha desplazado a la economía mexicana del lugar que ocupaba como socio comercial de la nación estadounidense, al pasar del cuarto al segundo lugar, este último ocupado por México hasta antes de 2002. Los sectores en los que se ha visto reflejado este hecho son el textil, el de calzado y el del juguete, sin que hasta el momento se muestre respuesta alguna de

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En cuanto a la participación de la UE en las impor-taciones mexicanas, el cuadro 2 muestra un com-portamiento semejante al de las exportaciones: en 1996 disminuyen 27.5% respecto a 1993; para los años subsecuentes a 1996 se incrementan en promedio 9%; en 2000 caen, al ubicarse en 8.5%; posteriormente se recuperan con niveles de 9.6 y 9.8% en 2001 y 2002, respectivamente. Para 2003 se espera un comportamiento semejante a los años precedentes, al mostrar una participación de 10.5% en el primer semestre del año.

Al comparar con el mercado Norteamericano, se observa que éste mantuvo una participación promedio de 73% durante los noventa, porcen-taje que aumenta luego de la entrada en vigor del TLCAN. Sin embargo, esta situación se revier-te a partir de 2000, al situarse en un promedio de 67% y registrar para el primer semestre de 2003 una participación de 62.9%. Para el resto del mundo se registra un aumento en su par-ticipación a partir de 1996, al pasar de 13.9 a 24.4% en 2002, con una participación acumu-lada a junio de 2003 de 24.1 por ciento.

CUADRO 2Participación por bloque en las importaciones

totales de México, 1993-2003*Porcentajes

AñosUnión

Europea

NorteaméricaTotal

Resto del

mundoEstadosUnidos

Canadá

1993 11.9 69.3 1.8 71.1 17.0

1994 11.4 69.1 2.1 71.1 17.5

1995 9.3 74.3 1.9 76.2 14.5

1996 8.7 75.5 1.9 77.4 13.9

1997 9.0 74.7 1.8 76.5 14.5

1998 9.3 74.4 1.8 76.2 14.5

1999 9.0 74.2 2.1 76.2 14.8

2000 8.5 73.1 2.3 75.4 16.1

2001 9.6 67.6 2.5 70.1 20.3

2002 9.8 63.2 2.7 65.8 24.4

2003 10.5 62.9 2.5 65.4 24.1Fuente: Idem.*Preliminar a junio de 2003.

Así, durante el período en estudio, el com-portamiento del intercambio de México con la Unión Europea se caracteriza por un saldo comercial disímbolo. Entre 1982-1987, tras la caída de las importaciones fue superavitario; en 1988 regresó a su condición deficitaria que se acentuó en 1994 (gráfica 2).

Aunque en 1995 se observó una reducción de 46% en el déficit, la gráfica 2 muestra que su tasa es creciente. Durante el período 1994-2000, el déficit creció 46.7% en 2002, tras la firma del Tratado, el desequilibrio disminuyó en 5.3% respecto al año anterior, aunque aumento 11.9% en relación con 2000. Al primer semes-tre de 2003, la tendencia es creciente, ya que su valor representa 52.13% del registrado en 2002. Ello podría constituir una tendencia que se vis-lumbra difícil de cambiar, sobre todo si persiste el ritmo de crecimiento de las exportaciones y se mantiene limitada la diversificación comer-cial con el bloque, situación que se espera revertir con el TLCUEM.

Los datos sugieren una pérdida de dina-mismo del intercambio comercial durante los últimos años, lo que resulta paradójico si se considera que durante esos años se ha registra-do un mayor acercamiento entre ambas partes. Aunque los datos a partir de 2000 muestran un ligero cambio de esta situación, donde el mercado europeo comienza a ganar espacio y el norteamericano a perderlo, la contribución de la UE en el comercio total de México se redujo considerablemente de 11.4% en 1990 a 6.6% en 2002. Este escenario muestra que México tiene el papel de receptor de las ex-portaciones de la Unión, sin que nuestros productos logren penetrar significativamente en ese mercado. Otra causa que incide en ese comportamiento se refiere a que tanto México como la UE tienen firmados otros TLC y acuer-dos preferenciales con terceros países —consi-deramos como terceros países a aquellos que

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no se encuentran dentro de la zona de libre co-mercio conformada por los países signatarios de un acuerdo comercial5—, lo cual constituye una desventaja para los exportadores mexica-nos en el mercado comunitario y para los eu-ropeos en el mercado mexicano.6

GRÁFICA 2Saldo comercial de México con la Unión Europea, 1980-2003*

Fuente: Idem.*Preliminar a junio de 2003.

5 México tiene tratados con Chile (1992); EU y Canadá (1994); Colombia, Costa Rica, Bolivia y Venezuela (1995), Nicaragua (1998), Israel (2000) y se están llevando a cabo negociaciones con Japón.6 Carlos A Rozo, 1999, pp. 576.

El escenario hasta aquí des-crito manifiesta que las im-portaciones procedentes de la Unión, tuvieron un desempe-ño más dinámico, aunque en términos relativos ha perdido importancia como proveedor al situarse en 9.7% sus com-pras a este bloque en 2002, a diferencia de 16.58% que representaba en 1982; el mis-mo comportamiento muestra su importancia como cliente que pasó de 21.27 a 3.24%, para el mismo período. En conjunto la participación de

la Unión Europea ha perdido importancia relativa en el comercio total mexicano al caer de 16.1% en 1980 a 6.6% en 2002, registrando una participa-ción de 7% en el primer semestre de 2003, aun cuando este bloque es el segundo socio comercial de México (gráfica 3).

GRÁFICA 3Participación de la UE en el comercio total de México, 1990-2003*

Fuente: Idem.

* Preliminar a junio de 2003.

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-6000

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-60.0-50.0-40.0-30.0-20.0-10.0

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crec

imie

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Balanza comercial de México con la Unión EuropeaTasa de crecimiento anual

10.110.6

6.06.46.46.36.1

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6.6 6.6 6.6 7.09.0

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2000

2001

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En el cuadro 3 se observa la participación de la UE en el comercio total mexicano y confirma lo antes señalado: la UE, si bien en 2002 muestra un incremento de 0.6% respecto a 2000, permanece con una participación relativamente constante; por su parte, Estados Unidos comienza a perder cierta participación al pasar de un promedio de 80% durante los años noventa a 76% en los dos últimos años, mientras el resto del mundo se mantiene con un tendencia creciente. El escena-rio para 2003 no se aleja mucho de lo registrado en 2002.

CUADRO 3Participación en el comercio total de México,

1993-2003*

AñosUnión

Europea

NorteaméricaTotal

Resto del

mundo Estados Unidos

Canadá

1993 9.0 75.2 2.3 77.6 13.4

1994 8.5 75.9 2.2 78.2 13.4

1995 6.6 79.0 2.2 81.2 12.1

1996 6.1 79.9 2.1 82.0 12.0

1997 6.3 80.1 1.9 81.9 11.7

1998 6.4 80.8 1.6 82.4 11.2

1999 6.4 81.1 1.9 83.0 10.6

2000 6.0 80.7 2.2 82.9 11.1

2001 6.6 77.7 2.2 80.0 13.5

2002 6.6 75.8 2.2 78.0 15.4

2003 7.0 75.6 2.2 77.8 15.2

Fuente: Idem.*Preliminar a junio de 2003.

Distribución geográfica del comercio mexicano con la Unión Europea

En 1999, la participación de los productos mexicanos en la Unión Europea fue de 3.8%. Alemania constituyó el principal socio comer-cial de México con 1.5% de aquel porcentaje, y España ocupó el segundo lugar (0.6%). A es-

tos países siguieron el Reino Unido, Países Bajos y Francia, que en conjunto absorben 85.3%. Bélgica, Italia y Portugal constituyen 11.4% y el restante 3.3% a Suecia, Irlanda, Austria, Dinamarca, Finlandia, Luxemburgo y Grecia (cuadro 4).

A tres años del TLCUEM México participó con 3.4% en el mercado europeo (porcen-taje acumulado a junio de 2003); cerca de 80% correspondió de nueva cuenta a Alemania, España, Países Bajos y el Reino Unido, 15.8% a Francia, Italia, Irlanda y Bélgica. 4.37% a Portugal, Luxemburgo, Dinamarca, Suecia, Grecia, Finlandia y Austria.

Para 2002-2003, Alemania perdió parti-cipación como destino de las exportaciones mexicanas, mientras que España registra un dinamismo relativamente mayor; por otra parte, países como Francia y Portugal han perdido participación respecto a países como Irlanda, que registra una tendencia positiva para 2003. En términos genera-les, la gráfica 4 y el cuadro 4 muestran la evolución en el comportamiento de las ex-portaciones mexicanas por países de la UE, agrupándolos de acuerdo con el porcentaje de destino. Aunque países como Alemania, Reino Unido, Portugal, Francia o Bélgica han disminuido su participación como des-tino de las exportaciones, Irlanda y España van en ascenso, el comportamiento general de las exportaciones no ha mostrado un cambio relevante en términos de la diver-sificación comercial con el bloque. Pero a pesar del comportamiento observado, la situación general de las exportaciones ha-cia aquél refleja un descenso (–10.5%) y revela el poco avance de la diversificación comercial entre los países miembros de la

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CUADRO 4Evolución por grupo de países como destino

de las exportaciones mexicanas a la UE, 1999 y 2003*Porcentaje de participación en el total

de las exportaciones mexicanas hacia la UE, en cada año

Participación 1999 % 2003* %Crecimiento 1999-2003

Total UE 3.8 100.0 3.4 100.0 -10.5

Alta 3.3 86.8 2.7a 79.4 -18.8

Regular 0.4 10.5 0.5b 14.7 25.0

Mínima 0.1 2.6 0.2 5.9 100.0Fuente: Idem.* Preliminar a junio de 2003.Notas: Alta: Alemania, España, Francia, Reino Unido y Países Bajos.Regular: Portugal, Bélgica e Italia.Mínima: Grecia, Irlanda, Dinamarca, Luxemburgo, Austria, Suecia y Finlandia.a/ Para 2003 Francia se sitúa en el grupo de participación regular.b/ Para 2003 se incorpora Irlanda a este grupo y Bélgica y Portugal se si-túan en el grupo de países de baja participación.

En lo concerniente a las importaciones, Alemania ocupa el primer lugar en este rubro. En 1999, México importó bienes de ese país por 5 032.1 millones de dólares, en 2002 tuvo un incremento de 20.5% y para

UE, donde la mayoría pierde espacio y pocos logran un avance como destino de las exportaciones mexicanas.

De los principales productos que exportamos al bloque europeo encon-tramos medicamentos, preparaciones químicas, miel, aceites crudos de petró-leo, maquinaria diversa, azúcar, partes para vehículos, tequila, productos agrí-colas (garbanzo, aguacate) detergentes, cigarros, cerveza de malta, cables, quí-micos, minerales y café sin descafeinar, también se realizan exportaciones de maquila y reexportaciones de productos que necesitaron importar sus insumos para ser elaborados, planchas, juguetes, productos laminados, tubos para oleo-ductos y gasoductos, telas (terciopelo, felpa, pana); colorantes, muebles de madera, monitores, ropa (pantalones, trajes, sacos). De estos productos, la mayoría son vendidos a Alemania y España.

junio de 2003 de 49.2% del monto registrado el año anterior. A ese país le siguen Italia, Francia, España y el Reino Unido, que en con-junto participan con 82.7% de las importaciones mexica-nas provenientes del bloque europeo (cuadro 5).

En 2003 esos países enca-bezan la lista de mayores pro-veedores de la UE a México, con un incremento, a excep-ción de Reino Unido, res-pecto a 1999, de 6.6, 39.9, 17.3, 34.6%, respectivamente, mientras que este último regis-

GRÁFICA 4Destino de las exportaciones por país miembro

de la Unión Europea, 1999 y 2003*Porcentaje de participación en el total de las exportaciones

mexicanas hacia la UE, en cada año

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0.60.8

11.2

1.41.6

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Fuente: Idem.*Preliminar a junio de 2003.

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tro –13.8%. Estos datos muestran, al igual que en las exportaciones, que España ha ganado mercado sobre los demás países, aunque en las importaciones aún es Alemania la que se en-cuentra como el mayor proveedor; Francia e Italia, son más dinámicos en las importaciones que como receptores de los productos mexicanos. En conjunto tuvieron un incremento de 14.9% respecto a 1999. A di-ferencia de las exportaciones, las importaciones tuvieron en conjunto un incremento de 16.6% en relación con 1999, a pesar de la caída en algunos países, situación que no afectó debido a que los principales proveedores del mercado mexicano mostraron una tendencia creciente a lo largo de 2003 (gráfica 5 y cuadro 5). Sin embargo, al igual que las exporta-ciones, no existen avances en la di-versificación que se pretendía tras la firma del Tratado con la Unión Europea.

De los productos importados podemos mencionar aparatos y partes para telefonía y telecomuni-caciones, gasolina, libros diversos, productos lácteos, maquinaria y aparatos para la fabricación de pa-pel y cartón, para hilar, para envasar (cerrar, encapsular o empacar) líqui-dos, para imprimir, para bovinar o

devanar materiales textiles, vinos, químicos, medicamentos, vacunas, partes y accesorios de vehículos, azulejos, motores; la mayoría de estos productos provienen de Alemania y España.

GRÁFICA 5Origen de las importaciones por país miembro de la Unión Europea,

1999 y 2003*Porcentaje de participación en el total de las importaciones

mexicanas hacia la UE, en cada año

Fuente: Idem.*Preliminar a junio de 2003.

CUADRO 5Evolución por grupo de países por origen de importaciones

provenientes de la UE, 1999 y 2003*Porcentajes de participación en el total

de las importaciones mexicanas hacia la UE, en cada año

Participación 1999 % 2003 %Crecimiento 1999-2003

Total UE 9.0 100.0 10.5 100.0 16.6

Alta 7.4 82.7 8.5 80.9 14.9

Regular 1.2 13.0 1.5 14.3 25.0

Mínima 0.4 4.3 0.5 4.8 25.0

Fuente: Idem.* Preliminar a junio de 2003.Notas: Alta: Alemania, España, Francia, Reino Unido e Italia. Regular: Bélgica, Irlanda, Países Bajos y Suecia.Mínima: Grecia, Dinamarca, Luxemburgo, Austria, Portugal y Finlandia.

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Conclusiones

Con base en lo expuesto no es probable esperar una modificación sustancial en la composición del comercio por mercados de destino. Por factores históricos, económicos y geográficos, Estados Unidos es y será el socio económico natural más importante de México, aunque ello no ha impedido promover las relaciones con otras regiones y eliminar o por lo menos atemperar los riesgos que entraña esa relación de dependencia.

A la luz del lento crecimiento relativo y de la concentrada estructura del comercio con 40.2% de los países miembros del bloque europeo, parecen distantes los objetivos de di-versificación geográfica del comercio exterior mexicano. La importancia de la relación ha variado en intensidad y en los objetivos par-ticulares que han privilegiado cada una de las partes en diferentes momentos. Pero, bajo el contexto descrito, es posible plantear el hecho del interés de la UE por reactivar su presencia comercial y política en América Latina, en par-ticular Norteamérica, y que ese interés tiende a expresarse de manera selectiva hacia los países con mayor viabilidad para incrementar las re-laciones comerciales.

Si bien las relaciones comerciales de México con la UE cuentan con bases suficientes, que van desde el Acuerdo Marco de 1975 hasta el Acuerdo de Asociación de 1997, donde ambas partes formalizan sus relaciones, existen cir-cunstancias que han impedido que el comercio entre México y la UE se profundice de la forma esperada, aunque no constituyen un obstáculo para que las partes continúen la búsqueda de un comercio equilibrado, y con ello logren diversificar su comercio en el mediano y largo plazos. Arribar a esta situación implica atraer

mayores volúmenes de inversión extranjera hacia el país, llevar a cabo puntuales investiga-ciones de mercado, económicas, geográficas y tecnológicas (en torno a la Unión Europea en su conjunto y respecto a cada uno de los países que la integran). Se trata de precisar estrategias comerciales que hagan operante ese tratado comercial para beneficio de nuestra economía. Hasta ahora, las cifras disponibles muestran que las ganancias del Tratado tardarán en presentarse si se atiende a la aún enorme bre-cha entre exportaciones e importaciones. Sin embargo, la Unión Europea constituye una opción de gran valía en el futuro para atem-perar, aunque sea en pequeña medida nuestra dependencia con Estados Unidos.

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