Reseña Soy Pescadora de Almejas Por Alvaro Bracamonte- Región y Sociedad

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  • El golfo de California preocupa a los acadmicos, funcionarios pblicos,empresarios y pescadores establecidos en la regin. En los ltimos aos, elinters se ha concentrado en la zona norte del golfo, probablemente porqueah est Puerto Peasco, considerado uno de los destinos tursticos msatractivos de Mxico y el ms importante de Sonora; tambin porque seencuentra el rea natural protegida ms compleja y fascinante del norte deMxico: la reserva de la biosfera Alto Golfo de California y Delta del RoColorado; porque ah se capturan los camarones ms apreciados del mundoo quiz debido a que su complejidad social y ambiental constituyen un desa-fo para los especialistas.

    Adems de las razones que explican la fascinacin de los acadmicos y lapreocupacin de las autoridades por el alto golfo de California, vale la penaanalizar y estudiar con seriedad lo que est ocurriendo en esa zona deSonora. Eso hace Gloria Ciria Valdz-Gardea en el libro Soy pescadora de alme-jasRespuestas a la marginacin del Alto Golfo de California, publicado por El Colegiode Sonora. El texto es resultado de la tesis doctoral de la autora en laUniversidad de Arizona; la investigacin descansa en un enfoque antropol-gico, indito en la literatura dedicada al estudio de las pesqueras.

    Como ella indica, hasta hace pocos aos la industria pesquera era unasunto slo para bilogos y especialistas en recursos marinos. Muy pocasveces se interesaban en ella los cientficos sociales, economistas, socilogoso antroplogos.

    Este texto expresa la importancia de las ciencias sociales en la explicacinde los procesos de crisis y desarrollo de las comunidades rurales-pesqueras,caracterizadas por su tradicional simplicidad social. El estudio se centra en ElGolfo de Santa Clara, conocido como El Golfo. Es como todos los pueblos

    Gloria Ciria Valdz-Gardea (2007),Soy pescadora de almejas

    Respuestas a la marginacin del Alto Golfo de California.Hermosillo,

    El Colegio de Sonora,248 pp.

    REGIN Y SOCIEDAD / VOL. XX / NO. 42. 2008

    Derechos reservados de El Colegio de Sonora, ISSN 1870-3925

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    rurales: un asentamiento pequeo de cuatro mil habitantes, ubicado en laparte sur del municipio de San Luis Ro Colorado.

    La marginacin es un concepto central subyacente en el texto, alrededorde cual se analiza e interpreta la problemtica prevaleciente a mediados delas dcada de 1990 en El Golfo. El poblado progres al amparo de la indus-tria pesquera a principios de 1930; en los aos setenta y parte de los ochen-ta experiment un crecimiento acelerado. La cantidad de habitantes, el volu-men de captura, la expansin de las exportaciones pesqueras y los ingresosaltos obtenidos por los pescadores daban la sensacin de que era una comu-nidad cuyo destino era la prosperidad y el bienestar econmico y social.

    Sin embargo, la reduccin sbita de las especies capturadas, el peligro deextincin de otras endmicas y el abandono del Estado, entre otros factores,dieron pie a una crisis sin precedente, recrudecida en el aspecto social conel establecimiento de la reserva de la biosfera Alto Golfo de California y Deltadel Ro Colorado. Se crea que con esta rea natural protegida el gobiernoprohibira la pesca en el alto golfo de California, lo que acentuara la preca-riedad y marginacin de cientos de pescadores que trabajan y viven de laexplotacin de los recursos del Mar de Corts.

    El objetivo del libro Soy pescadora de almejas es determinar las estrategiasdefinidas por los habitantes de El Golfo, para sobrellevar la marginacin eco-nmica y los mecanismos de resistencia creados para mantener una calidadde vida aceptable.

    La autora logr su propsito, a travs de un trabajo etnogrfico elaboradoa partir de por lo menos dos visitas anuales a El Golfo de Santa Clara, entre1993 y 1998. Las primeras en el marco de una investigacin de la Oficina deInvestigacin Aplicada en Antropologa (BARA, por su siglas en ingls), de laUniversidad de Arizona, cuyo fin era detectar la factibilidad de decretar unrea natural protegida en esa zona; luego, en el contexto del proceso que con-ducira a elaborar el plan de manejo de la reserva y las ltimas estuvieron msrelacionadas con su trabajo de tesis doctoral.

    En el primer captulo, Reflexiones sobre el trabajo de campo, estndescritas las caractersticas de su labor de campo.Tambin se explica la meto-dologa de las entrevistas a profundidad y se expone la importancia analti-ca de la observacin participante. Los resultados de este levantamiento seintercalan como testimonios vivos y apasionados de cmo los golfeosmaduraron gradualmente una actitud y respuestas creativas, para atemperarlos efectos de la marginacin econmica, derivada del desplome dramticode la industria pesquera.

    En el segundo captulo, la autora revisa los estudios antropolgicos refe-ridos al Mxico rural. Plantea una idea discutible pero interesante, respecto

  • a la adopcin de un enfoque comprometido del investigador con su objetode estudio; es decir, sugiere la necesidad de que los antroplogos se alejende una perspectiva poltica-acadmica y opten por una ms comprometidapolticamente para el estudio del campo.

    Es aqu donde analiza los conceptos de marginalidad y resistencia, crucia-les en el enfoque global del libro. En particular,Valdz-Gardea sostiene la tesisde que, contrario a lo indicado en la literatura especializada, el Mxico rurale indgena est lejos de ser pasivo, ignorante y carente de iniciativas.Considera que est preparado para sobreponerse a la marginalidad y, a travsde la conformacin de redes comunitarias, capacitado para resistir la hostili-dad impuesta por el entorno econmico sobre todo en un marco de cambiosprofundos en la estructura de la economa nacional.

    El captulo tres aborda el auge y crisis de la industria pesquera. Los rela-ciona con el desmantelamiento del estado de bienestar y el desvanecimientode las organizaciones e instituciones propias de ese modelo econmico. Ladesaparicin de todas las cooperativas de pescadores en El Golfo ofrece unapanormica excelente de los efectos de la reestructuracin productiva enpoblaciones pequeas y de las respuestas de los pescadores de carne y huesoen una comunidad rural como la analizada.

    En el cuarto ofrece una semblanza de El Golfo de Santa Clara, desde unaperspectiva geogrfica e histrica. En el sexto y el sptimo se revisa la actitudcreativa de las mujeres ante la marginacin y la respuesta de los jvenes gol-feos involucrados en el narcotrfico, como reflejo instintivo a la falta deoportunidades de ocupacin prevalecientes en esos aos, como dijo un luga-reo, la conviccin de que en El Golfo no hay futuro, explica la necesidad delas mujeres de incursionar en la economa informal o bien de los jvenes enactividades ilegales, como el narcotrfico.

    El sexto captulo trata el caso de las mujeres que decidieron incorporarseen actividades productivas; recoge testimonios conmovedores de cmo desa-rrollaron habilidades especficas para amortiguar la marginacin y el abando-no. En especial, hay un ejemplo ilustrativo de las respuestas creativas de lapoblacin de El Golfo, y que da pie al nombre del libro:

    [] Lola naci en Sinaloa, y lleg con su familia a El Golfo en1983[] Lola rememora que cuando lleg no haba oportunidades detrabajo para las mujeres, adems de las labores domsticas en las casasricas. Recuerda una vez que observ a mucha gente detenerse en laplaya y pens que recogan papa, pero en realidad eran almejas. Decidiconvertirse en pescadora, porque esta actividad era con la nica quegeneraba buen dinero (p. 166).

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    Ser pescadora no era algo sencillo para Lola. Recuerda que al principiolas mujeres de la comunidad le dijeron lesbiana, y los hombres pensaronque no era lo suficientemente fuerte para realizar esta actividad: Loscabrones decan que yo era una mujer dbil y que el movimiento de lapanga me iba a marear. Sin embargo con el tiempo se volvi popularentre los pescadores, recolectaba mayores cantidades de almejas que elresto de sus compaeros. Gracias a su conocimiento profundo acerca delas especies de almejas y porque era ms rpida, Lola se convirti en unamujer muy respetada [] (p. 168).

    Lola declar que ser pescadora implicaba un reto para ella: uno exponeel pellejo, a veces uno pelea con el marexpone la vida y adems setiene uno que estar peleando con las pinches autoridades. Recuerda queuna tarde [] un instructor de la Secretara de Pesca fue a El Golfo aensear a los pescadores tcnicas de seguridad en el agua. Lola dijo quel le advirti: Vete de aqu, porque las clases eran slo para hombres.Sin embargo, todos sus compaeros la defendieron y se qued. Todosme apoyaron, es que ellos no me ven como mujer sino como un pesca-dor ms, un trabajador.

    Que Lola pescara con hombres que no eran sus parientes, sugiere que lasexualidad de la mujer no se tomaba en cuenta durante la pesca: ella eracomo un hombre.As, aunque la pesca era un trabajo considerado cul-turalmente masculino, poda ser, y era realizado por hombres y mujeres.

    Lola disfrutaba la actividad y las relaciones sociales que construy. Estabaorgullosa de compartir 50 por ciento de la responsabilidad econmicadel hogar con su esposo. Cuando le pregunt quin era el jefe del hogar,respondi categricamente: Los dos, yo soy pescadora de almejas, miotra ocupacin es ama de hogar (pp. 168-169).

    Dej a propsito el captulo quinto al final, el que ms me interesa, por-que aborda el discurso y la prctica poltica de los usuarios de los recursosdel golfo de California, frente al establecimiento definitivo y puesta en prc-tica de la reserva de la biosfera Alto Golfo de California y Delta del RoColorado. La pertinencia del tema est ms que vigente, debido a las dificul-tades persistentes de esa regin respecto a la preservacin de los recursosnaturales; ahora ms que nunca corren el riesgo de ser daados irreversible-mente, en virtud del crecimiento desmesurado del esfuerzo pesquero poste-rior al decreto de la reserva.

    En este captulo, la autora plantea la forma desafortunada de la publica-cin del decreto presidencial que autorizaba la creacin de la reserva del alto

  • golfo. En 1993, cuando Carlos Salinas de Gortari era presidente, se buscabaafanosamente la confirmacin del acuerdo comercial con Estados Unidos yCanad, que se dificultaba por el triunfo inesperado de Bill Clinton en loscomicios presidenciales de noviembre de 1992. l estaba de acuerdo en losustancial con el tratado de libre comercio negociado por George H. W.Bush; sin embargo, a fin de imprimirle un sello propio, lo condicion a lafirma de dos acuerdos complementarios; uno referido al medio ambiente.

    El prestigio internacional de Mxico en cuanto al cuidado de los recur-sos naturales no era nada bueno. El periodo de Salinas de Gortari siempremostr poco inters por las cuestiones ambientales. En esa poca las organi-zaciones conservacionistas denunciaban la muerte incidental de delfines portiburoneros mexicanos. La denuncia fue tan grave que Estados Unidos boi-cote la importacin del atn mexicano, hasta que se resolviera el proble-ma. Con esa imagen arranc la negociacin del acuerdo complementario enmateria ambiental.

    Al mismo tiempo, era notable que en el alto golfo de California la expan-sin de la pesca estresaba los recursos marinos, en especial a la totoaba y lavaquita. En este caso, las redes agalleras de la flota camaronera creciente depescadores ribereos ocasionaban volmenes de pesca incidental inacepta-bles, en particular de la vaquita marina. Esta es una especie endmica del altogolfo, cuyos avistamientos, realizados por especialistas, sugeran que sunmero no era mayor a 700, y que desaparecera si no se haca algo enbreve. Este diagnstico se hizo antes del decreto.

    Las reservas constituyen, junto con otros esquemas, la parte medular dela poltica conservacionista contemplada en la Ley General del EquilibrioEcolgico y la Proteccin del Ambiente. Su propsito obvio es la conserva-cin de los recursos y el mejoramiento de las condiciones de vida de lapoblacin, a travs de la diversificacin de las actividades y la creacin detecnologas de produccin amigables con el medio ambiente.

    Las reservas de la biosfera no enfrentan el dilema entre desarrollo eco-nmico y sustentable, pues tienen la peculiaridad de combinar ambos pro-psitos. Las primeras ideas de su establecimiento consideraron estas dospremisas.

    Para ello, tal como lo comenta Valdz-Gardea, haba avances sustancialesen cuanto a la urgencia de decretar la reserva; sin embargo, estas valoracio-nes provenan de las ciencias naturales. Para completar el diagnstico faltabala factibilidad social, es decir, era indispensable conocer la opinin y lasimplicaciones socioeconmicas del establecimiento de la reserva, en parti-cular para los habitantes de las comunidades de San Felipe, en Baja Californiay Puerto Peasco y El Golfo de Santa Clara, en Sonora, localidades que esta-ban dentro del polgono de influencia del decreto en ciernes.

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  • Las implicaciones eran mayores en El Golfo, pues ah, como bien lo sus-tenta la autora, no se adverta una diversidad de actividades productivas comoera en los casos de San Felipe y Puerto Peasco. En El Golfo, dos terceras par-tes de la fuerza laboral se dedicaba a la pesca, que en esos momentos resen-ta el desplome comentado.

    Los estudios de BARA pretendan tomarles el pulso a los usuarios sobre lafactibilidad de imponer reglas para mejorar el manejo de los recursos pro-ductivos. Justo cuando se sistematizaba la informacin, derivada del estudiode campo realizado por el equipo de antroplogos de la Universidad deArizona, se publica en el Diario Oficial de la Federacin el decreto que establecala reserva, sin el consenso y aceptacin de los habitantes de las tres comuni-dades, en particular de El Golfo, que intuan resultaran muy perjudicadas,pues perciban que se prohibira la pesca y con ello las posibilidades de man-tener una forma de trabajo digna.

    La autora muestra, con trabajo etnogrfico, cmo los habitantes de ElGolfo se sintieron marginados y empezaron a resistir denunciando a losenviados del gobierno, que diseaban la estrategia para el plan de manejo dela reserva. La hostilidad experimentada por los pescadores y dems habitan-tes de esa localidad fue ostensible, pero ms penosa fue la incapacidad de losprofesionales comisionados para explicar las caractersticas de la reserva y losprogramas de apoyo que acompaaban al decreto.

    En fin, lo ms importante es lo que tenemos ahora: el apresuramiento yla desconfianza fueron tales, que en la actualidad la operacin de la reservaes completamente ineficiente, como estrategia de preservacin de los recur-sos y mecanismo para mejorar las condiciones de vida de todos en las comu-nidades pesqueras involucradas.

    Por lo menos as lo evidencia una encuesta realizada en 2006 por elCentro de Investigaciones Biolgicas de Noroeste, donde se demostr que lareserva no ha beneficiado ni econmica ni socialmente a los pescadores deEl Golfo. Lo ms grave es que uno de los objetivos principales de la declara-toria: la conservacin de la vaquita, no se ha cumplido ni siquiera mnima-mente, sino todo lo contrario; si en 1993 su poblacin se estimaba en 700,el ltimo censo conocido indica que se han reducido a 250. El deterioro delas condiciones sociales y econmicas de los habitantes de El Golfo, tras casi15 aos de existencia del rea natural protegida, se puede explicar por laforma en que se decret: sin el consenso de la poblacin y por razones pol-ticas y propagandsticas. Esta realidad es la planteada de manera persuasivaen el libro Soy pescadora de almejas.

    lvaro Bracamonte Sierra*

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    * Profesor-investigador del Centro de Estudios sobre Amrica del Norte de El Colegio de Sonora. Correoelectrnico: [email protected]