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Reportaje Tres sombreros de copa 60 años después de su publicación El rencuentro con Miguel Mihura y su primera obra Alicia Barrios, Mónica Giménez, Miriam Gimeno Hoy hace 60 años que la obra de Miguel Mihura, Tres sombreros de copa, se publicó. Este reportaje servirá para que recordemos un poco la vida de este personaje que ha marcado en la historia del teatro. Miguel Mihura fue un escritor, autor teatral, historietista y periodista nacido el 12 de junio de 1905 en Madrid y falleció el 28 de octubre de 1977 en la misma ciudad. Mihura fue criado en un ambiente cercano al teatro y decidió dejar sus estudios para dedicarse al humor gráfico. Durante los años veinte trabajó como periodista y posteriormente reconvirtió una revista falangista en La Codorniz, fue una de las revistas satíricas más importantes durante la dictadura. No obstante, Miguel Mihura es recordado como autor teatral. Sus obras son precursoras del Teatro del Absurdo. Su primera obra se desarrolló a principios del siglo XX. En el teatro de esa época se producían condicionamientos sociales, por lo que se tenían muy en cuenta los gustos del público. En consecuencia, no se realizaban obras que no estuvieran aprobadas por la sociedad. Tres sombreros de copa nació a los 27 años de edad del autor, en 1932, y tal y como él dijo: No era uno de esos jóvenes intelectuales que llegan al teatro queriendo acabar con todo lo viejo y hablando mal de los autores consagrados. Yo admiraba a todos ellos y me leía una y otra vez sus comedias, sus zarzuelas, sus juguetes cómicos y sus sainetes. (…) Y de pronto, sin proponérmelo, sin la menor dificultad, había escrito una obra rarísima, casi de vanguardia, que no sólo desconcertaba a la gente, sino que sembraba el terror entre los que la leían.” Pensamos que Tres sombreros de copa es una obra descabellada, triste, con un amargo final. Es una obra donde constantemente se relacionan recursos surrealistas y realistas; con un “humor extraño” e infantil, aunque Miguel Mihura afirma que nunca quiso escribir una obra de vanguardia. A nuestro parecer, con Tres sombreros de copa se estrena una nueva etapa en el teatro cómico español. Miguel Mihura se adelantó, sin duda, a su tiempo. En 1947 se pública la obra en formato libro y cinco años después, en 1952 se representó por primera vez por el Teatro Universitario bajo la dirección de Gustavo Pérez Puig. Esta obra mostró una clara contraposición entre el mundo de la fantasía y el de la realidad. Resultó impactante no por su contenido, que se ajustaba perfectamente a lo que estaba sucediendo en esa época, sino por las circunstancias en las que surgió la obra. Ionesco escribió: Tres sombreros de copa, de Miguel Mihura, tiene la ventaja de asociar el humor trágico, la verdad profunda, al ridículo, que, como principio caricaturesco, sublima y realza, ampliándola, la verdad de las cosas.” Al aparecer en escena 20 años después de ser escrita, el drama interno de la obra se enfatizó. El humor de Mihura puede ser revisado poco más de medio siglo después sin problemas, porque se ha convertido en clásico. Cuando uno ve hoy la obra puede que ya no se Arriba, una escena de Tres sombreros de copa

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Reportaje Tres sombreros de copa 60 años después de su publicación

El rencuentro con Miguel Mihura y su primera obra

Alicia Barrios, Mónica Giménez, Miriam Gimeno

Hoy hace 60 años que la obra de Miguel Mihura, Tres sombreros de copa, se publicó.

Este reportaje servirá para que recordemos un poco la vida de este personaje que ha marcado en la historia del teatro.

Miguel Mihura fue un escritor, autor teatral, historietista y periodista nacido el 12 de junio de 1905 en Madrid y falleció el 28 de octubre de 1977 en la misma ciudad. Mihura fue criado en un ambiente cercano al teatro y decidió dejar sus estudios para dedicarse al humor gráfico. Durante los años veinte trabajó como periodista y posteriormente reconvirtió una revista falangista en La Codorniz, fue una de

las revistas satíricas más importantes durante la dictadura. No obstante, Miguel Mihura es recordado como autor teatral. Sus obras son precursoras del Teatro del Absurdo.

Su primera obra se desarrolló a principios del siglo XX. En el teatro de esa época se producían condicionamientos sociales, por lo que se tenían muy en cuenta los gustos del público. En consecuencia, no se realizaban obras que no estuvieran aprobadas por la sociedad.

Tres sombreros de copa nació a los 27 años

de edad del autor, en 1932, y tal y como él dijo: “No era uno de esos jóvenes intelectuales que llegan al teatro queriendo acabar con todo lo viejo y hablando mal de los autores consagrados. Yo admiraba a todos ellos y me leía una y otra vez sus comedias, sus zarzuelas, sus juguetes cómicos y sus sainetes. (…) Y de pronto, sin proponérmelo, sin la menor dificultad, había escrito una obra rarísima, casi de vanguardia, que no sólo desconcertaba a la gente, sino que sembraba el terror entre los que la leían.”

Pensamos que Tres sombreros de copa es

una obra descabellada, triste, con un amargo final. Es una obra donde constantemente se relacionan recursos surrealistas y realistas; con un “humor extraño” e infantil, aunque

Miguel Mihura afirma que nunca quiso escribir una obra de vanguardia. A nuestro parecer, con Tres sombreros de copa se estrena una

nueva etapa en el teatro cómico español. Miguel Mihura se adelantó, sin duda, a su tiempo.

En 1947 se pública la obra en formato libro y cinco años después, en 1952 se representó por primera vez por el Teatro Universitario bajo la dirección de Gustavo Pérez Puig. Esta obra mostró una clara contraposición entre el mundo de la fantasía y el de la realidad.

Resultó impactante no por su contenido, que se ajustaba perfectamente a lo que estaba sucediendo en esa época, sino por las circunstancias en las que surgió la obra.

Ionesco escribió: “Tres sombreros de copa, de Miguel Mihura, tiene la ventaja de asociar el humor trágico, la verdad profunda, al ridículo, que, como principio caricaturesco, sublima y realza, ampliándola, la verdad de las cosas.”

Al aparecer en escena 20 años después de ser escrita, el drama interno de la obra se enfatizó.

El humor de Mihura puede ser revisado poco más de medio siglo después sin problemas, porque se ha convertido en clásico. Cuando uno ve hoy la obra puede que ya no se

Arriba, una escena de Tres sombreros de copa

sorprenda tanto. En el momento de su estreno, causó mucho escándalo y asombro. Actualmente ya conocemos el humor absurdo, lo hemos visto multitud de veces en la televisión, en el cine, o en el propio teatro. Pero Tres sombreros de copa tiene la ventaja de ser la primera en hacerlo en nuestro país y Mihura se convierte, sin pretenderlo, en un precursor de uno de los tipos de humor más aplaudidos en la actualidad.

Anna Fernández, Anna Martínez

Vida del autor:

Miguel Mihura nació el 21 de julio de 1905 en

Madrid (España). Fue un escritor, historietista y

periodista español. Su padre Miguel Mihura

Álvarez fue actor, autor y empresario. M. Mihura

vivió desde niño en el ambiente teatral que influirá

considerablemente en su obra. Al acabar sus

estudios secundarios abandonó su instrucción

académica para dedicarse al dibujo humorístico en

diversas publicaciones. Este humor absurdo se

manifiesta en su primera obra teatral, Tres

sombreros de copa, que revoluciona el teatro

español. Trabajó como periodista y conoció grandes

escritores de su mismo género, el teatro de humor,

como Tono, Edgar Neville, Enrique Jardiel

Poncela. Años de bohemia son los que vive Mihura

en su juventud. Empezó a escribir antes de la

guerra, pero su reconocimiento fue tardío, hacia los años cincuenta. A partir de los

Miguel Mihura junto a su obra “Tres sombreros de copa” en un viaje a lo largo de los años.

cincuenta Mihura tiene un cambio en su forma de escribir, impone la sátira sobre el

humor. Mihura murió el 28 de octubre del 1977 en Madrid.

Tres sombreros de copa:

La originalidad de Tres sombreros de copa se encuentra en que un hombre cualquiera va

a pasar su última noche de soltero en un hotel. La acción transcurre en una sola noche,

en la cual le pasan unos hechos irreales que lo sumergen en un ambiente distinto.

Mihura usa el humor para acometer contra la sociedad. Critica los tópicos y los

estereotipos de la sociedad burguesa y también de la otra sociedad más marginal.

A lo largo de la obra se dibujan dos mundos distintos. Por un lado encontramos el

mundo de Dionisio, representante de la vida burguesa, con sus normas, un mundo serio

y aburrido, puritano e hipócrita, y el segundo lo forman el grupo de bailarinas de Buby

Barton, el conjunto de “music hall”, que representa el mundo de la libertad, alegría,

imaginación, de lo inesperado en él conviven los juegos y el amor apasionado al margen

de las convenciones, pero es una visión falsa, ya que es su forma de vida y no la pueden

cambiar porque la sociedad se lo impide, son goces superficiales. Mihura critica la

forma de vida inauténtica, y plantea en forma de dramatización el problema de libertad

de la época. La gente está dominada por una sociedad cerrada de falsos valores y de

apariencias. En la obra se enfrentan el mundo de las restricciones y convencionalismos

y el de la libertad y la imaginación, tema que será constante en su obra.

Tres sombreros de copa a lo largo del tiempo:

En 1932 se escribió la obra, Tres sombreros de copa. Mihura la dio a conocer entre sus

amigos y algunos empresarios, actores y directores de la época que no la entendieron,

era demasiado atrevida. El teatro de Mihura pretende salirse de las tendencias que

estaban en uso en ese momento. Se trata de una obra y un humor distinto. A partir de

esta obra, Mihura inicia un movimiento literario humorístico, crea el llamado teatro del

absurdo. Se basa en el sentimentalismo. Esta obra para la época era una ruptura con el

teatro cómico anterior, por eso la gente de su alrededor no la entendió y no la estrenaron

hasta 20 años después de ser escrita.

La obra Tres sombreros de copa de M. Mihura se

publica en 1947 y se estrena en teatro en 1952. El

humor de sus obras publicadas anteriormente se

difundió gracias a la revista donde trabajaba La

codorniz, y también gracias a ello ya es conocido en

toda España.

El ambiente vanguardista en el que vivía Mihura en el

Madrid de preguerra parecía propiciar su estreno. Su

fama como autor cómico hizo que se estrenara en la

compañía Alady, dirigida por Gustavo Pérez Puig.

La Guerra Civil española no afectará a la creación

teatral, sino que ayudará a cambiar un teatro que ya había empezado su transformación.

El teatro de postguerra se orienta hacia el teatro de evasión, que se basa en comedias

inofensivas y divertidas, y el teatro cómico, que se diferencia del teatro de humor

clásico, que en esta época es criticado. Como representantes máximos de este humor,

podemos situar al Miguel Mihura del absurdo y con él, sus obras más clásicas.

Es estrenada como ya hemos dicho, en 1952. Es considerada como una obra triste con

un amargo final, los recursos vanguardistas que aparecen son básicamente relaciones

surrealistas entre el inconsciente y la realidad, conecta también con el surrealismo de

Ionesco.

En la actualidad son numerosas las ediciones y reediciones que se han realizado, siendo

también una de las obras más editadas y más vendidas de la historia del teatro español.

Hoy en día aún se sigue representando esta obra, pero no goza en la actualidad de una

aceptación ética total ya que en muchas ocasiones las críticas van dirigidas a Buby, el

personaje negro de la obra teatral. No se le trata a veces como un ser humano, y sin

embargo tendríamos que entender que forma parte del llamado humor del absurdo,

aunque nosotros lo veamos como un acto de racismo.

En fin… una obra que marca el paso del tiempo.

Tres sombreros de copa vuelve de nuevo

al escenario

Los alumnos de IES Damià Campeny representan una nueva

adaptación de la conocida obra Tres sombreros de copa de

Miguel Mihura.

LAURA VIÑAS Y CARLOTA

ESPALLARGAS | MATARÓ

El próximo sábado 23 de enero se

estrenará de nuevo la conocida

comedia teatral, Tres sombreros

de copa de Miguel Mihura en el teatro El Foment de Mataró. Será

representada por los alumnos de

segundo de bachillerato del instituto IES Damià Campeny y

dirigida por Enric Serra, después

de sesenta años que fue representada por primera vez.

En 1952 se representó esta

comedia de humor blanco por

primera vez en el Teatro Universitario de Madrid y fue

dirigida por Gustavo Pérez Puig.

Obtuvo un gran éxito ya que marcó una nueva etapa en el

teatro español. Miguel Mihura es

también el autor de obras como Ni pobre ni rico, sino todo lo

contrario (1943), A media luz los

tres (1953), Melocotón en almíbar

(1958), Maribel y la extraña familia (1959), La bella Dorotea

(1963), Ninette y un señor de

Murcia (1964) y La decente (1968).

Esta divertida y dramática

comedia trata sobre un idilio entre un joven provinciano (Dionisio,

interpretado por Adrián Peña) y

una bailarina (Paula, interpretado

por Anna Ramos), sobre el deseo de la libertad, y hace una crítica

sobre las clases sociales de la

época de la preguerra.

Los alumnos del IES Damià

Campeny han querido modificar la obra adaptándola a la actualidad,

modernizándola con nuevos

personajes, con un lenguaje y un

vestuario adaptado a los tiempos de hoy y con una visión más

destacada de las desigualdades

entre las clases sociales.

El público tendrá la oportunidad de

ver la comedia teatral el 23, el 24,

el 30 y el 31 de diciembre en el teatro Foment de Mataró. De esta

manera, la ciudadanía que se haga

presente en estos espectáculos

verá en acción a los estudiantes, y pasaran un rato agradable y

divertido gracias al trabajo e

ilusión de estos estudiantes. La entrada a todas las

representaciones es gratuita.

totmataro.cat (18 de enero del

2010)

¡CAPULLITO DE AZUCENA!

¡Viva el amor y las flores, capullito de azucena! Escribió hace unos 60 años un hombre llamado Miguel Mihura, escribiendo junto a ésta, las últimas frases de su obra Tres sombreros de Copa.

Miguel Mihura creó una obra que podríamos definir como el perfecto ejemplo de teatro humorístico que podríamos encontrar a principios de los años 50. Para poder decir esto tenemos que conocer esa época y el tipo de obras que se llevaban a cabo. En el teatro de posguerra encontraremos básicamente dos grandes corrientes, las obras humorísticas, en cierta manera surrealistas, y las de crítica social mucho más realistas. Mihura entrará directo hacia el teatro humorístico gracias a esta obra, que nos narra cómo en una sola noche un hombre encuentra la bohemia de la vida, la locura, todo lo contrario de lo que él había tenido hasta entonces, y de cómo pierde este estado en un instante, volviendo a su rutinaria vida.

Este tipo de obras destacan por situaciones poco predecibles, inverosímiles y por unos diálogos en los que la cordura no hace aparición en escena. Estas características se demuestran a lo largo de la obra con frases como pueden ser: “Hasta mañana, carita de madreselva.”, “¿y hace mucho tiempo que es usted negro?” y todo tipo de conversaciones que aparecen a lo largo de la obra en que los personajes se insultan o tienen conversaciones totalmente ilógicas. Con este tipo de obras, tanto Mihura como otros autores que las creaban, intentaban a través de una estructura bien elaborada, defender lo tradicional (en el caso de Tres sombreros de copa el casamiento prevalecerá sobre la bohemia) y hacer una pequeña crítica graciosa sobre el modo de vida de la época, tanto de las altas clases como puede ser la burguesía, como de las

clases bajas como son pueden ser los artistas en la obra de Mihura.

En esta obra podemos encontrar la similitud entre las personas de la época y los personajes de la obra. Por una banda encontramos a la bohemia, encarnada en Paula, Buby, Fany y el resto de artistas, que tienen que robar para poder seguir su estilo de vida. En cambio la burguesía esta encarnada por personajes como el señor odioso o el suegro de Dionisio, que o sucumbirán a los engaños como en el caso del anciano militar o utilizarán a los artistas para su propio beneficio como el odioso señor.

Para ir acabando y en resumen, esta obra de Mihura refleja perfectamente la alta comedia y el teatro humorístico, creando dos grandes hechos: Una obra perfectamente estructurada que forma parte de la literatura castellana y una sonrisa en la cara de cada lector que, entre risas, lea todos los comentarios graciosos que contiene el libro.

Divergente estreno de Tres sombreros de copa

La obra de Miguel Mihura, Tres sombreros de

copa, se estrenó ayer en el teatro Alcalá de

Madrid, provocando una reacción muy diversa

entre el público.

Por si el lector no lo sabe, la obra de Miguel

Mihura llevaba fuera del mundo del teatro más

de treinta años, pero hace tres meses la

compañía de teatro Los Solfamidas anunció

que iba a recuperar la obra del olvido para

presentarla de nuevo en los teatros españoles.

Ayer más de setecientas personas asistieron a la

inauguración de la obra, que por fin veía la luz.

Muchas de ellas salieron del teatro con una

mueca de desagrado, aunque muchas otras

disfrutaron de la obra e incluso hubo alguna

que otra carcajada.

La obra de Miguel Mihura pertenece al teatro

del absurdo, que fue una corriente de obras (y

un estilo teatral surgido de estas) escritas por

dramaturgos estadounidenses y europeos en las

décadas de los años 40, 50 e incluso 60. Sus

tramas solían carecer de sentido, sus diálogos

eran repetitivos, y destacaban por su

incoherencia, disparates y demás acciones

ilógicas.

La comedia de Mihura fue escrita en 1932,

mucho antes de que surgiera este estilo, por eso

se dice que fue una obra avanzada a su tiempo.

La obra no fue publicada hasta 1947, quince

años después de su creación, y no fue hasta al

cabo de dos décadas, en 1952, que fue

representada por una compañía en un teatro.

Esta fue el Teatro Español Universitario, el cual

la estrenó en una única sesión de cámara, que

fue dirigida por Gustavo Pérez Puig en el

Teatro Español de Madrid.

Más de medio de siglo después, la obra volvió

a ser “estrenada”, pero esta vez el recibimiento

del público no fue tan positivo como en ese

primer estreno. Esto se debe a que la obra de

Mihura pertenece a un estilo ya extinto, que el

público de hoy en día no puede apreciar. El

humor absurdo de esta obra no se parece al

humor de hoy en día, mucho más directo y

brusco, y esto hace que el público no consiga

apreciar la gran obra de Miguel Mihura.

Quien ha leído la obra y conoce el teatro del

absurdo, ha podido disfrutar de la historia y ha

salido del teatro con una sonrisa en la cara y la

felicidad de haber podido disfrutar finalmente

de esta comedia.

Cabe destacar que la persona que haya leído la

obra y tenga la intención de ir a verla en el

teatro, no tenga en mente una representación

totalmente fidedigna al guión original. El

principal cambio, y también el más notorio, es

la eliminación de la mayoría de los diálogos

sobre la oscuridad de piel de Buby. En la obra

original, la piel de Buby es un tema

humorístico bastante recurrente, pero que en

nuestra época serian rápidamente tachados de

racistas.

Los actores hicieron de la obra un éxito entre

la gente que conocía la obra de Miguel Mihura

o del teatro del absurdo. Incluso entre los más

escépticos, a quienes no les gustaba ese tipo de

humor, se oyó más de una carcajada,

especialmente en los diálogos del primer acto,

y la escena del conejo/ratón. La interpretación

fue excelente, de la categoría de la compañía

Los Solfamidas, sobre todo por la

interpretación del papel de Dionisio por parte

del ya famoso Quirze Romero Petrov, y del

papel de Buby, interpretado por Mufasa Simba

Scar. Estos dos recibieron la mayor parte de los

aplausos, que no fueron precisamente

abundantes, por razones anteriormente

explicadas.

Se espera que en las siguientes funciones baje

la cantidad de espectadores, aunque la mayoría

de críticas eleven la obra a un nivel muy

superior a la mayoría de obras actuales en los

Reparto de la obra de Mihura por la compañía Los Solfamidas. Fuente: Compañía Los Solfamidas

teatros. El boca-boca de esta primera actuación

se prevé que será duro en cuanto a las

siguientes actuaciones.

Cabe destacar que la compañía Los Solfamidas

ha anunciado esta mañana a través del diario

Público que destinará un veinte por ciento de la

recaudación de las próximas dos semanas en

ayudas al pueblo haitiano a través de la ONG

Manos Unidas.

Un mal comienzo para la compañía, que se ha

arriesgado a protagonizar una obra de un estilo

ya obsoleto, pero una muy buena opción para la

gente que quiera aumentar su cultura y tenga la

mente suficientemente abierta para apreciar

esta obra.

Romero, Ros, Rovira.

El diario de Mataró

Controversia: genialidad o extravagancia

Expectación y reacciones variadas ante el estreno de Tres sombreros

de copa en el Teatro Español Universitario

Pol Naranjo Barnet – Madrid – 24/11/1952

Una multitud expectante se

abarrota en la entrada del

Teatro Español Universitario.

Las entradas quedaron agotadas

hace semanas y corre el rumor

de que se hará una única

representación de la obra. La

mayoría de los presentes hemos

leído el libro, editado hace

cinco años, y queremos ver cómo

Gustavo Pérez Puig proyecta en

el escenario esta obra que

tanto revuelo ha causado.

Entramos al interior del

edificio y tomamos asiento.

Poco a poco el ruido del

público se va atenuando hasta

convertirse en un susurro que

se apaga inmediatamente al

apagarse las luces. Se abre el

telón y empieza la obra.

Al terminar el primer acto, la

gente comenta entusiasta la

obra, parece que está gustando

a la masa. La gente toma un

café mientras espera en el

teatro, cuya puerta está

abarrotada de fumadores,

ansiosos por comentar las

interpretaciones y la

simbología de tal o cual

escena. El público es llamado

para iniciar el segundo acto, y

el panorama del segundo

descanso cambia drásticamente.

No es de extrañar que la alta

burguesía que ha asistido a la

representación se sienta

ofendida ante tal muestra de

desprecio. Los que no habían

leído el libro quedan

sorprendidos de una obra en la

que abundan escenas cómicas,

con segundas intenciones muy

amargas. El discurso y el

comportamiento del odioso señor

en la obra ha hecho sonreír a

este público burgués, que no ha

podido hacerlo sin notar un

ligero escozor en el alma.

El tercer acto finaliza y los

jóvenes entusiastas que han

acudido hoy al teatro han

estallado en silbidos, aplausos

y bravos. Los más respetables,

y de costumbres más civilizadas

han aplaudido de forma más

anodina, y han salido

ordenadamente del edificio.

Fuera oímos exaltados

comentarios de los jóvenes:

“Por fin intentamos ponernos al

día”, “¡Vaya bombazo! ¡Crítica

social pura donde la haya!”,

etc.

Precisamente los que suelen

llevar los sombreros de copa

son los esta tarde de noviembre

más enfadados salen del teatro,

e incluso claman que se retire

la obra del circuito. La

mayoría de las opiniones

coinciden en que una obra tan

descabellada y con tan pocos

valores morales no podrá ganar

este año el Premio Nacional de

Teatro, aun con las

innovaciones escénicas de la

pieza teatral, y lo

vanguardista de ésta.

El autor de la obra que hemos

presenciado es Miguel Mihura.

Nació el 21 de julio de 1905,

en Madrid. Escribió Tres

sombreros de copa el 1932, con

27 años, pero no la editó hasta

1947, con 42. Pasó la Guerra

Civil en San Sebastián,

refugiado del bando nacional.

Allí dirigió una revista de

propaganda para los soldados

del frente, que más tarde se

convertiría en la Codorniz,

revista muy sonada con un humor

que roza lo absurdo. Hoy, lunes

24 de noviembre, se estrena la

obra en el escenario del Teatro

Español Universitario de la

mano de Gustavo Pérez Puig, un

entusiasta director de teatro.

Si me preguntara mi más sincera

opinión, le respondería a mi

estimado lector que Tres

sombreros de copa, aunque

innovadora y divertida, no debe

ser tenida en consideración

como una obra maestra, pues

carece de la moralidad e

integridad de nuestra España.

Es una falsa crítica de la gran

sociedad española a la vez que

intenta ridiculizar a las

gentes que contribuyen a que

este país mejore día a día,

siempre acorde con los valores

tradicionales que tan

claramente fundamentan este

estado, siendo las bases de los

hogares de todos los españoles.