Reporte Para La Sasc Concerniente a Los Dispositivos Imperiales

7/27/2019 Reporte Para La Sasc Concerniente a Los Dispositivos Imperiales

1/12

REPORTE PARA LA SASC

(SOCIEDAD PARA EL AVANCE DE

LA CIENCIA CRIMINAL)CONCERNIENTE A LOS

DISPOSITIVOS IMPERIALES

(Reporte escrito en Junio de 2001 sobre observaciones hechas en julio de 1999)

Cada vez que visito Londres me hago la misma pregunta: Cmo es que tanta gente tolera vivir

en una ciudad como esta? Nada comprendido en la vida cotidiana de sus habitantes parece

funcionar bien. Aqu, diario, millones de gentes arriesgan su vida absurdamente con esos

medios de transporte en vas de extincin; si su camino no termina en algn hospital repleto o

mugriento, y logran llegar a su destino, solo puede ser debido a una inevitable secuencia de

retrasos; pero estos deportados (por usar una termino que evoca otras cuestiones) han

perdido toda fuerza para protestar, y hasta hacen mofa de su propia desgracia, por ejemplo,

haciendo bromas sobre el hecho de que en 1950 viajar hacia York tomaba tan slo dos hora y

cuarto mientras que ahora se hacen ms de seis horas. O hacen otro tipo de celebraciones

como la que festejaron para marcar la llegada del nuevo milenio con un gran nmero de

eventos culturales y festivos carsimos que tuvieron lugar aqu, con resultado verdaderamente

edificante: Se construy una gran rueda de la fortuna llamada acertadamente El Ojo deLondres, el ojo del Cclope canbal en el que ha devenido la metrpoli, aunque fue cerrada sine

die (*sin plazo) en la vspera de su inauguracin debido a defectos de construccin; se hizo

tambin el Millenium Dome, que parece una cuchara de crema con pequeas varas de pan

salindole por encima, que por su expansin invade ms all del lado este, donde se encuentra

el barrio hipster de los antiguos muelles, causando repulsin esttica, y se ha probado que es

tcnicamente deficiente, tanto que sus diseadores tuvieron que admitir despus de su

apertura que su estructura no durara ms de cincuenta aos, que luego iba a ser necesario

demolerlo; o el Millenium Bridge (*puente del milenio), la nueva pasarela sobre el Tmesis,

cuya construccin iba tan retrasada que incluso se habl de abandonarla (el puente estaba casi

terminado pero luego cerr debido a que se tambaleaba). Todos estos fallos son

reminiscencias del desencanto fatalista adelantado en los espritus de las viejas ciudades del

ste . Algn da el legado del humor sovitico dar al humor Ingls un segundo aire?

Sin embargo, aun en medio de este festivo caos el capitalismo es ms poderoso y prspero

que nunca. Los mercados de valores se portan bien, la poblacin trabajando y consumiendo,

las revueltas raras y contenidas. Y aunque los trenes fallen seguido para permanecer en sus

rieles, los celulares enterrados con los cuerpos de sus propietarios en sus atades de acero

trenzado no dejan de sonar. Por un lado est sealado caos obvio, llamado catstrofe, en el

otro el resplandeciente horizonte del capitalismo. Pero entonces surge una cuestin, que pasa

de largo al ejemplo Ingls y que concierne a toda la sociedad imperial: es probable que no

deberamos cuestionarnos sobre los ferrocarriles o cualquier otra infraestructura industrial o


2/12

cultural, como las libreras, con una funcin muy pobre en estos das, sino mas bien por qu,

por quin y a que costo fueron capaces de funcionar de manera correcta en los viejos das, y al

mismo tiempo, lo que realmente significaba su funcin apropiada, por la cual algunas gentes

sienten nostalgia en el presente.

Aunque todo es muy simple: como la dominacin progresa, los dispositivos se transforman ylas prioridades cambian. Algunos se piensa que no desaparecen del todo, sino que slo pierden

importancia y su mantenimiento se vuelve secundario; otros, durante este tiempo, se salieron

del orden, y as han probado que esta sociedad tiene libertad de actuar para absorber sus

derrotas; otros, sin ningn efecto escandaloso y con general aprobacin, echan mano de la

tradicin para ser ms eficaces .Algunos son muy complicados, e inmateriales tambin, pero

extremadamente penetrantes, y se insinan incluso en aquellos espacios a los cuales ya no

tiene sentido llamar privados; otros, inscritos en el territorio, ejercen una atraccin poderosa

sobre los cuerpos, cuyos flujos se densifican y se encausan. Esto, simultneamente permite

que el entusiasmo se inyecte en los cuerpos, da pie a la tendencia inercia de ser combatidos,

y facilita que sean controlados; entre estos dispositivos estn las plazas comerciales,

aeropuertos, carreteras, las rutas de tren areo. El primero de esos dispositivos ser el objeto

de este reporte.

El 16 de marzo de 1999, algunos treinta kilmetros al este de Londres, en la direccin del

Chunnel (tren que conecta a La isla con Francia), un enorme complejo de circulacin mercantil

fue inaugurado, como modelo destinado a la exportacin -con los ajustes necesarios- a

cualquier lugar donde las condiciones de dominacin permitan garantizar el libre paso de los

nuevos niveles de consumo en masa. Este nuevo nivel corresponde a la propagacin del estilo

de vida socialdemcrata del consumidor/ciudadano imperial, que a cada momento de su vida

social trabajo, compras, entretenimiento- es fragmentado mentalmente

(decompartmentalized) y presentado lo mas indiferenciado posible. No estamos hablando aqu

de un simple centro comercial como el Forum des Halles en Pars o los Malls en las grandes

ciudades de Estados Unidos, sino de una nueva manera de dar forma al espacio.

Este complejo fue bautizado por sus promotores con el lrico nombre de Bluewater. Ya

desde el nombre se nos anuncia que seremos adentrados en lo que Benjamin llamo una

fantasmagora (phantasmagoria); Bluewater es una designacin que refiere a un lugar pre

existente no nombrado, pero que es el reflejo del reflejo, como un cielo abierto y aguas

tranquilas, permitiendo en una sola palabra la invocacin por condensacin- de una imagen

de paz, idlica, natural primordialmente, y la evocacin de un mundo de ensueo, una utopa

realizada.

Ayer una amiga y yo viajamos a Bluewater. Dejamos Londres por la maana y tomamos la

autopista hacia Dover. Despus de veinte minutos, algunas millas despus de Dartford,

empezaban a aparecer con un fondo amarillo los primeros espectaculares que indicaban

nuestro destino, bastante distintos a la sealizacin normal en las ciudades y en los pueblos. A

una milla de la M25, esa sper-carretera que envuelve a Grand Londres, tomamos una rampa

de salida especialmente ajardinada. Llegamos a los bordes de un crter gigante de ms de un

kilmetro de dimetro, bordeado por dos acantilados blancos de cerca de cincuenta metros de

altura. El centro estaba ocupado por una perturbadora construccin de acero y cristal con


3/12

techos cnicos. Su arquitectura era incomparable con cualquier tipo de construccin

identificable. Nosotros titubeamos al describirla como algo entre un vestbulo de una estacin

de trenes, un invernadero tropical, una nave espacial, o quiz los tres a la vez. La rampa que

tomamos nos dej justo al fondo del crter y fuimos ineluctablemente guiados por flechas y

signos dentro de un inmenso estacionamiento en el que dejamos el carro. Cuando llegamos al

nivel de la construccin vimos que sta estaba rodeada de lagunas artificiales y algunos

racimos de rboles.

Vimos la entrada a unos cincuenta metros y nos trasladamos hacia all. No estbamos solos.

Ese da de verano, varias docenas de ciudadanos de todo tipo, vestidos con pantaloncillos de

basquetbol o usando traje y corbata, entraron, salieron y cruzaron caminos; como si uno viera

una danza ballet de pequeos organismos unicelulares en una jarra. Adentrndonos en el

edificio, pronto sent una contradictoria sensacin de sofocacin y vrtigo, pero de alguna

manera un vrtigo horizontal. Se extenda frente a nosotros un corredor largusimo de dos

niveles con un techo muy alto. Contrario a la atmosfera que reina en los centros comerciales y

supermercados que estamos acostumbrados a ver, nuestros odos no fueron ofendidos por

algn falsamnt animado estribillo musical ni ninguno de esos anuncios de oferta que con tono

histrico que incitan a los compradores a apresurarse a las cajas registradoras. Estbamos

simplemente hundidos dentro de un sordo zumbido, el sonido mezclado de miles de voces con

miles de pasos. Fue como si hubiramos entrado a una colmena o en una de esas

cooperativas polleras industriales con luz difusa. La segunda impresin que nos lleg fue de

naturaleza visual: una especie de dej-vu. Ya habamos recorrido estos ambulatorios de la

comodidad, pero haba sido en otro siglo. Es obvio que los arquitectos del Bluewater

conjuntaron la arquitectura de los pasajes y galeras de Pars, los grandes corredores

comerciales del siglo XIX que se pueden observar en Bruselas o Miln, ciertas grandes tiendas,y palacios reservados para ferias internacionales, como el famoso Crystal Palace construido en

Londres en 1851. Pero lo que viene rpidamente a tu atencin es este sentimiento de dej vu

resultado de este tipo de era de choque: la manipulacin del espacio se toma prestada de la

primera mitad del siglo XIX, pero la ornamentacin se inspira en las banalidades de la era del

estilo moderno, cuando la arquitectura burguesa de la bella poca (Belle Epoque),

aprovechando el periodo de continua prosperidad que precedi la guerra de 1914, alcanz su

apogeo. Pro mientras que los techos de cristal de las galeras parisinas albergan toda la

severidad de la arquitectura neoclsica, aqu domina una forma ms curva y floreada con

motivos vegetales, como en las barandillas que corren a lo largo del corredor del primero piso

y las escaleras que conducen a l: estn adornadas con hojas entrelazadas tpicas de la regin

donde se produce la cerveza Kent. Por el efecto de falso reconocimiento que logran producir

los elementos que esta arquitectura toma de varias eras, pero del cual todos hemos tenido

alguna vez la oportunidad de presenciar algunas representaciones, es creada una

tranquilizadora familiaridad que compensa los efectos de extranjera de los visitantes cuando

ven por primera vez el edificio desde afuera.

Como sea, las primeras impresiones siguen siendo insuficientes para revelar todos los recursos

del dispositivo Bluewater. Aunque fue un gesto muy banal el que termin mostrndonos lo

que en realidad estaba pasando. Habiendo detectado que estbamos en la oportunidad de

observar un ambiente interesante all, habamos trado una cmara. La previsin no nos fall, y

decidimos fotografiar el rea. Mi amiga saco su cmara y empez a tomar algunas fotos. Dos


4/12


5/12

preocupa por la calidad de los productos, slo confa en un valor seguro, come en restaurantes

de buena talla, y puede terminar aqu su da en un tradicional pub reconstruido con chimenea

de verdad, no tan sorprendente en tal local. Por el otro lado, Rose Gallery es dirigido a las

familias, con tiendas de juguetes y ropa para nios, y una zona de comida con rea de juegos.

Desde luego esta zona es frecuentada en su mayora por miembros de la clase media con el

ingreso ms bajo. Finalmente, el tercer corredor, el ms popular, cuenta con una alta

concentracin de bares y cafs hipsters, y las marcas de King`s Road y las boutiques de Covent

Garden: se pretende para la clientela joven que se interesa en la moda. Estos tres

corredores no fueron nombrados de manera fortuita; su semitica oculta una gama de efectos

emocionales tan amplia como consensuada. Glorificacin de la diversidad de profesiones,

romanticismo natural y arraigo a las localidades. Es la versin ciudadana del viejo slogan de

Vichy trabajo, familia, patria, aceptado tanto por el voto conservador como p or el gay liberal

como por el ambientalista que aprecia el buen trabajo. La perfeccin de los dispositivos es

expresada igualmente en la especfica atencin que se le presta a la jovencita masculina

(masculine YoungGirl), ahora manejada como un objetivo especial del mercado, similar a laclientela del siglo XIX: cerca de 90 puntos de venta fueron especialmente elegidos para atraer

a la clientela masculina, desde tiendas de deportes, hasta outlets de ropa para caballeros,

msica, libros, computadoras y gadgets. Para expandir la clientela a los sectores ms

modestos del pueblo, existen grandes tiendas pilares de cadenas bien conocidas en Inglaterra

y el resto de Europa localizadas en cada esquina del tringulo: Marks & Spencer, John Lewis y

House of Frases. Reunidas en un mismo lugar tres tiendas no especializadas y trescientas

veinte boutiques especializadas, Bluewater tiene inscrita en su geografa un equilibrio

cibernetizado entre las tendencias contradictorias de concentracin y diseminacin que han

estado funcionando desde el comienzo de la historia del capitalismo. Entretenimiento, cultura

y ocio abarcan el segundo polo de atraccin en Bluewater, y estn organizados en un ltimo

complejo ternario que completa el dispositivo. En la imagen de los corredores del centro

comercial, los lugares tienen nombres que hacen explcita su naturaleza especfica: El Pueblo,

El Circo Acutico, y El Jardn de Invierno. Desde el Grand Hall un callejn bordeado por

lujosas boutiques emula la famosa galera de Burlintong de Londres que da entrada al pueblo,

donde se encuentran las libreras y las dulceras finas, en una gran simbiosis clase mediera de

literatura y estmago. Los diseadores de Bluewater aclaran que ellos buscaban recrear aqu

una atmsfera pueblerina, lo contrario al ambiente de los mega-malls. Desde afuera El

Pueblo luce algo as como un casino provincial con un puente sobre un frontn triangular, una

torre puntiaguda que se abre a un jardn de rosas y un pequeo lago donde debidamente

revigorizado el Bloom puede ir a remar. El Circo Acutico, que luce como otra piscina, proyecta

el arte de masas: Msica, con la inevitable Megatienda de Virgin; cine, con doce salas

mltiples; y actos pblicos, en un teatro al aire libre. Finalmente esta El jardn de Invierno, un

atrio inspirado por los invernaderos de Kew Garden (*jardnes de kent), que es el ms grande

invernadero construido en reino Unido durante el siglo XX. La cima de esta construccin, un

completo bosque tropical embellecido con estanques y cascadas, fue importada de Florida. Es

en esta rea donde los padres pueden liberarse de su engorrosa progenie e ir y disfrutar todo

el programa: Grandes restaurantes, entretenimiento, y tiendas para realizar tu da con el

paseo ideal. Casi olvido mencionar lo ms importante: un espacio de convivencia como este,

cuya planta triangular simboliza en s mismo el constante seguimiento panptico, debe deestar todo el tiempo presentable, limpio y pacificado. Del folleto que amablemente fue


6/12

ordenado para nosotros por el polica se molestaba en clarificarnos esta gran soberbia: Una

estacin de polica con seis oficiales presentes permanentemente, sin puntos ciegos ni ngulos

muertos, para una ptima vigilancia.

Para nosotros, que slo habamos llegado a este centro comercial para observar el lugar y

empaparnos de su Stimmung, la cosa ms llamativa fue la presencia masiva de elementosdecorativos en forma de ornamentos, bajo relieves, y estatuas, que en Bluewater configuran el

espacio como un tipo de teatro donde cada da es representado una y otra vez el drama del

comercio al por menor. Y as , poco despus de nuestro arresto momentneo, entramos al

corredor oeste, El Guild Hall (que es el hall de las Corporaciones), contemplando de reojo la

pasmosa propagacin de bajo relieves en piedra reconstituida cubriendo la pared,

representando cuerpos de distintas profesiones, cada uno con una inscripcin, donde en la

unidad del universo posmoderno uno puede ver una mezcla de profesiones y actividades

artesanales con ocupaciones ms contemporneas: pilotos, rbitros, ingenieros de

instrumentos cientficos, tcnicos en computacin o trabajadores de la limpieza! Ciento seis

bajo relieves estilo art deco, descritos por los promotores del proyecto como austeros

(austere)- claramente, lo que uno ve aqu no entra dentro del mbito de los elogios a los

valores festivos, sino que ms bien tiene que ver con cierto rigor protestante correspondiente

con el ethos particular del corredor del tipo consumista que celebra la historia del

comercio, y contribuye con la presentacin estilo museo (museum style presentation) para

los productos expuestos. Al final del Guild Hall entramos a un rea dedicada a la comida,

donde una pizzera se codea con un puado de restaurantes de lujo. A la entrada de esta zona

de restaurantes se encuentra una banda con una inscripcin escrita en el histrico lenguaje del

Imperio que dice UBI PIRANDIUM PRETIUM (que puede ser traducido como comer es una

cosa sagrada), sin duda puesta ah para remover en la clientela educada de Cambridge uOxford una memoria vaga de sus humanidades. Debajo hay un largo friso esculpido en piedra

blanca representando el vaco contemporneo de cada da y donde, entre los smbolos

tradicionales de Alfa y Omega, en el mayor desorden imaginable aparecen un crneo, un

telfono, algunos instrumentos musicales, pinzas para la ropa, unos cuantos bolgrafos, varios

animales como insectos, una rata, conejos, un loro, regaderas, dados, pines, herraduras, tazas

de t, un par de tijeras, un candelabro, un tenedor y un cuchillo, unas ostras y un molde para

pastel. Es un irnico inventario donde cada quien pueden encontrar los objetos particulares

asignados a su singular bloomitud.

Dentro del edificio contamos alrededor de cincuenta trabajos artsticos. Hay esculturas de lavida salvaje, un curioso reloj autmata en forma de un rompecabezas, un crculo zodiacal

centrado alrededor de un pastiche de la Fuente de Carpeaux, que en vez de sostener un globo

terrestre sostiene un globo celestial; tambin hay frases y poemas gravados en los muros con

letras monumentales, entre los cuales ciertamente se pueden encontrar algunos sonetos de

Shakespeare.

Tal dedicacin a la ornamentacin, que debi significar un gran costo adicional para un gran

proyecto, rompe con el enfoque mezquino del funcionalismo de los tpicos centros

comerciales construidos por el mundo en la ltima mitad de siglo. Cuando Adolf Loos, en su

ensayo Ornamento y Crimen (Ornament and Crime) de 1908, sostuvo que la evolucin de lacultura se dirige hacia la expulsin de la ornamentacin del objeto til, y esa afirmacin que


7/12

se inscribe dentro de la metafsica del progreso que domina al da- fue slo una medida de

vanguardia con la que anticipaba el racionalismo productivista que se volvi de rigor tras la

destruccin de la primera guerra mundial. Al final estaba el fro, eficiente y funcional estilo

triunfante despus de los cincuentas; que rpidamente comenz a ser percibido como una

intolerable uniformidad favorable a la depresin y al aburrimiento. Como fuera, la

ornamentacin, que es la esttica intil, no siempre fue incompatible con la racionalidad

capitalista, ya sea en su versin liberal o en la estatista. De hecho, es el signo de su afirmacin

imperial. El triunfo del neogtico en Inglaterra y sus colonias marca el apogeo de la soberana

victoriana, al igual que la magnificencia del Metro de Mosc ilustra la naturaleza todopoderosa

de la dictadura estalinista. Ms cerca de nuestros das, en la era Reagan, con la reafirmacin

del poder Norteamericano despus de los aos de la recesin y la guerra de Vietnam, los atrios

esos inmensos espacios ajardinados en la base de los rascacielos- empezaron a construirse en

las grandes ciudades, y el ms famoso es el atrio de la Torre del Triunfo en Nueva York. En tal

atrio, el poder es simbolizado por el espacio perdido la inmensa altura del techo que

asemeja algn tipo de catedral profana; el uso abundante de materiales aristocrticos comomrmol y bronce; la presencia de obras artsticas y fuentes de agua. Pierre Missac, que analiza

este nuevo concepto arquitectnico, slo apunta que no es necesario viajar mentalmente a

mundos arcaicos o utpicos para rendir homenaje a la inutilidad. Ese tipo de rehabilitacin

aparece justo en el corazn del mundo capitalista (P. Missac, Walter Benjamin Passages).

Deberamos aadir que aparece como una manifestacin de su hegemona imperial.

Entonces, ahora podemos distinguir de manera ms clara que lo que es llamado arquitectura

posmoderna, es simplemente el regreso a la tendencia que estuvo presente en el curso de la

Revolucin Industrial y que en Francia es ilustrada por el kitsch eclctico de Napolen III o el

estilo de las ferias mundiales, que ya estaba trabajando en esta mana de la citacin y elPatchwork. El proyecto de las galras sugiere que no tiene sentido decidir la era capitalista en

modernismo formal e histrico posmodernismo eclctico, ya que estas tendencias han estado

ah desde el comienzo de la cultura industrial. La dinmica paradjica entre novedad y

repeticin simplemente se repite nuevamente. Modernismo y posmodernismo no son eras

cronolgicas, sino posiciones polticas en una lucha de un siglo de duracin entre el arte y la

tecnologa (Susan Buck-Morss, The Dialectics of seen). La diferencia es que hoy este

revestimiento esttico no es una expresin del capricho de algn patrn artstico, o una

celebracin de soberana personal. Es principalmente el producto de una psicologa de

mercado que tom lecciones de la derrota de un estilo internacional que se limit a s mismo a

la construccin de edificios parecidos en cualquier lugar, sin la preocupacin del efecto que

podran generar en las condiciones generales de existencia, donde uno de los objetivos

principales es atender la capacidad del visitante de consumir mientras polariza todas sus

inclinaciones en esa direccin: En Bluewater nuestra preocupacin es descubrir los deseos

reales de los consumidores. La investigacin de mercado ha contribuido con los elementos de

reaccin que nos permiten crear la sensacin de confort y comunidad. Una encuesta reciente

de carcter cuantitativo llevada a cabo por Gallup, y un anlisis cualitativo realizado por

Alistairs Burns Research and Strategy, mostraban que un diseo mediocre desalienta a los

consumidores. Ms del cincuenta por ciento de los jvenes entrevistados entre los diecisis y

veinticuatro aos que se distraen de las compras debido a una esttica mediocreLa

investigacin cualitativa ha trado a un primer plano el papel que juega la esttica en la gestin


8/12

del estado de nimo. De acuerdo con el analista de la conducta del consumidor, David Peek,

los clientes se quieren sentir como si estuvieran en un ambiente natural, y experimentar todo

lo que les ofrece el Pueblo. La ornamentacin juega un papel decisivo en esto: permite al

dispositivo imperial, como una expresin natural de la dominacin global del capital, echar

races en las tradiciones locales que estn siendo destruidas por el mismo modo de

dominacin. Entonces, los curiosos techos cnicos alineados en la cumbre del edificio son

replicas de los campos de enredaderas de Kent, cuyas tradicionales cerveceras han cado en

manos de las cerveceras multinacionales. No es insignificante que estas tcnicas estticas de

acondicionamiento que tienen como meta la pacificacin fueran bautizadas con el nombre de

Arte Cvico (Civic Art), un arte dirigido especficamente a contornear a los ciudadanos. Con el

Arte Cvico-aclara Eric Kuhne, arquitecto de Bluewater- intentamos comprender el espritu de

la regin ms que imponer un concepto internacionalPrimero y de manera principal quisimos

construir algo funcional, luego aadimos el componente de ocio, y slo despus agregamos lo

que para nosotros era lo ms importante, el componente cultural. En ambos casos, los

valores alimentados son aquellos envasados en la tradicin.

En 1956, los planos diseados por el arquitecto norteamericano Victor Gruen fueron la base

para la construccin del Centro Comercial Southdale en Minneapolis, el primer centro

comercial moderno. Esta fue una mutacin decisiva, donde la distribucin de la masa dejaba

atrs definitivamente el modelo de la gran tienda departamental, que desde ese momento

slo sobrevive de manera residual en algunos centros histricos urbanos. Los supermercados

se convirtieron en grandes foros, centros comerciales con mltiples tiendas, como el Forum

des Halles en Pars, o las reas de compras duty free en los aeropuertos internacionales. De

las galeras de la primera mitad del siglo XIX a las grandes tiendas departamentales del

segundo imperio francs, a los centros comerciales de los ltimos cincuenta aos, la tendenciageneral en compras implica con la configuracin del espacio pblico- una especie de recorte

de ti mismo del mundo de afuera, encerrndote en espacios ms confinados cada vez,

separados de las circunstancias de la vida urbana o natural, ambas consideradas como fuente

de problemas. Los techos de cristal de las galeras protegen a los consumidores del mal clima,

adems evitan la inconveniencia de tratar con vehculos circulando; con el desarrollo de la luz

artificial, con el gas y luego con la electricidad, los lmites de la boutique tradicional pudieron

ser superados, y las superficies de presentacin de productos en venta pudiron expandirse

para cubrir mas pisos, con las dimensiones de un gran edificio. En las grandes tiendas as

creadas, las tiendas departamentales, las ventanas no fueron muy tiles, desde que la luz

artificial pudo remplazar a la natural en cualquier lado e incluso aadir un ambiente de pas de

las hadas (fairyland) que conduce a la creacin del encantamiento final permitido bajo el

capitalismo: el encantamiento producido de la abundancia, la variedad, el exotismo, y los

nuevos productos. En la planta baja, las ventanas se vuelven hacia adentro como un guante,

tomando la forma de escaparate, es donde la calle se vuelve parte del adentro. Todo mundo

sabe del tipo de poder de atraccin que ha ejercido el escaparate navideo sobre generaciones

de nios, educados as desde edad en el cuento de hadas consumista. Finalmente, gracias a la

invencin del aire acondicionado, al cual Le Corbusier llamaba aire correcto, se alcanz una

nueva y final etapa del proceso de corte del mundo de afuera. Esto fue lo que favoreci la

creacin de los centros comerciales: las tcnicas del control del clima permitieron la

organizacin en superficies mjy amplia, a veces subterrnea como en Montreal, en zonas de


9/12

compras que son completamente independientes del mundo exterior. Aunque

frecuentemente se sitan en la periferia de las ciudades, la oferta de los centros comerciales

no escapa a lo natural. Entre 1969 y 1970, la gente compens aquello con plantas falsas de

plstico, antes de que las tcnicas ilusionistas (llamadas Repascape) permitieron la instalacin

de rboles reales, en la tierra misma, embalsamados o desraizados, colocados en jardines que

no necesitaran ser regados.

Con Bluewater se ha revertido radicalmente esta tendencia. El interior fue designado como

una funcin del exterior. El espacio de compras generalmente se abre a un espacio natural

totalmente recreado. Las fronteras entre el adentro y el afuera son atenuadas gracias al

sistema de techos y muros de cristal y algunos ejes de luz. Encima de todo, los espacios

dedicados para el pasaje o el entretenimiento, las terrazas de los cafs y restaurantes, reas

de picnic, lagos hay siete, donde uno puede ir a remar- y zonas boscosas con una red de

senderos que pueden ser recorridos en bicicleta, son los que bordean todo el edificio. Es

cuestin de regular el paseo de la gente paseando a la gente, no mucho, slo para consumir en

grandes cantidades, gastando mucho tiempo como consumidor y sintindose bien mientras se

est ah. Lo lujoso de hoy puede ser llamado lujo situacional (situacional luxury), es definido

ms por la calidad o la originalidad de este u otro producto, sino por la posibilidad (de uno) de

disfrutar tiempo, espacio y calma. Los Bloom no son tratados como consumidores ordinarios,

como en los centros comerciales tradicionales; aqu ms bien proliferan el micro dispositivos

para persuadirlo de su humanidad, hacerlo creer que no son mercancas, y lujo supremo- que

ellas no estn integradas en el flujo del dispositivo general. La filosofa de Bluewater es

simple: hacer de las compras un placer, una experiencia libre de estrs, y tratar a sus clientes

como invitadosCada visitante es un husped invitado. Doscientos cincuenta empleados

estn dedicados especialmente a esa noble tarea. Como una fantasmagora social, Bluewaterpersigue el sueo de unidad del mundo de las comodidades con un mundo nada cmodo,

valores de mercado y valores de autenticidad, la metrpolis y el pueblo, el individuo y la

comunidad. Este sueo de unidad slo expresa la fantasa del imperio de una harmona final,

que se integra en s, en la construccin de una utopa ciberntica, los aspectos esenciales de

los temas favoritos de protesta del ciudadano. Ahora, con el fin de optimizar la circulacin de

las mercancas, los momentos, los espacios, las situaciones, y los productos estampados como

no mercancas necesitan que se les permita subsistir, ser recreadas, inventadas. La

tendencia imperialista contra toda mercantilizacin encuentra su total cumplimiento en

aquella buena conducta imperial, mercantilizacin auto regulado (self-controlled

commodification): ciertamente, las cosas tienen que ser proclamadas como no mercancas,

como los cuerpos por ejemplo, cuando los mismos organismos son sujetos a todo tipo de

intercambio, aun a pesar de la prostitucin universal claramente evidente. Es cierto que

tamborilear (drumming out), en un tono de demanda radical, la afirmacin No soy una

mercanca, slo es posible en un mundo enteramente colonizado por la mercanca. Apenas

hace medio siglo, cuando apenas la gran cantidad de los productos estaban siendo integrados

en el circuito mercantil, algo as como un eslogan hubiera sido impensable, o no hubiera

tenido eco en las relaciones humanas. Hoy el menor gesto traiciona su esencia mercantil: En la

pregunta de la jovencita (YoungGirl) me amas? Es necesario escuchar un Cunto valgo?

(how much are you worth?).


10/12

Un dispositivo de Bluewater tiene dos funciones, como espacio de consumo y como momento

de produccin biopoltica. Esta catedral del buen comprar es igualmente una fbrica de Bloom,

una mquina para producir seres extraamente capaces de mostrar el mismo entusiasmo

juvenil por un celular, una nueva lnea de perfumes, DHEA, o una pizza mientras esperas en

sillones de cuero a que te llamen por tu primer nombre cuando te hayan encontrado una

mesa. Aqu no son mercancas lo que se le expone al consumidor, si no todo lo contrario. No es

que la gente est expuesta a las mercancas a travs de su aspecto material como objetos del

mercado, sino que estn expuestos ante la esencia mercantil de esos objetos; estn expuestos

en su desnudez al mercado en s. La exposicin de la nuda vida a la soberana mercantil es la

forma dominante que toma hoy la exposicin de la nuda vida a la soberana (Exposure of bare

life to sovereign commodity is the dominant form taken today in the exposure of bare life to

sovereignity). Y esto es posible en la medida en que el Biopoder, el Espectculo, y el mercado

son los tres momentos diferenciados pero inseparables de esta soberana. La mercanca nos es

una mera relacin social cristalizada en un objeto que inspira el deseo del consumidor,

susceptible de ser adquirida por los consumidores, como si este ltimo estuviera formado dealguna sustancialidad no mercantil. La mercanca hoy es el mismo ser del Bloom, cuya vida es

cortada en rebanadas de tiempo que pueden ser intercambiadas por momentos, emociones, u

objetos. Bluewater es un dispositivo utpico donde el ideal del ciudadano democrtico de la

no-clase (que pone toda distincin sustancial entre parntesis) est siendo probado. Es utpico

porque est construido en un no-lugar, un lugar abierto de piedra caliza, una zona que por

definicin es absolutamente desierto, libre de vegetacin, y donde todos los habitantes

animales y humanos han sido erradicados. El uso de canteras abandonadas para crear paisajes

de efectos fantasmagricos (el trmino mgico es usado como leitmotiv por los promotores

de Bluewater en su presentacin) no es nada nuevo. El famoso parque Buttes-Chaumont en

Paris fue presentado por el ingeniero Alphand en una cantera de yeso en un paisaje

arquitectnico con aspecto de mancha hecho posible para inspirar a los paseantes, incluso con

medios que eran obviamente artificiales, con una sensacin natural tan profunda como

evanescente, como ciertos sueos cuya impresin permanece indeleblemente marcada en la

mente, pero el cual es obviamente irreal. Como un dispositivo realizado (realized apparatus), la

utopa se niega a s misma como utopa y entra la amplia categora de esos otros espacios

que Foucalt llamaba heterotopas. Entre estas, existen ciertas configuraciones espaciales del

Imperio que actan sobre el Bloom como poderosos atractivos, y que por contraste vuelven el

espacio restante algo indiferente o repulsivo para ellos. Llamo a estos atractivos hypertopas

(hypertopias), lugares a los que uno simplemente tiene que ir, como Bluewater o Disneyland.

La relacin que las utopas polticas de la literatura tienen con viajar fue la traduccin a

trminos espaciales del tiempo, que separaba el proyecto utpico de su realizacin. A

diferencia de las utopas en las que el viaje es imaginario, no obstante sigue siendo viaje, las

hipertopas significan la imposibilidad de todo viaje, de todo paseo sea ste real o imaginario.

Existe en efecto, imposibilidad de todo viaja, slo transferencias, un destino al que llegar. Ms

an, dentro de las hypertopias la distancia figura como un componente primario. Para llegar a

ellas tienes que hacer uso de algn tipo de dispositivo: un automvil, o el transporte pblico.

Incluso si la estacin de trenes esta especialmente configurada para ellos, y autobuses

asignados, la distancia es un impedimento para los modernos plebeyos, vagabundos y parias; y

si ellos se aparecen sern desde luego cortsmente removidos. La lejana tiene la ventaja dereducir los costos de vigilancia y de represin, y es parte integral en la gestin del control.


11/12

Bluewater es un establecimiento consagrado nicamente para el alojamiento temporal de las

mercancas, pero es uno el que est designado a durar. Pero la gente no lo puede habitar, las

mercancas tienen aposento all. El verdadero husped de Bluewater es la mercanca

autoritaria. Bluewater es una ciudad construida exclusivamente para la mercanca autoritaria y

con respecto a esto evita monumentalmente, por vocacin, toda expresin poltica. Las

galeras parisinas fueron diseadas como galeras para mostrar la mercanca, pero estn

dispuestas entre los edificios residenciales; fue ah donde Fourier tuvo la idea del falansterio

(phalanstery), pero el descart totalmente la mercanca y le dio primaca a la residencia. En

las galeras/portales, Fourier reconoci las caractersticas arquitectnicas fundamentales del

falansterio. Las galeras, que primeramente fueron hechas para servir a fines comerciales, se

convirtieron en la concepcin de Fourier para las casas ideales para vivir. El falansterio es una

ciudad hecha de galeras/portales. En esta ciudad de pasajes la ingeniera de la construccin da

el efecto de una caracterstica de la fantasmagora. La ciudad de los pasajes (la ciudad

pasando) es un sueo que atrajo al hombre desde antes de la segunda mitad de siglo

(Benjamin, pars, Capital of the 19th Century). Mientras que los portales /galeras fueronestablecidos en el corazn del tejido urbano, el falansterio furierista es una unidad para s

misma, donde las distintas pasiones que estructuran la armona social se ordenan a s mismas.

En Bluewater, por otro lado, hay toda suerte de actividades insignificantes, pero no hay pasin.

Cada forma de intensidad ha sido preventivamente prohibida. Desde que nada puede vivir ah,

no podemos soar o dormir ah tampoco. Mientras que Fourier sostena que las comunidades

harmnicas tienen un mximo de intensificacin de la pasin, un eretismo permanente del

deseo, lugares como Bluewater para la canalizacin y la atenuacin de la pasin. No ms que

uno podra hacer el amor ah, podra ser capaz de revolotear, el compuesto, o el cabalstico*.

Ah no tenemos derecho de parecer a aburridos. Todo lo que puedes hacer es extinguirte a ti

mismo y fundirte en el decorado en turno. Mientras el mentado espacio privado se supone

que opera como una arruga en el espacio privado, una arruga que permita condensacin o,

contrariamente, desercin de uno mismo en relacin con el otro, y as hacer posible una

desubjetivacin, aqu todo tiene lugar bajo el ojo incansable de las cmaras; es decir, nada

puede pasar. Un lugar sin arrugas es un lugar sin posibilidad para el xtasis. No es que el

xtasis slo pueda surgir en la esfera de la vida privada, o en la intimidad de la arruga, sino

que a fin de encontrar los recursos de su potencial necesita una retirada, una situacin opaca

para hacer erupcin y surgir de ah progresivamente. Lugares sin arrugas son creados para

evitar el azar, para acabar con los acontecimientos, y como vimos con los micro-eventos

tratados anterior mente, absorber en el caso que uno empiece a surgir. Opera como

condicionamiento, emocional y como un dispositivo de suavizado de conducta.

La imposibilidad de intimidad, la prohibicin de la opacidad y la retirada, da lugar a la

imposibilidad a la secesin y as de todas las formas polticas. Aqu, el ciudadano aparece como

lo que siempre ha sido: un ser devoto de la disponibilidad total. Bajo el ojo vigilante de la

cmara de seguridad, toda presencia humana se vuelve predecible como un animal

perpetuamente expuesto en su desnudez natural. Eso es sin duda la razn por lo que, durante

el transcurso de nuestra visita, me sent presionado por la extraeza que me rodeaba, me vino

un perturbador ensueo : sbitamente estos pasajes no tenan nada que ver con las galeras

del siglo XIX, el Palacio de Cristal o las salas de espera de las antiguas estaciones de trenes. No,

por el contrario, aqu cada paso que das es filmado, documentado, incluso el ms intil, es mas


12/12

como una inmensa sala de igualacin. Extendindose ante mis ojoso lo pude observar como la

gran galera del Museo de Historia Natural, con todos sus animales. Y los animales se movan

en todas direcciones, pero cada uno de ellos pensando que iba en una direccin especfica,

atravesando slo un diminuto segmento del eje temporal, guiado desde el indiferente punto

de su nacimiento al hasta el igual indiferente punto de su muerte. Ah ellos iban, dentro del

parque zoolgico de la posmodernidad, reducidos a no ms que su nuda vida, invitados a

cambiar de piel constantemente como todos los diseadores de las tiendas, aposentarse en los

abundantes restaurantes, beber en alguno de sus cafs o bares, y divertirse como leones

marinos en las siete pequeas piscinas ubicadas alrededor del sitio.

La instalacin de dispositivos como Bluewater se inscribe dentro de la lgica imperial del

control territorial diferenciado. El proyecto keynesiano que persegua realizar la utopa del

capital in vivo, apuntalndose a si mismo sobre el mito del acceso progresivo de todos a la

abundancia social donde las desigualdades seran corregidas mediante la intervencin del

Estado, hoy ha sido remplazado por el proyecto del Imperio Ciberntico apuntalado sobre el

discurso de la ptima gestin del caos. El imperio realiza la misma utopa del capital in vitro, en

espacios limitados , nodos de excepcin dentro del tejido biopoltico, un proceso que inici con

la reconquista de los centros histricos por la neo burguesa, con la colonizacin de zonas

decretadas como reas hipsters o con el estilo californiano del modelo de ciudades cerradas.

Los altamente plus valuados Bloom que viven en estas zonas privilegiadas no pueden fallar

en estar prevenidos de que si ellos no juegan este juego, sern despachados sin piedad,

porque al mismo tiempo las inmanejables porciones de territorio (de dimensiones cuyo rango

de dificultad es de vecindarios, una regin o incluso una ciudad entera) estn ahora dispuestas

como lugares nacionales donde la norma es exiliada por la brutalidad autoridad de la polica.

Pero la naturaleza sociolgicamente inasignable de los Bloom hace que uno pueda encontrarBlooms de ambos lados de la frontera. Los Bloom pueden llegar a decir que son los huspedes

de Bluewater, que ah se sienten como en casa; ellos sin embargo, permanecen en la nada,

aqu y en todos lados, sobre todo en sus propias casas. Y este exilio, este ostracismo, es

reconstituido en las zonas privilegiadas (privileged) tanto como en todas partes, porque ellas

atienden la reversibilidad fundamental de los Bloom.

Gracias a la rpida descualificacin mercantil, en los veintes, casi un siglo despus de su

constriccin, las galeras parisinas se convirtieron en lugar con un aura singular, enclaves

mticos re encantado por la andanza surrealista. Pero porque Bluewater no se inscribe dentro

de un tejido urbano, nunca ser objetivo de ninguna reapropiacin similar por el vagabundeo olos ambulantes. No envejecer como lo hicieron las galeras, cayendo bajo el hechizo

encantador de reversin o abandono de tal propiedad. Y slo una decisiva reversin del

Impero puede cambiar su destino. Es de esperarse que durante el siguiente salto cualitativo

hacia adelante, una horda de nmadas ofensivos tomara definitivamente posesin del lugar. Y

por ese simple acto alojamiento y presencia habitual, en breve, ellos estaran ofreciendo una

incivil utilidad exttica. Caprichosamente, de manera impredecible devastarn las

instalaciones, y no fallarn en transformar todo el lugar en un alegre y formidable huerto de

milagros.

Documents

Reporte Para La Sasc Concerniente a Los Dispositivos Imperiales