Remigio González “Adares” - Diputación de Salamanca · signes de salamanca. Adares, el hijo de “el Pil-doro” y de “la Rumba”, nació poeta y durante 20 años nunca faltó

La segunda vozAntología poética

de Remigio González “Adares”

Remigio González “Adares”

edición a cargo de Raúl Vacas

La segunda voz

La segunda voz

Remigio gonzález “AdARes”

Antología poéticade Remigio gonzález “Adares”

diputación de salamanca2007


1ª Edición: Abril, 2007© Diputación de Salamanca y el autor

De la selección de los textos: Raúl Vacas (raulvacaspolo.blogspot.com) e Isabel Castaño

Del prólogo:Raúl Vacas

De las fotografías:Emiliano Cruz Martín y Pilar y Laurent Mabire

De las ilustraciones:Tomás Hijo y Max Hierro

De las semblanzas:Sus autores

Diseño y maquetación: Difusión y Publicaciones

Ilustración de cubierta: Tomás Hijo

I.S.B.N.: 978-84-7797-282-2

Depósito Legal: S. 5.638-2007

EdicionEs diputación dE salamanca

sEriE autorEs salmantinos, nº 33

Para información e intercambio dirigirse a:

DIPuTACIóN DE SALAMANCADepartamento de Cultura (Publicaciones)C/. Felipe Espino, 1, 2ª Planta37002 Salamanca (España)Teléfono 923 29 31 00. Ext. 617Fax 923 29 32 56

E-mail: [email protected]: //WWW.lasalina.es

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida total o parcialmente, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya sea mecánico, eléctrico, químico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso del editor.

Imprime: Imprenta Provincial

sobre la originalidad de la poesía de Remigio gon-zález «Adares» se ha expresado una minoría capaz de comprender su obra en publicaciones esporádicas y sin pretensiones filológicas en toda regla. el único acerca-miento global a su poesía que tenemos no puede suplir el vacío de una crítica que ante la imposibilidad de ca-talogar su obra dentro de las corrientes de la lírica na-cional ignora las posibilidades de análisis que esta obra ofrece.

Jesús Muñoz Morcillo

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Criterio de selección y título de la obra

Poco antes de morir, Adares trabajó en el em-peño de rescatar parte de su obra inédita del si-lencio. en esta labor cooperamos, compartiendo entusiasmo, los poetas y editores José miguel Bernal, Alfredo Pérez Alencart y yo.

durante varios meses tratamos de ordenar muchos de sus poemas diseminados en carpetas o reunidos en varios volúmenes –encuadernados por sus hijos– con el título de Palabra original.

en la cabeza de Adares rondaban dos nuevos títulos: El último cero y La segunda voz. de este último llegó a decir: “es como si hubiera resuci-tado después de muerto”.

nuestro propósito es hacer valer el deseo del poeta y dar nuevo aliento a sus palabras para que perduren entre nosotros.

la selección de los poemas responde a dos criterios fundamentales: ninguno de los poemas que figuran en este libro coinciden con los se-leccionados por Juan Carlos moreno Claros en la antología Me atrevo a ser palabra (Amarú edicio-nes, Colección “Tierra Adentro”), un libro aún

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a la venta en Víctor Jara. de este modo, quienes quieran ahondar en la producción del poeta, ten-drán una visión panorámica de su pensamiento y su poética con un amplio escaparate de textos.

de cada uno de sus libros editados, ordena-dos en la antología por orden cronológico de creación (y no de publicación), se han seleccio-nado tres poemas. nuestro propósito es mostrar el curso creativo del poeta a lo largo de su vida. es importante recordar que la obra de Adares fue publicada por el autor, salvo tres de sus tí-tulos, en ediciones financiadas con sus propios recursos, de ahí que se viera obligado a seleccio-nar determinados títulos (entendemos que con los que se mostraba más satisfecho) y a postergar muchas de sus publicaciones.

los tres poemas que les mostramos de cada libro tratan de reflejar el estilo con que fueron concebidos y la temática (muy amplia en la obra del poeta) que les caracteriza.

La voz de la tristeza, libro que aparece en úl-timo lugar en la antología reúne textos escritos por Adares en el año de publicación y poemas rescatados de Palabra original, uno de sus álbu-mes inéditos que recoge producción de los años 70.

Las coplas del crimen de Tardáguila y Las coplas del cura de Galisancho –ausentes en esta obra–

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fueron publicadas en edición facsímil, aunque la última aparece en el libro Los romances trope-zados por la luna. el libro Versos de barro herido, mencionado en el texto “el barbecho trabajado” lo componen textos inéditos.

© Tomás Hijo

Prólogo

Remigio gonzález “AdARes” (Anaya de Alba, salamanca, 1923) es uno de los poetas más in-signes de salamanca. Adares, el hijo de “el Pil-doro” y de “la Rumba”, nació poeta y durante 20 años nunca faltó a su cita con la Plaza del Corrillo, donde cada mañana ataba las colum-nas, plantaba su pañuelo rojo (bandera de sala-manca) y ofrecía su testimonio y sus libros a la gente.

Remigio se inició en el arte a través de la pin-tura y como cantaor de flamenco. Pero fue du-rante su estancia, como emigrante, en Francia cuando estalló su urgencia y su necesidad de escribir.

su primer libro Sangre Talada (1997) es el comienzo de una extensa producción; cerca de cuarenta libros publicados y un par de cajas de poemas aún inéditos.

su obra está llena de sabiduría, de respeto a la vida y a la muerte, de sentimientos duros como huesos. “Remiche”, como le decían en su pue-blo, publicó varios artículos en la prensa de la

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ciudad, prologó libros, fue homenajeado en va-rias ocasiones, participó en numerosos recitales y recibía a diario correspondencia de todos los lugares del mundo.

Adares construyó su vida a la par que su obra. su debut fue en el 77 con Sangre Talada, un dia-rio enhebrado con tono surreal en el que el bate circuncida las palabras y las carga, una a una, en la escopeta del soneto.

luego germinaría su picaresca lozanía en libros que llegaron y se fueron. Cinco pesetas de bosque y Disparates de mi lado izquierdo son el es-caparate de este Adares, tuno sin laúd y original poeta.

la muerte ocupará más tarde su atención en sendos poemarios; La muerte y otra vez y Quiero pensar lo que he muerto, si bien desde el inicio de su obra fue un tema perenne. Aquí es otro poeta más mortal, más inmediato.

en apenas cinco años Adares pasa lista a sus poemas y rinde cuentas a Quevedo, al que de-clara fiel admiración en A Quevedo y tierno amor de lilo, con excelente prólogo de Juan miguel gon-zález y foto de ambos junto a Quini sánchez.

Vuelo de papel, prologado por Jesús garcía le-desma, es otra pieza de esta época, un libro cui-dado con delicado polen. Así lo dice Adares en sus versos, esta vez alumbrados al calor de los

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besos: “Amándote he marcado / este recreo que salta / en las estrellas”. Aquí se oye al poeta ena-morado cantando en el balcón de Carmen que bien pudiera ser la propia salamanca o uno de sus amores.

La Barrila es el libro pródigo de Adares. Ahora será su propia historia, prologada por Aní-bal núñez, la que llene las páginas color hueso de una historia inspirada en lázaro de Tormes y en la que ordena su álbum de recuerdos. en este libro firma el rostro de su padre y de su abuela, las horas de su pueblo, sus oficios, el cuartel. Hogazas de una vida que conforman el panal de su memoria, la historia de Anaya y la intuición de su muerte: “soñé que muchas manos juntas / me apagaban la luz”. ese protagonismo del poeta se repite en La Novela de Juan Márquez, pieza autobiográfica y lúdica, retrato de una bús-queda y un tiempo junto a su amigo Juan.

Un año después Adares dedicará su Mesa Re-ñida a su “esposa hacendosa y callada sin erro-res”. entre sus páginas recordará al Perú y a Aníbal nuñez y otra vez a su madre, con un len-guaje oscuro, impermeable.

en estos años sobresalen Los romances trope-zados por la luna; plenos de sabiduría y ritmo, como las jotas castellanas; Por qué tiene frío la ma-

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dre y No me preguntéis de dónde soy llegado, una de-dicatoria sin fecha y para siempre a salamanca.

en este mismo año, 1951, publicará dos nue-vos libros; Cinco días sin mí y Patíbulo, el uno vi-vencial y líquido, el otro apuntalado en lo social, mucho más sólido y en el que no le hacen justi-cia los errores ortográficos.

A partir del 93 los libros eclosionan en su mesa como huevos de reptil. Uno tras otro se su-ceden Escrito a lápiz sin soltar el asa, Me enamoré sin permiso, Rumbo acumulado y Huellas que no di-simulan. es éste un momento de madurez y de temblor, bajo la rumba del parkinson. Ya no in-teresa el tiempo, con minúsculas, ni tampoco el olvido. Todo se agarra en los poemas del poeta y es el oficio de escribir, sin descansar el lápiz, quien dará nombre a tanto amor: “todo el amor que no descansa en el amor, / se convierte en cuerpo”, quien sintonice el desamor: “he per-dido al amor, he perdido con briscas / cuando pintaban bastos…” y quien agolpe en una ristra sus recuerdos y pronósticos: “Un día antes que mi cuerpo llegará mi sombra…”

sorprende en este Adares su dicción, menos cargada de metáforas, el enunciado de sus títu-los, la pana de sus versos, sus entrañas.

A partir del 99 Adares edita sus últimos libros con la ayuda de José miguel Bernal y Raúl Va-

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cas: algunos escritos mucho tiempo atrás, otros recién cocidos. Y también en estos años verá la reedición de muchos de sus libros agotados. Así, fiel a sus huellas, va echando poco a poco leña al fuego: Mi barca ya está hecha, Puro pueblo de mí, Doce cartas a París, Al poeta de Castilla y dame, Esperanza, La voz de la tristeza, La curva que no mira, Taxis azules y Los dueños de Caín, en-tre otros.

destaca en su repertorio bibliográfico la anto-logía editada por Amarú con el título Me atrevo a ser palabra. Hasta entonces la iniciativa de todas las publicaciones parte del poeta, pero en este caso se debe al interés de mario martín y al ex-cepcional trabajo de selección y estudio de la obra de Juan Carlos moreno Claros, con quien tantos ratos compartió el poeta.

Que nadie se equivoque, por tanto, con Ada-res, mucho ojo. Que nadie le acomode en el pa-sado, con más pena que gloria. Que nadie olvide nunca que fue un hombre, un luchador y no una estampa más de salamanca ni un loco pinto-resco.

Adares fue poeta porque vivió como tal, su-miso a las palabras. Y fue poeta porque habló del mar, del frío, de la madre, de la tierra. Porque escribió al dictado de la vida. Porque murió por dentro.

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Que no canten los gallos, que aún es tarde, y muchos todavía ignoran el volumen y el alcance de su obra porque nunca trincharon sus poemas, ni aparcaron junto a su mesa.

Adares no es poeta de aperitivos. Para enten-der sus versos hay que hurgar en su ideario, pro-bar todo el menú, entrar con él al fuego, descu-brir sus salsas.

no es fácil hincarle el diente. Pero el trabajo de mondar sus versos y desenvolver metáforas, nos descubre la radiografía del poeta, su fuerza creadora y su original patrón.

Con la complicidad del tiempo y la paciencia de un náufrago, Adares fue tejiendo su memoria en el papel y dando aliento al humo de su cora-zón. Y ahí dejó su obra, para siempre.

* * *

Tres años después de su muerte (4 de febrero de 2001) se hizo un homenaje sencillo para ce-lebrar su poesía y al tiempo reivindicar el lugar que el poeta merece en su ciudad (en su pueblo siempre fue reconocido).

muchas personas, unas anónimas, otras cono-cidas, dejaron su testimonio en una libreta co-locada junto a su obra en el Café el Corrillo, el segundo hogar de Adares.

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muchas de esas semblanzas, junto a otras recogidas de la prensa, nos ofrecen un perfil de Adares bastante completo:

A mí me gustaba ese Adares, el subversivo, el que no hablaba de poesía, sino que hablaba en poesía, el que supo ser joven hasta la venerable edad de casi ochenta años, el que por ir a su aire logró la cátedra vitalicia de la Univesidad Aérea del Corrillo. ¿Se nos fue un poeta? No, hombre, no. No rebajemos tanto el nivel: se nos ha ido, maldita sea, un paisaje. Braulio Llamero (Tri-buna de Salamanca, 7 de febrero de 2001)

En la Plaza del Corrillo existe una resonante danza de palabras que vibran con la agilidad de la luz y cuyo latido es un redondo mordisco tatuado con el beso de la mirada. Es, ciertamente, un extraño alfabeto credo por un marinero estepario que por las noches destapa sus es-pejos ciegos y deja vagar los fluidos allí contenidos para que al amanecer retornen con la miel de la memoria más fresca. Alfredo Pérez Alencart (El Adelanto, 3 de septiembre de 1998)

Me gusta imaginar a un “ADARES” de bronce sen-tado en el Corrillo eternamente y a los niños preguntando a su padre quién es ese señor de las barbas... Un sencillo homenaje para quien fue un poeta sencillo y un amable ser humano unido al Corrillo por un verso. Santiago Juanes (La Gaceta Regional, 6 de febrero de 2001)

Quedarán los turistas arropados en la fotografía ge-nerosa del hombre de blancas y luengas barbas querido Whitman, la visera desnuda ahora y el pañuelo azul de tres nudos como extraña silueta de ese rincón del Corri-

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llo que declaraste universal sin título alguno, así tu pa-labra queda aquí abajo. Aníbal Lozano (Tribuna de Salamanca, 6 de febrero de 2001)

Adares luce ese color de la esperanza en el volcán del pecho: una bomba que explota cuando menos los esperas y puede rociarnos de belleza. Aníbal Nuñez

Remigio González “Adares” es el poeta que todos lle-vamos dentro. Juan Carlos Moreno Claros

Recuerdo cuando cada mañana te decía: he aquí el mejor poeta del reino. Y tú me contestabas: Y de los Es-tados Unidos. Jotamar

Como un cazador de mariposas, Adares ha captu-rado, desde su soportal del Corrillo, la gracia de las universitarias, la monótona canción de las barredoras, el vuelo rasante de los catedráticos... Tomás Hijo

Desde el corazón, con un brindis por la vida, el re-cuerdo, eternidad para la palabra, pecho para el pecho, corazón para tu cosecha, voz, voz, Remigio hasta mi predio. José Miguel Bernal

Remigio, ese gran amigo de ayer. Mi más alto re-cuerdo y aplauso. Ramón

Reza un vientoElíptico tu blancaMelena de Neptuno.Ignoro si tus alasGimen en ese vientoInsultadas por algúnOdio perenne.Manuela Bodas

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Yo también me enamoré sin permiso. Pablo

Contigo fui talado y sangre arriba soy. Chema Ru-bio

Aquí bebiendo unos anises y me entero de que Adares ha muerto. Yo no conocí la Plaza del Corrillo sin Adares y no imagino como será sin él. Qué palabras se habrán quedado entre las piedras y quién será capaz de resca-tarlas. Ojalá que una cigüeña equivocada las recoja y las llevé a su nido. Salud por Adares. Que aquel que deba hacerlo, lo lleve a la región donde ángeles equivoca-dos descubren sus bocas y se quede dormido hasta que el olvido llegue a rescatarlo. Juan Manuel Sepúlveda

A Salamanca le han quitado una piedra.No puedo imaginarme la plaza del Corrillo sin esos

ojos azules que todo lo miraban, sin esa barba blanca de abuelo, sin esa mesita llena de lecciones de sensibilidad, sin esa gorra azul que tapaba sabe Dios cuántas ideas aún sin cerrar, sin los saludos silenciosos, sin las ganas de charlar con gente joven, sin ese pulso tembloroso que tantos poemas habrá acariciado en su vida... sin tanta vida que habrá convertido en poemas.

Yo no te conocía demasiado, pero me había acostum-brado a ti. Como cuando sabes de memoria el recorrido que haces todos los dìas de casa al trabajo y puedes ca-minarlo con los ojos cerrados. Si un día te das cuenta de que ha desaparecido una calle, es como si te hubiesen arrancado un pedacito de cotidianeidad. No sabes la de veces que me quedé con ganas de aminorar la marcha y sentarme junto a ti para compartir uno de los muchos momentos que hay en 24 horas. Pero fueron pocas las ve-ces que le robé a mi día ese momento. Qué fácil es hablar

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y qué difícil hacer. Nos han quitado una calle y cuesta reconocer un poco más el entorno. Al puzzle de la ciu-dad le falta una pieza... y un poema. El último. María Fernández Egurcegui

sumamos a estas palabras cuatro textos, tres de ello originales del poeta, que configuran el perfil de Adares.

el primero es un soneto publicado en sangre talada, escrito en el año 76 por su amigo Juan miguel gonzález, un extraordinario poeta sal-mantino afincado en málaga.

el segundo de los textos fue publicado en Después de amanecer llegó la lealtad y nos aproxima, en la voz del autor, a su poética.Completan la muestra una curiosa entrevista a Remigio y a Adares, uña y carne, hecha por él mismo y la inscripción que figura en su nicho pensada y escrita por el poeta mucho antes de su muerte. dicho epitafio fue también portada de su libro Quiero pensar lo que he muerto:

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“Adares”

Antes que tú se jubiló la higuera,el cañamón, la tinta, la neblina;los mismos ciegos dando cada esquina;susto la mar y réquiem la madera.nacer rubio y agraz tu suerte fuera.desayunar mugido, esparto, encina.Carros adobes, calva y nicotina,alondraron tu flauta verdadera.estaciones y barcos, en tu gorra,litigiaban buscándote la panade tanto verso manco y enlutado.mandaste a los poetas a la porra,hasta cantar como te dio la gana:“Adares”, sólo tú y ensonetado.

Juan Miguel González

El barbecho trabajado

sólo lo que se le va al hombre esto es lo que ha vivido. lo que no cantó, lo que no destruyó, la cuesta arriba que no llegó a subir y el hijo que jamás va a tener.

el poema que no hizo siempre será el me-jor escrito, titulado “la palabra no hallada”. lo mismo le ocurre con aquellos que nunca ha co-nocido, por eso ignora de sus entierros, o si algún hombre del mundo se ha suicidado demasiado tarde.

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en mi pueblo había un hombre que se lla-maba “esquicia”, de profesión cisquero. es-quicia cada mañana, muy temprano emprendía viaje al Vaqueril, finca de monte donde realizaba el mejor cisco y el más negro. Pero siempre mon-tando a su borrico “maltratado”, mirando hacia atrás de su camino, recomendando al pueblo con su ejemplo, de que su borrico conocía el camino mejor que él. mientras, descuidado de la con-ducción de su vereda, “esquicia”, mirando ha-cia el pueblo con las dos manos sueltas, tocaba una dulzaina, con la cual la armonía del silencio y del trabajo le resultara deleitosa, no solo a él sino a todo el hombre triste que no fuera capaz de pensarse un crucero de pájaros y aves.

Por eso la honradez del caballo hablará en los parlamentos y el perro le demostrará al hombre cómo se habita la fidelidad y la sinceridad.

es posible que mi pluma moleste y tienda a incalmar a los que molestados nunca se des-prendieron de la pereza ni de las gesticulaciones aburridas. en mi caso así atravieso por la litera-tura advirtiendo que la eternidad no es siempre eternidad y que los riachuelos no son todos los que arrastran sus aguas limpias transparentes, porque también existen negros cuyo susurro es de una pecina, caliente atabacado que no des-dice a ningún contento.

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Ya la tierra en sus últimas capas nos enseña dolo-res como de barro y paja donde también lo tumul-tuoso respira la macabra condena del oféreo me-teoro fosfórico y fluorescente de esta gran mole.

la palabra me llevó hasta la gramática apren-dida en el trillo y digerida en lo más cierto del pue-blo, que es mi única escuela con baldosas fabrica-das con material de vírgenes muy alimentadas.

el buen hacer poético, a mi entender, regresa desde el mejor permiso catedralicio que nos en-gaña y nos cansa y de aquí que mi Sangre Talada se enamoró de su tablero incontable. Dispara-tes de mi lado Izquierdo se rodea de verdín para arrebatarse en su misma ignorancia. La muerte y otra vez, desde el ansia que tiene de vivir a los vivos les cuenta la muerte del “empecinado”, Cinco pesetas de Bosque, figura como adjunto para que el aire no le lleve la bufanda ni la gorra. Para una obra a Quevedo y tierno amor de lilo llega el Río Tormes a decirnos que se va de boda. Para quedar en Carmen Vuelo de Papel, cultivado en amor un sólo amor, un sólo lirismo limpio y cris-tal como mi madurez niña.

en Versos de barro herido1, me salgo de mí mismo para darle otro alcance al amor. Con Car-men aparece pero no se repite, tan solamente se

1 libro inédito del poeta.

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origina espacioso en la nieve de Carmen termi-nado de sembrar el cornejal que aún queda en la zaquilada del barbecho trabajado.

Adares & Remigio... Yo me entrevisto así

sin ternuras ni cabellos a mí nadie me entre-vista todavía. nunca he pedido nada pero siem-pre me dieron menos.

mis otros hombres, entrevistador y entrevis-tado, siguen estando muy a buenas, y por ello se entrevistan de tú a tú. mis dos mejores sombras nunca dijeron dónde les duele. Tanto “Adares” como Remigio, que tanto montan, se escuchan bien, porque supieron escuchar a los judíos. las costumbres de Remigio siempre son exactas, habla de su impericia, de lo mucho a lo poco, de si es irregular o regular, de si jugó mucho de niño, o de lo poco que le aguantaron las piedras. “Adares” responde con la prisa de un caballo, no conviene cansarlo, pero si necesario fuera, bien sería menester picarlo.

–la humedad es bonita– dice “Adares”, a lo que Remigio pregunta: –¿y por qué no fumas?–. –Yo no fumo– continúa “Adares”, para después añadir: -porque fuma demasiada gente y al final del pitillo sólo se emite humo en la cebada añeja del corral y para los apurados-.

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–¿Cómo andas de novia, Remigio? –me siento apurado–, responde, amigas a montones, ¿una solo? ¡imposible! (no las puedo atender)–. ¡Arrea!, dice “Adares”, –valla un Villalta– a lo que este prosigue, y da su explicación: –mi no-via está entre todas y entre mi habitación no po-dría decir cual es la más verde– Como ven, una respuesta similar.

–¿Qué deporte te gusta? –el del buen yan-tar en el Paisan de Alcarrás, lérida– nos dice Remigio que como siempre es el primero en ha-blar. después nos responde su compañero: –no preparo a mi médico todavía, me gusta jugar a la pelota-mano, pasé por buen zaguero.

–¿muchos recuerdos de tu infancia, Remigio? -en las primaveras, cuando mi padre me man-daba a escarchar las tierras sembradas de trigo, yo tiraba el zacho sobre el frontón y entonces nos hacíamos uno, el tiempo y yo.– ¿Y “Adares”, tenía buen saque? –A Toribio, que era mi mayor contrincante le hacía sudar tinta.. de manzani-lla, y muchas veces, burlándome de él, le decía: “Toribio, coge la jaca”.– Y ¿cómo os gustaría morir? les pregunto, con eso sí, mucho respeto: –Un poco en cada sitio– nos dice Remigio, –y un poco en cada pueblo– añade “Adares”, –pero, nos responden a dúo, nos gustaría morir un poco sobre la ciencia de cada país, en cada desierto y encima de muchos esqueletos.–

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–¿Te gusta la vida? –Todavía no lo sé–, con-testa “Adares” echando una sonrisa de moneda. –¿Te gusta rezar? y ahora es Remigio el que poniéndose en pie cruza una mano sobre su pecho pero creyendo el periodista que es para guardar respeto y saludar con cortesía a lo que la pregunta implica, se lleva después la mano a la nariz y amaga un estornudo. –de joven, cuando contaba a los muchachos que rezaba con mi abuela Agustina, por todos los parien-tes a los que por entonces les tocaba la lotería del morir de cada día, los muchachos se reían de mí, y desde aquel entonces, rezo a hurtadillas–. Pero “Adares” más impetuoso nos responde así de resuelto: –desde aquellas patatas viudas que cenaba gobernadas con grasa de tocino rezo por la naturaleza, mi oración es expresar demonios para el convencimiento de mi poesía. la poe-sía es la oración de cuantos oestes y comercios, metiendo también al pez de la estampita y de la montaña rota. Yo rezo porque creo en la mano de dios. Y rezo hasta el extremo de contaros, así, casi en una oración, que en una obra de tea-tro titulada “Muérete y verás” representé al perso-naje que era la novia de matías. Con esto y otras serias estampas puedo decir que creo en el que tropezó a la roca y manó agua. Fue en 1934, do-mingo sacramento, cuando yo me vestí de mu-

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jer para vérmelas con Remigio y con “Adares”, entonces infecundo–.

lo que reza “Adares”, aclara el periodista, se mezcla con Remigio y ambos, entre las sombras, se reparten los fondos de cuando se fueron a la mili. Pero “Adares”, ya lo ven ustedes, de esto no quiere saber nada, solamente relincha negociando el contrato de poder ser varón, tapiz acompañante y autor directo de cuantos cascabeles.

–Remigio, ¿cuántas escuelas tuviste?: –Ya muchas antes de quedarme calvo, fue la última y la primera también, una que tenía baldosas de tan acogedora como era. Allí aprendí las prime-ras letras y a escribirlas como dios manda o, si lo prefiere “Adares”, como dios no nos manda–.

–¿A qué te dedicaste, “Adares”? –nunca ja-más pude dedicarme porque siempre me deci-dieron los saca bocados. Pero en fin , y por decir algo, me dedico a trabajar para mañana no tener que ir... a trabajar–.

–¿desde qué edad os afeitáis? “Adares” va a hablar pero el locuaz de Remigio le menta no sé qué de por qué te dejaste barbas, si fue gra-cias a mí, y es él quien nos responde: –me afeito para que mi barba crezca lustrosa, pero de todas formas yo no cuento el tiempo–. Y nos da una explicación acerca del mismo: –el tiempo es un Volvo o un seiscientos que se deja hacer según mejores o peores kilómetros. A mí me gusta el

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tiempo, pero de cosa tan antigua y monótona no me preocupo–.

Ahora nuestros entrevistados estrujan una ci-ruela entre sus manos. se mesan la barba y se la peinan, y cuando llegan los resúmenes de alguna come cocos se delatan, se pinchan como dos malos cuerpos entre lo discontinuo y tropezando.

–“Adares”, ¿por qué la poesía? –Yo escribo poesía porque no la escribo, ella me hace a mí de una pana muy parda y recién lavadita con el agua de flores de la luz y del dolor–. –Remigio, ¿desde dónde te vienen las arterias? –desde las piedras y desde el puchereque del vino de mi abuela Agustina. ella me halla a mí, yo nunca pude hallarla–. –la razón de volver es la del poeta, interrumpe “Adares”–, por eso ahora os cuento la aventura que tuve con “mellique”. “mellique” de pequeño era pavero. madrugaba y rodeaba a las liebres, pero un día muy frío pasó ante mi puerta con la cuadrilla de pavos y un látigo de soga. en sus orejas criaba infinidad de sabañones y los pies ni calzados los traía. el capricho de irme con él al campo me surgió de improviso. Yo tenía entonces un berrendo y una manta aceitera, por zapatos unas botas de suela de las que me hizo el tío Valeso. salimos al ca-mino de san Bellín, y enfrente de una puerta encontramos una bolsa de dinero que contenía la cuenta bien florida de algún patatero. los dos

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la vimos al mismo tiempo, pero el mellique me puso la zancadilla y él se apoderó de la ganan-cia. Contenía diez y siete pesetas de plata buena y siete duros de los duros duros, “tanto capital para tan poco oficio” nos decíamos. Pero a mí me acometió la inquina porque él usó de malas artes para apoderarse de la bolsa, que si no, con sabañones muy impedido se habría visto para al-canzar semejante tesoro antes que yo, tan ágil. “mellique, le dije, la bolsa es mía. me darás la mitad más un cuarto de la otra mitad por que no jugaste limpio”. Así fue como conseguí un buen caudal, pero al esconderlas, detrás de una tapia de adobe, se escurrieron las monedas para de-trás de las ruinas y me vi obligado a denunciar el hecho a mi hermano mayor que con una pala las recuperó, no sin antes darle la mitad porque así lo requirió por pago a sus servicios de albañilería. la parte que en justicia me tocaba me la cogió mi señor padre, debido a que no le dije ni mus acerca de tal botín. mi padre todo se lo entregó acto seguido al tío mosca, que así se llamaba el patatero y quien ya sabía quienes habían sido los que sustrajeron susodichas ganancias–.

–Y bien “Adares”, ¿qué opinas de los perros? –Pues... son personas de la tierra que han equi-vocado su figura y que bajo ese disfraz también atacan al hombre. Prefiero los gatos porque de momento no he visto a ninguno policía–.

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–Remigio ¿Qué periódico es este que te en-trevista hoy? –¿este periódico? es el mismo día, no usa calcetines y se llama Leche Cortada, y cuando sale, entra prohibiendo adelantar por la puerta mora.– ¿en qué horóscopo vives? –¿Yo?– responde “”Adares”,” –en el del vino dulce. Yo soy robot de Tauro, y me comunico con el pla-neta “Ajenjo”–. ¿Y qué planeta es ese? –es el de la mano grande, único autorizado para segar, romper e inundar la tierra de los mares.– enton-ces, ¿tendrás mucho mando? –el mando no se tiene, que sólo se entretiene como las gabardi-nas de los ministros jubilados–.

–¿Qué haces cuando te levantas, “Adares”? –Tropiezo con la sed.– Y tú, ¿a qué arca perte-neces? –a la de los americanos o a la de los dolo-res–¡Ah! eso es que tienes dolores. –no, nunca me casé con ella, sólo me casé con ella desde que existen los banqueros calvos–. –Remigio, ¿qué prefieres tomar? –¿Yo? ... pues lo que el otro pueda pagar– sí, ¿pero quién es el otro? –no sa-bemos, contestan a dúo, una mujer francesa, por ejemplo– ¡Toma!, ¿y por qué francesa? –Por-que de todas las mujeres es la que mejor hace el amor, porque es la de mayor contextura dentro de las más grandes. Por eso, ¿está claro?– Pero, ¿amante de calentura o sólo de terminales frági-les? entonces “Adares” dice –¡Vámonos!– y Re-migio dice: –sea el adiós moderno de “Adares”–.

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los entrevistados recogen su equipaje y firman aquí con el pretérito de que les dejemos en paz. lo firma Remigio y lo rubrica “Adares”.

Aquí estuvieron “Adares” y Remigio, que tanto montan.

la madre de Remigio también fue la de “Adares”, el padre fue la categoría de los dos: uno e indivisible, nunca uno ni dos.el periodista se despide aquí dándolos por imposibles.

Publicado en Después de amanecer llegó la lealtad

epitafio

nací y he muertodos oficios en uno que dejo hechos.sólo silencioahorapiden mis huesos.

Publicado en Quiero pensar lo que he muerto.

son muchas las deudas pendientes con Ada-res, un poeta que ha defendido y paseado el nombre de salamanca (en cada uno de sus li-bros) por el mundo y con el que se han retratado los turistas y oriundos tanto como con la rana o el astronauta.

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Pese a ello y, más aún, pese a su gran produc-ción literaria (aún poco reconocida) no hay nin-gún rastro de su fidelidad a la Plaza del Corrillo y salamanca en su ciudad, tan sólo el nombre de una calle en el Barrio garrido.

este libro salda gran parte de esa deuda. es el homenaje de una institución de la ciudad, la primera hasta ahora, al poeta y a su obra.

estamos seguros de que este gesto de la di-putación de salamanca movería al poeta a recti-ficar las palabras que dejó escritas en su libro No me preguntéis de dónde soy llegado:

la diputación sigue dormida

salamanca¿es verdad que te queda otro pecho?¿es verdad que te queda otro chaleco?Frase de encina hija madre y toro.Reliquia honor la tarde te está oyendo.Para la juventud el martes te estáoyendo.la diputación sigue dormida un poco adrede.está fuera del mapa.las palomas no tienen que beber ni charcos.Blanca vestida de rica silbas lejos,hasta el gólgota.la diputación sigue dormidaporque se ha caído de la horasolar.

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Adares siempre se caracterizó por su genero-sidad. en su nombre, gracias a luis Calvo y a todos cuántos han hecho posible este libro. gra-cias a Carmen, ángel y Remigio, hijos del poeta, por preservar la memoria de su padre. Y gracias a tantos y tantos nombres propios que de un modo u otro apoyaron y acompañaron al poeta.

Feliz lectura.

© emiliano Cruz martín


© max Hierro

Mariposa de oír

Dedicado al desamor...

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san Jorge

Se la dedico a ella...porque cuidar esta poesía

es amarla...

el cielo te dejó tenerte en mí.Cuando el rojo calor fue más intensose tornaba violenta tu purezaen un hostil detalle de alegría.mas, en la voz de mujer tu encantamiento,fotogénica y media salmantina,detrás de aquel follaje de los añospor encima de todo estás bonita.Como siempre, alusión de pecho abierto,sedante el corazón es cosa tuya.Como una nube blanca te repartesaltamente de plata y tez morena.Amiga te conozco de los pájaros,amiga de los vientos y las flores,flamante en simpatía, ¡muy honesta!detalles que me llegan cual rocíopor un ruido de ramas caprichosas.Como una ola, quebradiza noble,eres bahía con tus ojosque se estrella en tus aguas de bondad.

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He contemplado en el área tu bellezaatravesando cuerda la distancia,y al contemplar tus rasgos, rosa pura,aderecé este detalle dibujándolo.Por la luz y la sombra de tu caratu pasión es ahoramañana que no vale.

¿Qué importa aquello que atropelló la fecha? Tu vida es ahora tan sólo voladizo instante,un allanamiento, ya que mañananada existirá por descontado.

la mejor parte quizás de tus retratossea la huella marcial de este instante,que a pesar del pasado agradecidola tersura de tu pielme grita que es hermosa.

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sueños, sueños...

mi amor de Asturias,cabellos de canciones,mejillas de amapolas,amante más que establo,estrella de la tierra,nube de plata,playa de la esperanza,carrucha de poeta,árbol sin otoño,recreo de mis horas, lengua de mar,antorcha sin ceniza,rosa de islas,fuente de agua dulce,alma de besos,margarita de mi fiesta,flor silvestre, estatua privada,caramelo y espada,rubia sin peligrodonde cuelgo mi paso francoy siempre seguromi amor de Asturias,manicura empaquetada,arroz de Valencia,

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broche de mi visera,profesora blanca,territorio de mi pan,lumbre que no muere,terrón de azúcar,tela de mi lanadonde tengo elegidomi traje de buen morir,oveja apasionada,señorita y madre,ademanes prodigiosos,silueta escogidadonde empleo mi punteríahasta perder el pulso.lluvia de bengalas...

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gravera de amor

¿Qué es el amor? ¿Un insecto, o un cadáver?¿es un trago de agua? es el primo carnal del calcio.

el amor es metal desafiante que guarda los tilines,es un gazpacho con doble ración de ajo,es la micro lentilla que alarga la vista,la zapatilla rusa que baila sin música,es un coche de carreras con dos motores,es un impulso capaz de brincar tapias y desquiciar puertas.

la llamarada que abrasa dos corazones,algo capaz de matar... y de hacerte vivir.es el vértigo de dos velocidadesque ansían estrellarse.

es el viento enriquecido con proteínas, es la soldaduraque une dos manguitos por el calor natural de sus bochornos.

Pero, para terminar,¿qué es el amor?aquello que se asomapese a fajas y apretujones,por exceso de volumenhasta encontrar la luz.

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es la bruja ridícula donde los cuatro sentidosse han vuelto locos,es la rabia y la suertede encontrarlo y de vivirlo.

el amor es poesía brutal.

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Granada, hierba azul

Dedicado a Castilla con plumas de avutarda

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Un cendal2 de llama viva entre granada

Y me fuera buscando una pensión por los ojos y calles de granaday encontré en una granja despobladaun lecho con persiana de algodón.Como techo una fuente de cristal que en mi sueño vertía, de un balcón,retorcido el susurro de otro sueñoque se hizo sin querer mi único dueñoporque el agua llovía en mi corazón.en la almohada busqué la soledad, avaricia en la noche sin campanas,tuve celos de ramas que crujíanpor las sombras sin huellas empolvadas.Y tanto tuve que, al tener tampoco,sobre un banco de noche dolorida, no tuve, ni siquiera, en la miradaaquella fiesta que me fue fingida,aquellas puertas que cerraron tablas,aquel rincón que me negó su mano,aquellos perros que ladraron sombras. ¡Ay, granada, con ventanas de labiosque te cubres con un bachillerato!Yo llevaba en los ojos una bocacomo llaga quemante de mis pasos

2 (prov. sendal < lat. sindon, -onis) s. m. 1. Tela muy fina y trans-parente. 2. Humeral. 3. Barbas de la pluma.

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y habité, como habita un centinela, su consigna cantada por santiago,y en tu calma mi cuerpo, más que barro,fue a beber de tus fuentes jardinerasy al beber de sus gotas las primerasme dejaron en mí tu sed de encanto que cantando al beber te fui cenandohasta entrar en la flor de tu apetitoque colgaba en barrancos de poesíasobre el cosmos del hambre, tuya y mía.[...]

[...]¡oh granada, puchero de mis llamas!,patriarca de los versos en el río,amapola, lisiado tragaluz.¡oh raza de mi cuerpo entre tu cuerpo!,¡oh trenza de la sal, mesa de fama!,enséñame los besos de tus labios,que me dijo la Alhambra que aguardaba,que me dijo el silencio que no estuve, que me dijo la tierra que no estaba,vuelve siempre que puedas y taurino,a besarme en el mástil de la boca.sobre el credo y el sol tuve manzana,sobre el techo y la selva tuve a dios, nunca solo me sentí en granada,

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siempre tuve el calor de un corazón.[...]

[...]granada que te diera mis zapatos, con algo de limón en mi garganta,con un sueño dorado en cada ojo,dos gotas de colirio para verte,con un cielo de amor para tu Alhambradonde mis ramas, sin tropiezo casi, bulleron los otoños de otros tiemposque me hicieron pensar, adolescente,y ahora, ya maduros, están quietos.en la fe de la nieve y la vereda,remontado en el pecho de otro son, soy de ti otra vivienda en la rompientedonde nunca podrá soplar la muerte de la palabra en pie, pétalo azul.minero soy, con ruedas de otro carro,con una estampa verde en cada lirio, de lo tuyo al igual que el caminerohace playa y enriquece al bache.mercado de la arena de otra carga,bahía de los besos con distancia,descubre tus panales, canariera, que libar quiero el alma de los palos,cosechera de aviones, oh granada,espada del piropo de Castilla.

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¡Cuánto quema la sangre de tu sangre!¡Cuánto enseñan tus pasos y tu nombre!¡Cuánto bebo del agua de tus hoyos!granada de Albaicín, con lorca vivoy cristos perfilosos y faroles.¡Cuánto crecen tus vinos al valiente!¡Cuánto soplan tus brisas resonantes! ¡Cuánto valen tus mozas como prados!del norte al sur, por los carbones de agua,arrancan sustos tus fragancias locasy tienen un conserje en cada esquina.[...]

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Puro pueblo de mí

El cielo se ha dejado extinguir en su propia metáfora.

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desde aquel momento me brotó el hierro

era ya la víspera y todo estaba dispuesto y acordado. Ha-bía de partir, después de estar casado, al extranjero. dejar la tierra y dejar a los hijos. la cabra y la moto, y un poco de tierra que heredé del padre.

era ya la víspera, desavanzada la tarde. la patria no tuvo compasión de mí, y apretándome el pecho tuve que partir.

lloviznaba contra los cristales de nuestro ventanuco, también regaba las macetas de la calle esta lluvia que pa-recía chorrear continuamente entre un gran canalón. Por el rastrillo cruzaba el practicante, agudo y azuzado por la llu-via. las beatas de las puertas de enfrente guardaban clau-sura, algunas cotilleaban la rutina al escuchar la esquila del campanario. la señora Quica no estaba con nosotros, y mi mujer, deprisa con las cosas se hacendaba. ¿Cuándo quieres que busquemos la maleta?, me preguntaba. ¿Vamos ahora mismo!, le respondía. Hecha de tabla de algún maduro pino, cuando marchaba a la mili, diego, el carpintero de mi pue-blo, me construyó esta maleta al estilo de las de antes, reseca y fuerte. después de licenciarme, siempre la tuve conmigo. Prestó buenos servicios e incluso le tocó cargar con estra-perlo. sobre sus tablas se ennegrecía una mancha, magnífica mancha del buen aceite de lagunilla.

Traté de encontrarla en el desván. la luz eléctrica aún no estaba enganchada por lo que tuve que recurrir a una lin-terna que yo usaba para ordeñar las cabras. A duras penas,

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descorrí el ganchillo de la puerta del cuartucho y entre unas escaleras de tabla y bastantes cajas de sardinas trepé como mejor puede hasta que debajo de unas bolsas de maíz en-contré mi vieja maleta. la descandé tirando de los goznes. levanté la tapadera y qué tristeza y cuántos recuerdos. Allá estaba guardado el traje negro de mi madre muerta, una saya además de un fustillo. Allá estaba su olor, el sabor a mi ma-dre. A partir de entonces seguí buscando en el fondo en-contré la petaca de perdiz de mi padre, también su reloj de bolsillo, arreglado por Pasitas, aquel relojero de galinduste.

Bajé la maleta, pero antes enjugué bien mis lágrimas. mi esposa la fregó. Juntos, poco después, la llenamos con mis cosas de viaje, algunos calcetines, la maquinilla de afeitar, además de algún dinero. luego, con pecho de caballo crucé el pasillo, las habitaciones y salí de mi casa.

no hará falta deciros cómo sería mi última mirada.Ya en la frontera, sentí el peso de la maleta. Aún pesaban

todos aquellos recuerdos. Recuerdos que todavía viajan con-migo a donde quiera que vaya.

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la ciudad

Y se llama esta ciudad cada mañana salamanca; y se abre a la patria y a los vientos, a los quehaceres, a las alegrías y las penas, al dolor, al sufrimiento, al campo y también a la vida y la muerte. se abre esta ciudad como una fuente, cargada de medallas y de estilos. Frondosa en sus mañanas tupidas por el arrebol. oh ciudad de mis adioses y mis huesos, canción de parvas y de charros; biografía en la cima donde muerde la cátedra del patio, del patio de los sabios, al relente que hechizara cada paso que estuvo por llegar.

salgo a vivir, me reclino a bien pensar mis sufrimientos. Veo a los niños y también a las aves, las colegialas y algunos clérigos que caminan ligeros. Y veo al cielo callado entre las calles que susurran avisando a los parques donde cuelgan como encorvados caballos, las acacias que han despertado boca a boca con la boca de riego del jardinero, en un intento de saciar el hambre y la belleza para mañana.

Y en la pancarta de alguna lata veleta, va la transida som-nolienta idea que dejara marcada algún poeta.

me despego del ocio, doy brillo a mis zapatos, y soy el de la llamada mientras pertenezco a este presente. los ca-minantes se cruzan a lo lejos. las formas de la historia me dirán dónde es, adónde marchan caminando tan deprisa. se agrupan los sonidos, cambian de color los semáforos, pasa el furgón, los uniformes, los hospitales y a partir del alba co-mienza a nacer el mañana limpio. Ruedan las nubes, sue-

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nan los mares. el urbano cambia a ese cruce, el detallista rompe el pestillo del servicio, el carpintero rasga y el albañil casquea. Todo es de la ciudad hasta la muerte, que por los barrios se persona haciendo de la lucha un desengaño, del hombre un muerto, y del muerto, un lugar en el suelo.

Canta en el ático la loba perdiguera, suena el jilguero del señor Alberto, transita el lechero calle abajo, compra el mendigo la libra necesaria y el arrogante viento, camino de todas partes se adorna todo él de flores arreboladas que nos muestra un futuro color de rosa.

destruye el barrendero la ventisca, se olvidó el jubilado de abrir su ventanilla de tantos años al público. suena la ra-dio, un programa ameniza la monotonía, estalla el ajetreo y en las musas del domingo noche tan sólo un recuerdo para el rubio conductor que aún no ha vuelto por su estela de coche plateado.

Porque no deseo irme no me acerco al río, permanezco acodado donde hay vida, encadenado a otros hombros. esto es la ciudad, el ciudadano y el cantar de veinte estrellas que ramean lanzando al estrellato el atardecer de hoy día.

salamanca, ciudad de ciudades, puente que más me acerca a lo distante. Toma este plafón que más te embellece cual lentejilla de duro coral en el mantón de mi madre.

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la radio en casa

¿de qué se podrían quejar aquellos tímpanos que para allá se fueron siendo vírgenes sin conocer el sonido de la Ra-dio? Pobrecillos. si lo hubieran sabido entonces, no hubie-sen corrido tanto para nacer. Qué cosa es la tardanza cuando se ignora dónde se va. Y de cuánto hemos disfrutado los que después vivimos.

Cuando yo contaba con siete años, allá por el año 30, em-butido en aquellos pantalones de pico pardo, recuerdo que se corrió por el pueblo la noticia de que el señor cura había traído una radio, o un arradio, como vulgarmente se decía por aquel entonces.

Jugaba yo en la regatera cuando acertó a pasar por allí mi tío, el también conocido por el sobrenombre de Tumba Toros, quien me preguntó: ¿Cómo no vas a ver el rayo que se ha traído el cura? me entró como una excitación de loco y salí como alma que lleva el diablo, y recuerdo que aunque a medio camino se me rompió la alpargata, llegué de esta ma-nera a casa del señor cura. entre varios curiosos –digo varios porque entonces el pueblo era habitado por varias personas solamente–, pude ver a los instaladores provenientes de la ciudad. Recuerdo que excavaron un pozo como de metro y medio, por donde metieron los cables típicos de estos apara-tos, o eso es lo que yo pensé.

Yo la bauticé, dada mi afición a nombrar las cosas con casi metáforas, hocico de puchero, en tanto la contemplaba sobre

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el aparador de la casa del cura. Qué bonita, tan llena de bo-tones y letras... ¿o es que eran nombres de algún importante lugar que no supe pues no sabía leer? Pero me di cuenta de que aquel aparato era un viajero con todos los caminos ya andados, pues lo mismo estaba aquí que en todas partes; que contaba con el lenguaje para hablarnos de cualquier cir-cunstancia, que era todo el mundo que jamás llegó al pueblo introducido en una pequeña caja de madera; que, en suma, el mundo, a partir de ahora, sería para todos más pequeño, más moldeable.

en españa se desgranaa bocanadas el viento,mensajes de hogar en pazcon sabores de buen tiempo.

de contenta mi alma orinacuando mari Trini canta,y si se asoma el Farinala Radio, me sabe a Fanta.

en mi casa tengo un aulaque yo la digo mi estudio,que a ella la llamo Paulay a mis oídos gerundio.

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la Radio tiene marido,el viento aguanta su suegra,la tierra cobre y odio,la vida es manjar a prueba.

Recuerdo en el Albaicínun verso casi gitano,y en Alicante se hizo el finpor cuanto llegó la Radio.

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La vida puja

Todo lo de mi vida fue tan largoque nunca dióme otra cosa

que pujar.

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la tierra

Yo pienso que la tierra es otra cosaque abrasarla, medirla o sembrarla.la ocupamos así sin sentimiento hondo ni palabraen derecho a regresar.

la tierra es una graciaque regresa del mar.

la cava el que la explota,la siega el que la vendey la hace pozo negro aquel que la fusila.

la tierra es la mirada de las cosas que viven.el viento, el mar, las aves que la cruzan,la nieve que la pinta,el agua y el río que la arrastra,y ya sin lástima el sol que la calienta.

la tierra no serála que pese sobre el muertoha de ser el cadáverquién pesará sobre la tierra.

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el viento, el amor y toda la distancia fatigadabelleza que obedece.

Pero ni siquiera tampoco a lo mejor, a la tierra,ni los falsos municipios la protegen.

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donde pongo a viajar todo mi nombre

A mi nieto

mira Óscar,tu estado de nacer trajo caminosy de la tierra el alimentohas de empezar.

Para tus cinco noches la voluntad del cielote ha doradode día y de noche.

llegaste a sonreír y a enseñarnos tus ojos,llegaste al padre y al agua,al sol y al horizonte,al enemigo y al polvo.

Todo tu tiempo es aire, y crecerás,sorbo a sorbo crecerásde tu padre y de tu madre.

soy tu abuelo, palabra de la tierra.Un hombre a quien tu mirascuando pretendo dormirte.soy tu abuelo, pero tu eres el otro potentado hombre que avanzahacia la lucha.

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Cuando sientas tronar refúgiate,cuando sientas llover agradece este amor,cuando la noche llegue a ti procura confiarleun sueño limpio.

mirarás cuanto te rodea, al sol y al árbol,a los pájaros y al río,la distancia y la casa de tus padres.Aprenderás a decir “Mundo” como lo digo yo,y acto seguido escribirás de la naturaleza el llanto.

Tomarás una sombra en el silencioy comprenderás mis libros,serán tu dirección y tu justicia.

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A Portugal le recuerdo en los vientos que desnudan los árboles

Pecho abierto rubricados arponescenicientos archivos.leyenda del mundo,te prometo recordartus lanzas y victorias,Portugal.

A muy pocos kilómetros se estrellael polvo manso de camino delgadohondo y singularvecino que me habita.

Por la cuenca del dueroexiste una frontera en las Arribesambas aguas el Tormesun río de guardiñas.

es Portugal camino desde españavino de la amistad en lágrimas de sangre,bautizado a su antojo, espeso escarba,el aire que visita.

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la dulce primavera le confirma entre chacalesel polvo de su pena.

¡Ay, Portugal de avena!sellado con su mirar victorias para un campo felizque ya el destino cruza su rondalla.

¡Ay, Portugal!como ya escuela libre te canta el sudorcomo canta el silencio a los héroes.

Como canta el aroma a las modas,como canta el macizo a los murosy la fauna a sus celos.

Como canta en el monte la luz de tus estrellashe cantado a tu pueblo desnudando los árboles.

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Sangre talada

A Gary-Gilmoreel hombre de las dos muertes.

Una la que le dio su propia vidala segunda la que le concedieron los cuñados de Colón.

[...] agua blanca y azúcar se vacíande otro cuerpo que muere atravesado

por la sangre talada del cuchillo.

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A quien me entierre

en este engaño desolado vilhecho de nada: ¡tierra cúbreme!,arranca los metales de mi arca,arranca de mis telas los rosarios.

dadle a mi cuerpo tierra, ¡solamente!,allí sobre el apoyo de aquel árbol.Que no pasen los vientos ni los mitos,deja fuera los claros de la luna.

Que sólo quiero parecer caminosin rosas hecho marchitado entierro,cavada fosa con tus manos porras

y después cuando hayas terminadoenséñale el quejido a tus ideasy a ver si ya me ves, en algún pájaro.

* * *

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estoy cansado de vivir sin nada,si nada soy hacia la nada huyo,espantado de orgullo y de miseriayo quiero ser y nadie me repite.

¿He de esperar más el viaje huido?¿o no me deja marcharme la esperanza?Una huella de barro me convencepara seguir haciéndome de viento.

el sol me lleva en fila por las tardes,por cada tarde que en el eco marchayo estoy cansado de vivir en ascuas;

la nada me hizo presa al fecundarme,yo soy el soplo, veraniego soplo,que de ayer a mañana ya no existe.

* * *

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muerte

Porque yo ya he llegado a donde ibaal medio siglo estirajando chicle.Por la cabaña tonta de la escobareventando botellas a la muerte.

¿Quién me robó el rancho de los pavos?¿Quién me robó el cartón de mis comienzos?ella fue quien me ocupó la nochesin perseguirme nadie; fui de entonces.

Ahora voy a morirme junto al ríodonde hospedar a mi conciencia pueday que me juzgue el ansia y la vejez.

olvidar el camino sólo quieroy a la forofa calle de los vivosporque ya desde ahora, soy del aire.

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Disparates de mi lado izquierdo

Dedicatoria pasos, y a las piedras,sin permiso de pies aquellos pasos

derretidos en piedrarecurso que se fue.

A León Felipe,y así también a México

desde este patio niños de mi almaforrada de esterlinas.

De mis manos mellizasadiós “Sangre Talada”.

En estos disparates te encomiendohasta la isla de tratan cenizas

avión que no ha vueltocargado con los chorros del exilio.

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Un gerundio escurridizo

Un gerundio escurridizoy muy de prisa amigosque se vay esto es lo único.

estoy triste:triste,solamente estoy triste.de tanto que he sufridole hice un jersey al mar.

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el baulero

el baulero es un oficio antiguo con pelos en los ojos.es del gremio de los castañosy trabaja con prensasde lodo y de alfajemes.su mejor herramienta era la noche,ya que para curvar las tapaderasaprovechaba el poyo del serenoy el subelas del meco.el baúl por supuesto era una herencia,con hijuela de noviasy recursos morososestaba empapelado con florinesy en las orillas dos cintitas de seda para el fuelle,era el cabañerío.el baulero existiócuando no se usaba el detergente, ni el mueble bar,ni el comodín corrido, ni la ruleta de ámbar,ni las llaves ganzúas.Yo conocí a un baulero que se llamaba don anís,y cuando se casó la primera Teresallegó con las alforjas a la puertapara instalar el cuarto.era muy empechugado y con mostacho intermitente,no sé entonces lo que cobraría don aníspor instalar un cuarto.

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pero lo que sí recuerdo es que la señora,miserata muy religiosamente le pagaba en reales, [pero al contado.

Hasta luchar más lejos

montaré un gran negocio allí, donde no hay nadie,sin calles y sin ruidos ni bancos ni alpargatascomo en cueros ni hombres sin enchufes ni ideascomerciarán la muerte sin descanso ni horas.

Y a destajo pingando,descubrirán sarcófagos abiertos de tanto tiempo frío,ordenaré a los brazosque no coman de nadaque no descansen nuncacon el cráneo esperando la prima de la tumba,que no rompe en el tiempoenloquecidos huesos montaré allí un negocio,del día de lo eterno en las bisagras,libertina postura del comercio del muertoque no se cambia nunca de postura,hasta luchar más lejos.

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Buscando un bala

la poesía es así,muy femenina,habita donde quiere,no donde la obligan.

se hace novia del viento,maleta del yuntero,carreta del amor,hielo del catre,persiana de los ojos,reloj de las paredes,poeta y perra perdiguera en cinta.

la poesía se reviste de ladrona, como los ladrones,le gusta la carne cruda, no lleva guarda espaldas,se esconde en los ovalles,no se deja robar tan fácilmente,pero atiende por Petra.

la poesía es risco, peñasco o nieve,flota y llanea, arde y llora,es mala y buena, llega con ilusióno se lo cree, sin serlo, algún horquillas.

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es hombre y mujer leña y hierro,caballo y piedra, río y niebla,barca y candil,la poesía es todo amigos,y si no es queréis convencer,poneros a buscar la primer bala.

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Al poeta de Castilla y dame

Castilla se beneficiómás que Aragón

porque monta tantole comió las lunas

a tanto monta.

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Cuando nacemos el olvido no existe, lo adquirimos después, en las tendencias.Te saqué de tus ojos otros ojospara mirarles como entre dos truenos,empezarán sus cosas a radiarmey por abajo como un abrazo loco.Todavía sin ser el eco de tus manosme olieron a novela tus momentos,princesa de la hierba tus pestañas,la boca del juguete en tus mejillas.Flores largas contigo estuve un ratoporque te vi guitarras en la hierbacon los ojos crispados y el oídoen tu morena cenicienta bella.Quiero estallar en ti como una rama,el brote mismo de tu mariposa.Tallé disimulando en tu semblanzapara poder amarte con la piedray tallé en tu talón un resbaladobeso de delgaditas y pequeñas esessentí deseos como una cerveza,quise en tus manos ser la cara del soly en una, tu escultura moldeadame provocó las ganas que hoy te pico.Pensé en interrumpirte en el amor,calmé mi sangre con lo que valgo,encendí de tu fuego otros tus ojos,

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me dieron lumbre como espadas, músicas,en el aire inspirado me contrajea este soneto donde pongo faltas:Quisiera repetirme en vez de vientopor la redonda al paso de la tierra,granizar en la cúspide del cuervogota que se acrisola con el sol.Huida que al jugar pide partidasya la partida infiel jugada al tiempo.me vendo cuando arrastro ya los años,me miro como el ciego que ha mirado.imaginando el alma del que crudoha pasado y le roza la chaqueta.Como homicida en sol peso mis rayossin importarle el triunfo al que no ve.Quisiera retírame en vez de vientotiempo de retirada o nada en el reloj.

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si tirado en la calle encontrárais un libro

si tirado en la calle encontrárais un libronunca en su lomo le peguéis una patada,quizás a algún pastorle gustaría leerlo.

Trastornados los autos el ruido le llevaprocurar que sea leve el cielo en cercaníassu rubor.ese cielo que rompe una flor inocenteque se abre en su causa de algodón de oro y es amante.me creeréis algún día ceñido a mi cinturacuando me agarre al cisne.el libro abandonado bien puede ser un campamentopara la mejor boda.Por ser hijo del árbol su papel sopla a vecesy te ayuda a pensar lo alto que te suben las rodillas.

me llamarán.

¿Quién sabe si mañanarecibiré ya la carta?

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Castilla

Quiero una calle enfrente de mi calleque ya no tenga luz ni puerta ajena,que no crezcan limosnas embusteras,que el aire de mi calle tenga abejas.Quiero observar la tarde de mi calleque en nuestra misma calle esté el amor,la miel y el pueblo amado me sonría,la luz de las farolas haga chistes.es algo que vivir sea otra nochela calle de las lunas de los valles,el nombre de las varas y el calordel mozo de las mulas que amoreael hoyo en la ventana de las uvaspendiente de que el sol cruce las calles.

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Cinco pesetas de bosque

A la que llegué tardepero ya para siempre

Carmen.

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[...]Amontonarás piedrassi comienza noviembre a oprimirte los brazos.

Fuego con leña secaharás en la Alameda hastalos correones.

Y entre ruidos barizos que reviententu cintura y la mía –sólo una–guitarra que ya ardael mismo beso.[...]

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[...]la luz era sin soly la camasin patas.

limamos al estilo del percheroy de sus uñas largasmi muñequito lobo.

se quiso convertiren sus tejidoscuando se puso rata.

no sé si ellacreía entonces en el dios de los barcossólo se que aceptaba la galerna.

nos abocamosa la eterna repúblicapara desmitificar conventos de manitas.

Ante ella curvosa y muy desnudaya no quedaba nadaque operar.[...]

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Cinco pesetas de bosque

Para morir tambiénse tienen fuerzasy ella calcó en el bosquelo del alma.

dejó una cosa para la tierra sóloeso que queda cuando se conquistacon el pecho y el pasoque mide el idealcontando estrellas.

lo largo de sus ojosla vibración que al exterior recalano pudo desde nunca quedar soly aquí está el abanicoque por el viento airehizo apretar la vozdesde otras manosla carrera que eslo que antes fuera...

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La muerte y otra vez

A mi pueblo natal de Anaya de Alba (Salamanca)Tierra de su término y su tierra –este libro

dedicadoy para el edificio de su ayuntamiento.

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de la muerte, nada que más asfixie, que saberlo

Pienso en la muerte ahoracomo si a mí mismo quisiera serme falso.llevo el luto en la edad y en cada látigo el movimientomismo de mis brazos.Abro en la soledad las puertas a la muertey de ella huyo y vuelvo, pero ya sin el rostro,que me corrió en la tumba la negra golondrina.

me ganó el botellín y pasé hambrey así siempre he quedado en la visita[...]

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las mandíbulas no mueren me dijo el cuestionario.me desvisto y lo otro me lo quito retirado.llamo a los arrecángeles y a todos los insectos y cuando ya he venidode esa raya de cuando no existamosde un poco más allá.

Por esto fui invitado para decir aquellode lo que ignora el pueblo que nos vendía la muerte.

llevo una cosa extraña en la cabezay diferente mi calavera es, como otra vena.

Y de ahí,seguramente y de ahí, las codornices. –Pero silencio-que con el sacudir ese que falta y con el porvenir este que quedayo me entrego de lleno al cementerio de los obreros quietos.Y aquí estoy...

También es de mi oficiodejar dichomi yo...

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Tierra

Coágulo tropezón que me hace ruinasdesde mi cuerpo de hombrea la manta más honda.

Horna para el diálogoimbéciles orgullosy seguirá lloviendo.

eterno suelo donde yo fui soldadotristeza que me llevas.

igual que el lobo que se desata del cepotierra, mírame ya tranquila.Y después, vénceme con tu antes. -la muerte y otra vez. ¡sereno asunto!

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A Quevedo y tierno amor de lilo

Para decir Quevedo florescencia

A Quevedole giraban los ojosy se hacía escuchar

el ruido más delgado.Por sus lentes

lo tradujo todoa clavillos de

ingle.

b

La segunda voz

�0

Quevedo fue el odiar de otra chalinaserpentinos sus ojos y dolidoschamuscado el jubón los labios idosinmóvil suya voluntad colina.

aire de tierra y boca de neblinade ira ya el color sus escondidosmareados y tenues los sentidosgaseosa la musa y clandestina.

vivimos otras tumbas otro lilosudor que a paredones recibieronla quinta para tres y fuera unomarchándose la mar ya sin ningunoquedóse quieto masturbado el nilode agonías que a pájaros se unieron.

* * *

b


�1

mas moriré si más despacio quedohe de vivir muriendo en el umbralcostumbre misma de una catedralretórica de voces que hace el miedo.

temblores de los mismos de Quevedotrombas llegad a mi el carcamalese de idiotas hecho canturraldonde la muerte es vicio de su dedo.

así cuando alejado yo sea fríocampanas redoblar tabla y honduraque nunca he de morir ni en paz ni en guerraque sólo mi pellejo será el bríoque se tumbe a quemar su quemadurafigura que desnuda irá a la tierra.

b

La segunda voz

�2

torcaz

entra lugar amigode los mejorespasos

haz oración descansohierro y cadenadonde pasemi boca

haz llegar a mi entierrodescarado fenómenohueso de inviernoamorpara que el frío allísu dedo ponga.

b


�3

Vuelo de papel

Loco el fuego.Loca la nieve

trasparenteel amor

y la vida dolida.

En la ilusiónque más me dura,

he dedicado a Carmeneste puñado de arcos.

b

La segunda voz

�4

Un arbusto de mimosos

Ala niña de los baberoscanesuadosde organdí.A la que pone multas en los labios del estambrey la fibra.A la que junta barcos,hierros,antojos,lugares y palabras de ajacintadas formas.A ella.esta línea que aludo en todos los sonidos.Yo, en todos los amores que he reunido, por el bien del [amor,nunca tomé medida para amarla

b


�5

Pregunta Paraninfa

¿Qué haces tú despuésde que me miras?¿Y más tarde,qué haces?siempre me zumba el cobre de tus poros.las aspas de volver.Rigor de las dulzurasfotocopiade aliento.Pero nunca me pintas gritosni me sacas el cielode tu cielo.nunca me escribes la palabra que esperoy si me mirashas de tener enfrente el muro que nos pasaAy, Carmen,desde este otro suelo voy a dejar la otra maniobra que no tuve.Pero no temasseguiré siendo niñohasta vencer.

b

La segunda voz

�6

maleta amor

Y yo quedéme sueñocuando te fuiste,Carmen.¿en qué boca o qué remo?¿en qué riada?¿en qué regaño o manta?¿en qué contigo, Carmen,barrerás siempre el tiempo?Ya tengo el corazón mandado al alma.Pelea que me siegas en bofetadas de ángel.Tu brío me hace anísy así cantina muero.mi sed es un cuchillo que llora su poder.Porque mi vidaes eso,no poder y quebrarse en reatas.Porque mi vida es eso, Carmen,antojos y aluminios si tus niñasme abrazan.

b


�7

La curva que no mira

Desde esta sombra niñade mi Ciudad de Salamanca,

Plaza del Corrillo,donde las palomas me conocen...

les dedico a mis hijoseste libro

aún sin fecha.

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La segunda voz

�8

esperando morir

me sondea el tabiquedel abanico negro.

espero aquí en la tierracon el pecho de panay el corazón tocadopor las águilasque anuncian muerte.

desde siempre es azulel color del equívoco.

morir es sólo eso...Pensar que este puede ser,por ejemplo,un último poema.

Yo me quise hacer el fuertepero esperar es muy feo.

en la mentira están los ojos planos.

b


��

A-l-a-s...

Yo no soy de mi pueblosino del tiempo.

nací solo.Crecí solo.escribí solo.

si publiqué desamparado,nadie, todavía,me ha dicho que no.

es por eso que mis ojos claritosse me llenaron de agua...

Pero muy lejanos del mar.

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La segunda voz

100

Te lo agradezco y nunca ignoro cuánto

desde mi edad prestarte un dedo, amartemi querido entender mi corazón,porque al mirarnos se alienta y va la vidaenfilando estos claros raros soplos.me agarran tus clavículas vestidasy de reojo se me abalanza un trueno,es un hilo que brinca por las sedascon tanta plenitud que corta flores.de tus ojos las aves me acostumbran,multiplico al romero variopinto,tu atrayente armonía me repitela canción de tus pendientes verdes.extraña espiga de mi trigo y sed,tu piel, y alrededor me brota julio.

b


101

Esperanza

Esperanza:es ese aliento limpio que obedece

a las amargurasde todo lo llegado

y que se ocupade lo que nunca llegará

si en el coraje de esperarno existió la lucha.

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La segunda voz

102

el psicotécnico de tantos matasanos

Hombre peso de su fuerza con élle llaman el doctor de los tornillosla tierra en cien novillos su cabezaPetróleo en la vergüenza de sus guantes.

os juro que le sobra la perezamatasanos de nones sus poliedroscerebro de algodón consulta apartele llora un ojo vino vaticano

orejas largas burro en el teatroholgazán a la fuerza y es carnerosu oficio en los quirófanos navajabigote mixto para partos cojosen cualquier mes del año esta reyertasu médico cualquiera de la vida.

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Quijote “Adares”

muy puntero de orejas y quijadasflojo de paja y hambre de cisternacaminante en penumbra y desenfadoque a dolor le temblaron las coletas.

Bravo de peca y largo de braguetaal estafeta duro y enfrentadoatacó como a lomos de desdichascomo si la reyerta fuera un viento loco.

llevó la gruta escudo en el tacónla espuela loca y el saco de la tribufigura triste que ante Rocinante

su lanza dioses desenvaina el pencoy tras la encina churras y merinasdestrozó los molinos de la mancha.

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La segunda voz

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explicación sin título... de Carabanchel y de las monjas

(Fecha clínica)

Yo habitaba en otro mundo cuando me fui a la mili, desde entonces buscando a dios elevé al cielo mis ojos y desde un muro derruido le supliqué y le dije:

Abre dios el paso de la tierra y abre en las tinieblas a tantas y tantas monjas falsas egoístas e inhumanas que a la sombra de tu infalibilidad fingiéndose en las tocas se dejan llamar “sor”.

Yo pensaba de niño que tus monjas, ¡oh, dios mío!, nunca podrían ser malas. Yo pensaba de niño de que tus monjas, ¡oh, dios mío!, llenarían los hospitales de bálsamo y caricias al dolor y a los pobres, yo pensaba que una monja era blanca por fuera, pero que nunca su corazón fuera negro por dentro. Pero desde que estuve de soldado por algún hospital de los Carabancheles con un forúnculo hembra en la cabeza, bien pude comprender, y me llevé una gran desilusión cuando una tarde una monja se atrevía con un médico y en la dis-puta tras enterarnos en toda la sala de que la razón ante un enfermo era y fue y debe de ser del médico, la monja que los soldados la llamaban “sor metralla” de mala que de-mostró ser que sus resoplidos de caballa de mar o de trilita

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105

barrían los largos pasillos de la cuarta y la quinta planta y hasta los felpudos revolados en furia se remontaban por los techos como bombas de yute o de cáñamo, que como sapos o víboras se acercaban a trapos de los castos y castas que la monja vomitando hasta mi salpicó mordiéndome en la sin-cera creencia que hasta entonces era como un libro blanco intocable.

Veintidós años tenía yo cuando ascendí a sacristán, des-pués conocí a gerundio y más tarde a Restituto, cocineros ambos del comedor mayor. Que jugué mucho a la pelota con ellos y que como cocineros por aquellas hambres hacía unos pollos que no dejaba nada pero que nada de desear como pistos y ligeros en sus obligaciones.

gerundio era soltero pero de muchos compromisos, era del pueblo de Revalvos donde se criaban aquellas patatas finas tan ricas sin zeta-zeta que nos vendía el tío mosca. Res-tituto era cristiano y hablando de las monjas un domingo en el paseo me contó que un día que se le quemaron un poco las lentejas, por circunstancias, se las tuvo que entender con “sor metralla” y que a pesar de estar dispuesto para ello las pasó muy canutas hasta el extremo de tener que esquivar el estropajo que le tiró que si le prende sus morros hubieran ci-rujaneado por primera vez la estética morrera, y me contaba que aún el estropajo de alambres al estrellarse en la pared aún quedó agarrado unos momentos mientras que Restituto por los sacados más rápidos se largó de allí como gato por

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La segunda voz

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cinturas. desde entonces me formé esta idea y siempre me lamento, y me la formo en los hospitales en la sociedad, en las generaciones, en los labios, en los enfermos y enferme-ras, en todo cuanto dios es su palabra, desde aquellos Cara-bancheles yo me lamento. opino, y a juzgar por las monjas, sigo creyendo en ellas y en su necesidad, pero que si dentro de éstas las hubiera largas, autoritarias, egoístas, o fingido-ras, que dios las entresaque de este ambiente, que dios las largue al pueblo, que dios las empuchere en sémolas, a es-tas monjas blancas por fuera y por dentro negras y que si no entienden el amor de dios que se marchen a sacar remolacha azucarera...

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La Barrila

La Barrila dedicado a Lazarillo de Tormesy para quien persecución habitara y creciera desamparado de toda vida cerca y de justicia. Para los que no tuvieron

nombre ni un hombre que les desatara la correa del alma. Paralos presos que sin razón a lo mejor regalaron su cuerpo a la mecha

del miedo y la pólvora. Para los que acusados por grandes palacios fueran ejecutados. Para los negados de la luz de Dios.

Para los ciegos que arrancaron a llorar de cuanto habían sufridobajo el sol.

Para los que cazan hambre en la oscuridad.Para los que no pudieron comprar ciencia.

Para el odio y las horas ahí están sus lágrimas [con la sinrazón de

ser y de matar.La Barrila:

Todo derecho de esta grave mirada, así que grave el día,para los oprimidos que no usaron el gusto.

También para mis hijos, he firmado esta lección de amor...

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La segunda voz

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las amas por la noche

Por las amas que gastaban chambra por entonces

no se conocían las ocho horas ni la noche en el día, ni el respeto del cuerpo, con aquellas sopas de ajo y el casco de cebolla, pica que poca el sol y el mayoral zumbando.

las amas por la noche, rezungonas y místicas, con mi-rada de ceniza en la pena, le hacían rezar a uno dos rosarios con propina, cuando uno tenía la piel y el cuerpo hecho un sayago, entrando dulcemente en las avemarías.

Había mucha costumbre de dirigirse a buenos, pero que te pegaban cada estacazo, que yo cuando claramente me dí cuenta de que vinieran a por mí, me traté en conferencia, y más adelante explicaré, de cuando me hice guarda.

Que a mi abuela Agustina mucho la tengo que agradecer ya que ella guisaba las patatas de Revalbos con un cierto lau-rel que yo cenaba allí para mi hombre. Que tan ricas estaban las patatas que saltaban al sol, y que gracias a ella libreme de los golpes que a mí se dirían con emblema de Kao.

desde tan buena entrada, ella me cobijó en su alimento, pero tenía que rezar con ella todas las noches el rosario. largo rosario aquel que bien cumplidas oraciones rezába-mos, contadas por los dedos, que hasta a veces negarme in-tentara a pesar de las patatas.

Pero el tratado de mi cuerpo estaba encañonado. Por entonces, rezaba, aunque a veces yo la decía a mi abuela: abuela, ¿cuándo terminamos?

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10�

ella me contestaba con agallas: ¿rezas o no contestas por las ánimas? Yo la decía: abuela, tanto rezo y tan de prisa im-ploro que tú no pasas cuenta por los dedos, y así que repe-tida la oración decimos.

mentira, bribón, que tú me engañas, pues no he pasado, y los dedos no mienten, que de cinco en cinco, ni uno más, ni uno menos, ahora vamos por la cuarta avemaría.

mi abuela se repuchaba conmigo porque notara mi des-gana, pues aunque cieguita era, tenía los sentidos de ricos, como las patatas que guisaba. me decía, has de ser bueno y emplear tu vida al bien, pero no te dejes explotar el cuerpo, que es parte de tu alma, y el alma con el cuerpo explotado, no podría volar.

ella troceaba el pan, mas el torrezno; luego, pasadito y con calma, mi abuela repartiera también el puchereque y me brindaba, dándome a mí a beber, díjome una noche: Bebe vino y refréscate la boca, mas no glotón seas para quien esta parte corresponde al borracho.

Cuentos que me contara y apodos que sabía. el de la Ta-paletela, el del gitano cojo, la gracia de pedir y la inteligencia de no dar.

el recuerdo a los muertos, y algo de dialecto carro que me decía.

lléname el puchereque, pero no cuanto haiga.las zurruplias se pasan la mañana palrando.no se escucha el que ronca pero cuasi molesta.dame la friegadera para fregar el latón.

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La segunda voz

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la meduca está hecha una buitraga.me da lo mesmo, hijo:entonces la metá.Ya está d. Celestino acechando a la rivalvara.límpiate los hocicos, hijo, no lleves chalrateras a la es-

cuela.Tienes una cotena en la chaqueta.¿en qué diablos de picuruta te has encaramanchado?si vas a la fiesta del pueblo de Pelayosme traes un carambelo.no te truje la gorra de la feria.estaba la tronera y relamagueaba.Cógete el zacho y vete a la ruidera del tío Cachapinos.Remúdate mañana y lávate el pesguño.

Así como otras cosas mi abuela era poeta...

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mi abuela dióme vida para la multitud

Que mi abuela Agustina era coqueta, y ya cieguita, a los noventa años, su rodete peinaba, y una coleta atara su pa-ñuelo de ramos.

se colocaba un ojo de cristal, y la gustaba el puchereque.Para el mismo rincón ella siempre sentóse y con un palo

sabía la distancia del fuego.mis diabluras recuerdo y la hice muchas, que hasta ti-

róme un día las tenazas.mi abuela me quería como cualquier abuela un poco

más, porque de una fardela que tenía de pana, la contaba las pesetas. siempre al final me hacía abrir la mano, ya que sospechas tuvo, de que me lo llevaba.

me gustaban sus manos porque las venas montadas ca-minaban unas encima de otras. Yo la decía... Abuela, ¿no la duelen las venas?

me contestaba no; sino que simbolizan, me decía, ya mis caminos repetidos.

Que mi abuela no era adivina ni leía la mano, pero sí poeta y me anunciaba...

si llamara un gitano a la puerta, llévate una patata de ca-mino.

si el cartero, la botella del vino.si fuera el cobrador, di que tu madre está a lavar.si el cura: estás tu solo.si el alguacil, intenta preguntarle de qué va.

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La segunda voz

112

Pues mi abuela Agustina ganaba indulgencias para aho-rrar, y a mí admitióme como ruido de toro, para que monago me metiera.

mi abuela dióme vida para la multitud.

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las estrellas son mías y os diré dónde vengo

Que yo sepa, que a mí me bautizaron para llamarme pá-jaro: la madrina, mi abuela Agustina, hermana de tío Bruno y de ángela. la que me puso Remigio a cuenta de mi tío el pájaro, que Remigio era él, gran segador.

Que estando yo en mantillas, perdióme por abajo, escu-rrido en un muradal, una rolla hospiciana de Romi y Clau-dina, díjomelo después todo mi abuela, y que desde enton-ces ésta es mi pierna izquierda, la que se me quedó antojada de tenerla que comprar el zapato de ante, huella que así de suave, a ella, no la hiera el camino, sino mi pierna sea quien el camino llague.

Que mi padre fue un poco tahonero por el año 1929, y que mi niño era por allí, por las baldosas de una panera vieja con escasos cuidados, ya que cuando yo vine a la familia, ya de niños mi familia estaba hasta la tapadera.

Contóme esta versión la ludivina, que entonces de un hermoso jardín vivían con su hombre, el “magago” de apodo y de buen nombre no recuerdo, pero sí era de santo.

Que por la puerta de la casa de mis padres pasaba un regatucho, cuando la nube iba de taberna, infancia que re-cuerdo este detalle, quizás el más lejano, que soltándome andar, yo vestía entonces en enaguas.

después ya fui creciendo y tocaron las campanas por mí, ya que entre una pila de sacos de trigo, quedéme bien dor-mido, mientras mi casa llena de vecinos y bulla, entonces

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La segunda voz

114

bajé yo al cabo de un montón de minutos, presentándome al corte y enseguida aparecí, por lo que corrieron a decirle al ignacio, el “Porqueriche”, que no tocara más las campanas, que ya había aparecido el “Remiche”, que así en el pueblo, llamáronme por mí toda la vida.

Y así, camino desde mí, camino que he desecho a la ras-pón de entrar en este acontecido olvidándome de las prime-ras zapatillas coloradas que gasté, que según también dijo mi abuela, eran de caucho. las estrellas son mías y os digo dónde vengo...

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115

Los dueños de Caín

Dedicado a Honorio Mateos Losada, con homenaje a él por su gran capacidad

y artesanía, de la cual lo nombre embajadordel arado romano y su herramienta.

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La segunda voz

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el mundo es un cadáver

Paseó sin llamarpor la cruzada de los bastardos.

Se levantó muy bravoy había comido sangre.

Se besó por mercenario y le despertóun golpe de quijada la quijada que era.

Por cada voluntadanocheció cadáver

y su muerte cenabaconvulsiones negras.Caín, –le preguntó–¿por qué no juegas?

el mundo es un cadáverque se escucha morir sin camilla.su retazo de agonía es más de crimenque de envida enferma.

se muere a la intemperiecon su lauda cabezapor testamento.

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117

el mundo es un cadáverde mujeres y de hombres.

Todo el mundo lo sabe,y encima en plena callese le niega el pésame.

b

La segunda voz

118

desde ninguna parte

desde ninguna parte me arrastra la abundancia.

luego miré a las piedras, desvestí el cortijoy señalé la aurora.

me sentí complacido por cuanto hicepara darle a la lunaeste lugar tan limpio.

encontré la esperanza y entre floresuna rama perdida sacó su escarapela.Algo se atribuyó.

desde ninguna partemi sangre afila hachas.Yo, quiero que lo sepáis,soy bueno.

los demás asesinos¿dónde están?

b


11�

le enterraron en tierra

le enterraron en tierray como ya es costumbrecon pala y azadón y entre dos lucescomo son los milagros.

Como son estas tierras blancas y negras.

Alguna estrella rota de esas que llorandejaba chorrear una mísera luzque de amarillanos demacraba un poco los rostros.Y entonces, uno tras otro,recordábamos al fallecidoen la cara del vecino.

el suculento cura dejaba entre la muertela tremenda cantada,la pasión de su oficio entre otros auxilios.

le enterraron en tierray nada dijo ya el difunto Basilio.

Y allí en el cementerio no supimos jamásqué hora llevaban nuestros vivosrelojes.

b

La segunda voz

120

Taxis azules

Hay taxistas a pesoy los hay que sobrepasan

la vejez.

Su cabeza laberínticaes un comecalles,y a tientas conoce

al dedillo la ciudad.

Porque las cosas aún tardanlos taxistas más insolentes

dejan el reloj en casa.

b


121

mar Arriba

en el taxi se aprendeporque no se peligra.

en cada carrera se toma la palabray el desprendimiento.

Cuando la curva está coja se arruga la amistad.

Cuando se bebe distancia esta esperase cobra en el respeto.

en el taxi,por el peso del puente y nada máslejano voy contra el aire,pero por la carretera (También en esto soy humano).

el éxito, ¿será llegar?

Tierra adentromiro hacia madrid.

no es necesario volverse atrás,definitivamenteme declaro humano.Voy donde vamos todos.

b

La segunda voz

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Todo es del tiempo... pero sin alabanzas...

La prontitud está explotada

por los insolentes.

el mar se hizo ruralpor sus nuevas colinasy preparó en su vahootra cebada nueva.

del mar pueden nacer copas azules,y hasta que ya sin sombrael mar vuelva hacia atráspuede penar cada tropiezo que década ola de las suyas.

Vierten sus ojos sueldos,su luna lana y oropéndola,leña por todas partes.

Con sombrero inglésyo le he entregado al marun hongo de esta tierra mía.

b


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¡Hoy soy cristiano!

lina de pera niñalabial de armiñofemenino cristalde rebecay de poros.estrella de los zumosalmirez de almíbarfresa, ciruelafuego.Tus contactos crepitany me vibran los siglos caramelos.lina de pera niña.Porque hoy tus labiosme dieron la manzanay el muerdosoy cristiano.

b

La segunda voz

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Después de amanecer llegó la lealtad

Cementerio,si siempre fuiste conmigo

donde quiera que fui,qué importa el resto

y lo sobrante que me esperatras de tus puertas.

¡Quién pudiera el tiempo,cardo a cardo,

dejárselo perdido entre las trenzaspara no ser jamás sombra

... del silencio!

b


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escuchad... que yo soy un entierro

escuchad, amigos, que camináis como yo lo hice. Cami-nar y caminar hasta besar las olas de la tierra muda, donde mi boca muerda tierra por sólo haber caminado veloz por estas lomas de tocino añejo. Por estos suelos tan llenos de mentiras. Por esta niebla remolona y triste. Por estos vidrios de platino de hambre. Por estas famas de cangrejos borra-chos. Por esta brega agotadora que roe nuestros pasos como una lima sorda, como un necio demente, como un volcán de brea, como un rayo de acero. ¡Como una voz de nadie! ami-gos, esto es todo.

de aquello de nuestro palpitar en las conquistas... Pero vosotros, seguid caminando, que el camino es larga y mucho tarda en acabar. Que cuando termine, como me ha ocurrido a mí, ya no queda nada que andar ni que mirar. ni la sombra existe, sólo la tierra existe como una bellota de cristal.

miradme tumbado en el aire después de conseguir el úl-timo estirón. mirad mis manos vacías, mirad mis tendones de perfil como altos palos, mirad mi cuello tronchado, como una amapola segada en la gavilla, como un árbol seco que todo lo entregó ya.

mirad mi rostro y que él os explique cual fue el precio que costó vivir. Ahora o nunca.

sentí la agonía, amigos, y fue contradictoria y luchadora. Fue sufrir mucho y contentarme con lo mínimo. nunca tuve nada. mi madre me dio o fue que le robé acaso el último

b

La segunda voz

126

soplo de vida que le quedaba, acaso la madre de carne y la madre-tierra se portaron conmigo bien pero les faltó resuello para arreglar el mundo a imagen y semejanza de su corazón. y entonces yo nací en un lugar inhóspito contra el que ni las madres pudieron. mi vida fue recorrer los mil vericuetos de un pedregal en donde ni la mano de mi madre llegó a tiempo.

Ahora le pido a dios que me lleve de su mano a una tie-rra más rica en promesas cumplidas, en paraísos existentes, en edenes libres de polución y de malos amigos. le pido a dios un auténtico lugar para vivir aunque semejante cielo sólo sea posible una vez muerto. Pero valdrá la pena porque seguro que es mejor que el que acabo de dejar. segura-mente, mi madre, me lo habrá arreglado a su santa voluntad, y seguramente este nuevo lugar ahora sí que va a ser como su corazón. Completamente limpio, plenamente a salvo. digno de mí.

gracias madre.gracias señor.

b


127

Hoy están de fiesta

Hoy están de fiestalos pájaros nuestros,las aves vecinasy hasta el universo.

los perros, las callesde todos los tiempos,las nubes, el marde vivos y muertos.Todos los que estamos raíces a dentro,estambres y sedasde tantos recuerdos.las flores y el ríoque entre los romerosguardan su silencio.

Aquí está el Amado fuera de su ermitadispuesto a subiresta cuestecita.

b

La segunda voz

128

me remonto a contestarfiesta de mi alboradala dulzaina, el tamboril,los niños, la juventud,la campana, el esquilín,nuestra iglesia restaurada.me conoce el corazón,la tierra que me dio el barro,la piedra que me dio el sol,la calle que me hizo libre,la escuela que me alumbró,la infancia que me hizo niño,la madre que dióme el ser,la pila de mi bautismo.Que me conozca mi pueblo,que me conozca mi edad,las manos que me conozca:alas de tierra y mar.Y aquel grito, que lo grite,y aunque alguien no quierala bandera de mi puebloserá siempre la primera.

Hoy están de fiesta los pájaros nuestros, las aves vecinas y hasta el universo.

b


12�

Con el mismo corazóny aunque sea de madrugadacon mi cerebro poetalucharé por este pueblo,por este pueblo de Anaya.

b

La segunda voz

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Repatriadas piernas

Aire adentro el viento pesa en lutos,exiliados de luto, me imagino,con la sombra en los huecos de otros huecosmuertos casi salarios del temor.

Qué dolor que el hombre impida al hombredormir de su bandera y sus entrañas,niñez que clava sobre la patria espinairá adentro de las trabas del silencio.

niñez que en los programas va llorandotelevisión de lágrimas espesas,ceniza que se quiebra en los exilios.

Almacén que se aflige en las cenizas,tristes cenizas de una patria herida,herida en el terror y en la añoranza.

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131

Sin riesgos para el futuro

Desheridme si podéisla herida hecha

por vuestras mismas puntassarmentosas.

Sindicatos con ganas y morosos,escuálidos cuchillos y puñales.

Si me heristeis la sangre y el pecho,si me heristeis la sangre y el ser...

innoble fuerzasois...

ya deshinchada.

b

La segunda voz

132

mi libro

De este brote de racimo de uvano busquéis otra cosa

que tal cual, vivir.

Y yo que estaba lejos triste por tu pamela,y yo que estaba seco de saber quizás ya nada.nadie me acercó el agua ni las letrasde sastre.Y yo que estaba lejos quizás afuera en dondesentí cómo estabas queriéndome...entonces, recordé que eras fruta abundante.Hasta que alguna vez corrióme bien la sombra.Tus alas de cereza se fueron de mi trajepor las calles del mar.Cuántas veces me diste de tu parra que hasta el hornoque fuera de esperanza me acariciara el rumbo.

de este brote de racimo de uvano busquéis otra cosaque tal cual, vivir.

el hombre y el tiempo llevan la misma carrera,si alguno de los dos se cansael otro jamás le espera.

b


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dejar que me haga mío y que me acompañe este paseo

Remigio es sólo breve, es nunca,vive necesidad, arregla el susto,recorre vigilancias y se sueñacon el dedo pulgar de la pantalla.

Vive de reculajes y a lo grande,se mete en lo más chico cuando canta.se lleva de las islas las palomasy no reduce de la chispa un río.

Clarito muy de ojos, se abalanza,y sufre por el árbol que le añora,no demora aludir desde el sustento.

se hace viento en el mar de las lechugas,se apresura Remigio, y es bastante,ante lo infatigable que su faro apura.

b

La segunda voz

134

Recoge de las piedras las más gordas

Cuando acabes de leer,entra.

entra y construye tutu propio adobe.

Toma cintas y piensa en el anciano.

Calcula las medidas.

Asegura los huecos por todo alrededor.

Haz grandes las ventanas y encaja tus esquinaspara que la luz del solentre en tu casa a por todo tu cuerpo.

Utiliza la paja y soba bien el barrocon el agua sobrante.

Haz con tu propio esfuerzoun orinal para el sudor limpio.

Y a tu miseria no ignores,pues de ella viniste un díay quién sabe si a ella volverás.

b


135

nunca olvides salir limpio del parque.

Construye tutu propio adobey en él pondrás tu fin.

Recoge de las piedras las más gordasy espera ver tu hogar repleto de niños.

b

La segunda voz

136

Quiero pensar lo que he muerto

Dedicado a Charles Chaplin.Atardecer en el...

b


137

Cuando llegue a este túnelentre temblores mi vestidoya tan lleno de sedaentregará su platay de celeste cifradormir.

si supiera que la muerteera imposible.Yo diría que lo de dioses cierto.

Yo no querían pensar pero en mi casoanduve despertandosíntomas.

* * *

b

La segunda voz

138

se me acabó enseguidala mitad de mi niñoy qué corta se me hizoaquella inquietahormiga.Un día de mucho airemi travesura fueronlas alamedas.el muchacho era yoy entrabaen él.solo sentí llover los días de luto.

* * *

b


13�

el hombre siempre muerecon el aliento dentro.no le deja respirar la azada.le suena un ruido viejo.se muere catre arriba y él enseña las muñecasa la muerte.el hombre siempre muerela tiniebla que fue.dar la luz que va a oírel brazo de la luna.

b

La segunda voz

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La tierra esfuerza cal

Dedicado a mi padreque se paseabapor la cocina.

Dedicado a mi madreque colgaba del techo

las uvas.

b


141

extravío

no me dio tiempo el tiempoa envejecer a gusto.Tuve que atajar la discusión,la prisa.el ambiente, la fama.Tuve que desdeñarme.me pareció tardar las horas largas,los días como vacas, y me arrancó la venatanto el cuello, que hasta perdí el cabello,la razón.me tiemblan las dos manos,he perdido el dolor.Cada día que pasa voy corriendodonde no sé, llegar lo ignoroa qué castigo.sólo os advierto que apenas soy ni yo.

b

La segunda voz

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Prohibido hacer psiquiatras

Con toda la cabeza…no nos puede asustar lo que la bombasiembra.ni con lo que piensa la lluviaque la firma.no nos puede asustar lo que discurreel mundo por la puertadel rayo.lo que amedrenta el fuego, el temor,la cabeza y los ojos.no nos puede asustar con toda su cabezael firmamento.Pues sólo en la ceniza de la caltu vida será vida.

Pero nunca recogeráneste su adecuado comeditolos psiquiatras.

b


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Con las gallinas

Frente a este foco de cristal mercuriocomo un pequeño insecto ciudadanoyo cerraré los ojos a la vidahoras antes de irme.después de ser administradocon la unción de techo y de paredescerraré la mirada.Con el clavo en la mano y la cruzen el pulso, me quedaré sin puertapor el susto del fraile.Recomendado por el purgatorioy por lo que me pegan,el día que yo muerallorará dios.Y el día de mi entierro algún vulgarcretino, adulador, dirá con frío:Qué bueno era “Remiche”entre comillas.

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La segunda voz

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La novela de Juan Márquez ...en buscando trabajo

Dedicatoria en homenaje al idiomay al lenguaje de Salamanca

y sus antiguos.

CON TODO RESPETO.Llegar os hago aquí estos gestos

aquí teatro de hombres.Lenguas ojos de bicho.

Aquí palea de bocas.Aquí mi chalina amarilla pierna de tintorería.

Estos bienes conozcoestos penados

metros.Y aunque a nadie le duela mis ojos de bizcocho

estrelucen secretos.De tanto que he sufrido me tropieza el dolor

un columbario.

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Por los cuarenta duros...

Yo me resistí a esta voluntad y Juan muy bien blando para efectos, les hizo de razón diciéndoles:“señores de la ley y del orden que lucen todosiguales gorra y porra. Por la circunstancia de comerel señor Remigio estaba haciendo el ecce-homo porlo que nada en contra pronuncia en estacalle de Carmen. Por bien de la razón dejen ir alseñor Remigio sin daño alguno ya que a la vanidadde estas porras nosotros bien temblamos cuando aúnno hemos roto el desayuno.Por el santo nombre de esta calle sin manducarno está prohibido ni retira cultura esta necesidad.Y así les estarán mirando agradecidos desde elfirmamento todos los angelitos y hasta alguna parra deuvas, que si nos dejan marchar les echaría un brindis”.Con estas blanduras los agentes se ablandaron y losseñores del orden se abrieron por su bonito paseodejándonos dispuestas las clavículas para seguirpasando la gorra, libres de aquella enfermedad que ellos pensaban. Aquí sin otra causa habíamosrecaudado los cuarenta duros por lo que no s retiramos adesayunar. Que congregado el público aplaudió el detalleal respecto del humor despertado por hacer el Cristo.encontramos una taberna orillas del Caldero y por nomucho dinero almorzamos buen cabra cocida y un

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La segunda voz

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pimiento que a la gente del sur les llena mucho la ida,porque ya para la vuelta nuestros ocultos ojos se encargarían para sacar al billete alguna cirigonciaacontecida en rango y con el péndulo.desde entonces ya no he vuelto a hacer de crucificado.

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el consejo del palo...

de caballero a caballerosi el presente se siembrasin futuro la vanidadno sirve.la piedad no se heredani el corazón oye.Por la mala costumbrede sus manos, la mujer,es el suplicio de la paz.

su lealtad se extravía en calumnias.

Soneto “Adares” dedicado a Juan Márquez García

de la loca y el cuerpo dos ardilesloncho que poncha el recatón bordel.desaavedras alquileres de la lunalo que a la sombra el aire nunca muere.Canchal sobre la espina el cornilerozaratrusta y la mano de los gallosel cogote del grillo banda o mecha,recogedme en las moscas de las putas.

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La segunda voz

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los ambulantes con la hueca empiezana vacilar la cuesta que no iba.Besar el desayuno es un ampollade carburo británico o de ruidocon morcilla de oveja d. Quijotellenó de lo que ocurre a las palomas.

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Un valioso peligro

Que al camión ruso se le cayó un bulóny el bulón rompió la vagoneta y salió porla cabaña, con las huellas de acero fue a pararal mar donde se incendió la sal del tanquedel agua.Que esta circunstancia se dio por un mal engancheque el ruso no tenía debajo de las péndolas.Que al fallarle el bulón el camión perdióel equilibrio y empezó a tirarse hacia el vacío,y que gracias a un terraplén de ruinas desechablesel camión quedó empotrado con los labios haciaarriba girando en los discos. Que mientras tantoJuan quedó tumbado boca abajo y que a fuerza de tiro-nes de cables logramos ponerle de pinote.Al verse liberado y con vida se quedó como el pan.se lo llevaron los de la Cruz Rojay según luego me contó le toquetearon todostodos los huesos de debajo de la camisa.le cocieron una tila y a dormir.Pero que el sueño se le quedó ralo y a media horaJuan ya estaba en el barracón.A buscarme,pues con eso del susto del camión rusono se atrevía ni a afeitarse solo, así que yo conuna horquilla de palo de naranja le entretenía

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La segunda voz

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mientras él me miraba con ojos de cuarenta.Por lo que ya acabado de afeitar me dijo:“señor Remigio: ¿qué le parece si me vistoy nos vamos a los torcidos”“Bueno, le dije yo, así tendremos la oportunidad de enderezarnos”.

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Mesa reñida

A mi esposahacendosa y callada

sin errores.

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La segunda voz

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sin edad... es a dalí.

desde que nace el hombre se dedicaa su tragedia y de dormido pintala extravagancia y ríe esta acuarela,su propio asco contra la intemperie.Todos los ruidos juntos en las manos,favor en especial y va en el cuadrotodos los redondeles echan humo.las palomas se agarran al pincel,los paisajes se casan con el lienzo,deambulan ambos para ser vendidos...testigos silban, los retratos hablan.Cuando el hombre es grandeza y agonizase aprieta las clavijas sin edad.

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Colina de naranjas

Ayer me robó el día la penumbra.me dejó en soledad borrosa el airemis edades.

Quedóse allí sin mí, envuelto en hielo,y la penumbra el sol la relucía;una campana para dos tamboresy una grillera para dos ladrones,este espacio de robo fue una vezcalumnias de los puebloscasi ciegos por los vocabularios.discutiendo está el mar con el roperomientras mi sombra queda en la pasión más honda,abierta entre la nieblaque nunca acontecióme¿de dónde vienes? ¡nadie me preguntó a dónde voy!

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La segunda voz

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4 de mayo

nací dicen los que me encuentran.Crecí por los que me lo han dicho.Publiqué desamparado ya mi nombrepúblico.los que me van leyendo no me miran de malos.los que no me conocentienen olor depuertas.me senté bajo el brillo de la mesay el festín me llamabauna mañana A.Recuerdo a los dormidos y a los que se escondende su metabolismo.

mis ojos son claritos porque se llenaronde agua muy lejanos del mar.

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Por qué tiene frío la madre

A dónde quiera que voyconmigo llevo

a mi madre

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La segunda voz

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desvanecimiento

Volver a la niñez de aquel primer hogarde aquel primercolegio.Vivir en el recuerdo de la lumbre del pueblocon madera de encina.saludar a la teja de la sombra que tanto tirade las chimeneas.dar un beso al abuelo y a la abuela Agustina.Arropar a la madre con fiebre.enganchar la palabrade ser hijo.Cucharilla atrevida por la imaginación.divulgar la noticia... esta noticia.Que de tanto trabajar, la madre, sus manos se parecen a las de un albañil.

* * *

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Con las dos manos limpias la madre está en las horas.

Cuando la distribuye su bufanda blancaen su siesta de torta va modelandoy conquistando a todo lo que tocay cuanto besa.

Cuando se deshace por la larga nochehace que el estallidose haga título.

incauta y solitaria la madre tiene fríoy hasta por dentro de su carnearde en fuego de nievehasta que la depositan. Yo estaba muchas horas con mi madre cuando tenía diez años.

esta santísima madre no la conoceel pueblo ni el varón que la amenaza.

* * *

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La segunda voz

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es la madre la que más madruga de todos los latidosde todas las llamadas.Apoya su cabeza fría en una sillapara no equivocarse de ventana.desde allí desayuna unos minutos y del temorse cuelga con todos los sobrinos.Una vez fatigada bebe leche su silla contestablesufre insomnio.Arca de las tareas. Riego de las espadasy de las cerraduras.es la madre la de la libreta. la de los portalesy con un hijo al lado llovizna la mitadde lo que echa de menos.su casita en silencio levanta la cabezay hace que sus pies se coma los dos guantes.es la madre la novia y más allá de sus ojosse peina los cabellos con sus medias de sedapara sus tres cabezas.la madre da sus pasos sin pasos y se cumple con su sitio.

A mi madre.Yo la busco escuchándome.

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Los romances tropezados por la luna

Siempre en frente de Dios y de los niñosy para los que aprendan a leer mañana

he dedicado este libro al colegioque hoy lleva mi nombre en mi pueblo

natal ANAYA DE ALBA (Salamanca)

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La segunda voz

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Romance al Carromatero “el Pildoro”

Rompe el carro en cuatro mulascíñese el hombre el sombreroquédase la escarcha heladamientras descansa el silencio.Chasca la tralla y las varastras la reata va un perro.se denuncia en el espacioel grito carromatero.las esquilillas las mulassuenan sacudiendo el cuello;las serenatas repicanla paja que aprieta el pienso.Cruzan de noche parajesy apenas marca el senderolleva el carro un farolillode la puente o del tablero.Cuando llegan al asfaltose resbalan resbalandola herradura en el cemento el arañón del esfuerzo.Casi una legua de viajela casilla, el caminero,anda ordeñando las cabrasy la chimenea echa fuego.

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Ya por el puente “Rivilla”se señala un puente estrechoy el carromato se agarraa la galga que es su freno.Acelera las mulillascon cuatro trallazos sueltos,los nervios se las despeinanllevan ya caliente el cuero.Por la cuesta “Colorá”rasgan las viñas sus versosy el carro rueda el caminodel “Pildoro” y su regreso.desde la rampa o cascoteque bulle navales bello:las estrellas y un Castillodicen de Río y de tesos.el carromato se orillacuando alumbra un camionerode los escasos de entoncesque parecían violeros.Tose el perro y va de cazaperdiguero en los barbechosbebe en el arca y, los frailesse despiertan un momento.llega a casa la “Perdiz”mesón de buen alimento.Pide una copa de rony se sacude el sombrero.

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La segunda voz

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las mulas al torreónse calientan el acentose secan los costillarescon la cebadera al cuello.el “Pildoro” desayunaunas ancas de concejovarios tragos de aguardientede la alquitara del tiempo.encarrila su reatacrespo nombrado al luceroy sale hacia salamancade nuevo el carromatero.mi padre que era el que iba haciendo romances nuevosconocíase las curvaslas posadas los senderos.llegaba hasta Calvarrasade los “Potilos” el pienso,posada que de mis sueñosde la paja fueron ellos.Fueron de toda mi herenciadescanso esta casa nuestrojornada que hacían partidapor entonces los kilómetros.mi padre famoso aquelde capote y de chaleco.le decían “el Pildoro”recio, como el mismo viento.

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el conocía la reyertade la noche el trueno secoel latigazo y la briznade gallardas nubes besos.Como dios carromateroque nunca miraba al cielosabía que su clemenciano servía para el consuelo.si llovía, si tronabasiempre a carro descubierto.las piedras que le alcanzabande la crudeza del cielole interrogaba latidospresionándole en el cuerpo.Fumaba de su petacadel Pun tabaco sincero;se burló de las distanciasviajes de meses y medio.Carromatero de lujoespejo del sol y el tiemblo;llevaba tocino a lugojamones traía a su pueblo.A golpe de calcetíncuando diluviaba el cielochapoteaban las ruedaslos charcos que iban creciendo.después la paja y la cuentaposada de ojos con sueño

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La segunda voz

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se aparejaban las mulassiempre detrás iba un perro.Por la serna a salamancapor campos de Carpigüelo,gargabete y la reatahoras de calentamiento.Y atajaban por el puenteque por entonces de hierroconducía a las teneríasdonde se curtían los cueros.estos que el Tormes ha visto de llorentes y Roderoscurtir los calzados nuestros.era cuando salía el sollos comercios aún no abiertosy en los ojos de las mulastenía el relente el respeto.en las huellas de los sacos como empinados abetosel crudo camino andarentre vendavales sueltos.larga calleja que cundefrío terreno que al pasola reata era el caminoporque camino es regreso.Porque camino es viviry es ganar el pan y el pienso.

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el estrinque de los carrosromances carromaterosde esta niña madrugadaeste romance aquí os dejo.

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La segunda voz

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dedicada a mai-nela...

mi casa es un bajoque duerme y que borrala infancia a mi niñola edad de la gorra.los cuatro hierritoslas cuatro palomasyo las voy pintandocon la brocha gorda.la encalo y la picola quiero en la gomami casa es un bajocon techo de lona.la vaca y la cabrala oveja modorray algún cachorritoque es de raza loba.mi casa es un bajoallá en la Rotondaque tiene autobúsy taxis de sobra.la llega las ramasla ley la abandonaestá licenciadacomo profesora.

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Tiene dos ventanasque una se enamorade la panaderaque se llama Flora.la llega el carterola baña la auroray estrellas de platala cuecen la sopa.mi casa es un bajoque nunca me cobrame alquila y me cedesu buena patrona.Paga los arbitrioscomo otra palomami casa es un bajoallá en la Rotonda.me quita la lluviame ofrece su sombrapor eso la pintocon la brocha gorda.

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La segunda voz

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Cerilla antigua

mi pueblo es un pueblo chicode campanario muy grande.le trabaja una cigüeñay le regenta una Alcalde.suelto por largas praderasperillán y anciano el airerecoge la mula cojaa escondidas de la calle.mitad monte mitad rasotiene una novia de alambre.mi pueblo es un pueblo chicopero la calma le calme.Porque dios si se adelantano respeta ni a su padre.se salta por el corraly la sombra al empinarlese encipota en el portóny endurece el grueso cable.Penetra por la cantorano falsifica su nombrey abrazando a su guijarro y aunque la noche le claveno respeta la carrerani el camino de purgar.

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16�

mi pueblo es un pueblo chicono es difícil afeitarlepero cuidado que punzansus barbas que son del padre.mi pueblo es un pueblo chicopero tiene un corazón que merece respetarle.el que se meta con élque prepare bien la leñay las costillas también.

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La segunda voz

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No me preguntéis de dónde soy llegado

Con la sangre hasta dentrodedicado a Salamanca

en Salamanca.Susurro que oigo oír

por estos arcos nuestrosde tu Plaza Mayor.

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Cátedra

Con la historia de todo lo que seallego con cada día aquí lleno de deudaslleno de fiestas con un poco de todosdentro por dentro permanezco demasiadoatado a estas columnas Plaza del Corrillodonde la vida cruza hacia la viday aquel que no me vea perdido entre las bocas, los otoños, los inviernos,y algún verano cojo.Todo está tocando estas columnasmi bandera y mi cuerda mi corazón viajeroen plena madre.labios de esta bandera que al encenderselas primeras farolas para el cine,siempre cuento el dinero.mi poesía no acaba porque quiere mezclarsecon aquellos que piensan sobre los que me miden.Palabras como esta:¡Buscadme por aquí, sepultureros!

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La segunda voz

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lazo azul violeta

la letra que ya eras salamancacamino cielo piedra.Blusa con pinta ojos.enganche de cigüeñas,el patio que no mira.A la zalamería de los que escriben cartas.A todos los oídosde los que padecen y sueñandesvaríos a escoger.Te dejo ya este beso antes de antes,salamanca y escucha,que te dicen que estuvesufriéndote.Cuando la luna te pasa por encimade bonita que eres salamancano la das tiempo a pensarmás tarde.

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el hotel de las monjas

salamanca, porque tú eres el solde cuánto tiempo, la hora de la tierray el mensaje de piedras amarillasque agoniza el poniente.seda de grandes ojos salamancayo te grabé en mis gafas y te sentí en las novias.Porque tú eres de la luna que se dejallover en amapolas.Volatizada madre de las trenzas morenasagua dulce de viajes.Te abro esta ventana para que desde la sernalas alforjas te llenen de toreros.me despido con avellanasy que aquí nadie añadani un adarme.¿en qué nación estamos,se dijo algún despierto?si duermes poco salamancaes porque sueñas mal.

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La segunda voz

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Por salamanca un réquiem

el día de san Taurosalamanca ha muerto.Que lo sepan los barrios y la tumba del Alba.Que lo sepa Tejares y avisar a la Chana.Que lo sepan los novios y las cuatro campanas.el día de san Tauro salamanca ha muertopor los buitres retazos de agonía.salamanca ha muerto en vida presbíterosy ecónomos.Que lo sepa la Plaza de los Bandosy el Corrillo Café.Que un Cartujo le cante el Jau... Jau.Que le urnen las Úrsulas.Y que los curas que gocen de buena saludnos digan una misa que nos hable del padre.la lluvia suena como aguanta el hoyo.salamanca ha muerto y los frailes se olvidaron de enterrarla un ojo.de orden del zurguén no se recibenpésames.

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175

Patíbulo

Si ayer posible vivíhoy en serio me lo pienso

si vivir es por ejemplosaber lo necio que fui

camino de tal contentopara tan sólo morir.

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La segunda voz

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la mirada de los anunciados

Rompe los hierros rompecomo su herida lancerosay paredón.este perdido sitio escuchará fusiles.se espantarán los pájaros, las avesdel patíbulo.ese día no habrá sol,parece que lo supieray andará una niebla altacomo jugando a la guerra.la mirada de los anunciados ya no será mirada,ni ojos ya tendrán para el diosde los griegos.Rompe los hierros rompe,sobre alamedas pinas quedará el dios de los cientos,y nunca volverán los escapados.

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sin sustos

Así deseo morir como murió mi madre.Convencido confieso de que ahorasí creo.Creo porque estoy de estreno y sin ayudasin borde y sin cansancio porque ahora me atrevocon el tiempo.sin prisa ni lujos ni fecha que temer.ni tumba que escoger ni sol que protestar,ni fecha que envidiar porque la anduve antes.mi voz grita por dentro y su dolor va encima.en este gas de niebla abrí los ojos.mi palabra más recia fue la tapia.Así deseo morir como murió mi madrecon todo su metal y creoen las campanas.mi voluntad ofrece esta tarjeta.nadie se escucha antes y a solas soy goterade donde yo he nacido y sin sustosyo deseo morir un día de gala.

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La segunda voz

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Plaza del Corrillo

estoy metido dentro y la plaza me toma como suyoporque en ella comparto mi pecho y mi cabeza,mi sombra y la montaña que ocasione mi palabra.Todos los días le ato las columnas y entre las yendasmi cuerda va sembrando acacias de otro dios.llego como del cuerpo y cuando escupo esa gravami vida son sus piedras.Aquí me dejo ver y me conocen las palomasque escribo para el viaje y la suertedel que me visita.estoy sólo del mundo las columnas son mías,la Plaza de los siglos donde eduqué mis piernas.Aquí me acribillaron las ideas.nunca llegué tan pronto.la luz que aquí ahora dejo fue el sabor ardientede salamanca y madre.Todos somos los mismos y antes de mis huellasvoy dejando mi ayuda.la Plaza del Corrillo es poderosa.Cada día que me puede recibir la hago un retratopara aquí terminar mi loco empleo. Hasta que me respete la memoria.

b


17�

Cinco días sin mí (el único milagro es el Agotamiento)

Dedicado al café “El Corrillo”juvenil y por dentro musical,de Jazz único y siempre ayer

golpe de Cava.

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La segunda voz

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estamos en el principio

suena la vegetación,rompe una máquina el surcolo que me ocurre a mí aún no ha nacido.

¡Y está detrás de ti!

Tengo quince añosdesde que aquella tarde colgué los pantalones cortosde aquel árbol del prado.

Y ahora mismo te quiero.Y ahora mismo estoy seguro que te quiero.

lo sé porque me gritan las palabrassi acaso el río se calla;hay una nube altadel sello de tus ojos,letras de plato,sopa de leche.

si ayer jugué y perdí¿qué debo hacer mañana?

Tirar de lo que quede,¿o quedarme a tirar hasta que se agote?

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Y no es mío mi corazón, que es alquilado,pequeño tierno y niño.

dame un beso de luz,dame una gota de alegría,dame de tu instante un trago fuerte,dame de tu pecho de papelun pajarito loco,o una sonrisa de azúcaro una mejilla rojao una rabia de celos.

no encuentro a la familia,lo que me ocurre a mí aún no ha nacido.

Y tu abanico de palomas me repite,me estrella cada tarde temblorosopara marcharme siempre entre tus ojos... como otro luchador a sangre y fuego.

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La segunda voz

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Una calumnia

¡Ay!, tiempo, tiempo,hambre de noches codicia que no paras, ni en la noche,

¡Ay! bronco y bruto tiempo, sepulcro de Arcángeles borrachos.

látigo frío y muerte de embusteros,torturas de influenciasque das pulso al reloj y treguas a la muerte.

Venero de los ojos sin semanas, tiempo,azul de los luceroscanción de viejas callesy de arrugadas bocas.

Habitual palabra de las piedras,canción de los desvelos,soñada maquinariade tierra o polvoo nada.

Contesta en el relentey dime: de dónde vienes con expresión callada.

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¡oh! vanidoso cristallluvia o truenocalendario o costumbre,relámpago y pastorcapataz de los altos,acacias de vinagrecorbata de cigüeña,burro tiempo animalsalvaje muro de la desdicha.

la niebla entrecortada que tú bebesse oprime entre mi sangre,

las estrellas y el mar son más sincerasporque tú eres un pincho de hierro,porque tú eres cascote de lunasy rompes el agua, que bebe. Tu leyenda es el libro que aúlla, tumbando y arrasando, una calumnia.

dios me libre que un día me marche de ti, ¡oh! tiempo,para sembrar ortigas juntos en la eternidad, pasado de un llamado formulario presente de avenidas.

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La segunda voz

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Quise haberlo tocado

Yo soy muy descapotable.Y si no os queréis convencer mirad mi rúbrica, parece que el caballo no dejó de correr cuando firmé la nómina temblando.

Ayer sonó un estruendo, para los jubilados,sus ecos y sus ecos por el túnel quise haberlos tocado, pero no me dejaron llegar los intereses.

entre precisos de hombre y de poeta,no sabemos hasta cuando el pan será libretani rosquilla de monja, a lo mejor entre la sal y el agua, de tantos compangueros; la navidad se marcha por el tocino añejo.

A mi me lleva un niño, no sé por qué sitio las tierras son de Hungría, los caballos del mar, la poesía del sol.

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Hoy ya no hay compangueros ni montarazas, ni pigorros

Hoy lo que hay son cada veterinarios que mejor fuera que fueran panaderos o arrendadores de montaneras,

haber si el silbido del oeste nos deja algún momento libre para disfrutar al menos un poquito del Río.

Yo soy muy descapotabley ando con ganas de comprarme unos pantalones de cuadros.

Porque me dijo una vez una perita dulce que me irían muy bien para mis andares.

Como los bolsillos, los quiero con sonrisas de conejo,

el baratillo del Pozo Amarillo, donde me han sugerido que me espere, hasta que le [lleguela revista del empujón de italia.

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La segunda voz

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El amor que no estuvo

Dedicado a la mujer que se desnucó

por verse.

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Aún me llamaste que apenas

Cinturita de avispa y de harina.He sentido el amor como un besode 28 kilos por tu boca.de tanto amor te tuve en la cabeza y así nunca será.Te restregué en tus pechos dos racimosy así como entre sueños con ojos de carnerono obedecía ni al vino.Te amé en la otra ola y por detrás te améen las hormigas.Tú no palidecías de tanto gozo río degolondrinas.en nuestras ligerezas entre la seda del “pitiminí”nuestros atizadoresde dolor galleaban varios cisnes.

me envolviste en tus ojos de noriay allí sin fracasar al coser el botónnuestro amor por la boca se hizo aire.dime tú corazón, ¿quedaste aderezada?

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La segunda voz

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desatado del cable de la adolescencia

el amor no está fuera del cieloni tampoco anda solo. no se mueve nuncade la misma tarjeta ayudado de orejas.lo que su escarcha aprieta no es un vaso.se abraza en las montañas que no saben hablar.el amor es un trozo de verbena que sufre.ligero como el ala de sus cestasse entiende y maniobracon los ojos.se fija en las coletas de los trajes de mayo.se oculta en las farolas de la gloriay tropezada la gracia, con el dedo pulgar,hace palanca.Ahora no quiero más que su boinade otoño desamarre.desatado del cable de la adolescenciael amor está dentro y hastalas orejas.

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18�

la bandada de pájaros se rompía sin árboles

era de raso la velocidad del vientoque avisaba y tronchaba las peanas dormidas.sacudía la pampa y los berros y liebrescorrían cuesta abajo.más grande el corazón se sembraba de morasla novia y el amor hacen gavillas.el monte de los mozostiene faros por donde la zagala pastorea su edad.Por ella canta el nombrey se apellidavirgen.gasta rodete y criba de peineta.

en el campo por cualquier varillasiempre el amor se hace de despiertos.los senos más romanos se crían entre algas.

muy cargado de pintas:¿nuestro amor se fueoyendo?

b

La segunda voz

1�0

La última palabra de los árboles

Dedicado a los pájaros

Cuando el árbol levanta su cerebrosilenciosas sus ramas nos enseñan las manos

por la primera vez desde sus formas ante el solde la tarde abandonada sin saber si era

el pájaro que no llevó nuncalas alas abiertas.

Más lejos que la muerte está la vida,más cerca que los siglos está

la eternidad.Los que nunca se desarman son los pájaros,

y el alba atroz esa que nunca dalos ojos a la hierba.

Para los deshabitados este árbol juguete sin disimular.

Cuando amanece, el primer alimentoes el milagro.

b


1�1

el que retrocede se repite al revés

A la Canción del alma le faltan los Platillos.

siempre adelante oír igual que la praderava creciendo.la brisa de los árboles la lluvia de los pueblosel romero el collar la espiga la perdiz y el ojode las uvas.el fin de ese dormir el alma canta la raya nos azotael misterio pregunta y el pájaro decidesu país.Como el pájaro azul de las alcarrias seguid y se os daráel brote del amor.el alma se acostumbra a tener cuernosy los platillos faltanpara ayudar a llorar esa canción azar que tu ocupasteen la misma tendencia que tu hoyuelo de rigorla última palabra.Buscar esos platillos que son como animalesque calientan los faros.siempre adelante oír igual que la praderava creciendo y esperar las aromas charlatanasya turbias de bailar.

b

La segunda voz

1�2

¿de quién crees que eres?

lo acabas de soltar que alguna vez triunfaste.lo acabas de escribiren el polígono de labrutalidad.despilfarraste tanto que no se te conoce ni en el templo.Bizcocho voladorsufres herrumbres. solo.Tú, molinero de alcayatas sin hora,llevas a las turbinas la raíz.Humos de Bonifacios y virolas muletaste romperán mañana la cabezade gafe.salta un poco tu soloy enseña la medalla del motivo a lo que sueñas.A lo que brindas ratas y borracherasdesnudas más por dentro que la piraña desnuda su hambre.lo acabas de soltar y sin embargo tu caraestá llena de caras. Pero por dentro nada.¿de quiénes crees que eres?

b


1�3

Hablando con la fruta

Al GrecoRespiro soledad de árbol en árbol.me aparté de aquellos pocosy chupo soledadencarnizadanoche.las horas del cartero se me pasan como si nadie fuera a golpear mi puerta.Hay noches que me saltan las paredesy me subo por ellascomo gato celoso.Hablando con la fruta se me va la especiey los sexos se ponen hechos agua.siento de algún relente relucir talonescon esa turbia ausente. que me imaginaba.Tomo medida y de prontoa su excelsa voluntad,me parece que llaman pero es que sueñosecretos con manzanas.Qué penoso es luchar siempre sin nadieque ni siquiera la soledad me escucha.mañana me traslado a sus pincelespor si las nubes quieren decirme algún discurso.¿dónde estarás tú,mi árbol de Toledo?

b

La segunda voz

1�4

Escrito a lápiz sin soltar el asa

Dedicado al dios del Turra,poderoso señor

que por no pagar el importedel billete

del coche de líneade su pueblo,

se tiró por la ventanillay se mató...

Mientras este dios de Turraresucita,

deshecho en rogativasclamaré al cielo

en pos de su perpetuo golpe...

... De todas formas,allá donde se encuentre,

que no espere.

b


1�5

Como si estos ojos fueran los de un pequeño niño que no esconderse pueden de tal fuego.

A lápiz y a lancha de la lumbreescribí estos zarpazosque ya huelen a olorde mes de octubre.

Rebanadas de alma y entera su palabra,empujones de sol los almendros más llenosreventaban de frío al ruido de la frasey de las miradas.

Abrazados a la puerta casi locaestos se remudarona la lancha de la lumbre... y sin soltar el asa.

Fueron ellos de la nochelos mejores amigosque por la luz, de hogaren hogar invitana invadir el teléfono.

sufrieron la muy tonta cancióny al poder tener sitioambos nos regalamoshasta aquellos que aúnno hayan llegado todavía...

b

La segunda voz

1�6

madrid

Villa que aprisa va todo un zumbidoinmensamente madre de los cielossus calles son del dios de los desvelostodo quieto a quedar todo esculpido.

la nube de su historia ha sucedidocambiar por suceder madrid consueloscomo Paloma lista de altos vuelosacogedora de lejanos y perdidos.

oxígenos de españa su balóncorazón y también verbena escudococidito triunfal Puerta del sol

con lavapiés los chulos de salónde tacón la Atocha y lo que pudoCascorro y su maleta en caracol.

b


1�7

grito de fuego

Alborotadora mujer tus senos van,tus muslos no son ciegosni tu alma es un ave que robe de la arenael desnudo que te hace inocente.

Tu cintura es un pezy tu piel, sobre una vela,levanta los presbíteroscon paltoy con bufón.

desde tus brazos hasta tus manivelas un llegara tus piernas erectas de gallo y flequillobajo tus ojos pintores.

Tu tentativa abierta, potestad de los estanquesse rinden a tu cabra llena de ríos aún por desatar.

mujer.Alborotadora mujer, la chispa de la ley,grito de fuego con la braguita baja.

sólo al sol ya le queda jurarpor tu chanfaina como astro del techoy del pájaro pistola.

b

La segunda voz

1�8

dorada seda virgen,déjame traducirte el más allápara que vengas a buscarlo.

nunca sientas miedo de tu buena salud.

b


1��

Me enamoré sin permiso

Dedicado a la mujerque aprendió a desnudarse

buscándoseuna pulga.

b

La segunda voz

200

me sorprendió este beso de lavadero hondo una tarde de mancos árboles enanos

Los tristes océanosy llamados por ellospasaron a ser dignospor la primera vez.

Azúcar de terrón blanca y morena niñade la guitarra ágil.son tus ojos oscuros de fuente y de árbol.de chorro tu piel vibra hebras glacialesy de lunas y luz.es tu nombre amapola que por tus cabelloshe soñado volar.Alta abeja espiga primavera de los abanicos.Tu canción y por dentro ola escrita segadorade nardos oceánicos.escucho tu saliva tan honda como excitanteporque definitivamenteeres devoradora.

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201

la mirada desde los palacios es la maravillosa noche del primer amor

Desoid la maldady sentaos a la mesa

del amor.

el mundo de la lluvia no es el amante tristeni es la sombra apastelada de la primera citaencima del minuto.

Aprendiste a salir a espaldas del bambúy amarillos leones con palomasde aire.

nos querían cazar las despedidas y logramoslevantar dos templos boca a bocacon la misma cerillaenferma.

entramos en la vida por la puerta caíday por la luz del techo un jazmínmalagueño nos abrióel balcón.

el sueño de la voz nos llevó al gran Palacioy por el brazalete antojadizo no nos detuvonada,ni el pantano.

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La segunda voz

202

nada más siento si te vuelvo a ver

Ni amores lejanos,ni mares por medio

porque a las mujeresse les va el compendio.

Tus muslos de alemana los tengoentre la luna alta de las opulenciascinematográficas.

son como dos chispas que enciendeny calientan los agujeros.

Tus ojos enlazados me levantanhasta las tapaderasy me pongo a hervircon fuegocuando entro en tu carne.

no me atrevo a olvidartepero no soy un cobardecuando me masturbo.

He soñado que te estaba tocando los pezonesy que te dibujaba una floren cada seno tuyo.

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me siento muy heridopero sigo siendo pájaro.

Te prometo entendertey aunque nunca jueguecon tu propio fuegosepas que me ha quemado tu sudor.

estoy muy alcanzado nada más sientosi te vuelvo a ver.

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La segunda voz

204

Rumbo acumulado

Dedicatoriaa Cosme Damián Churruca,

a Gravina y al otro que recuerdo,Alcalá Galiana que le dieron

en la cresta porque luchó decente.

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205

Así es la vida

He perdido en el amor, he pedido con briscascuando pintaban bastos. Y perderé la viday mi ambición, el tacto y el rastreo, y perderé el camino, el sol y el viento.

Perderé la luz. me encontrará la tierra, ciega,y entonces permaneceré en silencio.

delante de mí tengo la guerra merecida.Yo perdí mi tiempodel que sólo encontrar he podido mi sombra,parte de la tómbola incierta,lo horrendo de un pellejoque se deshila en el trastero.

Pero sobre todo, yo perdí mi tiempo cuando el campo era amorcuando la tierra nacía del vigor de un lirio.Perdí un amor, y también la llave,perdí entre el polvo mi destino.Perdí beber de una fuente.

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La segunda voz

206

las puntas de las ruedas ya no crujen,los labios de mi boca ya no os besan,los ojos de mi alma ya no alcanzanhasta aquel pasado donde todo lo que tuveirremediablemente lo he perdido yapara tan solo encontrar, tan solo encontrar, repito, mi vejez caduca.

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207

Anaya de Alba, amarra tu corazón al mío...

... Que quiere estar en ti mi cereal.Que quiero por tus tierras pasar mis manos temblorosas,y tropezar a tientas los diez sentidos de mis palmaspara sellar así tus piedras.

mi fuego escapa al río, el viento huye,con una soga al cuello,entre tus trigales de arena y polvo,Anaya, amarra tu corazón al mío.

sólo la noche es blanca como la luna,sólo los cristales de los charcos echan humo,sólo las huellas son ojos en la punta de tus lanzascuando amarrado a ti, quiero ser tu guerrero.

estoy herido, atravesado por la herida tuya,¿sabes? ningún dolor nos separará jamás;soy de tus calles el tambor y la corneta,soy del silencio, el ruido del mañana.

Que tus altos y bajosjueguen conmigo a la navegación.Y en la deriva, cuando la tempestad nos fabrique un bosque,en la tragedia de los barullos del mar,Anaya, amarra tu corazón al mío.

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La segunda voz

208

Anaya de las mieles, como cera que me esperaamarra tu corazón al mío, que a lomos del vientocabalgaremos estrepitosamente amándonos... con la naturaleza.

Yo cantaré como guitarra urgenteal sereno una noche, al son de las colinas.Yo cantaré penetrando mi voz por las encinaspara que también escuches mi palabra:la vida de mi muerte. Amén.

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20�

Bajo el sol de todos los oficios

Ni son los que yo piensoni a los que imagino

se parecen

Cómo seré yo.Cómo serán mis cosas.Hasta dónde llegarán sin tiempo mis cadáveres.Yo soy de cada fecha aquel presente metabolismo niño.Yo fui de cada verso un aire olvidado,un ancho cielo y corazón de tierra.se me ocurre gritar y aya no estoy.se me ocurre pensar y pierdo la cabeza.se me ocurre firmar y no he vivido la tristesemejanza de mis alrededores.

A cual rincón mis ojos.A dónde irá mi vida hasta distribuir la última materia.estoy desorientado y nadie me lo ha dicho.estoy en plena calle y no podré quedarme.Quién soy yo en qué tumba los siglos.Contestad, espíritus vacíos.

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La segunda voz

210

de qué calles mi infancia sangre que mantuve.Alma que lleva el asa carambola y futuro ruido de árbol.la última oportunidad que yo pude tener.si volviera a vivir jamás aceptaríaque me volvieran a salir los sabañones.

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211

Huellas que no disimulan

Dedicado a la niebla nocturnacon tirabuzones

que siempre se enamorade todos los tejados.

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La segunda voz

212

Al calor de la historia

Quiero empezar aquí como tirando a buenocomo tirando a suave por estos pasadizosdonde dibujo alas.dulce como el que canta aire como el que es libremanso como el que sufre.Yo sé que el corazón me toca mi tarjeta huyepor esta tierra corta de distintos lamentos.en sus labios de postre en su injusticia vanaque como de lo ajeno.el pintor es el miedo que atraviesa los prados la querella del mar.

como el sol que fabrica primaverasy te llena los árboles y ahoga los otoñosla rueda de escapar.la noche que me deja la música que harpea el cielo que hace guardia.

Todo se va suelo por dentro el calor de los ojosla huella de los pájaros la canción del que rondael ramo de la novia.la foto de la calle así es mi sombra cornisa derruida por la guerra.

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213

Allí donde el palomo hizo parejaallí quedó su huella y la madre palomatan sólo se alimenta cuando no la ve el pueblo.dentro de esta vivencia mensaje que es mayorcuando logro ser otro. Aquí meto estas fechas al calor de la historia aderezada.

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La segunda voz

214

nunca es fácil disolverse

Cuando la voluntad se hace mayor el pecho silbay el amor es frágil,la cabeza se pasa de la sombra y el cerebro atribuyeotra distancia.el cuerpo inventa algo y a la tierra le pesala mano de la calle.

Pero la muerte se tropieza con un latido ajenoy entonces la muerte comprendeque algo sigue con vida.Agua de río y tiempo de cenizay ciento de mar y flores de penetrante aroma,corpulentos caballos, el águila y el perro.

el gesto está cumpliendo:Aún mueve un dedo el pobre cadáver.Aún mueve el cadáver el dedo meñiquede la tristeza:nunca es fácil disolverse.

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215

Viendo crecer a los niños

Lo mejor de mi vida fue vivirlo peor de mi muerte

lo que no me ha ocurrido.

la tierra dióme el cuerpolos ojos dióme el solel camino la edad y el viento me hizo niñola sombra el apellido y el alma que hoy resistome la regaló el fuego.

el camino me llevó de la manoy cuando más frío hacíame dejó abandonado ya sin alma.Conocí a una mujer y no era ella.

la huella que hoy resisto me permitió bailar.la madre que me tuvo aún me espera.

el ruido del caballo y la piedra que sufrehoy respiro.

¡no me preguntéisde donde soyllegado!

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La segunda voz

216

Mi barca ya está hecha

A Aníbal Núñez:Pasaré a recogerte en mi barca.

Procura estar entero.

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217

A la diestra del juez

golpear herir matar a alguienfusilar o padecer miseriasangrar por el costadobrisas muertas.Tragar saliva honda y a pedazos salírsele los ojosa la piedra.dinamitar el alma la conciencia la tortura el dolory apedrear el universo de los pájaros la cascadala ruina de los bosques el incendio.los difuntos no entran ni los fenecidos ni los que estánsentados a la diestra del juez.este poema hermano es huella de los lunes retratados.solamente la canción y movimiento desde los quince años.el hombre es de la nada, es esa flor que nos corta las manos ese puerto dulce esa montaña rotaese perro que jadea tarde sin pueblo ni dueñoque dormir.

Al otro lado de la loma está la escarcha.la loma de las dos pestañas donde el pastorpintando con su cayada hizo una raya en el sueloy elevando sus ojos al cielo dijo:baja si te atreves a enviarme más lobos.

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La segunda voz

218

Chaleco charro

me atrevo a ser palabra porque siempre he creído en el silencio.Porque siempre necesité ayuda y la palabraes el único grito que es capaz de atravesar la nochey llegar al socorro del otro hermano míoaunque lejano.la palabra es la voz que soporta el dolor y cuando se hace quejido sus lamentos se suicidan a solas.

la conquista del amor es la palabra, el precioso besoque siempre llega a tiempo y en el tiempo alterna su reinado.la palabra es de dios y es el prodigio donde la música canta la palabra.es el timbre que llega al corazónde todos los latidos.es la ley de la ciencia todo lo que vivimos es hablado.Todo lo que escuchamos nos lo dice la nochey el peligro está en ella.

Todo lo que vivimos es un viaje. el que escucha hablay el que habla escucha porque sabe ayudar.

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21�

me atrevo a ser palabra porque quiero viviren las alturas y romper cerrojos.Para hablar está esperando un niño y el que culpa y oscurece la palabra es un traidor.

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La segunda voz

220

sakkira

Puedo decirte algo, acariciarte,rodearte de versos y de besosmuy cerca deloído.sensiblemente así contarte las palomassentir entre tus poros todas las horas hechasflequillo de acordeón tu piel de agua.Puedo decirte algo, algo que necesites, algoque te emocione, algo de ti y de mí, algo de entre tus dedospara el mejor sitio.Tu sonrisa está llena de juguetes y a tu medio cuerpo se asomó la luna.Quiero darte otra vez los buenos díasa la orilla del río Pisaperlas.el alma dividida de los barcos, el ojo de los montes,la gracia de los labios que viajaronpor una noche larga, noche entera, la noche de los pájaros.Te veo en las cucharasy en los dedos de las ventanas.de tanto que te quiero el bosque ya me habla.sin tiempo que perder antes que mañanate sacaré a bailar.

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221

Cuando te sorprenda la campanaagárrate a la tierrasin despreciar el cielode esa nueva oportunidadque te dan los árbolespara seguir viviendo.

Ahora por salamanca siempre cruza ese hombrecon los brazos caídos.

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La segunda voz

222

Doce cartas a París

París es grande.Grandioso es París.

París es solteróny amando a su estafeta

deshojé estos anillosy me ayudó a sembrar

su esencia en esta frase.

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223

en el pasado

Cuando a la novia prohibida no se le permitía hacerse la permanente. Cuando el toque de oración era a su horario y el novio la esperaba cambián-

dose de esquina. Aquella novia gallarda y zagalona que cargaba con el cánta-ro de agua en la cabeza, bajo aquel rodete que aplastaba las peinetas antiguas

de las novias prohibidas.

desde aquí quiero rodearme entre su sombra y rega-larle un juguete a cada ojo, un flequillo para cada pestaña, un templete de aureolas que la pronunciara empujadora y atropellante.

me dejo resbalar por el silencio de esa rama rasgada que se desmigaja por los fueros de los huracanes tenebrosos y los placeres del vaivén del viento que se mueven abrazándose pero sin tocarse.

Ahora estoy regresando por el viaje de la lluvia, por las lá-grimas del árbol, por la voladora golondrina, por el estambre de aquella novia prohibida que se rehogaba en el mayor de los placeres como medio corriendo.

este recuerdo me aglomera y me despacho bajo aquellos lujos y aquellas faldas que traspasaban la ralla de los tobillos candorosos de deseo y felicidad prohibida.

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La segunda voz

224

Ahora deseo mirar sin que me miren, sin que me contrai-gan, sin que me interrumpan para que aquella honestidad sirva de cinturón, despacho que hago mío anunciando la li-bertad del yunque y el martillo.

He dormido de lado, he soñado mentiras, he recorrido abrazos hasta mezclarme con las abejas, con la fortaleza. Quiero quedarme solo y gritar a todos los caminos, recorrer los baldíos hasta despegar las escarchas y todas las pestañas y surcos que nos acercó el pan.

He pensado que por este extravío de trompetas y clari-nes voy a firmar el canto de los pájaros y el nido de aquella paloma huida de la guerra que solamente se atrevía a comer hierba cuando no la veía el pueblo.

de estas tierras atrás dejo la degollina de esa niña entre las hierbas más altas de los prados que la convirtió en esa gota de rocío de lo bonita que era y ni siquiera el sol se atre-vió jamás a acrisolarla.

“Para el amor no hay tiempo que perder ni tiempos que envidiar”

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225

el mar no se aburre

“Y la novia del mar no ha bajado a la taberna”

el mar es un chiquillo que abusa de su padre. se viste de papel y se enamora de la nube más alta que se mueve. el mar no sabe si mata o se arrodilla. de tanta barriga que tiene no le deja sitio al alma.

Corto de pies y largo de membranas se alimenta de des-cuidos y a los marineros desafía sin precisar la tierra. sus gri-tos embellecen a los burros que forman sus empujes y sus atropellos.

es muy picaresco y repuntero y cada jueves estrena una chaqueta. Por la noche se dedica a romper los cuernos a la luna y cuando no tiene que hacer se emborracha de achico-ria.

es primo del silencio. en sus profundidades conserva los pucheros y en los últimos gorgoritos de la rama logra subir a la superficie. su padre se llama lunes y monta en bicicleta echándose a perder por los ahogados.

su único centinela es el demonio y en la sombra de la noche se perfora de cantar blasfemias.

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La segunda voz

226

la luz de la bahía siempre se está estrellando con el son-sonete de la distancia para que los marineros no se olviden de la tierra.

es el arma de los ríos, de los charcos, de las influencias inexistentes y en sus orillas habitan las encinas sin atreverse a humedecer sus cascos.

en sus reflejos siempre está esa ola que nunca será es-crita y esa otra montana de huracán sin bosques, ese que se aprovecha del temblor de las novias.

el mar es esa tumba que lleva los caudales y que se atreve a enterrar el hueso de la tierra pero nunca jamás el mar perdonará que un marinero le robe la eternidad que se merece el agua.

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227

Pesadilla entrecortada

Un aviso que no llega, un ruido que no sabe escucharse, una silueta que no alcanza la voz de los armonios, una esca-lera que se rompe dejando sin tijeras al sonido.

la tierra, la distancia, la cucharilla de arrastrar, los ríos, el amor que se pierde y se descasa, la paciencia del pan, el orgullo que mancha. Todo, y por el arrastre, se queda sin cul-tura y sin amor.

Pero tengo que salir por otra puerta y aturdir la ventana de los ojos, descender del boquizo de la noche y recibir la lluvia de la tranquilidad.

Todo va en este viaje, y hasta París se asoma a sus altos trajes, su sombrero de flores, su señorito nombre de haber nacido único.

Recio es el resplandor, ráfagas son los charcos, saludable es la historia. Por los hierros más altos París busca sus som-bra y ofrece a su canción el espejo del fuego.

Habla el hombre, canta el pájaro, se anida la ilusión y todo repercute en la peineta grande del amor que se en-cuentra.

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La segunda voz

228

el sol ya está desnudo y busca de la estatua esa palabra. Yo buscaré la historia de ese romance.

Todo queda prendido y el país es la calle, la única nación de los espíritus.

Hoy he salido solo y convido al prado, a las rosas del es-tanque, a los rostros vacíos, a la llave que gira para cubrir los pasos de ese viajero del acordeón canales que es París.

le dedico esta estrella convidada para palpar sus meji-llas de alto día, de soplo divertido, de tolerancia aplauso, de cultura infinita que es la única travesía de París y su badil de cocina castellana.

le compro este colgante, le ofrezco este plato de arroz y por su salmo le aplaudo con cucharas. después de saludarle le pido mis respetos, del que presumo ser su fiel canario y su palabra misma de los días sin contar.

Firmo esta palabra para que en mis cálculos París viviera niño y seguirá bailando de cada atardecer esa flor encontrada que aún de muerta siempre será belleza.

Por este sello viajo donde me gustaría quedarme aquí dormido.

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22�

La voz de la tristeza

Nosotros somos los pájaros.Después la noche se encarga

de sembrar los árboles.

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La segunda voz

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Y me muero nacido en tu sufrir

Dedicado a Carmen

Altas peñas donde hoy me confundoretorciendo el silencio por tu amory en tus ojos mejillas va el calorde la ilusión mayor que me dio el mundo.

eres mar de mi amor, lo más profundoy lo cruzo en silencio y con dolor.Te quiero amor y siento el paño honorestrellarse en tus ojos donde fundo

la terrible razón que ardiente es brasa,ligero giro del insomnio que eresy el sufrir de mi alma al descubrir

tu sosegado soplo que me abrasa.en mi calvario, Carmen, si me quieresdame tus ojos para no morir.

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Carpintero más sencilla

A León Felipe

no quiero adornos en mi sepulturani caja ni cajón ni fecha en puntoque quiero solamente ser difuntocon mi cuerpo y mi tierra y mi figura.

Y si acaso algún bellaco o criatura,me compra un mausoleo a todo lujo,que no espere de mí ni de otro brujoque le agradezca nada su postura.

Que quiero solamente un traje rotoy alguna sayalesca de metalmarcada con la sangre de una parra.

emborrachar a todo el que haga votode ampararme en un rescate taldonde monto esta encuesta de pitarra.

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La segunda voz

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lo que siento ahora

Almendra mía casi rubia uvapinchazos de limón, mi sol querido,dulce espacio del as deja que subahasta besar los pies de tu vestido.

entre dos piedras tuyas un latidomi cuerdo corazón necio de cubaque grita en el auxilio ser perdidoen tus ancas metálicas de tuba.

Recuerda que tan solo tuyo es dueñoaquel que más percibe tu miradaquieta, fundida como el hielo frío.

Reciente amor que cueces en mi ríodescolgada en mi alma alcanforadala llama que ahora siento en cada sueño.

© Tomás Hijo

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oBRAs PUBliCAdAs de Remigio gonzález “AdARes”

Por orden cronológico de creación:• Mariposa de oír, 1972. Publicada en 1999 en Colección

Alba de Poesía, José miguel Bernal ediciones.• Granada, hierba azul, 1973. Publicado en 2000 en

Colección Alba de Poesía, José miguel Bernal edicio-nes.

• Puro pueblo de mí, 1973. Publicada en 1999 en Colec-ción Alba de Poesía, José miguel Bernal ediciones.

• La vida puja, 1976. Publicada en 1999 en Colección Alba de Poesía, José miguel Bernal ediciones.

• Sangre Talada, dedicado a gary-gilmore (UsA). Pre-mio a la originalidad por sus sonetos. málaga, 1977. 2ª edición 1994.

• Disparates de mi lado izquierdo, a león Felipe y a méxico, 1978.

• Al poeta de Castilla y dame, 1979. Publicado en 1999 en Colección Alba de Poesía, José miguel Bernal edicio-nes.

• Cinco pesetas de bosque, dedicado a Carmen, 1979. Reeditado en 2000 en Colección Alba de Poesía, José miguel Bernal ediciones.

• La muerte y otra vez, dedicado a Anaya de Alba (sala-manca). 1980. 2ª edición 1989.

• Las coplas del cura de Galisancho. Romance. 1980

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Bibliografía

236

• Las coplas del crimen de Tardáguila. Romance. 1980• A Quevedo y tierno amor de lilo, dedicado a Quevedo,

1980, 2ª edición 1989. editado en 1999 en Colección Alba de Poesía, José miguel Bernal ediciones.

• Vuelo de papel, dedicado a Carmen, 1981. 2ª edición 1987, 3ª edición 1989.

• La curva que no mira, 1981. Publicado en 2000 en Colección Alba de Poesía, José miguel Bernal ediciones.

• Esperanza, 1981. Publicada en 1999 en Colección Alba de Poesía, José miguel Bernal ediciones.

• La Barrila. obra biográfica del autor y dedicada al lazarillo de Tormes, 1982, 2ª edición, 1992.

• Los dueños de Caín, 1982. Publicado en 1999 en Colec-ción Alba de Poesía, José miguel Bernal ediciones.

• Taxis azules, 1983. Publicada en 1999 en José miguel Bernal ediciones, Colección Alba de Poesía.

• Después de amanecer llegó la lealtad, 1984. Publicada en Colección Alba de Poesía, José miguel Bernal ediciones.

• Sin riesgos para el futuro, 1985, Publicada en 1999 en Colección Alba de Poesía, José miguel Bernal edicio-nes.

• Quiero pensar lo que he muerto, dedicado a Charles Cha-plin, 1987.

• La Tierra esfuerza Cal, dedicado a mi padre y a mi madre, 1988.

• La Novela de Juan Márquez. en buscando trabajo, dedicado al lenguaje de salamanca y sus antiguos, 1988.

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Bibliografía

237

• Mesa Reñida dedicado a mi esposa hacendosa y callada sin errores, 1989.

• Por qué tiene frío la madre..., 1990. Reeditado en 2000 en Colección Alba de Poesía, José miguel Bernal edi-ciones.

• Los romances tropezados por la luna, 1990.• No me preguntéis de dónde soy llegado, 1991.• Patíbulo, 1991.• Cinco días sin mí, 1991.• El amor que no estuvo, 1991.• La última palabra de los árboles, 1992.• Escrito a lápiz sin soltar el asa, 1993.• Me enamoré sin permiso, 1995. Reeditado en 1999 en

Colección Alba de Poesía, José miguel Bernal edicio-nes.

• Rumbo acumulado, 1996, Reeditado en 1999 en Colec-ción Alba de Poesía, José miguel Bernal ediciones.

• Me atrevo a ser palabra. Antología poética, 1997, Ama-rú ediciones.

• Huellas que no disimulan, 1997.• Mi barca ya está hecha, CeiAs, 1999.• Doce cartas a París, 1999. editado por Tomás Hijo y

Raúl Vacas (la iguana ebria)• La voz de la tristeza, 2000. Publicado en Colección

Alba de Poesía, José miguel Bernal ediciones.

• Versos de barro herido (Inédito)• Palabra original. 3 vol. (Inéditos)

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Índice

Criterio de selección y título de la obra ......................... 9

Prólogo ................................................................................. 13

Mariposa de oír ............................................................ 39san Jorge .................................................................................. 40sueños, sueños... ...................................................................... 42gravera de amor ...................................................................... 44

Granada, hierba azul ................................................... 46Un cendal de llama viva entre granada ................................. 47

Puro pueblo de mí ........................................................ 51desde aquel momento me brotó el hierro ............................ 52la ciudad ................................................................................. 54la radio en casa ....................................................................... 56

La vida puja ................................................................ 59la tierra .................................................................................... 60donde pongo a viajar todo mi nombre .................................. 62A Portugal le recuerdo en los vientos que desnudan los árboles ........................................................ 64

Sangre talada ............................................................... 66A quien me entierre ................................................................ 67muerte ...................................................................................... 69

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La segunda voz

240

Disparates de mi lado izquierdo ................................... 70Un gerundio escurridizo .......................................................... 71el baulero ................................................................................. 72Hasta luchar más lejos ............................................................. 73Buscando un bala ..................................................................... 74

Al poeta de Castilla y dame .......................................... 76si tirado en la calle encontrárais un libro ............................... 79Castilla ...................................................................................... 80

Cinco pesetas de bosque ................................................. 81Cinco pesetas de bosque ......................................................... 84

La muerte y otra vez ..................................................... 85de la muerte, nada que más asfixie, que saberlo .................. 86Tierra ........................................................................................ 88

A Quevedo y tierno amor de lilo .................................... 89torcaz ........................................................................................ 92

Vuelo de papel............................................................... 93Un arbusto de mimosos ........................................................... 94Pregunta Paraninfa .................................................................. 95maleta amor ............................................................................. 96

La curva que no mira ................................................... 97esperando morir ...................................................................... 98A-l-a-s... .................................................................................... 99Te lo agradezco y nunca ignoro cuánto. ................................. 100

Esperanza .................................................................... 101el psicotécnico de tantos matasanos ...................................... 102Quijote “Adares” ..................................................................... 103explicación sin título... de Carabanchely de las monjas ...... 104

La Barrila ................................................................... 107las amas por la noche ............................................................. 108mi abuela dióme vida para la multitud .................................. 111las estrellas son mías y os diré dónde vengo ........................ 113

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241

Los dueños de Caín ....................................................... 115el mundo es un cadáver .......................................................... 116desde ninguna parte ............................................................... 118le enterraron en tierra ............................................................ 119

Taxis azules .................................................................. 120mar Arriba ................................................................................ 121Todo es del tiempo...pero sin alabanzas... ............................. 122¡Hoy soy cristiano! ................................................................... 123

Después de amanecer llegó la lealtad ............................. 124escuchad... que yo soy un entierro ....................................... 125Hoy están de fiesta .................................................................. 127Repatriadas piernas ................................................................. 130

Sin riesgos para el futuro .............................................. 131mi libro ..................................................................................... 132dejar que me haga míoy que me acompañe este paseo ....... 133Recoge de las piedras las más gordas ..................................... 134

Quiero pensar lo que he muerto ..................................... 136

La tierra esfuerza cal ................................................... 140extravío .................................................................................... 141Prohibido hacer psiquiatras .................................................... 142Con las gallinas ........................................................................ 143

La novela de Juan Márquez...en buscando trabajo ........... 144Por los cuarenta duros... .......................................................... 145el consejo del palo... ............................................................... 147soneto “Adares” dedicado a Juan márquez garcía .............. 147Un valioso peligro .................................................................... 149

Mesa reñida .................................................................. 151sin edad...es adalí. ................................................................. 152Colina de naranjas ................................................................... 1534 de mayo ................................................................................. 154

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La segunda voz

242

Por qué tiene frío la madre ........................................... 155desvanecimiento ..................................................................... 156

Los romances tropezados por la luna ............................ 159Romance al Carromatero “el Pildoro” .................................. 160dedicada a mai-nela... ........................................................... 166Cerilla antigua .......................................................................... 168

No me preguntéis de dónde soy llegado .......................... 170Cátedra ..................................................................................... 171lazo azul violeta ...................................................................... 172el hotel de las monjas ............................................................. 173Por salamanca un réquiem ..................................................... 174

Patíbulo ....................................................................... 175la mirada de los anunciados .................................................. 176sin sustos .................................................................................. 177Plaza del Corrillo ..................................................................... 178

Cinco días sin mí (el único milagro es el Agotamiento) .. 179estamos en el principio ........................................................... 180Una calumnia ........................................................................... 182Quise haberlo tocado ............................................................... 184

El amor que no estuvo .................................................. 186Aún me llamaste que apenas .................................................. 187desatado del cable de la adolescencia ................................... 188la bandada de pájaros se rompía sin árboles ........................ 189

La última palabra de los árboles .................................. 190el que retrocede se repite al revés ......................................... 191¿de quién crees que eres? ...................................................... 192Hablando con la fruta .............................................................. 193

Escrito a lápiz sin soltar el asa .................................... 194madrid ...................................................................................... 196grito de fuego .......................................................................... 197

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243

Me enamoré sin permiso................................................ 199me sorprendió este beso de lavadero hondo una tarde de mancos árboles enanos ....................................................... 200la mirada desde los palacios es la maravillosa noche del primer amor ....................................................................... 201nada más siento si te vuelvo a ver ......................................... 202

Rumbo acumulado ....................................................... 204Así es la vida ............................................................................. 205Anaya de Alba, amarra tu corazón al mío... ............................ 207Bajo el sol de todos los oficios ................................................ 209

Huellas que no disimulan ............................................. 211Al calor de la historia ............................................................... 212nunca es fácil disolverse ......................................................... 214Viendo crecer a los niños ......................................................... 215

Mi barca ya está hecha .................................................. 216A la diestra del juez ................................................................. 217Chaleco charro ......................................................................... 218sakkira ...................................................................................... 220

Doce cartas a París ...................................................... 222en el pasado ............................................................................. 223el mar no se aburre ................................................................. 225Pesadilla entrecortada ............................................................. 227

La voz de la tristeza ..................................................... 229Y me muero nacido en tu sufrir .............................................. 230Carpintero más sencilla ........................................................... 231lo que siento ahora ................................................................. 232

obras publicadas de Remigio gonzález “AdARes” ..... 235

Contraportada ................................................................................. 245

b

Contraportada

Dedicado sin fecha y para siempre

a la plaza del Corrillo (Salamanca)

Quedeme quieto aquí y acurrucadoen esta plaza de vivir prodigiosescaleras sin letras de tristezani frío estrofa del invierno.Aquí yo me reparto entre lluvia y barroenjuto y sin pestañas como rozando nievesy escribiendo cajitas de jalea.de cada mitad acaricio del solsu disciplina.no se me acaba nunca la canciónque de rodillas firmo.en esta plaza de la buena vidayo espero entre las nubesque vuelva el lazarillo a salamanca.Antes de esta visitajamás me iréde aquí.

Con el Tormes en la mano ¡Buenas tardes!


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© Pilar y laurent mabire

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Remigio González “Adares” - Diputación de Salamanca · signes de salamanca. Adares, el hijo de “el Pil-doro” y de “la Rumba”, nació poeta y durante 20 años nunca faltó