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LOS ANÁLISIS CUANTITATIVOS, BASADOS EN los datos de la mediametría comercial, des- criben una evolución creciente del mercado español de la comunicación y de los medios, con cifras sobre el negocio, la inversión publi- citaria y los consumos masivos que sitúan a España en un mapa europeo aparentemente homogéneo. En anteriores trabajos, 1 se analizaron las secuencias cronológicas sobre los principa- les parámetros del sistema de medios, lo que conducía sistemáticamente a la percepción de una mejora continuada de los valores em- pleados para la medición. Crecía el volumen de negocio, la oferta de contenidos, la expo- sición de las audiencias a los medios, etcéte- ra, al tiempo que las corporaciones mediáti- cas se hacían mucho más complejas y adqui- rían un peso significativo en los planos de la economía y la influencia social, así como en su proyección exterior. Aun siendo muy pertinente esa moda- lidad del análisis, basada en indicadores eco- nómicos de negocio y de consumo, faltaba una más amplia contextualización en el es- pacio europeo y un acercamiento al estudio de los nutrientes mediáticos —los conteni- dos—, comparando aquí también el perfil de la oferta y de los consumos de los españoles con los de los ciudadanos del entorno europeo. Una tarea nada sencilla si se tiene en cuen- ta que los registros estadísticos están domi- nados por las referencias de la investigación industrial y que, en la Unión Europea, se arrastra un notable retraso en el despliegue de una estrategia estadística mediático-cul- tural trazada desde la óptica de las políticas públicas y los intereses de la sociedad europea. 2 La razón que mueve a repensar la co- municación nace de la observación de una doble circunstancia: la primera, el crecimien- to continuado del perímetro de la actividad mediático-cultural, frecuentemente alenta- da por una confusa filosofía pública que si- túa en el centro de su preocupación a los nuevos usos tecnológicos, en ocasiones con criterios ajenos a las necesidades reales del sector; la segunda, el descompromiso de esa filosofía con los derechos de los ciudadanos, pues parece ignorar que las audiencias son ac- tores política y culturalmente activos en los procesos de comunicación y que la acción y la influencia de los medios no son ajenas a la gobernabilidad, la sociabilidad y la mo- dernización del espacio público. Políticas que contrastan fuertemente con la prácti- camente nula proactividad en el campo de las libertades públicas, o en el interés por los procesos de sedimentación de las nuevas extensiones tecnológicas de los medios en los usos y las prácticas sociales, etcétera. Esto es, con el aparente abandono de una parcela determinante en la formación de la fachada cívico-cultural del país. En este sen- tido, España aún aparece fuera de Europa en materia de regulación audiovisual, bien por el reiterado incumplimiento de las norma- tivas de corte comunitario y la inexistencia de organismos independientes de control, 3 bien por la degradación aún no corregida del modelo de televisión pública. En este escenario, en el que la comuni- cación social crece a través de nuevos sopor- tes y la oferta se diversifica, se desconocen los mecanismos de regulación y autorregu- lación de rango nacional, con lo que el espa- cio político, cultural y económico de los medios se ha cogestionado y cogestiona aún, en buena medida, directamente entre las cor- poraciones mediáticas y los poderes públi- cos, con consecuencias extrañas a la realidad de otros escenarios europeos, hecha la salve- dad de Italia. En los casos de España e Italia, nos encontramos ante la manifestación más acentuada de lo que Hallin y Mancini descri- ben, al comparar sistemas de medios y siste- mas políticos, como “democracias polariza- das”. 4 Los gobiernos negocian con los me- dios, al tiempo que orientan medidas con alcance político, que suelen afectar a la po- sición y las posibilidades de negocio de las corporaciones que operan en el sistema. La resultante es una polarización de las expresio- nes mediáticas, que son las que hacen visi- bles los claroscuros de una democracia de posiciones enrocadas, la crispación y un es- caso perfil deliberativo, donde son infrecuen- Repensar la comunicación La huella es el mensaje Bernardo Díaz Nosty Director del informe 1 Véase el apartado «Los informes de Fundesco», en la pági- na siguiente. 2 La UE estima que sólo podrá alcanzar un repertorio esta- dístico aceptable en este campo hacia 2010 (Eurostat, Social statistics in the enlarged EU, 89 DGNS Conference, 2003). 3 El Gobierno ha enviado a las Cortes diversos proyectos de ley relativos al audiovisual y destinados a corregir las retardos del modelo español, de los que se da cuenta en este infor- me. 4 Hallin, D.C. y Mancini, P., Comparing Media Systems. Three Models of Media and Politics, Cambridge University Press, Nueva York, 2004. La “democracia polarizada”se correspon- de con un sistema de medios políticamente orientado, y aparece en las naciones del sur de Europa con no muy leja- nas dictaduras en su memoria y escasa tradición democrá- tica, además de un inadecuado amparo ético en el trabajo de los profesionales de los medios, ausencia de mecanismos de regulación o autorregulación, intervencionismo político sobre el conjunto de los medios, etcétera.

Repensar la comunicación La huella es el mensaje...LOS ANÁLISIS CUANTITATIVOS, BASADOS EN los datos de la mediametría comercial, des-criben una evolución creciente del mercado

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LOS ANÁLISIS CUANTITATIVOS, BASADOS ENlos datos de la mediametría comercial, des-criben una evolución creciente del mercadoespañol de la comunicación y de los medios,con cifras sobre el negocio, la inversión publi-citaria y los consumos masivos que sitúan aEspaña en un mapa europeo aparentementehomogéneo.

En anteriores trabajos,1 se analizaron lassecuencias cronológicas sobre los principa-les parámetros del sistema de medios, lo queconducía sistemáticamente a la percepciónde una mejora continuada de los valores em-pleados para la medición. Crecía el volumende negocio, la oferta de contenidos, la expo-sición de las audiencias a los medios, etcéte-ra, al tiempo que las corporaciones mediáti-cas se hacían mucho más complejas y adqui-rían un peso significativo en los planos de laeconomía y la influencia social, así como en suproyección exterior.

Aun siendo muy pertinente esa moda-lidad del análisis, basada en indicadores eco-nómicos de negocio y de consumo, faltabauna más amplia contextualización en el es-pacio europeo y un acercamiento al estudiode los nutrientes mediáticos —los conteni-dos—, comparando aquí también el perfil dela oferta y de los consumos de los españolescon los de los ciudadanos del entorno europeo.Una tarea nada sencilla si se tiene en cuen-ta que los registros estadísticos están domi-nados por las referencias de la investigaciónindustrial y que, en la Unión Europea, searrastra un notable retraso en el desplieguede una estrategia estadística mediático-cul-tural trazada desde la óptica de las políticaspúblicas y los intereses de la sociedad europea.2

La razón que mueve a repensar la co-municación nace de la observación de unadoble circunstancia: la primera, el crecimien-to continuado del perímetro de la actividadmediático-cultural, frecuentemente alenta-da por una confusa filosofía pública que si-túa en el centro de su preocupación a losnuevos usos tecnológicos, en ocasiones concriterios ajenos a las necesidades reales delsector; la segunda, el descompromiso de esafilosofía con los derechos de los ciudadanos,pues parece ignorar que las audiencias son ac-tores política y culturalmente activos en losprocesos de comunicación y que la acción yla influencia de los medios no son ajenas ala gobernabilidad, la sociabilidad y la mo-dernización del espacio público. Políticasque contrastan fuertemente con la prácti-camente nula proactividad en el campo delas libertades públicas, o en el interés por losprocesos de sedimentación de las nuevas

extensiones tecnológicas de los medios enlos usos y las prácticas sociales, etcétera.Esto es, con el aparente abandono de unaparcela determinante en la formación de lafachada cívico-cultural del país. En este sen-tido, España aún aparece fuera de Europa enmateria de regulación audiovisual, bien porel reiterado incumplimiento de las norma-tivas de corte comunitario y la inexistencia deorganismos independientes de control,3

bien por la degradación aún no corregidadel modelo de televisión pública.

En este escenario, en el que la comuni-cación social crece a través de nuevos sopor-tes y la oferta se diversifica, se desconocenlos mecanismos de regulación y autorregu-lación de rango nacional, con lo que el espa-cio político, cultural y económico de los mediosse ha cogestionado y cogestiona aún, enbuena medida, directamente entre las cor-poraciones mediáticas y los poderes públi-cos, con consecuencias extrañas a la realidadde otros escenarios europeos, hecha la salve-dad de Italia. En los casos de España e Italia,nos encontramos ante la manifestación másacentuada de lo que Hallin y Mancini descri-ben, al comparar sistemas de medios y siste-mas políticos, como “democracias polariza-das”.4 Los gobiernos negocian con los me-dios, al tiempo que orientan medidas conalcance político, que suelen afectar a la po-sición y las posibilidades de negocio de lascorporaciones que operan en el sistema. Laresultante es una polarización de las expresio-nes mediáticas, que son las que hacen visi-bles los claroscuros de una democracia deposiciones enrocadas, la crispación y un es-caso perfil deliberativo, donde son infrecuen-

Repensar la comunicación

La huella es el mensaje

B e r n a r d o D í a z N o st yDirector del informe

1 Véase el apartado «Los informes de Fundesco», en la pági-na siguiente.

2 La UE estima que sólo podrá alcanzar un repertorio esta-dístico aceptable en este campo hacia 2010 (Eurostat, Socialstatistics in the enlarged EU, 89 DGNS Conference, 2003).

3 El Gobierno ha enviado a las Cortes diversos proyectos de leyrelativos al audiovisual y destinados a corregir las retardosdel modelo español, de los que se da cuenta en este infor-me.

4 Hallin, D.C. y Mancini, P., Comparing Media Systems. ThreeModels of Media and Politics, Cambridge University Press,Nueva York, 2004. La “democracia polarizada” se correspon-de con un sistema de medios políticamente orientado, yaparece en las naciones del sur de Europa con no muy leja-nas dictaduras en su memoria y escasa tradición democrá-tica, además de un inadecuado amparo ético en el trabajo delos profesionales de los medios, ausencia de mecanismosde regulación o autorregulación, intervencionismo políticosobre el conjunto de los medios, etcétera.

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tes los debates y el consenso como virtudesdel sistema.

La preocupación del poder político porel control de la información, cercana en lapráctica a planteamientos pre-democráticos,arrincona otros aspectos de la influencia so-cial y cultural de los medios o, simplemente,los deja a la suerte del mercado. En este sen-tido, resulta sorprendente la incapacidad pa-ra sentar unas bases políticas destinadas ala mejora de la calidad de vida a través de la in-formación y el ocio, pero también para la lu-cha contra la ignorancia y el abandono a losque conducen algunas soluciones mediáti-cas que, amparándose bajo el paraguas delas libertades públicas, hacen un uso degra-dado, interesado y utilitario de la libertad deexpresión.

Un ejemplo no lejano pone de mani-fiesto la muy escasa eficacia de ciertas po-líticas públicas destinadas a reconducir si-tuaciones ampliamente denunciadas —esel caso de determinadas programacionesaudiovisuales—, difícilmente imaginablesen la mayoría de las naciones europeas. Unade las primeras medidas del actual Gobiernoespañol buscaba la protección eficaz de lainfancia en los horarios en los que los me-nores se exponen a las programaciones te-levisivas. Se pretendía, mediante la autorre-gulación de los operadores, reforzar un es-pacio previa y ampliamente regulado por lasnormativas de matriz europeas, vigentes enla legislación española. Sin embargo, pasa-do el tiempo, el compromiso público de lastelevisiones parece diluido en la práctica, yaque se mantienen las mismas expresiones,que llevaron a una apuesta del Ejecutivo ca-lificada de necesaria y urgente por razonesde salud pública. En Italia, cuya política audio-visual en materia de información y pluralis-mo fue denunciada por una resolución del

Parlamento Europeo de 22 de abril de 2004,5está operativo un amplio código de autorre-gulación destinado a la protección de losmenores, que atañe al conjunto de las tele-visiones nacionales y locales.6

A lo largo de este informe, se habla delsistema de medios como una realidad deconjunto que supera el análisis individuali-zado de los elementos que lo integran. Lainterrelación entre todos los medios y losconsumos que de ellos se hacen es muy es-trecha. Quince minutos de acceso a interneten las prácticas culturales, por ejemplo, re-percuten en el conjunto con una reasigna-ción de los tiempos sociales dedicados a losmedios, pero también afecta a la posiciónocupada por los públicos objetivos sobre losque se proyecta la publicidad y los planes demedios de los anunciantes. Esta visión sisté-mica está relacionada con varias realidades;una de ellas, la propia naturaleza multime-dia de las corporaciones que operan en el

hipersector de las industrias de la comuni-cación y la cultura, que tiene una dimen-sión económica muy definida; otra, el alcan-ce sociocultural, ya que la sedimentación ohuella mediática está descrita por amalga-mas multimedia que atienden, en mayor omenor medida, a razones de complemen-tariedad.

Un análisis encaminado a conocer laspeculiaridades del sistema de medios españolrequiere contextualizar su realidad en el en-torno europeo, para descubrir así, medianteel contraste, aspectos que no siempre apa-recen en los indicadores industriales máselementales. Cuando se advierten algunasvoces críticas acerca del papel que el perio-dismo juega en la sociedad española o se po-nen en entredicho la oportunidad y la bon-dad de determinados modelos mediáticosen la formación del capital cívico y culturalde los españoles, parece oportuno saber siexiste una correspondencia en Europa conesas expresiones o se trata de fenómenosatípicos que, sin embargo, son descritos des-de el propio sector de los medios como “co-sas que ocurren en todas partes...”

Ô 16 M E D I O S D E C O M U N I C A C I Ó N T EN D ENC I A S ’ 0 6Ô Bernardo Díaz Nosty

1. Las audiencias y la acción comunicativa

El análisis del sistema español de medios requiere su contextualización en el entorno europeo,para descubrir aspectos que no aparecen en losindicadores industriales.

5 Resolución sobre la libertad de expresión en Europa, en laque se hace una clara advertencia sobre los riesgos que correla Italia del primer ministro Berlusconi y, al tiempo, busca re-ducir, en este campo de la libertad de expresión, las diferen-cias que pudieran desembocar en una Europa de dos velo-cidades democráticas.

6 Promovido por el ministro de la Comunicazioni, MaurizioGasparri, fue firmado a finales de 2002 y va mucho más le-jos del aprobado en España, en este caso no sin resisten-cias y reticencias de operadores que están participados porcorporaciones italianas. El código de autorregulación, res-paldado por una comisión de seguimiento de 15 miembros,presidida por Emilio Rossi y creada en 2003, contempla ellargo horario que va de las 07:00 a las 22:30 horas comotiempo de "la televisione per tutti", en el que quedan res-tringidas las emisiones de contenidos relacionados con laviolencia, el sexo y aquellos aspectos que puedan perjudi-car la formación integral de los menores. Estos criterios deprotección se refuerzan entre las 19:00 y las 22:30 horas.Pero, además, establece que las emisoras generalistas deámbito nacional deberán programar contenidos destina-dos a los niños entre las 16:00 y las 19:00 horas. Los valo-res de la autorregulación fueron asumidos prácticamenteen su totalidad por la ley 112/04 sobre radiotelevisión, ensu artículo 10, con el respaldo legal de la Autoritá per leGaranzia nelle Cominicazioni (Agcom). La sorprendente dis-ciplina del sistema audiovisual italiano es concordante, entérminos generales, con las regulaciones del conjunto delas naciones de la Unión Europea, si bien en algunos paí-ses se advierte una mayor proactividad destinada a ofre-cer, a través del audiovisual, instrumentos de socializaciónadecuados para los menores y los jóvenes. A la vista de losresultados de la autorregulación en Italia (A che cosa ser-ve il Comitato Minore e TV. Un bilancio dell'attivittá del2004, Roma, 2005), puede afirmarse que, al menos hastala fecha, España aparece en este capítulo por detrás del es-cenario de resguardo y protección de los menores ante elmedio televisión arbitrado por el Gobierno italiano de SilvioBerlusconi.

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El replanteamiento de la investigaciónsobre el sistema de medios que aquí se su-giere debe complementarse, además, con unacercamiento al análisis de las sedimenta-ciones mediático-culturales en el plano delas audiencias y, por consiguiente, en el es-pacio público. Gráficamente, podría hablar-se de la necesidad de una inversión en el or-den clásico de los elementos que describenla acción comunicativa, que siguen la direc-ción del flujo que va del emisor al receptor, ysituar en primer término a las audiencias, co-mo sujeto activo del derecho a la informa-ción y, aún más, del derecho a saber, comoderecho de nueva generación propio de lasociedad de la información y el conocimien-to (gráfico 1).

La pobreza de los ricos

En una primera tentativa para conocer la po-sición de España en Europa, en lo que a con-sumos mediático-culturales se refiere, semantiene la hipótesis de que la convergen-cia económica conlleva también la conver-gencia en el campo concreto de las indus-

trias mediático-culturales. En apenas diezaños, el producto interior bruto español, enparidades de poder de compra, ha recortadolas diferencias con la media europea (UE-15),reduciéndolas a menos de diez puntos por-centuales. No obstante ese crecimiento signi-ficativo y la mejora de la disponibilidad delos hogares para el consumo, las escasas einsuficientes estadísticas culturales descu-bren que no existe una relación lineal entre losvectores descritos por los desarrollos econó-mico y cultural.

En un reciente trabajo,7 se hace una com-paración entre el norte y el sur de la UniónEuropea, donde se marcan claras diferenciasen los consumos mediático-culturales, dife-rencias que no se refieren a la rica diversidad delos espacios culturales y lingüísticos, sino querayan en la desigualdad y en cierta tendenciaa la dualización entre las regiones comunita-rias septentrionales y meridionales. En el es-tudio, se pone de manifiesto que, en los paí-ses donde se dan los valores de consumo másempobrecidos, se acentúa el correlato entreclases sociales y grados de formación con lariqueza y la diversidad de los nutrientes me-diático-culturales; esto es, los diferenciales en-tre los segmentos socioculturales están máscerca de lo que se entiende por escenario dual.En los países del sur, que son los que ofrecen

el perfil más empobrecido, se advierten sínto-mas claros de ese fenómeno, que se manifies-tan en las desigualdades internas, las diferen-cias de consumo por razón de clase social, gé-nero, etcétera.

Frente a la mayor homogeneidad y ex-tensión de las prácticas mediático-culturales delas naciones del norte, que hacen comunes loshábitos multimedia a un porcentaje muy am-plio de la población, en los países del sur sonlas clases o los grupos más favorecidos (ma-

I N T R O D U C C I Ó N 17 ÔLa huella es el mensaje Ô

2. PIB per cápita en paridades de poder de compra (ppc). UE-15 = 100

Año España Diferencial1994 78 221995 79 211996 79 211997 79 211998 81 191999 83 172000 83 172001 84 162002 86 142003 89 112004 89 112005* 90 10

* Previsiones.Fuente:Eurostat, EC economic data pocket book,Luxemburgo 2005.

DURANTE LOS AÑOS EN LOS QUE SE EDITARON POR PARTE DE la Fundación para el Desarrollo de la Función Social de lasComunicaciones (Fundesco) los informes ComunicaciónSocial/Tendencias, entre 1989 y 1996, se hizo una crónica regulardel sistema español de medios inédita hasta la fecha. Se trataba,entonces, de analizar una realidad marcada por la renovación delas extensiones tecnológicas de los medios y el crecimientocontinuado de los indicadores de la oferta mediática, el consumo y el volumen del negocio del que se perfilaba como hipersectormediático-cultural. Estos trabajos tuvieron una amplia aceptaciónen los ambientes profesionales y académicos de la comunicación y de los medios.

Aquellas crónicas, cuyas metodología y explotación estadística han servido de referente de otros estudios sectoriales,1prosiguieron bajo un segundo impulso editorial. Antonio Asensio,presidente del grupo Zeta, tomó como empeño personal darcontinuidad a los informes de Fundesco, con las máximas garantíasde independencia, si bien fueron interrumpidos tras la muerte deleditor. Por todo ello, han podido mantenerse las series cronológicasque describen la evolución del sistema de medios en España.

Aun cuando este informe, Medios de Comunicación/Tendencias2006, da continuidad a los anteriores trabajos, se plantea desdeuna óptica más ambiciosa, que se irá plasmando con el desarrollode líneas de investigación que servirán de base para las futurasediciones. El estado de la comunicación requiere de nuevosenfoques multidisciplinares, que amplíen el esquematismo de losestudios diferenciados de los distintos medios y aborden ladimensión filosófica, cultural y social de la comunicación a travésdel conjunto de los medios, en su condición de nutrientes de laopinión pública, prescriptores culturales, inductores de consumos,etcétera. Esto es, una aproximación periódica a un espacio,el de las industrias mediático-culturales, que se convierte en unade las instancias centrales de regulación del sistema social, conuna creciente incidencia en el desarrollo de la vida política.

1 La AEDE, asociación de los editores de diarios, publica un estudio anual que ha adoptado una explotación estadística clónica, en un buen número de tablas, de la definida previamente en los anuarios de Fundesco.

Los anuarios de Fundesco

7 Díaz Nosty, B., El déficit mediático, Bosch, Barcelona, 2005.

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yor formación y poder adquisitivo) los queaparentemente se equiparan a los hábitosmultimedia septentrionales, mientras que sehacen visibles amplias capas de población quese privan de consumos más enriquecidos o di-versificados. La clave de esta diferencia no hayque buscarla, como se ha llegado a creer, en laidiosincrasia cultural de las naciones, en la me-dida que hay españoles, portugueses, griegose italianos que desarrollan prácticas de con-sumo similares a las de los alemanes, los da-neses o los suecos, sino en la limitación demo-gráfica de la huella cultural más enriquecida.Ese progreso cultural se circunscribe aquí, porregla general, a las capas habilitadas por va-lores cognitivos previos, lo que les permite ac-ceder, de forma más amplia, a la diversidad de

las soluciones que van apareciendo en el um-bral de la sociedad de la información y el co-nocimiento.

En las naciones del norte, la dieta mediá-tico-cultural está más diversificada, menossujeta a la dominante audiovisual del sur, demodo que, tanto en la oferta como en losconsumos aparecen más equilibrados los in-gredientes de la información y los conteni-dos de interés social con el entretenimientoy el ocio. En las naciones del sur, la prepon-derancia de la televisión no sólo actúa comotapón frente a la diversificación multimediade los consumos, sino que describe en térmi-nos culturales un concepto envolvente degran público, que sirve para establecer los lí-mites de los códigos mediáticos, esto es, lariqueza narrativa de los contenidos. Dichacircunstancia marca también la orientaciónde los sistemas mediáticos del sur hacia el

Ô 18 C O M U N I C A C I Ó N T EN D ENC I A S ’ 0 6Ô Bernardo Díaz Nosty

4. Gastos culturales según renta del hogar (en euros)

1er quinto 2º quinto 3er quinto 4º quinto 5º quintoAlemania 729 1.052 1.288 1.564 2.186Austria 925 1.140 1.173 1.334 1.970Bélgica 866 1.162 1.187 1.370 1.939Dinamarca 1.217 1.421 1.641 1.972 2.621España 303 413 477 657 959Finlandia 725 921 1.110 1.400 1.890Grecia 175 306 412 609 1.041Irlanda 1.089 988 1.116 1.336 1.380Italia 467 558 688 794 1.152Luxemburgo 919 1.360 1.443 1.777 2.552Países Bajos 896 1.040 1.246 1.520 2.017Reino Unido 734 1.176 1.579 1.798 2.329Suecia 1.262 1.619 1.648 2.117 2.221

Fuente: Eurostat, Cultural Statistics in Europe. Final report, Luxemburgo, 2002, pág. 46. Elaboración propia.

5. Cuota de los gastos culturales en los totales del hogar (%)

1er quinto 2º quinto 3er quinto 4º quinto 5º quintoAlemania 5,51 5,56 5,49 5,42 5,42Austria 5,08 4,65 4,27 4,39 4,91Bélgica 4,67 4,93 4,65 4,59 5,05Dinamarca 7,29 6,51 5,83 5,64 6,20España 2,61 3,00 3,03 3,58 3,87Finlandia 6,11 5,55 5,18 5,50 5,82Grecia 1,70 2,19 2,32 2,75 3,30Irlanda 4,11 3,91 4,12 4,11 3,98Italia 2,73 2,76 2,98 3,01 3,43Luxemburgo 3,32 3,62 3,53 3,62 3,78Países Bajos 5,33 5,35 5,30 5,33 5,81Reino Unido 4,74 5,42 5,44 5,18 4,82Suecia 6,77 6,30 5,63 5,59 5,74

Fuente: Eurostat, Cultural Statistics in Europe. Final report, Luxemburgo, 2002, pág. 47. Elaboración propia.

En las naciones del norte,la dieta mediático-culturalestá más equilibrada entre lainformación y los contenidosde interés social y elentretenimiento y el ocio.

3. Gastos culturales en los hogares europeos

* Paridad de poder de compra.Fuente: Eurostat, Cultural Statistics in Europa. Final report, Luxemburgo, 2002. Elaboración propia.

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espectáculo, el entretenimiento y el ocio, conun menor componente de la información yel conocimiento entre sus ingredientes.Orientación que, asimismo, circunscribe elnegocio de la comunicación y de los mediosa un ámbito más restrictivo, con menor ca-pacidad de diversificación y crecimiento, máslimitado frente a las implicaciones de losconsumos culturales previstos en el desarro-llo de los nuevos usos tecnológicos. Endefinitiva, menor valor añadido en la ofertay, también, menor riqueza multimedia en lassedimentaciones que fijan la huella mediá-tico-cultural en las audiencias.

En las escasas estadísticas culturales so-bre el conjunto de la UE-15, se advierten yadatos clarificadores sobre esa probable dua-lización entre los escenarios del norte y delsur, esto es, sobre la difícil convergencia enun plano relacionado con el capital social ycultural de las naciones. En el gráfico 3, se re-cogen los datos relativos al gasto de los ho-gares europeos en bienes y servicios mediá-tico-culturales y a la incidencia que este gas-to tiene en el PIB medio de los mismos.

En el cuadro 4, se advierten comporta-mientos que ponen aún más de relieve unasituación poco ventajosa de España en el es-cenario europeo, si bien debe hacerse la sal-vedad de que la foto fija que ofrecen los da-tos de la encuesta comunitaria no permitesaber si el diferencial entre las naciones seacorta o se agranda, aunque cabe suponer,como mera hipótesis, que la no correspon-dencia lineal entre los procesos de desarro-llo económico y cultural no indica necesaria-mente que no se esté produciendo una máslenta convergencia. En el mismo plano de lashipótesis, cabe suponer que los cambios enla dinámica cultural están más relacionadoscon procesos cognitivos, derivados de las po-líticas educativas y de capacitación, de mo-do que su manifestación está sujeta a ciclostemporales más amplios, cercanos a las ex-presiones de los cambios generacionales.

En el ya referido cuadro 4, se adviertencinco segmentaciones de los hogares de ca-da nación, homogéneas en su número, clasi-ficadas de menor a mayor en función de supoder adquisitivo. Aquí, sorprende ver cómolos hogares españoles con mayor poder ad-quisitivo invierten menos que los hogarescon menor capacidad de compra de Suecia,Dinamarca e Irlanda, y son, en el conjunto delas naciones consideradas, los que menosgastan, incluso por debajo de los griegos. Enla tabla 5, se completa la información con los

valores relativos que indican el esfuerzo eco-nómico de los hogares en gastos mediático-culturales. El gap se acentúa entre los hoga-res menos favorecidos, de modo que, si losespañoles sólo dedican el 2,6 por ciento, losdaneses, el 7,3. En general, el esfuerzo decompra de los hogares con menor capacidadeconómica de las naciones del norte es su-perior a la de los que, en estos mismos paí-ses, poseen mayor capacidad adquisitiva, cir-cunstancia que habla de una convergenciareal en términos de consumo. Esto no ocurreen el sur. En España, se da una relación line-al entre renta y consumo relativo, con unaoscilación del esfuerzo inversa a la de las na-ciones septentrionales, ya que va del 2,6 porciento del PIB disponible en los hogares me-

nos favorecidos al 3,9 de los que tienen ma-yor capacidad de compra.

Para tratar de pasar de un plano especu-lativo y teórico a la realidad constatada sobrelos consumos de medios, basta con analizarlos datos que describen una clara diferencia,que podría calificarse de abismal, en aspec-tos muy concretos. Contraste que se advier-te, por ejemplo, entre naciones donde los ín-dices de lectura de prensa diaria y acceso ainternet se acercan o superan el 70 por cien-to de la población, y aquellas en las que estosindicadores difícilmente llegan al 30 por cien-to o lo sobrepasan ligeramente. Marcas esta-dísticas que diferencian el norte y el centrodel sur de Europa en términos de medicionescuantitativas, pero que también encierranclaros matices cualitativos. Se trata de unacercamiento a los valores temporales delconsumo que, sin embargo, indican dónde selee más o menos, dónde se realiza el consu-mo de televisión, en qué lugares internet ha te-nido un mayor crecimiento, etcétera.

El bajo hábito de lectura en España secorresponde con las prácticas de las audien-cias del sur de Europa, que no sólo se refie-ren a la prensa diaria, sino que afectan al ba-jísimo nivel de circulación de los semanariosde información general,8 al consumo de li-

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7. Índice de difusión de la prensa diaria en la UE (2004)

* Incluye la difusión de la prensa del Reino Unido en este país.Fuente:WAN, World Press Trends 2004, París, 2004. Elaboración propia.

6. Circulación de la prensa

8 En lectura de revistas, España comparte el penúltimo pues-to de la UE, sólo por delante de Grecia (Eurobarometer,European’s Participation in Cultural Activities, Bruselas, 2002).Por el contrario, en Francia, pese al relativamente bajo con-sumo de diarios, la circulación de los semanarios y, en gene-ral, de las revistas aparece entre las más elevadas de Europa.

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bros, etcétera. Como simple ilustración de es-tas debilidades, basta advertir los contrastesque se ofrecen en el mapa 6 (véase tambiéngráfico 7), que recoge dos zonas significati-vas de la Unión Europea con relación a lacirculación de la prensa diaria. Mientras queen las cuatro naciones del norte selecciona-das (Suecia, Finlandia, Dinamarca y PaísesBajos), con una población conjunta de 35,8millones de habitantes, la difusión diaria al-canza los 11,5 millones de ejemplares, en lascuatro naciones del sur (Portugal, España,Italia y Grecia), pobladas por 120,5 millonesde habitantes, la circulación (11,2 millones decopias) no alcanza los valores del conjuntoseptentrional europeo. Como se verá más

adelante, existe una relación directa entrelas naciones con mayor diversificación mul-timedia en la dieta mediática y el consumode información general de actualidad, demodo que en los países con una polarizaciónaudiovisual más definida, caso de la franjameridional europea, el sistema de mediosaparece orientado hacia el entretenimiento yson bajos los niveles relativos de acceso a loscontenidos de matriz periodística.

Desde las visiones deterministas deMcLuhan hasta los análisis sociomediáticossobre la recepción, los medios empleados, eltiempo de exposición individual, el valor deuso de las prácticas de consumo, etcétera,terminan configurando modelizaciones so-

ciales y lo que Erving Goffman define como lafachada cultural. Diferentes dietas mediáti-cas, diferentes valores añadidos en las amal-gamas multimedia producen diferentes se-dimentaciones mediático-culturales, diferen-te riqueza en el espacio público, distintaspredisposiciones y habilitaciones sociales.Mediante el análisis de los consumos, a par-tir de la amplia información que ofrece elEstudio General de Medios (EGM), es posiblediseccionar la diversidad y la complementa-riedad teórica de los nutrientes, esto es, cal-cular lo que podríamos denominar sharemultimedia diario.

El ‘share’ multimedia diario

Para conocer la dieta mediático-cultural, den-tro de un sistema nacional o regional, parecenoportunas dos aproximaciones. Una prime-ra, de carácter cuantitativo, basada en eltiempo de exposición a los medios y su dis-tribución; la segunda, de naturaleza cualita-tiva, más difícil de evaluar, basada en la me-dición de la riqueza y la variedad de los nu-trientes que componen la referida dietamultimedia. El empeño cuantitativo es rela-tivamente asequible y aparece referido enlas estadísticas de la investigación industrial,por cuanto mide también el tiempo publici-tario de exposición a los distintos soportes.Con estos datos, se ha elaborado el concep-to de share multimedia diario (SMD), que re-fleja la cuota de cada medio en el tiempoglobal de consumo. Se calcula, pues, el valortemporal de todos los consumos como ex-presión de la audiencia general multimedia,así como el peso relativo de cada uno de loselementos considerados, esto es, su cuota so-bre el conjunto.

El primer dato relevante de la tabla 8 esel valor de exposición mediática general, in-cluido el consumo de internet, que alcanza369 minutos diarios, esto es, seis horas y nue-ve minutos; más de un tercio del tiempo so-cial,9 equivalente a tres meses al año dedicadosal consumo ininterrumpido de los medios. Lasprácticas mediáticas de los españoles se orien-tan hacia la televisión (59,9 por ciento) y la ra-dio (29,5), que ocupan nueve de cada diez mi-nutos, mientras que el resto de los tiempos deconsumo, entre los que empieza a destacar in-

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8. ‘Share’ multimedia diario-SMD (2005)

Diarios Suplementos Revistas Radio Televisión Internet[1] TotalAudiencia (% población) 41,1 28,9 55,0 56,4 89,9 18,8Consumo por usuario (mm/ss) [2] 24:18 04:10 02:04 198:06 245:48 142:00 366Consumo per cápita (mm/ss) [2] 09:59 01:12 01:08 108:48 221:00 26:42 368:49SMD 2,6 0,3 0,3 29,5 59,9 7,2 100,0

[1] Consumos habituales (en el día anterior).[2] En suplementos y revistas, el tiempo de lectura (semanal, quincenal o mensual) se traduce a valores diarios.Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

9. Audiencia y exposición

Fuente:AIMC/EGM, octubre 2004-mayo 2005.Elaboración propia.

10. El ‘share’ multimedia diario

Fuente:AIMC/EGM, octubre 2004-mayo 2005.Elaboración propia.

9 Se entiende aquí por tiempo social el resultante de la de-ducción del periodo de las 24 horas del día del tiempo bio-lógico de siete horas dedicado al descanso.

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ternet (7,2), ya por encima de los diarios (2,6)y otros medios, que quedan muy por debajo.

En un estudio comparativo entre Espa-ña y Suecia, hecho a partir de los datos delEurobarómetro, se puso de relieve el altocontraste entre la dieta española y la nórdica,mucho más enriquecida esta última por losmedios en soporte papel y el amplio uso de in-ternet. Frente al predominio audiovisual ob-servado en España, el peso de la televisiónen el share multimedia sueco se situaba enel 43 por ciento.10

El tiempo informativo

La parte periodística de los medios no essiempre las más relevante o amplia. Hay unaconfusión descrita por el ya lejano valor in-formativo dominante de la prensa y, en me-nor medida, de la radio —la televisión cuen-ta en España con medio siglo de vida y su al-cance masivo demoró un par de décadas trassu creación—, pero esa percepción que aso-cia medios a periodismo es hoy insostenible.Los medios son, cada vez más, una aspirado-ra permanente del tiempo social, que, por es-tar éste sujeto a pautas biológicas cíclicas, alímites que homogeneizan el conjunto de laactividad humana, tienen una sencilla tra-ducción económica. Ganar tiempo es ganarmercado, de ahí el interés en una nuevaorientación en los estudios sobre la influen-cia de los medios basada en las dimensionescuantitativa y cualitativa del tiempo mediá-tico-cultural dentro del tiempo social.

Hace cuatro décadas, en los momentosde crisis de identidad de la prensa escrita,consecuencia de la irrupción del gran públicoaudiovisual, no se supo valorar la especiali-zación informativa de los diarios como su vir-tud central, porque la radio y, de forma másclara, la televisión generalista sólo teníanuna relación limitada con la información ensus programaciones y con lo que podía en-tenderse como periodismo. La competenciareal se establece en términos de audiencia,de ocupación del tiempo disponible, de con-secución de una cuota de exposición al medio.

La idea de la complementariedad de losmedios, que tiene una expresión análoga en

el campo de la comunicación comercial o pu-blicitaria, no parece objeto de discusión, pe-ro deja de ser una realidad verificable en lamedida en que los distintos medios ofrecencontenidos que divergen. La realidad es hoymucho más diversa y compleja, por lo que elcarácter complementario se encuentra enámbitos muy concretos: por ejemplo, en elcampo de la información de actualidad, sibien existe la complementariedad, lógica-mente, sólo cuando el consumo tiene unanaturaleza multimedia.

También puede ocurrir que se entiendala complementariedad desde el punto de vis-

ta del valor final de uso de los medios o de laorientación de sus contenidos. De modo queel carácter más informativo de la prensapuede entenderse complementado por laproyección al ocio y el espectáculo que pri-ma en la televisión, por ejemplo.

Si se intentan disociar, en la oferta mediá-tica española, los ingredientes genéricos aso-ciados al papel del audiovisual —informar,formar y entretener—, el entretenimientobasado en el espectáculo aparece en el cen-tro de las emisiones, como núcleo de la es-trategia comercial del medio, con un poderexpansivo que despliega espacios seudo-in-

I N T R O D U C C I Ó N 21 ÔLa huella es el mensaje Ô

11. Índice de consumo de información de actualidad en las naciones de la UE-15

TV Radio Prensa ÍndiceA diario Nunca A diario Nunca A diario* Nunca multimedia**

(A) (a) (B) (b) (C) (c)Suecia 75,9 0,1 54,4 5,4 77,7 0,5 67,3Finlandia 84,2 1,0 47,7 6,0 77,8 0,9 67,3Dinamarca 79,6 0,6 65,0 5,4 56,3 4,8 63,4Luxemburgo 70,4 1,4 63,4 5,4 62,7 6,8 61,0 Austria 62,4 1,2 62,6 1,9 61,4 2,0 60,4Irlanda 67,5 1,0 62,5 3,5 53,0 2,7 58,6Alemania 67,9 1,2 52,8 4,8 65,5 5,6 58,2 Países Bajos 78,0 1,0 44,9 11,2 56,2 9,9 52,3Reino Unido 76,6 1,4 42,4 16,5 56,6 8,3 49,7 Italia 78,3 1,0 21,4 26,1 32,6 15,4 29,9Bélgica 57,2 3,2 36,1 11,5 31,2 22,9 29,0Francia 55,4 1,9 33,3 17,4 32,2 16,3 28,4 Portugal 70,1 0,6 25,1 21,3 25,1 25,5 24,3España 64,6 0,8 24,3 25,4 24,8 23,4 21,4Grecia 65,3 1,3 22,9 31,6 20,3 30,5 15,0Valor medio 70,2 1,3 43,9 12,9 48,9 11,7 46,1

* 5 a 7 días a la semana.** Índice sintético multimedia = (A-a)+(B–b)+(C-c)/3.Fuente: European citizens and the media. National reports, Bruselas, 2003. Elaboración propia.

12. Audiencia de los informativos en la televisión (1995-2004)

1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004TVE1Mediodía 11,2 10,0 8,9 8,6 7,9 7,8 7,8 7,7 7,6 7,5Tarde-noche 9,6 9,8 9,6 9,6 9,2 8,9 8,8 8,5 8,1 7,8

Antena 3Mediodía 9,0 7,9 6,9 6,1 6,4 6,2 6,1 6,1 6,5 6,7Tarde-noche 6,9 6,5 6,0 6,0 6,2 6,0 6,4 6,5 6,1 6,6

TelecincoMediodía 4,5 4,7 4,9 4,9 5,7 6,1 5,9 5,5 5,8 5,7Tarde-noche 6,7 5,9 5,5 5,0 5,3 5,6 4,8 4,5 4,9 4,9TV nacionales 47,9 44,8 41,8 40,2 40,7 40,6 39,8 38,8 39,0 39,2

Autonómicas* 9,8 9,3 9,7 9,5 8,4 8,1 8,6 9,1 9,8 9,7

Total 57,7 54,1 51,5 49,7 49,1 48,7 48,4 47,9 48,8 48,9

* Suma de las audiencias medias sobre el conjunto de la población española de los informativos de mediodía y tarde/nochede las televisiones autonómicas.Fuente: TNS, Anuario de Audiencias de Televisión, años 1995-2004. Elaboración propia.

10 El déficit..., pág. 157. Se emplearon aquí los datos de la en-cuesta especial del Eurobarómetro Europeans’ Participationin Cultural Activities, Bruselas, 2002, menos precisos de losque aportan, en los planos locales, las encuestas polietá-picas y acumulativas de medición de las audiencias de losmedios.

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formativos —crónicas rosas y rojas, corazóny sucesos—, propios del periodismo sensa-cionalista, que marginan en la agenda infor-mativa los valores comúnmente aceptadoscomo referencia periodística, al tiempo queinvierten el sentido último del pilar formati-vo que se llegó a atribuir a medios como latelevisión.

La orientación del sistema español ha-cia el entretenimiento y el ocio basados enel espectáculo se advierte en el peso relati-vamente menor que la información tiene enla oferta y, como se verá más adelante, en ladieta mediático-cultural de las audiencias.En los noticiarios de las emisoras de televi-sión de cobertura nacional (TVE1, Antena 3 yTelecinco), el componente de la actualidadque podría asociarse a la referencia periodís-tica, según se advierte en un análisis que serecoge en el capítulo sobre televisión de esteinforme,11 tiene una importancia, por el nú-mero de noticias y el tiempo dedicado, mu-cho menor del que alcanzan las secciones desociedad, deportes y notas rosas.

El cambio de estrategia en los informa-tivos se ha hecho visible, de manera progre-siva, en la última década, de modo que hanadquirido relieve informativo la violencia do-méstica, la siniestralidad vial, los asuntos ju-diciales relacionados con crímenes pasiona-les y, en general, los sucesos, pero también elespacio de los espectáculos, los deportes y elmundo de la farándula. Esa banalización otabloidización12 de los noticiarios no ha ser-vido a los fines de la captación de audiencia,ya que ésta se ha ido retirando progresiva-mente de los espacios informativos conven-cionales y refugiado en otras extensiones su-cedáneas, en las que los valores sensaciona-

listas del corazón, los escándalos y la fama,marcada ésta por la presencia convenida dedeterminados rostros, son objeto de una pre-sencia en la agenda exhaustiva y continua-da. De hecho, la caída de los espectadores enlos últimos diez años resulta sorprendente.Entre 1995 y 2004, la audiencia total de losinformativos del mediodía y de la tarde/nocheha pasado del 57,7 por ciento (1995) al 48,9por ciento (2004), con una pérdida, en térmi-nos poblacionales de 2004, de 3,6 millonesde espectadores diarios.13 Un fenómeno si-lenciado por la información periodística ypor los análisis sectoriales.

En cuanto al tiempo de consumo, los es-pectadores españoles, de acuerdo con los da-tos de TNS, dedican en torno al 14 por cientode su exposición al medio a los espaciosconvencionales de información general deactualidad. Se trata, sin duda, de un valor deter-minante en la dieta mediática, por cuanto re-gistra la huella demográfica más amplia, su-perior a la de la prensa diaria y a la de los es-pacios informativos de la radio. De los 369minutos que los españoles dedican a los me-dios diariamente, puede estimarse que algomenos de 60 minutos están relacionados conla información general de actualidad. La tele-visión es el medio con mayor aporte tempo-ral, con el 51,7 por ciento del total, seguido de laradio (generalista e informativa), con un 27,4por ciento; de la prensa diaria, con un 16,1 porciento, y de internet, cuya contribución se re-duce al 4,4 por ciento (cuadro 13).

No obstante, como quedó dicho másarriba, el valor informativo de los noticiarioses, en ocasiones, extremadamente genera-lista y priman en él aspectos temáticos quese corresponden con la agenda de los me-dios populares y sensacionalistas, de modoque los que podrían entenderse como ingre-dientes necesarios para el conocimiento y lacontextualización del acontecer quedan muymermados, mientras que abundan contenidosrelativos a sucesos, espectáculos, deportes,

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13. Tiempo mediático-informativo,individuo/día (2005)

Medio Tiempo consumo % sobre total información

Televisión 29:21 51,7Radio generalista* 11:04 19,5Radio informativa 04:30 7,9Prensa diaria 09:18 16,1Internet** 02:30 4,4Total 56:43 100,0

* Al carecer de datos precisos, se ha estimado el tiempo deinformación en un quinto de la exposición total al medio.** Calculado sobre usuarios del día anterior (habituales).Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, acumulado octubre 2004-mayo 2005. TNS, Anuario de Audiencias deTelevisión, 2004. Elaboración propia.

14. Práctica informativa (2005)

Fuente:AIMC/EGM, octubre 2004-mayo 2005.Elaboración propia.

11 Véanse págs. 271 y ss.

12 El término ha sido empleado por los analistas norteameri-canos al referirse a los modelos informativos de televisión deRupert Murdoch (Fox TV), que extienden al audiovisual losvalores de agenda de la prensa británica sensacionalista y po-pular (Kevin Glynn, Tabloid Culture. Trash Taste, PopularPower, and the Transformation of American Television, DukeU. Press, Durham, 2000).

13 Con un valor de 408.048 espectadores por punto de audien-cia de los informativos en 2004, la cota de 1995 (57,7 porciento) sería equivalente en la actualidad a 23.544.370 es-pectadores, frente a la marca real en 2004 del 48,9 por cien-to, esto es, 19.955.112 espectadores, con una merma real de3.589.258 espectadores.

Entre 1995 y 2004, la audienciade los informativos de latelevisión pasó del 57,7 al 48,9por ciento, con una pérdida de3,6 millones de espectadoresdiarios.

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etcétera. La tabla 15 recoge algunos resulta-dos de una pequeña cata sobre la estructu-ra de los informativos de tres emisoras de te-levisión de ámbito nacional (TVE1, Antena 3y Telecinco), que se incluye en las páginas deeste anuario. En una disección sencilla, peromuy gráfica, que agrupa contenidos que po-drían asociarse a valores de agenda de losmedios de referencia (información nacional,internacional, economía y cultura), indepen-dientemente de la extensión y el rigor con elque son tratados, y otros asociables a valo-res periodísticos más ligeros (sucesos, socie-dad,14 espectáculos y deportes), se apreciaque estos últimos marcan la agenda.

En los informativos del mediodía de lastres cadenas nacionales, la relación popu-lar/referencia periodística, meramente orien-tadora de los sesgos de agenda, se acentúaen Antena 3, donde el número de noticiasdefinibles como populares multiplica por 3,2el de aquellas que muestran rasgos de refe-rencia y por 3,6 el tiempo de emisión de am-bas categorías (gráficos 16 y 17). Estos valo-

res descienden a 2,9 y 2,5, respectivamente,en Telecinco, y se atenúan significativamen-te en TVE1 (1,6 y 1,5), donde se ha asistido du-rante los dos últimos años, según la opiniónde los expertos, a una mejora de la calidad yla independencia en el tratamiento de suscontenidos.15

Cómo se informan los españoles

Los espacios noticiosos de la televisión sehan espectacularizado en los últimos años,lo que supone un empobrecimiento en suscontenidos, rigor y variedad temática. El fe-nómeno no es exclusivo de España y sigueuna deriva que en los Estados Unidos, de for-ma mucho más acusada que en Europa, hasupuesto lo que se ha dado en llamar la ta-bloidización de los noticiarios, esto es, la tras-lación al espacio audiovisual de los códigosde la prensa sensacionalista.16 El fenómenode la tabloidización orienta los contenidos,como se ha señalado, hacia las noticias de

sucesos, escándalos, vida social y deportes,con registros menores de otros aspectos con-siderados, en términos periodísticos, comolas verdaderas referencias informativas.Noticiarios que alimentan, en muchos casos,los escenarios, situaciones y personajes queaparecerán en programas de variedades, cró-nica rosa, nota roja y deportes. Esto es, los in-formativos sesgados hacia el sensacionalismomueven al consumo de otras narraciones pa-ra-periodísticas, en las que ya se desvanecenlos últimos rasgos de la función social del in-formador, los referentes éticos y otros valo-res distintivos de la profesión periodística.

No hay datos bien definidos, al menosdisponibles, sobre quiénes constituyen, entérminos sociométricos, las audiencias deeste tipo de informativos que se ha conver-tido en el modelo dominante.17 Si bien escierto que el registro de 2004 sitúa el valorconjunto de audiencia de los informativosen un 48,9 por ciento, cabe suponer, no obs-tante, que entre un 15 y un 20 por ciento deesos espectadores18 son consumidores de

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15. Clasificación de los contenidos de los informativos de televisión (2005)

Mediodía (1) Relación Pop./Ref. Tarde/noche (2) Relación Pop./Ref. Noticias de 1 Referencia Popular Referencia Popular repetidas en 2

TVE1 nº noticias 11,2 18,2 1,6 11,2 17,2 1,5 10,2tiempo 16:36 25:04 1,5 16:58 24:50 1,5 (35,9%)

Antena 3 nº noticias 6,6 23,0 3,2 8,2 25,8 3,1 10,6tiempo 09:18 29:28 3,6 11:55 29:07 2,4 (31,2%)

Telecinco nº noticias 8,2 24,0 2,9 9,6 19,8 2,1 11,4tiempo 10:59 27:16 2,5 11:01 22:00 2,0 (38,8%)

16. Contenidos informativos TV

Análisis referido a los informativos del mediodía en la semana del 2 al 8 de junio de 2005.

17. Contenidos informativos TV

Análisis referido a los informativos del mediodía en la semana del 2 al 8 de junio de 2005.

14 En el apartado de sociedad se incluyen algunas noticias,que no constituyen un peso dominante, cercanas a los va-lores de referencia.

15 El mejor indicador de este cambio es la escasa polémicapolítica despertada por estos espacios, objeto en anterioreslegislaturas de la denuncia frecuente, tanto por el carác-ter gubernamental de la información, como por la parcia-lidad en el tratamiento y la manipulación política.

16 Es precisamente Rupert Murdoch, propietario del diario lon-dinense The Sun y del neoyorquino New York Post, entre otrosmuchos, el que introduce la fórmula en la cadena norteame-ricana Fox.

17 Cabe distinguir, no obstante, distintos grados de especta-cularización de la actualidad en las emisiones de TVE,Telecinco y Antena 3. En esta última emisora, el relieve de lossucesos y otros valores de código mediático similar tienenmayor implantación y ha alcanzado, en muchos momen-tos de 2005, el liderazgo de audiencia. Según los perfilessociométricos de Sofres (TNS) sobre las distintas cadenas,la audiencia de Antena 3, referida al conjunto de las pro-gramaciones, podría definirse como la más popular.

18 Estimación conservadora, ya que no es exagerado suponerque las duplicidades en el consumo sean mayores de lo quereflejan estos porcentajes.

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más de un telediario (mediodía y tarde/no-che, dos noticiarios en la misma franja ho-raria, etcétera), por lo que el porcentaje realde población que diariamente adquiere in-formación por televisión podría situarse entorno al 40 por ciento.19

A la vista de estos datos, la afirmacióncoloquial de que la inmensa mayoría de losespañoles se informa por la televisión no esfiable y sí cabe constar que las diferencias,en términos de población o audiencias, en-tre quienes se informan por televisión y porla prensa diaria son inexistentes o muchomenores de lo que la extendida creencia ase-guraba.

Las lecturas críticas recientes sobre la te-levisión no sólo denuncian la espectaculari-zación de la actualidad y la pobreza de laagenda, sino que ven efectos que limitan elconsumo de información o suscitan la priva-ción de estos contenidos periodísticos porajenos al valor de uso de entretenimiento yocio asignado a este medio. Nos encontra-mos aquí con una revisión de los plantea-mientos teóricos sobre el diferencial del co-nocimiento,20 que encuentran en el consumo

audiovisual intensivo, sin otra complementa-riedad mediática, un tapón para el enrique-cimiento de la dieta mediático-cultural.

Aunque los datos no amparan plena-mente la descripción estadística acerca de có-mo se informan los españoles, sí cabe haceraproximaciones sumamente orientativas so-bre sus prácticas habituales en este aspecto.Por ello, más que mediciones precisas se in-tenta hacer aquí una radiografía de muy am-

plio espectro, coyuntural, que nos aproxime alo que son los comportamientos generales delos grandes grupos de audiencia en la Españade 2005.

En el gráfico 18, aparecen tres círculosprácticamente semejantes, que constituyenen sí una propuesta de análisis basada tan-to en la lógica como en las expresiones delos datos disponibles. El primero de ellos (b)representa un tercio, aproximadamente, dela población, que es el que habitualmente seinforma a través de la prensa escrita. Se pue-de estimar en un máximo del 89,5 por cientolos lectores de prensa ve la televisión, porqueese dato fija el techo de audiencia de este úl-timo medio, pero es más probable, de acuer-do con la hipótesis de la complementariedadmediática, que sean los lectores/espectado-res los que, con mayor probabilidad, consu-man los espacios de información de actuali-dad general (noticiarios). Un segundo círculo(c) lo forman los espectadores de televisiónque ven noticias de actualidad a través deeste medio, pero que no leen diarios. Amboscírculos definen un espacio de complementa-riedad flexible (a), que se hace más permea-ble cuando el interés de la actualidad crece.Un conflicto, un éxito deportivo, un escánda-lo político, por ejemplo, mueven a la comprade diarios entre quienes, informándose a tra-vés de la televisión, no consumen habitual-mente prensa escrita, pero también muevena quienes leen periódicos y apenas consumennoticiarios televisivos a ver las imágenes delos acontecimientos.21 Son estos sectores losque, por la orientación de su interés, accedenen mayor número a los programas informa-tivos de la radio (d). Queda un último esta-dio, que se desprende del propio dato de au-diencia de los informativos de televisión, quese evaluó en torno a un 40 por ciento con cri-terios de máxima habitualidad, y que alcan-

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18. Estructura del consumo mediático de información en España

Fuente:Díaz Nosty, El déficit mediático, Bosch, Barceloma, 2005, p. 178.

19 El dato de audiencia mide la exposición media de los es-pectadores, no la habitualidad de éstos, de modo que cabeadvertir que, en ese valor, se incluyen sectores demográfi-cos más amplios, como aquellos que siguen con menor fre-cuencia, poco o esporádicamente la información de actua-lidad.

20 La “knowledge gap hypothesis” fue planteada en los añossetenta por Philip J. Tichenor y otros sociólogos de laUniversidad de Minnesota, y se resolvió, después de anali-zar los hábitos de consumo de distintos segmentos de po-blación, con la conclusión de que el conocimiento previoes determinante en la riqueza del consumo de los medios.

21 Asimismo, crecen los mecanismos de actualización a tra-vés de las ediciones digitales en internet, que aún no cons-tituyen en España un fuente diferenciada significativa, si-no más bien complementaria de quienes muestran mayorinterés con el conocimiento de la actualidad.

Las críticas a la televisión no sólo denuncian laespectacularización de la actualidad y la pobrezade su agenda, sino que venefectos que limitan elconsumo de información.

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za, con una intensidad relativa menor. a otrospúblicos. El núcleo (e) lo constituyen los con-sumos monomediáticos de televisión/entre-tenimiento, esto es, los que excluyen el acce-so a otros medios, pero también a los progra-mas informativos de la propia televisión. Seprivan de la información en el medio queemplean a diario, la televisión, pero con unvalor de uso referido al entretenimiento. Encasos excepcionales —acontecimientos co-mo el ataque a las Torres Gemelas de 2001,la batalla de Bagdad en 2003, los atentados enMadrid de marzo de 2004, el fallecimientode Juan Pablo II en 2005, etcétera—, los noconsumidores de actualidad se ven atrapa-dos por la mayor densidad de la informaciónen televisión, que invade franjas de emisiónocupadas, en situaciones de normalidad in-formativa, por el entretenimiento.

Análisis de las diferencias internas

Las diferencias observadas entre el centro-norte y el sur de la Unión Europea no descri-ben el contraste entre espacios homogéne-os. En España, por ejemplo, se advierten cla-ras diferencias internas, que acentúan losextremos de la dualización en los consumosmediático-culturales. Como ejemplo gráficode lo que en los repertorios estadísticos y enlos análisis sectoriales de este anuario se de-talla, el mapa 19 deslinda dos zonas signifi-cativas del país marcadas por dietas mediá-ticas distintas y desiguales. Según datos de2004, en la franja septentrional formada porAsturias, Cantabria, País Vasco, Navarra y LaRioja, con una población de 4,5 millones dehabitantes, circulan diariamente 683.000 co-

pias, cifras que contrastan con las del amplioterritorio integrado por Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Murcia, pobladopor 11,6 millones de habitantes, 2,6 vecesmás que las comunidades del norte, perodonde la circulación absoluta de la prensasólo es un 11,6 por ciento superior, con762.000 ejemplares/día.

Sin embargo, el análisis de las diferen-cias en los consumos entre las poblacionesdel norte y el sur de España no conllevanecesariamente una lectura pesimista deescenarios cerrados, condenados a la des-igualdad, donde las prácticas mediático-culturales estén sujetas a desequilibrios en-démicos. La evolución y la naturaleza de loscontrastes locales, establecidos en torno alas comunidades autónomas, podrían ser-vir para entender de algún modo las causasestructurales de las desigualdades que se

aprecian en el plano supranacional de laUnión Europea.

Aun con los escasos datos disponibles,dentro de los escenarios locales se pueden

I N T R O D U C C I Ó N 25 ÔLa huella es el mensaje Ô

19. Circulación de la prensa

20. El peso de la televisión en la dieta mediático-cultural

Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, acumulado octubre 2004-mayo 2005.Elaboración propia.

El análisis de los consumosmediático-culturales entre el norte y el sur de España no lleva necesariamente a una lectura pesimista de escenarios condenados a la desigualdad.

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apreciar síntomas de convergencia que tien-den a la disolución o a la reducción de las des-igualdades territoriales. Salvo en el caso de latelevisión, en su expresión generalista, quesigue pautas distintas, el conjunto de los me-dios alcanza sus mejores valores de consumoentre la población joven, activa y urbana, conformación y poder adquisitivo. Estas audien-cias no sólo constituyen públicos objetivosbien definidos y atractivos para los anuncian-tes, sino que pueden marcar un sesgo de mo-dernidad que no siempre queda reflejado enlas características menos definidas y ambi-guas del gran público de la televisión.

Como ejemplos de esas líneas de con-vergencia que disuelven, probablemente deforma lenta, las profundas diferencias territo-riales, se toman los datos sobre los públicos

de internet y de la prensa diaria. En el caso deinternet, llegó a pensarse que su implanta-ción en España estaba relacionada con lacreación de infraestructuras y la compra ma-siva de terminales, como si la demanda deun bien o servicio cultural se redujese exclu-sivamente a términos de mercado. Incluso,entre las posiciones más optimistas, internetaparecía como una oportunidad para corregirel letargo crónico en los usos de herramien-tas que acercarían la cultura, la investigación,la formación, etcétera, a posiciones de lide-razgo que se correspondiesen con el progre-so económico. No ha sido así, por lo que lanueva manifestación del gap sureño en in-ternet nos devuelve a la hipótesis del dife-rencial del conocimiento, de modo que la de-manda de un instrumento cuyas virtudes

óptimas —la cultura de la red— están rela-cionadas con el acceso a la información y ala interacción cognitiva, se soportan prefe-rentemente en los sedimentos del capitalcultural; esto es, el conocimiento previo co-mo habilitación necesaria para el progresodel conocimiento.

El fenómeno de la recepción de interneten España, cuyo grado de penetración es unode los más bajos de Europa (cuadro 22), des-cubre matices más optimistas, que puedenarrojar alguna luz sobre el futuro comporta-miento de los consumos de las nuevas gene-raciones en un escenario digital multimedia.A más edad, se produce un menor grado deacceso a internet, lógica similar a la que seha dado en otras naciones europeas, peroaquí con una muy acusada polarización ge-neracional.22 En la implantación de internet,se reproducen las desigualdades entre elnorte y el sur, pero se advierten circunstan-cias significativas que pueden ayudarnos aentender el fenómeno del gap entre los con-sumos mediático-culturales de las áreas sep-tentrional y meridional del país, como expre-sión de retardos culturales persistentes, aun-que, como se ha indicado ya, en un procesolento de disolución.

Ô 26 M E D I O S D E C O M U N I C A C I Ó N T EN D ENC I A S ’ 0 6Ô Bernardo Díaz Nosty

22. Usuarios de internet en distintasnaciones de la UE (2005)

Millones de usuarios % poblaciónSuecia 6,66 73,6Países Bajos 10,81 66,2Reino Unido 35,81 59,8Alemania 47,13 57,0Francia 25,61 42,3España 15,57 35,8

Fuente:Nielsen/NetRatings, junio 2005 para Francia yAlemania; agosto 2005, para España, Suecia y Reino Unido.Los datos de los Países Bajos son de junio de 2004.Elaboración propia.

23. Acceso a internet según edades. Cataluña-Andalucía (2005)

Cataluña Andalucía Dif. Andalucía (Cataluña = 100)Tramos de edad Último mes Ayer Último mes Ayer Último mes Ayer14 a 19 77,2 49,3 62,7 27,9 81,2 56,620 a 24 69,8 45,9 56,4 29,0 80,9 63,225 a 34 58,9 34,1 46,4 23,9 78,8 70,135 a 44 46,0 23,9 27,9 15,2 60,7 63,645 a 54 36,4 21,1 21,7 12,0 59,6 56,955 a 64 17,3 10,5 8,5 5,0 49,1 47,665 y más 3,5 1,7 1,0 0,6 28,6 35,3Total 38,9 22,7 29,6 15,2 76,1 67,0Promedio edad 34,0 33,4 30,4 31,4

Fuente: EGM, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

22 Se miden comportamientos, no contenidos consumidos,lo que entrañaría un análisis cualitativo de los distintos va-lores de uso, aplicaciones y finalidades que abre unsoporte/medio tan diverso como es internet. En unos ca-sos, su uso puede quedar reducido al entretenimiento y lacomunicación interpersonal básica; en otros, estar comple-mentada por la búsqueda de información, el trabajo esco-lar, la investigación...

23 La comparación es pertinente, ya que, por tratarse de lasdos comunidades más pobladas y emplear en el análisislos datos del Estudio General de Medios, los márgenes de errorson aquí relativamente menores de los que se produciríanen el contraste de territorios demográficos más pequeños.

21. Prensa + revistas + internet en la dieta mediática diaria (2005)

Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

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La comparación de dos escenarios apa-rentemente muy contrastados, como sonCataluña y Andalucía, nos sirve para encontrar,en las prácticas de uso, claros matices deconvergencia o de menor desigualdad de loque reflejan otros consumos mediático-cul-turales en ambas comunidades.23 Mientrasque en Cataluña el 38,9 por ciento de la pobla-ción dice haber accedido a internet en el úl-timo mes, un porcentaje que supera a la me-

dia nacional (33,7), en Andalucía esa cifra se li-mita al 29,6 por ciento, esto es, algo más de lastres cuartas partes de la marca catalana. Estadiferencia es algo mayor, en términos relati-vos, entre aquellos usuarios que refieren unamayor habitualidad (“usuarios del día deayer”), que, si en Cataluña son el 22,7 porciento, cuatro puntos por encima de la me-dia española (18,1), en Andalucía se reducenal 15,2 por ciento.

El factor generacional en el desplieguede internet en España se aprecia en Cataluñay Andalucía de igual modo (tabla 23), ya que,a menor edad de los usuarios, también esmenor la desigualdad entre las dos comuni-dades. Mientras que las diferencias, por ejem-plo, entre catalanes y andaluces son muy acu-sadas en las franjas de edad que superan los35 años, ya que, en algunos tramos, los prime-ros duplican y hasta triplican a los segundos

en el uso de la red, esas distancias tan pro-fundas quedan por debajo del 20 por cientoentre los jóvenes menores de 25 años.

A este matiz de convergencia, vincula-do al hecho generacional, hay que añadirotros factores que descubren en Andalucía yCataluña escenarios que se autodefinen porsu lógica común. Así, en términos de clasessociales, esto es, en la comparación de seg-mentaciones que en una y otra comunidadtienen pesos demográficos distintos, se ob-serva una ventaja general de Cataluña, peroen esta comunidad y en la andaluza no sedan contrastes que indiquen una desigual-dad muy elevada (tabla 23). Incluso, la clasebaja aparece ligeramente mejor situada enAndalucía.

Resultados similares a los de la compa-ración de las clases sociales se reproducencuando se aplica el valor sociométrico de laformación. De nuevo, la situación de Catalu-ña es relativamente mejor (tabla 24), pero noexcesivamente. Incluso, entre los tituladosuniversitarios, el nivel de uso es ligeramen-te superior en Andalucía (85,8 por cientofrente al 84,8 de Cataluña).

I N T R O D U C C I Ó N 27 ÔLa huella es el mensaje Ô

24. Acceso a internet según clases sociales. Cataluña-Andalucía (2005)

Cataluña Andalucía Dif. Andalucía (Cataluña = 100)Clases sociales Último mes Ayer Último mes Ayer Último mes AyerAlta 74,2 49,5 69,0 41,3 93,0 83,4Media-alta 68,0 34,5 50,2 29,8 73,8 86,4Media 40,0 22,4 35,4 17,3 88,5 77,2Media-baja 19,5 10,4 18,2 8,0 93,3 76,9Baja 5,0 2,6 6,8 2,7 136,0 103,8

Fuente: EGM, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

25. Acceso a internet según formación. Cataluña-Andalucía (2005)

Cataluña Andalucía Dif. Andalucía (Cataluña = 100)Formación Último mes Ayer Último mes Ayer Último mes AyerSin estudios 1,9 1,0 1,5 0,5 78,9 50,0Cert. Escolar/Prim. 14,2 8,2 13,7 5,5 96,5 67,1EGB/B. Elemental 23,7 13,3 19,8 8,7 83,5 65,4BUP/COU/FP 54,8 31,3 50,9 26,9 92,9 85,9T. medio/Diplomatura 73,7 44,1 68,7 38,4 93,2 87,1Título superior 84,8 52,8 85,8 52,5 101,7 99,4

Fuente: EGM, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

26. Acceso a internet en provincias y capitales en el último mes.Contraste Cataluña-Andalucía (2005)

Provincias* Capitales Total Incremento(a) (b) provincial b/a

Barcelona 36,1 51,1 40,8 41,6Granada 21,3 48,6 29,2 128,2Lleida 37,4 45,8 40,0 22,5Girona 32,1 44,8 33,7 39,6Sevilla 27,6 43,3 33,8 56,9Huelva 20,2 41,6 26,8 105,9Málaga 25,6 40,3 31,6 57,4Tarragona 26,5 40,2 28,9 51,7Almería 25,9 39,8 30,0 53,7Jaén 17,0 38,9 21,5 128,8Cádiz 26,6 38,5 28,1 44,7Córdoba 21,6 35,6 27,4 64,8Comunidades autónomasCataluña 34,6 49,8 38,9 43,9Andalucía 24,2 41,3 29,8 70,7

* Excluidas las capitales.Fuente: EGM, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

El espacio urbano, la edad y la formación son factoresque describen la recepcióndel fenómeno de internet.En las ciudades y entre losjóvenes, el acceso a la red es más homogéneo.

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La edad y la formación aparecen comofactores de homogeneización de las prácti-cas de acceso a internet, al que hay que aña-dir un tercer factor: el hábitat. El espacio ur-bano sirve para encontrar nuevos signos deconvergencia entre ambas comunidades.Como se refleja en la tabla 25, en las capita-les catalanas, el consumo de internet es un28 por ciento superior al que se observa en elinterior de las provincias. Este factor de pre-ponderancia urbana es mucho más acusadoen Andalucía, donde el diferencial entre lascapitales y las provincias supera el 70 porciento. En el conjunto de las capitales catala-nas, el acceso a internet es del 49,8 por cien-to, porcentaje que, en las andaluzas, suponeel 41,3 por ciento. En el caso de Granada capi-tal, donde al factor urbano se añade una po-blación joven y universitaria con una fuerteincidencia demográfica, el nivel de acceso ainternet se sitúa inmediatamente despuésdel de Barcelona y por delante del resto de lascapitales catalanas. 24 Espacio urbano, edad yformación son, en esta etapa de asentamien-to de la red, factores que describen su desa-rrollo, no obstante, más lento en España queen el resto de Europa. En el interior de las pro-vincias, se acentúan los contrastes, de modoque el muy deprimido registro de la provin-cia de Jaén (17 por ciento) resulta ser 2,2 ve-ces inferior al de Lleida (37,4 por ciento).Mientras que el gap medio entre las capitalescatalanas y las andaluzas es de 8,5 puntos, eldiferencial provincial entre ambas comuni-dades, una vez excluidas las capitales, alcan-za los 10,4 puntos.

Estos mismos valores de convergencia re-lativa entre los distintos territorios españolesse aprecian también en la lectura de los dia-rios, en el consumo neto de información y en

otras prácticas mediático-culturales. Aunque,en el caso de los diarios, dichos indicadores es-tán más atenuados, se vuelve a observar, co-mo ocurre con el acceso a internet, que la lec-tura es notablemente menor en el interior delas provincias que en las capitales. Sin embar-go, el matiz de las clases sociales no parecetan determinante, de modo que el crecimien-to económico no conduce automáticamentea un cambio de hábitos, que podría estar másrelacionado con el desarrollo de prácticas cul-turales más homogéneas en el plano genera-cional. Las diferencias son acusadas, pero me-nos abiertas de lo que refieren los valores ge-nerales de lectura de prensa.

En los últimos diez años, el lento proce-so de convergencia entre el norte y el sur se de-be no tanto a la mejora de los indicadores enlos territorios meridionales como al relativodebilitamiento de los valores de lectura enel norte. En la tabla 27, se advierte la evolu-ción entre 1995 y 2005, periodo en el que losmedios en presencia han variado, consecuen-cia de la aparición de la prensa gratuita, yhan afectado a la tipología de la poblaciónlectora. En la segunda columna (A) de la ta-bla, se ofrecen datos de 2005 comparables alos de diez años atrás, ya que se han exclui-do los indicadores de los diarios gratuitos.Nueve comunidades autónomas, de las quecuatro partían de una situación muy favora-ble (País Vasco, Navarra, La Rioja y Baleares), dosque estaban en el rango intermedio (Catalu-

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27. Variación de la audiencia de la prensa diaria (1995-2005)

1995 2005 (A) 2005 (B)País Vasco 58,9 57,0 6 [4,2] 58,9 =Asturias 49,9 57,0 5 58,9 5Navarra 62,3 57,8 6 57,8 6Cantabria 51,5 52,2 5 52,2 5Madrid 37,8 38,6 5 [20,0] 48,7 5Cataluña 41,1 38,9 6 [12,5] 46,9 5

Galicia 40,5 44,7 5 [4,2] 46,0 5

Aragón 38,3 37,9 6 [10,6] 43,4 5

La Rioja 43,7 43,3 6 43,3 6

Baleares 46,1 41,8 6 [1,8] 42,9 6Castilla y León 40,6 41,9 5 [0,1] 41,9 5Canarias 40,3 40,3 = 40,3 =C. Valenciana 35,3 30,2 6 [4,3] 32,8 6Murcia 26,3 31,4 5 [1,3] 32,0 5Andalucía 28,9 27,8 6 [4,3] 30,4 5Extremadura 32,2 26,8 6 26,8 6Cast.-La Mancha 24,6 25,8 5 [1,2] 26,5 5Total España 38,1 37,2 6 41,1 5

(A) Total prensa de pago. (B) Total prensa diaria, incluida lagratuita. Entre corchetes, penetración de la prensa gratuita.Fuente:AIMC, Estudios General de Medios, acumuladofebrero-noviembre 1994 y octubre 2004-mayo 2005.Elaboración propia.

29. El género en los lectores de los diarios del norte y del sur (2005)

Diferencial de género Diarios Audiencia* Hombres (a) Mujeres (b) Diferen. b - aAlto (> 15) Sur 28,0 66,6 33,4 - 16,6

Levante 30,7 65,3 34,7 - 15,3Medio alto (10 a 15) Diario de Cádiz 29,0 64,9 35,1 - 14,9

Ideal 27,6 63,8 36,2 - 13,8La Verdad 28,0 63,3 36,7 - 13,3

La Voz de Galicia 48,2 61,3 38,7 - 11,3La Nueva España 55,0 60,8 39,2 - 10,8

Medio bajo (5 a 10) El Correo 55,3 55,2 44,8 - 6,8D. de Navarra 56,8 55,2 44,8 - 5,2

Bajo (< 5) El D. Montañés 47,9 54,3 45,7 - 4,3Media info. general 43,0 53,1 45,9 - 7,2

* De los diarios de información general en la provincia donde se editan.Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

28. Media de edad de los lectores de los diarios líderes en el norte y en elsur de España (2005)

Tramos de edad Diarios Edad mediaMás de 45 años La Nueva España 46,2

El Correo 45,6Entre 42 y 45 años El D. Montañés 45,0

Diario de Navarra 44,9La Voz de Galicia 43,2

Levante 43,2Sur 43,1

Ideal 42,6Entre 40 y 42 años La Verdad 41,7

Diario de Cádiz 40,9Media info. general 43,0

Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, acumuladooctubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

24 Este factor joven y urbano tal vez explique el elevado con-sumo de la edición digital del diario Ideal de Granada, con30.820 usuarios únicos, según el registro de la OJD de sep-tiembre de 2005, valor que sitúa a Ideal en la octava posiciónde España en el ranking de ediciones digitales de diariosimpresos sujetas al referido control, la cuarta fuera de losde Madrid y Barcelona.

En las capitales y entre las nuevas generaciones,se advierten síntomas deconvergencia en los hábitos de lectura de las distintascomunidades autónomas.

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ña y Aragón) y otras tres, entre las peor situa-das (Comunidad Valenciana, Andalucía yExtremadura), redujeron los niveles de lectu-ra, siendo el más acusado el de uno de los te-rritorios más rezagados, Extremadura, queha pasado de una población lectora del 32,2por ciento al 26,8.25 En el conjunto nacional,la caída es de nueve décimas, y la audiencia dela prensa se sitúa en el 37,2 por ciento de lapoblación. Estos datos, como se ha señalado,no incluyen los lectores de los diarios gratui-tos, que han alcanzando en las grandes ciuda-des una penetración muy elevada.

En Madrid y Barcelona, a cuyas pobla-ciones se dirigen estas ediciones desde hacemás tiempo, los porcentajes de lectores se si-

túan en el 20 y el 12,5 por ciento, respectiva-mente, del conjunto de los habitantes de lascomunidades en las que se insertan. En el ca-so de la comunidad autónoma de Madrid, laaudiencia de la prensa ha pasado del 37,8 porciento, en 1995, al 48,7, en 2004, con un in-cremento de 10,9 puntos. En Cataluña, el va-lor negativo en la audiencia de los diarios depago se convierte, al sumar la prensa gratui-ta, en un crecimiento de 5,8 puntos, con loque la población lectora pasa, en el periodoconsiderado, del 41,1 al 46,5 por ciento.Considerando el valor conjunto de todo tipode diarios (columna B de la tabla 27), el porcen-taje de lectores creció en España durante losúltimos diez años, pese al fuerte incremen-to del referente poblacional, en tres puntos,y se sitúa en el 41,1 por ciento.26

Los extremos interterritoriales de 1995,marcados por Castilla-La Mancha y Navarra,24,6 y 62,3 por ciento, respectivamente, sehan recortado en más de cinco puntos en2005, entre el 26,5 por ciento de Castilla-LaMancha y el 58,9 del País Vasco. No obstan-te, estas profundas diferencias encuentranindicios explicativos en la evolución de laspautas de conducta generacionales y urba-nas, de acuerdo con una lógica no muy dis-tinta a la observada con los perfiles sociode-mográficos de los usuarios de internet.

La convergencia generacional se apre-cia en los promedios de edad de los lectores

de los diarios, más bajos en los del sur (lamedia de edad del lector de Diario de Cádizes cinco años inferior a la del de La NuevaEspaña de Oviedo), como se ve en la tabla 28.Sin embargo, los bajos consumos generalesdel sur repercuten en el perfil de sus lecto-res, donde se acentúa la diferencia de géne-ro de manera notable (tabla 29). Así, entredos diarios de un mismo grupo editor, convalores de agenda similares, las diferenciasson notables. La preponderancia masculinaentre los lectores de Sur de Málaga (66,6 porciento), de menor penetración demográfica—con Ideal y La Verdad— sobre su territorionatural entre los diarios seleccionados, se re-duce en más de 12 puntos en El Diario Mon-tañés de Santander (54,3).

En las regiones con hábitos de lecturamás bajos, se aprecia entre los jóvenes unamayor actividad en el acercamiento al me-dio prensa que entre sus mayores. En la ta-bla 30, se comparan las audiencias de los dia-rios en dos tramos de edad extremos, 20 a24 y 65 y más años, y se advierte:

a) Que las diferencias entre los porcentajesde lectura de los mayores en el territoriomás rezagado (Castilla-La Mancha) y elmás evolucionado (País Vasco) es de 35,9puntos, 3,7 veces superior en el caso dela comunidad norteña. Sin embargo, losextremos entre la población más joven(20 a 24 años) se reducen sensiblementey la relación entre ambos cae a 1,6.

b) En todos los casos, el componente lec-tor joven supera al de más edad, inclu-so en el País Vasco, mucho más iguala-do por la fuerte tradición en los consu-mos de prensa de esta comunidad. Enlos territorios con una historia pobre enlectura, se aprecian claros contrastes en-tre las edades de entrada y salida en elmedio.

c) En la radiografía que proyecta la tabla30, destaca también una tendencia auna mayor homogeneidad en los valo-

I N T R O D U C C I Ó N 29 ÔLa huella es el mensaje Ô

30. Diferenciales significativos en la lectura de la prensa. Jóvenes vs. mayores (2005)

Jóvenes vs. tercera edad20 a 24 años 65 y más años Dif. (%)

Andalucía 35,8 17,8 101,1Canarias 44,3 27,3 62,3Castilla y León 53,3 23,4 127,8Castilla-La Mancha 34,0 13,4 153,7Cataluña 53,2 31,7 67,8C. Valenciana 35,1 22,3 57,4Galicia 54,4 21,5 153,0Madrid 49,2 35,8 37,4País Vasco 52,3 49,3 6,1Total España* 44,5 27,1 64,2

*Incluye las comunidades consideradas en la tabla y las restantes del país, de las que no se poseen datosdesagregados.Fuente:AIMC, Estudios General de Medios, acumuladooctubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

31. Diferenciales en la lectura de la prensa.Capitales vs. provincias

Provincias vs. capitales de provinciaCapitales Provincias* Dif. (%)

Andalucía 41,8 25,2 65,9Canarias 47,0 37,2 26,3Castilla y León 47,3 37,8 25,1Castilla-La Mancha 42,3 21,9 93,2Cataluña 58,6 41,0 42,9C. Valenciana 41,6 29,3 42,0Galicia 61,5 42,4 45,0Madrid 52,9 48,7 8,6País Vasco 62,4 43,7 42,8

* Excluidas las capitales.**Incluye las comunidades consideradas en la tabla y las res-tantes del país, de las que no se poseen datos desagregados.Fuente:AIMC, Estudios General de Medios, acumuladooctubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

32. Diferenciales significativos en la lectura de la prensa. Comunidadesdeprimidas* (capitales/provincias)

Capital (a) Provincia** (b) Incr. a/bCádiz 59,0 29,0 103,4Ciudad Real 54,0 21,8 147,7Cuenca 45,6 15,3 198,0Sevilla 45,3 29,3 54,6Alicante 43,1 29,7 68,9Toledo 42,6 24,0 77,5Valencia 42,4 30,1 40,9Granada 41,5 27,0 53,7Málaga 40,8 26,1 56,3Albacete 38,8 17,9 116,8Córdoba 37,2 25,5 45,9Huelva 37,2 18,8 97,9Guadalajara 37,1 29,8 24,5Almería 36,1 19,9 81,4Castellón 34,9 25,5 36,9Jaén 34,4 12,6 173,0

* No se poseen datos desagregados de Extremadura y Murcia,que deberían figurar entre las zonas de más baja lectura.** Excluidas las capitales.Fuente:AIMC, Estudios General de Medios, acumuladooctubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

25 El Gobierno de Extremadura promueve la creación de una te-levisión pública autonómica, en una comunidad ya domina-da por los consumos audiovisuales, con escaso desarrollomultimedia en la dieta mediático-cultural de su población.Asimismo, hay también nuevas iniciativas audiovisualesautonómicas en Aragón, Asturias y Baleares, comunidadescon sistemas mediáticos muy diferentes del extremeño.

26 La suma de los lectores de los diarios gratuitos y de pagoes inferior al total, ya que en esta cifra se contemplan lasduplicaciones en el consumo de los medios.

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res de la zona septentrional del país,siempre por encima del 50 por cientoentre los jóvenes, de ocho a diez puntossuperior a la media nacional.También enel sur se aprecia esa tendencia a lahomogeneidad de las distintas autono-mías, con valores entre ocho y diez pun-tos por debajo de la media del país. Entrela población joven, Andalucía supera a laComunidad Valenciana, que registra unode los empobrecimientos más acusadosen la evolución del medio.27

Las diferencias significativas entre elnorte y el sur no desaparecen, pero son másreducidas en las poblaciones más jóvenes.También se observan factores de convergen-cia en el espacio urbano. La tabla 31 recogelas diferencias de hábitos entre las capitalesy el interior de las provincias, que lleva a lascapitales de la Comunidad Valenciana al últi-mo rango entre las analizadas, por detrás delas de Castilla-La Mancha y Andalucía.

Los máximos contrastes entre las capita-les y el interior se dan en Castilla-La Mancha,donde la lectura de los capitalinos es un 93,2 porciento superior, y en Andalucía, con un 65,9

más en el escenario urbano. Madrid es la co-munidad más homogénea en el conjunto desu territorio, con un diferencia en porcentajede lectura entre la capital y la periferia de só-lo un 8,6 por ciento a favor de la primera.

Si se lleva el análisis al plano de las pro-vincias en las regiones más deprimidas (ta-bla 32), se encuentran nuevos contrastes.Cádiz (59 por ciento) y Ciudad Real (54,0) sor-prenden por los altos valores de lectura enuna clasificación que cierra Jaén capital, don-de la audiencia de los diarios cae al 34,4 porciento y desciende a límites propios de laszonas subdesarrolladas en la provincia, consólo un 12,6 por ciento de lectores.28 Valoresmuy bajos se registran también en el inte-rior de las provincias de Cuenca (15,3), Alba-cete (17,9), Huelva (18,8) y Almería (19,9).

Asimisno, hay un reflejo de estos facto-res generacionales de convergencia relativaen el consumo de la televisión, que, si entre

los jóvenes siempre ha sido sensiblementemenor que la media de exposición general delas audiencias al medio, ha decrecido nota-blemente en la última década, con especialintensidad en los cuatro pasados años, tal co-mo se aprecia en los cuadros 33 y 34. Aunque,en 2004, se registró el valor más alto en elconsumo de televisión desde que existe me-moria estadística homologada, con 218 minu-tos, el tiempo de exposición de los adolescen-tes y los jóvenes (de 13 a 24 años) cayó al pun-to más bajo, con una distancia respecto a lamedia de 74 minutos y un decrecimiento enel diferencial del 54,2 por ciento, equivalentea un descenso real de la audiencia del 13,3 porciento. Mientras que el consumo general detelevisión entre la población de 45 a 64 añosha aumentado en 15 minutos diarios desde1996, entre los adolescentes y los jóvenes de13 a 24 años, la caída ha sido de 22 minutos aldía en el mismo periodo.

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33. Tiempo en minutos de exposición a la televisión, según edades (1996-2004)

Edades 1996 2004 Diferencia % diferencia4 a 12 159 151 - 8 - 5,013 a 24 166 144 - 22 - 13,325 a 44 195 195 0 0,045 a 64 244 259 15 6,165 y más 302 310 8 2,6Total 214 218 4 1,9

Fuente: TNS, Anuarios de audiencias (1996 y 2004). Elaboración propia.

34. Evolución del tiempo de exposición a la televisión entre los adolescentes y los jóvenesde 13 a 24 años (1966-2004)

1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 96-0413-24 años (a) 166 156 153 155 153 150 151 143 144 - 22Media (b) 214 209 210 213 210 208 211 213 218 + 4Dif. a - b 48 53 57 58 57 58 60 70 74 54,2%

Fuente: TNS, Anuarios de audiencias (1996 a 2004). Elaboración propia.

35. Televisiones autonómicas. Audiencia, según clases sociales (2004).

C. Sur TV3 ETB2 TVG Telemadrid Canal 9 TV Cana. CMTAlta-Media alta (a) 12,4 6 25,9 5 17,2 5 14,1 6 14,7 6 14,4 6 10,0 6 8,3 6Media (b) 16,0 6 20,0 5 17,1 = 16,0 6 15,7 5 15,1 6 10,5 6 10,3 6Baja-Media baja (c) 24,2 5 16,8 6 17,0 6 21,1 5 13,2 6 20,1 5 11,5 5 13,4 5Audiencia media 19,2 19,9 17,1 17,4 14,9 17,0 10,7 11,6 Indicador a-b+c 4,2 29,1 17,6 9,0 17,2 9,4 9,0 5,2

6Valor inferior al medio. 5Valor superior al medio. = Valor similar al medio.Fuente: TNS, Anuario de las Audiencias de Televisión 2004, Madrid 2005. Elaboración propia.

27 Entre 1995 y 2005, la población lectora de la ComunidadValenciana ha pasado del 35,3 por ciento al 30,2, valor que re-punta hasta el 32,8 por ciento si se tiene en cuenta el con-sumo de la prensa gratuita.

28 A partir del reparto de la audiencia entre la capital y la pro-vincia de Jaén, se puede estimar que el índice de difusiónde la prensa, que es del 42,8 por mil habitantes para el con-junto provincial, desciende en el interior de la demarcacióna menos de 15 ejemplares por mil habitantes. Es general-mente aceptado, como umbral del desarrollo en materiade circulación de prensa, el índice 100 copias por mil habi-tantes.

La exposición al mediotelevisión, entre los jóvenesde 13 a 24 años, ha decrecidode forma acusada en losúltimos diez años, con unacaída del 13,3 por ciento.

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La paradoja autonómica

Los contrastes en los productos mediático-culturales del norte y del sur de España, quese detallan en el amplio repertorio estadís-tico de este informe, Medios de Comunica-ción/Tendencias 2006, llevan a sugerir la ne-cesidad de plantear la corrección, como ob-jetivo de las políticas públicas, de aquellosdéficit mediático-culturales que pudieranentrañar procesos degradados de acceso a lainformación y el conocimiento, o distintashabilitaciones para el disfrute óptimo de lasoportunidades multimedia que surgen en elumbral de las nuevas formas de modernidadsocial y cultural.

Cuando se observa, a través del sharemultimedia, la distinta riqueza y diversidaden los nutrientes que componen las dietasmediáticas y cómo a menor diversidad de laamalgama multimedia disminuyen los valo-res informativos —baja difusión de la prensaen los contenidos de las regiones meridiona-les, por ejemplo—, en favor del entreteni-miento y del espectáculo, surgen algunos in-terrogantes.

Cabría pensar que, en estos territorios,donde se acentúan los desequilibrios en losconsumos de información, pero que padecentambién las consecuencias de una deudahistórica cultural y de modernidad, los me-dios públicos deberían estar llamados a pa-liar, en la medida de lo posible, dicho déficit.Del mismo modo que, en las comunidadesdel norte, las televisiones autonómicas hancumplido y cumplen un papel de normaliza-ción lingüística, en otras zonas, tal vez, debe-rían haberse trazado estrategias de norma-lización o convergencia en los ámbitos de lamodernización y la cultura. Para ello, hubiesesido preciso elevar el código mediático de loscontenidos, esto es, modificar los valores em-pobrecidos de los que se nutren sus audien-cias más rezagadas, que son la fachada cul-tural de la ciudadanía y expresión del espa-cio público de las comunidades autónomas.

Así como, en los campos de la prensadiaria e internet, la comparación entre Cata-luña y Andalucía ofrecía signos de conver-gencia, especialmente en las áreas urbanasy en los segmentos generacionales más jó-venes, cuando se contrastan los perfiles delas audiencias de las televisiones autonómi-cas, los resultados son muy distintos. Debetenerse en cuenta que el audiovisual auto-nómico es el único que está sujeto a las polí-ticas mediáticas de proximidad y aparece co-mo una extensión pública de los proyectosde los Gobiernos territoriales.

En el caso de TV3, se ofrecen unos con-tenidos a través de su primera cadena gene-ralista que interesan a un público cuyo perfilmejora los valores sociológicos de la comuni-dad catalana. Teniendo en cuenta el carácter

universal de los consumos de la televisión yque la mayor exposición corresponde a lasclases socio-culturales menos favorecidas, elperfil de TV3 parece revelar que la televisiónautonómica ofrece contenidos con un valorrelativo de calidad, probablemente más cer-canos al concepto de servicio público —leja-nía con la televisión más degradada—. Comose observa en el cuadro 35, la emisora catala-na acentúa su proyección a través de las cla-ses alta, media-alta y media, mientras que lafortaleza de Canal Sur se advierte en las clasesmedia-baja y baja, fenómeno que se repite,con menor intensidad en las televisiones pú-blicas de Castilla-La Mancha, Galicia, Canariasy Comunidad Valenciana. Si, en la televisiónautonómica de Cataluña, la audiencia de lasclases más desfavorecidas es del 16,8 porciento, por debajo de la media de audienciade TV3 (19,9), en Canal Sur desborda el valormedio andaluz (19,2) en cinco puntos y alcan-za el 24,2 por ciento, que marca un valor ex-tremo en el conjunto de las televisiones au-tonómicas.

Esta observación, destinada a hacer infe-rencias acerca de la calidad de la ofertaaudiovisual pública, se ve también en la ta-bla 36, que refleja la desviación del factor cla-se social en las televisiones autonómicas res-pecto a su referente poblacional en las dis-tintas comunidades. Llama la atención elrelieve que adquiere la diferencia entre la au-diencia de las clases más desfavorecidas enCanal Sur y su referente de población, que seeleva a 16,7 puntos. El signo contrario de larealidad catalana, donde las clases mejor do-tadas son sobreconsumidoras de TV3. El per-fil de la audiencia de Canal Sur se repite, conuna desviación menor, en la ComunidadValenciana y Castilla-La Mancha, y aún esmás reducida en Galicia.

El contraste entre Canal Sur y TV3 vuel-ve a ponerse de manifiesto en los valores po-tenciales de modernización que ofrece el sis-tema público de televisión, ya que, en un te-rritorio con mayor déficit mediático-cultural,como es Andalucía, la televisión no pareceseguir la dirección de convergencia que seapreció en internet y en la prensa diaria,marcada por la mayor similitud entre losconsumos de las generaciones más jóvenesy de las áreas urbanas. Otro hecho diferen-cial, generalizable al conjunto del sistema demedios andaluz, es el del menor consumo deinformación, que, en este caso, se manifies-ta en la audiencia más baja de los noticiariosde la televisión pública andaluza respecto a

I N T R O D U C C I Ó N 31 ÔLa huella es el mensaje Ô

36. Desviación del valor de audiencia,según clases sociales, respecto de sureferente de pobación (2005)

Canal Alta-media alta Media Media baja-bajaCanal Sur - 8,6 - 8,1 + 16,7TV3 + 3,4 - 1,8 - 1,6Telemadrid - 6,6 + 5,9 - 0,3Canal 9 - 4,4 - 7,0 + 11,4TVG - 4,6 - 3,4 + 8,0ETB 2 - 0,8 - 2,5 + 3,4CMT - 6,8 - 4,5 + 11,2TV Canarias - 4,6 - 0,4 + 4,9

Fuente: TNS, Anuario de Audiencias de Televisión 2004,Madrid, 2005. Elaboración propia.

37. Audiencia media de los informativosen las cadenas autonómicas (2004)

Mediodía (a) Tarde/Noche (b) Total a+bTV3 8,9 8,0 16,9ETB2 6,5 7,0 13,5Canal 9 6,1 5,4 11,5TVG 6,5 4,0 10,5Canal Sur 4,8 5,5 10,3Telemadrid 4,2 3,7 7,9

Fuente: Sofres/TNS, Anuario de Audiencias de Televisión2004, Madrid, 2005. Elaboración propia.

El perfil del público de la televisión andaluza noconverge con el de la catalana,al contrario de lo que sucedecon internet y la prensa en las áreas urbanas y entrelos jóvenes.

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la catalana, de modo que los 16,9 puntos TV3para los informativos de referencia se redu-cen a 10,3 en Canal Sur (cuadro 37).

Canal Sur, la televisión pública de la co-munidad más poblada de España, ha incre-mentado su audiencia en los últimos años,al tiempo que lo ha hecho su segundo canal(Canal 2 Andalucía). La estrategia de creci-miento se ha basado en la captación de unpúblico cada vez menos joven, con menos re-cursos económicos y preferentemente no ur-bano, estrechamente relacionado con el tipode códigos mediáticos que describen susprogramas populares de mayor audiencia.En la tabla 38, se ve claramente esa progre-siva evolución, que, en 2004, muestra que el64,7 por ciento de su audiencia tiene más de45 años (el 29,8 supera los 65); las clases me-dia-baja y baja constituyen el 58,7 por cien-to de su público y los municipios menores de50.000 habitantes nutren el 58,9 por ciento

de la audiencia. Esta menor incidencia urba-na se aprecia más claramente, si cabe, en elgráfico 39, con datos del EGM de 2005, don-de se discrimina entre el consumo en la ca-pital de la provincia y en el interior de ésta.Salvo en Almería, donde la audiencia de lacapital supera a la del resto de la provincia,en todas las demarcaciones Canal Sur tieneuna sedimentación mediático-cultural me-nos acentuada en las capitales, que quedanmás lejos de los valores medios de audien-cia en los casos de Granada, Málaga y Cádiz.En la provincia de Jaén, con un endémico re-zago en el hábito de lectura, el más deprimi-do de España, Canal Sur tiene una presenciadominante en los valores de la recepción au-diovisual. En Cádiz y Málaga, tanto en las ca-pitales como en el interior de las provincias,las audiencias de la televisión autonómicaaparecen por debajo de los valores mediosque se registran en la comunidad.

El SMD de las comunidades autónomas

Las diferencias entre las prácticas sociales denaturaleza mediático-cultural de las distin-tas comunidades autónomas de España seanalizan desde una nueva óptica (tabla 41),que permite un acercamiento a los valorestemporales de exposición a los medios.

Desde el punto de vista cuantitativo,Andalucía se revela como el territorio dondese dedica el mayor tiempo al consumo de losmedios, con un valor diario de 389 minutos,esto es, seis horas y media. La marca andalu-za no puede calificarse, sin embargo, de ex-traordinaria, por cuanto Madrid, La Rioja yPaís Vasco muestran cifras muy cercanas, de

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40. Tiempo mediático diario (2005)

Comunidades autónomas Tiempo(mm/ss)Andalucía 389:29Madrid 385:39La Rioja 384:09País Vasco 384:01Asturias 377:09Cataluña 376:22Aragón 373:43Baleares 373:34Castilla y León 372:35Extremadura 369:15Comunidad Valenciana 369:03Media nacional 368:56Castilla-La Mancha 367:13Cantabria 366:51Canarias 353:43Murcia 347:51Navarra 342:41Galicia 312:03

Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

39. Distribución territorial de la audiencia de Canal Sur (2005)

Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

38. Evolución del perfil de la audiencia de Canal Sur (1996-2004)

1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004RP CA RP CA RP CA RP CA RP CA RP CA RP CA RP CA RP CA

Edades4-15 años 17,7 13,7 17,0 12,0 16,6 10,5 16,3 10,3 17,2 8,8 16,6 7,5 16,6 7,8 14,9 7,5 14,8 7,716-29 25,5 17,0 25,5 15,7 25,1 15,3 24,8 14,7 25,6 14,1 25,0 14,5 25,0 14,1 23,6 12,2 23,5 12,230-44 22,4 21,1 22,8 22,3 23,2 21,6 23,5 20,4 22,4 19,3 23,1 18,4 23,1 17,1 24,8 16,9 24,9 15,445 y más 34,4 48,3 34,6 50,0 35,0 53,4 35,4 54,6 34,8 57,9 35,3 59,5 35,3 61,0 36,7 63,4 36,8 64,7

Clases socialesAlta-m. alta 16,8 13,9 16,9 11,9 17,9 10,6 18,1 10,6 18,4 10,6 19,3 10,6 18,0 10,2 18,3 10,4 19,6 11,0Media 34,5 32,0 34,5 32,1 34,1 33,8 34,8 34,4 35,7 33,2 35,5 31,5 37,4 28,8 38,4 30,6 38.4 30,3Baja-m. baja 48,7 54,1 48,6 55,9 48,0 55,6 47,1 55,0 45,9 56,1 45,2 58,0 44,6 60,9 43,3 59,1 42,0 58,7

Hábitat- 50.000 hab. 53,2 54,6 53,2 54,0 53,2 54,0 53,2 54,2 53,2 54,7 52,8 53,6 53,8 56,2 52,8 56,9 52,8 58,9+ 50.000 hab. 46,8 45,4 46,8 46,0 46,8 46,0 46,8 45,8 46,8 45,3 47,2 46,4 46,2 43,8 47,2 43,1 47,2 41,1Audiencia media

16,3 19,7 19,5 18,8 17,8 17,3 17,2 17,9 19,2

RP = referente de población. CA = cuota de audiencia.Fuente: TNS, Anuario de las Audiencias de Televisión, años 1996 a 2004. Elaboración propia.

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las que no se separan en exceso otras cincocomunidades —Asturias, Cataluña, Aragón,Baleares y Castilla y León—. A más de 20 mi-nutos por debajo de Andalucía, figuran lasnueve restantes, siendo Galicia la que mues-tra el valor de exposición menor, algo más dehora y cuarto inferior al de Andalucía, con 312minutos diarios.

Este dato global, con ser importante, nolo es tanto como el que sugiere el reparto deese tiempo, esto es, la proporción de losdistintos ingredientes que integran la dietamediático-cultural. En el norte del país, apa-recen los consumos de televisión relativa-

mente más bajos, pero también los más com-plementados por el tiempo empleado enotros medios, mientras que, en las comuni-dades del sur, es mayor el predominio de latelevisión. En Extremadura y Castilla-LaMancha, la televisión supone más del 65 porciento del tiempo dedicado a los medios; en-tre el 65 y el 60 por ciento, aparecen Andalu-cía (63,4), Comunidad Valenciana (61,5),Baleares (61,0), Galicia (60,9), Aragón (60,5)y Castilla y León (60,4). El componente au-diovisual disminuye en el resto del país ymuestra los valores más bajos en el área cán-tabro-vasco-navarra, así como en Madrid. Enel País Vasco, por ejemplo, la cuota de la te-levisión (51,8) es 14 puntos inferior a la deExtremadura (65,8), mientras que la suma delos tiempos dedicados a los soportes impre-sos más internet, que en la comunidad norte-ña supone el 13,9 por ciento del total, enExtremadura desciende al 5,9.

I N T R O D U C C I Ó N 33 ÔLa huella es el mensaje Ô

41. ‘Share’ multimedia diario (2005)Diarios Suplementos Revistas Radio Televisión Internet Total

AndalucíaAudiencia (%) 30,4 18,8 48,3 56,4 91,5 15,2Consumo per cápita (mm/ss)* 07:23 00:47 00:59 111:44 247:00 21:35 389:28Share multimedia diario 1,9 0,2 0,2 28,7 63,4 5,5 100,0

AragónAudiencia (%) 43,4 36,2 56,9 54,2 88,1 19,1Consumo per cápita (mm/ss)* 10:33 01:31 01:10 107:22 226:00 27:07 373:43Share multimedia diario 2,8 0,4 0,3 28,7 60,5 7,3 100,0

AsturiasAudiencia (%) 58,0 42,2 60,5 58,3 89,0 16,6Consumo per cápita (mm/ss)* 14:05 01:46 01:15 115:29 221:00 23:34 377:09Share multimedia diario 3,7 0,5 0,3 30,6 58,6 6,3 100.0

BalearesAudiencia (%) 42,9 28,0 62,6 51,5 87,6 21,6Consumo per cápita (mm/ss)* 10:25 01:10 01:18 102:01 228:00 30:40 373:34Share multimedia diario 2,8 0,3 0,4 27,3 61,0 8,2 100,0

CanariasAudiencia (%) 40,3 16,8 61,4 54,8 85,8 17,9Consumo per cápita (mm/ss)* 09:47 00:42 01:15 108:34 208:00 25:25 353:43Share multimedia diario 2,8 0,2 0,4 30,7 58,8 7,2 100,0

CantabriaAudiencia (%) 52,2 47,5 53,5 64,1 83,7 21,9Consumo per cápita (mm/ss)* 12:41 01:59 01:06 126:59 193:00 31:06 366:51Share multimedia diario 3,5 0,5 0,3 34,6 52,6 8,5 100,0

Castilla y LeónAudiencia (%) 41,9 33.4 54,4 58,3 89,7 13,6Consumo per cápita (mm/ss)* 10:10 01:24 01:13 115:29 225:00 19:19 372:35Share multimedia diario 2,7 0,4 0,3 31,0 60,4 5,2 100,0

Castilla-La ManchaAudiencia (%) 26,5 16,1 48,3 51,4 93,2 12,2Consumo per cápita* 06:26 00:40 00:59 101:49 240:00 17:19 367:13Share multimedia diario 1,7 0,2 0,3 27,7 65,4 4,7 100,0

CataluñaAudiencia (%) 46,0 28,8 59,5 57,3 88,5 22,7Consumo per cápita* 11:11 01:12 01:14 113:31 217:00 32:14 376:22Share multimedia diario 3,0 0,3 0,3 30,2 57,7 8,6 100,0

Comunidad ValencianaAudiencia (%) 32,8 22,0 53,6 53,9 87,7 17,8Consumo per cápita (mm/ss)* 07:58 00:55 01:06 106:47 227:00 25:17 369:03Share multimedia diario 2,2 0,2 0,3 28,9 61,5 6,9 100,0

ExtremaduraAudiencia (%) 26,8 20,6 45,2 52,8 92,8 9,4Consumo per cápita (mm/ss)* 06:30 00:52 00:56 104:36 243:00 13:21 369:15Share multimedia diario 1,8 0,2 0,3 28,3 65,8 3,6 100,0

GaliciaAudiencia (%) 46,0 34,0 48,4 50,4 87,4 12,4Consumo per cápita (mm/ss)* 11:11 01:25 01:00 99:50 190:00 17:37 312:03Share multimedia diario 3,6 0,5 0,3 32,0 60,9 5,7 100,0

MadridAudiencia (%) 48,7 34,8 63,3 61,3 87,6 25,8Consumo per cápita (mm/ss)* 11:50 01:27 01:18 121:26 213:00 36:38 385:39Share multimedia diario 3,1 0,4 0,3 31,4 55,1 9,5 100,0

MurciaAudiencia (%) 32,0 24,8 50,8 57,6 88,1 16,8Consumo per cápita (mm/ss)* 07:47 01:02 01:03 114:07 200:00 23:52 347:51Share multimedia diario 2,2 0,3 0,3 32,8 57,5 6,9 100,0

NavarraAudiencia (%) 57,8 50,7 52,1 53,4 85,9 19,5Consumo per cápita (mm/ss)* 14:03 02:06 01:04 105:47 192:00 27:41 342:41Share multimedia diario 4,1 0,6 0,3 30,8 55,9 8,1 100,0

País VascoAudiencia (%) 58,9 54,3 54,2 66,4 88,8 25,2Consumo per cápita (mm/ss)* 14:19 02:16 01:07 131:32 199:00 35:47 384:01Share multimedia diario 3,7 0,6 0,3 34,3 51,8 9,3 100,0

La RiojaAudiencia (%) 43,3 40,4 57,4 58,8 92,1 17,8Consumo per cápita (mm/ss)* 10:31 01:41 01:11 116:29 229:00 25:17 384:09Share multimedia diario 2,7 0,4 0,3 30,3 59,6 6,6 100,0Total ESPAÑAAudiencia (%) 41,3 28,9 55,0 56,4 89,9 18,8Consumo per cápita (mm/ss)* 09:59 01:12 01:18 108:48 221:00 26:42 368:49Share multimedia diario 2,6 0,3 0,3 29,5 59,9 7,2 100,0

*En suplementos y revistas, el tiempo de lectura (semanal, quincenal o mensual) se traduce a valores diarios. Para in-ternet, consumo habitual (en el día anterior).Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

En el norte, aparecen losconsumos de televisiónrelativamente más bajos,pero también los máscomplementados por el tiempo dedicado a otrosmedios.

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El share multimedia de las comunida-des autónomas, calculado a partir de los da-tos del EGM, da una visión cuantitativa dela temporalidad de los consumos, pero no

permite descender al plano real de los conte-nidos, esto es, a la naturaleza de éstos, co-mo sería, por ejemplo, discriminar maticessobre los nutrientes mediático-culturales o

acerca del mayor o menor grado de orienta-ción hacia la información de actualidad y elentretenimiento en los valores de uso de losmedios.

Cabe suponer que esos matices, con serreales y previsibles en las hipótesis de tra-bajo (consumos más enriquecidos en el nor-te del país), no ofrecen contrastes diferen-ciales tan acusados como los que se marcanen los análisis comparados de las nacioneseuropeas. La televisión, por su consumo ma-sivo, que en las 17 comunidades autónomasocupa más de la mitad del tiempo mediáti-co, tiene una irradiación nacional y está tra-zada por un mismo modelo, que es el quereproducen también, en términos genera-les, las televisiones autonómicas. La ofertadel modelo es determinante en el desarro-llo de hábitos, modas, preferencias y, consi-guientemente, en las prácticas reales delconsumo. Los contrastes internacionalesarrojan mayores diferencias, en la medidaque los sistemas se autodefinen por la na-turaleza de su oferta, la proyección culturalde sus mecanismos de regulación audiovi-sual, la orientación general del sistema demedios, etcétera.

Dentro de un panorama sin excesivoscontrastes en los valores genéricos de la ofer-ta, como es el que se da en el conjunto de lascomunidades autónomas, las posibles seg-mentaciones diferenciales pueden hallarseen la mayor o menor polarización de los pú-

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43. La prensa diaria en la dieta mediática (2005)

Comunidades autónomas Cuota *Navarra 4,1País Vasco 3,7Asturias 3,7Galicia 3,6Cantabria 3,5Madrid 3,1Cataluña 3,0Aragón 2,8Baleares 2,8Canarias 2,8La Rioja 2,7Media nacional 2,7Castilla y León 2,7Murcia 2,2Comunidad Valenciana 2,2Andalucía 1,9Extremadura 1,8Castilla-La Mancha 1,7

* Porcentaje del tiempo mediático total de la comunidad.Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

44. La TV en la dieta mediática (2005)

Comunidades autónomas Cuota *Extremadura 65,8Castilla-La Mancha 65,4Andalucía 63,4Comunidad Valenciana 61,5Baleares 61,0Galicia 60,9Aragón 60,5Castilla y León 60,4Media nacional 59,9La Rioja 59,6Canarias 58,8Asturias 58,6Cataluña 57,7Murcia 57,5Navarra 55,9Madrid 55,1Cantabria 52,6País Vasco 51,8

* Porcentaje del tiempo mediático total de la comunidad.Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

45. La radio en la dieta mediática (2005)

Comunidades autónomas Cuota *Cantabria 34,6País Vasco 34,3Murcia 32,8Galicia 32,0Madrid 31,4Castilla y León 31,0Navarra 30,8Canarias 30,7Asturias 30,6La Rioja 30,3Cataluña 30,2Media nacional 29,5Comunidad Valenciana 28,9Andalucía 28,7Aragón 28,7Extremadura 28,3Castilla-La Mancha 27,7Baleares 27,3

* Porcentaje del tiempo mediático total de la comunidad.Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

42. Escenarios contrastados en la dieta mediática

Fuente:AIMC/EGM, octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

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blicos ante las pequeñas variaciones de unaoferta de programas muy homogénea. Perola verdadera diferencia la marca el grado dediversificación multimedia de la dieta, quepermite la complementariedad y el contras-te, y una menor dependencia del discursomás homogéneo de la televisión. Así, en la ta-bla 47, se segrega el tiempo dedicado a la te-levisión del total ocupado por los medios, loque permite ver el grado de complementa-riedad y la diversidad de los nutrientes.Mientras que, en el País Vasco, la no-televi-sión supone un 48,2 por ciento en la dietamediático-cultural, en Extremadura, esecomponente desciende al 34,2 por ciento. Engeneral, se reproducen los ya repetidos ma-tices diferenciales entre las regiones del nor-te y del sur, con la excepción de Murcia, cuyaposición está reforzada por el tiempo de laradio, en el que predominan aquí las progra-maciones musicales.

A los valores ya conocidos, que refierenunos índices de lectura mucho más ampliosen las comunidades del norte, se añade unajerarquización de los consumos de internet,aunque aquí las diferencias parecen deber-se no sólo a causas culturales, sino a otrasde naturaleza económica, como se pone demanifiesto en el caso de Asturias, donde suhistórica buena posición en la lectura deprensa no se compadece con la más rezaga-da, por debajo de la media nacional, en elacceso a red.

Ediciones digitales y prensa gratuita

El factor generacional, como se ha visto, estámuy relacionado en España con el acceso ainternet, que, en su conjunto, es de los másbajos de la Unión Europea. No es posible des-lindar aquí el diferencial de acceso a internetde otros diferenciales previos, como el de lalectura de prensa diaria, semanarios, libros...,ni de la preponderancia absorbente del au-diovisual en el tiempo mediático-cultural dela población.

En la mayoría de las naciones del centro yel norte de la UE, las cifras de acceso a inter-net duplican las españolas. Y más que hablarde una barrera económica, que dejaría a dosde cada tres españoles fuera de la red, se tra-ta de una privación voluntaria, de una ausen-cia de necesidad relacionada con lo que se hadado en llamar diferencial o brecha del conoci-miento; esto es, una cuestión cultural. A estabrecha, se unen otros factores que retardan elcrecimiento de internet y, especialmente, suuso en plenitud de posibilidades. El problematiene también un doble componente lingüís-tico, tanto por el escaso aporte de la lenguaespañola a la sedimentación del conocimien-to que se hace en internet, como por la bajahabilitación idiomática, que agrava sus efec-tos por el uso del inglés como lengua predo-minante en la red. La tabla 48 refleja esa bre-cha lingüística de manera dramática, con con-secuencias que van más allá del uso deinternet, en un país como España tan vincu-lado al turismo y los servicios, que tambiénafectan, en el nuevo escenario mundial, a lacapacidad de interlocución y protagonismonacionales.

A pesar de la posición natural de Españaen el espacio cultural y lingüístico iberoame-ricano, la producción de contenidos de valorañadido, el fortalecimiento del capital infor-mativo y académico, es muy tenue. Es difícil,incluso, distinguir cuál es la dirección domi-nante de los flujos transoceánicos, cuando la

I N T R O D U C C I Ó N 35 ÔLa huella es el mensaje Ô

47. Dieta mediática diaria sin TV* (2005)

Comunidades autónomas Cuota** Tiempo diarioPaís Vasco 48,2 185,01Cantabria 47,4 173,51Madrid 44,7 172,39Navarra 43,9 150,41Galicia 43,7 131,03Murcia 42,5 147,51Cataluña 42,4 159,22Asturias 41,4 156,09Canarias 41,3 145,43La Rioja 40,3 155,09Media nacional 39,9 147,59Castilla y León 39,6 147,35Aragón 39,5 147,43Baleares 39,0 145,34Comunidad Valenciana 38,5 141,13Andalucía 36,5 142,28Castilla-La Mancha 34,6 127,13Extremadura 34,2 126,15

* Incluye prensa diaria, revistas, radio e internet.** Porcentaje del tiempo mediático total de cada comunidad.Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

48. Conocimiento del inglés y otras lenguas en la UE-15

País Conocimiento Total lenguas de inglés extranjeras

Reino Unido [100] 27Irlanda [100] 33Dinamarca 79 85Suecia 76 81Países Bajos 75 87Austria 55 61Finlandia 50 58Luxemburgo 46 97Alemania 44 53Bélgica 37 61Grecia 36 44Francia 32 47Italia 28 46Portugal 22 33España 18 32Media UE-15 32 47

Fuente: Standar Eurobarometer, núm. 55, octubre 2001,págs. 81 y 84. Elaboración propia.

46. Internet en la dieta mediática (2005)

Comunidades autónomas Cuota *Madrid 9,5País Vasco 9,3Cataluña 8,6Cantabria 8,5Baleares 8,2Navarra 8,1Aragón 7,3Media nacional 7,2Canarias 7,2Murcia 6,9Comunidad Valenciana 6,9La Rioja 6,6Asturias 6,3Galicia 5,7Andalucía 5,5Castilla y León 5,2Castilla-La Mancha 4,7Extremadura 3,6

* Porcentaje del tiempo mediático total de la comunidad.Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

La brecha lingüística, descritapor el bajo conocimiento delinglés en España, en relación a otros países europeos, limitalas posibilidades de acceso a los recursos de la red.

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mayor visibilidad en los escenarios compar-tidos la prestan en ocasiones las telenovelas,la información deportiva y el mundo de la fa-rándula, que alcanzan consumos masivos.

Podrían relacionarse múltiples estadís-ticas redundantes en la idea del diferencialmediático-cultural referidas a las tasas de es-colarización y éxito escolar, calidad del cono-cimiento, inversión en investigación y cultu-ra, etcétera, que describen el contraste entreEspaña y las naciones centrales de la UE, pro-bablemente reflejo de una clara desigualdad,pero también del gap generacional, que ha-ce más lenta la convergencia cultural que la

económica. Este diferencial alerta, también,acerca de los riesgos que se perciben en latransición de la sociedad española hacia elhorizonte de la sociedad de la información yel conocimiento, invocado por todas las fuer-zas políticas. En cualquier caso, el progresocultural parece estar más vinculado a pau-tas generacionales que el económico, perono se puede confiar la convergencia a la es-pontaneidad de los más jóvenes, sino al fru-to de ñps estímulos de las políticas públicasy de la alfabetización mediático-cultural.

En cuanto a las ediciones digitales de losdiarios en soporte papel, aún no han alcan-zado un nivel de lectura que las aproxime asus matrices impresas. Tampoco han sido ca-paces de crear soluciones publicitarias renta-bles, competitivas o alternativas a las queofrece la prensa impresa. No se trata de ne-gar, sin embargo, las ventajas del periodismocontinuo, a través de la red, y del valor añadi-do de sus soluciones multimedia. Las cifrasque aparecen en la tabla 49 permiten unaaproximación a la realidad del fenómeno. Secomparan lectores habituales con usuariosúnicos, 29 y se observa que sólo la edición di-

gital de El Mundo, líder en lengua española,alcanza una cifra muy relevante, ya que elcomponente de lectores de la edición digitalrepresenta el 47,1 por ciento de los lectoreshabituales de la edición impresa. 30 El resto delas ediciones digitales, según la verificaciónde la OJD, se mantienen por debajo del 15 porciento, salvo en los casos de Ideal de Granada(18,2) y Europa Sur (15,3). Entre el 10 y el 15 porciento, aparecen Abc (13,1), La Verdad deMurcia (13,0), El Comercio de Gijón (11,0),Diario Montañés (10,6), La Razón (10,2) y Diariode Sevilla (10,0). De los restantes 32 diarios, 20figuran entre el 5 y el 10 por ciento y 12, pordebajo de estas cotas, en la relación de lecto-res en los soportes papel y digital.

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49. Lectores de diarios en soporte papel vs. digital (2005)

Lectores Visitantes Relac.(a) (b) b/a

El Mundo 1.400.000 659.536 47,1El Periódico 874.000 61.669 7,1Abc 839.000 109.637 13,1La Voz Galicia 590.000 39.369 6,7El Correo 585.000 51.244 8,8La Razón 449.000 45.880 10,2La Nueva España 378.000 26.165 6,9Levante 346.000 15.469 4,5Diario Vasco 337.000 18.651 5,5Faro de Vigo 291.000 9.815 3,4Heraldo Aragón 281.000 13.751 4,9La Verdad 271.000 35.318 13,0Información 260.000 10.856 4,2El Norte Castilla 250.000 15.576 6,2Diario de Navarra 222.000 14.091 6,3Diario Montañés 211.000 22.314 10,6Sur 201.000 19.381 9,6Las Provincias 197.000 16.287 8,3Canarias 7 188.000 10.042 5,3El Comercio 186.000 20.489 11,0El Día 185.000 6.748 3,6La Provincia 179.000 4.258 2,4Ideal 169.000 30.820 18,2Hoy 156.000 11.796 7,6Diario de Cádiz 131.000 11.554 8.8Avui 131.000 10.707 8,2Diario de Avisos 117.000 5.664 4,8Diario de Sevilla 97.000 9.717 10,0Diario de Burgos 96.000 1.976 2,1El Correo Gallego 91.000 6.293 6,9La Rioja 85.000 7.840 9,2Diario de Noticias 84.000 7.302 8,7La Región 69.000 1.037 1,5Diario de Jerez 52.000 3.315 6,4La Voz de Cádiz 45.000 1.983 4,4La Opinión de Tf. 44.000 2.962 6,7Huelva Información 41.000 2.057 5,0El M./El Día Baleares 37.000 7.232 19,5Diario del Altoaragón 37.000 2.205 6,0Granada Hoy 33.000 1.124 3,4Europa Sur 27.000 4.125 15,3Málaga Hoy 27.000 1.651 6,1Total 42 diarios 10.374.000 1.360.283 13,1

Fuentes:OJD Interactiva, consulta online, septiembre de2005. AIMC: EGM, octubre 2004-mayo 2005. Las edicionesdigitales de El País y La Vanguardia, entre otros diarios, no sesometen a este control. Elaboración propia.

50. Audiencia de la prensa diaria en Madrid y Barcelona (2005)

Madrid BarcelonaCapital Provincia Total Capital Provincia Total

20 Minutos 591 394 985 El Periódico 224 462 686Qué! 504 280 784 20 Minutos 297 356 653Metro 470 306 776 La Vanguardia 231 365 596El País 471 304 775 Metro 291 289 580El Mundo 291 194 485 Qué! 192 266 458Abc 224 98 322 Avui 33 69 102La Razón 154 85 239Gratuitos 1.565 980 2.545 Gratuitos 780 911 1.691De pago 1.140 681 1.821 De pago 488 896 1.384Total gral. 2.705 1.661 4.366 Total gral. 1.268 1.807 3.075

Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

51. Difusión de los tres grandes diarios gratuitos (2005)

20 Minutos Metro Qué! Los 3 diariosAlicante 22.515 30.860 — 53.375Barcelona 252.100 204.565 227.938 684.603Madrid 380.747 307.112 157.619 845.478Málaga 42.120 42.014 50.590 134.724Sevilla 57.692 72.970 50.594 181.256Valencia 60.255 45.585 50.129 155.969Zaragoza 47.160 50.015 50.587 147.762Total* 904.929 849.838 978.786 2.733.553

* Incluye ediciones en otras ciudades no referidas en el cuadro.** Fuente:OJD, abril 2005-junio 2005. Para el diario Qué!, febrero 2005-junio 2005. Elaboración propia.

29 Valor que refleja no el número de visitas, sino el de pues-tos desde los que se efectúan las visitas, y es tenido por losanalistas como el dato más fiable para la aproximación re-al al número de usuarios.

30 El Mundo digital ofrece unos contenidos diferenciados de losde la edición en soporte papel, adaptados a las posibilida-des del periodismo continuo y las estructuras interactivas,que son desarrollados por una redacción propia.

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Sin embargo, cuando las ediciones digi-tales parecían llamadas a erosionar el merca-do de las impresas, ha sido desde el propiocampo de la prensa en soporte papel dondeha surgido una apuesta que, de momento, haconseguido, allí donde está implantada, unafuerte penetración y recursos publicitarios,que han afectado a los pilares del medio tra-dicional, cada vez más orientado hacia solu-ciones de gratuidad o semigratuidad.31

Los indicadores de lectura de prensadiaria han alcanzado valores récord en la me-moria de los registros sobre la audiencia del

medio. En 2005, el 41,3 por ciento de la po-blación leía diarios.32 La razón de ese incre-mento hay que buscarla en la progresiva im-plantación de la prensa gratuita, un fenóme-no urbano que aún no se ha generalizado enel conjunto de las ciudades españolas. EnMadrid, supone, en términos de lectores, unarealidad que sobrepasa, allí donde circula, lascotas de la prensa de información generalconvencional o de pago (véase tabla 50). 20Minutos (988.000 lectores), Qué! (784.000)y Metro (776.000) son las cabeceras con ma-yor penetración demográfica en la ciudad, por

delante de El País (775.000) y, a gran distancia,de El Mundo (485.000), Abc (322.000) y LaRazón (239.000). En Barcelona, El Periódicomantiene el liderazgo (686.000 lectores), segui-do por 20 Minutos (653.000) y La Vanguardia(589.000), por delante de Metro (580.000) yQué! (458.000). En Barcelona, como enMadrid, la prensa gratuita supera en circula-ción potencial y audiencia a los diarios de pa-go. La nueva oferta periodística no sólo estápresente en Madrid y Barcelona, donde prime-ro se instaló, sino que se ha ido extendiendoa otras ciudades como Sevilla, Valencia,

Zaragoza, Málaga..., en las que, tanto en difu-sión como en audiencia, ha tomado la delan-tera (tabla 51).

Los editores de la prensa gratuita euro-peos están persuadidos de la bondad de susdiarios como instrumentos de socializaciónen la lectura, de modo que su aparición sepresenta como una solución del sector parael fortalecimiento de la prensa escrita trasun largo periodo de lenta recesión de su au-diencia y, también con ello, para el manteni-miento del soporte publicitario. En España,

I N T R O D U C C I Ó N 37 ÔLa huella es el mensaje Ô

52. Media de edad de los públicos de la prensa en Madrid (2005)

Tramos de edad Diarios Media de edad % 20-24 años (a) % 65 y + años (b) Diferencia a - bMás de 45 años Abc 49,6 4,0 23,5 - 19,5

La Razón 48,5 5,1 19,8 - 14,7Entre 40 y 45 años El País 43,6 6,0 9,3 - 3,3

El Mundo 43,2 5,0 8,9 - 3,3Menos de 40 años Qué! (g) 39,8 10,0 8,5 1,5

20 Minutos (g) 38,9 11,0 7,8 3,2Metro (g) 38,7 12,0 7,5 4,5

Media info. general 43,0 7,8 12,5 - 4,7

Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

53. Diferencial de género en los públicos de la prensa en Madrid (2005)

Diarios Audiencia media Hombres (a) Mujeres (b) Diferencia b-aAlto (> 15) El Mundo 9,5 62,2 37,8 - 24,4

La Razón 4,7 58,3 41,7 - 16,6Abc 6,3 58,0 42,0 - 16,0

Medio (5 a 15) El País 15,2 54,9 45,1 - 9,8Qué! (g) 3,7 54,8 45,4 - 9,4

Bajo o nulo (< 5) 20 Minutos (g) 10,9 51,8 48,2 - 3,6Metro (g) 13,8 49,9 50,1 0,2

Media info. general 43,0 53,1 45,9 - 7,2

Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

31 En general, los medios impresos emplean estrategias decompetencia y captación de lectores basadas en promocio-nes muy frecuentes que, en muchos casos, superan en suvalor el precio del diario. Muchos análisis prospectivos sitú-an el futuro de la prensa escrita en su conjunto, incluidaslas cabeceras de referencia, en escenarios de gratuidad osemigratuidad, soportada básicamente por la inversión pu-blicitaria.

32 Estudios General de Medios, octubre 2004-mayo 2005.

54. Lectores de prensa en Madrid según clases sociales (2005)

Total población Total info. gral. El País El Mundo Abc La Razón 20 Min. Metro Qué!(000) verticales

Alta 613 12,0 17,7 23,8 24,8 29,2 16,5 10,9 11,1Media alta 797 15,6 18,6 22,6 23,0 23,2 20,8 13,3 12,1Media media 2.194 43,1 42,8 40,2 40,8 32,4 43,0 49,8 48,2Media baja 1.324 26,0 19,4 12,6 10,2 14,6 18,6 23,5 26,5Baja 169 3,3 1,6 0,8 1,2 0,6 1,0 2,5 2,1Total población 5.096 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0Total lectores* 2.192 775 485 322 239 986 776 781% pob. lectora 43,0 15,2 9,5 6,3 4,7 19,3 15,3 15,5

*Los lectores totales no equivalen a la suma de las audiencias, ya que no se contabilizan las duplicidades de consumo de losindividuos que leen dos o más diarios.Fuente:AIMC, Estudio General de Medios, acumulado octubre 2004-mayo 2005. Elaboración propia.

Las ediciones de los diariosgratuitos se han hechopermeables a los segmentosde edad más jóvenes, que sonlos que dan los relevos en lasprácticas mediáticas.

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con valores de difusión relativamente bajos,la prensa gratuita ha supuesto, de acuerdocon las cifras de la OJD para la primavera de2005, una inyección de 2,7 millones de ejem-plares diarios (cinco días a la semana), cir-cunstancia que elevaría el índice de difusiónpotencial —la OJD cuenta ejemplares distri-buibles—, calculado tradicionalmente a par-tir de la prensa de pago, en más de un 60 porciento, pasando de unas 98 copias por milhabitantes a más de 150.

Las ediciones de los diarios gratuitos sehan hecho permeables a los segmentos deedad más jóvenes, que son los que dan losrelevos generacionales en las prácticas me-diáticas, como se aprecia en la tabla 52, refe-rida a la Comunidad de Madrid. El lector me-dio de la prensa gratuita tiene menos de 40años, frente al de la de pago, que se aproxi-ma a los 45. También llega con más simetríaa hombres y mujeres (tabla 53), disolviendoel diferencial de género de la prensa conven-cional, y presenta un perfil de clases socialesmenos sesgado respecto de los referentes depoblación (tabla 54).

2006, el año de la televisión

Medio siglo de televisión en España permi-te una reflexión serena acerca del futuro delaudiovisual. Este informe, en cuyo enuncia-do se presenta 2006 como el año de la tele-visión, hace notar no sólo el acontecimientohistórico, sino la coincidencia de los 50 añosde TVE con el impulso regulador emprendi-do desde el Gobierno de la nación, destina-do a sentar las bases de un nuevo escenariodel medio en la frontera de un cambio de sumatriz tecnológica al estándar digital.

No son frecuentes los análisis que vin-culan la amplia crisis de la televisión pública(modelo de servicio y modelo de gestión) auna transición audiovisual inadecuada, peropresentada como un paso extraordinario pa-ra el conjunto de la ciudadanía y para la liber-tad de expresión. La apertura lógica del ne-gocio audiovisual a los operadores privadosno supuso un cambio sustantivo en la estruc-tura de explotación de RTVE, sobredimensio-nada en sus recursos humanos, difícilmenteabordables, en términos meramente econó-micos, a medida que los nuevos operadoresprivados participaban en el reparto de la tar-ta publicitaria. Durante los últimos 15 años,Televisión Española no sólo ha soportado es-te problema estructural, presentado con to-

dos los matices dialécticos de la confronta-ción política como un fracaso o desajustegestor de los distintos Gobiernos, sino que haabandonado dos de sus teóricas fortalezasfundacionales. La primera, el carácter másacentuado de servicio público, prácticamen-te olvidado en la persecución del gran públicocon los mismos argumentos que las televi-siones comerciales puras. La segunda, la re-ducción drástica de la producción propia y laprogresiva sujeción de sus parrillas de progra-mas a la oferta de las productoras privadas,con lo que el aparato emisor público queda-ba reducido, en amplias franjas, a la condiciónde exhibidor de contenidos externos. Esta cir-cunstancia ha tenido la virtud de desarrollaruna industria audiovisual nueva, pero huér-fana en la cultura del servicio público por suproyección en un escenario homogeneizadobajo los criterios comunes de la captación co-mercial de la audiencia.

La atonía de la producción pública y losescasos apremios de los emisores estatalesy autonómicos para una implicación de la in-dustria en la producción de contenidos deservicio público se observan en la misma ex-periencia de FORTA, la federación de las te-levisiones autonómicas, uno de cuyos logrosmás visibles ha sido contribuir al sosteni-miento de la Liga de Fútbol Profesional.

Sin duda, el generalizado sello comer-cial de las televisiones públicas ha permiti-do, en la práctica, un paulatino deslinde entrela naturaleza pública del ente emisor y la tá-cita privatización creciente de los contenidosemitidos. En aquellos casos en los que los es-pacios informativos carecen de independen-cia e imparcialidad, se puede asistir a dife-rentes grados de privatización gubernamen-

tal, que afecta directamente al derecho a lainformación, como se descubre fácilmenteen la historia de los canales públicos.

A lo largo de esta introducción, se haestablecido una relación múltiple entre sis-tema de medios y sistema político, entremedios y cultura, entre consumos mediáti-co-culturales y oportunidades de la socie-dad de la información y el conocimiento.Después de dos décadas de prevalencia deldiscurso político tecnocéntrico, que estable-cía unas relaciones de causalidad entre eldesarrollo tecnológico y la rentabilidad eco-nómica y social, parece conveniente, en ladefinición de las estrategias que conducena un nuevo escenario audiovisual, tomar uncierto distanciamiento de la literatura tec-nológico-posibilista, de la que en nuestropaís hay amplias referencias desde hace uncuarto de siglo; excelentes muestras sobreel permanente trazado de escenarios defuturo muchas veces sin futuro, de previsio-nes incumplidas, de estándares que nuncaabandonaron el ámbito de los proyectos. Lasdistintas velocidades entre la innovaciónportadora de la tecnología y la producciónde contenidos, así como la inadaptación so-cial y cultural a ciclos de cambio muy rápi-dos, explican muchos de los fracasos cono-cidos en las décadas pasadas. También, hasido frecuente una mala prospectiva sobrelas oportunidades de negocio, basadas enexperiencias externas, sin hacer considera-ciones locales sobre los valores sociales yculturales de nuestra realidad.

Polarización, dualización...

Como se ha visto, el sistema español de mediosaparece extraordinariamente polarizado, demodo que el contenido de las agendas y lahabitual editorialización de la actualidad con-siguen, en muchos casos, no tanto informara las audiencias como transmitir o acentuarla polarización política, con la consiguientedegradación de la confortabilidad individualy social que se espera de los sistemas demo-cráticos. Esta polarización, que está en la ba-se de la proyección sobre la sociedad de lacrispación y huye del consenso, entiende ytransmite la sensación de que los Gobiernosno sólo no lo son de todos los ciudadanos dela nación, sino que aparecen definidas en unode los polos mediático-políticos.

Las muy frecuentes intervenciones delGobierno, desde la transición a nuestros días,

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El sello comercial de las televisiones públicas ha permitido un paulatinodeslinde entre la naturalezadel emisor y la privatizacióncreciente de los contenidosemitidos.

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en el otorgamiento de concesiones, definiciónde estándares, habilitación de operadores,trazado de escenarios, etcétera, han reforza-do el supuesto acerca de las direcciones inte-resadas de la acción política, a través de unaorientación en la adjudicación de los dere-chos de explotación de las nuevas extensio-nes tecnológicas. Empíricamente, se puedenestudiar las posiciones de los Gobiernos a tra-vés de sus resoluciones o de las iniciativas le-gislativas, así como en qué medida la oportu-nidad y la naturaleza última de éstas respon-den a exigencias reales de la sociedad, elmercado, la competencia, etcétera.

Los procesos de reforma iniciados desdeel ámbito político tratan de superar un largoperiodo histórico marcado por la fragmenta-ción legal, la arbitrariedad y el divorcio per-manente entre la creación de nuevas exten-siones tecnológicas relacionadas con la co-municación y con los medios y la innovaciónsocial, como factor de modernización y pro-greso. Un periodo en el que se han enquista-do, en el campo de los medios, formas deadministración y uso del poder extrañas a lacultura democrática, y que son difíciles deabandonar por quienes han sido sus beneficia-rios: Gobierno y corporaciones mediáticas.

Las prácticas de interlocución entre losgrupos de comunicación y el Gobierno sehan institucionalizado en España en térmi-

nos de acción y reacción recíprocas, perotambién como una forma degradada e inte-resada en el tratamiento del fenómeno so-cial y cultural de la información y la comuni-cación. De ahí, la escasa preocupación que laAdministración y los grupos mediáticos hanmostrado en la creación de instrumentos deregulación y autorregulación. Sin embargo,muchas de las tensiones que se derivan deun sistema de medios políticamente polari-zado tienen su origen en la inexistencia deórganos reguladores independientes e ins-tancias de autorregulación.

Asimismo, han sido habituales las tur-bulencias en esa interlocución directa delGobierno con los distintos grupos mediáti-cos. Estas prácticas han sustituido el espacionatural de la regulación por la relación direc-ta entre el poder político y las expresionesmediáticas y han impedido el desarrollo depolíticas de comunicación transparentes, ins-critas en los marcos de la neutralidad admi-nistrativa y el interés general, y amparadaspor las garantías que, para su pleno ejercicio,requieren la existencia de autoridades real-mente independientes y no meras ficcionesde retórica legal.

El futuro escenario del audiovisual, a lavista de las carencias observadas y de los ras-gos propositivos que nacen del debate de losactores sociales e industriales, parece inscri-

birse en un modelo de políticas públicas quedistinga, en primer término, la dimensión so-cial de la comunicación, relacionada con el sis-tema de libertades públicas y la protección dela dignidad de las personas, así como con losobjetivos culturales y políticos demandadospor la sociedad del conocimiento. En segundolugar, un plano normativo referido al merca-do y la competencia. Y, por último, una recon-ducción de las variables tecnologías, en la me-dida de lo posible, a un escenario de neutrali-dad e independencia respecto de la regulaciónde los contenidos y a una mayor permeabili-dad para el empleo de nuevas infraestructu-ras, soportes o extensiones mediático-cultu-rales por parte de los operadores.

En el panorama descrito, sorprende ycontrasta con el empeño audiovisual que ilus-tran las políticas públicas la crisis creativa enla producción de contenidos. La unidireccio-nalidad de las prácticas de programación delas cadenas públicas y privadas, así como elbajo grado de especialización temática de lasemisiones, no sólo ha creado una audienciamuy apegada a la televisión generalista, porlo que no será fácil habituarla a nuevas for-mas de ver y consumir, sino que ha desarro-llado un tipo de contenidos y líneas de pro-ducción que probablemente figuren entre losmás alejados, dentro de la UE, del perfil de ido-neidad de la televisión digital. En definitiva,son los contenidos los que dan sentido a lasexpresiones mediático-culturales y no los es-tándares tecnológicos o las modalidades deempaquetado de la oferta. El fracaso no estanto de la capacidad potencial de la tecnolo-gía aplicada, ni de la apatía de la audiencia,como de la escasa renovación y diversificaciónde los contenidos.

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55. Proceso de dualización mediático-cultural

El excesivo apalancamientoaudiovisual del sistemaespañol resta posibilidades de negocio a las solucionesmultimedia de valor añadidoprevistas en las naciones másevolucionadas.

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Entre las características que definen elsistema español de medios, se ha destacadoel riesgo de dualización, derivado de la des-igualdad en la riqueza y la diversidad de losnutrientes mediático-culturales en distintossectores de población, que no se da de formatan acusada en los países centrales de laUnión Europea, y más bien parece relaciona-da con un déficit cultural previo. De acuerdo conesta radiografía, el audiovisual tiene aquí unpapel preponderante y confiere al sistema demedios una orientación hacia el entreteni-miento y el ocio, pero también actúa de ta-pón sobre las ofertas de otros medios de acce-so a la información y el conocimiento (gráfico55). Más allá de una peculiaridad del sistema,se trata de una limitación para el desarrollode nuevas posibilidades de negocio, en la me-dida que el gran público aparezca constreñi-do a prácticas mediáticas convencionales, pe-ro también una limitación para la habilita-ción en los usos multimedia enriquecidosque sugieren las nuevas extensiones tecno-lógicas.

Al tiempo, como se ha visto, la informa-ción de actualidad y la creación de opiniónaparecen sujetas a una fuerte polarizaciónpolítica, restringiendo las virtudes de plurali-dad y consenso de la cultura democrática.33

En este escenario, la credibilidad de los me-dios trasciende el plano de la veracidad y delas prácticas constructivas basadas en el con-traste de la información y se convierte enuna cuestión de identificación ideológica. Lasaudiencias creen en el medio con el que seidentifican políticamente, y no tanto con elque hace la construcción más profesional dela agenda o tiene la mejor estructura periodís-tica, porque la profesionalidad y, consiguien-temente, la ética pierden protagonismo eneste modelo (gráfico 56).

El debate crítico y el ‘efecto noria’

Se espera que, con ocasión de los 50 años detelevisión, se abra un debate sobre el papeldel medio en la cultura y la vida de los españo-les, con el necesario espíritu crítico que tan-tas veces se tergiversa o desvirtúa por partede los propios intereses y agentes del sector.

La historia de las críticas a la televisión es am-plia y en absoluto unívoca. El medio, por sucarácter universalizador de los consumos, porsu amplia capacidad de socialización y exten-sión mediático-cultural, ha suscitado numero-sas lecturas de rechazo, orientadas, en oca-siones, por visiones elitistas. No parece lógi-co que un medio generalista que buscaaudiencias, que desea comunicar, puedaadoptar códigos mediáticos elitistas o con-vertirse en una cátedra ilustrada de los con-sumos cultos. Pero ésta no es la cuestión dela crítica en España, que no se alimenta de

ese matiz culturalista, sino que hace referen-cia a la dignidad básica de los contenidos, alderecho fundamental a la información y auna progresiva recuperación de la función so-cial asignada al medio, que no ha decaído, nitiene visos de decaer, en la cultura europea.

La ausencia de una reflexión crítica so-bre el papel de los medios, con especial aten-ción a sus contenidos, y la muy frecuentecomplacencia discursiva, derivada de la se-ducción posibilista de los nuevos estándarese infraestructuras —el tren de las nuevas tec-nologías— pueden conducir a un engañoso

33 El análisis de la polarización mediática, referida a España yotras naciones del sur de Europa, aparece descrito en el li-bro de Hallin, D.C. y Mancini, P., Comparing Media Systems.Three Models of Media and Politics, Cambridge UniversityPress, Nueva York, 2004.

57. Cine en TV 2004 vs. salas de exhibición*

Pase TV 2004 Histórico salas de cine Relación TV/cinePelículas norteamericanas- Espectadores 65.695.721 19.946.264 3,29- % sobre total 80.4 59,4

Películas no norteamericanas- Espectadores 15.995.480 13.608.562 1,17- % sobre total 19,6 40,6

Total películas- Espectadores 81.691.201 33.554.826 2,43- % sobre total 100,0 100,0 100,0

* Análisis sobre las 20 películas más vistas en televisión en 2004.Fuente: Sofres AM, Anuario de las Audiencias de Televisión 2004, Madrid 2005. Ministerio de Cultura, Bases de Datos dePelículas, consulta online, 10.08.2005. Elaboración propia.

56. Polarización mediática y credibilidad

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efecto noria, donde la sensación de movi-miento no entrañe ningún tipo de avance re-al y represente un esfuerzo inadecuado, almenos desde la perspectiva de la rentabili-dad social y del interés general que preside elsentido y último de la gestión pública.

Toda reconvención en el espacio de losmedios, en los términos que aquí se plantea,no sólo está dirigida a profundizar en los va-lores de la cultura democrática, a convergeren riqueza mediático-cultural con la UniónEuropea, sino que busca la diversificación dela oferta industrial como necesidad marca-da por el horizonte de la sociedad de la infor-mación y el conocimiento. Ese necesario va-lor añadido en la producción de medios, con-tenidos y soluciones multimedia deberíaatender, en fin, una estrategia cultural mu-cho más amplia, que no es extraña a las po-líticas públicas, cuyo territorio natural vienemarcado por la demografía del espacio ibe-roamericano.

A partir de la hipótesis del diferencial delconocimiento, expuesta en esta introducción,es posible identificar una relación entre lasprácticas mediáticas y determinadas proyec-ciones culturales y cognitivas, tanto por elgrado de ocupación del tiempo social comopor la riqueza de los nutrientes que confor-man la dieta mediático-cultural. Su orienta-ción hacia el entretenimiento y el ocio, así co-mo la dualización sociocultural, que se advier-te en el sur de Europa, se correspondería máscon matices característicos del sistema nor-teamericano. Tod Gitlin alerta sobre los ries-gos de lo que llama la cultura feliz, que aso-cia a los estratos sociales apalancados en losconsumos audiovisuales más degradados,por cuanto diluye los valores de identidad cul-tural locales que definen la diversidad y los ha-cen permeables a la estandarización en la queparece basarse el comercio de la cultura34. ParaGitlin, los escenarios dominados por los valo-

res de la cultura feliz son más permeables aun bilingüismo mediático-cultural que estáen la antesala de la anomia o la pérdida de laidentidad local y de su sustitución por el es-tándar comercial globalizado.

Esta interpretación del teórico norteame-ricano añade nuevos matices al análisis de laformación del capital simbólico de lo europeo,ya que permite apreciar nuevas diferencias delcentro y del norte con respecto del sur. Perotambién podrían dibujar, en el caso de España,un déficit estructural que limitaría la capaci-dad de innovación y creación cultural de nues-tro país dentro de un espacio, cada vez máspermeable y activo, como el iberoamericano.

Una reflexión sugerida por esa idea dela erosión del espacio público por ciertos va-lores de la cultura feliz, puede hacerse a par-tir, por ejemplo, del análisis de las emisionesde cine en las televisiones españolas, queson, dentro de la UE, las que mayor porcen-taje de películas no europeas programan.35

Consecuencia de ello es también la más ba-ja audiencia de las producciones europeas,incluidas las españolas, que parece corres-ponderse con las preferencias que el públicomuestra cuando acude a las salas de exhibi-ción cinematográfica. Los títulos emitidospor las televisiones públicas y privadas esta-rían acentuando la preponderancia del cine noeuropeo, esto es, básicamente el norteameri-cano, como se advierte en el cuadro 57.Ateniéndonos a los datos de las 20 películascon mayor audiencia en televisión, durante2004, y a sus nacionalidades, así como a losvalores que alcanzaron dichos filmes en las

salas de exhibición, se podría admitir, comohipótesis, que las televisiones remarcan elpredominio de las producciones estadouni-denses. Así, mientras que en las emisionescon mayor audiencia de 2004, el cine norte-americano se impuso en una relación deocho a dos, en las salas de exhibición la rela-ción de los públicos de esas mismas pelícu-las fue de seis a cuatro.

Una hipótesis final: la comunicacióninvertebrada

La orientación hacia el espectáculo y el en-tretenimiento, como se ha reiterado, carac-teriza nuestro sistema mediático, dominadopor el audiovisual, ya que sus vectores infor-mativos más solventes no tienen un alcan-ce masivo o generalizado sobre la poblacióny se detectan amplias zonas entre las au-diencias con una privación voluntaria en elacceso a la actualidad periodística. Los seg-mentos política y culturalmente más activosaparecen entre los consumidores habitualesde información, esto es, dentro de la vertien-te enriquecida de una población cuyos nu-trientes mediático-culturales marcan fuer-tes contrastes, con síntomas de dualización.

Sin embargo, entre quienes demandanuna mayor riqueza de la información perio-dística y muestran más interés por la cosapública, su relación con los medios suelen va-riar en función de la posición geográfica enla que se encuentren. Además de dual, el sis-tema es caleidoscópico. Imagínese el supues-to, frecuente en la realidad española, de unaaudiencia radicada en una comunidad conidentidad cultural fuerte, con un sistema demedios muy orientado hacia su propio terri-torio que, además, se apoyan en una televi-sión autonómica. El espectador situado eneste punto de mira tiene una óptica diferen-cial de la realidad que le dan la perspectivadesde la que observa y los instrumentos pro-pios de la recepción. Nuestro espectador me-diático-cultural, supongamos que residenteen una comunidad del norte, aprecia:

a) Unos medios centrales, los diarios y lasgrandes cadenas radiales de Madrid,fuertemente polarizados en torno a po-siciones políticas, frecuentemente por-tadores de valores extraños a la norma-lidad social de la vida cotidiana. (Desdeesa centralidad y esa distancia, algunosde estos medios —no todos— suelen

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34 Enfermos de información, Paidós, Barcelona, 2005. La 33Conferencia General de la UNESCO aprobó, el 21 de octu-bre de 2005, la adopción del Convenio sobre la DiversidadCultural, con 148 votos a favor, la oposición de EstadosUnidos e Israel y las abstenciones de Honduras, Nicaragua,Liberia y Australia. El nuevo texto da a los Estados el derechode proteger la diversidad cultural como patrimonio de laHumanidad e instrumento del desarrollo sostenible, de lacohesión social y de la paz. El Convenio deberá ser ratifica-do por al menos 30 países para su entrada en vigor, algoque ya anunciaron, al final de la Conferencia General, en-tre otros, los representantes, de las 25 naciones de la UniónEuropea, Canadá, Brasil y Colombia.

35 Number and Origin of Feature Films Number and Origin ofFeature Films Broadcast by Leading Unencrypted TVChannels (European Audiovisual Observatory, 2002)

La ‘cuestión de la televisión’en España hace referencia a la dignidad básica de los contenidos y al derechofundamental a la información.

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atenuar el tono de las expresiones so-bre los rasgos de identidad comunes delos españoles para evitar así las suscep-tibilidades periféricas).

b) Unos medios autonómicos, mucho máscercanos, que juegan un papel de com-pensación gratificante, con recursos re-tóricos en ocasiones autocomplacien-tes, que ensalzan las virtudes locales yacentúan el hecho diferencial respectodel espectáculo nacional con la expre-sión tácita de “aquí no somos así...”“Serasí” se puede sedimentar en la opinión,sin más debate político y reflexión, co-mo una modalidad de lo políticamenteincorrecto y vergonzante, y convertirseen blanco del localismo refractario.

c) Unos medios autonómicos que reflejan,por regla general, dos planos de lo queacontece en España. El primero, frecuen-te cabecera de los informativos, magni-fica lo local; el segundo trata de lo na-cional, pero lo nacional deja de ser aquíuna mirada al conjunto del país y a suspartes para ocuparse, casi de maneraexclusiva, del Gobierno de Madrid o delParlamento de Madrid. Las autonomíasignoran a las autonomías. En Andalucía,no se informa de lo que es la normali-dad cotidiana del País Vasco, ni, en elPaís Vasco, se sigue la realidad andalu-za, lo que supone un desconocimientomayor del que muestran determinadascercanías informativas de la agenda in-ternacional. Con frecuencia, los medioselevan a categoría simples gestos, elu-den la interlocución y el debate, la refle-xión y el contraste, y alimentan, en oca-siones, visiones maniqueas reversibles,donde lo bueno y lo malo varían ante laopinión pública según el punto geográ-fico desde el que se produce la mirada.

En general, en el norte, y ello subordinanuevos elementos a la hipótesis central,aparecen más indicadores contrarios a la po-larización política de los medios de Madrid,de ahí que se pueda observar claramente có-mo en estas comunidades, donde se lee bas-tante más que en las del sur, sus medios sonautorreferentes y la circulación de la prensanacional o central es más limitada. Tambiénes aquí donde, a pesar de los consumos ele-vados de televisión, se cuestiona más la bajacalidad de los contenidos que se emiten des-

de Madrid y se detectan en el lenguaje me-diático ciertos sesgos sureños, que no sonajenos a la lógica del medio.

Algunos estrategas comerciales de la te-levisión, cuando tratan de explicar la filosofíade los programas que buscan el gran público,dicen que es preciso tener en cuenta la claveandaluza, consistente en ganar la máxima au-diencia en la comunidad que, por razones de-mográficas, mayor aporte numérico da a losllamados programas de éxito. Tampoco debeolvidarse, como se aprecia en la geografía delsistema de medios, que los consumos de lacomunidad andaluza están más orientadoshacia el entretenimiento, con una menor di-versificación y complementariedad en la die-ta mediático-cultural. La clave andaluza la dandeterminadas acentuaciones de humor y es-pectáculo, que no destacan por su brillantezo calidad, ni se corresponden siempre con larealidad de la que dicen hacer parodia.

Son reiteradas las denuncias, por partede distintos sectores de la sociedad andalu-za, sobre el uso degradante que se hace de loandaluz en la televisión, bien por la reitera-ción del estereotipo que especializa a esta co-munidad en la gracia y la hace patria naturalde la farándula, como por las orientaciones ylos roles jugados por personajes con acentoandaluz o por el empleo de este acento asocia-do a situaciones de manifiesta pobreza cul-tural. Esta circunstancia produce, además, unefecto llamada en numerosos programas detelevisión y radio, que lleva a un protagonis-mo acusado de los andaluces que responden

a ese estereotipo —el más empobrecido desu entorno social— en los programas de laradio y la televisión. 36

Entre los sectores culturales y políticosmás activos del país, que son también los queposeen mayor capacidad crítica, las narracionesaudiovisuales, que responden a lo que Gitlinllama la ideología del prime time o la dictadu-ra del gran público, parecen desplazar —segui-mos en la línea de las hipótesis— el rechazode estos productos de bajo perfil hacia unadenuncia de la pobreza cultural de España.Esto es, se confunde la vulgaridad de una pro-gramación poco afortunada con el capital cul-tural y humano de una nación. Los escenariosmás comunes y frecuentes, los protagonistasrepetidos y populares, la estampa cotidianadel país la describen sus personajes más irre-levantes o apartados de las actividades queconstruyen la economía y la cultura de la nación,narrada, en muchos casos, por agentes pará-sitos de los primeros, que, a veces, se arroganla condición de periodistas. Apenas hay ras-tros de la modernidad del país, de su capaci-dad innovadora, de la profunda transforma-ción social y económica.

De ese escenario nacional que reporta laexperiencia mediática, no es difícil viajar ha-cia el exilio intelectual, o lo que ChristopherLasch llamó la rebelión de las élites. La ausen-cia de un sustrato cultural común, como ex-presión de los éxitos y los anhelos del con-junto y de las partes de un territorio diverso,las referencias que suscitan adhesiones, co-municación y encuentro, han podido jugar afavor del desarraigo y la búsqueda de un pla-no de comodidad cívico-cultural cercano a laidentidad más local. Una rebelión frente alruido mediático de la crispación política, queempobrecen la calidad de vida, pero tambiénfrente a la banalización y el adocenamientocultural de ciertas expresiones audiovisua-les dirigidas al entretenimiento y el ocio.

Hay, cabe advertir, una excesiva dimen-sión del espectáculo en el eje vertebrador delo español, que no se compadece con la des-cripción compleja y rica del país; una excesi-va dimensión histriónica de cierta realidadmarginal. Si, en general, se trata de un mo-delo dominante en el conjunto de los emiso-res, el problema es más grave cuando preva-

Ô 42 M E D I O S D E C O M U N I C A C I Ó N T EN D ENC I A S ’ 0 6Ô Bernardo Díaz Nosty

Entre algunos sectorespolíticamente activos, la críticade los contenidos televisivosse suele confundir con unacrisis de la cultura española.

36 Desde esta perspectiva crítica, es difícil entender la estra-tegia de la televisión pública andaluza, que, en su filosofíacomercial de captación de audiencia, no elude la recrea-ción o la magnificación de valores ajenos a los escenariosde modernidad de su territorio, que son hacia los que elGobierno autonómico dice que debe dirigirse.

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lece en los medios públicos o es consecuen-cia de la pertinaz ausencia de políticas au-diovisuales concordantes con las que inspi-ran la normalidad de otras naciones de laUnión Europea.

En estas últimas líneas, se expone a gran-des rasgos la hipótesis que describirá el aná-lisis del informe sobre los medios de comuni-cación de 2007. Desde este planteamiento departida, se realizarán distintos acercamientos

cuantitativos y cualitativos tendentes a la ve-rificación del supuesto que vincula el papel delos medios con la vertebración cultural y polí-tica de la realidad española.

En definitiva, detrás de la preocupaciónque subyace en estas cuestiones, hay inevi-tables y últimas preguntas. ¿Basta, para al-canzar los objetivos previstos, con anunciarnuevos y más amplios escenarios audiovi-suales, por ejemplo, sin medir su impacto so-

cial, cultural y político en la vida democráti-ca y en los procesos de modernización?¿Basta con habilitar nuevos estándares tec-nológicos para atender las finalidades, polí-ticamente legítimas, de vertebración territo-rial y acción contra la incertidumbre y la ig-norancia? ¿O, definitivamente, se trata dereducir a un plano secundario la dimensiónética, cultural y política en los medios y enlas industrias culturales? Ô