Relaciones entre comercio, pobreza y género: la evidencia en América Latina

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    Este documento se concentra en las vinculacionesentre el comercio, la pobreza y el gnero en Amrica

    Latina. En l se sostiene que entender el contextoespecco de las dinmicas de gnero existentes enel marco de las reformas en el comercio y la reduc -cin de la pobreza es fundamental para propiciar quehombres y mujeres se benecien por igual de estasiniciativas. Las teoras sobre el comercio generalmenteno prestan atencin a la cuestin del gnero e ignoranlas dimensiones reproductivas no remuneradas de laeconoma, es decir, la administracin del hogar y elcuidado de terceros y los efectos diferenciales quetienen sobre la manera en que mujeres y hombresviven la pobreza.

    El aumento en el ingreso agregado de los hogares apartir de nuevos puestos de trabajo creados por lasnuevas oportunidades relacionadas con el comercioy el mercado no puede considerarse como fuente de

    iguales benecios para todos los miembros del hogardebido a la desigual divisin del trabajo por gneroque, no obstante, es socialmente aceptada y que con-gura la vida pblica y privada de hombres, mujeresy nios. Se requiere polticas complementarias plan-teadas a partir de datos desagregados por sexo y unanlisis de gnero especco para cada contexto conel n de mejorar el acceso de las mujeres a los recur-sos y empoderarlas mediante la calicacin laboral

    y el fomento de oportunidades para que adquieranmayores habilidades, fortalezcan su capacidad paraparticipar en el dilogo poltico y puedan equilibrarlas actividades de generacin de ingresos y sus res-ponsabilidades en el cuidado de los dems.

    Relaciones entre el comercio,el crecimiento y la reduccinde la pobreza

    Las relaciones entre el comercio, el crecimiento yla reduccin de la pobreza son objeto de crecienteatencin global por parte de una amplia gama deactores en los campos de la formulacin de polticasy de la sociedad civil, como lo pone en evidencia elreciente colapso de la Ronda de Desarrollo de Doha,de la Organizacin Mundial del Comercio (OMC). Lasdimensiones de gnero de la liberalizacin comercialson igualmente objeto de interrogantes, mientras quesus proponentes asumen que el crecimiento tarde otemprano beneciar a las mujeres especialmente

    Nicola Jones1 y Hayley Baker2 ODI

    Relaciones entre comercio, pobreza y gnero: laevidencia en Amrica Latina

    1/ Investigadora RAPID. [email protected]/ Asistente de investigacin, COPLA. [email protected]

    Las teoras sobre el comerciogeneralmente no prestanatencin a la cuestin del gnero

    e ignoran las dimensionesreproductivas no remuneradasde la economa

    Las relaciones entre elcomercio, el crecimiento y lareduccin de la pobreza sonobjeto de creciente atencin

    global por parte de una ampliagama de actores en los camposde la formulacin de polticas yde la sociedad civil

    El aumento en el ingreso agregado de los hogares a partir de nuevos pues-tos de trabajo creados por las nuevas oportunidades relacionadas con elcomercio no puede considerarse como fuente de iguales benecios paratodos los miembros del hogar.

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    El trabajo del hogar y el cuidado de terceros no remunerado sigue cons-tituyendo uno de los principales factores responsables de la desigualdadentre los sexos.

    en vista del signicativo crecimiento del empleofemenino en las industrias manufactureras ligeras,intensivas en mano de obra y orientadas a las expor-taciones, as como en el sector moderno de serviciosen los pases en desarrollo, los detractores de dichaspolticas temen que las mujeres probablemente seanms vulnerables a los efectos negativos de la libera-lizacin comercial y tengan una menor capacidadque los hombres para beneciarse de sus efectospositivos. Sin embargo, est surgiendo un corpus deevidencia emprica que sugiere que la realidad es, dehecho, ms compleja y depende en mayor grado decontextos especcos.

    El anlisis de gnero del comercio requiere quese comprenda no solamente las caractersticas ydinmicas del mercado antes de la liberalizacin(as como la manera en que estos y otros entornossociales, culturales y polticos de mayor amplitudse han ido generando), sino tambin la naturaleza,ritmo y escala de los cambios provocados por laliberalizacin comercial, as como la medida en quefueron mediatizados por la poltica gubernamental yla legislacin de cada pas.

    Asimismo, requiere que se considere los efectos delas reformas comerciales sobre el trabajo productivogenerador de ingresos, as como en el trabajo repro-ductivo no remunerado que frecuentemente perma-nece invisible y que la sociedad normalmente asignaa la mujer. Debido a que el trabajo del hogar y el cui-dado de terceros no remunerado sigue constituyendouno de los principales factores responsables de la

    desigualdad entre los sexos, se plantea el reto dereexionar sobre la manera en que las polticas y leyesnacionales diseadas para mediatizar los efectos delas reformas del comercio pueden convertirse en unaventana de oportunidad que permita atacar dichasdesigualdades. Aunque la liberalizacin comercialpuede dar como resultado un mayor crecimiento en el

    mediano y largo plazo, es cada vez ms evidente quepara reducir la pobreza y la desigualdad se requierede polticas complementarias para abordar no sololos retos de la competitividad, el clima de inversin yla necesidad de infraestructura, sino tambin las des-igualdades sociales que podran perpetuarse, e inclusoexacerbarse, al producirse las reformas comerciales.

    Este artculo se concentra en las razones y maneras enque la liberalizacin comercial afecta desigualmentea hombres y mujeres, partiendo de evidencia reciente

    de Amrica Latina y El Caribe, en donde los gobiernosnacionales han suscrito recientemente una serie deTratados de Libre Comercio subrregionales y bilatera-les que han sido objeto de considerable debate.

    Aunque estos tratados pregonan la necesidad de abor-dar la discriminacin de gnero en el mbito laboral,existe poca discusin sobre los tipos de instrumentosde poltica propobre que se requieren para combatirlos efectos de los cambios en el entorno comercial(ver tabla 1)3. Por consiguiente, este documento con-cluye con la reexin de que las polticas comerciales

    y relacionadas con el comercio pueden contribuir amejorar la capacidad de las mujeres (y de los hom-bres) para aprovechar las nuevas oportunidades quebrinde el mercado, siempre que se examinen a la luzde los patrones y de las dinmicas de la pobreza, talcomo se maniesta en la regin.

    Conceptualizacin de los vnculosentre el comercio, la pobreza y las

    relaciones de gneroDesentraar las dimensiones de gnero de los cambiosde las reglas que rigen el comercio constituye unatarea compleja, ya que ni la liberalizacin del comer-cio ni la pobreza son fciles de medir. Adems, laliberalizacin comercial se produce simultneamentecon otras reformas macroeconmicas. El anlisis de losefectos desagregados de los cambios a nivel macro enlas polticas dentro de los hogares constituye un retoan mayor. Las medidas que pueden ya sea agravaro disminuir la pobreza de los hogares en conjunto

    tambin pueden ser vividas de manera diferente porhombres y mujeres, nias y nios, segn la compo-sicin de gnero del mercado laboral, el (des)igual

    3/ Excepciones parciales son la resolucin 2000 MERCOSUR/

    GMC/RES No. 20/98 y el dilogo poltico y cooperacin entrela Comunidad Europea y la Comunidad Andina que reconocenque el gnero es un tema transversal de las polticas comercialesy relacionadas.

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    acceso a los recursos (como el crdito, la propiedadde la tierra, los derechos de herencia), y las normasy prcticas culturales que rodean los derechos y res-ponsabilidades dentro de los hogares.

    Sin embargo, en trminos generales, existen tres rutas

    principales por las que la liberalizacin comercialpuede tener un efecto directo sobre la pobreza y lavulnerabilidad: los cambios en las estructuras labo-rales y los salarios, los cambios en los patrones deconsumo y los cambios en el margen disponible parael gasto social del gobierno (ver gura 1)4. Estos efec-tos pueden ser positivos o negativos para las mujeres(y los hombres), dependiendo de las caractersticastanto individuales (por ejemplo, niveles de educaciny capacitacin, estado civil, tamao de la familia),como del grupo social (por ejemplo, si los hogares

    son productores o consumidores netos, si son ruraleso urbanos, su condicin de pobreza o la condicindel grupo social)5.

    En primer lugar, los efectos sobre las oportunidadesde empleo y los salarios tienen consecuencias sobre

    la oferta laboral de la familia, y es probable quetambin tengan un efecto diferencial sobre hombres,mujeres y nios. Mientras que, por un lado, la teoracomercial asume que la liberalizacin traer comoconsecuencia nuevas oportunidades de empleo y demercado, las economistas feministas sostienen que lasresponsabilidades de trabajo reproductivo a menudo

    restringen la medida en que las mujeres pueden parti-cipar en el mercado laboral ya que ellas tienen menostiempo para recapacitarse o recalicarse y obtener asempleos mejor pagados o buscar nuevos empleos.

    En consecuencia, muchas mujeres que buscan empleotienden a ingresar al mercado informal de trabajo adomicilio donde pueden combinar el trabajo remu-nerado para afuera con el trabajo no remunerado. Sinembargo, las oportunidades laborales de las mujeresen el mercado informal podran no permitirles recibir

    benecios tales como el salario mnimo, la estabili-

    dad laboral u otros benecios sociales. Tambin seest acumulando evidencia acerca de la migracinmasculina a las reas urbanas para aprovechar nuevasoportunidades de mercado, lo que est reduciendoel tiempo del que disponen las mujeres para afrontarla triple carga que soportan (es decir, su ocupacinproductiva, reproductiva y comunitaria).

    Los cambios en el tiempo disponible para el cuidadode terceros podran, a su vez, tener consecuenciassobre los nios, particularmente cuando no se

    cuenta con servicios de cuidado de nios accesiblesy econmicos, o cuando no hay normas sobre laslicencias de paternidad o maternidad. En particular,se recurre a menudo a las nias para que asuman

    Los efectos sobre lasoportunidades de empleo y lossalarios tienen consecuenciassobre la oferta laboral de lafamilia, y es probable que

    tambin tengan un efectodiferencial sobre hombres,mujeres y nios

    Los cambios en el tiempodisponible para el cuidadode terceros podran, a su vez,tener consecuencias sobre los

    nios, particularmente cuandono se cuenta con servicios decuidado de nios accesibles yeconmicos, o cuando no haynormas sobre las licencias de

    paternidad o maternidad

    4/ Existen efectos indirectos del comercio pero dicho anlisis escapa

    al alcance de este documento.5/ Bird, K.A Framework to Analyse Linkages Between Trade Policy,Poverty Reduction and Sustainable Development. London: Over-seas Development Institute, 2004.

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    Muchas mujeres quebuscan empleo tiendena ingresar al mercadoinformal de trabajo adomicilio donde pueden

    combinar el trabajoremunerado paraafuera con el trabajo noremunerado.

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    Preocupa que la importacin de bienes tenga como consecuencia una cadadel consumo de alimentos tradicionales de mayor capacidad nutritiva.

    adicionalmente las responsabilidades productivas yde cuidado de terceros, lo que posiblemente tengaconsecuencias negativas sobre su escolaridad, sudisponibilidad de tiempo libre y sus futuras posibili-dades de desarrollo del capital humano. Esto sucedeespecialmente en las reas rurales donde el trabajoinfantil puede ayudar a reducir la vulnerabilidad

    de los hogares y de las comunidades ante las crisiseconmicas.

    En segundo lugar, los patrones de consumo de loshogares pueden verse afectados por los cambiosen los precios de los bienes y servicios. Que dichoscambios sean positivos o negativos depender delequilibrio relativo entre los efectos de precio y utili-dad. La liberalizacin comercial puede tener comoconsecuencia una reduccin de los precios de losbienes y servicios debido a un aumento de la com-

    petencia inducida por las importaciones. En estecaso las posibilidades de consumo de los hogaresprobablemente aumenten, con un posible beneciopositivo sobre el rol que cumplen las mujeres en elcuidado de sus familias y de terceros. No obstante, enla medida en que los bienes importados sustituyan alos bienes de produccin nacional, es probable quelas mujeres (y los hombres) que trabajan en dichossectores sean desplazados. Ms an, preocupa quela importacin de bienes tenga como consecuenciauna cada del consumo de alimentos tradicionalesde mayor capacidad nutritiva, lo que tiene un efecto

    negativo, especialmente sobre los nios, las jvenesadolescentes y las madres lactantes.

    Tercero, si bien un mayor crecimiento a medianoplazo puede incrementar los ingresos scales, lasreducciones de los aranceles podran tener un impactonegativo a corto plazo sobre el ingreso scal y tradu-cirse en recortes del gasto social. A su vez, esto podratener un efecto negativo sobre el acceso a serviciosde calidad (inclusive agua, electricidad, educacin ysalud), especialmente en los hogares rurales y pobres

    (en los que las mujeres constituyen un porcentaje des-

    proporcionadamente elevado de los jefes de familia),as como reducir la capacidad de los gobiernos deintroducir medidas de proteccin social para com-pensar parte de los impactos negativos de la liberali-zacin. Dichos riesgos probablemente afecten a lasmujeres en particular ya que, por lo general, llevanla responsabilidad principal de la atencin a tercerosy tendrn que asignar una mayor parte de su tiempoa cubrir los mayores gastos derivados de la privatiza-cin de los servicios y/o a compensar los vacos enel suministro de los mismos, lo que tendra, como sedijo, la consecuencia de tener que invertir una mayorcantidad de su tiempo en estas tareas. La privatizacinde los servicios sociales puede tambin afectar a las

    mujeres en tanto trabajadoras. El sector de los serviciospblicos ha sido fundamental para el empleo de lasmujeres y, en este caso, la privatizacin signicarano solo una prdida de oportunidades laborales paralas mujeres, sino tambin una prdida de beneciosde seguridad social (por ejemplo, pensiones, segurosde salud, licencias de maternidad, etc.).

    Evidencia en Amrica Latina

    A partir del modelo conceptual delineado, se exa-mina a continuacin la naturaleza y distribucin de lapobreza desde una perspectiva de gnero, la divisinsociocultural y de gnero del trabajo, as como el posi-cionamiento de hombres y mujeres en la economa.

    Pobreza y gneroLos patrones de surgimiento de la pobreza en AmricaLatina tienen una base de gnero que resulta ser mscompleja de lo que se haba imaginado hasta ahora.Un informe de la Comisin Econmica para Am-rica Latina y El Caribe (CEPAL), publicado en 2007,muestra que en la regin el nmero de mujeres quevive debajo de la lnea de pobreza supera al de loshombres y que la pobreza medida segn el sexo haaumentado de 108 a 112 mujeres de hogares pobrespor cada 100 hombres, en los ltimos 15 aos.

    En el caso de los hogares encabezados por mujeres,aunque hay varios anlisis recientes que subrayan laimportancia de reconocer la diversidad entre dichos

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    hogares6, en 2005 un promedio de 30% de los hoga-res en 12 pases en la regin tenan una mujer comojefe de familia y dichos hogares tambin estaban sobrerepresentados en las categoras de hogares extrema-damente pobres y pobres7.

    Sin embargo, en trminos de desarrollo de capitalhumano -asociado estrechamente con la capacidadde aprovechar nuevas oportunidades laborales y demercado- el panorama vara signicativamente de unpas a otro. Una comparacin del ndice de Desa-rrollo Humano (IDH) y del ndice de Desarrollo porGnero (IDG) muestra una variacin signicativa, enla que pases como Nicaragua y Venezuela eviden-cian elevados niveles de discriminacin contra lasmujeres, mientras que en pases como Per y Brasilel capital humano femenino, en promedio, supera al

    masculino8.

    Responsabilidades y derechosasimtricos

    El trabajo y el cuidado no remunerado de terceros-roles que la sociedad asigna a las mujeres- consti-tuyen dos de los principales factores que explicanla desigualdad de los sexos a nivel regional, ya quedeterminan la conguracin de las vidas privadas

    y pblicas de las mujeres. Datos recientes sobre elempleo del tiempo en Brasil, por ejemplo, subrayanla relativa escasez de tiempo de las mujeres: el 90%de ellas pasa 20 horas a la semana trabajando entareas domsticas no remuneradas, mientras que soloel 45% de los hombres realiza algn tipo de labor noremunerada, y en promedio solo durante siete horasa la semana.

    De manera similar, datos sobre el empleo del tiempoen Guatemala, Bolivia y Nicaragua revelan que lasjornadas de trabajo de las mujeres (sumando trabajo

    remunerado y no remunerado) duran en promedioentre 11,8 y 12,8 horas, mientras que la jornadamasculina dura, en promedio, de 10,6 a 10,8 horas,

    siendo que, adems, un porcentaje mayor est cons-

    tituido por tiempo remunerado9.

    Independientemente de las reformas legislativas, lasmujeres latinoamericanas siguen careciendo de accesoigualitario a la titulacin de tierras (con un rango queva desde apenas 10% de las mujeres en Brasil a menosde 30% en Paraguay) y, en consecuencia, al crdito10.El efecto sobre la capacidad de negociacin de lasmujeres dentro del hogar y en la comunidad es sig-nicativo, as como sobre su productividad en tantoproductoras agrcolas en las zonas rurales y propietarias

    de negocios en las reas urbanas.

    Participacin en la economa

    La participacin de las mujeres en el empleo total enAmrica Latina ha aumentado rpidamente, de 29%en 1980 a 40% en 200411. Dicho incremento ha sidofacilitado por el mayor nivel educativo femenino,

    En 2005 un promedio de 30%de los hogares en 12 pasesen la regin tenan una mujercomo jefe de familia y dichoshogares tambin estaban sobre

    representados en las categorasde hogares extremadamentepobres y pobres

    6/ Chant, S. Poverty Begins at Home? Questioning some (Mis)conceptions about Children, Poverty and Privatisation in Female-

    Headed Households. UNICEF, 2006.7/ 36% de los hogares en extrema pobreza.8/ ECLAC. Womens Contribution to Equality in Latin America and

    the Caribbean. En: 10th Session of the Regional Conference onWomen in Latin America and the Caribbean. Quito. 6-9 de agosto,2007.

    9/ ECLAC. 2007. Womens Contribution to Equality in Latin Americaand the Caribbean. 10th Session of the Regional Conferenceon Women in Latin America and the Caribbean. Quito. 6-9August.

    10/ Deere et al., (2003) Gender, Land Rights and Rural Household

    Incomes in Latin America. Documento presentado en la Confe-

    rencia de la Asociacin Internacional de Economa Feminista.11/ http://goliath.ecnext.com/coms2/gi_0199-5506902/Women-s-

    labour-force-participation.html.

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    Datos sobre el empleo del tiempo en Guatemala, Bolivia y Nicaraguarevelan que las jornadas de trabajo de las mujeres duran en promedioentre 11,8 y 12,8 horas.

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    Las mujeres se han concentrado de manera creciente en las industriasorientadas a la exportacin (especialmente, la manufactura de bajacalicacin profesional y el sector exportador agrcola no tradicional).

    pero tal tendencia tambin ha sido propiciada por

    el proceso de liberalizacin comercial y de ajusteeconmico que ha experimentado la regin en lasdos ltimas dcadas. La privatizacin de los servicios,el cambio de los patrones de consumo y el mayordesempleo masculino resultante de las repetidascrisis econmicas han contribuido a que los hogaresrequieran contar con ms de una sola fuente de aportea sus economas. Las mujeres se han concentradode manera creciente en las industrias orientadas a laexportacin (especialmente, la manufactura de bajacalicacin profesional y el sector exportador agrcola

    no tradicional) y los sectores de servicios. Pero inde-

    pendientemente de dicha expansin, la remuneracinde las mujeres sigue siendo, en promedio, signica-tivamente menor que la masculina (en 2005 estaba30% por debajo de esta). Ms an, esta cifra encubrediferencias importantes entre las trabajadoras cali-cadas y no calicadas (especialmente, las empleadasdomsticas), as como la variacin de pas en pas.Tambin impide apreciar si esta brecha de gnero estdisminuyendo con el paso del tiempo12.

    El sector de maquila (procesamiento de exportacio-nes) posiblemente muestre con mayor claridad lastensiones entre la mayor participacin econmica delas mujeres y el fuerte costo desde el punto de vistadel gnero. En particular en Mxico y en AmricaCentral el sector tiene una representacin femenina

    exageradamente grande, en gran medida debido aque los dueos de las fbricas tratan de aprovecharel bajo nivel de sindicalizacin femenina y la mayordisposicin de las mujeres a trabajar por menoressalarios en condiciones laborales muy arduas. Aunquelas mujeres han progresado en trminos de oportuni-dades de empleo asalariado, dichas industrias tiendena atrapar a las mujeres en el desempeo de tareas debaja calicacin y remuneracin, con poca seguri-dad laboral y escasos o ningn benecio, adems detratarse de una industria conocida por sus prcticasde discriminacin de gnero (como, por ejemplo,pruebas de embarazo obligatorias, acoso y violenciasexual). Ms an, existe evidencia en el sentido deque a medida que dichas industrias continan evo-lucionando y empiezan a utilizar insumos de mayortecnologa, el perl de gnero de la fuerza laboral semodica y los hombres podran volver a reemplazara las mujeres, teniendo como consecuencia una

    desfeminizacin del trabajo13.

    Esta tendencia se ha visto exacerbada recientementepor la creciente dependencia en las Zonas de Proce-samiento de Exportaciones (ZPE) de la tercerizacinhacia mujeres que trabajan en sus propios hogarescon el objeto de lograr mayores ventajas competi-tivas. En Amrica Latina esta transicin del trabajoformal al trabajo informal se hace particularmenteevidente en las industrias del calzado, cuero, textilesy confecciones.

    Se puede encontrar prcticas laborales igualmenteorientadas por el sexo en el sector de exportacionesagrcolas no tradicionales.Tras la liberalizacin, lasmujeres han pasado a constituir hasta el 90% de lostrabajadores en el sector hortcola (por ejemplo, enla industria del kiwi y de la uva de mesa en Chile, laindustria de ores en Colombia, la industria de alca-chofas en el Per y la industria de verduras en Mxico,Costa Rica y Guatemala)14. Aunque este sector abremayores oportunidades de empleo para las mujeresque para los hombres, ellas se ocupan de manera

    desproporcionada de las tareas de procesamiento debaja calicacin, en las que los salarios son bajos yla seguridad laboral mnima.

    12/ Perry y Olarreage. Trade Liberalization, Inequality and PovertyReduction in Latin America. Documentopresentado en ABCDE,San Petersburgo, enero 2006.

    13/ Fontana, M. (2006) Survey of Research on Gender and Trade:Insights, Gaps and Coverage. Institute of Development Studies,

    University of Sussex.14/ CEPAL. The Gender Dimensions of Economic Globalisation: An Annotated Bibliography.http://www.cepal.org/publicaciones/xml/2/14022/1972i.pdf. 2003.

    A pesar del incremento delempleo en la maquila y en elsector exportador agrcola notradicional, la mayor proporcindel empleo femenino en

    Amrica Latina actualmente seencuentra en el sector servicios

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    A pesar del incremento del empleo en la maquilay en el sector exportador agrcola no tradicional, lamayor proporcin del empleo femenino en AmricaLatina actualmente se encuentra en el sector servicios(76% frente al 45% masculino)15. Si bien las mujerescon mayor educacin y de clase media se han bene-ciado con las crecientes oportunidades, como por

    ejemplo en el turismo y los sectores basados en elconocimiento y la tecnologa de la informacin y lascomunicaciones, muchas de sus contrapartes menoseducadas siguen detentando empleos de poca calidaden el sector informal. Esto sucede particularmentecon el 15,5% de las mujeres que se ocupan de ser-vicios domsticos y ganan el equivalente de apenasel 40% del ingreso que reciben otras mujeres por sutrabajo16.

    Otra tendencia emergente es el crecimiento de la

    participacin femenina en el sector de pequeasy medianas empresas. No existe mucha investiga-cin sobre la relacin entre las mujeres y el esprituemprendedor en las regiones, pero algunos estimadosrecientes sugieren que las mujeres dan cuenta deaproximadamente un cuarto a un tercio de todas lasPYME de la regin. Sin embargo, una investigacindel BID determin que las PYME de propiedad delas mujeres enfrentan limitaciones para integrarsea la economa global y para aprovechar las nuevasoportunidades del mercado, es decir, tienen accesomuy limitado al capital, tecnologa, asistencia tcnica,

    infraestructura, tierras y redes de apoyo17.

    Por ltimo, no pueden dejarse de lado los efectos dela liberalizacin comercial en el sector agrcola. Laapertura a los mercados externos y la eliminacin delos subsidios agrcolas tiende a dar como resultadoun ujo de importaciones agrcolas ms baratas,lo que plantea posibles efectos negativos para los

    agricultores. Esto se vio claramente despus de queMxico ingres al TLC con Amrica del Norte yel maz barato inund el mercado mexicano, conla consecuente y signicativa prdida de empleoagrcola.

    Debido a las limitaciones que enfrentan las mujeres

    (principalmente la falta de control sobre la tierra)y los ingresos adicionales, los hombres que proba-blemente se emplean en mayor medida en la granagricultura, tambin seguramente se benecien mspor una creciente demanda por cultivos comerciales,mientras que las agricultoras de subsistencia tendrnque batallar para ajustarse a los cambios provocadospor el comercio. Prcticamente cualquier transicinde las mujeres hacia los cultivos comerciales tomala forma de un aporte a los cultivos de sus esposos,pero ello podra incrementar la vulnerabilidad de las

    mujeres, ya que ellas no son plenamente remuneradaspor su aporte.

    Implicaciones de poltica

    Dada la heterogeneidad de la manera en que hom-bres y mujeres viven la pobreza en Amrica Latina ysu integracin diferencial a los mercados laborales,tanto formales como informales, no sorprende quela poca evidencia existente sobre las relacionesentre las polticas comerciales y relacionadas conel comercio, por un lado, y los resultados domina-dos por el tema de gnero, por el otro, pinten unpanorama complejo. Sin embargo, debido al posi-cionamiento de las mujeres en sectores especcosde la economa, as como los derechos y respon-sabilidades que se les atribuyen culturalmente demanera asimtrica a partir de la gestin del hogary de la atencin a terceros en la correspondienteremuneracin, se ha destacado en el anlisis laexistencia de importantes dinmicas guiadas por elgnero que requieren una atencin poltica y pro-

    gramtica (as como mayor investigacin) para quela liberalizacin comercial cumpla con su promesa

    15/ http://goliath.ecnext.com/coms2/gi_0199-5506902/Women-s-labour-force-participation.html.

    16/ International Labour Organisation (ILO)/Commonwealth Secre-tariat (2003) Trade Liberalisation Policy:Differential Impacts ofTrade Liberalisation on Men and Women [Organizacin Interna-

    cional del Trabajo, Secretariado de la Mancomunidad Poltica de

    Liberacin Comercial: Impactos diferenciales de la liberalizacin

    comercial sobre los hombres y mujeres].

    17/ IADB. Womens Entrepreneurship in Latin America: An Explorationof Current knowledge [BID, Espritu empresarial femenino enAmrica Latina: exploracin del conocimiento actual] Washing-ton, D.C. 2001.

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    Otra tendenciaemergente es elcrecimiento dela participacinfemenina en

    el sector depequeasy medianasempresas.

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    Dichas polticas deben incluir un acceso ms econmico y fcil alos servicios de cuidado de nios, as como derechos de licencia dematernidad/paternidad.

    de constituirse una herramienta de reduccin de lapobreza para todos.

    En primer lugar, es imperativo mejorar el acceso de lasmujeres a los recursos para que puedan aprovecharlas nuevas oportunidades de empleo y el comercioque resultan del crecimiento del mercado. Entre estos

    recursos se incluye la titulacin y propiedad de tierras,especialmente debido a que a menudo constituyenrequisitos para acceder al crdito, as como al crditoy a otros servicios nancieros, a la tecnologa y a lainformacin sobre los mercados. Aunque hay unaserie de iniciativas de pequea magnitud en toda laregin para corregir estos dcit que enfrentan lasmujeres, el reto para las instituciones nancierasinternacionales (IFI), los Gobiernos Regionales, lasONG y el sector privado consistir en coordinar losesfuerzos y aumentar las escala de estos programas

    para que puedan llegar a sectores ms amplios de lapoblacin. Ms an, para contar con polticas y pro-gramas de diseo adecuado, se necesita con urgenciauna mejor recopilacin de datos desagregados porsexo (particularmente sobre el acceso al crdito, latitulacin de tierras, el empleo el tiempo y los patro-nes de consumo), as como anlisis del impacto delas reformas comerciales especcos para cada pasque tengan en cuenta el aspecto de gnero.

    Los esfuerzos para llenar estos vacos de evidenciasdeben tambin complementarse con iniciativas de

    creacin de conciencia sobre el tema del gnero entrelos polticos y los ejecutores de programa.

    En segundo lugar, para dar a las mujeres la capacidadde adaptarse a los nuevos entornos de mercado yempleo es esencial crear oportunidades de capacita-cin. Estas deben incluir la capacitacin (por ejemplo,reentrenamiento laboral, capacitacin en tecnologasde la informacin y la comunicacin) y programaseducativos (especialmente capacitacin empresarial

    Para dar a las mujeres lacapacidad de adaptarse a losnuevos entornos de mercadoy empleo es esencial crearoportunidades de capacitacin

    y de liderazgo), as como entrenamiento en tareasde incidencia, creacin de redes y dilogo de polti-cas para que las mujeres puedan expresar mejor susderechos y necesidades. Un paso inicial igualmenteimportante consiste en dar a las mujeres el conoci-miento y las herramientas que les permitan formular susdemandas y as atacar el desequilibrio de poder entrelos empleadores y los trabajadores. Esto podra incluirel apoyo al desarrollo de redes de comercio tico y/ogrupos innovadores que vinculen al sector informal

    (especialmente de los trabajadores que laboran en sushogares) y los sindicatos. Tambin existe una necesidadurgente de abordar los desequilibrios de gnero entrelos lderes de las organizaciones de la sociedad civildedicados a inuir en la formulacin de polticas sobretemas comerciales y relacionados en toda la reginpara asegurar que las condiciones de gnero seanincorporadas en el dilogo sobre polticas.

    En tercer lugar, en vista de la responsabilidad asim-trica de las mujeres en las actividades reproductivasno remuneradas, se debe desarrollar y hacer cumplirpolticas complementarias que mejoren el equilibrioentre sus tareas productivas y de cuidado del otro si sedesea que se cumpla la promesa genrica de abordarla discriminacin de gnero tal como se ha formuladoen los recientes tratados regionales y bilaterales delibre comercio.

    Dichas polticas deben incluir un acceso ms econ-mico y fcil a los servicios de cuidado de nios, ascomo derechos de licencia de maternidad/paternidad,mejor transporte para acceder a dichos servicios y a

    las oportunidades que ofrece el mercado y programasde proteccin social que den asistencia a corto ymediano plazo a las mujeres (y hombres) en ciertossectores del mercado laboral para que puedan enfren-tar la reestructuracin de la economa.

    Por ltimo, queda mucho por hacer en trminosde monitoreo, evaluacin y cumplimiento de lalegislacin laboral y los cdigos de conducta contrala discriminacin para asegurar que la puesta enmarcha de los tratados comerciales internacionales

    contribuya a dichos esfuerzos, en lugar de actuar ensu detrimento.