SOCIEDAD Y CULTURA EN LA FRANCIA .MODERNA, Natalie ZemonDavis

LAS RAZONES DEL MAL GOBIERNO

La vida festiva puede perpetuar ciertos valores de la comunidad (inclusogarantizar su supervivencia) y por otro criticar el orden político. Las festividades,eran organizadas por círculos extraoficiales formados por amigos y familiares, at'veces por gremios y cofradías de artesanos o profesionales y muy a menudo porunas organizaciones llamadas "abadías", porque es el nombre que más se al queellas usaban "abadías de mal gobierno". Las daban diversos títulos a susdignatario s, pero jugaban con varios temas comunes: el poder, ,la jurisdicción, lajuventud, el mal gobierno, el placer, la insensatez, incluso la locura.

Estas abadías hacían las veces de tribunales y usaban sus jurisdicciones. Seacuñaban monedas de mentira que eran distribuidas entre los espectados durantelos desfiles. La vida real siempre estuvo profundamente hincada en estoscarnavales, personas de carne y hueso eran blanco de las burlas de las abadías enclamorosas cencerradas y desfiles debido a su comportamiento real y cotidiano.Las viudas o los viudos que volvían a casarse estaban expuestos a las cencerras, aligual que los maridos engañados por la esposa y los que pegaban a su mujerdurante el mes de mayo.

Según Chambers y la escuela literaria, fueron sencillamente una secularización,durante el siglo XV, º~.1ªFiesta_deJºLIº.nlº,ª",~~§.~gún otros, representaban elpueblo llano imitando a sus superiores. Estas teorías son erróneas. Se deberecurrir a un seguñCiOeTIfTIque-'para~encontrar el sentido de las diversionespopulares.

Antes de que existieran las clases y el Estado, el reino de lo cómico era igual queel de 10 serio; en las sociedades esclavistas y feudales, incluida la del siglo XVI,el carnaval se convierte en una segunda vida, una segunda realidad para el pueblo,una realidad separada del poder y del Estado pero todavía pública y perenne; en lasociedad burguesa queda reducido al hogar y al día de fiesta, El carnaval, empero,no refuerza las instituciones y los ritmos serios de la sociedad ayuda a cambiarlos. _

A partir del siglo XII en toda Francia, descubrimos en comunidades campesinasorganizaciones de hombres solteros que han alcanzado la pubertad. No se sabecon exactitud cuándo ingresaban en ellas ni si se celebraban ritos de iniciación,sus organizaciones llevaban el nombre de bachel/eries. ,En sus comienzos la

D abadía de mal gobierno era un grupo juvenil. Ahora bien, estas abadías de

:; juventud tenían una jurisdicción y unas responsabilidades sorprendentes.

Las abadías de juventud rurales tenían jurisdicción sobre el comportamiento delas personas casadas: sobre los recién casados cuando la esposa no quedabaembarazada durante el año; sobre los maridos dominados por siiámíijeies;"ivécessobre los adúltero s, y en relación a las segundas nupcias,'especialmerite cuandohabía una gran diferencia de edad entre la novia y el novio. En algunos pueblos, elcastigo consistía en un chapuzón, en otros, en un humillante desfile a lomos de un

asno. Eran más bien un tratamiento carnavalesco de la realidad y cumplían unafunción importante en el pueblo.

Se veía con malos ojos que un viudo o una viuda de mayor edad se llevaraninapropiadamente a alguien de la reserva de jóvenes casaderas y casaderos. Unaboda de esta clase hacía peligrar las probabilidades que la gente joven del pueblotenía en lo referente a encontrar pareja entre las personas de su edad y tambiénsignificaba un matrimonio que probablemente no prodl,lciriamuchos hijos.

La licencia no era rebelde, estaba muy al servicio de la comunidad pueblerina,pues ponía de manifiesto las diferencias entre.distiI!tª!).~tªpa~..deJay!<la, aclaraba <

las re~ponsabilidades que tendrían los jóvenes, ayudaba a Il1antener el ordenapropiado dentro del matrimonio y a sosteneda continuidad biológica del pueblo. e

Estos grupos juveniles daban a los jóvenes unos rituales que les ayudaban adominar sus instintos se)illales y tambiéIl permitirse a sí mismos cierta esferalimitada de jurisdicción o autonomía en el intervalo que precedía al matrimonio.

Las abadías y reinos juveniles habían evolucionado en las ciudades francesasdesde el siglo XIll. Mientras que en el campo francés su organización básica y susGostumbreshabían cambiado muy poco incluso en el siglo XVIII, en las ciudades,con la relativa alfabetización y la complejidad de la vida urbana, esta forma

. festiva evolucionó y proliferó de varias maneras importantes. Lo más obvio fue elenriquecimiento del contenido teatral y literario del mal gobierno, éste y otrostítulos alegres y paradójicos se multiplicaron en las ciudades. Las produccionesteatrales son más complicadas en las ciudades. La producción literaria en elpueblo consiste en una simple canción de cencerradas; los versos urbanos son máscomplejos.

Hubo cambios en la organización de las abadías también, cambios en su·composición social y de edad. En las ciudades ya no eran forzosamenteorganización de jóvenes solteros como fueran antes en los pueblos, incluían ahombres casados. Sólo en ciudades más pequeñas permanece de forma regular laidentidad completa entre abadía y juventud. Mientras que en el pueblo las abadíasjuveniles podían contar entre sus miembros a hijos de campesinos acomodados ehijos de campesinos sin tierra, en la ciudad francesa del siglo XVI, la elite urbanano formaba parte de la abadía y tenía sus propias diversiones.

Si bien las cencerradas contra las segundas nu~~!~s_()~llPªQwrrunlt!gªL~~.!lj:!alenel mal gOblefno"-¿ampesino~en las ciudades las cencerradas más frecuentes' eranlasGrrtgiaas~oiltfa~-~posas-d0minantes. En la ciudad un matrimonio con una·grandiferencia de edad no<represenia.oa una amenaza tan seria para la reserva dejóvenes en edad de casarse como en el campo, ya que en las urbes el tamaño de lapoblación y las pautas de mortalidad y de migración garantizaban mejoresexistencias de compañeros y compañeras de procedencia social apropiada.

Las abadías festivas no se atrofiaron, sino que fueron mantenidas y transformadaspor artesanos, mercaderes y abogados. Se amplió la regla de las abadías parahacer frente a las situaciones nuevas, con el fin de mantener la paz y el ordenjusto entre los vecinos de una ciudad en crecimiento. Su mal gobierno fue

emiquecido de modo espectacular y a su antigua función de mantener.el orden enla familia se sumó una nueva: la crítica política. Las abadías de mal gobiernourbanas perdieron gran parte de su yitalidad en el siglo XVIll, pero no sin antesinstar a miembros de las clases bajas a expresar sus quejas políticas.

HUELGAS Y SALVACIÓN EN LYON

En Lyon las protestas iban desde los violentos motines relacionados con loscereales que protagonizaban los peones no especializados y sus esposas, hasta lapresión bien organizada que maestros artesanos y mercaderes ejercían para que sellevase a cabo una reforma fiscal y apara que el consulado de la ciudad fueramenos exclusivo. '

La industria tipográfica de Lyon nos brinda un caso excelente para estudiar lasrelaciones entre las "fuerzas sociales" y la Reforma en la ciudad. En la citadaindustria trabajaban unas 600 personas, entre las que había hombres de la mayoríade los niveles sociales.

La Reforma fue una revolución social más que religiosa, que las clases popularesse levantaron, no sólo contra un dogma y un clero corrupto s, sino también contrala pobreza y la injustita y que buscaban en la Biblia no sólo la salvación por la fesino también la igualdad original de los hombres.

Los oficiales impresores eran hombres que pasaban varios años, a menudo toda suvida adulta, trabajando por un salario en calidad de prensistas, tipógrafos ycorrectores de pruebas. A menudo los trabajadores solteros vivían juntos, comíantodos juntos en la mesa del maestro. Les preocupaba el abismo que había entreellos y sus maestros, no sólo existía un abismo económico sino que se les impedíatener responsabilidades administrativas. Así, los oficiales perdieron el entusiasmopor la Cofradía de Impresores, en la cual habían participado con sus maestrosdurante los primeros años del siglo XVI, y formaron una hermanda,d seglar propiay la bautizaron con el nombre de Compañía de los Griffarins.~v<-bX-~)

En parte se enorgullecían de sus habilidades, alrededor de dos tercios de ellossabían leer y escribir. Hasta se jactaban de lo duro que resultaba trabajar en laprensa, su orgullo tenía las raíces en el convencimiento de que la imprentar eravaliosísima para la sociedad cristiana. Los oficiales impresores creían que ellostrabajaban no por coacción sino en "calidad de hombres libres que trabajanvoluntariamente en un oficio excelente y noble". Podían contarse entre lostrabajadores mejor remunerados de Lyon, pero ellos creían merecer algo mejor,especialmente cuando, según ellos, los editores y maestros impresores adquirían

.diariamente grande y honorable riqueza a costa de su sudor.

Durante estos años, predicadores protestantes instaron a todos los cristIanos aponer a prueba por sí mismos las mentiras del clero comparándolas con lasEscritura, que ahora podían leer en lengua vernácula. Los oficiales impresoresestaban muy dispuestos a creer el argumento protestante. El movimientocalvinista en su conjunto reclutó miembros de entre los ricos y 108 pobres. Si nohay ninguna correlación significativa entre la posición socioeconómica y. la

religión en aquellos años, si la hay entre la vocación y la religión. Ciertasocupaciones se hallaban excesivamente representadas en el movimientoprotestante si se tiene en cuenta su distribución en la población. Eran oficios quellevaban aparejada alguna habilidad y en los que a menudo existía algunanovedad: por ejemplo, tecnología nueva y nuevas reivindicaciones de prestigio(pintura, joyería orfebrería). Contrastando con ello, muy pocos comerciantes degranos, vinateros, carniceros, panaderos o cordeleros de cualquier categoría sehicieron protestantes.

Sin embargo, la compañía continuó siendo una organización laicista. Esto ofrecíala ventaja de mantener la unidad laboral entre la gran mayoría de los griffarinsprotestantes y el pequeño número que seguía siendo católico.

Desde luego culpaban de sus dificultades al deseo inmoderado y excesivo deganancia que sentían sus maestros, fijaron la escala salarial que querían y senegaron a trabajar para cualquier maestro que pagara menos. Mantuvieron sussalafios a un nivel que empujó a los maestros y editores a quejarse al rey y abuscar mano de obra barata en otras partes. Los oficiales impresores no eranrevolucionarios en el pleno sentido de la palabra, concentraban su atención en

problemas concretos de la industria tipográfica.' .\ " !l:(,~\ - - '.' ~,~)

Anteriormente a 1560, los oficiales sólo habían tenido que ocupltar sus actos de\(protesta de los lugartenientes reales y los sargentos urbanos. A partir de entonces

comienzan a ser investigados tambiél{por pastores protestantes; Existía el peligrode que se les negara la eucaristía.Cee" , ."';'

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O La compañía de los griffarins preocupaba muchísimo a la Iglesia protestanteporque veían en ella características propias de una secta, con ritos de iniciación,que apartaba a los hombres de otras lealtades. La iglesia reformada sentía celos decualquier grupo especial en una sociedad reformada que intentara poseer de formademasiado exclusiva la lealtad de sus miembros. Así pues, los griffarinsprotestantes de mediados del decenio de 1560 se les planteó un conflicto. Teníanque escoger entre su Compañía y pertenecer a la Iglesia reformada, que insistía enque todos los miembros renunciaran a sus juramentos.

La compañía era elÚnico grupo,al que pertenecían que les había dado tradicionese identidad; un sentimiento de comunidad, de participación y de ejercer ciertocontrol sobre su destino en el mundo e incluso ayuda material cuando estabanenfermos o no tenían trabajo. La única alternativa religiosa real era la madreiglesia. Volvieron a ella sin mucho entusiasmo. El alejamiento de la iglesiareformada comenzó en 1566 yen 1572 era casi total.