Renovación Carismática Católica de Cartagena · Ustedes serán bautizados con Espíritu Santo y fuego _ (Hch 1, 5). Ese bautismo implicó sumergirse en el dolor de la cruz de su

ARQUIDIÓCESIS DE CARTAGENA

Renovación Carismática Católica de Cartagena

Una Iglesia servidora con el poder del Espíritu Santo




Novena de preparación a Pentecostés

UNA IGLESIA SERVIDORA CON EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO

PENTECOSTÉS EN "TIEMPOS DIFICILES" La celebración de la fiesta del Espíritu Santo en 2020, es una buena noticia. Nos llega en un momento en que especialmente, necesitamos la presencia del Espíritu Santo con sus dones. Jesús nos prometió que no nos abandonaría; y está cumpliendo sus promesas. Y estas promesas las llevará a plenitud en la fiesta que se aproxima. Seremos revestidos con el poder del Espíritu Santo y seremos llenos de sus dones: la sabiduría, el entendimiento, la ciencia, el consejo, la fortaleza, la piedad y el temor de Dios. Nos llegan en el momento más indicado. Así es nuestro Dios. Vamos a vivir esta celebración con las limitaciones que nos imponen las circunstancias que vivimos, pero con mucha alegría y con mucha esperanza. La Novena que tienen ustedes en sus manos, es una buena propuesta para preparar el espíritu y el corazón. Dios nos da la mejor oportunidad para que podamos salir del "encierro" con un corazón vibrante, entusiasmado y decidido. Que la celebración de cada uno de los días de esta Novena nos ayude a prepararnos a todos, también nuestras familias, nuestras pequeñas comunidades, nuestras parroquias, para que el nuevo Pentecostés sea como el primero: ¡ven Espíritu Santo y renueva la faz de la tierra! Y una buena propuesta para celebrar Pentecostés: abramos las puertas del corazón de cada uno de nosotros, de nuestras familias, de nuestra Iglesia, de nuestra sociedad y del mundo, para que el Espíritu Santo nos llene en abundancia con sus dones. Esta es la oración que nos va a unir a todos durante esta Novena y en la celebración de la fiesta de Pentecostés: ¡ven Espíritu Santo y renueva la faz de la tierra! Y les pido que oren en todo momento por nuestra Iglesia Arquidiocesana y por mí. Cordial y fraternal saludo. Su obispo,

Jorge Enrique Jiménez Carvajal. Arzobispo de Cartagena




INTRODUCCIÓN

Pentecostés es la fiesta de la “Iglesia en Salida”. El discurso vehemente y testimonial de Pedro (Cf. Hch 2, 14-36) inauguró el programa evangelizador de los discípulos que acababan de experimentar aquella promesa hecha por Jesús luego de su Misterio Pascual: “Ustedes serán bautizados con Espíritu Santo y fuego” (Hch 1, 5). Ese bautismo implicó sumergirse en el dolor de la cruz de su Maestro y en el miedo que los mantenía encerrados, para luego levantarse con el gozo inagotable de la Resurrección de Cristo. El miedo de los discípulos se convirtió en coraje y ardor por contar a todos su experiencia con Jesús. Pentecostés es, por tanto, la celebración del testimonio de la fe en Jesús, el cual, solo podrá ser edificante mediante la acción luminosa del Espíritu Santo. Hoy, cuando estamos llenos de incertidumbre por la situación actual del mundo a causa del coronavirus, es el Espíritu Santo enviado por Jesús Resucitado quien nos puede mantener firmes en la fe e inconmovibles en la esperanza (Cf. 1 Cor 15, 58), ayudándonos a dar alegría a los más tristes y afligidos, a ejemplo del Buen Samaritano. San Juan relata que “el primer día de la semana estaban los discípulos con las puertas cerradas por miedo a los judíos, cuando se presentó Jesús, en medio de ellos y les dijo: “les traigo la paz” … luego sopló sobre ellos y les dijo: “reciban el Espíritu Santo” (Jn 20, 19.22). Este año celebraremos Pentecostés con las puertas cerradas también, pero con el corazón más abierto que nunca para que el Señor renueve en su Iglesia y en nuestras familias aquellos prodigios que obró en los comienzos de la predicación apostólica. Hoy, con mayor fervor, clamemos con el corazón: “Ven Espíritu Santo y renueva la faz de la tierra”. Con estos sentimientos vivamos un camino de 9 días para conocer más de cerca la presencia del Espíritu Santo en la Historia de la Salvación y cómo sigue actuando a diario en nuestra vida cuando nos dejamos guiar por Él.




PRIMER DÍA EL ESPÍRITU SANTO, ALIENTO DE VIDA

CANTO: Sopla Cristo sopla sopla Señor sobre mi tu vida sopla Cristo sopla sopla Señor aliento de vida. (Bis) Cristo sopla aliento de Dios sopla Señor sobre mi tu vida Cristo sopla aliento de Dios sopla Señor aliento de vida (Bis) INVOCACIÓN TRINITARIA Iniciamos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén SIGNO (opcional) Colocar en el centro de la reunión una planta natural

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Ven Creador Espíritu, de los tuyos la mente a visitar, a encender en tu amor los corazones que de la nada te gustó crear.

Tú que eres gran Consolador, Don altísimo de Dios, fuente viva, amor, fuego ardiente y Espiritual unción.

Tu tan generoso en dádivas. Tú, poder de la diestra Paternal,

Tú, promesa magnifica del Padre que al torpe labio vienes a soltar.

Con tu Luz ilumina los sentidos, los afectos inflaman con tu amor; con tu fuerza invencible fortifica la corpórea flaqueza y corrupción.

Lejos expulsa al pérfido enemigo, danos pronto tu paz;

siendo Tu nuestro guía toda culpa logremos evitar.

Denos tu influjo conocer al Padre, denos también al Hijo conocer. Y en Ti, del uno y otro Santo Espíritu para siempre crecer.

A Dios Padre alabanza honor y gloria, con el Hijo que un día resucitó;

y a Ti abogado y consuelo del cristiano, por los siglos se rinda admiración. Amén.




LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS Génesis 2, 4b- 8 "El día en que hizo Yahveh Dios la tierra y los cielos, no había aún en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba del campo había germinado todavía, pues Yahveh Dios no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre que labrara el suelo. Pero un manantial brotaba de la tierra, y regaba toda la superficie del suelo. Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente. Luego plantó Yahveh Dios un jardín en Edén, al oriente, donde colocó al hombre que había formado." V. Palabra de Dios R. Te alabamos, Señor MEDITACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS

El libro del Génesis, en su segundo relato de la Creación, nos muestra cómo Dios saca al hombre del polvo y le da el aliento de vida. El polvo de la tierra, es decir, las debilidades, las carencias, la fragilidad, caducidad, e incluso, el pecado, pueden ser transformados en vida nueva y abundante gracias a la acción del Espíritu Santo. Pensemos en este primer día de la novena en aquellas debilidades que nos mantienen como seres inanimados, sin esperanza, sin ganas de seguir adelante. Pensemos también es las circunstancias externas que nos pueden afligir, limitar, estancar y pidámosle al Señor que sople su aliento de vida sobre nosotros. Este aliento de vida está presente siempre en nuestras vidas, pero a veces no lo dejamos actuar con libertad. Hoy el Señor quiere soplar y que nuestra existencia se llene del aliento vivificador del Espíritu para que podamos alentar a quienes están al borde del camino desesperanzados y sin ganas de continuar.

Preguntas para reflexionar:

Así como el aire es necesario para que el cuerpo pueda vivir, es necesaria la presencia del Espíritu Santo para que la vida de fe sea fructífera.

1- ¿Eres consciente de la presencia del Espíritu Santo en tu vida desde el día de tu bautismo?

2- ¿Qué signos percibes en tu vida cuando no dejas que el Espíritu Santo actúe con libertad?

3- Piensa en un área de tu vida que consideres que el Espíritu Santo necesita vivificar y pídele con fe que te ayude a transformarla con sinceridad.




“ENCÍCLICA “SEÑOR Y DADOR DE VIDA”. SAN JUAN PABLO II. 1986 El concepto bíblico de creación implica no sólo el dar la existencia, sino también la presencia del Espíritu de Dios en la creación, o sea, el inicio de la comunicación salvífica de Dios a las cosas que crea. Lo cual es válido ante todo para el hombre, que ha sido creado a imagen y semejanza de Dios: « Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra »” SALMO RESPONSORIAL Sal 103, 1ab y 24ac. 29bc-30. 31 y 34 R. Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra Bendice, alma mía, al Señor. ¡Dios mío, qué grande eres! Cuántas son tus obras, Señor; la tierra está llena de tus criaturas. Les retiras el aliento, y expiran, y vuelven a ser polvo; envías tu aliento y los creas, y repueblas la faz de la tierra. Gloria a Dios para siempre, goce el Señor con sus obras. Que le sea agradable mi poema, y yo me alegraré con el Señor.




DÍA SEGUNDO

EL ESPÍRITU SANTO OTORGA SUS DONES A LA IGLESIA

CANTO: ESPÍRITU DE DIOS LLENA MI VIDA Espíritu de Dios Llena mi vida

Llena mi alma Llena mi ser (Bis) Lléname, lléname, con tu presencia (lléname, lléname) con tu poder (lléname, lléname) con tu bondad (Bis) Espíritu de Dios unge mi vida unge mi alma unge mi ser Úngeme, úngeme Con tu saber (lléname, lléname) Con tu consejo (lléname, lléname) Con tu temor.

INVOCACIÓN TRINITARIA Iniciamos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén SIGNO (opcional) Colocar en el centro de la reunión los 7 dones del Espíritu Santo por escrito. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS (Como el día primero) LECTURA DE LA PALABRA DE DIOSIsaías 11, 1-4 "Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces brotará. Reposará sobre él el espíritu de Yahveh: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahveh. Y le inspirará en el temor de Yahveh. No juzgará por las apariencias, ni sentenciará de oídas. Juzgará con justicia a los débiles, y sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra. V. Palabra de Dios R. Te alabamos, Señor




MEDITACIÓN DE LA PALABRA La profecía de Isaías nos muestra las gracias especiales con las que estará revestido el retoño del tronco de Jesé, ese descendiente de David que es Cristo, el ungido por el Espíritu Santo. Esas gracias, dones o regalos lo capacitan para ejercer su misión en el mundo como signo de santidad. Hoy, cada uno de nosotros, incorporados en el Cuerpo de Cristo, por el bautismo, también estamos llamados a dejar que los 7 dones del Espíritu: sabiduría, inteligencia, consejo, ciencia, piedad, fortaleza y temor de Dios se vean reflejados en nuestra vida cotidiana, en la coherencia de las acciones y el pensamiento, para que quien se acerca a nosotros experimente la presencia del Paráclito, no por fuerzas o signos extraordinarios, sino por nuestra manera de vivir, instaurando la paz y la justicia. PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR:

1- ¿Te aprendiste los dones del Espíritu Santo? Es bueno repetirlos y tenerlos grabados en la memoria para pedirle diariamente que los podamos utilizar.

2- ¿Cuál de los dones del Espíritu Santo sientes más presente en tu vida y cuál crees que te hace falta?

3- Realiza una oración espontánea, pidiéndole al Espíritu Santo que renueve en tu vida la presencia de sus dones.

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA Numerales 1830- 1831

La vida moral de los cristianos está sostenida por los dones del Espíritu Santo. Estos son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo.

Los siete dones del Espíritu Santo son: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David (cf. Is 11, 1-2). Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas.

«Tu espíritu bueno me guíe por una tierra llana» (Sal 143,10).

«Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios [...] Y, si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos de Cristo» (Rm 8, 14.17)




ORACIÓN COMUNITARIA El día de nuestra confirmación, el obispo, al imponer las manos sobre nosotros pidió para toda la presencia poderosa del Espíritu Santo con todos sus dones. Con mucha fe, oremos a una voz para que se avive en nosotros la acción del Consolador: Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos regeneraste, por el agua y el Espíritu Santo, a nosotros, siervos tuyos y nos libraste del pecado; escucha nuestra oración y envía sobre nosotros el Espíritu Santo Paráclito; llénanos de espíritu de sabiduría y de inteligencia, de espíritu de consejo y de fortaleza, de espíritu de ciencia y de piedad, y cólmanos del espíritu de tu santo temor. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén. ORACIÓN FINAL (Como el día primero)




DÍA TERCERO

EL ESPÍRITU SANTO NOS VIVIFICA

CANTO: SANTO ESPÍRITU MORA EN MÍ Santo Espíritu de Dios mora en mí, mora en mí, quiero ser lleno de tu amor mora en mí, mora en mi Si el fuego de tu luz brilla en mí la gloria de Jesús irradiaré, mora en mí, mora en mí. Si quebrantas Santo Espíritu mi ser, instrumento de amor yo puedo ser. Mora en mí, mora en mí, Si me unges con tu fuerza y tu poder, al mundo nada tengo que temer mora en mí, mora en mí. INVOCACIÓN TRINITARIA Iniciamos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén SIGNO (opcional) Colocar en el centro de la reunión los una rama seca y una planta viva y verde. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS (Como el día primero) LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS Ezequiel 37, 1-14 La mano de Yahveh fue sobre mí y, por su espíritu, Yahveh me sacó y me puso en medio de la vega, la cual estaba llena de huesos. Me hizo pasar por entre ellos en todas las direcciones. Los huesos eran muy numerosos por el suelo de la vega, y estaban completamente secos. Me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán vivir estos huesos?» Yo dije: «Señor Yahveh, tú lo sabes.» Entonces me dijo: «Profetiza sobre estos huesos. Les dirás: Huesos secos, escuchen la palabra de Yahveh. Así dice el Señor Yahveh a estos huesos: He aquí que yo voy a hacer entrar el espíritu en ustedes, y vivirán. Los cubriré de nervios, haré crecer sobre ustedes la carne, los cubriré de piel, les infundiré espíritu y vivirán; y sabrán que yo soy Yahveh.»




Yo profeticé como se me había ordenado, y mientras yo profetizaba se produjo un ruido. Hubo un estremecimiento, y los huesos se juntaron unos con otros. Miré y vi que estaban recubiertos de nervios, la carne salía y la piel se extendía por encima, pero no había espíritu en ellos. Él me dijo: «Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre. Dirás al espíritu: Así dice el Señor Yahveh: Ven, espíritu, de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos para que vivan.» Yo profeticé como se me había ordenado, y el espíritu entró en ellos; revivieron y se incorporaron sobre sus pies: era un enorme, inmenso ejército. Entonces me dijo: «Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. Ellos andan diciendo: Se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, todo ha acabado para nosotros. Por eso, profetiza. Les dirás: Así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo abro sus tumbas; los haré salir de sus tumbas, pueblo mío, y los llevaré de nuevo al suelo de Israel. Sabrán que yo soy Yahveh cuando abra sus tumbas y los haga salir de sus tumbas, pueblo mío. Infundiré mi espíritu en ustedes y vivirán; los estableceré en su suelo, y sabrán que yo, Yahveh, lo digo y lo hago, oráculo de Yahveh.»" V. Palabra de Dios R. Te alabamos, Señor MEDITACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS La visión de Ezequiel nos pone frente a la escena más tétrica que nuestra mente pueda pensar: un valle lleno de huesos secos, es decir, un lugar donde la muerte se impone y donde la esperanza de la vida es nula. No obstante, de esa cantidad de huesos secos, o sea, de ese estado de muerte irremediable, el Señor puede sacar vida, y no cualquier vida, una vida abundante y eterna. El texto relata que es el Espíritu infundido en este lugar de muerte quien hace revivir cada uno de los huesos. Hoy, al leer este pasaje meditemos en el valle de huesos secos que podamos tener en nuestra vida espiritual: quizás sea la falta de amor, el poco compromiso, el egoísmo, la amargura, la soledad, el miedo, la incertidumbre o, peor aún, una situación recurrente de pecado. Pidámosle al Espíritu Santo que sople sobre nosotros y nos reviva, que nos haga salir de nuestras tumbas espirituales y podamos ser testimonio de la vida nueva otorgada por el amor de Dios.




PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR:

1- De forma personal, y en silencio, cada uno piense en esa “tumba” interior que quiere que el Espíritu Santo lo saque y reviva.

2- Cada uno cuente de forma breve algún momento de su vida en la que ha sentido la experiencia renovadora del Espíritu Santo.

3- Miremos el signo que tenemos en el centro de la reunión y visualicemos cómo quiere el Señor que sea nuestra vida: frondosa, bella, agradable, no como la rama seca y muerta que podemos ver también.

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA Numeral 683 "Nadie puede decir: "¡Jesús es Señor!" sino por influjo del Espíritu Santo" (1 Co 12, 3). "Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama ¡Abbá, Padre!" (Ga 4, 6). Este conocimiento de fe no es posible sino en el Espíritu Santo. Para entrar en contacto con Cristo, es necesario primeramente haber sido atraído por el Espíritu Santo. Él es quien nos precede y despierta en nosotros la fe. Mediante el Bautismo, primer sacramento de la fe, la vida, que tiene su fuente en el Padre y se nos ofrece por el Hijo, se nos comunica íntima y personalmente por el Espíritu Santo en la Iglesia ORACIÓN COMUNITARIA De forma espontánea 2 o 3 hermanos realizarán una oración al Espíritu Santo pidiéndole que su acción les ayude a trabajar en un proceso sincero y comprometido de conversión

ORACIÓN FINAL (Como el día primero)




DÍA CUARTO

EL ESPÍRITU DEL SEÑOR NOS ENVÍA A ANUNCIAR EL REINO CANTO: ES ESPÍRITU DE DIOS ESTÁ EN ESTE LUGAR El Espíritu de Dios está en este lugar el Espíritu de Dios se mueve en este lugar está aquí para consolar está aquí para liberar está aquí para guiar, el Espíritu de Dios está aquí Muévete en mí muévete en mí toca mi mente, mi corazón llena mi vida de tu amor muévete en mí Dios Espíritu, muévete en mí INVOCACIÓN TRINITARIA Iniciamos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén SIGNO (opcional) Colocar en el centro de la reunión recortes de revistas o periódicos donde se ilustren las principales dificultades de la sociedad y en el centro una imagen de Jesús. LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS San Lucas 4, 16-21 "Vino a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy.»"

V. Palabra del Señor.

R. Gloria a ti, Señor Jesús.

MEDITACIÓN DE LA PALABRA




La lectura de le profecía de Isaías en la sinagoga de Cafarnaúm se convierte en el programa de vida de Cristo y, por tanto, de los cristianos. La presencia del Espíritu Santo no se trata de una experiencia espiritual agradable o solamente de las manifestaciones carismáticas en la oración. Si bien lo anterior es muy importante, las obras de misericordia y de amor con los más necesitados y excluidos dan fe de que la oración está fructificando y que el Paráclito está actuando con libertad en nosotros. Son muchas las personas que hoy nos necesitan, lejos y cerca, los reclusos, los enfermos, los empobrecidos, los migrantes, las personas víctimas de todo tipo de violencia y abuso, los desempleados, quienes viven un duelo. Hay tantos casos, incluso en nuestra propia familia. Por lo tanto, hoy, con mucha fe, repitamos las Palabra en nuestro corazón y seamos conscientes de la misión tan delicada que tenemos como hijos de Dios, llenos de su Espíritu. PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR:

1- Piensa en qué personas cercanas puedan estar necesitando hoy una palabra de ánimo, el anuncio de una esperanza, un mensaje que le permita salir de alguna opresión y no dejemos pasar el día sin contactarla.

2- De qué forma concreta podemos ayudar a alguna persona o familia que requiera de forma urgente de nuestra mano solidaria.

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA Numerales 485- 486 La misión del Espíritu Santo está siempre unida y ordenada a la del Hijo (cf. Jn 16, 14-15). El Espíritu Santo fue enviado para santificar el seno de la Virgen María y fecundarla por obra divina, él que es "el Señor que da la vida", haciendo que ella conciba al Hijo eterno del Padre en una humanidad tomada de la suya. El Hijo único del Padre, al ser concebido como hombre en el seno de la Virgen María es "Cristo", es decir, el ungido por el Espíritu Santo (cf. Mt 1, 20; Lc 1, 35), desde el principio de su existencia humana, aunque su manifestación no tuviera lugar sino progresivamente: a los pastores (cf. Lc 2,8-20), a los magos (cf. Mt 2, 1-12), a Juan Bautista (cf. Jn 1, 31-34), a los discípulos (cf. Jn 2, 11). Por tanto, toda la vida de Jesucristo manifestará "cómo Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder" (Hch 10, 38).




ORACIÓN COMUNITARIA

A cada invocación respondemos: R. Llénanos de tu Espíritu Señor.

Para que anunciemos con poder la Buena Nueva a los necesitados. Para que proclamemos la libertad a los cautivos. Para que demos la vista a quienes están ciegos por el pecado. Para que liberemos a quienes están oprimidos por el mal. Para que anunciemos con nuestra vida el año de gracia del Señor.





DÍA QUINTO

EL ESPÍRITU SANTO NOS ORIENTA HACIA LA VERDAD CANTO: VEN, ESPÍRITU, VEN Ven, Espíritu, ven y lléname señor con tu preciosa unción. (bis) Purifícame y lávame renuévame, restáurame, Señor con Tu poder. Purifícame y lávame Renuévame, restáurame, Señor Te quiero conocer INVOCACIÓN TRINITARIA Iniciamos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén SIGNO (opcional) Colocar en el centro de la reunión un recipiente resistente al fuego y tener previstos papel y lápiz para todos los participantes. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS (Como el día primero) LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS San Juan 16, 5-11 Pero ahora me voy a Aquel que me ha enviado, y ninguno de vosotros me pregunta: "¿Dónde vas?" Sino que por haberos dicho esto vuestros corazones se han llenado de tristeza. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré: y cuando él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio; en lo referente al pecado, porque no creen en mí; en lo referente a la justicia porque me voy al Padre, y ya no me veréis; en lo referente al juicio, porque el Príncipe de este mundo está juzgado. V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.




MEDITACIÓN DE LA PALABRA El Evangelio nos relata la promesa de Jesús a sus discípulos: “Yo le pediré al Padre que les envíe otro Paráclito, que esté siempre con ustedes”. El primer Paráclito es el mismo Jesús; el “otro” es el Espíritu Santo. El Espíritu Santo prepara, unge y envía. Es Él quien nos revela la acción salvadora de Cristo en la singularidad de nuestra historia personal, haciéndonos entender en el diario vivir cómo actúa el Señor de forma salvífica e inequívoca. Así mismo, es el Espíritu quien nos mueve al arrepentimiento y a rechazar las obras del enemigo, el “Príncipe de este mundo” alejándonos de sus obras y ayudándonos a volver al camino de la luz cuando hayamos caído. Dejémonos conducir por el Paráclito y sigamos sus mociones espirituales cuando en los momentos de tentación veamos la oportunidad de rechazarla y liberarnos del pecado. PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

1- ¿Dejo que el Espíritu Santo me oriente en los momentos de decisión y de discernimiento o prefiero dejarme guiar solo por mis impulsos?

2- ¿Le pido al Espíritu Santo fortaleza para rechazar las obras del mal y actuar bien cuando se deba?

3- Realiza un acto de contrición pidiéndole al Espíritu Santo que te regale el don del arrepentimiento sincero.

ENCÍCLICA SEÑOR Y DADOR DE VIDA Parte I 1, 3-4

Cuando ya era inminente para Jesús el momento de dejar este mundo, anunció a los apóstoles « otro Paráclito ». El evangelista Juan, que estaba presente, escribe que Jesús, durante la Cena pascual anterior al día de su pasión y muerte, se dirigió a ellos con estas palabras:

« Todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo... y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad ».

Precisamente a este Espíritu de la verdad Jesús lo llama el Paráclito, y Parákletos quiere decir « consolador », y también « intercesor » o « abogado ». El Espíritu Santo viene después de él y gracias a él, para continuar en el mundo, por medio de la Iglesia, la obra de la Buena Nueva de salvación.




El Espíritu Santo será el Consolador de los apóstoles y de la Iglesia, siempre presente en medio de ellos—aunque invisible—como maestro de la misma Buena Nueva que Cristo anunció. Las palabras « enseñará » y « recordará » significan no sólo que el Espíritu, a su manera, seguirá inspirando la predicación del Evangelio de salvación, sino que también ayudará a comprender el justo significado del contenido del mensaje de Cristo, asegurando su continuidad e identidad de comprensión en medio de las condiciones y circunstancias mudables. El Espíritu Santo, pues, hará que en la Iglesia perdure siempre la misma verdad que los apóstoles oyeron de su Maestro.

ORACIÓN COMUNITARIA

Cada participante escribirá en un papel 3 situaciones de debilidad o pecado de las que desea que el Espíritu Santo lo purifique. Al escribirlas, en un acto simbólico las depositará en el recipiente y la quemará. Mientras tanto se vuelve a cantar el canto del inicio del encuentro.





DIA SEXTO

EL ESPÍRITU SANTO NOS LLENA DE PAZ CANTO: ESPIRITU SANTO PASA POR AQUÍ Espíritu Santo, pasa por aquí, Espíritu Santo, pasa por aquí, Oh Señor, pasa por aquí, Oh Señor, pasa por aquí. Pasa por aquí, Señor, pasa por aquí. Pasa por aquí, señor, pasa por aquí. Oh Señor, pasa por aquí, Oh Señor, pasa por aquí. Espíritu Santo, lléname de Ti (bis) Oh Señor, pasa por aquí. (bis) INVOCACIÓN TRINITARIA Iniciamos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén SIGNO (opcional) Colocar en el centro de la reunión un cirio encendido, signo de Jesús resucitado y tres palabras: alegría, paz y perdón. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS (Como el día primero) LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS San Juan 20, 19-23 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos». V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.




MEDITACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS Finalizando el tiempo de la Pascua, nos encontramos con le versión de Pentecostés relatada por San Juan, como el gran regalo de Jesús resucitado a su comunidad reunida. Alegría, paz y perdón, 3 frutos asociados con la presencia del Espíritu en la vida de los cristianos. Nos relata el texto que los discípulos se llenaron de ALEGRÍA al ver al Señor. Una alegría que no es sinónimo de euforia ni de estruendo, sino un gozo interior que no puede apagarlo ninguna circunstancia, por dolorosa y cruel que resulte. El Señor los saluda deseándoles la PAZ, como era costumbre entre los judíos, una experiencia de salvación y de misericordia, signo de la presencia de Dios en la vida del creyente. Paz en todas las acciones, en las palabras, miradas, pensamientos, conversaciones. Por último, luego de soplar sobre ellos, les otorga el poder para perdonar los pecados, una gran obra redentora, liberadora y sanadora. Démosle gracias al Señor por su Espíritu y por llenarnos siempre de su alegría, paz y perdón. PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

1- ¿Experimento la alegría de la pascua de Cristo a pesar de las contrariedades de la vida diaria?

2- ¿Procuro que mis gestos, palabras, actitudes y conversaciones siempre transmitan la paz de Dios?

3- ¿Hago el ejercicio espiritual de perdonar interiormente a quien me ha ofendido o causado algún daño?

ENCÍCLICA SEÑOR Y DADOR DE VIDA 6, 24

La venida del Señor llena de gozo a los presentes: « Su tristeza se convierte en gozo », como ya había prometido antes de su pasión. Y sobre todo se verifica el principal anuncio del discurso de despedida: Cristo resucitado, como si preparara una nueva creación, « trae » el Espíritu Santo a los apóstoles. Lo trae a costa de su « partida »; les da este Espíritu como a través de las heridas de su crucifixión: « les mostró las manos y el costado ». En virtud de esta crucifixión les dice: « Recibid el Espíritu Santo ».

Se establece así una relación profunda entre el envío del Hijo y el del Espíritu Santo. No se da el envío del Espíritu Santo (después del pecado original) sin la Cruz y la Resurrección:« Si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito ». Se establece también una relación íntima entre la misión del Espíritu Santo y la del Hijo en la Redención. La misión del Hijo, en cierto modo,




encuentra su « cumplimiento » en la Redención: « Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros ». La Redención es realizada totalmente por el Hijo, el Ungido, que ha venido y actuado con el poder del Espíritu Santo, ofreciéndose finalmente en sacrificio supremo sobre el madero de la Cruz. Y esta Redención, al mismo tiempo, es realizada constantemente en los corazones y en las conciencias humanas —en la historia del mundo— por el Espíritu Santo, que es el « otro Paráclito ».

ORACIÓN COMUNITARIA Quien preside el encuentro toma el cirio y lo pasa a la persona que tiene al lado al tiempo que realiza una oración pidiéndole al Señor que le regale la alegría, la paz o el perdón otorgado a sus discípulos el día de la Resurrección. ORACIÓN FINAL (Como el día primero)




DÍA SÉPTIMO

EL ESPÍRITU SANTO NOS CONCEDE LA UNIDAD

CANTO: VEN LLENANOS SEÑOR Ven Espíritu Santo Ven llénanos Ven séllanos, Señor. Ven hoy aquí amigo del cielo Ven sobre nosotros ayudador sé nuestra guía sé nuestro dueño. Ven llénanos Ven séllanos, Señor. Ven sobre nosotros y nuestros hijos

sobre todo, pueblo raza y nación. Ven Señor renueva la faz de la tierra. Ven llénanos Señor Ven séllanos, Señor.

INVOCACIÓN TRINITARIA Iniciamos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén SIGNO (opcional) Colocar en el centro de la reunión un letrero que diga Pentecostés es unidad. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS (Como el día primero)




LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS Hch 2, 1- 12 "Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo. Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia lengua. Estupefactos y admirados decían: «¿Es que no son galileos todos estos que están hablando? Pues ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa? Partos, medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto, Asia, Frigia, Panfilia, Egipto, la parte de Libia fronteriza con Cirene, forasteros romanos, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos les oímos hablar en nuestra lengua las maravillas de Dios.» Todos estaban estupefactos y perplejos y se decían unos a otros: «¿Qué significa esto?»" V. Palabra de Dios. R. Te alabamos Señor. MEDITACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS El texto de San Lucas en el cual se relata la venida del Espíritu Santo sobre el Colegio Apostólico en el contexto de la fiesta judía de Pentecostés es una evidente invitación a la vivencia de la unidad. Las diversas lenguas y la paralela comprensión de las mismas por parte de todos es un testimonio de la obra del Paráclito, quien, en medio de la diversidad permite que todos caminemos en una misma dirección. Además, el texto muestra cómo llegaron a Jerusalén personas de todos los lugares del mundo conocido en ese entonces, y todos entendieron lo que los Apóstoles decían como un anuncio universal del kerigma (primer anuncio de la muerte y resurrección de Cristo). Por lo tanto, cuando llegamos a la recta final de la novena de Pentecostés, debemos estar muy sintonizados con la invitación concreta a la unidad por encima de los criterios personales, con el propósito de que la familia, la comunidad y la Iglesia avancen en el proceso de santidad.




PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

1- ¿Soy capaz de respetar las opiniones y visiones distintas a las propias? 2- ¿Mi actitud siempre procura la unidad en medio de las diferencias naturales o

procuro general división y ruptura con comentarios o actitudes? 3- ¿Cuál será mi principal compromiso de vida durante el Pentecostés que está

próximo?

SAN JUAN PABLO II AUDIENCIA GENERAL Miércoles, 28 de noviembre de 1990 El Concilio nos dice que “fue enviado el Espíritu Santo el día de Pentecostés a fin de santificar indefinidamente la Iglesia y para que de este modo los fieles tengan acceso al Padre por medio de Cristo en un mismo Espíritu (cf. Ef 2, 18)” (Lumen gentium, 4). Esta es la primera y fundamental forma de vida que el Espíritu Santo, a semejanza del “alma que da la vida”, infunde en la Iglesia: la santidad, según el modelo de Cristo “a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo” (Jn 10, 36). La santidad constituye la identidad profunda de la Iglesia como Cuerpo de Cristo, vivificado y partícipe de su Espíritu. La santidad da la salud espiritual al Cuerpo. La santidad determina también su belleza espiritual; la belleza que supera toda belleza de la naturaleza y del arte; una belleza sobrenatural, en la que se refleja la belleza de Dios mismo de un modo más esencial y directo que en toda la belleza de la creación, precisamente porque se trata del Corpus Christi ORACIÓN COMUNITARIA Cada uno de los miembros de la familia o grupo orará en voz alta por la persona que tiene al lado pidiendo que la presencia del Espíritu Santo lo asista, fortalezca y les conceda la unidad. ORACIÓN FINAL (Como el día primero)

http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.html




DÍA OCTAVO

VIVIR EN EL ESPÍRITU CANTO: ASI COMO LA CIERVA Así como la cierva suspira por las aguas así suspira mi alma, Espíritu de Dios (2) Oh lléname Espíritu, lléname Espíritu, lléname Espíritu de Dios Oh lléname Espíritu, lléname Espíritu Lléname Espíritu de Dios INVOCACIÓN TRINITARIA Iniciamos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén SIGNO (opcional) Colocar en el centro de la reunión por escrito los frutos del Espíritu Santo: caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fe, modestia, continencia, y castidad. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS (Como el día primero) LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS Romanos 8, 1- 17 "Por consiguiente, ninguna condenación pesa ya sobre los que están en Cristo Jesús. Porque la ley del espíritu que da la vida en Cristo Jesús te liberó de la ley del pecado y de la muerte. Pues lo que era imposible a la ley, reducida a la impotencia por la carne, Dios, habiendo enviado a su propio Hijo en una carne semejante a la del pecado, y en orden al pecado, condenó el pecado en la carne, a fin de que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros que seguimos una conducta, no según la carne, sino según el espíritu. Efectivamente, los que viven según la carne, desean lo carnal; más los que viven según el espíritu, lo espiritual. Pues las tendencias de la carne son muerte; más las del espíritu, vida y paz, ya que las tendencias de la carne llevan al odio a Dios: no se someten a la ley de Dios, ni siquiera pueden; así, los que están en la carne, no pueden agradar a Dios. Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no le pertenece; más si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo haya muerto ya a causa del




pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros. Así que, hermanos míos, no somos deudores de la carne para vivir según la carne, 13.pues, si vivís según la carne, moriréis. Pero si con el Espíritu hacéis morir las obras del cuerpo, viviréis. En efecto, todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Pues no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre! El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios. Y, si hijos, también herederos: herederos de Dios y coherederos de Cristo, ya que sufrimos con él ,para ser también con él glorificados." V. Palabra de Dios R. Te alabamos Señor MEDITACIÓN DE LA PALABRA El apóstol San Pablo nos recuerda la diferencia en el estilo de vida de los seguidores de Jesucristo. El Espíritu Santo que ha descendido sobre nosotros nos mueve a pensar y actuar de forma consecuente con el Evangelio ,por consiguiente, actuar como cristiano es vivir en libertad y esperanza, libertad que se manifiesta en sentirse amado y perdonado por Dios, sin ninguna barrera en la relación con Dios y con los hermanos. Y en la esperanza cierta de una vida futura como la que Cristo ha inaugurado con su muerte y resurrección. Así como Dios resucitó con la fuerza de su Espíritu a Cristo, así resucitará a todo el que se deje guiar por él. Un importante llamado a quienes celebramos Pentecostés es a ser espirituales, lo cual no se traduce solo en mantenernos permanentemente en oración y rezos, sino a vivir según el Espíritu, es decir en la libertad del amor y siendo consecuentes entre nuestros pensamiento y palabras con los actos de la vida cotidiana. PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

1- ¿Qué aspectos de mi vida personal debo trabajar para ser cada día una persona más espiritual?

2- ¿Cuáles son las obras contrarias al Espíritu que aún dominan permito en mi vida?




CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

Numeral 832

Los frutos del Espíritu son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce: “caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad” (Ga 5,22-23). ORACIÓN COMUNITARIA Realiza un momento de silencio y pídele al Espíritu Santo que te ayude a hacer un examen de conciencia sincero. Examina tu vida a la luz del Espíritu para ver qué acciones de la carne aún tenemos impregnados, de manera que, arrepentidos de corazón, podamos celebrar Pentecostés con el propósito de una conversión auténtica. ORACIÓN FINAL (Como el día primero)




DÍA NOVENO

EL ESPÍRITU NOS DA CARISMAS PARA SERVIR

CANTO: YA LLEGÓ

Ya llegó, ya llegó El Espíritu Santo ya llegó Ya llegó, ya llegó El Espíritu Santo ya llegó Lo siento en las manos, lo siento en mis pies

Lo siento en el alma y en todo mi ser Lo siento en las manos, lo siento en mis pies Lo siento en el alma y en todo mi ser Aquel que caminó sobre las aguas (2) está aquí, está a mi lado (2) como un rayo cayendo sobre mí (2) Me quema, me quema, me quema, me quema (3)

INVOCACIÓN TRINITARIA Iniciamos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén SIGNO (opcional) Dibujar en un papel una silueta humana y dentro colocar los nombres de distintos carismas del Espíritu ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS (Como el día primero) LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS 1 Corintios 12, 5- 13

"Hay diferentes dones espirituales, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversos ministerios, pero el Señor es el mismo. Hay diversidad de obras, pero es el mismo Dios quien obra todo en todos. La manifestación del Espíritu que a cada uno se le da es para provecho común. A uno se le da, por el Espíritu, palabra de sabiduría; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; a otro, el don de la fe, por el Espíritu; a otro, el don de hacer curaciones, por




el único Espíritu; a otro, poder de hacer milagros; a otro, profecía; a otro, reconocimiento de lo que viene del bueno o del mal espíritu; a otro, hablar en lenguas; a otro, interpretar lo que se dijo en lenguas. Y todo esto es obra del mismo y único Espíritu, que da a cada uno como quiere. Las partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno; por muchas que sean las partes, todas forman un solo cuerpo. Así también Cristo. Hemos sido bautizados en el único Espíritu para que formáramos un solo cuerpo, ya fuéramos judíos o griegos, esclavos o libres. Y todos hemos bebido del único Espíritu."

V. Palabra de Dios R. Te alabamos Señor MEDITACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS

Dios no se deja ganar en generosidad, hemos escuchado frase muchas veces y seguramente hemos sido testigos de la veracidad de esta. Dios, nuestro Padre, que nos ha regalado al Don de dones en Cristo Jesús, nos ha dotado de diferentes carismas para edificar a la comunidad, adorarle a él y crecer en el Espíritu. Edificamos la comunidad cuando ponemos al servicio nuestras cualidades, rendimos adoración a Dios cuando le reconocemos supremo y cercano, rey y amigo, divino y hombre. Y crecemos en el Espíritu cuando aprovechamos estos regalos para afianzar una relación personal e íntima con Cristo el Señor. Todo esto nos lleva a posar la mirada y nuestras actitudes al carisma al que todos debemos anhelar: El amor.

PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

1- ¿Qué aspectos del Espíritu Santo que no conocía aprendí durante estos días? 2- ¿Reconozco los carismas que Dios me ha regalado como manifestación de su

misericordia en mi vida? 3- ¿Cuál será mi compromiso para este Pentecostés 2020?

CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA LUMEN GENTIUM No 12 Además, el mismo Espíritu Santo no sólo santifica y dirige el Pueblo de Dios mediante los sacramentos y los misterios y le adorna con virtudes, sino que también distribuye gracias especiales entre los fieles de cualquier condición, distribuyendo a cada uno según quiere (1 Co 12,11) sus dones, con los que les hace aptos y prontos para ejercer las diversas obras y deberes que sean útiles para la renovación y la mayor edificación de la Iglesia, según aquellas palabras: «A cada uno... se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad» (1 Co 12,7). Estos carismas, tanto los extraordinarios como los más comunes y




difundidos, deben ser recibidos con gratitud y consuelo, porque son muy adecuados y útiles a las necesidades de la Iglesia. Los dones extraordinarios no deben pedirse temerariamente ni hay que esperar de ellos con presunción los frutos del trabajo apostólico. Y, además, el juicio de su autenticidad y de su ejercicio razonable pertenece a quienes tienen la autoridad en la Iglesia, a los cuales compete ante todo no sofocar el Espíritu, sino probarlo todo y retener lo que es bueno (cf. 1 Ts 5,12 y 19-21). ORACIÓN COMUNITARIA Unidos en oración, aclamar juntos al Espíritu Santo, pidiéndole que renueve en cada corazón las gracias recibidas en los sacramentos. ORACIÓN FINAL (Como el día primero)

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Renovación Carismática Católica de Cartagena · Ustedes serán bautizados con Espíritu Santo y fuego _ (Hch 1, 5). Ese bautismo implicó sumergirse en el dolor de la cruz de su