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FICHA TÉCNICA > A DEBATE 57 Febrero de 2009 Gestión Práctica de Riesgos Laborales 18 Cada año, cerca de 17 millones de personas mueren por enfermedades crónicas, según la OMS. Las repercusiones económicas para las empresas son elevadas, ya que el coste por la disminución de la productividad es cinco veces superior al que supondría tratar médicamente estas afeccio- nes, más teniendo en cuenta que se conocen los principales factores de riesgo y que se pueden evitar. Por eso, es fundamental que las compañías desarrollen programas de promoción de la salud. Dra. Clara Guillén Subirán, jefe de Departamento de Enfermedades Profesionales de Ibermutuamur. Repercusiones de las enfermedades crónicas AUTOR: GUILLÉN SUBIRÁN, Clara TÍTULO: Repercusiones de las enfer- medades crónicas FUENTE: Gestión Práctica de Riesgos La- borales, nº 57, pág. 18, febrero 2009. RESUMEN: Las enfermedades crónicas se caracterizan por su larga duración y, por lo general, por su progresión lenta. En este concepto se incluyen las enfer- medades cardiovasculares, los cánceres, las enfermedades respiratorias crónicas, la diabetes, algunos trastornos neuropsi- quiátricos, las enfermedades osteomus- culares, las afecciones bucodentales, las enfermedades digestivas, los trastornos genitourinarios, las malformaciones con- génitas y algunas enfermedades cutá- neas. Los cuatro primeros grupos men- cionados son responsables de casi el 60% de la mortalidad en el mundo. Además de su contribución a la mortalidad, la patología crónica tiene efectos adversos importantes en la calidad de vida de los pacientes y efectos económicos relevan- tes en las familias, en las empresas y en la sociedad en general. DESCRIPTORES: A debate Enfermedades crónicas Lugar de trabajo Coste Gasto sanitario Productividad 018_Enfermedades cronicas.indd 18 018_Enfermedades cronicas.indd 18 28/01/2009 9:56:14 28/01/2009 9:56:14

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FICHA TÉCNICA

AUTOR: XXXXXXXX, Xxxxxx.

TÍTULO: Xxxxxxxxxxxxxx.

FUENTE: Gestión Práctica de Riesgos La-borales, nº 57, pág. 18, febrero 2009.

RESUMEN: Xxxxxxxxxxxxx xxxxxxxxxx xxxxxxxxxx xxxxxx xxxxxxxx. Xxxxx xxxxxxx xxxxxxxxxx xxxxxxxxxx xxxxx xxxxxxxxx xxxxxxxxxxx xxxxxxxx.

DESCRIPTORES: • Xxxxxxxxxxxx.• Xxxxxxxxxxxx.• Xxxxxxxxxxxx.

> A DEBATE

Nº 57 • Febrero de 2009Gestión Práctica deRiesgos Laborales18 •

Cada año, cerca de 17 millones de personas mueren por enfermedades

crónicas, según la OMS. Las repercusiones económicas para las empresas

son elevadas, ya que el coste por la disminución de la productividad es

cinco veces superior al que supondría tratar médicamente estas afeccio-

nes, más teniendo en cuenta que se conocen los principales factores de

riesgo y que se pueden evitar. Por eso, es fundamental que las compañías

desarrollen programas de promoción de la salud.

Dra. Clara Guillén Subirán, jefe de Departamento de Enfermedades Profesionales de Ibermutuamur.

Repercusiones de las

enfermedades crónicas

AUTOR: GUILLÉN SUBIRÁN, Clara

TÍTULO: Repercusiones de las enfer-medades crónicas

FUENTE: Gestión Práctica de Riesgos La-borales, nº 57, pág. 18, febrero 2009.

RESUMEN: Las enfermedades crónicas se caracterizan por su larga duración y, por lo general, por su progresión lenta. En este concepto se incluyen las enfer-medades cardiovasculares, los cánceres, las enfermedades respiratorias crónicas, la diabetes, algunos trastornos neuropsi-quiátricos, las enfermedades osteomus-culares, las afecciones bucodentales, las enfermedades digestivas, los trastornos genitourinarios, las malformaciones con-génitas y algunas enfermedades cutá-neas. Los cuatro primeros grupos men-cionados son responsables de casi el 60% de la mortalidad en el mundo. Además de su contribución a la mortalidad, la patología crónica tiene efectos adversos importantes en la calidad de vida de los pacientes y efectos económicos relevan-tes en las familias, en las empresas y en la sociedad en general.

DESCRIPTORES: • A debate• Enfermedades crónicas• Lugar de trabajo• Coste• Gasto sanitario• Productividad

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L as enfermedades crónicas se caracteri-zan por su larga duración y, por lo ge-neral, por su progresión lenta. En este concepto se incluyen las enfermeda-

des cardiovasculares, los cánceres, las enferme-dades respiratorias crónicas, la diabetes, algunos trastornos neuropsiquiátricos, las enfermedades osteomusculares, las afecciones bucodentales, las enfermedades digestivas, los trastornos genitouri-narios, las malformaciones congénitas y algunas enfermedades cutáneas. Los cuatro primeros grupos son responsables de casi el 60% de la mortalidad en el mundo.

El impacto de las enfermedades crónicas está creciendo de forma sostenida en numerosos paí-ses. Además de su contribución a la mortalidad, la patología crónica tiene importantes efectos ad-versos en la calidad de vida de los pacientes, así como relevantes repercusiones económicas en las familias, en las empresas y en la sociedad en general, que frecuentemente se subestiman.

La salud de los trabajadores se convierte así en una cuestión decisiva tanto desde el punto de vista político y social como económico. La nece-sidad de prever y comprender la relevancia de las enfermedades crónicas, así como la de inter-venir sobre ellas es una cuestión cada vez más importante.

Para valorar la magnitud del problema, es preciso mejorar las estadísticas sobre enfermedades crónicas

Muchos países carecen de sistemas de vi-gilancia adecuados para realizar un seguimiento de las enfermedades crónicas y sus factores de riesgo. Por ello, la información estadística para estimar la morbi-mortalidad por enfermedades crónicas es fragmentaria, limitada e insuficiente para desarrollar estrategias.

Es necesario fortalecer la capacidad interna-cional para sistematizar la información disponible sobre enfermedades crónicas, al igual que es pre-ciso llevar un seguimiento más exhaustivo de las tendencias internacionales de mortalidad, de inci-dencia y de factores de riesgo. Además, para con-seguir este último objetivo, es necesario mejorar el uso que, con este fin, se hace de los registros de enfermedades y de los estudios epidemiológi-

cos ya que, actualmente, suele estar limitado por problemas de comparación. Se considera priorita-rio ampliar y mejorar los sistemas de registro de la mortalidad, así como optimizar los métodos em-pleados para identificar las causas de muerte.

El estudio Carga mundial de enfermedad, que está realizando un consorcio de institucio-nes, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS), y que cuenta con la financiación de la Fun-dación Bill & Melinda Gates, tiene como objetivo estimar las tendencias relativas a la carga de la enfermedad crónica entre 1990 y 2005 para to-das la regiones del mundo. Sus resultados, que se publicarán en 2010, serán un valioso recurso para realizar análisis y fijar prioridades en esta materia.

Algunos datos sobre la morbi-mortalidad por enfermedades crónicas

Según un informe de la OMS, Preventing chronic diseases: a vital investment, las muertes provocadas por enfermedades crónicas represen-tan el 57% del total de fallecimientos al año. El informe estima que unos 17 millones de perso-nas mueran cada año como resultado de la “epi-demia mundial” de enfermedades crónicas. Esta tendencia al alza se produce en un momento en el que estas enfermedades son, en la mayoría de los casos, evitables.

Las enfermedades crónicas que causan ma-yor mortalidad son las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes. Las discapaci-dades visuales y la ceguera, los defectos de audi-ción y la sordera, las enfermedades bucodentales y los trastornos genéticos son otras afecciones crónicas que causan morbilidad.

Las mortalidad por enfermedades crónicas su-pone el doble del número de defunciones corres-pondientes al conjunto de todas las enfermedades infecciosas –incluidos el VIH/Sida, la tuberculosis y la malaria–, las enfermedades maternas y perina-tales, y las carencias nutricionales. En la Tabla 1 (página 20) se muestra las previsiones para 2015 del número de defunciones en el mundo en fun-ción de su causa.

Se prevé que las defunciones por el conjunto de enfermedades infecciosas, dolencias maternas

La información estadística

para estimar la morbi-mortalidad por enfermedades

crónicas es fragmentaria,

limitada e insuficiente

para desarrollar estrategias

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y perinatales, y carencias nutricionales disminu-yan en un 3% durante los próximos seis años y que las defunciones por enfermedades crónicas aumenten un 17% en ese mismo período. Eso significa que de los 64 millones de personas que fallecerán en 2015, 41 millones lo harán por una enfermedad crónica, a menos que se tomen me-didas urgentes.

Aunque la presencia de enfermedades cróni-cas es más elevada en los países industrializados, se estima que la convergencia de las economías globales y el éxito del estilo de vida occidental en todo el mundo han provocado un incremento de este tipo de enfermedades en los países con

economías emergentes. Según este informe de la OMS, sólo un 20% de las muertes por enfer-medades crónicas se producen en los países de altos ingresos, mientras que el 80% se registran en los países de ingresos bajos1 y medios, don-de vive la mayor parte de la población mundial (Gráfico 1).

En estos países confluyen los retos viejos y nuevos de la salud pública: siguen teniendo que afrontar el problema de las enfermedades infecciosas, pero muchos están experimentando ya un rápido repunte de los factores de riesgo de enfermedades crónicas y las defunciones asocia-das, especialmente en los entornos urbanos.

En relación con la edad, casi la mitad de las muertes por enfermedades crónicas se producen en personas de menos de 70 años; mientras que una cuarta parte de esas defunciones se da en personas con menos de 60 años. En cuanto al sexo, se suele pensar que algunas enfermedades crónicas, especialmente las cardiopatías, afectan principalmente a los hombres, pero lo cierto es que las padecen casi por igual mujeres y hombres (Gráfico 2).

Las enfermedades crónicas se originan, por lo general, por factores de riesgo conocidos y evitables

Las causas de la mayoría de las enfermeda-des crónicas están en factores de riesgo conocidos y evitables, como los malos hábitos alimenticios, la inactividad física y el consumo de tabaco. Según la OMS, cada año como mínimo 4,9 millones de personas mueren como consecuencia del consu-mo de tabaco; 2,6 millones de personas mueren por su sobrepeso y su obesidad; 4,4 millones de personas lo hacen como resultado de unos nive-les elevados de colesterol total y 7,1 millones de personas mueren por una tensión arterial elevada.

Según un estudio realizado por Pricewater-houseCoopers (PwC) y World Economic Forum (Working Towards Wellness: The Business Ratio-nale), se estima, por ejemplo, que la obesidad se incrementará un 75% en 2015. En Reino Unido,

G R Á F I C O S 1 Y 2

Distribución mundial prevista de las

defunciones por enfermedades crónicas,

según nivel económico del Banco Mundial*

* Todas las edades.Fuente: Organización Mundial de la Salud, 2005. Fuente: Organización Mundial de la Salud, 2005.

Previsiones sobre la mortalidad mundial

por cardiopatía coronaria

TA B L A 1

Mortalidad mundial prevista para 2015 por distintas causas

Causas Mortalidad* (nº de defunciones)

VIH/Sida 2,83

Tuberculosis 1,61

Malaria 8,83

Enfermedades cardíacas 17,53

Cáncer 7,58

Enfermedades respiratorias crónicas 4,05

Diabetes 1,12

* Datos: en millones. Incluye todas las edades.Fuente: Organización Mundial de la Salud

Países de bajosingresos

35%

Países de ingresos medios bajos

37%

Países de altos ingresos

20% Países de ingresos

medios altos 8%

Mujeres

47%Hombres

53%

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la tasa de obesidad ya supone el 23% y en algu-nas ciudades chinas supera el 20%.

Existe información pormenorizada acerca de los factores de riesgo de las enfermedades cróni-cas. La Infobase mundial de la OMS ha recogido datos de estudios poblacionales sobre varios fac-tores de riesgo importantes relacionados con las enfermedades crónicas: alcohol, tensión arterial, colesterol, dieta, sobrepeso y obesidad, actividad física, tabaco, diabetes, salud bucodental y defec-tos de la visión. Asimismo, la OMS ha elaborado estimaciones por países. De este modo:

> La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte y discapacidad en Europa; el origen está en el tabaco, los malos há-bitos alimenticios, la falta de ejercicio y el colesterol alto.

> El Banco Mundial estima que la carga econó-mica del tabaco, incluidos los costes sanita-rios y la pérdida de capacidad productiva por discapacidad o muerte, se sitúa en torno a los 200.000 millones de dólares (cerca de 142.000 millones de euros) anuales. La OMS indica que tres millones de personas mueren anualmente por el tabaco. El 50% de todos los fumadores regulares de cigarrillos morirán por esta causa, la mitad de ellos en la media-na edad, produciéndose una pérdida media de 20 años en la esperanza de vida.

El impacto socioeconómico de las enfermedades crónicas de los trabajadores

Las enfermedades crónicas que padecen los trabajadores tienen una gran relevancia por la discapacidad que producen y por su repercusión socioeconómica. Estas enfermedades tienen un coste importante para las empresas en todo el mundo y suponen una amenaza para su soste-nibilidad económica, según el informe de PwC y World Economic Forum. Provocan efectos negati-

vos en la mano de obra disponible, el ahorro, las inversiones y, por tanto, en el mercado general.

De hecho, el coste que implica para las empre-sas la caída de la productividad de los trabajadores con este tipo de enfermedades es cinco veces su-perior al coste que supondría tratar médicamente dichas afecciones. El asma, la diabetes y la hiper-tensión son las tres enfermedades crónicas que provocan más bajas laborales de los trabajadores en Estados Unidos, según un estudio de la Asociación de Hospitales de Estados Unidos (AHA). Esas bajas laborales cuestan 30.000 millones de dólares (algo más de 21.000 millones de euros) y suponen la pérdida de más de 160 millones de días de trabajo productivo cada año, siendo el asma la enfermedad crónica que provoca más ausencias.

En el informe de PwC se calcula que el total de años perdidos de trabajo sólo por enferme-dades cardiovasculares en Brasil, Sudáfrica, Rusia, India y China aumentará un 64% en 2030, pa-sando de 20,6 millones a 33,7 millones de años.

Las enfermedades crónicas representan la mayor parte de los costes de los sistemas sani-tarios. De hecho, la expansión de enfermedades crónicas puede crear un riesgo social que ponga en peligro los sistemas sanitarios y la sostenibili-dad económica.

Las políticas de prevención y la gestión de las enfermedades crónicas representan cada vez un mayor desafío en materia sanitaria en los paí-ses de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En su informe anual Panorama de la Sanidad compara la si-tuación en sus 30 países miembros y analiza las tendencias en el estado de salud y la calidad de la atención. En la Tabla 2 se compara el gasto sanitario en algunos países de la OCDE.

En 2020, el gasto sanitario de los países de la OCDE se habrá multiplicado por tres respecto a 2005, hasta alcanzar los 10 billones de dólares (unos 7.000 millones de euros). Precisamente, el fuerte incremento de los costes, el importante

1 Hay que tener en cuenta que es mayor el nú-mero de pacientes con enfermedades cróni-cas en los países industrializados, mientras que la cifra de fallecimientos es más elevada en los países poco desarrollados, ya que las medidas terapéuticas para afrontarlas son más deficientes.

TA B L A 2

Gasto sanitario en los países de la OCDE (nº de dólares/persona)

Países Gasto sanitario (dólares/persona)

Estados Unidos 6.041

Luxemburgo 5.352

Noruega 4.364

España 2.255

Polonia 867

México 675

Turquía 586

Fuente: Informe Panorama de la salud, OCDE 2007.

TA B L A 3

Porcentaje de gasto en sanidad

Países PIB

Estados Unidos 15,3%

Francia 11,1%

México 6,4%

Polonia 6,2%

Corea del Sur 6%

Fuente: Informe Panorama de la salud, OCDE 2007.

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crecimiento de la demanda, una calidad irregular y unos incentivos inapropiados son las principales amenazas que pueden llevar a la quiebra finan-ciera de estos sistemas. Dentro de 11 años, los gastos sanitarios alcanzarán el 21% del PIB en Es-tados Unidos y una media de 16% en los demás países de la OCDE (Tabla 3, página 21).

Todos estos datos hacen suponer que los sistemas sanitarios en todo el mundo serán difí-cilmente sostenibles en un plazo de 15 años si no se introducen cambios importantes. Los programas de prevención y gestión de enfermedades tienen un potencial no explotado para mejorar la situación sanitaria y reducir costes, pero requieren apoyo e integración en todo el sector para que sus benefi-cios se materialicen.

Las políticas y los programas que mejoran el bienestar laboral

Las políticas y programas de promoción de la salud se traducen en beneficios económicos y en resultados rentables: reducen la carga de enferme-dades laborales; apoyan las prácticas relacionadas con la salud de los trabajadores; contribuyen a la creación de capital social, al fortalecer a la persona a título individual y los recursos organizativos que conducen a la salud; reducen el absentismo y au-mentan la productividad y la competitividad.

Según el estudio de PwC, los programas de bienestar impulsados por las empresas reducen los factores de riesgo para la salud que pueden provocar enfermedades crónicas. Estas afecciones son, en gran medida, “evitables” siendo impres-cindible que las empresas apuesten por políticas y programas que mejoren el bienestar laboral reduciendo los factores de riesgo y frenando los efectos que estas enfermedades tendrán sobre las empresas y la economía. Además, este estu-dio apuesta por una colaboración público-privada en las cuestiones relacionadas con la salud.

Una empresa que muestra interés por la sa-lud de sus trabajadores, que invierte e impulsa programas de salud y bienestar, y que fomenta la reducción de comportamientos de riesgo será una compañía más atractiva, que retendrá y moti-vará mejor a sus empleados. Si se tiene en cuenta que el capital humano es un activo cada vez más escaso en el mundo y que la demanda de talento va en aumento, éste es otro de los motivos por

los que las empresas deberían invertir en la pre-vención de las enfermedades crónicas.

Es necesaria una respuesta mundial conjunta ante las enfermedades crónicas; en este sentido destacan dos estrategias de la OMS, el Convenio marco para el control del tabaco (CMCT) y la Estra-tegia mundial sobre régimen alimentario y actividad física, orientadas a ayudar a los países en desarrollo a abordar los factores de riesgo clave. Estas estrate-gias mundiales son un posible marco para el desa-rrollo y la aplicación de estrategias nacionales de prevención y control de enfermedades crónicas.

Otra iniciativa interesante es la del Fogarty International Center (dependiente del Instituto Nacional de Salud estadounidense) que ha des-tinado 1,5 millones de dólares (un poco más de un millón de euros) a la lucha contra las enferme-dades crónicas en el mundo. La institución estado-unidense financia iniciativas para educar a los ciu-dadanos en estilos de vida saludables y diversos programas de investigación para la prevención de estas patologías, especialmente en aquellos países de escasa o nula cobertura sanitaria.

Algunos ejemplos de promoción de la salud eficaz en el lugar de trabajo

Un papel clave de la promoción de la salud consiste en incrementar, por medio de la informa-ción y otros medios, la comprensión de los temas sanitarios y ayudar en la medida de lo posible a que las personas realicen elecciones positivas para la salud.

Durante los últimos años, muchos países europeos se han embarcado en un creciente nú-mero de programas de Promoción de la Salud en el lugar de Trabajo (Workplace Health Promotion –WHP). Hay evidencia de que dichos programas, combinados con prácticas de salud laboral y de seguridad, mejoran la productividad, el producto y la calidad de proceso, también mantienen los costes de mano de obra bajo control, aumentando así la competitividad.

La capacidad de las personas para discriminar y realizar elecciones positivas para la salud influye en gran medida en los efectos de esas enferme-dades. Se ha demostrado, sin duda, que las estra-tegias de promoción de la salud aplicadas duran-tes los últimos 20 años representan una diferencia

Una empresa que muestra interés por la salud de sus trabajadores y que fomenta la reducción de

comportamientos de riesgo será una compañía más atractiva, que retendrá y

motivará mejor a sus empleados

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importante a la hora de abordar aquellas enferme-dades y dolencias que se ven más afectadas por el modo en que las personas eligen vivir.

Una de las intervenciones más cuidadosa-mente documentada ha tenido lugar en Carelia del Norte, Finlandia, donde la mortalidad cardio-vascular ha experimentado un descenso del 73% desde 1972, mientras que la mortalidad por to-das las causas se ha reducido en un 50% en la población en edad de trabajar durante el mismo período. Además, la experiencia de Carelia del Norte registró reducciones de la mortalidad por cáncer de pulmón del 71% y de la mortalidad por cáncer (por otras causas) de alrededor del 44%.

Los resultados espectaculares del ejemplo de Finlandia no son únicos. Otros estudios demues-tran que los programas destinados a cambiar los hábitos del estilo de vida han aportado beneficios sanitarios altamente positivos. En Bélgica, un pro-yecto de prevención de la enfermedad cardiovas-cular en el lugar de trabajo, en el cual ha colabora-do la OMS, ha tenido como resultado la reducción del 25% de la mortalidad por esta enfermedad.

Los programas de abandono del tabaco for-man parte de prácticamente todas las iniciativas de promoción de la salud o prevención de la en-fermedad en el lugar de trabajo. El coste por año de vida ganado como consecuencia de estos pro-

gramas oscila entre 2.600 y 5.700 dólares (entre poco más de 1.850 y 4.000 euros).

También existen numerosas referencias que corroboran los beneficios de una dieta sana. Así, un panel de expertos del Fondo Mundial de Investiga-ción Oncológica ha llegado a la conclusión de que seguir la pauta recomendada de cinco raciones de fruta y verdura cada día podría reducir las tasas de cáncer en más de un 20%. Estos expertos advier-ten, asimismo, de que el seguimiento de las reco-mendaciones dietéticas y de actividad física, además del mantenimiento de un peso corporal saludable, podría reducir el riesgo de cáncer en un 30-40%.

Conclusiones

Es evidente el impacto socioeconómico de las enfermedades crónicas. La necesidad de pre-ver y comprender su relevancia, así como de in-tervenir urgentemente sobre ellas es una cuestión cada vez más importante.

Actualmente los sistemas de vigilancia e información de enfermedades crónicas son limi-tados, fragmentarios e insuficientes para desarro-llar estrategias.

La mayoría de las enfermedades crónicas es-tán causadas por factores de riesgo conocidos y

evitables, como los malos hábitos alimenticios, la inactividad física y el consumo de tabaco.

Las políticas y los programas de promoción de la salud y de bienestar laboral impulsados por las empresas reducen los factores de riesgo para la sa-lud que pueden provocar enfermedades crónicas.

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Es evidente el impacto socioeconómico de las enfermedades crónicas. La necesidad de prever y comprender su relevancia, así como de intervenir urgentemente sobre ellas

es una cuestión cada vez más importante.©

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