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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n http://slidepdf.com/reader/full/retrato-rostros-y-expresiones-manuales-parramon-243-n 1/51 .. i,.1¡: :1{u-. , : :ail:::: :: :::::: $tr:rl::' 1 "::::r':: jiE: á*€ ': E1e :=-+ .. i .:.:=: :,.: ':::' f: RETRATO 18322 CID VERITAS STROS Y EXPRESIONES 'lfrtffiffifrilffiffiffi i_l : É- L

Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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RETRATO

18322

CID

VERITAS

STROS

Y

EXPRESIONES

'lfrtffiffifrilffiffiffi

i_l

:

É-

L

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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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RES¡STF|A

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RETRATO

OSTROS

Y

HXPRESIONES

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SUMARIO

REFERENTES

ITISTÓRICOS

.

Iras

plimelas manifeslacio-

nes

del

retrato.

El Antiguo

EgiP-

to.

Roma.

Edad

Media.

rRef¡afos

funerarios.

....6-7

.

El retrato

en elRenacimien'

to. Los

primeros

retratos.

Do-

nantes.

Perfiles

renacentistas.

Reaiismo

y retrato

cortesano'

Ei

retrato

flamenco.

El

realismo

de

JanvanEyck..

.

.

. .'.

.

8-9

.

Grandes

retratistas

del

Re'

nacimiento,

Leonardo

da

Vin-

ci.

Rafael.

Alberto

Durero

Y

el

autoretrato.

Los

maestros

ve-

necianos.

Retratos

manieristas

deElGreco

. . 10-11

.

Edad

de oro

del

retrato'

Ru-

bens.

Velazquez.

Frans

Hals

Y

Rembrandt.

Rembrandt,

genio

delautorretrato.

. .,

.

.

12-13

.

Nuevas

visiones

del

tetrato:

retrato

romántico'

Francia

en

el

siglo

xvtu.

El

neoclasicismo:

Da-

vid.

Goya.

Ingres.

trecciones

de

Ingres..

...14-15

.

Retratos

impresionistas'

El

impresionismo

y

el

retrato.

El

problema

de1

parecido.

Cézarure

y

Gauguin.

EI retrato

como

ins-

tantánea.

.'.16-17

.

Retrato

expresionista

Y

ca'

ricatura.

La

visión exPresio-

nista.

La

"destrucción"

del

re-

trato.

La caricatula.

Deforma-

ciones

expresivas.

SimboJismo

mo¡lcrno. ...

18-19

_ELESTUD¡O

DEI,ROSTRO

.

Propotciono

de

la

cabaza'

SUMARIO

Cabeza

de

frente.

Cabeza

de

perfil.

Simetría

del

rostro.

tros

cánones

..

'20-21

.

El

rostro

femenino.

Caracte-

rísticas.

De

frente'

De

Perfil.

EI

cabello.

C ar acte

z ac io n

es

22-23

.

El

rostro

infantil.

Caracteris-

ticas.

Vista

frontal.

Vista

de

per-

fil. Proporciones

y

fases

de creci-

miento.

Simefría

del

rostto

24-25

.

EI

rostro

en

la

vejez'

Vejez

masculina

y

femenina.

Factores

significativos.

Volumetría.

Sur-

cos

y

arrugas.

la

vejez

Y

el color

de/aptel.

'.

'26-2l

.

Anatomía

de

la

cabeza'

Huesos

del

cráneo.

El

maxilar

inferior

o

mandíbula.

Músculos.

Volumetría.

El

ctáneo

Y

el

re-

trato..'

'28-29

.

Encaje

básico

de

Ia cabeza'

Esquema

general.

Encajados

parciales.

ProPorciones.

Encaje

de

movimiento.

En

cajado

Y

com-

posición.

.'.30-31

.

Las

cejas

y

los

ojos.

Posición.

Encajado,

Volumen.

La

mirada.

Elconsejo

delngres.

.

. .

32-33

.

La

nariz

y las

orejas.

Posi-

ción.

Encajado.

Volumen.

AItu-

ras

y

tamaños

relativos.

APren-

derdeiosmaesfros

.'

. . 34-35

.

La boca

y

el

mentón.

Posi-

ción.

Los

labios. Mentón

Y

cuello.

Movimiento.

truz¡somb¡a'

36-37

.

El

cabello,

Forma.

Tonalidad'

Rslación

eon sl

erdrnoo,

El

Poina-

.

Escorzos

del

rostro,

Vista

perior.

Vista

inferior.

.

Composición

del

retrato

Estudios

de comPosición.

taciones generales' Cabeza

Perfil.

EJ cenfro

nsual

. . .

.

Composición

del

retrato

Busto.

Tres

cuartos.

De

entero.

Composición

Y

fo

to

del

soporte.

Tamaño

del

porte.

.

.

.

Autorretrato'

Estudios

les.

Punto

de

vista.

des.

Expresión.

AutorrctÍato

mo

autoconocimiento

. .'

.

Retrato

de

grupo.

mientos.

Composición.

Visión

conjunto.

Caracterizaciones

dad de las

carnaciones'

.

.

.

La

pose,

El carácter

del

delo.

ta

pose

según

la edad

el

sexo

del

retratado.

siciones.

El estudio

de

la

Ia íigura

activa.

.

El

gesto'

El

gesto

de

las

nos.

Dibujc'

de

las

Esquematizar

el

gesto.

rización.

Ei énfasis

en

la

car

terización.

.

Ropajes.

lmPortancia

del

peado.

Coherencia

de

los

gues, Simplificación

del

do.

Color

de las

roPas.

arabesco..........54

.

Complementos'

El

del retrato,

La escenografía.

cromatismo,

La

Pintura

re,

RA-

t

llllcrlnaclón

del

retrato. Luz

Re$r¿l

y

drtificial.

Dirección

de

lÉ lg,

Luc,rrl

reflejadas

y

som-

lJfgg

ptoycctadas, Buscar

ilumi-

@icnc:.

lilclaroscuro..

.

58-59

a

klr.to

dlbulado

(I).

Líneas

y

RÉ€Cllae.

l,oÉ

valores. El mode-

lééc.

Valorar

y

modelar.

Cal¡da-

#dcltra¡r0,

. . . . . . . 60-6i

I

kltrlo

atu¡aao

(II).

Retrato

*

in.u

l,lnoas

descriptivas.

EggE

¡ult'u

ol

papel., Trazos

F@Cnlelou.

Medios del

retrato

Sel

,,

...62-63

i

kErto

plntado

(I).

El

retrato

@et¡,

tjl

tott.to

colorista.

Vo-

@

y

cnlot on

el retrato.

Co-

@

cAlt,luu

Y

frfos'

la

idea

de

$ñéentrirrilir:rr.

. . . . . 64-65

 

k-b.lo

plntado

(II).

contras-

E

ggñPllAl'rn.

Dostacar los con-

EF€E,

Flg,,tn

Y

fondo, EsPacio

ÍESEa¡to,

l,¿

rfmósfe¡a , 66-67

 

€éia¡uluout.

EI

color

carne.

FE¡gil¡du¡nc,

l,uces

y

sombras.

*ae¡u,'nu

y

gnmas

cromáti-

@i,

Eai

tia,'i',i,os

¡

lécnicas

pictó-

.

El color expresivo,

La inven-

ción cromática.

La intensidad

vi-

sual. Pintura

rápida,

Empasfes

y

mezclasdirectas..,,

.

.

?0-71

.

La

prácfica del retrato

dibu-

jado.

Aproximación

al tema. Di-

bujo

con lápices de colores.

los

mediosyelresultado

.

.

.72-73

.

La

práctica

del

tetrato

pinta-

do, Retrato

a

la acuarela, Carna-

ciones.

Retrato

al

óleo. Evolu-

ción

del

proceso. EI

problema

delacabado

..74-75

EXPRESIóN

.

El

parecido. El

problema del

parecido.

Cómo

conseguir

un

buen

parecido. Síntesis.

Elpare-

cidopsíquico

. . . . . .

. 76-77

.

Caracterizasión.

Rasgos bá-

sicos.

Esquemas

iniciales. Sim-

plificación.

Caracterización

por

la

pose

y

el

gesto,

Aprender

de

losc/ásicos.

. . 78-79

.

La caricatura,

Exageracio-

nes.

Supresiones.

Medios. Domi

nio del trazo. La

práctica

de

Ia

caricatura

...80-81

SUMARIO

.

El retrato

psicológico,

Ele-

mentos

de expresión

psicoló-

gica.

El

ceño.

Las mejillas.

Los

labios.

truz

y

expresión

psico-

Iógica..

...82-83

.

Ira sonrisay

la

risa.

Ira sonri-

sa. La

risa.

La

carcajada.

Expre-

s¡bnes forzadas

84-85

.

Las

pasiones

(I),

La tristeza,

La melancolía.

El enfado.

El

or-

gullo.

El

dolor. Emoción conte-

n¡da.".

...86-87

.

Las

pasiones

(II),

La alegrÍa.

El

grito,

el canto.

El esfuerzo.

El entusiasmo.

Expresiones

y

re-

bato...

...88-89

.

Las

pasiones

(III).

El miedo.

El

terror.

EI odio. La ira.

La

envi-

üa. Estudios

y

variacjones

90-91

.

La expresión de

las manos'

Dibujo

de

las manos.

Movimien-

to.

Expresividad. Gestos.

Gesfos

cofid¡a¡os

...92-93

.

Gestualidad

del cuerpo.

Ener-

gÍa.

El desnudo.

Retrato de cuer-

po

entero

y

gestualidad.

Mímica.

Lagestualidadclásica.

. , 94-95

il

*,i'"u

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REFERENTES

HISTÓRICOS

El.S$lgp*r-s-ip e

las representaciones

de

per-

sonajes

en la

pintura

egipcia

no

pueden

considerarse

retratos

propiamente

dichos sino arque-

tipos de

figuras

sociales

rodea-

das de los atributos

de

su

cargo,

de su

poder

social o de

su fun-

ción dentro del

estado. Lo

que

se ha

conservado de

este tipo

de

obras corresponde

a tumbas

y

cámaras funerarias.

El ¡etrato

en

el

antiguo

Egipto tiene

una

función

religiosa,

pretende

la

perpetuación

de la figura del

di-

funto más

allá de la muerte.

Las

representaciones

pictóricas

son

símbolos de la supervivencia

del

alma concebidas

para garantizar

esta supewivencia. Los

rostros

repiten

una fórmula

muy bella,

pero también muy convencional,

y

no hay rastro

alguno de interés

en

particularizar

o distinguir

las

facciones de

una figura

con

res-

pecto

a las demás.

Roma

La

pintura

de tumbas

etrus-

cas constituye la base

probable

sobre

la que

se desarrolló la

pintura

romana y

en especial

el

retrato

conmemorativo

de tipo

realista. El mundo

romano nace

con ansias

de conquistar

un im-

perio para

imponer

su modo de

vida.

Esta

cultura

posibilita

la

aparición

del retrato individual,

sobre

todo en

esculturas, con

la

clara intención

de expresar

el

poder

imperial. En

pintura

se

prefiere

el paisaje y la decora-

ción arquitectónica.

Cuando la

escultura

romana se

expande

y

llega

hasta

Oriente

Medio, los

artistas

del Imperio

encuentran

un campo abonado para

el re-

trato. En

estos retratos se

con-

I,AS PRIMERAS

MANIfESTfi,CIONES

DEI,

RETRATO

La función

de

Ia

pintura

en los albores

de

las

civilizaciones occidentales

es

muy distinta

a la

de las épocas

posteriores.

El

retrato propiamente

dicho

no aparece

como

género

hasta el final

del Imperio

Romano,

y

vuelve a desaparecer

durante

siglos hasta

que

finaknente

es

retomado

a

pdncipios

de la Edad

Moderna. El retrato

es la

pintura

de lo individual,

de lo

particular,

de

lo

que

no

puede

permanecer

en el tiempo.

Un

género que

apenas

puede

tener

lugar

en

el

arte de sociedades

basadas

en símbolos

de eternidad

y

en la idea de lo

perdurable.

Retrato

de

una dama

(3500

años

a.C.).

Tumba

de

Ouseúat,

Tebas.

I4st.igurx

eglpcjas son

represen

fa

ciones

s¡mbólcas

de

personaTes

r'mpo¡úanfes

sjn

las

caracterísücas

propias

del

retrato.

jugan

Ia

tendencia

religiosa

y

ceremonial

típica

de

Egipto

con la técnica realista

de raíz

grecorromanat

que

incluye

el

claroscuro

y la

captación de los

rasgos

particulares

del retrata-

do.

Cuando el Imperio

comien-

za a declinar

y

aparece un

sen-

timiento

individual

frente

al

poder

despersonalizador,

el re-

trato

florece

en

las

primeras

formas artísticas

cristianas. Los

primeros

cristianos realizan re-

tratos individuales

en las cata-

cumbas, dejando

huella de

su

presencia

y

afirmando el valor

personal

de la

vida

humana.

Los

pocos

retratos

que

se

conservan

de la época romaia

exhiben una

gran

maestría

en

la representación

de

las faccio-

nes y

la expresión,

por

Io

que

Retrato de un

magistrado

y

su

esposa

(slglo

n).

Museo

Arqueológico

Nacional,

Nápoles.

Una

rara

pintura

romana

de

rctratos. Formaba

parte

de la

decoración

mural

de un hogar

pompeyano.

I

l

¡¡lr¡lo

 '

CÉrr

Mcdta

LáB

prittlornÉ m.tltiloÉtneionoB

del

rétrato

f l

¡i'lr.¡lr,

¡

:r

¡'l

li¡"r¡.t¡

FaÉcii

crrpouo¡

que

el

retrato

g¡a

tttte

¡rrtlctica

habitual

y

que

i-ág

rel¡

nllHina

recibían

constan-

@

gtrirnrl¡rn

do los

clientes

adi

*iE:ad0c.

Retratos

lunerarios

Los eiemolos

más

realistas de

retratos en

la antigÜedad

proceden

de

El:Fayum,

on

Egipto.

En esta

provincia

romana

se

pintaban

retratos conmemorátivos

de

los difuntos

en

pequeñas

tablas

que

lueoo se

insertaban sobre

los sarco{agos,

siguiendo

una

secular

trad'ición

egipcia.

Son

retratos

de un

sorprendente

realismo,

que

demuestran

el

grado

de

maestría

alcanzado

Por

los

artistas

del

lmPerio

Y

que

pefmiten

suponer

que

la.

práctica

del

retrato natural¡S-

la estaba mucho

más

éxten'

dida de lo

oue

puedq

cons-

tatafse a

parth

de

los.pocos

testiinanios

pictéiicos

que

quedal

de

la

antigüeded:

Retlató.femenüo

(sigls

til)

;

Mqseo

kqueo ógico,

Flórenciá.

llékaf

o tuner.

ailo

procede

nte

de

El-F

aYum,

en el

norte

de Egiqto,

gue

muesfra

un

i'nsóftlo

redismo,

más

proPio

del

'iétrafa

modemo,

É¡tt

el ¿vnnce

del cristianis-

FE, i i iliir vo poder estabiliza

el

Fgtrrlo

rr(ii(lontal

tras

el hundi-

l'ilEnto

rlol

ltuperio

Romano,

las

itfaalrrrrun

rlc los

Pueblos

bár-

ita:ea

y

l,r

tlivisión entre

Oriente

7

trrFlrlerrlil.

El

Papa es

el

ver-

EaÉletl

nr-llttlrn¡dor

del

poder

en

ie

Ed¡rl

Morlia,

él

es

el

nuevo

eFFetdrkrr.

Con

este

nuevo

Po-

Qet

lr1l¡rer

rnl,

cl retrato

vuelve

a

fiEellnnr

¡r.u,r

dar

paso a fórmu-

 p€

gerrér

lr:iln

y simbólicas

de re-

EFEE€llldr'lóil

de la

figura

huma-

áé

Er,t'u

I,r

ingente cantidad

de

iñágettFri

¡rroducidas

en la

Edad

 te{la,

u¡,,,nnu

puede

encontrar-

ge

elg¡' il

rolrirto.

Aun cuando

los

*ticlae

t

rrtlsentan

temas

histó-

flÉgB

o

l,rolilnos,

las

figuras

son

tipos

genéricos,

generalizacio-

nes de

la figura

humana

que

Pre-

sentan

rasgos

indistintos,

imPo-

sibles

de atribuir

a un

individuo

en concreto.

Habrá

que

esPerar

a

que la sociedad

Pierda

su

rigi-

dez

jerárquica

para

que

el

indi-

viduo

se

pueda

manifestar

Y

el

retrato

propiamente

dicho entre

en

escena.

Retrato

del emperador

Otón

II

(936).

Muse

o Condé,

ChantillY'

EI

poder

absoluto

es

representado en

Ia

Edad Media

a través

de tipos

genéricos

f,gFell

r1"l l',rpaJuanVII

(705).

l&Eet Vel¡¡¡o,

Roma.

áHnq,,u

,.

n il,t

de

Ia repÍesentación

de

un

tndtilrl¡¡',,

/,,r; r,¡sqos

son

qenéricos,

como

en

lsdsa

iilt

tr,

/r/,,rs

áe

ta

prlmitiva

pintura

medieval.

€n ol

Rónacfmionto

Page 6: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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REFERENTES

HISTÓRICOS

EI,

RETRATO

EN

EI,

RENACIMIENTO

El

retrato personalizado

aparece

a finales

de ta

Edad

Media, paralelamente

a la

nueva

situación

del individuo

como

factor

de la

vida

humana y

de

la

hiitoria.

Las representaciones

genéricas

del

hombre

van dejando paso

a

la valoración

de

los rasgos

individuales.

Es

el

comie¡uo

del retrato

moderno:

un

proceso

que

apunta

hacia

un realismo

cada

vez

mayor

pero

también

hacia

una

nueva

idea

de hombre y

a un

nuevo

tipo de

sensibilidad

artística.

Lsr:li:re-rgr-*gelgr

El

paso

de

las representacio-

nes

genéricas

a

los

retratos

pro-

piamente

dichos

es un proceso

largo y

sutil.

Es imposible

seña-

lar

un momento y

una

obra

en la

que

esto ocurra

con claridad,

puesto

que

es el

estilo

de los

pintores

el

que,

poco

a

poco,

va

incorporando

más

aspectos

ind

viduales

del

retratado

aunque

siempre

dentro

de una

fórmula

genérica.

Lo

que

verdaderamen-

te

condicionó

la nueva

tendencia

realista

fue

la mayor

demanda

de pinturas

que

incluyeran

la

figura

de

quien

las

había

encar-

gado:

un

mandatario

de la lgle-

sia, un príncipe,

un

noble

o un

burgués

adinerado.

Estos gran-

des patronos

de

las

artes

se

complacían

en verse

a sí mismos

participando

en

escenas

sacras

y

deseaban que

el

espectador

fuese capaz

de

reconocerlos

junto

a las

imágenes

de la

Vir-

gen

o

los

santos.

Este

faclor

se

s

y

mas prec$o,

nasta

et

pun-

to de

que

los

clientes

del ar-

tista comienzan

a

encargar

combina

con otros

retratos

individuales,

vá-

lidos

en

cuanto a ta-

les, sin

Ia

justifica-

ción de

la escena

religiosa.

Simone

Martini

(1285-

r344),

San

Luis

de Tolosa

coronando

atoberto

de Anjou.

Museo

d.e

Capodimonte,

JVápo/es.

A

linales de

Ia Edad

Media,

/os

rosfros

se

personalizan

y

el

rcfuato

propiamente

dicho

hace

dos hechos

tanto

o más impor-

tantes:

la

nueva

manera

de re-

presentación

en

profundidad

(en

perspectiva)

y

la

introducción

de la pintura

al

óleo. La repre-

sentación

del

espacio

abre

las

puertas

al realismo

y

la

pintura

al

óleo, con

su secado

lento y

sus

grandes

posibilidades

para

el

detalle,

es el perfecto

comple-

mento

del nuevo

estilo.

Donantes

Se

conoce

como

donantes

a

Ias figuras

que

aparecen

en acti-

tud de

veneración

junto

al

santo

o la

escena

sacra que

el cuadro

representa,

y que

son quienes

encargaron y pagaron

la

obra al

pintor,

Es

en

las

figuras

de

estos

donantes

donde

el

artista

de

finales

de la

Edad

Media

co-

mienza

a realizar

verdaderos

retratos. El realismo de las re-

presentaciones

se

va haciendo

más y

más preciso,

hasta

el

pun-

El rotrrrto en al Ronacimiento

En la ltalia

del

Renacimiento,

el

retrato

aparece como género

autónomo

bajo una

forma pecu-

liar.

Muchos

de estos primeros

retratos

representan

bustos

de

figuras

vistas

de

perfil,

recorta-

das contra

un

fondo

neutro

o

bien

contra

un

paisaje.

La

inspi-

ración

de

estos retratos

procede

de las

antiguas

monedas

roma-

nas

en las que

la

efigie

del

em-

perador

aparecía

acuñada

en

una

o en ambas

caras.

Este

tipo

de retratos

posee

una

gracia

pic-

tórica

incomparable,

en buena

parte

debida

a la

elegante

línea

del

perfil

que

encierra

el busto

y

que

define,

a su

paso,

todos

los

pormenores

de la

fisonomía.

Piero

della Francesca (

I 4

I 0

-

I 492),

Retrato

de

Batista

Sfoza.

Galerta

de los

Uflizi, Florencia.

EI

Renacimiento

introduce

el retrato

de

perfil,

a

Ia

manera

de

1os

¡nedallones y

emblemas

de Ia

numismática

romana.

Realismo

v

refrato

cortesano

A

partir

del segundo

decenio

del

siglo xv

en Italia

se

desaro-

^-^-^^^

éñ

pl¡rlrrro rlo

rotratos:

una tra-

*eicnu

y r:ot luorna

y

otra

inno-

'$éFfe,

tttuttruuontal

y

realista.

E

-Elaatr¡

t:ortór

prolonga

las

iñBáe¡a¡

¡eltrr¿rdas

y

decorati-

Eg

éel

Urlltilo:

ropresentaciones

Elegarttou

rle

porsonajes

atavia-

ég€

EÉn

viuloros

ropajes

y

si-

ElééBa

rlü¡rlr¡ un

fondo vegetal

E

flÉe¡tetrl¡

ontamentado. Este

Fc

de telr

ntorr llcva

las

posibili-

tێee

ile

evolución

de

la

pintura

Rgélerrnl

ltnnln

cl extremo

y

en-

EÉEit¡a¡t

err

orita época

su bri-

$Eñ e

rless¡rlnce.

La tendencia

fEeliele, ¡ror

ol

contra¡io, intro-

éEeE

u¡t

rurouo concepto del

re-

t¡aiá,

¡ttorttiltulntal

y

robusto, de-

FE¿rlF

rle

thrtnlles

ornamentales

=|

ée

tlti

rrrorl;rtismo más sobrio.

kE

g¡atrrl¡n

rnlostros del Rena-

eliaierrt,'

y rkil

Barroco realiza-

fá9

ia

irrrryoria de sus retratos

€E4lrrr

rlo ¡'rrl¡r

riltima tendencia.

tl lelroto

flamencg...-..-".,.,-,..

liItir,

,',rrr

la ltalia del

norte,

Flait|rs

,'r

l,r gran potencia co-

¡aer,ia

orrro¡rca

del siglo

xv. En

Fla*r¡l¡rq

¡"

rkrsarrolla

una tradi-

siá¡i

¡rtr,tirrir:a

autóctona

que,

juale

,u,rr

l,r ilaliana,

será

la

otra

giaii

tlllrr,l(jia

artística del con:

G,¡¡:::.

i,.üffimW

|

$

grlrrreuu

manifestaeió¡éErdqlr

fEFcto P,0

..

,:.,r,:r.,:,':..]l:,:i:.:

|

€lelrrle¡

rotratÍstas

del, R¡iniüt¡:t:

eenlo

P.

I0

'

rl:':i::::iir,'

I

€€Íllrogl{rión

del ret¡atd.

O:l;:€:.t:

,/oan

Iouquef

(1420-

r481),

Carlos ü1,

Rey de Francia.

Museo

d.el

Louvre,

París. Esta

obra

se encuentra

a medio camino

entre el

nuevo

realkmo italiano

y

Ia

tradición

gótica

del

retfato cortesano.

tinente.

Los ar-

tistas flamencos

pintan

obras

de

una calidad

y

ginalidad

tales

que

llegan a mar-

car la tendencia

en muchos artis-

tas notables de

Ia misma ltalia.

En Flandes no existe una

tradi

ción de

gran pintura

mural, las

obras

flamencas son retablos o

tablas

de

pequeño

tamañ0, es

decir,

pintura

de caballete.

Estas

obras

no están concebidas

para

decorar

palacios

o

grandes

tem-

plos

sino

para lormar

parte

de

interiores

burgueses.

En Flan-

des,

por

lo tanto, el

retrato en-

cuentra

un teffeno abonado

para

su desarrollo.

Los retratos

fla-

mencos son un

prodigio

de

deta-

lle

y

virtuosismo técnico en

los

que

cada

arruga

del

rostro

y

cada

pliegue

del

ropaje están

descritos

con absoluta

minucio-

sidad.

Lucas van

Leyden

(1494-

I 533)

un

irom¡re de tráinta

y

ocho

añoéi

N ational

G

allery.

Londres.

EI

realkmo Ílamenco hace

del retrato uno

de

los

géneros

más

rn¿eresanúes deJ

mome¡to.

El

realísmo de Jan

van

Eyck

Jan

van

Eyck

e9 el

gran

maestfo

de

la

prn;lurárfla{nencá

del'si-

glo xrt.,Solíil sér conside¡ado oomo el

inventof

de

la

pinturaal

éiéo,r

pefo

hoy

se

sabeqúé este-procedimiento

Se

eonocia én Flandes

cOn:añteriorid¿id.

Lo

cierta eS

que

Van Eyek

obtúvo

def

Óleo

todó

ls tiue

estq

medro.puede

ll-qgar

a

rendi¡

qn,la¡

ieprege¡tacién

fide:

digna de

la

luz;

las

materras;

lá,

piel

i

toda

la:reolidadrfisica'del

mundo, Sú realismo;

minúcioso

hasia

lo

incےble,

co¡viorte

sus

escenas

y

fetra'

tos

en

peqüeños

mlcrocosmós,

tan

ricQ_s

y

dqtallados

como.ouéda.

ser.

nuéstfo'entornÓ

reál.

-

.:

lanvqnEyck

'Q402-14:41),

.Elmatrimónio

.'

.

AÍiolfini,

Naü.onal9allery,

trondres..Esfá. esJa

obra más

iélebre

de

lanvan,Eyck

Elrealkmo

áIcanzado

én

ella

l.

.

.

les

üto de

.

.

Joitpuntos

cul¡irina¡fes dé Ja

.

rekatkticade

fodos Jo ,1¡:émpoS;

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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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REFERENTES

HISTÓRICOS

GRANDES

RETRATISTAS

DEI,

RENACIilIIENTO

Durante

eI

Renacimiento,

Italia

impone

un

modelo

monumental

de

retrato'

Este

modelo

se

..r..t.rir.

pl, ü

fi"r"n.i.

a" una

figura

aislada

contra

un

fondo

sencillo,

**

-"

-

,.pr.t.ntada

en

busto

o

áe

cuerpo

entero'

Se

prefieren

los

gestos

nobles

y

las

poses

majertoo..t

qo"

t*ptesen"la

importanciá

o

Ia

personalidad

del

retratado'

Este

modelo

sera

aáoptado

por los

pintores

renacentistas

más

importantes

en

ia

realizaóión

grandes

obras

maestras

del

género'

r*es e#*{-+J-ins-i

tos

telativamente

Pocos

re-

tratos

realizados

Por

Leonardo

da

Vinci

han

Pasado

a

la historia

no

sólo

como

Piezas

maestras-

del

género

sino

como

ejemPlos

suDremos

de

la

nueva

manera

de

entender

la

rePresentación

de la fiqura

humana

que

inaugu-

ra el

Rinacimiento.

De

todos

los

retratos

pintados

Por

Leonardo,

el

más

fimoso

es

sin

duda

La

Gioconda.

Esta

enigmática

Pintu-

ra es

ei

modelo

de

incontables

obras

Posteriores

que

se

insPi-

ran

tanto

en

su composloon

y

realización

técnica

como

en

la

suoerencia Psicoiógica

que en-

cie-rra

la

expresión

del

rostro

fe-

menino

retiatado.

ta

técnica

del

slumatto,

o

difuminado

de

los

contornos,

Y

de

la

PersPectiva

aérea,

o

desenfoque

debido

a

la

atmósfera,

refuerzan

esa

suges-

tión

psicológica.

Esta

obra

imPo-

ne

también

un

Patrón

comPosttt-

vo

que gozará

de

una

aceptación

Retratog

manieris,tai

de

El Greoo

'

r

r

i

Como

lziano,

El Greco

lue

un

retiatista'i'nnato'

'Esto

es sorpÍel'

l

;;;ü

;;;'ñt;t¡ñi;Ñerista,

es

deci

r; con

r'q¡

estllo

:o,9rt 9ula

¡

pot

: ::'¡

iótóui.

,i.irot

oel

realismo

proclive a

las

def

ormaciones

v

exa-

;;;;;;;;;;.

i;l'posrble

deteiminar

hasta

qué

punto

sus

retratos

:;

;;ü;;

;i;

i.;iáiuoót,

p.'o

la

f

uerza

expresiva

v

la intensa

éirjiirtuatloa¿

que

emana

de

sus

figuras

lo convierten

en

un

retra-

tisia

psicológico de

primera

linea

. ElGrcco

a54I-164)))

Un caballero'

.

Musesdel

tuado. Madrid.

Elesfilo.

'

. ma¡ietisla

,

déElGrecose

:.compJace en

desfiguraciones

.

J¡d¡lfórsrb4e

.

delrosf¡o

qve

estilizan

lafórma

Y

confe¡e¡

u¡a

iidirdaktle

calga

.'psieológtca

.a

losper,ionajes'

universal:

el

retrato

de

tres

cuartos,

con

las

manos

cruzadas

Y

so-

bre

un

fondo

de

Paisa-

je.

Todos

estos

factores

estilísticos

Y

explesl-

vos

serán

imitados

Por

muchos

retratistas;

sin

lconardo

daVinci

a4s2-1st9),

La Gioconda.

Museo

dellauwe,

París.

Ésta

es

una

de

las

obras

oue inaugura

Él nuero-estilo

de

retrato

monumental

renscentisfa

las

i¡novaciones

lécnicns

dc

csta

Pinfura

r{rpolctllíl¿1n

cn

lodos

los erlikx

otttoPoos

mencionar

el

interés

de

Eeles

¡le lhlnol

so

convirtieron

ea

ei titrrrlolo

ohligado

para

todo

gifitn, ,¡,'o k'ltdtogo

a

la armonla

ÉláEiln,

tsrrkr

durnnte

el

Renaci-

deil¡l

rl¡tto

tln

todae

las épocas

pB€lei

lrrt

ec.

llbrrto

Duroro

t

E

rutorretrato

Ei

ile¡rnrlrtriunto

italiano

llega

E

Si

Ealr cttrIrr

linal

en la

Vene-

=iá

alei

atul,,

xvt.

Los tres

insig-

ñ€5

Fiitl,,¡og

vonccianos

(Tizia-

ñg:

?l¡tlrrello

Y

Veronés)

son

EiiEsÉlce

r

nl r

¡rll¡l¡ts

que

reciben

énEa*g',n

rl'

lrr¡las

las

cortes

de

fqap=a

Fll

¡rtotrclo

de

dignifica-

dÉa

Clcl

lrlrrlor

llttqa

a

su apogeo

=E

:fi;lr¡rl

lll

omPerador

le

gl=E+ge

rr

tttrrlu

nobiliario

y

se

áselala ¡

'

l

r, r r

,

rr lor

de su

arte.

El

éila

tl"

'l't;rt¡rlro

cs incompara-

&= eccul"

rrrlyor

que

el

de

cual-

*ie¡

t,t¡,'

dlllÍtil

hasta ese mo-

:l 1

,t:l

lr:

:lill

tl

.:1

il:

.1ti

.:1.r

..il

..ttl

'lr

'il

:tll

La

ir¡t

tttar:ión

del alemán

Al-

bg*le

l¡urnro

Bo

basa

en

las

Eééiqrllrrrs

r¡óticas

de

su

Pais,

FelE

€uH

eslrrttciar

en

ltalia,

y

Eg

inr¡attedl, r

ustudio

del

arte

iláliarrn,

tu

lttcicron

un

feworo-

g

¡¿l-erlrrt

rl¡

log

nuevos

ideales

{g

ie¡l,,n"rrl,rción

de

la

figura

hgecirn

l¡,rl ttlojores

cuadros

ée

Fu¡ct,'

rott,

Probablemente,

É$-BEIhrr

r¡rrn i,Hcapan

a su

vo-

iehtarl

,lu

rF'

oqcr

Y

difundir

la

l€E la

llnltnrr,r'

los

estudios

del

hálHal

rlo

|l¡rrn'lics

Y

de

senci-

 =iéti

Tegotuinu

y

animales,

Pero

lgpte

lilrlrr Hilil

Ictratos

y auto-

Écl*ál¡¡¡

ltrlroro

fue

uno

de

los

á¡eit=,,'.'lEl

¡rltlorretrato.

Este

fuFhc

rlolar¿

rln¡r

nueva

actitud

iiel

Ftnllrr

y

rrrr¡r

clara

conclencla

¡ts

áH

r,uttrltr'tólr

de

artista'

Si

i$chdn

l,,E

¡rrrtron

de

Leonardo,

Égcls

tnlvtt,,licn

la

nobleza

de

I

giatr're

y

h

rrrtcgoria

superior

iki Fint,"

r'otr

rcspecto

al arte-

tsñá

ee¡rrrirr.

lii

la

Pintura

debe

ÍéF;ceelttar

lo¡

temas

más

dig-

É,

Eali¡ttr,o¡l

{i autorretfato

su-

iffi

lnrla

ur,r

(luclaración

acer-

-

*lE 16

rllúrlrl,r(l

del

artista.

pg praatros

ven99i1-19;

do

por la

caricatura

Y

el

est

de

las

fisonomías

que no

se

nifesiarán

plenamente

en

eI

hasta

varios

siglos

desPués'

Siauiendo

la

]ección

de

nardó.

Rafael

establece

el

n

lo definitivo

del

retrato

clásico'

La

composición

de

este

tiPo^de

retrato

queda fijada

en

una

ma

piramidal

que se-

asienta

aolómo en la 6ase

del

cuadro

Y

Jue

se

eleva

hasta

culminal

en

l'a cabeza

del

retratado.

Las

for'

mas

son

anchas

Y

de

Perfiler

sencillog Y

claros,

no

aparecen

detalles

innecesarios

Y

el

efecto

oB

sorono

Y

monumental'

Los

re'

tsEato

arr

el

tonacimiento

P,

t

I

i

,. l:

:i,,,

',

'

I

li' il.ri

¡i:r:'

lllil

Gr¿rteles

tetr¿¡tiat¡ra

c1t¡l

Renacimionto

Nberto EuÍero

Q47r-1s28),

Autorretrato.

Museo

delfuado,

Madrid.

Los

autorretratos

de

Durero

son

pioneros

en

su

género.

EI

aúista

se

ve

a sím¡lsmo

como un

personaje

comparable

a

las

personafiiCades

habifuales

del

relrato

de

Ia

época.

mento.

Ese

éxito

se

debe

en

buena

parte

a

sus

letfatos:

son

obras

increíblemente

claras

Y

vi-

vas

en

las

que los

Personajes

Pa-

recen

no

guardar

ningún

secreto

Dara

el

Dintor.

Consewan

la

mo-

i,o*"ntilid"d.lásica

y

a ella

se

añade

un

poderoso sentido

del

color

que obsesionará

a todos

sus

seguidores.

Tiziano

(1487-1576),

Retlato

de

Federico

II

de Gonzaga'

¡wuseo

Ael'nado,

iltadrid-

La íÁonumentalidad

del diseño

y

Ia [uerza

''*--

iáiiiláitoi

|as marcas

inconlu¡d¡bles

del estiJo

de

Tiziano'

li¡i,;¡1

¡lr,

1¡ r)

(l{'l

rlll,lll¡

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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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REFERENTES

HISTÓRICOS

Rubens

es

el pintor

barroco

más

extrovertido

y

apasionado;

el

pintor más famoso después

de

fiziano, el más

rico

y

el

que

pro-

dujo

mayor cantidad

de obras.

Su

especialidad

eran

las

grandes

composiciones

alegóricas,

que

realizaba

en

colaboración

con

sus

ayudantes

y

en las

que

sólo

intervenia

sumariamente.

APa-

rentemente,

no apreciaba

el re-

trato

y

lo consideraba

un

género

menor,

y

sólo

pintó

algunos,

se-

EDAD

DE ORO

DEI,

RETRATO

Durante

el barroco,

el rettato

se ha consolidado

como

género

pictórico

y goza

de abundante

clientela.

Las cortes europeas

cuentan

con sus

retratistas oficiales

y

tanto los

nobles

como

las familias

con

grandes fortunas

desean seI

letratados.

EI auge del

género

queda

patente

no

sólo en el

gran

número de

retratos

célebres

gue

son

pintados en esta época,

sino

en el

hecho de

que sean

precisamente retratos

las obras

maestras

más

sobresalientes

de

los

genios

del momento.

Rubens

gún él

"para

conseguir

traba-

jos

más

importantes".

Pero

es

en

los retratos (muchos de ellos de

su

mujer

y

sus

hijos)

donde Ru-

bens se muestra

más directo

y

expresivo,

aligerado

de Ia carga

retódca

de las

grandes

composi-

ciones

decorativas.

Para el

es-

pectador

actual,

los retratos de

Rubens son

probablemente lo

más

atractivo de

su obra

por

la

sintesis

de forma

y

color,

la fres-

cura

de la realización

y

la ternu-

ra en

la representación

de

sus

seres

queridos.

Y-gléasg-""

Rubens

(1

577-

I

640),

Susana

Lunden.

N aüonal

Gallery,

Inndres.

Los retratos

de Rubens

son

pinfuras

llenas de vivacidad,

Itescura

d.e colot

y

de

gran parecido.

Velázquez

(i,599-)660),

Felipe

IV de España.

N ational

G allery, Landres.

Reuniendo

Ja

¡nfiuencia de los

pinlores

uenecianos

y

de

Rubens, Velázquez cuaió

un osli/o

magisfral

que,

desde

e/punto

dc

vi.sta doi rot¡¡fo,

d.g:tjÍ,lg?j

A

sus 23 años, Velázquez

se

convirtió en

el

pintor más imPor-

tante

de la corte

de Felipe

IV. El

artista,

que pensaba lo mismo

que

Rubens

del retrato,

no se

consideraba

un retratista

pero

lo

cierto es

que

creó

una inmensa

galería

de

retratos

de

persona-

jes

de

la Corte,

desde el

rey

hasta los bufones,

las

infantas

y

sus ayudantes

de cámara.

En

es-

tos cuadros

magníficos

consi-

guió

hacer

palpitar la vida, al

lieitrlro

r¡rro ovolucionaba

en

gu

Fa¡u'rn

tlo

pintar.

Velázquez

paeó

rh rrl roalismo

claroscuris-

la

a

r

Fslilo baeado

en el color

quB

prillrnblomente tomó de los

$lalorex

vonecianos:

las

pincela-

ááE

¡e

nlirr¡rn y disgregan,

el co-

láf

el flrrirlo

y

suave,

las formas

ejarF|Fil

vistag

en conjunto,

en

Efnlelle,

y

cl toque de

pincel

eign{ lA

r 1

impresionismo. El

€Eplrr

rk,

un retrato de Veláz-

¡iéE=

es

rh

una

suprema objeti-

tléarl,

ci

rr

oBtilizaciones

debidas

al

EElllnr rtillismo

o

a

la

retóri-

€á, F¡rr

n¡t¡

¡azón es considera-

éE

por

mnehos

como el

mayor

*cl¡allÉld

(10

todos los tiempos.

fgnr

Hals

y

Rembrandt

4l

ltlhr¡rrse

del dominio es-

páñal,

llolnnda se convirtió en

iiñ

pah

indcpendiente,

protes-

lanle

y

l)urgués.

Un

país

que

-ñá

ld

l)i[tura

siempre

y

cuando

aE

ÉE

tl cl0 de las

grandes

y

retó-

i€4

r'orr4rosiciones

católicas.

F;en¡

li¡h¡

y

Rembrandt son los

gfellrlFd

r

ctratistas

de

la Holan-

Ele

d¡l

nqlo xvn

y

producirán

Für

hl¡irrros

retratos

para

clien-

F=a

brrrgrrr;scs.

Hals se

especiali-

 Q

en tulriltos

colectivos

-que

se

hable¡r

lnrusto

de

moda

en

Ho-

leñda

¡r,rgados

por

compañías

ai ilai

on

o

por

consejos

y

asam-

plear

rlo diversas instituciones,

*€elrrñ¡,

llals pintó

un

gran nú-

iaEto

rll

rctratos individuales

g

ilñl ¡lroniales

para

los ricos

Eg¡i€¡ri.¡ntos

e industriales de

$áatlurrr,

uu ciudad. Pero Frans

Ha ¡,

rlrr,

nmaba

el retrato,

pintó

l:,1

¡

¡,

liet¿d

do

oro

del retrato

'

'' j,

li rr l:,,¡ l'

RembmndL

gonlo

del autorrctruto

Se conservan unos 60

autorretratos

de

Rembrandt, desde s,j

ju-

ventud hasta

sus últimos días.

Estas

obras constituyen

documen-

tos excepcionales

para

seguir

la evoluciÓn técnica

y

personal

del

aÍr

tista, Técnicamente

los

retratos de

juventud

son de uná

gr¡in

vivacidad

y

un

poderoso

claroscuro

que

realzan

con teat¡alidadrla

pose y

el

gesto

arrogante

del

pintor,

Fn

su

maiJurez,

los

áutqndtia-

tos se

vuelven

más

majestuQsos

y

la

técnica

més

sqgura:y.del¿rll'á:

da, hasta llegar a la vejez,

pap

la

q-ue'el pinlor

no

Ahorm deldllei:en

la rep resentación

de

la decadqncra

Jí9ioa;

repr.Qsenkda,,b,aia.:r¡na

suntuosa ilumi-

nación dorada.

.

RembrandL

Qqaq.r696),

Autoi¡etrató,.

f¡ickCollectión.

..

JVgeraYo¡*.

'fsféesurio

:

de1ú60

.

.

aütoftefuatos

' ''.."

gue8e

conseftah.de

.-

..

Rémbrandt.

llla

serje

que

'cubrcló¿ta

,...iaÍidedéI

..:

ailista.yqué

.

éqelqón

unfo

.,másimporlanfe

de aatoreliatos

de Ia historia

déÍaite.

a un

gran

número de

personas

humildes

por

simple placer,

al

margen

de

su vasta

producción

comercial. En estos retratos una

gran

inventiva

y

originalidad

se

unen a su

gran

calidad

pictórica.

Nunca antes se había captado

el

gesto

y

la

expresión del rostro

con semejante veracidad e

in-

mediatez. Su estricto realismo

está animado

por

la simpatía ha-

Frans

Hals

(1s80-1666),

El alegre bebedor.

Museo del Lauwe,

Park. Rijksmuseum,

Ansterdam. Aparte de

los retatos

por

encargo, Frans Hak

pintó

una

gran

cantidad de

retratos

de

genfe

sencil,la en

acfifudes

espontáneas. La

vifaldad de esúas

obras,

la

espontaneidad del

gesto

y

la energía de

la

pincelada

las

conüerten en obras

mac<fra<

e oón ra

cia

los retratados

y

una sorpren-

dente técnica de

pincel

que lo

acerca al impresionismo.

Rembrandt es, sin duda, el

pintor

holandés más notable de

todos los tiempos. Ningún otro

pintor

en

la historia

ha logrado

Ia

incomparable

profundidad

emotiva

que

él

fue

capaz

de dar

a sus retratos, hasta tal

punto

que

incluso los

personajes

de

sus

escenas

bíblicas conmueven

al espectador

por

la humanidad

del drama

que

representan.

Técnicarnente es el

gran

maes-

tro del claroscuro, del color em-

pastado y

de

las

entonaciones

profundas.

Con Rembrandt, la

luz se convierte en el recurso

para

la

expresión

psicológica

del retratado,

.

Cranddá

je.,atiglagrrdef

'Ee¡1¡¡eii

iento

p,'10

:

ilr::l',i'.:,:::,L:ir:1:r'rr''r':a

.

Retrato

de

grupop.48

.

Iluminación del retrato

p.

58

Page 9: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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It*:tgi*g::^t-'jglo

ry* .

La

pintura

cortesana

ftancesa

se especializó

en retratos oficia-

les. Retratos

que

daban

cuenta

del rango del retratado

mediante

la inclusión de diversos acceso-

rios en

la

obra

(vestidos,

instru-

mentos, muebles,

peinados,

etc.)

que

indicaban

Ia

profesión

y

la

posición

social del cliente.

Este

sería el verdadero

retrato oficial

francés:

el

retrato de ostenta-

ción. Cuando un retratista como

Maurice

Quentin

de La Tour opta

por

el

pastel

como único

medio

de

trabajo,

se aleja de esta

pin-

tura académica

que

daba la

pri-

macía al óleo, Y se aleja también

al asumir otra caractedstica nue-

va

y

propia

del siglo xun:

el

inte-

rés

por

la

personalidad

indivi-

dual, la captación sutil de

la

ex-

presión

significativa, de la ma-

licia, de la

inteligencia, de la

ingenuidad, del encanto; de to-

dos aquellos aspectos

que que-

dan resumidos al hablar del ajma

Maurice

Quentin

de

La Tour

(

I 704- I

7

88), Autoretrato.

Museo

Antoine

lÁcuye4

San

Quentin.

k Tour aporta una aguda

capacidad

de captación de las

sutilezas

del carácter del rctratado.

del retratado.

El alma

y

no la ca-

tegoría social es lo

que le intere-

sa a La Tour;

puede

retratar

por

igual a una aristócrata

que

a un

empleado de Correos

siempre

y

cuando encuentre en ellos una

personalidad

interesante.

El neoclasicismo: David

El

problema real del retrato

no

llega

a

plantearse

de

forma

clara

y

definitiva

hasta el si-

glo

xrx. En este momento se

in-

tenta dar respuesta a cuestiones

que

siempre

acudían a la mente

tie

a¡ttsta

y

dol clionte

en

ol

FÉalre llr

rler

conriderar la

pin-

l€¡É

rle

rpl¡nlos:

¿Es

un

género

te derlEr

n

ilrouto noble?

¿Tiene

i8le¡É¡

erliHtico

ol

retrato

del

pebre, rlol

viojo,

del margina-

ÉA?

¿Alx,r

tn

nlqún tipo

de ense-

Éeila

r Hlr'¡rificado moral? La

Fcighlr,iól

l'rnncesa

marca el

E=ánie¡tsl

¡h una

nueva era en

[@éEE,lrrt

rrr rkrues

sociales,

polí-

tié€e

y

nr'ouómicos.

Aparecen

ñ€ÉÍal

irl¡ltortas

a las

pregun-

lp

de

rlorrr¡rro.

La

primera pro-

pBéela

lio,¡n

dc

Ia mano

de

un

pislcr lrrry irnplicado

en la Re-

i€ ue¡¿r,

Inr:ques-Louis

David.

@;ee

eil

I'r vil0lta al clasicismo,

qBc

É4¡llsi{[]rrl

franco

y

limpio,

Fg¡elilllrll

digno;

cree en el

EEliélr¡

rle

¡roruonajes

que

pue-

BÉñ

Er¡¡rvp¡lirsc

cn modelos de

eEñElür,lA,

rrr¡dclos

educativos

pÉfá

ci

¡rrurblo.

Bajo la forma

-F€Clá¡lrtn

s¡ r:¡¡conde

u¡a ideo-

i€a

tii¡uvo,

l¡r actitud

romántica

i

fc

p¡r

ln

ulovación

moral del

fug ¡u

u lrirvós del arte.

Eleya

rrr:rr¡rrr

un lugar

un tanto

é_j€ladu

rlerrlro

de Ia evolución

$

eile

nrrro¡roo.

Es

el

único

ar-

ftlá

ee¡rnnol

(lo

su

tiempo com-

É¿*ab¡o

a loÉ

pÍntores

notables

$l

re:lo

rlol

continente,

y

es

di-

€i

glltt¡r

lo rkrntro

de una

tradi

REFEREI\rTES HISTÓRICOS

NUEVAS

VISIONES

DEI.,

RETRATO:

RETRATO ROMANTICO

El siglo

xvrn

vio el

gran

esplendor

del

retrato

cortesano.

La corte francesa era el centro

político

de Europa

y

los retratistas de la corte se especializaron

en dar suntuosidad

y

opulencia

a

sus

obras

para

realzar mejor la categoría

del monarca

y

su

círculo.

Pero simultáneamente

se desarrollaba

la

tendencia opuesta:

el retrato burgués

intimista

y psicológico

gue

desembocaría en el

sentimentalismo

y

la

pasión

romántica.

€et¡

Hyacinthe Rigaud

(1 649-

1743),

Lws

XN.

Museo

del

Prado,

Madid. Ejemplo de retato cortesano

en el

momento de

más

esplendor

de

la monarquía

francesa.

Jacques-Louis

David

( I 748-

I 82

5),

Maral mrcrlo.

Museo

de BeIIas Arteg Bruselas.

los re

tratos

de David

ejemplilican eI

nuevo

talante

de la República

Francesa.

Nuevna vinionas ¿uf rotroio,

rorr.," r"*r"tr".

Lecclonec

de

lngret

Las enseñanzas

do lngres fueron recopiladas

y

editadas

por

el des-

cendiente

de

uno

de sus discfpulos. Hoy, estos

textos son un docu-

mento muy valioso no

sólo

para

conocer

el

pensamiento

artístico

del

gran.retratista

sino

para

aprender de las valiosas

leceiqnes

dql

pih-

tor. Estas son algunas

de las

ideas

de

Ingres

con

respecto

¡l'retrato;

r

El

pintor

debe ser

f¡sonomista,

debe

busear

la

caiiialur.a.

.'

-

r

Es necesario

observar

y

estudiar las

poseg que

$on

habltualés:en

cada edad.

r

No

hay

dos

perso-

nas

que

se

pafezcan;

dad a cada una

su ca-

rácter individual,

hasta

en los menores déta:

lles.

.

Sólo se

puode

ser

buen

pintor

si

se

pe:

netra

en el egpuitu del

modeJo.

Inres

(j,780'1867),

Madame.Moiessie¡..

Nalional

Galle.ry,

.

'..

fondteis.

Ingres reinlroduce

el

elasiciima.Bíclóúca

y

desatrolla uh estilo

pulcro y

detallado

/Jeno

de

suge.¡¡ncias.,

ción

pictórica

continuada.

Pero

su actitud frente al retrato

es

de-

cididamente romántica.

Sus re-

tratos

son tan

personales, que

el

espectador

puede

ver en ellos

si

el

artista

odiaba o amaba al

modelo, si se burlaba

de él o

bien

lo

admira-

ba. Goya mues-

tra la

realidad

pasada

por

el ta-

miz de sus

senti

mientos

e intenta

ir más allá de la

presentación

de

una realidad

ob-

jetiva.

Goya

(1746-r828),

AutorIetrato

en el tauer.

Colección

particular,

Madrid. La actitud

independienfe

de

Goya

se

reÍleja

en

retratos

en los

que

el

pintor

manifiesta

su

visión del

persona.¡e.

Inr¡res

I

Jean-Auguste

Dominique In-

gres

es el retratista

más impor-

tante del romanticismo

francés.

Alumno

de

David,

Ingres

fue un

ferviente

defensor del

clasicis-

mo,

que

él veía

ejemplificado en

Rafael.

Pero Ingres no

sólo

se

li-

mitó a

pintar,

su labor como

pe-

dagogo

fue también muy impor-

tante. Ingres sentó

los

principios

del

retrato

clasicista situando

el

dibujo

por

encima de cualquier

otra consideración

artística. Para

el

pintor,

todo retrato

comienza

por

un dibujo

preciso que

recoja

el

parecido

y

todos los detalles

imprescindibles para

expresar

el carácter

del

modelo.

Sólo

cuando el dibujo está

perfecta-

mente

acabado, el artista

puede

empezar

a

colorear.

Los

dibujos

de retrato

de Ingres

permanece-

rán

para

siempre

en el

gran

arte

del siglo xx.

El

pdrécido

S.:ltu:,.r]r1',':,r'.].

Caracterizacióii.

i :?-S:,i.,::

Sdad

dé o¡o,.d€I'r dl¡.ai0ril¡:i',Ir:

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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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REFERENTES

HISTÓRICOS

RETRATOS

IMPRESIONISTAS

Las normativas

neoclásicas acabaron en un

academicismo oficial

que

dictaba el estilo

y

los contenidos

de la

pintura.

El

retrato debía ennoblecerse

con ropajes

y

accesorios

determinados,

además

de

considerar

únicamente

poses

solemnes,

adecuadas a cada

retratado.

I¡a

corriente

realista, a la

que

pertenece

el impresionismo,

fue una

reacción

liberadora

para

los

pintores que

deseaban formas de expresión

más

personales.

El

impresionismo

y..91-r-e-{19 p_.-"

Las

nuevas aportaciones téc-

nicas

del

impresionismo

(la

luz

representada

mediante manchas

de color, el

color dividido en

toques de entonaciones

puras)

tienden

a

aparecer en

el

paisaje

más

que

en el retrato,

pero

no

deja de ser curioso

que

sea en

este

momento de ruptura

con

los estilos académicos

cuando

se

pinten

más

retratos

que

nun-

ca.

Ni

la

fotografía consiguió

eclipsarlos,

a

pesar

de su cre-

ciente

aceptación como

medio

de

representación de

la

reali-

dad objetiva.

El retrato impre-

sionista capta una sensación

de

luz

y

de color

sin detenerse

en los detalles característicos

de

un ambiente o una

persona.

El

pintor impresionista busca cap-

turar

la esencia del momento

que

transcurre

junto

al

retra-

tado, dejándose

llevar

por

las

sensaciones visuales, sin

aten-

der

a

conceptos

o

principios

de

valor artístico.

Flr:-g -lg"a*4slr*:e-c-t{e.

Para

los impresionistas, los

retratos son como los

paisajes

o

las

naturalezas

muertas: la

persona

retratada es otro obje-

to, uno de

los múltiples efectos

de luz

y

color

que presenta

la

¡ealidad. La actitud del

pintor

impresionista es

de completa

imparcialidad ante su

tema, sea

éste el

que

fuere. La consecuen-

cia de esta actitud

fue la discu-

sión

del

concepto

tradicional

de

parecido.

El

parecido del retrato es la

mayor

justificación

que

la mayo-

ría del

público

de arte

puede

encontrar

en

el

género:

una re-

presentac ión que no se

parezca

al modelo

retratado

-dirá

el

pú-

blico-

no es un

buen retrato.

Los

impresionistas

y

la

mayoría de

los artistas

que les seguirán ar-

gumentan que

lo importante

de

un

retrato, como de cualquier

otro

género

pictórico.

es Ia cali-

dad

plástica:

Ia composición,

el

colorido,

la resolución de

la for-

ma, la invención

pictórica,

etc.

Ésta es

Ia famosa doctrina

del

arle

por

el arfe

según la cual la

pintura

se

justifica

por

las

formas

y

colores

qúe

contiene

y no

por

lo

que

representa.

Las réplicas

y

contrarréplicas

a esta

teoría to-

davía continúan

actualmente

y

es

imposible formular

un

juicio

definitivo

del tema. Lo

que im-

porta

resaltar

es

que

los

impre-

sionistas

pintaron retratos admi-

rables

y

ningún

principio

teórico

podrá

negar este

hecho.

ێFrrno

y Gauguln

ñE

gtn

y

rr'li

rrr

losr: hacia

el futu-

iE EI artu

rltr

CtiT¿¡¡g

sg Saaa

Eli

uira rlgrrr

orrir

reconstrucción

pigterli,n

rlel

rrrundo real, gober-

=iE_tlg

¡r¡i

lnq

¡rrrras

relaciones

de

E*á'y

nrIrr.

(l{lzanne

sólo con-

SEle*É

váll,klt

rqucllos

aspectos

#

lclt"lu,l,,

,¡r',, podían

encajar

$F

EE

qljril¡rorrrción

monumental,

É

€iufli¡

"ri

r|rlormar

Ia fisono-

para

lnqr,rl

la

armonia pictó-

Fiۇ,

a

arlrrti¡¡rblc de su arte

es

 iBé,

ltalra¡nildo a

partir

de

pre-

@Ee¡h'E

lrrr ,rlojados

del rea-

Ekg,

l,,Urnr,r

uxpresiones

tan

eieg¡oos

y

r:olvincentes

de la

ffga

itur"u,,,,"

Las

deformacio-

É

pielarlr'iu

dc

Cézanne, tan

CamiIIe Pissarro

(J830-J903),

Autorretrato.

Museo de Orsay, París.

EI retrato impresionista

es un fragmento

de realidad recogido en

toda

su riqueza de

luz

y

color.

Paul Cézanne

(1839-/906),

Retrato

de

Joaquim

Gasquet. Galería

Naroni, Praga,

Los retratos

de Cézanne so¡ u¡ esfudio

concienzudo

de

las

relaciones

en\e

planos y

valores

cromáticos,

$

E

rrrglr rrn

las instantáneas

fél¡¡urrll

r,n

|:n

éstas los

im,

FrÉql{)il',1,r;

llallaron

escenas

plrler

lnrrlrllo

naturales

y

Qs:

FEttiÉrrlrr:,, ¡rcdazos

de vida

coltrlrqrr

r

lrlrlr:

de

cualquier

ñglnlFr tt

,rrlilrn

ca

de

repre-

SEnl rf

rilrt l'Dt0res

como De'

gat

ilr

ilt,il)il¿]lon

en

eliaS en

Éi tlll¡rli',

1r1;¡¡1;10¡as

pafa

co0.

sEgilt

Fll1

rirdres

y puntos

de

yi=l;i

trrrlvot;

¡lara

la

pintura.

'

h lr

¡tt

Degas

(l

834-

19

Ii),

Mn(l¡nte

Jeantaud

ante.el

eeErÉlr¡

Mt,rico

de Orsal, Parfr.

Obra

rnspirada

en a

'

i t t:

;l

untáne

a

fotográfic

a,

EI

entrulre

y

Ia

composicüi

¡ttttrcn

tomados

aJ azár,

¡

rcr

o esf án

esf

udrados.

con todo cuidÁdd

illrildrolr

l¡r

pintura

fran-

eI

lA FFrllilcla

mitad

del si-

a¡i

lla¡' Crizimne

no

poseia

hál¡llIl¿rhrr ulnatas de

aÍis-

e€tiiil

llts¡roir

o Monet,

y

ante

Efi¡leule lr¡ctrso social de

su

Hfe f,E

Inr'lilyó

cn

su

hacien-

el rrrr

r

hr |rnncia, para

ela-

¡¡¡r

¡r¡liLl

tluo

desbordó los

ft,irt

ilorr

clcl

impresionis-

Itt¡ 1¡¿rtos

impresionistas

Paul

Gauguin

(

I 848- )

903), Autorretrato.

Rf,ksmuseum,

Amsterdam.

EI sentido decorativo

de Gauguin aporta

una atrevida

visión cromática.

atractivas

desde un punto

de vis-

ta

plástico,

serán fuente de per-

manente inspiración para

varias

generaciones

de aflistas poste-

riores.

Paul

Gauguin era algo

más

jo-

ven

que

Cézanne y

aprendió

de

él

que

ciertas deformaciones

de

la

figura

pueden

lograr

un

efecto

más

contundente sobre

el espec-

tador

que

el

puro

realismo.

En

sus

retratos

y

autorretratos

se

toma todas las

licencias que con-

sidera necesarias para

obtener

un

efecto decorativo de gran

en-

canto

yisual.

Con

Gauguin, el re-

trato se acerca

a la ftonteta

que

lo separa

de la caricatu¡a

e

inicia

una

tendencia

que

será continua-

da

por

multitud

de seguidores.

::rNüe ¡g@io¡re..q:d€.|¡9tr¡i0.::i¡..¡..:.I'¡

::iElrsdgr.@ i

El

nlrpts

cono

instantánea

allgrlr

rúrr

rlc

la fotografía

tuvo.una.qo[sidqrable

repercusión

en e]rarte

dol

retiato.No.lanlo

pot

gñá

vnlurl'¡(l tle

emulación

por paÍe

del

pintor,

sino,porlal

psgibilidades

eomposltivas,y.ter¡átiéiur

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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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-

RETRATO

EXPRESIONISTA

Y CARICATURA

Las convulsiones

artísticas

y

sociales de comienzos

del siglo

nr acabaron

de disoiver

por

completo

las distinciones

y

categorías

entre

géneros, las normas

académicas

y

los

principios

establecidos

de

parecido

y

de realismo'

La

libertad conquistada

se manifiesta

en

los estilos expresionistas

que

dominan

la

mayor

parte

del siglo.

'

Éstos

implican

una visión

muy

individual

del

retratado'

Gusttl Klinl

(

I

I

62. I

I

I B),

Las tres edades do la mujor

(dotalle).

Gale¡/a

JVacio¡aJ

de Arte Moderno, Roma.

El expresionismo mostró

un

especia/ inferés

por

las

posrbilrdades

delpuro color

y

Ia

distorsión de la forma aplicadas

al retrato

y

Ia íigura humana.

pectos

significativos

que

imitar

literalmente

las

facciones del

rostro. Conocía la utiüdad de la

caricatura

como

recr¡rso

para

conseguir

el

parecido.

Algunos

pintores del

sigio lot

llevan

este

recurso

hasta

el límite

y

constru-

yen

sus retratos mediante

sig,:ros

abreüados en lugar de represen-

taciones

precisas.

Estos

signos

demuesÍan un

poder

sugestivo

y

"realista"

tanto o más

significati

vo

que

la

combinación

de luces

y

sombras con la

que

se represen-

tan figuras

al

estilo convencional.

El artista depura

y

simplifica sus

medios

para

así

dotarlos de una

expresividad más directa,

dibuja

la

figura

mediante formas sim-

ples

organizadas

con claridad

y

conserva hasta el

final

la

frescura

en la visión del retratado.

Lavisión

expresionista

El expresionismo

busca

per-

cutir

en

la

sensibilidad

del

espectador

mediante

efectos

pictóricos

sorprendentes.

Estos

pueden ser cromáticos

(contras-

tes violentos

o armonÍas

inespe-

radas), formales

(dibujo distor-

sionado

o

puramente fantástico)

o expresivos

(facciones

exage-

radas

o simplificadas

al

máxi-

mo). El

pintor

intenta

plasmar su

imaginación con

la mayor

ener-

gía

posible, haciendo uso

de to-

dos los

medios a su

alcance,

por

subjetivos o

irracionales

que

puedan

parecer. Aplicado al

re-

trato, este

programa

artístico

da

unos

resultados

inusitados.

Utili-

zando medios

completamente

alejados

del realismo convencio-

nal, los

pintores descubren

mo-

dos de conseguir

una

caracted-

zación psicológica más

rica

y

más

profunda

que

la mera

des-

cripción

naturalista

del

gesto

o

de

las facciones.

En el siglo

del

psicoanálisis, el rettato

se con-

vie¡te

en una

herramienta

de

in-

dagación

para

desvelar

las zonas

más oscuras

del

alma

humana,

La

ídestnrccióntt

del

retrato

Muchos

artistas

del siglo

u

intentaron

llevar

más lejos

las in-

novaciones

de sus

predecesores

orientándose

en

dos direcciones

básicas:

o

el

retrato deiaba

de

fundamentar-

se

en un buen

parecido, o se

destruía como

género.

ta

pri-

mera opción

supone dar

to-

da

Ia importan-

cia a

la

expre-

sión

personal

y

producir

imá-

genes

más o

menos deformadas

de la realidad;

la segunda

impl

ca eliminar

de

la

pintuta

cual-

quier soporte temático, haciendo

de

la

propia

pintura

el

tema

del

arte. Muchos

retratos

cubistas,

así como algunos

retratos

de Ma-

tisse o

Modigliani,

tratan más

de

las relaciones

internas

entre

for-

rnas

y

colores,

entre

planos,

lu-

ces

y

sombras,

arabescos,

líneas

y

superficies

que

de una

figura

real.

Son construcciones

plásti-

cas

configuradas

a

partk

de vi-

siones internas

del

artista.

Van Gogh

(1853-J890), Retrato del

doctor Gachet.

Colección

particular.

Van Gogh

busca conseguir

eI

parecido psicológico

por

medio de

las

deíormaciones

y

la intensidad

del color.

EJ es el

pionero

de Ia visión expresionistá

del

retato

k

€rrluutot"

El ela¡llist'r

hrgres sabía muy

Hq

qlo

l)nr¡r

captar la expre-

49¡

pei:lrirl

rlc.l

retratado

era

 ñé€

eferrllvo

rrx;rqerar

ciertos as-

lhFo,isn¡o

modemo

A

pflt"

,¡'t,,,,

rkrl

:;iglo

xx

la

Eñdprr'

rn ',rtrholista

en

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Flñhtlrl

rrliililr{i;r

recupera

BfE

Fl

ri'lr,r1o

aspectos

álYtdsrh'',

,Il,rnte

el Re-

ñáEirlrtrrrlu

I I r;imbolismo

E

nlÉq

¡ll¡

rIr

la realidad

bgtlgrr,l,,

r{¡los

que

evo-

BgÉR

r

r,illr)rlr(los

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láE

(irr'.l,rv

Klimt es el

iElrali,,t,r

niis

famoso

dÉñltl

rl,, rr';lo

estilo. Sus

FFfa.l

rrrr

Iyrril

evocacio-

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dá, airrrlrr,Ir:r

del

amor,

la

páelÍ.rrr

o

l;r

rrogancia

en

gii

ijilli,ll|)

0ast

onírico,

cálgtrlrr

rlr

r;0nsualidad

y

aerrlri

I

r

{)r

t}nnlental.

E-uatar

lilnnt

(

I

862- I

I

I 8),

Felt

rlo

r

hr

Emilie Floge,

ft

Jir

/rr,r;

Museum,

I/r''ena.

Illllll

sc

lo¡na

diye¡sas

irr

tlrciasp/ásficas

y

der,rtr

alprr.s

para

expresar

simbólicamente

cl

lemperamento

de

la retratada.

ftFdeI

lll,

r

/r'¡1,ilr i (l 884- I 920),

&[+qle

rh l'¡ll

(

irrillaume.

&le$a

4e A¡k:

Modcmo, Milán.

Fq sl¡'l"n',

rl,.1/lr

i

¡

cJc .los

rasgos

peiaier,¡,,o,

rrrt:;it¡tc

potencíar

lA

cEries,

lrir¡

'h'

p,nccido por

ñEdics ¡¡¡r l¡ r rl¡v0ncionajes.

Toulouse-Lautrec

(

1 I 64-

I 90 I

), lem

Awil

daruando'

Museo

de Orsay,

París.

La

potenciación de

Ia expresividad

y

el movimiento

llevan

a Lautrec

a las

puertas

de

la

caticatuta,

llctr ¡rlo cx[rru¡Jiorlirta

y

cericatura

 ¡¡,

r,

r ¡iljlr,t:

¡

l¡'

l.¡ i".rN¡'.:':,¡

Deformaciones

expresivas

Las desfiguraciones

que

sue-

len aparecer

en los retratos de

los

pintores

modernos no deben

interpretarse necesariamente

como

caprichos

injustificados

del artista sino

como exagera-

ciones expresivas

que persi-

guen

una representación más

contundente

de

la

expresión

o

la

pose

del retratado.

Exage-

¡ar la convexidad de la frente,

reducir

o

aumentar

las facciones

o desencajar la simetrÍa del ros-

tro

son recursos

que ya

utiliza-

ron magistralmente algunos

pin-

tores

clásicos como El

Greco.

En la

pintura

actual,

este

tipo

de

licencias intentan

obtener una

presencia

más viva

y

más

cerca-

na. En último término,

estos re-

tratos nacen de una

forma

pro-

fundamente

humana de relación

personal,

más basada

en

las im-

presiones

subjetivas

y parciales

que

en

una

pretendida

com-

prensión objetiva

y

total

de la

naturaleza humana.

W

 

Ira caricatura

p,

8lli,,.]l:....]:::::i::rll.l.,,]:

Page 12: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

http://slidepdf.com/reader/full/retrato-rostros-y-expresiones-manuales-parramon-243-n 12/51

Et ESTI]DIO DEt ROSTRO

PROPORCIONES DE

I,A

CABEZA,

Es bien sabido

que

desde la antigüedad, el arte se

ha

preocupado

especialmente

por

las

dimensiones

y

proporciones

del cuerpo

humano

y

de sus

partes.

Entre ellas, Ia cabeza

y

el

rostro han sido

y

siguen siendo dignos de Ia máxima atención,

pues

es

ahí

donde

se

muestran

la

personalidad y

el espíritu de una

figura. Pero

para

llegar a eso, todo artista deberá tener en

cuenta la antropometría de

Ia

cabeza,

es

decir, el conocimiento de sus

proporciones.

Canon

de

la cabeza

masculina

Para

dibujar corectamente

cabezas,

rostros

y

retratos es im-

prescindible

estudiar

las dimen-

siones

y proporciones

de

la

ca-

beza humana.

Estas se delimitan

mediante un canon, éste es

una

regla

o

norma

que

determina las

medidas

de

Ia

figura humana

partiendo

de una medida básica

llamada

módulo. De todos es co-

nocido el

canon

que

estableció

el escultor

de la Grecia Clásica

Policleto

para

la figura humana:

su

célebre escultura,

llamada

Doríloro, era una figura cuya al-

tura equivalía

a

siete veces

y

media el

tamaño

de la

cabeza.

Esta

proporción

se consideró la

norma a seguir

por

los

artistas.

La influencia de este canon,

a

través

de multiples variaciones

y

estilizaciones, todavía

perdura

hoy. Aqueilá obra

no

sólo senta-

ba una norma en cuanto a la altu-

ra de la figura sino también en

cuanto

a las

proporciones

del

resto de sus miembros. Así

pue-

de establecerse

el

canon

o

pro-

porción

ideal de las

partes

de la

cabeza

humana,

para

aplicarlo

al dibujo de todo tipo de figuras,

ya

sea

desde

el

punto

de vista

de

la intención

estética

(crear

un

tipo representativo de la belleza

artística

o

naturalista)

o

de re-

presentar

los

rasgos

específicos

de

una

persona

en

particular.

Por 1o tanto, estas

proporciones

son

la referencia fundamental

para

construir

la

estructura

li-

neal tanto de un

retrato

como

de

un rostro imag"inado.

Cabeza de

frente

El canon de la cabeza humana

masculina

equivale

a tres veces

y

media

la medida de la altura

de

la

frente. Se toma

la

fren-

te como medida básica

o

módu-

lo

a

partir

del cual se

determina

la

proporción

del resto de las

partes

del rostro,

La

i

altura de

la

cabeza

i

queda dividida

en

I

tres

unidades

y

me-

i

dia mediante el

tra-,

I

zado de

cinco

líneas

horizontales: la

que

marca

la

colocación

del cráneo o iímite

superior de

la

ca-

beza, la

parte

su-

perior

de la fren-

Ésfe

es eJ

canon

usado en el

dibujo

de

íigura moderno:

lasliguras maxulina

ylemeninamiden

ocho cabezas.

La menoÍ

estatura

de Ia liguralemenina

no aÍecta a esta

proporciónya que

e/

fama¡io

de

su

cabeza es menor.

te,

que

suele coincidir

con el

cimiento del cabello; el

nivel

las cejas

(el

mismo

nivel

en

que

se sitúa

el ümite

superior

las orejas);

la

base

de la nariz

por

último, la base de

la

bula o

límite inferior del rostro,

Si se aplica

la

medida

de la

ra de la frente al ancho

de

la

beza, la división es de dos uni-

dades

y

media.

Teniendo en cuenta todo

anterior se

puede

establecer

siguiente norma: el alto

y

de

la

cabeza

humana vista

frente

es

igual

a un

que

mide

dos unidades

y

de

ancho

por

tres unidades

media de alto.

Buscando dos líneas

que

dan el

rectáng:l0 vertical

y

zontalmente se obtiene, en

la

nea horizontal,

la situación

los

ojos

y

en la vertical el

central de

la nariz.

.,, Por

último

también

es

tante observar

que

la d:

entre

los dos ojos viene

a

igual a la anchura de un ojo

que

el

límite inferior del

coincide con una

línea

que

de en

dos

mitades iguales el

dulo inferio¡.

Cabeza de

El canon establecido

para

cabeza

vista de frente sirve

la visión de

perfil.

Sólo

hay

prolongar

las üneas

trazadas

y

realizar cada

del rostro, esta

vez de

perfil:

mite superior del cráneo,

superior

de la fuente, altura

las cejas

y

orejas,

límite i

de la nariz

y

la base del

Tomando

el

mismo

que

se ha utilizado

para

la

za

vista

frontalmente

(la

de la frente), se establece

que

anchura

de la cabeza de

perfil

también tres

veces

y

media esa

medida.

únones

l,l'

rl,¡r..:l¡ ¡

t r¡|¡r:l

¡; it.:t:,t,rlil¡,1

Proporeionee

de

la

cabeza

I il rrl:;lro

fcrrlolrirr¡¡

a tle ln cabe¿a masculina,

vista frontalmente,

equivale

a tres veces

y

media

Ia attura

de Ia írente.

y

el ancho de Ia cabeza masculina

vista de frenfe

sepueden

encajar

en un

rectángulo que

mide dos

nadia

de

ancho

por

tres unidades

y

media

de alto.

rlp

lo.s

módu/os

halados

se

pueden esfablecer

las

posiciones

de

los

ojos, la

nariz,

Ia

boca

y

las

orejas;

al r.actángulo

en dos miúades, insertando

medio

módulo

en

Ia línea

dé simetr[a

y

trasladaÁdo

un

'

dc

n1údulo

a

la

parte

central horizontal.

lee

eulariores

particiones

es

posib.le

con

struir íntegramente

las lacciones

del ros?o.

verticalmente

en

de

ln ceja se

obtienen

lgg

do referencia para

a

Bl

porfil,

fijando la

si-

dal

oJo,

la

ceja, la boca,

y

el

nacimiento

del

ca-

Le etrehura

del módulo

üJe

ln

distancia entre el

g

de la

ceja

y

el

naci-

ée

la

oroja.

glmal¡la

del rostro

visto de

al d€

gran

ayuda

para

el

ya quo

puede calcular de

lor tamaños

y posicio-

l Grccin

clásica se defriRiei.'oipoi

püta:

iguales

el

módulo

ée

la

punta

de la nariz al

 B lros

cánones,

¡temB¡e,tcF.:

¡ltura

de

la

cabét¿.reór'rt¿i

t)il

por parte

dqloaiajrcta,g;

{ll ilonacimiento; ló}rártiatas

Particiones

de la

cabeza de frente

y

de

perÍil

que

marcan

las

sifuaciones resp

ectivas áe laí

facciónes.

0

tllodida u nitaria:'El..inás..e0:

do

ollos

es el

de siáté::¿ábéi

r,

también

So¿ó:,,dé.rgrg¡

v

nrFr(lia,

psro

el

de

oc.hory,rriei

EFhtrrcido

durante

I

el:.,p€iÍc¡do

nes relativas de

las facciones

en

el conjunto,

sabiendo

que

se

distribuyen

de

igual

manera

a

derecha

e

izquierda.

La

cara üs-

ta de

frente

ofrece siempre

un

eje de encajado

básico situado

en su

centro

y

que,

por

mismo

sitúa la

posición

de la nariz

en el

óvalo del

rostro. Aunque

la si-

metría

perfecta

sólo

sea una

abstracción,

en cualquier rostro

un lado

es casi la reproducción

exacta

e

invertida

del otro lado.

Pr

op or c o

n e

s

y

situ

ac

ión

de

,los

rasgos

facrh,les

en una

cabeza de

perfil.

r buscando el

1'v,erdadéio,rt

llumanas,

creyendilqleren

|

)uroro

fue

uno:dé,:lóil..máii

r

lrlr;

investigadores.der.l¿:q:

p.fG

EE

r|;{)ondia

el secreto.

dil]¡ibd:

€tlfrlica'

'

.

.''rr:'':r'

€fugn

propo¡c¡ona

I de

oehleiieias;

€9n

Lldicacrbnes ad¡qbna.lessob¡e

,o¡crones

dej cue.¡pó,:¡&0¡¡a o,:,

p

o

r

e

I

pintor.

NÍibrtti

Dü¡é¡q.,r

Page 13: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

http://slidepdf.com/reader/full/retrato-rostros-y-expresiones-manuales-parramon-243-n 13/51

E],

ESTUDIO

DEt

ROSTRO

Características

Las

diferencias antroPométri-

cas

entre

el

rostro

mascuüno

Y

el

femenino

son

minimas.

La

dife-

renciación

fisica

del

rosuo

feme-

nino

viene

dada

PrinciPalmente

Dor la

estructura

de

sus

huesos

v

sobre

todo

Por

la

Presencia

de

una

mayor

adiPosidad

suPer-

ficial

y

una

distinta

calidad

de

la

piel.

como

factores

genera-

les

de

diferenciación

se

Podrían

destacar

1os

siguientes:

la

cara

de

la

mujer

es

algo

más

Pequeña

oue

la

del

hombre;

Por

esta

ra-

zon

y puesto

que son

de

igualla-

maño

que los

del

hombre,

Ios

ojos

siemPre

Parecen

un

Poco

más

qrandes;

las

cejas

están

más

elevidas

y

arqueadas

Y

general-

mente

son

más

finas;

la

nariz

Y

Ia

boca

también

son

más

Peque-

ñas;

asimismo

la

mandÍbula

es

más

redondeada.

Todas

estas

diferencias

au-

mentan

si se

tiene

en

cuenta

el

maquillaje

con

el

que

las

muje-

res

tesaltan

su

rostro:

los o¡os'

los

labios,

las

mejillas,

la

forma

del

peinado.

Es evidente

que el

*"qoilla¡"

fe*enino,

con

sus

lla-

mativos

colores,

Puede

ser

un

factor

de caPital

imPortancia

en

los

reftatos

artísticos.

El canon

de

Ia

cabeza

de

la

muier

es

el

mismo

que

ei

de

la óabeza

del

hombre.

Su

rostro

visto

de

frente

resPonde

igual-

mente

a

tres

módulos

Y

medio

de

altuta

-recordando

que la

medida

de

un

módulo

es

la

altu-

ra

de

la

frente-

Por

dos

módulos

v

medio

de

anchura

Esta

estruc-

iura

da,

por

lo

tanto,

Ia

misma

figura

réctangular

que

la del

hombre.

Sin

embargo'

es

necc-

sario

fijarse

en

lar¡

variantos

llsi

cna

propian dol

roltro

[trlttolttlto'

rr r tttttot

ltttt'tl

rrl

lltlltlólt

rlo

ET

ROSTRO

TEMENINO

posiblemente

sea

el

rostro

femenino

eI

tema

más

tratado

por

los

artistasdentro

del

género

delretrato.Lospintoresdetodaslasépocashanestudiadoylealízadoconespecia]

pr.alá..ion

"r

rostá

ae

ta

mujer

por ser

áte

ei

más

representativo

del

concepto

de

belleza

en

el

ámbito

det

arte

¿e casiiodas

las

épocas.

Con

él

es

posible

comprobar

cómo

hanevolucionado]osidealesdebellezayarmoníaartísticaatravésde]tiempo.

'

,

.,

):,t

t-ir,,:

.lt.i

r.-iili{t::i

El

rostro

femenino

lli rr

r':'¡;l.t

i.,

: ::i-i;li L

P a r tic

ione

P

r o

P

or

c o n

a

I

e

s

de la cabeza

lemenina

Esúas

subdivisiones

Presentan

alounas

dilerencias

con

resPecfr

aías del

rostro

masculino'

Ia mujer

no

es

tan

cuadrado

como el

del

hombre,

es

un

Poco

más

estrecho,

como

un

óvalo

que

va

de

una

a otra

oreja,

Por

esto

el rostro femenino

Parece

más

redondeado

que el

mascu-

lino.

En

segundo

lugar,

tanto

la

boca

como

la

nariz

son

algo

más

reducidas.

La

boca

es

más

es-

trecha,

aunque

tiene

los

labios

más

gruesoi.

La

nariz

es

de

li-

neas

más

suaves.

Los

ojos,

Por

contraste,

Parecen

más

grandes;

a esta

aDariencia

contribuye

la

altura

las

cejas,

no

tan

Pobla-

das

como

las

del

hombre.

Por

último,

el

cabello

es

más

abun-

dante,

casi

siemPre

Ia

línea

suPerior

del

pelo es

más

alta

que

la

del

hombre;

este

detalle

contribuYe

a

otorgar

una

mayor

forma

de

óvalo

a

la

cabeza

de

la mujer.

El

retrato

|cmenino

comienza

Pot

lit

rrisll

r¡t¡ciórl

ór

(lt)lx¡rirl

rll

lrt:;

¡trtl

ltt'intll:;

¡nr4ttr

tnth',

th'

hn

l¡1¡tln

lnt

ulPt

eso

el

perfil

femenino

es-ta

bién

de

tres

rnódulos

Y

medlo

ancho,

pero

siemPre

haY

que

Estas

subdiYisiones

son

prolongactones

Ias

partic

one

s

anteriot

-Ps-ps:.li

Como

se

ha

dicho,

el

c

de

la cabeza

de

la

mujer

es

al de la cabeza del

hombre'

ner

en

cuenta

algunas

diferencias

fisonómicas.

El

del

mentón

es

menos

que

el

del

hombre;

Por

el

trario,

ios

labios

femeninos

bresalen

un

Poco

más

que

masculinos;

la

mandíbula

es

redondeada

Y Poco

da.

La

nariz

es

más

corta

Y

¡gapitrr-1rrrrir,

no

destaca

tanto

ps¡fls

r:r

Fl

¡rcrfil

del hombre.

La

gaa

.a

rl¡'l

olo

parece

un

poco

Fác

u¡rrr,l,'

rlcbido a la altura

dc ia

r,r:ln l,ir frente sigue

con

RáE

-ellilv¡¡l,r{lla

línea de la cara

FEEEIil

rll¡r'

r'L

cráneo femenino

ñe

ee

t¡rr

rr:rrsitdo como

el crá-

 E€

rriaalttlitto.

Por último

se

po-

$ia

áeal,r,',rr

cl

tamaño

más

re-

d¿eidrr

rle

l;r

oreja,

dando

la

gEfl€at¡li|

rll,

cstar

más

reCogida

eii

el

¡, ¡rlililto

tlc la cabeza

que

iE

e:cia

rlnl

¡¡¡¡t5t".

ñlga ¡cllo

Fl

pellnrl,r

rL:

la mujer

es un

Eiei+le¡rlr¡

d

lr,llor

en

cuenfa

en

Ei

Est¡¡,1t,'

rh,

las

p¡epsr.lon"t

iE

ia

ealr¡r::,r

Irrnonina.

Los

pei-

agi¡€é

vi¡irllirosos,

asi como el

€Felle

lu

Uo,

rrrodifican la

apa-

Una

vez halladas

las

d¡rzlstones

proporcionales

básicas,

es

fácil

detallar

Ia forma

exacta

de las

facc¡ones.

riencia

del

rostro

bien

sea

realzando

su

fo¡ma oval,

ensan-

chándolo

o

hacién-

dolo

más

alargado.

En

ocasiones,

el

vo-

lumen

del cabello

es

considerablemente

mayot

que

el

de

la cabeza

y

resulta

tan-

to o

más

deter-

minante

en la

realización

del

dibujo

que

la

conecta

defini

ción

del cráneo

y

Ia

cara.

Hay

Frans

Hals

(r580-

t666),

La bohemia.

Museo

del

Louwe,

Parts.

El cabello

es un

factor

decisivo

en

Ia fisonomía

femenina;

realza

el óvalo

del

rostro al üempo

que

reafirma

sus confomos.

P anic

iones

PrcPorcio¡a]es

de

Ia cabeza

Íemeninávista

de

perfil'

Carccterizaciones,

E'

retrato fenenino

pLede

ofrecer

más

po-

sibilidades

a

la

caracterización

que

el rgtra-

to masculino.

Dejando de

lado

la

cuegtiÓn

de

la fisonomía,

el tocado,

los detalles

del

veslido, el

pelnado,

etc.,

son

iniportarite$

elementos de carácter, E6te

hecho

ha

sido

explotad0

p0r

todo$,1Ós

artislas,

especial.

aente

en épocas

en

las

que

la mujer

ves-

tía una

rica

serie de

complementos

que

podían

combinarse

en

el retrato

siguiendo

criterios

de

forma, color

y

composición.

li,i

?ho¡nas

Gn¡nsbo¡o

ugh

(

I7 27

-

)I

8B),

Ilotr[to

do la

o8posa

dol artista.

C0ollrrrd

ltslif üfo, Iond¡os,

I:t

ltl¡ndo

y

klri wn¡plónoílos

ícmen¡nos

l¡a¡r

sldo rrlllirador

¡ror

krdos

los

prnfoms

pata taalxat l¿¡ l¡pllñ¡a

d¡¡ l,rr¡of¡¡tf¿¡rJns

W

,:1.'

Á¡tqt0tníO

f¡:i.Sé.¡

Pi

?Sr,u::r.:

.

Encaje

básico

de la cabeza

p.

30

.

Cuacterüaciónp,78

que estudiar este

volumen

con

detenimiento,

entendiendo

el

movimiento

descendente

de

los

mechones

y

la configuración

de

las ondas.

Es

importante

imagi-

nar

la

forma

del

cráneo

oculta

bajo

el

cabello

y

entenderlo

como

un

recubrimiento

que

se

adapta

a la curvatura

de aquéI.

Page 14: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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EL

ESTUDIO

DELROSTRO

Características

A

simple vista es

evidente

aue la cabeza

de

un

niño es

más

pequeña

que

la

de un

adulto,

pero es

preciso detenerse

.Y

prestar

un

poco de

atenclon

para definir

los factores

precisos

que

las diferencian.

Las caracte-

rísticas

de Ia cabeza

del

niño

se

definen

por comParación

con

las

del

adulto.

En

Primer

lugar

se

observa

que

aunque

la

cabeza

del

niño

sea

de

un

tamaño

de

aproximadamente

la

mitad

de la

de un

adulto,

ésta

es

muY

gran-

de

con

relación

a su cuerPo.

En

segundo

lugar

siemPre

es

llama-

tivo el tamaño

del cráneo,

des-

proporcionado

con

respecto

a

las

dimensiones

del

rostro.

En

cuanto

a éste,

1o

que

más

llama

la atención

siemPre

son los

ojos:

los ojos

de un

niño

ProPorcional-

mente siempre

son más

grandes

que

los

de un

adulto.

Por contra,

1á nariz

infantil

es

más

Pequeña

y

respingona,

sus

huesos

nasales

están

todavía

muY

Poco

desarro-

Ilados.

La

mandÍbula

tamPoco

ha

crecido

del

todo,

su

maxilar

in-

ferior

es

un

hueso

muY

Pequeño

comparado

con

el mentón

del

adulio. 0omo

última

característi-

ca

general

hay

que

destacar

los

carrillos,

aparentemente

siem-

pre

inflados,

abultados,

dando

una

sensación

de

redondez

ge-

neral a la cara.

Anteriormente

se

ha observa-

do

que la

proporción

de la

cabe-

za

del

adulto vista frontalmente

podía

encajarse

en

un rectángu-

lo

de

dos

unidades

Y

media

de

ancho

por

tres

y

media

de

alto,

tomando

como

unidad

o

módulo

la

altura

de

la

frente.

Esta

Pro-

porción no se

corroaPondo

cotl

ln cnbczn

dcl

nrñ0.

El ro¡lro

irl

Froporciones

I

Inres

de

creq¡_Í_U_el{9.

ET

ROSTRO

INfANTIT

Las

características

de una

cabeza

infantil

no son

iguales

que las

de

un adulto'

por

ello

es

necesario

calibrar

y

estudiar

sus

proporciones-.

Los

aftistas

saben

que

el

retrato

de un

niño

es

uno

de

los más

difíciles

que se

les

puede

presentar'

A

sus caracierísticas

físicas

específicas

se

une

la dificultad

que

tiene

el dibujante

para conseguir

que

el

modelo

mantenga

una

pose estática'

una

caja

en

forma

de

cuadrar

perfecto. Empezando

Por

Ia n

riz, el

prirner

módulo

delimita

punta de

ésta

en

el

extremo

ojo,

El segundo

va

desde

el

hasta

el

nacimiento

de la

El tercero

desde

el

arranque

la oreja

hasta

un

Poco

más

i

de

la

punta

de

la misma.

El

mo

se couesponde

con

la

¡

Proporciones

dd

rostro

infanül

visto

de

[rente.

Las

ProPorciones

presentan

variaciones

signr'úcafiras

con

resPecto

a

Ia

Persona

adulta

fantil

se

puede encuadrar

en un

rectángulo

que mide tres

unida-

des

de ancho

por

cuatro

de

alto.

El

módulo

elemental

es

la altura

que media entre

la

base de la

barbilla

y

la

Parte

inferior

de

la nariz.

El módulo

siguiente

es

de la

base

de

la nariz

hasta

las cejas.

Seguidamente

el

que

fija

la distancia

entre

las

cejas

Y

la parte

superior

de

la frente

Y

como

módulo

suPerior

se en-

cuentra

el

que corresPonde

al

cráneo

que

como

Ya

se ha

des-

crito

es

proporcionalmente

ma-

yor

que

el

del

hombre.

La

línea

que

sirve

de base

a

los ojos

se

puede

determinar

dividiendo

'por

la

mitad

el

módulo

en

que

se

encuentran

aquéllos'

Aplicando

el

mismo

módu-

lo

anterior,

la cabeza

del niño

vista

de

perfil

se

enmarca en

Proporcioncs

dci

t'ostro

infantil

cn

vrl;¡

/,Íun/,

Iltr^pnrllcioncs

r¡ttttlttt

ttrrxlt/irrtdtr;

¡rot

cl

f

¡llt¡¡illo

I'l

olrr¡l.lrtt.l/ttlIltkl

utaYn

rktl rl,inrxt.

anterior

del

cráneo.

La

pequeñez

del rostro

niño es

evidente

(Ios

huesos

la cara

están

poco

dos)

comparado

con

el

rable

tamaño

del

cráneo,

casi

siempre

les otorga

cia

de

cabezones.

El dibujante

debe

tener

en cuenta

estas

anatómicas

no

sólo

a la

hora

rekatar

a

niños,

sino

en

quier dibujo

en

el

que

éstos

rezcan.

Un

error

muy comun

el

de aplicar

las

del rostro

adulto

al dibuio

rostro

infantil,

cambiando

mente

el

tamañ0.

EI

son "niños"

que no

lo

verdaderamente.

Familiarizándose

con

las

porciones

iniantiles,

es

muy

cilo

dibu¡ar

niños,

del

natural

de memoria,

con

la misma

dad

con

la

gue el dibujante

las

líneas

básicas

de

la

de un

adulto.

iiri,:i L:

li'l

infantil

E

r'r¡,r:imiento

infantil

altera

ti€rrrF.ilr,ilIente la relación de

ijarl¡r('rores

de la cabeza

y

las

hir¡hrrr¡r:i

del

rostro.

Las

medidas

eel¡air h'r irdas hasta ahora

corres-

lieillorr

,r las de

un niño de entre

éee

y

r:rratro

años. A los seis

ai¡¡i¡,

ln

lr0nte del niño no

es tan

r,itrlilr,r rto y queda parCialmen-

ie

¡'r¡lrilrlrr

en su

parte

superior

Éret

pl

¡'rrlrrllo;

el desa¡rollo de la

*¡¡a¡¡rlilrrrll

confiere al rostro

un

a€lnl'llr rl/rs

alargado

y

las fac-

e¡ciltsq

r)(:ilpan

un

lugar más

ele-

-arl

r

r

lonl

ro

del conjunto del ros-

Ee

ll

hr¡

doce affos,

el

mentón

ta

l¡Er(lrcndo

la

forma

suave-

ElcltiE

urvada

y

las facciones

E€li¡r

rrr,is

centradas

en el con-

it*rlo

rlt,

la

cabeza. El desarrollo

ée

lfl

flrlolcscencia desemboca

ei la

pr)l)orción

adulta anterior-

FiErrlÉ ¡xlrLdiada.

Símetría del

rostro

Considerando

la

simetría del

rostro

del

niñ0,

v

cómpdiando lá

drstribución

de,las fácciones, se

percibe

que

los

ojos

están

por

lo

general

mucho más separados

que

los

del adulto;

la

digtqn¡

Cra

:e.nlre

.

Uno

Y

otfo ojo

es. ma-

yor,

.pof

I.o tanto

no rige

.la

norma

de

aue

entre loS

ojos

hay

una

dis-

tancia equlválente

a la. anchura de

urisolo.ojo.'

.:.

.

.

Tiziana

(j,487.1676),

Ránuccio Farnede

'.

:

(detalle).

Natíonal Galle.rlr

ol

ful,Washington.

.La

ieparaciói de

los

ojoc

déi

j?iñó

es

üno de]osjacúoles

..deciir?,ospara

gqnsegqjl

urJa

..exprc'rorl

verdádéraméníe

..

infanül.

Proporciones d.e la cabeza

de

un

n¡ño de

seis años:

el cabello

ha crecido,

Ia mandíbula

está

más

desarrollada,

los

ojos

y

las

cejas

se

han

desplazado

hacia

arriba.

.l¡t

¡

.

Enmje básico de la cabeza

p.

30

.

Laposp.50

Proporciones

de

Ia

cabeza

de un niño a

Jos doce

arios;

los ojosylas

cejas no áan

llegado

todavía

al centro dc

l¿

all¡lra dc

l¿

cabcza,

pcto

cn¡lror¿ ¡r

de/ir¡i,qa

ol lty'iovr¡

olrrl

doluaxilnt

nlunn,

I\'oporciones de

h r:aln:t¡t dc

ru¡

¿dulto

a

¡tatln

rlc

ht:;

vrin

lilirlro

n/Jos.

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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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ET

ESTUDIO

DEL

ROSTRO

EL

ROSTRO

EN

VEJEZ

Si

ei

rostro

femenino

representa

para

los

pintores

la

posibilidad

de

plasmar

Ia

belleza

-

-

en

su

apariencia

más

evidente,

Ia vejez

es

ei

tema

ideal

para

intentar

mostrar

al

hombre

en

su sentido

moral

o

psicológico'

El carácter'

ei

temperamento'

la

expresíón

humana

debidaaia

experiéncia

aclumulada

por

el

paso del

tiempo,

con

todas

las

inevitabies

viuencirr

p"r,onales,

marcan

el

rostro

de

una

persona

de

edad

avanzada'

Estosrostrossone]motivoidealparamostrarlacalidadartísticaylacapacidad

de captación

psicológica

de

la

gue

es capaz

un

pintor'

Los

factores

más

signilicativos

dd

rosho

en

la vejez

deben

representarse

con

claidad

e¡i /as

fases

iniciales

dej

retrato.

generalmente

más

evidentes

im-

orimiendo

carácter

al

rostro,

Por

Lso, generalmente,

los

artistas

prefieren

represental

el rostro

áe

un

anciano

que

el

de

una

an-

ciana.

Vejez

masculina

v-f9a9*raL

Hay

que

tener

en

cuenta

que

hombres

Y

mujeres

no

envele-

cen

de

iqual

manera.

Así

como

en

la

infáncia

es

dificil

estable-

cer

diferencias

entre

el

rostro

de

un

niño Y

el

rostro

de

una

niña

ouesto úue

las

características

masculini v

femenina

aún

no

han

tenido

tiempo

de

desarrollarse

olenamente,

en

la vejez

esas

di

ierencias

se

acentúan

tanto

fisica

como

psicológicamente.

Se

dice

que

ei

físico

de

la

mujer

acusa

peor el

Paso,del

tiernPo

que.e1

del

hombre.

Esta

es

una

aprecla-

ción

a

tener

en

cuenta.

Los

atn-

butos

de

suavidad,

elegancia

Y

delicadeza

resisten

Peor

el

Paso

del

tiempo

que

las

caracteristi-

cas

lísicas

más

rotundas,

duras

Y

marcadas

del

rostro

masculino'

Éstas,

contrariamente

a

lo

que

ocurre

con

la

mujer,

se

hacen

EI rostro

femenino

en

la

veiez

presenta

¡nenos

indfuacjones

de

Jos

¡eJier¡es

dé Joi

huesos

del

cráneo'

Ttas

modelar

la

voiumetría

del

se

pueden

ti

Ios

surcosYlas

Factores,sig+f,i9lLto.q

Vulumetría

lilt

rkr lo expuesto

anterior-

titEtrlE

lr¡ry

que

tener

en

cuenta

EB€

El

v¡lor volumétrico

del

¡€€ rr

¡[

ilna

persona mayor

no

ee

igrrnl

,rl

dc

una persona

más

iererr

Lorr volúmenes

faciales

HHE

I

ililrl'onon un rostlo

joven

áepcrll,'¡¡,

sobre todo,

de

los

¡*iirelrrIr¡,

los

tejidos,

Ia

textura

I

firtle;r

rkr Ia

piel.

En

cambio

e

¡t¡qlr¡r

rl¡,

ltna

persona mayor

ha

petrlirlo

bucna

parte

de

esas

EEilirlnrl¡¡

y

lorzosamente

ven-

Ili-á irn¡r'lrrr

rlás marcado

por los

ig¡filtrijt ¡il

rlr-.

sus

huesos. El

igillir

¡le

ilil ¡nciano evidencia-

 á

Ecirrlr,l'rlilrrnte

los huesos

de

lEE

¡ri,rrrlkrrr,

la

mandíbula,

la

ii*i¡É

|

tsl

lrirrco,

delatando

cia-

 4t*le le

lr

rrrrrfiguración

ósea

y

gfieeierrr

I

r rrlir

apariencia

volu-

ñét*tr,a

ltr'o¡rlundible.

tÉ¡eq¡

y

rirrugas

Fe¡ur

¡e

h,¡

observado, el fac-

la¡ náa tlrttrr,rlrvo

en

el rostro

de

*jia

FE¡*r¡iil

rlc

cdad

avanzada

gii

láe

ar r

ttr-riut.

Iln el

caso de

]os

llenbres,

gl

lrttcr

una calidad

ile

piel

rlar

rlttra

que

la

de

las

Fqé¡ce,

se

Filr:llcnhan arrugas

pi6fulrlae,

trrtty

intensas, deno-

Í5jñaéaa

;lrr,rort. 'l'anto las

arru-

 p€

eclnr Lü

rrrrcos, con todas

fu

1++egrri'il

ll

lirrlt:s,

ofrecen

una

lglStiinal

rh

r

rrr lunidad

plástica

I igÉ

arlietrr

/\ l,t

vcz,

esas

irre-

$ula¡ieia,k',,

nyrrrl,rn al

pintor ha-

áeaé.

rle

l,rrtrl¡rir

du

referencia

lfie

larihl*r,'l

r';rk:ulo de las di

Hay ciertos factores

del.r

tro

que

inequívocamente

¡r

can io avanzado

de

la

edad.

primer

lugar,

Ia

Pérdida

'

iabello,

que

en

el

hornbre

mujer

y

que

determina

mente

la

configuración

mucho

más

evidente

que

en

de

su rostro,

Es

muY

común

hundimiento

de

las

sienes

la

vez

que marca

la

cresta

hueso

temPoral

en

los

de

la

cara.

También

se

las crestas

óseas

de

las

debido

al

hundimiento

de

ojos,

bajo

los

cuales

se

bolsas

y arrugas,

Por

eso

cen

más

Pequeños.

Al

su

tersüa

la

PieI

Y

arrugas,

la

flaccidez

de

la

0n

ciettas

zonas

Y

la

ex

dc

bolsas,

osPocialmonte

en

nrojilltn

y

on

ol

cttnllo

los

teiidos,

las

mejillas

caen

acentian

la

Prominencia

de lt

pómulos.

tos

labios

se

att:

Y,

por último,

como lactor

neializado

Y

más evidente

J

que

mencionar

la

Presencia

El

rostro

en

.,..'..:''..:'*].

'i::1;,-'iriii

la vejez

La

vejez

y

el

color de

la

píel

Un error habitual

entre

ciertos

retratistas

es

utilizar

las

mismas

en-

tonaciones

pa.ra

todo tipo

de retratos.

Las

carnaciones

en

la

vejez

son menos un¡formes

que

en las demás

edades.

Hay

que

estudiar

esos tonos

y

repfesentarlos

con

atención

paft

evitar

efeetos

falsos

o demasiado

convencionales,

En esta abra de

Vicenl

Ballestar,

lx camaciones

prc¡teqtan

un

lono

tosúado

péculia

r

que

realza los sutcos

y

amtgas

de

la

veiez.

mensiones,

distancias

y propor-

ciones.

Las

arrugas

y

surcos más

comunes

aparecen

en la

frente,

alrededor

de

los

ojos,

en las

me-

jillas

y

en el

cuello.

En el

rostro masculino,

los surcos

y

anugas

e

nÍatizan

la volumetría

del

cráneo.

Las zonas

y

arfugas

del

rostro

lcmcnino sc

drstr-r'buyca

sobro

rln¿

vóluncltht

nás

ndilto:trt

rllrfl

¿il|

el tu::lro

nwxilint¡.

ffi

.

Encaje

básÍco de

Ia

cabeza

p.

30

.

Cunaciones

p.

68

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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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Et

ESTUDIO

DEt

ROSTRO

tos princiPales

huesos

del

crá-

neo son

los

siguientes:

frontal,

occipital,

parietales,

temPorales,

malar,

nasal,

maxilar

suPerior

Y

maxilar

inferior.

Uno

de los hue-

sos

más

importantes

Para

la

ana-

tomía

artística

es

el

temPoral.

La

orolonqación

de este

hueso

en

ior*"

á.

"t"ttu,

desde

el

Pómulo

hacia

atrás,

forma

el

arco

cigomá-

tico.

Si se

mira

el esqueleto

de

ftente

se

obsewa

que

el

arco

ci

gomático

sobresale

del

Plano

co-

irespondiente

al

hueso

ternporal'

Huesos

del cráneo

en

vista

lrontal

Muchos

de

estos

huesos

muesú¡an

su

volumen

ptominente

en

)a con[iguración

de]

rostro'

fluesos

deJ

cráneo

en

vkta

lateral'

En

e)

dibujo

del

retrato

de

Petfil,

el volumen

de

los

huesos

es

menos

visible

que en

la visión

Írontal'

ANATOMÍA

DE

Tfi'

CABEZA

para

hacer

un

buen

retrato

no

es

necesalio

tener

unos

profundos

conocimientos

anatómicos

perosíesconvenientepoderreconocelyfijarenlamemorialaestfuctulabásicadel

esqueletoconloshuesosymúsculosmásimportantes.NoenVanolaanatomíaesjabase

o

,,rostro

oculto"

que

determina

cómo

es

una

;ara

exteriormente'

¿Quién

no

ha

visto

alguna

vezunacalavela?SóIosetratadeprestarunpocomásdeatenciónasusdetalies'

Ese

ligero

hundimiento

del

tem-

poral

producirá

en

determina-

dos

rostros

-especialmente

en

los

delcados

v

en los ancianos-

una

.onÉid"r"úI"

diferencia

de

nivel

entre

el

plano

de

la

oreja

Y

el

Pla-

no del ünal

de

la

mandíbula.

Tam-

bién

destaca

Por

su

configura-

ción

el

hueso

malar

o

Pómulo

que

condiciona

la forma

del

ojo

Y

de

las

mejiüas.

Los

huesos

nasales,

a

pesar

de ser

Pequeños'

determr-

nan

comPletamente

la

aPariencia

de la

nariz

haciendo

que

ésta

sea

recta,

chata,

aguileña,

etc"

El

maxilar

inferior

o

mandíbula

La

observación

de

la cabeza

humana

permite distinguir

dos

partes fundamentales:

el

cráneo

v

el

maxilar

inferior

(cornPuesto

por

mandíbula

Y

mentón).

Es és-

ta la única

Palte

de

la cabeza

que

tiene

movimiento;

se

mueve

al

reír,

llorar,

hablar,

comer,

etc.,

es,

por

lo tanto,

elemenlal

Para

confedr

al

rostro

expreslones

oe

todo

tipo,

especialmente

extre-

*.,

.o*o

la

iisa

o eI

Pánico.

La

articulación

es

muY

sencilla:

en

la

unión

de la

mandíbula

con

el

arco

cigomático

existe

un

hue-

so

pequeño o cóndilo

colocado

transversalmente

que actúa

co-

mo

eje

y

bisagra

Y

Permite

el

movimiento

descendente

Y

as-

cendente

de

la

mandíbula.

La mandíbula

es el

único

hueso

articulado

del

ctáneo'

A

él se

deben

los

movtmientos

más

signj-

ficativamente

vkibles

dej

rosl¡o.

tos

músculos

de

la cabeza

humana se

dividen

en dos

gru'

pos:

/)

Los

llamados

mimicos

o

músculos

de

la

exPreston

que

comprenden

el

frontal,

suPerc

liar,

orbiculares

de

los

ojos

Y

la-

bios,

elevador

del

labio

suPe'

rior,

bucinador,

triangular

de

los

labios,

depresor

del labio

infe'

rior,

cigomáticos

mayor

Y

menor

Músculos

d.e

la cara

wstos

de lrente.

Esúe

glrupo de

múscuJos

co¡responde

a

Jos

lJamados

múscu)os

de

la exPresión.

Grunos:

[r ontal,

suPercili

ar,

o¡bicula¡es

de

Jos

ojos

Y

de

los

labios,

bucinadot,

triangular

de

ios

Jabi'cs,

cigomáticos

Y

rkorio

Vkta

lateral

de

los

músculos

Ia cabeza.

Estos

dos

son

/os

asociados

a Ja

y

el

rtrrrrrio.

2) Los

músculos

de

i¡ rrr¡qlr,:,rción,

que

incluyen

el

 ettilror,rl

y

el masetefo.

Il¡e

rrúsculos

de

la

exPre-

ciáai,

l¡il¡rhión

llamados

mímicos,

Fellllh'l

los movimientos

facia-

lec

y lorl,rs

las

expresiones

hu-

r,1a¡rilF,

rll(lunos

de ellos

se en-

Ér¡e¡rl iln

insertos en

la

Piel

o

E¡¡ll

¡¡i¡lr¡rr

los

con

otros

músculos

€i¡

e¡l¡r rurectados

con

ningún

hleÉrr

l¡r¡ rnúsculos

de

la

mas-

liEa¡ilr'ril

{¡rtlln

directamente

re-

 at,ir¡rrnrlo:l

con

el

movimiento

iiiaitrlllrrrl,rr.

Y€lr¡mr:tria

Fe

¡rorlri,r

clecir que el volu-

 *iea

ltlrrl,rttcntal

de

la cabeza

hs¡¡rett,t

vt,,ttt:

dado

por

los

hue-

gee

rle:l

Iritttr:o y

su estructufa,

 

lee

trialr,:r

rc

añaden,

adaPtán-

 i-e-ec

ru,ru,

,,rr ttn

fompecabezas,

 ¿-s

f¿.¡t¡rr¡r;

rkr los músculos

con

 eéaa

¿tts

r'r¡tttbinaciones.

La

ca-

bcea

vluto

rlrr

lrente

ofrece

una

€Ear-Eer'lirrr

r¡rrrcral

de

volumen

:i€

tiiF¡'llrik,,,l¡

)'i r

llr la

l¡enfe

* del.cl

,r/

urr",

ul¡

hontal.

lttii]tr,.,,,,,,',

t

I't

clcvación

¡=- =::

r F/.¡ri

=i

i¡i i.=

i¡1,,

,,r /,,, rrlirr

(le

$

¡=;F*,-.

rr, lrr/r¡,1

los

=¡¡:*i;rielri'

r',

,

/l

lrr;ió¡l

=

: ¡¡¡i=il ti¡¡,

lr, /¡rs lllisfnOs.

ilir

{

tl

{

q#S,i*\

t'a

rf\

&.#-f.M

w

El

cráneo

y

el

relrata

La

volumetría del

cráneo

condiclona

la

apariencia

física de

la cabeza

del

ret.atado.

Pero

el anista

no necesita

ún conocimiento

exhaustivo

de

los

huesos

y

múscu

os del

cráneo oara

realizar

un

buen

,etrato.

Basta

un

co

nocimienLo

general

y

una

observa-

iión aienta

para

distinguir

cuáles

son

las

prominencias

más

significati-

vas

de la

cábeza

Y

a

qué

elementos

anatomicos

corresPonden.

Ve

lázquez

(

I

599

1 660),

Cardenal

Boria.

lVluseo

deJ

Pra

do, Madrid.

En

este'

maqní{ico

dibujo

de Velázquez,

Ia

eshudtura

ósaa

qüed¿

cjatámenfe

pátenle

bajo

piel

del

retratado'

ovalado,

destacando

como

mar-

co

superior

la

redondez,

seme-

jante

a un

balón,

del

cráneo

Y

como

marco

inferior,

la

curva

-más

angulosa

en

el hombre-

de

la

mandÍbula.

Acaban

de

com-

poner

la

redondez

las

mejillas

Y

los

pómulos

que rellenan la

cara

uniformizando

(relativamente) la

El músculo

triangular

de

Jos

labios

permif

e

f

ensar/os

porsus

exlremog

tirando

de

ellos

hacia

abajo'

Anatomia

de

la cabeza

'i"lr.1

i'.,

1,.

i,

r,.

.

sensación

de volumetría

esféri-

ca. Tres

apéndices

rompen

co-

mo

salientes

esa

uniformidad

general:

las orejas

y

Ia

nariz.

.

Proporciones

de

la cabm

P.

20

'

Encaje

básico

de

la

cabeza

P.

30

EI bucinador

Permite

la contracción

Y

dilatación

de la cavidad

bucal.

Apafie

de Ia

función

que

su

mtimo

iombre

indica,

ei elevadot

del

Ia-

bio superior

dilata

Jas

aJefas de

Ja

nariz v

colabora

en

Ia lormación

de

Ios surcos

inleriores

de Jas

me.¡i]las.

Page 17: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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. t

EL

ESTUDIO

DEL ROSTRO

ENCAIE

BASICO DE

LA CABEZA

Es

evidente

que

para poder

llegar

a

dibujar

una cabeza se

requieren una construcción

firme

y

un

amplio conocimiento

de sus

proporciones,

es decir,

una

idea

clara acerca

de Ia estructura

básica

de la cabeza. Con ello

se evitarán complicaciones

al

realizar un retrato

y pintarlo.

El

encaje

ha de

partir

de esquemas

geométricos

sencillos

y prácticos,

encajes

generales

abreviadosque

planteen

Ia forma

y

a

partir

de

los

cuales

se

pueda ir definiendo el

aspecto.

F"es *nes--ip:el

lirrt:ir

ju

b¡lgieo

de

la

cabeza

,h,

.i

oi

',,

\

rt..

.

rt....-,j{i:-,*,,

1.r,

.

''-

i. {

::Élr

L,.lt'.

',,:.,i\

..

-,"''\

i

'ri....

,\"",.1

\

En

capítulos

anteriores

se ha

explicado

cómo es

la

forma

del

cráneo,

sobre todo,

la

que

mo-

dela las

facciones del rostro.

Es

lógico

que

al dibujar

una cabeza

humana,

se

piense

en

su

estruc-

tura ósea como

forma elemental

a

partir

de la cual obtener

el es-

quema

general

o encaje

básico.

AI

principio

es

aconsejable tra-

zar estas

líneas sobre el

dibujo

de un cráneo. La cabeza vista de

perfil

puede

ser reducida,

bási-

camente,

a la

forma de

una

esfe-

ra. A esa esfera

se le añade el

esquema

lineal de

la mandíbula.

Este es el esquema

más elemen-

tal

de la cabeza.

Hay

que

trazar

una línea

ligeramente inclinada

que

delimite

el

piano

de

la

cara.

Sobre

esa línea

se calculan las

divisiones

correspondientes

a

tres módulos

y

medio

para po-

der

situar

y

proporcionar

la

boca, la nariz

y

el

ojo. La üsión

frontal

aún es más

fácil

de

enca-

jar:

la

forma básica

de la esfera

queda

achatada

por

los lados; el

resto del encajado

viene dado

por

la línea

triangular de

la man-

díbula inferior. Para situar las

partes

del

rostro só10 hay

que

trazar

el

centro

simétrico

del

mismo

(en

mitad

de la cara)

y

hacer

Ias divisiones de

los tres

módulos

y medio.

Encaiados

parciales

Para los encajados

parciales

en la

visión

frontal siempre

hay

que

tener en cuenta

las divisio-

nes

y

proporciones

del canon

y

el centro

simétrico

del rost¡o.

Una

vez conseguida la línea

ge-

neral del cráneo

y

la mandíbula,

se

puede

trazar

la

línea de la

boca

que

coincidirá con

la base

del

círculo correspondiente

al

cráneo. Sobre

la boca, en el

se-

cundo módu o- se marca a ínea

Desglose

grálico

del

proceso

de encajado

y

esquematización

de

la

cabeza.

Como

paso previo,

Ia cabeza

puede

enfenderse

como una esfera

cuyo eie marca

la

inclinación

del cuello.

$

la

rrar

le

r

¡rru

coincide

vertical-

Fealc

¡rrr¡

rl

ccntro simétrico

dE

lcclr,,

l,¡r linea

del módulo

{EE

rrrarrir

l¡r }lase

de

la frente

éEli¡¡it¡

lilrrbión

la parte

supe-

;¡s¡

¡16 lru

ojor y

las cejas. ta li

ñEá

rle

il¡

o¡us

es horizontal,

la

$l€

la

tt¡ri;:

vortical, como dos

qjEe

el

lrrrrrr,r de cruz. Muchos

tFFuiarrleu

crrpiezan

a encajar

 E€

teall

r

rx

{l(i

sus retratos

-para

5i .ri-a

lut

¡rjr)ri,

la nariz

y

la

boca-

4A

E3E

Eqtlll()llla en cruz.

?iÉporelones

F-l¡¡ rrrr,r

buena disposición

{E

laa

¡rrulrs

de la cabeza

es

inptelr,lrrlible

conseguir una

Fár:8,'1il

I

)r

oporcionalidad

entre

El

F¡¡r;i¡|¡

rIrl

cráneo

y

el salien-

 E

rle

n,rndibula. Hay

que

eelié¡¡lor

'rr

r¡nc Ia boca, la nariz

i

lee

rrlurr rrc

cncuentran situa-

{g¡ 1

rrrrr

rlistancia

muy similar

gree

¡l¡' r¡lror;.

Se inscriben

per-

EEla¡¡[rh'

ril

un triángulo

equi-

lilerI

llvr,r

lido

en el cual

los

iEtliriEr¡

nll)oriores

coinciden

 n i

lilr

cxlromos

externos de

¡aé

nlrq y r:l

vértice

inferior

seiulirl¡

r:on

el

centro

de

la

hace

r[:l

l,rlrio

inferior.

Er

rrr,nto

al

perfil,

no hay

Eiie

irivlrl,rr

que

la línea de

los

€iee cr

ol

ccntro

de

referencia

F ¡ ¡r'tlill ¡ror

encima

del

cual

6e

eirvrn

las

cejas,

la frente

y

c

ts.a¡ipo

y

por

debajo del mis-

iae

al¡dl

ricon

la nariz, la boca

y

= * d 1 '1" T - +-v Áa

nariz es

proporcional

a

la

altura

del bigote,

de los labios

y

del

mentón.

F$-ri"s--4.*nev"ir$-s:lg

Es relativamente fácil encajar

y

dibujar

una

cabeza

vista de

frente o de

perfil.

Lo

que

no es

tan sencillo es hacer encajes de

cabezas en

aparente movimiento

hacia arriba, abajo o hacia

los

la-

dos. Para

ello

es

necesario prac-

ticar el dibujo de

un

círculo

en

perspectiva

inscrito dentro de

un cuadrado

y

éste dentro

de un

cubo, así se conseguirán círcu-

los

equidistantes

y

en

perspecti-

va aplicados

al

volumen

de

una

esfera.

Si se dibuja el cubo en

Encaiado

y

composición

Partiendo de Ia

eslera

de encajado,

se

puede

construir

con facilidad

una cabeza

debidamente

proporcionada

y

en cualquier posición.

Encaje de las

lacciones del rostro

a

partir

de un enriquecimiento del

esquema

geomético

primario.

ffi

rl.r'F¡siqiciq¡sed0,l¡:qaqq4.,li

.,,

diferentes

perspectivas,

se con-

seguirá modificar con absoluta

corrección la visión de

los

cÍrcu-

los

y

de los

puntos

de

referencia

para

el encajado

de

la

cabeza

en

movimiento.

t

.F

¡i¡,.1

t¡l

.i4l:r-

Hi'

''"iii,",.,

tsl¡4 i,

i,

:

s

i'

lti'i

\

.,,');' i'

'i.

'

\,i

'

i,

,. ,,

t

f

 

Las

primeras

referencias d.el

esguema

coresponden

a dos

cí¡culos sjúuados en

verticd

y

en

horizontal, respectivamente,

en

rclación

al

eje. Estos círculos

son

las

particiones

cenür¿Jes

de

Ja

cara

de lrente

y

de

pertil.

Ei "ecuador" de Ia esfera es h

partición

cental

de la can

Fina/menfe, se acñafa

Ja

esfera

por

los

lados

para

ajustaila

a la

estructura

plana

de

los flancos

de la

cabeza. F},te esquema

de encaje tan

preciso permite

entender el concepto

geoméEico

a corsiderar

en el

encajado

de una cabeza.

En todo

retrato, el

encajado

de la cabeza debe estar incorporadoa

la

composición

general

de la

obú.

En

la mayoría

de

retratos,

la

ca-

beza no se ve exactamente de

frente sino

ligeramente

ladeada,

de

perfil

o

vista desde un ángulo

d;stintó. Lá distribución dé las fac-

ciones debe seguir el

sistema

de

distribucién descrito anteriormen-

te,

pero pafa

el

encaie

total de

la

cabeza deben tenerse

presentes

las medidas

y

proporciones

de

todoel

cuerpo visible de

la

figura.

F¡a¡cesc

Do¡ningo, Cabeza de

..

niña. Colección

particular.

Este

,

.

senciilodibuiodebefodosu

alracfivo

a Ia

precisión

de,l enca.¡e

de

/osrasgos

y

la ajustada

composición sobre el

papel,

\"

"

\

\

¡

tr'.r

l

1\

'tjw,,'

"ti

,1,

'i:

ul

\

.,¡l

'''l,i

\ ;,,'.'

''_1

\ .i''\

-

"'--"qi

r

EI

esquema

geométrico del encaje responde

a Ia lorma

general

del cráneo:

una esÍerc achatada

por

los lados.

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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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EL ESTTJDIO DEL

ROSTRO

r,As GEIAS

Y tOS

OIOS

se dice

que

Ia

mirada

es el espejo

del

alma. si

a

cualquier

retrato

se

le ocultan

los ojos,

el

rostro

perderá inmediatamente

su interés,

su vida,

su alma.

La sensación

de realidad

que

pueda

causar

un retrato

vendrá

dada especialmente

por

el conjunto

de

los ojos

y

las cejas,

que

desempeñan

un

papel fundamental

en Ia expresión

anímica

y

reacción

psicológica.

Posición

Las cejas

y los

ojos

se encuen-

tran

a

uno

y otro lado de

la

naru,

esto es

una

obviedad

que

con-

viene

tener

muy en cuenta

para

tomar

el

eje de

la

nariz

como

punto

de

referencia

del dibujo.

El eje de

los ojos cruzará

perpen-

dicularmente

ese

eje

vertical.

Ya

se ha dicho

que los ojos se

ha-

llan en el centro

exacto

de la ca-

beza

(a

mitad de

su

altura)

y

que

la separación entre

uno

y

otro

es

la distancia de

un

ojo.

Las cejas

forman

un arco encima

del

pár-

pado

superior.

La línea

de ese

arco

tiende

a

hundirse

un

poco

hacia

la

nariz

y

a ievantarse

üge-

ramente al

acercarse

a las sie-

nes. De

perfil, el ojo

se

halla en

un

plano posterior, más hundido

que

el

plano de

la

frente

y

las

cejas.

Vista

de frente,

si

la cabe-

za se

inclina hacia

abajo, Ia con-

cavidad

en

que

se hallan

los

ojos

hace

que

éstos

aparezcan

debajo

mismo

de las cejas, casi

ocultos

por

ellas.

Si se

alza

la

ca-

beza,

los ojos

quedarán

visible-

mente

más abajo

que

las cejas.

Una

vez delimitada

la

posi-

ción

de

las cejas

y

los ojos su

encajado

es

fácil. Teniendo

en

cuenta

que

los ojos

se encuen-

tran en

un

hueco

de forma

lar

(la

cavidad

orbitaria),

se

bujan dos óvalos

simétricos

uno

y

otro lado de la cara.

tro

de los óvalos

se

podrán

ir

finiendo

con

más detalle el ojo

el

párpado;

justo

encima

de

óvalos

irán

las cejas

ur esquema

unitario, un

do conjunto.

Volumen

to

más importante

y

elen

tal es recordar

que los ojos

esféricos,

La

configuración

de

párpados

es la

que

da

cia

de forma

almendrada

a

ojos.

También

Ia mayor o

La

forma del ojo

debe

enúenderse

como

una esfera

con

posibilidades de

$ro

limitadas'

En la cara exterior

de esa

esfera se sif

úan el iris

y

)a

pupila

Partiendo

de Ia esíera

preüa,

se

puede

entender

Ia forma

y posición de Ia abertura

de /os

párpados.

Sgtrada

ffiffi

lna vez comprendidas

ta

posición

y

lorma

de los

párpados,

es

lácil

dibujar

Ia Íorma

real

de /os ojos

desde

dislinfaspost,iones.

-\

tF#

4Fealu

n

(l(-'

Ios

párpados

dará

la

€er1éarJifn

rle

que

el

ojo

es

más

g¡anrie o rrrás

pequeño.

La cejas

-áe

hellnr

rrobre

la frente,

ésta

es

Eaa

-Eirlnrlicie

curvada,

más

cu¡-

iada

ptt

lrtrs

extremos

que en

eI

e€llli¡r

I

)r

las cejas

también

de-

peatle

ln

r:laridad

de Ia

mirada:

ÉsErlett

h,,'

rnuy

pobladas

hasta

iñglrlar

,'u,u

cn

el

ojo;

finas

Y

uni-

@iiree,

,,:rlrccialmente

en

las

FgiEteF,,rr

qlreadas; casi

rectas;

éE-llttoa

y

volumen

irregular,

Pl€.

Fetn

rrorlseguir

el volumen

:áC

r,ni,r¡ os

preciso

dar

a los

EeEce

iltención

necesaria

pc+a

qrro trrritcn

la

mayor

o

me-

fig¡

alrrrru

l,rttcia

de vello

y las d

É*Cale¡

lrrlcnsidades

de volu-

ñEil

y |rrros

que

unas

Partes

áEeFetr

rur¡tccto

a otras.

F¡blldnlo

una

esfera

Y

un

Flipllhr

ilrrril

¡rcqueño

en

su su-

FÉrtillF

y

rrrttándola

desde

di

ictg"a

l,trrrloH

du vista,

se

obser-

t3 i

Fael

l¡rr

mismos

Problemas

qtF

at

rlrlrrr¡'rr

los ojosylamira-

 ¿.

ga,u't;",t

y persPectivas,

la

ñi*aala lt¡t,'t,t

ttn

lado,

hacia

otro

ilée,

,1o

h

ont,,,

ctc.

Si se

tiene

en

E€gála

rl l,, lrx ojos

son como

esa

E€fEla,

rltt"

rlrr¡u al mismo

tiem-

Fg t

riiie,

prr

rk:finitiva,

son

dos

g:il,e:¡:ra

I li'ttlir;os

vistos

desde

di€liñl',

'iil'

lrrlo

rcgún su

movi-

iuEiii¡r

q¡rh

mls fácil

dibujar

LE€

¡tlnvlilrirtllolt

de

la

mirada.

,

Fg¡

etto

1,'lh,

la definición

del

qi€

Fe

ir-rlt:;,r

turncillamente

me-

$aale

'r,,

r'lrrrttlo

negro

dentro

{g

ettrr

r,itlttlr

tuayor

de

color

Eáq

rla¡,','

rrtittt

oncuro:

pupila

e

iiis

teel¡q

llvill¡x)rtc.

1l

T¡es visfas

dr'sfinfas

de un

ojo:

de lrente,

de

perfil

y

en escorzo'

EI conseio

de

Ingres

En

esta

vista

lateral

uno

de

los ojos

queda

casi

completamente

oculto

por

Ia

nariz.

.

Encaje

básico

de laúabEzdPi'lg

lnores

aconseiaba

a sus

alumnos

dibujar

los ojos

"como

paseándo

se:

,

es

decir,'sin

preslar

demasiada

atenciór'

captand0

su

t0rma

iiuüetó

v represehtándols

rápida

y sencillamente

En realidad, los

.

r.r

i.i.i.:

i''ir

',.:lirr::ir-

Las

cejas

y

los

ojos

.,..i.

,1

I

r:1.

l.¿r

l.r

qi

los oios siempre

se encuenf¡an

siúuados

'

en

ui mismo

eje.

En esfe

dibri.¡o

aparecen

nsfos

desde

abaio.

El ciene

de

los

párpados revela

Ia

lorma

es(érica

de

.los ojos.

,&"

t

*

rds

flp

iF'

ffi

;]

rt:

Los

ofos

son

r:io.s

cucrpos

idónflcos

¡

deben

manfener

nn

ioutlaltt

coottlirnción

dc

¡novimientos.

lLl cstl

riibulo

ra

oxprcs¡l

ll,¡il

vrsl¿

/rontal

de

los ojos

v

,r,

\ rÚdr fi ót O ll tr r d t

d lils

l

(11il.\,

ca,

sin

embargo,

es enor-.

me.

El dibujants

debe

evi

iar

cargar

y

desvirtuar

el

dibujo

insistiendo

en

los

ojos,

procurando no

Pen-

sar demasiado

en

ellos

mientras

téaliza

el

dibuio

general

para

desPués,

si

es

necesafl0,

retocarl05.

Ingres

(1780-1867)'

Retrato

de

Pagani$.

Mulseo

del Louwe,

Patís'

La

viveza de

las

mi¡adas

.

/os¡éfrafos

de

rngres

esüá

b

as adt

en un

a.c

aqlacién

".

caisual"

de

la

forma

Y

el

morrim¡enfo

de

Jos ojÓs'.

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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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EL ESTTIDIO DEL ROSTRO

LA NARIZY

LAS OREIAS

La

nariz

y las

orejas

son los apéndices de la cabeza.

Asimismo,

son las

partes

del

rostro

que

rebasan

eI

óvalo

que

encaja la forma

del

cráneo.

Conviene

atender

y

detenerse

con

paciencia

en

su observación,

puesto

que

sus formas no

son

fáciles de

captar

y,

además,

son

esenciales

(sobre

todo la

nariz)

en

Ia resolución

del

parecido.

La

inmensa

variedad

de configuraciones diferentes

no

impide

que puedan

subrayarse

algunas nociones

generales

sobre

el

dibujo

de

estas

partes

del rostro.

Posición

{..

I

i;u'r.

\

Observada

de frente la

nariz

se sitúa en

el centro

del rostro.

Verticalmente

coincide con

el

eje

que

divide

simétricamente

la

cara

en

dos

partes iguales. ta

parte

superior

de

la

nariz marca

ei

nacimiento de

la

frente

y

las

cejas.

A la altura de

su

parte

in-

ferior

se

encuentra

el

lóbulo

de

1a

oreja

y

la

parte

superior

de

la

mandíbula.

Las orejas

no reba-

san

la

altura

que

media entre las

cejas y

la

base

de

la

nariz.

De

perfil

y

dependiendo

de

su

con-

figuración

ósea,

la nariz

puede

ser

un

apéndice

prominente

o

discreto,

de

línea cóncava, con-

vexa

o recta.

En

cualquier

caso

las medidas y

proporciones

es-

tudiadas hasta

ahora

servirán

siempre como

referencia. Las

orejas

siguen

la

línea

marcada

por

la

mandíbula, encontrándo-

se

por

detrás

de

la

prolongación

de

esta

línea.

Encajado

Ante todo,

hay

que

tener

en

cuenta

que

tanto

las

orejas como

la

nariz

se

encuentran

en

la

zona

o módulo central de

la

cabeza.

Sabiendo

que

la nariz

está

en

el

centro de la

cara, vista

ésta de

frente,

no habrá demasiadas di-

ficultades

de

encajado

delimi-

tando las aletas

junto

a

los

orifi-

cios de respiración.

Las

orejas

son

un

poco

más

difíciles

de en-

cajar,

se

podría

decir

que

son

la

parte

más

"desencajada"

del

rostro;

en

cualquier

caso nunca

deben

sobrepasar

por

arriba

la

IÍnea que marcan

las

cejas, ni

su

lóbulo llegar

más

abajo del

nivel

de una línea

imaginaria

trazada

a

la

altura

del

labio superior. Ira

figura

que

responde

al

encajado

de la nariz

os

un triÁngulo

y

la

do

lao orojae un óvalo.

Cuatro vktas diterentes de

una

nariz.

Tan

importante como

Ia corrección en el

dibujo

de

Ia forma,

es la

adecuada

distribución

de

luces

y

sombras

que

revelen la

posicióny

el volumen de Ia nariz.

Las orejas son

mucho más

planas

que

la nariz,

pero

su

conft

es basfanfe

más compleja.

k

distribución

de luces

y

es

también muy

impoÍtante

en

su

Volumen

lf

fr'r

tk*\i

I

*,;l

*;/

1?

 s#

Para captar

el volumen

de Ia

nariz

y

las

orejas no hay

más

re-

medio

que prestar mucha aten-

Aprendu de ias

maestros

El

estudio del

natural es fundámerital,

reáli2ados

por

grandes

pintores

se

pueden

aprender

muchas

.cosas

so-

bre

la realización

de

los detalles signi-

ficalivos

del

roslro,

A veces, una obra

ap¡ña'una

soluciin

que

puede

apli-

caise al

trabáio

persónal por

su senci-

llez o

porque

resuelve

cuestiones

planteadas por

el

trabajo

que

el artis-

ta

está realizando

en ese

momento.

Renbrandú

(I

606-l

669),

Rétrato de

lléndrickje

Stoüels

ldefajle),

Museo del

Louwe,

Paris.

EI

volumon

de la na¡jz, en

esúe

rel¡afo,

és

de ilnd

g¡án

rolündrdad

a

pesar

do la dlscroción on ol modolodo do

las /uccs

y,las

sornbros.

ción

a cada

modelo, estudiar

y

comprender

cómo es

exactS.

mente.

Quizás

la

solución

parl

captar cofiectamente

su

volu.

men tan irregular

es

prescindlt

Bero

observando

1.,,r;,i

r:tjl.s

;

i** *ji"'*

La nariz

y

las

orejas

1.,:l :**iq r;

r:i

rtr*.*1*31

;:,$

..-,4",4,q.,f

,j,

&

'tl

.-J

.*mh fr

j

-r

-*:/

i

';*"-

{}

\,

ro.*#

.

.,.1

,*.*i&&f

,:

l"€;

-\

-:s

".-d/

{

:t

.,,."

.aq"'r.

.11

La

nariz

v

las

oreias,

vktas

en

relación

con

eJ

resfo

de Jas

fa cciones

del

tostro'

plilii

pí"tintutáspecfos

mul

dtsf¡nfos

seEÍn cuáJ

sea

la

posición de

Ia cabeza'

ile

hetho

d0

que

se

ven en

tres

*EtcnEiottcs.

Es

preciso intentar

let

le

rra¡rz

y

las orejas

como

si

fup¡6¡¡

olrirlos

planos,

sin relie-

1q,

ellurlrrnndo asi

el

efecto

de

e€ÉÉ¡sr

y

r:aptando

el

conjunto

#

lrrr'nu

y

Hombras

que

Provo-

Fih

ettb

[il;gularidades,

espe-

Ealniertlo

on las

orejas.

Cada

g;adarrtdrrr

sutil de

intensidad,

ÉéGla

krrr¡llirlad,

cada

brillo,

irá

Ee¡lclqrrrh,

y

creando la sensa-

gátr

rle

voltrrlen

que resPonda

a

ia ¡e¡ltrl¡rrl

observada.

Es

muY

ic¡rrrtlnillt'

t(Jner en

cuenta

esta

EFáEI

v¡r,

róil

para

dibujar

Ia na-

t+e

vlalq

,

l,

'

lr

r:ntc,

Ya

que

de

Per-

Ei ee

tr rta

lurclamentalmente

de

.

¡6e

lllen lrrrrrr

delimitada.

Asi-

¡*tie¡rt¡r

"n

rrnprescindible

para

tlat l¡r¡rrrn

rr

lar

orejas

con

sus

péquelir

rr;

¡

rliogues

y

repliegues.

Il uras

I

lÉnrchoB

rclativog

Éc

¡rrrrhin

nfirmar

que no

haY

aa:i

1

ilroi¡lH

iguales

a otrae,

eáéa

lrerlioru

tiono

ru

proPin

éÉrnfitllilñrriÓtt

o nlgún

dotalle

¡iee

ina

rltluroncÍn

dol

rocto,

f,:ay

rrart,,ot

pequcñaa,

qrnnder,

aguileñas,

chatas,

gruesas,

del-

gadas, huesudas,

camosas,

etc.,

como también

hay

orejas

reco-

gidas, salientes,

redondeada_s,

alargadas,

y

siemPre con

sus

lI-

geras

variaciones

en

los

Plie-

iues

interiores.

SiemPre

haY

que

fijarse

en la

altura

relativa

que

guarda la

nariz con

resPec-

to

a

las

orejas,

Puesto

que sus

alturas

no

siemPre

se corres-

ponden con

el

módulo

central

de

la cabeza.

Se

Pueden

encon-

.En estos

esfudios

de nanz

se

resue.lve

el ptoblcma

dc

/a.s

luce,s

y

sombrns

del

volnnnn

vlsb

lnio

tllle¡enlps

átqtthtE.

trar

narices

que,

Por

su

tamaño,

lleguen

aI mismo

nivel

de la

boca,

u

orejas

que

rebasen

so-

bradamente

la línea

de

las ce-

jas

y

la

de

los

labios' Todo

es

cuestión

de

una

observación

atenta.

\ i\*

,s#

"*.J

j,..$'

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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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r:lr:;H

.ji:Liri l

iit

J.:

EL

ESTUDIO

DET

ROSTRO

Posición

La boca y

el mentón

ocupan

la

parte

inferior

de

la

cara,

o

sea,

el módulo

inferio¡

del rostro"

En

la

visión

foontal,

si

se divide

este

módulo

en dos

paÍes

iguales

con

una

línea

horizontal,

la

mitad

superior

acogerá

a

la boca

y

la

inferior

al mentón.

Tanto

la

b'oca

como

la

mandíbula

siguen

la

elemental

simetría

del

ro-stro,

di-

vididas

en

dos

partes

iguales

por

el

eje

central

de

la cara.

El

mentón

se

delimita

con una

línea

ovalada

que

llega

hasta

las

ore-

Jas

y

que

enmarca

toda

la

zona

de

la

boca.

Hay

que

tener

en

cuenta que

a

partir

de las

oreias

la cara

se

va estrechando

haóia

el

punto

central

del

mentón.

Te-

niendo

esto

presente,

se

puede

defin¡r

el óvalo

de

la

cara

ion un

sencillo

trazo.

Aqu.í

se.obsewan

varios

ejemplos

de

bocas

dibuiadas

a

láoiz

.,

desde úIere-ntespunlos de

nisfa.

Es

importanie atendei

no soto

at contorno

de

la boca.

sino

también

al

sombreado

de

los

labios.

I,]T

BOCA

Y

EI,

MENTÓN

Aparentemente

la

boca y

er

mentón

son

partes

fáciles

de

dibujar,

pero

hay que

pensar

en

la

cantidad

innumerabre

de

moümientos

de

ros

que

son

capaces

ra

boca y

la

mandíbula.

Es

una

combinación

de

un

hueso

móvil

con un

gran

número

de

pequeños

múscuros

faciales

que

se

encoqen,

se

estiran,

se

abren,

se

ciefian,

etc.;

por

eso,

antes

de

Ilegar

a Ia

cuestión

de

la

e:rpresión

es

necesario

observar

bien

ra posición

y

el

movimiento

de rioca

y

eimentón.

La

realaación

de

Ia

boca

y

el

mentón

va

asociada

a Ia

articulación

det

cueilo.

El.encaje

de

Ia

cabeza

con

el cuello

se

resuelve

medjanle

et desarroilo

de

las

luces

y

sombras promovidas

por

el volumen.

tos

labios

Los

labios

son,

básicamente,

perfiles

y

sombras.

Hav

una

infinita

variedad

de

labioi:

car-

nosos,

finos,

tersos,

arrugados,

cardos,

tectos,

etc., pero

toda

esta

variedad

puede

ser

repre-

sentada

mediante

el

perfil

que

los

delimita

y

las gradaciones

de

sombras

que

les

dan

textura

y

volumen.

También

hay

que

considerar que

los

labios

se

en-

cuentran

sobre

un

plano

curva.

do,

factor

que

acentúa

aún

már

la sensación

de

lineas

curvas

y

superficie

ondr.rlante,

Es

necesa.

rio

observar

atentamente

cad¡

gesto

o

expresión

de

los

labio¡

para

entender

que

el

más

mini.mo

movimiento

muscular

cam.

bia su

configuración,

y

por

tan.

to

su

forma

de

representarlos,

Es

muy

importante

captar

con

precisión

las

comisuras

-su

di.

rección

lineal

y

su profundidad-

que

son

las

conductoras

dg

cada

movimiento.

Asimismo,

el

_

Luis

Meténdez (1716-IIA0)'

Autorretrato.

Museo

del

prado,

Madrid.

Ejemplo

pictóüco

dO

realización

de

unos

labios,

EI labio

superior

está

ligeramento

mas

sombreado

que

el

inÍeriot

y

entre

ambos

destaca

el dibuio

de

la

ranura

de

Ia

boéa,

}lentón

y

cuell_o

:

..r. rr

r..,

¡.lti-i.:i1

La

boca y

el

mentón

ri;r;ii. jr;:.arlr

l

.t

t.l

t:

t¡,ilo

de

unapersona

de

edad.

,l

a

realización

L

r

I

r

I

i

I

cs

sencjl]a,

pues

sus

rasgos

esenctaies

+arÉri,l

nr¿^rcados

con

mayor

claridad.

En

los

niños, Ia línea

del

mentón

es

suave

y

continua,

ofros

accjdenles

destacabtes

qúe

el

ligeró

abultamiento

promovido

poi

las

meiillas.

Etlilerrtc

que

los

labios

de

hom-

bre

qo¡r

rlcnos

gruesos

que

los

tle

rrrrrlr'r;

t:n

los

labios

masculi-

 ¡¡rr

Fl tr)no

será

más

débil,

en

lca

lprr¡rrinos

será

más

intenso

t

llláE

l)rillante.

il¡r¡r

r[,

]os

mayores

proble-

sleE

r¡rn

licnen

los

dibujantes

i¡.aiñ

r'r¡nll)oner

una

figura

es

el

Fst¡i¡r,lo

lrrcajado

de

la

cabeza

¡

El lrnrrr:o

mediante

el

cuello,

f:l

r,tt¡rlLr

{lctcrmina

los

movi-

i*lie¡rhrq rkr

la

cabeza:

hacia

los

laÉh;r,

har.i¿

¿rriba

o

hacia

aba-

iB

Fr,Urrr

,.r;tl

posición

el

perfil

dEl

ilolti,n

rftredará

más

marca_

d€i

r tlr'¡r,r5

y

el

cuello

más

a la

fi€ie

r

ll¡ilt

oculto.

I¡a

anchura

éei

lr¡oll,r

rro

debe

sobrepasar

la a¡rr,lnr,r

dc

la mandíbula,

FFlrr

¡rl.

'.rl

r:,rmbiO,

pUede

Ser

bqirlir,l' ilt,r:i

ostrecho

y

nO estal

liltq¡r

r,o¡r

ósta.

El

cuello

de

lHÉ lt,rrl'r':¡

sucle

ser más

an_

ehe.

¡,rr¡

¡'l

volumen

muscular,

Bue

.:l

rlr,

l,rs

llujeres,

por

eso

páiert.:

r¡rr¡

r,Í

algo

más

CortO.

iluv I

nr ir.nto

I

I

tt"

'

v, ¡¡¡¡,

'

¡¡¡e

dC la

bOCa

y

el

insrri¡¡rr

r',

llrr¡ll;tdo.

Los

labios

5€:t

I'r¡ |r

I

rrrrt0llir

quo

8o enco_

gEi

Y

.'

r'r¡li¡¡n

dando

mil

y

{¡e

FÉl)r,stonoE

¡¡utilog

n ln

ea+a

llr¡rrilt)

¡o

gOnrlO

tOdOp

iEt

ilrrrrr

ill0rr.rl0

lrl

CRrn

(nlpclHll

:t- - I

guración.

Por

su

parte,

la man-

díbula,

como

se

ha

indicado

anteriormente,

tiene

una gran

capacidad

de

moümiento

verti-

cal

pero

también

lateral,

afec-

tando

ditectamente

a

la

posi-

ción

de

la boca:

nsa,

carcajada,

gdto,

bostezo,

etc.

IJos

elásticos

y potentes

músculos

del

cuello

permiten

un

considerable

mo-

vimiento

de

la

cabeza,

según

su

tensión

o distensión,

si

el

gesto

es

forzado

o

relaiado

el

cuello

aparecerá

más

grueso

o.más.delgado,

con la

superfi-

cre

mas

regular

o

con los

ten_

dones

marcados.

ai.ryd,¡,9,¡ciró.¡igdá:

l'.@F,F,¡él¡egf&]¡it

Luz

ysombra

E'mentón

revela

sJ

votumen por

el neto

contraste

entre luces

y

somoras que

hay

en

la

parte

infe.rior

de

la cara.

Si la

djrección

0e

la |,uz

eS, AdemáS,

l¡gerAmente

rasante

COn respecto

a

uno

de

ros,rados

0e

ta

cara,

el menton puede

revelar

volúmenes

como

el

0e

ra

0arbrlta,

un relieve

que

pJede

convertirse

en

eLemento

de

pfmer

0r0en

para

ia

caracterización

del

personaje

retratado.

Andrea

del

S*to

(1486-1830),

Rétxato

de un

hombrejoven

Naüonal

Gallery,

iondres.

esfe

rekato

manierista

se

lace

perfeclo

tratamiento

de Ia

boca,

mentón y

mandlbula

medianfe

eJ

juego

de

luces

y

so¡nbras.

Obséryose

o/

dofol/o

dej

hoyuelo

on

eJ nlcnldn,

6g

lllt

é/6ffénló

ceftrfslfrft'co

tlp

Ia tiaononúa,

Page 21: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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EL ESTIJDIO

DEL ROSTRO

EL

CABETL'O

El carácter y

la forma

de una

cabeza

dependen

en

gran

parte

del cabello, ya que puede

modificar

completamente

la

apariencia

externa. Prueba

de

ello es la importancia

que

se

da

(especialmente

las

mujeres)

aI

corte de

pelo,

forma

del

peinado,

color, etc.

EI

cabello

es como un

adorno

natural

de la cabeza

humana y

así lo

han

entendido los

artistas

a travéS

de la historia,

representándolo

en sus retratos

con

particular

esmero.

forma

Desde

el nacimiento,

cada

ca-

bello irá

adquiriendo su

forma

natural: liso,

rizado,

ondulado,

etc. Aparte

de esto,

la forma

también

dependerá

de la

long

tud

y

del

grosor

del pelo.

Un ca-

bello

fino

y

liso

se

adaptará

a

la

forma

del

cráneo mejor que

un

cabello recio y

rizado

que

vaya

adquiriendo

una forma y

volu-

men más

sólido

e

independiente

de la

config,uración

de la

cabeza.

Hay que

tener presente

la

densi-

dad de

cada cabellera para

cap-

tar su

forma

consecuentemente:

el cabello

liso

y

sedoso

requiere

un

trazo de lápiz

(o

pincel)

fino

y

en la

dirección

adecuada;

un

conjunto

de trazos

delicados

mo-

delará

e

interpretará

la forma

sutilmente;

un

cabello

abundan-

te

y grueso

se

puede

represen-

tar mediante

manchas con dife-

:;

.i

)

rentes

tonalidades,

dependien-

do

siempre

del

color

y

la ilumi-

nación.

El

trazo

y

la

intensidad

de la mancha

son

los

dos

proce-

dimientos

fundamentales

para

dar forma

al cabello.

Tonalidad

Un

cabello

claro se resolverá

con más

contrastes

tonales

que

un

cabello

oscuro.

El

cabello

claro reflejará

con más

brillo la

luz en las

zonas

en

que

ésta

inci

da

directamente,

en

contraste

con

]as

zonas

no iluminadas.

Los

reflejos

y

brillos

se

pueden

re-

solver

con

pocos

trazos

de

gri-

ses claros y

medios

o dejando

incluso partes

en blanco.

Es

im-

portante

la

delicadeza

en

el

de-

gradado

de

oscuro

a más claro,

teniendo presente que

no

se

está ante un

cuerpo

sólido sino

ante un

volumen

ahuecado de

La realización

del cabello

pasa

por

un

primer

encajado

superficie

irregular

(en

realidad

es

una apariencia

de superficie),

La

tonalidad

de un

cabello es un

sutil juego

de valoraciones me-

diante

degradados y

difumina-

dos hasta

conseguir la

calidad

táctil deseada.

FS.l¡_.*iilt--cgn9lgffio*

Antes

de

empezar a dibujar

el

cabello,

debe

tenerse

una

idea

clara de

cómo son la

cabe.

za y

el

cráneo,

La

forma

del

neo

también

determina

la forme

del

cabello. Un

primer

encajado

lineal

del

cabello debe

basarse

en

e1

previo

encajado del

crá.

neo,

sólo así

quedará

bien inte.

grada

la

cabellera

en la cabeza,

Por

muy largo

que

sea

el cabe.

llo

o muy aparatoso

su

peinado,

hay que partir

del

perfil

del

crá.

neo

que

es donde

nace

el cabe.

llo y

a

partir

de ahí ir

creando

volumen

y forma,

si

no

es así

lt

cabellera

puede

quedar

dema.

siado

alta,

como

flotando

en

el

aire,

o

demasiado

baja, aplasta.

da

encima

de la cara.

Si el

ca.

bello

es

escaso o muy

corto

so.

guirá y

se adaptará

a la línea

y

superficie

del cráneo

con todal

sus

posibles

irregularidades.

$"Pe"ia"{g-

Elpeinado puede

transforma

un rostro.

Siempre se

deben

conside¡ar

las

caracterlü

ticas del modelo.

Un

rostro

sin

demagi¡.

da

personalidad

-'}

 .i:.

Iineal

que

delimita

,los confornos.

Se

sigue

con

Ia definición

de

]uces

y

sombras,

reseruando

los

blancos

para

las

partes

iluminadas.

Finalmente,

se

suaviza

la

transición

enlre

luces

y

sombras

para

dar naturalidad y

Iigereza

a

Ia

forma

y

el tono del

cabello.

i._;,:

,#*-,,,ffi*

m'ntg*''$

r¡ftlrtL,

neas

delacatl

:'i,re

sonpequefllr

y

suaves

u[

poinado

vieto.

eo

y

eon

volu.

t4${ltt1i

ffi

, , .t

.)

El

cabello

Llr¡:*::':l*s

r:J.¡¡i.

:r*sirer

\

\

\.:

:i:&¡

ffl

l

'ft

I

'tu1 I

l

llr

tl

{.

Itr

ertr

irnagen

se

detalla

el tipo

de trazo

uüizado

pata

r ,rl;t

zona

del

cabello.

Cada

uno

de

estos

trazos

Itele nn.intención

constructiva,

es

decir,

pretende

Ftrrrlpi¿r ia

dj¡eccj,ón

de

los

mechones

de

pelo.

InF

¡llarcará

un

conttaste

y

€lrrrgnrá

un

interés

carente

en

el

nxl{ldo.

Si

el modelo

tiene

feliio

ruarcado

y

anguloso

será

E{ánVHricnte

destacarlo

tratando

Esl

lr,uor

intensidad

la

forma y

lelttrrrnrr

del peinado,

pero

si, al

€€tllrnrio,

Io

que

se desea

es

iiÉll*dr

la

dureza

del

rostro,

se

he ñ

urr

intenso

realce

del

pei-

iár1r¡.

l;Bto

es

especialmente

im-

FsllAnl(

on

las

mujeres

donde

él ll¡ro

rlo peinado

forma

parte

Elé

:ir

¡rorsonalidad.

Un

peinado

állo

y

rocogido

en un

moño

es

En

el

acabado

se

definen peilectamente

Ios trazos

más

oscurcs

en contraste

con

los

más

claros.

Con

Ia

goma

de

bouar

se

pueden

acentuaÍ

Ios brillos

y

conhastarlos

con

las

zonas

oscuras.

muy

adecuado para

rostros

de

mujeres

maduras

y

elegantes;

un

peinado

más libre y

despre-

ocupado,

más

"moderno",

sien-

ta

mejor

en rostros

jóvenes.

Rortro

y

cabetto

Un

prror

habitual

es

oscurecer

El lurir

rlol

cabello

unÍforme-

tñétrlr¡, oil

c0ntraste

con la cla-

f¡fls¡l

riili

tostro;

la

figura

pare-

cá rlrtn

l|lvo

una

peluca,

el

Pelrr

t¡r,,,"',,,,,

convincente.

Le

qrrI

rr

tol

es

sombrear af ou-

nÉa

,,rtl¡li

rle la

cara

y

acla-rar

PErle

rIrl

1;1;16

pAra qUe,

en

al-

qtlll

l¡iilrlil,

krS

tgnot

Oa rn,

U

t1rl ulro

,,n

aOroximen.

Esto

tfRAt'i

Irlil

¿orra

de

tranSición

Eilts

rl¡ltir

tlIil

ilparíencia

natu-

lÉl

¡l relt,rlo.

V rlátquez

(t

599- I 660),

I nrr

I lllnnderas (defal/eJ.

Mu¡no

rlol

Prado,

Madrid.

Er aurrferrla

gue

e/pnncipal

llltFr

1L{

picf

d¡rlto

do

asf

¿s

eahc¡ns

l

t¡"stde

on

ei cabej]o.

l'élás(luor

aprorec¡r

osf¡

t

ht ttt$tnncia

para

moitar

Fl

t

üttnsld

exqulslto

antrc

la

¡ru|

y

la

loxtura

drponlosá

t

h.

l

a

t: a ballara

lema

nlna.

Page 22: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

http://slidepdf.com/reader/full/retrato-rostros-y-expresiones-manuales-parramon-243-n 22/51

EI,

ESTUDIO DEL ROSTRO

ESCORZOS

DET ROSTRO

Una

vez asumidas

las

medidas

y

el encajado

de todas las

partes

del rostro,

deben estudiarse las visiones laterales, superiores e

inferiores del mismo

para poder

dibujarlo desde todos los

puntos

de

vista.

Un buen retratista debe ser capaz

de representax

el

modelo desde cualquier

posición,

ya

que

a

menudo

es

más artístico un rostro escorzado

que

su

visión de frente

o

de

perfil.

Estos

escorzos

nunca serán excesivamente exagerados,

las exageraciones sólo

tienen sentido

en

retratos dramáticos o expresionistas.

Para solucionar el

problema

del escorzo hay

que

estudiar con

fidelidad

1o

que

se ve.

En un

rostro visto desde

un

punto

de vista superior destaca-

sobre

todo

el

volumen del

cráneo,

puesto

que

será

la

parte

más cercana

al

retratista.

La

concavidad en

que

se hallan los

ojos hará

que

éstos aparezcan

debajo mismo de las cejas, casi

ocultos

por

ellas.

La nariz

pare-

cerá estirarse hasta montar en-

cima

de la boca

y

ésta resultará

más

pequeffa

y

delgada;

para

encajarla bien hay

que

imagi-

narse

la nariz

como

un volumen

triangular visto en

perspectiva.

Las

orejas

superarán la línea de

las cejas. En

general,

la forma

de la cara no será tan

redonda

sino

que

tenderá

a

estrecharse

en su

parte inferior, en el men-

Acortamientos de la nariz, de

Lado,

desde

arriba

y

desde abajo.

tón, transformando el óvalo de

la

cabeza

en

una forma más

ovalada. Lo más

importante

es

Encajad.o de un escorzo con

el

plano

inferior de la nariz

(A)

siguiendo la

intención

perspecüva

de Ia línea indicada con Ia letra B,

realizar el marco correctamente

encajando con

precisión

la ca-

beza

y

luego obseryando aten-

tamente

los detalles del rostro,

Vista inferior

Por

el

contrario, al levantar la

cabeza,

lo más destacable son

la mandíbula, el

mentón

y

la

boca.

La

nariz se

acortará

y

se

dejarán

bien

visibles

sus

orif

cios, dando

la

sensación

de

que

se

juntan

con

los ojos. Las órbi-

tas de éstos

quedarán

en

posi.

ción

casi frontal

y

las cejas se

separarán de

los

párpados

en

una

posición

mucho

más

eleva.

da.

Al ser la frente la

parte

más

alejada

del

punto

de vista, tam-

bién dará la impresión

de acor-

tamiento

y

tanto el cabello como

el cráneo

se

mantendrán

par-

cialmente ocultos.

Las

orejar

descenderán hasta casi

la

línea

del

mentón. En

la vista inferior

hay

que

tener muy en cuenta el

conecto encajado

de la cabeza

y

el

cuello,

puesto

que

éste

ya

no

estará oculto

por

la mandíbu-

l cinn nra ct viciÁn corá fnf l

r'i:,'¡,.

,'

:,¡

,ilrlli

:r.,,...,:iall:l

.

.ü**

¡:*.ra{i

Aquí se

obsewa la correspondencia entre

el

peúi|

del rosVo

y

la cabeza agachada vista de

frente.

E¡¡¡or¡oc

laterales

Itil

ltri¡t(:ión

ligeramente

la-

deqrl¡

rIrl

modelo

siempre

ha

cirlrr

lrr

¡rrr,hrrida

porlos

retratis-

l3E

rlr l('rl,rs

las

épocas. Es una

lieldilr

r

lt¡(,

¡;crmite

mostrar

com-

pleirrrrrr,rrl(r

ol

rostro,

pero

que

-Ee

lllr,f¡l,r

,l

t¡n sutil

Contlaste de

irlr,t;a

y rrorrrbras

que

enriquecen

la

¡rrrrrrrrr,rhdad

del retratado.

El

leálrrr

rlr,jir

de

ser simétrico

ya

err¡¡

rrro rkr

sus

lados se acortará

t

e¡:

or'lll;lrá

parcialmente.

Ese

larl

r

vr,r

i

(iómo se

acortan todas

e €

¡rr

lr,r:

ceja

y

ojo,

mitad

de la

fial

lt

riri;r

oculta (excepto

el ori-

Fr,lrr

l,rl,rl)

y

mitad de la

boca.

i+t

i¡tt,,

¡r¡1¡¡¡1p¡g quedará

oculto

€¡r ir¡r

irJ(iorzo

lateral

será una de

lae

rrr,'¡,rr.

El

lado expuesto

al

g raer

virrlor (no

escorzado) man-

te¡¡lt¡

rlr cquilibrio

entre la

vi-

¡ii¡i rl¡

lrc¡iil

y

la

visión frontal,

ge Ér¡rlnOnte

es el ladO

en el

Fl¡i

tn irk: la iluminación

dejan-

ds

r¡l

l¡rrkr

cscorzado

para

el tra-

la¡rrlsrrlo rlc

las

sombras, aunque

eel¡

r'oruideración

depende

del

gllÉkr

I

[,

cada retralista.

f,aort.rmientos

lllr

lor;

acortamientos

de las

parlerr rkrl

rostro,

mencionados

3irlErir)r

r)rente,

siempre

hay

que

¡:rrtrui¡

L.r;rr

las

calacterísticas de

r,erln

lil0dclo.

Un

escorzo exage-

 .,,'.:,i.,iffi

r

i¡¡nrr¡nla

de la cab lq. ;:n:::::,.:.::

,

¡

r

ir

r

básico

de'lar 4b¡?a.

i. 0-

l)t

r':totzo

lateral, Ia

cara

queda

tltluirta

por

su

perfil,

dominado

por

la curua de Ia

frente.

r t:-r?

,\]

rado

puede

hacer

que

un rostro

interesante

pierda

su belleza

o

su carácter y

se

convierta

en una

imagen

sin interés.

Nunca

se

de-

ben

perder

los

rasgos más

ca-

racterísticos

del modelo.

Si un

modelo

destaca

po¡

su mirada o

por

sus ojos, hay que procurar

que

éstos siempre se

vean

y

que

los

acortamientos

los

po-

tencien

y

no

los oculten. As

mismo, éstos son

muy ne-

cesarios

para

el estudio de

los modelos,

pero

el retra-

to

artístico requiere

que

se

I

evidencie

lo

más

llamativo

de

cada rostro.

I

i¡¡r:e¡rzos

dol rostro

EI escorzo

de la cabeza vista

de

arriba

abajo

puede

¡eso,lrerse

fácilmente si

se considera

/a

posrcrón

de

.las

ceja¿

,,

ojos

y

boca insefiádas

en

curvas

concéntricas

trazadas a

partir

de

la lrente.

La nariz

aparece

mucho menos

acortada

que

el rcsto

de

Jas

facciones.

Vista

desde

abajo, eI

escorzo de

la

cabeza

promueve

una visión

reducida de los

ojos

y

Ia

dimensión

de Ia

nariz.

Escorzos

y

retfato

N0rmalmentei

los refatos no

prosentan.

nunca escorzos

vialentos

de la.cabeza,

por

la seneillArrazón de

que

un retrato

debe dar cuóú-

de

las facctones

y

ese.tip0

de escorzos las

ocul.tá.,Pero

en.todo

rotf¿ito

siempre existe una,pafte de la fisonomía,

por

pequgña que

sea,

que

aparece en

qscqrzQ,,En

el

retrato

fr.ente,

las

oréjas,es.

tán en escorzo

V

en él

retiato

de

tres cuArtos

lcabeza

ladeadai

el

escozo

está en el ojo más

alejado.

El

retiato

de

perfil,

sin

embargo;

no

pi'esenta

escor¿os

de

ningún

lipq.,Paia

el

principianle,este

rpüa-

t0

suele sei más

fácil de

réali2ar.

Velázquei

(t

599-1660),

iletalle

de

.

La &agua

de Vuliano.

Museo del

$ado,

Madrid. Esfé es

un e;'emp:lo

de

.

la economía

de

medrbspara

reso,lverun

ros.f¡o

en

un

escorza

verdaderamente

fonado.

t

]\

,\,

.

:,

i:.-"

i

i*r

t'"

:1

Page 23: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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EL

ESTUDIO

DEL

ROSTRO

coMPosIcIÓN

DEL

RETRATO

(I)

La

composición

del

tema

sobre

la tela o

el

papel

es

una cuestión

fundamental

que

reúne

en sí

casi todos

los aspectos

de un

buen

retrato:

Ia

pose, ei

dibujo,

los objetos

del

entorno,

Ia

luz

y

eI

color,

etc. Es

un

factor

esencial

para

conseguir

una

obra

valiosa

y

consiste

simplemente

en

la

distribución

ordenada

de los elementos

del

cuadro

para

lograr

un

efecto

pictórico claro

y

convincente'

rstua.

j$_{9*c_9Í go-1i-9i-el

El

centro

vkual

(B)

de

un

espacio

se

I¡aJJa

más

ariba

del centro real

(A)

o

geométrico,

por eso

la

cabeza

debe

situarse

algo

hacia aftiba.

Si

el

rctrato

es

frontal

(C) se centarádentto

del cuadro.

Si

eJ

reúrato

es

de oerlil G) o

tres

cuartos

(Dj,

hay

qíe

dejar

más

espacio

delanÍe

gue

deftás'

Para estudiar

el

modelo,

la

pose,

la

iluminación,

la situación

del

artista con

respecto

al mode-

lo, etc.,

no

hay un

medio

mejor

que

tomar

un bloc

o varios

PaPe-

les

no muy

grandes e

ir hacien-

do apuntes.

Se

trata

de cambiar

la

pose

y

de dibujarlas

todas;

de

mantener

la

pose

quieta

Y

un

mismo

punto de vista,

Pero

va-

riando

el encuadre;

de

variar el

punto de vista

a

partir de una o

diversas

poses.

Cuando

el artista

trata

de en-

contrar

la

posición

del

modeio

y

del encuadre

en

el

PaPel,

se

plantea

y

resuelve

un

Problerna

de

composición.

Es

deci¡,

tra-

ta

de resolvet

el

orden

Y

la

Pro-

porción

entre

la masa

de

la forma

del modelo

y

el espacio

del

so-

porte;

la cantidad

de esPacio

que

ocupa

el

retrato en el PaPel

o

la

tela,

la

relación

entre el

blanco

del

papel

y

los

grises del dibujo

o

entre

el fondo

y

ia forma.

94erl-9*g1sgl9al9"l

Lo más

normal

es

que

el

mo-

delo esté

sentado,

tanto

si

se di-

buja

un

retrato

de

cabeza

sola

como

si es

de medio

cuerPo.

En

cualquier

caso

hay

que

recordar

que

la

altura

de

la cabeza

del

modelo debe estar

al nivel

de

la

cabeza

del artista

y,

en

concreto,

los ojos

del

modelo

deben

situar-

se

a la misma

altura

que

los ojos

del afista,

Esta relación

Puede

variar

de

forma

que

el

artista

busque

un efecto

determinado.

Pero valga

esta orientación

como

norma

general. Ei

modelo

debe

sentúse

cómodo,

sus

roPas

Y

su

Para

componet

coüectamente

y

con

cuidado,

se

puede

seguti

eI

proceso

de

compafar

distancias

en

el

modelo

real

para luego

pasarlas

al

papel

Hay

que

imaginar

.las

subdjvis¡ones

del toslro

¡e/dcionadds

co¡

i¿s

subclivtsiones

con esportdicnto.s

al lotfiilto

dal

papal.

cabello

deben

ser

naturales. El

artista

debe

trabajar

con

la

con

fiarua

de

que no está

poniendo

I

prueba la

paciencia

Y

la

genero'

sidad

del modelo.

Cabeza

sola

La composición

de

una cabg.

za sola

es

más

frecuente

en dl.

bujo

que

en

pintura; es

la

oP'

ción

tipica

del

retrato

dibujado'

desde

el

boceto a

la

pieza

nál

acabada.

Aisla¡

]a

cabeza

del

retratado

implica

limitar

1a re.

presentación

del

gesto

Y

del

movimiento.

Asimismo

hay

qua

llenar

casi

todo

el

espacio

collt.

positivo

acercando

los

límitet

áe la cabeza

a los

límites

dcl

cuadro,

puesto

que,

de otra

fof'

ma, la cabeza

parecería

extfa.

ñamente cortada

por su

Parta

inferior.

Una

cabeza

sola

vi¡il

de

frente

es

una comPosiqión

estática,

casi

obsesiva,

que

Put.de resultar

adecuada

para

un

retrato

con

intenciones

PsicolÓ.

gicas.

Ingres

siempre

recomen.

daba colocar

la cabsza

sn un

qiro

latoral,

on

direceión

digtln.

tn n ln

del

eu€rpo,

Otrd

aoluclón

Frrftl

,ilr

..1r..,i,

\

l-

-..+ "rJi5

I

I

i

''tt , tJ

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*.

1/

i)r +r J

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\.1.

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ltr/

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f

{}*

lri}

Composición

del retrato

(I)

{

,. .

.

]'

la distancia

entre

el artista

y

eI

modelo

condiciona

el

t$o

de comPosición

(busto,

medio

cuerpo

o cuerpo

entero).

Te¡rrlri¿{n

es

r¡áüdo

el

recurso

de la cuadrtcula

Edrd {

omDoner

con

preckión

el

rettato'

Brtu

"t

,,ú/,rado

po¡ Jos

a¡üstas

de

todas

las

épocas.

 llÉfn8¿lnte

es

situar

al modelo

Eall

rlo espaldas

con

la cabeza

glte(l¡r hacia

el pintor, mirando

eie sorrlayo.

Esto

introduce

un

Éler

lo dÍnamismo

y

una

naturali-

ilerl

lrl0rcsantes.

lll

¡,r,rlil

es una

variante

de

la

eour¡rorición

de

cabeza

sola,

qrF nr,rcce cierta

atención

por

dlr

|,[,rcterísticas

gráficas.

Un

rclr nl,,

rlt:

perfil

permite

una in-

lerFsnrlc

descripción

de

la

fiso-

a¡¡lrri'1,

¡rl

tiempo

que resalta

los

ydlr¡r''rr

lineales

del dibujo.

Me-

dt¡rrtp

Lr

llnea del

perfil se

pue-

{e

h

r

¡

r,rr

un

parecido

de

mane-

te

lrÉHl¡ute

sencilla,

ya

que todo

Él np l',ut,r cn

el dibujo,

intervi-

tic¡rrlrr

mcnog

las luces

y

las

ésnlrr*r,

En

la composición

de

pei

fil

lo

que

cuenta

es

Ia

nitidez

{6

r:orrlorno

y la

forma quo

se

t€r'rrld

contra

ol

fondo.

l¡a cali-

éail

ur{'rtica

del

rotrato

da

perfll

,€e

¡tir r

on

¡u eimplicidad

y

cn ta

¡r¡lnlriirinel

con

ln

quó

ñparcsell

la¡

lorr:ione¡.

Elcentiavisual:

:.,'

r'

Enil

Cass

de

qué

el

ártista-9e,p¡opongq,bali4f

unalab€¡q

so .,e

imoonanie

que

considere

el

lugar en el

que

colocar

la

cabeza

dentro

dei

formato

bel

papel

o

de

la

téla.

Existe

una

norma

general,

según

la'cual

la'rcabezá'rd0be

col

--,

carse

un'po¿o

máS

aitibar

dsl

centro

geoméílco'del,

papel.

Además, es

aconE€-i

jable

dejar

más espaoio en;

tre

el rostro

y

el

limité

late-

ral

del

papel

que

entte

nuca

y.

el

límite

oPuesto,

Ingres

(i,780-1867),

I"a

señora

Ingres

madre.

Museo

Inqres,

Montáuban.

Este

dibujo

¡

lCpiz es

un

parleclo ejemPlo de

a

qu

lllb

ad a

c

o mP

o

sición

hontal

y

slmáEica,

Sálvo €l

rotlt?, e,l

rorlo

da,l

dlbuJo

er

un

apunte,

Page 24: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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ET

ESTUDIO

DEL

ROSTRO

Busto

El

retrato de

busto

es una

de

las

opciones

más

clásicas

que

se adapta

tanto al

dibujo

como

a la pintura.

La

composición

de

un busto

suele

limitarse

a

la

zona

inmediatamente

inferior

a

los

hombros

o

bien

a la

parte

superior

de

la

cintura.

Es

im-

portante

conseguir

una

buena

relación

entre

la

masa

de

la

ca-

beza y

el volumen

ocupado por

la parte

visible

del cuerpo.

Una

de las

mayores

ventajas

que

ofrece

este

tipo de

composición

es la

sólida

distribución

pira-

midal

de

las

formas,

sostenidas

por

la

amplia

base del

cuerpo

y rematada

por

el centro de

in-

terés que

en

todo retrato

es

la

cabeza.

I _r

ri-

"

"-*l'

:-

Proceso

de

composición

y

acabado

del

dibuio

de

un

busto.

La

sesión

comienza'por

el encaje

y

ajuste

de las

propo¡clones

del

busto

en el

formato

del

papel.

coMPosrcrÓN

DEr

RETRATO

(rr)

cuando

se ha

resuelto

la

composición

de

un

retrato,

se

ha

salvado

uno

de

los

obstáculos

técnicos

más importantes.

colocar

la

figura

en

el formato,

ajustando

su

tamaño

al espacio,

fijando

los

límites

de la

escena

y

articulando

convincentemente

la pose

de

ia figuia,

casi es obtener

el

retraio

definitivo.

Todos

estos

factores

están

en

función del

tipo

ie

retrato

a

real2ar,

de

la

parte

de

la

fig.ura

que

será

üsibie

en la

obra.

,

,

:

,,

.,

.,r,r r,,:', iLii;l

.Sobre

lasmedidas

esfabjecldas

en

el

esquema

inicial,

seperfilan

los

rasgos

de

la

fisonomía.

Tres

cuafos

En

el

retrato

de

tres

cuartos

la

figura

aparece visible

hasta

la

altura

de

las

piernas:

los

muslos

en

el

caso de que

la figura

esté

de

pie

o la

zona de

las

rodillas

si

la

figura

está

sentada.

Es

otra de

las

composiciones

clásicas.

Tie-

ne

la

gran

ven-

taja

de

que

se

adapta

perfecta-

mente

a los

for-

matos alargados

habituales

del

re-

trato,

con

una ar-

moniosa

relación

entre el

bloque

de

la

figura y

el

espacio

del

fon-

do.

En

este

tipo

El

proceso

de

sombreado

sigue

su curso

¡asfa

güe

ios

r¡oiúmenes

y

Ia

conÍiguración

de

,las

Jucesy

,las

somb¡as

logran

expresar

el

parecido

dol modolo.

ble

asimismo

que

el

cuerpo

sobre

todo,

la cabeza

ocupe

Cuando

las

proporciones

conlunto

con

al

detalle

son

se

comrcnza

a

de composiciones

es

lugar

ligeramente

con

respeclo

al

centro

visual

cuadro y que exista

más

libre

entre

la

cara y el

límite

formato que

entre

el

otro

y

la

nuca.

qii

1¡,ll

,',l;l

,l[.il

i i ; r lii

ii

,Ll"

I

.,i, ti

.r.:a.|.i.:lti

r:i*r.l

r:-:ilil+

{i,}

Composición

del retrato

(II)

* r",

i

¡r'¡:..r¡r¡

{

¡-

De

cuerp_o-,e_nte_ro

l,n

composición

de cuerpo en-

l.lo

cs menos

habitual.

Plantea

algunas

dificultades

derivadas

ilcl

hecho

de

que

la figura

de

ttl€

os una

forma

alargada

que

dcjn

urucho

espacio

libre

a su al-

¡E(lr)dor.

La solución

está en

ele-

gh

lln

formato

también

alarga-

ilo,

o

bien rodear la

imagen

de

En

entorno

con diferentes

ele-

ilértos.

En

este

tipo

de compo-

Elclorr"r,

t

r' r"

Ointa

una figura

ile

¡ric,

hay

que

cuidar mucho la

feelin¿ción

de

la

pose

y

la

co-

f¡crl¡r

distribución

de

los

apoyos

¡olttc

las

piernas.

$¡rnio

qcneral

de

un

retrato

dc l¡prr

r:uarlos

o medio

E-r¡F¡lxr.

l¿ esfe enca./e

lec

ItAtt[nnes

de]

rostÍo

cEldr¡

il/pcdjfadas

a Jas

*1a I h I il:

; y

ptoporciones

Qel

te:;lo

dd

cuerpo.

A

¡mlir

del esquema

inicial,

ee lillroducen

los difuminados

y

:rnnbreados que

ayudan

a delinir

los detalles.

Gomposición

I

tormato

d"l.qqp-gl "_"-_-.-,,

l,n

rncstión

de los formatos

dcl

¡r,r¡rul

o

la

tela,

y de

la

con-

rErrlFn(:iil

de

utilizar

unas deter-

Itil¡rf,rlñH

medidas que

aúnen los

lá¡¡tdlloH

de

la

representación

y

cl llsirro rlel

soporte, depende

ele

nr

¡rloforencias

y

del oetilo

i¡dlvt¡lr,¡1.

El

formato

vione

rlarlr

¡ror

ol ap[nto

comp06ítivo

{ue

sr

olijn para

la obrd, Ece

apurrle

tlobo

augerlr

qué

tlpo de

tElldkl

rJE

ol

mji¡ ndaeuedo,

Bi

Tamaño del soporte

Parq:elegir

el tamaño

del

soporte todo

depende de

las

intenciones

artíslicas

y

del destino

que

se

quieradát

af

ettadio.'Sjn ernbaigo,

Cabe

da.r. urlq

norrÍra

general:

no

esr:acQnsg¡able

Biñtar,l¡,eabeza

hurr€na.

a

tamañg

mayor.

que

el

natüral.-Taff.rpaco:r.oem¡siado,pe:

qüeña;:porquerno

serpuqdq reprgs€ntar.el:paréeido,

Si so

pintala

cabezá Sole, u'n

tamaño'de

12

a.:15

crn selá

más

qué::suli,,

'0iénté;'

euanto: rnayot...sea. lá

parte

del

cuerpo rep{es€nta:

d¡;:

más

puéde'redúcírse

el

t¡iniañs de

la

eabéza'

r'.:

-..

-,.r

.

,,..

:

.

.

.S.a¡rl¡ser$,.iAutói'retrato;

...,':'.

:,Caleiaió¡,particulat,

,r'.'

:.,tgl¡g¡ig¡do:

w

fgtmatg'

r

.,.dé,reducidas..di¡ne¡siones;.

.

..r'.ilsp.qsibié

¡qgr¿r,,u¡

reteg¿q

- :....

..,.dé:infe¡sida.d

erpi.eeya.

.

::

Sr:ii:nécéSíd¡¡d

d

'.a:tititeritar

..

:'..

..,.e1

tarnaño¡Ciiá:cáóé¿á.

-'¡ráiaijádás¿r.taniaño

te:aL.

,lt:r

ha de

ser formal, más bien

clás

co,

se

impone el típico formato

alargado y no muy

grande.

Pue-

de ser

que la

figura

mantenga

un ademán

especial

o

que

se

quiera

incorporar

una

descrip-

El

acabado

Íinal

manüene

el equilibrio

o¡rfre

/os

dehl/6s

do

Ia

líeononla

y

el

utxlelarlo

tlFI

tPskt

tlál

úIptUt.

ción del

ambiente

o

la sugeren

cia

de otras

figuras,

en

tal

casi

se

puede

utilizar un

formato

apaisado.

Si es un retrato

de

cuerpo entero de pie,

el

formato

tendrá

que

ser

alargado a

no

ser

que

se

quieran

incluir

en

la

pintura

otras

cosas:

espacios

di-

versos, puertas,

estanterías,

etc.

En

el retrato clásico,

la

compo-

sición

se

"¡ellenaba" con

los

amplios ropajes

del

retratado.

El retratista moderno debe

utili-

zar otros recursos,

como

la

in-

clusión

de

plantas

y

objetos

en

torno

a

la

fig'ura.

Page 25: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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EL

ESTUDIO DEL ROSTRO

 ¡ts.4i9-sga1cj49:-

^

.

.

-

La

mejor

manera de hacer

un

autorretrato es comeMar

estu-

diando el

propio rostro

median-

te

bocetos

y

apuntes

que permi

tan

al

artista entender

ia forma

y

proporción

de

sus

facciones.

En

cada uno de

los

estudios

se

con-

sigue una

solución diferente

y

es

vano

inlentar conseguir un

resul-

tado

objetivo:

Ia

expresión

será

diferente en

cada

boceto

y

las

proporciones

variarán,

aunque

sea

ligeramente.

Lo

importante

es

logru

una familiaridad

con

las

facciones,

de

la misma

mane-

ra

que

lo haría

un

pintor

con

cualquier otro

modelo, A

paflir

de

esos estudios

parciales,

el ar-

tista

puede

realizar

un

trabajo

de

síntesis

que le

lleve

a una

con-

cepción

clara

del autofietrato.

Punto

de

vista

En

un

autorretrato,

el

punto

de

vista

es

tanto

o

más

importan-

te

que

en

un

retrato de otra

per-

sona.

Al utilizar el

espejo,

el

pin-

Estudio de

retrato de

I'luk

Armengol.

Éste es

un esfudio

parcial

que

explora,los

efecfos

expresivos

del claroscuro.

AUTORRETRATO

EI

autorretrato

es

un

excelente campo

de

pruebas

para

cualquier

pintor,

puesto

que

no ha de

atender a las demandas

del cliente

y

su

pe$onal

noción del

parecido,

El artista

puede

ensayar

todo

tipo

de

soluciones, fantasear

con

el color,

deformar e

interpretar los

rasgos

u

optar

por

versiones abstractas

de su

propio

rostro.

Lo

úriico

que

el

artista

precisa

es un espejo

y

sus

útiles

de

dibujo

o

pintura.

En este

otto

estudio

de Atmengó|,

el

artkta

ensaya una

sínfesis

gráfica

basada en

Ia

acumulación de trazos.

Autoftetrato

de

lf,uk

realizado

tÍas

posrbr}dades

en

tor

tiene

que

considerar,

en

pri-

mer lugar,

la

comodidad

en el

trabajo. Lo lógico es

situar el

es-

pejo

a

la

derecha

(en

el

caso

de

no ser

zurdo)

para

ver

el reflejo

con un simple

movimiento

de

los

ojos,

El espejo

debe

estar

a la al-

Aak¡rietr ato'

cama, a

úta

e

on

a

ci

m íe

nto

La lista de

igrahde.D

pinlores

qu-e,h.an

investigadg,

lá,

9xpresjón

de

qü propro .¡qsi¡q

e :

intérminable:

ALgunos,

eOma,

Rembrandt

ó: Va n, Gogh;

lo,hic.ielon

e

n

:

rnuqhisi mag

oca siones,

l

levados

por

úna

cririosidad iniaiiable oe

conocimiento dé

mismos Este

conocimiqítqédoptq,'iosrmáq,Valiados

disfraces

y

no

.es

extrañ0:

que

los

arli¡tas

teng'ei

actitudes

aigo

teatrdleg

para:voIse

a

$f

r¡ismos:comé'oi

roalidád

desearían

ser'

Per.o

en

lá,

mAyoda

d0

lo5 casoi;.

estos

árui

torietratós,

són d.ocu'.

mentos:im.placablos.

sobre.la

oonciencia

que

el'artista

tiete

mismir.

,

EdouardManet

(1823-r883

),

Autofretrato

con

paleta.

¿os atft's¿as

hanhecho

del

autarretrato

un

méfodo de

introspección

psrcológr"ca

asf

como una fo¡ma

do , investigación

orli¡ftlica,

r.lr,;ll

In

normal

es

güe

ei ardsfa

gue

se

dispone

a

pintar

su

autoftetrato

sifúe

e/ espejo

a

Ia

altura

de

la vista,

a una

distancia

no

mayor de

I

m.

Hay

que tener

en cuenta

que

el

encuadre

del

autoÍretrato

sobre la tela

o el

papel

debe

ser una

interyretación

del reÍlejo

del

pintor

en

el

espejo.

Intentar

la

copia

literal

entorpece

el

trabajo,

ya

que

el artista debe

adoptar

una

pose rí$da

incompatible

con

el dinamkmo

delproceso

de

la

pintura.

luta

de

Ia

mirada, aunque

siem-

pre

ou

posible

colocarlo

a una

állu¡a

distinta en caso

de buscar

ptrnto

de vista

en

picado

(desrlc

arriba)

o en contraPica-

Éo

(dcsde

abajo).

La

distancia

a

 a

qrro

se

sitúa el espejo

también

esudicionará

el

resultado.

Si se

€olocl

muy cerca

del

pintor, el

tgrlro

ocupará

la maYor

Parte

de

la

r:onrposición.

Para composi-

Ektllr

cn

las

que

deba

salir

una

pailo

dcl cuerpo,

el espejo

debe

eql(¡r:nrse

a una distancia

de

aprorimadamente

50

cm.

Cuan-

F1

wlnzo inicial del

autorretrato

debe realizarse

Füil

ht

:icquridad

que

da eI

haber eÍectuado

Etltnluts

y

bocetos

previos.

to

más

lejos

esté el

espejo,

ma-

yor

será la

porción

de cuerPo

vi-

sible

y, por tanto,

trasladable al

autorreftato.

Pgi')U4sitr-

En

el

proceso del autorretrato

se

puede

comeruar

por

la

defini-

ción

de

los

rasgos

para

después

pasar

a

resolver los aspectos

se-

cundarios.

O

bien

interPretar

la

forma

general

para

dejar

en

se-

gundo

término

las

facciones.

Lo

'.,rirr

il¡r]

r*t:ei*

1*]

Autorretrato

X.*{l¡.t*'J*

qv*ilt:

normal

es encontrar

un

equili-

brio entre

ambas

opciones

para

elaborar

todo el conjunto

de

for-

ma

más

o menos

simultánea,

En

cualquier caso,

una

de las

venta-

jas,

ya

mencionada,

del autorre-

trato es

que

permite al

artista

trabajar

libremente

y

sin

apre-

mios

de ningún

tipo.

Por

lo tanto

es aconsejable

abordar

el

tema

sin

prevenciones

previas

Y

con

]a máxima

libertad.

La

expresión

es

uno

de

los

factores

que

mejor

se

presta a

ser estudiado

por medio del au-

tofietrato.

En

el

autofietrato

el

pintor viene

a

ser un

personaje

que

puede

adoptar

los

gestos y

las

expresiones

más

variadas,

estudiando

sus

particularidades,

interpretándolas

a su

gusto

y

en-

fatizando

los rasgos

que más le

convengan.

Puede

hacer muecas

ftente al

espejo

que

Ie

Permiti-

rán estudiar

y

entender

el

movi-

miento del

rostro

y

el origen

y

las razones

físicas de

la

exPre-

sión

de los

sentimientos.

Esto,

entre

otras

cosas,

hace del

auto-

rretrato

una

de

las

posibilidades

más apasionantes

del

género.

EI autorretrato

de

Esther OIivé

es el

resultado

de

una correcta

situación

ante

el

espejo,

que

petmite

un trabajo

cómodo

y

una composición

aiustada'

Page 26: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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EL ESTUDIO DEL

ROSTRO

RETRATO

DE GRUPO

El retrato de

gupo

es

la más ambiciosa vertiente

del

género.

Para abordarla

con

garantías

un

pintor

necesita tener experiencia

en

la

pintura

de retratos.

Este

tipo de retrato supone

un esfuerzo de visión

de

conjunto

y

una abstracción

.de

las

particularidades

individuales en

aras de Ia escena

general.

É"

r¡'"

gnrpamienios

Un

retrato de

grupo

es, ante

todo, una agrupación de

formas,

un

conjunto

de

volúmenes reuni-

dos en Ia

lw.

Visto así,

un retrato

de

grupo

en

poco parece

distin-

guirse

de

una naturaleza muerta.

En cierto sentido,

las

similitudes

son

muy

estrechas desde un

punto

de vista

formal. En el re-

trato individual

el

pintor

se

en-

frenta

a

una

forma única, con sus

particuiaridades

distintivas,

que

debe ser

interpretada

de

ma-

nera unitaria.

En

la naturaleza

muerta el artista debe

descubrir

y

también crear los vínculos

pic-

tóricos

que

unen

los distintos ob-

jetos

independientes.

Por lo tan-

to, concebido

desde el

punto

de

vista

de

1a

composición,

el retra-

to de

grupo impone unas

consi-

deraciones

formales distintas a

las del retrato convencional.

El

objetivo

compositivo básico en

un retrato

de

grupos, es

el

de

lograr un buen agrupamiento,

una distribución

de

las figuras

que

destaque

la individualidad

de cada una

pero siempre

su-

bordinada a Ia visión de conjun-

to. Los agrupamientos

más mo-

numentales de la historia de la

Thomas Gainsborough

(1727-1788

),El

señor

y

Ia

señora

And

National Gallery,

Londres. La

pareja

retratada

queda

desplazada

un

extremo en

una

atreüda dktribución

de los elementos

del

ct

El

enfoque

pictórico

del

ma del

retrato de

grupo

de abordarse

desde

puntos

de vista.

tos

pueden

estar

posando

o

zando alguna actividad.

El

mer

caso es

el

más

habituai

y

pintor

debe concebir

ia

de buscar

poses natüales,

complicadas

y

que

aI

bién entre

sí. Una

solución

común

es la de sentar

a los

m0.

delos alrededor

de una

me l'

como

si compartieran

una

chiF

la de sobremesa;

esto tiene

h

ventaja

de reducir los retrato

a

composiciones

de busto. Es

ltlF

portante que

los bustos

no

el

tén todos en

la misma

posÍcióñl

debe haber

alguno

de

fuentll

otros de

tres

cuartos

y,

posibli'

mente, algún otro

de

perfil,

Et

todo caso, no es

aconsejabll

emprender

composicioner

di

grupo

de

más

de tres

personall

porque

a

partir

de ese númor€

las dificultades

técnicas aumgn-

tan considerablemente. Tie¡

ll,

guras dan con

toda

naturalid¡il

una

composición

simétrica

f

amona al miemo

tiempo

(dOl

pintura

coÍesponden

al

período

gótico y

renacentista, cuando

los

pintores

recibían encargos de

grandes

composiciones

repletas

de figuras. La

pintura

moderna

(pintura

burguesa, de caballete)

es

radicalmente

distinta, mucho

más individualizada

y

menos

monumental. Sin

embargo, pin-

tores como Rembrandt,

Frans

Hals o los impresionistas

Monet,

Renoir

o

Fantin Latour realizaron

en su momento memorables

re-

tratos de

grupo,

cuyas caracte-

rísticas

pueden

ser

estudiadas

desde una

perspectiva

moderna.

Rembrandt

(1606-1696),

Los

síndicos de los

pañeros.

Rry',ftsmuseum,

Amstetdam.

Los

antiglos

retratos

colecüvos

se

convertían en

obras de arte

gracias a

la

cuidada

distibución

de

las

Íiguras

en un

conjunto unitario.

figurae

oblignn

a

la

simetrhr

máu

de trea llovnn fÁcilmonte

d

docorden),

Ei

rliltrtjo

previo

de

un

retrato

de

grupo

debe

atender,

arrlr

c lodo,

a

Ia

armónica distribución

de

las

liguras.

Vl¡lón

de

c-_o¡j*$_o_

l¡n visión

de

conjunto

debe

ptearclir

en todo momento

la rea-

hsecrón

de un

retrato de

grupo.

E

e¡ tista elabora

la

obra

en con-

lutrto,

sin detenerse

demasiado

-elt

l¿

realización

de una de

las

flqurnn,

descuidando

el

resto.

lla

¡lta manera, la composición

Évnnitir

como

un

todo unitario

y

¡to

cono

una suma de

partes.

Pa-

ae

lr

{rbajar de este modo

hay

que

lgrrornr,

en

principio, las cuestio-

¡el

rlc

parecido

y

expresión

y

Er¡lrrlntrarse en los aspectos

for-

Iuelerr

de

composición,

contraste

ellro

figuras,

relaciones entre

 a

lnrturas

de

cada

personaje

y

eli|rrr¡rción

de

las

carnaciones.

Eóh

cnando estos aspectos

estén

l¡r

¡rrlicientemente

resueltos el

i¡llEl¡l

podrá

entrar en

detalles

ar

h

t;nracterización de cada

uno

ile

lorr

pcrsonajes.

GÉr¿rcterizaciones

lll,r

vez trabajado

el

grupo

h¡¡l¿

rn

mismo

nivel de ento-

üarlórr,

cl artista

puede

abordar

el

trrb¡jo

de caracterización

sin

¡¡ier

kr

a

perder

la visión

de

con-

lrirlo.

ln este momento

final

se

l¡ilprll rr

trabajar los detalles

tan-

lr¡

ril, l¡r lisonomía como de ]as

ro-

¡rrui,

r'l;rborando

cada

figura una

¡ilI

ililir

hi¡gta

conseguir

un renul-

lqrilr a¡uf¡tado,

preciso

y

unitnrio,

I:1jK:}XW

'

tlrlsddé

oro dol

rótrato¡,

ll

$lr,i.i]t:iili

j'*.if,r

Retrato de

grupo

i*

**s*

El

manchado

general

debe

dar un mismo tatamiento

a todas

las figaras,

sin destacar

particula¡jdades

en

ninguna de ellas.

El resultado

de este

retrato

de

grupo,

realizado

por

Miquel Ferrón,

muestra un

gfan

acabado

y

un tratamiento

unitario

de

fodas

/as

liguras.

Unidad

de

Ix

carnaaiones

Én..un

¡etrato

$sr

giupo

hAy,que

huscar;

.aniqJod's,

:lq:

¡idad.

P.o '

dsta

razén,

el artista

debe

hacel:crerü

abstraaoiénde

laspaitieuiQri'

dades

en

el

eolorde,cada

unQ

de lasfigurasrpalard¿Ira

toda$

ellas

una entonaci'én

semsiante'en.las'camaeio¡es::.Ulilüe¡do.

lafi isrria

gama.cromátlca

y

trabejando-en

tó-

das las,.f oimas's¡

multáneamente;.1á

unidad'queda

ga:

rántiz¿da. .....:

.

Ratae

(jl483:152U¡

'

-

Retr4tq'del,Papa

-

. Leó'nxrodeado

por

los cardenales.

Git¡]io de Medicis

y

Lülgl de

Kossl.

Galería de

los

UíÍizi,

Florencia.

La

esfticta limitación

de

la

pa/efa

¿ los rojos

/

lonos

cdJidos, proson¿os

an las

ca¡na-

e/orcc, da

ü¡a ma.

glxh

el wldad

plc

ltillea

e

ssle lclr¿lo

rle

grrr¡ro,

Page 27: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

http://slidepdf.com/reader/full/retrato-rostros-y-expresiones-manuales-parramon-243-n 27/51

Et

ESTIJDIO

DEt

ROSTRO

El carácter

del

modelo

El

artista tendrá presente el

carácter

del

modelo

antes

de

decidir

Ia

pose

del retrato.

Este

carácter

es

ta¡to

creación

propia

del

pintor

como

manifestación

de

la

personalidad de la

persona

retratada.

En ciertos estilos

de

pintura,

Ia expresión

del

rostro

acapara

buena

parte

del

interés

del cuadro,

si ésta

viene

reforza-

da

por

el

gesto

de la

cabeza, la

posición

de los

brazos y

las

ma-

tras

poses

inlanfr'Ies

debe¡

se¡

de

tipo inlormal, e;táücas

pero

sin

rigidez.

Este es

un

ejemplo

de

Io que

podría

ser

una

pose

infanül

plausiile.

Estudio

preliminar de

/a

pose

anteÍior.

Estos estudios

son una

manera

de dar Ia

pose

más

adecuada

a Ia figura

que

se

retate.

LA

POSE

ta pose del

retratado

puede

ser

una

posición

espontáneamente

adoptada

pol

el

o

la modelo

que

el

artista

acierta

a

esbozar

y

elabora

posteriormente.

ta mayoda

de

las

veces,

sin

embargo,

el

pintor

tiene

que

estudiar

diferentes

posibilidades

antes

de

decidirse

por

la

más

adecuada.

Este

estudio

tendrá en

consideración distintos

factores

concemientes

tanto al carácter

del

modelo

como

a

su

edad

y

sexo,

sin

olvidar

Ia intención artística

personal

que

el

pintor

quiere

reaiizar.

nos,

Ia

inclinación

del tronco,

etc.,

entonces el retrato

se

con-

vierte

en un

todo

homogéneo

y

convincente.

En

otros

estilos

de

pintura

más

abstractos,

la

expresión no

recae

tanto en

los rasgos

faciales sino

en otros

factores

como

Ia

línea

y

el

color. Aqui

es igualmente

im-

portante

estudiar

el tipo

de

pose,

puesto que la armonía de

la

lí-

nea, Ia elegancia

o

crudeza

de

los contomos,

dependen

direc-

tamente de ella.

En general,

se

puede

decir

que las

poses que

mejor

remarcan

el

carácter del

modelo

son aquellas en

las

que

éstos

aparecen

en

una

actitud

natural,

con un

gesto

caracterís-

tico de

los

brazos

y

1as

manos

que

miran

hacia el

espectador,

La manera

de

sentarse

y

de

co-

locar

las

manos

deben

ser

carac-

terísticos

del modelo. El

artista

sólo debe intervenir para

dar

confianza

a su

modelo

y

no

para

imponer

una

pose

determinada,

En caso

de

que

el

pintor

conozca

bien

al modelo,

puede

sugerirle

una

actitud

que

sabe

identificar

como

personal:

un

determinado

gesto,

cierta

inclinación

de

la ca-

beza, una

forma concreta de sen-

tarse o

de apoyarse.

La

pose

según

la edad

rcHe:e-ggl:*{ehge

Cuando

el modelo es un

niño

lo

lógico

es

una

pose

recogida

j

más

bien

estática,

sin

conhastes

bruscos

y

sin

demasiado

dina-

mismo

que

exprese

lo mejor

po-

sible

la

gracia infantil

y

que

carezca de teatralidad.

En el

re-

trato de

personas

jóvenes

se

busca un

cierto

dinamismo

en

la

actitud,

en

la

forma de sentarse

y

en

la

posición

de

brazos

y

ma-

nos.

El intoróg dol

rotrato

puode

doeplazareo

dol

rostro

hacia los

el

carácter

y

la

vida

física

de

ll

persona. En

personas madural¡

el

interés

del

retrato vuelvg

I

centrarse

en las

facciones;

tl

rostro

se

muestra

en toda su

e l.

presividad

y

apenas

es nece¡l¡

rio complementarla

con

gestor

0

movimientos característicos. El.

tos

gestos,

en

personas

madura

y

en

ancianos,

deben

ser

poo0

expansivos,

discretos

y

reserv$

dos a u¡a

función secunda¡ia,

Otro

estudio

del niño

anterior

en

una

pose

diferenfe.

Resultado

linal

del relrall

realizado

oor

Esther Set¡l

a

partk

dei modeto

inlanlll,

¿a

pose

úna.l/¡a

süo

u¡ll

variación

de

los

estudios

prevlü'

Gontrap.osig ojles

¡'aB

contraposiciones

son los

Eoltnstes

entre las direcciones

e

glror que

adoptan

las

distintas

FdrlilB

del

cuerpo.

Los artistas

har,nl

uso

de

estas

contraPosi-

Éloilo8

para

lograr amenidad

Y

evlldr

que

las

figuras aparezcan

c¡t

rr¡rn

frontalidad excesiva o

en

gl

inmovilismo

hierático.

En eI

Étie

dt:l retrato,

1as

contraPosi-

E¡l0n0s

no deben

ser demasiado

fcrcndas,

no

llegarán

nunca

a

la

Eo¡üo¡sión"

Dentro

de los

límites

Éliturotos

del dinamismo

que

PFr

ilritc

el

retrato, es

interesante

corrcidcrar

las

poses

en las

que

 r

cabcza

y el

tronco

del

mode-

ls

ll{lucn

direcciones

divergen-

ler.

l¡or ejemplo,

colocando

el

laottt:o

de

perfil y

la

cabeza

de

Eerrlo,

o

viceversa. Estas

contra-

FQÉl(iiones

básicas

se deben

€etiiplctar

con

posiciones

cohe-

aciilH¡

rle los

brazos

y

las manos.

Et

el caso de retratos

de

cuer-

Fo

Ertoro, Ias

posibilidades

de

eeulrnposición

se

multiplican

y

el

pinlor

estará

muy

atento

a

la

€t¡ulordancia

de

las

partes

en

el

rrorrjunto,

asegurándose,

por

eleru¡rlo,

que

la

posición

de

las

FlElilül

sostiene

convincente-

irtolle

cl

cuerpo

y

que

la distri-

bución

de los

pesos y tensiones

É ¡c

ddccuada.

I:l

personaje

dt:

cste

rctrato

de Viceng

lhl.losfar

eslá

rr¡;rosenfado

eI

lna acfilud

:tignificativa

rln

r;rr

profesión,

lhtrr

posibrlr:dad

dotd de

un

¡rlnrds áfladido

d /o"s

rofrafos,

rn inf@rés

tnulo

plctórlco

t

t,I¡to lomáüco

Estas tres

fotografías rccogen

ofas

fanfasposes

de

una modelo.

Son ranaci'cnes

sob¡e

una ¡nllsma

idea. Variaciones

de

esfe fipo

son

/as

que

eI

arúrsfa

debe

considerar

antes

de adoptat

una

deckión

deÍiniüva.

El estudio

e

lgp_o,sJ

Antes

de comenzar cualquier

retrato

es indispensable

estudiar

la

pose

mediante

la

realización

de diversos

apuntes

rápidos,

El

artista

debe solicitar

al

modelo

que

adopte actitudes

distintas,

que

cruce

las

piemas,

que

se

re-

cline

cómodamente,

que

se

sien-

te de diversas

formas.

Cada

una

de

estas

poses merece

un

apun-

Lefiguraactiva

'

r

,

5i

rl

irrtista

conoce

bien

la

prsisotalidad

del

retratado,

puede'suge:

rtrll

(|1

0esto

determinqdo,,o'que

paiezcaiealizar

ú'na

óctividad

qq-,

rerloristica. Es mejor

que

sea algo cotldiana,

qomq

leei

ul

llbro;fu'

rnnr,

oscribir

o

realizal

Unatarea

¿urn6s1fs6'

figí

se.rconsig0e,.dotaf

él rnlrillo

de

una

suerio,de

arüUmérito

qüe

define

al

retiatado'0|.

llerrrloquedadinamismopictólicq'árla:qbia:

,

:.

r'-:":

'

I

'r''

l{t-\lli;1;

rl}

$.*

¡+

:Ui}*

La

pose

:

..1"- ..

te

o

esbozo

para

comprobar

sus

posibilidades compositivas.

La

cabeza

precisa un estudio

apar-

te, realizado

a

partfu

de

puntos

de

vista

y posiciones

diferentes,

calculando el

efecto

combinado

de

estos apuntes

con

los

anterio-

res de

busto

o cuerpo

entero.

Los

escorzos deben

trabajarse

en detalle,

puesto

que

no es

aconsejable

improvisarlos

en la

obra definitiva.

Por

lo cual, el

es-

tudio de

la

pose

requiere

tanto

de

estudios

de conjunto

como

de

bocetos

parciales

que

allanen

el

camino al retrato definitivo.

Es-

tos

bocetos

permiten

comprobar

cuál es

la

pose

más

armónica

y

más ajustada

a

las

intenciones

del artista,

nilTs,rüfFwr-súffiffi

.

Compo¡lción

del

retrato

(l)

E,

4¿

trl

gslo

D,

a

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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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_

Et ESTUDIO DEL ROSTRO

EI.,

GESTO

El

gesto

forma

parte

indisoluble

de la

pose,

de tal forma

que

no

puede

concebirse

un

gesto

característico

disociado

de la

pose,

o viceversa.

El

gesto

incorpora una

información

acerca de la

personalidad

del retratado que

la simple

pose,

más impersonal,

nunca

puede

transmitir

por

sola.

Cada

pose

implica

tantos

gestos

como

personas

distinta¡

la adopten. AI

artista

corresponde

localizar los rasgos

individuales

de los

gestos

para

plasmarlos

claramente en su retrato.

Hlg-ff-l**.1e.:-nsl'p-?

En la

pintura

contemporánea

la

gestualidad de las

manos

hl

perdido

mucha

de la

gran

carga

significativa que

tuvo

en algunos

momentos de la historia

del arte

(en

el

período

gótico,

por

ejem-

plo),

sin

embargo todavia

con-

serva un valor

expresivo

propio.

Se

sabe

gue

determinados movi-

mientos

y

gestos

de las

manos

tienen

un significado preciso:

elegancia, cansancio,

determi-

nación,

humildad. El

pintor

debe

ser consciente

de ello

y

dar las

instrucciones precisas

al modelo

de manera

que

el

gesto

de las

manos

esté en consonancia

con

la

pose

elegida.

Si

Ia figura

está

relajada, la

posición

y gesto

de

las manos

debe evitar todo

tipo

de tensiones

o de

complicación:

hay que

elegir

el

gesto

más sen-

cillo y lógico

para

la

ocasión.

Si

la

figura

está activa,

asiendo al-

gún

objeto, realizando una acti-

vidad,

el artista debe ser

cuida-

doso en elegir

y

representar

el

gesto y

movimiento

correctos:

las manos

deben dar la impre-

sión de

que

verdaderamente

su-

jetan

el objeto en cuestión.

P-ilrig

4s-lr:.s slp.r.

Las

manos son anatómicamen-

te

complicadas, razón

por

la

cual

es

muy importante,

para

dibujar-

las, realizar

siempre el encaje

del

volumen

global que

ocupan

y

luego

ir

detallando los dedos

y

las

palmas,

teniendo

en

cuentl

las

proporciones

y

relación

anl.

tómica

de

todas sus

partes,

El

primer

lugar

hay

que

considerlt

que

los huesos

de

la

mano

con.

dicionan su aspecto

exterior

y

hacen visibles

bajo la

superfioh

de la

piel

con bastante más

cl¡.

ridad que

en cualquier

otra

pü.

te del

cuerpo. La

gran

cantidad

de huesos

y

huesecillos

de

ll

mano siempre han

de relacion¡f.

se

con el metacarpo

(la

muñecQ

y

con los nudillos,

Es

muy impot

tante

para

el encajado de las

mt

nos

que

los nudillos

y

las articU.

laciones de lo

dedos respond$

a una

proporción

estable de

dl.

mensiones.

Estas

pueden

estl.

blecerse mediante

curvas mág

O

menos

concéntricas

que

tienen

lt,an

Honoró

Fragonard

(r780-

I 850),

Retrato

del

Abad

de

SainlNon.

Legado

Cambó,

Barcelona.

La

posición

soclai

dej

personaje

y

lavoluntad

de

mostrarla

mediante

el

gesto

están

patentes

en

este

retrato.

cicio

es

dibujar

las

propias

ma-

nos

y

brazos

en

las más varia-

das

posiciones

hasta adquirir

Ia necesaria

fa-

miliaridad

y

confianza, la

seguri.

dad

que

le

permitirá

realizar

el

gesto

del

retratado.

Caracterización

Se entiende por

caracteriza-

ción la virtud por

la

cual el

espectador puede

reconocer

al

retratado

(en

caso de

que

lo co-

nociera

en

persona previamen-

te)

o

por

la

que

reconoce

en él

a

una persona

en

concreto

y

no

una figura genérica.

De

un retra-

to

de este

tipo

se dice

que

está

"bien

caracte¡izado",

Es decir,

El

gesto

I'ril

',ri.

;.r

la caracte¡ización

viene

a

ser

si-

nónimo

de

parecido.

Pero,

en

otro sentido,

ésta se

refiere

a

la

convincente

disposición

de las

partes

del retrato,

de forma

que

el

gesto

representado (aparte

de

la

verosimilitud

de los rasgos

faciales)

resulte

adecuado a la

persona.

Esto

está en relación

directa

con las

proporciones

fisi-

cas del retratado y

con

su

mane-

ra habitual

de sentarse, mover

la

cabeza,

colocar las manos.

Para

el

retratista,

1o

primero

es estu-

diar

y

determinar

esas

propor-

ciones físicas

(relaciones

entre

las

partes) para

después intentar

plasmar

el

gesto

característico

de

la

persona.

Velázquez

(

I

59

I

-

I 6 60),

Las Meninas

(defalle).

Museo del

Prado,

Madrid.

La expresividad

de

Jas manos

esfá

Jograda

con una

magistral

economía de

medios.

Velázquez

(1599-1660),

Pablo de Valladolid.

Museo del Prado,

Madrid.

Un

gesto

teatral

que

deíine

y

da expresividad al

personaje.

Joshua

Reynolds

(

I 72 3-

I

792), Mastet Hüe,

Museo

del Louwe,

Pa¡ís.

¿os gesúos

deben

so¡

siempre acordes

con

la

edad del retatado,

La

expresión

y

el movimiento de la figlJru

de

esta

pintura

son inequívocamente infanüles,

Eli

(:ontro

a la altura

de la

muñeca

áptonimadamente.

En

cualquier

porición,

estas.curvas

deben

ÉFtvrr

para

encaJar

un escorzo o

perrpectiva

de la

mano y

son

de

gran

ayuda

para

conectar

leq

n¡liculaciones

entre

sí.

E:quematizar,sl"gsg _C*_",-"

lha buena

forma de afrontar

oott

qarantías

la

correcta resolu-

Elór¡

del

gesto

en un retrato

es

ohsr-rrvar la

posición

de los bra-

ioe

y

las manos,

desde el

princi

lilo,

con la misma

atención

que

el resto de las

partes

de

la

figu-

ta,

comprendiendo

su forma

y

l¡s razones que

determinan

su

¡rouición.

Si el artista

consigue

ver

y

entender

las

extremidades

r1{lnlo

una

serie de cilindros

en-

renrblados

y

articulados,

las ma-

nr)H

como terminaciones planas

(tro

cilÍndricas)

de

esas

extrem

rlnrlcs,

empezará

a

entender

el

rrrovimiento y

el sentido

pictóri-

rrri

rlcl gesto

en el

retrdto.

Sobre

ol

csquema

más

o

menos

geo-

rrrótrico,

siempre

en

correcta

¡rroporción,

que

el attista

traza

el

un

principio,

se

puede

incor-

prrar

el relieve y

los detalles

ca-

.dctcristicos

de la

anatomía, así

rrruro

el clargscuro

y

la valora-

ción

del volumen.

Un

buen

ejer-

$''

El

énfasis

en

la

caracterización

:'

.

'

:

.

:

Decía Lngre.s a.sus alumnoQ:,¡'Captadel

earáctei

rndividuaf dervues-

ilo modelo;

de un

horhbre

fudrte

no

hqgáig

sólo

¡u

parecido,

captao

también

e,l:caiácler

heÍ€úleollr,Toda,buena

eaiacteiizaeóñ

sijpone

.en.fatizat

el

alpeqto,

predorn:inante

de 1a:fig'ura;.

Su

fuerza;:su;ffagili-.

.dAd,

su

ingeluidad,:Estqaspecto

es féci

de,

des.cubrir

en

la

perso

na,

pero

sólo

puede plas.

má¡se.en el rétfatorsi.,el

arlista exagsia

ligefaman-

:te

qquellos

factores

qlle

lo definenla

corpulenaia;,

la

delgadgz; la

elegancja):

Edgar Degx

(

83

4.

I

I

7),

Estudio de cabeza¡.

Bibliotg

ca

N

aciónal,

Paús

Este

es

un.raágitíÍicú

estudio de

caractéiizaiión

deperonajesque

demuestra

un

gran podér

de obse¡racló¡i.

a

posE

ir:.i9.0-ra,,r.:r,r.,:l

Page 29: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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EL ESTUDIO

DET

ROSTRO

ROPAIES

El

dibujo

de ropajes

o drapeados

es

una

disciplina

académica,

hoy

en desuso,

que

la

tradición

de la

enseñarua

del

dibujo

dictaba a

todo

estudiante.

Consistía

en un

fin

en sí rnismo,

y

los

ejercicios

iban

dirigidos

a

dotar

al dibujante

de una

capacidad

de

distinguir

formas menudas

con sus luces y

sombras.

No

es

necesario

llegar a

lales

extremos

de

perfección,

pero

el

arte

del retrato

siempre

incorpora

Ia necesidad

de

atender

a

la

iógica

de los

pliegues

y

las

arrugas

de

las

vestiduras

del retratado.

Para

estudiar

cualquier ropaJe

o vestido,

primero

se

debQ

encajar

el

volumen

genetal

para

después

pasaf

a

graduar

los

yalo¡es

de

iuce

y

sombras,

así

como

/aspnncipales

aftugas y

plegues.

Inng'f

ens:e.i-el*s*-*{q

El

dibujo

del drapeado puede

considerarse

un auténtico

dibujo

abstracto,

dada

la

implicación

geométrica

que

plantean

los

pliegues

y

su independencia

respecto

a las formas

anatómi-

¡as.

En

este sentido,

es intere-

sante

practicar

el

dibujo de

los

tejidos:

los

problemas

generales

del dibujo

(claroscuro,

contor-

nos

y

modelado) aparecen en

toda

su

desnudez,

Pero

lo

que

hace del dibujo de

drapeados

una

práctica

interesante pata

el

retfato

es

que

permite

entender

la

lógica

que

domina

la

configu-

ración

de

pliegues que

aparecen

en

las

vestiduras de

la figura.

Los

pliegues

y

arrugas

tienen,

además,

un interés

compositivo

propio

puesto

que permiten,

11e-

gado

el caso,

equilibrar

el espa-

cio

pictórico

compensando

el

volumen

sólido

de las

formas

de

la figura

con un

enttamado más

o

menos

complicado

de líneas.

queño

movimiento

los

ropajes

cambiarán

de

aspecto:

algunas

arrugas

serán distintas,

la manga

parecerá

más

corta,

el

sombrero

más

ladeado,

El

pintor

no estará

sujeto

a

estas variaciones

super-

ficiales

de las

vestiduras,

el re-

trato

es su

creación,

el cuadro

depende

de

é1

y

no de

la

mo-

mentánea

apariencia

de los

de-

talles del

motivo. Para

conseguir

el dominio

sostenido

de la

obra

es conveniente,

en primer

lugar,

fijar

cuanto

antes la

pose

en

el

cuadro,

y

por

otro lado,

conocer

en

profundidad

la lógica

de los

pliegues

y

las arrugas

de los

ro-

pajes

para que

éstos

no

depen-

dan de las

ligeras

variaciones

superficiales,

La

clave está

en ver

y

enten-

der los

ropajes

como

un todo

armónico,

encajar

el

conjunto,

definir

las

distintas

direcciones

de la

caÍda de las ropas y

de los

pliegues

más

significativos

y

uü.

lüar

la luz y

la sombra para

presar

las masas principalet,

Una vez

dominado

el estudio

dl

los ropajes

hay

que

record¡t

gue,

en una figura,

la

ropa

no

dl.

be

esconder

o confr¡ndir

ni

ll

anatomía

ni el

gesto

de la

per¡o.

na.

Debe ayudar a

explicarlot,

Un exceso

de arrugas

o

de

cel0

en

la

reproducción

de

brillor

y

pormenores puede hacer

olvidü

y confundir la

estructura

anaté.

Coherencia

$s- ,e*s-pJisgse:

En

/as

fensiones gue

producen

ias

arrugas

anto si

el

retrato

se realiza

en una sesión

como

si

se trabaja

en

más

de una,

el

artista debe

asumir que

la

posición

del mo-

delo nunca permanecerá

perfec-

tamente

estática.

Con cada pe-

en /os

ropajes

exrsle

una lógica.

Al doblar

el

brazo o Iapierna, la

manga o

perncrt

liendc

a

encogersc

y plec¡ustt

cn

^silio.s

r:o¡r: alos.

mica

que

los

aul-

tenta. Todo

ta

ffi:l't,.:;ffi

I

Eoilrplcmentos

p.

56

l

rlilh,tizar

los

pliegues

y

arru-

gax rL

las

vestiduras.

Para

lo-

drnr

|iltil

sintesis

debe

localizar-

cE

qr¡rcilo

que

explica mejor

la

flrlnr

(1ol

cuerpo que

cubre,

el

gerlrr

rld

brazo,

la

flexión

de

una

¡lur

rr,r, rocordando

que

las

arru-

gar y

l.r

lorma

en la

que

se

distri

luyerr

los

pliegues

obedecen

a

l: lirr

¡rr',r

de

las flexiones

y

torsio-

¡lcq rh,

las

drstintas partes

del

Flltsl

l,o.

,

llmplificación

del

drapeado

til

rrrlcr:és

del drapeado

no

es

rrr¡,'

qrr,,rrlc

académico

o

realista,

Cilrrr

r¡rro

merece

Una

atOnCión

Fcl, ' r.rl

por

parte

del

artist¡r ilc

htai

No cs

impreecindiblo

lrr

É,nrrqtr

r(ición

exacta

do

loa

plie:

guer

y

do

rI.lE

lucoa, aonrllrnx

í

nllilol

tiü

COmé oxlqo la

ta

dir, ri¡r,

0i pilltof

lIlH(lH

illct

pretar

los

drapeados

de

manera

abreviada

y

abocetada,

en

consonancia

con

la ligereza

o intensidad que

los

elementos

secundarios

del retra-

to

requieran

de su

estilo artístico,

La

configuración

más

o menos

abstracta

de

los

pliegues

invita

a

una interpretación

libre

de

su

forma y

su

color, una

vez

que

han

sido resueltos

los

problemas

esenciales

de

construcción

de la

figura y,

en

general,

de

composi

ción

y

colorido

de la

obra.

,f,:

ilüri¡tl

Ropajes

l-r

{::.11 t:.f.tr :rii}

l"li

i: $

-c-g-lr.:--q-"--l+-xene:

El

color de las

vestiduras

del

modelo

tiene

mucha

importan-

cia, tanlo

desde

un

punto

de

vis-

ta

plástico

como desde

el

punto

de

vista de la

caracterización

de

la figura.

La tonalidad

de los

ves-

tidos

puede

realzar

o atenuar la

expresión

del rostro,

Asimismo,

pueden

ser un

elemento

deco-

rativo

de

gran

interés: en

una

tela

estampada,

la

variedad

de

los

pliegues

puede

enriquecer-

se

con el intrincado

dibujo

del

estampado

y

la vivacidad

de

su

colorido,

c¡eando

un

centro de

atención

pictórico.

Leonardo

da Vinci (

I 452

-

I

5

I

9),

Estudio

de ropaje

para

una

figura

sontndn,

Mlsco

dcl Louvre,

París.

ün esfrrdio

dc

dlrpoaeJo,s

tc¡tliy¿¡l¡t

t:on lod¡t l¡t

t:ottcictututl¿t

nrteslt:/o

rfo

ttn

r¡tal ll¿É¡if

o

de la

¡ilnlma

univ:t:*tl.

Ropajes

y

arabesco

Los

pliegues

y

aÍrugas

de

los

ropajes

de

la

figura

pueden

ser

una

excelente

excusa

oa¡a creár un

ará-

besco

que

enriquezca

la, ornamentaijón.de

l¿

ob¡a.

El

arabesco

es Ia vlrtud

decoratla

poi

lacuál la ií.

nea deja

de ser

puramente'descr¡ptiva

y

crea,ritmos

y

configurac:ones

de

gran interés

visual. Estos

pue-

den ext¡aer$e

de

la

fo.r-ne.tde.los

pllegues

pam,dar

un

herrnoso

contrapünto

a

la

sóbriá descrioción

de

las

facciones

del

retratado.

',

Iahn'Singer,Srgent

(l

858-

1926);.1Ády

Aqnéw of

Loc¡¡ai,f,rGaléda

Jv¡cjo¡

al

de

Escocia; EdiñburEa

.

.

Ios

p 'egrues pueden

se¡

una

¡uena

elcús¿

'

.

r

.,

r'pataeltratamiento€lega4fed ¡Ja.lo&na.

hau,

r¡'o

de

Zurbarán (1598-1664),

Santa

Casilda

lfitep¡

tlcl

Prado.

Madrid.

Un

ejemplo suntuoso

{e

r

rlrrro.lospliegues

pueden

convertirse

en

ler

¡ir

rlrgonrisfas

absolutos

de

una

obra de

aúe-

Page 30: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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Et ESTUDIO

DEL

ROSTRO

COMPI,EMENTOS

siempre

es

posibre

realizar

er

retrato

sin

más,

dibujando

o

pintando

er busto

o ra

cabeza

de

la

persona

contra

un

fondo

neutro.

pero

cuarquier

artista

ha

de sentir

curiosidJ

por

las

posibilidades

pictóricas

y

expresivas

situar

al retratado

en

un

entomo

personalizado

con

los

comprementos

más

afines

a su

carácter.

Értor puaaan

ar".,

una

atmósfera

o una

escenografía

reveladora

de

la

personalidad

dél

retratado.

El

entorno

del

retrafo

En las

tradicionales

sesiones

de

dibujo

al

natural,

que

tienen

lugar

en las academias

de

arte,

el

modelo

posa

sobre

una

tarima

rodeada

de

focos

y

complemen-

tada

con

alguna

tela,

almohadón

o

mueble.

El

entorno

es

severo

y

contiene

lo

estdctamente

ne-

cesario

para

favorecer

las

con_

diciones

de

visibilidad

de

Ia

figura,

evitando

elementos

gue

distraigan

la

atención

del

és-

tudiante.

Todo

está

concebido

para

que

el

ejercicio

se realice

con

rigor,

de

acuerdo

a las

exi-

gencias

marcadas por

el

esta-

blecimiento

académico.

La

fiou_

ra podría

rer

una

"rtutua

y

éro

no

cambiaría

la

esencia

del

eier-

cicio:

el dibujante

representáría

las

líneas

y

los

volúmenes

anató-

micos

de

la

misma

forma

gue

lo

hace

frente

al modelo.

Cuando

la

intención

artística

dpl.retnto

se

sobrepone al ejer-

crclo

técnico,

el

pintor

busca

otro

entomo

para

la

figura,

una

justificación

para

el tratamiento

artístico

de

la

obra,

un

entorno

que

se

corresponda

a

la reali_

dad personal

del

retratado.

Bus-

ca

el

entorno

Íntimo,

el

lugar

en

el

que

el arte

del retrato

;e

ius-

tifique

por

si mismo.

Edouard

Manet,

Emile

Zola,

Museo

de

Orsay,

París.

Casi

tan

importante

como

el retato

en

síes,

en

esfa

obra,

el

entono

tan

personal

que

rodea

al

personaje

y que

sugrere

múltiples

asocücio¡es

con

su

prolesión

y

su

l*.s-qs,"-n-og_t+JÍ*'

El

concepto

de

escenogrufi¡

puede resultar demasiado

tla:

tral

y

artificioso

para

el

ertll€

que

debe presidir

en todo

buÉñ

retrato.

Es posible

que

muchg¡

pinlores

rechacen

esta

ido¡

t

defiendan

una

actitud

muohi

más

fiel

al

aspecto

real y

natur{

cle

las

escenas

que

rodean

la

flr

gura,

sin

añadir

ni suprimir

nldl

en

ellas.

Pero

incluso

éstos

e¡tG

rán

de

acuerdo

en que

no

todl

es susceptible

de

ser

pintado

an

todo

momento

y

en

cualqulet

lugar,

y

que

ciertas

personel

piden

ser

retratadas

denho

da,

tal o

cual

tendencia

cromátloi

y

dentro

de

éste

o aquel

entot.

no.

No hay

nada

censurabls

el hecho

de que

un

artista

monla

su propia

escenografía:

su

pg.

quéño-mundo

¿""ri."ion

Oárd

paso

a

esa

otra

ficción que

es

cd

la

pintura.

Estas

ficciones

cll

cenográficas

pueden

creaill

con

muebles

(un

diván,

una

¡tll|

o sofá

donde

aparece

sentado

il

ll3: . l̂ : :' " 11 d :

al

retratadl

úh esfepasfel

de/oan

ftasef

tr:

prescinde

de todo accesorio,

pcro

la

atmóslera luminosa

fuega

un

papel

esencial

en Ia

ltlgerencia

romántica

de la obra.

0ón,

añadiendo

focos de

luz

que

lomplementen

la

iluminación

[¡ltural,

colocando

flores o fru-

lne.

Si

el entorno elegido

es el

cxterior,

entonces el

color del

'oielo,

las nubes, las

plantas,

las

luces

y

las

sombras de la natu-

tnleza,

podrán

combinarse con

errtera

libertad,

sin

que

sea ne-

0osario

incorporar

elementos

¡ccesorios.

El cromatismo

El

colo¡ del

entorno afecta la

vi¡ión

de

las formas

en

general

y

lq¡

del

retratado

en

particular.

Volviendo

al ejemplo

del dibu-

lo

académico,

la colocación

del

uodelo

está

concebida para que

r:l

cuerpo

quede

perfectamente

r

orrtrastado

y

aislado

de su en-

lrrno, el cual

se convierte

en un

rrrrrple

fondo,

para que

el estu-

rli,¡

¡rte

olvide cualquier

circuns-

lq¡rcia accesoria.

Normalmente,

i¡rr

¡cademias

suelen rodear

a

ll¡

modelos

de

tonos neutros

o

¡r¡rbrÍos,

que

no destaquen ni

ro¡

l¡men

el interés del

dibujan-

lF

l)cro

en una interpretación

ar-

llHlr{

d del

retrato,

es

interesante

,lrr('

los

colores que

rodean la

fi-

qrrrir

devuelvan

un

cierto

eco fa-

rrrtliirr

y

vivo, que

envuelvan al

 tslr

iltado

en una atmósfera

cro-

irriilicapropicia.

Esto es algo

que

¡rrnde

sugerir

el cromatismo

de

lrl

¡rropia

figura

y

sus ropas;

ol

ñrlirrta

sensible debe

oor

capnz

rlp

invcntar

tonoB

y

colorncionos

lttr

vudon

a

onvovor v rs a ñr

la expresión

del rostro retratado

Si

a

ista capacidad

del

propio

pintor

se suma un

escenario

pro-

picio, que

contenga riqueza

cro-

mática,

el

poder

sugestivo del

retrato

se

potencia

y

la

obra

pic-

tórica

se

llena

de matices

y

gana

en Ínterés.

La

vaporosidad

de

los

cortinajes

es un

complemento ajustado

al

talante

y

la entonación

de

esta

ligura

realizada por

Joan

Raset.

ffi

lrtSoi;iiq?;5.{:ii..rrlrf..,.

..lrllr::i,r,.::

i,:.,._:. rtí:¡:

Complementos

La

pintura

intimista

Existe

un

género pictórico

dentro

del cual

es

muy

frecuente

que

los

pintores

desarrollen

el

tema

del retrato:

el

género

de la

pintura

intimista.

La

pintura

inti-

mista, como

su nombre indica,

trata de

temas

privados,

cerca-

nos

a

la

vida cotidiana y

al entor-

no

personal.

Aunque

se

pueden

encontrar

ejemplos

de este tipo

de

pintura

en distintos

estilos

y

épocas, los referentes

más

cla-

ros de los

pintores

que practican

esta modalidad

artística hay

que

busca¡los

en las obras

de

algu-

nos pintores

impresionistas y

postimpresionistas

de

finales

del

siglo xrx

y

comienzos del xx. Es-

tos artislas

abordaron

el retrato

desde un

punto

de vista íntimo,

situando

al retratado

en su en-

torno

familiar

y

personal,

al mar-

gen

de

efectismos

y

de

osten-

taciones. Este intimismo

es el

mejor

medio de lograr

entornos

basados

en complementos

de la

vida del retratado,

en los objetos

que

le

rodean

y

en la atmósfera

cotidiana,

El intimismo

favorece

la naturalidad

y

está

reñido

con

la

rigidez de las poses

demasia-

do solemnes o afectadas.

 .ill

lnteriores

La

mejor

seléciión de complernentos

es

que

se

puede

encontrar

en

las estancias

en

las

que

vive

el

retralado.

En el

caso de

que

la

personá

a.retratar

acudá al

taller del artiSla,

éste

puede

crear

la

atmósfera

propicia

con una

pequeña

esienografía

qué.

contengo

los

objetos más afines

a ia

personafidad

del

modelo. No deben sei

objetos

complica-

dos:

unas flores,

li-

bros o algún detalle

decorativo

pueden

ser

más

qüe

sufi-

cientes

pala

sugerir

un

entorno

.perso-

nal

y

compleméntar

la

comoosición de

la

obra.

fsta

ob¡a

de

/oan

Rasef crea

una

pegueria

escenografa

apenas

sugerida,

bdssda

en objefos

colidr¿nos ftndido.s

er

/¿

nfnd.s/er¡r

dc/ énfórnd.

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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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EL

ESTUDIO

DEL

ROSTRO

II,UMINACION

DEI,

RETRATO

La luz afecta

tanto

a la forma

como

al

color

del

retrato.

Una mala

iluminación

no sólo

puede

estropear

eI efecto

final del

retrato sino

también

el

trabajo

del artista'

La

luz

permite obtener

distintos

efectos

pictóricos según

su

intensidad,

su

orientación

y

los

reflejos

que

plomueva

sobre

el

¡ostro.

cada

artista

tiene

sus

preferencias

y

en

estas

páginas

se

explica

la forma

de

abordar

esta cuestión

esencial

para la

práctica

del

retrato'

Dirección

de

la luz

Luz natural

Y

artificial

La

diferencia entre Ia

ilumi-

nación

natural

y

la

artificial

radi-

ca

en

que

la

primera

resPeta

los

colores

y,

si

procede de

una

ventana,

acostumbra

a

ser suave

y

equilibrada.

En

cambio,

la

luz

artificial

es

algo

más definida

Y

permite

iluminar

el

modelo

gra-

duando

su

intensidad

con

facili

dad,

en la dirección

que

se

de-

sea

y sin variaciones

de

ningún

tipo.

Esta

iluminación

es

Perfec-

ta

para los retratos

dibujados,

asimismo

puede

serlo

Para

los

pintados, aunque

en

este

caso

también

deberÍa

ensaYarse

la

luz

natural.

La

luz artificial

no

debe

ser

demasiado

intensa

a

no ser

que

el

foco

de

luz

se

co-

loque

iejos de

la

figura.

La

iluminación

frontal

crea

un

plano

único,

con

pocas

sugesfiones

espacia/es

gue

sitúa

a la ligura

contra

un londo

sin

apenas

juegos

de

/uces

y

sombras.

Una

iluminación

Iateral

que

destaca

el

claroscuro.

-Las

fomas se

recoñan

en

Ia luz

y

algunas

de

ellas

quedan

conlundidas

en

el londo.

Esta

pose,

ilumi-

nada

lateral-

mente, evita

el

rccoÍte

del

rostro

en

zonas

de claroscuro

aunque

contiene

abund.antes

sugerencias

atmosféricas

debidas

a

Ja

particular

iluminación.

¿a

pose a¡lferior

esfd

aho¡a

t.luntrnada

/ionlfl1mcnfe,

r:on lo

qtte

sc

¡tidtrlc

lttot't:t

vrrlrtrttdlt

ir'rt

Y

lo

qana

clatirlad

La

luz

puede iluminar

al

delo

desde

arriba,

desde

o desde

un

lado;

puede situarll

detrás

de

la figura

o

ilumm¿

ftontalmente.

Con

luz

ftontal,

sombras

casi

desaparecen,

volumen

y 1a

sensación

de

Pro.

fundidad

quedan muy

atenu

y

el

color

propio

del rostro

lÁ(:d

con toda su

plenitud.

Mo-

yloudo

lateralmente

el

foco

de

lu*,

lns sombras

empiezan

a apa-

¡Ecor,

se crea el

relieve de

los

Irrlúrnenes

y

la

forma

se

revela

Eo¡r

claridad en

zonas de

luz

I

116

sombra. En una

posición

€o rUrletamente

lateral,

la luz

deJn

on

sombra

e1

lado

opuesto

rlc ia

figura

y

el volumen

y

el

re-

  cve

quedan

realzados

princi-

Fálxronte

por

las

sombras

pro-

yFlld(las.

Vistas al contraluz,

las

fcttttnu

de

la

figura ofrecen

en

atu contornos

un

haio caracterís-

lleo

y los volúmenes adquieren

€na

Epariencia

ingrávida.

Si

la fi

guad

ostá

iluminada

desde

arri-

É¡,

con luz

cenital,

la

proyección

ée

ls¡ formas desdibuja

el efec-

lc

tlp

relieve

y

crea

una

sensa-

elóil iln

tanto

fantasmagórica,

se-

ñréldillc

a

la

producida

por una

ilr¡¡irlrrnción

dirigida

de abajo

¿l¡lhn, De entre

todas

estas

po-

áihlllrlndcs

cabe elegir

las me-

aE

Fxlrcmas

(iluminaciones

li-

g€rAnonte

laterales),

las

que

;evcl¡rr

l¡s facciones

pero

no

1as

éiehrr

nionan,

aunque

siempre es

*iler

erante y

aconsejable

inves-

tignr

lirr;

posibilidades

que

ofre-

Eet¡

ilrrrrrinaciones

exageradas o

F ¡ i{

r:0Üttmes.

Luees

reflejadas

I

rombras

proyggt+gf

'l'*rr

rrrrportante como

el efecto

ée

l urril¡rción directa

sobre

la

€gr¡¡

*,¡

0l'ofscto

do

loi roflejoa

iunlrrlron

dc lae eombrnc

pro=

tErrlrrlñH.

Estos

son

conÉlñnt€H

é¡ ia

ro¡lir(nd:

todoa

loa objeloc

e€taii

tluilrinrdoE

por

refleJor

y

{;{}:r1pl**:r

ü;1:l**

Iluminación

del retrato

k*l:ilf*

*:h*i**c:

{}}

Mariá

Fortuny

Q

838-

I

874),

Busto

de

hombre.

Museo

de Arte Moderno,

Barcelona.

Una

dirección

de luz

lateftI

muy contastada

que

promueve

sombras

duras

y

prolundas

con

el consiguiente

efecto

dramáüco.

mismo ocurre

con

la

figura;

interpretarla

exclusivamente

bajo

un solo

foco

de

luz tesul-

ta artificial.

Los

colores

que

rodean a

una

figura

proyectan

sus

sombras

y

sus

reflejos

so-

bre

ella, la luz crea armonías

y

efectos

insospechados,

se

refleja

en

las superficies

de

los

objetos,

ilumina el ¡ostro

desde

muy distintos

ángulos

y

crea sombras

que

alte¡an

la con-

tinuidad

de ias

formas

ilumina-

das. Esto,

que puede

parecer

un

inconveniente,

se

puede trans-

foxmar en

una

ventaja si

el artista

sigue

estos

juegos

de luz con

li-

bertad,

interpretando

las

som-

bras

proyectadas

y

los reflejos

con

atrevimiento,

buscando

en

ellos

la variedad

y

el

dinamismo

del color.

Si

el

pintor

acepta esta

riqueza

que

la

realidad

le

propo-

ne tendrá

mucho

que ganar: la

vitalidad,

la vida del

retratado

en su ambiente real.

Buscar

iluminaciones

La riqueza

de reflejos

y

de

sombras

puede

ser

provocada

por

el

pintor

rodeando

al

mode-

lo de

elementos

de

cromatismo

vivo

y alegre.

Estos

elementos o

superficies

afectarán favorable-

mente

al color de

la

piel,

car-

gándolo

de

nuevos

matices

y

co-

loraciones.

El reflejo

de la luz

sobre una

tela blanca

aclara

las

sombras;

si Ia

tela

es

roja, 1as

sombras se tiñen

de ese color

y

sombrean

el rostro

de

la figu-

ra.

Asimismo,

si

un objeto

inte-

rrumpe

la trayectoda

de la

lw,

su sombra

se proyectará

sobre

la figura

creando

un efecto

que

puede

encerrar

gran

interés

pic-

tórico.

La

clave

está en combinar

luces

y

sombras

con total

liber-

tad, huyendo

del esquematismo

de un foco

de luz único y estáti-

co. La

calidad

de la iluminación

puede

enriquecerse

hasta

hacer

bastante complejo

el trabajo del

artista

por

la

acumulación

de

sombras

y

reflejos. Muchos

pin-

tores

prefieren una iluminación

indirecta

y

sencilla,

pero

es

aconsejable conocer

y

experi-

mentar con

nuevas

posibilidades

de

luz

y

de

color,

porque mu-

chas

veces

al

artista

se

le

Pre-

sentan

soluciones

en las

que

nunca

había

pensado

y

que

no

por

imprevistas son menos origi-

nales

y efectivas.

PAsarat.

Ull..rs:e

gUndO-:

Pla:

ho;:no haÍ

lugal''a

mati:

ces

\r,todó

rdebe

resQl.

vefse..

ó0n. contra,9tesi.

Más'qúe

.unr:retrato::de

f

isónoniía,

ei

ietratd:en

clarosc$i0..éS

u.na

obrá

de expresión

dramátical

Rembrandt

(

606-

t 696),

Autorretrato.

ft

.¡'hmuseum, Amsf erdam,

Un

ejemplo

magistral

de

claroscuro

que,

a/ fJempo

qua

modela

d¡a¡náfica¡nonúo

la

Ísono¡n/a c¡en una

c/¡ra

rogaeljdn

p8Jcodgica.

i;;i:lirl;l

ii'Jiirllrl

i ifilri:'l

ri

l"i;i

itl;lirl

Eíalaroscaro,

''

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'

El

daiogcuio

aplicado,aJ.

ieliato'

es

:unq

$e

llas

f

q¡im5:de

ilurnina:

óión

más

:

drarrréticas;

pu€s1s

que:

Sq

h:ata

idq'run

qoirtriiste

de

:luz

y'sombra.

sinl¡ingúh

efectotnleñuantq

En

tAlqs

cq90s;

el

colot:

Page 32: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

http://slidepdf.com/reader/full/retrato-rostros-y-expresiones-manuales-parramon-243-n 32/51

Et

ESTUDIO

DEt

ROSTRO

RETRATO

DIBUIADO

(I)

Ei

dibujo

del retrato

puede

consistir

en un

simple

apunte

o

en

una obra

que

contenga

todos

los

factores

de

parecido

y

expresión

exigibles

a

todo

buen

retrato.

El

¡esultado

variará segrln

]a

técnica

elegida.

El retrato

puede

ser

lineal,

casi

plano,

o

voluméirico

con abundantes

sombreador

y

difuminados.

En cualquier

caso,

se

trata

de

elaboraciones

que

deben

tener

en cuenta

los factores

esenciales

de

valoración

y

modelado'

manchas

Los

medios del dibujo

de re-

tratos

abatcan

desde

el

t¡adi-

cional

carboncillo

hasta la

tinta

china,

pasando

por la sanguina,

las

cretas

de colores,

el

1áPiz

de

grafito

o

los

lápices

pastel.

El di-

bujante

puede

utilizat

estas

téc-

nicas de

manera

lineal,

dejando

que

sea

la línea

la

que

exPlique

las formas,

o

mediante

manchas,

creando

valoraciones

Y

modela-

dos. En

el

primer

caso

se trata

del

¡ecurso

más

simple

Y

tam-

bién

más abstracto

de

los

que

dispone

el

dibujante.

Trabajar

con

líneas implica

ser

sensible a

las

posibilidades

de los

raYados,

acumulaciones

de trazos,

Y

tam-

bién

a

los

vacíos,

las zonas

sin

dibujar

y las sugerencias

de

las

indicaciones

leves.

Trabajar

con

manchas

significa

dar la

PrePon-

derancia

al

volumen,

a

Ia

grada-

ción

de

las

sombtas

y

al

efecto

tridimensional

conseguido

Por

medio

de

los

valores

Y

el

mode-

lado.

'.--qÉ'-.-;:-ru

"@

,,i:iftEih$Ñ

Los valores

Para

considerar

los

valorcl

hay

que

olvidar

el color

Y

Pcnr

sar

únicamente

en el

blanco,

lg

grises y

el

negro.

Partiendo

dl

esta

gradación

monocroma,

ll

puede

decir

que los valores

loll

los tonos

o, dicho

de

otra manQ

ra,

las distintas

intensidades cotl

las

que

se

presentan

los

tollo]

Cada intensidad

de

gris dietln.

guible

en

la

gradación

mono.

croma

que

va

del blanco

al

n0'

gro

es

un

valor.

En el

caso

qul

áqui

se considera,

se trata d€

valores del gris;

tomando cual.

quier

otra

escala

se

puede hablar

de

valoros

rojo,

del

verde, del

azul,

La

luz

y

la sonbra,

en

el roft&tO

dibujado,

Bo

ropro8ont8R

Pol

::¡W

La tinta

china

petmite tabaiar con

líneas

(utilizando

plumlllll

o

plumas

es{ilográlicafl

y

ton

manchas

empleando

pincelel'

Las cretas

y

las

sangulnas

son

medt,ls

de

übujo

muv

adecuados

para

el

qénero

del retrato.

Rr'n'den

sus

me.¡bi-es

rcsuitados

at

utilizarse

sobre

papeles de color.

Peter

Brueghel

(r525-1s69),

El

pintor

y

el

crítico.

Alberüna,

Viena.

La

línea

puede

por

si misma

caÍgar

con

toda

la

expresión

y

la

descripción

/i¡"o¡¡ómicd

de

rn

m/¡t¡lo

st¡;n

t:¡tdt r¡rt

r¡l

o

rlisminuyendo

la

intensidad

de

lor

mismos

conforme

se

Pasa

¡kr

la luz

a Ia

sombra

o

vicever-

cn.

Esto se

ve al

obsewar

un re-

tr,rto

dibujado

en

una

grisalla

rlr'

carboncillo

o sanguina.

Un

rolrato

realizado

con

esta

técni

r:rr cs

aquel

en

el

que el dibujan-

tF ha

trabajado

pensando en

un

etbcto

exclusivamente

en

blanco

y

ncgro.

El claroscuro

consiste

en

trabajar

con

los valores

de

Iu:r

y sombra

resolviendo el

¡rruo

de

la máxima

luz

a

la

máxi-

nrr

sombra

mediante,el degra-

rl¡rdo de

los

grises. Este

debe

sor 1o

bastante

extenso

como

l)¡il

¡

que

esa

transición

se reali-

uo con

suavidad

y

sin contrastes

lrnt8cos

y cortados,

El

modelado

El

modelado es

la

consecuen-

¡;ln

directa de

la

valoración

de

lnu

luces

y

las sombras

en

el

re-

lr

nto, La

palabra recuerda

el

tra-

hnjo

del escultor

en

arcilla

Y

su

lebo¡

de creación

de

volúmenes.

Álqo

semejante

ocurle

en

el

tra-

lnrrricnto

claroscurista

de

la

figu-

¡tl: cuanto más

intenso

sea

el

cla-

loHcuro,

cuantos más

contrastes

cxirtan entre los

valores

claros

Y

Ior

oscuros,

mayor

sensación

de

volumen

obtendrá

el dibujante

Y

más

evidente

se hará

el efecto

de

la

luz

sobre

la figura.

Asimis-

mor

a

mayot

conttaste

entre

la

luz

y

Ia

sombra, más

cantidad

de

valores

intermedios

tendrá

que

haber

para

que las formas

Pre-

senten

una

superficie

continua.

Especialmente

para

Ios

volúme-

nes de

Ia figura,

que

son

redon-

deados

y

en

los

que

la

transición

de la

máxima

luz

a

la máxima

sombra

es

suave

Y Progresiva,

alli

donde

la transición

se inte-

rrumpe

bruscamente,

el efecto

tQdo

el

Protagonisr

mo

de,la

expresiÓn,

buscando

valofes

y.

sugerenctas

de

.lu¿,

sombra

y

volumen,

¡ndrea deJ Sa¡f0

(1486-153],).

Cabeza

de un hombre

mayor. Galería

de

los

Ulfizi,

Florcncia.

La

acumulación

de trazos

de

carbonciilo

crea,

medranfe

eJ

cofllfasfe enf¡e

claros

y

oscuros,

/d cordcfedslica

erprasión

del

l

os[o

do

urt

e¡r'in¡0.

Calidades del

trazo

I os

medios más

elei¡enlálies

del

dibuio.'el lapiz a

el

oaihqncillo,

lr,rcrien

rendi'qrandes

resultados

en

el

retrato si

se,.rtilizan

con

"

rorqía

Y

sensibilidad,

otorgando a

las

posibilidades

del

trazo

I

,

,

ir'r

r;t.¿,:t{.:n

{j.{:j.

:*11¡li*

Retrato

dibujado

(I)

lli:1:;lt*

*i*r{*r1*

{lI}

En esfe

apunte

de

Francesc

Serra

(1912),

las manchas

y

líneas

de carboncillo

están

aplicadas

con

extrema

economía

y

gran

precisión, consigtiendo

una

hábil

realización

basada en

confrasfes

con el

blanco

del

papel.

/

será

de un

contorno

o

una

arista.

El

modelado es una

técnica muY

utilizada

por

los artistas

que

as-

piran

a la

corporeidad

escultóri-

ca

de

los retratos,

a Ia

sensación

casi táctil

de

que las formas

es-

tán

tomeadas

y

ocupan

un

espa-

cio

profundo

en

el

cuadro.

fqlg'S:y¡gq.$gteL"_

Aunque

parezcan

conceptos

sinónimos,

valorar

no es

exacta-

mente

lo

mismo

que modelar.

Modelar

consiste en

crear un

vo-

lumen cerrado

y

uniforme,

Pero

se puede valorar sin

modelar

completamente

la

forma.

Cuan-

do

se

contrasta

un

tono con

otro

(el

tono

de la

figura

retratada

con

el

del fondo,

por ejemPlo)

el

dibujante

está

vaiorando

Pero

no

necesariamente

modelando.

La valoración

puede hacerse uti-

lizando

zonas

de

sombra

Plana

que contrasten

más o

menos en-

tre

sí.

Cuando

el dibujante

ex-

tiende

distintos

contrastes

soble

el

papel

está

valorando

la com-

posición sin

necesidad

de

mo-

delar

los

volúmenes

del retrato;

introduce los

contrastes

necesa-

rios

para

que

el

efecto

de

esPa-

cio se cumpla

visualmente.

Un

retrato

puede dar

la sensación

de

espacio

y

relieve

sin incluir

modelados,

pero

nunca

dará

esa

sensación

si

no existen

valores,

de ser

así

el

dibujo

aparece

completamente

plano.

W

'

oo¡trpo¡lolón

del

rolrato

(l)

p'

42

Page 33: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

http://slidepdf.com/reader/full/retrato-rostros-y-expresiones-manuales-parramon-243-n 33/51

EL

ESTTIDIO

DEL

ROSTRO

Retrato

de

linea

En

general,

los

dibujos

se

realizan

mediante

trazos.

Éstos

pueden ser continuos

o

disconti-

nuos,

simples

(exclusivamente

limitados

a las

líneas

de

contor-

no

del retrato)

o elaborados.

En

cualquier

caso,

lo

importante

es

que

la

forma

de la

figura

quede

.:.

I

bienconstruida.Unretratoreali-

zado

mediante

un

trazo

de

con-

torno

latgo y

continuo

exige

una

atenta

observación

previa

del

modelo,

un estudio

detenido y

pormenorizado

de sus

contor-

nos;

la

ejecución

debe

ser

rápi-

da

porque

la fluidez

del

trazo

no

admite

vacilaciones.

También

cabe

la posibilidad

de

que

ese

trazo pierda

su

continuidad

y

quede

enlazado

con

otros

trazos

superpuestos;

en

tal caso

cada

uno

de

éstos

debe

conservar

cierto

interés y

el

conjunto

tiene

que

dar al retrato

una sugestión

dinámica

y

viva,

El

tipo de

retra-

to

más

indicado

para

llevar

a

cabo la

técnica

del

trazo

es

el

perfil

y

el retrato

de

cuerpo

en-

tero, ya que

en estas

dos

varian-

tes

se da

una mayor

riqueza

en

los

contornos,

Esta

manera

de

trabajar,

además

de dar

resulta-

dos

visualmente

atractivos,

tiene

un

alto interés pictórico

porque

deja abiertas

diversas posibili-

dades

de

elaboración

de la

for-

ma,

cosa

que

no

ocurre

en los

dibujos

de

contorno

cerado

por

un

trazo

único.

Cuando

se

consi-

dera

el dibujo

como

un fin

en

mismo

y

no

como

un

paso

previo

al

trabajo

con

otros

medios,

el

trazo

es

todavía

más

impoÍante,

puesto

que

es el

único

medio

empleado:

el

trazo,

en estas

oca-

siones,

debe

explicarlo

todo.

ffi

RETRATO

DTBUIADO

(rr)

vista

la

importancia

de la

valoración

y

el modelado

en

el

dibujo

de

retratos,

hay

que

considerar

también

las

posibitidades

de la Iínea pura

en la resolución

de la fisonomía

y

del resto

de los

factores que

condicionan

el retrato.

Los trazos

tienen

una

vitalidad propia

gue

el dibujante

debe potenciar,

realzando

los

contornos

.

y

buscando

las posibilidades

gráficas

y

dinámicas

del tema.

li::*r$s;s**:y*¡***_-

Los

trazos

descriptivos

son

aquellos

cuya

única

finalidad yfunción

en

el

dibujo

son

la

de

definir

el contorno

de las

formas,

La

línea

es el

recurso

más

habitud

para

iniciar

un retato.

Este

boceto preparatorio

de

LIuís

Armengol

está resuelto

con unos

pocos

trazos

bien

d.istribuidos.

.I

\

t

i:'"

'

'ii l:'

l

I

j

d''

'n.

lr

/_\

¿tsi'

,frl

.

;

h-

t,

A medida

que

Ia

obn avanza,

el artista

aplica

manchas

que

permiten

valorar

los

priméros

volúmenes

y

describir

la

distibución

de

luces

y

sombras.

Son los que

revelan

con mayor

claridad

cuál

es la

visión

perso-

nal

del

artista

y

cuál

es

la

esen.

cia de

su estilo.

El

dibujo,

en

palabras

de Degas: "No

es

forma,

sino la

visión y

compren.

sión

de la

forma".

Por

lo

tanto,

las

líneas

descriptivas

no

son

trazos

que

copian

exactamento

los

contornos

del

retrato

sino

que

realizan

una

cteación

que

nace

de la

sensibilidad

del

arti¡.

ta

hacia

el retrato.

Esas línear

deben

tener

un interés propio,

una

personalidad,

una

original

dad:

esto

es lo

contrario

de

la

sequedad

del

dibujo

académico

que

sólo

busca la

exactitud

de

la

copia.

Trazos

sobre

el

papel

_,

Todos

los artistas

son

cong.

cientes

del

valor

del

trazo

como

elemento autónomo.

Se pueda

realizar

una

prueba

muy sencilh

para

comprobarlo:

tomando

do,

papeles

y

dibujando

un

retrato

(o

autorettato)

de

memoria

en

El resultado

del dibujo

es una

combinación

de

manchas y

líneas de

gran

efecto plástico y

dramático,

fu¡uí,

Armengol

realiza

| il tutorret ato

plante

ado

rk:sde

el

principio

con manchas,

xln

definición

de detalles

y

con

un

¿ clar

a intención voluméEic a,

t¡t:;i cscultótica.

r;nda

uno de ellos, sin

pensar,

rápidamente

y

con

muy

pocas

lirrcas, uno

de ellos

siempre ten-

rlr

ir más

interés

que

el otro,

siem-

prr:

habrá una línea o un

grupo

rb lineas

más ágiles,

más vivas

y

nrgestivas

que

las demás.

Esta

vlr

tud

artística del

puro

trazo

tie-

rn

que

estar

presente

en

todo

rolrato

dibujado,

y

es

gracias a

elll

que

la vitalidad se introduce

urr

cl

dibujo. El encanto

de las

rrrrvas y

las sinuosidades de

un

¡rorlil,

por

ejemplo,

debe

quedar

r nr:ogido

y

enfatizado con clari-

rlntl

on las

líneas

del dibujo.

Esta

er¡rresión

exige

a veces ciertas

nxirgeraciones,

simplificaciones

o

{:¡rmbios, que

es

legítimo

llevar

q

c,rbo

si

con

ello

se consigue

Irrllnsificar

la

calidad üsual del

l,r:; iimitaciones

qt'le

conllevan.

rlrralmente,

pueden

realizarse

rrlrí'rtos

a

pártir

de líneas utili-

,,;rndo

el carboncillo

o el

pas-

lcl, siempre

que

se

busque

la

',ilrto$is

de

la forma mediante

ilr()l;

pocos

trazos.

Los

carbonclllos

y

)ápica:t

de

gratito

pormitan

lanla

e,l dibulo de,lfnee

cortet

ó, dlbujo

dá ¡üdnr,'ñd,

dibujo.

A

este respecto, debe

recordarse

que

el

artista no fo-

tografía,

sino

que

expresa un

sentimiento

personal.

El

trazo

debe subrayar

las líneas maes-

tras,

definir la composición,

ma¡car

los dtmos

y

evidenciar

la

expresión

del

rostro.

Trazos

ornamentales

Todo

trazo, incluso el

más

descriptivo, debería

tener un

cierto

componente

ornamental,

no en el sentido

gratuito,

injusti-

ficado o

amanerado,

sino en

la

acepción

más noble del término:

ornar

y

enriquecer

Ia

superficie

dei

papel, poseer

un valor

pro-

pio

como

forma ritmica combi-

nada con otras.

Esto sólo a veces

EI

proceso

del dibup se basa en

Ia

inte

nsficación de

las

primeras

manchas

en

busca

de

los

valores

esencujes

de Ja f¡lsonomía.

Medíos

del retrato

lineal

'.

I os

medios más habituales

para

el

retrato

de

línea

son el

iápiz de.gr8fho

y

la-tinia

chi¡a tfazada

rorr

plumilla.

En ambos casos

el

dibu.iante

está obligadó

¿ sacai el máxlmo

paritidq

del.traza.

Eslos

rIl;

procedimientos pueden

llevar a

resulládos vórdaderamenle

arlísti¿os

si'$e

utilizan

áceptandQ

...:,..: i;l :* L:1.:hrj

*$.,*

i.i;

Retrato dibujado

(lI)

l{*

fr¡i

:.r:

pi.:ri**i*

{l}

puede

ser así

y

normalmente

hay

que

limitar

las

posibilidades

ornamentales del trazo

para

dar-

le funcionalidad

y

sentido des-

criptivo

en

la

representación de

las facciones. Pero el tema

del

retrato ofrece bastantes oportu-

nidades

pua

dejar libre la fanta-

sía ornamental en

los

aspectos

secundarios

de

la

composición,

como

las

ropas o

los

comple-

mentos. El cabello del retratado

es

otra

de esas opciones:

las

on-

dulaciones

del

pelo

se

prestan

a

crear

ritmos lineales

libres

e

imaginativos. Asimismo, los ele-

mentos

que

rodean

un retrato

pueden

utilizarse: unas flores se

sugieren

mediante unos

garaba-

tos, el estampado

de

una

tela

o

de una butaca, el movimiento

de

unas cortinas.

EJ

resu/fado

es un

autorrctÍato

en

el

que

nada se

ha resuelto con

líneas

y que

posee

una

gran

preckión

de

formas

y

contomos

Page 34: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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Et ESTI.JDIO

DEt

ROSTRO

RETRATO

PINTADO

(I)

Es

fundamental

comprender

la dinámica

del color,

de

los

contrastes,

de

las

consonancias

y

disonancias

entre los

tonos,

para llevar

a cabo

la

pintura

de

un

retrato.

El

pintor puede utilDar una paleta muy

limitada,

si

desea

un

resuitado valorista,

o

bien un surtido

extenso de

tonos,

si

persigue

una obra

puramente

colorista.

En ambas circunstancias

el

artista

debe

atenerse

a

las

posibilidades

de cada técnica.

El retrato valorista

Retomando

lo

dicho acerca

de

los

valores

en las

páginas de-

dicadas

a la

luz y

la

sombra,

se

puede

repetir

que

los valores

son

intensidades variables,

más

claras

o más

oscuras,

de

un

mis-

mo color. Pintar un retrato

al

modo

valorista

significa

restrin-

gir

la

gama

cromática

a una se-

rie

muy reducida de colores,

que puede

ampliarse

por

obra

del

aclarado

o

del oscurecimien-

to

de

esos

tonos. El pintor valo-

rista parte de

un

color

local

que

aclara

y

oscurece

con

valores

de

ese

mismo

color

(más

claros o

más oscuros) o

de

colores

muy

semejantes.

ta

pintura

valorista

tiende a

enfatizar la rotundidad

del

volumen,

la

intensidad del

modelado; los retratos

pintados

de

esta forma tienen

un claros-

curo

poderoso

que

los hace

des-

tacar del fondo

como

volúmenes

rotundos.

El

valorismo es

el mé-

iodo

tradicional

de muchas de

las

grandes obras maestras del

retrato

producidas

desde el

Re-

nacimiento hasta el

Impresionis-

mo,

y

puede que

ésa sea una

de

las razones por

las

que

hoy

pa-

rece

un

sistema

convencional

de

abordar el

género.

EI

planteamiento

de

un rcEato

vdorkta

pasa

por

establecer

las manchas fundamentales

dentro

de una

gama

cromática

limitada.

El retrato

colorista

La

tendencia al colorÍsmo

en

el retrato fue introducida

defini-

tivamente

por los pintores

im-

presionistas.

Estos

artistas bus-

caban la

total plenitud cromática

eludiendo

los claroscuros

exa-

gerados

de

la pintura

académi-

ca;

deseaban

expresar

todo el

esplendor

de

Ia naturaleza

úni-

camente

por

medio del color.

El

colorismo

consiste,

en

tér-

minos

generales, en

convertir

los

claros y los

oscuros

del retra-

to en colores

distintos

y

no

en

valores

de un

mismo color.

El

colorismo

huye

del

ne-

gro

como

tono

de oscu-

recimiento

y busca

los

os-

curos en

los azules, los

verdes,

los

tonos

violá-

ceos; exaltando

al

mismo

tiempo

los tonos

claros

mediante los

amarillos, los

anaranjados

o los

grises

/oan

Rasef, Figura

tendida

(detalle).

Colección

particular.

EI

puro

colorismo

pucdc

dar resu/lados tan

brijl¿lnkr.c

r;orno ei dc csl¿

alsn en la

quo

/as /ucas

¡

1as

.solrl¡r

rrs

¡:s/dr¡ ll

ark¡d¡ls

con

Enknwú t s

sñntñt s

Continuando

siempre denf¡o

de

Ia gama

previamente

elegida

se crea

un modelado basado

en el aclarado

y

oscurecimienlo

de

los colores,

sin adición

de

nuevos

c¡omaf¡smos,

El

linal del

proceso

consisle

en

a[inar ]os modeladog

hasta

crear

las

particularidadeg

de

Ja

fisonomi¡,

claros.

El

pintor

trabaja

expro.

sando

los matices de

color

a

lo¡

que

tienden

las luces

y

sombrat

de la

figura,

según

sean más cA-

lidas

o más

frías, más

verdosa¡

o

más

azules, pudiendo

llegar a

exagerarlos,

a

la manera

expro.

sionista, en busca de

Ia

máxima

intensidad cromática. No Be

trate

de

encontrar

un color

que

ae

ajusto

a

Ia rsalidad,

sino

quo

ol

artirta olijn

nquollor

coloron

que

moor

oxnro nn

gtt

aennneión

Volumen

ycol,ol_-e¡*q"1"-f

_egÍtjg

Elegir

entre

los

valores

del

volumen

y

del

relieve

y

los

valo-

res

del color

es una

cuestión

personal,

de

temperamento.

La

decisión, sin

embargo, no

es

tan

drástica:

el artista

puede practi-

car

ambas

técnicas

según

el mo-

dclo

y

el

humor

del

momento,

oligiendo

entre

una

y

otra

con

ontera

tibertad,

siemPre

Y

cuan-

clo

lo haga

con

pleno

conoci-

lulicnto

de

causa,

sabiendo

que

clda una

de ellas

lleva a

resulta-

dos distintos

y,

en ocasiones,

casi opuestos.

El retrato

Puede

lrntarse de una

u otra

manera

Y

los

resultados

pueden

ser

igual-

rltcnte interesantes.

Un

tlata-

rniento

claroscurista

tiende

a dar

prioridad a la

forma escultórica,

el

relieve,

la

tridimensionalidad

elel

retrato.

La

técnica colorista,

¡ror

el

contrario,

tiende

a Io

Pla-

no, a las áreas

de

color

plano,

de

color

contrastado, a

la

ausencia

(total

o

parcial)

de

volumen

Y

de

orpacialidad

escultórica;

en

ella

c0

da

todo

el

protagonismo

al

color.

Colores

cálidos

y fríos

l,os contrastes

de

color

crean

rnnsación

de

espacio

por

mis-

rrog.

Dicho

con

mayor

Precisión:

EI

nroceso

del

retrato

colorisla

cimienz

a

situ

ando

manchas

de vivos

colores

conespondientes

a las

formas

esenciaJes

de

Ia

composición.

el contraste

entre

dos

colores

sugiere

una

distancia entre

am-

bos, siempre

hay uno

de

ellos

que parece

más

próximo

Y

otro

más

alejado.

Esta

sugerencia

de

distancia

es

aún

maYor

cuando

se

contrasta

un

color

cálido

con

uno

frío,

el

cálido

se

aProxima

y

el

frío

se aleja.

Todos

los retra-

tistas

conocen

bien

este efecto

y

lo

utilizan

en

sus

obras'

Si el

artista

desea

resaltar

el retrato

en

primer

plano, lo

puede hacer

utilizando

colores

cálidos

inten-

sos

(anaranjados, ocres,

rojos)

Y

contrastándolos

con 1os

colores

fríos del fondo (grises,

azules);

esos colores

fríos

retroceden

visualmente

hacia el

fondo. Este

La

idea

de

gama,órsmáüca

(Jna

gama

cromática

está

conpuesta

rpol'qQlqres

qu€

rr¿nJ]ql

r)(rn una armoniósa

ionséharycia

.entfer

$í.-

De

.entl'e"l¡,.infi¡ita,

vq'.

riixlad de

gamas'posible

se

pueden

haeer

tres

grupos

bégicos:

lrr

gama

dé los

coiorós

cálidos;

la

de

jói

color'é9

{fios

y,1áde

os

colores

quebrados.

La

primerA

.d€r'elLas.

eslár

compuestq.

pof.

lirs

tonalidades

amafillas,

ocres,

aRaranjadqq,y

roii¿as,:

LA,qqma

lr

ia

la

componen

los

girses

ezulado$,

lós

a-zuleq'.1 ,'ry,qyoria

dq

Ir;

verdes, los

malvai

V

algunos

ivioletas'

Lo

quebmdq.la

fot'

rililn

tonos

grisáceos

qüe

oÓupan,

un.'luga¡

intiri'fiédio

'enlrc''laF

rIrs

gamas

anteriores.

Las

gamas

c¡omCilcas

son

selecciones

de colo¡es

armónlcos

gue

llónon

en comd¡r

su úrnddncia

cállda,

f{a

o

qu6¡¡adá,

,.r

t ): :,i"1

t:j:

i:)frt

Il,f:ri

i

i.:

J

Retrato

pintado

(I)

i-i,,.,.

i

¡.

;;1*

¡.:,i

:ll,i*.*

ili)

Los colores

iniciales

se

enrlguecen

con

nuevas

entonactones

gue

realzan

Ia armonía

colorista

Y

concretan

las facciones'

Para

lograr

Ia coherencia

comple

ta,

las e ntonaciones

s

atur

adas deb en

armon

izarse

mediante

tonos

interrnedbs

gue

dan unidad

a Jas

formas del

retato.

es

uno de

Ios

medios

de

crea-

ción

de sensación

esPacial

sin

utilizar

la perspectiva.

Tenien-

do en cuenta este

factor de

dis-

tancias entre

colores,

el

retrato

se

puede

concebir

a

Partir

de la

elección

de

colores

cálidos

Pa-

ra la figura

y.de

colores

fríos

para

el fondo.

Este

es

un

criterio

general

que

suele

ser

seguido

por la

mayoria

de

los

artistas.

Pero cabe

la

posibilidad

de

ensayar

soluciones

consistentes

en

disponer

los colores

fríos en

primer

plano

para

lograr

efectos

menos originales.

W

.

Compoeición

del

retlato

p'12

.

Ounacion¡¡

,

68

(Dl

.

El

oolo¡ snp¡orfvo

¡'70

,/'

I

Page 35: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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EI, ESTUDIO

DEt

ROSTRO

Contraste

simultáneo

El

efecto

conocido

por

el

nombre

de

contraste simultá-

neo consiste en el aclaramien-

to

u oscurecimiento

de

un

co-

lor

como consecuencia

de su

contraste con un color vecino.

Si

un

gris

claro

está

rodeado

de un

azul

oscuro,

parecerá

casi

blan-

co; inversamente, si se rodea

de

negro

un

tono carmÍn

parecerá

más

claro

que

si

está

rodeado

de blanco.

Cuantos

más

tonos

distintos

entren a formar

parte

de un retrato, más

contrastes de

este tipo se

crearán.

Este

efecto

permite

al

pintor

intensificar los

colores

o atenuarlos

por

medio

de los tonos

vecinos,

formando

contrastes simuitáneos.

Destacar los contornos

Gracias a

los

contrastes simul-

táneos el

pintor puede

remarcar

y

realzar

los contornos

de la fi-

gura

retratada sin necesidad

de

encerrarla en una línea

oscura

de contorno

que

tan a menudo

da rigidez

a

Ia forma.

Basta

con

aclarar los

colores del

fondo

en

los limites

de las

partes

oscuras

del

retrato y

oscurecer esos

colores

en

los

límites claros.

Ro-

deando

el extedor de un hom-

bro claro

con un

color

oscuro, se

crea la línea

de contorno

sin

ne-

cesidad de dibujarla; lo mismo

ocurre al

oscuecer el tono

que

limita

exteriormente a un color

claro. De esta forma,

el

dibujo

y

el color forman

una

unidad inse-

parable:

las

lÍneas nacen de los

colores. Esto es especialmente

interesante

para

lograr

la conti

nuidad

cromática

y

evitar

que

los

colores

gueden

intefiumpi-

los

por líneas

o trazos

innecesa-

s. Dentro del contraste simul-

o

hay

que

mencionar la

de realzar la intensi-

¡

un

color

situando

a

su

RETRATO

PTNTADO

(rr)

En

esfas

páginas

se

tratan las

cuestiones concernientes

a

los

contrastes entre la figura

y

el fondo. Son

problemas

de espacio, de

creación de distancias

y

también

de cómo

lograr

la unidad pictórica

del retrato.

Gracias al contraste simultáneo

y

al contraste entre la figura

y

el

fondo se

puede

crear una sensación

de espacio natural

y pictóricamente

válida.

lado,

su complementario rebaja-

do. Por ejemplo, un anaranjado

se exaltará si está lindando

con

un azul

grisáceo

claro; un rojo

quedará

intensificado

junto

a

un

verde

apagado

y

un azul adqui-

ri¡á

cierta vibración

junto

a

un

amarillo

pálido.

Todo retrato

pintado

debe

empezatse con un buen dibujo,

como

éste

de

Joan

Martí, realizado

con

cretas

y que

es

el

paso previo

indispensable

al

colore ado.

lo"

i,t

:',¡l:

,k

' ,r i

.jt-

o¡:

I-as

contrastes

de colot

son

im-

prescindibles

incluso

en una obra

de

gama

atenuad.a

como

es ésfa.

EI

rojo

del

pañuelo

introduce una

nota vibrante

en

Ia

composición-

--\

La utilización del

contragte

tl.

multáneo

como recurso

para

dl.

finir

los contornos de la

figufl

sin

utilizar

las líneas

es

muy inta.

resante, siempre

que

no

sea

¡h¡

temática.

Si

se encierra la figufl

Las

primeras

carnacionQl

se

realizan en unúnico

ton¿l

buscando

contrastes suayes

enü¡tl

la

oscuridad de las

manchas

guc

rodean

la cara

y

el

color

de la

plal,

E/¡esujfado

es

de

una

gran

armonía.

Las

contrastes

de

fonos se eguilibran

perfectamente

con

los

contrastes

de colot,

rctrütada

en todos

sus

lados, el

iesultado

quedará ahogado

Y

pnrt-.cerá

artificial.

Es muy

im-

ltortante

que los contrastes

sI-

i¡ultáneos

dejen

paso

a

las fu-

Éiones

entre

figura

y

fondo en

elg¡unas

zonas, es

decir,

que

e1

tlolor

de

la

figura se

confunda

con

el

del

londo en algunos

pun-

loa.

De

hacerlo

así se conseguirá

quc la

figura

y

el

fondo se

inte-

g¡on

en

una misma

unidad

y

que

pl

fondo

se

reconozca

como

par-

le

de

un

espacio ocupado Por la

ligura

y

no como

un

plano inde-

pondiente de ella,

como

una su-

porlicie sobre

la

que

el retrato

En

recorta

pero de la

que

no

par-

tieipa

sustancialmente,

Esto

es

fundamental,

porque

algunos

re-

lrttos

se

echan

a

perder

Por

cul-

pn de un desinterés

entre

la fi-

¡¡ura

y

el espacio

que

ocupa.

Espacio_

UJo-ntre:le

'Una

buena manefa

de

intro-

rlucir

sensación

de espacio

en

lur

retrato es contrastaf

las inten-

¡ridades

del color,

Estos tipos

de

contrastes

han

de ser enérgicos

l);rra

que den resultado,

de

otra

lorma

se

perderá dentro

de

las

nratizaciones

comunes

y

habitua-

lcs del

coloi.

Por

ejemPlo:

una

forma

muy oscura

contra

un

fon-

do claro

"avanza" hacia el

Pri

mer

plano,

de

la misma

manera

que

una

forma

muy clara

contra

Lo,r conlft¡slos

de

pwo

color

pueden

sugeri

e/

espacro

de

una

manera

análoga

a

la evocación

espac¡aJ

producida

por

Jos

confrastes

de tonos

claros

y

oscufos.

un

fondo muy

os-

culo

también

pa-

recerá más cerca-

na.

Esto

se debe

a

que las fofmas

próximas al ojo

pafecen contener

mayor

contraste,

son más sombrías

o bien

más claras

que las

formas

aiejadas.

Esta

es

una consecuencia

de

lo dicho

del

contraste

simultáneo,

y

este

factor de contraste

puede com-

binarse

con

el

que

existe

entre

colores

cálidos

y

fríos

Para

re-

dondear

el

intento

de creación

l.:.¡

¡1,,

¡rl;ii.trlr'lll

Rr¡trato

pintado

(ll)

(

l,tiil.¡,:tiltrl;;

trvt$ll".f¡qmilqil'\m

'

Composición

del

retrato

(ll)

P.{4

de

un verdadero

espacio

pictóri-

co

para

el

retrato.

El contraste

de color

es

un

medio

utilizado

por

todos

los

pintores

coloristas

para recrear

una sensación

de espacio

en

sus

retratos.

Al

no utilizar el

claros-

curo,

ciue

forma espacio median-

te

las sombras

y

los degradados

del color,

la

expresión

de

la

pro-

fundidad

tiene

que

venir

dada

por medio

de los choques

entre

colores.

Genetalmente,

esto se

realiza contrastando

colores

sua-

ves

y

colores

intensos,

busca¡rdo

la combinación

de los comple-

mentarios

distribuidos

entre

la

figura

y

el fondo;

así, el ojo

del

espectador

interpreta

el contras-

te como una

distancia

espacial,

como

una relación

entre

el

pri

mer

plano

y

el fondo.

¡:á,etmóSfeta.

.'::.

r

,,

i,,

Existe,

qna. posibiiidad

añadjda"pa¡á

.lá

:gleaeión

de

espac-io

:e li

€ll

r€trató,:

Se

lrata

de::la,

suseieacia'

atmosfu

i¡caJo'nsoguida.por

m6d,i¡

rdáL

diiúmin'ado,de,'eieitos',co¡tóriés;.:eüitando:la,'pqrfqe'

tá.,dafinic.ién,de'1b$,iaqgos,..Esté

¡ecúrsb.pued

il'erii¡na

riul

tai*zadá'ei:

un

ririteijo¡:

o'

la,

pteseneie'dq

q¡A:r'g4qá,rinteipuesta

entie-l¿,

figúra

y

elréspeCtadoi,.Éstésr

qfee.,l0S,sEi

AdaptA¡l'ráiB:

tér.prelaciqúBs,

JqméRícas rdeli

téti:ató;:i-

|

r.

:....Re¡in¡fendf

,,,1

,¡¡_606:J€6,9);.

r..i,

.

r.:1.,,.it,t:,,Muie,ri

',

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b'áñiilldosái

JVaftbnalGáIer/,

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.,,rÁrá¿niésfei¡l

,',

:,..,¿s'ú¡,f¿ifÓ?

f::..I

it

ir

.,1..,.réJ.Onejal

.,'tr:

'i..

.gúep¡eiJe

Iogirane,meüaile

.

.

.-..lassüatés

.

if¿rs¡?io¡¡ésilé

clatosy

ósciitóg

así

comocón

ia dhposicjrín

de

tanosvibranlés

canta

un lendó

neutto.

Page 36: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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CARNACIONES

Las

carnaciones

son

el

problema

central

en

el

arte del

retrato.

EI

color

de

la

piel

no

se

dcjit

definir

con

facilidad

y

cambia

según

ias condiciones

de luz,

la

edad

y

el

sexo

del

retratado

EI color

carne

es

una

cleación

pelsonal del

pintor,

adecuada

a

cada

obra en

concreto

y

nunca

puede

decirse

que se ha

logrado

Ia

camación

perfecta y unive$almente

válida.

El color carne

Ins colores

al

pastel

no

necesitan

mezclarsq

puesfo

que

las

g¿l¡¡.1

especia/es

para

ca

tÁaciones

olrecen

una

gtan

cantidad

de coloracionas

ilfi.,

w#ft*.:

.

Posibilidades

A)gunos

tonos caracterísücos

dd color carne

logrados

por

mezclas

de ocre,

rojo,

siena

y

amarillo'

,

.,

i

lLi

i.

. , r,ll. :,

.,,",.ir.;'1,

.;'

'l

'tr:¡ i,lii-l.ir

.ii

:

.jrr

i:;¡

\

La

persona

poco expertmen-

tada en

pintura

artística

cree

que

existe

un color

carne aplicable

a

la

pintura

de

retratos sin

más

complicaciones

que las que

se

derivan

de

la aplicación

de

ese

color sobre

la tela

o el

papel.

A

no ser

que

se

trate

de

pintura

industrial

(vallas

publicitarias

y

producciones

por

el

estilo)

y

de tintes

para

la

confección, no

existe

el

llamado

color

carne,

como

tampoco

existe

el

colot

azul

marino; el

mar, como

la

piel

humana,

no

tiene

un color

es-

pecifico

e

invariable.

Evidente-

mente, el color

del mar

siempre

oscila entre

los

azules,

los

ver-

dosos

y

los

grises; de

igual

ma-

nera la

piel

tiende

a los

rosados,

los ocres claros,

los sienas

y las

entonaciones marfil.

Todos

son

colores

tenues de la

gama cáIi-

da,

Pero los

fabricantes de

pintu-

ras

artísticas

no disponen

de

ese

tono

preciso

porque

saben

que

es

el

artista quien

lo

crea

en

su

obra.

Esa

creación

es lo

que

se

conoce

por

el nombre

de

car-

naciones.

Según el

estilo

y la

Pintando

a

Ia acuarela

se

pueden lograr

carnaclones

de

gran

suavidad,

gracias

a las

diso/uciones

deJ

color en

agua.

gama cromática

que

utilice

cada

pintor,

el

color

carne

será

uno

u

otro.

ffi

W

M

WW

Cada

artista

tiende a

intcr

pretar

las

carnaciones de

mano

ra

personal.

Algunos

pintoroa

parten del ocre anaranjado,

unn

carnación

bastante

intensa

como

color de base.

Otros

prefieron

una

carnación

básica

muy

clara,

de

un rosa casi

blanco,

para

os-

curecerla

en las sombras

con

verdes

y azules

pálidos

(som-

bras

claras)

y

con

rojos

y

carmi

nes

(sombras más oscuras). Lar

carnaciones

impresionistas

do

Renoir

o Cézanne,

por ejemplo,

son

un

prodigio de

matices

Y

colores

distintos

en

los

que

es

posible

encontrar

desde

violo

tas hasta bermellones,

pasando

por los

grises y los

anaranjados,

Basta

fijarse en

las carnaciones

de los retratos

de

los

grander

maestros

para

descubrir

que

no

existe el colot

carne

universal.

Las carnaciones

pictóricas

son

interpretaciones

libres

de

las

calidades

de la

piel

bajo

la ac

ción de

la

Iuz.

.a8éka&rpjiir4d0{lD.o.i$

lanvlsens,

Autorretrato.

Ellección

p

articular.

Las

naciones

depende

n

siempre

la

armonía

cromáüca

elegida'

ásfe

caso,

el color

carne se

ve

por

el

íondo

azul

intenso.

sombras

l¡As

carnaciones

de

un

retrato

estar siempre

al

servicio

la

expresión

de las luces

y

las

sobre

la

fisonomía

del

.

Se sobrentiende

que

vv¡e¡r ¡v¡¡se

:*v

Bombras

pueden

ser densas

Y

rlundas

o

bien

claras

y trans-

y

que

las

luces

pueden

intensas

o

tamizadas.

A esto

añade

el

hecho

de

que

las

varían

según

sean

tonos

que

todean

el

rostlo.

sobre

una

tonalidad

fondo

gris,

basta utilizar

un

ligeramente

cálido

(un

sie-

claro,

por

ejemplo),

para

que

carnación

destaque con

una

casi

tostada

contra

fondo,

Esa

intensidad

puede

atenuarse

o

intensificar-

rodeándola

de otros

colores

destaquen

la carnación

(ro-

de un

rojo

intenso

esa

carnación

parecerá

pál

Por

lo

tanto, el

color

de

la

es

una

creación

que

nace

del

cromático

de la

obra

y

se

modifica

y

afirma a medi-

que

se

va

pintando,

atenuan-

rectificando o

intensifi cando

color

según

la

visión

de

la

fi-

real

y

de

la armonía creada

el

cuadro.

Si,

por

el

contrario,

pinta sobre un fondo

cálido,

será

necesario

enfatizar

calidez

del rostro

y

bastalá

tfatar ias

carnaciones mediante

to8ados

muy

piílidos, algún

ama-

ülllo

o

incluso

con

blanco.

Garnaclonc¡

y gsma cromátlca8

Una

gama

de carnaciones

plausible

es

la

que reúne los

ocres,

sienas

y

tierras como

base

del

modelado del rostro en

cla-

roscrüo,

y

cJue

añade acentos

de

color

puro y

vibrante

como ber-

mellones,

amarillos,

azules

y ro-

sas intensos,

con

objeto

de

desta-

car

las

zonas

de m¡áxima

luz,

de

reflejos

y de

más

sombra.

Esta es

sólo

una sugerencia o

punto

de

partida

para

ir

experimentando

con

diferentes

posibilidades,

te

niendo

presente

que

los

tonos

más intensos

deben

ser

utiliza-

dos

con cierta

precaución

Para

evitar

efectos

demasiado

diso-

nantes. Otra

opción es

maniPular

los colores

que

rodean

la zona

del rostro

para

que,

por

efecto

del contraste

simultáneo, las

car-

naciones

queden

valoradas,

Un

rostro

rodeado

de

grises y

azules

siempre

parecerá

entonado

con

mayor

calidez

que

otro

contras-

tado con

rojos

y

amarillos.

En

cualquier

caso,

Io

mejor

es consi

derar

conjuntamente el

color

de

Ia

piel

y

el color

externo

a ella,

Carnacianesylécnicaspictuieas

::,

:'r

ta¡.gamas

de

colo :es

ál

pastél

prese'ft

an

9{,¡ttidos.especia

les

pa

ra

pintár-cain¿cjonesi

Acóstu¡lblc¡

A

ser.o9rcs,,

rosrádos

y

marones

;

celóres

geneial quebrados:

Eñ'el

pastel,

losro-lores

ya

vienen

Breparados,

sélo

hay'rqre,élegiiilos:y'rqombinallos,

En el

óleo,

la

aóúaiélay

los

mediosraiiílicos,

lá'rlnica

Joima.de

dar con

el

color

adecuado es

00r

medlo

de,mezclas

divérsas,

Estas

pueden

partir

delrocre,

el amárillo,

e|anarániado

y

el

bla¡co;

y

pueden

matizar

con,efazul

y

algún tonQ

VeIdOs.0,.l

,,V

icéng

BáLIe

stat,.Retratq

de.mqjer

anqia\a'

Calectión

parlicul

ar.

'',

Enleita áóuaiela.Jas ca¡Racil¡es

están

iutilnenle

valoradx

...

.':

.

medial.te

trangparenciasysupeiposiqiof¡es

de

coio¡.

Page 37: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

http://slidepdf.com/reader/full/retrato-rostros-y-expresiones-manuales-parramon-243-n 37/51

El

color,

más

que

ningún

otro

aspecto

de la

creación

artística,

está

sujeto

a circunstancias

im-

ponderables

por

la

teoría,

impo-

sibles

de

clasificar

en normas

o

leyes.

Suele

ocurrir

que

la

intui-

ción del

momento

da

al

artista

una

solución

insospechada,

no

prevista

con

anterioridad,

y que

mejora

la

obra.

Ocurre

con

el

retrato que,

lo

que

parece

una

carnación

rosada,

queda

mucho

más

enérgicamente

expresado

con un

verde

claro,

un

color

que

no entraba

en los

cálculos.

En

ta-

les

momentos

de auténtica

inspi-

ración,

el

pintor

debe

olvidar

las

teoÍas y

las

normas,

los

conse-

jos

y

las

intenciones

previas

y

seguir

el

puro

instinto

cromáti-

co,

el

sentido

inventivo

del co-

1or.

Ese

sentido

es intransferible

y pertenece

en

exclusiva

al

artis-

ta individual.

Algunos

lo

poseen

en alto

grado

y

en otros

ocupa

un lugar

más

modesto.

De

cual-

quier

manera,

difícilmente

se

puede

comparar

un

espíritu

co-

lorista

con

otro:

algunos

pintores

,Sa¡

rise¡s,

Autorretrato.

Colección

paúicular.

La

voluntad

expresiva,

no

estrictamente

descüptiva,

se

manifiesta

en

Ia

energía

cromática

de

este retÍato.

EL ESTUDIO

DEL

ROSTRO

EI., COIOR

EXPRESIVO

Después

de haber

estudiado

con

detenimiento

el

uso

del

color

y

de los

contrastes,

del

modelado,

del

dibujo y

de

Ia

valoración;

lras haber

considerado

las

maneras

ortodoxas

de

conseguir

el

parecido

del

retratado,

hay gue

abordar

las

posibilidades

que

brinda

el trabajo

espontáneo.

Las normas

deben

conocerse

pero

siemire

hay que

áejar

lugar

a la intuición

y

la

inspiración,

que

actúan

al

margen

de las

normas.

-

EI

trazo coloreado

que

va

más allá

de

Ia

delimitación

y

el modelado

de

Ia

anatomía

es un

factor

expresivo

fundamental

de

esta

obra

de

Joan

Raset.

son

coloristas

por

abundancia

y

otros

por

la

calidad

de

unos pocos

colores

dispuestos

creativa-

mente

en perfectas

armonías.

El

único

consejo

posible

es

tener

confianza

en

las

propias

posibi-

lidades,

dejándose

llevar,

llegado

el

ca-

so, por

el instinto y

el

entusiasmo

crea-

tivo.

l**t*::$**:i:lsr*_

Uno

de los

objetivos

primor-

diales de toda obra artística

es

En

p

afles

y.

n

exlaldirecfas

pintqf

,i

dan:$eo

expigsivi:

el atractivo

y

la

intensidad

pu-

ramente

visual que

el cuadro

transmite

al espectador.

Esa

in-

tensidad

puede

nacer

del

colo¡

AL:tr:abai?tjépidaüelt-q.m

cuáiquiét

pt_oe.edrmioñpicrórid

et nara-

mienlodefco_lor

d¿bo

se¡

mucho

márespontáneo

ydiiecto_

pintando

al

qlgqi.eliietra¡a,tfáb,áiado,qilsitámeñté.lpüédqlires-entar,,diversos

q,ppasle.q:y gliul¡o¡.de

ceilof

cspeso,:(jüé:oubrayan

¿l,actorfsico

de

r&d:

al rétráto,.láb,,,méz¿las

,

0e.colorrdirectas,sobied

so:

.po{té,

qn,

euqlqqieJ

aaedi

. miento:;3on:'u¡0,

de,lós:iecdi;

'SóS-.básicosr

der,

:larrrmaneia

irituitiva

dé:abordard.reti¿iar

'

,

,8ádió

C_ani¡íFign¡ta

en

,...,

.r¡

.,:...

Ul]irtlg.49Ír(dé¡¡jje).

,.

-

.

r.

".

: .6oib-.c.cióf

barticgi.ar-

'

.

,

:Enél:eiüló.pictoticod€.

r'

:

.

Sadia

6d.{¡rF$.Jos.iú&¡re¡

..

:

.

.serhézsf¿n

d¡Íá¿f¡.ii{air¡á

sobre Ia

tela

al

compás

de

las

percepciones

inmád.rafas

.

.

deiprnfoianfesú¡ródeló,

Etnt

dproceso

de un

rctrato

realizado

Esther

OIivé

ilustra

las

gll¿clerís¿¡lcas de

i

a in

te

r

p r

e

t

a

c

ó

n

*presiva

del

color.

La

obra

áOnlenza

por

un

planteamiento

llbra

y

esiontánéo

de las

lda

c o

ne s

c o m

átic as

ese¡cr'ales.

Euro,

como

muy

bien

sabían

los

hventores

de

la

pintura

abstrac-

h,

Aguellos

pioneros

descubrie-

t9n

que

una

pintura puede

tener

üda

propia

sin necesidad

de

re-

PLlentar

objetos

reales,

simple-

iilnte

desa¡rollando

al máximo

posibilidades

colorísticas.

La

de

aquellos

maestros

es

al

arte

del

retrato,

in-

en los

cuadros

her-

colores

sin

temor

a la

ex-

intensidad

de

los mismos.

no debe

hacerse

gratuita-

ni

a

ciegas,

sino

que

tiene

responder

a

un verdadero

úso

interior.

Ese

impulso no

puede

fingir:

cuando

verda-

existe,

siempre

se

notar.

Los

conocimientos

son fundamentales,

la

ca es

imprescindible

y

sin

no

hay forma

de llegar

a

nos

resultados.

Pero

no

hay

olvidar

que

la

pintura

de re-

debe

ser

un

placer

y

nun-

una

rutina

aburrida,

Si el

pin-

ha

pintado

rutinariamente,

cuadro

no lo

disimulará;

si la

ha

sido realizada

con

y

entusiasmo,

ese

placer

gge

entusiasmo

se transmitirán

€spectador.

La

pintura

de

re-

es

una arte y,

como

tal,

Una

exaltación

de

la

vitalidad.

IJos

retratistas antiguos solfen

Utilizar

unas

manetas

do propn-

f¡r

la

tela,

pintar

un fondo,

¡rlrur

char

primero

los

tonou oncrrrot,

ü¡rr:xl.*i*:l**

El

color

expresivo

I.,a

prhctica

cl*l

¡¿¡tr*.ir:

*li¡r¡j***

Los

colores

se organizan

con

solidez

a

partir

de

Ia búsqueda del contraste

más

enérgico.

En

el resultado

Íinal,

la Íuena

del

color

queda

subrayada

por

Ia

intención

expresiva

de

los

trazos

del

pincel.

trabajar

por

vela-

duras

sobre

un

co-

lor ya

seco,

que

les

forzaba

a

ir despa-

cio. A

partir

del

si-

glo

xrx,

la

pintura

se vuelve

más y

más

inmediata

e

incluso

voluntaria-

mente

iffeflexiva.

AJ

querer

expresat

la propia persona-

lidad

y

autoafirmar

su

propio

estilo

sin

prejuicios,

sin

que

intewenga

la convención,

el a¡-

tista

pretende

no meditar,

só-

lo

pintar.

Otras

veces,

el

estilo

más

o menos

impresionista

de

intentar

expresar

con

colores

directos,

sin

vacilación,

del na-

tural

y

en

unos

pocos

minutos,

un instante

de

atmósfera

y

luz

sobre el

rostro

del

retratado,

obüga

a

pintar

con rapidez.

La

técnica

elegida

también

in-

fluye

a

la hora

de seguir

un ritmo

de trabajo.

El

óleo

y

el

pastel

permiten

todo tipo

de

ritmos,

pero

la

acuarela

exige,

en

prin-

cipio,

rapidez

de

ejecución.

En

cualquier

caso,

si se

prelende

practicRr

la

pintura rápida

hay

qrro plnntear

do

ontradn

las

rola-

clolrpa

hánlcnc

do lrrcon y

ronr

lltac,

le entto¡rin

o el

colllrirelc

Las

relaciones

d.e

color se

intensifican

a

medida

gue

avanza

Ia obra, con

indepe¡de¡c¡a

de los

colores

reales

del

tema.

de

color

con

el

que

se

va a tra-

bajar y

hacerlo

con colores

defi-

nitivos,

sin insistencias

ni

apenas

rectificaciones.

Si,

por

el contra-

rio,

se desea

trabajar

el retrato

lentamente,

se

debe

medita¡

el

paso

siguiente,

pensando

siem-

pre

lo que

se va a

hacer

a conti-

nuación

para

aprovechar

y

mo-

dificar

lo

que

se

hace

en

el

momento.

Que

el

proceso

sea

lento

no

implica

una

mayor

o

menor

cantidad

de

trabajo

sino

un modelo

distinto

de

ver

e in-

terpretar.

fMfilrrrr:qTfsltrrT'[n

.

Iia

poto

¡,

00

.

ndtrio

plntl(lo

([) p,

0l

,

oanrüoloa€¡

¡.

iillllliill

i

r

rr;l

iii

Page 38: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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Et

ESTUDIO

DEt

ROSTRO

L.[

PRACTICA

DEL

RETRATO

DIBUIADO

Los

conceptos

tratados

en páginas

anteriores,

aquí

son puestos

en

práctica

a

partir

de

la realización

de

dos

retratos

infantiles,

hechos

a.l carboncillo

y

con lápices

de

colores

en ros que

no

sóro

se

ejemprifica

la

técnica

utilizada

sino

también

algunos procedimientos

útiles paia

facilitar

el

trabajo.

Una buena

prácüca

introductoria

al

retrato

dibujado

consÉÍe

en

parü.r

de una

lotoi¡rafía

pautada,

directamente o

supetponiendo

una

hoja

de

papel

vegetal.

nes

en lugar

de

buscar

las

cortes-

pondencias

a ojo

para

encajar y

abocetar

la

forma

y

los

rasgos

del

lirll.l,il,,ri '

I

i i r r

r..r,i¡ 1ir

l

Tras

dibujar

Ia

paufa

sob¡e

pn

gel

le

dibujo,

es Íácil

reprodutn

e.lde

Aproximación

al

tema

-

Como

introducción

a la

prác_

tica

del retrato

dtbulado,

se

pue-

de

comenzar

por

un

e¡eróicio

consrstente

en calcar

una foto_

grafía.

Calcar

no

es la

palabra

adecuada;

de

hecho

se irata

de

utilizar

la

fotografía

y

el

papel

de

calco

con¡o

ayudas

que

sol_

venten,

de

momento,

algunos

in_

convenientes

prácticos

como la

necesidad

de

que

alguien

pose

paclentemente

para

el

artista.

Colocando

una

hoja

de

papel

vegetal

sobre

una

fotoorafia

v

dividiendo

la

imagen

óon

oná

cuadrícula

se

obtiene

una

suía

perfecta

para

el

dibujo.

Torñan-

do

una

hoja

de

papel

subdividi-

da,

igual que

la

cuadrícula

ante-

rior,

se puede

encajar

el

dibuio

con facilidad

siguiendo

la

pauia

ofrecida

por

la

fotografiJ

y

el

papel

vegetal.

Lo

importante

es

entender

que

el uso

de

Ia

cua-

drícula

se

limita

a

comparar

di-

mensiones

y

distancias

de

forma

exacta

en lugat

de hacerlo

apro_

xlmadamente.

Con

este

método

sólo

hay que

conta¡

subdivisio-

retrato.

Hay

que

dibujar

definiendo

contornos

jsi-

tuando

líneas

básicas,

marcando

las

sombras

hasta

gue

sea

posi-

ble

retirar

la

cuad¡íóula

después

de

haber

captado

todas

las

iefe-

rencias.

A partir

de

ese

momen-

to

se

puede

ttabajar

con

un

car-

boncillo

grueso

para

realzar

las

sombras.

Los

trazos

de

carbonci-

llo

se

difuminan

con

los

dedos

creando

valoraciones

y

modela-

dos que reafirmen

el

volumen

de la

cara.

Cuando

el

dibujo

está

ya

muy

sucio

de

manchas

de

carboncillo

se

pueden

recuperar

los

claros

con

borrados

oui ac-

túan

como

reflejos

y

briilos

en

el volumen.

.AJ final

del

proce-

so todo

consiste

en

buscar

detalles

sig-

nificativos,

como

los

párpados,

la

abertu-

ra

de

los

]abios,

las

pupilas

y

los

som-

breados

más

minu-

ciosos.

Una

vez

bonadas

las

líneas

de

la

pauta,

se

prosr'grue

e/

trabajo

de

sombreado

v

modelado

de

lis

sombrass¡n

¡ecesüad

de

referencr'as

preclbas.

pauta

sobre

un

pa=

las

líneas

básicas

del

reirato.

El

sombreado

inicia,l

se

¡e¿/iid

teniendo

en

cuenta

lx referendee

obtenidas

mediante

la

ptula,

Dlbujo

con

lápices

la

colores

La práctica

de

retratar

a

Dar-

tlr

de

fotografÍas

es

muy

útil

Dtrs

dat

el

paso

al

trabaib

del

llltural. Los

lápices

de

cólores

lon

un

medio

rápido y

de

fácil

iltnipulación

del

gue

se

pue-

Ctn obtener

exceléntes

résul-

l¡dos de

valoración

y

modelado

Él

un

retrato.

Como

iniciación,

lC

puede

escoger

una

gama

de

llplces

compuesta

por

ónos

cá-

lklos

y

fríos,

comeizando

a tra-

 ¡Jar

con

un

par

de

colores

me-

Élos

(pardo, marrón

o

siena)

qUe

sirvan de

base

al

t¡abaio

DOsterior.

El

dibujo

de

partiáa

6 be

ser

muy

cuidadoso:

se

de_

$nlrán las distintas

direccio-

j::i

{*i¡:ir

*3l}Í{isiv{}

La

práctica

d.el

retrato

aifu¡aao

.

.'i.r''',:,,

.j:.:¡:.

."*

J

"

,"

"4Ít

,.;.

::"rqJ.

El

dibujo

de

un

retrato

con

lápices

de

colores

exige

un procesoiento

y

curdadoso,

que

comienza

por

trazos

suaves

que plantean

Ia

e nton

ación

cro mátic

a

b

ásic

a.

la

estructura

del

rostro,

trabajando

con

el

lápiz

sin

,

acariciando

el papel,

o

sin

ejercer

ninguna

del

cabello,

la

forma

de

los

EI

resultado

linal

es de

un

cromatismo

suavemente

armonizado

que

se

adapta

muy

bien

al

rctato

infantil.

de

manera

que

los

trazos

suaves

sigan

una

dirección

lógi-

ca, que

expliquen

la

estructura

del

rostro,

Todo

consiste

en

ir

construyendo

el vo-

lumen

con

luces y

sombras

tenues

para

que

no

existan

con-

trastes

bruscos,

tra-

bajando

alternativa-

mente

con

colores

cálidos

más o

menos

Siguiendo

Ia

tónica

cromática

inicial,

se

procede

a intensilicar

los trazos

de color

y

a

supe

rponer

nuevas

tonalidades.

oscuros.

Es importante

insistir

en que

en

ningún

momento

se

debe

definir

la

silueta

de

un

solo

trazo.

El

rostro

y

la cabeza

se

unen

con

el fondo

del papel

de

una

manera

casi invisible.

sin

determinar

con

precisión

dónde

empieza

y

dónde

acaba

la

for-

ma.

La figura

tiene que

quedar

lntegrada

en

la

atmósfera

de

conjunto.

Así

el

efecto

es

mucho

más

vivo y

más

real.

Una

vez

que

se ha

logrado

un

conjunto

perfectamente-relacio-

nado

en

todas

sus

partes,

se

de_

tallarán

los

pormenores,

som_

breando

el

relieve

de

las

orejas,

definiendo

los

ojos

y

realzando

los

brillos

del

cabello.

Esta

téc_

nica

soncilla

y

oste procedimien-

En

esta

primera

fase

que

centrarse

en

el

óvalo

la

cara

y

en

la

determina-

de

las

facciones.

Una

vez

el

parecido,

se pueden

otros

colores

para

subir

entonación

general.

Se

trata

una

técnica que

exige

calma

paciencia.

Deben

teierse

en

dos

cuestiones

básicas:

una

parte,

rayar

de

forma

stempre

se

vean

los

colores

Y,

Por

otra, hacetlo

mgüo-s.yd:iigaltad}

tras

crefasy

/ospasÍeJes

du¡os

son

¡ne

dios

muv

elicaces

para

Ia

realización

ae

rctraos

ailu¡iáái."""*

to

son8ible

conducon

poco

a

po_

co n un ro¡ultndo quo

aúnn

lac

vir

lr¡rkrs

rl(11

clrhrrjo

corr

lrr

arrtilu..

ra

dcl

eoloreado,

Page 39: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

http://slidepdf.com/reader/full/retrato-rostros-y-expresiones-manuales-parramon-243-n 39/51

La

acuarela

es un

medio

ade

cuado

para

pintar

con soltura

y

rapidez y

expresar

contrastes

de

luz

y

color, por

ello no

es la más

adecuada para

pintar

un retra-

to

si lo

que

se

pretende

es

un

acabado perfecto.

La

acuarela

no

permite

rectificaciones

y

es

recomendable

realizar

algunos

bocetos

antes

de

comenzar

a

pintar.

Éstos

ayudarán

a

decidir

el

color

y

la

composición,

y

tam-

EL

EST"IJDIO

DEt

ROSTRO

I,A

PRACTICA

DEI,

RETRATO

PINTfi.DO

Sea

cual fuere

ia técnica

elegida, pintar

un retrato

requiere

una

atención paralela

al

modelo

y

a los

efectos

pictóricos

que

se logran

sobre

el

soporte.

pero

en este

segundo

aspecto

es

donde

todo

depende

del procedimiento

utilizado.

cada

técnica

tiene

su

propia

lógica

y

el artista

debe

conocerla.

Retrato

a la

acuarela

bién

servirán

para

familiarizarse

con el modelo.

La

acuarela

comierua

por

el

encaje

a lápiz

de las

líneas

com-

positivas

en

forma piramidal,

ajustada

al tipo

de

composición y

a

la

natura.leza

de la pose.

Con

el

lápiz

se

ajusta

también

el dibujo

inicial

a

partir

de las

lÍneas

esta-

blecidas

por

el esquema previo.

Con

otro lápiz

más

fino

se

pueden

señalar los

límites

entre las

gtan-

des

zonas

de luz

y

de

sombra

y

los

detalles

de las

facciones.

Carnaciones

Antes

de

comenzar

un

retrato

a

Ia

acuarela,

conüene

realizar

boce-

tos

previos

para

prever

los

electos

de

tansparcncias y

luminosidad.

t);'

j

'

/':':

':

ii

.r..

'

.: ].

i

)r:

-.

I

L,/

r.itij

;fi

:l

'

. /,{

l-

",

.,

"'

\ i;¡í '

t

',1

'

*ql\'fi#,;

I

.

r,

-:."i]¡-{tu::-'r.,;

It" -fa'

":

¡

Apartir

de Io

sugerido

por

el

boceto

ptevio,

se

rcaliza

el dibujo

de Ia ligura

según

I

a

composición

e

Ie gida.

Las

maüces

que

permite

Ia

acuarela

son

de

una

gran

suü)eza

y

se deben

calcular

de

antemano

antes

de aplrcarse.

El ¡esujfado

es

de

gtan

calidad

pictórica,

obtenida

potenciando

fodas /as

cua/¡dades

de

Iuminosidad

y

transparencia

propr'as

de

,la

acuarela.

El

manchado

inicial

del colo¡

comienza

por

las

carnacioncu:

un

tono

producto

de la

mezcl,r

del anaranjado

y

el

bermellón,

un

color muy

cálido que

va a tlc

terminar

necesariamente

la

crr

tonación general.

Las

sombrne

son también

cálidas,

pero

están

compuestas

de

tonos

siena

ba¡¡

ta¡te

oscuros.

La

necesaria

cont

pensación

de

los colores

frloa

viene

dada

por

los

grises

y

al

gún

malva

muy

cálido

que

do

ben situarse

en el

centro

de

Inc

grandes

manchas

de las

carnn

ciones

sombreadas.

La

riquozn

de transparencias

de

las

car

naciones

debe

ir

pareja

a

una

elaboración

igualmente

rica

dol

rostro y

del

cabello, puesto

que

su

resolución

independientn

siempre

lleva

a resultados

insR

tisfactorios.

El

cabello y

el rostro

deben

dife¡enciarse

y,

al mismo

tiempo,

fundirse

el

uno en

ol

otro

en algún punto

de la

carn,

Una vez

acabado

el

manchado

general,

hay que

trabajar

con

ientitud,

respetando

los

coloro¡

de

base

hasta

lograr

el

acabado

definitivo.

Los

últimos

momentog

corresponden

al

acabado

de lrc

ropas

y

las manos

que,

en la

ma

yorfa

de los

retratos,

ocupan

un

lugar

accesorio

dentro

de

la

00mposición.

letrato

al óleo

,u ojt*''-,\o

i.+

:\

Y"

I . f,it

n-',*'b,.1

,i:

"i:

'

Jrrt

'jrirr:

-tli¡

,:ii.

j,/,':

-t'F:.,.

,

:

t

\.'

..'+

El

óleo

es una

técnica

que

fa-

vorece

el

estilo

libre

y

desenfa-

d¡do

con

el

que

tanto

se

puede

lnprovisar como

insistir

v

deta-

llü

zonas

reducidas

de

com

posición.

El

inicio

de

un

tetrato

al

éleo

puede

consistir

en

unos

ouantos

hazos

sobre

una

base

de

golor

muy

líguido.

Éstos

pueden

l3f

de un

tono

azulado,

en

todo

Éato,

deben

ser más oscuros

que

h

coloración

del

fondo.

Una

vez

lltuado

el

esquema

previo

y

fija-

da

la composición

de

la figura,

se

gomienza

a colorear

a

pa.rtfu

de

El

prohléma

del

dcabada

humqna

o- e,la

gxpiesión

nsun

rqstCI

ti,á.i6¡.ui;

ü.¡n

;;ffi

;;

 T

j:g: 91

que

debe

nacer

der

propio

proceso

de

r,analü.

ñá0,é

puede:

de6irle,

al

á.rrista

cuándo

estb

áná¿u.su-

¿nra

sA¿

í rüüo

pued6:'dar$e

cuernia.

euando.elretratono

:,pider

nááá:rir,

.uu._

l,a

¡r ; r ¡q

C.il:*j*.*.*

La

práctica

del

retrato

pintado

EI

ó|eo

permite

un

tratamiento

más

desenvuelto

del retrato,

en el

que

cabe

la

rectiÍicación

y

cierto

grado

de

improvisación.

Tras un

encaje

general

de

las

formas

y

los

tonos

básicos,

el

retrato

al óleo

pide

una

factura

enérgica

y

de

fuertes

contrastes.

El

resultado,

una

vez

coordinadas

todas

las

coloraciones,

es

de u¡a

intensa

fue

n a

plástic

a.

pinceladas

aproximati-

vas

que

encajen

la

armo-

nización

de las

carnacio-

nes,

No

hay que

insistir

con

colo¡es

diferentes

sobre

una

zona

ya

cu-

bierta,

ya que

se

corre

el

riesgo

de

ensucia¡

las

coloraciones

previamen-

te logradas.

Lo

mejor,

en

caso

de

rectificaciones

sustanciales,

es rascar

la

pintura,

o bien

esperar

a

gue

ésta

se

seque.

objgrlo

de-

la

realidad

es.inabaicab]e;

ningún

pinlorluede

e0

1Qda

9 r

liquq?q¡

todavía

menos

si,qe

tñtq

áe

una

Íigurá

.do,exisle

la

aimonía

de

todas

las

partes,

entonces

el

trabaio

se

-

puede

dar

por

finalizado,

El

acabado

del

retrato

pintado

esfá

e¡ func¡.dn

del

esf¡Jo

personal

y

de Io

que

ej artlsld

desea

obfene¡

deJ

modeJo.'

unaspocas

mancft

puodan

detinfu

Id

\oma

y

"¿clnb¿rin,',

so

de

su

elaboración.

En el

caso

de que la

figura

contenga

contrastes

enérgicos

de

cálidós

y,fríos

(cálidos

en

el rostro

y

fríos

en

las

ropas),

el fondo

de-

bería

presentar

un

tono pálido

para

no

correr

el riesgo

de

de_

sarmonías.

Naturalmente,

este

tono

debe

variarse

en

inten-

sidad

y

entonación

según

los

tonos

de

la

figura:

allí

donde

se

deba

remarcar

un

perfil,

el

contraste

debe

ser

mayor.

Tam_

bién

hay que

oscurecer

el color

del

fondo

en

las zonas

sobre

las

que

se

proyecta

la

sombra

de

la

figura.

Evolución

del proceso

La

densidad

y

opacidad

de

los

colores

al

óleo

hacen que

la

prntura

gane

en

aplomo

a

me_

dida

que

se

avanza

en

el

proce-

El

proceso

continúa

hasta

gue

se

logra

un

buen

equilibrio

enire

la

soltura

de

la

realización

y

el

grado

do detalle

alcanzndo.

Éi

la

¡oltu¡n

os algo

confuoa,

hay

quo

¡nsisfir

mAB.

f,n ningrin

en¡o hayqr¡u

llnvnr ol

dntdlliH¡ilo

ltnslñ

él

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Fil

rlilp

áEln

'tllouilF

In

vi

krlldd(l

(lel

rclrdl0.

lil

3:*:**i,Jr

Page 40: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

http://slidepdf.com/reader/full/retrato-rostros-y-expresiones-manuales-parramon-243-n 40/51

EXPRESION

Elpry-l.tsnr-4slp¡r-"--",i9:

La cuestión del

parecido

es la

eterna discusión

que

siempre se

suscita alrededor

del

retrato.

¿Hasta

qué punto

es

impoÍante

el

parecido?

¿Es

un factor deci-

sivo desde

el

punto de vista

ar-

tístico? Más

que

una respuesta

Resolver

el

problema

del

parecido

en un

Íetrato

es una

cuesfió¡

de obseruación

y

dominio de

los medios

pictóricos.

,Las sucesivas

aplicaciones

del color

se

orientan a

reafirmar

los rasgos

c ar

acterísticos

del modelo.

categórica, 1o

que

estas

pregun-

tas

sugieren es

una reflexión

acerca del

problema.

Así como

una fotografía se

parece

mucho

al

fotografiado

pero

nadie la

considera una obra de arte va-

liosa,

un

retrato de

gran pareci-

do puede

no tener

gran

valor

artístico. Nadie

puede

asegurar

Desd.e

el comienzo, Jos rasgos

deben

ajustarse

a

la fisonomía

del

modelo, antes

de aplicar el

color

y

modelar la Íorma.

Los

sombreados

y

modeJados

respetan el

planteamiento

inicial,

en el

que ya

se establecieron las

bases

delparecrdo.

el

parecido

de

Ias

granclr':r

obras

maestras del retrato clá:;i

co, sin embargo, es

de

suponcr

que

ese

parecido

debía

ser

sulr

ciente como

para

que

los

grirrr

des

señores

que

se

hacian

retr,r

tar dieran las obras

por

buenir:r

En los muchos

autorretratos

(l(.

Rembrandt reconocemos

a ur.r

misma

persona, pero

no existoil

dos caras, en esos autorretrato:r

cada

obra

tiene una

intenciórr

y

una coherencia

propias.

Estc

('rl

uno de

los

puntos

cruciales

d('

la discusión: en toda obra

pictó

rica debe

predominar

Ia calid;ul

artÍstica, ésta es

fruto

de

una

in

tención

que

no

puede

estar

sl

bordinada a la reproducción

li(,1

de

las facciones del rostro.

l,,r

conclusión a la

que

cabe

lleg;l

es

que

el

retrato debe

mantencr

un equilibrio entre el

parecido

y

la expresión

personal,

cuanrkr

uno de los dos factores actúa

crr

detrimento del otro, el

retralo

se resiente, bien como reprc

sentación ajustada

de un indi

viduo, bien como obra artístic,r

por

derecho propio.

Gómo

conseguir

H ¡9.9"r-r.9{99i$g .

Tres

son

los factores que cl

tran en

juego

a la

hora

de

corr

seguir

un

buen

parecido.

Ilrr

primer

lugar, la

correcta

cons;

trucción

de

la

cabeza. Este far:

tor

es

bastante independientr,

de las caractedsticas del

modr:

lo,

ya que

existen unas constal

tes anatómicas,

ya

estudiadas

crr

páginas

anteriores,

que

detcr

minan la forma de la cabeza

y

l,r

situación de

la

cara

y

las

faccio

nes en ella. En segundo lugar,

hay

que

buscar una

cierta

exir

geración

o énfasis de los

rasgo:r

caractedsticos de

la

personil.

AI hacer esto,

el

artista repil(

una operación inconsciente

qur)

todo el mundo realiza al recono

l'itlili,ii,i,i,.

cer una persona:

los

individuos

son

muy parecidos

entre

sí, lo

que

los

diferencia

esencialmen-

te es la

fijación

del

observador

en los

rasgos

distintivos

de

la

persona

a quien

conoce.

por

lo

tanto,

exagerar

los

rasgos

ca-

racterísticos

no

es

una

desvia-

ción de

la

ob¡etividad

sino,

por

el

contrario,

un

acercamiento

a

El

parecido

psíquico

por

ejemplo,

una

EI

resultado

culmina

con

el

pedilado

de

los

ojos,

nariz,

boca

y pliegues

de la

cara,

que

acaban

de

dotar

de

carácter

al

rctrato.

la

actitud

psicológica

propiamente

humana

de

reconocer

a ]os

se-

mejantes.

En

tercer

lu_

gar,

hay que

atender

al gesto

y

la

pose

características

del

mo_

delo.

Cada

persona

tiene

una

actitud

determinada,

alqunos

hábitos

físicos,

ciertas policio-

nes que

el

pintor

debe

identifi-

car

y

trasladar

a su

obra.

Estos

factores

no

van

nunca

disociados.

Una

vez que

el

pin-

tor

comienza

a

trabajar,

se

da

ET PARECIDO

El eterno

problema

del retrato es el

parecido

al modelo. Sin algo de

parecido,

el retrato no

es

tal;

pero

únicamente éste

no

basta

para

hacer

de

un retrato

una obra

pictórica.

La resolución dei

parecido

implica atender a una breve serie de factorc:;

esenciales, sin los cuales no

puede

hablarse de

verdadero

retrato.

":i

I

'i,:

.;

;

l,an

¡mporlante

es

ver

y

ooservar

la

cara,

ia

expresión,

la

mi,aoa

oet modeto

como

conocer

bien

a

ta

persona

para

descubr,r

la

+or_

ma más

adecuada

de representar el rosrro y

dl;a¿i;;,

;iil;;;

iluminación

adecua-

da,

una

sugerencia

para

la

pose

y

una

determinada

exage-

ración

de

los

ras-

gos.

Para

conseguir

un

buen

resultado

es tan

jmportante

la

observación

física

del

modelo

como

el

conocimiento

de su

actitud

psicológ¡ca.

Edgar Degas

(r834-r917),

Retrato

de Gustave

Moreau.

Museo

Gustave

Moreau.

Pxís.

Para

logray

el

parecido

psico ógico

se

puede

recuriit

a üna

pose

caractetísüca

del

modelo.

.i

t':i:

i

r_;::i.jl::r¡r :.-r...4 r,i.-

El

parecido

Joan

Martí (1932),

Retrato.

Colección

particular.

La

necesidad

det

parecido

puede

ir

de

la mano

de

la

elegancia

y

Ia

suavidad

en el tratamiento.

cuenta

de que

están

íntimamente

relacionados

y

que

para

resol-

ver

uno

de

ellos

deben

resolver-

se

también

los

demás.

El poder

de

síntesis

es

una

facultad

imprescindible

en todo

artista

pero

muy

especialmen-

te

en

el

pintor

de

retratos.

Los

detalles

son

siempre

factores

esenciales del

parecido, pero

si

esos

detalles

no

están

subordi_

nados

al

conjunto

jamás

se

pue-

de lograr

la

expresión

de

una

persona

viva,

sino

más

bien

un

agregado

de

aspectos

caracte-

rísticos.

Sintetizar

es

obsewar

el

modelo,

entender

sus

caracte-

rísticas

físicas

y,

a

partir

de

ellas,

desarrollar

una

unidad

pictórica

que

las

integre

cohe-

rentemente.

La

síntesis

la

forma

es una

condición

previa

de

toda

pintu-

ra y

lo

es obligadamente

en

el

arte

del

retrato,

en

el

que

la

uni-

dad

expresiva

es

el obietivo

primord-ral.

ül¡ri,..rl i iiü.:

.lll

'S

r

'

littcaJe

lráal,rr

rle

l= r,al¡e¡a

*r

iti

'

l:{tar,tFt¡--'

¡¿¡t

}

:

I ¡ril¡irHE¡tsjÉx

tÉ¡ ie l=¡n

tlt

F

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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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r,.$'.

F

CARACTERIZACION

Caracterizar

consiste en

identificar y

aislar los

rasgos

específrcos

que

distinguen físicamente

a una

persona.

Estos rasgos

se

pueden

cifrar en unas

pocas

particularidades

que,

por

mismas,

consiguen

expresar

el

parecido.

Para

lograr

una

caracterización

adecuada

el ailista

tiene

que

realizar

estudios

y

apuntes hasta

descubrir

cuáles son

esos aspectos

significativos

del rostro

o

de

la

pose.

lasggq i9ic9f"

-_.

'*_

Toda buena

caracterización

co-

mierua

por

la identificación

de

los rasgos básicos

del retratado.

Esto

quiere

decir

que

no

sólo

hay

que

ver

y

entender la forma,

posición y proporción

de

la ca-

beza con

respecto

al tronco, la

cara con respecto

a

la

cabeza

y

las facciones

con respecto

a la

cara, sino descubrir

cuáles son

aquellos rasgos que

mejor iden-

tifican

a la

persona.

Cada fisono-

mÍa

presenta

aspectos

que

son,

de

alguna manera,

"indiferen-

tes",

que

no

determinan

la ex-

presión

personal

ni

distinguen

claramente

a esa

persona

enlre

otras

muchas. Esto

es algo

que

no se

descubre

al

primer

vista-

zo, sólo

se

puede

determinar

después

de

una

observación

atenta

y

de la

realización de

al-

gunos

apultes y

estudios

parcia-

les

de los rasgos fisonómicos.

Si

se aborda

el

retrato

definitivo

sin

ese estudio

previo,

segura-

mente

el

pintor

se demora¡á

en

aspectos insignificantes

y

que

muy

poco

contribuyen

a la

ca-

racterización.

Los rasgos

básicos

son, suelen

ser la

barbilla, o

el

mentón,

la

forma

más

cuadran-

gular

que

ovalada de la

cara, la

altura

de las cejas

o cualquier

otro factor

que

normalmente

se

tiende a

considerar secundario.

Este

rápido

boceto

realizado

i,r,

ala

acuarela

por

Gaspar

Rometo,

plantealos

i:.

tasg¡os

'

,:

esenc¡ales

de

la

caracterización

del

rostro

mediante

unas

pocas

manchas

de color.

Htgtr"n*:.t*ili*Ler

Toda buena

caracterización

ha de

comenzar

por

uno

o varios

esquemas

previos

que

determi-

nen los rasgos típicos de

la

per-

sona. Estos

esquemas

se deben

construir

a

partir

de agrupacio-

nes de trazos

y

formas

simples

que

establezcan las

proporcio-

nes

y

dimensiones

elementales

de la

cabeza

y

del rostro.

En una

persona

de frente

alta o

despeja-

da, es conveniente

enfatizar

esa

zona

limpia

de detalles

situando

los rasgos

faciales

en una

posi-

ción desplazada

hacia abajo

con

respecto

a la bóveda

del cráneo,

Si

el

modelo

presenta

un mentón

prominente,

las líneas

deben ha-

cerse más firmes

en esa zona.

Ln

separación

de

los

ojos es un fac-

tor muy indicativo

en

la

caracto

rización;

dentro de las

propor

ciones constantes de

la cabezn

humana, hay

que

remarcar

esfi

separación (ojos

muy

separadou

o muy

juntos)

en el caso

que

do

fina bien

el

parecido.

Otto as=

pecto

importante puede

ser la

longitud

del

cuello,

la

anchurn

de la cara, la

mayor o menor vi

sibilidad

de las

orejas.

linnlrliss-cren

Durante

el trabajo de

caracto

rización

del retrato llega

un mo

mento

en

que

se

logra

el

paroci

do.

Ira cuestión

que

entonces E€

@

.

¡¡s

poro

n'

E0

.

¡l

qtrto

n,

ü¡

.

Elp¡rooido ,

tC

La

caracterización

puede

consegu,irse

tanto

mediante

Ios rasgos

facr'ales

como

con

la

descripción

de

u

n

gesto

car

acteristic

o

de IaÍigura.

esfa

ob¡a de

8a/Jesfat

eJ €¡fisfa há

adopt€do

/a

segunda

opción.

EXPRESION

.'r

':.üü

l¡a caracterización

debe

resolverse

an

/asprirneraslases

del

trabajo.

trabajo

con

el color

realza

caracterización

de Ia

ligura.

es la

de

continuar

la ca-

o

no.

Generalmen-

la

acumulación

de

detalles

pormenores

sobre

una

buena

,racterización

lleva

a

desdibu-

r el

parecido

y

a revertir

el

al

punto

de

indetermina-

inicial.

Por

lo

tanto.

es me-

no

llevar

la

caracterización

lejos

y

detenerse

una

el

parecido.

Para

estos

factores

lo

mejor

mantener

una

eshuctura

sen-

en todo

momento:

si la

boca

expresarse

mediante

dos

siempre

es mejor

no usar

Eca;

sólo

cuando

el

pintor

se

de-

a

observar

ol

rocultado

podrá docidlr

ri

es

nc

g ¡ailo

continuar

prer:ieaurlo

ax

pgctog

do

dot¡rllu o,

lr{)t

pl

r,iltt

Itario,

os

culiclolrlp

rnrr

lrqrJho.

$.

jr

:;{ ¡

s *li,¿1,¡

Caracterización

L""

..".

"

  r

qr¡

¡:".tt:

En

el

retrato

acabado,

realizado

por

Viceng

Ballestar,

la

caracterización

de

la Íigtra

ha

sido llevada

asu

m¡áxima

expresión gracias

a

la

ajustada

articulación

del

übujo

y

la

elaborada

matización

de

los colores.

alguien.

Estos

as-

pectos

también

pueden

ser

re-

cogidos

por

el

pintor

para

com-

plementar

la

ca-

racterización

ge-

neral

del

retrata-

Garacterización

pgrl*n9:eJ_9ts9*9**

No

sólo

las

f..cion",

,on

"lbjeto

de

la

caracterización,

también

la pose

y

el

gesto

pue-

d.en

caracterizar

a

una

persona.

Esto

se

comprueba

cótidiana-

mente

cuando

se

reconoce

la

forma

de

andar

o de

sentarse

de

do.

Por

esta

razón

es

muy

impor-

tante

gue,

al

dar

las

hstrucciones

al_modelo,

se insista

en

que

éste

adopte

una postura

natural, que

Ie

sea

cómoda

y

en

la

que

el

artista

pueda

ver

ratificado

su

conocimiento

de

la

persona.

En

cualquier

caso,

el

gesto

y

la

pose

deben

ser

naturalés

y,

óoUL

to-

do,

cómodos para

el

retratado.

Aprender

de

los clásicos

i,Haf.qqs.¿ry¡j.tá¡-em-

Ond¡á,rr¡rod¿úamine6áian,

r:,19:jl¡aniardve¡sas.ea¡a¡&rtáeiq11qq

Oe las

tis

ur€s,pi;i;dai;oi

bi

grandes

maestros.

Esre

ejercicio

tiene

la

veniaia

áe

á,ié,

áiirurJ,

que

se

ejercrta

ta

capac¡dad

de

observación y

de

síntósis

se

con;i_

,:tg,q€.

qldej,nleioly:qpleer..6t

mára,

o¡iá,o$:e¡oS:ánii1¿ir,,,'...,

:,

Jan

Gossaert

(l

478-lS5J.),

Unapareja

anciana.

lVaf¡.,¡naj

Gajlero.

I-andres

tha.óbra

en

ta

ciie

et

¡intoi,

sn

á;;

r;' ;;;#r#;";

L

esce na,

ha

enfatiz

aao

w

i"rrnÁ"1'í*iíi"] icÁ

"r

f":;;LT,f;i.

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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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EXPRESIÓN

,

.

I,A CARICATURA

La

caricatura

es una

forma

expeditiva

de

iograr

la

caracterüación

y eI

parecido.

Si todo

retrato

comierua

por

una buena

caricatura,

ésta

es

el

resumen

exagerado

de

toda

la

obsewación

y

la síntesis

de la

que es capaz

un

dibujante.

Realizar

caricaturas

es

uno

de

los

ejercicios

más

útiles

y más efectivos

para

cualquier

retratista.

Toda caricatura

consiste

en

una exageración

de

los

rasgos

caracteristicos

de

una

Persona.

Por

lo

tanto,

todo

cadcaturista

ha

de

comenzar

por

captar

ágil-

mente

la caracterización.

E1

Pro-

ceso

de la

caricatura

no

es otro

que

el

anteriormente

comentado

bajo el

nombre

de

caracteriza-

ción. El

caricaturisla,

una

vez

ha

localizado

los

rasgos

Pecu-

liares de

la

persona,

los

exagera

hasta

lograr

un

resultado

cómico

o

sar-

cástico.

Pero existen

d

trato

con

respe;to

al retratado

y,

I

racterización,

la

caricatura

en

muchas

ocasiones,

una

visión

]

enfatiza

ciertos

aspectos

re-

amable

o

descarnada

de

algu-

|

veladores

pasando

por

alto

nos

rasgos

tÍpicos

de

la

natura-

I

o

dejando

indefinidos.otros'

leza humana.

-r'-.-::.

4-

-

El

caricaturista

es

siempre

}

iación

merece

ser

considerada

Picasio. La carióatura

es

siem-

|

ta caricatura

se distingue

ferentes

niveles

de

cari-

:"r..-

catwa,

desde

la

puramente

humoristica

a

aquella

que

por la

coherencia

de

su

reali-

-\

pre

un acto

de libertad

frente

a

I

tanto

por

io

que

exagela

como

ia imposición

realista, una

decla-

|

Por

lo

que

disimula

o

supri-

racióndeindependenciadelre-

I

me.

Como

toda

buena

ca-

¡

ZaCtOn

mele0e

ser

qonslqerdqd

I

Caricaturizar

cOnsl.s¿e

en

exagerar

obra

artística.

Éste

es el

caso

de

|

- -l;;-;;rg*

q,

e

delinen

coí

más

algunos

pintores

del

siglo

xx

I

claidadlaÍisonomíayelcarácter

cuyo

estil,o

se

basa en la defor-

|

de

la

persona rctÍatada,

con

una

mación

esrilizada

de

los rasgos

I

intencr<in

cómica

o

satírica'

de acuerdo

a una composición

I

"-------,--^-

congruente

y

muy

esiudiada,

j

supresrones

Modigliani,

Chagall

o el

mismo

I

de

la fisonomía

Y

sabe

cuállrr

son

los

rasgos a

enfatizar

Y

crrá

les

debe

ignorar.

Todo

ello

|r

hace

con

vistas

a

una

exPresitirt

que

premeditadamente

ha

dcct

dido

conseguir,

Por

lo

que

litrt

caricaturas

nunca

suelen

imPro

visarse

realmente;

el artista

har:¡

una

composición

mental

an|rr¡

de

pasar a

la acción,

entonces

Yr

tiene

decididos

Ios

asPectos

,t

resaltar.

Además,

junto

a

esor

aspectos

físicos, el

caricaturístil

añade

la

expresión

caracteristi

ca

exagerada

y reforzada

Por

tl

énfasis

en

las

facciones.

Medios

Los medios

de

la caricatur¡l

han

de

ser, necesariamente,

loa

más

simples.

ta

caricatura

eln

borada

pictóricamente,

con

suI

luces

y

sombras,

con

modelados

litr

-'.

alguien

muY

consciente

del

F

f ,

efecto

que

Producirán

i

,\;

",,

ciertas

maniPulaciones

, J¡+|\\

_r-

Tanto

como

exagerar

Ios

r asgos

c

ar

acterísticos,

Ia

caricatura

suprime

o

afenúa

/os aspecúos

menos

indicaüvos

de Ia

pe$onalidad del

re\

atado'

lA

caricatura Permite enlatiztt

/os esfados

de ánimo

con

muc'l¡¡

mayor

eficacia

que

el

reüdl

realsfa,

componiendo

expresiorr,

"

tan .reYe,ladoras

como

esl'¡

Milnt:l

(lttttil

lltl:t),

Mnur.

Julcs

Guillemet

con

sombrero.

Ermitage,

San Pefersburgo.

La caricatura

es una

lotma

de

retrato.

En

esfe e7emplo,

las

exageÍaclones

quedan

d¡simuladas

por

la discreción

en

la

factura.

A. Le Petit,

Caricatura de

Rufus Croutinelli.

futlnstitute

of

Chicago,

Chicago.

La

caricatura

combina

la

destreza

del

retratista

con

el

ingenio

del humorista.

es

uno de los recursos favoritos

de la

mayoría de los

grandes

ca-

ricaturistas

para

lograr

sus

pro-

pósitos. Esto

se debe a

que

el

perfil

contiene mucha más

infor-

mación

significativa

expresable

mediante

la

línea,

que

el

rosho

visto de frente.

La cara

de

perfil

muestra las

prominencias

y volú-

pasar

'lás

caras

más

peculiares,

llevándolas

rápi-

da

y

despiadada-

mente al

papel.

Eugéne

Delaqoix

(1798-1803),

Cuade¡no

de

dibujos.

Müséo del

lnuwe. París,

Grandes a¡fislas

han

pracücado

la caricatuÍa

como medio de

caplacr'ón

de /as

fisonomías

y

el

movimiento

de

/as

personas.

La caricnlrrra

menes

de las

facciones

y

estos

aspectos pueden

recogerse en

una

única línea continua, sin ne-

cesidad

de recurrir

a

modelados

o

sombreados.

Al caricaturista

experto

le bastan unos

pocos

trazos

y algunos

minutos de

tra-

bajo concentrado para

lograr

su

objetivo.

/

y

valoracioneÉ, con carnaciones

Ajustadas,

se

desvirtúa y pierde

algo

de su fuerza

expresiva.

Eato

no

quiere

decir

que

una

ca-

ricatura

no pueda hacerse, por

cjemplo,

al

óleo.

Pero cuando

 e

halla la elaboración pictórica

de

por

medio,

el caricaturista

debe realizar

una

conversión de

los métodos

tradicionales

de

la

pintura

de retratos

para

adap-

tarlos

a

sus fines, como puede

verse

en

el

caso

de los citados

Modigliani,

Chagall o

Picasso.

En

todo

caso,

la

caricatura

es

un

género eminentemente

gráfico

que pide

ser desarrollado con

medios

simples:

pluma,

lápiz,

carboncillo,

rotulador.

Medios

basados en

el

trazo

y

la

línea

gontinua,

sin demasiadas

elabo-

traciones

pictóricas.

Dominio

del trazo

Para

realizar

caricaturas

real-

mente

efectivas hay que poseer

dominio

del

trazo

y

saber expre-

tar

en

pocas

líneas

el

parecido

y

la

expresión.

La

línea de

perfil

La

práctica

de

Ia caricatura

Practicar la

caricatura no requjere de ninguno de los

preparativos

propios

del retrato

con modelo,

Él

mejor

ejercicio

para

el caricatu-

rista,

o

para

cualquier

retratista

que

desee ejercllarse

en

esle

géne-

ro,

es salir

a

la calle

y

captar al

vuelo

las

f isonomías, las

faccioñes

y

expresiones

de

los viandantes. Así

han

trabatado

caricaturlslas

tan

célebres

com.o

Toulouse-Lautrec:

sentados

en un

velador viendo

'

Elsest-o::.P. 52

Page 43: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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Elementos

9s-s*nx¡-r:*elisig-*

Son muchos

lo,

factore, qoJ

determinan

la

expresión

psico-

lógica de

una persona,

pero el

artista

apenas

cuenta con ottas

cosa

que

la expresión facial y

corporal

para

deducir

esos esta-

dos y

también

para

expresarlos.

La capacidad

de obsewación

y

de

representación

de los mati-

ces expresivos

marca la diferen-

cia

en esta cuestión.

General-

mente,

los

artistas

que

mejor

detectan y representan

la

psico-

logía son

también los

más fiso-

nomistas

y

los

que

son capaces

de reconstruir

en sí mismos la

condición

interior de

sus seme-

jantes.

Esta reconstrucción

no

es

otra

cosa

que

una imitación

en sí

de lo

que

creen

ver

en otros

para

comprobar

cuál es su

con-

tenido

anímico, La mayoría

de

las

veces la

expresión

psico-

lógica está

compuesta

de

pe-

queños detalles

que

confluyen

para

ofrecer

un resultado

con-

vincente:

pequeños

detalles fi-

Francesc

Serr4 Retrato

de

joven.

Colección

particular.

La

captación

psicológica

depende,

a

rzeces,

de

detalles

y

sutilezas de expresión.

EXPRESIÓN

EI, RETRATO

PSICOTOGICO

La

psicología

se

manifiesta en los gestosy,

sobre todo,

en la cara. Los movimientos

faciales

delatan estados de

ánimo

y

el único método por

el

que

el artista

puede

ser capaz de

representar

la

psicología

son esos movimientos.

Para

comprender cuál

es el

origen

de todos

ellos, se deben recordar y

aplicar

ias nociones

de anatomía

descritas

en

páginas

anteriores, adaptándolas

a

cada caso

particular.

El conjunto formado

por

la bóveda

de

Ia

lrente

y

los

ojos

es

un

gran

elemento de

expresión.

ks mejillas

son

Ia

parte

más móvil

de

Ia

fisonomía. Interuienen

en

la

mayoría de

)as

expresrones.

sicos, matices del gesto

y

de

la actitud,

movimientos

del

ros-

tro

reveladores

de contenidos

psicológicos que

pueden

pa-

sar

desapercibidos

a

la mayoda,

pero

no

a

quien

está

ejercitado

en

"leer"

en los rostros aquello

que

de verdad significa

la ex-

presión

de un individuo.

El ceño

es

uno

de los aspec-

tos más reveladores

de la ex-

presión psicológica.

"Fruncir el

ceño" es sinónimo

de

preocu-

pación,

de

enfado, de contrarie-

dad.

Como siempre,

la

expre-

sión

psicológica

no suele venir

dada

por

un solo factor,

sino

que

es

el

resultado de la concu-

r¡encia

de

distintos

aspectos

combinados.

El movimiento

del

ceño implica también

un

rictus

en

los

ojos, en las

cejas

y

en

lon

piá'rpados;

es

producto

de la con

tracción de los

músculos fron

tales,

que

son los

que formarr

las

arrugas en la frente,

asimiu

mo

estos músculos

arrastralt

inmediatamente

a los rnúsculos

superciliares

y

orbiculares, cou

lo

que,

anatómicamente,

se

do

muestra

que

no existe

un

movi

miento completamente

aislado,

 s:-*ls-'llg,:.

Es dilícil concebir

un movi

miento facial

que

implique uu

contenido

psicológico

que

no

afecte,

de una

u

otra

forma,

¡r

las

mejillas. En

éstas concurro

tal

cantidad

de

músculos

quo

casi siempre hay

una

repercu

sión directa

o indirecta de algüu

El movimiento

de los ojos

contribuye

en

gran

medida

a

la

verosimilitud de

la

expresión.

La frunción del cciht

es

significativa

dn

disfinfos

esf¿dos

de ánirro,

q

l

I

I

:"&

Conseguir

expresión

en la

mirada

puede

bastar

para

dar

Ia

expresión

de

un rostro.

moümiento

facial.

Sólo

el movi-

miento aislado

de

la

frente

es

por

completo

independiente

de

gllos.

En

las

mejillas

se

reúnen

los músculos

cigomáticos,

mase-

tero,

risorio

y

bucinador,

sólo

por

citar

los

más

siqnificativos.

I¡os

movimientos

de

óontracción,

elevación,

dilatación

y

depre-

¡ión de las

mejillas

son

muv

ca-

tacterísticos

y

pueden

deiatar

diversos

tipos

de

estados

de

áru-

mo. El

movimiento

de

las

meii-

llas

está

directamente

afectaáo

por

el de

la boca

y

a

su

vez

in-

f,uye en

sus

músculos:

basta

rea-

llzar

una

serie

de

muecas para

comprobar

la

dgueza

y

comple-

jldad

de

relaciones

disiimas

que

pueden

darse

entt"

onor

y

otros.

Mary

Cassat

(

I 844-

t

g26).

Cabeza de niña

Colecc

n

p

arttcular.

P

arís.

Ia

expresiZrn

de

/a

edad

es

Un

rasgo

fundamenta]

Qn

el

retrato psicológico.

lcllltiq,:tlos..gjo$rti¡

nar¡g¡

f;

El

storr.lrgtrr:: .:..'

lil

l:iifi{:¡.i

i. . rit.

El

retrato

psicológico

l*

*¡:::::;s¿

i*

:.iri:;

Los

labios

El

movimiento

de

los

labios

marca

el tipo

de

expresión

con

una

claridad

incuestionable.

Bas-

tan

unas

ligeras

variaciones

pa-

ra que

el

observador

interprete

humores

completamente

opues_

tos:

la

risa

y

el llanto.

Entre

estos

dos

extremos

se

extiende

una

La

naiz y

los.labios

participan

en

et mowmlento

de las

erpresiones

más infensas.

gran

cantidad

de

matices

nsico.

lógicos

distintos,

que

casi

siem-

pre

entran

en

relación

con

otros

músculos

de

la

cara,

sobre

todo

de

las

mejillas.

El

músculo

oro-

pio

de

los

labios

es

el

orbicüla¡.

pero

sobre

este

músculo

operan

muchos

otros,

la

mavoría

de

ellos

son responsables

áel

¡novi-

miento

de las

mejillas

Mariá

Fortuny

(t

B3B-

J 064),

Ferr

aqi.

Círculo

Artkticr..

Barce

[ona.

Esta

obra

responde

a

una

obsewación

minuciosa

de

Jas facclbnes

r

de

la

psicología

del retraiado.

Sánnse¡s,

,

.

AütoÍeftato.

Colección

particular,

La

luz,

el

color

y

todos

los

elemenÍosp.lásfibos

pueden

cárga¡

psicdógicanonto

/a

ob¡a.

@*

,r;"1\

i

ir'ar::

'

":l

¡o'r,,i,h.

,: ,','i,.,

\'4i'.

'i'

'

Luz

y

expresión

psjcotgjiin

tn.

dererminados

retratos,

el

traramiento

de la

luz

suple

la

exore_

sron, Irsonómrca

de la

psicologÍa.

Superponer

ambos

factores

{}a

.lú2.

éxpresiva

y

Ia

gesticúiación

del roslra)

puede

llevar:

a'una

desa-

g¡rdable

sobrecar-

gi

de la

exp¡esién,

Page 44: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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EXPRESIÓN

La

SonriSa

Duranle

la

sonrisa

apenas

es

visible

la

acción de

ottos

múscu-

los

que

no

sean

el risorio y

el

ci-

gomático

mayor.

Ambos

múscu-

los se

encargan

de

entreabrir

los

labios

tensándolos

al mismo

tiempo y

produciendo

una

mue-

ca

característica.

Por

efecto

de

esta

tensión

se

crea un

movi-

miento

ascendente

de

los

extre-

mos que

cuwa los

labios y que

crea la

depresión

de

sus

comi-

suras.

Este

movimiento

va tam-

bién

acompañado

de

cambios

en otras

zonas

del rostro,

aunque

en un

grado

de intensidad

me-

nor.

Los

músculos

frontal

y

los

superciliares

suelen

mover

las

cejas y

la frente

elevándolas

de

manera

a veces

casi impercepti

ble,

aunque

ocasionan

la

apari-

ción

de

algunas

arrugas

en la

frente.

También

pueden

relajar

esa zona,

haciendo

descender

un

poco

las

cejas.

Los

orbicula-

res

de

los

ojos se

contraen

en

su

parte

inferior,

elevando el pár-

pado

inferior

y

formando

en él

una ügera

arruga.

los labios

drsfendl,Cos

siempre

prcsentan

un volumen

mayor

que

en el caso

de

Ia

sonrisa

v

ia

ris.

La

risa

l,a risa

franca

es una

de las

expresiones

que

más

afectan

a

los

músculos

de la

cara

en

su

conjunto.

Casi todos

ellos realí-

zan alguna tensión, elevación

o depresión,

formando

abulta-

mientos y

surcos

en todo

el ros-

tro.

La apariencia

de la

boca

du-

TA

SONRISA

Y I,A

RISA

La

risa y

la

sonrisa

son

fases

distintas

de

un

proceso

muscular

muy

semejante,

la

primera

es

una extensión

generalizada

de los

movimientos

que

inicia

la segunda.

En

ambas,

es impoflante

estudiar

el

gesto

de

Ia boca y

los

labios,

así

como la

seri;

de surcos

y

affugas

que

tienen

lugaf

tanto

en

las

mejillas

como

en la

frente.

'1't*"

t"***'*o''

'*,

i

Vrytr'i'/

La

sonrisa

y

Ia

risa son

expresiones

gue

se aseme.¡an,

su

diferencia

está

en

el distinto

énlbsrb

de/

gesfo.

rante

la risa

se debe

al

efecto

de

contracción

de los

músculos

cigomático

mayor

y

del risorio;

debido

a

esta misma

contrac-

ción

aparecen

los pliegues

tipi-

cos a

cada lado

de la

boca. Este

movimiento

puede

poner

al

descubierto

los

dientes,

afinan-

do

considerablemente

los

la-

bios.

Esta

misma

contracción

hincha

también

los

carrillos y

encoge

la piel y

la repliega

hasta producir

arrugas

bajo

el

párpado

inferior.

Los

ojos

se

presentan

entornados,

con la

característica apariencia alegre.

indisociable

de la

carcajada

o

la

risa

franca;

ese

movimiento

de

los

ojos

crea

arrugas

en

sus

ex-

tremos.

También

la ftente

se

puede

ver afectada

de ma-

nera que

se

contraiga

el

músculo

frontal

y

aparez-

'

can las

arrugas

propias

de

:

este

gesto.

Como recapi-

tulación

puede

decirse

que,

durante

la

risa,

las

comisuras

de los

labios

forman

una

curya promo-

vida por

la

acción

de

los músculos

cigomático

mayor

y

del risorio.

El

labio

superior,

elevado

y

estirado por

los

múscu-

los

anteriores,

se despla-

za hacia

arriba,

mientras

que

el labio

inferior per-

La

sonrisa

es una expresión

en

la

que

intewienen

casi

fodos

/os múscuJos

de

Ia

cara.

manece

cuwado.

Este desplazn

miento

de ambos

labios

hacp

que

sólo

sea

visible

la

hilcrn

de

dientes

superiores.

Los plio

gues

caracteísticos

de la risa,

a

ambos

lados

de la

boca,

est/rrr

determinados

principalmento

por la contracción del

músculo

cigomático

mayor.

La

sonrka

abierta

deja a Ia

vkta los

dientes.

El dibujante

evitará

marcar

las

separaciones que

hay

entre

ellos.

La

sonrisa crea

unos surcos

característicos

en

las

com¡su¡as

de

la

boca

y

en

las mejillas.

I

:'E|gé¡t0¡-;t$¿:t:,r: r:':r.]...l.i]..::].:,.:.,.'

Sonrka,

rka y

carcajada

son

fres manilesfaciones

de

una

'

expresión psicológ

ica

simil

ar

ks variaciones

son tantas

como

las

posibles

fisonomías,.

Pero

los

movimientos

musculares gue

aparecen

en esfas

expresiones

son

/os

mrlsmosy

causan

rcsultados

'"

:-,.

.

sim¡Jares-

i}

.1.:r.

Ll

':¡

':il

t.:

1,,tr

rrr-;

ri¡tl"

I

'fu,

i

rri

:

,

".,,'

,lfl

,'

.l¡lb¡l¡ttré¡rr¡rtó¡

.

f¡üó¡¡os:de út¡rr¡.i'ilii,r,

lrge's$-+ie"

En la

carcajada

participan

los

mismos

músculos

mencio-

nados

en la

risa,

;:

{:;i *.i,:r

i¡*l.ijl-l1*l]l

i_:{..

La

sonrisa

y

la risa

l-i*s

ü**:fi.ji:r

ili

dos.

Las

cejas

se

elevan

mucho

más aunque

no

suelen

aparecer

arrugas

en la

frente.

La

abertuta

de la

boca

tiende

a formar

un

círculo

exhibiendo

las

dos hile-

ras

de

dientes,

la

superior

mucho

más

visible

que

la

inferior.

En las

mejillas

se

forman

surcos profundos

fu

en forma

de

arco

que

''1

remarcan

todavía

más

il

la

mueca

de

la boca.

I

Exprxiones

forzadas

Cuando

el

artista

ensaya

las

ex-

presiones

frente

al

espeio

para

estudiarlas

y

dibujarlas,

puede

ocurrjr

que

el resultado

parezca

forzado

por

Ia

voluntad

do repie:

sentar

con.

exactitud

todos:loé

movimrentos.

.

Para.

evitar.

esie

defecto,

lo-nrejór

es .no

forzar.

demasiado

la

expiesión,

rio

llé-

varla

al

límitepará,no

óáérenilá

ffráseara o.en

l¿

müeoa

grotosca.

Copia

de

un dibujo

d¿

léonárdo

:.

:.

da

Vinci.Lecinardotuéun

.

pedectóconocedÓrdeJa

.

anatomía y.la

expes én

facial.

riii,iir

.

,i

rtilr

"/'

 

.,

:""i'

?j

f.ii

,t.

'

r¡*T1

i

"

":-\

"

#q$

I

.

ri.%l

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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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EXPRESIÓN

LAS

PASIONES

(I)

En

estas páginas

se

inicia

una

serie

de

estudios

parciales

de

expresiones

promovidas

por

pasiones

de

todo

tipo,

desde

ra

alegrría

a

la melancoría,

desde

er entori.r*o

.r

*i.do,

f.r.noo

or

el

orgullo,

Ia

envidia

y

el

esfuerzo.

Todas

las

e:rpresiones

son

producto

¿el

mo-ü'miento

y

la

tensión

de

determinados

músculos

o gruposie

múscuros.

Ée

intenta

eje*friti..,

....:3t::'::::.::'::::::::.:::::.::..:::::::.:i::::::::::'::.:.":*:::....

La

tristeza

Desde

un

punto

de

vista

ana-

tómico,

la

tdsteza

implica

relaja-

mrento

musculat,

un

estado

en

el que

los

únicos

músculos

que

pueden

mantener

cierta

tensión

son

los superciliares encarga_

dos

del

movimiento

de las

ce'Ías

y

los

elevadores

del

labio

suóe-

rior.

La

relajación

de

los

músiu-

los

promueve

la

caída

de

las co-

misuras

de

los

labios,

mientras

que

los

músculos

que

rodean

la

mandíbula

también

se

abando-

nan,

apareciendo

toda

la

mejilla

estirada.

El

superciliar

de

las

cejas,

sin

embargo,

se

contrae

un

poco,

tirando

hacia

dentro

v

ftunciendo

ligeramente

el ceño.

La

melancolía

l,a

melancolía

se

parece

a la

tristeza,

por

lo que

hace

a la

re-

lajación

general

de

los

múscu-

los.

Sin

embargo,

implica

una

expresión

bastante

distinta.

Esta

expresión

peculiar

consiste

en

una

ligera

elevación

de las

ce_

jas,

manteniendo

los

oios

se-

mientornados.

con la

con-

.

:...'l

-

::

La

tristeza

y

Ia

pesadumbre

se

caracterizan

por

una

relajación

de

Josmúscujos

de

la

cara

y

una

expresión

estática.

Este tipo

de

expresbnespueden

subrayarse

con los

mirada perdida

que.

I

,l'.,

;,:

nece

cerrada

o casi

cerrada

y

la

relajación

de

los

músculos

favo-

rece

la ligera

caÍda

del

labio

in-

ferior.

En

la frente

aparecen al-

gunas

arrugas producidas

por

la

elevación

de

las

cejas.

peró

uno

de

los

factores

que

caractedza

mejor

la

expresión

melancólica

es la

ligera

inclinación

de la

cabeza,

como

detenida

a

medio

caer y,

sobre

todo,

la

subrayan

los

párpa-

dos

entornados.

Esta

mi-

rada

se

representa

mejor

si no

se

insiste

demasiado

en las

pupi-

Ias

y

se

deja

en

una ligera

indefi-

nición.

La

pesadumbre

extrema

tensa

los

múscu/os

de

/as

melji]as

moviendo

los

labios

hacia

abajo,

en

una caracterísüca

La melancolía causa

,lr'geras

fensrones

en

los

pámados

y

en

Ia zona

de las

cejai.

gestos

y

Ia

pose

de

la figura

para

darles

.un

aspecto

nequrvoco.

expresión

de

Ia boca.

EI enfado

La

preocupación

se suele

ex-

presar

frunciendo

el

ceño y

uniendo

y

llevando

hacia

abaio

la

parte

central

de las

cejas:

ia

boca permanece

rígida

y

hori-

zontal,

destacando

en algunos

casos

el

relieve

del

masetero,

que

mantiene

cerrada

la

mandí-

bula.

Cuando

ésta

permanece

firmemente

cerrada,

el

rostro

orpresa

enfado.

Flp:grilLo-

El

orgullo,

el desdén,

la

sufi-

ciencia, el desprecio,

se

caracte-

rizan

por

ese

"mirar

por

encima

del

hombro",

lo

cual

se

puede

traducir

gráficamente

en la

ele-

vación

de

las

cejas

(a

veces

uaa

más

que

otra),

la

caída

de

los

párpados

superiores,

una

ligera

elevación

de la

cabeza que

se

inclina

un

poco

hacia

atrás,

acompañado

todo

ello

por

el ric-

tus

de la

boca,

de

desdén

u

or-

gullo,

producido

principalmente

por

la

contracción

de

los

múscu-

los

triangulares que

tiran

de

las

comisuras

de

los

labios

hacia

abajo,

mientras

el centro

de los

labios

se

eleva.

El

dolor

El

dolor

físico

se

expresa por

una

ligera abertura de la

boca,

o

por

la

frunción

de

los

labios

con la

boca firmemente

cerrada,

En la posición

de los

labios

for-

mando

arco,

como

en las

másca-

ras que

simbolizan

la

tragedia,

intervienen

todos

los

músculos

que

rodean

la

boca,

destacando

la

contracción

del

músculo

cigo-

mático

menor que

tira

hacia

ar¡i-

ba

y

hacia

fuera

de

la mitad

del

labio

superior.

Esta

fuerte

con-

tracción

forma

dos

pliegues

a

ambos

lados

de la

boca,

deter'-

minando

asimismo

arrugas

muy

tl&

s{}31ti*a

y

lil

rr$*

las

pasiones

(I)

;ris,*

S*si*ft*s

{;}}

marcadas

debajo

y

a los

lados

de

los

mismos,

en las

que

tam-

bién

colaboran

los

orbiculares

de

los

ojos. Éstos quedan

semi-

cerrados

pero

en tensión, po-

niendo

de relieve gran

cantidad

de

arrugas

arriba,

abajo

y

a

los

lados.

l,os

superciliares

frun-

cen

la

frente,

entrecruzándola

de arrugas

a las

que

se

añaden

las

producidas

por

el músculo

frontal.

,rr€lr,e¡f¡:d

ó:

Y

,.

ttisf

e¿a

r,:..:pr]eden,|:i.

ef

mocio¡ei

r:ieSnle¡jd¡i:rq.ue

to. e,.do:

r :jii:nr

¡gpbie¡iai

med ian

te

.,:gestioulacionés

evjdentes.

'€

Bqto¡.puede-.captei

es-

.:,.it0 3:',"Csládos.

I

ánimo

,.mediante

rmatioes

de

la

:,mi¡adA,y

la:

expresión

de

,,J¿

bocá.

i

,losep

Purlgdengolas,

Adela,

Colección

particular,

f/

enfadopucde

rcr

una

emoción

conlanlda,

corno

oxpresa

otfa

olra,

Page 46: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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EXPRESIÓN

LAS

PASIONES

(II)

La intensidad

de

las

pasiones

se

expresa

por

distintas tensiones

de ios músculos faciales.

En las

pasiones

más intensas y

extrovertidas,

la

gestualidad

tiende

a

hacerse similar,

sólo distinguiéndose

por

matices

y

diferencias

poco

acusadas. La alegría,

el

grito,

ei canto,

el

esfuerzo

o

el

entusiasmo soil algunas de

estas

pasiones.

l+r*tsgril."'-.--.

La expresión

de

la alegría

reúne todas las

características

anatómicas

comentadas a

propó-

sito

de la

risa,

pero

incluye

otros

aspectos más

sutiles

y

elusivos

desde

un

punto de vista muscu-

lar. En

general,

las

expresiones

alegres

suelen implicar un movi-

miento ascendente

de las cejas

y

la

apertura de los

ojos.

Los ras-

gos

faciales

aparecen más bien

relajados,

sin tensiones excesi-

vas

y,

por

10

tanto, no

forman

surcos ni

arrugas. La

expresión

de la alegría suele ir asociada

a

la

sonrisa:

una

tensión lateral

de

los labios

que

los alarga

y

afina

sin

separarlos. Normalmente, la

sonrisa no tensa los labios

simé-

tricamente

sino

que

los desplaza

más hacia un lado

de

la

cara

que

hacia el otro. En

cualquier

caso,

la alegría

es una expresión

que

nunca

desemboca

en una mue-

ca,

por

lo

que

hay

que

evitar

toda

exageración

en

la

fisono-

mía, sin remarcar

excesivamen-

te las

facciones.

El

grito y

el canto son

expreslb¡es

exúremas

que

tensan

la

mayoría de los

músculos

laciales.

Los

párpados

tensos

entecierran

Ios

ojos

y

los

pómulos

aparecen

en todo

su

volumen.

La

abertura de

Ia

boca es lo

más signilicativo

de

esúas

expresiones.

En ocas¡ones

ésfas

pueden

tener una

apariencia

teahal.

r^Lgllle,s-l*"st'l*."-.*.*-*-

En

expresiones extremas

co-

mo la

del grito,

un mismo

gesto

facial

puede

interpretarse

como

manifestación

de

pasiones

con-

trarias:

la desesperación

y

eI

en-

tusiasmo

exultante. En el

grito

la

boca se abre al máximo, mos-

trando los dientes

y

la

lengua;

k alegría

puede

ir

asociada

o

no con

la sonrka

y

la risa.

.En

esfe caso Ja

expresión alegre

se

man¡fiesfa,

además de en /a

boca, en

Ia tensión

promovida

en

la

zona

de

los ojos.

los músculos faciales

se tensan

formando

surcos verticales

en

las

mejillas

y

acentuando

el vo-

lumen

de los

pómulos.

Los

ojos

se entrecierran

y

aparecen arru-

gas

a ambos lados de los

párpa-

dos; las

cejas se fruncen hacia

dentro y

hacia abajo,

en una

contracción

violenta

gue

afecta y

arruga la

frente, el

ceño

y

hasta

el mismo

puente

de Ia nariz.

El canto no

puede

ser consi-

derado

como una

variación del

grito,

pero

mantiene algunas

ca-

racterísticas

comunes con

éste,

sobre

todo en lo

que

se

refiere

a

la

abertura de

la

boca. Pero

en el canto las facciones

no se

tensan

con violencia, más bien

adoptan

una

apariencia ligera-

mente teatral,

aunque armonio-

sa.

Las cejas se arquean

y

toda

la tensión

se concentra en los

ojos,

que

son los

vehículos de la

mayoría

de

1as

expresiones fa-

ciales.

'

¡'"3"

,/éaa.

El esfuerzo

La

expresión

del

esfuerzo

ee

manifiesta

en

diversas

tensiones

.de

los

músculos

faciales.

La más

visible de

todas

ellas es la

del

ceño fuuncido y

las arrugas

en

la

frente

promovidas

por

esa frun-

ción. El

esfuerzo

también

suele

manifestarse

en

la

fuerte

con-

tracción

de los

músculos

de la

mandíbula,

en

"apretar los

dien-

tes",

que

suele

hacerse

visible

en

el

rostro

masculino por

la

li-

gera

prominencia

de

la

parte

trasera

del

mentón.

Asimismo

los

labios suelen

fruncirse

o, en

todo caso, apretarse y

reducirse

en

el aspecto

general

del

rostro.

Las

expresiones

humanas

del

rostro que

caracterizan

una

si-

tuación de

esfuerzo

aparecen

demostradas

por

una

expresión

de concentración,

acompañada

casi

siempre

por

el

encogimien-

to

y

la

tensión de

los músculos

del cuello.

El esfuerzo

es

una

actividad

de

todo el

cuerpo,

que

también

se

maniÍiesta

en los múscu/os

de

la

cara

a través de

frunciones

de

loslabiosyelceño.

Expreelonw

y

rctrato

La represontación

de expresiones

violentas

o ¡ntensas

no

suele ir

asociada

al ane

del

retrato.

En este

tipo de

caracterjzaciones

se

busca más la

expresividad

del

gesto

facial

que

el

parecido.

Lo lG

g¡co

es

que

el artista

parta

de su

propio

rostro

en

difererltes,,acti.

tudes, trabajan-

do frente

a

un

espejo,

o

útilicé

':iotogf¡fiasrde,

,ir

pléñ$a;

r

de'',

¡é::,

r.vi5.tA :o,,ltbiosf .

'

::':déSB.ué.9',

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I,.rtfl

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|

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I

:.

t.r,.a,..,r'.:&1¡.:pede-eja

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Sqié :der:.

.ir:t....,f

:.:.,,já:,q{p_teqó4

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:,::,

.,,,

riibsár:óJ,l¿idó

r.

'..,

.:.

ic6.

iaítlnérife.1..

El

enfusiasmo

El

entusiasmo,

como

la

risa

o

la

alegría

es una

expresión

esencialmente

extrovertida,

que

suele

acompañarse

de la

eleva-

El entusiasmo

causa

Ia

elevación de

Ias

cejas,

la apertura

de

los

ojos

y

la

boca,

en

una

expresión

extrovertida

{,, l:;

r:;.¡:;tl.ittr.ll

íl

)

Las

pasiones

(II)

1,,

r:;

¡r,-lr:ir'r:cli

i'lli)

fi

ii

{

I

ción de

las cejas,

la

obertura un

tanto

exagerada

de los

ojos

y

la

sonrisa.

Es una

expresión

que

implica

cierta gestualidad

del

cuerpo

que

exterioriza

la

vitali-

dad y

el desenfado

del

ánimo.

Como

la risa

y

la alegría,

el

en-

tusiasmo

puede

representarse

remarcando

los

rasgos

básicos

de

los

ojos

y

las

cejas,

sugirien-

do

la

sonrisa

y

sin insistir

en

tensiones

especiales

de los

músculos

faciales.

l*

Page 47: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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El

miedo

En la

expresión

del miedo los

ojos se abren más de

lo

normal,

elevando

al

mismo tiempo

las

cejas, mientras la boca

parece

disponerse a la¡uar

u¡a

excla-

mación. Cejas

y

ojos

son fáciles

de dibujar: las

primeras

se ar-

quean

hacia arriba

y

se fruncen

ligeramente

en

el ceñ0,

deno-

tando con ello la

preocupación

que

acompaña al

miedo. Los

párpados

se

deben dibujar más

abiertos de lo normal, dejando

ver

el

blanco del

globo

ocular,

con el iris

y

la

pupila

destacados

en el centro. En la

expresión

del

miedo la

boca se

abre de una

manera estática, formando sur-

cos en las

mejillas

y redondean-

do

y

haciendo

descender

las

co-

misuras de los labios.

El terror

El

tefior

es un

miedo

exage-

rado

que

suele

quedar

subra-

yado por

un

grito

o

una

excla-

mación. Los

ojos deben

estar

desorbitados,

abiertos en

grado

sumo

por

la contracción violenta

de los músculos

orbiculares

y

del músculo frontal,

que

tira ha-

cia arriba de los

párpados y

de

las

cejas,

levantando éstas

y

for-

mando

profundos pliegues

en

la

frente. En la boca actúan todos

los músculos,

particularmente

los de la

parte

inferior,

que po-

nen al descubie¡to

los

dientes.

Las aletas

de

la nariz se dilatan.

naciendo de ellas sendos

plie-

gues que

recuerdan los forma-

dos

por

la risa.

El odio suele ser una

pasión

contenida

que

se mani[iesta

enuna

tensión

de

los

musculos

de Ia mandíbula,

Ia boca

y

el

ceño.

EXPRESIÓN

LAS PASIONES

(Iil)

Con esta serie se cieüa el estudio

de

la

gestualidad

facial de las

pasiones.

Se. consideran

Ias

expresiones

de miedo, terror,

odio,

ira

y

envidia. Cada una de ellas tiene sus

particularidades

fisonómicas

y

sus rasgos

característicos. El estudio

se

podría

extender

a muchas otras expresiones,

aunque

la

mayoría

de ellas son

variaciones

más o menos

sofisticadas

de las

comentadas

en

estas

páginas.

EI

dibujante

interesado

en

la representación de las expresiones

debe

guiarse por

la

curiosidad e

investigar

en los matices

y peculiaridades que

dan

a

cada fisonomía

su

expresividad característica.

¡\.

El odio

Generalmente

es una

pasión

contenida,

introvertida,

que pue-

de

traslucirse,

sin embugo, en

1a

expresión

del rostro. Tratando

de dibujar

esta

expresión, habrá

que pensar en el

cierre

tenso de

-----,

\iil'lffi1.

Í,1fl¡¡

,

l

¡ ¡ ¡,

Lae

pasiones (lll)

){l }r.( ):,iion rlr.: i.rs

ntittt<¡s

,;t

t

EI

temor desotbita

la

mirada,

eleva

las cejas

y

forma

proÍundos

pliegues

en

la

frente. Todos los

múrculos

que gobieman

elmovimiento

de la

boca se

tensan

yproducensurcos

en

las mejillas, similares

a

los

promovidos

por

Ia risa.

ia

mandibula

que

acentúa

el

re-

iieve

de

los músculos

del

men-

tón;

la

boca también cerrada,

formando una línea horizontal;

los labios finos, las comisuras

ligeramente contraídas

hacia

abajo;

y

arriba,

en los ojos, una

mirada llamea¡te

(ojos

ligera-

mente más abiertos de lo nov-

mal)

ensombrecida

por

la rigi-

dez horizontal de las cejas, éstas

deben situarse lo más bajas

po-

sible

y

algo

ftuncidas en el ceño.

La

ira

La exasperación, explosión

de ira o cólera viene determina-

da

por

los mismos movimientos

del odio en un estado más avan-

zado. Así, los

párpados

se

abren

hasta desorbitar los ojos. Las

ce-

jas

se elevan

y

el ceño se fuunce

y

la frente se

anuga.

La boca

se

abre

y

la mandíbula

se adelanta,

Page 48: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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EXPRESION

I,A EXPRESIÓN

DE IfrS

MANOS

Iras manos son una

fuente de

expresividad

fundamental

tanto

en el retrato

como

en

la ilustración

o Ia caricatura.

El

gesto

de las

manos acompaña

a Ia

expresión facial,

la refuerza

y,

en

ocasiones,

casi

puede

llegar a

suplirla.

Las manos

dicen

mucho

del

temperamento del retratado,

así

como del

momento

psicológico

que

el

pintor

intenta

plasmar.

El

conocimiento

anatómico y

la lógica

de la articulación

de

los diversos

movimientos

son

esenciales

para

dar al

gesto

de las

manos toda

su

e:rpresividad.

P*sn{s-lel:"n*e*-*

Iras

manos son anatómicamen-

te complicadas, razón

por

la

cual

es muy

importante

a

la hora de

dibujarlas realizar

siempre un

encaje del

volumen

global que

ocupan,

para

luego ir detallando

los

dedos

y

las

palmas,

teniendo

en cuenta las

proporciones y

la

relación

anatómica

entre

cada

una de las

partes.

Los

huesos

de

la mano

condicionan su aspecto

exterior

y

son

muy

visibles bajo

la

piel.

La

gran

cantidad de hue-

sos

y

huesecillos

siempre debe

relacionarse

con

la muñeca

y

con los nudillos. Para

simplificar

el

encajado es importante

que

los

nudillos

y

las

articulaciones

de los dedos

respondan a una

distribución

proporcional

que

ha

de mantenerse sea

cual

fuere

la

posición

en

las que

estén situa-

das.

El mejor

ejercicio

posible

para

el dibujante

es

el de

utilizar

sus

propias

manos como mode-

lo,

estudiándolas

bajo

todas

las

posiciones posibles.

El

dibujo debe

partir

siempre

de un esquema

general para

se-

guir

con

la

reaüzación

de los de-

talles.

Movimiento

Dada

la

complejidad

de las

articulaciones,

el movimiento

de

las

manos

es

extremadamente

variado. Esta

variedad está

siem-

pre

gobernada

por

la

lógica

de

la

configuración

de los

dedos,

de

su inserción

en la

palma y

del

movimiento

de ésta tespecto

a

la

muñeca,

Las manos,

sin

embar-

go,

deben

considerarse

siempre

como

una

prolongación

del bra-

En las manos, especr'almenfe

con

el

puño

cerrado,

se maniíiesta

con claridad

el

v

o

u

men

c ow e

sp

o ndi

e

nte

a

/os

ft

uesos

¡

iuesecÍJos

-.

arücufiados.

l**

3:*.*ie;r.*s

{{1.1.}

La expresión

de las

manos

#*xixaiiCed.

**1 ***t**

zo

que

sigue

su

misma dirección

Sólo tras haber

resuelto

este fac-

tor se

pueden

introducir

los mo-

vimientos pertinentes

de la

mu-

ñeca, la

palma

y

los

dedos. Uno

de los

estudios

más interesantes

consiste

en dibujar las

manos

juntas,

entrelazadas,

superpues-

tas

o en un

gesto

o actividad

pe-

culiar. Mediante

estudios

como

éste

se consigue

entender

la

anatomía

y

movimiento natural

de las manos.

EI dibujo

de

las manos fta de

comenzaf

por

un

esquema

general que

las encaja

como

prolongaciones

del

brazo,

para

luego

pasat

a

resolver

las articulaciones

Exnmxl*eg-

I¡as manos

son, después

del

rostro,

el otro

gran

factor

de

ex-

presividad

del

retrato. Por

su

movilidad

y por

la

significación

que

el espectador

atribuye

al

gesto,

las

manos

dicen mucho

del carácter

del retratado

y

de su

psicología.

Pueden

reposar

en

el

regazo

o estar ocupadas

en una

actiüdad,

asir un

objeto o entre-

lazadas.

La

pasividad,

la inguie-

tud, la nobleza

o

el

carácter

que

el

rostro

oculta a veces,

puede

quedar

de reüeve

en las manos.

Su

posición

debe

estar siempre

en consonancia

con el resto

de

la

pose

y

formar

parte

armónica

de la composición

general

de la

figura.

Antes

de

que

el artista se

concentre en la elaboración

de

las manos,

el

planteamiento

de

la

obra debe ser homogéneo, la

congruencia de todas las

paÍes

es la

que

condiciona la

posición

y

el

gesto.

Intentar darle una

prioridad

sobre el conjunto

con-

duce

a

resultados artificiosos

y

poco

convincentes. Hay

que

te-

ner presente que

las manos son,

compositivamente, apéndices

de

poca

importancia

en

el

con-

junto

del cuerpo.

Iosgesfos

de

1as manos son

un

perfecto

complemento

de

Ia

exprcsión:

Ia subrayan

y

también la

matizan,

dando

de

e/Ja

una

¡dea

más completa

y

realista.

Gestos

En

la ilustración

y

la

caricatu-

ra, los

gestos

de las manos son

el mejor complemento de la

expresión.

Hay muchas

expre-

siones

anímicasque

sólo

consiguen ¡ealizarse

completamente si

se

acompañan

del

movimiento de

las manos. Es

en

este tipo de di-

bujos

donde

se

puede

obtener

mayor

paf-

tido de

un

conocimiento

adecuado de la

anatomía

y

las articulaciones de

las manos. En

ocasiones,

la

ex-

presividad

del movimiento de

las manos es

lo

suficientemente

indicativa

de un estado de áni-

mo

y

apenas

es

necesaria

la fisonomía.

En la

realización

de

bocetos

y

apuntes

de

expresiónes

interesante incluir

¡nd¡:cac¡ones

abrer:adas

de

,la

posición

y gesto

de las manos.

@

u.l\

Page 49: Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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EXPRESIÓN

F*ssh**---

El esfuerzo,

la

Potencia

o

la

fuerza muscular

son

algunos

de

los

motivos

recurrentes

de toda

la

pintura

de figuras

a

lo largo

de

la historia.

El

cuerPo humano en

conjunto

puede sugerir

estados

de ánimo, algunos

tan

exPlícitos

como,

por

ejemplo,

la vitalidad:

figuras

corriendo

o

danzando

dan al espectador

una

sensación

que

ninguna caracterización

Psi-

cológica

de retrato

Puede

1o-

grar.

tas

poses armoniosas

de

las

bailarinas

expresan

un

rrtmo

musical

mediante

una traducción

de éste a

ritmos

musculares,

a

contraposiciones

entre

brazos

Y

piernas.

Otro

motivo

recurente

es

el

de los

luchadores

en

Pleno

combate,

con

los

músculos

ten-

sos hasta

el

máximo

de sus

Posi

bilidades, adoptando

Posiciones

de equilibrio

momentáneo,

en

las

que

las

fuerzas

de

uno

Y

otro

contendiente

se contraponen

en

plena

tensión.

El

trabajo

lisico

también ofrece

muchas

oPor-

tunidades

temáticas

al artista:

fi-

guras

acarreando

Pesos,

emPu-

Con

indepéndencia

de

las

lacciones

d.el

rostro

y

del

gesto

de

las manos,

Ia

pose,

en

Ia

ligura

de cuerpo

entero,

Puede

imPlicar

-

un

contenido

Psicológico

Ir

-5\

En la ligura

del cuerpo

entero,

el

gesto

queda

condicionado

al

üpo

de

pose.

En"esfe caso,

uni

pose

esfáficá desaconse.¡a

.la

r'ntensidad

del gesúo.

i,:lrilffW.,fii¡

GESTUALIDAD

DEt

CUERPO

La expresividad

del

gesto, cuando

se

eleva

al

movimiento

del cuerpo

humano

entero,

traspasa

los

límites del

retrato

y

la

caracierización

para

desembocar

en

la expresividad

artística

global.

Los contenidos

psicológicos

pueden

también

expresarse

mediante

la

gestualidad

del cuerpo,

pefo

son

especialmente

los

factores de energía,

vitalidad

y

sensualidad

los

que

mejor

se

prest¿u:l a ser

encarnados

mediante el

movimiento

de

toda la

anatomía'

N,;l

r:il

1l

r : , :l

l

1

¡, :i

ll il i

Geetualidad

del

cuerPo

Retrato

de

cue4lo

entero

la ventana.

Las

posibilidades

de

gestua-

lidad

corporal

en

el

retrato

de

cuerDo

entero

son

limitadas.

Ei

retrato

es

un

género

realista

que

persigue el

Parecido

Y

Ia

caracterización

verosímil

del

re-

tratado,

por

lo

tanto

no caben

las

qesticulaciones

exageradas

ni

riovimientos

bruscos.

Pero

existe

la

posibilidad

de

otorgar

a

la fiaura

un

movimiento

Y

una

actituá

que

den

un

interés

su-

perior al

que

se

deriva

de

la

pose

pasiva.

A

este

respecto

hay

que mencionar

las

Poses

en

las que

la figura

se

ve sorplen-

dida en

un

riovimiento

habitual,

qirando

el tronco

Y

la

cabeza

ñacia

el

esPectador,

reclinándo-

se sobre

una

silla,

mirando

Por

La

gwtualidad

clásica

La mavoría

de

modelos

de

gestualrdad

del

cuerpo

humano

del

arte

occidental

proceden

del arte

clásico.

Los

relieves

y

esculturas

del

ár.tá

ot.rótlotuno

han

sido

el

repertorio

esencial

para

muchas

ge

n.raóiones

de

artistas,

que

las

han copiado

y

han dado

la.s

más

variadas

versiones

de ellas.

Los

movimientos

de

estas

ttguras

.po-iáéiirsie*¡i:e lllq

no¡ 92q

c€rastglistica,

armonía

en

eI

9q919

i un

ritmo

acorde

con

su

concepciÓn

monumental

Nada

hay

en

álü,

J.

óotiOiano

o

realista.

Pero

el artista

puede

inspirarse

-';,rgpáii

Oá,,,¡na,veiíiói.,Ocorde

a'qu

inle¡eseg,patlpulq,fer

'''l

'' ',ii.fi¡i,éjf¡] 9¡,¡á'

r,.,i

.,: .

rdé'ün.,djbi,¡jo,

..irrr.:

rr

r,

r

'iJb

.Át¡¡diis.ii

I

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r::r

l:

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perÍectamente

¡esmrdá

'r.

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:,g¡is¡t ¡i¡¡?ád.'

.

l:r.,:ir

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éR,

.]

):.,.:'

;..:'

l¿gftndezA'

r',...,

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,,delá¡le

.

gtecof|ofna¡p\

ando

o

tirando;

apoyando

las

manos

y

los

pies

de

forma

que

ninguna

pose

convencional

con-

seguiría

hacer

verosímiies

El desnudo

El arte

del desnudo

sólo

pue-

de

tener una

mención

marginal

en un

libro dedicado

al retrato,

pero

es imposible

eludirla

al

ha-

blar de

la

expresividad

del cuer-

po.

El desnudo

es

el

resumen

Y

la

síntesis

de

toda

la expresivi-

dad

que

cabe

encontrar

en

la

pintura de figuras.

Las obras

de

desnudo

suelen

repetir

algunos

temas recufientes:

la energía,

la

sensualidad,

la

pasión

y

la

be-

lleza son

los más

habituales.

Evi-

dentemente,

estos temas

son

de-

masiado

genéricos

y

abstractos

como

para

hablar

de

ellos

desde

el

punto

de

vista de

la caracteri-

zación

a Ia

manera del

retrato.

Asimismo,

en el

desnudo, el

Pa-

recido

apenas

importa,

pues lo

que persigue el

pintor

es

simbo-

lizar

un sentimiento

genérico a

través de

la

armonía de las

for-

mas anatómicas,

\¿l

.a-i..

I

:

-\.

EI dinamkmo

cotPotal,

sl

es

captado

con

raPidez

Y

agYdelg'

Duede

expresár

a la

Pefiecüon

'

los

estados

de

ánimo.

Mímica

La

mímica

no

es

más

que la

intensificación

de

ia

gestualidad

expresiva

del

cuerPo

humano.

Determinadas

Personas

tlenen

una

tendencia

esPontánea

hacia

este

tipo

de

gestos

que las

hace

muy

expresivas.

Esto

Puede

re-

fleiarse

en

un

retrato

de

carac-

teiización,

en

una caricatura

o

en

una

ilustración.

En

estas

obras,

tan

imPortante

como

la

exoresión facial

es

el movimien-

to

de las

manos

Y

del

resto

del

¡

\

,,;

El

movimiento

o Ia

danza

sonla

máxima

exPresión

de

la

gestualidad

corPotal'

J&.

Grupo

escdtórico

del

Laocoonte.

Museo

del

lnuwe,

París.

Esta escultura

es

uno

de

Ios

modelos

clásltos de

expresión

fkica

por

medio de

Jas conforsiones

y lenslones

muscuJa¡es.

\--i

El

movimiento

del

cuerPo

conflene

siemPre

sugerencias

de

carácter

y

estado

de

ánimo.

cuerpo;

los

mejores

resultados

se

loqran

aislando

a

la figura

de

,u eñtotoo

y

concentrando

el

trabajo

en

el

cuerPo,

sin

facto-

res

secundarios

que

distraigan

la atención

dei esPectador

hacia

otros

elementos que no sean

el

ü

perconale,

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7/25/2019 Retrato Rostros Y Expresiones Manuales Parramon 243 n

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Dirección editorial:

M" Fernanda

Canal

Edición:

JesúsAraújo

Redacción:

David Sanmiguel

fuchivo

ilust¡ación:

M" Carmen Ramos

Fotografias:

Estudio

Nos & Soto

Diseño

gráfico

de

la

colección:

Toni

Inglés

Diseño

gtáfico y maquetación:

José

Carlos

Escobar

Primera

edición:

enero

1999

O 1998

Parramón

Ediciones,

S.A.

Derechos exclusivos

de

edición

para todo el

mundo.

Gran

Via de les

Corts

Catalanes,

322-324

08004

Barcelona

-

España

@ de

las reproducciones

autorizadas,

VEGAP,

Barcelona,

1998

Dirección de

producción:

Rafael Marfil

ISBN:

84-342-1759-7

Depósito

legal:

8-36.848-98

Printed in

Spain

Prohibida

la

reproducción

total o

palcial

de

esta

obra

mediante

cualquier

recurso

o

procedimiento,

compren-

didos

la impresión,

la reprogafia,

el microfilm,

el

trata-

miento informático

o cualquier

otro

sistema,

sin

permiso

escrito de

la

editorial,

Esta

colección

consta

de cuatro

series:

SERIE

ROJA:

Temas

pictóricos

SERIE

AZIJL:

Técnicas

SERIE VERDE:

Temas

vados

SERIE

AI\4ARILüA:

Historia

de

la

Pintura

Nota:

I¡as

leyendas

que

figuran

en

las cabeceras

de

las

páginae

impares

corresponden

a:

'l'itrlc'

il¡,1'¡,rt¡ irrtrtcdonte

Tftulo

dcl tcma

prctcntc

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Toda

la información

sobre

la técnica'

y

práctica

de

la

pintura

recogida

de

manera clara y

concisa,

en volúmenes

básicos, de

consulta

ágil

y

fácil

manejo,

para que

usted

pueda

conocer

los

secretos

de

la

pintura

con

cualquier

medio.

RETRATO

ROSTROS

Y

EXPRESIONES

Referentes

históricos

El estudio

del

rostro

La expresión

Notas

eruditas

Pequeños

procesos

secuenciales

Explicaciones

marginales

Demostraciones

experimentales

Consejos

prácticos

rirulos

DE

LA

sERrE

RoJA

(TEMAS

ptcrónlcos)

¡

PAISAJE

.

BODEGÓN

.

FIGURA

o FLORES

.

RETRATO

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