44
Dossieres EsF n.º 26, Verano 2017 REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD Y DE ECONOMÍA

REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

Dossieres EsFn.º 26, Verano 2017

REPENSANDO NUESTRO MODELODE SOCIEDAD Y DE ECONOMÍA

Page 2: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

ÍNDICE

PRESENTACIÓN: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD Y DE ECONOMÍA 4María Luisa Gil PaynoEconomistas sin Fronteras

DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6Eduardo Gudynas(Centro Latinoamericano de Ecología Social-CLAES)

UN ANÁLISIS DEL PODER EN LA AGENDA 2030:OPORTUNIDADES PARA UN CAMBIO DEL PARADIGMA DE DESARROLLO 11Pablo José Martínez Osés(Colectivo La Mundial)

DE LA PRECARIEDAD A LA CONSTRUCCIÓN DE HORIZONTES EMANCIPATORIOS /BUENOS VIVIRES DESDE EL ENFOQUE DE SOSTENIBILIDAD DE LA VIDA 16Carmen CrespoEje de Precariedad y Economía Feminista

LA QUE SE AVECINA: UN CAPITALISMO (AÚN) MÁS SALVAJE 21Gonzalo FernándezPaz con Dignidad-OMAL

ESTRATEGIAS PARA TIEMPOS DE COLAPSO CIVILIZATORIO 26Luis GonzálezEcologistas en Acción

FRATERNIDAD: LA FUERZA DE LAS FRAGILIDADES 31Alicia GarcíaUniversidad Carlos III

LOS COMUNES COMO HIPÓTESIS POLÍTICA: IMAGINARIO, REPRODUCCIÓN SOCIAL Y MUNICIPALISMO 35Ana MéndezArquitecta urbanista

ECONOMÍA POLÍTICA Y PLURALISMO: TRANSFORMAR LA INVESTIGACIÓN Y LA ENSEÑANZA EN ECONOMÍA 39Laura de la VillaUniversidad de Ginebra

Los textos de este dossier reflejan exclusivamente la opinión de sus autores, que no tiene por qué coincidir con la posición institucional de EsF al respecto.

Page 3: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

Economistas sin Fronteras (EsF) es una OrganizaciónNo Gubernamental de Desarrollo (ONGD), fundada en 1997en el ámbito universitario, que actualmente integra a per-sonas interesadas en construir una economía justa, soli-daria y sostenible, con una orientación prioritaria en laerradicación de la pobreza y las desigualdades.

En Economistas sin Fronteras creemos necesario otromodelo de desarrollo, que ponga a la economía al serviciodel ser humano y no, como sucede en la actualidad, a mi-llones de personas al servicio de la economía.

Nuestro objetivo es contribuir a la construcción de unaciudadanía socialmente responsable, activa y comprome-tida con la necesaria transformación social.

Queremos ser una ONG de referencia en la búsqueda deuna economía justa y contribuir a facilitar el diálogo y fo-mentar el trabajo en red de los distintos agentes socialesy económicos. Porque sólo a través del logro de una ampliaparticipación social podremos alcanzar una economía justa.

Gracias a las aportaciones periódicas de nuestros sociospodemos planificar y realizar proyectos de larga duración,sin depender de subvenciones.

Si deseas hacerte socio de Economistas sin Fronteras ycolaborar de forma periódica con nosotros, cumplimentael formulario disponible en nuestra web:

www.ecosfron.orgO en el teléfono 91 549 72 79

Si crees que nuestros Dossieres te aportan nuevos puntos de vista sobre la economía y quieres apoyarnos, realiza unaaportación:

La legislación española para las entidades sin fines lucrativos establece un trato fiscal más favorablepara las donaciones realizadas por personas físicas, obteniendo una deducción a la cuota del IRPF.

CONSEJO EDITORIAL

José Ángel Moreno – CoordinadorLuis Enrique AlonsoMaría Eugenia CallejónMarta de la CuestaJosé Manuel García de la CruzJuan A. GimenoCarmen Valor

Coordinación de este número:María Luisa Gil Payno(Economistas sin Fronteras)

Dossieres EsF es una publicacióndigital trimestral de Economistas sinFronteras.

Maquetación: LA FACTORÍA DE EDICIONES

Fotografía de cubierta:© Economistas sin Fronteras

Economistas sin FronterasCalle Gaztambide, 50(entrada por el local de SETEM)28015 MadridTlf.: 91 549 72 [email protected]

Dossieres EsF, por Economistas sin Fronteras(http://www.ecosfron.org/publicaciones/), se distri-buye bajo una Licencia Creative CommonsAtribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional

(http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).

Se permite la reproducción total o parcial y lacomunicación pública de la obra, siempre que nosea con finalidad comercial y siempre que sereconozca la autoría de la obra original. No sepermite la creación de obras derivadas.

Page 4: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

4

V ivimos un momento de crisis civilizatoria. En elámbito socio-económico, nos enfrentamos a un

deterioro generalizado de las condiciones de vida deuna gran mayoría social. Nos encontrarnos tambiénante una profunda crisis de representación política,de la que el auge de la extrema derecha, la llegada deTrump al poder o el Brexit son solo algunas de susmanifestaciones más recientes. Y todo ello en un con-texto de colapso ecológico que se antoja ya inevita-ble.

En este contexto, en septiembre de 2015, los Estadosmiembros de Naciones Unidas aprobaron la Agenda2030, que lleva por título «Transformar nuestromundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible»y constituye el acuerdo global que pretende orientarlas transformaciones a realizar en el paradigma dedesarrollo actual durante las próximas décadas. Unaagenda que, al mismo tiempo, pone de relieve, desdesu mismo origen, los límites que obstaculizan estastransformaciones.

En plena crisis multidimensional, y cuando se cum-plen diez años desde el estallido oficial de la crisisfinanciera de 2007, resulta especialmente pertinenterepensar nuestro modelo de sociedad. También cues-tionarnos cuál es el modelo económico que ese mo-delo de sociedad al que aspiramos requiere, lo queinevitablemente nos obliga a repensar cómo se estu-dian y enseñan las llamadas ciencias económicas.

Estas son las cuestiones sobre las que hemos refle-xionado y debatido en las IV Jornadas Otra economíaestá en marcha, que se celebraron los días 5 y 6 demayo de 2017 en Madrid y que son abordadas en estedocumento por los propios ponentes que participaronen ellas.

El dossier comienza con un artículo de Eduardo Gudy-nas (Centro Latino Americano de Ecología Social,CLAES), quien nos proporciona las claves para des-entrañar una crisis multidimensional cuyas raíces sonmás profundas de lo que habitualmente se reconoce.

Para el autor, la crisis tiene sus causas más profundasen un modelo de desarrollo centrado en el crecimientoeconómico continuo y basado en la explotación ma-siva de los recursos naturales. Un modelo de desarro-llo hegemónico al que, considera, responden inclusolas experiencias de los gobiernos progresistas de Amé-rica Latina de la última década, lo que evidencia que«ya se han ensayado todas las versiones posibles deldesarrollo» y que es tiempo de ir más allá. Y unasideas sobre el desarrollo muy arraigadas que se sus-tentan en creencias y afectividades. Por eso, concluyeel artículo, cualquier alternativa a la crisis debe apelartanto a las ideas como a los afectos: es necesario«sentipensar las alternativas a la crisis».

Pablo Martínez Osés, del Colectivo La Mundial, in-daga, en el segundo artículo, sobre las oportunidadesque la nueva agenda internacional de desarrollo (laAgenda 2030) abre para transformar el paradigma dedesarrollo hegemónico, cuyo funcionamiento no seríaposible, según el autor, sin la complicidad o el con-sentimiento de gran parte de la población mundial.Nos presenta, así, una agenda en la que este paradigmade desarrollo es predominante, pero que, al mismotiempo, revela su agotamiento, como lo demuestra elhecho de que, pese a los esfuerzos en contra de lospoderes, incorpore cuestiones como la insostenibilidadambiental, el crecimiento de la desigualdad o la con-centración de riqueza. La agenda, concluye el artículo,debe ser interpretada políticamente para cambiar ladistribución de poder global y aprovechar su potencialde transformación.

Carmen Crespo Ordóñez nos habla también sobrecómo desentrañar la crisis y construir horizontesemancipatorios, en este caso desde una perspectivaconcreta: el enfoque de la sostenibilidad de la vida.Un enfoque que reivindica la necesidad de poner enel centro la vida, las personas y la naturaleza en vezde los mercados, como hace el sistema actual. Desdeel convencimiento de que, para construir alternativas,es necesario recurrir a paradigmas de pensamientoque nos permitan analizar el mundo desde lógicas di-

PRESENTACIÓNREPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD Y DE ECONOMÍA

María Luisa Gil PaynoEconomistas sin Fronteras

Page 5: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

5

ferentes a las del capitalismo heteropatriarcal, la autorareflexiona sobre cómo construir «buenos vivires» uhorizontes emancipatorios.

En el cuarto de los artículos, Gonzalo Fernández Ortizde Zárate, del Observatorio de Multinacionales enAmérica Latina (OMAL), nos presenta asimismo unproyecto civilizatorio en crisis, caracterizado por unsistema económico con problemas para reproducirseen un contexto, además, de colapso ecológico. Unasituación que, según el autor, explica el surgimientode nuevas versiones de capitalismo aún más reaccio-narias que entran en disputa con el capitalismo hege-mónico y cuyo resultado definirá la nueva versión delcapitalismo para el siglo XXI.

Continúa el dosier con un artículo de Luis GonzálezReyes (Ecologistas en Acción), para quien el estadode emergencia en el que vivimos es una oportunidadpara «hacer concebible lo impensable». Es, por tanto,el momento de construir nuevas instituciones y alter-nativas que funcionen según otras lógicas y que nosproporcionen vivencias que, a su vez, generen cambiospersonales y sociales y sean fuente de la seguridad yla esperanza que las personas necesitamos en el mo-mento de crisis civilizatoria y colapso ecológico enque vivimos.

La profesora de Filosofía Alicia García Ruiz (Uni-versidad Carlos III) nos propone la fraternidad comouno de los valores alrededor del cual construir un pa-radigma político económico, un modelo de sociedad,en definitiva, que, frente al paradigma del homo eco-nomicus autónomo e independiente, ponga el reco-

nocimiento de la vulnerabilidad, la relacionalidad, lainterdepencia y la sostenibilidad de la vida en el cen-tro.

En el último de los artículos dedicados a repensarnuestro modelo de sociedad, Ana Méndez nos hablade los comunes como hipótesis política, es decir,como una propuesta colectiva de transformación dela realidad y de construcción de experiencias de au-téntica democratización de la vida política y de controly redistribución de los recursos articulada con las ins-tituciones públicas como «productoras y practicantes»de estos comunes. Una propuesta enraizada en la si-tuación actual, que abre horizontes de lucha colectivay articulada ante el colapso del Estado de Bienestar yla creciente mercantilización, privatización y finan-ciarización de la vida cotidiana, de la que ya existenejemplos en diferentes experiencias municipalistas.

Finalmente, Laura de la Villa Alemán sintetiza, en suartículo, la mesa redonda dedicada a «Repensar laEconomía», en la que participaron, además de ella,Ricardo Molero y Mercedes de Luis. En el artículo,la autora denuncia la hegemonía de la economía neo-clásica como único principio articulador de la inves-tigación y la enseñanza de la Economía y reivindicauna transformación en los programas de investigacióny docencia de la disciplina que permita desarrollar, adiferencia de lo que ocurre en la actualidad, un análisissituado social e históricamente, pluralista y crítico,así como abordar un debate serio y profundo sobrelos problemas económicos a los que nos enfrentamos,siempre con el fin último de satisfacer las necesidadesreales de la sociedad. ■

Page 6: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

6

S e ha vuelto común alertar que enfrentamos unmomento de crisis sin precedentes y a la vez mul-

tidimensional. En efecto, esta crisis se expresa en loscampos sociales y económicos, se repite en la dimen-sión política y, en paralelo a todo esto, tiene gravesexpresiones ecológicas globales. Sin duda, las cues-tiones económicas cruzan todas esas dimensiones,pero a la vez todo ese conjunto expresa una proble-mática de nuevo tipo que requiere alternativas másallá de las que tradicionalmente se han esgrimido.

En ese sentido, en el presente texto se ofrecen algunasprimeras reflexiones sobre esta crisis que a su vezestá montada en varias otras. En especial, se señalanalgunas dificultades para lidiar con esta problemática,destacándose que sus causas son más profundas delo que usualmente se reconoce. Por ello, las alternati-vas deben apuntar también hacia esas raíces.

Una crisis múltiple

Muchos aspectos de las diferentes crisis contempo-ráneas son bien conocidos. Entre ellos están, por ejem-plo, los serios problemas económicos que se vivenen diferentes países golpeados por el endeudamiento,desempleo o precariedad laboral, míseros salarios opérdida de coberturas sociales. El derrumbe de salidaslaborales, la presión consumista y las malas condi-ciones de vida empujan, a su vez, al deterioro de lavida, especialmente en las grandes ciudades, con cre-cientes niveles de violencia.

A su vez, es evidente una crisis en los sistemas políticopartidarios tradicionales. Sus síntomas más notablesson el derrumbe electoral, primero de los socialismosy luego de las socialdemocracias, frente a la expansiónde la extrema derecha. En esa vorágine hay, a la vez,una crisis en los significados que se asignan a con-ceptos como «izquierda» o «derecha», donde no sonpocos los que insisten en que esos rótulos carecenahora de sentido. A la vez, los debates se desplazan aetiquetas como «populismo». Finalmente, una y otra

vez emerge el papel de la corrupción en manteneresos entramados político partidarios, y con ello eldescreimiento ciudadano en cualquier tipo de políticaaumenta todavía más.

No puede dejar de subrayarse que la crisis ambientalsigue su marcha en todos los continentes, y los efectosa escala planetaria se refuerzan. Esto es evidente enel cambio climático global, cuyas consecuencias —como las alteraciones en regímenes de lluvias— sepadecen en muchas regiones. A éste se le suman otrasalteraciones planetarias, como la acidificación de losocéanos o la proliferación de nano-partículas de plás-tico en los mares. Estamos avanzando hacia una épocade colapso ecológico generalizado.

Desentrañar la crisis

Hasta el presente, esas crisis han sido interpretadascomo más o menos separadas o con vinculacionessimples entre ellas. Los economistas convencionalesse enfocan en las cuestiones como producción, tribu-tos o competitividad; los politólogos analizan el co-lapso de los grandes relatos ideológicos o la adhesiónelectoral de cada líder o partido; y así en cada dimen-sión. Más alejados están los científicos ambientales,quienes, por ejemplo, alertan una y otra vez que elcambio climático ya está entre nosotros y que es ne-cesario aplicar drásticas medidas inmediatamente.

Por lo tanto, los abordajes sobre estas crisis son par-ciales, casi siempre acotados a disciplinas de estudio,y con dificultades para ir más allá de sus síntomas másevidentes. Se vuelve urgente otra perspectiva, y aquíse propone una basada en «desentrañar» esta crisis.

Recordemos que el significado de esta palabra, segúnla Real Academia Española, significa arrancar desdelas entrañas, averiguar, penetrar lo más dificultoso yrecóndito de una materia. Bajo esa perspectiva es po-sible ofrecer algunas reflexiones sobre esta crisis con-temporánea.

DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS

Eduardo GudynasCentro Latino Americano de Ecología Social, CLAES

Page 7: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

7

Comencemos por recordar que en momentos de laaguda crisis de 2007-8, que se inició con el colapsohipotecario financiero en Estados Unidos y se contagióa varios países (especialmente europeos), no faltaronvoces que entendían que estábamos ante una inmi-nente caída del capitalismo. En la actualidad, diezaños después, en muchos países todavía se padecenlos efectos de esa crisis, pero desde una mirada pla-netaria hay que reconocer que la marcha del capita-lismo continúa. Debe reconocerse que los desarrolloscapitalistas son mucho más resis-tentes, y que las crisis son uno desus elementos constitutivos.

Es así que, por ejemplo, el volu-men de comercio global no ha de-jado de crecer desde la década de1990, a pesar de la crisis de 2007-08; y lo que es más importante,los países no postulan abandonarla Organización Mundial del Co-mercio.

De la misma manera, al observarindicadores agregados como elProducto Bruto Interno para dis-tintos continentes, se observa quehan aumentado considerablementedesde la década de 1990 (notable-mente en Asia). No deben minimizarse las crisis ysus efectos, pero debe advertirse que se la calificacomo «global» cuando golpea a países industrializa-dos, pero mientras ocurría en el sur era catalogadacomo «regional» (por ejemplo, el efecto tequila deMéxico o el desplome tailandés). Hay una cierta pe-tulancia cultural en esos abordajes.

Tanto los indicadores agregados nacionales como losglobales encierran distintas distorsiones que obligana manejarse con precaución. Pero, de todos modos,alertan de que desde los años noventa ocurre en algu-nos países industrializados un desacople entre los be-neficios económicos de CEOs, ejecutivos y otros ac-tores empresariales frente a la riqueza que queda enmanos de los trabajadores: los primeros capturan in-gresos cada vez mayores, mientras que los salarios seestancan o retroceden. El capitalismo sigue su marcha,pero en esta nueva fase pierde paulatinamente susmecanismos de redistribución económica y la con-centración de la riqueza, y con ello la desigualdad, seincrementa en casi todos los sitios.

Reacciones ciudadanas y experimentos progresistas

La crisis económico-financiera de 2007-08 y sus se-cuelas promovieron todo tipo de debates. En aquellosdías se sucedían las imágenes de la debacle en WallStreet y, meses más tarde, el encadenamiento de lascrisis económicas y políticas en varios países (comoIslandia, Irlanda, Grecia, España, etc.) o el estallidode nuevas expresiones de protesta ciudadana (desdeel Ocuppy Wall Street en Estados Unidos al 15-M en

varias ciudades dentro del Estadoespañol). Parecía que estaba enmarcha la transición a un nuevomundo.

Esas circunstancias fueron parti-cularmente impactantes en Amé-rica del Sur. Y es que, en esos años,mientras se presenciaba esa crisisen el centro del capitalismo, encasi todos los países sudamerica-nos existían gobiernos que se ca-lificaban a sí mismos como de iz-quierda. Se podían listar desdeLula da Silva en Brasil a RafaelCorrea en Ecuador, y desde Cris-tina Kirchner en Argentina a HugoChávez en Venezuela.

En su momento de mayor expansión, el progresismoestaba presente en siete de los doce países sudameri-canos, gobernando sobre unos 300 millones de per-sonas. Eso hacía a ese contexto particularmente no-table: por un lado, gobiernos que se califican comode izquierda y populares y, por el otro lado, el de-rrumbe del capitalismo financiarizado. Eran condi-ciones realmente excepcionales y que ofrecían muchasopciones para explorar nuevas alternativas.

Pero nada de eso sucedió. Las estrategias de desarrollose mantuvieron esencialmente iguales. De hecho, eseprogresismo sudamericano aprovechó esa crisis paraglobalizarse todavía más, ensayó otra presencia estataly programas de asistencia social, pero fortaleció susestructuras económicas como exportadores de mate-rias primas. Solo cambió el destino de las exporta-ciones; en el pasado iban al norte y ahora se dirigenhacia China.

Esta resistencia al cambio, sea en los países indus-trializados como en el sur, e incluso en circunstancias

En su momento de mayorexpansión, el progresismoestaba presente en siete delos doce paísessudamericanos, gobernandosobre unos 300 millones depersonas. Eso hacía a esecontexto particularmentenotable: por un lado,gobiernos que se calificancomo de izquierda y popularesy, por el otro lado, el derrumbedel capitalismo financiarizado.

Page 8: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

8

tan favorables como fueron esos progresismos, mues-tra que las ideas del desarrollo están muy profunda-mente arraigadas.

El caso sudamericano ofrece muchas enseñanzas, yaque allí se ensayaron varios tipos de desarrollo, inclusoalgunos que no se definen a sí mismos como capita-listas. Entre ellas se encuentran, por ejemplo, varie-dades como el «Novo desenvolvimentismo» en Brasil(bajo la administración de Lula de Silva y el Partidode los Trabajadores), las posturas «nac & pop» (na-cional y popular) en la Argentina de los presidentesKirchner, pero también los distintos «socialismos delsiglo XXI» de Ecuador (con Rafael Correa y su «re-volución ciudadana»), Bolivia (con Evo Morales) yVenezuela (con Hugo Chávez y Nicolás Maduro y su«revolución bolivariana»).

Sin duda, existen diferencias entre esos estilos; porejemplo, el papel del Estado es otro o las bases porlas cuales se aplican los programas de asistencia socialson diferentes. Pero también hay similitudes en as-pectos esenciales, tales como repetir una estrategiade desarrollo basada en una apropiación masiva delos recursos naturales para exportarlos a la globaliza-ción. Sea desde políticas conservadoras como desdeel progresismo del «socialismo del siglo XXI», todosconfluyeron en los extractivismos, compartiendo ideasbásicas sobre el desarrollo.

Dicho de otro modo, las diferencias políticas existen,pero se acotan a cómo instrumentalizar el desarrollo,a cómo apropiarse de la naturaleza y a cómo justificarlos controles sobre la sociedad. Los entendimientossobre el desarrollo son previos a las definiciones sobrecapitalismo o socialismo, sea en los planos teóricoscomo prácticos. El derrotero seguido por China avalaesta distinción, ya que, por un lado, es guiada por unPartido Comunista y repite la fe en una economíamarxista y, por el otro lado, comulga con una ideadel desarrollo como progreso material que todos ca-lifican como capitalista.

Esto permite indicar que en las entrañas de la crisisestá un núcleo básico de posturas enfocadas en el cre-cimiento económico, las exportaciones, el ingreso deinversiones, la asistencia social monetarizada y el accesoal consumo popular, entre otros aspectos. La idea delprogreso como un avance material, donde debe dejarseatrás la ruralidad (que sería ejemplo de atraso) y sedebe avanzar hacia la industrialización, los servicios yel consumo. Dicho de otro modo: una modernización.

Crisis en la interpretación de la crisis

Ejercicios de este tipo pueden ser aplicados a la múl-tiple crisis contemporánea. Mientras existen quienesniegan cualquier tipo de crisis, hay muchos que laaceptan, cada uno de ellos desde su propio campo deanálisis. Allí están las interpretaciones sobre las crisiseconómicas, sociales, políticas, etc. Sin embargo, loque muestran los hechos más recientes, al menos enAmérica del Norte, Latinoamérica o Europa occiden-tal, es que los debates se mantienen en oponer distintasformas de organizar los mismos principios del desa-rrollo.

Unos apuestan por más mercado y otros por más Es-tado; unos creen que las grandes corporaciones ali-mentarán el motor del crecimiento y otros esperannacionalizar esas compañías; y así en otros aspectos.Sin duda que las consecuencias de esas miradas sondistintas, especialmente para los más pobres. Pero elpunto es que todas ellas repiten la esencia básica deldesarrollo, y ese sendero hará que estallen rápida-mente nuevas crisis sociales, económicas y políticas.A su vez, en cualquiera de sus variedades, sea un ca-pitalismo duro como sigue Estados Unidos, el pro-gresismo sudamericano o la vía de China, todas ellasimplican profundizar el colapso ecológico planeta-rio.

Esto no siempre es advertido, ya que otro síntomaen la actual crisis multidimensional radica en ladificultad creciente del manejo conceptual, de unoy otro lado. Muchas palabras parecen haber perdidosus significados originales (como neoliberalismo,que se hipertrofia tanto que parece que se aplicaríaa cualquier presencia del mercado); aparecen otrostérminos que se usan de modo vago y difuso (dondeel ejemplo más claro es la palabra populismo, quees aplicada recíprocamente para criticar a la iz-quierda o la derecha). Los más recientes síntomasen esta confusión de definiciones son sostener quelas distinciones entre izquierda y derecha dejaronde tener valor, que un agrupamiento político puedeser conservador y socialista a la vez o que lo real-mente importante es distinguir entre cosmopolitasy localistas.

Presenciamos por momentos feroces batallas, perosiguen dentro del cuadrilátero del desarrollo. Los con-tendientes no comprenden que esta crisis actual ne-cesita ir más allá del desarrollo, en cualquiera de susexpresiones, sean las económicas como las políticas

Page 9: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

9

y culturales. Ya se han ensayado todas las variedadesde desarrollo posible, sean capitalistas como de otrostipos, y todas ellas siguen atrapadas dentro de esemismo cuadrilátero.

A su vez, esta situación muestra que esas bases con-ceptuales no son posturas racionales. Existe unaenorme evidencia de los efectos negativos del de-sarrollo en todas sus dimensiones, pero esa acumula-ción de información no ha bastado para cambiar derumbo. La resistencia a aceptar esos datos nos diceque esas ideas del desarrollo se sustentan también enel campo de las creencias, en sím-bolos, mitos y afectividades.

Allí están las clásicas posturasconservadoras que afirmaban que«no hay alternativas» (TINA —there is no alternative), expresiónpopularizada años atrás por losconservadores británicos. Perotambién está el rechazo a las al-ternativas de los progresismos sud-americanos. En efecto, gobiernoscomo los de Correa en Ecuador oEvo Morales en Bolivia se hanopuesto a las opciones de cambioa las estrategias de desarrollo con-vencionales basadas en exportar materias primas, yno han dudado en criminalizar a las organizacionesciudadanas que las reclaman. Es un ejemplo de un«On yah Avitanretla», o sea, «No hay alternativa»pero escrito a la inversa, en tanto es dicho desde elprogresismo.

Este apego a la modernización en sus raíces concep-tuales y afectivas no puede ser analizado con los ins-trumentos convencionales que proliferaron en la úl-tima mitad del siglo XX, y en especial los europeos.Los progresismos sudamericanos no pueden ser en-tendidos como si fueran una socialdemocracia tropi-cal, el desarrollismo chino no tiene mucho que vercon el marxismo occidental y la ampliación de la ex-trema derecha europea no es solamente descontento.Tanto las ciencias económicas como las ciencias po-líticas convencionales son insuficientes (o simple-mente no sirven) para analizar la crisis actual, entrevarias razones, porque no son capaces de avanzar ha-cia esas raíces en las ideas y las sensibilidades.

Sentipensar las alternativas frente a la crisis

El recorrido realizado hasta aquí muestra que las crisisactuales tienen raíces más profundas de las que usual-mente se reconocen, y, por ello, se termina en debate oensayos sobre diferentes formas de organizar el desa-rrollo y la modernización. A su vez, en ese plano pro-fundo operan tanto las ideas como las afectividades.

Es por estas razones que la idea sudamericana de«sentipensar» tiene enorme valor. Esa conjugación,entre el «pensar» y el «sentir», propia de algunos pes-

cadores de río en Colombia, nosrecuerda que cualquier alternativaal actual orden debe apelar tanto alas ideas como a la afectividad.Las raíces de las ideas contempo-ráneas están ancladas tanto en con-ceptos como en sensibilidades y,por ello, los cambios deben operaren esas dos dimensiones simultá-neamente.

El desarrollo es una de las expre-siones básicas de nuestra actualcosmovisión moderna de entendertodo lo que nos rodea. Entre susatributos clave están su antropo-

centrismo, donde lo humano es el centro de todas lasreferencias y el único sujeto con valor; el patriarcado,que a su vez produce una jerarquía de género; la re-petición de la dominación y el utilitarismo; y una co-lonialidad para imponer sus formas de sentir y pensaranulando otras epistemologías y sensibilidades.

Teniendo presentes estas particularidades, puedenplantearse distintas vías de alternativas radicales (enel sentido de opciones de cambio frente a las raícesde las crisis actuales). Estas requieren cambios en elsentipensar que rompan con ese antropocentrismo y,con ello, con sus expresiones, como el patriarcado oel utilitarismo.

Un claro ejemplo de uno de estos ensayos es el reco-nocimiento de los derechos de la Naturaleza, con loque se admite que existen sujetos no-humanos. Esaes una postura que quiebra con el reduccionismo va-lorativo de la modernidad, la que reconoce que úni-camente los humanos son sujetos de valor. La ruptura

Es por estas razones que laidea sudamericana de«sentipensar» tiene enormevalor. Esa conjugación, entreel «pensar» y el «sentir»,propia de algunos pescadoresde río en Colombia, nosrecuerda que cualquieralternativa al actual ordendebe apelar tanto a las ideascomo a la afectividad.

Page 10: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

10

que esto conlleva con el utilitarismo permite dar pasosmuy concretos en las alternativas, tales como desma-terializar o desenergizar la producción de bienes yservicios y, a la vez, acotar la prevalencia de la valo-ración económica que mercantiliza tanto la sociedadcomo la naturaleza.

Como puede verse, las alternativas que se abren aotros sentipensares son a la vez postcapitalistas, perotambién postsocialistas. Y es que esas dos tradicionessiguen dentro de la modernidad y, por ello, reproducendistintas variedades de desarrollo y modernización.

Estos ensayos están en marcha en múltiples sitios.No solo en América del Sur, bajo las conocidas op-ciones del «Buen Vivir», sino que aparecen en otroscontinentes, allí donde se ponen en primer lugar lacalidad de vida, la satisfacción de las necesidades yel respeto por la naturaleza. Son opciones intercultu-

rales, ya que recuperan las particularidades de la his-toria y la tradición de cada sitio que la modernidad seempeña en anular. Además, son ecológicas, en tantose ajustan a los ambientes de cada región. Estos prin-cipios no quedan en propuestas genéricas, sino quehay distintas experiencias en las cuales se los articulacon formulaciones muy concretas, por ejemplo, dereforma en políticas públicas.

No hay recetas en estos ensayos, ya que no puedenaplicarse guías esencialistas, como si se debiera seguirun mismo esquema para todos los rincones del pla-neta. Por el contrario, su riqueza está en recuperar lasdiversidades sociales y ecológicas de cada región.Los ejemplos no faltan, y lo que ahora estamos pre-senciando es la necesidad de articularlos y coordi-narlos, junto a la urgencia que requiere esta tarea paraenfrentar la crisis contemporánea en todas sus dimen-siones. ■

Page 11: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

11

T ras tres años de procesos y debates para la cons-trucción de la Agenda 2030, en septiembre de

2015 se aprobó una agenda amplia, conformada por17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y ex-presada en 169 metas. La propia amplitud de la agendafue objeto de numerosas discusiones, en las que nofaltaron opiniones contrarias, generalmente basadasen el argumento de que quien mucho abarca pocoaprieta. Hay una idea latente común a todas las posi-ciones que defendían una agenda con menos objetivosy metas: reducir el número de objetivos habría hechoque la agenda tuviera más garantías de éxito. Se tratade una idea ficticia, de una falacia de la razón, queabstrae como valor la «economía» de esfuerzos parala realización de una tarea. La agenda sería, así, unconjunto de tareas en distintas áreas de actuación. Ta-reas y áreas que pueden ser consideradas indepen-dientes y aisladas entre sí. Por eso, acumularlas puededisminuir su eficacia.

El problema es que lo que la agenda se propone en-frentar —tímidamente, es cierto— son transforma-ciones de tal calado y complejidad que no encajancon el paradigma de desarrollo dominante, compren-dido esencialmente como una cuestión de ampliaciónde la oferta, de acumulación de tareas, de recursos,de bienes o de servicios. Este paradigma evita, enconsecuencia, incorporar temáticas como la distribu-ción, la justicia, la coherencia, la ralentización, el de-crecimiento o la disminución de cualquier factor enjuego.

Dicho de otra forma, la Agenda 2030 no puede serconsiderada en ningún caso como un plan o programapara los gobiernos, ni como un consenso básico al-canzado para hacer frente a los desafíos globales dela pobreza, la exclusión, la sostenibilidad o la des-igualdad. Ni mucho menos un documento de carácterjurídico que estableciera acuerdos y obligaciones quefueran a dar lugar a acciones previsibles por parte delos distintos actores implicados. En otros lugares he-mos establecido que la agenda es más bien un agre-gado de demandas transnacionales, reflejo de las ten-

siones actualmente existentes entre los diferentes ac-tores y sus distintas visiones del desarrollo.1 De ahíque la agenda muestre algunas contradicciones y nu-merosas insuficiencias. Por ello, es pertinente analizarla Agenda 2030 como el producto de un tiempo ca-racterizado por el agotamiento de un paradigma dedesarrollo que no logra ya extender su completa do-minación y por la emergencia de temáticas, actores yevidencias que exigen una revisión en profundidaddel mismo.

Ambas visiones están reflejadas en la Agenda 2030—aunque no con igual peso—, estableciendo el ca-rácter abierto de la misma. Se trata de una agendaabierta a las interpretaciones políticas de los diferentesactores que se sientan implicados. Es la apertura dela misma realidad, que en su carácter dinámico afirmaque la historia es un sistema de posibilidades, siendolos actos de los seres humanos los que hacen que al-gunas de esas posibilidades se actualicen y otras seobturen. Por eso parece importante realizar un análisisde la distribución del poder en el momento históricoen que surge la agenda, para indagar sobre las posibi-lidades de transformar el paradigma de desarrollo apartir de la misma agenda. No en vano, hablar de laAgenda 2030 es hablar del estado de la gobernanzamundial sobre los asuntos globales y es, por tanto,necesario hablar de poder.

El desplazamiento del poder global

Una de las paradojas más notables en relación a laAgenda 2030 es la consideración de que lo más im-portante para su cumplimiento es lo que hagan cadauno de los países del mundo. Así, numerosos actores

UN ANÁLISIS DEL PODER EN LA AGENDA 2030:OPORTUNIDADES PARA UN CAMBIO DEL PARADIGMA DE DESARROLLO

Pablo José Martínez OsésColectivo La Mundial

1. Martínez y Martínez (2016): «La Agenda 2030: ¿cambiar elmundo sin cambiar la distribución del poder?», en Lan Ha-rremanak, Revista de Relaciones Laborales n.º 33 pp. 73-102. Universidad del País Vasco. Disponible en:<http://www.ehu.eus/ojs/index.php/Lan_Harremanak/article/view/16094>

Page 12: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

12

fijan su empeño en tratar de que los gobiernos adoptenla agenda, incorporándola en sus discursos y herra-mientas programáticas. De forma que funcione la si-guiente hipótesis: si todos los gobiernos del mundoadoptan la agenda, la agenda se cumplirá. En cohe-rencia con esa hipótesis, hace ya tiempo que nos li-mitamos a enfrentar el hecho de que los gobiernosno adopten las medidas contempladas en las diferentesagendas globales de desarrollo, apelando únicamentea su falta de «voluntad política». Pero cabe pregun-tarse, ¿es un problema de voluntad o de capacidadpolítica?; ¿tienen los gobiernos es-tatales el poder suficiente paraadoptar las medidas que requierenlas metas establecidas en laAgenda 2030? Más aún, ¿tienenlos gobiernos estatales todo el po-der en materia de gobernanza glo-bal?

El fenómeno más característico delas últimas décadas es el despla-zamiento del poder en el sistemainternacional. Hace justo un sigloque Lenin advertía de que «el po-der ya no lo tienen los estados,sino las grandes empresas»2, perofueron los estudios de SusanStrange sobre la transnacionaliza-ción de los mercados financierosen los años setenta del siglo pasadolos que dieron lugar a la teoría es-tructural del poder en el ámbito del sistema interna-cional. Señalando que no solo se estaba produciendoun desplazamiento del poder de la esfera pública re-presentada por los gobiernos a la esfera privada re-presentada por las empresas, sino que dicho despla-zamiento estaba constituyendo un cambio en lanaturaleza del poder que se estaba transnacionali-zando. Porque no se trata de que el poder pase deunas manos a otras, sino que en este traspaso el poderse difumina. De forma que para comprender cómo seconfigura la realidad internacional ya no es suficientecon atender a las relaciones entre los estados, comose hacía tradicionalmente, observando qué país es ca-paz de imponer sus preferencias sobre el resto. Másbien es preciso reconocer que existe un poder estruc-tural que configura las reglas del juego para el con-

junto. Y al cual no pueden sustraerse tan fácilmenteni siquiera los estados nación.

A partir de esta consideración, no podemos seguirexplicando los desafíos de la gobernanza global comouna mera suma de fuerzas y poderes entre un númerocreciente de actores. Porque el desplazamiento delpoder de la esfera pública a la esfera privada ha traídoconsigo un cambio en la naturaleza del poder, quepone en riesgo las posibilidades de rendir cuentas, deexigir responsabilidades y, en definitiva, de reconocer,

nombrar y, a fin de cuentas, derro-car el poder que se muestre comoinhumano o excesivo. El poder seha desplazado, pero también se hadifuminado en su constante des-plazamiento a velocidad de vértigode unas manos a otras. Hasta elpunto de que no es fácil identificarquién tiene el poder.

Así, la Agenda 2030 no puede ex-plicarse como la imposición uni-lateral de las preferencias de de-terminados actores sobre el resto.Aunque la influencia del denomi-nado sector privado transnacionalhaya sido evidenciada, tanto en elhecho de que han financiado la ofi-cina encargada del proceso deconstrucción de la agenda en Na-ciones Unidas como en el resul-

tado mismo de la declaración final, que es compatiblecon una visión del desarrollo anclada en el crecimientoeconómico, un marco general de voluntariedad queimpide establecer obligaciones a los actores y la con-servación de un rol autónomo y preponderante delsector privado transnacional, arrogándose de maneraexclusiva las tareas de innovación, generación de em-pleo y de riqueza.3

No obstante, como cualquiera podría observar, esteparadigma del desarrollo centrado en el crecimientoeconómico, el aumento de las exportaciones, la buenavoluntad de los actores y la centralidad del sector pri-

2. Lenin (1917): El imperialismo: fase superior del capitalismo.Disponible en: <http://www.marx2mao.com/M2M(SP)/Lenin(SP)/IMP16s.html>

3. Lou Pingeot (2014): La influencia empresarial en el procesopost 2015. Cuadernos 2015 y más, n.º 4. Editorial 2015 ymás. Disponible en:<http://2015ymas.org/centro-de-documentacion/publicaciones/2014/1586/la-influencia-empresarial-en-el-proceso-post-2015/#.Vl8NStIvfGg>

Porque el desplazamiento delpoder de la esfera pública a laesfera privada ha traídoconsigo un cambio en lanaturaleza del poder, quepone en riesgo lasposibilidades de rendircuentas, de exigirresponsabilidades y, endefinitiva, de reconocer,nombrar y, a fin de cuentas,derrocar el poder que semuestre como inhumano oexcesivo.

Page 13: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

13

vado en la generación de riqueza no es atribuible enexclusiva al sector privado transnacional. Hay muchosotros actores en la arena internacional que comparteno al menos conviven pacíficamente con dicho para-digma. Gobiernos de países muy diferentes entre sípor su tamaño, lugar geográfico o ideología, juntocon muchos otros actores del espacio de la sociedadcivil entienden la Agenda 2030 como un esfuerzomás para continuar la senda del desarrollo auspiciadaen las últimas décadas. Se trata de una coalición, nosiempre voluntaria y consciente, que ejerce un podermuy similar a lo que Gramsci definió como ideologíao cultura, en la medida en que cuenta con el consen-timiento generalizado de la población mundial, aún ycuando suponga una subordinación por parte de ungigantesco y creciente colectivo de personas.

Dicho de otra forma, la Agenda 2030 es funcional ala hegemonía del paradigma de desarrollo mencionadoen tanto no amenaza ninguna de las posiciones depoder del sistema internacional y establece líneasrojas para las cuestiones más sensibles. Parece normalque, para algunos, esta agenda no sea más que unnuevo ejemplo de lo que Stephen Gill denomina «neo-liberalismo disciplinario» en su caracterización de laglobalización como un proceso de dominación de in-tereses de clase transnacionales sobre el resto de losseres humanos. Y así, el acuerdo global constituiríaun ejemplo de las dinámicas del poder transnacional,que en realidad constriñe las posibilidades mismasde las transformaciones profundas que, sin embargo,dice auspiciar, si atendemos a su literalidad. Cons-tricción que también afecta a la supuesta capacidadde los estados nación para emprender acciones quedieran lugar a otros modelos y paradigmas de desa-rrollo. Pero, dejémoslo claro, el problema es el para-digma de desarrollo y su hegemonía, y no tanto laAgenda 2030 en sí misma.

Sostenibilidad y desigualdades como ventana deoportunidad

Sin embargo, como ya dijimos, la Agenda 2030 es unreflejo de las tensiones y conflictos que caracterizannuestro tiempo. Se aprecia con claridad en la apariciónde ciertas temáticas, algunas contradicciones e in-suficiencias. Puede decirse que la agenda no es unbuen aparato de dominación, en tanto en cuanto nologra proporcionar un itinerario claro para la mismani herramientas útiles para su consolidación. La in-clusión de los denominados Medios de Implementa-

ción (MdI) no aporta ninguna novedad a las dificul-tades que la comunidad internacional ya tiene parareducir emisiones nocivas y detener el cambio climá-tico, alimentar a toda la población o procurar empleocon derechos de manera universal. Todos los MdI in-corporados reflejan una apuesta por la continuidadde los mismos mecanismos o nuevos aplazamientosde acuerdos sin plazo ni garantías de su realización.Así vista, la agenda es fácilmente denunciable comoun ejemplo de discurso de apariencia transformadoraencerrado en los límites de las fuerzas y dinámicasque en realidad nada pretenden cambiar.

Coincide muy bien con cierto comportamiento de lasinstituciones, muy reconocible hoy día, cuando la re-alidad amenaza su posición, consistente en la adop-ción de un discurso disruptivo precisamente para sol-ventar la amenaza y salvaguardar el privilegio. Puedepensarse, por ejemplo, en cómo numerosas institu-ciones, ante la evidencia del patriarcado, incorporandiscursos procedentes del análisis feminista, evitandocon ello revisar o modificar ninguna de sus acciones.En otro orden, un mecanismo similar encontramosen el sector privado empresarial, cuando reverdececon epítetos y discursos sobre la sostenibilidad su re-putación sin modificar un ápice sus prácticas produc-tivas o comerciales. O en el sector no lucrativo, queafirma realizar acciones de incidencia política sin re-nunciar a su posición histórica de neutralidad y evi-tando tomar partido en los conflictos de carácter po-lítico que explican la exclusión, la pobreza o cualquierotra que sea su causa.

No obstante, no es una cuestión menor que el agota-miento del actual modelo de desarrollo por razonesde insostenibilidad ambiental y el crecimiento de ladesigualdad y de la concentración de riqueza hayantenido que formar parte de la Agenda 2030. Ambascuestiones ponen de manifiesto la terrible deriva quenos espera resultado de la hegemonía del paradigmade desarrollo basado en el incremento del crecimientoeconómico, la liberalización comercial indiscriminaday la progresiva desregulación de las finanzas globales.Son buenos ejemplos de cómo la realidad se acabaimponiendo a pesar de los esfuerzos por disimularlae invisibilizarla que los poderes realicen, de ahí quetengan que adoptarla en sus discursos y agendas.Popper nos hablaría de falsabilidad de nuestros para-digmas, que, en lo concerniente a las teorías del desa-rrollo, parece una buena descripción de los momentosactuales, en tanto que sus principales proposicionesparecen estar siendo refutadas.

Page 14: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

14

tunados y las dificultades para hablar de empleo dignoen el mundo sin sonrojarse. También el pensamientomágico —técnico-científico— se hace presente, aun-que en esta ocasión para complicar las cosas, en formade robotización de buena parte de los empleos queaún perduran. La alternativa designada como únicaposible en este caso parece exclusiva de las grandesconcentraciones de capital que utilizan de manera in-tensiva la mano de obra, que siguen consiguiendo be-neficios fiscales y legales, paradójico si tenemos encuenta que la gran mayoría de los empleos son auto-empleos o están proporcionados por pequeñas em-presas.

En definitiva, resulta desconcertante cómo las res-puestas a los desafíos globales más importantes quesugiere la Agenda 2030 tratan de mostrarse comoúnicas alternativas —valga el oxímoron— posibles.Es la lucha del paradigma hegemónico de desarrolloy las fuerzas y dinámicas que lo sostienen por evitarel colapso. Es hegemónico precisamente porque lograestablecer lo que es posible, pensable y decible. Aun-que sus respuestas a los problemas evidentes sean in-suficientes, milagreras o sencillamente falsas. Comoya advirtió Fernand Braudel en su análisis del capita-lismo, lo cierto es que aunque éste sea «privilegio deunos pocos», es impensable sin la complicidad de lasociedad.

Conclusión: la democracia en riesgo

Lo dijimos más arriba. La historia es un sistema deposibilidades y son los actos humanos los que con-fieren apertura o constriñen unas posibilidades u otras.Los discursos y las declaraciones también son actoshumanos, por eso era importante que la Agenda 2030fuera amplia y recogiera cuestiones que no interesanal paradigma dominante. Aunque dicho paradigmahaya sido capaz de establecer los límites de lo queparece posible, sea mediante el establecimiento de lí-neas rojas o mediante la inducción a soluciones im-posibles, por cuanto no modifican el statu quo, re-chazando las refutaciones que la realidad señala sobreel paradigma. Queda largo camino por recorrer paralograr deshacernos de un paradigma que esclaviza amedia humanidad y ha llevado a nuestro soporte bio-lógico cerca del colapso. Una definición de la política,según Alain Badiou, es «la posibilidad de no ser es-clavos». Por eso las respuestas posibles, las posibili-dades en forma de respuestas, sólo se abrirán políti-camente.

La evidencia de haber superado ya los límites de losecosistemas terrestres, en su doble capacidad de pro-porcionar fuentes energéticas y de absorber los resi-duos de los ciclos de producción, nos sitúa ante unatesitura prácticamente imposible de abordar desde elparadigma dominante. Pero las resistencias a entregarel poder también son harto conocidas. De hecho, pa-reciera que la única alternativa posible es limitar lasobligaciones al sector privado transnacional y confiaren su capacidad de movilizar capital para la innova-ción milagrosa que desmaterializaría el ciclo econó-mico de sus impactos en los ecosistemas. Nada menosque eso. La idolatría de nuestro tiempo es una curiosacombinación de persecución del crecimiento econó-mico ilimitado y confianza ciega en el poder de latecnología. Qué bien lo describe Riechmann cuandohabla de la primacía de la tecno-ciencia como la cre-encia indispensable para sostener el paradigma hege-mónico.

De ahí que la incorporación de cierta doctrina deri-vada de la conceptualización original de la sosteni-bilidad ambiental en la Agenda 2030, la reiteraciónde llamadas al carácter integrado, universal y multi-dimensional que la propia agenda realiza, ponen demanifiesto que algo no está suficientemente expli-cado ni claro. Denominar a los 17 objetivos con elapellido de sostenible, incorporar como meta «ladesvinculación del crecimiento económico de la de-gradación medioambiental» o «lograr la gestión eco-lógicamente racional de los productos químicos yde todos los desechos a lo largo de su ciclo de vida(…) y reducir su liberación a la atmósfera, el agua yel suelo» son propuestas que parecen imposibles decumplir en el marco de buena voluntad al que se li-mita la agenda.

Algo similar sucede con la cuestión de la desigualdad,también recogida finalmente en la declaración. A laque, además de incorporarse en numerosos objetivosde manera casi transversal, se le dedica un objetivoespecífico, que establece metas para reducir la des-igualdad de oportunidades y de resultados medida entérminos de renta per cápita o entendida como des-igualdad por discriminación o dominación de diversoscolectivos. Incluso apela a políticas fiscales, salarialesy de protección social para reducir la desigualdad enlos ámbitos locales y nacionales, así como mencionala necesidad de regulación y transparencia en los mer-cados financieros mundiales. Tampoco podía ser deotra forma, teniendo en cuenta la creciente precariza-ción de las condiciones laborales de los menos afor-

Page 15: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

15

No es tan sencillo como algunos pretenden. No setrata de que los poderes políticos vuelvan a imponersea los poderes económicos. Ambos son abstraccionesprocedentes de la razón, que para analizar separa loque en la realidad está constitutiva e irremediable-mente unido. Economía, política, sociedad y ecologíaconforman la realidad. Por eso, con acierto, la doctrinadel desarrollo sostenible habla de proceso multidi-mensional. Todos nuestros actos actualizan posibili-dades y obturan otras, optamos entre alternativas pre-viamente dadas, aunque la particularidad de nuestrosactos es que contienen un momento de creación, deinvención de nuevas realidades. Yasí es como sucede la historia, porinvención optativa.

Hace algo más de doscientos añoslos seres humanos lograron abriruna posibilidad histórica, la de go-bernarnos a nosotros mismos apartir de principios y valorescomo la igualdad, la dignidad y lalibertad, que ahora reconocemoscomo democracia. Esta posibili-dad está siendo amenazada en losúltimos tiempos, cuyos síntomasclaros son la progresiva mercan-tilización de cada vez más esferasde la vida, la emergencia de valo-res individualistas y la criminali-zación de la participación, la pri-vatización de lo público y lacooptación por parte de interesesprivados de las instituciones pú-blicas, así como de los espacios sociales no guber-namentales. La pretendida ciencia económica, consus predicciones y econometrías, trata de consolidarla separación definitiva de la economía de sus arrai-gos sociales y políticos, como ya advirtiera Karl Po-lanyi, arrinconando al poder público representadopor los estados a una configuración de estado mínimocuyas únicas funciones se reducen a proporcionar laseguridad jurídica precisada por el capital y a labores

represoras y penitenciarias para garantizar la otra se-guridad. Aumentan con obscenidad quienes sugierenya la necesidad de imitar algunos ejemplos que lo-graron mayores cuotas de crecimiento económicoaunque su rechazo de las formalidades y los valoresdemocráticos sean explícitos, como China, Singapuro Arabia Saudí.

La Agenda 2030 quiere mostrarse como un consensodespolitizado. Tal vez para evitar conflictos intergu-bernamentales, pero también y sobre todo porque esees el principal y más peligroso consenso de nuestros

días. Por eso se limita a apelar a labuena voluntad de todas las partespara asumir la responsabilidad con-formando una alianza global. Sindiferentes responsabilidades. Demanera casi infantil, sin pensar queentre distintos actores, países, or-ganizaciones e instituciones se re-producen relaciones de poder, esdecir, relaciones eminentementepolíticas. Mejor mostrar la irrele-vancia de la política. Así es másfácil dejar las respuestas en manosde tecnócratas, sea el cumplimientode las metas, incluso las labores degobierno cuando sea preciso. Im-pedir el ejercicio de la política, me-diante su desprestigio o la represiónen cualquiera de sus formas, es lamejor manera de asegurarse queno se abren posibilidades indesea-bles, no vaya a ser que vengan a

transformar la actual distribución del poder global yquieran tomarse en serio lo de la sostenibilidad y ladesigualdad.

La Agenda 2030 debe ser, por lo tanto, interpretadapolíticamente. Para modificar la distribución del poderglobal que nos trajo hasta aquí, para aprovechar lasoportunidades que ofrece para cambiar el actual pa-radigma de desarrollo. ■

La Agenda 2030 quieremostrarse como un consensodespolitizado. Tal vez paraevitar conflictosintergubernamentales, perotambién y sobre todo porqueese es el principal y máspeligroso consenso denuestros días. Por eso selimita a apelar a la buenavoluntad de todas las partespara asumir laresponsabilidad conformandouna alianza global. Sindiferentes responsabilidades.

Page 16: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

16

L a economía feminista es un campo de conocimien-tos muy amplio, que contempla diversos enfoques.

El presente texto parte de una perspectiva concreta:el enfoque de sostenibilidad de la vida; y de una ex-periencia situada: el aprendizaje compartido y cons-truido desde la participación en Madrid en dos gruposde activistas vinculados a la economía y a los femi-nismos: el Grupo de Deuda de Feminismos Sol (co-misión del 15M de Madrid ciudad) y el Eje de Preca-riedad y Economía Feminista. Además, parte de loaquí contemplado tiene relación con un estudio1 en elque se pone en diálogo las ideas y prácticas de acti-vistas feministas de movimientos sociales de Madridcon el paradigma del Buen Vivir.

«Partir de sí»2 para leer «la economía»

La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra,de ahí que la posterior lectura de ésta no pueda pres-cindir de la continuidad de la lectura de aquél.

Paulo Freire

Después de años de la crisis de las subprime (2007),y del surgimiento del movimiento 15M en diversasciudades del Estado español (2011), seguía resultandocomplejo comprender la situación política y econó-mica. Al mismo tiempo, los grandes medios de co-municación saturaban a la audiencia con infinidad dedatos y conceptos propios de la financiarización de laeconomía (prima de riesgo, agencias de calificación,etc.). En dichos medios, «los expertos en economía»trasladaban su diagnóstico: crisis; y su solución: pla-nes de austeridad.

La neolengua de «los expertos», propia de la teocraciamercantil (Pérez Orozco, 2014), obviaba las causasde la «crisis» y dificultaba encontrar claves para des-entrañar la situación, aunque en las plazas se denun-ciara que «no es una crisis, sino una estafa». Además,las medidas adoptadas por los gobiernos ante la crisisfinanciera no solo amenazaban nuestras condicionesde vida, derechos y necesidades más básicas, sinoque también trastocaban la concepción que teníamossobre nuestras vidas y sobre aquello que las convertíaen significativas, así como nuestra previsión de futuroa corto, medio y largo plazo. La incertidumbre y elmiedo a caer en la exclusión estaban a la orden deldía.

De modo que, desde los grupos de activistas mencio-nados, se da una búsqueda para obtener herramientasque permitan no solo construir marcos interpretativospara analizar la realidad, sino también construir mar-cos desde los que poner en cuestión la «economía delxs expertxs», desobedecerla y romper los márgenesde lo posible. O, lo que es lo mismo, abrir otros hori-zontes (horizontes emancipatorios, buenos vivires,vidas que merezcan la alegría de ser vividas) que die-ran lugar a la construcción de vidas significativas.

En esa búsqueda resultaban muy útiles y necesariosanálisis críticos con el sistema económico neoliberalque desenmascaraban los procesos de financiarizaciónde la economía. Dichos análisis permitían compren-der, entre otros muchos hechos, la conversión de unadeuda de un sector privado (mercados financieros) enpública. Sin embargo, en buena parte de dichos aná-lisis se seguían dando ausencias, pues no se desen-trañaba el funcionamiento del sistema económico másallá de la esfera productiva. Además, en algunos deestos planteamientos, conceptos como «producción»y «desarrollo» seguían gozando de legitimidad. Comosi ambas concepciones no tuvieran estrecha vincula-ción con «el mito del crecimiento económico» y nohubieran recibido importantes críticas del ecologismoy de los feminismos.

DE LA PRECARIEDAD A LA CONSTRUCCIÓN DE HORIZONTES EMANCIPATORIOS /BUENOS VIVIRES DESDE EL ENFOQUE DE SOSTENIBILIDAD DE LA VIDA

Carmen CrespoEje de Precariedad y Economía Feminista

1. Crespo Ordóñez, Carmen. Desde la Precariedad al BuenVivir. Narrativas feministas de movimientos sociales de Ma-drid. Trabajo fin de máster del «Máster de Estudios Femi-nistas y de Género» de la Universidad del País Vasco, tuto-rizado por Yolanda Jubeto Ruiz. Curso académico 2013/2014.

2. Clave metodológica, Eje de precariedad y economía femi-nista. <https://www.diagonalperiodico.net/blogs/vidasprecarias/1-mayo-economia-feminista-sucedio-madrid.html>

Page 17: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

17

Herramientas de diagnóstico

Las herramientas del amo no destruirán la casa delamo.

Audre Lorde

De modo que, en la búsqueda de herramientas queutilizar para profundizar en el funcionamiento del sis-tema capitalista heteropatriarcal y caminar hacia otroshorizontes, resultaron interesantes tres planteamientoso herramientas:

■ El enfoque de sostenibilidad de la vida.■ Planteamientos de la antropóloga Sherry Ortner.■ El paradigma del Buen Vivir.

Enfoque sostenibilidad de la vida

El enfoque de sostenibilidad de la vida reivindica queen el centro del sistema tienen que estar las personasy la naturaleza, y no los mercados. Partir de este plan-teamiento modifica el significado de la palabra «cri-sis». Pues este enfoque no haría referencia a cuándose encuentran en riesgo los procesos de acumulación,sino a cuándo se ponen en riesgo los procesos vitalesde sostenimiento de la vida (Pérez Orozco, 2014).De hecho, este enfoque comparte con otras perspec-tivas que lo que se encuentra en crisis a día de hoy noes un mercado concreto (mercado financiero), sino elmodelo socioeconómico y político que heredamos dela modernidad. A la quiebra de dicho modelo se ladenomina crisis civilizatoria.

Además, este enfoque muestra cómo el sistema capi-talista necesita articularse con otros sistemas de opre-sión: el heteropatriarcado, el racismo y el colonia-lismo. La articulación de estos sistemas da comoresultado sociedades capitalistas, machistas, antropo-céntricas; en definitiva, sociedades que se devoranasí mismas bajo un modelo tan inviable como injusto.

Esta mirada sobre el sistema económico también per-mite entender que el sistema nos coloca en diferentesposiciones jerarquizadas entre sí, haciéndonos partí-cipes del mismo. De modo que, a menudo, dichasposiciones de oposición y competencia nublan la ca-pacidad de enfocar la realidad en su conjunto y llamana actuar en base a la máxima individualista del «sál-vese quien pueda». Cuando en realidad tenemos unproblema común que impacta en nuestros cuerpos deforma diferencial (Pérez Orozco, 2014). De tal forma

que reflexionar sobre la situación actual también exigehacer una revisión sobre las diferentes posiciones quepodemos ocupar y cómo nuestras prácticas, ya seapor omisión o por acción, resultan (o no) funcionalesal sistema de dominación (capitalista, heteropatriarcal,colonialista, racista, etc.).

Planteamientos de Sherry Ortner

En la reflexión sobre nuestro papel en este sistema ynuestras posibilidades de transformarlo resultan inte-resantes los planteamientos de Sherry Ortner (1979).Ortner nos ayuda a entender que el sistema capitalistaheteropatriarcal opera a nivel estructural (sistema eco-nómico, político etc.) y a nivel cultural, un nivel queencarnamos y que reproducimos consciente y/o in-conscientemente.

Es decir, el sistema capitalista heteropatriarcal no soloreside en las estructuras materiales, como el FMI, laOMC o los presupuestos del ministro de Economía,sino que también está compuesto de dimensiones sub-jetivas y culturales. Se trata de unas dimensiones enlas que todas las personas hemos sido educadas y quecolonizan nuestros cuerpos y nuestros deseos. Por lotanto, el capitalismo y el heteropatriarcado no se en-cuentran fuera de nuestros cuerpos, sino que, aunquehacemos esfuerzos por desobedecerlos, los llevamosy reproducimos allí donde vamos (no solamente enlos espacios del mercado laboral, sino también inclusoen espacios teóricamente libertarios).

De modo que para transformar el sistema resulta ne-cesario incidir en las estructuras materiales, pero tam-bién en las subjetivas que dieron origen y legitimidada dichas dimensiones materiales. Es imprescindibleincidir en ambas para transformar las estructuras deopresión al mismo tiempo que también se modificanlos imaginarios que sustentan dichas estructuras.

Buenos vivires/horizontes emancipatorios

La crisis civilizatoria responde a un proceso de trans-formación sistémica que está siendo impulsado porlas élites financieras para seguir protegiendo los mer-cados a costa de dañar la vida y los derechos de lospueblos y de la naturaleza. De modo que resulta ur-gente reflexionar sobre: ¿cómo incidir y gobernar eltránsito que se está produciendo? y ¿hacia dónde di-rigirlo? (Pérez Orozco, 2014).

Page 18: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

18

Resulta complejo pensar alternativas que no se ubi-quen en el marco del sistema. De modo que recurrira otros paradigmas de pensamiento originados en los«márgenes del sistema» (Ortner, Sherry; 2006) nospuede ayudar a pensar otras formas de organizar lavida, bajo otras bases distintas a las del sistema hege-mónico que no se sustenten en la exclusión y/o en laacumulación de capital. Como plantea Ana EstherCeceña:

El proceso emancipatorio no requiere solamente abolirla propiedad privada y reapropiarse de los procesos deproducción de la vida material, sino, fundamentalmente,una des-enajenación del pensamiento que permita con-cebir la vida desde otras bases políticas y epistemoló-gicas (Ceceña, 2008:28).

El Buen Vivir, al proceder de pos-turas decoloniales, funciona comouna plataforma para pensar elmundo desde ángulos distintos alcapitalismo heteropatriarcal y a susideales de «crecimiento econó-mico», «desarrollo» y «autosufi-ciencia». Supone una plataformaque conlleva la decolonización delsaber3 (Quijano, Aníbal, 2000), lageneración de saberes colectivosy la «despatriarcalización»4 (Pare-des, Julieta, 2011). En este sentido,se considera que reflexionar sobreparadigmas como el del Buen Vivir puede ayudar a«desmantelar imaginarios colonizados» (AFM, 2010),sobre todo su vertiente más crítica con la modernidady con la institucionalización del Buen Vivir en ciertospaíses de América del Sur.

El Buen Vivir es una cosmovisión que propone unavida humana en armonía con la naturaleza y no cen-trada alrededor de la acumulación de capital, por loque presenta aspectos comunes con el enfoque desostenibilidad de la vida. Se trata de un concepto mul-tidimensional, de modo que es conveniente nombrarloen plural (buenos vivires). Esto se debe a que es unconcepto en construcción y adaptable a cada contexto

y/o realidad. Además, un punto importante de esteparadigma es que el buen vivir de unxs no se puedebasarse en el mal vivir de otrxs (Gudynas, Eduardo,y Acosta, Alberto, 2011). Lo cual entra interpela alos estilos y formas de vida del norte global.

Además, el Buen Vivir, en su versión más crítica conla modernidad, presenta elementos comunes con mo-vimientos sociales a ambos lados del Atlántico. Ele-mentos como la crítica al desarrollismo y críticas yaportes del ecologismo y de los feminismos. De estaforma, el Buen Vivir presenta elementos comunescon reivindicaciones y luchas de numerosos movi-mientos sociales del planeta, incluido el movimiento15M en Madrid.

Reflexiones y propuestas para laconstrucción de buenos vivires /horizontes emancipatorios

Discursos vs. prácticasUn discurso o imaginario del BuenVivir en sí mismo no es suficientepara construir buenos vivires/hori-zontes emancipatorios y transfor-mar las estructuras del sistema.Prueba de ello es lo que ha ocurridoen países como Ecuador, en el quedespués de años de revolución ciu-dadana, se han vivido situaciones

muy contradictorias. Por un lado, se ha dado un procesode modernización del capitalismo, que se observa enel marco legal a través de la Ley de Minería, que no hamodificado la línea del extractivismo. Y, por otro lado,se encuentra el Buen Vivir a nivel discursivo, que ver-tebra la carta magna del país, pero que, lejos de sucontenido, se ha convertido en un «maquillaje que per-mite la acumulación de capital» (Flores, 2015) y queno ha facilitado cambios estructurales. Mientras, losmovimientos sociales que promovieron el Buen Vivircomo horizonte emancipatorio y que impulsaron la re-volución ciudadana y la llegada de Rafael Correa alpoder han sido «despojados de todo el legado de resis-tencia que es discurso social pero vacío de contenido»(Flores, 2015).

Por lo tanto, ha tenido lugar una utilización interesadadel discurso del Buen Vivir a modo de «maquillaje»(Flores, 2015), en el que no se ha acompañado el dis-curso constitucional con cambios en las estructurassocioeconómicas, sino que en la práctica se ha pro-

3. En referencia a «la colonialidad del saber» de Aníbal Quijano.(Quijano, Aníbal, 2000).

4. Despatriarcalizar: Julieta Paredes define este término como«una acción, una actividad que pone fin a una estructura so-cial jerárquica: detiene y extingue la subordinación, discri-minación y exclusión, prácticas y simbólicas, de las mujerespor los hombres» (Gargallo, Francesca; 2012:184-185).

Los procesos importan: elmejor resultado es un buenproceso y sus prácticas, no elresultado. El buen vivir o laconstrucción de horizontesemancipatorios tienen sentidoen la medida en que laspersonas participan en suconstrucción y esto implicaponer el foco en las prácticas.

Page 19: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

19

fundizado aún más en el proceso de modernizacióndel sistema capitalista antropocéntrico.

Vemos que, a pesar de los esfuerzos por llevar a caboel Buen Vivir incluso a nivel constitucional y con mo-vimientos sociales muy implicados, la puesta en mar-cha del Buen Vivir depende en gran medida de lasprácticas que lo impulsan. Y esto es algo que reivin-dican las activistas que dan más importancia y hacenmás hincapié en el cómo construir horizontes eman-cipatorios o buenos vivires que en proporcionar unareceta acerca del contenido de esos buenos vivires.Esto tiene mucha relación con las características denuevas formas de activismo desencadenadas a partirdel movimiento 15M en Madrid.

Construcción del sujeto revolucionario vs. nuevas formas deorganización políticaComo plantea Silvia López Gil (2011), se han produ-cido cambios en nuevas formas de organización polí-tica donde ya no existe un sujeto único de la lucha yen las que lo relevante no es el contenido a priori dela lucha, sino la posibilidad de generar un espaciocomún a partir del cual dotar al Buen Vivir/horizonteemancipatorio de contenido.

No existe un sujeto único de la lucha, no existe un con-tenido ideológico que la predefina, ni existe una estruc-tura fija. Todo eso está por inventar en el interior decada proceso. Lo que sí que existe es una brecha, unacrisis, un malestar, una sensación informe y sin nombreconcreto que señala que «esto no marcha» (López Gil,2011, 309).

Esto lo podemos constatar con el movimiento 15M enMadrid, pues en su inicio no había un discurso o con-tenido previo, como en las formas de militancia clási-cas. Sino simplemente un espacio de encuentro, «quehacía resonar el común» (López Gil, Silvia, 2011).

Tres claves propuestas para la construcción de buenosvivires/horizontes emancipatorios (Eje de Precariedad yEconomía)Para las activistas, la «piedra angular» de la cons-trucción de los buenos vivires radica en los procesosy en las metodologías que los impulsan. A continua-ción, se proponen tres claves metodológicas del Ejede Precariedad y Economía que pueden ayudar a es-bozar un camino hacia la construcción de buenos vi-vires, aquí y ahora.

Partir de sí: la experiencia vital como disparador deprocesos de transformación. La situación de crisis y

la experimentación de precariedad como un revulsivo(cuando está acompañado de un trabajo colectivo)que ayude a transformar imaginarios.

¿Quién se queda fuera?: poner el foco de atenciónen si nuestras prácticas y/o procesos generan exclu-siones y desmontan/refuerzan las dimensiones ma-teriales y subjetivas del sistema capitalista heteropa-triarcal.

Los procesos importan: el mejor resultado es un buenproceso y sus prácticas, no el resultado. El buen viviro la construcción de horizontes emancipatorios tienensentido en la medida en que las personas participanen su construcción y esto implica poner el foco en lasprácticas.

Referencias bibliográficas

AFM -Articulación Feminista del Marcosur-. (2010).Miradas de mujeres sobre el Buen Vivir. DiálogosComplejos. Paraguay.

Ceceña, Ana Esther (2008). «De saberes y emanci-paciones», en Ceceña, Ana Esther (coord.): De lossaberes de la emancipación y de la dominación,Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales(CLACSO). Disponible en:<http://biblioteca.clacso.edu.ar/ar/libros/grupos/cecen/03cece.pdf >

Comisión Feminismos Sol. (2013/09/09). «Desobe-decer la deuda». Diagonal <https://www.diagonalperiodico.net/la-plaza/19636-desobedecer-la-deuda.html>

Crespo Ordóñez, Carmen. Desde la Precariedad alBuen Vivir. Narrativas feministas de movimientossociales de Madrid. Trabajo fin de máster del«Máster de Estudios Feministas y de Género» dela Universidad del País Vasco, tutorizado por Yo-landa Jubeto Ruiz. Curso académico 2013/2014

Eje de precariedad y economía feminista.<https://www.diagonalperiodico.net/blogs/vidasprecarias/1-mayo-economia-feminista-sucedio-madrid.html>

Flores, Judith. (2015, 9 de Mayo). Charla «Políticasal servicio de la vida». En el Seminario: «Hacianuevas instituciones democráticas. De la crisis alasalto institucional». Madrid. Fundación de los Co-munes. Espacio Intermediae (Matadero-Madrid).

Gargallo Celenti, Francesca. (2012). Feminismosdesde Abya Yala. Ideas y proposiciones de las mu-jeres de 607 pueblos en nuestra América. Bogotá:desde abajo.

Page 20: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

20

Grupo Deuda. Feminismos Sol. (2013). Dosier Deuda.Disponible en: <https://madrid.tomalaplaza.net/files/2013/06/Dosier-Difusi%C3%B3n-Taller-Deuda-FemSol.pdf>

Gudynas, Eduardo y Acosta, Alberto. (2011). «La re-novación de la crítica al desarrollo y el buen vivircomo alternativa». Utopía y praxis latinoameri-cana, 16 (53), 71-83.

López Gil, Silvia (2011). Nuevos feminismos sentidoscomunes en la dispersión. Madrid: Traficantes desueños.

Ortner, Sherry Beth. (2006). Anthropology and socialtheory: Culture, power, and the acting subject.Duke University Press.

Ortner, Sherry Beth (1979) ¿Es la mujer con respectoal hombre lo que la naturaleza con respecto a lacultura? En O. Harris y K. Young. Antropología yfeminismo, Barcelona. Anagrama, pp. 109-131.

Paredes, Julieta. (2011). Una sociedad en estado ycon estado despatriarcalizador. Programa de lasNaciones Unidas para el Desarrollo/Proyecto deFortalecimiento Democrático/Fundación Bolivianapara la Democracia Multipartidaria, Cochabamba,diciembre de 2011, p. 5 de 16.

Pérez Orozco, Amaia (2012). «Crisis multidimensio-nal y sostenibilidad de la vida». InvestigacionesFeministas, 2, 29-53.

Pérez Orozco, A. (2014). Subversión feminista de laeconomía. Aportes para un debate sobre el conflictocapital-vida. España: Traficantes de sueños.

Quijano, Aníbal. «Colonialidad del poder, eurocen-trismo y América Latina». En libro: La coloniali-dad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales.Perspectivas Latinoamericanas. Edgardo Lander(comp.) CLACSO, Consejo Latinoamericano deCiencias Sociales, Buenos Aires, Argentina. Juliode 2000, p. 246. ■

Page 21: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

21

E l proyecto civilizatorio construido en torno al ca-pitalismo atraviesa una profunda crisis que pone

de manifiesto no solo las crecientes dificultades delsistema para autorreproducirse, sino también la ofen-siva que éste desarrolla contra la vida, cuya sosteni-bilidad corre serio peligro. Partiendo de este conflictocapital-vida, proliferan tanto las agendas emancipa-doras que pretenden defender la reproducción am-pliada de la vida como aquéllas que se centran ensalvar y redefinir el capitalismo en este momento crí-tico, aunque ello nos conduzca al abismo social y alcolapso ecológico. Si queremos evitar este fatal de-senlace, es preciso conocer estas apuestas pro-capitaly sus perspectivas de futuro, con el ánimo de adelan-tarse a las mismas y hacerlas descarrilar desde lógicasalternativas.

Éste es precisamente el objetivo del presente artículo:conocer qué diferentes propuestas disputan hoy endía la defensa de los valores civilizatorios hegemóni-cos del crecimiento ilimitado, la primacía de los mer-cados, la reproducción ampliada del capital y la agu-dización de las asimetrías de clase, género y raza/etnia.Destacamos en este sentido la confrontación actualentre quienes abogan por el avance de un mercadouniversal autorregulado desde una supuesta perspec-tiva progresista, por un lado, y quienes aspiran desdeclaves más extremas a capturar, en un contexto deprofunda crisis, la máxima ganancia posible para loscapitales nacionales propios bajo la premisa de guerraeconómica y geopolítica entre bloques regionales, porel otro.

Sea una u otra la agenda que se imponga —o inclusola más que probable síntesis de ambas—, las pers-pectivas parecen consolidar una versión del modeloglobal todavía más antidemocrática, excluyente y vio-lenta. Concluiremos el artículo señalando cuáles pu-dieran ser, en nuestra opinión, las claves que definenla nueva versión del viejo proyecto civilizatorio de lamodernidad capitalista, en el que el poder corporativotejido alrededor de las grandes empresas transnacio-nales cobra un gran protagonismo.

El conflicto capital-vida se agudiza, pero también ladisputa entre capitales

Atravesamos momentos de gran incertidumbre sisté-mica, cuyo origen reside básicamente en dos grandesnudos a los que el sistema vigente parece no encontrarrespuesta.

Por un lado, el capitalismo evidencia serias limita-ciones para iniciar una nueva fase expansiva de cre-cimiento económico, que genere un círculo virtuosode productividad, rentabilidad, inversión, empleo yconsumo. En este sentido, la propia OCDE pronosticaun lánguido desempeño económico global hasta2060,1 lo que refuerza la idea de que cada vez es máscomplicado reproducir el flujo del ingente excedentegenerado por un sistema financiarizado, sobrecom-plejizado y desregulado, además en un marco de aus-teridad y grandes desigualdades estructurales. En estecontexto, se visualizan con mayor nitidez las contra-dicciones de un sistema incapaz de poner en marchauna revolución tecnológica con potencialidad paraimpulsar un círculo virtuoso como el antes citado. Sila apuesta es, en este sentido, la automatización y larobótica, no hay seguridad alguna de que ésta tengauna incidencia generalizada sobre la productividaddel conjunto del tejido económico global. Inclusoexisten serias dudas sobre si el hipotético saldo deempleos de este proceso sería negativo y no positivo,destruyendo más empleo que el que se pudiera crear,tal y como señala la UNCTAD.2 En todo caso, másallá del debate sobre si el capitalismo es capaz dereinventarse de nuevo en un contexto de profundaslimitaciones, sí que podemos afirmar tajantementeque este afronta grandes dificultades en el corto, me-

LA QUE SE AVECINA: UN CAPITALISMO (AÚN) MÁS SALVAJE

Gonzalo FernándezPaz con Dignidad-OMAL

1. OCDE (2014): «Policy challenges for the next 50 years»,OECC Economic Policy Papers, n.º 9, disponible en:<http://www.oecd-ilibrary.org/economics/policy-challenges-for-the-next-50-years_5jz18gs5fckf-en>

2. UNCTAD (2016), «Robots and industrialization in develop-ing countries», Policy Brief n.º 50, disponible en:<http://unctad.org/en/PublicationsLibrary/presspb2016d6_en.pdf>

Page 22: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

22

dio y largo plazo, lo que nos aboca a décadas defuerte inestabilidad.

Pero, por otro lado, a los problemas del sistema eco-nómico para reproducirse se les une un segundo ele-mento generador de incertidumbre, que no es sino elgravísimo colapso ecológico en ciernes. Se trata, enpalabras de Tanuro,3 de una catástrofe silenciosa pro-vocada por el cambio climático y por el agotamientode las tres fuentes de energía fósil sobre las que se haasentado el patrón de desarrollo desde la segundaguerra mundial: el petróleo, el gas y el carbón. Si elpetróleo ya ha alcanzado su pico, el carbón y el gaslo harán en las próximas décadas, tratándose de re-cursos —sobre todo, el petróleo— imposibles de sersustituidos por otros, renovables o no, debido a unacapacidad de transporte, almacenamiento, múltiplesusos y alta densidad energética sin igual. Por tanto,nos enfrentamos, sí o sí, a una reducción de la basematerial sobre la que opera nuestra sociedad globaly, en consecuencia, a una profunda transformaciónde las fórmulas hegemónicas de producción, consumoy organización social.

Vinculando ambos procesos —límites del capitalismoy colapso ecológico—, se explicita la gravedad delmomento presente, ya que la hipotética superacióndel primero de los procesos no haría sino ahondar lacatástrofe ecológica, mientras que enfrentar de manerataxativa el segundo exigiría descentrar el capital y losmercados como valores hegemónicos y, por tanto,trascender completamente el modelo civilizatorio ar-ticulado en torno al capitalismo. El piso se nos muevea todos y todas y, lo queramos o no, grandes cambiosse avecinan, en uno u otro sentido. Asistimos, portanto, a una fase histórica especialmente crítica, mar-cada por la crisis del capital y por el conflicto de éstecon la vida misma, dando lugar a un recrudecimientode la disputa de agendas y sujetos. Y no hablamossolo de la confrontación de quienes defienden la vidafrente al atolladero al que nos conduce el capital, sinotambién entre los que pretenden mantener el statuquo capitalista, pero desde parámetros diferentes alos hasta ahora hegemónicos.

Surge en este sentido una nueva versión capitalistanítidamente reaccionaria, que Trump abandera pero

en la que se inscriben fenómenos como el auge de laextrema derecha en Europa, el Brexit o Putin, por po-ner solo algunos ejemplos. Esta nueva propuesta po-lítica en boga se reproduce ante la creciente deslegi-timación de la hasta ahora agenda hegemónica delcapital, que denominamos capitalismo universalista.Este se ha sustentado sobre dos pilares fundamentales:en primer lugar, la apuesta por un mercado único glo-bal y autorregulado —o al menos conformado porgrandes bloques económicos que colaboran entre sí,a través de pactos entre diferentes capitales, encarna-dos en tratados y acuerdos multilaterales—, que ga-rantice el comercio y la seguridad de las inversionesa nivel planetario; en segundo término, un modelo degobernanza política sustentado sobre un relato de de-mocracia formal, respeto a los derechos humanos ydefensa de la diversidad y la multiculturalidad, edifi-cado sobre una estructura multilateral a tal efecto.Para garantizar este mercado de proyección universalse apuesta principalmente por tratados y acuerdos re-gionales y globales de comercio e inversión. Estospretenden conformar una nueva gobernanza corpo-rativa, que institucionalice nuevas estructuras de con-vergencia reguladora entre regiones —para armonizara la baja en protección social y ambiental—, y queacabe de implantar una lex mercatoria4 sostenida so-bre tribunales privados de arbitraje, en los que lascorporaciones tienen la capacidad de denunciar a lasinstituciones públicas si éstas amenazan sus benefi-cios.

Como hemos señalado previamente, este proyecto su-fre hoy en día un creciente descrédito, evidenciándoseque el valor fuerte del capitalismo universalista —elmercado autorregulado— es incompatible con el se-gundo —democracia y derechos—, que se convierteen pura retórica, tal y como muestra esta ofensivacontra el poder legislativo y judicial. Se constata asíla primacía del capital sin caretas democráticas e in-clusivas, condenando a las grandes mayorías popularesal desempleo, la precariedad, la exclusión y, en defi-nitiva, a múltiples y diversas fórmulas de dominación.Así, un proyecto retóricamente universalista, progre-sista y pacifista, en su pretensión de desarraigar la di-mensión económica del resto de variables sociales,políticas y culturales a partir de la constitución de unmercado global autorregulado, acaba explotando a la

3. Tanuro (2015), «Enfrentar la urgencia ecológica», Inprecorn.º 619-620, disponible en: <http://www.inprecor.fr/article-CLIMAT-Face%20%C3%A0%20l’urgence%20%C3%A9cologique?id=1795>

4. Hernández, Juan, y Ramiro, Pedro (2015): Contra la lexmercatoria. Propuestas y alternativas para desmantelar elpoder de las empresas transnacionales, Icaria, Barcelona.

Page 23: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

23

vasta y diversa clase trabajadora y amputando los mí-nimos resortes democráticos en el altar de dicho mer-cado. Karl Polanyi, en su certero análisis realizadohace ocho décadas, ya alertó sobre estos intentos dedesarraigo, situando en el patrón oro y en el impulsouniversalista del capital la génesis de las guerras mun-diales y los fascismos que asolaron la primera mitaddel siglo XX.5

Pero esta deslegitimación del capitalismo universa-lista, como antes hemos especificado, no es solo evi-dente para las propuestas emancipadoras en defensade la vida. También lo es para quienes abogan poruna redefinición del statu quo. Estos constatan, porun lado, cómo este modelo universalista ha roto losconsensos o pactos nacionales entre capital y trabajoen base a diferentes formulaciones del Estado delBienestar —fundamentalmente en el Norte Global,que es donde éstas se permitieron, y que han sidobase de cierta estabilidad social y política—, sin ofre-cer alternativa alguna a las lógicas de deslocalización,terciarización, desinversión interna, desempleo y pre-cariedad vinculadas a la globalización neoliberal. Y,por otra parte, consideran que la delegación de sobe-ranía nacional a órganos supraestatales, propia de lalógica de los acuerdos y tratados regionales y globales,impide el desarrollo de políticas autónomas y cons-triñe las capacidades económicas de los capitales pro-pios, al obligar a pactar con los foráneos desde unprisma multilateral, cediendo así necesariamente po-der en un momento en el que la tarta no da para to-dos.

Por tanto, no todos los capitales tienen expectativaspositivas en el modelo de capitalismo universalista,ni posibilidad de sustento político y social que garan-tice su sostenibilidad. Debido a ello, algunos de ellos—sobre todo los que tienen su matriz en el NorteGlobal, y que acumulan por tanto un notable poderde negociación—, apuestan por ampliar su trozo detarta frente a otros, transitando del universalismo a laguerra económica. Se plantea así la posibilidad deimpulsar un relato y una agenda que prime la defensade los capitales nacionales frente al capital en general;que limite el costo de la apuesta global en su retóricamultilateral; que integre en su base política no solo alcapital nacional, sino también a parte de la clase tra-bajadora ávida de recuperar inversión y empleo y que

ha sido despreciada por las élites beneficiadas por laglobalización; que, finalmente, confronte aún retóri-camente con dichas élites desde una ofensiva contrasu imaginario liberal y progresista (derechos y liber-tades fundamentales, igualdad de oportunidades, di-versidad sexual, protección del medio ambiente…),situando el debate político en una guerra entre pobres,contra lo otro, centrado especialmente en la migracióncomo fenómeno directamente vinculado a la globali-zación y sus efectos.

Cuál de estas dos versiones del capitalismo —uni-versalista o de guerra económica— se impondrá enesta disputa en ciernes, nadie lo sabe. En todo caso,la deslegitimación de la apuesta universalista, por unlado, y los estrechos límites que el capital impone alas propuestas de corte populista de derechas quepongan en cuestionamiento la globalización y el mo-delo pergeñado en las últimas décadas, por el otro,nos llevan a la conclusión de que seguramente laagenda hegemónica será un híbrido de ambas, confi-gurando un modelo de capitalismo más salvaje, dic-tatorial, excluyente y violento. Veamos a continuacióncuáles pudieran ser sus características principales.

Perspectivas del capitalismo que se nos vieneencima

La agenda de síntesis que parece prefigurarse en uncontexto de crisis de reproducción del sistema semejaa la respuesta de un león herido. Así, a pesar de quese ven cada vez más las grietas por las que brota susangre, sigue siendo tremendamente peligroso y acu-mula la fuerza suficiente para conducirnos a la hu-manidad y al planeta en su conjunto al abismo. Unleón herido que, en esta situación, minimiza su retó-rica sobre democracia, derechos e inclusividad —sa-crificados para tratar de salvar al capital—, mientrasque posiciona y justifica fundamentalismos, exclu-siones y asimetrías como ofrendas necesarias paradicho sacrificio. Bajo esta premisa, exponemos bre-vemente cuáles podrían ser, en nuestra opinión, algu-nas de las claves que darían forma a esta nueva versiónde capitalismo para las próximas décadas:6

5. Polanyi, K., (1944), La gran transformación, Siglo XXI,México.

6. Fernández, Gonzalo (2016): Alternativas para desmantelarel poder corporativo. Hegoa, Bilbao. Disponible en:<http://omal.info/spip.php?article8246>

Page 24: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

24

1. El poder corporativo, protagonista de la ofensivafinal para mercantilizar la vida. Nunca antes lasgrandes empresas habían atesorado tanta fuerzacomo durante la globalización neoliberal, configu-rando una agenda y una estructura cultural y políticaal servicio de su poderío económico —hoy en día69 de las 100 mayores entidades del mundo sonempresas y solo 31 Estados7—. Este ingente poderlas sitúa como premisa de todo proceso político,protagonistas y principales be-neficiarias de la apuesta por lareproducción incesante del ca-pital. Para ello, abogan, comorespuesta a la crisis, por ahondaren la mercantilización definitivade toda forma de vida y sector,incidiendo especialmente en lacontratación pública, los servi-cios, las economías campesinas,etc., convirtiendo a nuestroscuerpos precarizados —espe-cialmente los de las mujeres—,en pistas de aterrizaje de su es-trategia. De esta manera el po-der corporativo —que tras-ciende a las propias empresas, conformando unaamplia red de Estados y organismos multilateralescómplices—, trata de abarcar el espectro completode nuestras vidas, proyectándose en el marco deuna sociedad empresarial, privatizada, centralizaday concentrada en términos de poder —como mues-tran las fusiones recientes de las seis grandes em-presas de la agroindustria8—.

2. La lex mercatoria como base de una gobernanzacorporativa que pone en jaque la democracia. Elpoder corporativo vehiculiza su pretensión de avan-zar en la mercantilización de la vida a través de laimposición de una lex mercatoria en defensa de laseguridad de la inversión y el comercio, situada porencima del marco internacional de derechos y de lasoberanía nacional y popular. La nueva oleada detratados (TTIP, TISA, CETA, etc.) se enmarca en

esta lógica, que debe entenderse como una agresióncontra la capacidad institucional de regulación frentea toda traba al comercio y a la inversión, posicio-nando en ese sentido un nuevo modelo de gober-nanza corporativa que genera una institucionalidadconformada, como ya hemos dicho previamente,en base a la convergencia reguladora y a los tribu-nales privados de arbitraje. De esta manera la de-mocracia —ya de por sí mínima— molesta, y sufre

una ofensiva definitiva, instaurandouna arquitectura de la impunidadpara las grandes empresas, en laque coinciden tanto el capitalismouniversalista como el de guerra eco-nómica, ya que ambos solo cues-tionan quién y cómo negocian losacuerdos, no la existencia ni el con-tenido de los mismos.

3. La tensión geopolítica y porlos recursos escasos se incre-menta. La crisis capitalista y lasensación de que la tarta econó-mica no crece —e incluso se agotaen términos energéticos— abona

el terreno para una agudización de la confrontaciónentre bloques por el puesto de hegemón, así comopor los escasos recursos fundamentales para lavida. Parece entonces que asistiremos a un recru-decimiento de la disputa entre bloques económicosy sus capitales, liderados por las grandes empresas(EE UU, UE y China), de consecuencias imprevi-sibles, incluso en términos militares. A su vez,asistiremos a una ampliación de los conflictos ge-nerados por la situación climática y energética,acompañados posiblemente de una pretensión deacaparamiento de dichos recursos escasos —ener-gía, agua, tierra, etc.— incluso en su versión reno-vable, bajo el paraguas del capitalismo verde.

4. Una economía estructuralmente sobrecompleji-zada, financiarizada y especulativa. Debido a lasescasas expectativas de crecimiento económico ge-neralizado en base a una nueva onda larga expan-siva, es más que probable que se mantenga e in-cluso ahonde la tendencia actual de búsqueda dereproducción del capital por la vía financiera. Así,mientras no se sienten las bases que permitan in-crementos generalizados en la productividad y enla tasa de ganancia, la crucial cuestión del endeu-damiento público y privado seguirá siendo un as-pecto de especial relevancia, mientras que las señas

La crisis capitalista y lasensación de que la tartaeconómica no crece —eincluso se agota en términosenergéticos— abona elterreno para una agudizaciónde la confrontación entrebloques por el puesto dehegemón, así como por losescasos recursosfundamentales para la vida.

7. Datos del Informe 10 biggest corporations make more moneythan most countries in the world combined, publicado enseptiembre de 2016 por Global Justice Now.

8. ETC Group (2016): Campo Jurásico. Syngenta, DuPont,Monsanto: la guerra de los dinosaurios del agronegocio.Disponible en:<http://etcgroup.org/sites/www.etcgroup.org/files/files/etc_breakbad_esp_v5-final_may11-2016.pdf>

Page 25: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

25

de identidad de la financiarización se seguirán tras-ladando al conjunto del modelo económico. Portanto, cortoplacismo, ingobernabilidad, lucro y es-peculación serán conceptos que definan el escena-rio también en el futuro próximo, incidiendo posi-blemente en el incremento de la inestabilidadestructural y de las asimetrías sociales. La apuestade Trump de derogar los tímidos controles finan-cieros establecidos por Obama tras el crash de2008, así como el contenido delas negociaciones del TISA, pa-recen abundar en este sentido.

5. Un modelo de sociedad globalmás abiertamente excluyente yviolenta. La apuesta por el ca-pital frente a la vida en un mo-mento de crisis tiene como co-rolario la agudización de lamatriz excluyente del proyectocivilizatorio en base a la clase,el género y la raza/etnia. Deesta manera, el capitalismo he-teropatriarcal y colonial sepriva progresivamente de todaretórica, mostrando lógicas defascismo social, en las que seestablece un régimen de rela-ciones de poder extremada-mente desiguales que concede a la parte más fuerteun poder de veto sobre la vida y el sustento de laparte más débil. Pareciera por tanto que el relatode la ciudadanía con derechos y de la igualdad

pierde valor, y la agenda hegemónica nos ofreceen toda su crudeza su génesis excluyente y violenta,alentando la guerra entre pobres —para ocultar laresponsabilidad del poder corporativo— así comodesatando la violencia machista, de odio, empre-sarial y geopolítica de todo tipo.

Éste parece ser el capitalismo que se perfila en estesiglo XXI, en un contexto de crisis sistémica y civili-

zatoria: un modelo pirómano queparece querer apagar el fuego conmás madera, dirigido por un podercorporativo que atenta contra lademocracia y contra la sostenibi-lidad de la vida para tratar de man-tener el flujo del capital, para locual no duda en recrudecer la ex-clusión y la violencia.

Por lo tanto, desmantelar el podercorporativo, poniendo freno a losnuevos tratados regionales y glo-bales; defender los territorios y losbienes comunes, tanto públicoscomo comunitarios; desmontar elsistema financiero desregulado ysobrecomplejizado; enfrentar laexclusión y violencia de todo tipo;así como abanderar la democracia

como valor fundamental, entre otras cuestiones, sonprioridades estratégicas para cualquier agenda alter-nativa que pretenda avanzar en defensa de la vida ydel bien común. ■

Pareciera por tanto que elrelato de la ciudadanía conderechos y de la igualdadpierde valor, y la agendahegemónica nos ofrece entoda su crudeza su génesisexcluyente y violenta,alentando la guerra entrepobres —para ocultar laresponsabilidad del podercorporativo— así comodesatando la violenciamachista, de odio, empresarialy geopolítica de todo tipo.

Page 26: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

26

V ivimos las primeras etapas de un cambio civiliza-torio de grandes proporciones. Dos de sus carac-

terísticas básicas son una reducción de la energía yde los materiales disponibles. Esto va a suponer unamayor simplificación social (menos personas, inter-conexiones y especialización social). En este proceso,viviremos la quiebra del capitalismo global, un alzade los conflictos por el control de los recursos, unafuerte reconfiguración del Estado con una merma desu capacidad de acción, una pérdida sustancial de in-formación, un descenso demográfico o una «re-rura-lización» social (un éxodo al campo y una apuestafuerte por la producción alimentaria dentro de las ciu-dades). Este colapso es inevitable, pero no voy a jus-tificarlo,2 sino que parto de él para abordar algunasreflexiones estratégicas.Que el colapso de la civilización industrial sea inevi-table no significa que el futuro esté escrito. Dentrodel campo de posibilidades físicas que tengamos (de-terminado por la materia y la energía disponibles), lavelocidad, profundidad y cómo se reconfigurarán losecosistemas y las sociedades humanas dependerá engran medida de lo que hagamos aquí y ahora. Es más,el colapso brindará oportunidades inéditas para la ar-ticulación de sociedades más justas, solidarias e, in-evitablemente, sostenibles. Estas oportunidades seránmás cuanta menor degradación social y ambiental seproduzca. Es decir, que «cuanto peor, peor».En un mundo en fuerte reconfiguración, nuestra ca-pacidad como movimientos sociales de influir en esecambio será probablemente mayor que la que hemostenido en muchas décadas. Esto no quiere decir quetengamos tiempo para una transición ordenada, puesésta es una oportunidad que pasó allá por los años se-tenta. El escenario puede ser como un descenso poraguas bravas, en el que no se puede controlar la di-rección de la marcha (el colapso de la civilización in-dustrial) y donde la opción es construir barcas y evitar

que se estrellen. Estas barcas serán alternativas, nuevasinstituciones. En este escenario tremendamente fluidoe incontrolable, las políticas a implantar encajaránmás en la lógica de poner nuevas reglas de relaciónsocial y económica que en un intento de planificaciónreal, que no va a ser posible.

Estado de emergencia

Tenemos que poner en marcha medidas de «estado deemergencia». Esto es aplicable a las instituciones, alconjunto del cuerpo social y, por supuesto, a losmovimientos sociales. Este «estado de emergencia»debería dar la vuelta a las prioridades sociales mayo-ritarias desde la Revolución Industrial. No es el mo-mento de poner delante las luchas por mejorar la calidad de vida de los seres humanos frente a la conser-vación de ecosistemas equilibrados. Es el tiempo decolocar en el centro los temas ambientales, pues deellos depende la supervivencia de la mayoría de lapoblación. De este modo, hay cuatro desafíos que de-berían ser centrales:

■ Transición energética hacia un modelo basado enlas renovables. Este modelo podrá ser en unaprimera (y breve) fase de renovables basadas enaltas tecnologías (como las actuales), pero a medioplazo tendrá que evolucionar hacia renovables mássencillas. Esto implicará sociedades en las que elconsumo será mucho menor y más dependientede los flujos naturales.3

■ Pasar de una economía de la extracción a unaeconomía de la producción. Es decir, de unaeconomía basada en la extracción de materialesno renovables del subsuelo a otra en la que, graciasa su integración con el resto de los ecosistemas, sepuedan cerrar los ciclos. Esto significa que el me-

ESTRATEGIAS PARA TIEMPOS DE COLAPSO CIVILIZATORIO1

Luis GonzálezEcologistas en Acción

1. Artículo publicado previamente en Viento Sur, n.º 151.2. Lo hemos hecho en Fernández Durán, R.; González Reyes,

L. (2014): En la espiral de la energía. Libros en Acción yBaladre. Madrid.

3. Las renovables, por múltiples razones que argumentamos enEn la espiral de la energía, proporcionan menos energía quelos combustibles fósiles. Además, el futuro pasará por for-matos tecnológicos más sencillos.

Page 27: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

27

tabolismo tendrá que evolucionar de industrial aagrario. También, que habrá que dedicar muchosesfuerzos a este cierre de ciclos.4

■ Evitar que se activen los bucles de realimentaciónpositivos del cambio climático. Es decir, conseguirque no se pongan en marcha los procesos por loscuales el clima evolucionaría hacia un nuevo equi-librio 4-6ºC superior al actual, independientementede lo que hiciésemos los seres humanos.5

■ Frenar la pérdida de biodiver-sidad, el desequilibrio de losecosistemas, y con ello la pér-dida de funciones ecosistémi-cas de las que dependemos.

Pero poner en el centro los temasambientales no quiere decir des-cuidar los sociales. Si esto ocu-rriese, las que surgirían serían so-ciedades de corte eco-autoritario oeco-fascista. A la vez que afronta-mos estos desafíos, hay que redis-tribuir la riqueza y el poder. Es más,sin sociedades justas y democráti-cas no habrá sociedades sos-tenibles, pues la dominación entrelos seres humanos y sobre el restode los seres vivos están interrela-cionadas.

Dicho con ejemplos, no es el mo-mento de luchar por los puestosde trabajo en las minas, sino deinvertir fuertemente en renovables;no es el tiempo de perseguir una mejor retribuciónpara los jornales del sistema agroindustrial, sino deapostar fuerte por la agroecología; no toca invertir entransporte y comunicación, sino en hacerlo en au-tonomía local; no hay que recalificar a urbanizablemás territorio, sino iniciar el desmontaje de lasmetrópolis.

La concepción social e institucional de que vivimosun «estado de emergencia» es lo que podrá hacer con-cebible lo impensable. Es lo único capaz de centrar

las fuerzas colectivas en lo importante. Hay prece-dentes históricos que muestran la fuerza de esta per-cepción. Por ejemplo, durante la II Guerra Mundialesto sucedió en Reino Unido y EE UU, lo que permitióque las personas redujesen voluntariamente su con-sumo, floreciesen huertos urbanos o se apostase porfuentes energéticas alternativas. En general, las so-ciedades y las instituciones trabajaron en el mismosentido (una pena que fuese el bélico). Pero estamos

lejos de que exista esta percepción,¿cómo puede suceder?

Sensibilización por los hechos

El intento de que se conciba este«estado de emergencia» (aunquesea en versiones suaves) ha sidouno de los ejes principales del tra-bajo del ecologismo. Creo quedebemos asumir nuestro fracasohistórico. No hemos conseguidoevitar el colapso civilizatorio niecosistémico. De este modo, estasensibilización probablemente vaa llegar «por los hechos», es decir,conforme la quiebra del orden so-cioeconómico y ambiental se hagacada vez más patente. Tal vez esalabor de sensibilización, que tantosesfuerzos nos ha supuesto, no seael momento de priorizarla.

La «sensibilización por los he-chos» no es una buena noticia, pues generará deses-peración, y la desesperación es muy mala compañerapara cambios sociales emancipadores. Por ejemplo,podrá alentar un «sálvese quien pueda» que seríafatal, pues las salidas serán inevitablemente colectivas.No se podrá sobrevivir con dignidad de forma indi-vidual o en grupos muy pequeños (familias). Frentea la desesperación, será fundamental ayudar a lapoblación a mantener seguridad. Hay tres elementosque podrían contribuir a este fin.

En primer lugar, sentimos más seguridad si, aunqueno podamos controlar lo que ocurre, por lo menos, loentendemos. De este modo, es fundamental ayudar aque las personas construyan marcos explicativos holís-ticos de la crisis sistémica. El análisis y explicaciónde lo que sucede es mucho más que un acto intelec-tual, es un mecanismo de seguridad.

4. En realidad, estos dos primeros desafíos son transiciones in-evitables que van a suceder en el colapso que estamosviviendo.

5. Algunos de estos bucles serían la liberación del metano con-tenido en el suelo helado (permafrost) y los lechos oceánicosy el deshielo de amplias regiones blancas.

La concepción social einstitucional de que vivimos un«estado de emergencia» es loque podrá hacer concebible loimpensable. Es lo único capazde centrar las fuerzascolectivas en lo importante.Hay precedentes históricosque muestran la fuerza deesta percepción. Por ejemplo,durante la II Guerra Mundialesto sucedió en Reino Unido yEE UU, lo que permitió que laspersonas redujesenvoluntariamente su consumo,floreciesen huertos urbanos ose apostase por fuentesenergéticas alternativas.

Page 28: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

28

La segunda idea es que necesitamos emociones quenos sirvan de pértiga para saltar sobre la deses-peración. Una fundamental es la esperanza. Eso esjusto lo que estuvo detrás del éxito de lemas como«sí se puede» u «otro mundo es posible», que fueroncapaces de retirar la losa del «no hay alternativa» delneoliberalismo. La esperanza no se construye sobrela nada, sino que requiere de razones sobre las quesostenerse. Y las hay. Por ejemplo, las crisis, ademásde dolor, también traen esperanza.Implican una catarsis rápida, per-sonal y social. Los procesos quese ven lejanos, ajenos y complica-dos se entienden y sienten degolpe. El cambio cobra sentido.Además, las crisis provocan quelas viejas formas de actuar dejende funcionar y de ser creíbles,dando oportunidades a otras nue-vas. A esto se añade que el formatosocial al que se encamina la hu-manidad será de dimensión másreducida, y lo pequeño es poten-cialmente más democrático. Lomismo se podría decir de socieda-des con menos energía disponibley basadas en renovables. Y deaquéllas en las que la tecnologíaserá más sencilla y de acceso másuniversal.

Pero lo que más seguridad nos pro-porciona es tener formas de man-tener una vida digna. Así, será fundamental el soste-nimiento de los servicios sociales hasta donde seaposible por un Estado que tendrá cada vez menos re-cursos. Pero, por encima de ello, en la medida en queel Estado y el mercado irán siendo cada vez más in-capaces de proveer servicios básicos, será imprescin-dible la creación de nuevas instituciones, de alterna-tivas. Cuando un sistema se descompone, lareconstrucción de algo nuevo es clave.

Construcción de economías y sociedades viables enun escenario de colapso

Una primera cuestión está en qué se puede esperardel Estado y de las nuevas instituciones no estatalescreadas por movimientos sociales en los escenariospor venir. La propuesta sería que el papel de las ins-tituciones estatales sería el de facilitar o, por lo menos,

dejar hacer, mientras que el de las nuevas sería hacer.Veamos por qué.

No cambiamos nuestros valores y, a partir de ahí,modificamos nuestros actos. El sistema funciona másbien al revés. Cambiamos las prácticas y adaptamosnuestra visión del mundo a ellas. De este modo, lacreación de nuevos contextos de vida que gratifiquenvalores colectivos no es solo un requisito para tener

una existencia digna en medio delcolapso civilizatorio, sino que esun elemento necesario para quecambien las personas. Sin partici-pación directa, sin vivencia de nue-vas formas de relación social, nohabrá cambios sociales. Los cam-bios profundos no vendrán desdearriba (mediante políticas estata-les), sino que tendrán que nacerde la autoorganización social.6 Lassociedades son los motores delcambio, mientras las institucionesactuales podrán ser los catalizado-res.

La segunda razón es que la crea-ción de nuevas instituciones, de al-ternativas, tiene lógicas distintasque intentar construir a partir delas existentes. La gestión de un Es-tado necesita de la creación de ma-yorías y requiere, por tanto, decuerpos sociales más o menos ho-

mogéneos. En contraposición, la creación de institu-ciones puede no ser estatocéntrica. No necesitan con-vencer al grueso del cuerpo social, no tienen queconstruir una hegemonía, simplemente pueden fun-cionar, si tienen la fuerza suficiente, desde la autono-mía, conviviendo de forma más fácil con otras formasde organizar la sociedad. Así, pueden adaptarse mejora un mundo de cambios rápidos y donde será casiimposible planificar. Por supuesto, esto con claros lí-mites en un entorno con unas desigualdades de podernunca antes conocidas y marcado por elementos como

6. Esto no quiere decir que los Estados no puedan crear nuevoscontextos, que pueden, sino que los cambios personales ysociales que así se generan son más reducidos y menos pro-fundos. Al obligar a las personas a actuar de una determinadamanera sin dejarles elegir, pierden muchas posibilidades deque los cambios tengan sentido, que es lo que genera lasmutaciones reales.

Así, será fundamental elsostenimiento de los serviciossociales hasta donde seaposible por un Estado quetendrá cada vez menosrecursos. Pero, por encima deello, en la medida en que elEstado y el mercado iránsiendo cada vez másincapaces de proveerservicios básicos, seráimprescindible la creación denuevas instituciones, dealternativas. Cuando unsistema se descompone, lareconstrucción de algo nuevoes clave.

Page 29: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

29

el cambio climático, que tienen una influencia plane-taria. Desde ahí, cobra sentido aprender del zapatismo,que construye su autonomía económica, educativa,política o sanitaria conviviendo con otras comunidadesque no son zapatistas. Las ciudades en transición sonuna iniciativa a este lado del Atlántico con algunaslógicas parecidas.

Si la creación de nuevas instituciones es imperiosa,¿qué hace falta para conseguirlo? Un primer requisitoes que estas alternativas tendrán que ser autónomas,solo así podrán sobrevivir. Para ello, el mundo laborales fundamental, pues en el capitalismo la salarizaciónha permitido atar a gran parte a las personas. Si elprincipal argumento que sufrimos desde el ecologismoes el de la pérdida (o creación, según el caso) de em-pleos es porque es muy real. Podríamos aprender delos movimientos campesinos, que han tenido una ma-yor capacidad de resistencia entre otras cosas, porquehan tenido una mayor autonomía respecto al empleocuando han poseído la tierra y las herramientas. Desdeese prisma, el nuevo cooperativismo cumple un papelcentral (aunque probablemente necesita pensar mássi algunas de sus prácticas son realmente anticapita-listas).

Otra reflexión sobre las alternativas es que, en tiemposde fuertes cambios que no sabemos hacia donde pue-den evolucionar, una estrategia es maximizar la di-versidad (la misma que usa la naturaleza para conse-guir seguridad). Crear muchas alternativas diferentespara tener más probabilidades de que alguna tengaéxito.

También necesitamos dar saltos de escala, algo quehabía sido resuelto tradicionalmente por el Estado.Los grupos de consumo son muy interesantes, perono permiten abastecer a grandes colectividades ni sir-ven para la restauración colectiva. Estos saltos de es-cala, que ya se están dando en varios campos, puedensurgir de la agregación de experiencias pequeñas queadquieran la masa crítica necesaria para estos cambioscualitativos. Tendrán que crear mecanismos que ge-neren confianza, como etiquetas ecosociales y audi-torías; ser capaces de aglutinar cantidades apreciablesde ahorro colectivo; crear economías de escala, aun-que sea pequeña; o articular monedas sociales. Tam-bién tendrán que tomar decisiones colectivas en ám-bitos, al menos, de nivel medio, algo que las opcionesautoritarias solucionan de forma más expeditiva. Ade-más, será necesaria la desmercantilización de las re-laciones sociales, siguiendo el ejemplo del movi-

miento obrero, que alcanzó victorias gracias a quesacó del mercado los servicios públicos (en parte) yconsiguió que la negociación del salario también fuese(parcialmente) algo ajeno al mercadeo gracias a lanegociación colectiva.

Pero el colapso no es un hecho súbito, sino un proceso,por lo que la construcción de alternativas requiere fa-cilitar los contextos para que puedan suceder.

Parar la degradación socio-ambiental

Como dijimos, desde el punto de vista social «cuantopeor, peor». Esto requiere actuar sobre asuntos delsiglo XX, pero que no serán del siglo XXI. Por ponerlocon un ejemplo, probablemente en unos años no ten-drá sentido luchar contra los tratados de libre comer-cio, entre otras cosas, porque el transporte será caro,lo que cortocircuitará el intercambio global. Pero hoysí es fundamental hacerlo para frenar la degradaciónsocio-ambiental. Es decir, que tendremos que seguirmuchas de las campañas típicas del siglo pasado.

Pero nuestras miradas tendrán que ser las del sigloXXI, las de un colapso que se va profundizando. Unaimplicación de esto es que las campañas deberán estaratravesadas por la urgencia de la creación de los nue-vos sistemas socio-económicos ya nombrados. Otraes que ahora probablemente el tiempo corra a nuestrofavor. En el siglo XX, las luchas que se alargaban mu-cho producían un fuerte desgaste, que, en bastantesocasiones, era un elemento central de las derrotas.Pero en el siglo XXI, cuanto más se alarguen las luchas«del siglo XX», más oportunidades habrá de ganarlas,pues los proyectos irán teniendo menos sentido en uncontexto de quiebra del capitalismo global.

Volviendo al principio, ¿»cuanto peor, peor»?

Se puede poner en duda el presupuesto inicial con elque comenzaba el texto, porque no está tan claro quela opción de un colapso rápido y temprano7 no sea lamás deseable desde una mirada macro. Esto se pare-cería bastante a «cuanto peor, mejor». Un colapso rá-

7. De Castro, C. (2015): «En defensa de un colapso de nuestracivilización rápido y temprano».<http://www.15-15-15.org/webzine/2015/04/26/en-defensa-de-un-colapso-de-nuestra-civilizacion-rapido-y-temprano/>

Page 30: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

30

pido y temprano permitiría que los ecosistemas sedegradasen menos. Esto es especialmente patente enel cambio climático. Es ahora cuando todavía hay al-guna posibilidad de que no se disparen los bucles derealimentación positiva y, para que esto ocurra, esimprescindible una reducción muy fuerte y aceleradade las emisiones de gases de efecto invernadero. Estecolapso rápido y temprano permitiría que los contex-tos de vida para el conjunto de los seres vivos se pa-reciesen más a los actuales. Sería más sufrimiento acorto plazo, pero, desde una perspectiva histórica, co-locaría a la biosfera en mejores condiciones. En rea-lidad, a nivel ecosistémico los resultados serían máso menos equivalentes a los que se podrían conseguirsi se pusiese en marcha el «estado de emergencia»nombrado antes.8

Pero esta equivalencia sería solo a nivel ecosistémico,ni mucho menos a nivel social. Un colapso rápido ytemprano aumentaría los grados de sufrimiento socialy las posibilidades de que los órdenes que emergiesense basasen en nuevos autoritarismos o fascismos.

Vistas así las cosas, ninguna de estas dos opcionesson deseables desde el punto de vista humano (no asípara la mayoría del resto de seres vivos, que clara-mente «preferirían» el colapso rápido y temprano).Por ello, cobra más relevancia aún que seamos capacesde conseguir que el «estado de emergencia» sea unarealidad y podamos poner en marcha toda una seriede políticas acordes. ■

8. Solo más o menos, pues, por ejemplo, los agro-sistemas sedesestabilizarían sin la intervención humana. Para ellos, uncolapso más ordenado sería preferible.

Page 31: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

31

L a fraternidad es tal vez la gran olvidada de laRevolución Francesa frente a los otros dos pilares

que han concentrado el debate político del siglo XX ydel actual: libertad e igualdad. Sin embargo, en unmomento histórico como el que atravesamos es tam-bién el gran valor por reencontrar. Repensar el modelode sociedad que exigen los desafíos a los que nos en-frentamos hoy día pasa necesariamente por relanzaresta idea básica de los movimientos emancipatoriosde siglos pasados. El retorno de la fraternidad, no obs-tante, debe venir acompañado por un contenidopolítico específico, para no quedar reducido a un meroornamento teórico de campañas electorales o unepíteto hermoso con el que despedir los correos elec-trónicos sindicales. Las realidades humanas (talescomo el cuidado, los afectos, la reciprocidad, la vul-nerabilidad) que pueblan la constelación de experien-cias que han girado históricamente en torno a la frater-nidad deben ser incluidas de pleno derecho en lareflexión político-económica actual y tener por tantouna plasmación institucional.

En un contexto cada vez más áspero y descarnadocomo el del capitalismo en su actual fase de destruc-ción de la vida política, probablemente uno de losdesafíos centrales más urgentes será el de dar a talesexperiencias una dimensión pública y reconocimientopolítico, en otras palabras, una encarnación. ¿Por qué?Porque el despliegue práctico de este ethos fraternalparece el único que puede garantizar la ciudanía plenao activa en el marco de unas democracias cada vezmás deterioradas y no limitarlas, como tan a menudosucede, a un reconocimiento puramente abstracto ypasivo de derechos que día a día son vulnerados enlas relaciones económicas y laborales. Una sociedadfraternalista es una sociedad tejida de relacionalidady respeto, una sociedad consciente de quiénes sequedan atrás, una sociedad que percibe el daño socialy procura los medios efectivos para restañarlo.

En esta línea, en los últimos años, el concepto de«vulnerabilidad» ha adquirido una creciente relevanciaen el debate ético y político. En muchos casos, esta

noción aparece acompañada de un entramado con-ceptual formado por ideas tales como el cuidado, locomún o la interdependencia. Desde una perspectivafraternalista, es preciso conectarla específicamentecon la idea de sostenibilidad. La razón estriba en queen la actualidad la conexión entre vulnerabilidad ysostenibilidad se realiza de una forma particularmenteperversa: están siendo sistemática y estructuralmentevulnerados aquellos seres humanos cuyas necesidadesno se consideran primarias en los cálculos de sosteni-bilidad económica sobre los que se programa el fun-cionamiento de los sistemas de bienestar público.

Lo primero que es necesario, por tanto, preguntarsees a qué idea de sostenibilidad se refieren tales cálcu-los. Dado que la palabra «sostenibilidad», como mu-chos otros términos, ha sido semánticamente se-cuestrada para acabar por referirla a una lógica decarácter económico, lo que aquí se plantea es lanecesidad de una reapropiación de la misma, que per-mita sustraerla a la racionalidad de la acción sujeta ainterés económico y reubicarla en una perspectivarelacional más amplia. Esto no significa pasar poralto el importante impacto económico que tienen lasactividades relacionadas con los cuidados, sino pre-cisamente reclamar la injusticia latente en estasituación, pues nos encontramos aquí con una des-concertante paradoja: un conjunto de prácticas, loscuidados, que de hecho tienen un impacto económicomuy significativo son invisibilizadas y menosprecia-das como si no constituyeran actividades productivascentrales, y para justificar este menoscabo se apelaprecisamente a una idea de sostenibilidad de caráctereconomicista. Se arguye que un mayor apoyo públicoa los usuarios y donadores de este tipo de cuidadoses un dispendio que la economía nacional no se puedepermitir; en otras palabras, que no son «sostenibles».

Es preciso reconectar de otro modo estos dos con-ceptos, vulnerabilidad y sostenibilidad, a través deuna perspectiva que los sustraiga a una lógica del in-terés que ha transformado la sostenibilidad en merocriterio de eficiencia económica, para restituirlo a una

FRATERNIDAD: LA FUERZA DE LAS FRAGILIDADES

Alicia GarcíaUniversidad Carlos III

Page 32: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

32

lógica del don, que en modo alguno implica, hay queadvertirlo, situar estas actividades en el ámbito cari-tativo. Lo que aquí pretendemos es más bien relanzarla idea de sostenibilidad como sustentación mutua,relacionalidad o co-implicación, en una perspectivano lejana a la que Kant mantenía al atribuir al «res-peto» el carácter de máxima moral que prohíbe ex-presamente el sometimiento de cualquier ser humanoa una condición instrumental.

Subrayar las dimensiones y consecuencias contenidasen la noción de vulnerabilidad puede ser una ayudafundamental en esta línea. Afirmar que somos «vul-nerables» como una condición universal implica elreconocimiento de una fragilidad fundamental en to-dos nosotros, radicada en nuestra dependencia mutuay que se lleva a cabo tanto intra como intergenera-cionalmente. Reconocimiento que parte de una cons-tatación en realidad bastante simple: ningún ser hu-mano se basta a sí mismo. Todos sin excepción, y nosólo los afectados por algún tipo de dolencia inca-pacitante, hemos sido y volveremos a ser depen-dientes, desde la infancia hasta la vejez. A pesar deello, el enfoque estándar de los derechos y del repartode la riqueza social continúa concibiéndose sólo desdelas situaciones de plenitud física de sujetos en edadproductiva. Esta perspectiva simplificadora actúacomo un fotograma que congelase el verdaderomovimiento que caracteriza la moviola de la vida hu-mana. La constelación de desafíos relativos a la vul-nerabilidad no es simplemente el problema de losotros, esos a los que les ha tocado el infortunio de ladependencia. Todos somos o seremos sujetos, poten-ciales o efectivos, de las situaciones relacionadas conla perspectiva de la vulnerabilidad.

En esta perspectiva es donde se inscriben las prácticasdel cuidado, cuya creciente atención surge histórica-mente como reacción contra el trasfondo neoliberalde los ochenta, caracterizado por el triunfo de la figuradel emprendedor y la absoluta desregulación de losmercados. Se trata, como es sabido, de un período deglorificación de la ley del más fuerte y del más adap-tado. Hoy, a la luz de los efectos dañinos desencade-nados por estos paradigmas, las reflexiones sobre elcuidado cuestionan severamente una serie de presu-puestos que no sólo continúan vigentes, sino queconstituyen las líneas rectoras del diseño institucionalpara las próximas décadas. Es preciso abordar su crí-tica cuanto antes. Parece claro que, de continuar poreste camino, lo que en un futuro próximo quede deun Estado social no sólo habrá de hacer frente a nuevas

formas de vulnerabilidad debidas al empobrecimientoy al envejecimiento de la población, sino que lo harásobre un tejido social ya maltrecho. No es que estassituaciones sean nuevas, es que nunca se fueron: sim-plemente no eran percibidas con los paradigmas po-líticos predominantes.

Las prácticas del cuidado serán cada vez más rele-vantes, dada la vulnerabilidad potencial generalizadaen todos nosotros y los formidables retos que planteanla demografía y la extensión de la desigualdad. Sinembargo, la respuesta institucional más común frentea su papel crucial en las dinámicas profundas de lareproducción social ha sido el menosprecio, la faltade remuneración y de organización social de estasactividades. Lo que viene podría ser aún peor: tradi-cionalmente confinadas al ámbito invisible de lo fa-miliar, de su feminización y de su justificación entérminos de afectividad o benevolencia, ahora seránademás sometidas a un darwinismo social, al sálvesequien pueda y/o tenga medios para pagar el cuidadoque precisan sus seres cercanos o él mismo.

Es preciso, pues, realizar una profunda revisión dediversos presupuestos ontológicos, morales y políticosque rigen nuestra vida en común. Nuestras sociedadestodavía no disponen en gran medida de lenguajes yconceptos adecuados a esta forma de percibir nuestravulnerabilidad, que nos permitan expresar un nuevocuadro de inteligibilidad necesario para articular po-líticas efectivas de respuesta a este desafío, bajo pre-misas y modalidades de socialización diferentes delas que nos han conducido a la conflictiva e injustasituación actual.

En suma, estamos forzados tanto a exigir como a pro-poner una reformulación de la cuestión del vínculo so-cial, que debe abordar hasta sus últimas consecuenciasla realidad de los seres humanos como seres relacio-nales y, de manera muy específica, hacerlo desde laperspectiva de su corporalidad, dado que no es casualque esta dimensión habitualmente relegada a la invisi-bilidad hoy sea precisamente el escenario clave sobreel que se ejercen no sólo la más descarada expropiaciónde riqueza, sino también las formas más extremas ygratuitas de violencia. Sólo a partir de estos replantea-mientos radicales se podrá promover la articulación depolíticas públicas de protección de personas sobre elhorizonte de una igualdad compleja y real, respecto ala cual no sólo se formulen unos derechos en abstracto,sino que se diseñen marcos normativos sensibles a lascapacidades reales y cotidianas para ejercerlos.

Page 33: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

33

Parece claro que todo lo anterior requiere, en últimainstancia, una concepción diferente del ser humano.Nuestra relacionalidad abarca no sólo el hecho de serinterdependientes sobre el horizonte de un beneficiocooperativo mutuo. Hace estallar las fronteras de laeconomía clásica basada en el beneficio para hacerentrar a la economía en un dominio ético, la lógicadel don, a la que se asocian una idea de responsabili-dad y de deuda incalculables, puesto que su definiciónes ontológica, es decir, previa yheterogénea respecto a la magni-tud, a la calculabilidad misma. Deahí que una de las preguntas quedebemos hacernos sea tan aparen-temente insensata como necesariaen el actual estado de cosas:¿cuánto vale una vida?

Repitámoslo una vez más: los ras-gos esenciales de nuestra relacio-nalidad y las obligaciones éticasvinculadas a los mismos no com-parecen en un contraste con situa-ciones estadísticas medias, sinoprecisamente allí donde no existenparámetros, es decir, en aquellascircunstancias donde estas condi-ciones o potencialidades faltan ofallan. En el extremo más ilustra-tivo de esta vulnerabilidad se en-cuentra el problema que planteanlas grandes dependencias, en lamedida en que no responden ni alideal de autonomía ni al paradigmade la reciprocidad. Frente a estasituación humana, en la que la vida de un ser está ra-dicalmente en manos de otros, los supuestos de ra-cionalidad y autonomía que presiden buena parte denuestra tradición política simplemente muestran suinsuficiencia de partida. Por tanto, no sólo el modelocontractualista que intenta dar cuenta de los motivosy modalidades de asociación humana, sino tambiénel paradigma mismo del homo economicus autónomoe independiente o incluso la dualidad privado/público,quedan severamente puestos en cuestión desde estaperspectiva.

El principal replanteamiento que debemos hacernoshoy día es qué clase de sociedades son aquéllas dondehemos llegado a un punto en el que las vidas tienenprecio, e incluso, como sostiene Judith Butler, hayvidas que no valen nada. De nuevo, ¿cuánto vale una

vida? Cuando la vida tiene un precio, lo más probablees que termine por no valer nada. Algunas vidas sonya tan vulnerables, tan invivibles, que ni siquiera suexplotación y menos aún su desaparición son perci-bidas. En otras palabras, son vidas invisibles. Existenvidas que no son del todo —o nunca llegan a serlo—reconocidas como vidas, una situación gravísima antela cual nadie responde, en el marco de una generaldesresponsabilización social.

Que el problema del valor de lavida se convierta en horizonte fun-damental de una época es chocantey fuerza a preguntar antes que nadaqué clase de realidad es aquélladonde la vida ahora se encuentracuestionada de un modo tan brutal.¿Cómo hemos llegado al extremode preguntarnos por el valor de lavida? Como expresa Judith Butleren Marcos de guerra: las vidas llo-radas, nos enfrentamos a la tareainaplazable de articular una nuevacomprensión ontológica de la rea-lidad y del ser humano, que discutalos marcos mismos en los que hoyforjamos nuestra concepción de loreal. La precariedad vital generali-zada a la que todos los seres estánexpuestos en este momento histó-rico es la noción de base que per-mite poner en tela de juicio la on-tología misma en la que estamosinstalados. En principio, parece ex-traño situar el concepto de on-

tología en relación con unas determinadas coordenadashistóricas, pero como la propia Butler aclara, se tratade identificar hoy los mecanismos por los que algo oalguien es determinado como existente, mediante nor-mas e instituciones sociales y políticas que organizane interpretan esta existencia. En este momento de nues-tra historia colectiva, la vida es remitida a un régimenno ya solo de producción económica, sino de produc-ción de existencia, del que depende que alguien seapercibido como alguien y no como algo, operaciónque implica un poder y la posibilidad de una violenciaasombrosos. Estos marcos perceptivos pueden y debenser puestos entre paréntesis para contemplar sus efectosdevastadores.

Si el respeto se caracterizaba kantianamente como laatribución al ser humano de una condición absoluta

El principal replanteamientoque debemos hacernos hoydía es qué clase desociedades son aquéllasdonde hemos llegado a unpunto en el que las vidastienen precio, e incluso, comosostiene Judith Butler, hayvidas que no valen nada. Denuevo, ¿cuánto vale una vida?Cuando la vida tiene unprecio, lo más probable esque termine por no valernada. Algunas vidas son yatan vulnerables, tan invivibles,que ni siquiera su explotacióny menos aún su desapariciónson percibidas. En otraspalabras, son vidas invisibles.

Page 34: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

34

de fin y nunca de instrumento, la racionalidad econó-mica del tardocapitalismo es la inversión más acabadade esta prohibición: organiza la captación de las capa-cidades de los seres humanos desde su nacimiento.La movilización total del ser humano, en todos sus ni-veles de existencia y capacidades (corporales, afecti-vas, cognitivas) es la estructura que ha hecho posibleque hoy utilicemos una expresión tan inaudita comola de «recursos humanos». Todas las formas de rela-cionalidad humana resultan transformadas en relacio-nes económicas, abstraídas en la representación eco-nómica, absolutizadas, como también lo ha sido laidea de individuo. La conversión del ser humano enrecurso, en capital humano, cons-tituye el último paso en la implan-tación de un terrible tipo de políticasobre la vida: la biopolítica. Eneste escenario se ha hecho posibleque el siglo XX sea testigo de laexposición creciente a formas deviolencia inéditas y extremas.

Semejante grado de violencia sóloes posible en un mundo donde lapercepción ontológica de nuestrarelacionalidad constitutiva va ca-mino de desaparecer fatalmentedel horizonte de nuestra época,que oscila entre el reino de unaobjetividad abstracta que rige me-cánicamente sin prestar atencióna las vidas que aplasta en su cursoy el exceso de subjetividades quese autoconciben como señores ab-solutos sobre la vida y la muertede otros, que ni siquiera son pensados como «otros»,sino como objetos, cifras o recursos. Este extremoresulta ejemplificado por el comportamiento de aquelCEO farmacéutico que se jactaba en Instagram de lahazaña de haber incrementado un 5.000% el precio

de un medicamento necesario a vida o muerte paraun gran número de personas.

La «vida vulnerable» es una categoría que se extiendeimparablemente por el mundo contemporáneo no sóloa través de los diversos grados de dependencia, sinotambién por quienes no tienen ni siquiera «derecho atener derechos» en un régimen de ciudadanía reducidoa la juridificación de la condición ciudadana, comolos inmigrantes indocumentados o detenidos en fron-tera sin que se respeten las garantías establecidas porel derecho internacional. La vulnerabilidad crece sinpausa dentro y fuera de las fronteras, interiores y ex-

teriores, de nuestras sociedades.En la coyuntura histórica actual,en la que se multiplican las situa-ciones de precariedad e incerti-dumbre en todos los niveles de laexistencia humana, se hace másnecesario que nunca replantearsela participación de estas vidas enunos sistemas políticos donde laexpresión de la capacidad políticaa veces se hace imposible, debidoa la existencia de situaciones dedominación y/o exclusión que esurgente visibilizar.

Tal vez hoy día no es posible quelos estados ejerzan la capacidadque tuvieron en el pasado parahacer morir, pero sí les es perfec-tamente posible dejar morir, con-virtiendo en invivibles e inviablesciertas vidas más vulnerables que

otras. Como afirmó Hannah Arendt en su ensayoNosotros, los refugiados: «La sociedad ha descubiertola discriminación como el gran arma social con elque se puede matar personas sin derramar una gotade sangre». ■

En la coyuntura históricaactual, en la que semultiplican las situaciones deprecariedad e incertidumbreen todos los niveles de laexistencia humana, se hacemás necesario que nuncareplantearse la participaciónde estas vidas en unossistemas políticos donde laexpresión de la capacidadpolítica a veces se haceimposible, debido a laexistencia de situaciones dedominación y/o exclusión quees urgente visibilizar.

Page 35: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

35

E n los últimos años hemos asistido a una oleada deagentes sociales y movimientos que se han des-

plegado en el espacio público en acciones auto-con-vocadas y organizadas, como la primavera árabe, el15M en España o el movimiento Occupy en 2011,Nuit Debut en Francia en 2016 o las manifestacionesen Rumanía de hace unos meses, construido campañasy experiencias contra la privatización de las infraes-tructuras de bienes básicos como el agua (como elreferéndum Acqua bene Comuni en Italia en 2011) ola energía (la experiencia de cooperativas eléctricasen Alemania), el acceso a la vivienda (desde la Plata-forma de Afectados por la Hipoteca en España a laRadical Housing Network londinense) o la defensadel espacio público urbano (Right to the City en Za-greb o Nevadi Beograd en Belgrado) e incluso arti-culado propuestas electorales impulsadas por movi-mientos ciudadanos que han llegado a ganar gobiernoslocales en Nápoles, Messina, Grenoble, A Coruña,Madrid o Barcelona, entre otras ciudades.

Estas plataformas y movimientos comparten la de-manda de una auténtica democratización de la esferapolítica, una apertura y acceso a los procedimientos,procesos de información y toma de decisiones de lasinstancias de gobierno y un mayor control ciudadanode los recursos generados de manera colectiva, tradi-cionalmente gestionados por las instituciones públicas,como son la sanidad, la educación, la vivienda, el es-pacio público, las infraestructuras urbanas, etc. Unosrecursos que en muchos casos han sido expropiados,privatizados y cercados, en un ataque a la capacidadmaterial e inmaterial de reproducción social a travésdel desmantelamiento del Estado de Bienestar, laapropiación de la capacidad colectiva de producir co-nocimiento, relaciones de colaboración, afectos y pro-cesos creativos, así como de la externalización en elcuerpo social (especialmente las mujeres) de los tra-bajos de cuidados y las múltiples tareas necesariaspara el sostenimiento de la vida.

La relevancia de los comunes como hipótesis política,es decir, como propuesta de acción colectiva con el

objetivo de transformar la realidad que nos permitapensar nuevas narrativas, herramientas y modelos degobernanza que contribuyen a la definición y puestaen marcha de procesos de apertura institucional, de-mocratización de la toma de decisión, redistribuciónde recursos y construcción de comunidades diversas,tiene que ver con tres aspectos fundamentales de lacrisis política, económica, ecológica y social contes-tada por estos movimientos.

Por una parte, está relacionada con la modalidad deldespojo del capitalismo financiero transnacional, esdecir, con el reparto de los recursos disponibles. Porotra, nos da pistas sobre las posibles estructuras deorganización social, sobre cómo queremos vivir y or-ganizarnos juntas en clara contraposición al relatoneoliberal de la capacidad individual de emprendi-miento y la segmentación de las responsabilidadesejemplificado en las declaraciones de Margaret That-cher cuando, a finales de los años 80, decretaba que«no hay tal cosa como la sociedad. Hay individuos,hombres y mujeres, y hay familias. Y ningún gobiernopuede hacer nada si no es a través de la gente, y lagente primero debe cuidar de sí misma». Finalmente,la actualidad de la gestión colectiva de la riqueza ge-nerada en común y la continua producción de recur-sos, comunidades y códigos organizativos que se opo-nen de manera práctica y efectiva al sistema capitalistay a una concepción de las relaciones sociales descar-nadamente individualista permite la construcción dehorizontes de lucha y nos da pistas sobre cómo arti-cular y crear un relato colectivo a través y más allá delas distintas iniciativas que están contestando la lógicapost-política de sometimiento al futuro imprevisible,inmutable y devastador que dibuja el capitalismo.

Como señalaban Peter Linebaugh, Silvia Federici yGeorge Caffentzis, del colectivo americano Midnight-notes, «los comunes tienen tres aspectos: uno etimo-lógico, en el que comparte la misma raíz que comu-nidad o comunismo; también es la expresión de deseospolíticos que se enfrentan a las múltiples maneras enlas que el capital nos despoja de riquezas y espacios;

LOS COMUNES COMO HIPÓTESIS POLÍTICA: IMAGINARIO, REPRODUCCIÓN SOCIAL Y MUNICIPALISMO

Ana MéndezArquitecta urbanista

Page 36: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

36

por último, es una forma de cooperación que está vivaen muchas partes del mundo. Desde el comienzo dela ofensiva neoliberal a finales de los años 80, los co-munes surgen como un concepto capaz de presentaruna alternativa a la idea totalizadora del neoliberalismoy la economía de acumulación capitalista de que ‘nohay alternativa’ y, a la vez, establecer relaciones entreluchas dispersas y a menudo marginalizadas, creandoun imaginario capaz de enfrentarse a ella».

Este imaginario se construye en torno a dos líneasque se exponen con claridad a partir de la publicaciónen 1990 de dos obras distintas y complementarias.Por una parte, Cambridge University Press publicaEl gobierno de los bienes comunes, obra de referenciade la Premio Nobel de Economía Elinor Ostrom querefleja las investigaciones realiza-das en el marco del Workshop inPolitical Theory and Policy Analy-sis y su análisis de los modos deorganización colectiva en torno arecursos de acervo común, que seenmarca dentro de la nueva eco-nomía institucional.

El mismo año sale a luz tambiénel número de la revista autoeditadaMidnight Notes dedicado a los«Nuevos cercamientos», una seriede artículos que relacionan la con-tinua apropiación de los recursoscomunales que todavía persisten en el mundo, el me-canismo de producción de deuda nacional y personal,la precarización del mercado de trabajo y su movilidadforzada, el colapso de los regímenes socialistas y lacrisis ecológica en sus distintas vertientes de conta-minación, desertización, reducción de la capa deozono, etc. y su articulación con las distintas luchasy movilizaciones contra las políticas del FMI y la re-apropiación de tierras en Asia, África y Latinoamérica,la pobreza urbana en distintas partes del planeta, in-cluyendo Europa y Norteamérica, y la resistencia glo-bal a las estrategias de financiarización de la vida.

Estos dos textos se publican solo un año después dela compra del conglomerado industrial tabacalero-alimenticio de Nabisco por parte de KKR, actualmenteel tercer fondo de inversiones más importante delmundo. Una operación emblemática para Wall Street,que fue la mayor compra apalancada de una compañíarealizada hasta la fecha a través de una complicadaguerra de OPAs hostiles y descrita en el bestseller y

posterior película Barbarians at the Gate. Una ope-ración que ilustra el desarrollo y auge de una prácticaextendida de tal manera en todo el mundo que treintaaños después, en 2009, se estimaba que el 20% delmercado de trabajo del sector privado en Reino Unidohabría contribuido a operaciones financieras de fondosde inversión privados.

Estos nuevos cercamientos son la base del nuevo ciclode acumulación primitiva del capitalismo transnacio-nal e ilustran también la crisis del frágil modelo delEstado del Bienestar y del frágil pacto capital-trabajo.Un pacto del capitalismo organizado donde el Estadose erigía como organizador del capital y garantía dela reproducción social, a través de la provisión de ser-vicios públicos (educación, sanidad, vivienda, equi-

pamientos, etc.). Tras la crisis delmodelo de Bretton Woods, el sur-gimiento de nuevos actores (luchasfeministas, poscoloniales, de gé-nero, de derechos civiles) incideen la desestabilización de un mo-delo que había ya entrado en crisistras la caída del muro y por laofensiva neoliberal.

Como bien explica Silvia Federicien su libro Calibán y la bruja, asícomo el capitalismo había separadola producción como parte de la eco-nomía y la reproducción como

parte de la esfera privada, el Estado del Bienestar,como parte del pacto capital-trabajo, deja fuera la re-producción, que queda, tras su crisis, a merced de laprivatización y la financiarización. Aquí es interesanteseñalar que el desarrollo de las instituciones del Estadodel Bienestar se entiende como fruto de las luchasobreras, vinculadas al trabajo. Su nacimiento en Ale-mania, a finales del siglo XIX, supone también la pér-dida de autonomía de una capacidad de reproducciónsocial que era antes gestionada (y financiada) por laspropias asociaciones de obreros, pasando su control amanos del Estado, de manera similar a como se pro-duce el desmantelamiento del modelo de pilarizaciónen Holanda en la década de 1960.

El interés por los modos de gestión de los recursoscomunes a través de la acción colectiva resuena conla consciencia del despojo de la capacidad de repro-ducción social que han permitido el colapso del Es-tado del Bienestar y las políticas de austeridad, queha llegado a tal nivel que incluso el Consejo de Eu-

Tras la crisis del modelo deBretton Woods, el surgimientode nuevos actores (luchasfeministas, poscoloniales, degénero, de derechos civiles)incide en la desestabilizaciónde un modelo que había yaentrado en crisis tras la caídadel muro y por la ofensivaneoliberal.

Page 37: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

37

ropa, en su convocatoria para el proyecto de investi-gación sobre «Democracia y el imperio de la ley» re-conoce que «no solo ha sido cuestionada la legitimi-dad de ciertas políticas e instituciones, sino tambiénse han introducido en la agenda [política] cuestionesfundamentales en relación a dónde y cómo se ejercela soberanía popular».

A medida que esta deslegitimación de las estructurasgubernamentales avanza, se despliega un crecienteinterés tanto desde el ámbito académico como desdela producción social, política e incluso cultural porcierto tipo de prácticas que denominamos «comunesurbanos» y en su potencial como herramientas y prác-ticas vivas capaces de confrontar tanto el colapso delas instituciones públicas como la mercantilización,privatización y financiarización de la vida cotidiana.

El análisis de estos comunes va más allá de la meratransposición de procedimientos, sea basados en re-cursos tradicionalmente gestionados de manera colec-tiva considerados «naturales» o en los nuevos produc-tos y relaciones digitales considerados «artificiales»,y escapa de esta aparente dicotomía entre recursos«materiales» e «inmateriales», para centrarse en la es-fera intermedia de lo urbano y en los continuos pro-cesos de producción de comunidades, recursos y mo-dos de gestión que caracterizan el hacer-en-común.

Un devenir-común que es capaz revelar los solapa-mientos y puntos de fricción entre lo público y lo co-mún en relación a las dinámicas de acumulación /dispersión del poder y los procesos de inclusión/ex-pulsión en el acceso a recursos y toma de decisiones.Una relación conflictual que ha producido, por unaparte, el reconocimiento de que, tanto en relación conlas estructuras de propiedad como con su papel fun-cional a los mecanismos de acumulación de capital,los comunes se oponen tanto al binomio privado/mer-cado como al público/estatal. Por otra, la verificaciónde que la construcción simbólica y real de las institu-ciones públicas ha mantenido y recreado ciertas (po-cas) características de los comunes, mientras que mu-chas de las organizaciones sociales han producidomodos de institucionalización que (inevitablemente)imitan y reproducen las lógicas de lo público-estatal.Dentro de estos difusos límites, la discusión políticade los comunes se confronta con la cuestión de lo pú-blico como reflejo y garante del bien común, la im-posibilidad de entender como común las estructurasinstitucionales estatales, con sus dinámicas jerárqui-cas, segmentadoras y binarias, y la necesidad de de-

sarrollar un devenir-común que escape a la externali-zación en lo social propuesta por una Big Society,que desplazaría la responsabilidad del cuidado colec-tivo a las comunidades, sin cederles para su sosteni-miento ninguno de los recursos generados en común.

Mientras que la mayoría de los comunes urbanos sehan visto como oportunidades para el desarrollo deespacios de autonomía y analizado en sus diferentesgrados de interacción con las instituciones públicas, ylos distintos niveles de conflicto y tensión en relacióna los espacios de participación, gestión del tiempo,necesidades y expectativas, entender el devenir-comúnde lo público de las instituciones como potencialesproductores y practicantes de los comunes nos permiteidentificar nuevos elementos de negociación y con-flicto, analizar la implantación de protocolos, la orga-nización interna y la articulación de elementos de laesfera socio-común con la público-institucional.

Esto se traduce en una necesaria transformación,desde el interior, de las herramientas institucionales,la identificación de cambios en la organización e in-cluso la implementación de nuevas categorías dentrode la ontología con la que la institución se relacionacon una realidad cada vez menos adecuada al rígidomarco administrativo. Esta articulación público-co-mún se puede plasmar en distintos formatos, segúnlos distintos tipos de relaciones, dependiendo del tipode producción de común y de si se produce de maneraindependiente a la institución, en articulación con lamisma o desde su propia capacidad.

En el primer caso, la función de las instituciones pú-blicas del Estado-nación debería ser la de garantizarla autonomía de estos espacios de auto-gestión, sinintentar aplicar sus lógicas, criterios de evaluación oprocedimientos de validación. En el segundo caso, setrataría de proveer de estructuras de soporte que per-mitan la cooperación y coordinación entre entidadesautónomas y estructuras institucionales. Estas estruc-turas de soporte pueden ser espacios físicos, recursosfinancieros, estructuras normativas, marcos comuni-cativos, etc. Pero también la apertura de los equipa-mientos urbanos, la producción de una institucionali-dad híbrida o la garantía de mantenimiento de ciertosmodos de auto-organización. Por último, el devenir-común de lo público debe traducir en acción institu-cional los principios de los comunes: universalidad(donde todas las personas que habitan la ciudad debentener acceso a los recursos públicos, a los serviciostanto como a los programas generados por el gobierno

Page 38: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

38

local), democracia (una democracia activa que de-manda la apertura de los procesos institucionales),sostenibilidad (de los espacios y proyectos) e inalie-nabilidad (que no se pueda privatizar). Unos principiospresentes en algunos ejemplos municipalistas ya enmarcha en lugares como Nápoles, con el reconoci-miento de centros sociales ocupados como comunesurbanos, A Coruña, con un proceso participado dedelimitación de barrios y distritos,o Madrid, con procesos de tomade decisiones colectivas, que re-flejan el campo de posibilidad derecursos físicos, administrativos ypolíticos y que se presentarán enla sesión sobre «Devenir-común.Instituciones locales como gene-radores de comunes en Europa»,de la Conferencia bianual que,bajo el título Self-gobernance, co-operation and institutionalchange, celebrará la InternationalAssociation for the Study of theCommons el próximo mes de ju-lio.

En Nápoles, en 2011, se modificóla carta de la Ciudad para incor-porar entre las metas, objetivos yvalores fundamentales de la ciudadla categoría legal de «bien co-mún», recogido en el Artículo 3.2:«El Ayuntamiento de Nápoles, también con el fin deproteger las generaciones futuras, reconoce los bienescomunes en cuanto que funcionales al ejercicio delos derechos fundamentales de las personas en sucontexto ecológico y garantiza su pleno disfrute en elámbito de las competencias municipales». Entre 2012y 2016, una serie de acuerdos de la Junta de Gobiernoreconocieron el «uso cívico colectivo y urbano» comonueva forma legal que surge de las prácticas socialesy es teorizada en forma de herramienta para la gestióndirecta de bienes públicos que estaban en desuso oabandonados y que son percibidos por la ciudadaníacomo propiedad común.

En A Coruña, la reorganización de los distritos admi-nistrativos ha permitido dibujar un mapa que reconoce

la ciudad con toda su diversidad en términos de ser-vicios, demografía, orografía y urbanismo, y reconocela misma legitimidad e igualdad de acceso en la tomade decisiones, distribución de recursos, etc. Además,introduce una delimitación única y complementaria:un distrito del común (o de los comunes), que abarcaaquellas piezas urbanas que, por su escala, no perte-necen a ningún distrito en particular, sino a toda la

ciudad en su conjunto, identifi-cando los espacios (playa, montesy parques) y propiedades públicas(como el puerto) que apelan a laresponsabilidad colectiva en lagestión de la ciudad.

En Madrid, el ParticipaLAB secentra en la investigación colabo-rativa sobre las tecnologías de par-ticipación, las herramientas deli-berativas y de toma de decisionesen los nuevos procesos de partici-pación democrática que se hanvisto plasmados en distintos pro-cesos en la ciudad: desde la asig-nación de presupuesto a propuestasciudadanas, a la determinación delos parámetros del desarrollo denuevos espacios públicos o al di-seño de nuevos equipamientos. Undesplazamiento de la toma de de-cisiones asumido como compro-

miso político y que escapa a la lógica de la democraciarepresentativa.

En definitiva, la hipótesis política de los comunes nospermite proponer, desde muchas y distintas esferasde acción, formas de organización que escapen a lacondición póstuma, como la denomina la filósofa Ma-rina Garcés, de un futuro imprevisible e inmutablefrente al que es preciso volver a tejer los vínculosque permitan establecer relaciones de responsabilidady resonancia entre nuestras acciones y sus efectos.Una hipótesis que no tiene nada de nostálgica ni deutópica, sino que está enraizada en la situación actual,en el análisis de los modos económicos, políticos ysociales del presente y se proyecta hacia la construc-ción del mundo por venir. ■

En definitiva, la hipótesispolítica de los comunes nospermite proponer, desdemuchas y distintas esferas deacción, formas deorganización que escapen a lacondición póstuma, como ladenomina la filósofa MarinaGarcés, de un futuroimprevisible e inmutablefrente al que es preciso volvera tejer los vínculos quepermitan establecer relacionesde responsabilidad yresonancia entre nuestrasacciones y sus efectos.

Page 39: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

39

Los economistas en (frente a la) crisis

En noviembre de 2008, la Reina de Inglaterra en unacto organizado en la London School of Economicsles preguntó a los economistas reunidos para tal eventopor qué nadie había visto venir la crisis de las sub-prime en EE UU.2 Si bien es cierto que el desarrollode la crisis y las políticas implementadas han dejadoclaro que lo peor estaba todavía por llegar y que ca-racterizar la última década como el resultado de unacrisis bancaria se queda muy corto, esta preguntaapunta al corazón del problema y, por lo tanto, nossirve de punto de partida para reflexionar sobre el es-tado de nuestra disciplina y los retos que tenemospor delante.

La respuesta que algunos de los presentes le dieronal cabo de unos días diagnosticaba un fallo en la ima-ginación colectiva de mucha gente brillante. Este ejer-cicio de autocrítica es ilustrativo de la concepciónque los economistas tienen de ellos mismos: las ideaseconómicas, como cualquier otro producto, son el re-sultado de un mercado sujeto a imperfecciones, comoel comportamiento en manada. Sin embargo, estoseconomistas eran más tímidos al reconocer lo esencialdel problema; y es que realmente no podían haberlovisto venir: en la teoría convencional dominante, pordefinición, un desastre solo puede provenir del exterior(o, en jerga economicista: es resultado de un shockexterno). Que la desregulación y no supervisión delsistema financiero desataran una ola de acumulaciónde deuda y fraudes no formaba parte ni siquiera delámbito de lo conceptualmente posible.

Para lo que nos concierne aquí, lo que define la teoríaconvencional en su conjunto es el empleo de unmismo conjunto de principios metodológicos: los mi-crofundamentos neoclásicos.3 Con ellos, se restringeel análisis de cualquier fenómeno económico a unestado de equilibrio en el que individuos con racio-nalidad instrumental optimizan sus preferencias. Separte del mundo más simple posible, el de una isladesierta en la que Robinson Crusoe y Viernes tienenuna dotación inicial de plátanos y cocos que inter-cambian (a trueque) en función de sus preferencias yterminan con la cantidad de plátanos y cocos que lesreporte una mayor satisfacción (entendida como uti-lidad marginal), sin empeorar al otro (un equilibrioPareto eficiente).

Esto tan simple está en el corazón de todos y cadauno de los modelos económicos; el resto son agrega-ciones y complejidades. Por ejemplo, con la produc-ción entra el mercado de trabajo (donde el individuoescoge entre tiempo libre y empleo) y el mercado decapital (donde el individuo escoge entre presente yfuturo); con el gobierno, entra la política fiscal; conel dinero, entra la política monetaria. Y, si lo agrega-mos todo, tenemos el equilibrio general: el compor-tamiento de la economía en su conjunto (el creci-miento económico). En este mundo, una crisiseconómica está fuera de los confines de lo explicable:una perturbación externa, como una guerra o una su-bida de los precios del petróleo o un cambio tecnoló-gico o una mala política económica, puede dislocarel equilibrio, pero el mercado va a autorregularse yva a volver a su estado de equilibrio.

De lo que estamos hablando es de que la disciplinaentró en un debate entre amigos con un mismo len-guaje y redefinición de la experiencia humana cen-trado básicamente en como modelizar matemática-

ECONOMÍA POLÍTICA Y PLURALISMO: TRANSFORMAR LA INVESTIGACIÓN Y LA ENSEÑANZA EN ECONOMÍA1

Laura de la VillaUniversidad de Ginebra

1. Este artículo es un resumen de la mesa redonda en la queparticiparon Ricardo Molero, Mercedes de Luis y Laura dela Villa en el 4.º encuentro «Otra Economía Está en Marcha»,organizado por Economistas Sin Fronteras.

2. <http://www.telegraph.co.uk/news/uknews/theroyalfamily/3386353/The-Queen-asks-why-no-one-saw-the-credit-crunch-coming.html>

3. Arnsperger, Christian, y Varoufakis, Yanis (2006): «What IsNeoclassical Economics? The Three Axioms Responsiblefor Its Theoretical Oeuvre, Practical Irrelevance and, Thus,Discursive Power», Panoeconomicus, 1, pp. 5-18.

Page 40: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

40

mente esos comportamientos, mientras que nada habíaque decir sobre los riesgos y retos que planteaban losdesarrollos del mundo moderno, como la globaliza-ción, la financiarización, el cambio en las relacionesinternacionales con el auge de China, el agotamientode las reservas de petróleo o las desigualdades cre-cientes. La producción de evidencia empírica es undominio de la disciplina que ha quedado absoluta-mente relegado al campo de la econometría. A me-nudo, lo que uno se encuentra no es más que un ejer-cicio de evidencia estadística sin una teoría que lafundamente (como por ejemplo, las ratios de deudapública o los objetivos de inflación). Por otro lado,gran parte de la evidencia empírica viene a «demos-trar» los resultados de los modelos teóricos, sin quehaya una competencia entre teorías que pueden ex-plicar un mismo fenómeno.

En todo caso, no es justo decir que no había des-acuerdos entre las élites de los economistas en losaños previos a que se desatara la crisis. Paul Krugmanclasificó, en un artículo,4 a los economistas en dosgrupos: los de agua dulce y los de agua salada. Bási-camente, la diferencia proviene de añadirle defectosy fricciones a los modelos analíticos (añadirle unapizca de sal al agua). Los economistas de agua saladaapuestan por trasladar defectos como la informaciónasimétrica, el comportamiento en manada, las exter-nalidades o las rigideces de precios desde la periferiahasta el centro. Aunque eso implica sustancialmenteun cambio en el papel del gobierno, puesto que fun-damentalmente un economista de agua salada, comoel propio Krugman o Stiglitz, defiende que los acci-dentes ocurren y que estas fricciones pueden justificaruna actitud más activa del gobierno para arreglar lasituación. De este modo, ante el silencio de los eco-nomistas de agua dulce, los de agua salada se ganaronla notoriedad después de la crisis, a pesar de que losaccidentes que explican son accidentales —y, portanto, no pueden dar cuenta de su origen— y de queesencialmente coinciden en que el estado final es unajuste del mercado a la condición normal de equili-brio.

Lo que Krugman pasó casi por alto es que había eco-nomistas fuera de la no dicotomía del agua dulce/sa-lada que sí lo vieron venir. Otra vez, no hay un reco-nocimiento de que sencillamente los modelos con los

que están trabajando (con más o menos sal) no puedenexplicar los orígenes y desarrollo de la crisis. De he-cho, aquello que ocurre en el mundo en el que vivimosno está en los modelos por definición propia y, por lotanto, solo los (no)economistas con herramientas ana-líticas distintas podían ver lo que acechaba. Un ejem-plo de ello son todos los economistas que trabajabancon los modelos de inestabilidad financiera inspiradospor la teoría financiera de la inversión de HymanMinsky, o bien los que miraban la dinámica inestablede los balances financieros de los sectores económicosinspirados por Winnie Godley.

Recuperar la centralidad histórica y social de losprocesos económicos

Estudiar la vida como si las condiciones prevalecientesfueran las de un asteroide quizás puede ser un ejerciciode abstracción interesante, pero difícilmente va a po-der aportar respuestas relevantes para estudiar la vidaen la tierra. La abstracción y la simplificación sonimprescindibles para la construcción de cualquier teo-ría, pero cuando la teoría borra del dominio analíticotodas aquellas restricciones institucionales que confi-guran nuestro mundo, difícilmente van a poder expli-car algo relevante de un sistema económico.

Dicho de otro modo, ¿no sería más interesante paralos estudiantes de economía de los siglos XVII-XVIII

estudiar los fenómenos económicos que se estabanproduciendo en una isla habitada y en plena transfor-mación como era Inglaterra, en vez de la isla desierta?Una Inglaterra en la que hay una lucha encarnizadapor defender la propiedad comunal de la tierra contrala privatización, una Inglaterra en que las familiasque vivían de la tierra ahora se ven abocadas a lanecesidad de complementar ingresos mediante el tra-bajo manufacturero, una Inglaterra en la que el go-bierno se dedica a proteger el desarrollo de la industriade la competencia exterior, una Inglaterra en la quelas élites económicas buscan en el dominio colonialuna vía para aprovisionarse y acumular capital, unaInglaterra en la que el cambio tecnológico iba de lamano del agotamiento de la madera y la difusión delcarbón como fuente de energía…

De hecho, aunque decidiéramos omitir que laeconomía de Inglaterra es más relevante que la de laisla desierta, ¿no deberíamos, en definitiva, partir deque Robinson Crusoe, a diferencia de Viernes, es elproducto de las relaciones sociales de esa Inglaterra?

4. <http://www.nytimes.com/2009/09/06/magazine/06Economic-t.html>

Page 41: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

Robinson Crusoe se relaciona con Viernes a travésde todo ese origen cultural como hombre de negociosinglés y blanco que va a parar a una isla que considerade su propiedad y que quiere «civilizar». En fin, ¿noestá aquel mercado de plátanos y cocos fundamen-talmente afectado por el hecho de que Robinson tieneun rifle y Viernes un cuchillo?

Lo que la economía convencional ha hecho es escon-der debajo de la alfombra todas las instituciones enlas que se expresan y que, a su vez, definen unas re-laciones sociales marcadas por las diferencias cultu-rales, geográficas, históricas y, en definitiva, de poder.Son estas relaciones sociales e históricas las que estánen la base para comprender los procesos económicos.El problema esencial de nuestra disciplina es que seha construido en torno a una concepción ahistórica yasocial de los procesos económicos y, por lo tanto,cualquier propuesta de transformación de la disciplinaque pretenda devolverla al dominio de lo relevantepara entender nuestras sociedades pasa por poner enel centro esas dos dimensiones.

Una propuesta de transformación

Las dimensiones docente e investigadora de cualquierdisciplina están intrínsecamente relacionadas. El mo-nopolio de los principios neoclásicos en la investi-gación de la economía resiste y se reproduce tambiénen las aulas. Por esto, no podemos concebir una trans-formación de la docencia de la Economía sin re-plantear la propia transformación de la investigación.Nuestra propuesta se basa, según lo dicho, en dos pi-lares:

■ Uno, la adopción de una definición «sustantiva»de nuestra disciplina, desarrollada por KarlPolanyi5 en contraposición a su definición «for-mal», enunciada por Lionel Robbins. Esta última,tal y como se enseña en la primera clase decualquier curso de «Introducción a la Economía»,entiende la Economía como la ciencia que estudiael proceso de asignación de recursos escasos entrefines alternativos. Por el contrario, según la con-cepción sustantiva, la Economía es la disciplinaque estudia la manera en que las sociedades satis-

facen sus necesidades materiales por medio de dis-tintos tipos de organización del proceso de pro-ducción (o transformación) y distribución de bienes(y servicios). Esta concepción sustantiva permitesuperar las múltiples «invisibilizaciones» que hagenerado la reducción del objeto de estudio de laEconomía llevada a cabo por la escuela neoclásica:desde la invisibilización del trabajo reproductivoy la desvinculación de las actividades económicasrespecto al contexto físico-natural en el que se re-alizan; hasta su falta de comprensión de ladinámica inestable del sistema capitalista; pasandopor su ignorancia respecto a la centralidad del sis-tema financiero y del papel del estado y las orga-nizaciones en el funcionamiento del mercado y lajerarquía en las relaciones económicas interna-cionales.

■ Dos, el reconocimiento de que la principal funciónde la disciplina es la de contribuir al debate públicoacerca de la mejor manera de lograr dicha satisfac-ción. Frente a una inútil aspiración a conocer lassupuestas leyes económicas universales, la funciónclave en la profesión de economista es desarrollarun conocimiento situado cultural, geográfica ehistóricamente, que permita ofrecer distintas solu-ciones a los problemas económicos con los que seenfrenta la sociedad particular en la que viven. Asípues, su función última tiene que ver más con sucontribución al debate público que con su, pordefinición imperfecta, aportación científica.

Partiendo de ambos, reivindicamos el desarrollo deun tipo de análisis situado social e históricamente yde carácter transversal, en el que la comprensión decada una de las dimensiones que componen la realidadeconómica, que constituyen, a su vez, los propios ob-jetos de estudio de las diferentes escuelas de pen-samiento económico, se realice de manera interrela-cionada. Así pues, elaborar un programa deinvestigación y docencia que aporte reflexiones rele-vantes para abordar los problemas económicos re-quiere impugnar la Economía neoclásica como prin-cipio articulador de estos programas.

La inclusión en el debate de las perspectivas prove-nientes de la evolución del pensamiento económico,de la historia económica, de corrientes alternativas,de otras disciplinas o de reflexiones metodológicas(por mencionar algunas) son todas ellas ventanas deoportunidad, seguramente las únicas que los estudian-tes pueden tener a lo largo de sus estudios. Sin em-

41

5. Ver su libro Comercio y mercado en los imperios antiguos(Labor, 1976) y la recopilación de textos de El sustento delhombre (Capitán Swing, 2008).

Page 42: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

42

bargo, contribuyen limitadamente a crear diálogosentre corrientes distintas y a romper la parcelación.

Así, nuestra principal reflexión sobre esta cuestión estransversalizar la propia articulación de la investiga-ción y la docencia: basarse en la discusión de lasgrandes preguntas de la Economía Política, lo cualimplica abordar debates interrelacionados sobre lasteorías alternativas y sus respectivas recomendacionesen materia de política económica. Esta estructura,guiada por preguntas, abre la posibilidad de centrarel contenido en:

● Identificar la presencia del fenómeno económicoen cuestión en la actualidad y situarlo histórica-mente (¿cuál es y ha sido la relevancia de este pro-blema económico?).

● Interpretar el fenómeno en base al diálogo y lacontraposición de distintas aproximaciones teóricas(¿qué dice cada escuela de pensamiento respectoa esta cuestión?).

● Resituar los debates teóricos y sus recomendacio-nes en materia de política económica en su con-texto histórico (político, económico, social y cul-tural), tejiendo paralelismos y comparaciones (¿porqué surge tal debate y qué tiene que aportarnos alas cuestiones de hoy?).

● Incluir las aportaciones de otras disciplinas y ex-poner a los estudiantes a técnicas de análisis pocohabituales en nuestro ámbito (el trabajo de archi-vos, las entrevistas, los grupos de discusión, lasencuestas, el análisis textual…).

Conclusiones

El panorama no es alentador: todos y todas los/lasque han tratado de desarrollar una carrera académicaen Economía saben que el statu quo tiene mecanismos

poderosos de reproducción, ya sea en los ranking delas revistas académicas o en los criterios de evaluaciónde proyectos de investigación y de selección de pro-fesorado. Además, una modificación de los planes deestudio supone una amenaza a la trayectoria intelectualy profesional de los que hoy día ostentan posicionesde renombre dentro de los departamentos.

De todos modos, la crisis económica y política abretambién nuevas oportunidades que podemos aprove-char: ya sea por el descrédito de los que han impulsadopolíticas regresivas o por el interés que suscitan cues-tiones hasta ahora olvidadas, como la desigualdad. Enlos últimos años, hemos visto el resurgir del movi-miento de estudiantes por el cambio en los planes deestudio con un fuerte impulso internacional a travésde la International Students Initiative for Pluralism inEconomics o la red de organizaciones de RethinkingEconomics. Asimismo, hemos visto como a nivel localse multiplicaban las iniciativas sensibles con esta pro-blemática: desde colectivos universitarios como Eco-nomía Alternativa o Post-crash Barcelona, hasta orga-nizaciones fuera de la universidad como Economistassin Fronteras,6 pasando por toda una retahíla de blogs,programas de televisión, documentales, actos, etc.

Como decía Joan Robinson,7 «las respuestas a losproblemas económicos son esencialmente preguntaspolíticas». Y la crisis, sin duda, ha puesto de nuevoestas preguntas políticas sobre la mesa, y los intentospor ignorarlas son cada vez menos efectivos. Así pues,en un contexto difícil para ir a contracorriente, pero ala vez con brechas en las que poder incidir, la grancuestión que, en términos prácticos, tenemos encimade la mesa es cómo desarrollar los principios de unprograma transversal de investigación y docencia enEconomía que nos permita acercar los problemas eco-nómicos a las necesidades de la sociedad y contribuira su debate público. ■

6. Que ha dedicado a estas cuestiones el n.º 15 (otoño de 2014)de Dossieres EsF, con el título de «La enseñanza de la Eco-nomía».

7. J. Robinson (1981: p. vi), citado en:<http://www.concertedaction.com/2014/01/30/joan-robinson-on-economists/>

Page 43: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

DOSSIERES EsF

Dossier n.º 1: «Nuevos tiempos para la cooperación internacional para el desarrollo», abril 2011.

Dossier n.º 2: «¿Cambiar el mundo desde el consumo?», julio 2011.

Dossier n.º 3: «Sombras en las microfinanzas», octubre 2011.

Dossier n.º 4: «La RSE ante la crisis», enero 2012.

Dossier n.º 5: «La cooperación al desarrollo en tiempos de crisis.Nuevos actores, nuevos objetivos», abril 2012.

Dossier n.º 6: «Crisis, indignación ciudadana y movimientos sociales», julio 2012.

Dossier n.º 7: «¿Otra política económica es posible?», octubre 2012.

Dossier n.º 8: «Banca ética ¿es posible?», enero 2013.

Dossier n.º 9: «Desigualdad y ruptura de la cohesión social», abril 2013.

Dossier n.º 10: «Seguridad alimentaria: Derecho y necesidad», julio 2013.

Dossier n.º 11: «La agenda de desarrollo post-2015:¿Más de lo mismo o el principio de la transición?», octubre 2013.

Dossier n.º 12: «Economía en colaboración», enero 2014.

Dossier n.º 13: «Otra economía está en marcha», primavera 2014.

Dossier n.º 14: «RSC: Para superar la retórica», verano 2014.

Dossier n.º 15: «La enseñanza de la economía», otoño 2014.

Dossier n.º 16: «El procomún y los bienes comunes», invierno 2015.

Dossier n.º 17: «Financiación del desarrollo y Agenda Post-2015», primavera 2015.

Dossier n.º 18: «II Jornadas Otra Economía está en marcha», verano 2015.

Dossier n.º 19: «Las exclusiones sociales», otoño 2015.

Dossier n.º 20: «Fiscalidad: eficiencia y equidad», invierno 2016.

Dossier n.º 21: «Recordando a José Luis Sampedro», Primavera 2016.

Dossier n.º 22: «Otra economia está en marcha III», Verano 2016.

Dossier n.º 23: «El buen vivir como paradigma societal alternativo», Otoño 2016.

Dossier n.º 24: «La energía. Retos y problemas», Invierno 2017.

Dossier n.º 25: «El enfoque de género en la economía social y solidaria:aportes de la economía feminista», Primavera 2017.

http://ecosfron.org/publicaciones/

Page 44: REPENSANDO NUESTRO MODELO DE SOCIEDAD …base.socioeco.org/docs/dossieres-esf-26-repensando-el-modelo-de... · DESENTRAÑAR LA CRISIS: SENTIR Y PENSAR ALTERNATIVAS 6 ... con una orientación

44

Dossieres EsFn.º 26, Verano 2017

Economistas sin Fronterasc/ Gaztambide, 50(entrada por el local de SETEM)28015 • MadridTlf.: 91 549 72 [email protected]

E sta publicación ha sido realizada con elapoyo financiero de la Agencia Española de

Cooperación Internacional para el Desarrollo(AECID), con cargo al proyecto2014/PRYC/007006, «Ciudadanía global más alládel 2015: jóvenes en la construcción de laagenda post 2015 y en el año europeo dedesarrollo». El contenido dedicha publicación esresponsabilidad exclusiva desus autores y no reflejanecesariamente la opinión dela AECID.

Entidades colaboradoras con la publicación: