130
UNIDAD Nº 1 LOS ORIGENES DE LA MODERNIDAD BOLILLA Nº 1 EDAD MODERNA 1. SOBRE EL CONCEPTO DE LA MODERNIDAD INTRODUCCION Edad moderna, periodo histórico que, según la tradición historiográfica europea y occidental, se enmarca entre la edad media y la edad contemporánea. La edad moderna, como convencionalismo historiográfico —así como las connotaciones del término moderno, utilizado por primera vez por el erudito alemán de finales del siglo XVII Cristophorus Cellarius—, responde en su origen a una concepción lineal y optimista de la historia y a una visión eurocentrista del mundo y del desarrollo histórico. A pesar de ser aceptada comúnmente en los medios académicos occidentales como marco referencial, será objeto de una amplia reflexión entre los historiadores a lo largo del siglo XX en torno a su amplitud y sus límites cronológicos, sus escenarios geográficos, su alcance semántico y los fundamentos de la modernidad, entre sus aspectos esenciales. LOS LÍMITES ESPACIALES Y CRONOLÓGICOS DEL MUNDO MODERNO El prisma eurocentrista desde el que se concibe la edad moderna es la consecuencia de la valoración que el pensamiento europeo- occidental ha hecho de unos procesos básicos y característicos de la cristiandad occidental a lo largo de un dilatado periodo de tiempo. En este sentido, la geografía de la modernidad estará delimitada por Europa, concretamente Europa occidental, y por la magnitud de la expansión de su civilización desde el inicio de los tiempos modernos. Pero la conceptualización del mundo moderno y sus límites espaciales y cronológicos son objeto de diferentes aproximaciones desde la propia historiografía de Europa occidental. La historiografía tradicional francesa, por su lado, considera que la edad moderna transcurre entre los siglos XVI y XVIII, situando sus comienzos en torno a la caída de Constantinopla en 1453, al descubrimiento de América en 1492 y al fenómeno cultural del renacimiento, en tanto que emplaza su final en el derrumbamiento de la vieja monarquía y el proceso revolucionario iniciado en 1789 (Revolución Francesa), con el que se iniciaba la contemporaneidad. En cambio, en la historiografía anglosajona el término ‘moderno’ hace referencia a un periodo más prolongado y móvil. En consecuencia, la duración de los tiempos modernos tradicionalmente se ha situado tras el renacimiento, hacia el año 1600, y su final tiende a prolongarse en el tiempo hasta el siglo XX. La delimitación de su ocaso puede variar según las diferentes historiografías, en virtud del propio ritmo histórico de cada pueblo: por ejemplo, en 1848, en las naciones de Europa central; o en 1917 para Rusia. De cualquier modo, y aunque la historiografía occidental ha tendido a situar la edad moderna entre los siglos XVI y XVIII, la consideración de acontecimientos puntuales de singular relieve en modo alguno son significativos sin la valoración de los procesos de cambio a nivel estructural en el devenir de las sociedades. Así, los inicios 1

Resumen de Moderna 2

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Resumen de Moderna 2

UNIDAD Nº 1LOS ORIGENES DE LA MODERNIDAD

BOLILLA Nº 1 EDAD MODERNA

1. SOBRE EL CONCEPTO DE LA MODERNIDADINTRODUCCION

Edad moderna, periodo histórico que, según la tradición historiográfica europea y occidental, se enmarca entre la edad media y la edad contemporánea. La edad moderna, como convencionalismo historiográfico —así como las connotaciones del término moderno, utilizado por primera vez por el erudito alemán de finales del siglo XVII Cristophorus Cellarius—, responde en su origen a una concepción lineal y optimista de la historia y a una visión eurocentrista del mundo y del desarrollo histórico. A pesar de ser aceptada comúnmente en los medios académicos occidentales como marco referencial, será objeto de una amplia reflexión entre los historiadores a lo largo del siglo XX en torno a su amplitud y sus límites cronológicos, sus escenarios geográficos, su alcance semántico y los fundamentos de la modernidad, entre sus aspectos esenciales.

LOS LÍMITES ESPACIALES Y CRONOLÓGICOS DEL MUNDO MODERNOEl prisma eurocentrista desde el que se concibe la edad moderna es la consecuencia de la

valoración que el pensamiento europeo-occidental ha hecho de unos procesos básicos y característicos de la cristiandad occidental a lo largo de un dilatado periodo de tiempo. En este sentido, la geografía de la modernidad estará delimitada por Europa, concretamente Europa occidental, y por la magnitud de la expansión de su civilización desde el inicio de los tiempos modernos.

Pero la conceptualización del mundo moderno y sus límites espaciales y cronológicos son objeto de diferentes aproximaciones desde la propia historiografía de Europa occidental. La historiografía tradicional francesa, por su lado, considera que la edad moderna transcurre entre los siglos XVI y XVIII, situando sus comienzos en torno a la caída de Constantinopla en 1453, al descubrimiento de América en 1492 y al fenómeno cultural del renacimiento, en tanto que emplaza su final en el derrumbamiento de la vieja monarquía y el proceso revolucionario iniciado en 1789 (Revolución Francesa), con el que se iniciaba la contemporaneidad. En cambio, en la historiografía anglosajona el término ‘moderno’ hace referencia a un periodo más prolongado y móvil. En consecuencia, la duración de los tiempos modernos tradicionalmente se ha situado tras el renacimiento, hacia el año 1600, y su final tiende a prolongarse en el tiempo hasta el siglo XX. La delimitación de su ocaso puede variar según las diferentes historiografías, en virtud del propio ritmo histórico de cada pueblo: por ejemplo, en 1848, en las naciones de Europa central; o en 1917 para Rusia.

De cualquier modo, y aunque la historiografía occidental ha tendido a situar la edad moderna entre los siglos XVI y XVIII, la consideración de acontecimientos puntuales de singular relieve en modo alguno son significativos sin la valoración de los procesos de cambio a nivel estructural en el devenir de las sociedades. Así, los inicios de la edad moderna difícilmente pueden ser comprensibles sin atender al despertar del mundo urbano en Occidente desde el siglo XIII, al clima de intenso debate religioso que preludia la Reforma iniciada en el siglo XVI, a los primeros síntomas de cambio en los comportamientos de la economía hacia formas precapitalistas o al proceso de conformación de los primeros estados modernos desde finales del siglo XV. Del mismo modo, el final de la edad moderna habrá de ser igualmente flexible en virtud de los procesos constitutivos de la quiebra y desintegración del Antiguo Régimen, cuya transición tendrá un ritmo y una duración variable según las diferentes realidades históricas de cada pueblo, y que grosso modo podemos dilatar desde finales del siglo XVIII hasta el siglo XIX, y aún en algunos casos hasta el propio siglo XX. En consecuencia, las transiciones hacia la modernidad y hacia el fin de la misma diluyen sus límites tanto en el medievo como en la contemporaneidad.

LOS RASGOS ESENCIALES DE LA MODERNIDAD La modernidad en su origen y en su esencia es un fenómeno europeo, pero la emergencia,

extraversión y expansión de Europa le conferirán una dimensión mundial, a través de la presencia y la interacción de los europeos con otras civilizaciones de ultramar.

Como fenómeno esencialmente europeo los rasgos de la modernidad ilustran unas pautas de cambio profundo en la configuración del universo social, no sin variaciones según los diferentes pueblos de Europa. En el ámbito de las creencias, el hecho más elocuente del inicio de la modernidad es la quiebra de la unidad cristiana en Europa central y occidental, precedido del agitado caldo de cultivo de las herejías y las contestaciones críticas a la Iglesia romana en la baja edad media y que culmina en la Reforma protestante y el inicio de un largo ciclo de las guerras de Religión desde principios del siglo XVI. Asimismo, la secularización del saber, la consolidación de la ciencia y el avance del

1

Page 2: Resumen de Moderna 2

librepensamiento, basados en el pilar de la razón, generarán actitudes críticas hacia las religiones reveladas.

Estos cambios en la atmósfera cultural y su manifestación en los avances tecnológicos revolucionarán los hábitos materiales de las sociedades europeas y su visión y relación con el entorno a escala planetaria. Los nuevos inventos, en la navegación y en el campo militar, por citar dos ejemplos, facilitarán los descubrimientos geográficos y la apertura de nuevas rutas de navegación hacia los mercados de Extremo Oriente y hacia el Nuevo Mundo. En un plano más amplio, el nuevo marco cultural perfilado en el renacimiento y el humanismo generarán un escenario en el desarrollo del saber donde el hombre ocuparía un lugar central, cuya proyección alcanzaría su más elocuente forma de expresión en el espíritu de la Ilustración en el siglo XVIII y la configuración de Europa como paradigma de la modernidad.

Desde una perspectiva socioeconómica, la lenta pero progresiva implantación de formas protocapitalistas, vinculadas al desarrollo del mundo urbano desde los siglos XII y XIII, y el creciente peso de la actividad mercantil y artesanal en unas sociedades todavía agrarias, irán definiendo los rasgos de la sociedad capitalista. Aquellas transformaciones económicas transcurrirán paralelas al proceso de expansión de la actividad económica de los europeos en otros mercados mundiales, bien ejerciendo unas relaciones de explotación sobre sus dependencias coloniales o bien en un plano más igualitario, en primera instancia, en otras áreas del globo, como expresión de la emergencia mundial de las potencias europeas. Asimismo, conviene observar la traslación del eje de la actividad económica, y también geopolítica, desde el Mediterráneo, que no obstante seguirá jugando un papel crucial en la historia de los europeos en su relación con ultramar, hacia el Atlántico.

Las transformaciones económicas transcurrieron parejas e indisociables a ciertos cambios en la estructura social del Antiguo Régimen. Entre éstos, el protagonismo de nuevos grupos sociales muy dinámicos en su comportamiento, tradicionalmente asimilados al complejo concepto de burguesía, los cuales recurrirán a distintas estrategias tanto de corte reformista como revolucionario para su promoción social y política y la salvaguardia de sus intereses económicos. Movimientos que no conviene simplificar y superponer a otros fenómenos sociales que atañen a otros sectores de la población, tanto agraria como urbana, de carácter más revolucionario, como se pueden observar en el siglo XVII en el marco de la revolución inglesa; o las estrategias de los grupos tradicionales de poder para frenar o neutralizar esos movimientos mediante la cooptación de esa burguesía emergente o mediante el recurso a prácticas represivas. De cualquier modo, estas pautas de transformación social conducirían con mayor o menor celeridad y con las peculiaridades propias de cada sociedad a la antesala del ciclo de revoluciones burguesas que se iniciaría desde finales del siglo XVIII y que supondría, en términos generales, el desmantelamiento del Antiguo Régimen.

Desde la perspectiva política, el fenómeno más relevante es la configuración del Estado moderno, las primeras monarquías nacionales, las cuales se irán abriendo paso a medida que se diluya la idea medieval de imperio cristiano a lo largo de las luchas de religión del siglo XVI. El nacimiento del Estado moderno concretará la expresión de nuevas formas en la organización del poder, como la concentración del mismo en el monarca y la concepción patrimonialista del Estado, la generación de una burocracia y el crecimiento de los instrumentos de coacción, mediante el incremento del poder militar, o la aparición y consolidación de la diplomacia, conjuntamente al desarrollo de una teoría política ad hoc. Fórmulas que culminarían en el Estado absolutista del siglo XVII o en los despotismos ilustrados del siglo XVIII, pero que no pueden ocultar la complejidad de la realidad política europea y el desarrollo de modelos de gobierno alternativos, como las formas parlamentarias que se fueron implantado desde el siglo XVII en Inglaterra, y que vaticinan en la práctica y en sus teorizaciones el posterior desarrollo del liberalismo.

En su dimensión internacional, la emergencia y la configuración de la Europa moderna perfilará una nueva visión y una inédita actitud hacia el mundo, y en esa perspectiva la modernidad implica el inicio de los encuentros, y también desencuentros, con otras civilizaciones a lo largo del globo.

Los descubrimientos geográficos y las nuevas posibilidades habilitadas por las innovaciones técnicas transformarán radicalmente la visión que del mundo tendrían los europeos. Un cambio de actitud que conjuntamente con las transformaciones socioeconómicas, culturales y políticas llevará a los europeos a expresar su extraversión hacia ultramar y concretar en el plano internacional la emergencia de Europa. En ese proceso, los europeos entrarán en contacto con otros mundos y con otras civilizaciones, no siempre con un ánimo dialogante, sino con la pretensión de imponer sus formas de civilización, o dicho de otro modo, con la intención de crear otras Europas, siempre que encontraran las circunstancias adecuadas para hacerlo. Es cierto que en el caso de América, el Nuevo Mundo se convirtió en el punto de destino de las utopías del viejo continente, pero en el plano general de la política europea hacia estas áreas, como más adelante ocurriría con la expansión europea por otros continentes, se plantearía en términos de desigualdad en favor de las metrópolis europeas.

2

Page 3: Resumen de Moderna 2

Por último, la emergencia y la progresiva hegemonía mundial europea acabaría influyendo en el desarrollo de las relaciones internacionales, en la misma proporción que su expansión por el globo, aún lejos a finales del siglo XVIII de lo que sería la culminación de las prácticas imperialistas y de la hegemonía europea en vísperas de la I Guerra Mundial. La crisis del universalismo imperial y pontificio (la Christianitas medieval) entre los siglos XIV y XVI dejará paso a una nueva realidad internacional europea definida por el protagonismo de los estados modernos, la pluralidad de los estados soberanos, y la configuración del ‘sistema de estados europeos’, cuya acta de nacimiento bien puede datarse en la Paz de Westfalia de 1648. Los estados, y concretamente las grandes monarquías europeas de los siglos XVII y XVIII, serán el elemento predominante en las relaciones internacionales de la edad moderna y al designio de éstos quedará relegadas la suerte de las posesiones europeas de ultramar y las posibilidades de penetración en otros mercados extraeuropeos.

LOS RASGOS ESENCIALES DE LA MODERNIDAD Buena parte de la historiografía modernista sigue manteniendo una división trifásica de la

evolución de dicho periodo histórico, aunque introduciendo matices y observaciones que se han ido suscitando a medida que se ha ido revisando la historiografía tradicional occidental. En este sentido, se distingue un primer periodo, ajustado a un “largo siglo XVI”, entre mediados del siglo XV y las últimas décadas del siglo XVI, de nacimiento de los tiempos modernos y en el que se comienzan a manifestar con notoria claridad los rasgos de la nueva época y la disolución del mundo medieval; un periodo de reajuste y crisis, entre las últimas décadas del siglo XVI y las décadas centrales de la segunda mitad del siglo XVII, marcado por tensiones sociales y económicas de desigual impacto en los diferentes estados, reajustes en la correlación de fuerzas entre las potencias europeas a lo largo de la guerra de los Treinta Años, y de cambios importantes en las fórmulas de organización del poder en los estados; y una tercera etapa, iniciada en las décadas finales del siglo XVII hasta las últimas décadas del siglo XVIII, con el inicio del ciclo revolucionario, caracterizado por la recuperación económica y demográfica, aunque en algunos casos perdurará el estancamiento, el desarrollo del espíritu de la Ilustración y la consolidación de dos modelos políticos (el despotismo o el absolutismo ilustrado) y la monarquía parlamentaria inglesa, junto a otros factores indicativos de cambio en términos político-ideológicos, como la Independencia estadounidense y la Revolución Francesa, o en términos socioeconómicos a raíz de las primeras manifestaciones de la industrialización en Inglaterra.

Pero en la consideración crítica de los cambios y los rasgos de la modernidad se ha de ser extremadamente cauteloso al estudiar las diferentes realidades históricas de los pueblos y los estados, considerando su propia idiosincrasia y su propio ritmo evolutivo, tanto dentro como fuera del ámbito europeo. Y asimismo, se ha de considerar el alcance social de los cambios y la inercia de las permanencias, puesto que a lo largo de la edad moderna es mucho más lo que permanece que lo que cambia respecto a la edad media, si apreciamos la estructura y los comportamientos demográficos, la naturaleza agraria de las sociedades europeas, o la naturaleza de las relaciones sociales en el marco de la sociedad estamental. La misma apreciación se puede plantear para definir los límites de la edad moderna y el inicio de la contemporaneidad en virtud de la pervivencia del Antiguo Régimen, a raíz de las pautas de cambio y continuidad en las esferas económica, social, político-ideológica y cultural, en los diferentes pueblos y dentro de las mismas sociedades nacionales.

LA CAÍDA DE CONSTANTINOPLA. CONTINUIDAD DEL AVANCE OTOMANOEl Imperio otomano, fue elimperio turco que duró aproximadamente desde 1300 hasta 1922, y

durante su mayor extensión territorial abarcó tres continentes, desde Hungría al norte hasta Adén al sur, y desde Argelia al oeste hasta la frontera iraní al este, aunque su centro de poder se encontraba en la región de la actual Turquía. A través del Estado vasallo del kanato de Crimea, el poder otomano también se expandió por Ucrania y por el sur de Rusia.

Su nombre deriva de su fundador, el guerrero musulmán turco Osmán (o Utmán I Gazi), que estableció la dinastía que rigió el Imperio durante su historia (también llamada dinastía Osmanlí).

EXPANSIÓN OTOMANA Solimán I, sultán de Turquía durante el esplendor del Imperio otomano, era conocido en el

mundo occidental como Solimán el Magnífico. El pueblo turco le apodó el Legislador debido a que reformó el sistema legal del Imperio. Tuvo varios hijos y ejecutó a dos de ellos tras ciertas disputas.

El primer Estado otomano era un pequeño principado al noroeste de Anatolia, uno de los muchos insignificantes estados que surgieron tras el hundimiento del anterior sultanato Selyúcida de Rum. Los historiadores disienten sobre la relativa importancia de sus dos características principales: las tradiciones tribales de los guerreros turco-mongoles que dominaron el Estado y la influencia del islam. El erudito Paul Wittek, quien destaca la influencia del islam, afirma que el surgimiento del Estado otomano se debió

3

Page 4: Resumen de Moderna 2

a la atracción de los gazis, o guerreros de la guerra santa (yihad), quienes se unieron a los otomanos porque estaban dispuestos a desempeñar un papel importante en la lucha contra el Imperio bizantino cristiano del oeste.

EL IMPERIO OTOMANO Las guerras incesantes y las alianzas acertadas supusieron el éxito de los otomanos. Hacia 1325

capturaron Bursa, que se convirtió en su capital y hacia 1338 habían expulsado a los bizantinos de Anatolia. En ese mismo momento, los otomanos extendieron sus territorios hacia el sur y el este a expensas de otros principados turcos, y en 1354 tomaron Ankara en la Anatolia central. El mismo año los otomanos ocuparon Gallípoli (actual Gelibolu) en el lado europeo del estrecho de los Dardanelos, que se convirtió en la base de su avance posterior en el sureste de Europa. En 1361 los otomanos tomaron Adrianópolis (Edirne) que se convirtió en su nueva capital, y hacia 1389, cuando Murat I derrotó a los serbios en la batalla de Kosovo, los otomanos tomaron Tracia, Macedonia y gran parte de Bulgaria y Serbia.

La derrota otomana a manos del conquistador mongol de Asia Central Tamerlán en 1402, demostró ser el único contratiempo para los otomanos, quienes rápidamente reconstruyeron, consolidaron y aumentaron su poder. En 1453 el sultán Mehmet II conquistó Constantinopla (Estambul) y la convirtió en la tercera y última capital otomana. Las conquistas continuaron durante el siglo XVI. Bajo el reinado del sultán Selim I (el Severo) fueron derrotados los Safawíes persas de Irán (en Chaldirán, 1514), región que, junto al este de Anatolia fue añadida al Imperio; en 1516-1517 los mamelucos de Siria y Egipto corrieron igual suerte y sus territorios acabaron también anexionados. Con las posesiones mamelucas, los otomanos llegaron a los lugares sagrados musulmanes de Arabia y también heredaron el interés mameluco por el mar Rojo y el océano Índico.

El hijo y sucesor de Selim, Solimán I el Magnífico, normalmente es considerado como el mejor de los gobernantes otomanos. Durante su reinado Irak fue añadido al Imperio (1534), se estableció el control otomano al este del Mediterráneo, y, a través de la anexión de Argel y de las actividades de los corsarios de Berbería, el poder otomano fue empujado hacia el oeste del Mediterráneo. También Solimán llevó a los ejércitos otomanos hasta Europa: Belgrado fue capturada en 1521 y los húngaros fueron derrotados en la batalla de Mohács en 1526. En 1529 Solimán llevó a cabo el sitio de Viena sin éxito, ya que fue derrotado por Fernando I de Habsburgo, quien conservó algunas fortalezas húngaras. Pero la invulnerabilidad del Imperio otomano quedó puesta de manifiesto en 1571 con la importante derrota de su flota en Lepanto, a manos de la Liga Santa formada por el Papado, Venecia y la Monarquía Hispánica (cuyo rey era en esas fechas Felipe II).

INSTITUCIONES OTOMANAS Los jenízaros eran la unidad de elite militar del Imperio otomano y simbolizaban el poder del

sultán y del propio Imperio. Además de combatir en el campo de batalla, formaban orquestas. Los instrumentos que empleaban eran tambores (timbales y tambores dobles), zurna (un tipo de oboe), boru (trompas de metal), platillos y campanillas. Los jenízaros, dispuestos en fila, actuaban en eventos oficiales de palacio, tales como recepciones de embajadores, la coronación del sultán, la convocatoria del consejo, festivales, y anunciaban los cinco rezos diarios."The Janissaries' Air" de The Janissaries.

La principal ocupación del Estado otomano era la guerra, según sugiere la relación anterior de conquistas, y su institución más importante era su Ejército. Las primeras fuerzas otomanas estaban compuestas por una caballería turca (espahíes o sipahis) pagada a través de concesiones de ganancias del gobierno (normalmente ganancias en tierras) conocidas como timares. Cuanta más tierra era conquistada, más ingresos tenían los gazis turcos musulmanes. Pero la caballería ligera gazi no era suficiente para la guerra constante, y desde mediados del siglo XIV los otomanos comenzaron a reclutar otras tropas asalariadas de mercenarios, esclavos, prisioneros de guerra y (desde mediados del siglo XV) una leva de jóvenes cristianos de los Balcanes (los devsirmes). A partir de estas nuevas fuerzas (las kapikulli) surgió la famosa y muy disciplinada infantería otomana, cuyos miembros eran conocidos como los jenízaros, que fue el factor principal de los éxitos militares otomanos desde finales del siglo XV en adelante. Los otomanos también crearon un cuerpo especialista de artillería e ingenieros.

REGIONES DEL IMPERIO OTOMANO La administración otomana operaba en función de las necesidades de estas fuerzas. La

administración provincial era fundamentalmente un sistema de distritos militares regidos por oficiales cuya principal obligación era reunir timariotas para las campañas. Gran parte del trabajo de la administración central era la obtención de los fondos y suministros necesarios para las fuerzas kapikulli. Se construían carreteras y puentes para facilitar el movimiento de tropas. En su apogeo, la administración fue muy eficiente. La administración central estaba compuesta por tres partes fundamentales: la extensa

4

Page 5: Resumen de Moderna 2

casa del sultán; los departamentos gubernamentales agrupados bajo el control del gran visir, suplente del sultán en todos los asuntos de Estado; y la institución religiosa musulmana compuesta por funcionarios musulmanes preocupados por la educación y la legislación, agrupados bajo la jefatura suprema del sayj al-islam. Los más importantes de éstos eran los cadíes (qadis), que se ocupaban de la administración local y del derecho penal. Antes del siglo XVII los musulmanes libres servían principalmente como sipahis o en la institución religiosa; el resto de la administración del Estado estaba compuesta principalmente por cristianos convertidos al islam que eran reclutados en forma de fuerzas militares kapikulli. Su situación jurídica era la de esclavos del sultán, aunque la palabra ‘esclavo’ no tenía las connotaciones de esclavitud doméstica o de asignación que tiene en Occidente. Para los europeos contemporáneos parecía que el Estado otomano carecía de aristocracia y estaba regido por hombres elegidos por sus méritos y su lealtad total al sultán. La administración utilizaba un idioma (la lengua turca otomana) con gramática turca y vocabulario principalmente árabe y escrito en caracteres arábigos.

La mayoría de las demás funciones realizadas por los estados modernos se dejaban a instituciones no gubernamentales. La población del Imperio otomano era una mezcla cultural, lingüística y religiosa. La mayoría de la población de las provincias europeas era cristiana y pertenecía a la Iglesia ortodoxa, muchos de los cuales aceptaron el dominio otomano porque era menos oneroso que la dominación católica. En Tracia, Macedonia, Bulgaria y Albania había un extenso asentamiento musulmán, y en Bosnia se produjo una conversión en masa al islam. Los musulmanes también predominaban en algunas ciudades. En las provincias asiáticas sucedía lo contrario: la mayoría de la población era musulmana aunque había muchos cristianos en las ciudades; en Anatolia había cristianos griegos al oeste y armenios al este, y grupos numerosos de cristianos en Siria y Egipto. El pueblo estaba organizado de dos modos. Con fines económicos se agrupaba en tribus, villas así como en gremios en las ciudades. El mayor número estaba compuesto por campesinos, quizá el 15% de la población eran habitantes de las ciudades y una proporción bastante superior nómadas o seminómadas. Con fines sociales la población se organizaba en comunidades religiosas que posteriormente se denominarían millets. Muchos musulmanes pertenecían a órdenes místicas sufíes. El gobierno trataba con los jefes de las distintas comunidades religiosas y dejaba a las comunidades ventilar sus propios asuntos. Los jefes de las comunidades religiosas, por tanto, constituían una clase de intermediarios entre el gobierno y el pueblo. Los grandes terratenientes, los jefes tribales y otras personas actuaban de forma similar y se les conoció como notables (a’yan). Durante sus primeros tres siglos, el Imperio otomano fue próspero, y esta prosperidad se reflejó en el desarrollo de una brillante cultura: música, literatura (especialmente historia, geografía y poesía), pintura y, sobre todo, arquitectura, cuya mejor representación está en la mezquita de Solimán en Estambul, construida por el gran arquitecto de Solimán, Sinan.

.2. HUMANISMO Y RENACIMIENTO

RENACIMIENTOINTRODUCCIÓN

Renacimiento, periodo de la historia europea caracterizado por un renovado interés por el pasado grecorromano clásico y especialmente por su arte. El renacimiento comenzó en Italia en el siglo XIV y se difundió por el resto de Europa durante los siglos XV y XVI. En este periodo, la fragmentaria sociedad feudal de la edad media, caracterizada por una economía básicamente agrícola y una vida cultural e intelectual dominada por la Iglesia, se transformó en una sociedad dominada progresivamente por instituciones políticas centralizadas, con una economía urbana y mercantil, en la que se desarrolló el mecenazgo de la educación, de las artes y de la música.

CONTEXTOEl término ‘renacimiento’ lo utilizó por vez primera en 1855 el historiador francés Jules

Michelet para referirse al “descubrimiento del mundo y del hombre” en el siglo XVI. El historiador suizo Jakob Burckhardt amplió este concepto en su obra La civilización del renacimiento italiano (1860), en la que delimitó el renacimiento al situarlo en el periodo comprendido entre el respectivo desarrollo artístico de los pintores Giotto y Miguel Ángel, y definió a esta época como el nacimiento de la humanidad y de la conciencia modernas tras un largo periodo de decadencia.

La más reciente investigación ha puesto fin al concepto de la edad media como época oscura e inactiva y ha mostrado cómo el siglo previo al renacimiento estuvo lleno de logros. Gracias a los scriptoria (aulas dedicadas al estudio) de los monasterios medievales se conservaron copias de obras de autores latinos como Virgilio, Ovidio, Cicerón y Séneca. El sistema legal de la Europa moderna tuvo su origen en el desarrollo del Derecho civil y del Derecho canónico durante los siglos XII y XIII, y los pensadores renacentistas continuaron la tradición medieval de los estudios de gramática y retórica. En el

5

Page 6: Resumen de Moderna 2

campo de la teología, durante el renacimiento se continuaron las tradiciones medievales del escolasticismo y las establecidas por las obras de santo Tomás de Aquino, Juan Escoto y Guillermo de Ockham. El platonismo y el aristotelismo fueron cruciales para el pensamiento filosófico renacentista. Los avances en las disciplinas matemáticas (también en la astronomía) estaban en deuda con los precedentes medievales. Las escuelas de Salerno y Montpellier fueron destacados centros de estudios de medicina durante la edad media.

CARACTERÍSTICASEl renacimiento italiano fue sobre todo un fenómeno urbano, un producto de las ciudades que

florecieron en el centro y norte de Italia, como Florencia, Ferrara, Milán y Venecia, cuya riqueza financió los logros culturales renacentistas. Estas mismas ciudades no eran producto del renacimiento, sino del periodo de gran expansión económica y demográfica de los siglos XII y XIII. Los comerciantes medievales italianos desarrollaron técnicas mercantiles y financieras como la contabilidad o las letras de cambio. La creación de la deuda pública (concepto desconocido en épocas pasadas) permitió a esas ciudades financiar su expansión territorial mediante la conquista militar. Sus mercaderes controlaron el comercio y las finanzas europeas; esta fluida sociedad mercantil contrastaba claramente con la sociedad rural de la Europa medieval. Era una sociedad menos jerárquica y más preocupada por sus objetivos seculares.

RUPTURA CON LA TRADICIÓNPor supuesto, la edad media no acabó de forma repentina. No obstante, sería falso considerar la

historia como una perpetua continuidad y, por tanto, al renacimiento como una mera continuación de la edad media. Una de las más significativas rupturas renacentistas con la tradición medieval se encuentra en el campo de la historia. Las obras Historiarum florentini populi libri XII (Doce libros de historias florentinas, 1420) de Leonardo Bruno, las Istorie fiorentine (Historias florentinas, 1525) de Nicolás Maquiavelo, Storia d´Italia (Historia de Italia, 1561-1564) de Francesco Guicciardini y Methodus ad facilem historiarum cognitionem (Método para facilitar el conocimiento de la historia, 1566) de Jean Bodin (Bodino), estaban escritas desde un punto de vista secular del tiempo y con una actitud crítica hacia las fuentes históricas. La historia se convirtió en una rama de la literatura más que de la teología; los historiadores renacentistas rechazaron la división medieval cristiana de la historia, que se iniciaba con la Creación, seguida por la encarnación de Jesús, para terminar con el posterior Juicio Final. La visión renacentista de la historia también constaba de tres partes: comenzaba con la antigüedad, continuaba con la edad media y se completaba con la edad de oro, o renacimiento, que acababa de iniciarse. Mientras que los eruditos medievales contemplaban con recelo el mundo pagano griego y romano creyendo que vivían en la última etapa histórica, previa al Juicio Final, sus colegas renacentistas exaltaban el mundo clásico, condenaban el medievo como una etapa ignorante y bárbara y proclamaban su propia era como la época de la luz y de regreso al clasicismo. Esta visión era expresada por muchos pensadores renacentistas que recibieron el nombre de humanistas.

La idea renacentista del humanismo supuso otra ruptura cultural con la tradición medieval. Según el profesor estadounidense Paul Oscar Kristeller, este término, frecuentemente mal interpretado, significa la tendencia general del renacimiento a “conceder la mayor importancia a los estudios clásicos y a considerar la antigüedad clásica como la pauta común y el modelo a seguir en toda la actividad cultural”. Se estudiaron los textos clásicos y se enjuiciaron por sus propios valores; desde este momento ya no se utilizarían más para embellecer y justificar la civilización cristiana. El gran interés por la antigüedad tuvo su expresión en la febril y fructífera búsqueda de manuscritos clásicos; se redescubrieron los Diálogos de Platón, los textos históricos de Heródoto y Tucídides, las obras de los dramaturgos y poetas griegos, así como de los padres de la Iglesia, que se publicaron críticamente por primera vez. El estudio de la lengua griega se desarrolló en los siglos XV y XVI gracias a la emigración de eruditos bizantinos que, tras la caída de Constantinopla en manos del Imperio otomano en 1453, la enseñaron en Florencia, Ferrara y Milán. El estudio de la literatura antigua, de la historia y de la filosofía moral, aunque a veces degeneró en una imitación de los clásicos, tenía por objetivo crear seres humanos libres y civilizados, personas de gusto y juicio, ciudadanos, en definitiva, más que sacerdotes y monjes.

La perfección del cuerpo humano mediante el entrenamiento físico, ideal que raramente se conoció en la edad media, se convirtió en uno de los objetivos de la educación renacentista. Los estudios humanísticos, junto a los grandes logros artísticos de la época, fueron fomentados y apoyados económicamente por grandes familias como los Medici en Florencia, los Este en Ferrara, los Sforza en Milán, los Gonzaga en Mantua, los duques de Urbino, los dogos en Venecia y el Papado en Roma.

LAS ARTES

6

Page 7: Resumen de Moderna 2

La recuperación y estudio de los clásicos originó la aparición de nuevas disciplinas —filología clásica, arqueología, numismática y epigrafía— y afectó críticamente al desarrollo de las ya existentes. En el campo de las bellas artes la ruptura decisiva con la tradición medieval tuvo lugar en Florencia en torno a 1420, cuando el arte renacentista alcanzó el concepto científico de perspectiva lineal que hizo posible representar el espacio tridimensional de forma convincente en una superficie plana. Las obras del arquitecto Filippo Brunelleschi y del pintor Masaccio son deslumbrantes ejemplos del uso de esta técnica.

Donatello, considerado fundador de la escultura moderna, esculpió una estatua de David, primer desnudo a tamaño natural desde la antigüedad. Desde mediados del siglo XV, las formas y temas clásicos volvieron a ser utilizados: los motivos mitológicos tomados de las fuentes literarias adornaron palacios, paredes, mobiliarios y vajillas; Pisanello retomó la antigua costumbre de acuñar medallas para conmemorar a eminentes figuras, como el político florentino Cosme de Medici; Piero della Francesca, Andrea Mantegna y Sandro Botticelli pintaron retratos de personajes de la nobleza, resaltando sus características individuales. Los ideales renacentistas de armonía y proporción culminaron en las obras de Rafael, Leonardo da Vinci y Miguel Ángel durante el siglo XVI.

CIENCIA Y TECNOLOGÍATambién se hicieron progresos en medicina y anatomía, especialmente tras la traducción, en los

siglos XV y XVI, de numerosos trabajos de Hipócrates y Galeno; también fueron traducidos en el siglo XVI algunos de los más avanzados tratados griegos sobre matemáticas. Entre los avances realizados destacaron la solución de ecuaciones cúbicas y la innovadora astronomía de Nicolás Copérnico, Tycho Brahe y Johannes Kepler. A finales del siglo XVI, Galileo ya había dado un paso fundamental al aplicar modelos matemáticos a la física. La geografía se transformó gracias a los conocimientos empíricos adquiridos a través de las exploraciones y los descubrimientos de nuevos continentes y por las primeras traducciones de las obras de Tolomeo y Estrabón.

En el campo de la tecnología, la invención de la imprenta en el siglo XV revolucionó la difusión de los conocimientos. La imprenta incrementó el número de ejemplares, ofreció a los eruditos textos idénticos con los que trabajar y convirtió el trabajo intelectual en una labor colectiva. El uso de la pólvora transformó las tácticas militares entre los años 1450 y 1550, favoreciendo el desarrollo de la artillería, que mostró sus efectos devastadores contra los muros de piedra de castillos y ciudades. El ejército medieval, encabezado por la caballería y apoyado por arqueros, fue reemplazado progresivamente por la infantería, provista de armas de fuego y picas; tales fuerzas formaron los primeros ejércitos permanentes de Europa.

POLÍTICAEn el campo del derecho, se tendió a sustituir el abstracto método dialéctico de los juristas

medievales por una interpretación filológica e histórica de las fuentes del Derecho romano. Por lo que respecta al pensamiento político, los teóricos renacentistas recusaron, pero no anularon, la proposición medieval de que la preservación de la libertad, del derecho y de la justicia constituía el objetivo fundamental de la vida política. Los renacentistas aseveraron que la misión central del gobernante era mantener la seguridad y la paz. Maquiavelo sostenía que la virtú (la fuerza creativa) del gobernante era la clave para el mantenimiento de su propia posición y el bienestar de sus súbditos, idea consonante con la política de la época.

Durante el renacimiento, las ciudades italianas se convirtieron en estados territoriales que buscaban expandirse a costa de otros. La unificación territorial tuvo lugar también en España, Francia e Inglaterra, lo que condujo a la formación del Estado nacional moderno. Este proceso contó con la ayuda de la moderna diplomacia, configurada, al tiempo que las nuevas tácticas militares, cuando las ciudades-estado italianas establecieron embajadas permanentes en cortes extranjeras. En el siglo XVI la institución de la embajada estable se hallaba extendida por el norte del continente, en Francia, Inglaterra y en el Sacro Imperio Romano Germánico.

RELIGIÓNEl clero renacentista, particularmente su más alta jerarquía, ajustó su comportamiento a la ética y

costumbres de la sociedad laica. Las actividades de los papas, cardenales y obispos apenas se diferenciaban de las usuales entre los mercaderes y políticos de la época. Al mismo tiempo, la cristiandad se mantuvo como un elemento vital y esencial de la cultura renacentista. Predicadores como san Bernardino de Siena y teólogos o prelados como San Antonino de Florencia, gozaron de gran prestigio y fueron venerados. Además muchos humanistas se preocuparon por cuestiones teológicas y aplicaron los nuevos conocimientos filológicos e históricos para estudiar e interpretar a los padres de la Iglesia. El acercamiento humanista a la teología y a las Escrituras se puede observar desde el erudito y poeta italiano Petrarca hasta el holandés Erasmo de Rotterdam, lo que tuvo un poderoso impacto sobre los católicos y protestantes.

7

Page 8: Resumen de Moderna 2

HUMANISMOHumanismo, en filosofía, actitud que hace hincapié en la dignidad y el valor de la persona. Uno

de sus principios básicos es que las personas son seres racionales que poseen en sí mismas capacidad para hallar la verdad y practicar el bien. El término humanismo se usa con gran frecuencia para describir el movimiento literario y cultural que se extendió por Europa durante los siglos XIV y XV. Este renacimiento de los estudios griegos y romanos subrayaba el valor que tiene lo clásico por sí mismo, más que por su importancia en el marco del cristianismo.

El movimiento humanista comenzó en Italia, donde los escritores de finales de la edad media Dante, Giovanni Boccaccio y Francesco de Petrarca contribuyeron en gran medida al descubrimiento y a la conservación de las obras clásicas. Los ideales humanistas fueron expresados con fuerza por otro estudioso italiano, Giovanni Pico della Mirandola, en su Oración, obra que trata sobre la dignidad del ser humano. El movimiento avanzó aún más por la influencia de los estudiosos bizantinos llegados a Roma después de la caída de Constantinopla a manos de los turcos en 1453, y por la creación de la Academia platónica en Florencia. La Academia, cuyo principal pensador fue Marsilio Ficino, fue fundada por el hombre de Estado y mecenas florentino Cosme I de Medici. Deseaba revivir el platonismo y tuvo gran influencia en la literatura, la pintura y la arquitectura de la época.

La recopilación y traducción de manuscritos clásicos se generalizó, de modo muy significativo entre el alto clero y la nobleza. La invención de la imprenta de tipos móviles, a mediados del siglo XV, otorgó un nuevo impulso al humanismo mediante la difusión de ediciones de los clásicos. Aunque en Italia el humanismo se desarrolló sobre todo en campos como la literatura y el arte, en Europa central, donde fue introducido por los estudiosos alemanes Johannes Reuchlin y Philip Melanchthon, el movimiento penetró en ámbitos como la teología y la educación, con lo que se convirtió en una de las principales causas subyacentes de la Reforma.

Uno de los estudiosos más importantes en la introducción del humanismo en Francia fue Erasmo de Rotterdam, que también desempeñó un papel principal en su difusión por Inglaterra. Allí, el humanismo fue divulgado en la Universidad de Oxford por los estudiosos William Grocyn y Thomas Linacre, y en la Universidad de Cambridge por Erasmo y san Juan Fisher. Desde las universidades se extendió por toda la sociedad inglesa y allanó el camino para la edad de oro de la literatura y la cultura que llegaría con el periodo isabelino.

ERASMO DE RÓTTERDAMINTRODUCCIÓN

Erasmo de Rotterdam (c. 1466-1536), escritor, erudito y humanista holandés, principal intérprete de las corrientes intelectuales del renacimiento en el norte de Europa.

VIDANació el 26 o 27 de octubre, probablemente de 1466, en Rotterdam, hijo ilegítimo de un

sacerdote, Roger Gerard, y de la hija de un médico. Asistió a severos colegios monásticos en Deventer y ´s- Hertogenbosch y, después de la muerte de su padre, se hizo agustino en Steyn. En 1492 se ordenó sacerdote y trabajó para el obispo de Cambray, estudiando las filosofías escolástica y griega en la Universidad de París. Disgustado por la vida sacerdotal, buscó un empleo secular, y más tarde recibió la dispensa papal para vivir y vestir como erudito laico.

Desde 1499 viajó incansablemente de ciudad en ciudad trabajando como profesor y conferenciante, escribiendo constantemente e investigando manuscritos antiguos. Mantuvo una voluminosa correspondencia —se conservan más de mil quinientas cartas— con importantes personajes de la época. A lo largo de cuatro viajes a Inglaterra trabó amistad con eruditos de la nueva enseñanza humanista como John Colet, fundador del colegio Saint Paul de Londres, Thomas Linacre, fundador de la Real Universidad de Medicina, Tomás Moro, escritor y Lord Canciller de Inglaterra, y William Grocyn, profesor de griego en Oxford. Él mismo enseñó griego en Cambridge, con lo que contribuyó al establecimiento del humanismo en Inglaterra, y en especial, al desarrollo de los estudios clásicos en la enseñanza cristiana. Mientras estuvo en Italia se doctoró por la Universidad de Turín y se hizo amigo del editor veneciano Aldo Manuzio. En la ciudad suiza de Basilea fue amigo y redactor del editor Johann Froben y en esta misma ciudad murió el 12 de julio de 1536.

OBRASLa obra de Erasmo pone de manifiesto su enorme erudición y elegante estilo latino, que

amenezaba con paciencia e ingenio. Adagios (1500, ampliados en 1508), una recopilación de proverbios latinos, estableció su reputación como erudito. La mayor parte de sus primeras obras atacan las prácticas corruptas de la Iglesia y el escolasticismo racionalista fomentado por los clérigos. En Manual del caballero cristiano (1503) y su famosa sátira Elogio de la locura (Encomion moriae seu laus stultitiae,

8

Page 9: Resumen de Moderna 2

1511), que dedicó a Moro, aboga por una vuelta a la primitiva ética cristiana. Aunque su obra más trascendente fue la traducción al griego del Nuevo Testamento (1516), basado en manuscritos nuevos, con notas críticas y acompañada de una nueva traducción latina, que demostraba lo poco rigurosa que era la Vulgata latina. Por estas obras, que influyeron a los reformadores religiosos de la época, se le llama padre de la reforma.

Erasmo expuso sus opiniones progresistas acerca de la educación en Sobre el método del estudio (1511) y La enseñanza firme pero amable de los niños (1529). Sostenía que el latín elemental y el cristianismo básico han de enseñarse en el hogar antes de empezar el bachillerato formal a los siete años. El latín también debía enseñarse primero de manera coloquial y después a través de la gramática, un método similar a las técnicas actuales de enseñanza. También es avanzada su defensa de la educación física, su crítica a la disciplina severa y su insistencia en despertar el interés de los alumnos.

En 1517, cuando la reforma se convirtió en un tema candente bajo el liderazgo decidido de Martín Lutero, la vida intelectual de Erasmo cambió de dirección. Hasta entonces admirado y temido como crítico, se volvió apologista, en realidad sin confiar en los católicos ni en los reformistas y siempre rehusando tomar partido. Siguió siendo católico aunque con frecuencia se asoció con los reformistas. Por los continuos ataques, en sus Coloquios (1518), a los males y errores de las autoridades eclesiásticas y a las supersticiones le acusaron de luterano, acusación que negó con vehemencia. También le acusaron de disimular sus verdaderas opiniones por miedo a las consecuencias. Para rebatirlo escribió una declaración completa de su posición teológica, Disquisición acerca del libre albedrío (De libero arbitrio, 1524), que incluye un ataque brillante a Lutero. El contraataque de Lutero provocó una polémica final de Erasmo, Hyperaspistes (1526). Mientras tanto preparó muchas ediciones eruditas de las obras de los padres de la iglesia con el editor Froben.

Aunque se le considera precursor de la Reforma y sus obras fueron incluidas en el Indice de Obras Prohibidas por el Concilio de Trento, su guerra contra la ignorancia y la superstición procede más de sus convicciones de humanista que como teólogo. Después de su muerte sus obras fueron prohibidas por la Iglesia católica y denunciadas por muchos protestantes, pero anticiparon la tolerancia en los Países Bajos y las obras de Voltaire, Anatole France, Bertrand Russell y otros. No fue un reformador religioso, como Lutero y Calvino, ni quiso participar en discusiones teológicas; fue un auténtico hombre de letras y, como humanista, un precursor de la época. Existe una Universidad Erasmo en Rotterdam y la red de la Comunidad Europea para los intercambios académicos se llama ERASMUS en su honor.

NICOLÁS MAQUIAVELOINTRODUCCIÓN

Nicolás Maquiavelo (1469-1527), historiador y filósofo político italiano, cuyos escritos sobre habilidad política, amorales pero influyentes, convirtieron su nombre en un sinónimo de astucia y duplicidad.

Nacido en Florencia el 3 de mayo de 1469, Maquiavelo comenzó trabajando como funcionario y empezó a destacar cuando se proclamó la república en Florencia en 1498. Fue secretario de la segunda cancillería encargada de los Asuntos Exteriores y Guerra de la república. Maquiavelo realizó así importantes misiones diplomáticas ante el rey francés (1504, 1510-1511), la Santa Sede (1506) y el emperador (1507-1508). En el transcurso de sus misiones diplomáticas dentro de Italia, conoció a muchos gobernantes italianos, y tuvo ocasión de estudiar sus tácticas políticas, en especial las del eclesiástico y militar César Borgia, que en aquella época trataba de extender sus posesiones en Italia central. Entre 1503 y 1506 Maquiavelo reorganizó las defensas militares de la república de Florencia. Aunque los ejércitos mercenarios eran habituales en aquella época, él prefirió contar con el reclutamiento de tropas del lugar para asegurarse una defensa permanente y patriótica. En 1512, cuando los Medici, una familia florentina, recuperaron el poder en Florencia y la república se desintegró, Maquiavelo fue privado de su cargo y encarcelado durante un tiempo por presunta conspiración. Después de su liberación, se retiró a sus propiedades cercanas a Florencia, donde escribió sus obras más importantes. A pesar de sus intentos por ganarse el favor de los Médicis, nunca volvió a ocupar un cargo destacado en el gobierno. Cuando la república volvió a ser temporalmente restablecida en 1527, muchos republicanos sospecharon de sus tendencias en favor de los Médicis. Murió en Florencia, el 21 de junio de ese mismo año.

EL PRÍNCIPEDurante toda su carrera, Maquiavelo trató de crear un Estado capaz de rechazar ataques

extranjeros y afianzar su soberanía. Sus escritos tratan sobre los principios en los que se basa un Estado de este tipo y los medios para reforzarlos y mantenerlos. En su obra más famosa, El príncipe (escrita en 1513 y publicada en 1532), describe el método por el cual un gobernante puede adquirir y mantener el poder político. Este estudio, que con frecuencia ha sido considerado una defensa del despotismo y la tiranía de dirigentes como César Borgia, está basado en la creencia de Maquiavelo de que un gobernante

9

Page 10: Resumen de Moderna 2

no está atado por las normas éticas: "¿Es mejor ser amado que temido, o al revés? La respuesta es que sería deseable ser ambas cosas, pero como es difícil que las dos se den al mismo tiempo, es mucho más seguro para un príncipe ser temido que ser amado, en caso de tener que renunciar a una de las dos". Desde su punto de vista, el gobernante debería preocuparse solamente del poder, y sólo debería rodearse de aquellos que le garantizaran el éxito en sus actuaciones políticas. Maquiavelo creía que estos gobernantes podían ser descubiertos mediante la deducción, a partir de las prácticas políticas de la época, así como de épocas anteriores.

OTRAS OBRAS IMPORTANTESLa formulación de Maquiavelo de los principios históricos inherentes en el gobierno romano

puede encontrarse en su Discurso sobra la primera década de Tito Livio (1531), un comentario sobre la obra Ab urbe condita libri (también conocida como Décadas) del historiador romano Tito Livio. En este estudio, Maquiavelo parte de los conceptos teocráticos medievales de la historia, atribuyendo hechos históricos a las necesidades de la naturaleza humana y a los caprichos de la fortuna. Entre sus otras obras destacan: Sobre el arte de la guerra (1521), que describe las ventajas de las tropas reclutadas frente a las mercenarias. La Historias florentinas (1525) interpreta las crónicas de la ciudad, en términos de causalidad histórica. Maquiavelo fue también el autor de la biografía Vida de Castruccio Castracani (1520), de una serie de poemas, y de varias obras de teatro, entre las cuales destaca La mandrágora (1524), una sátira mordaz y obscena sobre la corrupción de la sociedad italiana de su tiempo. Muchos de sus escritos anticiparon el aumento de los estados de marcado carácter nacionalista.

El maquiavelismo, como término, ha sido utilizado para describir los principios del poder político, a partir de la máxima 'el fin justifica los medios'.

SANTO TOMÁS MOROSanto Tomás Moro (1478-1535), político y escritor inglés, conocido por su postura religiosa

contraria a la del rey Enrique VIII, que le costó la vida.Moro nació en Londres el 7 de febrero de 1478 y se formó en la Universidad de Oxford. Estudió

derecho después de dejar Oxford, pero su interés se centró en la ciencia, la teología y la literatura. Durante su adolescencia escribió comedias y dedicó mucho tiempo al estudio de la literatura griega y latina. En 1499 decidió hacerse monje y se sometió a la disciplina de los cartujos. Cuatro años más tarde, Moro abandonó esta idea y en 1504 ingresó en el Parlamento. Una de sus primeras actuaciones fue la de requerir una disminución en la asignación propuesta para el rey Enrique VII. En venganza, el Rey encarceló al padre de Moro y no le liberó hasta que se pagó una fianza, y el propio Moro se retiró de la vida pública. Después de la muerte del Rey, en 1509, Moro volvió a la actividad pública. En 1510 fue nombrado representante de la Corona en Londres.

Durante la siguiente década, Moro atrajo la atención del rey Enrique VIII y llevó a cabo frecuentes misiones diplomáticas en los Países Bajos. En 1518, llegó a ser miembro del Consejo Privado; en 1521 le fue concedido el título de sir. Dos años después, Moro fue designado presidente de la Cámara de los Comunes. Durante este periodo Enrique VIII convirtió a Moro en uno de sus favoritos y con frecuencia requirió su compañía para mantener con él conversaciones filosóficas. Moro pasó a ser presidente de la Cámara de los Lores en 1529; fue el primer seglar que ostentó ese cargo. Sin embargo, su suerte cambió cuando se negó a apoyar la petición de Enrique para divorciarse de Catalina de Aragón. Los escrúpulos religiosos de Moro hicieron que se negara a sancionar cualquier tipo de desafío a la autoridad papal. Renunció a su cargo en 1532 y se retiró de la vida pública. El rey se ofendió por la actitud de su antiguo amigo y le mandó encarcelar en 1534. Moro fue juzgado al año siguiente; se negó a prestar juramento de supremacía, afirmando que el Parlamento no tenía derecho a usurpar la autoridad papal en favor del rey. Moro fue condenado por su postura y fue decapitado el 7 de julio de 1535. En 1935 fue canonizado por la Iglesia católica.

A Moro se le conoce sobre todo por su libro Utopía (1516), un relato satírico sobre la vida en una isla de ficción llamada así. En esta isla, los intereses de los individuos se encuentran subordinados a los de la sociedad como conjunto, todos sus habitantes deben desempeñar un trabajo, se practica la enseñanza universal y la tolerancia religiosa y la tierra pertenece a todos. Estas condiciones son comparadas con las de la sociedad inglesa, con una sustancial desventaja para esta última. Utopía fue la precursora de una serie de obras similares.

EVALUACIÓNAlgunos medievalistas afirman que la hinchada elocuencia y el insípido neoclasicismo de

muchos escritos humanistas debilitan la pretensión de que el renacimiento constituye un punto de inflexión en la civilización occidental. Aunque esas aseveraciones son válidas en cierta medida, el renacimiento fue sin duda una época en la que las antiguas creencias fueron puestas a prueba y la

10

Page 11: Resumen de Moderna 2

ebullición intelectual que entonces se produjo preparó el camino a los pensadores y científicos del siglo XVII. La idea renacentista de que la humanidad domina a la naturaleza es análoga al concepto del control del hombre sobre los elementos de la naturaleza explicado por Francis Bacon, concepto que inició el desarrollo de la ciencia y de la tecnología moderna. No obstante, el renacimiento ha legado, por encima de todo, monumentos de gran belleza artística que se mantienen como definiciones perennes de la cultura occidental. 3. EXPLORACIONES Y DESCUBRIMIENTOSINTRODUCCION

Los primeros exploradores y conquistadores europeos después de que Cristóbal Colón regresara a España tras su expedición a San Salvador, Cuba y La Española (1492-1493) otros exploradores europeos partieron rumbo a América del Norte. En 1497, Giovanni Caboto exploró las costas de Labrador, Terranova y probablemente, Nueva Inglaterra. A principios de la década de 1500, Juan Ponce de León exploró Florida y parte de la península de Yucatán. En 1519, Hernán Cortés hizo su entrada en México y durante años se dedicó a la conquista del Imperio azteca.

VIAJES Y EXPLORACIONESRuta de Vasco da Gama: El capitán Vasco da Gama estuvo al mando de la primera flota que

bordeó África para llegar a la India. Este viaje, que tuvo lugar a finales de la década de 1490, abrió una ruta comercial exclusivamente marítima al Extremo Oriente desde Europa, y colocó a Portugal entre las potencias marítimas más importantes de la Europa

En Europa, por lo general, se admite que la llamada era de los grandes descubrimientos tuvo su comienzo en el renacimiento, época en la que los estudiosos de entonces estaban redescubriendo las obras de los geógrafos griegos y latinos. El cristianismo fue ganando terreno en España, y los moros fueron expulsados de sus últimos baluartes en 1492, el mismo año en que Cristóbal Colón hizo su primer viaje al mar de las Antillas. Los conquistadores españoles y portugueses descubrieron tierras remotas. Los portugueses navegaron a lo largo de la costa atlántica africana; después de varios intentos, consiguieron bordear el cabo de Buena Esperanza cuando buscaban una ruta marítima para el comercio de especias con la India. Cuando cuatro de las naves que capitaneaba Vasco da Gama volvieron de la India en el año 1499, la carga que traían se componía de pimienta, jenjibre, canela y clavos y valía una auténtica fortuna.

Animado por tales ganancias, otro explorador, Pedro Álvares Cabral, con una flota de 13 barcos y 1.200 hombres, zarpó de Lisboa en 1500 y llegó, sin proponérselo, a las costas de Brasil, cuando en realidad se dirigía a la India. Lo mismo le pasó a Colón, que había partido rumbo al oeste, a través del Atlántico, hacia China y Japón, y acabó en Cuba. Colón fue el fundador de la primera colonia europea en América y prometió a los reyes españoles, que costeaban sus viajes, traerles fantásticas riquezas. Durante las siguientes décadas, Hernán Cortés en México, Francisco Pizarro en Perú y otros muchos conquistadores se sintieron atraídos por la esperanza de encontrar oro y plata en América. Fernando de Magallanes buscaba una ruta al Oriente cuando bordeó el extremo meridional de América del Sur, en el que fue su épico viaje de circunnavegación del mundo.

EXPEDICIONES FRANCESASJacques Cartier, el primero de los grandes exploradores franceses de América del Norte, murió

desacreditado al volver de los tres viajes que realizó entre los años 1534 y 1542 con una carga de cuarzo en lugar de diamantes. Sin embargo, en los siguientes 80 años, sus sucesores, con la ayuda de guías indígenas, consiguieron cartografiar la mayoría de las vías navegables de la costa este de Canadá y los afluentes del río más importante de la región, el San Lorenzo. Samuel de Champlain fundó Quebec en la ribera de este río. Henry Hudson, trabajando para la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, estableció el primer puesto comercial de pieles en Manhattan, y durante su último viaje, trabajando para Inglaterra, navegó por la inmensa bahía que lleva su nombre. Le siguieron los misioneros y los comerciantes de pieles. La Compañía de la Bahía de Hudson, que se fundó en 1670, tuvo una importante rival en la Compañía del Noroeste, lo que provocó que a finales del siglo XVIII la competencia entre ambas compañías diera lugar a numerosas exploraciones de las vías fluviales de las vastas tierras interiores de Canadá. Alexander Mackenzie navegó hasta el Ártico por el río que hoy se conoce como Mackenzie, en su honor, que es uno de los más importantes de América del Norte. Cuatro años después, en 1793, hizo la primera travesía por tierra del continente, encontrando una ruta a través de las montañas Rocosas hasta el océano Pacífico. En tierras más al sur, La Salle había descendido el río Mississippi hasta su desembocadura en el golfo de México, tomando posesión en nombre de Francia de las tierras bañadas por la cuenca del río, en 1682, a las que llamó Luisiana. Cuando en 1803 las tierras fueron vendidas a los Estados Unidos, el presidente Thomas Jefferson envió la expedición de Lewis y Clark a explorar el nuevo

11

Page 12: Resumen de Moderna 2

territorio. Con esta expedición por tierra, que consiguió llegar al Pacífico, se abrió todo el inmenso territorio a la imaginación de la joven nación. RUTAS DE HERNÁN CORTÉS En 1519, el conquistador español Hernán Cortés dirigió una expedición, con una flotilla de 11 barcos, a México, que partió de Cuba y llegó al extremo oriental de la península de Yucatán. Desde allí siguió por tierra hasta Tenochtitlán, capital del Imperio azteca. Moctezuma, emperador azteca, pensando que era un dios, lo recibió con hospitalidad. Poco después, Moctezuma fue hecho prisionero por orden de Cortés, quien en 1521 ya había conquistado el Imperio azteca VIAJE DE MAGALLANES La tripulación del portugués Fernando de Magallanes fue la primera en circunnavegar el globo. Entre 1519 y 1521, con cinco barcos y una tripulación compuesta por unos 250 hombres, Magallanes partió en busca de una ruta por Occidente hacia las islas de las Especias (la Especiería). El 27 de abril de 1521 falleció en un enfrentamiento con indígenas filipinos. Desde Filipinas sólo dos de las naves continuaron rumbo a las islas de las Especias. Los barcos siguieron rutas distintas y sólo uno de ellos, el que capitaneaba Juan Sebastián Elcano consiguió regresar a España.

Muy pronto, la actividad comercial generada requirió de puestos comerciales permanentes, lo que llevó a su vez a una ocupación colonial creciente. Los escasos lujos de los primeros exploradores se vieron pronto superados por la necesidad de un mayor número de productos que, para ser rentables, requerían una abundante mano de obra barata. Se trataba de productos como el azúcar, el algodón, el oro, la plata, los diamantes y las esmeraldas, que había que extraer de las minas; las perlas, que eran recolectadas por buceadores nativos; y, posteriormente, productos como el café, el cacao, el té y el tabaco. De esta forma empezó la trágica historia de la esclavitud de la mano de la colonización europea. Primero se utilizó a los indígenas de América como mano de obra. Luego, debido a las enfermedades traídas por los conquistadores que causaron una merma importante en la población aborigen, se inició el inhumano tráfico de esclavos procedentes de África a través del Atlántico. Los exploradores jugaron un papel activo en estas actividades, quienes muchas veces olvidaban el propósito colonizador y se lanzaban a la búsqueda de oro, plata, pieles o esclavos.

En el siglo XVII las cosas empezaron a cambiar y fueron motivos más nobles los que guiaron a los exploradores. Algunos de ellos se lanzaron a la aventura por el simple placer de viajar. Otros, como los misioneros, tenían como meta convertir a la fe cristiana a los pueblos que habitaban las lejanas tierras. Entre ellos destacaron el jesuita san Francisco Javier, que desarrolló su labor en Japón durante el siglo XVI; los franciscanos que en el siglo XIII llegaron a Mongolia; o Matteo Ricci, que impresionó al mismo emperador de China. Todos ellos fueron auténticos exploradores, ya que se adentraron en lugares remotos y dieron más tarde noticias de sus hallazgos.

Otros simplemente viajaron para satisfacer su curiosidad científica, como el capitán James Cook, que volvió en 1771 de realizar su primer viaje de circunnavegación en el que observó un eclipse de sol en Tahití, trazó los mapas de las dos principales islas de Nueva Zelanda y de la costa este de Australia, y trajo, además, un cargamento de desconocidas especies botánicas y zoológicas. En su segundo viaje navegó por la gran masa de hielo antártica hasta un punto tan meridional que no había sido alcanzado anteriormente por ningún otro explorador, y abrió la posibilidad de que existiera un continente habitado al sur.

BOLILLA Nº 2CAPITALISMO

INTRODUCCIÓNCapitalismo, sistema económico en el que los individuos privados y las empresas de negocios

llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y servicios mediante complejas transacciones en las que intervienen los precios y los mercados. Aunque tiene sus orígenes en la antigüedad, el desarrollo del capitalismo es un fenómeno europeo; fue evolucionando en distintas etapas, hasta considerarse establecido en la segunda mitad del siglo XIX. Desde Europa, y en concreto desde Inglaterra, el sistema capitalista se fue extendiendo a todo el mundo, siendo el sistema socioeconómico casi exclusivo en el ámbito mundial hasta el estallido de la I Guerra Mundial, tras la cual se estableció un nuevo sistema socioeconómico, el comunismo, que se convirtió en el opuesto al capitalista.

El término kapitalism fue acuñado a mediados del siglo XIX por el economista alemán Karl Marx. Otras expresiones sinónimas de capitalismo son sistema de libre empresa y economía de mercado, que se utilizan para referirse a aquellos sistemas socioeconómicos no comunistas. Algunas veces se utiliza

12

Page 13: Resumen de Moderna 2

el término economía mixta para describir el sistema capitalista con intervención del sector público que predomina en casi todas las economías de los países industrializados.

Se puede decir que, de existir un fundador del sistema capitalista, éste es el filósofo escocés Adam Smith, que fue el primero en describir los principios económicos básicos que definen al capitalismo. En su obra clásica Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (1776), Smith intentó demostrar que era posible buscar la ganancia personal de forma que no sólo se pudiera alcanzar el objetivo individual sino también la mejora de la sociedad. Los intereses sociales radican en lograr el máximo nivel de producción de los bienes que la gente desea poseer. Con una frase que se ha hecho famosa, Smith decía que la combinación del interés personal, la propiedad y la competencia entre vendedores en el mercado llevaría a los productores, "gracias a una mano invisible", a alcanzar un objetivo que no habían buscado de manera consciente: el bienestar de la sociedad.

CARACTERÍSTICAS DEL CAPITALISMOA lo largo de su historia, pero sobre todo durante su auge en la segunda mitad del siglo XIX, el

capitalismo tuvo una serie de características básicas. En primer lugar, los medios de producción —tierra y capital— son de propiedad privada. En este contexto el capital se refiere a los edificios, la maquinaria y otras herramientas utilizadas para producir bienes y servicios destinados al consumo. En segundo lugar, la actividad económica aparece organizada y coordinada por la interacción entre compradores y vendedores (o productores) que se produce en los mercados. En tercer lugar, tanto los propietarios de la tierra y el capital como los trabajadores, son libres y buscan maximizar su bienestar, por lo que intentan sacar el mayor partido posible de sus recursos y del trabajo que utilizan para producir; los consumidores pueden gastar como y cuando quieran sus ingresos para obtener la mayor satisfacción posible. Este principio, que se denomina soberanía del consumidor, refleja que, en un sistema capitalista, los productores se verán obligados, debido a la competencia, a utilizar sus recursos de forma que puedan satisfacer la demanda de los consumidores; el interés personal y la búsqueda de beneficios les lleva a seguir esta estrategia. En cuarto lugar, bajo el sistema capitalista el control del sector privado por parte del sector público debe ser mínimo; se considera que si existe competencia, la actividad económica se controlará a sí misma; la actividad del gobierno sólo es necesaria para gestionar la defensa nacional, hacer respetar la propiedad privada y garantizar el cumplimiento de los contratos. Esta visión decimonónica del papel del Estado en el sistema capitalista ha cambiado mucho durante el siglo XX.

ORÍGENESTanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización, pero el

capitalismo como sistema económico no apareció hasta el siglo XIII en Europa sustituyendo al feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanos siempre han tenido una fuerte tendencia a "realizar trueques, cambios e intercambios de unas cosas por otras". Este impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue acentuado y fomentado por las Cruzadas que se organizaron en Europa occidental desde el siglo XI hasta el siglo XIII. Las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y fomentaron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de ingentes cantidades de metales preciosos provenientes de aquellas tierras. El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia de la producción no se hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX.

Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de las figuras más características del capitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, el individuo que asume riesgos económicos. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el riesgo de tener pérdidas.

El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía del renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo. Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que generaba el empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento.

MERCANTILISMODesde el siglo XV hasta el siglo XVIII, cuando aparecieron los modernos Estados nacionales, el

capitalismo no sólo tenía una faceta comercial, sino que también dio lugar a una nueva forma de

13

Page 14: Resumen de Moderna 2

comerciar, denominada mercantilismo. Esta línea de pensamiento económico, este nuevo capitalismo, alcanzó su máximo desarrollo en Inglaterra y Francia.

El sistema mercantilista se basaba en la propiedad privada y en la utilización de los mercados como forma de organizar la actividad económica. A diferencia del capitalismo de Adam Smith, el objetivo fundamental del mercantilismo consistía en maximizar el interés del Estado soberano, y no el de los propietarios de los recursos económicos fortaleciendo así la estructura del naciente Estado nacional. Con este fin, el gobierno ejercía un control de la producción, del comercio y del consumo.

La principal característica del mercantilismo era la preocupación por acumular riqueza nacional, materializándose ésta en las reservas de oro y plata que tuviera un Estado. Dado que los países no tenían grandes reservas naturales de estos metales preciosos, la única forma de acumularlos era a través del comercio. Esto suponía favorecer una balanza comercial positiva o, lo que es lo mismo, que las exportaciones superaran en volumen y valor a las importaciones, ya que los pagos internacionales se realizaban con oro y plata. Los Estados mercantilistas intentaban mantener salarios bajos para desincentivar las importaciones, fomentar las exportaciones y aumentar la entrada de oro.

Más tarde, algunos teóricos de la economía como David Hume comprendieron que la riqueza de una nación no se asentaba en la cantidad de metales preciosos que tuviese almacenada, sino en su capacidad productiva. Se dieron cuenta que la entrada de oro y plata elevaría el nivel de actividad económica, lo que permitiría a los Estados aumentar su recaudación impositiva, pero también supondría un aumento del dinero en circulación, y por tanto mayor inflación, lo que reduciría su capacidad exportadora y haría más baratas las importaciones por lo que, al final del proceso, saldrían metales preciosos del país. Sin embargo, pocos gobiernos mercantilistas comprendieron la importancia de este mecanismo.

INICIOS DEL CAPITALISMO MODERNODos acontecimientos propiciaron la aparición del capitalismo moderno; los dos se produjeron

durante la segunda mitad del siglo XVIII. El primero fue la aparición en Francia de los fisiócratas desde mediados de este siglo; el segundo fue la publicación de las ideas de Adam Smith sobre la teoría y práctica del mercantilismo.

LOS FISIÓCRATASEl término fisiocracia se aplica a una escuela de pensamiento económico que sugería que en

economía existía un orden natural que no requiere la intervención del Estado para mejorar las condiciones de vida de las personas. La figura más destacada de la fisiocracia fue el economista francés François Quesnay, que definió los principios básicos de esta escuela de pensamiento en Tableau économique (Cuadro económico, 1758), un diagrama en el que explicaba los flujos de dinero y de bienes que constituyen el núcleo básico de una economía. Simplificando, los fisiócratas pensaban que estos flujos eran circulares y se retroalimentaban. Sin embargo la idea más importante de los fisiócratas era su división de la sociedad en tres clases: una clase productiva formada por los agricultores, los pescadores y los mineros, que constituían el 50% de la población; la clase propietaria, o clase estéril, formada por los terratenientes, que representaban la cuarta parte, y los artesanos, que constituían el resto.

La importancia del Tableau de Quesnay radicaba en su idea de que sólo la clase agrícola era capaz de producir un excedente económico, o producto neto. El Estado podía utilizar este excedente para aumentar el flujo de bienes y de dinero o podía cobrar impuestos para financiar sus gastos. El resto de las actividades, como las manufacturas, eran consideradas estériles porque no creaban riqueza sino que sólo transformaban los productos de la clase productiva. (El confucianismo ortodoxo chino tenía principios parecidos a estas ideas). Este principio fisiocrático era contrario a las ideas mercantilistas. Si la industria no crea riqueza, es inútil que el Estado intente aumentar la riqueza de la sociedad dirigiendo y regulando la actividad económica.

LA DOCTRINA DE ADAM SMITHLas ideas de Adam Smith no sólo fueron un tratado sistemático de economía; fueron un ataque

frontal a la doctrina mercantilista. Al igual que los fisiócratas, Smith intentaba demostrar la existencia de un orden económico natural, que funcionaría con más eficacia cuanto menos interviniese el Estado. Sin embargo, a diferencia de aquéllos, Smith no pensaba que la industria no fuera productiva, o que el sector agrícola era el único capaz de crear un excedente económico; por el contrario, consideraba que la división del trabajo y la ampliación de los mercados abrían posibilidades ilimitadas para que la sociedad aumentara su riqueza y su bienestar mediante la producción especializada y el comercio entre las naciones.

Así pues, tanto los fisiócratas como Smith ayudaron a extender las ideas de que los poderes económicos de los Estados debían ser reducidos y de que existía un orden natural aplicable a la economía.

14

Page 15: Resumen de Moderna 2

Sin embargo fue Smith más que los fisiócratas, quien abrió el camino de la industrialización y de la aparición del capitalismo moderno en el siglo XIX.

LA INDUSTRIALIZACIÓNLas ideas de Smith y de los fisiócratas crearon la base ideológica e intelectual que favoreció el

inicio de la Revolución industrial, término que sintetiza las transformaciones económicas y sociales que se produjeron durante el siglo XIX. Se considera que el origen de estos cambios se produjo a finales del siglo XVIII en Gran Bretaña.

La característica fundamental del proceso de industrialización fue la introducción de la mecánica y de las máquinas de vapor para reemplazar la tracción animal y humana en la producción de bienes y servicios; esta mecanización del proceso productivo supuso una serie de cambios fundamentales: el proceso de producción se fue especializando y concentrando en grandes centros denominados fábricas; los artesanos y las pequeñas tiendas del siglo XVIII no desaparecieron pero fueron relegados como actividades marginales; surgió una nueva clase trabajadora que no era propietaria de los medios de producción por lo que ofrecían trabajo a cambio de un salario monetario; la aplicación de máquinas de vapor al proceso productivo provocó un espectacular aumento de la producción con menos costes. La consecuencia última fue el aumento del nivel de vida en todos los países en los que se produjo este proceso a lo largo del siglo XIX.

El desarrollo del capitalismo industrial tuvo importantes costes sociales. Al principio, la industrialización se caracterizó por las inhumanas condiciones de trabajo de la clase trabajadora. La explotación infantil, las jornadas laborales de 16 y 18 horas, y la insalubridad y peligrosidad de las fábricas eran circunstancias comunes. Estas condiciones llevaron a que surgieran numerosos críticos del sistema que defendían distintos sistemas de propiedad comunitaria o socializado; son los llamados socialistas utópicos. Sin embargo, el primero en desarrollar una teoría coherente fue Karl Marx, que pasó la mayor parte de su vida en Inglaterra, país precursor del proceso de industrialización, y autor de Das Kapital (El capital, 3 volúmenes, 1867-1894). La obra de Marx, base intelectual de los sistemas comunistas que predominaron en la antigua Unión Soviética, atacaba el principio fundamental del capitalismo: la propiedad privada de los medios de producción. Marx pensaba que la tierra y el capital debían pertenecer a la comunidad y que los productos del sistema debían distribuirse en función de las distintas necesidades.

Con el capitalismo aparecieron los ciclos económicos: periodos de expansión y prosperidad seguidos de recesiones y depresiones económicas que se caracterizan por la discriminación de la actividad productiva y el aumento del desempleo. Los economistas clásicos que siguieron las ideas de Adam Smith no podían explicar estos altibajos de la actividad económica y consideraban que era el precio inevitable que había que pagar por el progreso que permitía el desarrollo capitalista. Las críticas marxistas y las frecuentes depresiones económicas que se sucedían en los principales países capitalistas ayudaron a la creación de movimientos sindicales que luchaban para lograr aumentos salariales, disminución de la jornada laboral y mejores condiciones laborales.

A finales del siglo XIX, sobre todo en Estados Unidos, empezaron a aparecer grandes corporaciones de responsabilidad limitada que tenían un enorme poder financiero. La tendencia hacia el control corporativo del proceso productivo llevó a la creación de acuerdos entre empresas, monopolios o trusts que permitían el control de toda una industria. Las restricciones al comercio que suponían estas asociaciones entre grandes corporaciones provocó la aparición, por primera vez en Estados Unidos, y más tarde en todos los demás países capitalistas, de una legislación antitrusts, que intentaba impedir la formación de trusts que formalizaran monopolios e impidieran la competencia en las industrias y en el comercio. Las leyes antitrusts no consiguieron restablecer la competencia perfecta caracterizada por muchos pequeños productores con la que soñaba Adam Smith, pero impidió la creación de grandes monopolios que limitaran el libre comercio.

A pesar de estas dificultades iniciales, el capitalismo siguió creciendo y prosperando casi sin restricciones a lo largo del siglo XIX. Logró hacerlo así porque demostró una enorme capacidad para crear riqueza y para mejorar el nivel de vida de casi toda la población. A finales del siglo XIX, el capitalismo era el principal sistema socioeconómico mundial.

EL CAPITALISMO EN EL SIGLO XXDurante casi todo el siglo XX, el capitalismo ha tenido que hacer frente a numerosas guerras,

revoluciones y depresiones económicas. La I Guerra Mundial provocó el estallido de la revolución en Rusia. La guerra también fomentó el nacionalsocialismo en Alemania, una perversa combinación de capitalismo y socialismo de Estado, reunidos en un régimen cuya violencia y ansias de expansión provocaron un segundo conflicto bélico a escala mundial. A finales de la II Guerra Mundial, los sistemas económicos comunistas se extendieron por China y por toda Europa oriental. Sin embargo, al finalizar la

15

Page 16: Resumen de Moderna 2

Guerra fría, a finales de la década de 1980, los países del bloque soviético empezaron a adoptar sistemas de libre mercado, aunque con resultados ambiguos. China es el único gran país que sigue teniendo un régimen marxista, aunque se empezaron a desarrollar medidas de liberalización y a abrir algunos mercados a la competencia exterior. Muchos países en vías de desarrollo, con tendencias marxistas cuando lograron su independencia, se tornan ahora hacia sistemas económicos más o menos capitalistas, en búsqueda de soluciones para sus problemas económicos.

En las democracias industrializadas de Europa y Estados Unidos, la mayor prueba que tuvo que superar el capitalismo se produjo a partir de la década de 1930. La Gran Depresión fue, sin duda, la más dura crisis a la que se enfrentó el capitalismo desde sus inicios en el siglo XVIII. Sin embargo, y a pesar de las predicciones de Marx, los países capitalistas no se vieron envueltos en grandes revoluciones. Por el contrario, al superar el desafío que representó esta crisis, el sistema capitalista mostró una enorme capacidad de adaptación y de supervivencia. No obstante, a partir de ella, los gobiernos democráticos empezaron a intervenir en sus economías para mitigar los inconvenientes y las injusticias que crea el capitalismo.

Así, en Estados Unidos el New Deal de Franklin D. Roosevelt reestructuró el sistema financiero para evitar que se repitiesen los movimientos especulativos que provocaron el crack de Wall Street en 1929. Se emprendieron acciones para fomentar la negociación colectiva y crear movimientos sociales de trabajadores que dificultaran la concentración del poder económico en unas pocas grandes corporaciones industriales. El desarrollo del Estado del bienestar se consiguió gracias al sistema de la Seguridad Social y a la creación del seguro de desempleo, que pretendían proteger a las personas de las ineficiencias económicas inherentes al sistema capitalista.

El acontecimiento más importante de la historia reciente del capitalismo fue la publicación de la obra de John Maynard Keynes, La teoría general del empleo, el interés y el dinero (1936). Al igual que las ideas de Adam Smith en el siglo XVIII, el pensamiento de Keynes modificó en lo más profundo las ideas capitalistas, creándose una nueva escuela de pensamiento económico denominada keynesianismo.

Keynes demostró que un gobierno puede utilizar su poder económico, su capacidad de gasto, sus impuestos y el control de la oferta monetaria para paliar, e incluso en ocasiones eliminar, el mayor inconveniente del capitalismo: los ciclos de expansión y depresión. Según Keynes, durante una depresión económica el gobierno debe aumentar el gasto público, aun a costa de incurrir en déficit presupuestarios, para compensar la caída del gasto privado. En una etapa de expansión económica, la reacción debe ser la contraria si la expansión está provocando movimientos especulativos e inflacionistas.

PREVISIONES DE FUTURODurante los 25 años posteriores a la II Guerra Mundial, la combinación de las ideas keynesianas

con el capitalismo generaron una enorme expansión económica. Todos los países capitalistas, también aquéllos que perdieron la guerra, lograron un crecimiento constante, con bajas tasas de inflación y crecientes niveles de vida. Sin embargo a principios de la década de 1960 la inflación y el desempleo empezaron a crecer en todas las economías capitalistas, en las que las fórmulas keynesianas habían dejado de funcionar. La menor oferta de energía y los crecientes costos de la misma (en especial del petróleo) fueron las principales causas de este cambio. Aparecieron nuevas demandas, como por ejemplo la exigencia de limitar la contaminación medioambiental, fomentar la igualdad de oportunidades y salarial para las mujeres y las minorías, y la exigencia de indemnizaciones por daños causados por productos en mal estado o por accidentes laborales. Al mismo tiempo el gasto en materia social de los gobiernos seguía creciendo, así como la mayor intervención de éstos en la economía.

Es necesario enmarcar esta situación en la perspectiva histórica del capitalismo, destacando su enorme versatilidad y flexibilidad. Los acontecimientos ocurridos en este siglo, sobre todo desde la Gran Depresión, muestran que el capitalismo de economía mixta o del Estado del bienestar ha logrado afianzarse en la economía, consiguiendo evitar que las grandes recesiones económicas puedan prolongarse y crear una crisis tan grave como la de la década de 1930. Esto ya es un gran logro y se ha podido alcanzar sin limitar las libertades personales ni las libertades políticas que caracterizan a una democracia.

La inflación de la década de 1970 se redujo a principios de la década de 1980, gracias a dos hechos importantes. En primer lugar, las políticas monetarias y fiscales restrictivas de 1981-1982 provocaron una fuerte recesión en Estados Unidos, Europa Occidental y el Sureste asiático. El desempleo aumentó, pero la inflación se redujo. En segundo lugar, los precios de la energía cayeron al reducirse el consumo mundial de petróleo. Mediada la década, casi todas las economías occidentales se habían recuperado de la recesión. La reacción ante el keynesianismo se tradujo en un giro hacia políticas monetaristas con privatizaciones y otras medidas tendentes a reducir el tamaño del sector público. Las crisis bursátiles de 1987 marcaron el principio de un periodo de inestabilidad financiera. El crecimiento económico se ralentizó y muchos países en los que la deuda pública, la de las empresas y la de los

16

Page 17: Resumen de Moderna 2

individuos habían alcanzado niveles sin precedente, entraron en una profunda crisis con grandes tasas de desempleo a principios de la década de 1990. La recuperación empezó a mitad de esta década, aunque los niveles de desempleo siguen siendo elevados, pero se mantiene una política de cautela a la vista de los excesos de la década anterior.

El principal objetivo de los países capitalistas consiste en garantizar un alto nivel de empleo al tiempo que se pretende mantener la estabilidad de los precios. Es, sin duda, un objetivo muy ambicioso pero, a la vista de la flexibilidad del sistema capitalista, no sólo resulta razonable sino, también, asequible.

BOLILLA Nº 31. REFORMA PROTESTANTE. CAUSAS

INTRODUCCIÓN Protestantismo, una de las tres principales confesiones religiosas del cristianismo, junto a las

representadas por la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa. El protestantismo empezó como un movimiento reformador de la Iglesia cristiana occidental en el siglo XVI, que daría lugar a la Reforma protestante que separó a las Iglesias reformadas de la Iglesia católica. El objetivo declarado por los reformadores pioneros era el de restaurar la fe cristiana como había sido en sus orígenes, manteniendo lo que ellos consideraban valioso de la tradición romana que se había desarrollado en los siglos intermedios.

Las cuatro tradiciones protestantes principales que emergieron tras la Reforma fueron la luterana, la calvinista, la anabaptista y la anglicana. A pesar de las considerables diferencias que hay entre ellas en cuanto a prácticas y doctrina, coinciden en su rechazo a la autoridad del papa y en la importancia que se concede a la Biblia y a la fe individual.El término protestantismo se otorgó al movimiento después de la II Dieta de Spira (1529), que fue una asamblea imperial donde la mayoría católica retiró la tolerancia otorgada a los luteranos durante la primera, celebrada tres años antes. Seis príncipes luteranos y los dirigentes de 14 ciudades libres alemanas firmaron una protesta, es decir, manifestaron su disconformidad y se reafirmaron con ahínco en su fe, con lo que los luteranos pasaron a ser conocidos como protestantes. El término ha ido asociándose cada vez más a las iglesias que no son la católica, ni la ortodoxa ni otras iglesias de la tradición oriental.

REFORMAReforma, movimiento religioso surgido en el siglo XVI en el ámbito de la Iglesia cristiana, que

supuso el fin de la hegemonía de la Iglesia católica y la instauración de distintas iglesias ligadas al protestantismo. La Reforma, precedida por la cultura del renacimiento y, de alguna forma, seguida por la Revolución Francesa, alteró por completo el modo de vida de Europa occidental e inició la edad moderna. Aunque se inició a principios del siglo XVI, cuando Martín Lutero desafió la autoridad papal, las circunstancias que condujeron a esa situación se remontan a fechas anteriores y conjugan complejos elementos doctrinales, políticos, económicos y culturales.

CONDICIONES QUE PRECEDIERON A LA REFORMAA partir de la revitalización que vivió el Sacro Imperio Romano Germánico desde que Otón I el

Grande se convirtiera en emperador en el 962, los papas y emperadores se vieron involucrados en una continua contienda por la supremacía en los asuntos temporales y terrenales. Este conflicto concluyó, a grandes rasgos, con la victoria del Papado, pero creó profundos antagonismos entre Roma y el Imperio, que aumentaron durante los siglos XIV y XV. La animosidad provocada por los impuestos papales y por la sumisión a los delegados pontificios se extendió a otras zonas de Europa. En Inglaterra, el principio del movimiento para lograr una independencia absoluta de la jurisdicción papal empezó con la promulgación de los estatutos de Mortmain (1279), Provisors (1351) y Praemunire (1393), que redujeron, en gran medida, el poder de la Iglesia en el control del gobierno civil sobre las tierras, en el nombramiento de cargos eclesiásticos y en el ejercicio de la autoridad judicial.

El reformador religioso inglés del siglo XIV John Wycliffe atacó con audacia al propio Papado, arremetiendo contra la venta de indulgencias, las peregrinaciones, la excesiva veneración a los santos y los bajos niveles morales e intelectuales de los sacerdotes. Para hacer llegar sus ideas a individuos de cualquier extracción social, tradujo la Biblia al inglés y comenzó a predicar en esta lengua y no en latín. Sus enseñanzas se extendieron a Bohemia, donde encontraron un fuerte partidario en Jan Hus. La ejecución de Hus por herejía, en 1415, desencadenó casi de inmediato el estallido de las denominadas Guerras Husitas, que revelaron una violenta expresión del nacionalismo bohemio nunca suprimido por completo, a pesar de las duras campañas represivas emprendidas por las fuerzas combinadas del Emperador y del Papa. Estas luchas fueron precursoras de la guerra civil religiosa que tuvo lugar en Alemania ya en tiempos de Lutero. En Francia, en 1516, un concordato entre el Rey y el Papa puso a la Iglesia francesa, de forma sustancial, bajo la autoridad regia. Los concordatos firmados con otras monarquías nacionales también prepararon el camino para la aparición de iglesias nacionales.

17

Page 18: Resumen de Moderna 2

Ya en el siglo XIII, el Papado se había hecho vulnerable a los ataques y reproches de los reformistas, debido a la codicia, inmoralidad e ignorancia de muchos de sus miembros en todas las esferas de su jerarquía. Las extensas posesiones de la Iglesia, libres de cargas, que constituían, según cálculos diversos, entre una quinta y una tercera parte de todas las tierras de Europa, estimularon el resentimiento por parte del campesinado. La llamada cautividad de Babilonia que vivieron los papas durante el siglo XIV, cuando tuvieron su sede en Aviñón, y el consiguiente Gran Cisma de Occidente, provocaron graves perjuicios en la autoridad de la Iglesia y dividieron a sus partidarios en seguidores de uno u otro papa. Los miembros de la Iglesia reconocieron la necesidad de afrontar una reforma interna. En el Concilio de Constanza (1414-1418) se debatieron ambiciosos programas que proponían la reorganización de la totalidad jerárquica, pero ningún proyecto consiguió un apoyo mayoritario y no se instituyó ningún cambio radical.

El humanismo, la revitalización de la formación clásica y la inquietud doctrinal y especulativa, que comenzaron a desarrollarse en el siglo XV en Italia, desplazaron al escolasticismo como filosofía principal en Europa occidental y privaron a los líderes de la Iglesia del monopolio sobre la enseñanza que antes habían ostentado. Los miembros legos estudiaban literatura antigua y eruditos de la categoría del humanista italiano Lorenzo Valla evaluaron de forma crítica las traducciones de la Biblia y otros documentos que eran la base del dogma y de la tradición de la Iglesia. La invención de la imprenta con tipos de metal móviles incrementó en gran medida la circulación de los libros y extendió las ideas de renovación espiritual por toda Europa. Los humanistas que vivían fuera de Italia, como Erasmo de Rotterdam en los Países Bajos, John Colet y Tomás Moro en Inglaterra, Johann Reuchlin en Alemania y Jacques Lefèvre d’Étaples en Francia, aplicaron nuevas normas a la evaluación de las prácticas de la Iglesia y al desarrollo de un conocimiento más preciso de las Escrituras. Estos eruditos estudios sentaron las bases sobre las que Martín Lutero y Juan Calvino reivindicaron que la única autoridad religiosa posible era el juicio individual aplicado al estudio de la Biblia.

Algunas novedades en la Europa del siglo XVI explican el triunfo de Martín Lutero y otros reformadores en comparación con sus antecesores. Tanto el poder del Emperador como el del Papa estaban declinando y ambos estaban preocupados por el avance de los turcos en Europa central y en el Mediterráneo. Además, la invención de la imprenta en el siglo XV posibilitó la difusión de tratados religiosos entre la nobleza y el pueblo llano, en especial en el norte de Europa

2. LUTERO Y CALVINO. EL PROBLEMA DE LA INTOLERANCIAMOVIMIENTOS NACIONALES

La Reforma protestante fue emprendida en Alemania por Lutero en 1517, al publicar sus 95 Tesis, que desafiaban la teoría y la práctica de las indulgencias papales.

Es un hecho aceptado por la mayoría de los historiadores que la publicación de las 95 Tesis de Martín Lutero en el día de Todos los Santos, en 1517, marcó el comienzo de la Reforma; en ellas atacaba la venta indiscriminada de indulgencias para financiar la construcción de la basílica de San Pedro en Roma, la gran empresa del papa Julio II. Lutero era un monje agustino y profesor de teología en la Universidad de Wittenberg. Consideraba que no era suficiente para obtener su salvación seguir las enseñanzas católicas tradicionales. Empezó a pensar que esa salvación se encontraba en la doctrina de la justificación de la gracia divina a través de la fe sola, mientras que la teología católica había oscurecido ese aspecto dando la misma importancia a las buenas acciones, a las obras. Pensaba que la venta de indulgencias era un abuso basado en ese énfasis equivocado en la importancia de las buenas acciones.

Al principio, Lutero quiso reformar la Iglesia desde dentro, pero se topó con una firme oposición.

ALEMANIA Y LA REFORMA LUTERANALas autoridades papales ordenaron a Lutero que se retractara y se sometiera a la autoridad de la

Iglesia, pero él replicó con mayor radicalidad, haciendo un llamamiento a la reforma, atacando el sistema sacramental y recomendando que la religión se mantuviera en la fe individual basada en las normas contenidas en la Biblia. Amenazado de excomunión por el Papa, Lutero quemó ante sus seguidores, en la plaza pública, la bula o decreto papal de excomunión y con ella un volumen de la ley del canon. Este acto de desafío simbolizaba una ruptura definitiva con todo el sistema de la Iglesia católica. En un intento por frenar las revueltas, el emperador Carlos V y los príncipes alemanes y eclesiásticos se reunieron en 1521 en la Dieta de Worms e instaron a Lutero a retractarse. Éste se negó una vez más y fue declarado fuera de la ley. Durante casi un año permaneció escondido, escribiendo panfletos en los que exponía sus principios y traduciendo el Nuevo Testamento al alemán. Aunque sus obras habían sido prohibidas por edicto imperial, fueron distribuidas en público y se convirtieron en poderosos instrumentos para hacer de las grandes ciudades alemanas importantes centros del luteranismo.

18

Page 19: Resumen de Moderna 2

El movimiento reformista se extendió vertiginosamente entre el pueblo, y cuando Lutero abandonó su retiro, fue recibido en su casa en Wittenberg como un líder revolucionario. Los territorios alemanes del Imperio se habían dividido, de forma inapelable, por motivos religiosos y económicos. Aquellos que estaban más interesados en preservar el orden tradicional, como el Emperador, algunos príncipes y el alto clero, apoyaron a la Iglesia católica. El luteranismo estaba apoyado, principalmente, por los príncipes del norte de Alemania, el bajo clero, los comerciantes y amplios sectores del campesinado, que aprovecharon la situación como una oportunidad para obtener una mayor independencia tanto de las esferas religiosas como de las económicas. Las Guerras Campesinas (1524-1526) fueron un reflejo de esta tentativa. Los campesinos intentaron mejorar su mísera situación económica y, así, sus reivindicaciones, que contenían algunos puntos defendidos por Lutero desde el punto de vista religioso, invocaban la emancipación del número de servicios reclamado por los terratenientes, tanto seglares como eclesiásticos. Lutero desaprobó la utilización de sus doctrinas para justificar una revuelta social y, aunque en un principio procuró buscar una salida pacífica al conflicto, pronto se volvió contra los campesinos y en su panfleto Contra las hordas de campesinos asesinos y ladrones (1525), les condenó por recurrir a la violencia. Esto le valió ganarse el apoyo de numerosos miembros de la nobleza.

Los campesinos fueron derrotados, pero la escisión producida entre los católicos y los luteranos se incrementó. En 1526 se alcanzó un mínimo compromiso, al conceder el Emperador que los estados reglamentasen, sólo en sus dominios, la cuestión religiosa. En la Dieta de Spira (1529), la mayoría católica logró revocar el anterior acuerdo, lo que hizo que los luteranos elevaran hasta el Emperador su más enérgica protesta. Desde entonces se les empezó a llamar protestantes, denominación que, posteriormente, se extendió a todos los grupos reformistas opuestos al dirigismo de Roma.

En 1530, el erudito y reformista religioso alemán Philip Melanchthon concibió un estatuto de la fe y los dogmas luteranos, conocido como Confesión de Augsburgo, que fue sometida al emperador Carlos V y a la facción católica. Aunque no consiguió reconciliar las diferencias entre los católicos y los luteranos, se estableció como fundamento y credo de la nueva Iglesia luterana. Las guerras contra Francia y los turcos impidieron durante un tiempo que Carlos V dirigiera sus ejércitos contra los luteranos.

Pero en 1546 el Emperador quedó libre de compromisos internacionales y, tras aliarse con varios príncipes alemanes como el duque Mauricio de Sajonia, declaró la guerra a la Liga de Esmalcalda, constituida por los príncipes protestantes. Las fuerzas católicas tuvieron éxito al principio, derrotando a los protestantes en la batalla de Mühlberg. No obstante, tras pasarse Mauricio de Sajonia a las filas protestantes, obligó a Carlos V a firmar la paz. Este conflicto, motivado por cuestiones religiosas y que terminó por convertirse en una guerra civil entre los distintos príncipes del Imperio, terminó con la Paz de Augsburgo (1555). Sus términos declaraban que cada uno de los príncipes del Imperio podría elegir entre el catolicismo y el luteranismo como religión de su territorio, a la que deberían adscribirse todos sus súbditos. El luteranismo, profesado por casi la mitad de la población alemana, consiguió finalmente ser reconocido de modo oficial. De tal manera que el antiguo concepto de comunidad cristiana, unida en el terreno religioso en Europa occidental bajo la suprema autoridad del papa, fue desbancado

ESCANDINAVIAEn los países escandinavos, la Reforma tuvo lugar de forma pacífica a la vez que el luteranismo

se extendía hacia el norte desde Alemania. Las monarquías de Dinamarca y Suecia patrocinaron el movimiento reformista y rompieron por completo con el Papado. En 1536, una asamblea nacional celebrada en Copenhague abolió la autoridad de los obispos católicos en toda Dinamarca. En este mismo sentido, Cristián III, rey de Dinamarca y Noruega, instó a Johann Bugenhagen, reformador religioso alemán y amigo de Lutero, para que organizara una Iglesia nacional luterana en Dinamarca, siguiendo las premisas de la Confesión de Augsburgo. En Suecia, los hermanos Olaus y Laurentius Petri dirigieron el movimiento encaminado a adoptar el luteranismo como religión oficial del Estado, lo que ocurrió en 1529 con el apoyo del rey Gustavo I Vasa y la Asamblea nacional sueca.

SUIZAEl temprano movimiento reformador suizo, contemporáneo del alemán, fue conducido por el

teólogo Ulrico Zuinglio, quien en 1518 efectuó una vigorosa denuncia de la venta de indulgencias. Zuinglio expresó su oposición a los abusos de la autoridad eclesiástica mediante sermones y

discursos públicos en la plaza del mercado y ante el Consejo de la ciudad de Zurich. Al igual que ya manifestó Lutero, Zuinglio consideraba la Biblia como única fuente de autoridad moral y se esforzó por eliminar todas aquellas fórmulas y costumbres católicas no fundamentadas en las Escrituras. Los estudios bíblicos de Zuinglio le llevaron a la conclusión de que sólo lo que se autorizaba de un modo literal en las Escrituras debía conservarse en la doctrina y en las prácticas de la Iglesia. El luteranismo conservaba muchos elementos de la liturgia medieval, pero Zuinglio abogaba por una ceremonia simple y, en

19

Page 20: Resumen de Moderna 2

oposición a la Iglesia católica y al luteranismo, consideraba la eucaristía una ceremonia tan sólo simbólica.

Desde 1523 hasta 1525, bajo su liderazgo, en Zurich fueron quemadas reliquias, prohibidas las procesiones, así como la adoración a las imágenes y a los santos, liberados los sacerdotes y monjes de sus votos de celibato y reemplazada la misa por un rito eucarístico más sencillo. Estos cambios, mediante los que la ciudad se rebeló contra la Iglesia católica, fueron realizados por medio de medidas legales adoptadas en votaciones del Consejo de Zurich. Los principales defensores de estas innovaciones, los comerciantes, expresaron así su independencia de la Iglesia de Roma y del Sacro Imperio. Otras ciudades suizas, como Basilea y Berna, adoptaron reformas análogas, mientras que el conservador campesinado de otros cantones se mantuvo fiel al catolicismo. Al igual que en Alemania, la autoridad del gobierno central era demasiado débil para reforzar la conformidad religiosa y prevenir la guerra civil. Estallaron dos breves conflictos entre los cantones protestantes y los católicos en 1529 y en 1531. En el segundo de éstos, que tuvo lugar en Kappel, Zuinglio fue asesinado. Tras establecerse la paz, cada cantón fue autorizado a elegir su religión. El catolicismo prevaleció en las regiones montañosas del país y el protestantismo en las grandes ciudades y valles fértiles. Esencialmente, esta misma división persiste hoy en día.

CALVINOEn la generación que sucedió a la de Lutero y Zuinglio, la figura dominante de la Reforma fue

Juan Calvino, teólogo protestante francés que huyó de la persecución religiosa en su país y, en 1536, se estableció en la nueva e independiente República de Ginebra. Calvino lideró la estricta instauración de las medidas de reforma instituidas tiempo atrás por el Consejo de la ciudad de Ginebra e insistió en promulgar otras nuevas, incluyendo el canto de los salmos congregacionales como parte del culto eclesiástico, la enseñanza del catecismo y la confesión de fe de los niños, el establecimiento de una severa disciplina moral en la comunidad por parte de pastores y miembros de la Iglesia y la excomunión de pecadores notables. La organización de la Iglesia de Calvino se inspiraba en modelos democráticos e incorporó ideas de gobierno representativo. Pastores, profesores, presbíteros y diáconos fueron elegidos para ocupar puestos oficiales por los miembros de la congregación.

Aunque la Iglesia y el Estado estaban oficialmente separados, lo cierto es que cooperaban de forma tan estrecha que Ginebra era de hecho una teocracia. Para reforzar la disciplina de la moral, Calvino instituyó una rígida inspección de conducta familiar y organizó un consistorio, compuesto de pastores y legos, con grandes poderes sobre la comunidad. El vestido y comportamiento personal de los ciudadanos estaban prescritos hasta el más mínimo detalle. Bailar, jugar a las cartas, a los dados y otras diversiones quedaron prohibidas, mientras que la blasfemia y la obscenidad fueron castigadas con severidad. Bajo este rígido régimen, los disidentes fueron perseguidos e incluso condenados a muerte. Tal fue el caso del humanista español Miguel Servet. Para animar a la lectura y comprensión de la Biblia, se proporcionó a todos los ciudadanos una educación elemental. En 1559, Calvino fundó una universidad en Ginebra que fue famosa por la formación de pastores y profesores. Más que ningún otro reformador, Calvino organizó las diversas interpretaciones del pensamiento protestante en un sistema claro y lógico. La difusión de sus obras, su influencia como pedagogo y su gran habilidad para estructurar la Iglesia y el Estado en los términos de la Reforma, despertaron la atención internacional e imprimieron a las Iglesias reformadas de Suiza, Francia y Escocia, el profundo sello del calvinismo, tanto en la teología como en lo referente a su organización.

FRANCIALa Reforma fue iniciada en Francia, a principios del siglo XVI, por un grupo de místicos y

humanistas que se reunían en Meaux, cerca de París, bajo el liderazgo de Lefèvre d’Étaples. Como Lutero, Lefèvre d’Étaples estudió la Epístola a los romanos de San Pablo y fundamentó sobre esa lectura su creencia en la salvación por la sola fe individual; negó también el dogma de la transubstanciación. En 1523 tradujo el Nuevo Testamento al francés. En un principio, sus obras fueron bien recibidas por los representantes de la Iglesia y el Estado, pero conforme comenzaban a extenderse por Francia las doctrinas radicales de Lutero, la obra de Lefèvre d’Étaples fue considerada pareja de aquella y él y sus seguidores fueron declarados proscritos. Muchos protestantes influyentes huyeron de Francia y se asentaron en Suiza, hasta que consiguieron reforzarse en número y filosofía gracias al conocimiento de la reforma calvinista llevada a cabo en Ginebra. Más de 120 pastores educados en Ginebra por Calvino regresaron a Francia antes de 1567 para ganar prosélitos al protestantismo. En 1559, los delegados de 66 iglesias reformadas francesas se reunieron en un sínodo nacional que tuvo lugar en París, para redactar una confesión de fe y una regla disciplinaria basadas en las puestas en práctica en Ginebra.

De ese modo se organizó la primera Iglesia nacional protestante de Francia. Sus miembros fueron conocidos como hugonotes. A pesar de todos los esfuerzos para suprimirlos, los hugonotes se

20

Page 21: Resumen de Moderna 2

convirtieron en una comunidad gigantesca y la división del país entre facciones protestantes y católicas condujo a las denominadas guerras de Religión francesas (1559-1598). Uno de los capítulos más trágicos de esta lucha fue la masacre de la Noche de San Bartolomé, durante la cual fueron asesinados un gran número de protestantes. Durante el reinado de Enrique IV los hugonotes se impusieron durante un breve periodo, pero, dado que más de una novena parte de los franceses seguía siendo católica, el rey pensó en la necesidad urgente de convertirse al catolicismo y afianzarse en el trono. Sin embargo, siguió protegiendo a sus seguidores hugonotes y proclamó, en 1598, el Edicto de Nantes, que otorgó la libertad religiosa parcial a los hugonotes. El Edicto fue revocado en 1685 por Luís XIV y el protestantismo fue, de hecho, erradicado del país.

PAÍSES BAJOSEl protestantismo fue bien acogido en los Países Bajos por la burguesía, clase social que se había

desarrollado como tal durante la edad media. El emperador Carlos V, con mayor poderío militar en este territorio que en los territorios alemanes, intentó frenar la expansión de las doctrinas protestantes, quemando en las plazas públicas los libros de Lutero e instituyendo la Inquisición en 1522. Sin embargo, estas medidas no tuvieron éxito y, hacia mediados del siglo XVI, el protestantismo estaba muy asentado en las provincias septentrionales; las provincias meridionales (en el actual territorio belga) permanecieron, de forma predominante, fieles al catolicismo. La mayoría de los neerlandeses se unieron al calvinismo, que sirvió para afianzar su nacionalismo contra sus dirigentes católicos españoles. La guerra de los Países Bajos se inició en 1566 y no finalizó hasta 1648, cuando España, en la Paz de Westfalia, reconoció de forma oficial como Estado independiente a las Provincias Unidas, nombre con el que se habían constituido las provincias del norte en 1579.

ESCOCIALa Reforma surgió en Escocia entre algunos sectores de la población ya hostiles a la Iglesia

católica. El clero católico ya había sido desacreditado en el siglo XV por los lolardos, seguidores de las doctrinas de John Wycliffe. Los mercaderes y la pequeña nobleza se mantuvieron muy activos para continuar con la reforma religiosa, que sirvió también como vehículo para conseguir la autodeterminación nacional y la independencia de Inglaterra y Francia. En consecuencia, el protestantismo se expandió con rapidez a pesar de las medidas represivas de la monarquía procatólica de Escocia. El primitivo movimiento religioso reformador, iniciado por líderes como el mártir Patrick Hamilton, se encontró de pronto bajo influencia luterana. La verdadera revolución, conseguida bajo el liderazgo de John Knox, discípulo de Calvino, implantó el calvinismo como religión nacional de Escocia. En 1560, Knox persuadió al Parlamento escocés para que adoptara una confesión de fe y un libro disciplinario siguiendo el modelo establecido en Ginebra. Con posterioridad, el Parlamento creó la Iglesia de Escocia, presbiteriana, y proporcionó fondos para su gobierno, que se sustituyó mediante sesiones de un kirk (iglesia) local y mediante una asamblea general que representaba a las iglesias locales de todo el país. María I Estuardo, reina católica de Escocia, intentó desbancar a la nueva iglesia protestante, pero después de una lucha de siete años, ella misma se vio obligada a abandonar el país. El calvinismo triunfó en Escocia, excepto en unos pocos distritos del norte, donde se impuso con fuerza el catolicismo, en particular entre las familias nobles.

3. EL ANGLICANISMOINGLATERRA

La revuelta inglesa contra Roma se diferenció de las insurrecciones de Alemania, Suiza y Francia en dos aspectos. En primer lugar, Inglaterra era un Estado en el sentido moderno de la palabra, con un gobierno central fuerte; así pues, en vez de dividir el país en facciones regionales o partidos y desembocar en una guerra civil, la revuelta fue nacional, es decir que el rey y el Parlamento se unieron para transferir a aquél la jurisdicción eclesiástica que el papa había ejercido con anterioridad. En segundo lugar, mientras que en los países continentales la campaña para la reforma religiosa entre el pueblo precedió y causó la ruptura política con el Papado, en Inglaterra la escisión política se produjo primero como resultado de la decisión personal de Enrique VIII al divorciarse de su primera mujer, y el cambio en la doctrina religiosa tuvo lugar posteriormente durante los reinados de Eduardo VI e Isabel I.

Enrique VIII deseaba divorciarse de su mujer, Catalina de Aragón, porque no le había dado un heredero varón y temía que esto supusiera el final de su dinastía. Su matrimonio con Catalina, que se hubiera considerado ilegal bajo la ley eclesiástica, puesto que ella era la viuda del hermano del rey, había sido permitido únicamente por dispensa papal. Enrique VIII adujo que la dispensa papal contravenía la ley eclesiástica y que el matrimonio era por lo tanto nulo. El Papa defendió la validez de la dispensa y se negó a anular el matrimonio, tras lo cual Enrique pidió el consejo de reformadores, de nobles y de las facultades de las grandes universidades europeas.

21

Page 22: Resumen de Moderna 2

Ocho facultades universitarias apoyaron su petición. Zuinglio y el teólogo Oecolampadio también consideraron su matrimonio nulo, pero Lutero y Melanchthon lo consideraron legal. El rey aceleró el curso de los acontecimientos al casarse con Ana Bolena en 1533 y dos meses más tarde obtuvo del arzobispo de Canterbury su divorcio de Catalina.

Enrique VIII fue excomulgado por el Papa, pero tomó represalias obteniendo en 1534 el permiso del Parlamento para aprobar un acta que nombraba al monarca y a sus sucesores jefes supremos de la Iglesia de Inglaterra, estableciendo así una Iglesia nacional anglicana independiente. Posteriores legislaciones suprimieron los ingresos papales y terminaron con su autoridad política y religiosa en Inglaterra. Entre 1536 y 1539 los monasterios fueron suprimidos y sus propiedades requisadas por el Estado. Enrique VIII no tenía interés en ir más allá de estos cambios, que eran motivados sobre todo por consideraciones políticas más que doctrinales. De hecho, para prevenir la expansión del luteranismo, obligó al Parlamento a aceptar en 1539 la promulgación de un conjunto de edictos conocidos como los Seis Artículos, que convirtió en herético el hecho de negar los principales dogmas teológicos del catolicismo medieval. La obediencia al Papado siguió considerándose, sin embargo, delito. En consecuencia, muchos luteranos fueron quemados por herejía y los católicos que se negaron a reconocer la supremacía eclesiástica del rey también fueron ejecutados.

Bajo Eduardo VI, las doctrinas y prácticas protestantes aborrecidas por Enrique VIII fueron introducidas en la Iglesia anglicana. Los Seis Artículos fueron revocados en 1547 y los reformadores continentales, como el alemán Martin Bucero, fueron invitados a predicar en Inglaterra. En 1549, fue publicado el Libro de la Oración Común en lengua vernácula y considerado texto de uso obligatorio para dar unidad al servicio de la Iglesia anglicana. En 1552 se publicó un segundo Libro de Oración y se adoptó un nuevo credo de 42 artículos. Sin embargo, María I intentó restaurar el catolicismo como religión estatal y durante su reinado murieron en la hoguera muchos protestantes. Otros se trasladaron a países continentales, donde sus opiniones religiosas, a menudo, se radicalizaban a través del contacto con el calvinismo. Se llegó a un acuerdo final bajo Isabel I en 1563. El protestantismo fue restaurado, y se persiguió a los católicos. Los 42 artículos del credo anglicano, adoptados bajo Eduardo VI, quedaron reducidos a los actuales Treinta y nueve artículos. Este credo es protestante y más próximo al luteranismo que al calvinismo, pero la organización episcopal y ritual de la Iglesia anglicana es la misma, en esencia, que la de la Iglesia católica. Un gran número de personas en la época de Isabel I no consideraba a la Iglesia anglicana lo bastante reformada y opuesta a Roma. Fueron conocidos como disidentes o inconformistas y al final formaron o se convirtieron en miembros de numerosos grupos calvinistas como los presbiterianos, puritanos, separatistas y cuáqueros.

GRUPOS Y SECTAS MENORESAdemás de las iglesias luterana, anglicana y el conjunto formado por las denominadas iglesias

reformadas, creadas durante la Reforma, surgió un gran número de pequeñas sectas como consecuencia natural del rechazo protestante a la autoridad tradicional y la exaltación del criterio personal en materias religiosas y de conciencia. Una de las más destacadas, la de los anabaptistas, encontró muchos partidarios en toda Europa, en particular en Alemania, donde jugaron un papel importante en las Guerras Campesinas. Fueron perseguidos por los católicos al igual que por los luteranos, los zuinglianos y otros grupos protestantes, y muchos de ellos fueron condenados a muerte. Otro destacado movimiento, el unitarismo, consiguió un considerable número de seguidores en Suiza, Alemania, Países Bajos y Polonia.

RESULTADOS DE LA REFORMAA pesar de la diversidad de las fuerzas reformadoras del siglo XVI, la Reforma tuvo resultados

muy importantes allí donde triunfó. En general, el poder y las riquezas perdidas por algunos nobles y por la jerarquía católica pasaron a la clase media y a los monarcas. Varias regiones de Europa ganaron independencia política, religiosa y cultural. Incluso en países como Francia y lo que hoy es Bélgica, donde el catolicismo se mantuvo, se desarrolló un nuevo individualismo y nacionalismo en materia cultural y política. El énfasis protestante con respecto al juicio personal en el ámbito religioso aumentó el desarrollo de los gobiernos democráticos basados en la elección colectiva realizada por votantes individuales. La destrucción del sistema medieval favoreció a la banca y al comercio al eliminar las tradicionales restricciones religiosas y abrió el camino para el crecimiento del capitalismo moderno. Durante la Reforma, las lenguas nacionales y la literatura avanzaron en gran medida debido a la extensa difusión de la literatura religiosa escrita en las lenguas vernáculas en lugar del latín. La educación popular también fue estimulada gracias a las nuevas escuelas fundadas por Colet en Inglaterra, Calvino en Ginebra y los príncipes protestantes en Alemania. La religión ya no era tanto una parcela privilegiada del alto clero, sino una expresión directa de las creencias de la población. Sin embargo, la intolerancia religiosa no disminuyó y los enfrentamientos religiosos continuaron siendo frecuentes durante cerca de un siglo.

22

Page 23: Resumen de Moderna 2

CREENCIAS Y PRÁCTICASLa mayor parte de las Iglesias protestantes conservaron las doctrinas centrales de las tradiciones

católica y ortodoxa como la Trinidad, la expiación y la resurrección de Cristo, la autoridad teológica de la Biblia, y el carácter sacramental del bautismo y de la eucaristía o Cena del Señor. Sin embargo, algunas doctrinas y prácticas distinguen la tradición protestante de las dos tradiciones cristianas más antiguas.

JUSTIFICACIÓN DE LA GRACIA A TRAVÉS DE LA FELutero pensaba que la salvación no depende del esfuerzo o del mérito humano, sino de la gracia

otorgada por Dios, que es aceptada por la fe. Las buenas acciones no son despreciadas, pero se consideran más bien fruto de la gracia de Dios que obra en la vida del creyente. La doctrina de la justificación de la gracia a través de la fe se convirtió en un componente esencial de muchas Iglesias protestantes. Lutero y otros reformadores pensaban que el catolicismo había insistido demasiado en la necesidad que tenían los creyentes de hacer méritos, de labrarse un camino hacia la gracia de Dios realizando buenas acciones, ayunando, peregrinando y (como se pensaba generalmente en tiempos de Lutero) comprando indulgencias. A los protestantes les parecía que todo esto hacía innecesario el sacrificio de Cristo y dejaba a los seres humanos, que por definición son todos pecadores, en la duda respecto a su posibilidad de redimirse. Los reformadores enfatizaban la misericordia de Dios, que otorga la gracia inmerecida a los pecadores a través de la actividad salvadora de Jesucristo.

LA IMPORTANCIA DE LA BIBLIALos protestantes consideran que la Biblia es la única fuente y la norma exclusiva y esencial de

sus enseñanzas, y rechazan la postura católica que otorga al papa la autoridad suprema en materias de fe y de moral. Lutero y otros reformadores tradujeron la Biblia para permitir que los laicos pudiesen estudiarla y seguir su propio criterio en cuestiones de doctrina. A pesar de este acuerdo general en cuanto a la primacía de la Biblia, los protestantes discrepan respecto a los estudios bíblicos y a su interpretación.

Aquellos que aceptan los resultados de la “más alta crítica” (es decir, el estudio crítico de la Biblia desde el punto de vista histórico que se llevó a cabo durante los siglos XIX y XX) consideran que algunos pasajes bíblicos no son auténticos o lo son en un sentido alegórico o simbólico. Los protestantes conservadores, como los fundamentalistas y gran parte de los evangélicos, sostienen la infalibilidad absoluta de las Escrituras, no sólo en cuestiones de fe, sino también en lo que afecta a la historia, la geografía y la ciencia. Otras diferencias estriban en que algunos protestantes consideran que el criterio individual es el que decide todas las cuestiones relativas a la interpretación de la Biblia, en tanto que otros delegan en las instituciones de sus respectivas Iglesias para guiar a sus miembros en su fe.

EL SACERDOCIO DE TODOS LOS CREYENTESLos líderes de la Reforma reaccionaron contra la institución católica del sacerdocio exaltando el

“sacerdocio de todos los creyentes”. Incluso sostienen, como Lutero, que la vocación de cualquier cristiano, al contribuir a la sociedad y servir así a su vecino, es tan válida ante Dios como cualquier otra vocación religiosa en un sentido convencional. A pesar de ello, casi todos los movimientos protestantes cuentan con sacerdotes institucionalizados. Mientras que el sacerdote católico se considera un administrador de la gracia de Dios a través de los sacramentos, el ministro protestante se considera un laico que ha sido formado para realizar ciertas funciones dentro de la Iglesia (como predicar y administrar los sacramentos). Como consecuencia de esta creencia en la igualdad esencial de todos los miembros de su comunidad o confesión, el gobierno de las Iglesias protestantes siempre ha tenido una tendencia democrática, aunque con amplios matices. Las principales formas de gobierno en las Iglesias protestantes son la episcopal (los obispos ejercen su autoridad), como en las Iglesias anglicana, episcopal y metodista; la presbiteriana (en la que se elige a los presbíteros o los ancianos, para que representen a las congregaciones en las estructuras decisorias), como en las Iglesias presbiteriana y reformada; y la congregacionalista (en la que la congregación misma es la máxima autoridad), como, entre otras muchas, en las Iglesias congregacionalista y baptista.

CULTOEn comparación con la misa católica y la liturgia ortodoxa, el culto protestante es más simple y

se centra en el sermón del sacerdote. Los reformadores establecieron que los servicios se celebraran en la lengua vernácula e introdujeron himnos que la congregación debe cantar. Algunos servicios protestantes (como el pentecostal) son casi espontáneos y carecen de estructura predeterminada: se centran en la participación de la comunidad de fieles y en los dones espirituales, como el don de lenguas. Todas las tradiciones protestantes redujeron el número de sacramentos de los siete católicos romanos a dos: el bautismo y la eucaristía.

23

Page 24: Resumen de Moderna 2

BOLILLA Nº 4CONTRARREFORMA

1. LA REFORMA CATOLICA. ORIGEN DEL TERMINO CONTRARREFORMAContrarreforma, movimiento que tuvo lugar en el seno de la Iglesia católica apostólica romana

en los siglos XVI y XVII. Supuso un intento de revitalizar la Iglesia y oponerse al protestantismo. Algunos historiadores rechazan el término porque implica sólo los elementos negativos del movimiento y prefieren utilizar las denominaciones de Reforma católica o Restauración católica, para resaltar la alta espiritualidad que animó a muchos de los que encabezaron el movimiento, que a veces no tenía relación directa con la Reforma protestante.

PETICIONES DE REFORMA DE LA IGLESIA El siglo XV se caracterizó por las exigencias de una reforma de la Iglesia, como reacción al

escándalo del Gran Cisma de Occidente y para corregir los abusos religiosos. El religioso italiano Girolamo Savonarola criticó con mordacidad la actitud mundana de su contemporáneo, el papa Alejandro VI. El llamado movimiento observantista desarrollado por las órdenes mendicantes intentó que sus miembros volvieran a una vida más austera, y humanistas como Erasmo de Rotterdam trataron de crear alternativas a las estériles especulaciones de la teología académica. Aun siendo sinceros estos esfuerzos, durante mucho tiempo no estuvieron coordinados y no lograron tener un impacto perceptible en la institución.

2. EL CONCILIO DE TRENTO. LA COMPAÑÍA DE JESUSINICIATIVAS PARA LA REFORMA

Sólo cuando Pablo III se convirtió en papa en 1534 tuvo la Iglesia el liderazgo que necesitaba para orquestar esos impulsos en favor de la reforma y enfrentarse al reto que supuso la aparición de los protestantes. Una de las iniciativas más importantes de Pablo III fue nombrar reformadores sinceros como Gasparo Contarini y Reginald Pole e incorporarlos al Sacro Colegio Cardenalicio. También impulsó nuevas órdenes religiosas como los teatinos, capuchinos, ursulinas y en especial los jesuitas. Este último grupo, bajo la dirección de san Ignacio de Loyola, estaba constituido por hombres muy instruidos, dedicados a renovar la piedad a través de la predicación, la instrucción catecumenal y el uso de los ejercicios espirituales establecidos por san Ignacio, donde debía profundizarse en la meditación personal.

Tal vez la más destacada actuación de Pablo III fue la convocatoria, en 1545, del Concilio de Trento, para tratar las cuestiones doctrinales y disciplinarias suscitadas por los protestantes.

Actuando a menudo en una difícil alianza con el emperador Carlos V, Pablo III, como muchos de sus sucesores, no dudó en utilizar tanto medidas diplomáticas como militares contra los protestantes.

INSTRUMENTOS DE LA CONTRARREFORMAUna poderosa corriente represiva, que empezó hacia 1542, penetró en el propio catolicismo

romano cuando se instituyeron el Índice de Libros Prohibidos y una nueva Inquisición. El pontificado de Pablo IV aportó el más vigoroso apoyo a estas medidas.

En España, la Inquisición se convirtió en un instrumento dependiente de la Corona, usado con eficacia por los monarcas españoles, en especial por el rey Felipe II, para asegurarse la ortodoxia de sus súbditos y suprimir tanto la disidencia política como la religiosa.

Hacia finales del siglo XVI, en parte bajo la influencia del Concilio de Trento, apareció en Italia un grupo de obispos, celosos por reformar su clero e instruir a su pueblo. San Carlos Borromeo, arzobispo de Milán, fue un modelo para muchos de ellos. El establecimiento de seminarios en muchas diócesis garantizó un clero honrado en el orden teológico y moral. En Roma, San Felipe Neri puso música a textos religiosos y llevó a cabo reuniones informales que pronto desembocaron en la figura (y el espacio físico) del oratorio.

EVOLUCIÓN DE LA CONTRARREFORMAEn Alemania, los católicos siguieron intranquilos después de la Paz de Augsburgo (1555),

considerada por muchos como una victoria del luteranismo. Los sacerdotes formados en Roma regresaron a su tierra natal mejor instruidos y con mayores deseos de realizar su labor eclesiástica que sus antecesores. San Pedro Canisio elaboró un catecismo que intentó servir de contrapeso al redactado por Martín Lutero, aunque no lo consiguió. Las tensiones internas, en las que se produjo una destacada intervención militar en ambos bandos, culminaron en los horrores de la guerra de los Treinta Años, que causó estragos desde 1618 hasta 1648 y dejó devastados los territorios alemanes.

Debido a las guerras de Religión (1559-1598), la Contrarreforma no tuvo apenas implantación en Francia hasta el siglo XVII. La devoción hacia los pobres, como ejemplificaron San Vicente de Paúl y

24

Page 25: Resumen de Moderna 2

Santa Luisa de Marillac, caracterizó la experiencia francesa. En este país se prestó mucha atención, al igual que en Italia, a las misiones populares que surgieron entre los campesinos. Mientras tanto, San Francisco de Sales, obispo de Ginebra, publicó su Introducción a la vida devota (1609), que se cuenta entre las más populares de todas las obras de la espiritualidad cristiana.

La espiritualidad de la Contrarreforma fue militante, encaminada a la evangelización de los nuevos territorios recién explorados en Extremo Oriente, Sudamérica y Norteamérica. Semejante entusiasmo se desplegó en el establecimiento de escuelas confesionales, donde los jesuitas desempeñaron un destacado papel de vanguardia. A pesar del énfasis puesto en el activismo, la Contrarreforma dio en España dos de los mayores místicos del cristianismo: Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.

3. GUERRAS DE RELIGIÓN FRANCESASINTRODUCCIÓN

Guerras de Religión francesas, enfrentamientos políticos y sociales que tuvieron lugar en Francia, desde 1559 hasta 1598, provocados por la debilidad de la dinastía Valois ante el conflicto religioso y la rivalidad aristocrática, durante los cuales tuvo lugar el acceso de la Casa de Borbón al trono francés.

EL ORIGEN DEL CONFLICTOA pesar de la constante persecución, el calvinismo tuvo un fuerte impacto en las ciudades, las

universidades y la nobleza de la Francia de principios del siglo XVI. La evangelización protestante era coordinada por un grupo de predicadores procedentes de Ginebra, enviados por Juan Calvino, que fue quien organizó clandestinamente el primer sínodo nacional de iglesias reformadas en mayo de 1559. Ante la celebración de dicho sínodo, el rey Enrique II prohibió el protestantismo, pero su repentina muerte (en junio de ese año) fue interpretada por los reformadores como una señal del favor divino, y el número de conversiones se multiplicó. El trono pasó al hijo de 15 años de Enrique, Francisco II, que estaba manipulado por la católica familia de Guisa, especialmente por Francisco de Guisa y el cardenal de Lorena, quienes decidieron continuar con la campaña de persecución iniciada por Enrique II, pero no pudieron evitar una intriga para secuestrar al Rey, la denominada conjuración de Amboise, preparada por la nobleza en marzo de 1560, que acabó en fracaso. A partir de entonces, los nobles protestantes, responsables de la misma, fueron llamados hugonotes.

LOS PRIMEROS ENFRENTAMIENTOSFrancisco II murió en diciembre de 1560 y le sucedió su hermano menor Carlos IX, que estaba

dominado por su madre, Catalina de Medici. Durante la regencia de ésta, desplazó del poder a la familia Guisa y se apoyó en Antonio de Borbón, rey de Navarra, favoreciendo a los hugonotes, a quienes en enero de 1562, por el Edicto de Saint-Germain-en-Laye, les permitía celebrar reuniones privadas en el interior de las ciudades; después de que los Guisa asesinaran a toda una congregación hugonote en el mes de marzo, los protestantes tomaron varias ciudades e hicieron un llamamiento a la revuelta, dirigida por Luís I de Borbón, primer príncipe de Condé (que ya había encabezado la abortada conjuración de Amboise). Este primer enfrentamiento acabó con la derrota protestante, aunque murieron algunas de las figuras más destacadas del bando católico. Catalina de Medici promulgó el Edicto de Amboise (1563), cuyas disposiciones fueron menos benevolentes para los protestantes, al limitarles el culto público.

Durante los siguientes cuatro años, Catalina de Medici trató de mantener la inestable situación de paz existente entre ambas facciones, tanto en las ciudades como en la corte, pero dicha situación llegó a su fin en el otoño de 1567, cuando los hugonotes, enardecidos por la revuelta en los Países Bajos (la denominada guerra de los Países Bajos) y temerosos ante una posible traición, volvieron a incitar una rebelión contra Catalina, que fue avisada a tiempo y terminó por enemistarse definitivamente con los protestantes. Esta segunda guerra concluyó con el Tratado de Longjumean (también llamado Tratado o Edicto de Amboise, de marzo de 1568), que confirmaba lo acordado cinco años antes. Pero ambas partes siguieron levantadas en armas durante el verano, y el intento de Catalina de detener a sus líderes en el mes de agosto provocó un conflicto que continuó hasta agosto de 1570, cuando el Tratado de Saint-Germain-en-Laye permitió a los hugonotes ratificar los términos de Amboise, así como el derecho de guarnecer cuatro fortificaciones, lo que ponía en entredicho la autoridad real sobre todo el territorio francés.

EL CONFLICTO DESDE 1571 HASTA 1577Carlos IX tomó la iniciativa en 1571. Con la esperanza de remediar los enfrentamientos en la

corte, propició el matrimonio de su hermana Margarita de Valois con su pariente hugonote Enrique de Navarra, e intentó desviar las tensiones internas hacia los Países Bajos, donde esperaba que el apoyo a Guillermo de Orange-Nassau (que estaba preparando una rebelión contra las tropas españolas del duque

25

Page 26: Resumen de Moderna 2

de Alba) facilitara la unión de católicos y protestantes. Dicho plan fue obstaculizado por los Guisa y por Catalina de Medici, pero el líder hugonote Gaspard de Coligny preparó su propia actuación en los Países Bajos en el verano de 1572, que sólo pudo ser frenada por un intento de asesinato (22 de agosto). Carlos IX, apoyado por su madre y por los católicos, y asustado por los rumores de una conspiración protestante, ordenó la matanza de los líderes hugonotes que habían llegado a París para presenciar la boda de su hermana con Enrique de Navarra. Coligny fue asesinado, y el baño de sangre no tardó en extenderse por París y por otras ciudades, causando la muerte de miles de personas y muchas más conversiones forzosas al catolicismo, entre ellas las de Enrique de Navarra y el hijo de Condé. Este suceso, que tuvo lugar el 24 de agosto de 1572, pasó a ser conocido como la Noche de San Bartolomé.

La matanza provocó otra guerra, durante la cual las ciudades hugonotes de Languedoc formaron una federación independiente, que tomó el control de la provincia. Tras fracasar en el sitio de la ciudad protestante de La Rochela, se alcanzó el acuerdo de Boulogne (1573), ampliando la libertad de culto en algunas villas. Muchos católicos moderados (politiques) también fueron perseguidos durante la matanza, y en la primavera de 1574 se descubrió una intriga politique que pretendía secuestrar al Rey y a su madre. Carlos murió en mayo de 1574, pero su hermano Enrique III prosiguió la guerra contra los hugonotes, los cuales recibieron el apoyo de varios nobles politiques e incluso de protestantes alemanes.

El Edicto de Beaulieu, otorgado por el Rey en mayo de 1576, puso de manifiesto la fuerza de los rebeldes, ya que los hugonotes consiguieron libertad de culto en todas las ciudades, salvo París, así como el derecho de guarnición de ocho fortalezas. Los extremistas católicos, que, encabezados por la familia Guisa, rechazaban los acuerdos de Beaulieu, formaron la denominada Liga Santa, que contó con el apoyo de Enrique III. La sexta guerra de religión obligó a los hugonotes, tras el Tratado de Bergerac (septiembre de 1577), a aceptar una vuelta a los términos de 1570.

EL REINADO DE ENRIQUE IVLa autoridad real se desintegró en unos pocos años, debido a que un gran número de nobles y de

facciones religiosas trataron de favorecer sus propios intereses, al mismo tiempo que los campesinos demostraron su descontento mediante una serie de levantamientos. Los problemas llegaron a su punto culminante en junio de 1584, cuando Enrique III reconoció como legítimo heredero a Enrique de Navarra, que había abjurado de su obligada conversión al catolicismo tras la matanza de la Noche de San Bartolomé. Los Guisa volvieron a formar la Liga Santa y se aseguraron el apoyo de España y del Papado, con el fin de conseguir la exclusión de Enrique de Navarra de la sucesión. Enrique III se unió a la Liga Santa en julio de 1585, pero sus miembros desconfiaban de él, ya que la única forma de que pudiera mantener algún tipo de independencia era evitando que cualquiera de las dos partes lograra una victoria rotunda. Trató de enfrentarse a los miembros de la Liga Santa, en París, en mayo de 1588, pero el pueblo expulsó a sus tropas suizas y se puso de parte de la Liga, actitud que imitaron otras ciudades. La humillación real provocó que el monarca nombrara a Enrique I de Guisa lugarteniente general de los ejércitos reales y garantizara que su sucesor no sería un hereje. La ruptura con los católicos fue definitiva cuando el Rey ordenó el asesinato de Enrique I de Guisa, máximo dirigente de la Liga Santa, en diciembre de 1588.

Esta acción provocó el levantamiento de las principales ciudades contra el Rey, que se vio obligado a firmar una alianza con los hugonotes. Cuando el rey Enrique III fue asesinado por un fraile miembro de la Liga Santa, en agosto de 1589, Enrique de Navarra accedió al trono con el nombre de Enrique IV. El nombramiento de un hugonote hizo que algunos de los politiques abandonaran el ejército de los hugonotes, y que los miembros de la Liga Santa recibieran apoyo de las tropas españolas desde los Países Bajos; pero la posición de la Liga se vio debilitada por su incapacidad para elegir un candidato católico para el trono. La cuestión iba a ser resuelta en la asamblea general de la Liga de 1593, pero las rivalidades internas y la definitiva conversión del rey Enrique IV al catolicismo en el mes de mayo impidieron solucionar el problema. Aunque muchos dudaron de la sinceridad de la conversión de Enrique IV, el país estaba cansado de padecer guerras y rebeliones campesinas, y durante los dos años siguientes las ciudades y los nobles defensores de la Liga se rindieron o juraron lealtad a la monarquía. En marzo de 1594, Enrique IV entró en París, pero aún hubo de aguardar cuatro años para hacer efectivo su control en el territorio. Primero reprimió un importante levantamiento campesino en el suroeste y después se enfrentó a los españoles en Bretaña y a lo largo de la frontera noreste, consolidando el final del conflicto mantenido contra aquéllos, en mayo de 1598, mediante la firma de la Paz de Vervins, que ponía fin a la intervención española en las guerras de Religión francesas.

EL EDICTO DE NANTESEl principal beneficiario del caos de finales del siglo XVI fue la monarquía, a la que recurrieron

todas las partes para escapar de la anarquía social. Esto permitió a Enrique IV crear las bases de un absolutismo real que perduró hasta la Revolución Francesa, iniciada en 1789.

26

Page 27: Resumen de Moderna 2

El único grupo que no siguió este camino fue el de los hugonotes, a quienes se concedió libertad de culto y la defensa de un gran número de ciudades fortificadas situadas al sur y al oeste de Francia, de acuerdo con los términos del Edicto de Nantes, de abril de 1598, que ponía fin a las guerras de Religión. Suponía una solución honrosa para los hugonotes, que veían, sin embargo, perdida la posibilidad de situar a Francia del lado de la Reforma protestante. Su aparente fuerza disfrazaba la realidad: se trataba de un movimiento confinado a una minoría aislada, cuyos privilegios políticos fueron finalmente abolidos en 1629 por el hijo de Enrique IV, Luís XIII, y que, en 1685, veía como el Edicto de Nantes era definitivamente revocado por el hijo de éste, Luís XIV.

4. EL PROTESTANTISMO EN LAS COLONIAS AMERICANAS Muchas de estas pequeñas sectas más radicales huyeron de la represión emigrando a América. Los primeros fueron los puritanos. Más tarde llegaron a Nueva Inglaterra los congregacionistas y los baptistas. A las colonias del centro de la costa occidental de lo que hoy es Estados Unidos llegó una gran variedad de facciones, entre las que estaban los luteranos, los menonitas y los anabaptistas. En las colonias del sur se instaló la Iglesia anglicana.

PIRATERIA Y COLONIALISMO EN EL ÁREA DEL CARIBE

Cuando el marino genovés Cristóbal Colón llegó al mar Caribe en 1492, su viaje abrió las puertas a procesos de colonialismo que darían lugar a profundos cambios en la historia universal. Colón, que buscaba una ruta occidental desde Europa hacia el sur y el este de Asia, encontró en su lugar un mundo desconocido para los europeos. Sus cuatro viajes trasatlánticos entre 1492 y 1502 sufragados por la monarquía española acabaron de forma efectiva con el aislamiento geográfico de las Américas. A los viajes de exploración de Colón hacia el hemisferio occidental le siguieron más tarde otras expediciones de conquistadores españoles, quienes, aún estando en clara minoría, lograron dominar imperios antaño poderosos. En una sola generación, gran número de indígenas americanos sucumbieron víctimas de las enfermedades llevadas a América por los europeos. La población autóctona americana no tenía una inmunidad natural frente a estas enfermedades, por lo que fue presa fácil de las mismas. Otros muchos de los que lograron sobrevivir cayeron en batallas, derrotados por la tecnología militar de los españoles, mucho más letal que la de los indígenas americanos del siglo XVI. Así comenzó el colonialismo atlántico, estableciéndose como precedente del colonialismo mundial.

En las islas del Caribe, fue donde se inició la colonización europea de territorios extranjeros, que más tarde caracterizaría el mundo moderno. Y de esta región aprendieron los diferentes estados europeos valiosas lecciones sobre el proceso colonial, lecciones que después aplicarían en otras partes del mundo, especialmente en Asia y en África durante el siglo XIX.

Entre 1492 y la segunda mitad del siglo XIX, época en la que quedó abolida la esclavitud de africanos en la mayor parte de América, la región caribeña sufrió una profunda transformación. Las islas del Caribe, en 1492 todavía muy aisladas de los demás continentes, se vieron cada vez más conectadas y con mayor protagonismo en la economía mundial atlántica.

Los habitantes originales de las islas (caribes, arawaks y lucayanos) casi desaparecieron. La llegada continua de inmigrantes europeos dio lugar a un asentamiento creciente en el Caribe que se realizó sin encontrar gran resistencia. Estos colonizadores europeos a menudo rechazaban el tipo de trabajo físico necesario para el desarrollo y el autoabastecimiento de las colonias. Razones de salud y climáticas dificultaron asimismo la residencia de los europeos en los trópicos. Los colonos resolvieron su problema de mano de obra trayendo esclavos africanos, lo que dio lugar a la aparición de sociedades multirraciales. La agricultura de subsistencia, la caza y la pesca fueron perdiendo preponderancia en la economía regional a medida que aumentaba en importancia la producción de azúcar. De hecho, la región se concentró tan fuertemente en el cultivo del azúcar que los alimentos que se necesitaban de forma más inmediata para abastecer a la población tenían que ser regularmente importados primero de Europa y, más tarde, de Norteamérica.

Tras los viajes de Colón bajo los auspicios de la corona española, pronto otros estados europeos pretendieron apoderarse de las islas caribeñas. A lo largo de varias décadas, las islas fueron reivindicadas por Inglaterra, Francia, España y los Países Bajos. Todas las colonias experimentaron procesos básicamente idénticos difiriendo únicamente en el momento o el grado de transformación de cada isla. Por lo tanto, puede considerarse que el colonialismo del Caribe y de otros lugares consta al menos de tres fases: implantación (o asentamiento), madurez y transición.

IMPLANTACIÓN

27

Page 28: Resumen de Moderna 2

El periodo de implantación comenzó con el primer viaje de Colón a América en 1492 y finalizó en algún momento a mediados del siglo XVII. Durante esta fase, los españoles exploraron la región, conquistaron los territorios que encontraban a su paso y sometieron a la población nativa americana existente. También comenzaron a extraer enormes cantidades de oro y plata en su mayoría de las minas de Sudamérica. Los ingleses, franceses y holandeses pronto siguieron a los españoles en esta región en un intento por evitar que los españoles acumularan demasiada riqueza con demasiada rapidez. En esa época Europa funcionaba con una economía mercantil.Uno de los principales principios del mercantilismo era que el lingote (oro o plata en forma de barra) representaba la medida de la riqueza y que sólo existía una cantidad fija del mismo en el mundo. Si la monarquía española poseía la totalidad de los metales preciosos producidos en América, los demás estados europeos ya no podrían competir.

Los primeros intentos por evitar que España se apoderase del total de las existencias de lingotes procedentes de los indígenas y de sus minas condujo a los europeos del norte a establecer la piratería. Los piratas intentaban capturar la riqueza que los españoles enviaban de vuelta a Europa en una flota anual o convoy. Si los piratas podían utilizar las islas del Caribe como base para lanzar los ataques sobre la flota española que transportaba los tesoros, evitarían que la corona española acumulase una cantidad excesiva de metales preciosos. A finales del siglo XVI y principios del siglo XVII muchas de las islas se convirtieron en bases desde donde los piratas atacaban los navíos españoles que volvían a Europa.

Los indígenas americanos que habían sobrevivido a las enfermedades dieron la bienvenida a los ataques de los piratas contra los españoles que habían traído al hemisferio la enfermedad y la destrucción. Además, los ataques de los piratas estaban aprobados extraoficialmente por las monarquías rivales de España, ya que de lo que se apoderaban los piratas al menos no iba a manos de los españoles. Los gobernantes del norte de Europa pensaban que, en última instancia, los piratas actuarían como consumidores y gastarían su botín, el cual finalmente acabaría llegando a las arcas europeas en una u otra forma. España protestaba a través de los canales diplomáticos europeos contra los constantes ataques de los piratas, pero sus quejas caían en saco roto. Las demás monarquías respondían que el Caribe se encontraba más allá de la línea, es decir, que las leyes y los tratados europeos no eran de aplicación en esta región.

Los propios piratas llevaban unas vidas peculiares y a veces mantenían unas prácticas sociales únicas. Algunos de ellos habían sido marineros al servicio de algún Estado europeo, mientras que otros simplemente pertenecían a las clases sociales y económicas más bajas y consideraban la piratería como una forma de mejorar sus condiciones materiales. Los piratas a lo ancho del Atlántico, incluida la región caribeña, compartían su riqueza de forma casi equitativa entre los miembros de su tripulación. Lógicamente el capitán y el primer oficial siempre recibían una parte mayor del botín, pero el resto era dividido a partes iguales entre el resto de la tripulación. Además, los piratas a menudo se compensaban entre sí cuando uno de ellos perdía una pierna u otra parte del cuerpo. Una vida aventurera esquilmando los navíos españoles suponía una cierta libertad y una mayor movilidad económica.

A medida que España se fue comportando de forma más agresiva para combatir la piratería, los europeos del norte comenzaron a establecer bases más estables en las islas del Caribe. Grupos de hombres (en aquella época las mujeres europeas eran desconocidas en la mayor parte del hemisferio occidental) comenzaron a cultivar alimentos y productos agrícolas en cantidad suficiente como para aprovisionar los barcos que surcaban la región. A finales del siglo XVI se producía tabaco y algodón en cantidad suficiente como para enviar a Europa lo que no se consumía en América. A medida que la demanda de estos productos iba creciendo, surgían modos más eficientes de producción, y a medida que los beneficios iban aumentando, llegaban más colonos europeos a la región con la idea, la mayoría de ellos, de hacer fortuna rápidamente y volver a Europa. Aunque los indígenas americanos hacía tiempo que se habían retirado a un par de enclaves remotos, los colonos europeos no conseguían encontrar esta región especialmente atractiva; tanto su clima cálido y húmedo como la exótica flora y fauna eran curiosidades que debían soportarse sólo el tiempo estrictamente necesario. Trabajar la tierra bajo el tórrido sol ya era suficientemente duro, y crear instituciones culturales semejantes a las europeas (colegios, teatros, periódicos, etc.) resultaba realmente impensable.

Es decir, los europeos del norte, al igual que sus predecesores españoles, no estaban dispuestos a trabajar cuando se establecían en las islas del Caribe, pero sí deseaban aumentar la productividad agrícola y, con ello, su rentabilidad. La solución incipiente empujó a los colonos a la siguiente fase de colonización. En el Caribe el colonialismo maduro descansaba prácticamente sobre las espaldas de los esclavos importados de África. Y en otras partes del mundo, después de la abolición de la esclavitud por parte de los europeos, las colonias maduras descansaban sobre una mano de obra formalmente libre pero en realidad casi siempre forzada, para la producción y extracción de los recursos para el mercado.

MADUREZ

28

Page 29: Resumen de Moderna 2

El colonialismo maduro en el Caribe duró poco más de 100 años, desde mediados del siglo XVII hasta cerca de 1770. Las sociedades coloniales maduras operaban manteniendo su propio y amplio equilibrio. Durante este tiempo, las colonias crecieron de forma visible en cuanto a población, producción y comercio. Los tratantes de esclavos y sus clientes obligaron a cerca de 12 millones de africanos a cruzar el Atlántico para trabajar como esclavos permanentes, de los cuales entre 10 y 11 millones lograron llegar a América y el resto falleció durante la travesía. La mayor parte de los esclavos que llegaron vivos después del viaje fueron vendidos para trabajar en una economía que primaba la producción de azúcar y excluía prácticamente el resto de las cosechas. A medida que evolucionó la economía del azúcar, las colonias fueron aumentando el número de leyes y endureciendo su actitud frente a los africanos. También aumentó la población de raza mixta, lo que indica que los hombres europeos a menudo tenían hijos con mujeres africanas o nativas americanas. Finalmente, se desarrollaron patrones permanentes de competencia mercantilista entre Europa y sus colonias americanas. La rivalidad comercial, los corsarios (piratería oficialmente aprobada por los gobiernos en tiempos de guerra) así como los combates esporádicos eran frecuentes en toda la región. Las instituciones políticas europeas arraigaron en la zona del Caribe. Casi todas las colonias de las islas tenían un gobierno compuesto por representantes designados por el gobernador o elegidos por los residentes que poseían suficientes tierras como para tener derecho a voto. Aunque el poder político y económico real seguían residiendo en Europa, los terratenientes blancos del Caribe comenzaron a tener cada vez más control sobre los asuntos de interés local. Estos mismos patrones económicos y sociales se repitieron más tarde en las colonias europeas de todo el mundo.

La colonia del periodo de madurez en el Caribe, ya fuera británica, francesa o española, se centraba principalmente en la producción de la caña de azúcar. El propio azúcar era, al menos inicialmente, relativamente raro en Europa y sólo los ciudadanos más ricos podían permitirse el lujo de importarlo de las regiones productoras de azúcar del Mediterráneo oriental. Los portugueses fueron los primeros en traer el azúcar al hemisferio occidental desde sus rentables plantaciones de sus colonias en Brasil. El azúcar fue introducido en muchas islas del Caribe por los holandeses, expulsados de Brasil en la década de 1650 tras competir durante un breve periodo de tiempo con los portugueses por el control de la colonia.

La producción de azúcar pudo haber sido una propuesta cara que requería gran cantidad de mano de obra para plantar, cortar, aplastar y hervir la caña. Al principio, los plantadores utilizaban mano de obra europea barata, generalmente personas que aceptaban trabajar por un periodo de tiempo determinado a cambio de obtener un pasaje a las Américas y alojamiento y manutención gratuitos. Sin embargo, pronto muchos trabajadores europeos se negaron a desplazarse a las Indias Occidentales (Antillas) porque las enfermedades tropicales estaban acabando con gran cantidad de colonos europeos y sólo eran pocos los que aceptaban cruzar el Atlántico para realizar el trabajo agotador del cultivo del azúcar. Durante la segunda mitad del siglo XVII, las islas del Caribe desarrollaron una economía de plantaciones a gran escala en las que los esclavos africanos constituían la mayor parte de la mano de obra. Estos esclavos africanos, que procedían de países tropicales, eran inmunes a muchas de las enfermedades que afectaban a los trabajadores europeos. A diferencia de los trabajadores contratados por un periodo de tiempo fijo, los esclavos podían ser forzados a trabajar hasta que caían exhaustos. De esta forma fueron apareciendo en las islas del Caribe grandes poblaciones con mayoría africana. De hecho, durante el periodo colonial de madurez en lugares como Jamaica la relación entre negros y blancos era de diez contra uno.

Con el tiempo, el número de esclavos africanos que cruzaban el Atlántico fue aumentando, pasando de una media de 16.000 al año en el siglo XVII a una media de aproximadamente 70.000 al año en el siglo XVIII. El auge de la trata de esclavos a través del Atlántico tuvo lugar en el siglo XVIII, coincidiendo lógicamente con el auge de la producción de azúcar. La Norteamérica británica recibió solamente el 5% del total de esclavos que llegaban a América; el Caribe británico, por el contrario, recibió el 21% de llegadas, por detrás sólo del Brasil portugués, que alcanzó un 37 por ciento. Las zonas del Caribe español, francés y holandés también recibieron un número importante de esclavos importados del oeste de África. Los esclavos, capturados por tratantes de esclavos africanos, eran vendidos a tratantes europeos que intentaban ampliar su negocio al máximo entre los grupos de tratantes de esclavos africanos para garantizar así una disponibilidad de suministro de cautivos para la economía de plantaciones en desarrollo y evitar que un proveedor africano se hiciese con más poder que los demás.

Mientras que la producción del azúcar ocupaba la vida cotidiana de los esclavos, los beneficios de la producción de azúcar impulsaban la creciente economía atlántica. El azúcar era embarcado en el Caribe para ser vendido de forma rentable en Europa y Norteamérica. El consumo del azúcar aumentó rápidamente, siendo necesario aumentar el cultivo de tierras en el Caribe y, con ello, la mano de obra de esclavos africanos. El azúcar se estaba convirtiendo en un producto imprescindible en las dietas europeas y americanas. El crecimiento de las plantaciones hizo necesario recurrir asimismo a trabajadores y profesionales no africanos. Doctores, abogados, comerciantes, tenedores de libros, administradores de

29

Page 30: Resumen de Moderna 2

tierras y taberneros, todos ellos encontraron una oportunidad para mejorar su estatus socioeconómico trabajando en las islas del Caribe. Durante la fase colonial madura, cambió el tipo de europeos que emigraban al Caribe: antes, la emigración había sido principalmente de hombres empobrecidos, pero ahora se trataba de individuos educados de clase media. Estos nuevos inmigrantes buscaban hacer fortuna en las plantaciones para adquirir una propiedad en el Caribe. Una vez alcanzada esta meta, su intención era volver a Europa, dejando el calor y la humedad tras de sí. Esta visión generalizada se mantuvo asimismo posteriormente en los asentamientos coloniales de Asia y África.

El aumento de esclavos produjo una diversidad ocupacional de los residentes europeos en la región. Muchos de ellos lograron aumentar sus beneficios, lo que les permitió volver a su país con una cierta fortuna. Otros, en cambio, a pesar de atender sus negocios con esmero no consiguieron obtener la recompensa buscada. La aspiración de muchos residentes blancos del Caribe era volver a Europa, lo que hizo que el desarrollo de las instituciones locales fuera bastante lento. Los periódicos hicieron su aparición en las capitales, por lo general ciudades portuarias, pero no llegaron a otras zonas. Las iglesias con frecuencia tenían ministros por lo general ausentes y los teatros y cabarets surgieron antes que las escuelas. De hecho, los niños eran enviados a Europa para ser educados allí, aunque en algunos casos se contrataban tutores para que les impartiesen una formación particular. Sin embargo, a finales del periodo colonial maduro cada vez más residentes en las islas habían visto frustrarse sus planes de abandonar el Caribe y se resignaron a permanecer en el trópico. En este momento, comenzó a surgir una sociedad cada vez más similar a la europea.

En el Caribe, el estatus socioeconómico dependía en parte de la clasificación racial. Aunque eran los esclavos africanos quienes habían levantado la economía, desde el punto de vista social los de raza mixta se encontraban por lo general entre ellos y los blancos europeos. Entre los emigrantes a esta región había un número mucho mayor de hombres que de mujeres y, además, todas las islas tenían una mayoría de habitantes de raza negra, de forma que los europeos del Caribe reconocieron a sus hijos de raza mixta y les dieron un estatus social más elevado. A finales de la fase colonial madura se había desarrollado una jerarquía socioeconómica bastante compleja basada, al menos en parte, en el color de la piel. Por el contrario, en Norteamérica, cualquier persona de origen negro era considerada, por lo general, como esclavo. Esto sugiere que las islas del Caribe estaban desarrollando una sociedad compleja cada vez más similar a la sociedad europea, es decir, más estratificada por clases, con categorías ocupacionales fijas de las cuales la gente raramente podía salirse. También existía un pequeño grupo de plantadores muy ricos y un grupo muy amplio de esclavos—en otras palabras, un orden social que recordaba la relación entre los aristócratas y los campesinos en Europa. Lo que diferenciaba a la sociedad caribeña de la europea era que el sistema de clases caribeño estaba basado en la raza.

TRANSICIÓNEl periodo de transición comenzó en la década de 1770 y en la mayoría de los lugares duró hasta

mediados del siglo XIX, al abolirse la esclavitud en el Caribe (en 1886 en el caso cubano). Este periodo puede ser considerado como la génesis del Caribe actual. Durante las décadas de 1780 y 1790 aumentó en Europa la lucha contra la esclavitud. Gran Bretaña abolió la trata de esclavos en 1807 y a continuación presionó a otros estados europeos para que hicieran lo mismo. Los plantadores de las islas lucharon por mantener la esclavitud que les había permitido vivir desahogadamente, pero sin éxito. El gobierno británico acordó compensar a los colonos por la pérdida de sus esclavos y abolió la esclavitud en 1834. Los franceses hicieron lo mismo en la década de 1840 (para entonces, la zona de dominación colonial francesa en la isla de La Española ya se había convertido en la nación independiente de Haití, de forma que la abolición francesa afectó principalmente a Martinica y Guadalupe). Los españoles mantuvieron la esclavitud en Cuba hasta la década de 1880. Cuando los esclavos (hombres y mujeres) se vieron libres, la mayoría decidió abandonar las plantaciones de azúcar. Además, el desarrollo de la remolacha azucarera en Europa había permitido producir azúcar en el propio continente. El coste de la caña aumentó y la demanda continuó bajando. Los esclavos liberados se vieron incapaces de ganar suficiente dinero como para mejorar las condiciones materiales de sus vidas. Los niveles de vida bajaron incluso con el gobierno colonial. Además, los plantadores blancos consolidaron su influencia sobre el poder político y, por lo general, no permitían la participación en la política de personas de origen no europeo. Después de la abolición, no hubo un aumento apreciable en cuanto a igualdad racial.

A mediados del siglo XIX, los estados europeos tenían puesta casi toda su atención en Asia y África. En estos lugares repitieron el proceso desarrollado en el Caribe, aunque algo modificado. Habían aprendido que construir sociedades desde la base era difícil, por lo que muchas naciones europeas se situaron por encima de las estructuras locales existentes, dejando a los líderes locales en sus puestos aunque con una autoridad reducida. Al mismo tiempo, los colonizadores europeos intentaron extraer un beneficio máximo para su propio desarrollo económico, cada vez más global. La antigua zona colonial del Caribe había producido grandes beneficios a algunos y había presenciado la creación de sociedades donde

30

Page 31: Resumen de Moderna 2

residían africanos, europeos y algunos indígenas americanos; sin embargo, ahora había dejado de ser el centro de las aventuras colonizadoras europeas. Los residentes del Caribe de todas las razas se vieron obligados a tratar con una economía dependiente de un producto que presentaba una demanda decreciente. Los beneficios disminuían y aquellos con menor poder adquisitivo eran los que más sufrían. Un proceso similar se produjo en África y Asia cuando en ambos continentes tuvo lugar la descolonización durante las tres décadas siguientes a 1945. La colonización europea del mundo llevó problemas y beneficios a las sociedades no europeas, pero no pudo garantizar un aumento constante del nivel de vida ni una vida política o económica más estable para estas sociedades.

LA ESCLAVITUD EN LA ERA MODERNA La exploración de las costas de África, el descubrimiento de América en el siglo XV y su

colonización en los tres siglos siguientes, impulsó de forma considerable el comercio moderno de esclavos. Desde mediados del siglo XV hasta la década de 1870, entre 11 y 13 millones de africanos fueron exportados hacia América; entre un 15 y un 20% murieron durante las travesías y en torno a 10 millones fueron esclavizados en los países de destino.

Portugal, que necesitaba trabajadores para el campo, fue el primer país europeo que cubrió su demanda de trabajo con la importación de esclavos. Los portugueses iniciaron esta práctica en 1444, y en 1460 importaban cada año de 700 a 800 esclavos procedentes de diferentes puntos de la costa africana. Éstos eran capturados por otros africanos y transportados a la costa occidental de África. Pronto España imitó esta práctica, aunque durante más de un siglo Portugal siguió monopolizando el comercio. Durante el siglo XV, los comerciantes árabes del norte de África enviaban esclavos de África central a los mercados de Arabia, Irán y la India.

En el siglo XVI, los conquistadores españoles obligaron a los jóvenes indígenas a cultivar grandes plantaciones y trabajar en las minas. Los indígenas no estaban acostumbrados a vivir como esclavos y no podían sobrevivir en estas condiciones, en parte debido a su falta de inmunización contra las enfermedades europeas y a las duras condiciones de trabajo. Aun así, Bartolomé de Las Casas denunció la existencia de unos 3 millones de esclavos indígenas en Nueva España y Centroamérica. Por su parte, Motolinía sostuvo que no superaban los 200.000 los indígenas reducidos a la esclavitud. El derrumbe de las poblaciones indígenas, total en las Antillas y parcial en el continente americano, provocó el aumento del número de esclavos. Fueron numerosos los jóvenes indígenas que murieron a causa de la rudeza de los trabajos, por lo que se optó por importar a las colonias españolas esclavos africanos que se creía podrían soportar mejor el trabajo forzado.

El rey de España Carlos I estableció en 1517 un sistema de concesiones a particulares para introducir y vender esclavos africanos en América. A mediados del siglo XVI, la esclavitud indígena como institución jurídica desapareció en Nueva España. Surgieron otras modalidades, como el endeudamiento o la encomienda. La esclavitud a partir de entonces afectaría sólo a los negros africanos. La llegada masiva de esclavos africanos a Brasil se inició en la segunda mitad del siglo XVI, pero ya en 1501 se registró su presencia en Santo Domingo, Puerto Rico, Cuba y Jamaica, donde entraban al año unos 4.000 africanos. La concesión de derechos en el tráfico de esclavos fue siempre una prerrogativa real.

A finales del siglo XVI, El Reino Unido empezó a competir por el derecho a abastecer de esclavos a las colonias españolas, detentado hasta entonces por Portugal, Francia, Holanda y Dinamarca. En 1713, la British South Sea Company consiguió el derecho exclusivo de suministro de esclavos a estas colonias. Los primeros esclavos africanos llegaron a Jamestown (Virginia) en 1619 de manos de los primeros corsarios ingleses; los esclavos estaban sujetos a la llamada ‘servidumbre limitada’, una situación legal propia de los siervos blancos, negros e indígenas, que era precursora de la esclavitud en la mayoría de las colonias inglesas del Nuevo Mundo.

Con el desarrollo del sistema de plantaciones en las colonias del sur, el número de esclavos africanos importados aumentó considerablemente en la segunda mitad del siglo XVII. A medida que fueron adquiriendo una mayor relevancia (especialmente en el sur, donde eran considerados fundamentales para la economía y la sociedad) se hizo necesario modificar la legislación correspondiente. Durante la guerra de la Independencia estadounidense (1776-1783) eran esclavos en el más amplio sentido de la palabra, con una legislación que definía claramente su situación legal, política y social

UNIDAD Nº 2LAS NUEVAS IDEAS

BOLILLA Nº 61. MODERNIDAD Y DESARROLLO CIENTIFICO

Durante el renacimiento, se hicieron progresos en medicina y anatomía, especialmente tras la traducción, en los siglos XV y XVI, de numerosos trabajos de Hipócrates y Galeno; también fueron

31

Page 32: Resumen de Moderna 2

traducidos en el siglo XVI algunos de los más avanzados tratados griegos sobre matemáticas. Entre los avances realizados destacaron la solución de ecuaciones cúbicas y la innovadora astronomía de Nicolás Copérnico, Tycho Brahe y Johannes Kepler. A finales del siglo XVI, Galileo ya había dado un paso fundamental al aplicar modelos matemáticos a la física. La geografía se transformó gracias a los conocimientos empíricos adquiridos a través de las exploraciones y los descubrimientos de nuevos continentes y por las primeras traducciones de las obras de Tolomeo y Estrabón.

En el campo de la tecnología, la invención de la imprenta en el siglo XV revolucionó la difusión de los conocimientos. La imprenta incrementó el número de ejemplares, ofreció a los eruditos textos idénticos con los que trabajar y convirtió el trabajo intelectual en una labor colectiva. El uso de la pólvora transformó las tácticas militares entre los años 1450 y 1550, favoreciendo el desarrollo de la artillería, que mostró sus efectos devastadores contra los muros de piedra de castillos y ciudades. El ejército medieval, encabezado por la caballería y apoyado por arqueros, fue reemplazado progresivamente por la infantería, provista de armas de fuego y picas; tales fuerzas formaron los primeros ejércitos permanentes de Europa.

2. COPERNICO. GALILEO. KEPLERNICOLAS COPERNICO

INTRODUCCIÓNNicolás Copérnico (1473-1543), astrónomo polaco, conocido por su teoría según la cual el Sol se

encontraba en el centro del Universo y la Tierra, que giraba una vez al día sobre su eje, completaba cada año una vuelta alrededor de él. Este sistema recibió el nombre de heliocéntrico o centrado en el Sol.

INFANCIA Y EDUCACIÓNCopérnico nació el 19 de febrero de 1473 en la ciudad de Thorn (hoy Toru), en el seno de una

familia de comerciantes y funcionarios municipales. El tío materno de Copérnico, el obispo Ukasz Watzenrode, se ocupó de que su sobrino recibiera una sólida educación en las mejores universidades. Copérnico ingresó en la Universidad de Cracovia en 1491, donde comenzó a estudiar la carrera de humanidades; poco tiempo después se trasladó a Italia para estudiar derecho y medicina. En enero de 1497, Copérnico empezó a estudiar derecho canónico en la Universidad de Bolonia, alojándose en casa de un profesor de matemáticas llamado Domenico Maria de Novara, que influiría en sus inquietudes. Este profesor, uno de los primeros críticos sobre la exactitud de la Geografía del astrónomo del siglo II Tolomeo, contribuyó al interés de Copérnico por la geografía y la astronomía. Juntos observaron el 9 de marzo de 1497 la ocultación (eclipse a causa de la Luna) de la estrella Aldebarán.

En 1500, Copérnico se doctoró en astronomía en Roma. Al año siguiente obtuvo permiso para estudiar medicina en Padua (la universidad donde dio clases Galileo, casi un siglo después). Sin haber acabado sus estudios de medicina, se licenció en derecho canónico en la Universidad de Ferrara en 1503 y regresó a Polonia.

REGRESO A POLONIACopérnico vivió en el palacio episcopal de su tío en Lidzbark Warminski entre 1503 y 1510, y

trabajó en la administración de la diócesis y en las actividades contra los caballeros de la Orden Teutónica. Allí publicó su primer libro, una traducción del latín de cartas de ética de un autor bizantino del siglo VII, Teofilatos de Simocata. Entre 1507 y 1515 escribió un tratado breve de astronomía, De hypothesibus motuum coelestium a se constitutis commentariolus (más conocido como el Commentariolus), que no se publicaría hasta el siglo XIX. En esta obra sentó las bases de su nueva astronomía de concepción heliocéntrica.

Después de su traslado a Frauenburgo, en 1512, Copérnico tomó parte en la comisión del quinto Concilio Laterano para la reforma del calendario (1515); escribió un tratado sobre el dinero (1517) y empezó a trabajar en su obra principal, De revolutionibus orbium caelestium (Sobre las revoluciones de los cuerpos celestes), que culminó en 1530 y fue publicada el 24 de mayo de 1543, poco antes de su muerte, por un editor luterano en Nuremberg, Alemania.

LA COSMOLOGÍA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVILa cosmología anterior a la teoría de Copérnico postulaba un universo geocéntrico en el que la

Tierra se encontraba estática en el centro del mismo, rodeada de esferas que giraban a su alrededor. Dentro de estas esferas se encontraban (ordenados de dentro hacia afuera): la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter, Saturno y, finalmente, la esfera exterior en la que estaban las llamadas estrellas fijas.

Se pensaba que esta esfera exterior fluctuaba lentamente y producía el efecto de los equinoccios.En la antigüedad era difícil de explicar por cosmólogos y filósofos el movimiento aparentemente

retrógrado de Marte, Júpiter y Saturno. En ocasiones, el movimiento de estos planetas en el cielo parecía detenerse, comenzando a moverse después en sentido contrario. Para poder explicar este fenómeno, los

32

Page 33: Resumen de Moderna 2

cosmólogos medievales pensaron que los planetas giraban en un círculo que llamaban epiciclo, y el centro de cada epiciclo giraba alrededor de la Tierra, trazando lo que denominaban una trayectoria deferente.

EL SISTEMA DE COPÉRNICO Y SU INFLUENCIALa teoría de Copérnico establecía que la Tierra giraba sobre sí misma una vez al día, y que una

vez al año daba una vuelta completa alrededor del Sol. Además afirmaba que la Tierra, en su movimiento rotatorio, se inclinaba sobre su eje (como un trompo). Sin embargo, aún mantenía algunos principios de la antigua cosmología, como la idea de las esferas dentro de las cuales se encontraban los planetas y la esfera exterior donde estaban inmóviles las estrellas. Por otra parte, esta teoría heliocéntrica tenía la ventaja de poder explicar los cambios diarios y anuales del Sol y las estrellas, así como el aparente movimiento retrógrado de Marte, Júpiter y Saturno, y la razón por la que Venus y Mercurio nunca se alejaban más allá de una distancia determinada del Sol. Esta teoría también sostenía que la esfera exterior de las estrellas fijas era estacionaria.

Una de las aportaciones del sistema de Copérnico era el nuevo orden de alineación de los planetas según sus periodos de rotación. A diferencia de la teoría de Tolomeo, Copérnico vio que cuanto mayor era el radio de la órbita de un planeta, más tiempo tardaba en dar una vuelta completa alrededor del Sol. Pero en el siglo XVI, la idea de que la Tierra se movía no era fácil de aceptar y, aunque parte de su teoría fue admitida, la base principal fue rechazada.

Entre 1543 y 1600 Copérnico contó con muy pocos seguidores. Fue objeto de numerosas críticas, en especial de la Iglesia, por negar que la Tierra fuera el centro del Universo. La mayoría de sus seguidores servían a la corte de reyes, príncipes y emperadores. Los más importantes fueron Galileo y el astrónomo alemán Johannes Kepler, que a menudo discutían sobre sus respectivas interpretaciones de la teoría de Copérnico. El astrónomo danés Tycho Brahe llegó, en 1588, a una posición intermedia, según la cual la Tierra permanecía estática y el resto de los planetas giraban alrededor del Sol, que a su vez giraba también alrededor de la Tierra.

Con posterioridad a la supresión de la teoría de Copérnico, tras el juicio eclesiástico a Galileo en 1633, que lo condenó por corroborar su teoría, algunos filósofos jesuitas la siguieron en secreto. Otros adoptaron el modelo geocéntrico y heliocéntrico de Brahe. En el siglo XVII, con el auge de las teorías de Isaac Newton sobre la fuerza de la gravedad, la mayoría de los pensadores en Gran Bretaña, Francia, Países Bajos y Dinamarca aceptaron a Copérnico. Los filósofos puros de otros países de Europa mantuvieron duras posturas contra él durante otro siglo más.

GALILEO GALILEIINTRODUCCIÓN

Galileo (Galileo Galilei) (1564-1642), físico y astrónomo italiano que, junto con el astrónomo alemán Johannes Kepler, comenzó la revolución científica que culminó con la obra del físico inglés Isaac Newton. Su nombre completo era Galileo Galilei, y su principal contribución a la astronomía fue el uso del telescopio para la observación y descubrimiento de las manchas solares, valles y montañas lunares, los cuatro satélites mayores de Júpiter y las fases de Venus. En el campo de la física descubrió las leyes que rigen la caída de los cuerpos y el movimiento de los proyectiles. En la historia de la cultura, Galileo se ha convertido en el símbolo de la lucha contra la autoridad y de la libertad en la investigación.

Nació cerca de Pisa el 15 de febrero de 1564. Su padre, Vincenzo Galilei, ocupó un lugar destacado en la revolución musical que supuso el paso de la polifonía medieval a la modulación armónica. Del mismo modo que Vincenzo consideraba que las teorías rígidas impedían la evolución hacia nuevas formas musicales, su hijo mayor veía la teología física de Aristóteles como un freno a la investigación científica. Galileo estudió con los monjes en Vallombroso y en 1581 ingresó en la Universidad de Pisa para estudiar medicina. Al poco tiempo cambió sus estudios de medicina por la filosofía y las matemáticas, abandonando la universidad en 1585 sin haber llegado a obtener el título. Durante un tiempo dio clases particulares y escribió sobre hidrostática y el movimiento natural, pero no llegó a publicar nada. En 1589 trabajó como profesor de matemáticas en Pisa, donde se dice que demostró ante sus alumnos el error de Aristóteles, que afirmaba que la velocidad de caída de los cuerpos era proporcional a su peso, dejando caer desde la torre inclinada de esta ciudad dos objetos de pesos diferentes. En 1592 no le renovaron su contrato, posiblemente por oponerse a la filosofía aristotélica. Ese mismo año fue admitido en la cátedra de matemáticas de la Universidad de Padua, donde permaneció hasta 1610.

LOS GRANDES DESCUBRIMIENTOSEn Padua, Galileo inventó un “compás” de cálculo que resolvía problemas prácticos de

matemáticas. De la física especulativa pasó a dedicarse a las mediciones precisas, descubrió las leyes de la caída de los cuerpos y de la trayectoria parabólica de los proyectiles, estudió el movimiento del péndulo e investigó la mecánica y la resistencia de los materiales. Apenas mostraba interés por la

33

Page 34: Resumen de Moderna 2

astronomía, aunque a partir de 1595 se inclinó por la teoría de Copérnico, que sostenía que la Tierra giraba alrededor del Sol desechando el modelo de Aristóteles y Tolomeo en el que los planetas giraban alrededor de una Tierra estacionaria. Solamente la concepción de Copérnico apoyaba la teoría de las mareas de Galileo, que se basaba en el movimiento de la Tierra. En 1609 oyó decir que en los Países Bajos habían inventado un telescopio. En agosto de ese año presentó al duque de Venecia un telescopio de una potencia similar a los modernos gemelos o binoculares. Su contribución en las operaciones navales y marítimas le supuso duplicar sus ingresos y la concesión del cargo vitalicio de profesor.

En diciembre de 1609 Galileo había construido un telescopio de veinte aumentos, con el que descubrió montañas y cráteres en la Luna. También observó que la Vía Láctea estaba compuesta por estrellas y descubrió los cuatro satélites mayores de Júpiter. En marzo de 1610 publicó estos descubrimientos en El mensajero de los astros. Su fama le valió el ser nombrado matemático de la corte de Florencia, donde quedó libre de sus responsabilidades académicas y pudo dedicarse a investigar y escribir. En diciembre de 1610 pudo observar las fases de Venus, que contradecían la astronomía de Tolomeo y confirmaban su aceptación de las teorías de Copérnico.

CONTROVERSIA Y CONDENA ECLESIÁSTICALos profesores de filosofía se burlaron de los descubrimientos de Galileo, dado que Aristóteles

había afirmado que en el cielo sólo podía haber cuerpos perfectamente esféricos y que no era posible que apareciera nada nuevo. También discrepaba Galileo de los profesores de Florencia y Pisa sobre la hidrostática, y en 1612 publicó un libro sobre cuerpos en flotación. Como respuesta, aparecieron inmediatamente cuatro publicaciones que atacaban a Galileo y rechazaban su física. En 1613 escribió un tratado sobre las manchas solares y anticipó la supremacía de la teoría de Copérnico. En su ausencia, un profesor de Pisa le dijo a la familia de los Médicis (que gobernaban Florencia y mantenían a Galileo) que la creencia de que la Tierra se movía constituía una herejía. En 1614, un sacerdote florentino denunció desde el púlpito a Galileo y a sus seguidores. Éste escribió entonces una extensa carta abierta sobre la irrelevancia de los pasajes bíblicos en los razonamientos científicos, sosteniendo que la interpretación de la Biblia debería ir adaptándose a los nuevos conocimientos y que ninguna posición científica debería convertirse en artículo de fe de la Iglesia católica.

A principios de 1616, los libros de Copérnico fueron censurados por un edicto, y el cardenal jesuita Roberto Belarmino dio instrucciones a Galileo para que no defendiera la teoría de que la Tierra se movía. El cardenal Belarmino le había avisado previamente de que sólo tuviera en cuenta sus ideas como hipótesis de trabajo e investigación, sin tomar literalmente los conceptos de Copérnico como verdades y sin tratar de aproximarlos a lo escrito en la Biblia. Galileo guardó silencio sobre el tema durante algunos años y se dedicó a investigar un método para determinar la latitud y longitud en el mar basándose en sus predicciones sobre las posiciones de los satélites de Júpiter, así como a resumir sus primeros trabajos sobre la caída de los cuerpos y a exponer sus puntos de vista sobre el razonamiento científico en una obra sobre los cometas, El ensayador (1623).

En 1624 Galileo empezó a escribir un libro que quiso titular Diálogo sobre las mareas, en el que abordaba las hipótesis de Tolomeo y Copérnico respecto a este fenómeno. En 1630 el libro obtuvo la licencia de los censores de la Iglesia católica de Roma, pero le cambiaron el título por Diálogo sobre los sistemas máximos, publicado en Florencia en 1632. A pesar de haber obtenido dos licencias oficiales, Galileo fue llamado a Roma por la Inquisición a fin de procesarle bajo la acusación de “sospecha grave de herejía”. Este cargo se basaba en un informe según el cual se le había prohibido en 1616 hablar o escribir sobre el sistema de Copérnico. El cardenal Belarmino había muerto, pero Galileo facilitó un certificado con la firma del cardenal, según el cual no sufriría en el futuro ninguna otra restricción que no fueran las que para todo católico romano contenía un edicto de 1616. Este escrito no pudo ser rebatido por ningún documento, pero Galileo fue obligado a abjurar en 1633 y se le condenó a prisión perpetua (condena que le fue conmutada por arresto domiciliario). Los ejemplares del Diálogo fueron quemados y la sentencia fue leída públicamente en todas las universidades.

FIGURA CUMBRE DE LA CIENCIALa última obra de Galileo, Consideraciones y demostraciones matemáticas sobre dos ciencias

nuevas relacionadas con la mecánica, publicada en Leiden en 1638, revisa y afina sus primeros estudios sobre el movimiento y los principios de la mecánica en general. Este libro abrió el camino que llevó a Newton a formular la ley de la gravitación universal, que armonizó las leyes de Kepler sobre los planetas con las matemáticas y la física de Galileo.

La contribución más importante de Galileo a la ciencia fue su descubrimiento de la física de las mediciones precisas, más que los principios metafísicos y la lógica formal. Sin embargo, tuvieron más influencia sus libros El mensajero de los astros y el Diálogo, que abrieron nuevos campos en la

34

Page 35: Resumen de Moderna 2

astronomía. Más allá de su labor científica, Galileo destaca como defensor de una investigación libre de interferencias filosóficas y teológicas. Desde la publicación de la documentación completa del juicio contra Galileo en 1870, toda la responsabilidad de la condena a Galileo ha recaído tradicionalmente sobre la Iglesia católica de Roma, encubriendo la responsabilidad de los profesores de filosofía que persuadieron a los teólogos de que los descubrimientos de Galileo eran heréticos. Juan Pablo II abrió en 1979 una investigación sobre la condena eclesiástica del astrónomo para su posible revisión. En octubre de 1992, una comisión papal reconoció el error del Vaticano.

JOHANNES KEPLERJ ohannes Kepler (1571-1630), astrónomo y filósofo alemán, famoso por formular y verificar las tres leyes del movimiento planetario conocidas como leyes de Kepler.

Kepler nació el 27 de diciembre de 1571, en Weil der Stadt, en Württemberg, y estudió teología y clásicas en la Universidad de Tübingen. Allí le influenció un profesor de matemáticas, Michael Maestlin, partidario de la teoría heliocéntrica del movimiento planetario desarrollada en principio por el astrónomo polaco Nicolás Copérnico. Kepler aceptó inmediatamente la teoría copernicana al creer que la simplicidad de su ordenamiento planetario tenía que haber sido el plan de Dios. En 1594, cuando Kepler dejó Tübingen y marchó a Graz (Austria), elaboró una hipótesis geométrica compleja para explicar las distancias entre las órbitas planetarias —órbitas que se consideraban circulares erróneamente. (Posteriormente, Kepler dedujo que las órbitas de los planetas son elípticas; sin embargo, estos primeros cálculos sólo coinciden en un 5% con la realidad.) Kepler planteó que el Sol ejerce una fuerza que disminuye de forma inversamente proporcional a la distancia e impulsa a los planetas alrededor de sus órbitas. Publicó sus teorías en un tratado titulado Mysterium Cosmographicum en 1596. Esta obra es importante porque presentaba la primera demostración amplia y convincente de las ventajas geométricas de la teoría copernicana.

Kepler fue profesor de astronomía y matemáticas en la Universidad de Graz desde 1594 hasta 1600, cuando se convirtió en ayudante del astrónomo danés Tycho Brahe en su observatorio de Praga. A la muerte de Brahe en 1601, Kepler asumió su cargo como matemático imperial y astrónomo de la corte del emperador Rodolfo II. Una de sus obras más importantes durante este periodo fue Astronomía nova (1609), la gran culminación de sus cuidadosos esfuerzos para calcular la órbita de Marte. Este tratado contiene la exposición de dos de las llamadas leyes de Kepler sobre el movimiento planetario. Según la primera ley, los planetas giran en órbitas elípticas con el Sol en un foco. La segunda, o regla del área, afirma que una línea imaginaria desde el Sol a un planeta recorre áreas iguales de una elipse durante intervalos iguales de tiempo. En otras palabras, un planeta girará con mayor velocidad cuanto más cerca se encuentre del Sol.

En 1612 Kepler se hizo matemático de los estados de la Alta Austria. Mientras vivía en Linz, publicó su Harmonices mundi, Libri (1619), cuya sección final contiene otro descubrimiento sobre el movimiento planetario (tercera ley): la relación del cubo de la distancia media (o promedio) de un planeta al Sol y el cuadrado del periodo de revolución del planeta es una constante y es la misma para todos los planetas.

Hacia la misma época publicó un libro, Epitome astronomiae copernicanae (1618-1621), que reúne todos los descubrimientos de Kepler en un solo tomo. Igualmente importante fue el primer libro de texto de astronomía basado en los principios copernicanos, y durante las tres décadas siguientes tuvo una influencia capital convirtiendo a muchos astrónomos al copernicanismo kepleriano.

La última obra importante aparecida en vida de Kepler fueron las Tablas rudolfinas (1625). Basándose en los datos de Brahe, las nuevas tablas del movimiento planetario reducen los errores medios de la posición real de un planeta de 5 ° a 10'. El matemático y físico inglés Isaac Newton se basó en las teorías y observaciones de Kepler para formular su ley de la gravitación universal.

Kepler también realizó aportaciones en el campo de la óptica y desarrolló un sistema infinitesimal en matemáticas, que fue un antecesor del cálculo.Murió el 15 de noviembre de 1630 en Regensburg.

3. ISAAC NEWTONFIGURA CUMBRE DE LA CIENCIA

Isaac Newton (1642-1727), matemático y físico británico, considerado uno de los más grandes científicos de la historia, que hizo importantes aportaciones en muchos campos de la ciencia. Sus descubrimientos y teorías sirvieron de base a la mayor parte de los avances científicos desarrollados desde su época. Newton fue, junto al matemático alemán Gottfried Wilhelm Leibniz, uno de los inventores de la rama de las matemáticas denominada cálculo. También resolvió cuestiones relativas a la luz y la óptica, formuló las leyes del movimiento y dedujo a partir de ellas la ley de la gravitación universal.

35

Page 36: Resumen de Moderna 2

Nació el 25 de diciembre de 1642 (según el calendario juliano vigente entonces; el 4 de enero de 1643, según el calendario gregoriano vigente en la actualidad), en Woolsthorpe, Lincolnshire. Cuando tenía tres años, su madre viuda se volvió a casar y lo dejó al cuidado de su abuela. Al enviudar por segunda vez, decidió enviarlo a una escuela primaria en Grantham. En el verano de 1661 ingresó en el Trinity College de la Universidad de Cambridge y en 1665 recibió su título de bachiller.

Después de una interrupción de casi dos años provocada por una epidemia de peste, Newton volvió al Trinity College, donde le nombraron becario en 1667. Recibió el título de profesor en 1668. Durante esa época se dedicó al estudio e investigación de los últimos avances en matemáticas y a la filosofía natural, que consideraba la naturaleza como un organismo de mecánica compleja. Casi inmediatamente realizó descubrimientos fundamentales que le fueron de gran utilidad en su carrera científica.

EL MÉTODO DE LAS FLUXIONESNewton obtuvo en el campo de las matemáticas sus mayores logros. Generalizó los métodos que

se habían utilizado para trazar líneas tangentes a curvas y para calcular el área bajo una curva, y descubrió que los dos procedimientos eran operaciones inversas. Uniéndolos en lo que él llamó el método de las fluxiones, Newton desarrolló en el otoño de 1666 lo que se conoce hoy como cálculo, un método nuevo y poderoso que situó a las matemáticas modernas por encima del nivel de la geometría griega.

Aunque Newton fue su inventor, no introdujo el cálculo en las matemáticas europeas. En 1675 Leibniz llegó de forma independiente al mismo método, al que llamó cálculo diferencial; su publicación hizo que Leibniz recibiera en exclusividad los elogios por el desarrollo de ese método, hasta 1704, año en que Newton publicó una exposición detallada del método de fluxiones, superando sus reticencias a divulgar sus investigaciones y descubrimientos por temor a ser criticado. Sin embargo, sus conocimientos trascendieron de manera que en 1669 obtuvo la cátedra Lucasiana de matemáticas en la Universidad de Cambridge.

ÓPTICALa óptica fue otra área por la que Newton demostró interés muy pronto. Al tratar de explicar la

forma en que surgen los colores llegó a la idea de que la luz del Sol es una mezcla heterogénea de rayos diferentes —representando cada uno de ellos un color distinto— y que las reflexiones y refracciones hacen que los colores aparezcan al separar la mezcla en sus componentes. Newton demostró su teoría de los colores haciendo pasar un rayo de luz solar a través de un prisma, el cual dividió el rayo de luz en colores independientes.

En 1672 Newton envió una breve exposición de su teoría de los colores a la Royal Society de Londres. Su publicación provocó tantas críticas que confirmaron su recelo a las publicaciones, por lo que se retiró a la soledad de su estudio en Cambridge. En 1704, sin embargo, publicó su obra Óptica, en la que explicaba detalladamente su teoría.

LOS PRINCIPIOS En agosto de 1684 la soledad de Newton se vio interrumpida por la visita de Edmund Halley, un

astrónomo y matemático con el que discutió el problema del movimiento orbital. Newton había estudiado la ciencia de la mecánica como estudiante universitario y en esa época ya tenía ciertas nociones básicas sobre la gravitación universal. Como resultado de la visita de Halley, volvió a interesarse por estos temas.

Durante los dos años y medio siguientes, Newton estableció la ciencia moderna de la dinámica formulando las tres leyes del movimiento. Aplicó estas leyes a las leyes de Kepler sobre movimiento orbital y dedujo la ley de la gravitación universal. Probablemente, Newton es conocido sobre todo por su descubrimiento de la gravitación universal, que muestra cómo a todos los cuerpos en el espacio y en la Tierra les afecta la fuerza llamada gravedad. Publicó su teoría en Principios matemáticos de la filosofía natural (1687), obra que marcó un punto de inflexión en la historia de la ciencia, y con la que perdió el temor a publicar sus teorías.

La aparición de Principios también implicó a Newton en un desagradable episodio con el filósofo y físico Robert Hooke. En 1687 Hooke afirmó que Newton le había robado la idea central del libro: que los cuerpos se atraen recíprocamente con una fuerza que varía inversamente al cuadrado de la distancia entre ellos. Sin embargo, la mayor parte de los historiadores no aceptan los cargos de plagio de Hooke.

En el mismo año de 1687, Newton apoyó la resistencia de Cambridge contra los intentos del rey Jacobo II de Inglaterra por convertir la universidad en una institución católica. Después de la Revolución Gloriosa de 1688, que expulsó a Jacobo II de Inglaterra, la universidad eligió a Newton como uno de sus representantes en una convocatoria especial del Parlamento británico. Los cuatro años siguientes fueron de gran actividad para Newton, que animado por el éxito de Principios, trató de compendiar todos sus

36

Page 37: Resumen de Moderna 2

primeros logros en una obra escrita. En el verano de 1693 Newton mostró síntomas de una severa enfermedad emocional. Aunque recuperó la salud, su periodo creativo había llegado a su fin.

Las conexiones de Newton con los dirigentes del nuevo régimen de Inglaterra le llevaron a su nombramiento como inspector y más tarde director de la Casa de la Moneda en Londres, donde vivió hasta 1696. En 1703 fue elegido presidente de la Royal Society, un cargo que ocupó hasta el final de su vida. Como presidente, ordenó la inmediata publicación de las observaciones astronómicas del primer astrónomo real de Inglaterra John Flamsteed. Newton necesitaba estas observaciones para perfeccionar su teoría lunar; este tema le ocasionó ciertos conflictos con Flamsteed.

Newton también se implicó en una violenta discusión con Leibniz acerca de la prioridad de la invención del cálculo. Utilizó su cargo de presidente de la Royal Society para que se formara una comisión que investigara el tema, y él, en secreto, escribió el informe de la comisión que hacía a Leibniz responsable del plagio. Newton incluso recopiló la relación de acusaciones que esta institución había publicado. Los efectos de la disputa se alargaron casi hasta su muerte.

Además de su interés por la ciencia, Newton también se sintió atraído por el estudio de la alquimia, el misticismo y la teología. Muchas páginas de sus notas y escritos —especialmente en los últimos años de su carrera— están dedicadas a estos temas. Sin embargo, los historiadores han encontrado poca relación entre estas inquietudes y sus trabajos científicos.

BOLILLA Nº 61. RENÉ DESCARTES. EL RECURSO DEL MÉTODO

INTRODUCCIÓNEl filósofo, matemático y científico francés René Descartes publicó en 1637 Ensayos filosóficos.

En el prólogo de dicha obra, que llevaba por título Discurso del método, Descartes pretendió buscar un método que le permitiera alcanzar la certeza y un nuevo fundamento de la racionalidad. Para ello, aplicó la investigación racional de la ciencia a la filosofía y concluyó que lo único que el individuo puede afirmar de forma cierta es su propia existencia, argumento que pasaría a la historia: “Cogito, ergo sum” (“Pienso, luego existo”).

EL MÉTODO FILOSÓFICO DE DESCARTESHabía estudiado un poco, cuando era más joven, de entre las partes de la filosofía, la lógica, y de

las matemáticas, el análisis de los geómetras y el álgebra, tres artes o ciencias que al parecer debían contribuir en algo a mi propósito. Pero, al examinarlas atentamente, advertí con relación a la lógica que sus silogismos y la mayor parte de sus preceptos sirven más para explicar a otro cuestiones ya sabidas o incluso, como el arte de Lulio, para hablar sin juicio de las que se ignoran, que para investigar las que desconocemos. Y si bien contiene, en efecto, muchos preceptos que son muy buenos y verdaderos, hay sin embargo, mezclados con ellos, tantos otros perjudiciales o bien superfluos, que es casi tan difícil separarlos como sacar una Diana o una Minerva de un bloque de mármol en el que ni siquiera hay algo esbozado. En lo que concierne, por otra parte, al análisis de los antiguos y al álgebra de los modernos, además de que no se refieren sino a materias muy abstractas, que parecen carecer de todo uso, el primero está siempre tan circunscrito a la consideración de las figuras, que no permite ejercitar el entendimiento sin fatigar excesivamente la imaginación; y en la segunda, hay que sujetarse tanto a ciertas reglas y cifras, que se ha convertido en un arte confuso y oscuro, bueno para enredar el ingenio, en lugar de una ciencia que lo cultive. Tal fue la causa por la que pensé que había que buscar algún otro método que, reuniendo las ventajas de los otros tres, estuviera exento de sus defectos. Y como la multiplicidad de leyes a menudo sirve de excusa para los vicios, de tal forma que un Estado está mucho mejor regido cuando no existen más que unas pocas, pero muy estrictamente observadas, así también, en lugar del gran número de preceptos de los que la lógica está repleta, estimé que tendría suficiente con los cuatro siguientes, con tal de que tomase la firme y constante resolución de no dejar de observarlos ni una sola vez.

El primero consistía en no admitir jamás cosa alguna como verdadera sin haber conocido con evidencia que así era; es decir, evitar con sumo cuidado la precipitación y la prevención, y no admitir en mis juicios nada más que lo que se presentase tan clara y distintamente a mi espíritu, que no tuviese motivo alguno para ponerlo en duda.

El segundo, en dividir cada una de las dificultades a examinar en tantas partes como fuera posible y necesario para su mejor solución.

El tercero, en conducir con orden mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ascender poco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento de los más complejos, y suponiendo incluso un orden entre aquéllos que no se preceden naturalmente unos a otros.

Y el último, en hacer en todo enumeraciones tan completas y revisiones tan amplias, que llegase a estar seguro de no haber omitido nada.

37

Page 38: Resumen de Moderna 2

DISCURSO DEL MÉTODOINTRODUCCIÓN

Discurso del método, principal obra escrita por el filósofo francés René Descartes. Constituía, en realidad, el prólogo a otros tres tratados (Dióptrica, Geometría y Meteoros), publicados en 1637 bajo el título conjunto de Ensayos filosóficos y que comenzaron a ser editados de forma independiente a partir del siglo XIX. Escrita en francés, el título Discurso del método (en francés, Discours de la méthode), por el que es conocida, es la forma abreviada del que constituía el original de la obra, Discours de la méthode pour bien conduire la raison et chercher la vérité dans les sciènces (Discurso del método para guiar bien la razón y buscar la verdad en las ciencias).

SIGNIFICADOEl hecho de que el Discurso estuviera escrito en lengua francesa rompía con la tradición que

hacía del latín la lengua culta. Inauguraba así una nueva forma de comunicación que sería fundamental para la formación de las llamadas escuelas filosóficas nacionales y que elevaría la lengua vernácula a medio adecuado para expresar la complejidad de la investigación filosófica.

Pese a su brevedad, el autor expuso en ella de forma paradigmática algunos de los principios esenciales de su filosofía y planteó temas que serían posteriormente desarrollados en otros ensayos suyos. El Discurso del método es, en cierto sentido, una de las primeras obras de la filosofía moderna. Defendía el nuevo espíritu científico que comenzaba a reinar en Europa y que supuso el abandono de los principios de la filosofía escolástica medieval. En especial, planteaba la necesidad de fomentar una actitud de investigación libre, alejada de los argumentos de autoridad y de los excesos especulativos propios de la decadente tradición escolástica que se enseñaba todavía en las universidades. Asimismo, cabe señalar que en esta obra Descartes asumió plenamente los principios de la nueva ciencia y del valor de la deducción matemática iniciados por las investigaciones de Nicolás Copérnico y Galileo y que llevaron a una sustancial modificación de la conciencia y del saber europeos. De alguna manera, Descartes cumplió en filosofía lo que Galileo hizo en la física, y la figura de éste siempre estuvo presente en las investigaciones de aquél.

CONTENIDOEl Discurso del método está integrado por seis partes diferentes. La primera constituye una

peculiar autobiografía intelectual, al tiempo que realiza una rotunda crítica de las ciencias y de la filosofía de su tiempo, reconociendo tan sólo el valor de las matemáticas y de la introspección personal. La segunda parte es la más famosa de la obra: Descartes busca en ella un nuevo método que le permita alcanzar la certeza y un nuevo fundamento de racionalidad. Para ello emplea el procedimiento de la duda hasta encontrar la única verdad de la que puede estar cierto: el famoso argumento “Cogito, ergo sum” (“Pienso, luego existo”). También expone las cuatro reglas principales de su nuevo método, que destaca el valor de la simplicidad y el orden deductivo frente a toda nueva cuestión.

En la tercera parte expone la aplicación de su método al ámbito de la acción humana y describe la llamada “moral provisional”, que deja entrever un importante influjo del estoicismo. La cuarta describe algunos elementos de la aplicación del método, llegando a la formulación del yo como “sustancia pensante” y de la existencia de Dios como garante de toda verdad; muchos de los temas de esta parte serían ampliados en una obra posterior, titulada Meditaciones metafísicas (1641). La quinta parte del Discurso se centra en algunos elementos de la concepción de la materia y del mundo; es en ella donde Descartes se plantea la visión mecanicista del Universo y suscribe las tesis de Galileo, así como el valor de la física y de las matemáticas como medios de conocimiento del mundo material. La sexta y última supone un análisis de la investigación científica en general y en ella el autor confía en la necesidad de una comunidad científica que permita extender los conocimientos, así como en la necesidad de cultivar la salud del propio cuerpo para poder pensar adecuadamente

2. EL ESTADO MONARQUICO CENTRALIZADO. LUIS XIVABSOLUTISMO

Absolutismo, sistema político en el que se confiere todo el poder a un solo individuo o a un grupo. Hoy el término se asocia casi en exclusiva con el gobierno de un dictador. Se considera el polo opuesto al gobierno constitucional de sistemas democráticos. El absolutismo se diferencia de éstos en el poder ilimitado que reivindica el autócrata, en contraste con las limitaciones constitucionales impuestas a los jefes de Estado de los países democráticos.

El desarrollo del absolutismo moderno comenzó con el nacimiento de los Estados nacionales europeos hacia el final del siglo XV y se prolongó durante más de 200 años. El mejor ejemplo se encuentra, quizá, en el reinado de Luis XIV de Francia (1643-1715). Su declaración "L'Etat, c'est moi" ("El Estado soy yo") resume con precisión el concepto del derecho divino de los reyes. Una serie de

38

Page 39: Resumen de Moderna 2

revoluciones que comenzó en Inglaterra (1688) fue forzando poco a poco a los monarcas de Europa a entregar su poder a los gobiernos parlamentarios.

A finales del siglo XV, Francia había superado las divisiones territoriales de su pasado feudal y se convirtió en una monarquía nacional que incorporaba la mayoría de los territorios comprendidos entre los Pirineos y el canal de la Mancha. La estructura social estaba todavía dominada por la nobleza terrateniente y la tierra seguía siendo la fuente de riqueza principal. Sin embargo, en la mitad del siglo siguiente, la paz interna, el aumento de la población, la afluencia a Europa de oro y plata traídos de América por los españoles y los trabajos públicos del gobierno estimularon el crecimiento de la economía, que elevó la posición social de los grandes comerciantes, los banqueros y los cobradores de impuestos. Por otra parte, la nobleza, dependiente de las rentas monetarias fijas y de las deudas, vio cómo la inflación amenazaba su poder económico y su posición social.

Los tres primeros monarcas del periodo —Carlos VIII, Luis XII y Francisco I— aprovecharon el fuerte crecimiento de la nación y la estabilidad interna para reclamar por las armas el reino de Nápoles y el Milanesado. En la década de 1520, las guerras italianas se convirtieron en una larga disputa entre Francia y la dinastía de los Habsburgo reinantes en España y Austria, un enfrentamiento que continuó de forma intermitente durante un siglo y medio. Las guerras italianas terminaron finalmente con la Paz de Cateau-Cambrésis (1559), negociada por el hijo de Francisco I, Enrique II, que reinó desde 1547 hasta 1559. Francia renunció a todas sus pretensiones en Italia, pero consiguió tres territorios estratégicamente localizados en su frontera oriental: los obispados de Metz, Toul y Verdún.

FRANCISCO I Francisco I incrementó significativamente tanto el poder como el prestigio de Francia. Gobernó

de forma personal y nunca convocó a los Estados Generales. Según el Concordato de Bolonia (1516), negociado con el papa León X, el rey francés alcanzó la prerrogativa de nombrar todos los obispos y otros cargos beneficiados de la Iglesia, asegurándose de ese modo un clero manejable. En 1539 excluyó el latín de los actos jurídicos e impuso el uso exclusivo del francés. Francisco I fue un destacado mecenas que hizo florecer el arte renacentista francés y la educación.

LAS GUERRAS DE RELIGIÓN El aumento de la población, sin el correspondiente aumento en la producción, y la inflación

monetaria llevó a la mayoría del pueblo a la pobreza. La Reforma protestante, que se extendió desde Alemania durante el reinado de Francisco I, había atraído a muchos seguidores; pero en las décadas de 1540 y de 1550 los postulados y doctrinas de Juan Calvino desarrollaron en Francia una forma peculiar del protestantismo, y consiguió el apoyo de muchos seguidores entre la nobleza y el pueblo llano. Enrique II consideró el calvinismo una amenaza a la autoridad real e intentó acabar con él. Bajo el reinado de sus tres hijos, que le sucedieron, las guerras de Religión, donde se mezclaron conflictos religiosos, políticos y dinásticos, desgarraron el país. El fanatismo religioso de los combatientes y la brutalidad de los mercenarios hicieron que en la guerra fueran habituales los saqueos, la crueldad y las atrocidades.

EL RÉGIMEN DE CATALINA DE MEDICI A la muerte de Enrique II en 1559, subió al trono su hijo de 15 años de edad Francisco II, que

sucedió a su padre sólo durante dos años, 1559 y 1560. A Francisco le sucedió su hermano de 13 años, Carlos IX, que reinó hasta 1574. La reina madre, Catalina de Medici, fue la gobernante virtual durante casi todo este tiempo y continuó influyendo en el reinado de su tercer hijo, Enrique III (1574-1589). La principal preocupación de Catalina consistió en defender la autoridad real de sus hijos, comprometida por los enfrentamientos entre católicos y hugonotes. En este contexto se produjo la famosa masacre de la Noche de San Bartolomé, que tuvo lugar en París en agosto de 1572, cuando los católicos, aprovechando una reunión de dirigentes protestantes y sus numerosos seguidores, les atacaron asesinando a unas 2.000 personas.

EL ASCENSO DE ENRIQUE DE NAVARRA El último hermano de Enrique III murió en 1584 y Enrique de Navarra, descendiente de Luis IX

y dirigente de los hugonotes, pasó a ser el heredero del trono. Rechazado por la perspectiva de ser un rey herético, algunos de los miembros del partido católico conspiraron para impedir esta sucesión mediante la sustitución del rey Enrique III por Enrique I de Guisa, dirigente de la Liga Santa. Alertado sobre esto, Enrique III convocó a Enrique de Guisa a una reunión de los Estados Generales en Blois en 1588, donde éste fue asesinado. Al año siguiente el propio rey Enrique III —el último de la dinastía de los Valois— cayó víctima de la espada de un asesino.

Enrique de Navarra, como heredero legal, ascendió al trono con el nombre de Enrique IV de Francia, pero de hecho sólo fue reconocido por los hugonotes. Tuvo que defender sus pretensiones al

39

Page 40: Resumen de Moderna 2

trono ante la Liga Santa y sus aliados españoles, que ocuparon París. Enrique IV comprendió que, aunque él y sus seguidores fueran protestantes por convicción, la mayoría de los franceses seguían siendo fieles católicos, por lo que en 1593 se convirtió públicamente al catolicismo. Al año siguiente fue coronado en la catedral de Chartres y, poco después, le dieron la bienvenida en París, donde se dice que exclamó: “París bien vale una misa”. Así se estableció la dinastía de los Borbones en el trono francés.

FRANCIA BAJO LOS BORBONES En 1598, con la expulsión de las últimas tropas españolas del territorio francés, finalizó el largo

periodo de guerra. En el mismo año, Enrique IV intentó asegurar la paz interna en sus dominios, para lo que promulgó el Edicto de Nantes, que garantizaba la libertad de conciencia a todos sus súbditos, salvaguardaba la libertad de culto público para los hugonotes en fortalezas y poblados específicos, y les aseguraba la igualdad en el acceso a los cargos oficiales.

El reinado de Enrique IV, a partir de 1598, supuso para Francia un periodo de recuperación tras las guerras de Religión y el comienzo de un crecimiento económico renovado. La mayor parte de este periodo transcurrió en paz y las finanzas reales se restablecieron. En beneficio del campesinado, que suponía más del 90% de la población y que había sufrido los saqueos y la devastación de la guerra, Enrique anuló los atrasos debidos por arriendos y los impuestos sobre la tierra, prohibió que los acreedores embargaran el ganado o las herramientas, puso en venta las tierras públicas por debajo del precio de mercado y restringió los derechos de caza de los nobles sobre los campos cultivados. Para promover el comercio, construyó canales, dragó ríos y restauró y construyó puentes y carreteras. Atrajo a Francia a artesanos extranjeros para desarrollar nuevas industrias e introdujo el cultivo de las moreras, de las que se alimentan los gusanos de seda, para asegurar el abastecimiento de seda en bruto para la industria de este sector.

A finales de la primera década del siglo XVII, la economía era floreciente y la autoridad real estaba de nuevo firmemente establecida. Sin embargo, el clero católico se opuso a la tolerancia oficial hacia los hugonotes. En 1610 un religioso fanático (o un agente de los Habsburgo, el dato no es claro) asesinó al rey. Enrique, rechazado por su pueblo como herético en 1589, fue llorado por casi todos los franceses tras su muerte.

LUIS XIII Y EL CARDENAL RICHELIEU A Enrique le sucedió su hijo de nueve años de edad, Luis XIII. Durante los primeros 15 años de

su reinado, el país inició una regresión bajo la ineficaz dirección de la reina madre, María de Medici, y, después, bajo el indeciso gobierno de un joven e inexperto rey.

En 1624, Luis eligió como primer ministro al cardenal Richelieu, que fue el gobernante efectivo de Francia durante los siguientes 18 años. Las principales metas de Richelieu consistieron en eliminar a todos los rivales del poder real y contener las amenazas del extranjero.

Armand Jean du Plessis, cardenal Richelieu, logró acabar con el poder político de las grandes familias de Francia —hizo del rey un monarca absoluto— y convirtió a Francia en la primera potencia militar de Europa.

POLÍTICA INTERIOR Para acabar con el poder político de la nobleza, Richelieu ejecutó a varios de sus más eminentes

y peligrosos miembros, y derribó los castillos que podían ser utilizados como centros de resistencia. Para socavar su autoridad y asegurar el fiel desarrollo de la política real en las provincias, Richelieu dividió el país en 30 nuevos distritos administrativos y al frente de cada uno de ellos colocó a un intendente, un oficial real nombrado entre miembros leales de la clase media. Los intendentes asumieron gradualmente enormes poderes políticos, judiciales y financieros en sus distritos. A los hugonotes se les privó de ciertos privilegios garantizados por el Edicto de Nantes, pero no se cuestionó la libertad de culto.

Richelieu fomentó el desarrollo de la flota mercante, fundó compañías de comercio exterior y apoyó la expansión colonial. La colonización sistemática comenzó en Canadá y se establecieron las primeras factorías comerciales en África y en las Indias Occidentales. Para proteger el comercio y las colonias organizó la Armada francesa, construyendo una flota de galeras en el Mediterráneo y una flota de cuarenta veleros en el Atlántico.

La inflación, el aumento de los impuestos y, después de 1635, la devastación producida por los ejércitos invasores sumió a la mayoría del campesinado en una profunda miseria. Las revoluciones campesinas se sucedieron en Borgoña entre 1625 y 1630, en el sur entre 1636 y 1637, y en Normandía en 1639. Todas fueron duramente reprimidas.

POLÍTICA EXTERIOR

40

Page 41: Resumen de Moderna 2

Cuando Richelieu se convirtió en el primer ministro del rey en 1624, la guerra de los Treinta Años, conflicto civil y religioso surgido en los estados alemanes y que llegó a ser una guerra europea general, se encontraba en su primera década. En 1635, cuando parecía que los Habsburgo (que detentaban el poder del Sacro Imperio Romano Germánico) podían unificar toda Alemania bajo su mandato, Richelieu introdujo a Francia en la guerra como aliada de los protestantes suecos y holandeses contra los Habsburgo católicos. La Paz de Westfalia (1648) concedió la mayoría de Alsacia al reino de Francia, y aseguró la división de los territorios alemanes. Por la Paz de los Pirineos (1659), firmada con España, Francia consiguió Artois en el norte y el Rosellón en la frontera española. Las ambiciones de los Habsburgo habían sido bloqueadas y Francia salió de la guerra como la gran vencedora.

Richelieu murió en 1642 y Luis XIII en 1643, dejando el trono a su hijo de cinco años, Luis XIV.

MAZARINO Y LA FRONDA Giulio Mazarino El poderoso cardenal francés de origen italiano Giulio Mazarino gobernó el

reino durante la minoría de edad de Luis XIV.El protegido y sucesor de Richelieu como primer ministro, el cardenal Giulio Mazarino, continuó

la política de su predecesor, culminando de forma victoriosa la guerra con los Habsburgo y derrotando, en el interior, el primer esfuerzo coordinado de la aristocracia y la burguesía para invertir la concentración de poder en el rey realizada por Richelieu.

En 1648, el Parlamento de París, en alianza con los burgueses de la ciudad, protestó contra los elevados impuestos y, con el apoyo de los artesanos, hicieron estallar una rebelión contra la Corona, denominada La Fronda. Poco después de que finalizara, los nobles amotinados del sur se rebelaron y, antes de que la revolución fuera aplastada, una guerra civil arrasó de nuevo diversas zonas de Francia. A pesar de esto, la Fronda fracasó en su intento de impedir la centralización del poder y, hasta la década de 1780, los estamentos privilegiados no desafiaron de nuevo a la autoridad de la Corona.

LUIS XIV

INTRODUCCIÓNLuís XIV (1638-1715), rey de Francia (1643-1715), conocido como el Rey Sol, impuso el

absolutismo y emprendió una serie de guerras con el fin de dominar Europa. Su reinado, el más largo de toda la historia europea, se caracterizó por un gran desarrollo de la cultura francesa.

Perteneciente a la Casa de Borbón, era hijo del rey francés Luís XIII y de Ana de Austria, hija del monarca español Felipe III. Nació el 5 de septiembre de 1638, en Saint-Germain-en-Laye.

PRINCIPIO DE SU REINADOCuando en 1643 accedió al trono tras el fallecimiento de su padre, la esposa de éste, Ana de

Austria, con la ayuda de su principal ministro, el cardenal de origen italiano Giulio Mazarino, gobernó Francia como regente. Tuvo tutores amables pero mediocres que le proporcionaron una educación pobre que fue ampliada personalmente por su madre, desde postulados católicos. Mazarino le instruyó en las costumbres de la corte, la guerra y el arte de reinar. El conjunto de rebeliones en contra de la monarquía que tuvo lugar entre 1648 y 1653 y ha pasado a ser conocido como La Fronda convenció a Luis XIV de la necesidad de imponer orden, estabilidad y reformas en Francia, además de provocar en él una profunda desconfianza hacia la nobleza.

De acuerdo con la Paz de los Pirineos, firmada con España en 1659, contrajo matrimonio un año después con su prima, la infanta María Teresa de Austria, hija del rey español Felipe IV y de Isabel de Borbón. Cuando en 1661 murió Mazarino, Luís XIV sorprendió a Francia al negarse a designar un nuevo primer ministro; decidió gobernar sin la existencia de un jefe de ministros y en 1665 eligió como ministro dedicado al control general de las finanzas a Jean-Baptiste Colbert, quien favoreció la industria nacional y las exportaciones al mismo tiempo que desde 1669, con su nuevo cargo de secretario de Estado para la Marina, reconstruyó la Armada francesa.

A pesar de su libertina juventud, Luís XIV demostró ser un rey entregado a las labores de gobierno. Todos los lunes, miércoles y sábados presidía las reuniones de una junta en la que él y un grupo escogido de ministros formulaban políticas que afectaban a la vida de sus 20 millones de súbditos. Desarrolló dos nuevos y eficaces instrumentos de poder: un cuerpo de diplomáticos profesionales y un Ejército permanente. A partir de 1682 pasó casi todo su tiempo en la localidad de Versalles, cerca de París, donde desde 1661 había ordenado la construcción de un magnífico palacio que se convertiría en uno de los principales monumentos arquitectónicos europeos.

GUERRAS EXTERIORES

41

Page 42: Resumen de Moderna 2

En política exterior, el firme objetivo de Luís XIV fue el de engrandecer Francia, consolidar sus defensas en las fronteras septentrional y oriental e impedir cualquier incremento del dominio por parte de la Casa de Habsburgo, que anteriormente había amenazado a Francia desde dos frentes, debido al inmenso poder que ejercían sus miembros en tanto que reyes de España y emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico. En cuatro guerras demostró a toda Europa su habilidad como jefe militar. En 1667, alegando el derecho hereditario de su esposa (ius devolutionis o derecho de devolución), Luís invadió los Países Bajos españoles, con lo que dio comienzo la llamada guerra de Devolución. Sus rápidas victorias obligaron en 1668 a Inglaterra, las Provincias Unidas y Suecia a unirse en la Triple Alianza para frenar a Francia y dieron lugar al Tratado de Aquisgrán, firmado en mayo de ese año. Luís XIV obtuvo doce fortalezas en Flandes y no tardó en aislar a los holandeses negociando la neutralidad inglesa y sueca. En 1672 lanzó un ejército contra las Provincias Unidas, dando así comienzo a la denominada guerra de Holanda. Durante seis años los holandeses, con la ayuda de España y del Sacro Imperio, rechazaron los ataques franceses. Los tratados firmados en Nimega en 1678 y 1679 no le proporcionaron los territorios españoles en los Países Bajos, pero concedieron a Luís XIV la región del Franco Condado y más fortalezas en Flandes.

Al mismo tiempo que sus ejércitos combatían a los protestantes holandeses, Luís negaba la libertad religiosa a los protestantes de Francia (hugonotes) y reforzaba el control sobre el clero católico. En 1685, decidido a lograr la conversión de los hugonotes, revocó su carta de libertades, el Edicto de Nantes, y envió a más de 200.000 al exilio, lo que daría paso desde 1702 a la rebelión de los camisards. Aunque la revocación fue aplaudida por sus súbditos católicos, endureció sus relaciones con la Europa protestante.

De otro lado, en 1684, un año después de la muerte de la reina María Teresa de Austria, Luís contrajo matrimonio morganático con una mujer piadosa pero de pasado oscuro, Françoise d'Aubigné, marquesa de Maintenon, quien le instó para que contuviera la inmoralidad que reinaba en la corte.

Demasiado confiado y mal asesorado, envió un ejército a Renania en 1688 con el fin de reclamar el Palatinado para su cuñada, Isabel Carlota de Baviera. La consiguiente guerra de la Liga de Augsburgo puso de manifiesto las graves deficiencias del Ejército de Luís XIV. A pesar de que sus tropas devastaron Renania, la Paz de Ryswick, acordada en septiembre de 1697, no mejoró las defensas francesas ni incrementó la gloria de la monarquía. Al mismo tiempo, en 1689 se produjo la formación de la conocida como primera Gran Alianza, que, encabezada por el rey británico Guillermo III de Orange, vio reconocidos en los acuerdos firmados en Ryswick los principios que habían llevado a su creación.

La última empresa militar de Luís XIV, la guerra de Sucesión española (1702-1714), se debió al apoyo dado a su nieto, Felipe V, como rey de España. Los ejércitos franceses, enfrentados a una alianza de potencias europeas (la denominada segunda Gran Alianza), perdieron casi todas las grandes batallas, pero lograron que el trono español fuera ocupado por la Casa de Borbón en la persona de Felipe V. De hecho, el principal Tratado de Utrecht (1713), que otorgaba a los británicos varios territorios franceses en Norteamérica, también reconocía a Felipe V como rey de España. Luís XIV gobernó una Francia harta de guerras hasta que su salud se quebró en 1715. A pesar de padecer fiebre y gangrena, reunió las fuerzas necesarias para decir su célebre frase: “Yo me voy, Francia se queda”, antes de morir el 1 de septiembre de 1715, en Versalles. Le sucedió en el trono su bisnieto, Luís XV.

Luís XIV no logró poner fin a las tensiones entre una elite gobernante, entregada al trabajo, y una sociedad estamental, basada en privilegios hereditarios, lo cual explica muchos de los fracasos de su reinado. Sin embargo, su plena dedicación a las tareas de gobierno y su larga duración en el desempeño de la monarquía convirtieron a Francia en el modelo burocrático de la Europa absolutista del siglo XVIII.

EL ABSOLUTISMO DE LUIS XIV A la muerte del cardenal Mazarino en 1661, Luís XIV anunció que en lo sucesivo él sería su

propio primer ministro. Durante los siguientes 54 años, gobernó Francia personal y conscientemente, y se estableció a sí mismo como modelo del monarca absolutista que gobernaba por derecho divino.

A principios de su gobierno en solitario, Luís XIV estableció la estructura del estado absolutista. Organizó un número determinado de consejos consultivos y, para ejecutar sus instrucciones, los dotó de hombres capaces y completamente dependientes de su persona. La demanda de los parlamentos provinciales de un veto sobre los decretos reales se silenció totalmente. Los nobles potencialmente peligrosos, por ser descendientes de la antigua nobleza feudal, quedaron unidos a la corte a través de cargos prestigiosos pero de carácter ceremonial, que no les dejaban tiempo libre para su actividad política.

La burguesía se mantuvo políticamente satisfecha con la garantía de orden interno que le ofrecía el gobierno, el fomento activo del comercio y la industria y las oportunidades de hacer fortuna explotando los gastos del Estado.

LUIS XIV Y LA IGLESIA

42

Page 43: Resumen de Moderna 2

El rey, gracias al poder de nombrar a los obispos, consiguió un dominio firme sobre la jerarquía eclesiástica. El monarca gobernaba como representante de Dios en la tierra, y la obediencia del clero le proporcionó la justificación teológica de su derecho divino. Un movimiento disidente, el jansenismo, que se desarrolló en el siglo XVII, constituyó una amenaza política por el énfasis que daba a la supremacía de la conciencia individual, por lo que Luís luchó contra él desde sus comienzos.

MECENAZGO DE LAS ARTES El gran palacio que construyó Luís XIV en Versalles fue —y sigue siendo— incomparable en

tamaño y en magnificencia, un monumento de la arquitectura, pintura, escultura, diseño interior, jardinería y tecnología constructiva de Francia. Luís XIV fue un destacado mecenas de las artes. Intentó elevar el nivel cultural mediante la fundación de la Academia de Bellas Artes y la Academia Francesa en Roma; además, ayudó a los autores con aportaciones económicas y fomentó sus trabajos, nombrando a un surintendant (supervisor) de música para elevar la calidad de las composiciones y de los conciertos. Creó también la Academia de las Ciencias.

Similar a su búsqueda de gloria en la guerra fue su mecenazgo en el campo de las artes. Molière y Racine escribieron obras de teatro que fueron representadas en su corte. Las pinturas de maestros franceses, entre los que cabe mencionar a Hyacinthe Rigaud, decoraban sus palacios, donde la música de Jean Baptiste Lully amenizaba a sus invitados. Luís XIV fundó las academias de Pintura y Escultura (1655), de Ciencias (1666) y de Arquitectura (1671), y en 1680 creó la Comédie-Française. Su gran palacio de Versalles constituía el marco ideal para su lujosa corte.

El interés de Luís XIV por mejorar París le llevó a ordenar la demolición de las murallas medievales de la ciudad, la construcción de Los Inválidos (un hogar para veteranos de guerra), el diseño de los planos de la gran avenida de los Campos Elíseos y la restauración de la catedral de Notre Dame.

REGULACIÓN DE LA ECONOMÍA El ministro de Finanzas, Jean-Baptiste Colbert, fue el gran exponente de la era del

mercantilismo. Subvencionó a la industria, estableció aranceles para eliminar la competencia exterior y controles de calidad en la producción industrial, desarrolló mercados coloniales que fueron monopolizados por los comerciantes franceses, fundó compañías comerciales ultramarinas, reconstruyó la Armada y, en el interior, construyó carreteras, puentes y canales.

LA PERSECUCIÓN DE LOS HUGONOTES Antes de finalizar su reinado, los gastos de las guerras habían arruinado la mayor parte del

trabajo de Colbert en el ámbito económico y, en 1685, el rey asestó un golpe a la débil economía del Estado al revocar el Edicto de Nantes. Convencido de que la mayoría de los hugonotes se habían convertido al catolicismo, prohibió el culto público protestante, los predicadores fueron expulsados del país y se destruyeron sus centros de reunión. A pesar de la amenaza de elevadas multas, entre 200.000 y 300.000 hugonotes abandonaron Francia; la mayoría eran artesanos especializados, intelectuales y oficiales del ejército; en definitiva, valiosos súbditos que Francia no podía permitirse el lujo de perder.

LAS GUERRAS DE LUIS XIV Luís condujo a su país a cuatro guerras costosas. En todas ellas continuó la política de contener y

reducir el poder de los Habsburgo, extender las fronteras francesas hasta posiciones defendibles y conseguir ventajas económicas. Su ministro de Guerra, el marqués de Louvois, organizó un poderoso ejército de 300.000 hombres entrenados, disciplinados y bien equipados. En 1667, el monarca empleó este ejército para hacer valer su reclamación (basada en su matrimonio, en 1660, con María Teresa, hija del rey Felipe IV de España) sobre los Países Bajos españoles. Una hostil alianza de poderes marítimos le indujo a negociar un compromiso de paz en 1668. La recompensa francesa fueron once fortalezas en la frontera nororiental.

En 1672, las consideraciones estratégicas y económicas llevaron a Luís a atacar las Provincias Unidas (parte de los Países Bajos no sujeta a dominación española), donde pronto se enfrentaría no sólo con los holandeses, sino también con una poderosa coalición. Francia consiguió tras la Paz de Nimega (1678), que puso fin a la guerra, el Franco Condado en la frontera oriental y una docena de ciudades fortificadas en el sur de los Países Bajos.

En 1689, una alianza de poderes europeos, la Liga de Augsburgo, entró en guerra con Luís XIV para poner fin a su política de anexionar territorios adyacentes a ciudades conseguidas en tratados anteriores. Los ocho años de guerra terminaron con la Paz de Ryswick, acuerdo en el que ambas partes renunciaron a sus conquistas, aunque Francia retuvo la ciudad de Estrasburgo en Alsacia.

Los combatientes habían resuelto solucionar sus diferencias debido a que una nueva crisis internacional asomaba en el horizonte. Carlos II, rey de España, no tenía heredero directo. Un mes antes

43

Page 44: Resumen de Moderna 2

de su muerte, nombró para sucederlo al nieto de Luís XIV, Felipe de Anjou. Aunque Luís había defendido anteriormente la división de la herencia de la monarquía española, decidió apoyar la candidatura de su nieto a todo el territorio. Los otros estados europeos temieron las consecuencias de la gran extensión del poder de los Borbones que esto generaría, y se unieron en una coalición para evitarlo. La guerra de Sucesión española duró trece agotadores años. Al final, Luís consiguió su principal objetivo y su nieto se convirtió en rey de España con el nombre de Felipe V.

EL FIN DEL REINADO DE LUIS XIV La guerra, junto al frío invierno de 1709 y a una escasa cosecha, provocó en Francia numerosas

revueltas por la falta de alimentos y en demanda de reformas políticas y fiscales. Una epidemia de viruela que tuvo lugar entre 1711 y 1712 acabó con la vida de tres herederos al trono, dejando un único superviviente por línea directa, el biznieto de Luís, que tenía 5 años de edad. Luís XIV murió en Versalles el 1 de septiembre de 1715, tras 73 años de reinado.

BARROCO (ARTE Y ARQUITECTURA)1 INTRODUCCIÓN

Barroco (arte y arquitectura), estilo dominante en el arte y la arquitectura occidentales aproximadamente desde el año 1600 hasta el 1750. Sus características perduraron a lo largo de la primera mitad del siglo XVIII, si bien dicho periodo se denomina en ocasiones estilo rococó. Manifestaciones barrocas aparecen en el arte de prácticamente todos los países europeos, así como en las colonias españolas y portuguesas de América. El término barroco se aplica también a la literatura y la música de aquel periodo.

DEFINICIÓN Los orígenes de la palabra barroco no están claros. Podría derivar del portugués barocco o del

castellano barrueco, término que designa a un tipo de perlas de forma irregular. La palabra es un epíteto acuñado con posterioridad y con connotaciones negativas, que no define el estilo al que hace referencia. De cualquier modo, a finales del siglo XVIII el término barroco pasó a formar parte del vocabulario de la crítica de arte como una etiqueta para definir el estilo artístico del siglo XVII, que muchos críticos rechazaron después como demasiado estrafalario y exótico para merecer un estudio serio. Escritores como el historiador suizo Jakob Burckhardt, en el siglo XIX, lo consideraron el final decadente del renacimiento; su alumno Heinrich Wölfflin, en Conceptos fundamentales para la historia del arte (1915), fue el primero en señalar las diferencias fundamentales entre el arte del siglo XVI y el del XVII, afirmando que “el barroco no es ni el esplendor ni la decadencia del clasicismo, sino un arte totalmente diferente”.

El arte barroco engloba numerosas particularidades regionales. Podría parecer confuso, por ejemplo, clasificar como barrocos a dos artistas tan diferentes como Rembrandt y Gian Lorenzo Bernini; no obstante, y pese a las diferencias, su obra tiene indudables elementos en común propios del barroco, como la preocupación por el potencial dramático de la luz.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS La evolución del arte barroco, en todas sus formas, debe estudiarse dentro de su contexto

histórico. Desde el siglo XVI el conocimiento humano del mundo se amplió constantemente, y muchos descubrimientos científicos influyeron en el arte; las investigaciones que Galileo realizó sobre los planetas justifican la precisión astronómica que presentan muchas pinturas de la época. Hacia 1530, el astrónomo polaco Copérnico maduró su teoría sobre el movimiento de los planetas alrededor del Sol, y no de la Tierra como hasta entonces se creía; su obra, publicada en 1543, no fue completamente aceptada hasta después de 1600. La demostración de que la Tierra no era el centro del Universo coincide, en el arte, con el triunfo de la pintura de género paisajístico, desprovista de figuras humanas. El activo comercio y colonización de América y otras zonas geográficas por parte de los países europeos fomentó la descripción de numerosos lugares y culturas exóticas, desconocidos hasta ese momento.

La religión determinó muchas de las características del arte barroco. La Iglesia católica se convirtió en uno de los mecenas más influyentes, y la Contrarreforma, lanzada a combatir la difusión del protestantismo, contribuyó a la formación de un arte emocional, exaltado, dramático y naturalista, con un claro sentido de propagación de la fe. La austeridad propugnada por el protestantismo en lugares como Holanda y el norte de Alemania explica la sencillez arquitectónica que caracteriza a esas regiones.

Los acontecimientos políticos también tuvieron influencia en el mundo del arte. Las monarquías absolutas de Francia y España promocionaron la creación de obras que, con su grandiosidad y esplendor, reflejaran la majestad de Luís XIV y de la casa de Austria, en especial de Felipe III y Felipe IV.

44

Page 45: Resumen de Moderna 2

CARACTERÍSTICAS DEL ARTE BARROCO Entre las características generales del arte barroco están su sentido del movimiento, la energía y

la tensión. Fuertes contrastes de luces y sombras realzan los efectos escenográficos de muchos cuadros, esculturas y obras arquitectónicas. Una intensa espiritualidad aparece con frecuencia en las escenas de éxtasis, martirios y apariciones milagrosas. La insinuación de enormes espacios es frecuente en la pintura y escultura barrocas; tanto en el renacimiento como en el barroco, los pintores pretendieron siempre en sus obras la representación correcta del espacio y la perspectiva. El naturalismo es otra característica esencial del arte barroco; las figuras no se representan en los cuadros como simples estereotipos sino de manera individualizada, con su personalidad propia. Los artistas buscaban la representación de los sentimientos interiores, las pasiones y los temperamentos, magníficamente reflejados en los rostros de sus personajes. La intensidad e inmediatez, el individualismo y el detalle del arte barroco —manifestado en las representaciones realistas de la piel y las ropas— hicieron de él uno de los estilos más arraigados del arte occidental.

PRIMER BARROCO Las raíces del barroco se localizan en el arte italiano, especialmente en la Roma de finales del

siglo XVI. El deseo universalista inspiró a varios artistas en su reacción contra el anticlasicismo manierista y su interés subjetivo por la distorsión, la asimetría, las extrañas yuxtaposiciones y el intenso colorido. Los dos artistas más destacados que encabezaron este primer barroco fueron Annibale Carracci y Caravaggio. El arte de Caravaggio recibió influencias del naturalismo humanista de Miguel Ángel y el pleno renacimiento. En sus cuadros aparecen a menudo personajes reales, sacados de la vida diaria, ocupados en actividades cotidianas, así como también apasionadas escenas de tema mitológico y religioso. La escuela de Carracci, por el contrario, intentó liberar al arte de su amaneramiento retornando a los principios de claridad, monumentalidad y equilibrio propios del pleno renacimiento. Este barroco clasicista tuvo una importante presencia a lo largo de todo el siglo XVII. Un tercer barroco, denominado alto barroco o pleno barroco, apareció en Roma en torno a 1630, y se considera el estilo más característico del siglo XVII por su enérgico y exuberante dramatismo.

ARTE BARROCO EN ITALIAEn Italia, la pintura, escultura y arquitectura barrocas evolucionaron a partir del manierismo.

Este cambio fue consecuencia del Concilio de Trento en 1563, que reclamaba un arte capaz de instruir y suscitar la piedad por medio de la austeridad.

PINTURA BARROCA EN ITALIA Entre los primeros y más influyentes artistas que acometieron la reforma sistemática del

manierismo están los Carracci. Annibale Carracci, su hermano Agostino y su primo Ludovico fueron los tres artistas boloñeses que tuvieron mayor repercusión en Roma, el centro artístico más importante de la época. Annibale, famoso ya en Bolonia por su pintura al fresco, llegó a Roma en 1595 para pintar la bóveda del salón-galería del palacio Farnesio (1597-1600). Fue su obra más importante, y constituyó un punto clave para la evolución posterior del clasicismo barroco, del que Annibale fue el principal precursor. El éxito de este estilo atrajo a artistas como Guido Reni, Domenichino y Francesco Albani, discípulos de los Carracci en Bolonia. Otros clasicistas, como los pintores franceses Nicolas Poussin y Claudio de Lorena, llegaron del extranjero para trabajar en Roma. También Caravaggio se trasladó a Roma, donde encontró en Annibale Carracci a su rival más destacado. Obras como La vocación de san Mateo y el Martirio de san Mateo (c. 1599-1600, iglesia de San Luis de los Franceses, Roma) fueron bien acogidas, convirtiéndose Caravaggio en el maestro de toda una escuela de naturalistas barrocos. El naturalismo se propagó durante las dos primeras décadas del siglo XVII gracias a otros pintores italianos como Orazio Gentileschi, su hija Artemisia, Bartolomeo Manfredi y Battistello, y más tarde gracias a los extranjeros que fueron a trabajar a Italia, como el francés Valentin de Boulogne, el holandés Gerrit van Honthorst y el español José de Ribera, llamado el Españoleto. Aunque con menor importancia en la Italia posterior a 1630, el naturalismo mantuvo su enorme influencia en algunas zonas de Europa a lo largo de todo el siglo XVII.

Otro momento clave en la historia de la pintura barroca tuvo lugar a finales de la década de 1620. Algunos artistas intentaron introducir un efecto monumental en sus obras a partir de la representación de espacios ilimitados (ilusionismo). Una de las primeras obras maestras de este pleno barroco fue la Asunción de la Virgen (1625-1627) que Giovanni Lanfranco pintó en la inmensa cúpula de la iglesia de Sant’Andrea della Valle en Roma. Aunque este fresco tuvo su precedente en los techos renacentistas que Correggio pintó en Parma, admiró a los espectadores de la época por sus exuberantes trampantojos. Las obras de Lanfranco en Roma (1613-1630) y en Nápoles (1634-1646) fueron fundamentales para el desarrollo de este tipo de pintura en Italia.

45

Page 46: Resumen de Moderna 2

La pintura al fresco de bóvedas y techos mediante la creación de ilusiones perspectivas y grandes escenas unitarias vistas de abajo a arriba fue una técnica muy empleada por los pintores del pleno barroco. Pietro Berrettini, llamado Pietro da Cortona, la manejó de manera extraordinaria en obras como los techos del gran salón del palacio Barberini en Roma (1633-1639). Otras muestras se encuentran en la obra de Giovanni Battista Gaulli, llamado el Baccicio, como la Adoración del nombre de Jesús (1676-1679) que pintó para el techo de la nave mayor de la iglesia del Gesù en Roma, y en la de Andrea Pozzo, como la Entrada de san Ignacio en el paraíso (1691-1694), ubicada sobre la nave mayor de la iglesia de San Ignacio en Roma, en un alarde de perspectiva que finge arquitecturas en prolongación de las reales, y llega a simular incluso una gran cúpula que no existe. Este género de pintura, que exige grandes conocimientos matemáticos, recibió el nombre de cuadratura.

ESCULTURA BARROCA EN ITALIA La reacción antimanierista en la escultura italiana tiene su primer ejemplo relevante en la Santa

Cecilia de Stefano Maderno (1600, iglesia de Santa Cecilia in Trastevere, Roma). El gusto por lo curvilíneo, el dramatismo y la pronunciada torsión de los cuerpos son características que se repiten en sus primeros trabajos. Fue Gian Lorenzo Bernini, sin embargo, quien dominó la escultura barroca en Roma. Entre sus primeros grupos escultóricos de grandes dimensiones, el Rapto de Proserpina (1621-1622) y Apolo y Dafne (1622-1624, ambas en la Galería Borghese, Roma) muestran su dominio de la escultura en mármol, creando efectos realistas de gran tensión dramática, fuertes contrastes de luz y sombra y la ilusión óptica del jaspeado. El Éxtasis de santa Teresa (1645-1652, capilla Corran, iglesia de Santa María de la Victoria, Roma) resume a la perfección la elevada teatralidad que caracteriza al barroco. Bernini fue el artista predilecto de los papas, para quienes realizó los proyectos más ambiciosos en el Vaticano. Tanto el inmenso baldaquino (1624-1633), un enorme ciborio o dosel sobre columnas salomónicas que cubre el altar mayor de la basílica de San Pedro, como la Cátedra de San Pedro (1657-1666), en el ábside de la basílica vaticana, atestiguan con su colosal tamaño y ricos materiales (mármol y bronce dorado) el suntuoso esplendor de la Iglesia católica. Bernini fue también un excelente retratista, como puede verse en los bustos de Constanza Buonarelli (c. 1635, Museo del Barguello, Florencia) y del Papa Inocencio X (c. 1647, Galería Doria Pamphili, Roma). Su único rival en este género fue el escultor Alessandro Algardi.

Las fuentes se convirtieron en uno de los monumentos públicos más representativos del barroco, un aspecto en el que también destacó el polifacético Bernini. Su fuente de los Cuatro ríos (1648-1651) en la romana plaza Navona, impresiona al espectador por sus gigantescas estatuas, el enorme obelisco egipcio que remata su centro y los efectistas juegos de agua. Bernini fue también un notable e influyente arquitecto; además de la gran columnata (comenzada en 1656) que rodea la plaza de San Pedro del Vaticano, proyectó iglesias como la de Sant’Andrea al Quirinale (1658-1670) en Roma.

ARQUITECTURA BARROCA EN ITALIA Entre los principales arquitectos del primer barroco sobresale Carlo Maderno, conocido

principalmente por la conclusión de San Pedro del Vaticano. Entre 1606 y 1612 prolongó la nave de la basílica y levantó la fachada monumental de esta iglesia iniciada por Donato Bramante cien años antes aproximadamente. Además de Bernini, los arquitectos más destacados de la Roma barroca fueron Francesco Borromini y, en menor medida, Carlo Rainaldi. Juntos diseñaron la iglesia de Santa Inés en la plaza Navona (comenzada en 1652). La elegante ondulación de la fachada de San Carlo alle Quattro Fontane (1665-1667) en Roma, obra de Borromini, con sus ritmos cóncavos y convexos trasladados al interior mediante una planta oval, podría considerarse como la culminación del estilo barroco en Italia.

La actividad constructiva tuvo también relevancia fuera de Roma durante las primeras décadas del siglo XVII. Francesco Maria Ricchino en Milán y Baldassare Longhena en Venecia destacan por sus iglesias de planta centralizada. La iglesia de Santa María de la Salud, de Longhena, comenzada en 1631, es famosa por su profusa decoración exterior y su privilegiada situación a la entrada del Gran Canal veneciano. Especialmente singular y exótica es la obra turinesa de Guarino Guarini. Su capilla del Santo Sudario (1667-1694, destruida por un incendio en 1997) presentaba una elevada cúpula de complicadas formas geométricas, inspiradas en los edificios islámicos. En Turín también destaca la figura de Filippo Juvarra, que practicó, ya en el siglo XVIII, un estilo barroco de corte clasicista.

ARTE BARROCO EN ESPAÑA

Durante el siglo XVII la pintura española atravesó uno de los momentos culminantes de su historia, pasando del realismo tenebrista de la primera mitad del siglo, al colorismo y la luminosidad de influencia flamenca de la segunda mitad. En arquitectura persistió la severidad y austeridad formal procedente de los modelos herrerianos y escurialenses. La necesidad de lujo se manifestó sobre todo en

46

Page 47: Resumen de Moderna 2

elementos decorativos como retablos dorados, frescos, fachadas, hornacinas o columnas salomónicas, que según transcurría el siglo lo iban recubriendo todo.

PINTURA BARROCA EN ESPAÑA La temprana aparición del naturalismo barroco en España estuvo motivada por la influencia de

Italia y, sobre todo, por la importancia política de la Iglesia católica.El florentino Vicente Carducho contribuyó materialmente al establecimiento en el centro de

España del estilo pictórico antimanierista propugnado por la Contrarreforma. Juan Sánchez Cotán y Juan van der Hamen destacaron por el realismo de sus bodegones (naturalezas muertas) en los que combinan la influencia flamenca con la de Caravaggio. En Valencia, el naturalismo se puede apreciar en la obra del pintor Francisco Ribalta, conocedor del arte italiano del renacimiento, de la pintura de Tiziano, de Caravaggio y de su paisano José de Ribera, que desarrolló su actividad artística en Nápoles. Sevilla y Madrid se convirtieron en los dos centros principales del arte barroco español. Así, a comienzos del siglo XVII las características típicas del barroco se aprecian ya en los cuadros de Juan de las Roelas, Francisco Pacheco y Francisco de Herrera el Viejo.

Francisco de Zurbarán, afincado en Sevilla desde 1629, fue el pintor monástico por antonomasia; nadie como él supo representar con más sencillez el fervor religioso de la vida monástica contrarreformista. Los volúmenes simples, la sencillez compositiva y el tenebrismo, caracterizado por los fuertes contrastes de luz y sombra, definen el estilo que no cambiará hasta los últimos años de su vida, cuando la influencia de Bartolomé Esteban Murillo le lleve a experimentar con una pincelada más suelta y ligera y un uso más vaporoso de los colores. Diego Velázquez, el pintor más importante del barroco español, se moverá entre el naturalismo de la primera mitad del siglo XVII y el barroquismo de la segunda. De su etapa juvenil en Sevilla sobresalen obras como la Vieja friendo huevos (1618, Galería Nacional de Escocia, Edimburgo) y la Adoración de los Magos (1619, Museo del Prado, Madrid). En 1623 se trasladó a Madrid como pintor de corte de Felipe IV, cargo que ocupará ya toda su vida. Sus series de retratos reales culminaron con Las Meninas (1656, Museo del Prado), retrato colectivo de las infantas, las meninas y otros personajes de la corte, en el que aparece también el propio pintor. Maestro en el tratamiento de los volúmenes, la forma y el color, y pionero de la perspectiva aérea y las grandes pinceladas, Velázquez destacó también por sus cuadros de tema histórico, como La rendición de Breda (Las lanzas, 1635, Museo del Prado), y mitológico, con obras como La fragua de Vulcano (1630, Museo del Prado) y la Venus del espejo (c. 1650, National Gallery, Londres).

Contemporáneo de Velázquez fue el granadino Alonso Cano, escultor, arquitecto y pintor célebre por sus delicadas representaciones del cuerpo humano, como muestra el Descenso al limbo (c. 1650, Museo de Arte del condado de Los Ángeles), uno de los pocos ejemplos de desnudo en el barroco español. Murillo, pintor sevillano algo más joven que Velázquez, fue el maestro de la gracia y delicadeza femenina, encarnando un tipo de devoción plenamente sentimental que evidencian sus representaciones del Niño Jesús y la Inmaculada Concepción. La última fase del barroco sevillano tiene en Juan de Valdés Leal a su mejor representante. Entre sus obras destacan los dos Jeroglíficos de las postrimerías (1672, Finis gloria mundi e In ictu oculi, representaciones de la caducidad de la vida y las postrimerías del hombre) del hospital de la Caridad de Sevilla, escalofriantes pinturas de esqueletos y cuerpos putrefactos plenas de morbidez y exacerbado realismo. En Madrid, la última generación de pintores barrocos incluye a artistas como Francisco Rizzi, Juan Carreño de Miranda y Claudio Coello, cultivadores de un estilo decorativo de clara influencia italiana.

ESCULTURA BARROCA EN ESPAÑA El arte italiano apenas tuvo influencia sobre la escultura barroca española, inclinada,

esencialmente, a la tradicional talla en madera policromada. El realismo y la intensa preocupación por el detalle, puestos al servicio del fervor religioso contrarreformista, son sus características fundamentales; las figuras generalmente se pintan (policromía) e incluso a veces llegan a emplearse ojos de cristal, vestimentas auténticas y pelo natural. Entre los trabajos más destacados de escultura barroca española se encuentran los retablos para los altares de las iglesias, algunos de ellos de considerable tamaño y riqueza, realizados por equipos de escultores y arquitectos. Los principales escultores fueron Gregorio Fernández, máximo exponente de la escuela castellana, con impresionantes tallas de Inmaculadas, Piedades y Cristos yacentes; y los representantes de la escuela andaluza, en especial Juan Martínez Montañés, Pedro de Mena, Juan de Mesa y Alonso Cano. Estos últimos repartieron entre Sevilla y Granada buena parte de sus Cristos crucificados, Inmaculadas, santos y otros temas típicos de los pasos procesionales, para los que iban destinadas muchas de estas imágenes cargadas de realismo, expresividad y fervor religioso.

ARQUITECTURA BARROCA EN ESPAÑA

47

Page 48: Resumen de Moderna 2

La sobria austeridad geométrica impuesta por Juan de Herrera en el monasterio de El Escorial se mantuvo en la arquitectura barroca española de la primera mitad del siglo XVII. Los ideales contrarreformistas y el espíritu de la casa de Austria facilitaron la pervivencia de este modelo arquitectónico, tal como se aprecia, por ejemplo, en las construcciones de Juan Gómez de Mora. El gusto por formas cada vez más ricas lleva, a partir de mediados de siglo, a eliminar los vestigios herrerianos, enriqueciendo la decoración con múltiples elementos naturalistas localizados en los vanos de las fachadas. La iglesia de Santa María la Real de Montserrat, de Sebastián Herrera Barnuevo, y la fachada de la catedral de Granada, de Alonso Cano, son buenas muestras de ello. Ya en el siglo XVIII la riqueza y fantasía decorativas alcanzan su apogeo con las construcciones de la familia Churriguera, especialmente en Madrid y Salamanca, así como también en la obra de arquitectos como el madrileño Pedro de Ribera y el gallego Fernando Casas Novoa, autor de la fachada del Obradoiro de la catedral de Santiago de Compostela.

ARTE BARROCO EN LATINOAMÉRICADurante los siglos XVII y XVIII, la arquitectura barroca latinoamericana conservó las pautas

marcadas por la península Ibérica pero con algunas peculiaridades. Una de ellas es su extraordinaria diversidad, condicionada por el propio medio físico, la gran variedad de materiales existentes en cada área geográfica y la presencia de un pasado precolombino. Entre los condicionantes físicos, la frecuencia de terremotos en algunas zonas como Guatemala o Perú determinó ciertos patrones estéticos, al tiempo que conducía al desarrollo de técnicas constructivas especialmente resistentes a los movimientos sísmicos como la quincha (entramado de cañas atadas con cordobanes aglutinado con barro).

El barroco en Hispanoamérica es esencialmente decorativo, ya que aplica un lenguaje ornamental a esquemas constructivos y estructurales inalterados desde los comienzos de la arquitectura hispanoamericana. La presencia de ciertos elementos como el estípite o el arco toral, marcan formalmente los estilos de ciertas regiones. Mientras que el primero es el signo distintivo del barroco mexicano, el segundo, cuya función es sostener la cúpula, se desarrolló principalmente en Quito y Nueva Granada. En regiones donde el clima propiciaba un entorno natural austero, florecieron la denominadas fachadas-retablo. Su principal finalidad, como en la iglesia de San Francisco de Quito, es repetir en el exterior la exuberancia decorativa del interior. La presencia del color es otro rasgo característico del barroco colonial; se manifiesta, sobre todo, a través de la piedra, el ladrillo revocado en blanco, la tintura de almagre (óxido rojo de hierro), la yesería policromada y los azulejos. Un destacado ejemplo de esto último lo encontramos en la fachada de San Francisco de Acatepec (México), en donde las piezas cerámicas han sido modeladas en el taller ex profeso para la iglesia. Otros elementos arquitectónicos propios del barroco americano son la espadaña, la pilastra de almohadilla, como en la catedral de Tegucigalpa (Honduras), la proliferación de formas mixtilíneas y el soporte antropomorfo.

Los dos grandes focos, donde con más intensidad iba a encontrar eco el nuevo estilo, son el virreinato de Nueva España (especialmente en el territorio actual de México y Guatemala) y las ciudades peruanas de Cuzco y Lima. Si en todas ellas la influencia española es evidente, en Brasil la tendencia fue seguir los modelos portugueses.

En pintura, la obra de Francisco de Zurbarán causó un profundo impacto en artistas como Sebastián de Arteaga, José Juárez y Melchor Pérez de Holguín. A finales del siglo XVII y principios del XVIII, la escuela sevillana de Bartolomé Esteban Murillo y, en menor medida, de Juan de Valdés Leal, ejerció una gran influencia en algunos pintores del Nuevo Mundo como el mexicano Juan Rodríguez Juárez y el colombiano Gregorio Vázquez de Arce. Así mismo, fue decisiva la llegada a finales del siglo XVII de artistas europeos como el flamenco Simón Pereyns, los españoles Alonso López de Heredia y Alonso Vázquez, o el italiano Mateo Pérez de Alesio. Los pintores de la escuela cuzqueña combinaron las formas decorativas indígenas con las europeas, en especial las de la escuela flamenca, siempre ricamente decoradas en oro.

El mismo sentido decorativo afectará a la escultura ornamental, presente en los interiores y exteriores de las numerosas iglesias barrocas que, con un estilo extremadamente recargado, se construyeron a lo largo de las colonias españolas. En México destaca el español Jerónimo Balbás, que llegó a América a principios del siglo XVIII, autor del retablo del altar mayor de la iglesia del Sagrario. La imaginería popular floreció en Guatemala, con Quirio Cataño y Juan de Chávez, en Quito, con Bernardo Legarda, y en Lima donde, gracias al estrecho contacto con Sevilla, se pueden contemplar numerosas obras de Martínez Montañés.

ARTE BARROCO EN EL NORTE DE EUROPADesde Italia, donde recibieron su formación los principales artistas del periodo, el barroco se

propagó rápidamente por el norte de Europa. Cada país, no obstante, dependiendo de su particular situación política, religiosa y económica, evolucionó hacia diferentes versiones del estilo.

48

Page 49: Resumen de Moderna 2

BARROCO EN FLANDES El barroco en Flandes está dominado por la brillantez de Petrus Paulus Rubens. Durante los años

de juventud, el estilo pictórico de Rubens recibió influencias de fuentes italianas tan diversas como Caravaggio, los Carracci y Miguel Ángel, como se aprecia, por ejemplo, en el Rapto de las hijas de Leucipo (1616-1617, Alte Pinakothek, Munich). Rubens y sus ayudantes realizaron un considerable número de cuadros de temas mitológicos y religiosos para clientes y mecenas de toda Europa. El estilo maduro de Rubens, colorista, de composiciones dinámicas y voluptuosas formas femeninas, marca el apogeo de la pintura barroca en el norte de Europa, ejemplificado en su famosa serie de 21 enormes lienzos sobre la Vida de María de Medici (1621-1625, Louvre, París) y en la serie de La torre de la Parada (1635-1640, Museo del Prado). Entre los seguidores de Rubens el de más talento fue sin duda Anthony van Dyck, prestigioso pintor de la corte y la aristocracia inglesas, entre cuyas obras destaca el Retrato de Carlos de Inglaterra en traje de caza (1635, Louvre). Jacob Jordaens y Adriaen Brouwer son más conocidos por sus convincentes escenas de género que retratan la sociedad pequeñoburguesa y campesina, como también lo hicieron el artista flamenco David Teniers y el holandés Adriaen van Ostade.

Los escultores barrocos flamencos tomaron frecuentemente su inspiración del arte italiano. François Duquesnoy trabajó con Bernini en Roma, realizando el gigantesco San Andrés del Vaticano en 1633. El estilo pictórico de Artus Quellinus presenta claras influencias italianas y del propio Rubens. El gusto romano también se plasmó en la arquitectura flamenca, como se ve en la ex-iglesia jesuítica de San Carlos Borromeo (1615-1621, actualmente es un museo) en Amberes (Bélgica).

BARROCO EN HOLANDA Al comenzar el siglo XVII muchos artistas holandeses, incluido Hendrick Goltzius, todavía

pintaban al estilo manierista. El barroco de Caravaggio llegó a Holanda cuando determinados artistas, entre los que sobresalen Gerrit van Honthorst y Hendrik Terbrugghen, retornaron a su país natal procedentes de Italia; hacia 1620 el naturalismo estaba fuertemente asentado en la escuela de Utrecht. Durante esa década y la siguiente, Frans Hals pintó retratos extraordinarios por su hábil pincelada y por el intimismo de los temas. Muchos de los cuadros de Hals representan grupos de la milicia local, un género que también practicó Rembrandt en su famoso cuadro La ronda de noche (1642, Rijksmuseum, Amsterdam). Diferente al resto de artistas holandeses, Rembrandt, el maestro más grande del barroco holandés, pintó una gran variedad de temas —retratos, paisajes y escenas históricas, mitológicas y religiosas— con incomparable virtuosismo. El manejo de la luz dorada sobre los fondos oscuros, la pincelada arriesgada y la delicada interpretación de los temas, colocan a Rembrandt en uno de los lugares más destacados de la historia de la pintura.

La creación de un ambiente psicológico convincente y los delicados reflejos lumínicos definen la pintura de Jan Vermeer; gracias a la minuciosa preparación y el sutil manejo de los pigmentos, muchas veces imitado, obtiene unas tonalidades inigualables. Paisajes, bodegones, cuadros de animales y perspectivas arquitectónicas se convirtieron a partir de su obra en importantes géneros de la pintura holandesa.Hasta 1650 aproximadamente, la escultura holandesa se mantuvo dentro de la corriente manierista; la exuberancia barroca se introdujo a través de los escultores flamencos, especialmente con Quellinus y su trabajo en el ayuntamiento de Amsterdam. El edificio, ahora palacio real, se comenzó en 1648 según el proyecto de Jacob van Campen. En él se resume la constante inclinación de la época hacia el clasicismo, inspirado en los cánones del arquitecto italiano Andrea Palladio.

BARROCO EN INGLATERRALa pintura barroca en Inglaterra estuvo dominada por la presencia de Van Dyck, inspirador de

una generación entera de retratistas. La escultura recibió influencias, igualmente, de los estilos italiano y flamenco. El arquitecto Inigo Jones estudió el clasicismo de Andrea Palladio en Italia, como se aprecia en su Banqueting House (1619-1622, Londres), que contiene un espectacular fresco en el techo con la Alegoría de la Paz y la Guerra (1629) de Rubens. Christopher Wren también viajó a Italia y Francia, y sus proyectos para la catedral de Saint Paul en Londres (iniciada en 1675) revelan su profundo conocimiento de Bramante, Bernini y otros arquitectos italianos. Wren, que dirigió la reconstrucción de Londres tras el incendio de 1666, influyó decisivamente en la arquitectura inglesa y de sus colonias americanas incluso después de finalizado el siglo XVII y bien avanzado el XVIII.

BARROCO EN FRANCIAAl comienzo del siglo XVII en Francia, la escuela manierista de Fontainebleau mantenía su

actividad gracias a los encargos para el castillo de Fontainebleau, entre los que destacan la decoración de la capilla de la Trinidad con pinturas de Martin Fréminet (1619). El manierismo también se conservó en las pinturas de Jacques Callot y Jacques Bellange. Las escenas tenebristas de Georges de la Tour, sin

49

Page 50: Resumen de Moderna 2

embargo, sugieren la influencia de Caravaggio. El naturalismo barroco evolucionó de la mano de artistas como Valentin de Boulogne, que había vivido en Italia, y de aquellos otros que habían tenido relación con los pintores flamencos naturalistas, como los hermanos Le Nain y Philippe de Champaigne. De enorme transcendencia en la historia de la pintura barroca francesa fue el clasicismo de Nicolas Poussin. Aunque vivió en Roma la mayor parte de su vida, la influencia de Poussin —como la de su compatriota en la capital italiana Claudio de Lorena— en su país natal fue enorme. La segunda mitad del siglo XVII abrió paso a un arte plenamente barroco, donde se combinaba el clasicismo precedente con los nuevos gustos dictados por la Academia de Bellas Artes, ejemplificado en los frescos de Charles Lebrun para el palacio de Versalles. El último exponente de la pintura barroca francesa fue Antoine Coypel, fuertemente influido por la obra de Rubens, como se aprecia en las pinturas para la capilla real de Versalles.

La escultura de Pierre Puget también fue característica del pleno barroco, mientras que François Girardon y Antoine Coysevox practicaron un marcado clasicismo en las esculturas monumentales para el rey Luis XIV. El grupo escultórico de Girardon Apolo y las ninfas (1666-1672), en la cueva de Tetis de Versalles, es una muestra del gusto francés por la interpretación fidedigna de la antigüedad.

El palacio de Versalles (comenzado en 1661), construido para albergar la corte de Luis XIV por Louis Le Vau, André Le Nôtre y Charles Lebrun, es el monumento arquitectónico más importante del barroco francés. Su dedicación al Rey Sol, sus estrictas formas clásicas, sus vastos y complejos jardines y los suntuosos interiores, estaban destinados a mostrar la gloria y el poder del monarca; dio origen a imitaciones encargadas por los reyes absolutistas de toda Europa. Un proyecto igualmente grandioso, sutil y delicado, fue la ampliación del palacio (actual museo) del Louvre (1660-1680), encargada a Bernini en un primer momento pero definitivamente realizada por Le Vau, Lebrun y Claude Perrault entre otros.

BARROCO EN AUSTRIA Y ALEMANIA Aunque los acontecimientos políticos —guerra de los Treinta Años (1618-1648) en Alemania y

presencia de los turcos en Austria— impidieron el desarrollo del barroco en ambos países hasta el siglo XVIII, algunos artistas importantes se destacaron a lo largo del siglo XVII. Dos maestros de la pintura barroca alemana fueron Adam Elsheimer, que se trasladó a Roma en 1600 y pintó dentro de la corriente clasicista italiana, y Johann Liss, que viajó a Venecia en 1621, trabajando allí y también en Roma.

La escultura del siglo XVII en Alemania y Austria conservó las características del gótico tardío y el manierismo. En Alemania, el altar Überlingen (1613-1619), de Jörg Zürn, representa la continuidad de la tradición alpina en la talla de madera, mientras que el de la iglesia parroquial de Insterburg (c. 1623), de Ludwig Munstermann, evidencia la influencia manierista. Balthasar Permoser, en Baviera, asimiló el estilo del pleno barroco italiano trasladándolo a Dresde, donde se convirtió en el escultor barroco más destacado. Sus alegres esculturas para el Zwinger (comenzado en 1711), una ampliación grandilocuente del palacio de Dresde proyectada por Pöppelman, están consideradas por los estudiosos como la parte más interesante del edificio. En Viena, al igual que en Dresde, la arquitectura barroca encontró entre los monarcas a sus mejores mecenas. Uno de los más destacados arquitectos barrocos de Austria, Johann Bernhard Fischer von Erlach, demostró su perfecto conocimiento de los modelos italianos en la exuberante iglesia de San Carlos Borromeo en Viena (1716-1737).

GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS INTRODUCCIÓN Guerra de los Treinta Años, nombre que recibe el conjunto de los conflictos bélicos europeos

que tuvieron lugar desde 1618 hasta 1648, en los cuales participaron la mayoría de los países de Europa occidental, y que en su mayoría se libraron en el centro de Europa.

CAUSAS DE LA GUERRA La lucha tuvo sus más primitivos orígenes en el profundo antagonismo religioso engendrado por

la difusión de la Reforma protestante. La animosidad religiosa, sobre todo entre los más decididos partidarios de las facciones protestantes y católicas que estaban enfrentadas, extendió la guerra y fue asimismo un factor decisivo en fases posteriores. Sin embargo, según el conflicto iba ganando impulso, su carácter cambió, primando las rivalidades dinásticas de los príncipes alemanes y la determinación de ciertas potencias europeas, sobre todo Suecia y Francia, de frenar la supremacía del Sacro Imperio Romano Germánico, que por entonces era, junto a la Monarquía Hispánica, el principal instrumento político de la poderosa Casa de Habsburgo.

Los odios religiosos, que llevaban encendidos más de medio siglo, estallaron, a partir de 1618, en la guerra de los Treinta Años. En cierto modo, esta situación se debía a la fragilidad de la Paz de Augsburgo, un acuerdo firmado en 1555 entre el emperador Carlos V y los príncipes luteranos alemanes.

50

Page 51: Resumen de Moderna 2

La guerra, uno de los conflictos más destructivos en la historia europea, ha sido dividida por la historiografía en cuatro fases.

FASE PALATINO-BOHEMIA (1618-1625) Las tensiones religiosas en los principados alemanes se vieron profundamente agravadas durante

el gobierno del emperador Rodolfo II de Habsburgo (1576-1612). En muchos lugares de Alemania fueron destruidas las iglesias protestantes, se impusieron limitaciones a la libertad de culto y los oficiales del Emperador convirtieron la Paz de Augsburgo en la base de un resurgimiento general del poder católico. Con la creación en 1608 de la Unión Evangélica (alianza defensiva de príncipes y ciudades protestantes) y un año más tarde de la Liga Católica (organización similar formada por los católicos), se hizo inevitable la crisis. La facción bohemia de la Unión Evangélica lanzó el primer ataque.

Ultrajados por las agresivas políticas de la jerarquía católica en Bohemia, los protestantes, que eran mayoría dentro de la población del reino, exigieron sin éxito la intervención de quien desde 1617 era su monarca, el ferviente católico y heredero del Sacro Imperio, Fernando II de Habsburgo. El 23 de mayo de 1618, los protestantes de Praga invadieron el castillo real, capturaron a dos de los funcionarios regios y les lanzaron por una ventana. Este acto, conocido como la Defenestración de Praga, supuso el comienzo del levantamiento nacional bohemio de carácter protestante.

Los rebeldes alcanzaron un gran éxito inicial, y la revuelta se extendió rápidamente a otras partes del Sacro Imperio. A principios de 1619, incluso Viena, la capital imperial, se vio amenazada por los ejércitos de la Unión Evangélica. A finales de ese año, tras deponer a Fernando II, los rebeldes ofrecieron el trono de Bohemia a Federico V, elector del Palatinado. A partir de ese momento, diversos sectores de la Unión Evangélica, formados principalmente por luteranos, se retiraron de la lucha, dado que Federico V, aunque protestante como ellos, profesaba el calvinismo. Aprovechando las disensiones protestantes —en concreto, la declaración de guerra hecha por la Sajonia luterana a Bohemia— y la invasión española del Palatinado, Fernando II, que se había convertido en emperador en agosto de 1619, rápidamente asumió la ofensiva.

El 8 de noviembre de 1620, un ejército de la Liga Católica, a las órdenes de Jean t'Serclaes (futuro conde de Tilly), derrotó a las tropas bohemias de Federico V en la batalla de la Montaña Blanca, que tuvo lugar cerca de Praga. Tras esta victoria se produjeron sangrientas represalias contra los protestantes de Bohemia y se prohibieron sus actividades religiosas. Aunque la Unión Evangélica se disolvió, Federico V y algunos de sus aliados continuaron la lucha en el Palatinado. Los protestantes derrotaron en abril de 1622 al ejército de T'Serclaes, en Wiesloch, pero a partir de entonces se enfrentaron a sucesivos desastres. A finales de 1624, el Palatinado, que había sido concedido un año antes, junto a la dignidad electoral, por el emperador Fernando II al duque de Baviera, Maximiliano I, retornó a manos católicas.

FASE DANESA (1625-1629) La segunda fase de la guerra adquirió una dimensión internacional cuando varios estados

protestantes alemanes solicitaron ayuda extranjera para enfrentarse al Sacro Imperio. Inglaterra, Francia y otras potencias de Europa occidental se alarmaron por la creciente fuerza de los Habsburgo, pero los dos primeros reinos (entonces aliados frente a España) se abstuvieron de intervenir de forma inmediata debido a sus dificultades internas. Sin embargo, Cristián IV, rey de Dinamarca y Noruega, sí acudió en ayuda de los protestantes alemanes movido principalmente por consideraciones no religiosas: deseaba ocupar nuevos territorios en el noroeste de Europa y acabar con el control que la Casa de Habsburgo ejercía sobre el ducado danés de Holstein.

Con el apoyo de los príncipes alemanes luteranos y calvinistas, Cristián IV movilizó un gran ejército en la primavera de 1625 e invadió Sajonia. La expedición se encontró con poca resistencia hasta un año más tarde. Mientras tanto, el general bohemio Albrecht von Wallenstein, duque de Friedland, había reunido un poderoso ejército de mercenarios que había puesto al servicio del emperador Fernando II, quien hasta entonces sólo contaba con el ejército de la Liga Católica del ya conde de Tilly. Los mercenarios de Wallenstein lograron su primera victoria en Dessau (Sajonia), en abril de 1626. El 27 de agosto de ese año, el conde de Tilly derrotó al cuerpo principal del ejército de Cristián IV, en la también localidad sajona de Lutter am Berenberge.

Después, los ejércitos imperiales invadieron todo el norte del actual territorio alemán, devastando a su paso numerosas ciudades y pueblos. Con Wallenstein persiguiéndole, Cristián IV retrocedió en 1627 hasta la península de Jutlandia. La victoria total de la causa imperial en esta fase bélica se produjo el 6 de marzo de 1629, cuando Fernando II promulgó el Edicto de Restitución, documento que anulaba todos los títulos protestantes sobre las propiedades católicas expropiadas desde 1552. El 22 de mayo de 1629, el rey Cristián IV aceptó la Paz de Lübeck, que le privaba de pequeños territorios en Alemania.

51

Page 52: Resumen de Moderna 2

FASE SUECA (1630-1635) Las victorias del emperador Fernando II durante la segunda fase de la guerra agudizaron el

sentimiento francés contrario a la política exterior de los Habsburgo. Armand Jean du Plessis, cardenal de Richelieu y primer ministro del rey de Francia, Luis XIII, personificó esa actitud opuesta a la dinastía imperial. Debido a las periódicas crisis internas que sufría su país, el cardenal de Richelieu no pudo intervenir directamente en Alemania, pero se lo propuso al monarca sueco Gustavo II Adolfo, que era luterano y ya había recibido peticiones de los protestantes del norte alemán. Debido a esta circunstancia, así como a la promesa de apoyo francés y las ambiciones suecas de adquirir la hegemonía en la región báltica, Gustavo II Adolfo entró en el conflicto. En el verano de 1630 desembarcó con un ejército bien adiestrado en la costa de Pomerania, en el mar Báltico. Los dirigentes de este territorio, así como los de Brandeburgo y Sajonia, vacilaron sobre su participación en la campaña sueca, retrasando gravemente su inicio. Mientras tanto, el conde de Tilly, que había recibido el mando del ejército de Wallenstein, sitiaba la ciudad sajona de Magdeburgo, por entonces en plena insurrección contra el Sacro Imperio. Los ejércitos imperiales tomaron y saquearon Magdeburgo el 20 de mayo de 1631 y mataron a un elevado número de protestantes. Gran parte de la ciudad fue destruida por el fuego, que se extendió en tanto se producían la lucha y el pillaje.

Durante el verano siguiente, el conde de Tilly fue rechazado por los suecos en tres ocasiones. En la última de estas batallas, que tuvo lugar el 17 de septiembre en Breitenfeld (hoy en día, un barrio de la ciudad alemana de Leipzig), Gustavo II Adolfo había contado con el apoyo de tropas sajonas, las cuales rompieron filas y huyeron en la primera carga, dejando al descubierto el flanco izquierdo del monarca sueco, lo que casi le costó la victoria, pero logró reagrupar sus fuerzas y derrotar a las tropas del conde de Tilly, capturando a 6.000 de sus hombres. Tras la batalla de Breitenfeld, las tropas suecas se trasladaron al sur de Alemania para pasar el invierno. La campaña de primavera se saldó con numerosas victorias de los ejércitos suecos, destacando la del río Lech (14 de abril de 1632), en la que el conde de Tilly fue herido de muerte, y la toma de la ciudad bávara de Munich.

Tras este gran desastre, Fernando II volvió a llamar a Wallenstein para que tomara el mando de las fuerzas imperiales. Éste reclutó rápidamente un nuevo ejército de mercenarios e invadió Sajonia en el otoño de 1632. Las tropas suecas le siguieron y el 16 de noviembre atacaron a las fuerzas imperiales, que por entonces se encontraban atrincheradas en Lützen (cerca de Leipzig). La batalla que tuvo lugar a continuación costó la vida a Gustavo II Adolfo, pero al final el ejército de Wallenstein se vio obligado a retirarse. Bernardo, duque de Sajonia-Weimar (que sustituyó en el mando militar protestante al rey sueco en Lützen), invadió Baviera tras esta victoria, si bien a lo largo de 1633 Wallenstein llevó a cabo repetidos ataques contra las fortalezas suecas en Silesia. A finales de 1633, Wallenstein trató de convencer de la necesidad de obtener la paz a los círculos dirigentes de los ejércitos imperiales. Retirado del mando por el emperador Fernando II en enero de 1934, bajo sospecha de traición, Wallenstein continuó sus negociaciones de paz con los protestantes. Los intentos de poner fin a la guerra le granjearon la enemistad de sus propios oficiales y el 25 de febrero de ese año fue asesinado.

Los ejércitos imperiales, al mando de Fernando de Austria, el Cardenal-Infante (hermano del rey español Felipe IV), asestaron el 6 de septiembre de 1634 una devastadora derrota al duque Bernardo y a sus aliados suecos, en la localidad bávara de Nördlingen. Consternados por esta catástrofe, los dirigentes de la coalición protestante abandonaron la lucha. La Paz de Praga, que en 1635 puso fin a la tercera fase de la guerra, hizo ciertas concesiones a los luteranos de Sajonia, modificando cuestiones básicas del Edicto de Restitución.

FASE FRANCESA (1635-1648) En su fase final, la guerra se convirtió en un conflicto entre los Habsburgo y Francia (que aún se

encontraba bajo el liderazgo del cardenal de Richelieu) por la hegemonía en Europa occidental. Las cuestiones religiosas no tuvieron demasiada importancia en el último periodo bélico, que se inició en mayo de 1635, cuando Francia declaró la guerra a la España gobernada por el también miembro de la Casa de Habsburgo, Felipe IV, quien apoyaba de forma decidida al Emperador. Francia, que se había aliado con Suecia y con varios líderes protestantes alemanes (entre ellos el duque Bernardo), pudo superar rápidamente las graves dificultades que se presentaron durante la primera etapa de la lucha.

Posteriormente, el general sueco Johan Gustafsson Banér derrotó a una fuerza católica de soldados sajones e imperiales en Wittstock el 4 de octubre de 1636, y amenazó la posición que ocupaban los Habsburgo en Alemania. A lo largo de ese año fueron rechazadas varias invasiones españolas en territorio francés. La situación de los Habsburgo en Alemania volvió a empeorar con la derrota asestada por el duque Bernardo en Rheinfelden, el 2 de marzo de 1638. Tras estos contratiempos, los ejércitos imperiales se vieron obligados a entregar numerosas fortalezas. Entre 1642 y 1645, el general sueco Lennart Torstensson logró diversas victorias: invadió Dinamarca, que se había aliado con el Sacro

52

Page 53: Resumen de Moderna 2

Imperio, y asoló gran parte de Austria y el oeste de Alemania. Por su parte, los franceses (a las órdenes de los generales Henri de La Tour d'Auvergne, vizconde de Turena, y del duque d’Enghien y futuro Luis II de Borbón, cuarto príncipe de Condé) también tuvieron éxito en la mayoría de sus empresas. El duque d’Enghien puso fin a la capacidad de la Monarquía Hispánica para presionar sobre las posesiones francesas al derrotar a un ejército español en la batalla de Rocroi (norte de Francia), el 19 de mayo de 1643. Durante el mes de noviembre de ese año, las tropas francesas sufrieron una gran derrota en Tuttlingen, pero esa fue la última victoria de los Habsburgo en la guerra.

Los ejércitos combinados del duque d’Enghien y del vizconde de Turena vapulearon a un ejército bávaro en Friburgo de Brisgovia (región de la Selva Negra) en agosto de 1644, y el 3 de agosto de 1645 hicieron lo propio con un ejército formado por austriacos y bávaros, cerca de Nördlingen. Representantes del Sacro Imperio y de la coalición enfrentada a la Casa de Habsburgo iniciaron en 1645 las negociaciones de paz en las ciudades alemanas de Münster y Osnabrück, ambas enclavadas en la región de Westfalia, pero las conversaciones (que ante todo estaban motivadas por las penurias de la población, harta de las dificultades acarreadas por la contienda) fueron infructuosas durante un prolongado periodo de tiempo. Sin embargo, cuando Baviera central fue invadida, su duque Maximiliano I firmó, el 14 de marzo de 1647, la Tregua de Ulm con Suecia y Francia.

A pesar de estos y otros reveses, el emperador Fernando III de Habsburgo (que en 1637 había sucedido a su padre, Fernando II) se negó a capitular. Los combates esporádicos prosiguieron en Alemania, Luxemburgo, los Países Bajos, Italia y España durante el resto de 1647. En otoño de ese año, el duque Maximiliano I volvió a la guerra al lado del Sacro Imperio, pero otro ejército formado por bávaros y austriacos fue vencido en mayo de 1648. Esta derrota, junto con el asedio sueco a la ciudad de Praga, el sitio franco-sueco de Munich y una importante victoria francesa obtenida el 20 de agosto en Lens (norte de Francia), obligaron a Fernando III, que también se enfrentaba a la amenaza de un posible ataque a Viena, a acceder a las condiciones de paz de los vencedores.

PAZ DE WESTFALIA La Paz de Westfalia influyó sustancialmente en la historia posterior de Europa. El conjunto de

pactos signados en la región alemana de Westfalia en 1648 estuvo formado por dos acuerdos que han pasado a ser conocidos cada uno de ellos bajo el nombre de Tratado de Münster, firmados respectivamente el 30 de enero y el 24 de octubre, así como un tercero que recibió su rubrica en la última fecha señalada y en la también ciudad westfaliana de Osnabrück. El primero de los pactos, que fue acordado entre la Monarquía Hispánica y las Provincias Unidas (los territorios de los Países Bajos independizados de España), puso fin al contencioso bélico conocido como guerra de los Países Bajos, insertado a su vez en el contexto general de la guerra de los Treinta Años. Por su parte, el segundo Tratado de Münster rubricó la paz entre Francia y el Sacro Imperio, el mismo día que los representantes imperiales firmaban en Osnabrück con sus hasta entonces rivales suecos y protestantes el acuerdo que completaba la llamada Paz de Westfalia.

Además de convertir a Suiza y a las Provincias Unidas en estados independientes, todos estos tratados debilitaron gravemente al Sacro Imperio y a los Habsburgo, supusieron el surgimiento de Francia como principal potencia del continente europeo y retrasaron la unificación política de los estados alemanes.

Las consecuencias económicas, sociales y culturales de la guerra de los Treinta Años fueron muchas, siendo los territorios alemanes las víctimas principales. Las estimaciones actuales sugieren que la población total del Sacro Imperio disminuyó entre un 15 y un 20%. Las zonas rurales, a diferencia de las ciudades fortificadas, fueron las que más sufrieron. Salvo en las ciudades portuarias, como Hamburgo y Bremen, la actividad económica decayó en todos los estados alemanes. La incertidumbre, el miedo, el caos y la brutalidad marcaron la vida diaria y permanecieron en la memoria colectiva alemana durante siglos.

Aunque la Paz de Westfalia marcó el final de la guerra de los Treinta Años como conflicto europeo generalizado, el enfrentamiento entre Francia y España, iniciado en 1635 y agudizado desde 1640, año en que Francia alentó la rebelión de Cataluña contra la Monarquía Hispánica, no finalizó hasta 1659, cuando ambos países firmaron la Paz de los Pirineos.

BOLILLA Nº 7EL PENSAMIENTO MODERNO

1. EL PENSAMIENTO INDIVIDUALISTA Y RACIONALISTASIGLO DE LAS LUCES

Siglo de las Luces o Ilustración, término utilizado para describir las tendencias en el pensamiento y la literatura en Europa y en toda América durante el siglo XVIII previas a la Revolución Francesa. La frase fue empleada con mucha

53

Page 54: Resumen de Moderna 2

frecuencia por los propios escritores de este periodo, convencidos de que emergían de siglos de oscuridad e ignorancia a una nueva edad iluminada por la razón, la ciencia y el respeto a la humanidad.

Los precursores de la Ilustración pueden remontarse al siglo XVII e incluso antes. Abarcan las aportaciones de grandes racionalistas como René Descartes y Baruch Spinoza, los filósofos políticos Thomas Hobbes y John Locke y algunos pensadores escépticos galos de la categoría de Pierre Bayle o Jean Antoine Condorcet. No obstante, otra base importante fue la confianza engendrada por los nuevos descubrimientos en ciencia, y asimismo el espíritu de relativismo cultural fomentado por la exploración del mundo no conocido.

Sobre las suposiciones y creencias básicas comunes a filósofos pensadores de este periodo, quizá lo más importante fue una fe constante en el poder de la razón humana. La época sufrió el impacto intelectual causado por la exposición de la teoría de la gravitación universal de Isaac Newton. Si la humanidad podía resolver las leyes del Universo, las propias leyes de Dios, el camino estaba abierto para descubrir también las leyes que subyacen al conjunto de la naturaleza y la sociedad. Se llegó a asumir que mediante un uso juicioso de la razón, un progreso ilimitado sería posible —progreso en conocimientos, en logros técnicos y sus consecuencias también en valores morales—. De acuerdo con la filosofía de Locke, los autores del siglo XVIII creían que el conocimiento no es innato, sino que procede sólo de la experiencia y la observación guiadas por la razón. A través de una educación apropiada, la humanidad podía ser modificada, cambiada su naturaleza para mejorar. Se otorgó un gran valor al descubrimiento de la verdad a través de la observación de la naturaleza, más que mediante el estudio de las fuentes autorizadas, como Aristóteles y la Biblia. Aunque veían a la Iglesia —especialmente la Iglesia católica— como la principal fuerza que había esclavizado la inteligencia humana en el pasado, la mayoría de los pensadores de la Ilustración no renunció del todo a la religión. Optaron más por una forma de deísmo, aceptando la existencia de Dios y de la otra vida, pero rechazando las complejidades de la teología cristiana. Creían que las aspiraciones humanas no deberían centrarse en la próxima vida, sino más bien en los medios para mejorar las condiciones de la existencia terrena. La felicidad mundana, por lo tanto, fue antepuesta a la salvación religiosa. Nada se atacó con más intensidad y energía que la doctrina de la Iglesia, con toda su historia, riqueza, poder político y supresión del libre ejercicio de la razón.

Más que un conjunto de ideas fijas, la Ilustración implicaba una actitud, un método de pensamiento. De acuerdo con el filósofo Immanuel Kant, el lema de la época debía ser “atreverse a conocer”. Surgió un deseo de reexaminar y cuestionar las ideas y los valores recibidos, de explorar nuevas ideas en direcciones muy diferentes; de ahí las inconsistencias y contradicciones que a menudo aparecen en los escritos de los pensadores del siglo XVIII. Muchos defensores de la Ilustración no fueron filósofos según la acepción convencional y aceptada de la palabra; fueron vulgarizadores comprometidos en un esfuerzo por ganar adeptos. Les gustaba referirse a sí mismos como el “partido de la humanidad”, y en un intento de orientar la opinión pública a su favor, imprimieron panfletos, folletos anónimos y crearon gran número de periódicos y diarios. En España, ‘las luces’ penetraron a comienzos del siglo XVIII gracias a la obra, prácticamente aislada y solitaria, pero de gran enjundia del fraile benedictino Benito Jerónimo Feijoo, el pensador crítico y divulgador más conocido durante los reinados de los primeros reyes Borbones. Escribió Teatro crítico universal (1739), en nueve tomos y Cartas eruditas (1750), en cinco volúmenes más, en los que trató de recoger todo el conocimiento teórico y práctico de la época.

Francia conoció, más que ningún otro país, un desarrollo sobresaliente de estas ideas y el mayor número de propagandistas de las mismas. Fue allí donde el filósofo, político y jurista Charles-Louis de Montesquieu, uno de los primeros representantes del movimiento, empezó a publicar varias obras satíricas contra las instituciones existentes, así como su monumental estudio de las instituciones políticas, El espíritu de las leyes (1748). Fue en París donde Denis Diderot, autor de numerosos panfletos filosóficos, emprendió la edición de la Enciclopedia (1751-1772). Esta obra, en la que colaboraron numerosos autores, fue concebida como un

54

Page 55: Resumen de Moderna 2

compendio de todos los conocimientos y a la vez como un arma polémica, al presentar las posiciones de la Ilustración y atacar a sus oponentes. Sin duda, el más influyente y representativo de los escritores franceses fue Voltaire. Inició su carrera como dramaturgo y poeta, pero es más conocido por sus prolíficos panfletos, ensayos, sátiras y novelas cortas, en los que popularizó la ciencia y la filosofía de su época, y por su voluminosa correspondencia con escritores y monarcas de toda Europa. Gozaron de prestigio las obras de Jean Jacques Rousseau, cuyo Contrato social (1762), el Emilio, o la educación (1762) y Confesiones (1782) tendrían una profunda influencia en posteriores teorías políticas y educativas y sirvieron como impulso literario al romanticismo del siglo XIX. La Ilustración fue también un movimiento cosmopolita y antinacionalista con numerosos representantes en otros países. Kant en Alemania, David Hume en Escocia, Cesare Beccaria en Italia y Benjamín Franklin y Thomas Jefferson en las colonias británicas mantuvieron un estrecho contacto con los ilustrados franceses, pero fueron importantes exponentes del movimiento. La Ilustración penetró tanto en España como en los dominios españoles de América.

Durante el reinado de Carlos III, el ‘rey ilustrado’ por excelencia, las obras de los escritores franceses se leían en español, generalmente en traducciones más o menos retocadas, pero también directamente en francés. Fueron muchos los españoles e hispanoamericanos que viajaban a Francia por motivos de estudio e instrucción, en las artes y las ciencias y los dirigentes políticos de la época, conde de Aranda, conde de Campomanes, conde de Floridablanca, duque de Almodóvar, promovieron y frecuentaron el trato con los pensadores y filósofos de las nuevas ideas. Las vías de expresión fueron los periódicos, las universidades y las florecientes Sociedades de Amigos del País.

Entre los españoles ‘ilustrados’, se puede citar a Isidoro de Antillón, geógrafo e historiador; Francisco Cabarrús, crítico y cronista de su tiempo; Juan Meléndez Valdés, que hizo de la Universidad de Salamanca un polo de atracción ‘ilustrada’; Gaspar Melchor de Jovellanos, político y reformador; Valentín de Foronda, embajador y economista, entre otros.

Durante la primera mitad del siglo XVIII, los líderes de la Ilustración libraron una ardua lucha contra fuerzas considerables. Muchos fueron encarcelados por sus escritos, y la mayoría sufrió persecución y penas por parte de la censura gubernamental, así como descalificaciones y condenas de la Iglesia. En muchos aspectos, sin embargo, las últimas décadas del siglo marcaron un triunfo del movimiento en Europa y en toda América. Hacia 1770, la segunda generación de ilustrados recibió pensiones del gobierno y asumió la dirección de academias intelectuales establecidas. El enorme incremento en la publicación de periódicos y libros aseguró una amplia difusión de sus ideas. Los experimentos científicos y los escritos filosóficos llegaron a estar de moda en amplios círculos de la sociedad, incluidos los miembros de la nobleza y del clero. Algunos monarcas europeos adoptaron también ideas o al menos el vocabulario de la Ilustración. Voltaire y otros ilustrados quienes gustaban del concepto del rey-filósofo, difundiendo sus creencias gracias a sus relaciones con la aristocracia, acogieron complacientes la aparición del llamado despotismo ilustrado, del que Federico II de Prusia, Catalina la Grande de Rusia, José II de Austria y Carlos III de España fueron los ejemplos más célebres. Desde una visión retrospectiva, sin embargo, la mayoría de estos monarcas aparece manipulando el movimiento, en gran parte con propósitos propagandísticos y fueron, con mucho, más despóticos que ilustrados.

A finales del siglo XVIII surgieron algunos cambios en el pensamiento de la Ilustración. Bajo la influencia de Rousseau, el sentimiento y la emoción llegaron a ser tan respetables como la razón. En la década de 1770 los escritores ensancharon su campo de crítica para englobar materias políticas y económicas. De mayor importancia en este aspecto fue la experiencia de la guerra de la Independencia estadounidense (en las colonias británicas). A los ojos de los europeos, la Declaración de Independencia y la guerra revolucionaria anunciaron que, por primera vez, algunas personas iban más allá de la mera discusión de ideas ilustradas y las estaban aplicando. Es probable que la guerra alentara los ataques y críticas contra los regímenes europeos existentes.

55

Page 56: Resumen de Moderna 2

Suele decirse que el Siglo de las Luces concluyó con la Revolución Francesa de 1789, pero no son pocos los que contemplan e interpretan la inquietud política y social de este periodo como causa desencadenante de la Revolución. Al incorporar muchas de las ideas de los ilustrados, la Revolución, en sus etapas más difíciles, entre 1792 y 1794, sirvió para desacreditar estas ideas a los ojos de muchos europeos contemporáneos. El enorme impacto que la Revolución Francesa causó en España, tras la muerte de Luis XVI, así como en los dominios españoles de América, provocó una violenta persecución de las personas más representativas de las nuevas ideas. Se estableció una censura total y se cerraron las fronteras, prohibiéndose el paso de todo tipo de libros y folletos, o su embarque hacia América.

Aunque se produjo un repunte de interés modernizado y progresista bajo el gobierno de Manuel Godoy con la ayuda de Jovellanos, el miedo a la contaminación revolucionaria favoreció la represión más absoluta, tanto en la metrópoli como en los dominios de la América española. La existencia de numerosas Sociedades de Amigos del País en los virreinatos favoreció la implantación y extensión de la ‘ilustración’ en América Latina.

De lo que no cabe duda es de que la Ilustración dejó una herencia perdurable en los siglos XIX y XX. Marcó un paso clave en el declinar de la Iglesia y en el crecimiento del secularismo actual. Sirvió como modelo para el liberalismo político y económico y para la reforma humanitaria a través del mundo occidental del siglo XIX. Fue el momento decisivo para la creencia en la posibilidad y la necesidad de progreso que pervivió, de una forma moderada, en el siglo XX.

2. LOCKE, MONTESQUIEU, VOLTAIRE, ROUSSEAU

JOHN LOCKEINTRODUCCIÓN

John Locke (1632-1704), pensador inglés, máximo representante de la doctrina filosófica del empirismo.

VIDANacido el 29 de agosto de 1632 en Wrington (Somerset), estudió en la

Universidad de Oxford, donde impartió clases de griego, retórica y filosofía moral desde 1661 hasta 1664. En 1667 inició su relación con el político inglés Anthony Ashley Cooper, primer conde de Shaftesbury, de quien fue amigo, consejero y médico. Shaftesbury consiguió para Locke algunos cargos menores en el gobierno. En 1669, en el desempeño de una de sus funciones oficiales, Locke redactó una Constitución para los colonos de Carolina, en Norteamérica, que nunca llegó a ser aplicada. En 1675, después de que Shaftesbury hubiera perdido el favor de la corona, Locke se estableció en Francia. Regresó a Inglaterra en 1679, pero debido a su oposición a la Iglesia católica, que contaba con el apoyo de la monarquía inglesa en esa época, pronto tuvo que regresar al continente. Desde 1683 hasta 1688 vivió en las Provincias Unidas y tras la llamada Revolución Gloriosa de 1688 y la restauración del protestantismo, regresó de nuevo a Inglaterra. El nuevo rey Guillermo III de Orange lo nombró ministro de Comercio en 1696, cargo del que dimitió en 1700 debido a una enfermedad. Falleció el 28 de octubre de 1704 en Oates.

EMPIRISMOEl empirismo de Locke hizo hincapié en la importancia de la experiencia de

los sentidos en la búsqueda del conocimiento en vez de la especulación intuitiva o la deducción. La doctrina empirista fue expuesta por primera vez por el filósofo y estadista inglés Francis Bacon a principios del siglo XVII, pero Locke la dotó de una expresión sistemática en su Ensayo sobre el entendimiento humano (1690). Afirmaba que la mente de una persona en el momento del nacimiento es como una tabula rasa, una hoja en blanco sobre la que la experiencia imprime el conocimiento, y no creía en la intuición o teorías de las concepciones innatas. También mantenía que todos los individuos nacen buenos, independientes e iguales.

56

Page 57: Resumen de Moderna 2

TEORÍAS POLÍTICASLocke criticó en sus dos Tratados sobre el gobierno civil (1690) la teoría del derecho divino de los reyes y la naturaleza del Estado tal y como fue concebido por el filósofo y teórico político inglés Thomas Hobbes. Afirmaba que la soberanía no reside en el Estado sino en la población, y que el Estado es supremo pero sólo si respeta la ley civil y la ley natural. Mantuvo más tarde que la revolución no sólo era un derecho, sino, a menudo, una obligación, y abogó por un sistema de control y equilibrio en el gobierno, que tenía que tener tres ramas, siendo el poder legislativo más importante que el ejecutivo o el judicial. También creía en la libertad religiosa y en la separación de la Iglesia y el Estado.

La influencia de Locke en la filosofía moderna ha sido muy grande y, con su aplicación del análisis empírico a la ética, política y religión, se convirtió en uno de los filósofos más importantes y controvertidos de todos los tiempos. También escribió Pensamientos sobre la educación (1693) y Racionabilidad del cristianismo (1695).

CHARLES-LOUIS DE MONTESQUIEUCharles-Louis de Montesquieu (1689-1755), escritor y jurista francés nacido

en el castillo de La Brède y conocido universalmente por sus Cartas persas y El espíritu de las leyes.

Estudió en la Escuela de Oratoria de Juilly y posteriormente en Burdeos. En 1714 se convirtió en consejero del Parlamento de Burdeos, del que fue presidente entre 1716 y 1728. Montesquieu destacó por primera vez como escritor con sus Cartas persas (1721). En esta obra, mediante el recurso de la relación epistolar entre dos aristócratas persas de viaje por Europa, Montesquieu hace una sátira de los políticos franceses de su tiempo, así como de las condiciones sociales, los asuntos eclesiásticos y la literatura de la época. El libro adquirió rápidamente una enorme popularidad. El escritor español José Cadalso lo tuvo como modelo para sus Cartas marruecas.

Fue una de las primeras obras de la Ilustración, que, con su crítica a las instituciones francesas durante la monarquía de la Casa de Borbón, ya anunciaba el germen de la Revolución Francesa. La fama que adquirió Montesquieu con ésta le abrió las puertas de la Academia Francesa en 1728. Su segunda obra sobresaliente fue Consideraciones sobre las causas de la grandeza y decadencia de los romanos (1734), una de las primeras obras importantes en la Filosofía de la historia.

Pero su obra maestra es El espíritu de las leyes (1748), que figura entre las tres obras principales de la Teoría política. En ella el autor analiza las tres principales formas de gobierno (república, monarquía y despotismo) y establece las relaciones que existen entre las áreas geográficas y climáticas y las circunstancias generales y las formas de gobierno que se producen. Sostiene también que debe darse una separación y un equilibrio entre los distintos poderes a fin de garantizar los derechos y las libertades individuales. A lo largo de toda Latinoamérica, los textos de Montesquieu se leían con entusiasmo a principios del siglo XIX. En el Río de la Plata, por ejemplo, tanto el periódico Semanario de Agricultura (1802) como el Correo de Comercio (1810, dirigido por Manuel Belguano) eran medios de difusión de las ideas de Montesquieu y de Rousseau, y fueron el fermento de lo que luego sería la Revolución de Mayo de 1810, inicio de la emancipación de América Latina. Con anterioridad a esa fecha los libros de Montesquieu eran leídos en secreto y a escondidas, aunque sus seguidores no dudaron en hacer público su furor por los principios de los fisiócratas y los librecambistas.

EL ESPÍRITU DE LAS LEYESINTRODUCCIÓN

El espíritu de las leyes, también traducido al español como Del espíritu de las leyes, título del más conocido ensayo escrito por el pensador Charles-Louis de Montesquieu. Redactado desde 1734 y publicado en francés (título original: De l’esprit des lois) en 1748, fue uno de los más influyentes tratados de teoría política editados en el siglo XVIII. Tuvo una amplia difusión entre los más insignes representantes de la Ilustración y fomentó las importantes polémicas intelectuales que desembocaron en la Revolución Francesa, acontecimiento que puso fin al

57

Page 58: Resumen de Moderna 2

Antiguo Régimen en su país. Obtuvo una inmediata atención crítica y fue muy alabado por Voltaire y Jean le Rond d’Alembert.

SIGNIFICADOEn El espíritu de las leyes Montesquieu pretendió describir cómo se han

originado las leyes, de acuerdo con qué condiciones, y cómo estas leyes contribuyen a formar una adecuada comunidad política. En realidad, la obra posee dos niveles diferenciados: el análisis de lo que son las leyes y la descripción de lo que deben ser para poder formar una adecuada comunidad política. Junto a esto, el autor propuso diferentes ejemplos y mostró una abundante erudición para expresar cómo se han constituido las leyes en cada país y cómo dicha constitución depende de las condiciones naturales y sociales, que hacen de cada país una comunidad propia. Pero, al mismo tiempo, también aportó nuevas ideas para el establecimiento de un régimen político diferente, caracterizado por la división o separación de poderes políticos y por una nueva consideración del poder real.

CONTENIDOEl espíritu de las leyes está integrado por 31 libros. A lo largo de sus páginas

son analizadas las diferentes leyes de las naciones del siglo XVIII. Como un elemento previo a toda su obra, Montesquieu se encarga de distinguir entre las leyes naturales y las leyes jurídicas, y piensa siempre que existe un fundamento de la ordenación jurídica que debe ser considerado antes de proponer cualquier cambio de la estructura legal.

Los primeros 12 libros analizan las diferentes formas de gobierno y el carácter del legislador, así como la influencia del poder político en la vida de un pueblo. El autor distingue tres formas de gobierno: despotismo, monarquía y república. Sus preferencias se dirigían hacia una monarquía constitucional (semejante a la británica) y se mostró firme defensor de la división del poder político en tres niveles (poder ejecutivo, poder legislativo y poder judicial), teoría que contravenía los principios del Antiguo Régimen y que le hizo célebre. Asimismo, Montesquieu insistía en la necesidad de que el legislador elaborara las leyes de tal modo que combinara dos elementos fundamentales: la necesidad natural y el carácter de la naturaleza de las cosas, y la obligación de alcanzar la felicidad de la mayoría de los ciudadanos (que consideraba una finalidad necesaria de todo sistema legal y de toda forma de gobierno).

Los libros 14 al 18 estudian la relación existente entre las leyes de un país y sus condiciones naturales (tales como el clima o su carácter geográfico), esbozando interesantes análisis y comentarios sobre los países europeos de su tiempo. Los libros 19 al 26 presentan la relación existente entre las costumbres de un país y sus leyes, destacando la influencia de las creencias religiosas, las costumbres, el comercio y el arte, entre otros aspectos, sobre la formación de las leyes y afirmando su convencimiento de que las leyes varían a lo largo de la historia y pueden ser modificadas para adecuarse a los cambios de costumbres. Finalmente, los libros 27 al 31 analizan los rasgos de las antiguas leyes romanas y feudales, prestando una especial atención al desarrollo de las leyes francesas.

VOLTAIREINTRODUCCION

Voltaire (1694-1778), escritor y filósofo francés que figura entre los principales representantes de la Ilustración.

François Marie Atouet nació en París, el 21 de noviembre de 1694, hijo de un notario y a partir de 1718 adoptó definitivamente el nombre de Voltaire. Estudió con los jesuitas en el colegio Louis-le-Grand.

PRIMEROS EXITOSVoltaire decidió desde muy joven emprender una carrera literaria. Comenzó

a moverse en los círculos aristocráticos y pronto fue conocido en todos los salones literarios de París por su ingenio sarcástico. Varios de sus escritos, especialmente un libelo en el que acusaba al regente Felipe II, duque de Orleans, de atroces crímenes, precipitaron su ingreso en la prisión de la Bastilla. Durante los once

58

Page 59: Resumen de Moderna 2

meses de encierro completó su primera tragedia, Edipo, basada en la obra homónima del dramaturgo griego Sófocles, y comenzó un poema épico sobre Enrique IV de Francia. Edipo se estrenó en el Théâtre-Français en 1718 y fue acogida con enorme entusiasmo. La obra sobre Enrique IV se imprimió anónimamente en Génova bajo el título de Poème de la ligue (1723). En su primer poema filosófico, Los pros y los contras, Voltaire ofrece una elocuente descripción de su visión anticristiana y su credo deísta de carácter racionalista.

Tras una disputa con un miembro de una ilustre familia francesa, Voltaire fue encarcelado por segunda vez en la Bastilla, pero fue liberado al cabo de dos semanas bajo la promesa de abandonar Francia y establecerse en Inglaterra. Pasó entonces dos años en Londres, y no tardó en dominar la lengua inglesa. Con la intención de preparar al público británico para una edición ampliada de su Poème de la ligue, Voltaire escribió dos notables ensayos en inglés: uno sobre poesía épica y otro sobre la historia de las guerras civiles en Francia. Durante algunos años, el católico y autocrático gobierno francés prohibió la edición ampliada del Poème de la ligue, que finalmente adoptó el título de La Henriade. La aprobación para publicarlo llegó en 1728. Esta obra, una elocuente defensa de la tolerancia religiosa, obtuvo un éxito sin precedentes, no sólo en la Francia natal de Voltaire, sino en todo el continente europeo.

POPULARIDAD EN LA CORTEEn 1728 Voltaire regresó a Francia. Durante los cuatro años siguientes

residió en París y dedicó la mayor parte de su tiempo a la composición literaria. La principal obra de este periodo, inspirada en su contacto durante su estancia en Inglaterra con Pope, Swift, Congreve y Walpole, es Cartas inglesas en 1734, de la que realizó una nueva edición con el título de Cartas filosóficas en 1737. Se trata de un ataque encubierto a las instituciones políticas y eclesiásticas francesas que le causó problemas con las autoridades, y una vez más se vio obligado a abandonar París. Se refugió entonces en el Château de Cirey, en el ducado independiente de Lorena. Allí entabló una larga relación sentimental con la culta aristócrata Gabrielle Émilie Le Tonnelier de Breteuil, marquesa de Châtelet, que ejerció sobre él una importante influencia intelectual.

La época de Voltaire en Cirey en compañía de la marquesa de Châtelet fue un periodo de intensa actividad literaria. Además de un impresionante número de obras de teatro, escribió Elementos de la filosofía de Newton, y produjo novelas, cuentos, sátiras y poemas breves.

Esta estancia se vio interrumpida en varias ocasiones. Voltaire viajaba con frecuencia a París y Versalles, donde, gracias a la influencia de la marquesa de Pompadour, la famosa amante de Luis XV, se convirtió en uno de los favoritos de la corte. En primer lugar fue nombrado historiador de Francia y más tarde caballero de la Cámara Real. Finalmente, en 1746, fue elegido miembro de la Academia Francesa (véase Instituto de Francia). Su Poème de Fontenoy (1745), donde relata la victoria de los franceses sobre los ingleses durante la Guerra de Sucesión austríaca, y El siglo de Luis XV, además de otras obras de teatro como La princesa de Navarra o El triunfo de Trajano, marcaron el inicio de la relación de Voltaire con la corte de Luis XV.

A la muerte de madame de Châtelet en 1749, Voltaire aceptó una antigua invitación de Federico II el Grande para residir de manera permanente en la corte prusiana. Viajó a Berlín en 1750, pero no permaneció allí más de dos años, pues su ingenio más bien ácido chocó con el temperamento autocrático del rey y fue la causa de frecuentes disputas. Durante su estancia en Berlín completó El siglo de Luis XIV, un estudio histórico sobre el reinado de ese monarca (1638-1715)

ATAQUES A LA RELIGIÓNPor espacio de algunos años Voltaire llevó una existencia itinerante, pero

finalmente se estableció en Ferney, en 1758, donde pasó los últimos veinte años de su vida. En el intervalo comprendido entre su regreso de Berlín y su establecimiento en Ferney, terminó su obra más ambiciosa, el Ensayo sobre la historia general y sobre las costumbres y el carácter de las naciones (1756). Esta obra, que no es otra

59

Page 60: Resumen de Moderna 2

cosa que un estudio del progreso humano, censura el supernaturalismo y denuncia la religión y el poder del clero, si bien afirma su creencia en Dios.

Una vez establecido en Ferney, Voltaire escribió varios poemas filosóficos, como El desastre de Lisboa (1756), sobre el tremendo terremoto que asoló la ciudad en 1755, varias novelas satíricas y filosóficas, entre las que cabe destacar Cándido (1759), la tragedia Tancredo (1760) y el Diccionario filosófico (1764). Desde la seguridad que le proporcionaba su retiro, lanzó cientos de panfletos en los que satirizaba los abusos del poder. Quienes eran perseguidos por sus creencias encontraron en Voltaire un elocuente y poderoso defensor. El talante de sus actividades podría resumirse en una frase que el propio autor empleaba muy a menudo: écrasons l’infâme (‘aplastemos al infame’). Con esta frase se refería a cualquier forma de religión que persigue a quienes no la profesan, que practica el fanatismo. Oponía el deísmo, una religión puramente racional, a la religión cristiana. En Cándido, Voltaire analiza el problema del mal en el mundo y describe las atrocidades cometidas a lo largo de la historia en nombre de la Religión. Voltaire murió el 30 de mayo de 1778 en París.

CRITICAEl carácter contradictorio de Voltaire se refleja tanto en sus escritos como en

las opiniones de otros. Parecía capaz de situarse en los dos polos de cualquier debate, y en opinión de algunos de sus contemporáneos era poco fiable, avaricioso y sarcástico. Para otros, sin embargo, era un hombre generoso, entusiasta y sentimental. Esencialmente, rechazó todo lo que fuera irracional e incomprensible y animó a sus contemporáneos a luchar activamente contra la intolerancia, la tiranía y la superstición. Su moral estaba fundada en la creencia en la libertad de pensamiento y el respeto a todos los individuos, y sostuvo que la literatura debía ocuparse de los problemas de su tiempo. Estas opiniones convirtieron a Voltaire en una figura clave del movimiento filosófico del siglo XVIII ejemplificado en los escritores de la famosa Enciclopedia francesa. Su defensa de una literatura comprometida con los problemas sociales hace que Voltaire sea considerado como un predecesor de escritores del siglo XX como Jean-Paul Sartre y otros existencialistas franceses.

Todas las obras de Voltaire contienen pasajes memorables que se distinguen por su elegancia, su perspicacia y su ingenio. Sin embargo, su poesía y sus obras dramáticas abusan a menudo de un exceso de atención a la cuestión histórica y a la propaganda filosófica. Cabe destacar, entre otras, las tragedias Brutus (1730), Zaire (1732), Alzire (1736), Mahoma o el fanatismo (1741), y Mérope (1743); el romance filosófico Zadig (1747); el poema filosófico Discurso sobre el hombre (1738); y el estudio histórico Carlos XII (1730)..

JEAN-JACQUES ROUSSEAUINTRODUCCION

Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), filósofo, teórico político y social, músico y botánico francés, uno de los escritores más elocuentes de la Ilustración.

Nació el 18 de junio de 1712 en Ginebra (Suiza) y fue educado por unos tíos, tras fallecer su madre pocos días después de su nacimiento. Fue empleado como aprendiz de grabador a los 13 años de edad, pero, después de tres años, abandonó este oficio para convertirse en secretario y acompañante asiduo de madame Louise de Warens, una mujer rica y generosa que ejercería una profunda influencia en su vida y obra. En 1742 se trasladó a París, donde trabajó como profesor y copista de música, además de ejercer como secretario político. Llegó a ser íntimo amigo del filósofo francés Denis Diderot, quien le encargó escribir determinados artículos sobre música para la Enciclopedia.

ESCRITOS FILOSOFICOSEn 1750 ganó el premio de la Academia de Dijon por su Discurso sobre las

ciencias y las artes (1750) y, en 1752, fue interpretada por primera vez su ópera El sabio del pueblo. Tanto en las obras anteriores, como en su Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres (1755), expuso la teoría que defendía que la ciencia, el arte y las instituciones sociales han corrompido a la humanidad, y según

60

Page 61: Resumen de Moderna 2

la cual el estado natural, o primitivo, es superior en el plano moral al estado civilizado. Su célebre aserto: “Todo es perfecto al salir de las manos del Creador y todo degenera en manos de los hombres”, y la retórica persuasiva de estos escritos provocaron comentarios burlones por parte de Voltaire, quien atacó las opiniones de Rousseau y suscitó una eterna enemistad entre ambos filósofos franceses.

Rousseau abandonó París en 1756 y se retiró a Montmorency, donde escribió la novela Julia o La nueva Eloísa (1761). En su famoso tratado político El contrato social o Principios de derecho político (1762), expuso sus argumentos sobre libertad civil y contribuyó a la posterior fundamentación y base ideológica de la Revolución Francesa, al defender la supremacía de la voluntad popular frente al derecho divino.

OBRAS POSTERIORESEn su influyente estudio Emilio o De la educación (1762), expuso una nueva

teoría de la educación, subrayando la preeminencia de la expresión sobre la represión, para que un niño sea equilibrado y librepensador.

Sus poco convencionales opiniones le granjearon la oposición de las autoridades francesas y suizas, y le alejaron de muchos de sus amigos. En 1762 huyó primero a Prusia y después a Inglaterra, donde fue amparado por el filósofo escocés David Hume, con el que también terminó polemizando a través de diversas cartas públicas. Durante su estancia en Inglaterra se ocupó de la redacción de su tratado sobre botánica, publicado póstumamente, La Botánica (1802). Regresó a Francia en 1768, bajo el nombre falso de Renou. En 1770 finalizó la redacción de una de sus obras más notables, la autobiográfica Confesiones (1782), que contenía un profundo autoexamen y revelaba los intensos conflictos morales y emocionales de su vida. Murió el 2 de julio de 1778 en Ermenonville (Francia).

INFLUENCIAAunque Rousseau realizó una gran contribución al movimiento por la libertad

individual y se mostró contrario al absolutismo de la Iglesia y el Estado en Europa, su concepción del Estado como personificación de la voluntad abstracta de los individuos, así como sus argumentos para el cumplimiento estricto de la conformidad política y religiosa, son considerados por algunos historiadores como una fuente de la ideología totalitaria. Su teoría de la educación condujo a métodos de enseñanza infantil más permisivos y de mayor orientación psicológica, e influyó en el educador alemán Friedrich Fröbel, en el suizo Johann Heinrich Pestalozzi y en otros pioneros de los sistemas modernos de educación. La nueva Eloísa y Confesiones introdujeron un nuevo estilo de expresión emocional extrema, relacionado con la experiencia intensa personal y la exploración de los conflictos entre los valores morales y sensuales. A través de estos escritos, Rousseau influyó de modo decisivo en el romanticismo literario y en la filosofía del siglo XIX. Su obra también está relacionada con la evolución de la literatura psicológica, la teoría psicoanalítica y el existencialismo del siglo XX, en particular por su insistencia en el tema del libre albedrío, su rechazo de la doctrina del pecado original y su defensa del aprendizaje a través de la experiencia más que por el análisis. Su espíritu e ideas estuvieron a medio camino entre la Ilustración del siglo XVIII, con su defensa apasionada de la razón y los derechos individuales, y el romanticismo de principios del XIX, que propugnaba la experiencia subjetiva intensa frente al pensamiento racional.

3. LA ENCICLOPEDIA DE DIDEROT Y D'ALEMBERTINTRODUCCION

Enciclopedia de Diderot y D'Alembert, empresa editorial, filosófica y científica llevada a cabo por Denis Diderot y Jean d’Alembert dentro del espíritu de la filosofía de la Ilustración, aparecida entre 1751 y 1766.

UN PROYECTO EDITORIALNació del proyecto del editor Le Breton de traducir la Cyclopaedia del inglés

Chambers (publicada entre 1728 y 1742), ya que Diderot, en un principio, trabajaba únicamente como traductor. La Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios vio la luz como proyecto autónomo con el Prospectus de 1750,

61

Page 62: Resumen de Moderna 2

en el que Diderot, como director del proyecto, manifestaba su ambición de hacer el inventario de todo el conocimiento humano.

Su objetivo era el de oponerse al Diccionario de Trévoux de los jesuitas y favorecer la difusión de la filosofía de la Ilustración. Diderot recurrió a autores conocidos de la talla de Montesquieu, Voltaire, Rousseau, Buffon, Du Marsais o Daubenton y a otros menos conocidos. D’Alembert se ocupaba de las Matemáticas, Diderot de la Historia de la Filosofía, el abate Morellet de la Teología, Buffon de las Ciencias de la Naturaleza, Paul-Joseph Barthez (1734-1806) de la Medicina, Quesnay y Turgot de la Economía. El caballero de Jaucourt ayudaba a Diderot en tareas de redacción y de edición.

La Enciclopedia está marcada sobre todo por el interés de Diderot por la tecnología, aunque algunas láminas estén inspiradas en otras enciclopedias, o algunas definiciones parezcan arcaicas.

El destinatario era el pueblo y, por lo tanto, los suscriptores eran intelectuales, eclesiásticos, nobles y parlamentarios.

UN PROYECTO FILOSOFICOEl artículo ‘Enciclopedia’, redactado por Diderot y situado al principio del

primer volumen después del Discurso preliminar de D’Alembert, define el programa global de la obra: el proyecto de la Enciclopedia era el de reunir todos los conocimientos adquiridos por la humanidad, su espíritu, una crítica de los fanatismos religiosos y políticos, y una apología de la razón y la libertad de pensamiento. Diderot aúna el proyecto enciclopédico con la filosofía, que tiene en este siglo su máximo desarrollo. Las corrientes filosóficas que mejor caracterizan la Enciclopedia, son el sensualismo y el empirismo, base fundamental de la filosofía de la Ilustración. Diderot influido por la lectura de una obra del pastor y erudito alemán Johann Jakob Brucker (1696-1770) —autor también de una Historia crítica de la filosofía (1742-1744)— que fundamenta una apología de la Reforma sobre la idea del progreso de la humanidad, cree en el poder de la sabiduría: la Enciclopedia debe hacer una síntesis y clasificación del saber humano y trazar una genealogía de los conocimientos. Diderot emplea la imagen del árbol tan apreciado por Descartes y por la escolástica medieval: desde las raíces hasta las últimas ramas, el conocimiento progresa y da sus frutos. La imagen es mordaz si se piensa que ese árbol es, por tanto, el del conocimiento. La imagen bíblica del libro del Génesis se invierte, el proyecto antirreligioso se explicita. No sólo no se prohibe el conocimiento, sino que además se afirma que éste está construido por el hombre, y que en él debe basarse para obtener la felicidad.

UNA ESTRATEGIA EDITORIAL: ORDEN Y CIRCULACIÓNPara Diderot se trata de “examinar todo, remover todo sin excepción y sin

reservas”. Establece un orden racional (enciclopedia “razonada”) alfabético. Se basa en la clasificación de las facultades y las ciencias que estableció el filósofo inglés Francis Bacon. La novedad: Diderot utiliza las referencias (de cosas y de palabras) para que el lector pueda circular por esa selva de conocimientos.

El trayecto razonado inducido por las referencias va construyendo progresivamente un discurso escéptico: el análisis de la mitología hace dudar de la veracidad de la religión cristiana, el estudio de la historia antigua o las costumbres de los países lejanos conduce a mirar de otro modo la política y las costumbres propias, procedimiento muy usado por la Ilustración —por ejemplo, las obras de Nicolas Antoine Boulanger (1722-1759) La Antigüedad al descubierto a través de sus costumbres, o Examen critico de las principales opiniones, ceremonias e instituciones religiosas de los diferentes pueblos de la Tierra (1766)— y también por Voltaire, la propuesta “enciclopédica” (circular) del saber busca más el provocar una reflexión y una relativización política que el mero hecho de instruir. Toda la astucia y la ideología de la Enciclopedia está en estas referencias, discretas pero eficaces.

Los capítulos dedicados a técnicas artesanales y oficios se encargan tanto de dar información acerca de cosas indudables como de disimular la vocación filosófica y antirreligiosa de la empresa.

62

Page 63: Resumen de Moderna 2

LA BATALLA DE LA ENCICLOPEDIA El primer volumen, del que se imprimieron 2.000 ejemplares, se envió a los

suscriptores el 28 de junio de 1751. En el artículo “Autoridad política”, Diderot ataca a Bousset y su teoría del origen divino de la realeza. En seguida la empresa recibió el apoyo de Malesherbes, Montesquieu, Voltaire y Madame de Pompadour. La Enciclopedia triunfó en toda Europa: Suiza, Italia, Inglaterra y Rusia se precipitaron a adquirirla.

En 1752 apareció el tomo II, que supuso un gran escándalo, por lo que su publicación tuvo que suspenderse y Diderot esconderse. Voltaire le propuso continuar el proyecto en Berlín a lo que Diderot se opuso. No obstante, en 1753 apareció el tomo III que fue condenado por el Consejo del rey. Los tomos IV, V y VI se publicaron en 1754, 1755 y 1756 respectivamente. En 1757, cuando se publicó el tomo VII, la Enciclopedia tenía 4.200 suscriptores. Con este volumen se desencadenó una nueva batalla a raíz de la publicación del artículo “Ginebra” escrito por D’Alambert, que suscitó una virulenta respuesta de Rousseau. La Enciclopedia fue objeto de burlas: Moreau apodó a los enciclopedistas cacouacs (‘sofistas’, ‘parlanchines’), Palissot la atacó en su obra Pequeña carta sobre grandes filósofos, Voltaire la tachó de fárrago. En 1759, se prohíbe definitivamente la Enciclopedia a raíz de la publicación de El espíritu de Helvetius. El privilegio de 1748 fue anulado, con orden de devolver el dinero a los suscriptores. Para indemnizarles, Le Breton editó dos volúmenes diferentes que se enviaron a cada uno de ellos. D’Alambert, Marmontel y Duclos se retiraron. Diderot continuó solo durante siete años. En 1766 aparecieron los diez últimos volúmenes. El último de los once volúmenes de grabados apareció en 1772. Pero a partir del volumen VIII, se vieron sometidos a la censura del editor Le Breton, sin saberlo Diderot, que, no obstante, dejó que los volúmenes vieran la luz.

POSTERIDADLa empresa de Diderot y sus colaboradores dio un gran impulso a la

producción enciclopédica. Quedará, de todos modos, como símbolo del espíritu de la Ilustración. Desde los medios católicos, a mediados del siglo XIX, se intentó borrar sus huellas con obras más ambiciosas si cabe. El abate Jean-Paul Migne (1800-1875), fundador de la Biblioteca Universal del clero y editor de monumentales colecciones de textos de padres de la Iglesia griega y latina, publicó una Enciclopedia eclesiástica (1851-1859) en 66 volúmenes con el fin de relegar la “funesta” Enciclopedia de Diderot y D’Alembert que no era más que “un pigmeo de ciencia y utilidades”.

La obra de Diderot dio lugar también a otra variante: la enciclopedia filosófica realizada por Hegel y Fichte, herederos de la filosofía de la Ilustración y de la Revolución francesa. Síntesis tanto de saberes como del saber filosófico, la Enciclopedia de Diderot, engaño polémico, catálogo o gran obra, queda como una obra única.

GUERRA DE LOS SIETE AÑOS INTRODUCCIÓN

Guerra de los Siete Años, serie de conflictos internacionales que se produjeron entre 1756 y 1763, con el objetivo de conseguir el control sobre Silesia, y la supremacía colonial en América del Norte y en la India. Participaron las principales potencias europeas, en concreto Prusia, Gran Bretaña y Hannover por un lado, y Austria, Sajonia, Francia, Rusia, Suecia y España, por otro. En el espacio norteamericano se denominó Guerra Francesa e India, y participaron Gran Bretaña y sus colonias americanas contra Francia y sus aliados algonquinos. La fase asiática dio lugar al dominio británico en la India.

FASE EUROPEA La decisión austriaca de recuperar la rica provincia de Silesia, que había

pasado a manos de Prusia en 1748, fue el motivo principal de la guerra de los Siete Años. María Teresa I de Austria consiguió el apoyo de Rusia, Suecia, Sajonia, España y Francia, con el único fin de declarar la guerra a Prusia y a su aliado, Gran Bretaña.

63

Page 64: Resumen de Moderna 2

Sin embargo, fue Federico II de Prusia quien inició las hostilidades, atacando y tomando Sajonia en 1756.

Durante la primera mitad de la guerra, ésta se decantó a favor de los prusianos, que derrotaron a los franceses en Rossbach, a los austriacos en Leuthen, en 1757, y a los rusos en Zorndorf (en 1758). Sin embargo, cuando Suecia entró en la contienda y casi toda Europa se opuso a Federico, el conflicto pareció dar un giro. Hacia 1759, Prusia Oriental se hallaba en manos de los rusos y Berlín había sido tomado, lo que hizo que la situación prusiana fuera desesperada. Sin embargo, dos factores importantes hicieron que se produjera el predominio prusiano al final de la guerra: uno fue el apoyo efectivo de Gran Bretaña y de Hannover que, si bien ninguno de ellos había combatido hasta entonces de forma eficaz, de repente vencieron a los franceses; el segundo factor, y más importante, fue la retirada de la guerra (1762) de Rusia y Suecia, debido a que, a la muerte de Isabel Petrovna, emperatriz de Rusia, en 1762, su sucesor, Pedro III, que era un gran admirador de Federico, rápidamente firmó un tratado de paz.

FASE AMERICANA En América del Norte, la guerra comenzó en 1754. La rivalidad colonial entre

Francia y Gran Bretaña, debida al control de las lucrativas factorías de pieles y a las tierras situadas al oeste de los montes Apalaches, así como a los derechos de pesca en la costa de Terranova, fue creciendo poco a poco. Los franceses, mediante una estrategia de cerco, esperaban contener la colonización inglesa hacia el oeste, sobre todo en el valle de Ohio, donde los plantadores de Virginia habían establecido varias factorías peleteras en 1749, y así poder unir, gracias a la construcción de una cadena de fuertes, sus territorios canadienses con sus posesiones del sur de Nueva Orleans.

Durante los dos primeros años de guerra, vencieron las fuerzas francesas, logrando una importante y sorpresiva victoria en la defensa de Fort Duquesne.

Sin embargo, en 1757, el político británico William Pitt el Viejo, que estaba a favor de los prusianos, se hizo cargo de la política exterior británica y puso al general británico James Wolfe al mando de las tropas en el Nuevo Mundo. La intrépida estrategia de Pitt logró derrotar a los franceses: hacia 1760, los británicos habían conquistado todo el Canadá francés.

FASE INDIA Gran Bretaña también alcanzó sus objetivos en la India, acabando por

completo con los planes franceses para hacerse con el control del país. Responsable en gran parte del éxito fue el militar británico Robert Clive. El

suceso más importante de la guerra, inscrita en el contexto de las denominadas guerras de Carnatic, fue la batalla de Plassey.

TRATADO DE PAZ La guerra de los Siete Años acabó de forma oficial en 1763. El 10 de febrero

de ese mismo año, se firmó el Tratado de París para solucionar las diferencias entre Francia, España y Gran Bretaña. Uno de los términos del acuerdo fue la adquisición, por parte de Gran Bretaña, de casi todo el Imperio Francés en América del Norte. Los británicos obtuvieron de España Florida, San Agustín y la bahía de Pensacola y los franceses se quedaron con sus posesiones en la India, pero bajo severas restricciones militares que imposibilitarían la creación de un Imperio francés allí. No se produjeron cambios territoriales en el continente europeo.

El 15 de febrero se firmó el Tratado de Hubertusburg (Sajonia). Este acuerdo confirmó la titularidad prusiana de Silesia y convirtió a Prusia en una destacada potencia europea..

UNIDAD Nº 3EL ESTADO BURGES MODERNO

BOLILLA Nº 81. LA MONARQUIA INGLESA: LOS TUDOR. LOS ESTUARDOS

ENRIQUE VIII

64

Page 65: Resumen de Moderna 2

Ambicioso y audaz, Enrique VIII (reinó entre 1509 y 1547) tenía un carácter totalmente opuesto al de su cuidadoso y rutinario padre. Fue muy apreciado por los escritores humanistas, uno de los cuales, santo Tomás Moro, participó en su gobierno. En 1513 Enrique venció a los franceses y después a los escoceses en Flodden. La figura del cardenal (y posterior canciller y arzobispo de York) Thomas Wolsey, dominó el periodo comprendido entre 1514 y 1529. Aunque su esposa Catalina de Aragón le dio seis hijos, sólo uno, la futura María I, llegó a edad adulta. Deseoso de un hijo y entusiasmado por Ana Bolena, Enrique pidió al Papa el divorcio; cuando el eficiente Wolsey no pudo obtenerlo, Enrique le destituyó y convocó al Parlamento para iniciar la reforma. El resultado fue la creación de la Iglesia de Inglaterra, de la que Enrique era el principal jefe, rechazando la autoridad de Roma, pero manteniendo el dogma católico.

La tercera esposa de Enrique, Juana Seymour, murió al dar a luz a Eduardo, el único hijo varón superviviente; sus tres últimas esposas no tuvieron descendencia.

Thomas Cromwell, conde de Essex, otro de los grandes administradores de Enrique, supervisó los cambios revolucionarios que tuvieron lugar a partir de 1530: la ruptura con Roma y la disolución de los monasterios, la nueva ampliación del Parlamento, en especial de la Cámara de los Comunes, y la creación de una nueva estructura burocrática con el Consejo Privado y otras instituciones controladas absolutamente por la corona.

LOS HEREDEROS DE ENRIQUE VIIIBajo Eduardo VI (reinó entre 1547 y 1553), un menor dominado sucesivamente por Eduardo

Seymour, primer duque de Somerset y John Dudley, duque de Northumberland, la Iglesia de Inglaterra adoptó el protestantismo. Cuando Eduardo murió a los 16 años, Northumberland intentó conseguir el trono para su familia e impedir la sucesión de la hermanastra católica del rey, María, al casar a su hijo con Juana Grey, a quien proclamó reina. El intento fracasó muy pronto y Northumberland, Juana y su marido fueron ejecutados.

María I Tudor, la hija de Catalina de Aragón, restauró el catolicismo y se casó con su primo, Felipe II de España. Cuando María la Sanguinaria, como era conocida, murió en noviembre de 1558, Inglaterra se regocijó con la llegada al trono de su hermanastra, Isabel, que inmediatamente reprimió a los católicos y fortaleció jurídicamente el anglicanismo.

Isabel I poseía la frugalidad y la habilidad de su abuelo y los modales imperiosos y la capacidad para gobernar de su padre.Ayudó a los rebeldes protestantes en los Países Bajos españoles y estimuló a los marinos británicos para que abordaran barcos españoles en alta mar. Sus naves derrotaron a la Armada Invencible en 1588 y evitaron así la invasión de Inglaterra. En 1603 se completó la conquista de Irlanda.

LOS PRIMEROS ESTUARDOLa ascensión al trono del rey escocés Jacobo IV como Jacobo I de Inglaterra (reinó entre 1603 y

1625) unió las coronas de Inglaterra y Escocia. Era hijo de la prima de Isabel, María I Estuardo. Los puritanos estaban cada vez más insatisfechos con la Iglesia de Inglaterra, a la que consideraban demasiado católica. En 1605, la Conspiración de la Pólvora, un complot católico que tenía como objetivo la voladura del Parlamento, confirmó los recelos ingleses hacia Roma. La inquietud religiosa alcanzó su punto álgido cuando el antipuritano William Laud se convirtió en arzobispo de Canterbury entre 1630 y 1640.

Durante el reinado de Carlos I (que reinó entre 1625 y 1649) se produjo el enfrentamiento entre el rey —defensor de una monarquía por derecho divino—, y el Parlamento, que insistía en mantener la independencia de sus derechos. El presidente del Tribunal Supremo, Edward Coke, apoyó la decisión parlamentaria de procesar a los ministros del rey (1621) y contribuyó a crear la petición de derechos en 1628 que, al igual que la Carta Magna, obligó a Carlos I a admitir limitaciones en su autoridad.

El Parlamento Largo utilizó la crisis para conseguir el control sobre el gobierno. Liberó a los prisioneros políticos y arrestó y ejecutó al arzobispo Laud y a Thomas Wentworth, primer conde de Strafford, culpándolos de dirigir la política del rey.

LA GUERRA CIVILLa división nacional se exacerbó todavía más cuando Carlos intentó arrestar a algunos miembros

del Parlamento acusados de conspiración. Al fracasar esta acción, los partidarios del rey abandonaron el Parlamento, mientras que la parte restante, los puritanos, hicieron entonces una llamada a las armas; Carlos también reunió sus fuerzas. El enfrentamiento era inevitable; en octubre de 1642 se sostuvo la primera batalla en Edgehill.

Los parlamentarios ganaron finalmente la Guerra Civil inglesa gracias al apoyo de Escocia y, sobre todo, debido al liderazgo militar de Oliver Cromwell, que creó las unidades militares que servirían

65

Page 66: Resumen de Moderna 2

de base para el Nuevo Ejército (New Model Army). Con el apoyo de estos nuevos regimientos, Cromwell depuró el Parlamento de todos los miembros opositores. El Parlamento Rabadilla (Rump Parliament) llevó a juicio a Carlos I que fue ejecutado el 30 de enero de 1649; abolió la monarquía y la Cámara de los Lores y estableció un régimen protorepublicano (denominado Protectorado o Commonwealth) en Inglaterra que aunaba aspectos monárquicos y parlamentarios.

EL RÉGIMEN DE CROMWELLSe creó un nuevo Consejo de Estado que dependía del Ejército y, ante la escasa legitimidad del

Parlamento Rabadilla, Cromwell se convirtió en el dueño de la situación. Entre 1649 y 1651 sometió a Irlanda y Escocia, que se incorporaron al Protectorado (Commonwealth). En 1653 disolvió el Parlamento Rabadilla, cansado de su oposición. Tras el experimento del Parlamento de Barebone (Barebone’s Parliament), que se disolvió en diciembre de 1653, un texto adoptado por el Consejo de Estado y apoyado por el Nuevo Ejército (conocido como Instrumento de Gobierno), el único intento en la historia británica de una constitución escrita, confió el poder a Cromwell con el título de lord protector de la República de Inglaterra, Escocia e Irlanda. Cromwell aceptó una segunda cámara en el Parlamento y el derecho a nombrar a su sucesor, pero rechazó el título de rey.

La Ley de Navegación (1651) provocó las Guerras Anglo-holandesas de 1652 a 1654, con las que Inglaterra obtuvo algún éxito. Jamaica fue arrebatada a España en 1655. En alianza con Francia, las fuerzas inglesas vencieron en la batalla de las Dunas en 1658 y tomaron Dunkerque, en Francia.

El protectorado se colapsó tras la muerte de Cromwell en 1658, y su hijo, Richard Cromwell, se mostró incapaz de conseguir el respeto del Ejército. En la confusión que siguió, el general George Monck, comandante en Escocia, marchó sobre Londres, volvió a reunir al Parlamento Largo, y preparó la vuelta del exilio del hijo mayor del rey Carlos I.

LA RESTAURACIÓN MONÁRQUICAInglaterra dio la bienvenida a Carlos II en mayo de 1660 e intentó que las cosas fueran como en

1642.En 1673, la más importante de las Test Acts excluyó a los católicos de los cargos públicos. La

conjura papista de 1678 y la acción de no incluir a Jacobo, el hermano católico del rey, en la sucesión al trono, mostró dos tendencias políticas en formación: los whigs, que defendían la supremacía del Parlamento y solicitaban la exclusión de los católicos del trono inglés y los tories, que eran anglicanos, partidarios de la prerrogativa real y no se oponían a Jacobo, siempre que ofreciera garantías en el terreno religioso. El rey murió en 1685, y el trono pasó a Jacobo.

La restauración fue una reacción contra el puritanismo en el plano moral y en el ámbito literario, como lo demuestra la aparición de Paraíso perdido, escrito por John Milton, en 1667 y de El peregrino de John Bunyan, publicado entre 1678 y 1684. En 1662 Carlos instituyó la Sociedad Real para promover el estudio de las ciencias naturales. Por otro lado, se asistió a un desarrollo de las nuevas tendencias artísticas y arquitectónicas, como se puso de manifiesto tras el incendio de Londres en 1666, cuando Christopher Wren llevó a cabo la reconstrucción de la ciudad.

2. ANGLICANISMO Y PURITANISMO. LA REVOLUCION GLORIOSAIGLESIA ANGLICANA

INTRODUCCIÓNIglesia anglicana o Iglesia de Inglaterra, nombres que recibe la Iglesia nacional surgida en Inglaterra tras la Reforma protestante. Por la segunda de las acepciones también se reconoce a la antigua Iglesia cristiana inglesa, cuyos orígenes se remontan a la propia llegada del cristianismo a este país.

PRIMITIVA IGLESIA CRISTIANA DE INGLATERRALa evidencia histórica más antigua e indiscutible de la existencia de una Iglesia cristiana en

Inglaterra se encuentra en escritos de los primeros años del siglo III, pertenecientes a padres de la Iglesia latina, tales como Tertuliano y Orígenes, a pesar de que lo más probable es que las primeras comunidades cristianas se establecieran algunas décadas antes. Se sabe que hubo tres obispos ingleses presentes en el Concilio de Arlés (314). Otros asistieron al Concilio de Sardica (actual Sofía) en el 347, y al de Ariminum en el 360. También fueron hallados en los escritos de los padres del siglo IV un gran número de datos referentes a la Iglesia de la Bretaña romana.

La disciplina y los ritos de la Iglesia primitiva de Inglaterra fueron introducidos principalmente por misioneros y monjes celtas y galos, hasta la llegada de san Agustín de Canterbury y de su grupo de misioneros de Roma en el 597. A partir de esa fecha, se uniformaron las prácticas del culto de los celtas y de los romanos, especialmente en el método para calcular la fecha de la Pascua, respecto de la organización de los monasterios y de las responsabilidades del clero. Estos asuntos fueron resueltos en el

66

Page 67: Resumen de Moderna 2

Sínodo de Whitby (664), cuando se tomó la crucial decisión de incrementar la unión con la Iglesia de Irlanda y de someter la organización de la Iglesia inglesa a la disciplina romana. Durante los cuatro siglos siguientes, la Iglesia inglesa sajona mostró los mismos niveles de crecimiento y de desarrollo que caracterizó, en toda Europa, a la Iglesia altomedieval. Después de la conquista normanda (1066), la influencia continental en Inglaterra hizo que se estrechara la unión entre la Iglesia y el Papado. Tanto en Inglaterra como en el resto de Europa se dejaron sentir las fuertes manifestaciones de poder del Papado, entre finales del siglo XI y comienzos de XIII (desde el papa Gregorio VII hasta Inocencio III), y la influencia y los privilegios del clero se extendieron, incluso a asuntos de tipo secular. Durante el periodo medieval, muchas veces los reyes ingleses pretendieron limitar el poder de la Iglesia y exigieron su independencia del Derecho canónico, sin haber logrado éxito alguno hasta que subió al trono el rey Enrique VIII.

IGLESIA NACIONALLas acciones del Parlamento entre 1529 y 1536 marcaron el inicio de la Iglesia anglicana como

iglesia nacional, independiente de la jurisdicción papal. El gran contratiempo que le provocó al rey Enrique VIII la negativa que recibió de parte del papa Clemente VII con respecto a la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón, indujo al Parlamento inglés a crear una serie de estatutos que rechazaban todo poder y jurisdicción papal sobre la Iglesia de Inglaterra. El rey reafirmó el antiguo derecho de los príncipes cristianos a ejercer la supremacía sobre los asuntos de la Iglesia que estaba dentro de sus dominios. Citó precedentes respecto de las relaciones entre la Iglesia durante el Imperio romano de Oriente y hasta el siglo IX, bajo Carlomagno. A pesar de que su actuación resultó convulsiva, Enrique VIII fue apoyado de forma abrumadora por los ingleses, tanto clérigos como laicos. Principalmente, porque no se introdujeron cambios drásticos ni en la fe católica ni en las prácticas religiosas a que estaban acostumbrados los ingleses. Después de la muerte del rey Enrique VIII, en Inglaterra se hizo sentir con más fuerza la influencia de la Reforma, y en 1549 se publicó el primer libro de oraciones anglicanas, estableciendo la obligatoriedad de que fuera usado por los clérigos ingleses; el hecho quedó refrendado por el Acta de la Uniformidad. El segundo libro de oraciones, que refleja con más fuerza la influencia del protestantismo continental, fue editado en 1552, seguido al poco tiempo por la publicación de los Cuarenta y dos artículos, un estatuto doctrinal de similares características. Con el ascenso al trono de María I Tudor en 1553, ambos libros fueron suprimidos. Esta reina hizo que Inglaterra volviera a someterse de modo oficial a la obediencia al papado, situación que duró hasta 1558, año en que murió.

En 1558 surgió una controversia religiosa en Inglaterra, cuando la reina Isabel I sucedió en el trono a María I. Fueron reimplantadas la mayoría de las leyes eclesiásticas de Enrique VIII, y con el Acta de Supremacía se definió en forma más específica la autoridad de la Corona sobre la Iglesia. En otra Acta de Uniformidad, se estableció el uso de un libro de oraciones habituales que evitaba los excesos permitidos por el segundo libro de oraciones protestantes. Durante el reinado de Isabel I creció mucho el poder de los puritanos, se volvieron más insistentes sus demandas con respecto a nuevas reformas dentro de la Iglesia anglicana y se orientaron más hacia el protestantismo de Ginebra y de otros centros religiosos de la Europa continental. Con el ascenso al trono de Inglaterra del primer monarca de la familia de los Estuardo, Jacobo I (1603), la inquietud en torno a los cambios religiosos se asoció muy directamente con los conflictos que existían entre el Parlamento y el absolutismo de los Estuardo. Alrededor de 1645, el partido del Parlamento tuvo la suficiente fuerza para declarar como fuera de la ley el uso del libro de oraciones; en 1649, Carlos I, rey de Inglaterra, fue ejecutado, y quedó derrocada así, aunque sólo temporalmente, la monarquía inglesa.

En 1662, tras la llegada al poder de Carlos II, una tercera Acta de Uniformidad volvió a solicitar la utilización del libro de las oraciones, edición en la que venían revisados y corregidos los puntos esenciales. Surgió un nuevo problema en la Iglesia anglicana cuando el rey Jacobo II trató de reimplantar la práctica del catolicismo romano en Inglaterra. Sin embargo, se vio obligado a ceder su trono tras la revolución de 1688 a Guillermo III y a María II.

MOVIMIENTOS POPULARESDesde el siglo XVII, los sucesivos movimientos dentro de la Iglesia anglicana la han ampliado

considerablemente, tanto en el plano espiritual como en el eclesiástico. En el siglo XVIII, y con el renacimiento evangélico, se infundió a la religión popular de la Iglesia oficial un nuevo sentido de piedad y de consagración personal, logrando así que la gente entendiera más en profundidad la responsabilidad que recae sobre el cristianismo con respecto a las misiones, a la educación religiosa y a los males morales y sociales de la época. Lo que impulsó este movimiento fueron los escritos de John Wesley y de sus seguidores, muchos de los cuales se alejaron de la Iglesia anglicana para convertirse al metodismo. Durante el siglo XIX, un grupo de clérigos de la Universidad de Oxford inició un movimiento cuyo

67

Page 68: Resumen de Moderna 2

propósito fue reincorporar a la herencia espiritual de la Iglesia anglicana elementos del catolicismo que habían sido respetados durante los años de la Reforma. Los miembros de la Iglesia baja, considerando que su piedad y sus prácticas religiosas eran muy similares a las principales características del protestantismo, temieron una tendencia excesiva hacia las creencias y prácticas del catolicismo, por la influencia de los miembros de la alta Iglesia (que preferían que existiera una mayor adhesión a los sacramentos y a la liturgia católicos). A pesar de este temor, el Movimiento de Oxford de la Iglesia alta prosperó, y transformó la imagen de la Iglesia anglicana. Dio un nuevo énfasis a la belleza y dignidad de las prácticas religiosas y a los centros donde se llevaba a cabo el culto. Más tarde, el movimiento amplió su preocupación a los asuntos teológicos de la Iglesia, al antiguo catolicismo, al carácter apostólico del ministerio, a los sacramentos, a la pastoral y al significado de sus principales credos. El hecho de que dentro de la Iglesia anglicana pudieran prosperar tanto el movimiento evangélico de la Iglesia baja como el Movimiento de Oxford de la Iglesia alta, ilustra la amplitud y la flexibilidad de la fe y de las prácticas de la tradición anglicana, en la que siempre se ha dado la verdadera coexistencia, a lo largo de los años, de las tendencias de las dos iglesias, la alta y la baja. Durante los últimos años del siglo XIX existió también el movimiento de la Iglesia tolerante. Estaba formada por aquellos anglicanos que se sentían en una posición intermedia entre los partidarios de la alta y de la baja Iglesia. Formaba parte de este movimiento, entre otros miembros eminentes de la Iglesia, el educador británico Thomas Arnold. Esta integración de tendencias tan divergentes, ha ocasionado controversias y tensiones dentro de la Iglesia anglicana, pero muchos anglicanos tienen la firme convicción de que el carisma de esta Iglesia es el espíritu de comprensión con que mantiene unidos puntos de vista tan distintos.

La fundación de una Iglesia episcopal protestante independiente en Estados Unidos data de la época de la guerra por la independencia, cuando los miembros de la Iglesia anglicana de las primeras colonias no pudieron continuar su adhesión a la Iglesia madre, cuya sede central estaba al otro lado del océano. Se establecieron así otras iglesias, formadas todas en torno a la Iglesia anglicana, movimiento que recibió el nombre de Comunión anglicana. Independientes y separadas de la Iglesia anglicana, de Irlanda y Gales, y de la Iglesia episcopal de Escocia, estaban las iglesias anglicanas de Canadá, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, África occidental, África Central, República de Suráfrica, India, China, Japón, y de las Antillas. Estas iglesias, y sus muchas misiones, se distribuyen por casi todo el mundo, entre personas de distinto origen, pero que se han asimilado a la cultura anglosajona. Constituyen una comunidad unida en torno a una fe y prácticas religiosas comunes.

Uno de los puntos de discusión más críticos dentro de la Iglesia anglicana contemporánea se refiere al de la ordenación de mujeres. A pesar de que existían precedentes de sacerdotisas dentro de la Iglesia americana episcopal, el que se oficializara esta práctica contaba con la oposición de uno de cada diez sacerdotes y miembros de la comunidad laica. El estatuto que establecía que “no existen objeciones fundamentales para la ordenación de mujeres” fue aprobado por primera vez durante el sínodo general de la Iglesia de Inglaterra en 1975; las primeras mujeres diáconos fueron ordenadas en 1987. El sínodo general finalmente otorgó su aprobación para la ordenación de mujeres en 1992. La aprobación parlamentaria fue votada el año siguiente, y el 12 de marzo de 1994 fueron ordenadas las primeras 22 sacerdotisas de la Iglesia anglicana. Sin embargo, un grupo de sacerdotes que no estaban dispuestos a aceptar la decisión, y que por lo general sostenían las posiciones de la Iglesia alta, se retiraron de ésta, siendo recibidos por la Iglesia católica. Se organizó un sistema de visitadores episcopales provinciales para regir las parroquias que se negaban a aceptar a las mujeres sacerdotes.

DOCTRINALa doctrina de la Iglesia anglicana se basa en el libro de oraciones habituales que contiene los

antiguos credos de un cristianismo no dividido. En segundo lugar, se basa en los Treinta y nueve artículos, que son interpretados según el libro de las oraciones. Hacen un llamamiento a los primeros cuatro concilios generales de la Iglesia cristiana, las Sagradas Escrituras interpretadas por “los padres de la Iglesia y los antiguos obispos”. La Iglesia anglicana difiere de la Iglesia católica principalmente en su rechazo del Papado, tanto en el aspecto de su jurisdicción sobre la Iglesia como en relación a su infalibilidad a la hora de promulgar la doctrina cristiana y la verdad moral, y en su rechazo de doctrinas y modos característicos de Roma. Como se ha dicho, y también a diferencia de la Iglesia católica, la Iglesia anglicana autoriza la ordenación femenina. La Iglesia anglicana difiere muy poco de la Iglesia ortodoxa oriental. Por otro lado, la Iglesia anglicana y sus iglesias hermanas en la Comunión anglicana difieren de la mayoría de las iglesias protestantes porque exigen que los obispos sean los que ordenen al clero, pastores y diáconos; en la estructura y matices de sus servicios litúrgicos, que son traducciones y versiones revisadas de los servicios que celebraba la iglesia antes de la Reforma, y en la orientación espiritual, en la que la herencia católica sacramental se combina con el énfasis bíblico y evangélico que acentuaron con la Reforma.

68

Page 69: Resumen de Moderna 2

En agosto de 2003 la Iglesia anglicana estadounidense, que agrupa a dos millones y medio de feligreses, dio un paso histórico al nombrar el primer obispo públicamente homosexual de la historia de la cristiandad. Una semana después autorizaba a sus párrocos, en otro gesto sin precedentes, la celebración de matrimonios entre personas del mismo sexo. Ante el fuerte rechazo del resto de diócesis anglicanas repartidas por el mundo, el arzobispo de Canterbury convocó un concilio para abordar este conflicto.

LA REVOLUCIÓN GLORIOSAJacobo II pronto perdió la buena voluntad con la que había iniciado su reinado. Sus oponentes,

incitados por la Declaración de Indulgencia (1688), favorable a los católicos, y por el nacimiento de un hijo —lo que posibilitaba una sucesión católica— pidieron a Guillermo III de Orange, un protestante, estatúder de los Países Bajos y marido de la hija mayor del rey, María, que salvaguardara la herencia de su esposa.

Después de que Jacobo huyera a Francia, Guillermo formó un gobierno provisional. En 1689 el Parlamento concedió la corona a ambos solidariamente. Esta revolución se llamó la Revolución Gloriosa porque, al contrario que entre 1640 y 1660, fue pacífica y tuvo éxito; el Parlamento se convirtió en soberano e Inglaterra prosperó. Fue una victoria conjunta de los principios whig y del pragmatismo tory. Los dos Tratados sobre el gobierno civil (1690) de John Locke dieron a estos hechos una atractiva justificación teorética.

Aquéllos que no juraron fidelidad a los nuevos reyes recibieron el nombre de jacobitas. Después de la masacre de Glencoe, en Escocia, y la batalla de Boyne, tras la que aumentó la represión hacia los católicos en Irlanda, jacobitas y católicos se sometieron.

EL ÚLTIMO ESTUARDOCon Guillermo (que gobernó en solitario tras el fallecimiento de la reina María en 1694),

Inglaterra participó en la guerra de la Liga de Augsburgo (1689-1697) y en la guerra de Sucesión española (1701-1713), para frenar las ambiciones territoriales de Luis XIV, rey de Francia. La primera guerra sólo consiguió que Luis reconociera a Guillermo como rey de Inglaterra. En la segunda, la victoria de John Churchill (más tarde primer duque de Malborough) en la batalla de Blenheim en 1704, demostró que Inglaterra era de nuevo una potencia que debía ser tenida en cuenta en Europa.

En 1693 Inglaterra creó un sistema de deuda pública permanente y al año siguiente se estableció el Banco de Inglaterra para garantizar su amortización.

Los dos Tratados y Ensayo sobre el entendimiento humano (1690), basado en el empirismo y en el sentido común, de John Locke, y los Principios de Isaac Newton (1687), que integraban las leyes del movimiento con la teoría universal de la gravedad, dieron a Inglaterra un lugar destacado en el mundo del pensamiento.

UNIÓN CON ESCOCIAAntes de que la joven hija de Jacobo II, Ana, llegara al trono en 1702, todos los hijos de ésta ya

habían muerto. Para evitar el retorno de los estuardos católicos, el Parlamento aprobó en 1701 el Acta de Establecimiento, que asignaba el acceso al trono a la electora protestante Sofía de Hannover (nieta de Jacobo I) y a sus descendientes. En un principio, los escoceses reivindicaron el derecho a elegir su propio sucesor de Ana, pero los éxitos militares ingleses en el continente europeo les hicieron cambiar de opinión y aceptar la Union Act de 1707, cuyo resultado fue la fusión de ambos reinos y la creación del Reino Unido de Gran Bretaña.

3. LA EXPANSION EUROPEA

INTRODUCCIÓNImperio Británico, conjunto de territorios vinculados por su lealtad a la monarquía británica,

compuesto principalmente por aquellas áreas que quedaron sometidas a la jurisdicción oficial de Inglaterra (Gran Bretaña a partir de 1707) desde finales del siglo XVI hasta el siglo XX, aunque el tipo de dominio ejercido por la metrópoli varió considerablemente a lo largo del tiempo.

INICIO DE LA EXPANSIÓN COLONIAL INGLESAEl Imperio Británico no se había constituido aún cuando la reina Isabel I ascendió al trono en

1558. Las bases de este Imperio se sentaron durante su reinado, gracias al desarrollo de la Marina inglesa (Francis Drake dio la vuelta al mundo entre 1577 y 1580), el inicio de una ofensiva comercial en ultramar (la Compañía de las Indias Orientales se fundó en 1600) y la rivalidad con la Monarquía Hispánica. La colonización inglesa no se había extendido hasta el reinado de Isabel I más allá de la colonia irlandesa del

69

Page 70: Resumen de Moderna 2

Ulster: el primer asentamiento inglés en la costa norteamericana, realizado por Walter Raleigh, en 1585, en la isla de Roanoke (en el actual estado de Carolina del Norte), fue la primera experiencia colonial ultracontinental. Sólo después de que se firmara la paz con España (1604), fue posible acometer nuevas empresas.

El foco del crecimiento colonial se encontraba en el este del Caribe, alejado de la zona central del dominio español en América: San Cristóbal (Saint Christopher, más tarde Saint Kitts) fue la primera plaza inglesa de las Indias Occidentales (denominación dada por los ingleses al archipiélago de las Antillas), en 1624. La mano de obra estaba compuesta por trabajadores blancos contratados procedentes de Inglaterra. Una segunda forma de colonización fue la realizada a través de los asentamientos religiosos de Norteamérica. El primero y más famoso fue el de los padres peregrinos que embarcaron en el Mayflower en el puerto de Plymouth y desembarcaron en la bahía de Massachusetts en 1620. Rhode Island (1636) fue fundada bajo el principio de la tolerancia religiosa; en Connecticut (1639) predominaban los practicantes del congregacionalismo, mientras que Baltimore (1634) pasó a ser el reducto de los católicos. Los vínculos que mantenían con la metrópoli eran más fuertes que los que establecieron entre sí. En tales circunstancias, no era posible someterlas a una estrecha vigilancia, de manera que se permitió a los gobernadores crear asambleas formadas por los colonos que realizaban las funciones de una cámara legislativa y asesoraban al representante del poder ejecutivo.

Aunque pueda resultar sorprendente, la Guerra Civil inglesa, que tuvo lugar en la década de 1640, y el subsiguiente régimen del Protectorado, alentaron este proceso en lugar de refrenarlo. El Parlamento se benefició del apoyo de la Marina, cuyos recursos se habían mejorado y desarrollado. Oliver Cromwell llevó a cabo una política exterior antiespañola, y la isla antillana de Jamaica fue conquistada en 1655, convirtiéndose en la primera colonia inglesa arrebatada por la fuerza a otra potencia europea. El apogeo del comercio de tabaco de las Indias Occidentales estaba tocando a su fin y fue reemplazado por la producción de azúcar, que requería una mayor mano de obra, proporcionada por los esclavos de África. De este modo, las islas comenzaron a transformarse en colonias cuya economía se basaba en la mano de obra esclava. La República inglesa también aprobó el Acta de Navegación de 1651, en la que se establecía que las importaciones en puertos nacionales o colonias sólo podían transportarse en naves inglesas o de los países productores. El naciente Imperio inglés fue gobernado con más firmeza y coherencia a raíz de la restauración en 1660 de la dinastía Estuardo, en la persona del rey Carlos II.

La política colonial aplicada desde 1660 transcurrió por los mismos derroteros. Se produjeron nuevos asaltos en el Caribe, donde los corsarios ingleses atacaban los negocios y asentamientos españoles; esta situación llevó a la firma del Tratado de Madrid en 1670, por el que España accedió finalmente a reconocer las posesiones inglesas. Pese a este acuerdo, los siguientes 50 años fueron la edad dorada de la piratería en las Indias Occidentales inglesas. La economía del azúcar se fue expandiendo, y la Royal Africa Company (constituida en 1672) organizó el denominado “pasaje medio”, en el que numerosos africanos fueron transportados al Caribe para trabajar como esclavos. De este modo, los dueños de las plantaciones consiguieron mano de obra, aunque a costa de una gran preocupación por su propia seguridad (en la década de 1670, los esclavos eran la comunidad más numerosa de las colonias inglesas). La presencia inglesa en Norteamérica se extendió más allá de la zona costera. Nueva Amsterdam fue arrebatada a las Provincias Unidas (actuales Países Bajos) en 1664 y recibió el nombre de Nueva York. Los pobladores holandeses formaron la primera gran comunidad establecida fuera de las islas a la que se impuso por la fuerza el dominio inglés. William Penn fundó la colonia de Pennsylvania (1682); durante el reinado de Jacobo II (1685-1688), Inglaterra ejerció un estricto control sobre las posesiones y privilegios originales de las colonias norteamericanas.

La situación de los dominios ingleses en la India no era comparable todavía a la de Norteamérica. La Compañía de las Indias Orientales dirigía sus factorías en Surat y Madrás bajo la autoridad del emperador mogol. Sin embargo, en 1690 se fundó un nuevo puesto comercial donde más tarde se extendería la ciudad de Calcuta. Hacia 1700, la Compañía comenzó a realizar actividades comerciales en la región de Bengala y desempeñó un papel importante, aunque secundario aún, en la política india.Así como las guerras contra España habían favorecido las primeras conquistas imperiales inglesas, los sucesivos enfrentamientos con Francia después de la Revolución Gloriosa de 1688 y 1689 facilitaron la adquisición de nuevos territorios. La expansión de Nueva Inglaterra y los nuevos asentamientos dedicados al comercio de pieles establecidos en la bahía de Hudson intensificaron los conflictos con Nueva Francia, situada en el valle del río San Lorenzo, a partir de la última década del siglo XVII. Las fuerzas inglesas tomaron Port Royal (península de Nueva Escocia) en 1710 y se anexionaron Terranova. Durante la guerra de Sucesión española, Inglaterra se apoderó de Gibraltar (1704) y de la isla de Menorca (1708), consiguiendo así sus primeras posesiones en el mar Mediterráneo. Después de afianzar sus conquistas y ampliar sus derechos para suministrar esclavos y otras mercancías a las colonias españolas

70

Page 71: Resumen de Moderna 2

de América, la categoría de Inglaterra como potencia colonial era prácticamente similar a la de sus principales competidoras europeas.

Una vez que la breve agitación que provocó la South Sea Bubble (nombre que recibió la especulación ocasionada por los nuevos privilegios comerciales con las colonias españolas de América) se hubo calmado en 1720, el interés público por los asuntos coloniales disminuyó por algún tiempo. Robert Walpole no alteró la situación ni en el exterior ni el interior durante su prolongado mandato como primer ministro (1721-1742). Georgia se convirtió en la decimotercera colonia norteamericana en 1732, mientras que los habitantes de la zona litoral de Nueva Inglaterra comenzaron a instalarse en el interior, donde podían surgir conflictos con la colonia francesa. El azúcar pasó a ser la importación principal de Gran Bretaña, favoreciendo así la economía de plantación de las Indias Occidentales y, con ello, el flujo anual de 70.000 esclavos a través del Atlántico. El Caribe inglés se reveló como el eje del sistema colonial, dado que mantenía más vínculos a través del comercio y las inversiones, y más contacto social con la metrópoli que las colonias de Norteamérica.

Durante este tiempo, el Imperio mogol de la India había entrado en un periodo de inestabilidad tras la muerte del emperador Aurangzeb (1707), y la Compañía de las Indias Orientales, aunque era principalmente una organización comercial, tuvo que actuar con astucia para conservar su posición, por lo que participó más directamente en la política.

IMPULSO COLONIAL BRITÁNICOCuando a partir de 1739 se reanudó el periodo bélico en Europa (con la denominada guerra de la

Oreja de Jenkins), Gran Bretaña se encontraba en situación de realizar conquistas territoriales a expensas de Francia, especialmente durante el gobierno del primer ministro William Pitt el Viejo. El general Jeffrey Amherst capturó las fortalezas francesas de Louisburg en 1758, abriendo así una vía de acceso al valle del San Lorenzo; al año siguiente, el general James Wolfe conquistó Quebec en una batalla en la que tanto él como el general francés marqués de Montcalm perdieron la vida. El destino de Nueva Francia estaba decidido. Las fuerzas británicas del Caribe tomaron muchas de las islas azucareras francesas.

El control británico sobre la India nació durante estos años. La Compañía de las Indias Orientales envió a un joven encargado, Robert Clive, para combatir los ataques franceses en Carnatic (en el sureste indio). Tras la satisfactoria defensa que organizó en Arcot (1751), se produjeron una serie de enfrentamientos que culminaron con la batalla de Plassey (23 de junio de 1757), en la que Clive derrotó a sus rivales indios y franceses y consiguió que la Compañía se convirtiera en la fuerza dominante en Bengala.Gran Bretaña devolvió a Francia las grandes islas azucareras de Guadalupe y Martinica por el Tratado de París de 1763, pero conservó Canadá, una región de gran importancia estratégica para garantizar la seguridad de las colonias de Nueva Inglaterra. La guerra de los Siete Años, a la cual habían puesto fin los acuerdos de París, logró despertar el entusiasmo popular por el Imperio en Gran Bretaña y fue la primera ocasión en que los británicos sometieron a numerosas poblaciones indígenas.

La expansión triunfante del Imperio acarreó nuevas responsabilidades y nuevos costes. El gobierno británico y el Parlamento deseaban emplear los ingresos recaudados en Norteamérica para pagar los artículos de primera necesidad de estas colonias, de manera que se elaboró un nuevo sistema tributario local, plasmado en la Stamp Act (1765); las autoridades británicas lo consideraban absolutamente justo, mientras que los colonos norteamericanos opinaban que atentaba contra sus derechos constitucionales. La Stamp Act fue revocada después de que se produjeran varias revueltas de protesta, pero no tardó en ser reemplazada con otros impuestos: éste fue el origen inmediato de la guerra de la Independencia estadounidense (1775-1783). Las pérdidas de Gran Bretaña a raíz de su derrota en ese conflicto, sancionadas por el Tratado de París de 1783, quedaron limitadas a las colonias de Norteamérica debido a que los franceses, que junto a los españoles habían ayudado a los insurgentes, no fueron capaces de desafiar la supremacía naval británica. Posteriormente, los británicos crearon la provincia de New Brunswick en 1784 y reforzaron su presencia en Canadá.

La política desplegada en los años siguientes se caracterizó por la consolidación y el aumento del control imperial. Las enormes fortunas personales que Clive y Warren Hastings (primer gobernador general de la India, desde 1773 hasta 1784) consiguieron en la India decidieron a las autoridades británicas a regular más estrictamente los negocios de la Compañía de las Indias Orientales. De acuerdo con lo establecido en la Ley de la India (India Act) de 1784, esta entidad debía someterse a un examen realizado por la denominada Oficina de Control. Durante el periodo en que Charles Mann Cornwallis sirvió como gobernador general (1786-1793), la administración británica en la India quedó en manos de funcionarios públicos, aunque la Compañía continuó siendo una entidad comercial.

La Ley de Canadá (Canada Act) de 1791 tenía por objeto poner orden en los asuntos de la región de Norteamérica que se extendía al norte del paralelo 49, para lo cual se dividió esta zona en Alto Canadá y Bajo Canadá, y se reconoció la situación especial de los habitantes franceses de esta última.

71

Page 72: Resumen de Moderna 2

Después de las expediciones realizadas en el Pacífico por el capitán James Cook en la década de 1770, el capitán Arthur Phillip recibió el mando de una flota que fue enviada a la bahía australiana de Botany en 1788, y fundó una colonia en la cala donde nacería la ciudad de Sydney, el primer asentamiento europeo en Australia. Aunque esta colonia se estableció inicialmente para poder enviar allí a los convictos —dado que Nueva Inglaterra ya no estaba bajo el dominio británico—, algunos historiadores consideran que esta acción formaba parte de una política imperial más ambiciosa, un giro hacia el Este, gracias al cual el comercio británico podría seguir la ruta de los mares orientales, partiendo del continente americano, en su búsqueda de especias para la reexportación y de mercados en los que vender los productos manufacturados británicos. En cualquier caso, de lo que no cabe duda es que la Revolución Industrial y la expansión imperial se desarrollaron al unísono y dieron lugar al denominado segundo Imperio Británico.

EXPANSIÓN DEL IMPERIO BRITÁNICOLa implicación de Gran Bretaña en las Guerras Napoleónicas estimuló la expansión del Imperio.

Su Ejército y su Flota no siempre obtuvieron espectaculares triunfos fuera de Europa. La intervención en la isla antillana de La Española (1796) y el intento de arrebatar Buenos Aires a España (en las conocidas como invasiones inglesas al Río de la Plata, de 1806 y 1807) no tuvieron éxito. No obstante, las islas azucareras francesas fueron reconquistadas y el exceso de oferta que se generó en el mercado de azúcar contribuyó a la elaboración de la legislación de 1807, en la que se abolía el comercio de esclavos; esta medida también estaba relacionada hasta cierto punto con el surgimiento de un fervor moral en Gran Bretaña, que se reflejó en la creación de sociedades misioneras tales como la Sociedad de la Biblia Inglesa y Extranjera (1804). El fracaso de la invasión francesa de Egipto emprendida por Napoleón Bonaparte y los triunfos del almirante Horatio Nelson proporcionaron a los británicos una importante ruta hacia el Este. Richard Colley Wellesley, el gobernador general de la India (1797-1805) y hermano mayor del futuro duque de Wellington, se había embarcado en nuevas conquistas, y hacia 1805 era Gran Bretaña quien gobernaba realmente en Delhi, mientras que el emperador mogol desempeñaba un papel meramente representativo.

No se produjeron enfrentamientos bélicos en Norteamérica hasta que los conflictos motivados por los derechos y fronteras comerciales neutrales desembocaron en la Guerra Anglo-estadounidense (1812-1815), un enfrentamiento durante el cual los estadounidenses tomaron brevemente en el Alto Canadá la ciudad de York (actual Toronto) y los británicos incendiaron Washington. La participación de los Países Bajos en apoyo del bando francés permitió a Gran Bretaña conquistar posesiones como el cabo de Buena Esperanza, Ceilán (actual Sri Lanka) y algunas áreas de la Guayana. La mayoría de estos territorios, aunque no todos ellos, fueron conservados gracias al acuerdo alcanzado en el Congreso de Viena, en 1815. Lo más importante para Gran Bretaña no fueron las áreas conquistadas, sino el surgimiento de una identidad y una vocación inequívocas por las cuales la elite dirigente británica consideraba que su administración imperial era más inteligente y beneficiosa que la de las demás potencias europeas.

El tiempo de paz fue inicialmente una época de consolidación. La excepción se produjo en la India, donde una serie de campañas aumentó la preeminencia británica (aunque ésta no fue total hasta que el Punjab y Sind fueron conquistados en la década de 1840). Gran Bretaña comenzó a ejercer una influencia más directa sobre la sociedad india. El inglés pasó a ser el idioma oficial de los territorios indios, y las misiones cristianas incrementaron su actividad. Sin embargo, después de la Rebelión de los cipayos (1857-1859), toda ambición de transformar la India quedó reducida a mantener la convivencia entre un sistema de gobierno eficaz y los elementos tradicionales de la sociedad. A partir de 1858, la India dejó de ser administrada por la Compañía de las Indias Orientales y pasó a depender directamente del gobierno británico: disponía de un virrey asentado en la propia India, así como de un secretario de Estado, radicado en Londres, que formaba parte del gabinete gubernamental británico.

La campaña en contra de la esclavitud en las Indias Occidentales perdió fuerza después de 1815, pero el resurgimiento de la política reformista en Gran Bretaña a partir de 1830 y la rebelión de esclavos que tuvo lugar en Jamaica en 1831 llevaron a la abolición de esta institución en 1834 (la emancipación se llevó a cabo en 1838). No se produjeron más tensiones en esta zona posteriormente. El fin de la esclavitud fue seguido mucho después de la desaparición del antiguo sistema colonial, superado por el ascenso del librecambio; así, el Acta de Navegación fue revocada en 1849. Un imperio adherido al sistema de librecambio no necesitaba controlar de forma estricta —y a menudo costosa— a las comunidades de colonos, de manera que se aplicó el principio del gobierno responsable en las colonias británicas de América del Norte durante la década de 1840. Como consecuencia de este principio, Canadá pasó a ser una confederación en 1867, lo que permitió a Gran Bretaña retirar sus guarniciones a la vez que conservaba el control sobre su política y defensa exterior. El Imperio concedió a las colonias australianas un gobierno responsable en la década de 1850 (aunque la fragmentación de esta zona demoró la

72

Page 73: Resumen de Moderna 2

constitución de una federación hasta 1901). La situación en Suráfrica, especialmente en lo referente a las relaciones entre los colonizadores y los nativos, no hacía recomendable la desaparición del control imperial, aunque los británicos retiraron la vigilancia de las repúblicas bóers del interior, creadas por el Gran Trek.

Si bien es cierto que el auténtico aumento de la influencia británica en el exterior de Europa se realizó a través de un Imperio de productos manufacturados —como puso de manifiesto el bombardeo de Cantón motivado por la frustración de las expectativas comerciales—, la primera mitad del reinado de Victoria I fue una etapa de relativa estabilidad en lo referente a los asuntos imperiales y poco dada a precipitadas expansiones en el extranjero.

El florecimiento del Imperio durante el mandato del gobierno conservador de Benjamin Disraeli (1874-1880) ha sido considerado como el heraldo de una política imperial más activa. El nuevo imperialismo, de carácter más agresivo, que siguió a esta fase, también fue motivado por la inestabilidad local; por ejemplo, el gobierno liberal de William Ewart Gladstone ordenó la ocupación de Egipto (1882) para mantener el control sobre el canal de Suez. Se produjo a continuación una lucha colonial por el poder en el continente africano (el denominado reparto de África), en la que Gran Bretaña, que rivalizaba principalmente con Francia y Alemania, reclamó diversos territorios de África occidental —sobre todo los situados a lo largo del valle del Níger— durante la década de 1880, y en el sur del continente, donde las actividades de Cecil Rhodes llevaron a la anexión de Bechuanalandia en 1888 y a la constitución de Rhodesia en 1894. Los más firmes oponentes de la expansión británica fueron los bóers del Transvaal y del Estado Libre de Orange, que finalmente fueron derrotados en la Guerra Bóer (1899-1902).Los exploradores británicos recorrieron el África oriental a partir de la década de 1850 en busca del nacimiento del Nilo, y Samuel White Baker descubrió el lago Alberto en 1864. Finalmente, Gran Bretaña se aseguró el control político de la región tras la adquisición de Uganda (1894). A su vez, comenzaron a crearse asentamientos británicos en Kenia, aunque tuvieron un carácter provisional hasta 1914.

La reina Victoria asumió el título de emperatriz de la India en 1876. Los dirigentes británicos estaban más alarmados por la amenaza de la expansión rusa que por los conflictos internos, aunque la fragilidad de las relaciones raciales y la formación del Congreso Nacional Indio (Partido del Congreso) en 1885 permitieron prever una época de conflictos. El gobierno liberal elegido en 1906 decidió retomar un estilo imperial menos espectacular; concedió la independencia al Transvaal y al Estado Libre de Orange, lo que abrió el camino para la formación de la Unión Surafricana en 1910, acordada por las comunidades blancas. La Conferencia Colonial de 1907 fue el primer evento de estas características, precursor de lo que posteriormente serían las instituciones de la Commonwealth.

El Imperio Británico se mantuvo unido durante la I Guerra Mundial (1914-1918). En los dominios autónomos predominó un ferviente entusiasmo en los primeros momentos, a excepción de una rebelión bóer de escasa importancia que en 1915 fue fácilmente reprimida. Las tropas de los dominios realizaron importantes acciones en Francia: los canadienses, en la cresta de Vimy, en abril y mayo de 1917, durante la tercera batalla de Arras; y los australianos y neozelandeses, en Gallípoli, durante buena parte de 1915 y enero de 1916. No hubo nuevas manifestaciones de protesta en la India; sus tropas lucharon en Francia, África oriental y Oriente Próximo. Sin embargo, a medida que se incrementaron los sacrificios que exigía la guerra a partir de 1916, fue disminuyendo la lealtad hacia el Imperio. Los australianos rechazaron el reclutamiento (1917), y éste provocó una fuerte oposición en la zona francesa de Quebec. El líder nacionalista indio Mohandas Gandhi causó un fuerte impacto en la opinión pública de la India tras su regreso de Suráfrica en 1914, e incluso consiguió reunir durante un tiempo a los hindúes y musulmanes en el Congreso Nacional Indio.

Después de la I Guerra Mundial, el Imperio Británico alcanzó su máxima extensión: Gran Bretaña adquirió la mayor parte de los territorios alemanes en África de acuerdo con el Tratado de Versalles (1919); a su vez, se abría la posibilidad de un nuevo Imperio en el mundo árabe. Sin embargo, también aumentaron los sentimientos nacionalistas y separatistas.

PRINCIPIO DEL FIN DEL IMPERIO BRITÁNICOLo cierto es que, después de 1919, Gran Bretaña no sólo se encontraba agotada internamente,

sino que su Imperio estaba disperso desde el punto de vista estratégico. Las décadas de 1920 y 1930 se caracterizaron por la búsqueda de nuevos medios para hacer funcionar al Imperio con menos gastos y disminuir el riesgo de su fragmentación. Irak y Egipto obtuvieron la independencia en 1932 y 1936, respectivamente. Las peticiones realizadas por los dominios reclamando el pleno reconocimiento de su autonomía constitucional fueron satisfechas en el Estatuto de Westminster de 1931, aunque la Corona británica continuó siendo el nexo de unión. El sur de Irlanda recibió la condición de dominio y se constituyó el Estado Libre de Irlanda (1922), que pasó a ser una república (Eire) en 1937. El recuerdo de la matanza de Amritsar (1919), en la que el Ejército británico abrió fuego indiscriminadamente contra los manifestantes y asesinó a cerca de 400 personas, repercutió en la situación de la India durante todo este

73

Page 74: Resumen de Moderna 2

periodo. Posteriormente, el gobierno británico de la India aprobó reformas constitucionales (1919, 1935) para hacer compatible el progreso de esta nación con las necesidades del Imperio, pero su disputa con el Congreso Nacional Indio continuó sin resolverse. Gran Bretaña no tuvo que hacer frente aún al nacionalismo en las colonias africanas, y su gestión consistió en gobernar a los pueblos indirectamente y de forma económica a través de instituciones locales basadas en jefes rurales. No obstante, pudieron apreciarse indicadores ocasionales de la reacción de África al control colonial, especialmente en aquellos lugares en los que se recaudaron nuevos impuestos o se interfirió en las costumbres tradicionales.

Si el Imperio Británico aún se aferraba a su frágil equilibrio en 1939, la II Guerra Mundial puso fin a esta situación. Algunas posesiones británicas (Hong Kong, Malasia, Birmania, Singapur) fueron conquistadas por Japón. Se produjo una rebelión en la India en agosto de 1942 y algunas acciones disidentes en el Ejército indio. Los dominios intervinieron en el conflicto, desde 1939, apoyando a Gran Bretaña, pero posteriormente expresaron su deseo de decidir la naturaleza y los límites de su participación (Eire permaneció neutral). Por lo que respecta a la dependencia del Imperio —especialmente en África y el Caribe—, el gobierno británico intentó promover una imagen progresista, coherente con una guerra que se había librado en nombre de la libertad. Se aprobaron las Leyes de Bienestar y Desarrollo Colonial (1940, 1945), y el primer ministro Winston Churchill se unió al presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt en la firma de la Carta del Atlántico (1941), en la que se declaraba el derecho universal a la autodeterminación; no obstante, el jefe de gobierno británico matizó posteriormente su aprobación de este documento. En resumen, Gran Bretaña consiguió movilizar a su Imperio para la guerra de forma bastante satisfactoria, pero para ello tuvo que aceptar compromisos y adoptar medidas que a la larga perjudicaron su supervivencia.

PROCESO DESCOLONIZADOREstas repercusiones no tardaron en apreciarse en el sur de Asia, donde obtuvieron la

independencia India y Pakistán (1947), Ceilán (1948) y Birmania (1948), y sólo esta última permaneció en la Commonwealth. Gran Bretaña renunció a su mandato sobre Palestina en 1948. En África sólo se previeron pequeñas concesiones con respecto al autogobierno, pero las rebeliones de Accra (febrero de 1948) inauguraron una transición relativamente rápida en la Costa de Oro (más tarde Ghana), que en 1957 pasó a ser la primera colonia británica al sur del Sahara que obtuvo la independencia (en el norte, Sudán había conseguido la independencia en 1956). La presencia de colonos blancos en el África central y oriental ocasionó situaciones más complejas y conflictivas en ocasiones (éste fue el caso de la rebelión Mau-mau en Kenia después de 1952). Sin embargo, el gobierno conservador de Harold Macmillan reconoció ciertos aires de cambio en África después de 1959, que culminaron con la independencia de Nigeria (1960), Sierra Leona (1961), Tanzania (antigua Tanganica, 1961), Uganda (1962), Kenia (1963), Zambia (antigua Rhodesia del Norte, 1964), Malawi (1964), Gambia (1965), Botsuana (antigua Bechuanalandia, 1966) y Suazilandia (1968). Tanto éstas como otras transferencias de poder se realizaron de forma pacífica, a excepción de Rhodesia, donde la rebelión iniciada por la población blanca provocó dos años de guerra de guerrillas antes de que se constituyera legalmente Zimbabue en 1980. No se produjeron conflictos de este tipo en las Indias Occidentales, aunque la disolución de la Federación de las Indias Occidentales, que había sido fundada en 1958, supuso la consecución de la independencia para varias islas que carecían de viabilidad como unidades independientes: Jamaica y Trinidad se independizaron en 1962, y las demás islas siguieron su camino posteriormente. A lo largo de todo este proceso, los gobiernos británicos no opusieron resistencia a la descolonización, a condición de que fuera posible transferir el poder a regímenes amistosos. Cuando el prestigio británico se vio dañado, como en el caso de la guerra de las Malvinas (1982), la respuesta fue agresiva. El desarrollo de una Commonwealth multirracial, igualitaria, de escasa utilidad aunque con afán de cooperación transcurrió paralelo al final del Imperio Británico.

BOLILLA Nº 92. LOS INICIOS DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL EN INGLATERRA INTRODUCCIÓN

Revolución Industrial, proceso de evolución que conduce a una sociedad desde una economía agrícola tradicional hasta otra caracterizada por procesos de producción mecanizados para fabricar bienes a gran escala. Este proceso se produce en distintas épocas dependiendo de cada país. Para los historiadores, el término Revolución Industrial es utilizado exclusivamente para comentar los cambios producidos en Inglaterra desde finales del siglo XVIII; para referirse a su expansión hacia otros países se refieren a la industrialización o desarrollo industrial de los mismos.

74

Page 75: Resumen de Moderna 2

Algunos autores para referirse al desarrollo capitalista en el último tercio del siglo XX, con nuevas organizaciones empresariales (trusts, holdings, cárteles), nuevas fuentes energéticas (electricidad, petróleo) y nuevos sistemas de financiación hablan de Segunda Revolución Industrial.

LA EXPERIENCIA BRITÁNICALa primera Revolución Industrial tuvo lugar en Reino Unido a finales del siglo XVIII; supuso

una profunda transformación en la economía y sociedad británicas. Los cambios más inmediatos se produjeron en los procesos de producción: qué, cómo y dónde se producía. El trabajo se trasladó de la fabricación de productos primarios a la de bienes manufacturados y servicios. El número de productos manufacturados creció de forma espectacular gracias al aumento de la eficacia técnica. En parte, el crecimiento de la productividad se produjo por la aplicación sistemática de nuevos conocimientos tecnológicos y gracias a una mayor experiencia productiva, que también favoreció la creación de grandes empresas en unas áreas geográficas reducidas. Así, la Revolución Industrial tuvo como consecuencia una mayor urbanización y, por tanto, procesos migratorios desde las zonas rurales a las zonas urbanas.

Se puede afirmar que los cambios más importantes afectaron a la organización del proceso productivo. Las fábricas aumentaron en tamaño y modificaron su estructura organizativa. En general, la producción empezó a realizarse en grandes empresas o fábricas en vez de pequeños talleres domésticos y artesanales, y aumentó la especialización laboral. Su desarrollo dependía de una utilización intensiva del capital y de las fábricas y maquinarias destinadas a aumentar la eficiencia productiva. La aparición de nuevas máquinas y herramientas de trabajo especializadas permitió que los trabajadores produjeran más bienes que antes y que la experiencia adquirida utilizando una máquina o herramienta aumentara la productividad y la tendencia hacia una mayor especialización en un proceso acumulativo.

La mayor especialización y la aplicación de bienes de capital a la producción industrial creó nuevas clases sociales en función de quien contratara y tuviera la propiedad sobre los medios de producción. Los individuos propietarios de los medios de producción en los que invertían capital propio se denominaron empresarios. Cuando invierten capital en una empresa sin participar directamente en ella se denominan capitalistas.

Como la Revolución Industrial se produjo por primera vez en Gran Bretaña, este país se convirtió durante mucho tiempo en el primer productor de bienes industriales del mundo. Durante gran parte del siglo XVIII Londres fue el centro de una compleja red comercial internacional que constituía la base de un creciente comercio exportador fomentado por la industrialización. Los mercados de exportación proporcionaban una salida para los productos textiles y de otras industrias (como la siderurgia), cuya producción aumentaba rápidamente gracias a la aplicación de nuevas tecnologías. Los datos disponibles sugieren que la tasa de crecimiento de las exportaciones británicas se incrementaron de forma considerable a partir de la década de 1780. La orientación exportadora y el aumento de la actividad comercial favorecieron aún más el desarrollo de la economía: los ingresos derivados de las exportaciones permitían a los productores británicos importar materias primas para crear productos industriales; los comerciantes que exportaban bienes adquirieron una importante experiencia que favoreció el crecimiento del comercio interior. Los beneficios generados por ese desarrollo comercial fueron invertidos en nuevas empresas, principalmente en mejora de la tecnología y de la maquinaria, aumentando de nuevo la productividad, favoreciendo la dinámica del proceso.

LA EXPANSIÓN DEL PROCESO INDUSTRIALIZADORGran Bretaña no fue el único país que experimentó una Revolución Industrial. Los intentos de

fechar ese desarrollo industrial en otros países están sujetos a fuertes controversias. No obstante, los estudiosos parecen estar de acuerdo en que Francia, Bélgica, Alemania y Estados Unidos experimentaron procesos parecidos a mediados del siglo XIX; en Suecia y Japón se produjo a finales del siglo; en Rusia y en Canadá a principios del siglo XX; en algunos países de Latinoamérica, Oriente Próximo, Asia central y meridional y parte de África a mediados del siglo XX.

Cada proceso de industrialización tiene características distintas en función del país y la época. Al principio, la industria británica no tenía competidores. Cuando se empezaron a industrializar otros países tuvieron que enfrentarse a la ventaja acumulada por Gran Bretaña, pero también pudieron aprovecharse de su experiencia. En cada caso, el éxito del proceso industrializador dependía del desarrollo de nuevos métodos de producción, pero también de la modificación de las técnicas utilizadas para adaptarlas a las condiciones imperantes en cada país y de la propia legislación vigente, que favoreciera la implantación de maquinaria barata gracias a una disminución de los aranceles, lo que, en ocasiones, podría perjudicar a otros sectores sociales, como los campesinos, que veían cómo sus productos debían competir con otros más baratos. Aunque la intervención pública para favorecer la industrialización fue importante en el caso británico, el papel del Estado fue mucho mayor en el caso alemán, ruso, japonés y en casi todos los países industrializados durante el siglo XX.

75

Page 76: Resumen de Moderna 2

Por definición, la industrialización aumenta la renta per cápita nacional. También implica cambios en la distribución de la misma, en las condiciones de vida y laborales y en los valores sociales. La Revolución Industrial supuso, al principio, una reducción del poder adquisitivo de los trabajadores y una pérdida de calidad en su nivel de vida. Más tarde, se tradujo en un aumento de la calidad de vida de toda la población del país industrializado. Estos aspectos siguen siendo objeto de importantes trabajos de investigación

BOLILLA Nº 10LA REVOLUCION FRANCESA

1. FRANCIA EN EL SIGLO XVIII. LOS ÚLTIMOS CAPETOS.Luís XV había sucedido a su bisabuelo, Luís XIV, en 1715. Luís XV que reinó entre 1715 y

1774, y su nieto, Luís XVI, en el poder desde 1774 hasta 1792, fueron gobernantes bien intencionados, pero ambos carecían de la habilidad necesaria para adaptar las instituciones nacionales a las cambiantes condiciones del siglo XVIII. Luís XV era indolente y estaba poco interesado por los asuntos de Estado, que intentaba despachar lo antes posible para disfrutar de los placeres que le ofrecían su riqueza y posición. Desacreditó a la monarquía y a su muerte era tan impopular que su cuerpo fue enterrado en secreto. Luís XVI, con sólo 20 años de edad cuando comenzó a reinar, era indeciso y muy influenciable. Su joven esposa, María Antonieta, frívola y extravagante, obstaculizó las necesarias reformas.

No obstante, el siglo XVIII fue una de las épocas más importantes de la historia del país. Francia era la nación más rica y poderosa del continente. El gusto por lo francés, desde la arquitectura o el diseño hasta la moda, se extendía por todo el mundo occidental. Las ideas políticas y sociales de los escritores franceses influyeron en el pensamiento y en las actividades tanto de Europa como de América, y el francés se convirtió en el idioma de los intelectuales en todo el mundo

LA ECONOMÍA

Este siglo fue un periodo caracterizado por un extraordinario crecimiento económico. La población pasó de 21 millones en 1700 a 28 millones en 1790. Los ingresos procedentes de la agricultura se incrementaron en un 60%. Los historiadores económicos sitúan los comienzos de la industrialización francesa en el siglo XVIII, fecha en la que el país era la principal potencia industrial del mundo. El Corps des Ponts et Chaussées (Departamento de Puentes y Carreteras), fundado en 1733, hizo del sistema de carreteras francés el mejor de Europa en 1780. La flota mercante de Francia contaba con más de 5.000 barcos, dedicados al lucrativo comercio con África, América y la India, y enriquecía a los comerciantes de los puertos franceses del Atlántico. Sin embargo, los ingresos de los trabajadores y artesanos de las ciudades difícilmente mantenían el ritmo de la inflación, así como la mayoría de los campesinos, que conseguían pocos excedentes para vender y estaban cargados de fuertes impuestos, diezmos y obligaciones feudales.

RÉGIMEN FISCAL El sistema tributario, que eximía a los territorios de la nobleza y del clero (aproximadamente el

35% de los terrenos cultivados) de los impuestos sobre la tierra, fracasó al no afectar a los principales contribuyentes y al establecer una carga injusta sobre el campesinado y la burguesía. Los sucesivos ministros intentaron establecer un sistema tributario equilibrado que afectara a toda la riqueza, pero la oposición de los estamentos privilegiados y la debilidad del rey al apoyar reformas contra esa oposición frustraron estos intentos.

OPOSICIÓN A LA MONARQUÍA La nobleza (cuyos títulos eran originariamente comprados a la Corona) dirigió en los

parlamentos provinciales la oposición a las iniciativas reales, invocando que los decretos reales se sometieran a la aprobación parlamentaria y haciéndose pasar por defensores de las libertades públicas contra el despotismo real, con lo que pretendían popularizar su causa; en realidad, lo que estaban defendiendo eran sus propios privilegios y el control del gobierno por parte de la aristocracia.

La oposición de la clase intelectual a la monarquía estuvo dirigida por los filósofos y escritores franceses del siglo XVIII que trataban problemas políticos, sociales y económicos. Rechazando las costumbres y la tradición como líneas de acción, instaron a sus compatriotas a que usaran la razón como medio para descubrir las leyes naturales que rigen las relaciones humanas y para moldear nuevas instituciones de gobierno y sociedad en conformidad con ellas. También sostenían que toda la población tenía ciertos derechos naturales —vida, libertad y propiedad— y que los gobiernos existían para garantizar esos derechos. Algunos, a finales del siglo, defendieron el derecho de autogobierno. Estas ideas fueron especialmente apreciadas por la burguesía, que había aumentado en número, riqueza y ambición, y

76

Page 77: Resumen de Moderna 2

ansiaba ampliar su destacada posición socioeconómica al ámbito político, participando en las decisiones del gobierno. A través de la burguesía, las ideas se filtraron hasta las capas inferiores de la sociedad y llegaron a formar parte del acervo popular antes de la revolución.

LA CRISIS FINANCIERA Los problemas financieros del gobierno empeoraron después de 1740 por la reanudación de los

conflictos bélicos. La guerra de Sucesión austriaca (1740-1748) y la guerra de los Siete Años (1756-1763) fueron enfrentamientos europeos por la hegemonía en Europa central y en las colonias. La segunda de ellas llegó incluso a algunas zonas de América, la denominada Guerra Francesa e India, que enfrentó a Francia y Gran Bretaña por obtener el predominio comercial y territorial en un amplio espacio geográfico. Francia perdió su vasto imperio colonial en América y en la India. En 1778, los franceses intervinieron en la guerra de la Independencia estadounidense, apoyando la rebelión de los colonos norteamericanos para debilitar así a Gran Bretaña y recuperar las colonias perdidas. Sin embargo, las esperanzas francesas no se cumplieron, a pesar del éxito de los insurgentes, y su participación en la guerra incrementó la ya creciente y onerosa deuda nacional.

La labor de afrontar la crisis financiera recayó en el joven e indeciso Luís XVI. Después de que los parlamentos provinciales bloquearan todos los programas de reforma presentados por los ministros e improvisaran una Asamblea de Notables en mayo de 1788, Luís obligó al Parlamento de París a aceptar los edictos reales que privaban a los parlamentarios de sus poderes políticos. Jueces, nobles y clérigos se resistieron e intentaron evitar la aplicación del decreto real; consiguieron el apoyo del Ejército y de una población afectada por altos índices de desempleo y por el precio del pan más alto del siglo. En julio, la asamblea de una de las provincias meridionales votó para anular el cobro de impuestos hasta que el rey no convocara una sesión de los Estados Generales, inactivos desde 1615. El 5 de julio de 1788, Luís acordó reunir a los Estados Generales y en agosto proyectó su apertura para mayo de 1789. La aristocracia había triunfado en la primera etapa de la Revolución Francesa.

2. LA REVOLUCIÓN DE 1789. EL NUEVO ESTADO El 5 de mayo de 1789, 1.200 diputados formaron los Estados Generales en Versalles. El

gobierno no tenía un plan de acción que respondiera a las expectativas de los diputados y de la nación, y al defender el voto por estamentos en la Asamblea los miembros del tercer estado, tomando la iniciativa, abandonaron el 17 de junio los Estados Generales y proclamaron la Asamblea Nacional de Francia. Invitaron a los otros estados a unirse a ellos y juraron solemnemente no disolverse hasta que hubieran dado a Francia una constitución.

EL FIN DEL ANTIGUO RÉGIMEN La toma de La Bastilla El 14 de julio de 1789, la prisión de La Bastilla de París fue asaltada por

una multitud para quien este recinto representaba el absolutismo de la monarquía Borbónica.Cuando el gobierno quiso disolver la Asamblea por la fuerza en julio, el pueblo de París se

rebeló, tomando la fortaleza real de La Bastilla, y obligó al rey a aceptar la formación de la Asamblea Nacional Constituyente. Una revolución campesina se extendió a través del territorio e impulsó a la inquieta Asamblea —en una única sesión que duró toda la noche del 4 al 5 de agosto— a abolir todos los privilegios feudales, la nobleza hereditaria y los títulos nobiliarios.

La Asamblea Nacional Constituyente, reunida desde 1789 hasta 1791, reorganizó la estructura institucional de Francia. Para acabar con la presión del problema financiero, confiscó las propiedades de la Iglesia y emitió papel moneda, usando las tierras confiscadas como fianza; reorganizó la Iglesia bajo la Constitución Civil del Clero, lo que suponía la creación de una Iglesia nacional francesa dirigida por el Estado; y estableció un nuevo sistema administrativo provincial y judicial, que modificó el control de la elección de los oficiales y jueces y puso fin al largo proceso de centralización. La Constitución adoptada en 1791 creó un gobierno parlamentario con una monarquía hereditaria y una asamblea elegida por sufragio restringido (a los ciudadanos que pagaban impuestos) e indirecto.

La monarquía constitucional duró solamente un año. Luís XVI no estaba dispuesto a desempeñar el papel que le otorgaba la Constitución; en julio de 1791 intentó huir del país, refugiarse en el extranjero y solicitar el apoyo de las restantes potencias absolutistas, pero fue detenido y arrestado. En abril de 1792, la Asamblea declaró la guerra a Austria y Prusia. Las iniciales derrotas y el temor a que austriacos y prusianos invadieran Francia, liberaran al monarca y acabaran con la revolución, proporcionaron la ocasión para terminar con la monarquía por la insurrección popular del 10 de agosto de 1792. Se eligió una nueva asamblea constituyente, la Convención Nacional, por sufragio universal masculino, que, en septiembre de 1792, estableció la I República francesa.

EL GOBIERNO JACOBINO

77

Page 78: Resumen de Moderna 2

Después de haber sido condenado a muerte por la Convención Nacional, el rey francés Luís XVI fue guillotinado el 21 de enero de 1793 en la parisina plaza de la Revolución (ahora llamada plaza de la Concordia).

En la crisis originada por la invasión extranjera, la rebelión interna, la falta de alimentos y las dudosas lealtades entre los altos cargos, la Convención permitió que el poder ejecutivo se concentrara en el Comité de Salvación Pública. Éste, dominado por la facción radical jacobina, inauguró el denominado Reinado del Terror para eliminar a los enemigos de la revolución. El rey fue juzgado y ejecutado en enero de 1793; la reina, miles de nobles y numerosos ciudadanos siguieron la misma suerte. El Comité instituyó un control de precios sobre los productos básicos, que se racionaron, y fueron requisados los bienes de quienes habían sido condenados, se estableció el servicio militar obligatorio y también se organizó y equipó a los nuevos ejércitos de ciudadanos.

EL DIRECTORIO Directorio, el órgano de gobierno de la Francia revolucionaria estuvo vigente desde octubre de

1795 hasta noviembre de 1799. El Directorio estaba formado por cinco miembros elegidos por las dos cámaras de la Asamblea Legislativa.

En 1794, cuando los ejércitos franceses se alzaron con la victoria y pasó el peligro de una invasión extranjera, se produjo una reacción contra el régimen jacobino, que fue eliminado tras un golpe de Estado en el mes de termidor (julio según el calendario revolucionario). Al año siguiente, la Convención Nacional adoptó una Constitución que estipulaba un régimen republicano, un Directorio de cinco miembros, que ejercía el poder ejecutivo, y un poder legislativo dividido en dos cámaras elegidas indirectamente, de modo que se aseguraba el predominio político de los ciudadanos que poseían propiedades.

El Directorio gobernó Francia durante cuatro años difíciles, de reajustes por la convulsión que habían causado la revolución y la guerra continua. El Directorio estuvo amenazado desde la derecha por los monárquicos, deseosos de restaurar la monarquía, y desde la izquierda, por los jacobinos, determinados a establecer una república democrática. Cierto número de personas, situadas en posiciones clave, vieron la necesidad de instaurar un gobierno más fuerte, por lo que eligieron al joven general Napoleón Bonaparte para que llevara a cabo un golpe de Estado. En noviembre de 1799, Napoleón y sus seguidores derrocaron al Directorio y un mes después establecieron el Consulado.

EL CONSULADO Y EL IMPERIO Después de la supresión del Directorio, Napoleón se nombró rápidamente jefe de Estado. La

nueva Constitución, que él mismo promulgó, establecía los poderes esenciales del cargo que él asumía, el de primer cónsul. Se presentó ante los franceses como un hombre pacífico que pondría fin a los largos años de guerra, pero una vez en el poder insistió en que la única forma de conseguir la paz era a través de la victoria sobre los enemigos de Francia, todavía aliados en la Segunda Coalición. Se puso al frente de un ejército que penetró en Italia y envió otro al sur de Alemania, y sus victorias obligaron a Austria a firmar la paz en 1801. La coalición se deshizo, y Gran Bretaña, sin aliados y con la pérdida del comercio con una Europa cada vez más dominada por Francia, acordó firmar la Paz de Amiens (1802), que acabó con las hostilidades entre ambos países.

LA POLÍTICA INTERIOR DE NAPOLEÓN Napoleón Bonaparte Napoleón Bonaparte fue el mayor genio militar del siglo XIX. Conquistó la

mayor parte de Europa occidental y Egipto para Francia, a la vez que llevó a cabo reformas en esos nuevos territorios a fin de garantizar las libertades civiles y mejorar la calidad de vida. Se autocoronó emperador de Francia en 1804 e introdujo reformas para unificar el país, dividido por la revolución. Muchas de las reformas de Napoleón aún están en vigor, incluidas algunas garantías sobre las libertades civiles.

Como primer cónsul, Bonaparte intentó remediar las heridas de la revolución, para reconciliar a los antiguos enemigos y crear y consolidar las instituciones de un gobierno estable. Dio la bienvenida a su servicio a todos los que le juraron lealtad. Negoció con el papa Pío VIII el Concordato de 1801, que restablecía el apoyo del estado a la Iglesia católica, pero quedando sujeta a un estricto control gubernamental. La codificación de leyes que significó el Código de Napoleón confirmó los principales logros conseguidos por la Revolución, como la abolición de los privilegios feudales, la igualdad ante la ley, la libertad de conciencia, la elección libre del trabajo y garantías contra la detención o el arresto arbitrarios.

Para asegurarse el control administrativo de los 83 departamentos, unidades administrativas en las que la Asamblea Nacional había dividido el país, Napoleón colocó al frente de cada uno de ellos a un prefecto nombrado por el ministro del Interior. Además, fundó el Banco de Francia, creó una nueva

78

Page 79: Resumen de Moderna 2

unidad monetaria, el franco, y estableció la Universidad Imperial, una organización para dirigir el control de los profesores del Estado.

EL DOMINIO NAPOLEÓNICO DE EUROPA Napoleón estableció en 1804 el Imperio Francés y se coronó emperador. Esto confirmó sus

ambiciones de extenderse más allá de los límites de la Francia de los Borbones y, en 1805, se reanudaron las Guerras Napoleónicas. En los dos años siguientes venció a Austria, Prusia y Rusia, y se convirtió en el dueño de la mayor parte de Europa. Gran Bretaña se mantuvo en guerra contra él, segura de su control sobre el mar tras la destrucción de la flota francesa, aliada de la española, en 1805 en la batalla de Trafalgar. Napoleón se dispuso entonces a aplicar un bloqueo comercial sobre Gran Bretaña, conocido como el Sistema Continental, lo que en cierta medida le llevó a realizar acciones que serían fatales para el Imperio: las invasiones de España y Rusia.

EL FINAL DEL PRIMER IMPERIO Después de la derrota de su Ejército en Rusia en 1812, los enemigos de Napoleón formaron una

nueva coalición en su contra. Expulsado de Alemania y España en el invierno de 1813, en la primavera de 1814 dirigió la última campaña para salvar el Imperio y la perdió. Abdicó en abril de 1814 y se rindió a los aliados. Los franceses convencieron a los gobernantes aliados de que la restauración de los Borbones en el trono francés ofrecía una mayor promesa de paz para Francia, y así, en mayo de ese mismo año, el hermano menor del ejecutado rey Luís XVI entró en París y gobernó como Luís XVIII.

La política del nuevo gobierno despertó el resentimiento popular en Francia mientras los aliados mantenían discrepancias en el Congreso de Viena, intentando modificar las fronteras de Europa. Napoleón, conocedor de estos sucesos, consideró que era la oportunidad para recuperar su poder. En marzo de 1815 huyó de su exilio en la isla de Elba y volvió a Francia. El Ejército le apoyó, Luís XVIII se marchó a Bélgica y Napoleón restableció el denominado periodo de los Cien Días. Los gobernantes europeos dejaron de lado sus diferencias, reunieron sus Ejércitos y el 18 de junio de 1815, en Waterloo, cerca de Bruselas, derrotaron definitivamente al Ejército imperial. Napoleón fue desterrado a la isla de Santa Elena, en el sur del océano Atlántico, donde murió en 1821. Luís XVIII volvió a París y la monarquía borbónica fue restaurada por segunda vez.

LA MONARQUÍA CONSTITUCIONAL Luís XVIII comprendió que Francia no podía volver al régimen prerrevolucionario. Garantizó el

cumplimiento de una constitución, la Carta de 1814, que establecía una monarquía parlamentaria y reformas sociales expresadas en los códigos de leyes napoleónicos. El régimen era representativo pero no democrático, ya que el derecho de voto estaba limitado a menos de 100.000 propietarios importantes.

En los difíciles primeros meses, la incompetencia del gobierno lo enfrentó a la mayor parte de la población y, cuando Napoleón volvió a Francia en marzo de 1815, Luís se dio cuenta de que tenía poco apoyo en su propio reino. Pero después de la derrota de Waterloo no hubo impedimentos a la restauración de Luís. Los dirigentes aliados, menos dispuestos a olvidar el apoyo del país a Napoleón, impusieron a Francia la ocupación militar de dos tercios de su territorio durante cinco años y el pago de una fuerte indemnización.

La segunda Restauración de 1815 hizo estallar una ola de venganza, denominada “terror blanco”, contra los bonapartistas y los republicanos. El resultado fueron varios muertos, cientos de heridos y diversas represalias legales contra quienes habían propiciado el regreso de Napoleón durante los Cien Días. Las primeras elecciones parlamentarias, celebradas en 1815, dieron el poder a una cámara ultrarrealista partidaria de una política reaccionaria. En 1816, Luís XVIII disolvió esta cámara bajo la presión de las potencias europeas, que temían que pudiera estallar una nueva revuelta. En las siguientes elecciones obtuvieron la mayoría los monárquicos moderados. La productividad económica se reactivó y expandió. Tras el Congreso de Aquisgrán (1818) finalizó la ocupación extranjera y Francia fue aceptada de nuevo en los foros internacionales europeos, ingresando en la Santa Alianza. Sin embargo, los años de gobierno de los moderados dieron paso en 1820, tras el asesinato del duque de Berry, heredero del trono, al gobierno de los ultrarrealistas y a la coronación de su máximo exponente, el conde de Artois, como rey de Francia en 1824, con el nombre de Carlos X.

Los liberales protestaron al considerar que las libertades francesas peligraban, pero los Borbones proporcionaron a Francia un gobierno estable, honesto, eficiente y sin presiones. Propiciaron un ambiente en el que prosperaron la industria y el comercio y en el que Francia recuperó la primacía intelectual y artística vivida en el siglo anterior.

79

Page 80: Resumen de Moderna 2

80