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Universidad Santo Tomás Talca RESILIENCIA Psicología Comunitaria Profesor: Joan Calventus Integrantes: Viviana Díaz Arias Katherine Díaz Lastra Paz Gajardo Tenhamm GLenda Hugo Lorca

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Universidad Santo Tomás Talca

RESILIENCIA Psicología Comunitaria

Profesor:

Joan Calventus

Integrantes: Viviana Díaz Arias

Katherine Díaz Lastra Paz Gajardo Tenhamm

GLenda Hugo Lorca

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INDICE

INTRODUCCIÓN:.............................................................................................................. 3

1.- CONSIDERACIONES LINGÜISTICAS: ........................................................................ 4

2.- CONCEPTO DE RESILIENCIA .................................................................................... 7

2.1.- Evolución de las definiciones sobre resiliencia: ...................................................... 8

3.- ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y ENFOQUES SOBRE LA RESILIENCIA:............................................ 9

3.1.- Enfoque Anglo-norteamericano: ...................................................................................... 11

3.2.- Enfoque Europeo: ............................................................................................................ 13

3.3.- Enfoque Latinoamericano: ............................................................................................... 13

4.- FACTORES PROTECTORES Y SITUACIONES DE RIESGO:............................................................. 14

5.- CARACTERÍSTICAS Y CONDUCTAS DE LOS INDIVIDUOS RESILIENTES: ....................................... 16

5.1.- Resiliencia en la niñez:...................................................................................................... 18

6.- DESARROLLO DE NUEVAS PERSPECTIVAS EPISTEMOLÓGICAS Y DE TRABAJO SOBRE RESILIENCIA:.................................................................................................................................................... 20

7.- INTERVENCIÓN SOCIAL: .......................................................................................................... 22

8.-EJEMPLO DE INTERVENCION…………………………………………………………………………………………………… 27 81.- Formulación del Problema………………………………………………………………………………………………..29 8.2.- Objetivo General………………………………………………………………………………………………………………30 8.3.- Objetivo Especifico…………………………………………………………………………………………………………..30 8.4.- Metodología…….………………………………………………………………………………………………………………30 8.5.- Cronograma o carta Gantt………………………………………………………………………………………………..31 8.6.- Evaluación………………………………………………………………………………………………………………………..31 SINTESIS:........................................................................................... ¡Error! Marcador no definido.

REFERENCIAS: .............................................................................................................................. 32

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INTRODUCCIÓN:

A menudo en el transcurso de nuestra vida nos encontramos con personas

o grupos de personas que viven momentos o situaciones de estrés o conflicto

extremo, cuya superación parece imposible, o casi imposible, sin embargo, la vida

cotidiana nos muestra, que algunas de esas personas o grupos no sólo logran

superar estas situaciones adversas, sino que también salen fortalecidos, de esos

problemas o tragedias y logran transformarlas en una ventaja o un estímulo para

su desarrollo biopsicosocial, desarrollando así aquello que será nuestro tema de

interés y estudio: LA RESILIENCIA.

Estudiar la resiliencia no es tarea sencilla, dada la multitud de definiciones,

aproximaciones, propuestas metodológicas y tipos de estudio desde los cuales se

ha abordado este tema. Afortunadamente, lo más relevante de los estudios que

se han llevado a cabo acerca de la resiliencia es que permite dotar de recursos y

competencias a un individuo, una familia, una escuela y aun a una sociedad, con

los cuales se pueda hacer frente a una adversidad y salir más favorecido o menos

afectado cuando se encuentre en una situación de vulnerabilidad. Por lo cual la

resiliencia es definida como:

“La capacidad para recuperarse y mantener una conducta adaptativa

después del abandono o la incapacidad inicial al iniciarse un evento estresante”

(Garmezy, 1991 citado por Becoña, 2006),

Por lo que el objetivo del presente trabajo es dar a conocer algunos de los

aspectos de mayor interés en cuanto a la resiliencia, tales como definiciones,

antecedentes históricos, factores protectores y de riesgo, etc todo esto para poder

comprender de mejor manera como los individuos se enfrentan, reaccionan y a

la vez se sobreponen a las situaciones difíciles. Sin embargo para poder entender

de mejor manera el fenómeno de la resiliencia es necesario tener el concepto

claro y definido por lo cual iniciaremos nuestro primer apartado con este tema.

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1.- CONSIDERACIONES LINGÜISTICAS:

La palabra resiliencia no se encuentra dentro de los conceptos que define la

Real Academia de la Lengua Española (RAE), a pesar de que su uso es cada vez

más frecuente en diversas áreas, como la física, la informática, la ecología, la

psicología, la medicina, y las ciencias sociales en general.

La palabra resiliencia llega al castellano a través del inglés (resilience),

siendo su origen el término latino resilio-resilire (saltar, saltar hacia atrás, rebotar),

de esta manera surge la primera acepción por el Oxford English Dictionary en su

segunda edición como: The (or An) act of rebounding or springing back, rebound,

recoil, es decir, El (o un) acto de rebotar o saltar hacia atrás, rebotar, retroceder.

El primer registro escrito, del que se tiene constancia, en la lengua inglesa del

término resilience data de 1626. El diccionario etimológico (Online Etymology

disctionary) nos remite también al verbo result (resultar) señalando que procede

del latín resultare y cuyo significado es “saltar hacia adelante, rebotar” y añade

también que es el frecuentativo del participio pasado de resilire (rebotar), por

ende existe una conexión entre los términos resilience y result.

En el idioma español, en antiguas ediciones de los diccionarios de la Real

Academia de la Lengua Española existen tres palabras que provienen del vocablo

latín resilire: botar, resaltar y resurgir.

De esta forma, la primera palabra, botar, aparece en el diccionario de la

RAE en 1726 como “botar la pelota u otra cosa arrojada. Es sufrir o levantarse en

alto habiendo dado en tierra, por ser más poderosa la resistencia y virtud del

paciente, que la actividad y fuerza del agente. Lat. Resilire” (RAE. p-660,1).

Esta definición se ajusta al significado de resilire, pero a su vez da una

explicación adaptada a los conocimientos y la cultura de la época, atribuyéndole

mayor sentido a la resistencia y la virtud del paciente que a la actividad y fuerza

del agente, y esto es esperable puesto que no se conocían culturalmente mayores

conocimientos respecto a lo que representaba la elasticidad. En 1770, sin

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embargo, en el diccionario de la RAE desaparece por completo la definición

anterior de “botar”, pero en 1899 el origen etimológico de botar se recoge como

“Del b. lat boutare; del lat. Pultare”, eliminando a partir de ese momento en

ediciones posteriores la referencia a la palabra latina resilire.

La segunda palabra que aparece en el diccionario de la RAE en 1737 cuya

etimología remite al vocablo latín resilire es resaltar, se define como: “rechazar, u

dar segundo bote o resalto un cuerpo, por la mayor fuerza o resistencia, que halla

en otro que toca, o tropieza. Es compuesto por la partícula Re y el verbo saltar.

Lat. Resilire” (RAE. p-590,1).

Al igual que ocurrió con la palabra botar, no se encontrará presente en

ninguna edición posterior la referencia etimológica resilire, pero a pesar de ello,

cabe destacar la similitud existente entre la definición de resaltar y la acepción de

botar mencionada anteriormente.

Finalmente, la tercera palabra es resurtir, y el diccionario de la RAE de 1737

define como: “venir a dar o parar, desde otra parte donde dio primero. Lat. Resilire,

Resultare” (RAE. p.602,1).

Como se observa, las dos palabras latinas resilire y resultare, señaladas

recientemente, ya aparecían conectadas en la etimología de la palabra inglesa

recilience. Esta conexión queda más clara aún cuando se introduce como primera

acepción de resulta (Diccionario de la RAE de 1803) lo siguiente: “resultar. Lo

mismo que resaltar o resurtir”.

Por otro lado, ateniéndonos a lo que recogen los diccionarios de la RAE del

siglo XVIII, el vocablo latino resilire dio lugar a una serie de palabras que

contenían su significado: botar, resaltar, resurtir, y también podría ser el término

resultar. De estos, los tres primeros no poseen ningún nombre fonéticamente

similar a resiliencia pero la palabra resultancia si, incluida aún en la vigésimo

segunda edición del diccionario de la RAE. Esto nos indica que si la lengua

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castellana hubiera seguido otros caminos, se utilizarían otros términos en vez de

resiliencia, tales como resaltancia o resurtencia.

Estas consideraciones lingüísticas sirven para dar cuenta de las conexiones

semánticas que se establecen con palabras al uso, por lo que es de vital

importancia comprender la introducción del vocablo resiliencia en nuestro idioma,

puesto que tiene un gran peso conceptual que no puede ser asumido por otro

término dentro del castellano contemporáneo.

Por otro lado, aunque no haya sido incluida en el diccionario de la RAE, si

se incorpora en el diccionario de Salvat (1973) pero con un significado aplicado a

la física: “la resistencia que oponen los cuerpos, en especial los metales, a la

ruptura por choque o percusión”. Asimismo, en el Oxford Dictionary Online se

define como: “el poder devolver a la forma o posición original después de ser

comprimido o doblado; la energía por unidad de volumen absorbida por un materia

cuando es sujeto a estiramiento o el valor máximo de ésta cuando el límite de

elasticidad no es superado”.

De este modo, la física e ingeniería incorporan este concepto y le dan una

definición, sirviendo, de esta forma, a la psicología y las ciencias sociales como

préstamo lingüístico, adaptándolo al contexto de cada área y en lo que nos

incumbe a las experiencias observadas en personas, grupos y comunidades. Y en

este sentido, el primer uso de la palabra resiliencia aplicada a personas,

primordialmente a niños, fue en 1942 por la investigadora Scoville quien utilizó el

concepto en relación a la psicología y psiquiatría en un artículo titulado Wartime

tasks of psychiatric social workers in great Britain (Tareas en tiempos de guerra de

los trabajadores sociales psiquiátricos en Gran Bretaña donde señala: “la

resiliencia sombrosa de los niños que se enfrentan a situaciones peligrosas para la

vida” (Jourdan-lonescu, 2001).

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2.- CONCEPTO DE RESILIENCIA

El concepto de resiliencia surge alrededor de los años 70, a raíz de la

inquietud e interés de algunos investigadores por identificar qué factores eran los

que permitían a los individuos sobreponerse de manera exitosa a las dificultades y

adversidades que se les presentaban en el transcurso de sus vidas. Sin embargo,

uno de los principales problemas con este concepto es su definición, sobre el cual

no hay un completo acuerdo por dos razones:

1. Porque se considera a este concepto difícil de apresar, así como de

especificar empíricamente y muy relacionado con medidas de éxito y

fracaso situacional (Bartelt, 1996 citado en Becoña, 2006)

2. Porque las distintas disciplinas científicas y contextos desde los cuales

se estudia la resiliencia son muy amplios y diversos a la vez.

En lo que si hay un completo acuerdo es que cuando hablamos de

resiliencia, asumimos que implica competencia o un positivo y efectivo

afrontamiento en respuesta al riesgo o adversidad (Luthar y Cushing, 1999 citado

por Becoña, 2006).

Kotliarenco, Cáceres y Fontecílla (1998) y Munist et al. (1998) han revisado

distintas definiciones sobre el concepto de resiliencia. La definición más aceptada

es la que la define como “la capacidad para recuperarse y mantener una conducta

adaptativa después del abandono o la incapacidad inicial al iniciarse un evento

estresante” (Garmezy, 1991 citado por Becoña, 2006), esta capacidad se activa en

la persona que habiendo vivido experiencias de adversidad logra superar los

factores de riesgo creando un escudo protector contra las situaciones estresantes

y desestabilizadoras. Estas conclusiones han surgido luego de historias de

adaptaciones exitosas en individuos que se han visto expuestos a factores

biológicos de riesgo o eventos de vida estresantes; además implica la expectativa

de continuar con una baja susceptibilidad a futuros estresores (Luthar & Zingler,

1993, citados por Kotliarenco y cols, 1998).

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Sin embargo, en la medida en que se iban desarrollando investigaciones se

llegó a la convicción de que esa resiliencia provenía, en muchas ocasiones, de

factores externos a la persona tales como: atributos personales, características

familiares y características del contexto social que rodea al individuo, por lo que el

concepto de resiliencia paso de ser considerado como algo absoluto y global, a

ser considerado como algo relativo, que depende del equilibrio dinámico de

factores tanto personales, familiares y sociales.

2.1.- Evolución de las definiciones sobre resiliencia:

Kotliarenco y cols. (1998) realizan una recopilación de distintas definiciones

y conceptos considerando a diversos autores e investigadores que han

desarrollado el tema de la resiliencia, estas definiciones reflejan el modo en que

esta palabra se ha conceptualizado en la literatura, entre ellas encontramos:

“Habilidad para resurgir de la adversidad, adaptarse, recuperarse y acceder

a una vida significativa y productiva” (ICCB, Institute on Child Resilience

and Family, 1994.)

“Enfrentamiento efectivo de circunstancias y eventos de la vida

severamente estresantes y acumulativos” (Lösel, Blieneser y Koferl, 1989.)

“Capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida,

superarlas e, inclusive, ser transformado por ellas “(Grotberg, 1995.)

“La resiliencia distingue dos componentes: la resistencia frente a la

destrucción; es decir, la capacidad de proteger la propia integridad bajo

presión; por otra parte, más allá de la resistencia, es la capacidad de forjar

un comportamiento vital positivo pese a circunstancias difíciles”

(Vanistendael, 1994).

“La resiliencia se ha caracterizado como un conjunto de procesos sociales e

intrapsíquicos que posibilitan tener una vida “sana” en un medio insano.

Estos procesos se realizan a través del tiempo, dando afortunadas

combinaciones entre los atributos del niño y su ambiente familiar, social y

cultural. Así la resiliencia no puede ser pensada como un atributo con que

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los niños nacen o que los niños adquieren durante su desarrollo, sino que

se trata de un proceso que caracteriza un complejo sistema social, en un

momento determinado del tiempo.”(Rutter, 1992.)

“La resiliencia significa una combinación de factores que permiten a un

niño, a un ser humano, afrontar y superar los problemas y adversidades de

la vida, y construir sobre ellos” (Suárez Ojeda, 1995.)

Todas estas definiciones tienen en común tres ideas, fundamentales para

comprender el concepto de Resiliencia:

1. Resiliencia como proceso, y no como algo acabado por lo que no puede ser

pensada como un atributo con que los individuos nacen, sino que se trataría

de un proceso interactivo entre procesos sociales, familiares, culturales y

de aprendizaje.

2. Resiliencia como adaptabilidad, es decir como la facultad humana para

adaptarse exitosamente ante factores de riesgo, como producto de la

interacción entre persona y entorno.

3. Resiliencia como habilidades o capacidades para enfrentarse o resolver de

manera adecuada situaciones adversas o de riesgo.

3.- ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y ENFOQUES SOBRE LA RESILIENCIA:

Durante las tres décadas ya pasadas, la resiliencia ha sido un tema

estimulante y que ha dado frutos a la hora de hablar sobre investigaciones. Pero

hay que tener presente que resulta muy difícil encontrar solo un hilo conductor que

explique las diversas teorías y modelos sobre este tema, puesto que la resiliencia

muestra una capacidad muy grande de adaptación a múltiples perspectivas de

estudio y de intervención. Por los tanto existen muchas visiones al respecto.

Importante también es señalar la sensibilidad que la resiliencia presenta al

contexto, por lo tanto, al hablar del término en la infancia u otras etapas del ciclo

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vital, en comunidades desfavorecidas, hombres o mujeres, etc. no se obtienen las

mismas perspectivas (Gil, 2010).

El origen de los trabajos sobre la resiliencia se remonta a la observación de

comportamiento de tipo individual de la superación que en un principio parecían

ser casos aislados y anecdóticos (Vanistendael, 2001, citando en Carretero, 2010)

Y también al estudio evolutivo de niños los cuales habían vivido en situaciones

adversas. Uno de los primeros trabajos científicos que favorecieron la instauración

de la resiliencia como tema de investigación, fue un estudio de tipo longitudinal,

iniciado a mediados de la década de los 50 por E. Werner y R. Smith efectuado

durante treinta años con un cohorte de de 698 niños y niñas nacidos en Hawai en

condiciones muy desfavorables (niños expuestos a riesgos prenatales, perinatales

y postnatales). Donde treinta años después, el 80% de los niños se habían

desarrollado positivamente, convirtiéndose luego en adultos competentes y bien

integrados, donde los niños que no eran resilientes se mostraban ansiosos,

tímidos, temerosos, retraídos, en tanto, los resilientes eran vistos como muy

activos, despiertos, autónomos. (Wernes y Smith, 1982; 1992, citando en

Carretero, 2010) este estudio, si bien fue realizado en un marco ajeno a la

resiliencia, ha llegado a tener un papel muy importante en el surgimiento de la

misma (Mancioux et al., 2001, citado en Carretero, 2010).

En relación a la resiliencia en los principios del siglo XXI es importante

señalar que en el primer decenio del siglo, las diferentes líneas comienzan a

interconectarse, y se amplían en un mundo donde la información y el conocimiento

se mueven en tiempo real, traspasando así las fronteras físicas y culturales. Se

puede señalar que la resiliencia se encuentra en desarrollo, avanzando, con

mucha potencialidad y energía, orientada a la creación de modelos grupales sobre

trayectorias de desarrollo de resiliencia, con el fin de lograr identificar los caminos

positivos recorridos por grupos de individuos que han experimentado adversidades

o traumas. Pero para Richardson, (2002 citado en Gil, 2010) en la actualidad nos

encontraríamos en la identificación multidisciplinar de las fuerzas motivacionales

de personas y grupos que dan cabida a la resiliencia. Aun así, el marco de estudio

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sobre la resiliencia a lo largo del tiempo ha ido experimentando considerables

cambios que conllevan en nuevas perspectivas (Gil, 2010).

En relación a los enfoques o escuelas sobre la resiliencia, y atendiendo al

marco de procedencia, destacan tres perspectivas de pensamiento e

investigación. En primer lugar se encuentra el enfoque anglo-norteamericano

donde a causa de su mayor recorrido y clara diferenciación entre postulados, se

distingue la primera y la segunda generación de investigadores e investigadoras,

en segundo lugar se encuentra el enfoque o escuela europeo y finalmente se

encuentra el enfoque latinoamericano. (Gil, 2010) Enseguida se exponen los tres

enfoques antes mencionados, donde se da énfasis a las principales

investigaciones y posturas teóricas que sostienen.

3.1.- Enfoque Anglo-norteamericano:

Este enfoque se desarrolla primordialmente en el marco geográfico de los

Estados Unidos, lugar donde se dio inicio a las investigaciones sobre la resiliencia

y donde se apoyan variados enfoques, que van desde el psicobiológico hasta el de

procesos (Gil, 2010) A continuación se exponen la primera y segunda generación

de investigaciones sobre la resiliencia:

Primera generación de investigación sobre resiliencia: el estudio de la

resiliencia comenzó a partir de las investigaciones sobre psicopatología,

específicamente, sobre los riesgos de desarrollar este tipo de trastornos en

circunstancias desfavorables determinadas. El foco inicial de la primera

generación fue la identificación de las características psicológicas y biológicas que

mostraban jugar un importante papel en la superación de adversidades. De a

poco, se empieza a ampliar el foco de investigación, que va desde un interés en

cualidades personales, hacia un interés mayor por estudiar los factores externos al

individuo (Gil, 2010). Finalmente, los investigadores llegaron al consenso de que

junto a ciertas características personales, también jugaba un rol primordial (como

factores protectores ante riesgo y adversidad) las familias y algunos aspectos del

marco social, en particular los que se refieren a la capacidad de proveer apoyo

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(Beardslee & Podorefsky, 1988; Garmezy, 1991b, 1993; Masten & Garmenzy,

1985; Rutter, 1979; Werner & Smith, 1982, 1992, citado en Gil, 2010). Entonces,

en la primera generación de investigaciones, el objetivo era descubrir

características de la personalidad y/o factores externos que realizaran su trabajo

como protectores ante los riesgos en situaciones y entornos de adversidad (Gil,

2010).

Segunda generación de investigación sobre resiliencia: aquí el foco de

estudio de la resiliencia es ampliado, a pesar de que se sigue teniendo presente

las características personales y sociales, la atención va dirigida en determinar de

qué forma se consiguen los resultados resilientes, o sea, la forma en que se

produce el proceso que da lugar a superar la adversidad y salir mejorado de esta

(Gil, 2010) Sir Michael Rutter fue uno de los investigadores más significativos de

esta generación, pionero en sostener que el fenómeno de resiliencia debe ser

entendido no como un conjunto de características internas o externas, sino como

un conjunto donde dichos elementos se desarrollarían dentro de un marco

temporal (Rutter, 1987, citando en Gil, 2010) Otra visión importante es la que

entiende a la resiliencia dentro de un modelo ecológico-transaccional, el que

procede del modelo ecológico de Bronfenbrenner, donde el nivel personal interno

(microsistema) interactúa con otros niveles externos (mesosistema, exosistema,

macrosistema). A pesar de que la infancia es un periodo relevante para establecer

las bases de los comportamientos resilientes futuros, el fenómeno de la resiliencia

puede darse en cualquier momento de la vida. Es así, como Wolin y Wolin (1993)

desarrollan un esquema que da a conocer siete factores (resiliencias) basados en

las etapas del ciclo vital: Introspección, Independencia, Capacidad de interacción,

Capacidad de iniciativa, Creatividad, Ideología personal y finalmente Sentido del

humor. La segunda generación de investigadores, colaboró notablemente a la

expansión y profundización en el constructo de resiliencia, generando a ampliación

de temas y áreas científicas que la abordan, así como también a la búsqueda de

aplicaciones prácticas en lo que se refiere a la promoción de resiliencia (Gil, 2010).

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3.2.- Enfoque Europeo:

Comienza a surgir en la última década del siglo XX. “La escuela europea,

sitúa la resiliencia en la intersección entre la persona y su entorno” (Gil, 2010)

Como señala Manciaux et al.: “En todo momento, la resiliencia es fruto de la

interacción entre el propio individuo y su entorno, entre las huellas de sus

vivencias anteriores y el contexto del momento en materia política, económica,

social o humana” (Manciaux, 2003, citando en Gil, 2010) En este enfoque, y a

diferencia del anglo-norteamericano, la persona tiene un papel más activo, como

sujeto de su propia historia que construye, claramente, dentro de su contexto

social y cultural. En este contexto, la resiliencia constituye a un poder de elección

ante la adversidad consistente en no dejarse vencer. En este enfoque, la

resiliencia es una fuerza que se encuentra en todas las personas y que necesita

de los demás para nutrirse y manifestarse (Gil, 2010)

3.3.- Enfoque Latinoamericano:

En este ámbito, la resiliencia como objeto de estudio cobra fuerza a partir

de la mitad de la década de los noventa del siglo XX, aportando un notorio cambio

epistemológico por medio de lo que se ha denominado resiliencia comunitaria, que

modifica tanto el objeto de estudio como la postura del observador y los criterios

de observación y validación del fenómeno (Suárez, 2001, citado en Gil, 2010) La

base de desarrollo de este enfoque, los constituyen las particularidades

condiciones de vida en Latinoamérica y las dificultades marcadas por los

problemas económicos, políticos y sociales, que dan lugar a la vulnerabilidad de

gran parte de su población ante catástrofes naturales y desastres producidos por

el hombre. Es así, como el objeto de estudio se centra en descifrar las maneras

mediante las que los grupos humanos y comunidades hacen frente a la

adversidad, lo que no quiere decir que se deje de lado la resiliencia individual. Aun

así, se valora el espacio grupal como entorno de trabajo de resiliencia por su

efecto multiplicador (posibilita ampliación de procesos resilientes a la comunidad

de pertenencia). Es así, como el enfoque de la resiliencia comunitaria busca

principalmente determinar las condiciones sociales, las relaciones grupales, las

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manifestaciones culturales y valores comunitarios que se encuentran en la base

del proceso resiliente colectivo (Gil, 2010).

Son muchas las acciones que se han llevado a cabo en los últimos años,

principalmente con metodologías que incorporan la investigación en la acción.

Como por ejemplo, María Angélica Kotliarenco, del Centro de Estudio de Atención

del Niño y la Mujer de Santiago de Chile, quien en el año 1997 publica “Estado de

arte en resiliencia”. La resiliencia Latinoamericana transfiere el ámbito de lo

psicológico a lo social, por medio del compromiso activo con la justicia y el

bienestar de la sociedad en su conjunto (Gil, 2010)

4.- FACTORES PROTECTORES Y SITUACIONES DE RIESGO:

En la Resiliencia intervienen algunos factores protectores capaces de

favorecer el desarrollo de individuos o grupos, estos factores operarían

protegiendo al sujeto de la hostilidad encontrada en su entorno y reduciendo los

efectos negativos de la exposición a riesgos y al estrés. Dichos factores se

agruparían en: factores personales, familiares, escolares y sociales.

- Los personales se refieren a: la autoestima elevada, creatividad, autonomía,

tolerancia a las frustraciones, habilidades comunicativas y de resolución de

problemas, sentido del humor, convivencia positiva, independencia,

sentimiento de autoeficacia y autovalía, optimismo (Vanistandael.1995)

- Los factores familiares tienen que ver con la presencia de apoyo

incondicional por parte al menos una persona significativa, que sea

competente y emocionalmente estable el apoyo, así como también requiere

de la presencia de un ambiente de estabilidad emocional (Jadue, Galindo &

Navarro, 2005).

- Los factores escolares tienen relación con las jornadas completas en las

cuales se debe promover actividades como como talleres artísticos,

cívicos, científicos y deportivos (Henderson y Millstein, 2003), así como

también tener un grupo reducido de alumnos por sala, para así poder

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atender las dudas, problemas o dificultades que se le presenten al

estudiante.

- Los factores sociales son todos aquellos que guardan relación con la

comunidad, tales como las normas sociales, los contactos sociales

positivos redes informales de apoyo,

En cuanto a los factores de riesgo son todas aquellas acciones que

involucran peligro para el bienestar del individuo o que acarrean directamente

consecuencias negativas para su salud. Los factores de riesgo se clasifican en

individuales, interpersonales y ambientales.

- Los individuales se refieren a antecedentes familiares

de alcoholismo, pobre control de impulsos, déficit de atención e

hiperactividad, discapacidad, bajo coeficiente intelectual y falta de

motivación (Jadue, Galindo & Navarro, 2005).

- Los interpersonales se relacionan con la falta de

comunicación familiar, los conflictos que se producen entre padres e hijos y

el apego y estilo de crianza deficiente, consumo de alcohol y drogas,

rechazo de pares, etc.

- Los ambientales son aquellos que se refieren

principalmente a la pobreza, privaciones económicas, desorganización

vecinal e inseguridad en los barrios (Jadue, Galindo & Navarro, 2005).

Por lo tanto por una parte lo primordial es reforzar los factores protectores,

ya que estos ayudan a los individuos a tomar y encontrar los apoyos que

necesitan y proveen un camino de regreso a un estatus de vida saludable para la

persona, por otro parte, no podemos dejar de mencionas que de manera conjunta

los factores protectores y de riesgo se interrelacionan entre sí de la siguiente

forma (Rutter, 1993 citado por Aguiar y Acle - Tomasini):

- Ambos forman parte de lo que se denomina resiliencia, por lo que su

estudio en conjunto contribuye a mejorar la comprensión de la misma.

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- Entre ambos se una relación, pero aunque el tipo de relación no es el

mismo en todos los eventos de la resiliencia, ya que lo que en un momento

puede ser considerado un factor protector en otro momento puede no serlo,

puesto que es muy probable que ese factor protector que en el pasado

funcionó para la adaptación de la persona, en otro momento sea deficiente

y se necesite de otro factor protector.

- No siempre el mismo factor protector funciona de la misma forma para la

misma situación de riesgo, ni tampoco un factor protector funciona por

igual de modo indistinto para otras situaciones de riesgo.

- Y por último, un factor protector puede ser en ocasiones un factor de

riesgo. por ejemplo, la adopción de un niño es un factor protector, pero si

niño, al convivir con sus nuevos hermanos, puede enfrentar otros riesgos

psicológicos que no se le presentarían si siguiera viviendo en la casa de

adopción.

De estas interrelaciones se puede concluir que los factores de protección

operan sobre los factores de riesgo, es decir la presencia de un factor protector

amortigua el impacto de un factor de riesgo mediante mecanismos de protección,

recuperación o control conductual.

5.- CARACTERÍSTICAS Y CONDUCTAS DE LOS INDIVIDUOS RESILIENTES:

La humanidad, en su desarrollo ha ido observando que algunos seres

humanos han logrado superar condiciones severamente adversas, pudiendo

incluso transformarlas en un estimulo o ventaja para su desarrollo bio-psico-social.

En este ámbito, muchos de los modelos teóricos que intentaron explicar los

resultados negativos creados como consecuencia de algún factor de riesgo con

alta probabilidad de daño, no fueron suficientes para explicar los fenómenos de la

supervivencia humana y del desarrollo psico-social.

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Diversos estudios, principalmente basados en la aplicación del enfoque de

riesgo, ampliamente utilizado en programas de salud han demostrado la existencia

de numerosos casos que se desarrollaban en forma normal a pesar de que, en

otros individuos, este desarrollo determinaba patologías severas.

Así, se llego a determinar que ciertos atributos de una persona, como: el

control de las emociones y de los impulsos, el sentido del humor, una alta

autoestima, la autonomía, empatía, capacidad de comprensión y análisis de

situaciones, la capacidad de atención y concentración, y cierta competencia

cognitiva, ayudan a asociar positivamente la posibilidad de ser resilientes.

También favorecen la posibilidad de ser resilientes las condiciones del

medio ambiente social y familiar encontrándose en este punto: la relación de

aceptación incondicional; la seguridad de un afecto recibido por encima de todas

las circunstancias y no condicionado a las conductas ni a ningún otro aspecto de

la persona; y la extensión de redes informales de apoyo.

En este ámbito, las investigaciones acerca de la resiliencia se centraban

sólo en niños, pero a medida que se fueron desarrollando investigaciones

longitudinales extendidas a adolescentes y posteriormente a la edad adulta fue

posible comprender que también se presenta resiliencia en etapas más

desarrolladas de la vida, no solo en contextos de riesgo, sino a situaciones

disruptivas como afrontar una pérdida por ejemplo, una enfermedad, violencia o

amenaza vital, así como afrontar los retos propios de la vejez. (Bonanno, 2004). A

esto, se le considera actualmente “envejecimiento exitoso” tomando en cuenta una

serie de criterios del ámbito físico y psico-afectivos asociados al bienestar y

calidad de vida en la vejez (Bouffard, 2008).

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5.1.- Resiliencia en la niñez:

En vista de lo anterior, queda claro que en la actualidad no podemos afirmar

que la resiliencia es propia de una etapa concreta de la vida, de tal manera esta

puede manifestarse en cualquier punto del ciclo vital (Luthar, 1999), no obstante,

para efectos técnicos del presente informe se indican a continuación las

principales características y conductas de niños y niñas resilientes.

Tal como se ha mencionado anteriormente, la resiliencia está relacionada a

situaciones específicas y particulares de riesgo, que aparentan no tener nada en

común, pero existen autores que señalan que si existen aspectos comunes en

esta diversidad de situaciones (Fonagy et al., 1994) indicando los siguientes

atributos:

- Nivel socio económico más alto.

- Género femenino (en el caso de prepúberes), pero posteriormente en las

etapas posteriores del desarrollo prima el género masculino.

- Ausencia de déficit orgánico.

- Temperamento fácil.

- Menor de edad al momento del trauma.

- Ausencia de separaciones o pérdidas tempranas.

Respecto a las características del medio social inmediato señalan:

- Padres competentes

- Relación cálida con al menos un cuidador primario

- Posibilidad de contar en la adultez con apoyo social del cónyuge, familia u

otras figuras.

- Mejor red informal de apoyo (vínculos).

- Mejor red formal de apoyo a través de una mejor experiencia educacional y

de participar en actividades de instituciones religiosas y de fe.

19

En cuanto al funcionamiento psicológico:

- Mayor Coeficiente Intelectual y habilidades de resolución de problemas.

- Mejores estilos de enfrentamiento.

- Motivación al logro.

- Autonomía y locus de control interno.

- Empatía, conocimiento y manejo adecuado de relaciones interpersonales.

- Voluntad y capacidad de planificación.

- Sentido de humor positivo.

Otras características del funcionamiento psicológico en niños, niñas y

adolescentes resilientes son:

- Mayor tendencia al acercamiento.

- Mayor autoestima.

- Menor tendencia a sentimientos de desesperanza.

- Mayor autonomía e independencia.

- Habilidades de enfrentamiento que incluyen orientación hacia tareas, mejor

manejo económico, menor tendencia a la evitación de problemas y menor

tendencia al fatalismo.

Por otro lado, Wolin y Wolin (1993) definen el concepto de mandala de la

resiliencia, aludiendo al término como una expresión de los indios navajos del

suroeste de los Estados Unidos, para designar a la fuerza interna que hace que el

individuo enfermo encuentre su resistencia interna para sobreponerse a la

enfermedad (Suárez, 1995). En este sentido, señalan algunas características

personales de quienes poseen esta fuerza, y proporcionan algunas definiciones:

- Introspección: es el arte de preguntarse a sí mismo y darse una

autorespuesta honesta.

- Independencia: capacidad de establecer límites entre los ambientes

adversos y uno; capacidad de mantener distancia emocional y física sin

aislarse.

20

- Capacidad de relacionarse: habilidad para establecer lazos íntimos y

satisfactorios con los demás y así mantener un equilibrio entre la propia

necesidad de simpatía y aptitud para brindarse a otros.

- Iniciativa: exigirse y ponerse a prueba en tareas cada vez más exigentes.

Capacidad de hacerse cargo de los problemas y controlarlos.

- Humor: capacidad de encontrar lo cómico en la tragedia.

- Creatividad: capacidad de crear orden, belleza y finalidad a partir del caos

y el desorden.

- Moralidad: actividad de una conciencia informada, deseo de una vida

satisfactoria, amplia y con riqueza interior. Capacidad de discriminar entre

lo bueno y lo mano y de comprometerse con valores.

6.- DESARROLLO DE NUEVAS PERSPECTIVAS EPISTEMOLÓGICAS Y DE TRABAJO SOBRE RESILIENCIA:

Poder abarcar las múltiples visiones que se están focalizando en torno a la

resiliencia es un trabajo inabordable, ya que estas crecen muy rápidamente. Por lo

que es posible afirmar que hoy por hoy, la resiliencia es multidisciplinar. Es así

como en Ecología, la resiliencia es asociada a la sostenibilidad de los sistemas

socio-ecológicos. Otra área de avances es la resiliencia social, que conlleva

aspectos de resiliencia personal, resiliencia comunitaria y resiliencia institucional.

Como por ejemplo, la Resiliencia ante Desastres Comunitarios, pone énfasis en

las respuestas comunitarias resilientes ante desastres naturales (como el Huracán

Katrina del 2005). También, aparece con fuerza, la perspectiva complementaria,

que une la resiliencia con la potencialidad del ser humano para ser feliz y

desarrollarse plenamente, donde se trabaja por medio de la psicología positiva de

Seligman, como el humor, la exploración creativa y el pensamiento optimista (Gil,

2010) También, existe una larga línea de trabajo y de investigación referidas al a

resiliencia y la salud mental en múltiples aspectos, teniendo presente que este

modelo de la resiliencia se extiende además del individuo, a la comunidad y el

entorno. Por ejemplo, el modelo cíclico de bienestar llevado a cabo por Susan

Cadell, Jeff Karabanow y Miguel Sanchez en 2001, basados en tres elementos:

21

resiliencia, empoderamiento y comunidad. Donde la comunidad fomenta el

empoderamiento y la resiliencia de sus miembros. Otra de las nuevas perspectivas

es la holística, que corresponde a uno de los desarrollos más próximos del marco

teórico de la resiliencia. Donde vida, resiliencia y ser humano son realidades

holísticas que forman un todo. Los enfoques holísticos, se focalizan en la

interacción que da lugar entre los diferentes elementos y entre las distintas

dimensiones que están presentes. Esta visión holística, se ve también reflejada en

la descripción de la complejidad que supone en proceso de resiliencia. Ya que no

sólo es necesario tomar en cuenta los múltiples factores y múltiples dimensiones

en la que estos se dan, sino que se debe considerar también que existen

diferentes procesos dentro del propio proceso, los que interactúan entres sí. El

enfoque holístico de la resiliencia, que incluye e interconecta diversos aspectos de

la vivencia humana, se está concretando en el ascendente interés desde amplias

disciplinas científicas como son la psicología, psiquiatría, sociología, antropología,

medicina, ecología, etc., como no científicas, por ejemplo, autoayuda, terapias

alternativas, etc. Pero es importante señalar que es la dimensión interdisciplinar y

no tan solo la multidisciplinar, lo que hace de la resiliencia, un nuevo paradigma

holístico (Gil, 2010)

Finalmente, señalar que la investigación basada en la psicología, requería

del comportamiento de las ciencias sociales para así, comprender en mayor

profundidad la complejidad de los procesos resilientes.

22

7.- INTERVENCIÓN SOCIAL EN CHILE:

Aunque Chile es conocido mundialmente por haberse transformado en un

país moderno, con un crecimiento económico sostenido, lamentablemente

encontramos en la práctica que éste aumento o mejora, no son evidenciables en

relación con las posibilidades de satisfacción de las distintas necesidades

humanas, la encuesta CASEM del año 1994 lo confirma, ésta señala que de un

100% de la población del país considerada pobre, un 28,5 % vive en condiciones

de indigencia. Por lo tanto, nuestro país no tiene nada de moderno, puesto que su

crecimiento en los sectores económicos y políticos institucionales, se contradice

con las deficiencias en el área social.

Ahora bien, es responsabilidad de todos, Gobierno, políticos, Iglesia, ONG,

Universidades, Organizaciones Sociales, etc. Lograr fomentar instancias de

inclusión como participes del Estado.

EPI STEMOLOGI A

Ps. Social Clásica Perspectiva diádica

Competencias

Enfoque Sistémico

Intervención en Redes

Cultural Discursivo Socioconstruccionismo

Noción de Problema y Estrategias de Solución

Intervención Psicosocial

Competencia Ind. HH. SS.

Apoyo Social Resiliencia

Estrés Psicosocial

Ecología Social Práctica de Red

Intervención en Red

Ed. Popular Ps. Social Comunitaria

I. A. P

P O L I T I C A S S O C I A L E S

23

Por su parte, el diseño de las políticas sociales y muchas acciones e

intervenciones dirigidas hacia éste sector denominado en la actualidad

“Vulnerables”, poseen una visión externa, es decir, son elaboradas a partir de “el

enfoque de Factores de riesgos”, a lo cual emerge el constructo de resiliencia

como una propuesta dirigida a considerar mecanismos protectores, tales cómo;

fortalezas o potencialidades, que involucra el nivel individual, familiar y

comunitario, ya que la sociedad como un todo es más que la suma de sus partes.

En los programas de promoción de la salud y de desarrollo integral del niño se

considera el concepto de Resiliencia como la capacidad humana para

sobreponerse a la adversidad y construir sobre ella.

En base a las investigaciones realizadas por Barudy y colaboradores, la

resiliencia infantil consiste en una capacidad que tanto, niños y los adolescentes

pueden presentar cuando sus recursos naturales se desarrollan y se potencian

gracias a las competencias y habilidades de adultos significativos que satisfacen

sus necesidades y les respetan como sujetos de derechos.

Para otros autores cómo Rutter, 1992, La resiliencia se ha caracterizado

como un conjunto de procesos sociales e intrapsíquicos que posibilitan tener una

vida sana, viviendo en un medio insano. Estos procesos tendrían lugar a través del

tiempo, dando afortunadas combinaciones entre atributos del niño y su ambiente

familiar, social y cultural. De este modo, la resiliencia no puede ser pensada como

un atributo con que los niños nacen, ni que los niños adquieren durante su

desarrollo, sino que se trataría de un proceso interactivo

En consecuencia, el modelo de resiliencia indica que las fuerzas negativas,

expresadas en términos de daño o riesgos encuentran un verdadero escudo

protector que hará que dichas fuerzas no actúen linealmente, sino que atenúen los

efectos negativos y en otras circunstancias las transformen en factor de

superación de la situación adversa (Muñiz, Santos, Kotliarenco, Suárez-Ojeda,

Infante y Grotberg, 1998; Bartone, 2000; Vera, Carbelo y Vecina, 2006).

24

Si consideramos que La resiliencia se divide, desde el punto de vista de

proceso, en primaria y secundaria, cuando se quieren diseñar programas de

prevención y de tratamiento del sufrimiento infantil, la primera ésta representada

por niños(as) que si bien sufren procesos traumáticos, pero que al ser orientados

por padres competentes, son capaces de seguir creciendo y desarrollándose de

una forma suficientemente adecuada, integrando incluso estas experiencias

difíciles de una forma constructiva. En cambio, la resiliencia secundaria es aquella

que no logra ser desarrollada por éstos niños, debido a la incapacidad de sus

cuidadores para crear entornos nutritivos, sino más bien ambientes violentos, por

lo que en su lugar surge en el entorno próximo y desde el estado principalmente

iniciativas que tienen como objetivo aportar todos los recursos necesarios para

transformar sus dramas y tragedias en un proyecto de vida, suficientemente sano

y estable a lo largo del tiempo.

Desde la UNICEF se define como víctimas de maltrato y abandono infantil “

a aquellos niños(as) y adolescentes de hasta 18 años de edad, que sufren

25

ocasional o habitualmente violencia física, sexual o emocional y en donde tales

acciones son llevadas a cabo, tanto por las personas consideradas más

significativas (núcleo familiar), cómo así también por instituciones sociales”.

Según estudios llevados a cabo por esta misma institución, en América

Latina 6 millones de niñas y niños son agredidos y 85 mil mueren cada año. En

Chile, el 73,6% de los niños y niñas sufre violencia física o psicológica de parte de

sus padres o parientes. El 53,9% recibe castigos físicos y un 19,7% violencia

sicológica. Un 26,4% de los niños, niñas y adolescentes nunca ha vivido

situaciones de violencia por parte de sus padres.

Los diferentes tipos de maltratos a ésta población vulnerable, son

vivenciados cómo un conjunto de experiencias dolorosas y/o estresantes que

emergen de relaciones interpersonales significativas y cuyo contenido, duración e

intensidad terminan con los recursos naturales de los niños(as) , al igual que de

su red de apoyo social, lo que genera a modo de reacción por parte de ellos la

utilización de mecanismos adaptativos que si no son bien elaborados, pueden

desencadenaran en la etapa adulta alteraciones parciales o totales, en áreas tan

relevantes como lo son ; la afectiva, cognitiva, conductual y relacional. Por lo

tanto, todos los niños y niñas víctimas de malos tratos necesitan y tienen el

derecho a participar en un programa terapéutico para calmar y elaborar sus

dolores. Estos deben apoyar los recursos naturales propios del niño, proporcionar

apoyo social, brindando un entorno protector.

Las Instituciones gubernamentales que están directamente involucradas

con la protección del niño son:

1. Servicio nacional de menores (Sename): Organismo gubernamental

ayudante del sistema judicial, que depende del Ministerio de Justicia. Fue

creado por el Decreto Ley N 2.465 del 10 de enero de 1979. El Sename

26

contribuye el desarrollo de protección social de la infancia y adolescencia

vulnerados en sus derechos e infractores de ley.

2. Centros residenciales del Sename: El sistema de protección residencial,

denominado como Protección Simple, considerada una medida de

protección excepción y transitoria, a la que debía recurrirse cuando se

hubiesen agotado todas las instancias de carácter ambulatorio que

permitiesen evitar la judicialización e institucionalización innecesaria de un

niño, niña o adolescente. (Anexo 8, orientaciones técnicas para los casos

de prórrogas a tres años y nuevos convenios, línea de acción, centros

residenciales en el marco del cumplimiento del primero periodo de

convenios, julio 2010)

La ley 20.032 los define como aquellas: “destinadas a proporcionar de

forma estable a los niños separados de su medio familiar, alojamiento, abrigo, recreación, estimulación precoz, apoyo afectivo y psicológico, asegurando su acceso a la educación, salud y a los demás servicios que sean necesarios para su bienestar y desarrollo”. (Anexo 8, orientaciones

técnicas para los casos de prórrogas a tres años y nuevos convenios, línea de

acción, centros residenciales en el marco del cumplimiento del primero periodo de

convenios, julio 2010).

Primero para el ingreso y permanencia los niños o adolescentes deben

contar con medidas proteccionales de tribunales de familia, en cuanto a la

permanencia se indica como “Medida de separación del niño, niña o adolescente

de sus padres. Sólo cuando sea necesario para salvaguardar los derechos del

niño, niña o adolescente y siempre que no exista otra más adecuada, se podrá

adoptar una medida que implique separarlo de uno o de ambos padres o de las

personas que lo tengan bajo su cuidado. En cuanto a las visitas cuando no hay

contraindicación se flexibilizan las visitas. Este es el papel que realizan los RVF en

Chile

27

3. Otra institución directamente involucrada es Caritas chile, ésta Pastoral

Social, tiene como objetivo ayudar preferentemente a los más

necesitados de la sociedad. En cuanto a la infancia tiene algunas

residencias destinadas al cuidado de los niños y adolescentes cuando sus

derechos han sido vulnerados.

La residencia vida familiar hogar san José está ubicada estratégicamente en la

comuna de san Javier, debido a que las familias de las niñas que permanecen en

el hogar viven en los alrededores ( constitución, camino a constitución, parral y de

san Javier) y como modo de estrategia para el proceso de acercamiento a la

familia, este consiste en las visitas de los padres a la residencia, y así comenzar a

acercar a la niñas a sus respectivos hogares siempre y cuando los padres hayan

cumplido con los requerimientos necesarios para proporcionar un ambiente de

estabilidad a las menores.

8.- EJEMPLO DE INTERVENCION

A continuación como ejemplo de intervención diseñada y realizada por una

alumna componente de éste grupo:

• Residencia de vida familiar San José, de la comuna de San Javier.

En base a marco metodológico de proyecto de intervención:

• Con fecha 04-05-2011 se inicia Fase I correspondiente a familiarización,

posteriormente, el 01-07-2011 mediante término de Fase VI, referida a

evaluación final, se procede a cierre de intervención.

• Desempeñamos la función de facilitadores de buenos Tratos.

La residencia de vida familiar hogar san José, tiene como principal objetivo

garantizar la reinserción socio familiar de las niñas y pre adolescentes que han

28

sido separadas temporalmente de su núcleo familiar producto de la grave

vulneración de sus derechos a través del desarrollo de un proceso de intervención

reparatoria, psicosocial y de una atención integral, que satisfaga las necesidades

fundamentales de cada niña. Financieramente el Sename es el organismo

encargado de proveer el dinero a Caritas chile, quien entrega a todos los hogares

o residencias a nivel nacional, en este caso a RVF Hogar San José, Comuna de

Linares. Como también las trabajadoras del RVF hogar san José, a nivel de

recursos gratuitos pueden conseguir u ofrecerles talleres u otras actividades que le

sirvan de recreación a las niñas, las cuales estudian para agregarlos a la dinámica

de las niñas. En la parte administrativa es Sename quien los fiscaliza y verifica

que los recursos económicos se ocupen a lo destinado.

8.1.- Formulación del Problema.

29

8.2.- Objetivo general

-Favorecer el desarrollo de la resiliencia secundaria en niñas y adolescentes

víctimas de maltrato en la RVF, hogar San José de la comuna de San Javier.

8.3.- Objetivos específicos

- Facilitar el surgimiento de la resiliencia secundaria en las niñas y adolescente,

del RVF, San José.

- Reforzar el auto-concepto que significa integrar estas experiencias dolorosas,

permitiéndole al niño en definitiva concentrar sus esfuerzos en buscar

alternativas a su situación y no repetir los modelos de malos tratos en el

futuro.

- Vivir experiencias de apoyo afectivo y social, es decir, el apoyo incondicional

de calidad de personal resiliente.

30

8.4.- Metodología

FASE OBJETIVO ACTIVIDADES 1. Familiarización - Conocer el RVF de

intervención, personas con las cuales se trabajara.

- Identificar recursos disponibles para realizar intervención.

- Presentación de la dupla en el espacio.

- Recorridos por el RVF. - Indagar sobre historia territorial

local.

2. Diagnostico - Identificar la institución

-

- Contacto y visitas pre diagnóstico.

3. Diagnóstico participativo

- Conocer las expectativas respecto a la dupla.

- Conocer las necesidades que podrían ser mejoradas desde los actores sociales.

- Identificación y jerarquización de las expectativas respecto a la dupla.

- Identificación y jerarquización de las necesidades que podrían ser mejoradas.

- Árbol del problema.

4. Diseño de estrategia

- Planificar el trabajo del RVF.

- Planificación participativa Construcción de objetivos

- Diseño líneas y plan de acción 5. Ejecución - Ejecutar actividades

diseñadas en plan - Sesiones/talleres de trabajo en

función de planificación participativa

6. Evaluación - Evaluar participativamente el proceso desde la perspectiva de los actores involucrados

- Grupo focal participativo. - Dinámica de grupos.

31

8.5.- Cronograma o carta Gantt.

Mayo Junio Julio ACTIVIDADES 4 10 17 24 31 7 14 21 28 5 12

Familiarización X

Presentación de la dupla en el espacio X

Recorridos por RVF, e indagar sobre historia territorial- local

X

Presentación de la dupla al grupo de trabajo

X

Diagnostico X Xx

Contacto y visitas pre diagnósticas X

Diagnóstico participativo X

Identificación y jerarquización de las expectatativas respecto a la dupla.

X

Identificación y jerarquización de las necesidades que podrían ser mejoradas.

X

Árbol del problema X

Diseño de estrategia

Planificación participativa Construcción de objetivos.

X

Diseño líneas y plan de acción X

Ejecución X X X X X X X

Sesiones/talleres de trabajo en función de planificación participativa

X

Evaluación X

Grupo focal participativo. X

Dinámica de grupos. X X X X X X X

8.6.- Evaluación. La evaluación de esta propuesta de intervención y su articulación es de una

perspectiva cualitativa de intervención usando la técnica de grupo focal con un

enfoque participativo.

32

SINTESIS. Tales estrategias interventoras deben contar con la participación conjunta de los agentes de promoción de la Salud y de la Comunidad.

- En psicología de la salud la “promoción de la salud”, antecede a los niveles

tradicionales de prevención, incluso de prevención primaria, de tratamiento,

y de rehabilitación.

- Milton Terris (1992, reproducido en O.P.S., 1996, Op Cit.) atribuye a Henry

Sigerist la utilización inicial del concepto “promoción de la salud” cuando

definió las cuatro grandes tareas de la medicina y afirmó que “la salud se

promueve proporcionando condiciones de vida decentes, buenas

condiciones de trabajo, educación, cultura física y formas de esparcimiento

y descanso” (p. 38).

- La resiliencia, como una alternativa que recrea otras opciones de trabajo en

un contexto socio comunitario a manera de preparación para los usuarios

(niñas) y de a sus familias para que “Activen la Resiliencia en el marco de

garantizar la calidad de vida y el desarrollo sostenible y asegurar

condiciones adecuadas de sobrevivencia a las generaciones futuras”

- El estudio de la resiliencia en población Infantil víctima de maltrato, en sus

diferentes tipos, demuestra la importancia del proceso de justicia, proceso

que comienza por exponer el derecho, situar las culpas y afirmar la

inocencia.

33

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riesgo y protección en adolescentes mayas de yucatán: elementos para

favorecer la adaptación escolar. Acta Colombiana de Psicología pp. 53-64.

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Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad Complutense de Madrid. nº

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Resiliencia. Santiago, Edición conjunta Organización Panamericana de la

Salud. Fundación Kellogg. Agencia Sueca de Cooperación Internacional

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reflexiones sobre la Resiliencia en barrio Casabó, cerro de Montevideo.

Tesis de Maestrías. Texto no publicado.

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Vanistendael, S. (1995). Cómo crecer superando los percances: resiliencia

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