PERSONAJES:PERSONAJES:

o Jerusha Abbot, es una joven que desde siempre ha vivido en un hogar de huérfanos. A los 17 años, debe comenzar a valerse por si misma; se produce un inmenso cambio en su vida. Uno de los benefactores del hogar, quien desea guardar el anonimato, le otorga la posibilidad de ir a una universidad para que continúe sus estudios, proporcionándole todos los medios para ello, eso sí, con la condición que se eduque para ser una "escritora”. Su única obligación respecto a su desconocido benefactor es informarle mensualmente por medio de una carta acerca de sus estudios y progresos. 

Judy (Jerusha), que solo conoce la sombra estirada de su benefactor, decide apodarlo Papaíto Piernas Largas que

era el nombre de una araña de patas largas.

En su estancia en la universidad, Judy (Jerusha) se hace amiga de dos chicas: Sallie McBride y

Julia Pendleton.

Un día, Julia recibe una visita de su tío Jervis. Como no puede atenderlo, le pide a Judy que lo reciba y le enseñe el campus.

Después de compartir con él una agradable tarde, Judy queda maravillada con la sencilla manera de ser de Jervis.

Con el transcurso del tiempo, Judy y Jervis se hacen buenos amigos y casi sin darse cuenta, ambos se enamoran.

Pero los dos se hunden en un mar de desentendimientos, hiriéndose mutuamente, así que Judy termina por rechazar incluso su propuesta de matrimonio, no por no quererlo, sino por quererlo demasiado.

Al pasar de los días recibe una carta de su Papaito Piernas Largas ( el benefactor de Judy) quien decide juntarse con ella para darle a conocer su verdadera identidad.

En ese momento Judy se da cuenta de que su querido Papaito Piernas Largas no es más que su amado Jervis.

Ya graduada y con ello, todos los cabos ya resueltos, en el final de la novela, Judy decide escribir una última carta para Papaíto Piernas Largas:

Mi muy queridísimo niño Jervie Papaíto piernas largas Pendleton Smith:

Te extraño horriblemente, Jervie querido, pero es una nostalgia feliz; pronto estaremos juntos y ahora sí que nos pertenecemos sin duda alguna; nada de juegos de "hacer creer". Parece raro que yo pertenezca por fin a alguien ¿no? Pero es una sensación muy, muy dulce.... Y no dejaré que lo lamentes ni un solo instante.

Tuya para siempre, Judy.

Gracias por su atención