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Relatos de moda

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Publicación que compila una selección de post escritos en el blog de moda Quinta Trends entre los años 2010 a 2013, agrupados bajo cuatro temáticas: relato de la moda de autor (reflexiones sobre moda de autor chilena en el siglo XXI, desafíos y proyecciones); el proceso creativo y el estreno en sociedad (colecciones en la moda de autor, la materialidad, control de calidad, comunicación de marca y cultura de desfiles); relato de la moda como negocio (emprendimientos de moda tanto en Chile como Argentina, materias pendientes, desafíos de la industria y su relación con el retail); y mi relato de moda (stakeholders, compromiso social y el rol de los blogueros de moda).

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RELATOS DE MODA

Primera edición en Chile: Agosto 2013

Sofía Calvo Foxley

Asistente de investigación: Teresita Calvo Foxley

Diagramación y Diseño: Zara Hormazábal

Infografías: Mario Barretto Romero

Ilustraciones: Isidora Morales

Registro de Propiedad Intelectual Inscripción: 231.771

Impresión: Salviat Impresores Impreso en Chile / Printed in Chile

ISBN: 978-956-353-188-6

Este libro fue impreso gracias a:

Foto de portada:

detalle de vestido de MartinJ por Ivor Fuentes

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Prólogo

¿Por qué reflexionar sobre moda de autor y blogs?

Sistema moda: ¿qué es y cómo se crea?

I. El relato de la moda de autor

La identidad de la moda chilena: Reflexiones a tres

años del Bicentenario

Moda en crisis: la explosión creativa después de la

tormenta

Moda de autor chilena: hacia dónde vamos

Al rescate de la moda chilena: identidad en

construcción

Las vacas sagradas del mundo de la moda

La diferencia entre el gran maestro y el gran ego en

la moda y belleza

II. El proceso creativo y el estreno en sociedad

El valor del “made in” en la moda de autor

Crear relatos de moda: desafío para el presente

Moda con oficio: ¿cómo se logra ser un diseñador o

marca con oficio?

Un giro al material en la moda de autor latina: ¿cómo

darlo?

Las razones para editar una colección

Contenidos

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La moda de autor y el miedo a la copia: reflexiones a una

encrucijada

Cómo seducir al nuevo consumidor de moda? Desafíos

para la moda de autor

¿Hay cultura de desfiles en Chile?

Dilemas de moda: entre la comercialización y la

experimentación

Desfiles: ¿Teatralidad o simpleza?

Aprender a comunicar en la moda, un buen negocio

Crítica de moda: un negocio en tela de juicio

III. Relato de la moda como negocio

Emprender en moda en Chile y Argentina: ¿una tarea fácil

o difícil?

La relocalización de la moda: el regreso a casa

El rol del artesano en la moda de autor: ¿entendemos su

importancia?

Moda de autor y retail: ¿complementarios? Totalmente

Asociatividad de la moda de autor y marcas masivas:

sociedad virtuosa

IV. Mi relato de la moda

La búsqueda del mensaje político de la moda

RSE en la moda de autor: un must de chicos y grandes

La tiranía de las colecciones: abran el probador que me

quiero escapar

En la búsqueda de moda para heredar

¿Fashionista amante de los clones? La moda fake

Fashion blogs: su rol en el Sistema Moda

Fashion blogger y marcas: una relación “peligrosa”

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Prólogo Por Pía Montalva*

La primera pregunta que se plantea Sofía Calvo al inicio de

este libro gira alrededor de dos tópicos, la moda de autor

y los blogs de moda. Luego inscribe el problema en el

contexto de los sistemas chileno y latinoamericano. Y desde

allí organiza, reescribe, actualiza e ilustra una prolífica y

sistemática producción desarrollada a lo largo de seis años

en Quinta Trends. Los textos que componen la compilación

responden la interrogante inicial eludiendo la complacencia,

cultivando una mirada critica, cuyo mayor capital es la

transparencia con que la propia autora encara su rol de

fashion blogger y embajadora, en el todavía precario

negocio de la moda chilena.

Esta posición deviene un lugar privilegiado desde donde

situarse como observadora. Relativiza, es cierto, pero le

confiere espesor a los análisis y a las propuestas que se

desprenden de los mismos. Marca una diferencia entre el

trabajo de Sofía y algunos discursos asociados a la moda

que abundan en los medios digitales enunciados a partir de

la subjetividad.

*Diseñadora, doctora en Estudios Latinoamericanos, autora de los libros Morir un poco. Moda y sociedad en Chile 1960-1976 y Tejidos blandos. Indumenatria y violencia política en Chile 1973-1990

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Sin duda, no es el caso de Sofía Calvo. Instalada en el

centro de la tensión, y en ese sentido, lúcida y afortunada,

expone con lealtad y respeto hacia sus colaboradores y

posibles socios cada uno de los problemas que afectan

a la moda de autor chilena y sus soportes de difusión. La

ausencia de políticas nacionales que apoyen su desarrollo,

la falta de estrategias de negocios formuladas a largo plazo,

la necesaria construcción de un relato con arraigo en lo local

que perfile y sustente cada propuesta y la proyecte a nivel

global, los estándares de calidad en términos de oficio, la

necesidad de seducir al consumidor, la falta de tolerancia

a la crítica.

Los textos no se quedan en el diagnóstico. Su autora sugiere

con convicción salidas concretas, viables, esbozadas con

claridad. Tres ideas sintetizan y orientan sus planteamientos y

apuesta futura: la identidad, la asociatividad y las plataformas

digitales. Por otra parte, modos y modas –estudios de casos

con lo latinoamericano como telón de fondo (Piti Palacios,

Ropa de Género, Paulo Méndez, Ropa Doceñada 12-NA)-

dan cuenta de las materialidades y los intersticios donde

cotidianamente emergen las oportunidades.

Celebramos esta publicación en formato impreso porque

permite leer y apreciar el trabajo de Sofía Calvo en un

continuo. Y volver a revisarlo, una y otra vez, para descubrir

nuevos puntos de vista.

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Taller de Ignacio Lechuga por Igor Valdebenito

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En un país donde la farandulización de la realidad es un ejercicio cotidiano

puede resultar un despropósito reflexionar sobre blogs y moda de autor.

Lo “normal” sería considerar a la moda una actividad frívola y suntuaria, y

a los blogs de moda como una herramienta más cercana a la glorificación

del ego, que un aporte para la industria. Hoy espero que desmitifiquemos

estas afirmaciones.

La moda como identidad

Mi interés por la moda no surgió por mi necesidad de vestir al cuerpo sino

por mi deseo de crear narrativas que hablaran de mi misma a través del

vestuario. En ese camino me encontré con la moda de autor nacional -y

luego latinoamericana- y comprendí que en ella no sólo se tejían historias

individuales, sino también relatos de identidad grupales y nacionales, que

debían ser socializados. En ese momento -2007- no existían portales online

que se dedicaran a hablar de ello en profundidad, por lo que decidí crear

mi blog, motivada por la idea de transformar mi espacio en una plataforma,

más que un mero sitio de difusión o promoción de creadores y marcas.

Pero este ambicioso objetivo se vio enfrentado con la realidad de la industria

de la moda nacional en ciernes y mi desconocimiento de cómo operaban

los diferentes actores en ella, sufriendo en el proceso más de algún golpe

que me remeció, pero no logró derrotarme. Estas situaciones variadas y

variopintas, me mostraron la “agenda no escrita” que rodea a la moda, y me

¿Por qué reflexionar sobre moda de autor y blogs?

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sirvieron para comprender que la improvisación y la mirada naif, no funciona

en un mundo donde al final del día el flujo de caja determina si tu marca

triunfa o no. Además comprendí que los blogs de moda no sólo tenemos

la obligación de comunicar con honestidad y transparencia, sino también

de reflexionar sobre nuestro quehacer y el de la industria, aprovechando la

posición privilegiada que nos estaban dando los medios tradicionales y las

redes sociales.

Con ello también entendí que existe una nebulosa sobre quiénes son

realmente los blogueros de moda, cuáles son sus intereses y qué los

moviliza. Esta confusión ha llevado a que muchas marcas de moda -sobre

todo masivas- no sepan cómo relacionarse con los blogs, sean incapaces

de comunicar o tiren a todos al mismo saco debido a su desconocimiento

de lo segmentada que está la blogósfera fashion.

¿Qué supone este panorama? Que los fashion bloggers, al igual que la moda

de autor, deben trazar claramente su línea editorial - identidad de marca para

llegar a trascender y efectivamente ser un aporte a la conversación de moda

en el país. Al mismo tiempo, deben aportar a la industria nuevas formas

de gestión del negocio, innovadoras, colaborativas y sinérgicas. Pero para

lograr todos estos desafíos es fundamental no dejar de reflexionar sobre lo

que se es y representa, comprendiendo cuál es su posición en la escena,

sin perder de vista el norte que apunta a los lectores, quienes finalmente

deciden a quien brindarle su apoyo y fidelidad.

Hoy más que nunca hay que reflexionar sobre moda de autor y blogs, y no

dejarse tentar por la farandulización del fenómeno.

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La moda -aunque no siempre lo parezca- pertenece a la sociedad. Pero no

sólo como sector económico, sino como una parte de un todo. En el sistema

moda, de hecho, se muestra como una pieza de un engranaje donde es

fundamental la armonía de los elementos para lograr buenos resultados.

Pero ¿qué es un sistema moda?

La creación de un sistema moda

El sistema moda a diferencia de la cadena productiva no se explica de

manera lineal, sino holística. Eso quiere decir que no sólo la industria que

lo sostiene -proveedores, marcas, distribuidores, etc- lo constituye, sino

también el país/ciudad (dependiendo si la mirada es local o nacional) donde

está ubicado. Ello supone que para conseguir éxito y consolidarse requiere

de una estrategia transversal, donde toda la sociedad esté involucrada,

comprendiendo su importancia no sólo como fuente de empleo, sino

también, como identidad e imagen local.

En el sistema moda, las diferentes partes interactúan coordinadamente para

conseguir resultados. En él se requiere voluntad política y pública, no sólo

inversión privada. Allí el plan de trabajo se proyecta con los representantes

no sólo de la industria de la moda, sino también de la hotelería, turismo,

gastronomía, etc. En definitiva se busca un compromiso de todos los

actores sociales, cercanos y lejanos a la figura principal: la moda.

Sistema moda: ¿qué es y cómo se crea?

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El sistema requiere que todos persigan el mismo objetivo y se comprometan

a ver el valor simbólico de la moda, reflejen en él la esencia de su

territorio y pueblo. Es decir, que la definan a través de los valores que los

identifican como sociedad. Por ejemplo elegancia, innovación, vanguardia,

tradición, maestría, etc. En Italia, Francia e Inglaterra lo han entendido así,

transformando a Milán, París y Londres en capitales de la moda en las que

se siente parte de esta mística, que se exacerba los días que duran sus

semanas de la moda.

El ejemplo latinoamericano de esta realidad es Colombia, quien declara

trabajar por un sistema moda. En Argentina, si bien no lo tienen como

paradigma, todas las acciones para posicionar al país en el escenario

internacional de la moda y el diseño apuntan a un norte similar.

Si quisiéramos que en Chile se adoptara la idea de un “sistema moda”

requeriríamos:

· Voluntad política: una declaración, por ejemplo, del Consejo de la

Cultura, sobre la idea de adoptar un plan que persiga la creación de un

“sistema moda”.

· Voluntad privada de la industria: la intención de los diversos actores de

la industria de la moda -proveedores, diseñadores, marcas, distribuidores,

etc- de participar en un esquema donde no se puede bogar de uno, sino

que es fundamental hacerlo entre todos, tal como se realiza en el remo, de

forma coordinada, con un ritmo y ruta acordados.

· Voluntad de las otras industrias: la intención de las industrias que se

mueven alrededor de la moda -gastronomía, hotelería, turismo- y que se

benefician de los eventos asociadas a ella -como las semanas de la moda,

desfiles, ferias, etc- a participar como sistema en un plan de trabajo común.

· Un plan estratégico de trabajo: sin él es imposible coordinar las

acciones y movilizar el sistema hacia objetivos comunes. Lo ideal es que

tenga como norte, al menos, el mediano plazo.

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Bazar La Pasión por Pilar Castro

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El relato de la moda de

autorBazar La Pasión por Pilar Castro

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¿Cuál es la identidad de la moda de autor chilena? ¿Cómo se construye, de

qué está compuesta? Aunque todavía no tengo una respuesta concluyente

para cada una de esas preguntas, hoy a tres años del Bicentenario patrio, me

atrevo a reflexionar sobre ellas y la gran madre que la cobija: Latinoamérica.

Bordeando el camino de la identidad

En uno de mis últimos viajes a Buenos Aires tuve la oportunidad de

conversar con varios diseñadores independientes sobre cuál era la identidad

del diseño argentino y de qué manera sus marcas la interpretaban. En la

multitud de respuestas que recibí, no conseguí encontrar los anhelados

conceptos que supuse serían la piedra filosofal de mis dudas. Sin embargo,

pude establecer un patrón común que, por comparación y descarte, no sólo

es posible aplicar al otro lado de la Cordillera, sino también acá.

La juventud del movimiento de la moda de autor hace que recién nos

encontremos en la adolescencia, viviendo un proceso de búsqueda de lo

que se es y será. Por lo mismo, esa definición del “ser” no está dada por

conceptos, sino por diversos relatos locales que se intercalan y complementan

bajo el amparo de una gran narrativa. En el escenario latinoamericano -me

atrevería a decir- estas historias conforman un libro relativamente delimitado,

que nos confiere rasgos únicos y vuelca las miradas hacia esta parte del

planeta. Pero ¿por qué Chile apenas se aparece como actor incidental de

esta novela? Mi impresión es que no hemos sabido configurar nuestro relato

La identidad de la moda chilena: Reflexiones a tres años del Bicentenario

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porque todavía no aprendemos a mirar la identidad con los pies en nuestra

tierra, la que toca nuestros zapatos, no nuestras mentes.

Estamos tan acostumbrados a buscar referentes externos o resignificar lo

ajeno, que no nos hemos preocupado de mirar nuestro alrededor. Con ello

no me refiero a transcribir literalmente o mediante clichés, lo étnico, sino a

identificar y capturar nuestro ser local. Un ejemplo: Valparaíso es una ciudad

llena de misterios, recovecos y postales que la hacen única. No obstante,

muchos diseñadores de la zona poseen propuestas que parecieran haber

sido exiliadas al “país de cualquier parte”, totalmente desarraigadas de su

entorno.

El efecto crisis

Otro aspecto que me pareció revelador en mi conversación fue que el

proceso de florecimiento de la moda de autor argentina, se dio en un periodo

de crisis como nación (2001), en donde la reflexión sobre “lo que somos y lo

que seremos” estaba latente. Lo que supone que todos estos procesos de

búsquedas están circunscritos en espacios de “vacío”, que deben llenarse

con cerros de ideas, propuestas, sueños. En el caso de Chile no visualizo

puntos de inflexión tan intensos en el futuro próximo, como los vividos al

otro lado de los Andes. Sin embargo, creo que es fundamental generar

nuestros propios hitos de país que nos obliguen a “mirarnos”.

Mientras, seguiremos trazando líneas de reflexión –ahora sólo le sacamos

punta al lápiz- con la vista en los vecinos (reconocerse a través de la mirada

del otro puede ser un camino válido), quienes nos pueden ayudar a encontrar

nuestro reflejo en ese imperceptible espejo de la identidad.

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La crisis (personal, nacional o mundial) puede remover las conciencias

y activar la acción. En periodo de crisis la creatividad se activa y emerge

como medio de sobrevivencia ante la precariedad e incertidumbre. En

2001 Argentina fue testigo de ello, con el inicio del movimiento de moda de

autor. Si bien en Chile no hemos tenido una contingencia similar, si vivimos

nuestras propias crisis ¿qué ha pasado en el camino? Hoy lo revisamos.

¿Chile en crisis?

En Chile nos quejamos constantemente de lo que no tenemos: no tenemos

una industria textil a la altura, no tenemos una formación integral del diseño

de indumentaria (que cree emprendedores), no tenemos universidades que

enseñen a analizar la moda o formen a profesionales que participarán de

gran cadena de producción (desde la producción al posicionamiento), etc.

Sin embargo, tenemos una escena que ha ido creciendo lento, pero a buen

ritmo. Ok, no es perfecta, pero es mucho más de lo que imaginaríamos

dada las circunstancias.

Todo ello confirma que la precariedad nos obliga a ser más creativos y a

buscar nuevas formas de prosperar y surgir. Esto se da en el mundo de

la moda como en otras áreas. No obstante, no hay que ser conformistas

y esperar que el ingenio se haga cargo de todo. En el caso argentino se

partió en un contexto de crisis social y económica tremenda –el país cayó

en default-, pero una vez que llegó la recuperación (relativa) y se entendió el

valor del diseño como marca país, no se quedaron dormido en los laureles.

Moda en crisis: la explosión creativa después de la tormenta

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No se esperó que las cosas se dieran solas y que los creativos hicieran todo

el trabajo, sino que se diseñó una política pública que, si bien no ha cubierto

todas las falencias, sin duda hay entregado un marco de acción, en el que

los grandes conglomerados textiles privados, también se han hecho parte.

Es decir:

1- Se desata la crisis, surge la creatividad como medio de sobreviviencia,

como combate a la incertidumbre y el caos.

2- Comienza la recuperación y los creativos comienzan a dar vida a marcas.

3- Una vez alcanzada la estabilidad, el Estado puede fijarse nuevas

prioridades –más allá de subsistir- y comienza a establecer políticas públicas

es estas áreas. En ese proceso se trabaja asociado con el mundo privado

y los creativos.

Espero que como país no necesitemos caer en el pozo negro para llegar al

paso tres de este círculo de dulce - agraz. Y que la “falta de” no sea excusa

para no avanzar y generar cambios. Aprovechemos la crisis para abrir la

cabeza y encontrar los mejores caminos para crear industria.

Lo que sí tenemos

Mucho se dice de lo que no tenemos, pero poco se resalta lo que nos

“sobra”. En Chile sí hay:

Talento creativo: la irrupción de marcas chilenas –tímida en algunos

casos, pero a paso firme - en eventos internacionales es un buen referente.

Algunos ejemplos: Parentesys en Colombiamoda, selección Raíz Diseño en

Colombiamoda y Buenos Aires Fashion Week, Paulo Méndez en Pasarela

Punta del Este, Pola Thomson en Paris Who’s Next.

Blogs de moda: si bien “hay de todo en la viña del Señor”, existen varios

blogs de moda chilenos que tiene una vocación clara por aportar a la

industria con su punto de vista y análisis respecto a la moda nacional e

internacional.

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Revistas de moda: el surgimiento de revistas como One Book y Reviste

la Calle son un buen ejemplo de que las revistas especializadas en moda

tienen un mercado en el país. A ello hay que sumarle las que incluyen moda

en sus contenidos y que se distribuyen a nivel masivo y nacional, quienes

también contribuyen a este crecimiento.

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El mercado de la moda de autor chilena ha ido evolucionando de manera

positiva. Escucho menos críticas sobre falta de prolijidad o mala calidad de

los productos; hay más creadores que están proponiendo colecciones con

identidad “hacia dentro”, y se han formalizado los canales de distribución.

¿Todo ello es suficiente? No. Falta mucho por construir, pero hoy si podemos

ver luz al final del túnel. Acá algunas ideas.

Las materias pendientes

Todo mercado que quiera transformarse en industria necesita más que

buenas intenciones, requiere de estrategias concretas que le permitan

alcanzar la madurez. Tratemos de dilucidar qué contenidos debería tener “el

plan estratégico de la moda de autor chilena 2014”.

Mirar el futuro de la moda

En Chile pensamos todo a corto plazo y tendemos a soñar “en chico”. Nos

cuesta mucho creernos el cuento y planificar a largo plazo, con carreteras

que no colapsen al primer fin de semana largo. Por lo mismo, la moda

de autor nacional debe pensar cómo se quiere proyectar tanto interna

como externamente. Necesita una “hoja de ruta”. En los últimos años se

han desarrollado una serie de iniciativas que buscan revitalizar la escena

y entregarle una identidad, sin embargo, esos esfuerzos son en vano en

la medida que no estén amparados por un paraguas nacional, que le de

orientación y sentido a los esfuerzos.

Moda de autor chilena: hacia dónde vamos

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Hoy es el momento de pensar en un plan estratégico, que nos entregue un

norte próximo (con objetivos para el 2014) y otro más lejano (con lineamientos

para el 2016 cuando haya recorrido la mitad de la década).

Asociarse local y nacionalmente

Lo anterior no es posible sin asociarse. La moda de autor debe sacarse el

abrigo de la desconfianza y comenzar a pensar en equipo. Un esfuerzo en

esta línea es la creación de Moda Chile (ver infografía), junto con grupos

regionales de moda como Factoría Valparaíso o Diseño Independiente

de Valdivia (D.I.Va). Sin embargo, todavía queda mucho por construir y

congregar. Hoy es tiempo de pensar en un “nosotros”.

Hacer negocios

La planificación en pequeña escala está asociada a la reflexión que debe

hacer cada marca sobre su estrategia de negocios. Creo que el contexto

entrega la oportunidad para tomarse este esfuerzo como un “must”, sobre

todo si se es una marca con más tiempo en el mercado.

Hoy es el momento de regularizar esfuerzos, entender quiénes somos

y para dónde vamos. Ese impulso individual podrá potenciarse con una

mirada global. Por otra parte, las marcas nuevas tienen que salir al mercado

con un plan de negocios en la cartera y aprender de los otros, para no

cometer los mismos errores.

Digitalizar la escena

En pleno 2013 parece una redundancia hablar de digitalizar la escena de la

moda de autor. Pero lamentablemente no lo es. Todavía hay muchas marcas

que no saben comunicar su identidad digital y que pierden el tiempo con

plataformas que no han sido creadas para cumplir los objetivos de una

empresa. Lo he repetido hasta el cansancio en el caso de Facebook y de

alguna manera también es posible observarlo con Twitter (herramienta muy

subutilizada). Este problema se acrecienta cuando ni la identidad offline se

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reconoce. ¿Qué hacer? Capacitarse, buscar ayuda, investigar en Internet.

Cualquiera de las alternativas ayudará a encontrar el rumbo. El que todavía

cree que lo digital es una fotografía estática del producto está condenado

al fracaso.

Hoy, la identidad digital no sólo está asociada a una imagen, sino también a

la capacidad que tenemos de articular y capitalizar las redes que vayamos

creando en el cibermundo.

Explorar nuevas formas de distribución y posicionamiento

Las redes sociales se yerguen como una alternativa, pero no son las únicas.

En algún momento lo fueron las ferias de diseño, que de a poco han ido

perdiendo terreno y/o consolidándose sólo las que aseguran una buena

selección de productos. Otra opción es el comercio online. Varias marcas

de autor están viendo en esta alternativa un opción real de distribuir sin

intermediarios o, al menos, lograr una cobertura nacional, que no se puede

alcanzar desde una tienda física sin sucursales.

Pero estas opciones no son las únicas. Desarrollar una plataforma de

desfiles u otro tipo de formato, que cambie el socialité por la creación de

negocios es un desafío que le urge a la escena. Si seguimos creyendo que

las pasarelas son sinónimo de sociales, no lograremos dar el salto. Otra

alternativa es explorar plataformas latinas que tienen buena visibilidad. Creo

que el BAF Week y Colombiamoda por la cobertura mediática que tienen,

son una interesante alternativa para algunas marcas (¡no todas!).

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El diseño industrial chileno ha sabido ir al rescate de la identidad chilena

reinterpretando formas y buscándole nuevos usos a materiales que forman

parte de nuestra tradición. Sin embargo, el diseño de vestuario pareciera

ir más lento en esta carrera (la joyería contemporánea es la excepción).

Mientras marcas de mobiliario y objetos se destacan internacionalmente

por comunicar una identidad “glocal” (global + local) diferenciadora, todavía

en la moda nos quedamos pegados en las buenas intenciones. ¿Qué falta

para pasar a la acción?

¿La identidad chilena en la moda?

En “Morir un poco”1 de la historiadora Pía Montalva, podemos apreciar

como figuras tales como Marco Correa, Enrique Concha, Nelly Alarcón, por

nombrar algunos, fueron los artífices de la moda autóctona. Motivados por

el rescate del legado ancestral, decidieron modernizarlo y entregarle nueva

vida, de tal manera de crear una moda que se diferenciara del paradigma

dominante europeo. “Dicho movimiento rescata lo latinoamericano como

fuente de inspiración o referencia visual y cultural, pero supone siempre

la mediación de un diseñador que aporta lo propio de cada época, los

elementos modernos”, afirma Pía en su libro.

En definitiva la tarea del diseñador se concentra en resignificar, sin llegar a

Al rescate de la moda chilena: identidad en construcción

1Montalva, Pía; “Morir un poco : moda y sociedad en Chile 1960-1976”; Sudamericana, Santiago de Chile, 2004.

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la experimentación artística (no es una instalación, ni disfraz), desarrollando

nuevas formas de crear y producir la moda chilena pensando en las raíces,

pero diseñando modelos que nos hablan de innovación y no de imitación

de lo indígena. Pese a este hito, las circunstancias históricas nos obligaron

a retroceder y nuevamente a mirar hacia el hemisferio norte.

Hoy en la segunda década del siglo XXI, el aporte de estos grandes de

la moda chilena comienza a ser revalorado y rescatado. La globalización

nos obliga a mirar hacia dentro y reflexionar qué nos hace diferentes al

resto, cuál es nuestra identidad local y cómo la podemos adaptar a este

mundo donde la hibridación es tan natural como respirar. En ese análisis,

el diseño industrial liderado por marcas como Cómodo (como plataforma

de creativos), Paola Silvestre, Made in Mimbre, por nombrar un puñado,

asumen la delantera.

Sin temor al encasillamiento han tomado los materiales asociados a la

artesanía y lo étnico y los han convertido en piezas de diseño modernas

y vanguardistas, donde el “made in Chile” es la esencia, no una anécdota.

La joyería contemporánea ha seguido también este impulso. La Asociación

JoyaBrava es una prueba viviente de ello.

Pero ¿por qué la moda va tan lento? Me parece que la timidez se debe a

que la moda autóctona ha sido erróneamente -según mi punto de vista-

asociada a tendencias o estilos naturalistas o hippies. Ello ha contribuido

a disminuir el entusiasmo de los diseñadores chilenos por hacerse de

paradigmas propios al momento de crear.

La apuesta más “fácil y vendible” es abstraerse del “yo nacional”, para

dejarse tentar por lo que dicta “el norte”. No obstante, acá no se trata de

construir desde lo literal, sino de crear lenguajes propios donde se noten

hilos conductores, que nos diferencien de los vecinos y nos den un carisma

único. La materialidad o la inspiración de sucesos, formas o personajes

de nuestro pasado (hay más de 200 años para echarle mano) son una

alternativa.

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La apuesta de las integrantes del colectivo D.I.Va y del diseñador Octavio

Pizarro, en estilos y contextos muy diferentes, son una muestra que el

camino no es una utopía, sino una realidad que sólo es posible de la mano

de creadores que no le temen al diseño con identidad.

Hoy bailamos la cueca tradicional y la nueva cueca brava chilena. ¿Por qué

no podemos hacer lo mismo con la moda?

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El caso de Pitti PalaciosSer creado en Chile, específicamente en

Valparaíso, es uno de los sellos que busca

transmitir la diseñadora Pitti Palacios en su

colecciones. Su marca homónima, que en

noviembre 2012 cumplió 10 años de vida,

se caracteriza por resignificar y revalorar

el trabajo artesanal del telar a través de un

diseño moderno, lleno de colores y texturas,

inspirado en la paleta cromática de las casas

del puerto. Este proceso creativo pensado

en escala humana, la lleva a configurar

productos sustentables o de slow fashion

pensados en ser atemporales y heredables.

http://www.pittipalacios.cl

Foto: Pilar Castro

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Las vacas sagradas del mundo de la moda

Hoy es un día ideal para reflexionar y darle una vuelta a un tema, que transita

en silencio por el mundo de la moda de autor. Si bien en todas las disciplinas

del arte existen los “maestros” e “iluminados”, creo que el título de “vacas

sagradas”, a diferencia de las categorías anteriores, es más nociva, que

positiva para el mundo creativo. En las próximas líneas les contaré, porque

me atrevo a afirmar eso.

¿Vacas sagradas made in Latinoamérica?

Creo firmemente en los creadores que se salen de la media y que son

capaces de inspirar a otros con su trabajo, iluminando el espacio en los que

circulan o exhiben su propuesta (los “iluminados”). De hecho, muchos de

ellos logran convertirse en “maestros” cuya altura de miras y generosidad,

les permiten traspasar sus conocimientos e instruir a nuevas generaciones

de discípulos, que en ciertos casos, pueden llegar a ser maestros de otros.

Por su parte, en otro colina de estos prados están las “vacas sagradas”

o personas que, aunque tienen talento, se mueven por el mundo de la

moda con la mirada altiva y con la certeza que no serán tocados por nada

y por nadie. Esa característica es la que los diferencia totalmente de los

calificativos anteriores. Los “iluminados” y “maestros” siempre miran de

frente, porque saben que se pueden equivocar y no son infalibles.

Por lo mismo, son receptivos a las opiniones y críticas, y tienen la capacidad

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de ponerlas en contexto y transformarlas en fuerza creativa, motor de

crecimiento.

En cambio la “vaca sagrada” ante cualquiera que amenace su espacio

intocable, ya sea por una crítica o opinión diferente a la que está

acostumbrado a oír -siempre escucha elogios obviamente-, es capaz de

cortar cabezas cuan Reina de Corazones, sobrerreaccionar y transformar

las palabras, que podrían ayudarlas a su crecimiento, en vacío. Para él/

ella todo aquel que ose romper la burbuja a la que lo acostumbraron, es

un enemigo. Por ende, se pierde oportunidades para escuchar, aprender

y corregir.

Creo que los medios de comunicación y los blogs somos los principales

criadores de estas “vacas sagradas”, tapando el error con palabras de

buena crianza o haciéndonos los ciegos ante lo evidente. Yo también

creo que he caído en ello y hago mi mea culpa. En pleno siglo XXI y en un

escenario en el que queremos construir una identidad latinoamericana de

la moda -además de la local, por supuesto- es fundamental observar con

los ojos abiertos y escuchar sin interrumpir. Es la única forma de crecer y

convertirse en industria. Nadie se hace adulto y madura a puros golpecitos

en la espalda. No se trata tampoco de cambiar la condescendencia por la

crítica sanguinaria, sino mantener un equilibrio y criticar para construir, no

destruir.

El objetivo es claro: levantar una industria de la moda latinoamericana y

local que se transforme en referente. Quinta Trends hace suya esta cruzada

de la mano de los maestros e iluminados (y de la comunidad de mortales

comunes y corrientes a los que adhiero) e invita a las vacas sagradas a que

se quiten las alhajas, y caminen junto a nosotr@s. La meta se ve más cerca,

si todos juntos nos abocamos al mismo sueño.

Page 34: Relatos de moda

34

En el mundo de la moda y la belleza, la diferencia entre un “gran maestro” y

un “gran ego” reposa en una cualidad: la capacidad de escuchar al cliente.

Revisemos algunas de las razones que dan pie a esta reflexión.

El cliente siempre tiene la razón

Cuando pensamos en un “gran maestro”, ya sea de la escena de la moda

como de la belleza, decenas de nombres saltan a nuestra cabeza. Cada

uno de ellos tiene como característica transversal haber logrado equilibrar

su propia genialidad creativa con los deseos explícitos y/o implícitos de un

grupo social. De hecho, su talento reside en la capacidad de leer y escuchar

ese universo del otro, el que logran materializar en prendas, cortes o

maquillajes.

Ese proceso los convierte en figuras adoradas, seguidas y admiradas por

consumidores de todo el mundo. Porque si bien siguen su propia inspiración,

su bajada comercial siempre va de la mano de una interpretación de los

deseos de ese segmento social que buscan seducir. Si no lo hicieran, sus

propuestas sólo podrían exhibirse en un museo y no podrían comercializarse.

Ahora ¿qué pasa con los “grandes egos”? Esta categoría de creativo

posee el talento -puede incluso rozar en la maestría-, no obstante en la

sociabilización de sus habilidades, se marea con las buenas críticas y

comienza a creer que su mirada es la mirada. Si bien ello en un principio

La diferencia entre el gran maestro y el gran ego en la moda y belleza

Page 35: Relatos de moda

35

puede no haber afectado su fama, si podría hacerlo en la medida que se

niegue a escuchar a su clientela y actúe sólo desde su propia voz. Es ahí

cuando el cliente, disconforme presa de su decepción, hace rodar, tanto en

su círculo íntimo como en las redes sociales, su mala experiencia.

Allí reside el riesgo, ya que la buena fama es hermana gemela de la mala, y

crece tan rápido como la hierba logrando sepultar los atributos tras el lodo

del “hizo lo que quiso y no me escuchó”.

Esta sensación de sentirse “estafado”, no sólo es dañina para el que la

sufre, sino también para el “gran ego”, que pierde no sólo un cliente, sino

también decenas de oportunidades de negocio. Ello obviando el hecho

que alguien podría googlearlo y encontrar una historia que disuadirá futuras

intenciones de compra. Por lo mismo, es urgente no quedarse sordo por

el ego y crecer en talento, sin olvidar que el que compra nuestra prenda o

servicio es quien debe sonreír contagiosamente al final.

Page 36: Relatos de moda

36

Taller de Ignacio Lechuga por Igor Valdebenito

Page 37: Relatos de moda

El proceso creativo y el estreno en

sociedadTaller de Ignacio Lechuga por Igor Valdebenito

Page 38: Relatos de moda

38

Crear un producto “made in” no sólo significa identificarlo con un lugar físico,

sino también con una serie de atributos que le confieren valor agregado y

hablan de conceptos con los que el consumidor se quiere identificar. Pero

¿qué se requiere para que el “made in” en la moda de autor sea más que

un dato referencial?

Dime tu “made in” y te diré quién eres

Según un estudio realizado por Boston Consulting Group (BCG)2, los

consumidores estadounidenses están dispuestos a pagar más por

productos producidos en Estados Unidos. Mientras que en el caso de

Francia y Alemania un 65% preferiría gastar más dinero en un producto

elaborado en su propio país.

Ello porque entienden que esa fabricación tiene un valor simbólico y

económico diferente. Si bien en el estudio no indagan en este aspecto, sí

queda claro que la configuración del “made in” supone una decisión política

público - privada en la que se acuerda entregarle a la industria, en este caso

de la moda local, valores que la diferencian del consumo masivo tradicional

y que son transmitidos al consumidor, quien acepta este nuevo trato.

El valor del “made in” en la moda de autor

2 Boston Consulting Group; “U.S. and Chinese Consumers Willing to Pay More for Made in USA Products”, 15 de noviembre 2012. En: http://www.bcg.com/media/PressReleaseDetails.aspx?id=tcm:12-121840

Page 39: Relatos de moda

39

Este tipo de plan de acción generalmente está asociado a estrategias de

marca país (de largo plazo) para la venta y promoción de productos en el

extranjero, sin embargo también son aplicables al consumo interno, en la

medida que se potencie la industria y se cree una conciencia colectiva de

“que lo local es bueno”. Lo importante en este punto es que “lo bueno” debe

estar sustentado en patrones reales de calidad, diseño y durabilidad, ya que

si se vende un slogan sin cimientos firmes, se provoca el efecto contrario:

rechazo, incredulidad y decepción.

Para la moda de autor latina este panorama no sólo supone una oportunidad

de mercado para potenciar sus marcas y propuestas, sino también se

constituye en un desafío permanente que la obliga a no relajarse en la

“zona de confort” y a aspirar a ser mejorar día a día, en post de estándares

que den cuenta que el “made in” no es un puro bluf, sino va de la mano

con valores que convierten a quienes lo llevan en productos únicos, con

identidad, calidad y estilo. Así lo han hecho algunos sistema moda virtuosos

como el italiano y francés. Así lo ha tratado de potenciar también EE.UU.

Chile ha tratado de proyectar una imagen internacional que le entregue un

“paraguas” de identificación a sus productos, pero en el caso de la moda

todavía ese concepto no ha permeado.

Sin duda, Latinoamérica está en deuda consigo misma en esta área, ya

que ha reemplazado -en un proceso de seudo canibalismo- el made in

local por el importado, olvidándose que esa producción también habla de

la identidad que desea proyectar el país (entendiendo que lo externo es

complementario). Argentina es uno de los pocos que se ha preocupado

de este aspecto, tomando medidas radicales e inviables en este lado de

la cordillera, como cerrar sus fronteras a las importaciones. Además ha

desarrollado un Plan de posicionamiento internacional de su industria de la

moda. Pero todavía les queda y nos queda mucha tela por cortar.

Page 40: Relatos de moda

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Page 41: Relatos de moda

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Page 42: Relatos de moda

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Supongo que debe ser un defecto profesional, pero no concibo la vida sin

historias. Por eso me encantan las artes y la literatura, porque veo en ellas

una oportunidad para transportarme a otros mundos, reales o imaginarios,

donde los límites se relativizan. En la moda de autor aspiro a lo mismo,

a ser encantada por historias escritas en telas, que me permitan soñar y

empatizar con ellas. El 2013 será un buen momento para crearlas.

Hilar historias de moda

En estos seis años dedicada a la observación de la moda de autor latina

he notado que una parte fundamental de su reconocimiento a nivel local e

internacional radica en cómo se presenta. Es decir, en qué relato le cuenta

a quienes se le acercan. Eso, acompañado de buena calidad de telas y

terminaciones más un diseño interesante, pueden elevarla al éxito.

¿Por qué? porque un consumidor no acostumbrado a vestir prendas con

identidad, necesita ser seducido no sólo a través de los ojos, sino también

desde la cabeza y el corazón. Debe entender racionalmente de dónde

proviene lo que está usando, en qué lugar fue creado y cómo fue el proceso

que desencadenó ese bello resultado. Ese relato, que para algunos puede

ser banal o una pérdida de tiempo, puede transformarse en un elemento

diferenciador y un factor de decisión de compra.

No sé ustedes, pero yo muchas veces me he terminado de “enamorar” de

Crear relatos de moda: desafío para el presente

Page 43: Relatos de moda

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ciertas prendas de moda cuando conozco su historia. Pueden tener un

diseño atractivo pero el “flechazo” final se produce cuando comprendo el

esfuerzo que hubo detrás, el cuidado de la elección de los materiales, la

mano de obra que utilizó, el lugar desde donde fue concebida (para mi no es

lo mismo ser creada en la ciudad, que en la Patagonia). Es en ese momento

que no sólo entiendo su valor simbólico, sino también el de mercado.

Allí se produce el acto racional de aceptar su precio y convertirme en una

“evangelizadora” de su narración. Porque una vez que la transformo en un

integrante de mi clóset, genero un pacto implícito con la marca que me la

vendió. Este supone que cada vez que la vista y alguien me pregunte por

ella, le contaré su relato y divulgaré no sólo el nombre de su diseñador o

marca, sino también su historia. Esta simple acción de boca en boca es la

que ayuda a tejer cimientos y que permite que se construya industria.

El 2013, el año de la serpiente de agua, es un momento ideal para seducir

y encantar. Para ello no sólo se necesitan telas, tijeras e hilos, sino también

una gran dosis de palabras que le entreguen magia a la moda de autor y la

desmarquen de lo masivo. La clave es saber contar ese relato.

Page 44: Relatos de moda

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El caso de Ropa de Género“Espíritu – cuerpo – vestido – arte – entorno”

es la ecuación que resume el trabajo creativo

de Ropa de Género, la marca de la diseñadora

y productora de moda, María Eugenia

Ibarra. En su propuesta busca “convertir la

moda en un equilibrado juego diario para

el género femenino”, bajo un relato que

construye temporada tras temporada. Este

hilo conductor silencioso, pero efectivo, no

sólo nos entrega un contexto para entender

su fuente de inspiración, sino también nos

hace desear sus prendas como pequeños

tesoros portadores de historias e ilusiones.

http://www.ropadegenero.cl

Foto: Loreto Gibert

Page 45: Relatos de moda

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Page 46: Relatos de moda

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Una de las críticas que surgen al hablar de la moda chilena es “la falta de

oficio de ciertos diseñadores”. Pero cómo se consigue “el oficio” en la moda.

Si bien para esta pregunta no hay una respuesta, hoy me atrevo a esbozar

algunas ideas.

¿Cómo se logra el oficio?

La respuesta más obvio es a través de la experiencia. Revisando la historia

de destacados diseñadores internacionales como Haider Ackermann,

Azzedine Alaïa, Donna Karan, Junya Watanabe, por nombrar un puñado,

me di cuenta que todos habían adquirido experiencia trabajando, en un

principio, para importantes marcas o diseñadores antes de incursionar en

solitario. Es decir, establecieron esa necesaria relación de maestro - discípulo

que los ayudó a conocer los secretos del buen corte y la confección.

Quizás en el escenario nacional ese tipo de aprendizaje sea más escaso

por la exigua oferta de maestros. No obstante, creo que se puede subsanar

en la medida que los nuevos diseñadores vayan encontrando referentes o

maestros -desde un profesor del instituto /universidad hasta una costurera

de confianza- que los apoyen en el aprendizaje de la técnica asociada al

detalle de terminaciones, materiales hasta el planchado.

Dentro de esta línea, la repetición y el “prueba - error” (no comercializable)

resulta vital para conseguir el perfeccionamiento de la técnica. Nadie nace

Moda con oficio: ¿cómo se logra ser un diseñador o marca con oficio?

Page 47: Relatos de moda

47

sabiendo, por lo mismo hay que elevar las exigencias individuales, no ser

autocomplaciente, aprender de las equivocaciones y no reproducirlas con

la impunidad de la mediocridad.

Pero el oficio no sólo se reconoce en el trabajo materializado en tela, sino

también en el proceso anterior, donde comienza a germinar la idea. Ello

porque el diseñador debe ser un investigador nato. No puede esperar que

la inspiración toque su puerta, sino debe leer, estudiar, fotografía (o usar

Pinterest como alternativa), buscar y desarrollar un análisis profundo que lo

lleve a concebir su colección.

Esta es la única manera en la que se logra coherencia y consistencia. Es

lo mismo que cuando se hace un libro. No se puede escribir sin revisar

una bibliografía, entrevistar a actores y reflexionar profundamente sobre el

enfoque. Si no se hace lo anterior, el resultado será superficial e insignificante.

Una mala anécdota en definitiva.

Los años ayudan también a mejorar este aspecto. Una vez que se adquiere

el hábito de investigar a fondo, la conclusión de ese trabajo surge más

rápido, espontánea y mejora en calidad.

Si bien hay muchas otras claves para lograr “el oficio”, con estas de

base se puede avanzar mucho trecho. Como consumidores de moda

de autor tenemos que exigir “oficio”, tenemos que ayudar a sacudir la

autocomplacencia de institutos y universidades, y la de los propios alumnos,

luego diseñadores de vestuario. Sin ello, no conseguiremos crear industria,

y sin industria seguiremos siendo un match casual en Google.

Page 48: Relatos de moda

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El caso de Paulo MéndezLograr el oficio, sin haber terminado una

educación formal en el diseño de vestuario

es un logro del que muy pocos se pueden

jactar. El diseñador chileno Paulo Méndez es

uno de ellos. Su marca homónima saltó a la

luz pública el 2009 en el contexto del desfile

Viste La Calle del Viña D Moda. Desde esa

fecha no ha parado de cosechar elogios

en la prensa especializada tanto nacional

como internacional, y se ha convertido en el

favorito de destacadas figuras públicas.

http://paulomendez.cl

Foto: Jon Jacobsen

Page 49: Relatos de moda

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Page 50: Relatos de moda

50

En Latinoamérica tenemos una serie de materiales interesantes, cuya

textura y colores sólo se da en este lado del planeta. Sin embargo, muchas

marcas de moda de autor cuando los utilizan, no logran dar el salto y se

quedan pegados en las siluetas tradicionales. Pero ¿cómo transformar

estas prendas -de lana, aguayo, fieltro, etc- en objetos de moda? Acá

damos algunas pistas.

Un giro a la materialidad

Mientras hojeaba una revista VD de El Mercurio, me detuve en un reportaje

dedicado al escultor chileno Hugo Marín. En una parte del texto se

mencionaba la opinión de uno de sus mayores coleccionistas, Guillermo

Carrasco, quien decía: “Es el primer latinoamericano que trabaja el barro

en sentido docto, saliendo del arte popular”. Esa frase me hizo pensar en

la forma en que los diseñadores toman los materiales tradicionales y los

reinventan.

En este proceso creativo algunos no logran salirse de las siluetas clásicas

como la del poncho. Otros hacen un esfuerzo por quebrar las formas, pero

inevitablemente la resignificación muchas veces es demasiado textual y la

raigrambre artesanal es evidente.

No digo que sea malo que se note “la historia del material”, sin embargo,

creo que para salir de los lugares comunes es necesario tomar los materiales

Un giro al material en la moda de autor latina: ¿cómo darlo?

Page 51: Relatos de moda

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y transformarlos en objetos de moda. Para ello hay que deconstruir las

siluetas que surgen como obvias y salir de la zona de confort. Hay que mirar

el material y transformarlo en moda con el espíritu de este siglo. Pero ¿cómo

hacerlo?

1- Experimentando con los materiales. Aunque suena fácil decirlo, creo

que los diseñadores tiene que tratar de buscar formas de sacarle el mayor

partido al material, intentando buscar nuevas combinaciones o maneras de

darle un giro a la forma tradicional de usarlo.

2- Investigando. No sólo para ser un diseñador con oficio es importante

investigar, sino también para explorar nuevas fronteras creativas y convertir

la lana, el aguayo, el cuero, etc en prendas de este siglo.

Page 52: Relatos de moda

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El caso de Casa KiroEl cochayuyo (alga marina), el ají cacho de

cabra, las ramas de una escoba, el crin (pelo

de caballo), las conchas de la playa, entre

otros son los elementos que ha escogido la

arquitecto Vania Ruiz para crear sus joyas

contemporáneas bajo el alero de su marca

Casa Kiro. Con la resina como cimiento ha

sabido resignificar y darle un nuevo uso a

elementos cotidianos, transformándolos en

las partes constitutivas de sus “paisajes en

pequeño formato”.

http://www.casakiro.cl

Foto: Stefania Piccoli

Page 53: Relatos de moda

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Page 54: Relatos de moda

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Editar. Todas las profesiones que tienen que ver con la comunicación

poseen este elemento como base. El diseño y la moda no están exentos. El

creador debe, colección tras colección, seleccionar el concepto que quiere

comunicar, de tal forma de plasmarlo en la tela. Si no lo hace, corre el riesgo

de “abarcar mucho y decir nada”. Pero, qué consecuencias acarrea saltarse

ese paso.

La edición, la madre de las colecciones

Nadie duda que hoy la moda vive expuesta a un constante bombardeo y

acoso de imágenes, tendencias y expectativa, que la mantienen en una

permanente tensión. Por lo mismo, los diseñadores -tal como lo deberían

hacer los periodistas con el mar de información de Internet-, deben en su

proceso creativo, seleccionar lo que creen que es importante comunicar en

sus colecciones.

En ese ejercicio muchos conceptos quedan dando vueltas. Ello, porque

sólo uno, dos o máximo tres permitirán darle coherencia a lo que se desea

transmitir y facilitarán la comunicación del trasfondo de cada prenda. Para

esto resulta obligatorio editar, lo que supone sacrificar tendencias, colores,

telas e incluso buenas ideas, en post de la mejor comunicación del cuore o

alma de la colección. Ello traducido en un relato, que tal como en la literatura,

tiene un planteamiento, nudo, clímax y desenlace.

Las razones para editar una colección

Page 55: Relatos de moda

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Una pasarela o campaña, que no logra ese efecto en el posible consumidor

o “evangelizador” que la observa (las redes sociales viralizarán al instante

lo que se ve), se transforma en un esfuerzo vacuo, sin sentido. Que no

trasciende, no crea nombre, ni vende.

Los diseñadores que no entiendan que el siglo XXI es de nichos, que

quieren ser seducidos por conceptos, aspiraciones, deseos; y que todavía

no comprenden que la teoría de la long tail (Anderson, 2004) es más que

una teoría, quedarán en el camino. Cerrarán sus talleres o terminarán sus

días trabajando sólo con una lista de 10 que se quedaron atrapadas en la

máquina del tiempo. Sin derecho a réplica y recordados sólo por los libros

de historia.

Para ser referente y triunfar más allá del mercado local, hay que editar,

cortar con tijeras grandes y filosas hasta conseguir el molde. Las grandes

colecciones, las que todos recordamos y amamos, nacieron en este

proceso.

Page 56: Relatos de moda

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La moda de autor y el miedo a la copia: reflexiones a una encrucijadaCrear una prenda 100% original es casi imposible. Todas las marcas y

diseñadores buscan inspiración en el baúl de los recuerdos o en las miles

de imágenes que pueblan las redes sociales. En un planeta globalizado el

sentido de la originalidad y de la “copia” en la moda se vuelve relativo.

¿Quién lo hizo primero? Parece una pregunta irrelevante cuando el dominio

de la información es “transversal” gracias a Internet y lo creado puede ser

visto, tanto por expertos como ciudadanos comunes y corrientes, casi

simultáneamente. A eso se le suma el efecto multiplicador de las redes

sociales que vuelven un producto de moda en un bien universal en poco

tiempo.

En este contexto no “contaminarse” con lo que diseña el otro es una tarea

que requiere de un esfuerzo sobrehumano. Una especie de proceso donde

el creador se convierte en la figura de Los tres monos sabios del Budismo,

no viendo, mirando, ni hablando con tal de llegar a un estadio superior

de la creatividad, donde la influencia del entorno sea mínima (obviando el

bagaje cultural y la historia del individuo). Pero tampoco hay que ser naif y

pensar que toda prenda “similar” a otra o con elementos muy parecidos

es una coincidencia del destino. El espionaje industrial en la moda es un

negocio formalizado, donde la guerra por los clones está liderada por el

grupo Inditex. La conveniencia o no de esta práctica ha sido discutida miles

de veces, pero por lo pronto, son muy pocos los que se atreven a llevarla a

tribunales. De hecho, Christian Louboutin fue uno de los valientes que sentó

Page 57: Relatos de moda

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Page 58: Relatos de moda

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en el banquillo a Zara y Yves Saint Laurent por lo que llamó “la copia de

sus red soles” (la plantilla roja de sus zapatos). En el primer caso, perdió (la

Corte francesa incluso dictaminó que debía pagar 2.000 libras a la cadena

en compensación) y en el segundo ganó (la Corte federal de EE.UU. le dio

la razón). Pero ¿cuál será el saldo definitivo de esta apuesta en tribunales?

Aún no está escrito.

Lo claro, es que más allá de este tipo de acciones, en muchos países la moda

no se patenta por falta de leyes que la protejan o porque sale demasiado

caro (una colección puede tener 40 prendas). Entonces ¿qué hacer con

la copia? Algunas marcas han intentado concientizar a los consumidores

sobre el valor del original por sobre la imitación. No obstante, en la moda de

autor y sobre todo en la producción a pequeña escala este tipo de acciones

rayaría en lo absurdo considerando los presupuestos que manejan las

marcas.

Y ¿cuál sería la solución? No creo que exista ninguna fórmula mágica dado

el panorama mundial, pero sí ayudaría en este proceso la formalización

de los emprendimientos de moda, su transformación en negocios y por

ende en marca registrada. Además de un trabajo de comunicación y

posicionamiento, que transmita al consumidor el valor del producto y

lo fidelice. No sé ustedes pero en varias oportunidades ante productos

similares de moda de autor, elijo el de mejor calidad, que la mayoría de las

veces coincide con “el primero” que conocí.

Cerrar las cortinas o evitar la circulación de las imágenes de los productos

claramente no es la solución a la copia (de seguir ese postulado hasta

las apariciones en prensa tradicional serían una amenaza). Ese tipo de

acciones defensivas sólo confirman la carencia de un plan de negocios

y el desconocimiento del medio. Porque si bien el “exceso de visibilidad”

puede hacernos más vulnerables a la copia, también nos ayuda a ser más

conocidos y eventualmente más deseados.

Page 59: Relatos de moda

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Antiguamente el acto de comprar ropa tenía una connotación menos

impulsiva, suponía un proceso de ahorro y reflexión. La consigna era

“comprar calidad heredable”. Hoy, en cambio, el acceso al crédito y

al vestuario “desechable” ha cambiado las motivaciones de muchos

consumidores. ¿Cómo puede seducir la moda de autor a este segmento?

Cuando los costos de producción eran más altos y lo importado era

prohibitivo, un gran porcentaje de los consumidores vivía el “acto de

comprar ropa” como un ritual.

El primer paso era identificar la prenda que se necesitaba (en este caso la

necesidad era más real que imaginada).

Segundo había que cotizarla (entre las limitada oferta local y foránea en el

caso que lo hubiera)

Tercero se ahorraba su valor y cuarto se compraba.

En el paso dos se aprovechaba para vitrinear, probar diversas alternativas

y terminar de convencerse. Entre los criterios que primaban en la decisión

estaban la calidad (acá el factor de marca y tradición estaba implícito), su

funcionalidad (en lo posible que sirviera para múltiples propósitos) y su

potencial heredable (sobre todo en el caso de l@s jefes de hogar).

Hoy este acto se trastocó (en líneas generales).

¿Cómo seducir al nuevo consumidor de moda? Desafíos para la moda de autor

Page 60: Relatos de moda

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En primer lugar la necesidad no se identifica, surge motivada por la oferta

o factores endógenos (valor simbólico de la marca, aspiraciones, impulso,

etc).

En segundo, el proceso de cotización casi no existe. El acto de compra es

automático. Vitrineo, hurgo y pago. Si no tengo el efectivo, no importa, para

algo están las tarjetas. Por eso muchas veces en la tranquilidad de hogar,

la prenda que compramos parece un “autogol” (el “por qué lo compré”, se

convierte en un mantra)

¿Criterios para seleccionarla? Si bien la necesidad puede estar presente, en

un gran porcentaje de los casos tiene que ver más con la disponibilidad del

objeto, la proyección que hacemos de él y el “seguimiento de la manada” (o

amor incondicional por las tendencias).

Lo curioso es que a pesar de que el “acto de comprar” ha cambiado en lo

general, hay algunas circunstancias donde no hay espacio para el impulso

y la compra se hace bajo una “elección estudiada”. En esos casos, el

consumidor de moda no sólo selecciona una marca, sino también es capaz

de ahorrar o pagar la prenda en muchas cuotas con tal de tenerla. Para él

ese vestuario está cargado de valor simbólico (generalmente asociado a

estatus, éxito, pertenencia o una historia que lo conmueve o identifica), por lo

tanto el sacrificio vale la pena. Acá el precio más que un elemento prohibitivo,

se convierte en un factor de corte. Ello explica el consumo aspiracional de

productos de alta gama o pret a porter premium en segmentos donde el

ingreso familiar no es elevado.

Entonces, ¿por qué ese consumidor –impulsivo por momentos y de compras

estudiadas en otros- no consume moda de autor? Aunque no apostaría que

es la única razón, creo que un factor importante es que muchas de las

marcas de moda de autor que están en el mercado, no representan ningún

valor simbólico para él. Son “ropa diferente”, pero sin un significado más allá

de lo evidente. ¿Le aportan pertenencia, valoración, estatus, una historia,

etc? Al parecer no. Asumo que ello es fruto del poco trabajo conceptual de

algunas propuestas, que se cuelgan el título “de autor”, sólo por el hecho

Page 61: Relatos de moda

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de estar confeccionadas artesanalmente y en pequeños volúmenes. Siendo

que ese apellido no tiene que ver solo con esos aspectos, sino también

con tener una identidad de marca que se aleja –parcial o totalmente- de la

masividad y las tendencias.

El desafío para los creadores es construir esa identidad única, que refleje

valores y relatos que sean reconocibles y deseables por el consumidor de

moda. Que vean en ella una alternativa o complemento para sus “compras

estudiadas”. Que una vez que la consuman, se sientan como si hubieran

adquirido un “tesoro” que debe ser exhibido y mostrado con orgullo entre

sus redes (físicas y virtuales).

Page 62: Relatos de moda

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No, me temo que no. ¿En qué sostengo mi respuesta? En la observación

detenida de las pasarelas criollas y su comparación con eventos “similares”

de Sudamérica. Pero ¿es importante tener una cultura de desfiles? Si se

quiere construir una industria de la moda, obvio que sí.

En busca de la cultura de desfiles en Chile

Aclaremos, no soy la única que ha hablado sobre este tema, ni pretendo

descubrir la pólvora. Sin embargo, creo que hoy más que nunca es

necesario retomar la reflexión. Ello porque la escena de la moda de autor

nacional está madurando y requiere urgente de vitrinas serias para dar a

conocer y comercializar sus productos.

Pero ¿qué pasa en Chile? Acá los desfiles funcionan como un programa

de TV con animadora, voz en off, premios y conversación coloquial; con el

foco centrado en la foto social, más que en la reseña de la pasarela. ¿Los

negocios? Ninguna posibilidad (al menos transparente y manifiesta). Al final

el desfile real no es el de los diseñadores, sino de los asistentes.

Con este tipo de formato ¿quiénes se benefician? Asumo que muy pocos,

ya que la vitrina tiene tan poco eco, más allá de las paredes del evento, que

con suerte se sabe que ocurrió. De hecho, muchos se enteran después, no

por las fotos de la pasarela, sino por las sociales donde salió un diseñador

y/o el vistazo express de la colección (a lo que los creadores “tienen que

¿Hay cultura de desfiles en Chile?

Page 63: Relatos de moda

63

pegarse con una piedra en los dientes”).

Ok. No generalicemos. Soy consciente que han habido intentos por salirse

de este cliché made in Chile y convertir la pasarela, no en un rito social, sino

en un espacio de promoción real. Sin embargo, falta mucho todavía.

Enumeremos los elementos generales de un fashion week o días de la moda,

que podrían ayudarnos a desmarcarnos del formato “show de variedades”.

1- Propuestas atractivas en términos de mercado de la moda:

creo que en Chile hay de sobra. No sólo talento, sino también inquietud

comercial. Quizás para sumar ambos aspectos y crear una pasarela con

números azules, se puede aplicar un modelo como el de Colombiamoda

(revisar caso de estudio).

2- Un lugar apropiado: ello supone un espacio que obligue el recambio de

público por desfile, que tenga un área preferencial para prensa especializada

(nacional e internacional en el mejor de los casos), grandes compradores y

asistentes vip (que funcionen como reales embajadores de marca).

3- Puesta en escena sin distracciones: los desfiles no requieren

presentación. Cuando se va a un fashion week o evento de moda, se conoce

la grilla o programación, por ende, uno sabe que verá. La presentación se

hace a través de una puesta en escena, no de la intervención de voces en

off, ni animadores.

4- Espacio para los negocios: el objetivo de montar un desfile no es

que la señora con peinado alto diga que le pareció “todo muy lindo”, sino

que el distribuidor nacional e internacional, cual cazatalentos, compre la

propuesta exhibida, la distribuya y lleve al público objetivo. Al mismo tiempo,

es el espacio para promocionar y posicionar la marca. Para ello no sirven

las fotos de sociales (al menos como único producto), sino se requiere de

prensa especializada que tenga acceso preferencial y que se le clarifiquen

los objetivos, es decir, que entienda que está en un circuito de industria de

la moda.

Page 64: Relatos de moda

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5- Un público respetuoso: este aspecto no se logra de la noche a la

mañana. Hay que educarlo. En la medida que se consiga todo lo anterior,

y se arme el evento en pos de lo que llaman “sistema moda”, el público

entenderá que la pasarela no se pisa, ni es para sentarse, no se puede

comer, ni beber en ella (menos en medio del evento), cuando parte ya no

entra nadie más, no es un bingo y no hay que irse con “premios”, a no

ser que una marca decida dejar un souvenir en el asiento. Estos aspectos

sólo hablando desde lo formal, porque se subentiende que una vez que se

comprende la razón que los reúne, se sabe que uno está presenciando la

consumación del esfuerzo de meses de un creador y ello se observa en

silencio y con respeto.

Quizás podríamos estar horas desenredando la madeja, no obstante, hay

que partir con algo para comenzar a construir una industria de la moda

nacional integral, que no sea sólo “por amor al arte o las fotos de sociales”.

Page 65: Relatos de moda

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El modelo de negocios tras las pasarelas de ColombiamodaLa escena de la moda de autor colombiana

tiene su espacio asegurado en las

pasarelas de Colombiamoda, gracias al

Instituto para la Exportación y la Moda,

(Inexmoda), organizador del evento, quien

ha desarrollado un modelo de negocios

cimentado en la alianza entre diseñadores y

marcas de diversos rubros.

Pero ¿cómo eligen a las marcas de autor que

integran su grilla de desfiles? Los criterios

para seleccionarlas tiene que ver con “la

disposición a evolucionar y rompimiento,

unidos a una evaluación de la calidad,

capacidad de producción, desarrollo

comercial y potencial de cada una de ellas”,

explica Clara Henríquez Velásquez, directora

de Espacios Comerciales de Inexmoda.

Mientras que las marcas que acompañan

a los diseñadores llegan por dos vías:

Inexmoda va hacia ellos o ellos vienen a

Inexmoda.

Foto Inexmoda - Darío Cárdenas en Pasarela Infashion - Blancox, Colombiamoda 2012

Page 66: Relatos de moda

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“Esto resulta de una articulación muy fuerte

entre sector público, privado y academia que

ha desarrollado Inexmoda desde su visión

Sistema Moda Colombia fundamentado en

la moda desde lo conceptual y su relación

con diversidad de industrias como motor

de la innovación y la competitividad. Las

marcas que nos acompañan se identifican,

creen e invierten en atributos de creatividad

e innovación”, enfatiza Henríquez.

Esta asociación estratégica se materializa

en diversas acciones. En ocasiones se

extiende y cubre el costo de la colección y

en otras incluye extensiones como fiestas

de cierre, cócteles, souvenirs, etc.

Esta articulación no sólo está permitiendo

que la empresa patrocinadora se identifique

con los conceptos o historias detrás de

la propuesta de diseño, sino también se

visualice y posicione en un espacio al

que no tendría acceso sin esta alianza,

apalancando su cadena de valor con

atributos que reafirman sus propia estrategia

de posicionamiento.

Foto Inexmoda - Darío Cárdenas en Pasarela Infashion - Blancox, Colombiamoda 2012

Page 67: Relatos de moda

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Page 68: Relatos de moda

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Darle “el palo al gato” es complejo. Supone encontrar el equilibrio entre una

propuesta de diseño atractiva y un producto que pueda tener una buena

salida comercial (no se vive ni de amor, ni de aire). Por lo mismo, muchas

marcas en su búsqueda por encontrar su “voz creativa” o los conceptos

que quieren comunicar, pueden caer en extremos: muy comercial o muy

experimental. En los desfiles de presentación este aspecto queda aún más

en evidencia.

¿Comercialización versus Experimentación?

No todas las marcas funcionan en la pasarela. Ello no significa que no

tengan valor estético, sino que su trabajo creativo se percibe mejor en un

lookbook, en una editorial o en un showroom. Por lo mismo, hay que evaluar

cuál es la mejor vitrina. Sobre todo cuando existen dos o tres marcas en

el mismo desfile, que tienen una línea similar, que motiva a las inevitables

comparaciones odiosas o a distraer la mirada en detalles que no configuran

el todo. Comienza un juego de “las 10 diferencias”, que echa por tierra el

trabajo de meses.

La salvedad en este punto, se da cuando de colección a colección, se ha

logrado crear un estilo, un relato que, por lo menos, permite coherencia de

marca e identificación entre quienes se quiere comunicar.

A veces mostrar una propuesta que conviva muy bien con lo comercial,

Dilemas de moda: entre la comercialización y la experimentación

Page 69: Relatos de moda

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pero que tenga solo algunos puntos altos, sin generar mayores impactos en

el diseño, puede ser una opción. No obstante, este punto no es conflictivo

en la medida que la marca asuma que por ahí va su camino (a veces el palo

al gato está ahí) o evalúe si efectivamente una pasarela es la mejor forma

de darse a conocer, ya que en esos espacios las exigencias de “show de

moda”, suponen mayores desafíos. Sobre todo cuando la vara ha quedado

alto.

El otro extremo está en lo experimental. Si bien me gusta que se la jueguen

en la puesta en escena, muchas veces por sorprender o impactar se cae en

el riesgo de perder perspectivas y utilizar cualquier recurso con tal de hacer

algo distinto. Eso lleva a mezclar elementos y caer en inconsistencias.

Hay propuestas donde se nota esa necesidad de crear una narrativa

distinta, de mundo paralelos y llenos de personajes como sacados de un

juego de video o un cómic futurista. Sin embargo, esa creación puede llegar

a traspasar los límites de la propuesta de diseño y transformarse en una

performance artística, más cerca a la “instalación”, que a una colección. Por

lo mismo luego uno ansía ver, cómo “bajará” esa pasarela a una propuesta

más “usable”.

Lo importante es que hay varias marcas de la moda de autor latina que

tienen claro este asunto y llevan un buen trecho avanzado. Mi deseo es

que todas lleguen a su norte. Estoy segura que por talento y ganas no se

quedan.

Page 70: Relatos de moda

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Page 71: Relatos de moda

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Detalle de vestido de MartinJ por Ivor Fuentes

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Cómo presentar una colección en la pasarela es un dilema que puede poner

en jaque a los diseñadores. ¿Teatralidad o simpleza? Ambas opciones son

válidas al momento de estrenar un nuevo trabajo de diseño. No obstante, la

prueba de fuego se produce al momento de recordar: qué impactó más ¿la

puesta en escena o la colección?

Los desfiles de moda fueron creados para mostrar el trabajo de temporada

de un diseñador a los compradores, prensa especializada y público en

general. Partieron con Charles Frederick Worth a mediados del siglo XIX

y han permanecido hasta la fecha, evolucionando en formato y concepto.

Entre los ejemplos de desfiles que han marcado la historia de la moda

podemos destacar las impactantes pasarelas de Alexander McQueen, John

Galliano para Dior, Marc Jacobs para Louis Vuitton y Karl Lagerfeld para

Chanel. No obstante, ¿podemos describir las prendas que participaron de

esas pasarelas? En la mayoría de los casos sí, al menos, las iconos. Ello

porque se logró alinear el concepto creativo de la colección con su puesta

en escena. No había competencia, sino una historia bien contada que servía

de contexto para relevar al verdadero protagonista: el vestuario.

En algunos eventos de moda podemos ver como algunas marcas salen

airosas de esta “batalla”, muchas veces de manera inconsciente, entre

la presentación en sociedad y la colección. Mientras en otros casos,

observamos como la “pirotécnica escénica” obliga a la indumentaria

Desfiles: ¿Teatralidad o simpleza?

Page 73: Relatos de moda

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a simplificarse, ya sea por una decisión estratégica dada por la brillante

asociación auspiciador - marca o por una opción por la teatralidad antes

que la simpleza. Esta decisión puede ser muy válida si se desea un impacto

a corto plazo. Sin embargo, está llena de riesgos si es que al final de la tarde

no hay una imagen de la colección en la mente de los espectadores. La

sensación de haberlo pasado bien no es suficiente en un contexto donde

uno de los objetivos es vender un producto.

La línea del impacto y la indiferencia en las pasarelas es muy delgada.

Cruzarla puede significar que el trabajo de meses se transforme una

simple anécdota y que la trascendencia del concepto creativo se pierda

en los laberintos de la puesta en escena. En este caso, la manzana es más

tentadora de lo que reconocemos.

Page 74: Relatos de moda

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Ropa Doceñada 12-NA: Kusiclos y el Cóndor

La marca de los argentinos radicados en Chile, Mechi

Martínez y Mariano Breccia, nació en 2004 “por

una necesidad de expresión y el amor por la ropa

vintage”. Con el paso del tiempo esta pasión se ha ido

transformando un en fuerte motor creativo, que combina

a la perfección la teatralidad con la simpleza en sus

desfiles. La presentación de su colección “Kusiclos y

el Cóndor” fue una prueba viviente de ello. Su estreno

en sociedad se realizó en la pasarela Raíz Diseño 2011

y trascendió las fronteras llegando al BAF Week otoño

invierno 2012.

Su manifiesto explica la historia detrás de esta apuesta

conceptual, plasmada en la pasarela: “En verano 2012,

nacen los Kusiclos, personajes generadores de cambio

y conciencia, mitad Kusillos mitad ciclistas que como

principio fundamental plantearon ‘El Uso de cuerpo

como medio legítimo de transporte: la autoimpulsión’,

que es para 12-na el aprovechamiento de los recursos

propios y del entorno próximo. Esta elección significa

un esfuerzo extra en un camino a largo plazo. Más

consecuente y amplificador. En ‘Kusiclos y el sagrado

encuentro del cóndor’, los Kusiclos se encuentran con

otro límite. La Cordillera de los Andes. Al no poder

cruzar por sus propios medios invocan al sol quien llega

en forma de cóndor y da el poder para que encuentren

la manera de atravesar esta barrera geográfica e

ideológica”.

Foto: BAFWeek

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Page 76: Relatos de moda

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Cambio de temporada. Emergen decenas de propuestas. Las miramos,

comentamos y socializamos. Sin embargo, en este proceso que puede durar

semanas (o meses), no todo es miel sobre hojuelas. Hay oportunidades en

las que fruncimos el ceño ante una colección que no nos gusta. Ese gesto

antecede a las críticas y decepciones. Pero ¿qué nos motiva a hacerlo?

¿simple subjetividad? Muchas veces el problema es que no se supo

comunicar.

No es lo que se dice sino como se dice

Una vez una amiga diseñadora me dijo: “si tu colección no le gustó a alguien,

no te tienes que poner a la defensiva, más bien debes preguntarte qué pasó.

¿No se entendió? ¿Faltó aclarar la inspiración? ¿Me perdí en la ejecución?”.

Este tipo de cuestionamientos suponen un ejercicio de introspección que

no muchos están dispuestos a vivir, porque puede ser doloroso o significar

replantearse la manera en que se están haciendo las cosas.

El teórico de la comunicación, Paul Watzlavik, decía en uno de sus

axiomas que “no es lo que se dice, sino como se dice”. En un mundo hiper

comunicado como el que vivimos, esta frase no puede tener más sentido.

Sobre todo cuando hablamos de comunicación de marca, la que en moda

se traduce directamente en el desarrollado de colecciones.

Pero ¿por qué no comunicamos bien? Muchas veces porque creemos que

Aprender a comunicar en la moda, un buen negocio

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el público está tan asimilado a nuestros códigos, que nos lee. O simplemente

porque nos parece tan evidente nuestro relato, que damos por sentada

la interpretación. No obstante, un detalle o una “imperfección intencional”

pueden llevar a confundir a quien observa y mal interpretar el mensaje.

¿Soluciones?

Creo que lo fundamental para comunicar bien -o mejorar- la comunicación

de marca es definir los conceptos matrices y llevarlos a todas las actividades

de la cadena de valor. Esto supone tenerlos de cimiento para todas mis

colecciones, sin importar el cambio de contexto o temporada.

Me explico: si mi marca se identifica con la juventud, lo urbano y la ecología,

no importa que en invierno hable de la era del hielo y en primavera de

Botticelli, siempre debo imprimir en mi trabajo -y todo lo que lo rodea-

los conceptos bases. Ello entrega una matriz que le permite situarse al

consumidor e interpretar desde ahí. Porque a la mayoría nos gustan las

marcas que son consecuentes con un espíritu, que son fieles a un ideal (a

una estrategia, en lenguaje de negocios).

Un ejemplo a seguir es el de la marca Chanel. A pesar de los años, las

tendencias y los acontecimientos mundiales, hasta un ojo no experto puede

intuir un “Chanel”. ¿Cómo? Gracias a un trabajo de décadas, imprimiendo

un sello y creando un estilo (casi en la categoría de adjetivo). Esto se logra

cuando la ejecución conceptual y técnica ha sido trabajada a conciencia,

de manera coherente y consistente, y no dejadas al libre albedrío del

consumidor o crítico. Porque las buenas intenciones son buenas para hoy,

pero no cosechan frutos mañana.

Para darle sustentabilidad a nuestras marcas hay que saber qué y cómo

-principalmente- comunicar. La improvisación en la moda es un mal negocio.

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La polémica entre Cathy Horyn, la crítica de moda del New York Times y Hedi

Slimane, el nuevo director creativo de Saint Laurent, más otras situaciones

protagonizadas por los mismos personajes en otros contextos, me llevaron

a reflexionar sobre la compleja relación entre creativos y críticos de moda.

¿El mundo de la moda de autor latina vive esta disyuntiva?

Primer round: Esquina izquierda críticos, esquina derecha

diseñadores

La historia de Cathy Horyn, y sus desencuentros con diseñadores es

larga y llena de vetos. No obstante, en septiembre de 2012 alcanzó mayor

popularidad por su crítica subida de tono contra Oscar de la Renta en NYFW

y el intercambio de “mensajes” en sus columnas y redes sociales con Hedi

Slimane, que hacía su estreno en Saint Laurent.

Si bien no comparto para nada el tono de muchas de las apreciaciones

de Horyn, donde se ha referido a los creativos de forma poco afortunada

(a Oscar de la Renta lo llamó hotdog), me parece curioso –y preocupante-

el precedente que se sienta cuando se prohíbe a alguien la entrada a un

desfile o se le “bloquea” de eventos, comunicados, etc, por considerar a esa

persona muy crítica y aguda con sus comentarios.

Por ejemplo, me pareció muy acertada la salida de Oscar de la Renta al

publicar una carta de descargos en la que no se quejaba por la crítica a

Crítica de moda: un negocio en tela de juicio

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Colección Self Injury de Paulo Méndez por Jon Jacobsen

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su trabajo (de hecho decía que creía en la crítica constructiva porque su

objetivo siempre ha sido mejorar en pos de sus clientas), sino por la forma

a la que se refirieron a él.

Pero por otro lado, no comparto la lógica del “veto” asociado a “dijiste algo

que no me gustó”.

La crítica, si bien puede tener una técnica más “objetiva” sosteniéndola,

siempre será fruto de una percepción subjetiva. Por ello, se debe considerar

como un punto de vista, una mirada de mundo y una oportunidad para

crecer, mejorar o dar un salto.

Todo ello entendido que se hace con el afán de aportarle al creativo una

reflexión, que puede ser compartida por parte del público al que quiere

apuntar o que le puede dar una nueva perspectiva. No como un ataque

personal o un ejercicio para quitarle piso. Más que decirle al otro que no

entendió nada, creo que la crítica –sin descalificativos obviamente- es el

momento para hacerse preguntas, no ponerse una armadura.

Round 2: Equipos de relaciones públicas versus webs y blogs de

moda

He desarrollado varias reflexiones respecto a cómo los equipos de relaciones

públicas / comunicaciones de algunas marcas no saben relacionarse con

los blogs de moda. El problema parece, no es sólo de Latinoamérica, sino

también del mundo. El caso –nuevamente- de Saint Laurent y el sitio web

Business of Fashion3 pone nuevamente la luz roja. ¿Tiene el derecho una

marca de solicitarle a un sitio que rectifique las notas porque no le gustó lo

que escribieron de ella? ¿Esa rectificación es válida cuando el material con

el que se basó el post o reporte proviene justamente de la marca?.

3 Amed, Imrad; BOF; “A Wake-Up Call for YSL’s PR Team”, 2 de octubre 2012.En: http://www.businessoffashion.com/2012/10/a-wake-up-call-for-ysls-pr-team.htmlColección Self Injury de Paulo Méndez por Jon Jacobsen

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Las marcas de moda deben entender que en un mundo donde las redes

sociales se han convertido en arenas de debate y discusión pública, es

imposible controlar todas las interacciones. Por lo mismo, se requiere de

una comunicación clara y estratégica. Entendiendo que los blogueros de

moda –y los consumidores- no son publicistas de la marca, ya que si lo

fuéramos sin hacerlo público, perderíamos parte de nuestro capital social.

En este caso, como en el anterior, los equipos de RR.PP. deben construir

una relación constructiva y de colaboración con los blogueros de moda,

cimentada en el crecimiento mutuo, no en la amenaza de “Goliat”.

Round 3: Críticas versus ego

A medida que l@s diseñadores van ganando un nombre en el mercado,

aumenta su confianza –al menos relativa- y crece el ego. El problema es

que muchos de estos creativos transforman el ego –el orgullo o inseguridad,

a esta altura no lo tengo claro- en el escudo de cualquier “amenaza” que

podría desestabilizar su aparente “armonía”.

Para ell@s las críticas de cualquier índole, incluso casi quirúrgicas, siempre

son mal recepcionadas. La consigna es: “sin aplausos, no escribas de mí”.

Bajo esta lógica la acción de reportear o asistir a un desfile o lanzamiento

de colección, se transforma en un acto de consentimiento y lealtad –mal

entendida- ante todo, como si la relación profesional entre ambas partes

debiera estar cruzada siempre por la venia y la sonrisa afirmativa. “Si no te

gusta o no es 100% lo que esperabas, quédate mudo”, se transforma en la

clave para sobrevivir.

Round 4: La crítica y el rating

En el mundo de la moda pareciera que la crítica no paga. No obstante,

mi experiencia me indica, que al final de la jornada todos –el lector, los

observadores, los diseñadores e incluso los expertos que prefieren describir

a reflexionar- gritan por sangre emulando un circo romano donde si no

ganaste, debes ser asesinado públicamente. No comparto este criterio,

Page 83: Relatos de moda

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creo que la crítica para subir el rating es un ejercicio siniestro que no le

aporta a nadie. Pero sí creo que es importante reflexionar y no sólo describir

lo que se mira, tratar de entender, analizar el concepto desde una mirada

compleja, enriquecida. Ello se logra con el tiempo y la experiencia, no sólo

leyendo libros y estudiando en la universidad (aunque estos últimos factores

ayuden en el proceso de aprendizaje).

Honestamente, creo que existe un gran porcentaje en la moda –a todos los

niveles- que prefiere no escuchar, leer, ni mirar lo que sale de sus márgenes

de “tolerable”. Mientras hay otro, que valora la crítica y cree que ejercida de

manera seria y responsable, realmente puede ayudarlos a crecer.

Page 84: Relatos de moda

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Tienda Mood, New York por Alejandro Turis

Page 85: Relatos de moda

Relato de la moda como

negocioTienda Mood, New York por Alejandro Turis

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El siglo XXI ha despertado el germen del emprendimiento en Latinoamérica.

Las circunstancias políticas, económicas y sociales han obligado a los

ciudadanos a reinventarse y buscar nuevas oportunidades. El mundo de

la moda se ha convertido en un actor de este proceso, aprovechando la

contingencia para desatar su creatividad y crear propuestas que se salen

de los cánones establecidos y desafían la crisis con ingenio, audacia y

originalidad. No obstante, lo que en un momento surge con la furia de la

sobrevivencia, no siempre está amarrado con hilos que le permitan ser

sustentable en el tiempo. La falta de conocimiento del medio y los negocios,

la inexperiencia y la ausencia de estructuras que apoyen e incentiven el

emprendimiento han llevado a que muchas marcas de moda de autor vean

la acción de emprender en este rubro como una tarea compleja, nunca

exenta de dificultad.

Consciente de esta realidad, le pregunté a 57 marcas de moda de autor

latinas –homónimas y propias- en un periodo de un año (desde mayo de 2011

a mayo de 2012) cuán difícil era emprender en moda en sus países, cuáles

eran los principales problemas que enfrentaban y qué medidas llevarían a

cabo para mejorar esta situación. Si bien la mayoría consideró que la tarea

de desarrollar un negocio independiente de moda es complicada, ninguno

pareció arrepentido por el camino tomado, lo que supone un interés real

por crear una industria de la moda latina, más allá de las incertidumbres y

complejidades de cada uno de los países.

Emprender en moda en Chile y Argentina: ¿una tarea fácil o difícil?4

4 Este texto es un extracto de un paper más amplio disponible en: http://bit.ly/Tjl7qN

Page 87: Relatos de moda

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Conclusiones generales a la realidad del emprendimiento de moda

en Chile y Argentina

Las percepciones de los diseñadores y el contraste entre la realidad chilena

y argentina demuestran que emprender en moda no es una tarea fácil. En

ambos países existen factores socioeconómicos que influyen al momento

de desarrollar una marca. En Chile, el mayor problema está asociado al

modelo económico imperante, que posibilitó la apertura de los mercados

y por ende la entrada masiva de productos -telas, vestuario, zapatos y

bisutería- desde Asia a bajos costos. El consumidor chileno se acostumbró

a comprar barato sin mediar la calidad, creando una barrera de entrada

poderosa para quien trate de romper el hábito de compra existente por uno

donde el precio sea acorde al trabajo manual y diseño.

Resulta evidente que el país no cambiará su opción aperturista. Sin

embargo, este contexto obliga, en primer lugar, a un reconocimiento público

de parte del Estado -a través del Área de diseño del Consejo de la Cultura

y las Artes- de la moda de autor nacional como un sector económico que

aporta al PIB y a la imagen país. Esta acción ayudaría a establecer las bases

de una institucionalidad de la moda nacional a la fecha inexistente. Junto

a este reconocimiento, es importante un mayor diálogo con el Ministerio

de Economía, lo que permitiría la atracción de inversionistas y políticas de

desarrollo productivo pensadas en las necesidades del sector.

El segundo paso debería estar centrado en la creación de una alianza

público-privada en pos del desarrollo de una política pública de promoción

de la moda de autor, en la que la educación al consumidor sea uno de

los pilares. Argentina ha desarrollado ese modelo, a través de los circuitos

de diseño “X la Calle”. Chile podría seguir la misma senda, acompañada

también de instrumentos de certificación de las propuestas autorales, que

deriven en la creación de un sello moda país como el ya existente para los

productos con denominación de origen (Sello de Origen). Ello facilitaría no

sólo el posicionamiento de las marcas en el mercado interno, sino también

su internacionalización.

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En esta misma línea, el Estado debería crear incentivos para que la alicaída

industria textil nacional mire a la escena de autor e intente cubrir sus

necesidades a costos competitivos. Por lo mismo, se requiere un organismo

articulador que facilite el diálogo y que ayude a constituir una plataforma de

proveedores de insumos nacionales.

Por su parte, en Argentina se produjo un fenómeno al revés. La extrema

protección de la industria textil nacional cerró las fronteras, impidiendo la

entrada de productos importados, tales como insumos necesarios para

que muchas marcas de autor operaran. La calidad del mercado interno de

textiles, según comentaban los diseñadores, atenta contra sus estándares

y convierte el proceso de levantar una propuesta en una tarea donde el

ingenio es el principal vector. Por lo mismo, resulta urgente que la industria

textil esté abierta a escuchar las necesidades de los creadores y elabore

productos a la medida, entendiendo que los volúmenes serán diferentes,

pero que el resultado final será la creación de un círculo virtuoso, donde

ellos son uno de los sectores favorecidos.

Hay que dejar claro eso sí, que el panorama interno no ha mermado el

nacimiento de nuevas marcas de autor. De hecho, se destaca la gran

competencia existente, que desafía a los diseñadores a desarrollar

productos de gran calidad, que sean poseedores de una identidad de marca

clara y reconocible. Eso habla de un mercado maduro, que requiere de

acciones en pos de no estancarse y seguir creciendo, ya sea con el acceso

a mayores puntos de venta a nivel nacional o con su salida internacional.

Por otra parte, aunque nadie augura un cambio de modelo económico,

resulta claro que el país no podrá estar eternamente cerrado a las

importaciones. En este caso, puede resultar interesante para Argentina

revisar el proceso aperturista desarrollado por Chile, de tal manera de

prever escenarios adversos, sin negarse a la realidad de la globalización

económica. Ello resulta fundamental en un contexto donde es la misma

industria la que busca salir al mundo y posicionarse internacionalmente con

iniciativas como el Plan estratégico para la industria de indumentaria o el

Programa “Argentina exporta moda y diseño”.

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Respecto al perfil del emprendedor de la moda, en ambos lados de la

cordillera constatan que las personas involucradas en esta labor poseen

no sólo buenas ideas, sino también una gran capacidad de perseverancia,

paciencia, tolerancia a la frustración y osadía. El objetivo no sólo es lograr

que una marca/propuesta salga al mercado, sino que se mantenga en el

tiempo.

Pero ¿quiénes logran la sustentabilidad? Todos aquellos que poseen las

características antes descritas, más un amplio conocimiento de gestión,

que puede adquirirse antes o durante la creación de la “empresa de

moda”. Sin embargo, la mayoría de los diseñadores señala haber obtenido

esos conocimientos mediante el método del “prueba y error” y no en su

formación profesional. Esta realidad insta a realizar una revisión de las

mallas curriculares de las universidades e institutos que imparten la carrera

de diseño de vestuario/indumentaria para que incorporen asignaturas

que les permitan a los creativos adquirir una expertise en negocios. Al

mismo tiempo, desafía a los organismos que apoyan la actividad del

emprendimiento y la moda a desarrollar periódicamente capacitaciones y

asesorías que subsanen estas falencias.

En esta misma línea, es importante crear un directorio de proveedores de la

moda de autor acreditados, tanto en Chile como Argentina, que faciliten el

acceso de los creativos a materias primas, talleres de confección y puntos

de distribución. Esta labor debe realizarse con el apoyo de las asociaciones

gremiales y sindicales del sector y con información entregada por el Servicio

de Impuestos Internos, llegado el caso.

A su vez, en ambos mercados se observa un desconocimiento hacia los

instrumentos que podrían facilitar o apoyar la labor de emprender. Si bien

algunos saben que existen las herramientas, no tienen idea cómo usarlas

o desisten en hacerlo por el engorroso proceso burocrático que suponen.

De hecho, la tentación de seguir caminos informales es alta cuando la

formalización se llena de papeleo incomprensible. No obstante, todos tienen

claro que sin ello es imposible optar a posibles subsidios o financiamientos,

por lo que nadie duda en regularizar su situación.

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Por lo mismo, resulta imperativo generar una plataforma unificada de

información que le entregue a los creativos de moda todas las herramientas

estatales y gremiales que podrían facilitar su proceso emprendedor. Si bien

Argentina se encamina en esta senda, en Chile ni siquiera existen fondos

específicos pensados en la creación y promoción de la moda de autor. De

hecho, la mayoría de las alternativas disponibles poseen un énfasis en el

apoyo al emprendimiento global, sin una mirada especializada.

Junto con lo anterior, es fundamental que los mismos diseñadores se

asocien y creen redes de intercambio de experiencia e información a

través de asociaciones o grupos de trabajo con los que puedan acceder

a recursos y apoyos públicos y privados (capacitaciones, auspicios,

fondos concursables, giras tecnológicas, etc.). En Chile, el colectivo

Diseño Independiente de Valdivia (D.I.Va) y la recién constituida Asociación

gremial Moda Chile sientan un precedente en este sentido. En Argentina

sólo el Proyecto Cuadrilla, conformado por las marcas Desastreria, Urenko,

Decrisci, Ladrón de Guevara y Fernando More, podría identificarse como un

esfuerzo en esta línea, ya que la Asociación Argentina de la Moda recién a

fines de 2012 creó un fan page en Facebook donde explica su misión, pero

sin enumerar claramente a sus miembros.

La velocidad que impone la industria de la moda internacional obliga a

Latinoamérica a construir cimientos sólidos con los que se sostenga su

industria o escena local. Sin ellos se deja de ser competitivo y el camino

al deceso es seguro. Los hilos han sido arrojados en ambas partes de la

Cordillera, ahora es responsabilidad de los diversos actores hilvanar su

pedazo de tela.

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Mucho se ha hablado del fenómeno de la deslocalización de la moda –o

producir fuera del país de origen-, pero muy poco sobre la relocalización,

que está devolviendo a sus antiguos talleres nacionales a muchas marcas.

¿A qué se debe este fenómeno?

Razones para deslocalizar y relocalizar

La deslocalización productiva en el mundo de la moda surgió como un

paso evidente en medio de la globalización. La regla indicaba que había

que sacar los procesos de fabricación del país de origen y llevarlos donde

fuera más barato, de tal manera de bajar los costos y por ende, el precio

final de las prendas. Esta tendencia desencadenó la migración de muchas

etiquetas a Asia, particularmente China, Vietnam, Bangladesh e Indonesia.

No obstante, la crisis económica que aún sufre el planeta –con mayor

intensidad en Europa y EE.UU.- ha llevado a que muchos deslocalizados

regresen a casa. ¿Por qué? La razón más obvia es porque la suma total

de costos no está dando un saldo tan positivo como antaño, a lo que se

agregan factores relacionados con la evolución de la industria y cambios

en el comportamiento del consumidor, que no justifican muchas de estas

operaciones.

Pero revisemos este panorama con calma. ¿Por qué relocalizar? Según los

expertos hay razones de sobra, sobre todo en el caso de las PYMES del

La relocalización de la moda: el regreso a casa

Page 93: Relatos de moda

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sector moda, que manejan menores márgenes de ganancias. Revisemos

las más comunes:

1- Los costos “ocultos”: cuando se habla de deslocalización, lo primero

que se piensa es en el menor costo de la mano de obra. Sin embargo no

se considera el valor de expatriar al personal directivo, crear un equipo de

control de calidad en el lugar de producción, capacitar a la mano de obra

(para que pueda responder a los estándares de calidad) e implementar

tecnológicamente el espacio de fabricación.

2- Controlar de cerca los procesos: como un subconjunto del control

de calidad, muchas marcas de moda, sobre todo las de lujo, están

relocalizando para seguir paso a paso la cadena de producción y evitar así

“fugas”, que den pie a falsificaciones de la marca.

3- Cambios sociales en los terceros países: a medida que los países

donde se deslocalizó mejoran sus condiciones de vida, los costos de

la mano de obra se incrementan y por ende, los márgenes de ganancia

para la empresa de moda disminuyen. Ello lleva al cuestionamiento de la

deslocalización y el retorno de algunas líneas de productos a casa (también

pueden ser de toda la empresa).

4- Temporadas más cortas, producción de menores volúmenes:

antiguamente la industria de la moda se movía en dos temporadas.

Ahora, la mayoría de las grandes marcas manejan, al menos, dos grandes

colecciones y dos pre colecciones de temporada. Eso acarrea pedidos

de menor tamaño y reposiciones que sale más barato fabricar en casa

(les recomiendo revisar el caso de Zara, que usa la relocalización y

deslocalización en su cadena de producción exitosamente).

5- Cambios de tendencias de consumo: la revalorización de lo local,

sumada a las corrientes de slow fashion y moda ética han llevado a que

muchas marcas de moda se cuestionen producir afuera y comiencen a

crear línea de producto en sus países, donde el concepto tanto creativo

como de marketing se centra en la valoración de lo local. En esta misma

Page 94: Relatos de moda

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línea, los videos del making off de muchos productos de lujo como los

zapatos de hombre Louis Vuitton o las carteras Miss Dior tienen que ver

con ello.

Pero ¿cómo se consolida la relocalización, al menos, parcial de la oferta?

Para que las marcas de moda se interesen en regresar a sus países de

origen tienen que contar con ciertos incentivos que hagan más rentable

la inversión interna que externa. Entre ello se cuentan: beneficios fiscales

para la contratación de mano de obra nacional (asociada a capacitación

y algún subsidio específico), fondos para la innovación en tecnologías y

maquinarias, etc.

La moda de autor es un sector que puja por la relocalización de los procesos,

porque en la medida que más marcas regresen o que el mercado sienta la

necesidad de potenciar la industria textil local, los artesanos especializados,

mejorarán las condiciones y la competitividad de quienes intentan hacerse

un espacio en el clóset de los consumidores latinos.

Page 95: Relatos de moda

95

El caso del zapato de autor chilenoLa apertura comercial de Chile en los 90

y la entrada sin aranceles de productos

asiáticos, principalmente chinos, supuso

un quiebre de la industria del calzado

nacional. En este periodo muchas marcas

emblemáticas quebraron y los artesanos

del sector tuvieron que reinventarse en

otros rubros. No obstante, al terminar la

primera década del siglo XXI este escenario

comenzó a cambiar vertiginosamente. Una

escena de la moda de autor en ciernes

sumada a un público ávido de propuestas

originales de edición limitada, llevaron a que

el zapato chileno renaciera. Varias marcas

comenzaron a utilizar el “made in Chile” como

estrategia de posicionamiento asociándolo

además a cualidades como diseño, calidad,

pequeño stock y durabilidad. Nacía un

zapato de sello criollo para lucir y heredar.

Algunas marcas que consolidan su posición

en el mercado en esta oleada: Gaytan,

Barbara Briones, Aurora Conejero, Zapatería

Maestra, La Horma, Macarena Errázuriz,

D-Pie, Sagrado MadeinChile, entre otros.

Zapatería Maestra, Despiece modelo 1901 por Nacho Rojas

Page 96: Relatos de moda

96

Page 97: Relatos de moda

97

Page 98: Relatos de moda

98

La moda de autor es intensiva en mano de obra. Esto quiere decir, que

requiere de muchas personas para funcionar. Si bien el diseñador es uno

de los protagonistas de esta cadena de valor, en un rol secundario, pero

no por ello menos importante, están los artesanos, quienes cumplen un

decisivo papel.

El rol del artesano experto en la moda de autor

Hace un tiempo leía un reportaje sobre el diseñador español Morante, en

el que decía: “creo que se debe poner la artesanía al servicio del diseño

para que pueda sobrevivir. Hay oficios que debemos proteger y se están

perdiendo, como las bordadoras”. ¿A qué se refería con esto? Simplemente

a que el artesano calificado -léase costurera, bordadoras, maestros

zapateros, etc- es un actor fundamental en la moda de autor, no obstante

cada vez es más escaso. Sin su ayuda, las ventajas competitivas se pierden

y se cae dentro del saco de la mayoría.

Su trabajo calificado puede marcar la diferencia entre una marca y otra,

ya que materializa el boceto del diseñador y le da vida fuera del papel. Por

ello es vital que sepa “hacer” más allá de lo básico y que se acredite como

experto. Pongámoslo en perspectiva. Para confeccionar una chaqueta

Chanel se necesitan de una decena de actividades que sólo manos expertas

puede desarrollar. Lo mismo para fabricar un zapato Ferragamo (en el que

se realizan 80 pasos todos a mano). El panorama de la moda de autor latina

El rol del artesano en la moda de autor: ¿entendemos su importancia?

Page 99: Relatos de moda

99

no es tan diferente (al menos de las marcas más desarrolladas).

En Chile y Latinoamérica en general, se observan dificultades para

conseguir mano de obra calificada para la moda. Ello porque la apertura

de los mercados (el caso del Chile es paradigmático) mermó de tal manera

la industria que confinó al artesano experto al libro de los recuerdos y

lo obligó a emplearse en otros rubros. Eso hasta que la moda de autor

comenzó a necesitarlo. Este antecedente obliga hoy al Estado y el sector

privado a desarrollar planes de capacitación para formar nuevos artesanos

calificados. ¿Dónde realizarlos? Las cooperativas o juntas vecinales pueden

ser un buen espacio para alguna experiencia piloto.

Lo fundamental es entender que con puros capitanes no se la gana la

guerra, al igual que con puros diseñadores no se “levanta” una marca. Este

hecho hace imperativo la revalorización del artesano, no sólo en términos

filosóficos, sino también económicos y laborales. Es la única manera de

crear círculos virtuosos y cadenas de valor con externalidades positivas no

sólo para el diseñador, sino para todos los que participan de ella.

Page 100: Relatos de moda

100

¿La moda de autor compite con la moda masiva y particularmente con el

retail? Sin duda que no. ¿Por qué? La respuesta está en su esencia. La

moda de autor apela a un modelo de negocio y creación donde prima la

exclusividad, identidad conceptual y uso intensivo de mano de obra. Mientras

el retail se la juega por la masividad, las tendencias y la fabricación seriada

mecanizada. Entonces, ¿por qué los temores? Hoy lo reflexionaremos.

Retail como complemento de la moda de autor

Cuando se toma conciencia de las diferencias que existen entre los modelos

de negocios y concepciones creativas de la moda de autor y el retail, se

puede respirar con tranquilidad. Pensar en que una pequeña marca podrá

competir con las grandes es pecar de ingenuidad o soberbia. Claramente

ambas pueden compartir ciertos públicos, pero en el fondo apelan a

diferentes necesidades y experiencias del consumidor.

El consumidor que va a comprar moda de autor está interesado en

propuestas con identidad, que lo potencien y lo envuelvan en una historia,

le entreguen un relato. Mientras el consumidor de retail busca desde suplir

una necesidad particular de vestimenta hasta saciar su interés por “estar a

la moda” o acorde con las tendencias. Si bien estos tipos de consumidores

pueden toparse e incluso alternarse los roles, no compiten. Cada uno

representa un segmento o nicho, con cuotas de mercado aseguradas.

Ahora, ¿por qué la moda de autor “le teme” tanto al retail? Porque lo ve

como el responsable de la migración de clientes, las bajas ventas y/o el

“sino” de las liquidaciones permanentes, que le impiden tener precios más

Moda de autor y retail: ¿complementarios? Totalmente

Page 101: Relatos de moda

101

altos a la media. Pero ahí el problema no es del retail, sino de quién se

plantea una marca sin lograr comunicar una identidad que trascienda lo

estándar, y sin tener inteligencia de mercado, que le permita entender a su

cliente y entorno. Este rasgo se agudiza en la medida que se carezca de un

plan de negocios y se avance dando palos de ciego.

Entonces, ¿por qué no guardarse en el bolsillo los prejuicios y trabajar

por una complementación? Estoy convencida que es posible. Proyectos

como Cazadores de Moda de Falabella y Monjitas Alamoda en Paris son un

ejemplo concreto de que la alianza entre chicos y grandes es posible, en la

medida que se entiende cuál es la posición de cada uno en el mercado y

cuáles son sus proyecciones a futuro.

Si una marca de autor se coloca como objetivo ganarle a una marca de retail

significa que no está entiendo nada, y que está perdiendo el tiempo en una

batalla donde el ratón no se comerá al león, bajo ninguna circunstancia. Y

ojo, que acá no me refiero a “prostituir” el concepto de marca por tratar de

vender más, sino justamente todo lo contrario: entender quién soy, cuál es

la razón porque adscribo el título de autor y no de masivo, y quiénes son mis

clientes (más allá de caracterizaciones sociodemográficas).

Esa reflexión entregará las claves para comprender que la relación entre

ambos puede ser win win en la medida que se genere un círculo virtuoso,

donde el retail se presta como plataforma impulsora del talento joven (con

todas las espaldas comerciales y de marketing que poseen) y la moda

de autor transfiere parte de su frescura a la gran marca. Además de los

ejemplos citados, tenemos la lista interminable de colaboraciones entre

grandes diseñadores y marcas masivas, donde H&M se yergue como líder.

Para que el consumidor llegue a la tienda del diseñador, tiene que vivir una

experiencia con esa propuesta. Este tipo de uniones virtuosas facilitan ese

contacto y benefician a ambas partes. Lo fundamental es tener claro los

objetivos y dejar de lado los prejuicios. Las grandes tiendas o el espacio del

mall sí pueden ser una plataforma, lo importante es aprender a “usarlas”, sin

perder identidad.

Page 102: Relatos de moda

102

La asociación de la moda de autor con marcas masivas es una de las

sociedades más virtuosas de la llamada “asociatividad inteligente”. ¿Por

qué? Porque además de desarrollar y potenciar una industria de la moda

local, crea identidad y marca país. ¿Pero qué pasa en Latinoamérica en este

sentido?

El caso de Latinoamérica

No tengo idea por qué, pero en Latinoamérica, particularmente en los

países vecinos, Argentina y Perú, este tipo de sociedad lleva muchos

años funcionando con excelentes resultados. Las marcas masivas, ya

sea multitiendas, supermercados o incluso ligadas al rubro alimenticio, no

sólo han apostado por solicitarle colecciones a marcas de moda de autor

para darle un sello especial a sus productos, sino también han generados

asociaciones creativas en pos de “democratizar la moda”. Lo curioso es

que muchas de las marcas masivas que lideran esta apuesta son chilenas,

quienes recién en 2013 han comenzado a ser “profetas en su tierra” con

iniciativas como las colecciones cápsulas de Karyn Coo (vestuario) y

Bárbara Briones (zapatos) para Alaniz, y el concurso Chile diseña para

Falabella, donde Sebastián del Real, Sisa y La Joya resultaron ganadores.

Caso especial lo constituye, la marca Foster, que si bien no ha realizado

acciones directas con la escena de autor, si ha impulsado colaboraciones

con ilustradores chilenos y crearon el Foster Market, un proyecto que nace

Asociatividad de la moda de autor y marcas masivas: sociedad virtuosa

Page 103: Relatos de moda

103

con la idea de potenciar el trabajo de diversos artistas nacionales y tenerlos

disponibles a la venta en uno de sus locales.

Las ventajas de estas alianzas

Para mi las ventajas de este tipo de asociatividad son muchísimas. Acá les

dejo una lista de las más evidentes:

- Visibilidad de marca para la propuesta masiva y la de autor asociadas a

un concepto de modernidad, creatividad y vanguardia. La marca masiva se

contagia de los valores e historias de la moda de autor y se nutre con ese

espíritu de innovación, tan difícil de alcanzar en los rubros con oferta más

uniforme.

- Posibilidad para el diseñador/creador de centrarse netamente en la

creación. Eso se logra debido a que las marcas masivas pagan al diseñador

por el desarrollo de la colección, lo que le permite “dejar vendida” su

propuesta de temporada, sin tener que preocuparse de la venta minorista,

y por ende, le entrega más espacio para crear, imaginar.

- El diseño de autor comienza a ser percibido con un bien inclusivo, no

excluyente, lo que motiva a más personas a comprarlo, liberándose de los

prejuicios y ayudando a la creación de un comportamiento consumidor

ligado no sólo al precio, sino también a la estética del producto.

- Entre las ventajas socio-económicas, este tipo de iniciativas posibilita la

formación de una industria (y sistema moda), ya que genera la necesidad de

crear una cadena productiva sólida. Los diseñadores fortalecen sus equipos

de trabajo, arman talleres y dividen funciones, separando lo administrativo/

ventas de la creación.

- Además estas alianzas obligan a repensar una identidad nacional que

permita crear productos que, aunque distribuidos en la masividad, se

convierten en ediciones limitadas que responden a la identidad de un

consumidor “local”, con vocación global.

Page 104: Relatos de moda

104

El caso de Sebastián del Real Ossa para FalabellaEn la cuarta edición de la Feria Pyme: “Chile

diseña para Falabella” realizada el 2 de abril

de 2013, participaron diversas marcas

de la asociación Moda Chile. Algunas de

ellas presentaron sus propuestas en un

showroom con el fin de hacer negocios

con proveedores de la multitienda, y otras

fueron parte de una jornada de desfiles,

que tenía como objetivo escoger a los tres

diseñadores que realizarían una colección

cápsula primavera / verano 2014 para este

grande del retail. Entre los ganadores se

encontraba el diseñador Sebastián del Real

Ossa con su colección E.E.E.Trece, quien

finalizado el certamen se declaraba feliz por

la oportunidad brindada y las perspectivas

que se abrían con esta asociación. “Me

motiva llegar a un público masivo. Es un gran

desafío personal y profesional. La relación

autor/retail puede resultar bien interesante”,

concluía.

Foto: Alejandro Galvez

Page 105: Relatos de moda

105

Page 106: Relatos de moda

106

Makinita de Coser por Fractura Foto

Page 107: Relatos de moda

Mi relato de la modaMakinita de Coser por Fractura Foto

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La moda nunca ha sido inocente. Desde sus orígenes ha transmitido

ideas, consignas, modelos de sociedad e individuos, que han respondido

a contextos históricos y sociales. La moda, hasta la más sosa y “neutral”

tiene un discurso político escondido que nos habla de identidades, idearios

colectivos y proyectos nación. Hoy pareciera que el discurso político se

hubiera diluido, sin embargo es cuando más se hace notar. ¿Lo oyes?

Escarbando en la historia

Los gobiernos totalitarios anulaban las identidades individuales uniformando.

Creando prendas de líneas simples y colores apagados (negro, gris, azul

marino, verde musgo), que neutralizaban las conciencias y bloqueaban la

acción.

Por otra parte, en los regímenes dictatoriales, la moda fue usada como

medio para imponer -de forma sutil o directa- los “modelos de personas”

acordes con los valores del gobernante; como distractor de la realidad y,

en algunos casos, como herramienta para la detención de quienes podían

ser sospechosos o “dañinos” al orden social (muchas democracias no se

salvan de estos estereotipos, aunque menos arbitrariamente).

El discurso político de la moda en el siglo XXI

En el siglo XXI la moda sigue comunicando discursos que hablan de

La búsqueda del mensaje político de la moda

Page 109: Relatos de moda

109

ideales, proyectos de mundo e identidades individuales y colectivas (no

necesariamente ideologías políticas). Repasemos:

La moda sustentable

Su mensaje cada vez se escucha más claramente: el mundo se cae a

pedazos por culpa de nuestra negligencia y si queremos salvarlo debemos

hacer algo. Por ello surgen desde técnicas industriales que disminuyen

el impacto ambiental hasta asociaciones con comunidades para educar,

proteger y generar círculos virtuosos en los que la moda funciona como

rueda. Este discurso es creíble y valorado por el consumidor en la medida

que la imagen de la marca sea consecuente con lo que proclama. Acá

no vale seguir la moda, porque si sólo se proyecta, pero no se cree en el

mensaje, el costo de ser desenmascarado es altísimo.

La moda asociada a tribus sociales

Cada tribu social o urbana tiene un ideario que manifiesta a través de la

ropa. Un ejemplo clásico, que se aplica también a este siglo, es el punk,

cuya principal articuladora de imagen fue la diseñadora inglesa Vivienne

Westwood. De hecho, la música como eco de los movimientos sociales

ha delineado diversos estilos, cuya imagen está cimentada en infinidad de

“pancartas”.

Aunque en este caso, el discurso político puede “prostituirse” fácilmente por

culpa de la copia de la estética sin entender el mensaje, esa misma imitación

habla también de la cercanía a un pensamiento, a una visión de mundo. Por

lo tanto, es peligroso restarle valor a priori.

El mensaje político como elemento de la estrategia de negocios

Vivimos en un siglo donde la gente tiene mucho más que decir de lo que

los gobernantes están dispuestos a escuchar. Lo manifiestan a través de

las redes sociales y la organización informal de movimientos contra o a

Page 110: Relatos de moda

110

favor de iniciativas, proyectos, leyes, etc. Este escenario lleva a darle aún

más relevancia al mensaje político de la moda y plantea oportunidades de

diferenciarse a través de él.

Acá no quiero ser malentendida, no hablo de cinismo o adherir a consignas

que no me interpretan como marca. Si no todo lo contrario. Es fundamental

que las marcas de moda entiendan que hoy el consumidor (o al menos

una de sus tipologías) valora la “militancia de ideas”, el compromiso con

causas y modelos de vida. No se trata de decir: “yo también amo el planeta,

cómprame” (llevándolo al plano de lo absurdo), sino de patentar en nuestra

estrategia de negocios los valores qué adscribimos como marca, las cosas

qué nos moviliza más allá de lo evidente, los proyectos, ideas e historias que

nos identifican y comprometen. Ser transparentes y comunicar, no como

estrategia de marketing y ventas, sino como un elemento diferenciador

de nuestra competencia, como una forma real y concreta de contribuir a

la sociedad: la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) más allá de la

imagen.

Creo que los que toman esta senda son los que harán la diferencia. Acá

hablo desde el camino sustentable hasta el que apela a otros valores, no

siempre tan visibles. El mensaje político de la moda debe estar inserto en

las lógicas de negocios de las marcas, debe ser el cimiento de sus acciones

y el hilo conductor de sus espacios de comunicación. Lo fundamental es

ser honesto y nunca tentarse por la pirotecnia sin contenido.

Page 111: Relatos de moda

111

La moda de autor no está exenta de asumir un compromiso con su entorno.

Un grupo lo hace a través del movimiento slow fashion o moda sustentable,

pero ¿el resto realiza alguna acción de RSE? Hoy quien cuelgue el cartel

de “exento” en la puerta del taller puede ser sometido al escrutinio

de los consumidores y perder terreno en el mercado. ¿Por qué? Acá lo

reflexionamos.

RSE: un estilo, no una moda

En el siglo XXI la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) no es privilegio

de grandes de la industria de la moda, sino de todos aquellos que buscan

ser parte de ella. La moda de autor es un subconjunto de esta gran máquina,

que debe entender que el compromiso con la sociedad y su entorno no sólo

lo deben asumir quienes tienen la etiqueta de “sustentable”, sino cada una

de las marcas existentes.

Con ello no me refiero a crear “grandes acciones sociales – publicitarias”,

sino a incorporar dentro de la estrategia de negocios de la marcas de

autor, un ítem sobre la responsabilidad social que sobrepase lo meramente

declarativo (“respetamos el planeta, creemos en la paz mundial, etc, etc,

etc) y que considere desde el trato justo con los diferentes miembros de la

cadena de producción hasta algún tipo de política para disminuir la huella

de carbono o ayudar a quien tenemos al lado.

RSE en la moda de autor: un must de chicos y grandes

Page 112: Relatos de moda

112

Porque los chicos también pueden “explotar al hombre por el hombre” o

contaminar su espacio. No obstante, a diferencia de las grandes marcas de

moda, no tienen ni ONGs, ni consultoras que los miren con lupa, ni revisen

periódicamente cuán sostenibles son sus procesos productivos o qué están

haciendo en pos de comprometerse con las comunidades a las que afectan

(por ejemplo la industria del jeans y los trabajadores textiles afectados por

silicosis debido al arenado o chorro de arena a presión que deben usar para

desgastar estos productos).

Hoy ser responsable socialmente no es una moda, sino un estilo de hacer

negocios, de ver el mundo y entender que la ropa no son meros trapos, sino

una forma de crear identidad, comunidad, y valor social, que parte en la

estrategia de negocios y se plasma en cada colección. Hay que creerse el

cuento y no esperar a que el consumidor nos pase la cuenta.

Page 113: Relatos de moda

113

El caso de Chilote House Shoes

Chilote House Shoes es una marca chilena

de zapatos de casa creada por Stiven

Kerestegia y Francisca Apparcel, que nace

de la motivación de poner en valor oficios

artesanales y materiales locales del sur de

Chile, a través de la aplicación de técnicas

de diseño. Rescatar tradiciones locales

valoradas internacionalmente, dar trabajo a

comunidades rurales apartadas y posicionar

a Chile como un exportador de diseño de

primer nivel.

“Trabajamos con mujeres artesanas cuyo

oficio de vida ha sido tejer. Viven, por

lo general, en zonas rurales alejadas y

mayoritariamente son dueñas de casa.

Lo primero que hacemos es el diseño,

realizamos talleres en sus localidades,

llevamos los materiales y especificaciones

técnicas. Luego ellas se organizan a su

manera, naturalmente escogen una ‘líder’ a

quien nosotros le enviamos los materiales,

y ella se preocupa de re-distribuir y luego

consolidar, el primer filtro de calidad.

Page 114: Relatos de moda

114

Lo importante es que ellas se organizan

acomodando todas sus laborales diarias,

domésticas, familiares y en algunos caso

laborales. Realizan el trabajo desde sus

propias casas, sin que nosotros alteremos

su estilo de vida. Luego consolidamos otra

vez, y en nuestro taller ubicado en Puerto

Varas, realizamos un nuevo control de

calidad, limpieza (ejemplo restos vegetales

de la lana), packaging y despacho”.

Foto: Alejandra Valenzuela

Page 115: Relatos de moda

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Page 116: Relatos de moda

116

No me malinterpreten. Me encanta revisar las nuevas colecciones. De

hecho, por momentos me siento como una niña mirando una caja de

bombones ajenos, con ese deseo casi irresistible de pegarles un mordisco.

Sin embargo, la división temporal de la industria de la moda de no sólo

dos, sino hasta 4 o 6 colecciones (las pre, las crucero y la temporada en

si misma), me está generando una sensación de angustia extraña. ¿Les ha

pasado lo mismo?

Mareada en mi propio chocolate

Hace unas semanas conversaba sobre “este mareo” con un grupo de

amigos blogueros, quienes me decían que este vertiginoso ritmo es la

única solución para que la rueda de la industria de la moda siga girando,

haya consumo y por ende producción. No obstante, si bien comprendo la

explicación económica, mi nivel de incomodidad no ha desaparecido con

los hechos. Todo lo contrario, cada día me es más patente una pregunta:

¿realmente es necesario tanta velocidad?

Quizás desde el punto de vista de los negocios y principalmente desde el

paradigma de la moda masiva es necesaria, ya que actúa bajo una lógica

de productos de corta duración. Pero desde la mirada de la moda de autor,

me parece que estar todo el rato con el acelerador apretado puede ser un

exceso. Obviamente no es lo que opinan las grandes Casas de Moda, que

deben sobrevivir en esta vorágine industrial, pero los más pequeños tienen

la opción de tomar la pista lenta.

La tiranía de las colecciones: abran el probador que me quiero escapar

Page 117: Relatos de moda

117

Sinceremos: ellos también tienen que pagar cuentas a fin de mes, no

obstante, estoy convencida que pueden adoptar un modelo más slow. Y ojo,

que no me refiero sólo a la idea de “re-usar” (o le pueden agregar el verbo

que quieran), sino de adoptar realmente una postura lenta, “antisistema”

en el buen sentido de la palabra (el no consumir no se adscribe en ello).

Donde el clima sea el que dicte biológicamente los tiempos. Es decir, que

las temporadas sean 2, consistentes conceptual y materialmente.

Muchos me dirán, “pero si eso ya se hace”. Sí, en parte, pero creo que cuando

uno se lo plantea de esa manera y lo incorpora como parte fundamental al

proceso creativo se abre un nuevo mundo y se ordena el naipe. Se divide

el año en dos y se trabaja en pos de esa meta, de tal manera de sacar la

primavera verano antes de primavera verano y el otoño invierno semanas

antes del otoño invierno. Llegando a la hora, no atrasado, cuando en las

grandes tiendas ya se aprontan a sacar “el adelanto”.

Asimismo, se enseña al consumidor de moda de autor, que si bien el mundo

gira a velocidad crucero, él podrá gozar como chancho en el barro con cada

una de nuestras colecciones. Es decir, las podrá tocar, mirar, probárselas,

darle mil usos, sin el temor a que pase de moda o en su efecto, que lo pille

otra temporada, mientras se lo prueba.

Creo que la tiranía de las colecciones -y por ende de las tendencias

fad- muchas veces no sólo marea a quienes observamos la moda, sino

también a las propias marcas pequeñas que tratan de hacerse un camino

en la industria. Me ha tocado observar que muchas de ellas se distraen

como polillas en la luz con este oleaje constante de imágenes de nuevas

colecciones (x4 o x6) y pierden tiempo mental y emocional, que podrían

usar en su propia programación anual.

Estoy convencida que si creemos en el “slow”, en el sentido complejo de

la palabra y no el literal, no sólo ayudaremos al planeta, sino también le

devolveremos el sosiego a nuestras almas fashionistas y archivaremos la

sensación de que el “probador” tiembla y sólo queremos escapar.

Page 118: Relatos de moda

118

Un día mientras ordenaba la ropa que me pondría al día siguiente, mi marido

me preguntó si tenía claro cuáles de mis vestidos le heredaría a mi hija.

Mi respuesta automática fue sí, porque hay algunos que me gustaría que

pudiera usar. Pero ¿qué requisitos debe tener una prenda para traspasar

generaciones?

Características de las prendas para heredar

Para mí hay características que afloran naturales, si pensamos en prendas

para heredar. Acá repaso las más obvias.

1- Diseño atemporal: si bien la moda es cíclica y mucho de lo que se usó

ayer, también lo hará mañana, creo que mientras más atemporal la prenda,

más fácil es pensarla como herencia. Con ello descarto toda la moda fast/

fad, momentánea y desechable. Las líneas clásicas o estilos de inspiración

de otras épocas, pero de cortes más bien neutros -o lo muy avant-garde-

son lejos los más apetecidos para heredar.

2- Calidad de las telas: hay prendas de buen y bonito corte y diseño,

sin embargo, sus telas dejan mucho que desear. Motas, “telas de cebolla”,

hilachas por mil no permiten pensar ni siquiera en regalarlas, menos aún

en heredarlas. El ejemplo contrario lo encuentro en unas poleras (remeras,

camisetas) que me regaló mi mamá cuando era adolescente, que ella había

usado cuando era joven y que yo me puse hasta que me aburrí y se las di

En la búsqueda de moda para heredar

Page 119: Relatos de moda

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Page 120: Relatos de moda

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a una de mis hermanas, que creo que todavía las usa. Todo gracias a que

tenía una tela buenísima, que resistió lavados, usos e historias.

¿Moda de autor latina para heredar?

Mi apuesta de herencia está claramente en la moda de autor, que es mi

pasión. Entre las marcas que llenan mi clóset y que tienen potencial de

herencia encuentro a Paulo Méndez, del que tengo una colección muy

completa de vestidos, chaquetas y faldas de todas sus colecciones, cuya

calidad y corte pasan la prueba del tiempo. Otra que está dentro de la misma

categoría es Bazar La Pasión, cuyos abrigos no tienen fecha de caducidad,

y Sebastián del Real por su buena calidad de telas y atemporales siluetas.

En el área zapatos me jugo por los de Luz Príncipe, Gaytan y Barbara

Briones, que dada su materialidad y osadía de colores, son una tendencia en

sí mismos. Estoy segura que mi hija los apreciaría por esas características.

Si bien, el recuento de marcas es breve, dada la cantidad que coexisten en

mi armario, todavía tengo que ver cómo evolucionan otras, que me encanta

su diseño, pero todavía no estoy segura si resistirán el uso y el paso de

los años. Eso mismo, me hace pensar que una gran apuesta de futuro es

elaborar y comprar moda pensando en que será heredada. Esa pura meta

-materializada en el plan de negocios- obliga a aumentar los estándares de

calidad y producir prendas que crezcan con el consumidor.

Este camino supone un esfuerzo mayor respecto a la elección de telas,

apuesta por una propuesta de diseño y valor que se le quiere dar al producto

(ojo que el hecho de que sea muy caro no siempre es sinónimo de herencia).

Está claro que vivimos en un siglo donde la duración de las cosas es cada

vez más efímera, por tal motivo es fundamental aclarar cuál corriente

seguiremos y hacer de nuestra ventaja competitiva la “heredabilidad”. Creo

que en el siglo de los commodities, esta apuesta es lejos la que asegura

más vida de marca.

Page 121: Relatos de moda

121

En el mercado de la Seda en Beijing un cartel proclama “no vendemos

falsificaciones”. Sin embargo, a la vuelta de la esquina una tienda de

carteras ofrece catálogos completos de falsificaciones de las marcas más

importantes de la escena fashion mundial. Si bien en Latinoamérica no es

tan burdo el asunto, las copias de grandes marcas de moda también están

en las cunetas. ¿Eres una fashionista amante de los clones?

Me cargan las falsificaciones. Me siento incómoda y hasta ridícula con ellas.

Debo reconocer que en Beijing me compré una cartera que me pareció de

una bonita línea, que asumo debe ser una copia de alguna etiqueta famosa,

pero sin logo (sería ilusa pensar que es creatividad local en el Mercado de

la Seda).

No me considero una purista al estilo de los promotores de iniciativas como

SOPA (que no comparto en nada). Pero sí soy una defensora de la creatividad

y del esfuerzo por tratar de generar mundo e identidades creativas en la

moda. Por ello entiendo la furia de muchos diseñadores internacionales, que

incluso han creado campañas como You can’t fake Fashion (ver infografía).

Seamos honestos. En la moda internacional está institucionaliza la copia

(que algunos llaman homenaje). Si no, cómo me explican que muchas

marcas de retail clonen, sin arrugarse, las prendas it de las pasarelas más

importantes del planeta. De hecho, hay blogs especializados en seguirle la

pista a esta práctica como el entretenido Devil wears Zara, que ahora está

bajo el alero de Vogue España.

¿Fashionista amante de los clones? La moda fake

Page 122: Relatos de moda

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Page 123: Relatos de moda

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Según leí en un reportaje5 , esta práctica ha permitido la “democratización

de la moda” y algunos consideran que beneficia a las Casas de Moda, ya

que quien consume un clon, en poco tiempo -dos años aproximadamente-,

compra la real. Mientras otros dicen que la velocidad de las tendencias

y la obligación de las grandes marcas por responder a los deseos de las

fashionistas generan oscuros círculos de explotación humana y medio

ambiental.

Latinoamérica no está ajena a este fenómeno. La globalización de las

tendencias y el deseo incontenible de muchas amantes de la moda por

tener las prendas it en su clóset, las lleva a acceder a los clones que valen

una pequeña fracción de las originales. ¿La moda de autor se libra de este

comportamiento? Lamentablemente no.

Si bien la copia no es a nivel masivo, si lo es entre pares. He visto el caso de

quienes se aprovechan del éxito de un modelo que causó furor -pasó con

los zapatos de tela- y lo reproducen como propio. En ese caso, el diseño

original puede llegar a disolverse en la medida que no esté patentando o la

marca que lo produjo inicialmente, no haya logrado un buen posicionamiento

en el mercado.

Sin duda sería iluso pensar que la copia se acabará con leyes, porque

la masividad del conocimiento y el flujo de información es parte de la

cotidianidad del siglo XXI. Sin embargo, este contexto obliga a los creativos

a pensar cómo cautivar a sus clientes y cómo educarlos en la preferencia de

la original por sobre la copia. Por otra parte, los consumidores no podemos

hacernos los locos y tenemos que entender que si no jugamos limpio,

avalamos prácticas que incluso pueden estar ligadas a la explotación de

personas, lejos lo más grave de este fenómeno.

5 SModa, El País; “Y el FBI, ¿qué opina de esto?”, 23 de enero 2012. En: http://smoda.elpais.com/articulos/y-el-fbi-que-opina-de-esto/816

Page 124: Relatos de moda

124

Con el paso de los años los blogs de moda se han convertido en actores

destacados del sistema moda internacional. Ello los ha llevado a adoptar

diversos roles, que van desde la entretención hasta la “fiscalización” de la

cadena de valor de las marcas.

Los múltiples roles de los blogs de moda

La profesionalización de los blogs de moda los ha llevado a pulir sus líneas

editoriales y a asumir diversos roles, que al minuto de su creación, quizás ni

imaginaron pero que les han permitido convertirse en líderes de opinión y/o

influyentes en ciertos nichos.

Pero ¿cuáles son esos roles?

Entretención: el primer rol que se le confiere a los blogs de moda es el de

la entretención, es decir, la posibilidad de entregar contenido que divierta a

sus lectores, los haga soñar y aspirar a nuevas realidades relacionadas con

la moda.

Experiencial o de “conejillos de indias”: este rol supone experimentar,

probar, reseñar y recomendar productos y servicios de moda y belleza a

los lectores como lo haría cualquier persona. Este aspecto les ha permitido

ganar credibilidad entre las lectoras.

Fashion blogs: su rol en el Sistema Moda

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Opinión / crítica especializada: con el tiempo muchos blogs de moda

han logrado crear una voz, desarrollar un punto de vista que es respetado y

considerado por el sistema moda. En su rol de opinión y crítica especializada

se han ganado un espacio como fuente referencial de medios tradicionales

y actores relevantes de la industria.

Fiscalizador: si bien no es el rol más extendido, hay blogs que no han

tenido miedo de ejercerlo y supone denunciar todos los actos de injusticia

social, maltrato y explotación que puedan encerrar ciertas cadenas

productivas en la industria de la moda. Por ejemplo: la utilización de talleres

clandestinos, la explotación infantil para la cosecha del algodón, el pago de

salarios deplorables en ciertas fábricas, etc.

Más allá de el o los roles que desempeñen los blogs de moda es fundamental

que los blogueros entendamos que cada uno de ellos supone deberes y

responsabilidades con el sistema moda y particularmente con nuestros

lectores. La credibilidad y el respeto que hemos tejido a lo largo de los

años puede irse a la basura si olvidamos que nuestro trabajo debe estar

cimentado en la transparencia y la confianza con quienes nos siguen. Si

traicionamos ese compromiso, nos condenamos al exilio fashion sin retorno.

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Directorio de blogs de moda en Argentina y ChileEn octubre de 2010, la periodista y bloguera de moda

argentina Lorena Pérez creadora de Blocdemoda

decidió contabilizar los blogs de moda y belleza

existentes en su país. Su idea era “generar un

directorio que sirviera para bloggers, pero también a

los diseñadores, firmas, agencias y periodistas”. Esta

base de datos sería pública y permitiría tener una idea

de cuantos blogs habían a la fecha. Para ello escribió

un post donde invitó a los blogueros a adscribirse a

este censo dejando un comentario con sus datos. A

fines de noviembre se develó la cifra de inscritos: 93

blogs.

Motivada por esta iniciativa el blog chileno Quinta

Trends desarrolló la misma acción, pero agregando

la opción de actualizar información. El primero

llamado a sumarse fue en octubre 2010, luego en

abril 2011 y finalmente en marzo 2012. No obstante

esas convocatorias, al ser un directorio colaborativo

en formato online (documento Google Drive) es

periódicamente revisado y completado con datos

nuevos que van aportando los blogueros. Eso a

permitido que a abril de 2013 se contabilizaran 72

blogs de moda y belleza.

Resultados censo argentino: http://bit.ly/13GIWzB

Resultados censo chileno: http://bit.ly/ZZow0L

Foto: Aníbal Toro

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El empoderamiento de los fashion bloggers en la escena de la moda latina,

trajo consigo una serie de cambios, que no sólo tienen que ver con nuevas

formas de mostrar la moda. Desde el momento que las marcas entendieron

el poder y la viralidad de estos “nuev@s comunicadores” comenzó a

producirse un galanteo, que para algunos es positivo y para otros constituye

el principio del fin de la credibilidad.

Fashion bloggers al banquillo

Cuando una actividad deja de ser un hobbie y se transforma en parte

de la rutina laboral de una persona, las horas dedicadas comienzan a

monetizarse. Comunicar ya no es gratis. ¿Qué hacer frente a este dilema?

Las alternativas son múltiples. En el mundo de l@s bloguer@s de moda se

dan dos escenarios:

1- Dedicación parcial a blogear + trabajo asalariado: esta opción

ayuda a eliminar ciertas presiones y tensiones económicas, pero no deja

exento de las “tentaciones”.

2- Dedicación exclusiva al blog: esta opción obliga a desarrollar una

estrategia de negocio –y sobrevivencia- que toma a las marcas de moda

y belleza como parte de la ecuación. Aflora una mentalidad de medio de

comunicación (con una marcada línea editorial), donde la gratuidad deja de

ser una alternativa.

Fashion blogger y marcas: una relación “peligrosa”

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La mayoría de la escena latina se mueve en la primera alternativa. De hecho,

yo misma convivo con ella. Si bien nunca vi mi blog como hobbie, el hecho de

no tener presiones económicas, me ha ayudado a perfilar una línea editorial

muy marcada e independiente, que me entrega la libertad de escribir sin

obligaciones financieras. No obstante, esta credibilidad, que se cimienta

desde la frontera de la “periferia medial”, puede verse comprometida en la

medida que el coqueteo con las marcas de moda y belleza se convierte en

una relación mediada sólo por los regalos e invitaciones a eventos.

En fácil: a las marcas les sale barato sentar a un grupo de bloguer@s para

mostrarle los productos y luego “motivarles” a escribir a cambio de una taza

de té, una muestra gratis o una giftcard. La misma acción en un medio de

comunicación tradicional cuesta caro y a veces tiene menor impacto (sobre

todo si se compara el tiraje de la prensa escrita, por ejemplo, versus las

visitas mensuales de muchos blogs).

No quiero ser cínica. Yo misma he participado masivamente de estas

invitaciones y me he motivado a desarrollar alianzas con ciertas marcas.

Sin embargo, creo que hay que dejar claro los límites y hacer comprender

al otro actor, que la identidad del bloguero pasa por su independencia y

que cuando comienza a operar como publicista “gratuito” de las marcas, la

audiencia decae y la credibilidad se esfuma.

Hace un par de años, comentaba sobre los embajadores de marca y cómo

podrían ser un aporte a la moda de autor latina. En esa misma reflexión,

enfaticé la obligación que tenemos de transparentar esos lazos. Creo que

el bloguer@ de moda tiene la libertad de publicar lo que quiera y hacer los

intercambios con las marcas que mejor le acomoden. Sin embargo, también

tiene la obligación de transparentar estos vínculos con su audiencia.

Ser líder de opinión o influyente supone ese tipo de responsabilidad. Si no

comienzan los comentarios odiosos como uno que leí en Twitter hace unos

días sobre “que las blogueras de moda parecían damas de compañía de las

marcas”, apelando al florecimiento de las fotos de productos en Instagram,

sin bajadas aclaratorias. Ello no quiere decir que esté prohibido subir fotos

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de marcas. Yo misma vivo señalando las cosas que me gustan, sin esperar

que a los pocos días llegue un paquete a mi puerta. Lo hago porque ese

objeto -prenda despierta emociones en mí, se vincula a mi identidad.

Hoy más que nunca es fundamental tener claro cuáles son los límites

de cada un@. Cada blog de moda tiene los suyos. Lo importante es no

traicionarlos y por sobre todo no traicionar a quienes te siguen y ocupan

parte de su valioso tiempo leyéndote.

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Alejandro Turis y Leticia Turis por su apoyo,

amor y paciencia infinita; Pía Montalva por

transformarse en mi maestra; Juana Inés

Casas por sus certeras observaciones y

ayuda en la edición; Camila Valenzuela por

sus consejos en el inicio de este proceso

y a todos quienes conforman la escena de

la moda de autor nacional (diseñadores,

fotógrafos, maquilladores, productores,

modelos, estilistas, periodistas, blogueros,

seguidores de Quinta Trends y un

largo etcétera) por su cariño y acogida

permanente.

Agradecimientos a:

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